Prototipo

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Domingo Laino



Biografía del autor A lo largo de su carrera política y lucha social, Laino ha recibido reconocimientos, premios, mención de honor y otros homenajes otorgados por instituciones de Europa, Estados Unidos, Latinoamérica y de su país en particular. Premio “Llave de la Bastilla” The International Center for Development Policy, otorgó al político paraguayo Domingo Laino el premio “Llave de la Bastilla” en 1984. El Presidente del Centro, Embajador Robert White, hizo la entrega de una réplica en bronce de la llave, en un solemne acto realizado en Washington, por su lucha por la libertad, los Derechos Humanos y la Justicia Social. Premio Internacional Monseñor Leónidas Proaño La Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos (ALDHU) con sede en Ecuador resolvió entregar a Domingo Laino el galardón por los servicios prestados en favor de la vigencia de los Derechos Humanos. 4


El premio consistía en una obra del gran artista Oswaldo Guayasamín. La entrega debía realizarse en Quito 1987 en un acto presidido por Juan de Dios Parra; no pudo verificarse porque Laino se hallaba preso en el Batallón de la Guardia de Seguridad en Asunción. Segundo Galardón en Washington, Estados Unidos Desde su exilio en Buenos Aires, Laino viaja durante 1986 a Washington para cumplir con numerosos compromisos agendados por la Secretaría del International Center for Development Policy: reunión con el Instituto de “Relaciones de los Estados Unidos y América Latina”, entrevista con congresistas, agradecimiento al Senador Edward Kennedy por su apoyo y solidaridad, publicación de un artículo sobre el drama de Paraguay en un espacio ofrecido por el New York Times. Participó además de una reunión con integrantes del “Washington Office on Latin America” (WOLA), con miembros de la Secretaría Ejecutiva de la “Comisión Interamericana de Derechos Humanos” (CIDH) de la OEA. Así como reuniones con periodistas de la prensa como Los Angeles Times y Washington Post, donde se habló sobre los desterrados 5


y en especial del caso del Capitán Napoleón Ortigoza, el militar preso más antiguo del continente, la situación de Roa Bastos y Luis Alfonso Resck. Singular importancia ha tenido una larga entrevista en la cadena de Televisión SIN en español, dedicada a la opinión pública de habla hispana en los Estados Unidos. Días después en un acto muy concurrido del International Center le fue entregado por 2da vez el premio “Llave de Bastilla por su lucha contra la dictadura Stronista”. Suiza, Lucerna: “Premio de la Libertad” La “Internacional Liberal y Progresista” con sede en Bonn, Alemania, en el Congreso realizado en Lucerna, Suiza, en setiembre de 1991, a través de su presidente Conde Otto Lambsdorff, entrega el “Premio de la Libertad” al Dr. Laino, “por su lucha desinteresada, valiente y persistente”. Nombrado “Presidente Honorario” En el exilio, el Movimiento Argentino y Latinoamericano, liderado por el político Hipólito Solari Yrigoyen, 6


realiza una conferencia en el Instituto Montoya, donde por unanimidad de la institución se nombra “Presidente Honorario” al Dr. Domingo Laino, “por su lucha por la unidad latinoamericana.” “Reconocimiento en el Día Internacional de las Victimas de Desapariciones Forzadas” La Junta Municipal de Asunción otorga un pergamino de “Reconocimiento” a Domingo Laino por su “inquebrantable lucha contra la dictadura y defensa de la libertad y los Derechos Humanos”. La entrega se realiza en la Plaza de los Desaparecidos, Asunción, agosto de 2018. Homenaje de Organismos de base del PLRA Presidentes de Comités y líderes barriales de la capital e interior, han entregado pergaminos donde se rinde homenaje y gratitud al Dr. Laino “por su incansable lucha por la causa popular y el bienestar social de nuestro pueblo”.

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Senado de la Nación: por unanimidad una “mención de distinción” Fue Vicepresidente del Senado de la Nación (1989-1993), líder de bancada en Diputados, tres veces candidato a Presidente de la República (una vez derrotado por razones no electorales), Presidente del Acuerdo Nacional (Mopoco, PRF, PDC y PLRA) y del PLRA en varias ocasiones. Vicepresidente de la “Internacional Liberal y Progresista” y socio honorario de la Fundación Manuel Gondra. Asamblea Nacional Constituyente Laino es electo en 1992, compartiendo la misma lista con el líder Maskoy René Ramírez, 1er indígena constituyente en la República del Paraguay. Casa del ALBA y Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC). Cuba. Acto recordación del Bicentenario de la Independencia de Paraguay en “Casa del ALBA Cultural” de La Habana, Cuba, el 26 de mayo de 2011. 8


Conferencia del Historiador Alberto Prieto, Domingo Laino y bajo la conducción del Prof. Sergio Guerra. Conferencista sobre temas relativos a las dictaduras, los Derechos Humanos y Paraguay en Alemania, Francia, Portugal, Inglaterra, Argentina, Bolivia, Cuba, Brasil, Uruguay, Venezuela, EE.UU. Presidente actual del Comité Paraguayo de solidaridad con el Pueblo de Venezuela, co-fundador de la Unión Mundial de Solidaridad con Palestina (Beirut, 2005) y presidente de la Plataforma de Estudio e Investigación de Conflictos Campesinos (Paraguay).

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FOTOGRAFÍAS JUAN PABLO LAINO

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Dedicatoria





A modo de prólogo Imagino a Pericles en el ágora de Atenas, proclamando las virtudes de una sociedad diferente, y escucho, pese al agitado mar bravío, de fragorosas olas, los ensayos retóricos de Demóstenes, asumiendo sus debilidades fonéticas y superándolas con la fuerza de sus convicciones políticas, arenga valiente y resplandores verbales conocida como Las Filípicas, dirigida a un pueblo amenazado por un imperio poderoso, denunciando el afán hegemónico del rey macedonio. La retórica política, esa armazón verbal compuesta de soportes lógicos, pasión, imágenes, sentimientos y razón, expresadas dramáticamente en defensa de la antigua Atenas, con actitud desafiante y rebosante de coraje, ante la asamblea pública, insuflaba mi ánimo de estudiante. Buscaba, entonces, en mi tiempo histórico, año 1973, una voz paraguaya que tuviera la belleza del discurso, el coraje ciudadano y su eficacia política para levantar el ánimo libertario de una sociedad perseguida y que enrostrara sus desmanes a una dictadura que cubría con la piel 16


del miedo, la mediocridad o el servilismo a gran parte de la población del Paraguay. Por ventura, no todo era sumisión ni servil entrega a los mandatos autoritarios, y he aquí que fui descubriendo esas voces. Algunas en el exilio, otras en la soterrada clandestinidad, perseguidas voces contestarias que el régimen pretendía acallar con censuras, prisiones, torturas y desapariciones. No obstante, tuve la suerte de encontrar en la realidad paraguaya esas voces que me llenaban de admiración, como en mis lecturas de historia antigua. Voces de la dignidad rebelde resplandecían fugaces, en las calles, en los recintos parlamentarios, en los foros públicos, en la prensa, a veces, pero, siempre, pública o clandestina, anidándose en el corazón insurrecto del patriota paraguayo. Eran las voces, entre otras, de Ananías Maidana, Carlos Villagra Marsal, Arturo Pereira, Martín Almada, Corsino Coronel, Sandino Gill, Prof. Resck, Coca Lara Castro y del Dr. Laino. Más allá de las fronteras, en el exilio 17


forzoso, Waldino Ramón Lovera, González Casabianca, Prof. Osvaldo Chávez, Epifanio Méndez Fleitas, Ing. Virgilio Bareiro, Julio Rojas, Luis Casabianca, retumbaban las voces políticas en el ostracismo. Y no soslayamos las voces poéticas: Rubén Bareiro Saguier, Elvio Romero, Lincoln Silva, Víctor Jacinto Flecha, Ramírez Santacruz, el gran José Asunción, el supremo Roa Bastos, —perdón por las omisiones—, entre cientos y miles de exiliados políticos, poéticos y económicos. Forjadores de una esperanza, oradores de la libertad, augures de nuevos tiempos, creadores de una patria nueva, y yo los admiraba, los aplaudía, a veces desde lejos, desde la transmisión radial clandestina, otras allí cerquita, en una plaza, en el patio de la universidad, aunque siempre anónimo. Pero, ¿por qué relato estas circunstancias? Porque esta noche, la retórica política de un brillante exponente, líder histórico de la resistencia ciudadana, sufre una formidable transmutación. ¿Puntual, breve, circunstancial, permanente? El tiempo lo dirá.

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Dicen los que saben, que la filosofía, con su componente político, la religión, con su misterio de trascendencia y el arte, como síntesis de vida y plenitud expresiva que ilumina los territorios de la utopía, constituyen los niveles supremos del pensar, saber, hacer y decir de la humanidad. ¿Y qué sucede? De pronto, en la cúspide de la montaña de la vida, nuestro anunciador de mejores tiempos, el luchador impenitente de la democracia, se detiene y enciende el paisaje con una voz diferente, aunque es la misma en su afán de justicia, de equidad social, de libertad. Y he aquí la metamorfosis, nuevas formas adoptan esas preocupaciones permanentes de nuestro autor. Como si la retórica reconociera sus limitaciones e imbuida de nuevas energías se revelase en un nuevo campo semántico. El lenguaje simbólico, la metáfora, el juego de acentos, el ritmo y la melopea, la síntesis apasionada de un sueño, del mismo sueño de dar cada uno lo suyo, como dice el aforismo legal. Emerge esta voz de las gargantas que cantan «Tetãgua sapukái» de Víctor Montórfano, la patria soñada de Carlos Miguel Jiménez, de las que entonan patria querida, de nuestros piquetes y 19


marchas ciudadanas, desde el corazón de las villas populares, se levanta, sencilla y contundente. Poesía rebelde, poesía social, con un definido compromiso de solidaridad, una esplendente intención de reconocimiento y gratitud a otro gladiador de las causas populares, pues el propio autor, el Dr. Domingo Laíno, confiesa y hace pública la única misión poética de estos Versos del hombre y el hambre, celebrar la gran personalidad solidaria de un profeta cristiano, un apóstol, mensajero de la auténtica voz del Maestro, el carpintero de Nazareth, defensor de la dignidad de hombres y mujeres postergados por la iniquidad, el egoísmo, la ambición de quienes niegan el pan, el techo, la salud, la educación y el legítimo bienestar a humildes y honestos compatriotas en estado de pobreza y exclusión. Estos poemas rinden un merecido homenaje al sacerdote jesuita Francisco de Paula, nuestro admirado Pa’i Oliva, defensor invicto de los Derechos Humanos, y expresan la admiración y gratitud debida a un sacerdote español comprometido con sus hermanos paraguayos y que, sin descanso ni pausas, ya herido, perseguido, vituperado, 20


amenazado, enfermo, con muletas o en silla de ruedas, ofrenda sus noches y sus días, su vida entera, a la humilde población de las zonas ribereñas y a todo hombre, mujer, joven o niño que sufra el terrible mal social de la exclusión inhumana, víctimas de la corrupción y de la desmedida ambición de un poder cínico, depredador, injusto y violento. Versos del hombre y el hambre, poemas sencillos echados del alma sincera, como diría el gran José Martí, es el canto íntimo de un luchador social y político, quien ofrenda a otro luchador social y religioso y a la comunidad de sus desvelos, en clave popular, una poética iracunda, que reclama la acción directa y proclama el valor inclaudicable de la auténtica lucha en favor de los excluidos por la consagración efectiva de sus derechos fundamentales. Versos que protestan contra el hambre de pan y de justicia, rimas consonantes y asonantadas asociadas libremente, octavillas, versos blancos y libres, con un dejo de compuestos o payadas (cuyo destino lo imagino en fogones populares con la guitarra compañera o en airados mitines con el agitado tambor) denuncian, con ira 21


panfletaria y sentimiento poético, la violencia estructural de la sociedad paraguaya y desnudan la perversidad del poder, en búsqueda de la tradición contestataria de Víctor Montórfano, Fontao Meza, Luis María Martínez, Santiago Dimas Aranda, Federico Abente, Rudi Torga, entre otros, y ratifica el valor cívico de la literatura, la lucidez creativa y el coraje ciudadano de sus autores. Hacemos votos por la multiplicación de estos versos, por su amplitud formal y profundización temática, en la inaugurada pluma poética del autor, y que la vocación manifiesta eche vuelo hacia las cumbres de Campos Cervera y Elvio Romero. Domingo Laino, con este gesto y estos versos, nos enseña a ser gratos, solidarios, sensibles y nos compromete a acompañar, a sumarnos con mayor fervor, al querido Pa’i OIiva, faro luminoso de la dignidad humana, en las honrosas trincheras bañadenses, en su enaltecedora tarea concreta, solidaria y de defensa de los derechos humanos, en aras de mejores tiempos para todo el pueblo paraguayo.

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Queden estos Versos del hombre y el hambre, de Domingo Laino, para memoria y honra de la lucha popular, y sean ellos y este acto de homenaje y gratitud al Pa’i Oliva, el testimonio de que la poesía ha sido, es y seguirá siendo siempre un instrumento de paz, esforzado arado del alma, valiente y filoso machete de palabras, para limpiar de malezas y sembrar con semillas nuevas nuestra tierra y cultivar juntos un Paraguay diferente, más creativo, fraterno, justo y solidario.

Moncho Azuaga

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Palabras liminares «Nadie actúa siempre racionalmente, puesto que en su conducta irrumpen a veces sin control las fuerzas típicamente ilógicas del arte (música), el amor (poesía) o la locura»1 Así como no hay nadie carente por entero de sentido artístico, tampoco hay quien, en más o menos, no adolezca de una pizca de chifladura2. Pizca, porción mínima o muy pequeña de una cosa. Y chifladura, afecto o afición exagerados que una persona siente por otra o por una cosa… su chifladura ha llegado a ser patética. Cuando se combinan música, poesía y locura el ser humano pasa entonces a una dimensión superior, donde se conecta directamente con el universo —reflexiona el 1 Centro Virtual Cervantes (CVC). Refranero multilingüe. De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco. https://cvc.cervantes.es/lengua/refranero/ficha. aspx?Par=58468&Lng=0 2 Escuelapedia. Refranes y su significado. De músico, poeta y loco, todos tenemos… https://www.escuelapedia.com/refranes/de-msico-poeta-y-loco-todos-tenemos/

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educador, ludólogo y periodista cubano Pedro Fulleda Bandera— una magnitud mística donde nos enlazamos con la Mente Cósmica que rige la existencia. Y esa es precisamente la oportunidad que nos brinda la literatura. Por eso, «de músico, poeta y loco… ¡Todos tenemos un poco!», pues no hay mejor manera de escapar de una realidad traumática que dar rienda suelta a la inspiración creativa y soltarla al vuelo hacia un mundo de fantástica ilusión, regido por el demencial sinsentido del «Gato Risón, que dio la bienvenida a Alicia en el País de las Maravillas…3» . Lo escrito sobre «todos tenemos un poco… de poeta y loco» podría en parte explicar el origen de mis poemas a pesar de mi supina ignorancia en esta y otras vertientes del arte y la formidable transmutación que he sufrido y con temeraria decisión publicar mis Versos del hombre y el hambre que muy bien anota Moncho Azuaga, brillante actor, director, poeta, narrador, dramaturgo, recordando una y otra vez la metamorfosis que sorprendió al propio autor. 3 poco.

Fulleda Bandera, Pedro (2018). De músico, poeta y loco todos tenemos un

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Repito, lo escrito al principio explica en parte, porque lo decisivo, sin duda, viene de la mano de Francisco de Paula, que me enseñó a caminar por su vecindario, observar y valorar la tragedia, andar sobre el agua, el barro y la basura y conocer de primera mano, in situ, la miseria, el hule y el hambre galopante de nuestros desechados compatriotas. Fue Oliva SJ, quien me mostró cómo viven sus vecinos en la costa del río. Moncho Azuaga, en su valioso escrito de 24 kilates, recuerda al «solidario profeta cristiano y mensajero del carpintero de Nazareth», el legendario Oliva; y yo, le dedico esta humilde obra con rama de olivo y una linda paloma.

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II Mis dudas y titubeos para hacer público «ahora» los modestos versos se esfumaron cuando recordé esta triste pero ejemplar historia del genial Gabo García Márquez. En mi último discurso ante el pleno del Senado de la Nación (2019), decía al inicio que Gabo había regalado a su madre un par de sandalias negras para que las estrenara un día especial; pero ella, empezó a usarlas el mismo día. Con sorpresa, este la reprochó recordando que las sandalias las había comprado para estrenarlas un día especial. Su madre respondió: «¿Y si me muero mañana? ¡Las tendría que estrenar otra persona y no yo! ¡Son para usarse ahora!». Dos meses después, murió su madre y Gabo volvió a recordar las sandalias negras que las había comprado para un día especial. Luego exclamó: «¡Cuánta razón tenía mi madre! Cuando la vida se vive solo una vez…», dispara Gabriel. El genio reflexiona… pasamos la vida esperando el tiempo adecuado, el momento preciso, el día especial… 29


¿Y cuántos sueños se quedaron en sueños por esperar mejor oportunidad, por esperar el día especial? O dejar para mañana. «¿Y si no llega mañana?», dice Gabo. Mañana no existe… es solo una esperanza. Una idea que tal vez no llega. Y remata: «¡Solo nos queda HOY!» Solo nos queda hoy. ¿Cuántas cosas dejamos de estrenar para que otro las estrene? Repito. ¿Cuántos SUEÑOS se quedaron en SUEÑOS por esperar…? ¿Qué palabras dejaste de pronunciar esperando el día especial? Esta frase quedó en «mi disco duro» y aquí termina mi pobre resumen de lo que escribiera el gran genio Gabriel García Márquez. A todo lo dicho se suma El Quijote con su «antes hoy que mañana» y un desconocido para mí remata diciendo «por la calle del mañana se llega a la plaza del NUNCA». La creativa Jasmine Gillman se pasa de la raya cuando explica «no esperen por el momento preciso. Empieza ahora. Hazlo ahora. Si esperas por el momento adecuado, nunca dejarás de esperar».

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Estas citas o refranes avalan con creces la buena lección que recibió García Márquez de su madre poco antes de fallecer: …Solo nos queda hoy. Mañana no existe. Mañana es solo una esperanza. Estas palabras de Gabriel me impulsaron, me empujaron a publicar mis poemas ahora, «hoy y no mañana», estos versos con rimas consonantes y asonantadas, así calificadas por Moncho Azuaga.

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III Cuando se anunció que Roa Bastos ganó el Premio Cervantes, su amigo García Márquez le envió un telegrama de felicitación que decía «Tú El Supremo», un reconocimiento extraordinario… escribió el buen periodista Antonio Carmona (UH, 3 de mayo, 2014). Así recuerdo a nuestro laureado escritor con quien tuve el honor de compartir el exilio. Nuestro gran Premio Cervantes fue quien hurgó y encontró en los archivos la histórica arenga guerrera (1628) del héroe guaraní «Ñezú» pronunciada en las misiones jesuíticas del Paraguay. Escrita en guaraní la tradujo al castellano. Considerando el gran valor del documento, insertamos partes de la arenga:

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Los blancos caerán, no son dioses, Matan, pero mueren. … Yo, Ñezú, bajaré de allá arriba, con semillas azules de mujer, con semillas rojas de hombre, con semillas amarillas de maíz, y sembraré otra vez la vida que los blancos nos robaron. … ¡Venga la lanza! ¡Venga la flecha! ¡Despierte el viento! ¡Júntense los gritos! ¡Júntense el odio! ¡Reviente el trueno de la guerra!

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Ver arenga total en la obra Ejército Zapatista en México e Indígenas en Paraguay. Fausto Bolom-Ton y Domingo Laino, p. 207-208. Año 2012. La proclama del héroe guaraní «Ñezú» del año 1628 evoca en sus guerreros versos la lanza y la flecha para luchar contra los blancos ladrones que robaban sus tierras, bosques, pertenencias. En el tiempo que vivimos, los indígenas luego de casi cuatro siglos se valen de aquellas mismas armas, el arco y la flecha, para seguir en la lucha contra el hambre, por la tierra y la selva… la guerra se dio en la Plaza de Armas de Asunción, Paraguay, el 29 de septiembre de 2021. Todos, obligados dejan sus bosques. Y el que vive en la huida, deja un pedazo de vida. Tiene sentido y sentimiento este final… a veces, luego de siglos, ¡La historia se repite!, y la lucha contra el saqueo continúa… 34


Arriba: Mi hijo Luis Domingo y yo, con Augusto Roa Abastos en su departamento - 2014 Izquieda: En compañía de Gabriel García Márques saludando al presidente Samper.

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La costa del río En la costa de ese río vive el hambre con sudor y frío. En la costa de ese río polietileno, madera, desecho para la pared y el techo. Hule es ventana y postigo. Sin arroz, ni pan, ni trigo, ni ropa, ni zapato, ni abrigo. Vete y lucha, en la costa de ese río, contra el hambre, contra el frío. Por la justicia, sin inmundicia. Por el arroz, el pan y el trigo. Por el maíz y el buen abrigo. En la costa de ese río, lucha por el pan y el trigo. Por el zapato, por el abrigo, contra el hambre, contra el frío. Corre y lucha, a la costa de ese río…

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Luchar y amar Reacciona, en el estero o el río, en verano o en el frío. Reacciona, en el campo o en el pueblo, en el bosque o en el suelo, en la montaña y la sierra, y en toda la madre tierra. Luchar y amar, desde el río hasta el mar, en la ciudad, en el pueblo o al azar. Siempre amar y luchar, contra el hambre y la injusticia, por la solidaridad y la caricia.

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Vete, grita y siempre agita. En la plaza y en la calle. En el monte y en el valle. En la orilla de aquel río, por el fin del hambre lucha. Fin al dolor y al frío, en la costa de ese río. Que triunfe buena gente, que luche y ame. Y ocupe al fin el frente, un gobierno digno, patriota, decente.

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El viejo campesino y el amo asesino

I Tiro de buey o caballo y el arado de mano destroza el nuevo amo, el propietario villano. Obligado el campesino deja su viejo camino. El sustento, su cultivo, su destino. El feroz y nuevo amo le grita usurpador, destruye su machete le quita de la mano, acaba con su chacra, su fruta, el banano.

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Le priva de comida ¡Hace imposible su vida! Lo expulsa de su arroyo y de su tierra, aunque viva en el lomo de la loma de la sierra. Su arado criollo se convierte en basura, en rollo, sin maíz, poroto ni zapallo; llega a su fin el chiquero, pollo, gallina y gallo, el viejo buey y el buen caballo. No queda espacio para la huerta, para el rancho, la pared o la puerta. El agricultor honesto, ahora es lacra, obligado deja su hogar y su chacra. Mientras crece aún más la pista del amo latifundista.

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Escultura realizada por el artista plastico Carlos Colombino a partir de los restos de la escultura del dictador Stroessner


II Con Stroessner, un grupo militar condecorado, con medalla, verde olivo y charretera, por haber matado campesino en la tranquera. Y la choza, refugio indio incendiado. Escuelita, enseres, utensilio quemado. Gran laberinto, sin bosque, ni arco, ni flecha. Y en medio, el hambre a la tribu más fuerte le acecha. Militar con su honor renegado, se apropia de tierra ajena de riqueza, de bosque, de arena. El stronismo civil muy depravado, se suma al hurto y el bien estafado. La selva india con miel, madero, mono, venado. Y la tierra «expropiada» del Estado. Con el dictador criminal degenerado. ¡Casi 9 millones de hectáreas han robado!

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III Expulsado el campesino busca su nuevo camino con miseria y desatino. Y buena parte, cansado y vejado, otea el húmedo bañado. Y se instala agotado y sin brío, a la orilla de algún río donde reina dolor, hambre y frío sin rancho, trabajo, escuela ni abrigo.





Del paraje: Bañado y migrante desterrado I Expulsado por poderosos de afuera, del campo, de la capuera, de su suelo, su lugar, su comarca, rancho y hogar. Para siempre es el viaje. Abandona su paraje. Su palenque, su tierra se allana. Y en el lugar de su villa, uniformados con pistola y metralla, sin respetar cerco ni valla. Espantan animales, buey y caballo, destruyen sus frutos, su mandioca, su pan, su zapallo. Abandona su paraje. Para siempre es el viaje.

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Todo destruye el «olivo verde», aplasta a golpes la huerta. A veces incendia su albergue, su techo, pared y su puerta. Esta salvaje primera salida deja toda la familia herida y a veces, al campesino sin vida. Dura y salvaje la primera salida. Todos dejan el paraje y el que vive en la huida deja un pedazo de vida.

II



Miles y miles viajan un largo camino, por América hasta Europa, con poca salud y raída ropa. Buscando trabajo cualquiera, donde sea, donde quiera, para comer, para vivir y así aguantar y existir. Los millones que se van viajan un largo camino, Paraguay llevan por dentro, son de afuera, no del centro, campesino tierradentro. Dura la primera huida, salvaje la salida. Deja su lindo paraje y un pedazo de su vida.

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III Hay otros cientos y cientos que migran, con calor hambre y frío, a la costa de algún río. Estos miles de agricultores expulsados, viven peor que un buey o ganado. En la orilla, tierra abajo, sin comida ni trabajo. Y ya encerrado en la villa y en su patria, con miseria encarcelado. Cada año sube el agua, sube el río, cada año se repite con más hambre y más frío. Y el pueblo desplazado, deja de nuevo el bañado. Sin puchero ni estofado, busca un lugar elevado y allá en la altura sigue el hambre sin el guiso.

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La economía y su estructura, así funciona y lo hizo. Pues el amo, todo diseñó como quiso.

IV Noventa lucas para el diez por ciento y al noventa restante, solo sobran diez. No alcanza para un básico alimento, ni para ropa raída ni medias de pies. Economía maligna, perversa, desigual. Para pocos: oro, derroche, cristal, para millones: fútbol, corso, circo, carnaval.

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V Alto número de pobres y muy religiosos concurren a otro festivo carnaval donde un Obispo solemne, mentiroso, grita y arroja en su homilía, una de arena y otra de cal y una virgen de madera, coqueta y de vestido precioso, simula milagro para la salud contra el mal. Aunque al Obispo con mitra, seda y solideo y María de madera o barro y cabello sin raíz ni enredo con arena, teatro y cal el primero y la segunda, con falso milagro y un cuento con esmero. Aun así, en el pueblo, se afirma la creencia sin razón ni conciencia, con pueril e infantil maquinación. En medio de música, plegaria y religión, con menos rezo y escasa unción. Pero mucha timba, bebida, diversión. La multitud con hambre y «chipa» sin sal más admira al cura celestial y repite plegarias hasta un rezo final.

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En Ka’akupe llega al fin la misa y el gozo termina el festejo serrano religioso, cristiano y pagano. Y el creyente con estampa en mano y su Santo Rosario milagroso, se retira, con «aleluya» al misericordioso.

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VI Arriba están los ricos, la riqueza y la multitud de abajo vive en miseria y pobreza aún con esfuerzo y trabajo. Con arma o sin arma, migrantes y gente de abajo, somos la gran mayoría en la calle, la plaza, de noche y de día. ¡Vamos a luchar, carajo! Por el pan, la igualdad y el valor al trabajo. No olvidemos: los pocos de arriba se caen, se rompen o mueren. Cuando los millones de abajo reaccionan, luchan y se mueven. Repito y grito, a los excluidos, desechados, millones del bajo: ¡Vamos a luchar y triunfar, carajo!

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Indice Biografía del autor........................................................... 4 Dedicatoria........................................................................12

A modo de prólogo..........................................................16 Palabras liminares........................................................ 26 La costa del río............................................................... 39 Luchar y amar................................................................ 43 Del paraje: Bañado y migrante desterrado.........................59

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Domingo Laino

Versos del hombre y el hambre Ediciones Cerro Corá Asunción Paraguay

Edición y corrección Diego Ayala Valdez

Diseño y diagramación La Sala Espacio Creativo

Fotografia

Juan Pablo Laino

Audiovisual Tirolesa 2021

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