6 minute read

Revista de Prensa

Next Article
Underworld III

Underworld III

La María

Underworld.Tercera parte Un musulmán holandés

dinero que no sabía qué hacer con él. Empezaba a jugar, y me gasté dos millones en un año. En cierto momento, me di cuenta de que estaba en el lado equivocado de la mesa. De modo que me compré un casino, uno que marchaba muy bien. Yo era el director sólo en el papel, y ganaba 1500 guilders a la semana, tenía un director de verdad, pero los intereses me los quedaba yo. Entonces yo llevaba todas las líneas en Estocolmo, y trabajaba super duro. Para resumir, uno de los que trabajaban conmigo me había sido enviado por la IRT. Me ofreció hash, que habían sacado de sus propios almacenes de pruebas. Buscaban un modo de exportar hash a países que la IRTtodavía no vigilaba. Eso es lo que se escondía tras la oferta de ese tipo, ese al que obligaron a colaborar con ellos.

P.¿No pretendían pillarte? ¿Sólo querían hacer negocios?

R. Sí, así es como empezó, y así es como poco a poco empezó a ir mal. Su precio era 200 guilders más bajo que el precio normal. Yo tenía abundante espacio y muchos compradores. Hicimos 500 kilos tres veces. La tercera vez recibí una llamada de alguien que después fue asesinado, y que me advertía de que tuviera cuidado porque estaba comprando hash de la IRT. Pero yo seguí a lo mío. Por aquellos días me dispararon cuando iba por la autopista, y estoy seguro de que fue la policía.

P.¿Entonces,cómo te cogieron al final?

R. Ya sabían mucho de mí. Habían utilizado a la chica con la que me casé, una argelina. Teníamos una mala relación, y ella no tenía permiso de residencia cuando me divorcié. Así que, a cambio de ese permiso, habló con la policía. Habló mucho. Ella sigue en Holanda, aunque estamos divorciados. Obtuvo el permiso de residencia a cambio de información.

P.¿Sabía ella mucho de tus actividades?

R. Bastante. Vivía con ella. Viéndolo ahora, actué como un estúpido, pero nunca en mi vida he conocido una actriz mejor que ella.

P.¿Qué es lo que les contó?

R. Desmontaron mi línea MarruecosHolanda y la conexión Holanda-Suecia. Estuve en la cárcel 37 meses, nueve en aislamiento, aislado de otros presos y de la televisión y radio. También confiscaron todo lo que tenía. Tras esos 37 meses tuvieron que soltarme, con un veredicto que apestaba. El fallo igualaba mi encarcelamiento. Dilataron el caso cinco veces con excusas de mierda, pero solo pude apelar cuando ya estaba en libertad, y para entonces ya lo había perdido todo. Y no hablemos de los impuestos. Fue la miseria, te lo puedo decir.

P.¿Por qué cargos te condenaron?

R. Importación y exportación de hash, lavado de dinero, y abuso de sustancias. En esos tiempos había hecho negocios con una agencia de cambio de divisas, que fue pillada en una importante acción policial. Yo estaba justo en el medio. Como sabían mucho de mí, no me fue posible evitarlos. Todo fue por culpa de mi ex-mujer. No solo me cogieron a mí, sino a todos los que estaban en mi entorno. Toda la red fue desmantelada.

P.¿Después la recompusiste?

R. No, ya tenía bastante, de verdad. Durante unos diez minutos creí que mi vida había terminado. Hay un momento en la vida en el que ves que no puedes seguir más. También estaba abusando del alcohol. Había visto cosas y tomado decisiones que no estaban bien. Quería acabar. Tu vida está constantemente bajo un estrés insoportable, tienes que vigilarlo todo al mismo tiempo. Vives con buscas, faxes, teléfonos. Tienes que moverte continuamente, y controlar siempre a la gente con la que estás tratando. También tienes que vigilar a tu propia gente, aunque lleves años trabajando con ellos. Tienes que ser un paranoico para sobrevivir. Nadie puede mantener una vida así indefinidamente, porque siempre hay gente que quiere comerte la merienda, y a veces sólo hay un modo de pararles: demostrarles que eres más listo y más fuerte. Hay que estar siempre un paso por delante, pegar antes de que te peguen. Y aunque ellos no quieran pegarte, tú les pegas a ellos, sin tener ningún derecho. Pero no puedes pensar así dentro de ese mundillo. Acabé enfermo de todo aquello.

45 Revista de prensa

P.¿Lo dejaste por la paranoia?

R. No, mucho más por los remordimientos de conciencia.

P.¿Alguna vez has traficado con drogas más duras?

R. Nunca. Me cago en esa mierda. Nunca fue un asunto para mí. Los he visto traficando, incluso a gran escala. Pero también veía que venían y se iban muy deprisa. Para mí, el límite es el hash. Tuve suerte por haber conocido esa mierda a edad temprana, y saber de sus efectos destructivos. Lo dejé enseguida y me di cuenta muy joven de lo rápido que destruye a la gente. No quiero tener ningún trato con gente que trafique con drogas duras.

P.¿Te robaron muchas veces durante tu carrera?

R. Unas cuantas. Una vez me dispararon mientras me robaban. Se llevaron unas pocas chinas de hash y mi cartera con unos cientos de guilders. Fue un disparo por nada. Nunca me ha pasado nada más fuerte que eso, así que supongo que no está mal. Si te refieres a si he sido estafado, eso es otra cosa, pasaba en uno de cada diez negocios. Porque en ese mundo, siempre hay alguien dispuesto a timarte. Pero se aprende a juzgar a la gente cuando estás en este negocio.

P.¿Tenías protección?

R. Desde luego, tenías que pagar a alguien para que te protegiera. Llega un momento en que sería estúpido no hacerlo.

P.¿Había gente peligrosa en el mercado del hash?

R. Sí, y fui lo bastante estúpido para seguir en medio. Debería haber dejado el mundillo antes. Me compré una pistola y llevaba granadas para protegerme. En los viejos tiempos (principios de los 70) una cosa así hubiera sido impensable. Nunca tuve una experiencia violenta durante el flower power. Pero el endurecimiento llegó rápido. Todo se hizo mucho más comercial y más violento.

P.¿Todavía ves a gente de tu pasada vida de traficante?

R. No, no he vuelto a hablar con nadie. Le he dado un descanso a mi pasado, y ahora trabajo en una oficina, de nueve a cinco. Mi vida está por completo al servicio de mi pequeña planta favorita, porque en mi tiempo libre cultivo e investigo más que nunca. Todavía es mi obsesión, nunca la he perdido. Pero creo que la policía lo sabe, así que seguiré hasta que la poli decida, lo que está bastante bien. Porque de verdad no quiero más líos, realmente no puedo más.

46 Revista de prensa

La María

La María

49 Revista de prensa

50 Revista de prensa

La María

La María

51 Revista de prensa

This article is from: