Agradecimiento La familia Arcos Castro, con motivo del fallecimiento de nuestra querida madre:
Sra. Ofelia Castro de Arcos Agradece infinitamente su asistencia al Novenario de Misas.
Despedida sin partida… Luís Arcos Hernández (+), Alfredo (+), Ema, Luis Alberto, Salvador, Laura Elena, Rosita y Bolívar Arcos Castro.
A Ofelia Castro De Arcos Nuestra Querida Madre Y Esposa
Madre a 10 días de tu partida, te recordamos como siempre fuiste: una mujer maravillosa, una excelente compañera y sobre todo una madre ejemplar profundamente amorosa y cariñosa. Nos enseñaste con tus actos, día a día, la pasión por el trabajo, el deseo de superación constante y el amor sin reservas a la familia. Tú sencillez, humildad, claridad de ideas, determinaciones firmes, acompañadas de una gran espiritualidad, belleza e inteligencia esculpieron tu singular personalidad. En el terreno de los principios y valores, nos legaste el amor a la verdad, la honradez, honestidad, lealtad, disciplina, constancia y el respeto a los demás. Pese al mundo difícil en que te desenvolviste, siempre tuviste tiempo para la lectura, la música y la poesía; tiempo para tus animalitos perros, canarios y gorriones;
tiempo para tus plantas, tu jardín, tus rosas y flores. Para nosotros tus hijos, no faltaron los juegos, los paseos y las escapadas a México y Acapulco. Los consejos, orientación, cuidado y respaldo, siempre, siempre estuvieron presentes. Luchadora de toda la vida, nunca te rendiste ante nada, asumiste siempre tus desafíos con determinación, coraje y dignidad. Fuiste una gran líder, organizadora nata, previsora, innovadora y visionaria. Defendiste también siempre con denuedo y sin vacilaciones tus principios religiosos. El amor a cristo fue una constante, una guía para la acción y una forma de vida. Gracias madre por tus enseñanzas, por tu entrega, abnegación, cariño y amor. Gracias por ser como fuiste, porque junto con mi padre con quien compartiste sentimientos proyectos y familia, fueron una gran pareja, de esas que jamás se olvidan porque dejan huella. Quizás por ello, aunque te hayas despedido, nunca te irás, porque al igual que a mi padre y a mi hermano mayor, te llevamos dentro, en la mente, en el cuerpo en la sangre y en lo más profundo de nuestro pensamiento y corazón. Hasta siempre madre…