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Crecimiento para novatos

posible de raíces en el menor tiempo posible. Lo más comúnmente utilizado es el estimulador líquido de raíces, artículo que todas las grandes empresas de nutrientes tienen en sus catálogos. El estimulador de raíces garantiza un impulso de crecimiento a éstas. Su eficacia se percibe con más facilidad cuando se cultiva en sustrato. También favorece el crecimiento de cualquier otra planta presente en la mezcla de tierra. Por lo tanto, que nadie se asuste si de pronto aparece en su sustrato un tipo diferente de brote verde.

Generalmente, el estimulador de raíces se diluye con agua, aunque se utiliza sin diluir para estimular el arraigo de los esquejes en el proceso de clonación. No se utiliza estimulador de raíces al mismo tiempo que fertilizantes líquidos, ya que este último reduce la eficacia del primero. Por lo tanto, en los primeros días es necesario añadir estimulador de raíces sin mezclarlo con ningún tipo de nutrientes. Así conseguiremos un comienzo óptimo.

También existen hongos beneficiosos (simbióticos), que se pueden aplicar para favorecer un buen desarrollo de las raíces. Nova-Star-T, de BioNova es una bolsita llena de un polvo que contiene esporas de esos hongos benéficos, que se mezcla con agua. Con esta mezcla se humedecen los bloques donde se han plantado las semillas o clones. El hongo actúa en simbiosis, necesitando a la planta para sobrevivir. A cambio, la planta utiliza el hongo como un “sistema extra de raíces”. Allí donde crece el hongo, la planta puede extraer nutrientes. El efecto es que la plata consigue un comienzo mucho más fuerte y saludable y tiene acceso a mucha más cantidad de nutrientes del medio de cultivo. Casi todos los productos que tienen efecto estimulante para las raíces son muy útiles para el inicio del periodo de crecimiento o vegetativo.

La importancia del periodo de crecimiento

Con la fase de crecimiento se pueden determinar en gran medida las dimensiones, forma y rendimiento de nuestras plantas. Existen diversas formas de cultivar el cannabis y dependen sobre todo del modo en que han crecido en su fase vegetativa. Se pueden cultivar muchas plantas en un sólo metro cuadrado; en ese caso es importante que no sea muy larga la fase de crecimiento. Las plantas no deben crecer demasiado o se eliminarán unas a otras. Cuantas menos plantas se cultiven, más tiempo de crecimiento se les puede dar.

Las plantas de semilla y los clones tienen diferentes preferencias en cuanto a crecimiento. Los clones son plantas más viejas que las plantas de semilla, por lo que necesitan menor tiempo de crecimiento antes de ser inducidas a la floración. Una planta de semilla atraviesa varias fases y alcanza la madurez después de un mes de crecimiento. Cuanto mejor cultivador se sea, más rápido se es capaz de hacer llegar a una planta a la madurez. Esto no solo depende del tiempo, sino del volumen. Si nos fijamos en un clon, veremos que las ramas laterales crecen en forma de escalones. En cambio, las ramas laterales de una planta de semilla inmadura son proporcionalmente rectas. A medida que la planta se hace adulta, las ramas laterales también empiezan a crecer en forma de escalones. Así pues, el menor o mayor tiempo de crecimiento vegetativo determina las dimensiones de las plantas. Pero hay que recordar que las plantas más grandes no significan necesariamente las mayores cosechas. Para un principiante es especialmente importante tener en cuenta que la planta alcanza una enorme velocidad de desarrollo una vez se pone a florecer, y que seguirá aumentando de tamaño durante al menos tres semanas hasta que alcance sus dimensiones finales.

El crecimiento perfecto

¿En qué consiste el crecimiento perfecto? En que todas las plantas alcancen el tamaño ideal una vez iniciada la floración, y en que todas las plantas puedan después seguir desarrollándose bien sin entorpecerse unas a otras. Se trata, en suma, de que todo nuestro metro cuadrado esté ocupado por plantas, sin espacios vacíos, pero sin estar tan lleno como para que las plantas compitan entre sí por los recursos disponibles. Si se les da un periodo de crecimiento demasiado largo, o si se cultivan demasiadas plantas, todas tendrán un desarrollo más pobre. Las plantas necesitan espacio para que se desarrollen sus ramas laterales, y por lo tanto, ganen en corpulencia. Si carecen de este espacio, se desarrollan en altura, con el inconveniente de de que las ramas laterales más bajas serán débiles y no podrán producir cogollos pesados o grandes.

Para conseguir una buena cosecha, es necesario un buen desarrollo de los cogollos de las ramas laterales más bajas, así como en la parte superior. Cualquiera puede conseguir buenos cogollos en la copa; otra cosa es lograrlos en las ramas laterales inferiores. Pero, si se consigue, así es como se logra un magnífico rendimiento.

Por regla general, ocho plantas de semilla, con tres semanas de pre-crecimiento, llenan un metro cuadrado, bajo una lámpara de 600 vatios, y proporcionan una cosecha de unos 500 gramos, aproximadamente 63 gramos por planta, lo que no es una cifra espectacular. Mi sistema consiste en vigilar estrechamente las plantas, y cuando alcanzan una altura de unos 25-50 cm y se han convertido en pequeños adultos con pequeñas y fuertes ramas laterales, están listos para ponerlos a florecer. Los clones pueden iniciar la floración antes, ya que empiezan siendo más maduros. Por la misma razón, es conveniente no dejarles crecer más de unos 25 cm. Los clones suelen tener más ramas, por lo que dejan pasar menos luz hasta las ramas más bajas. Las plantas demasiado grandes impiden parcial o totalmente que llegue luz hasta las ramas inferiores, que de este modo no desarrollan cogollos. Así que dejarlas crecer demasiado resulta una pérdida de tiempo y energía. Estamos limitados por la potencia de las lámparas, que aseguran un buen desarrollo de cogollos sólo en los 20 cm superiores de nuestras plantas. Cuanto más abajo, más pequeños los cogollos. Es necesario garantizar la máxima cantidad de luz posible a las ramas más bajas, para maximizar el desarrollo de los cogollos en ellas.

Nutrición

Durante el periodo de crecimiento necesitan sobre todo nitrógeno y potasio. Si tienen deficiencias de uno o ambos durante la fase de crecimiento, se vuelven amarillas. Si

Una planta adulta

Una planta inmadura

elegimos cultivar en sustrato y utilizamos una buena mezcla de grow-shop, éstas contienen la suficiente cantidad de ambos nutrientes clave para un periodo de 3 semanas a un mes. La ventaja es que no hay que añadir fertilizantes líquidos hasta la fase de floración. El precio de más que se paga por la mejor mezcla de sustrato, lo vale. Además, se ahorran un montón de problemas potenciales. Las mezclas baratas suelen tener pocos nutrientes útiles, por lo que hay que empezar en seguida a utilizar fertilizantes líquidos, aumentándose el riesgo de sobre-fertilización. No se puede evitar cometer errores cuando se cultiva cannabis. De los errores se aprende, y la próxima vez no cometeremos los mismos. Sobre todo, hay que seguir las instrucciones de la botella y utilizar una jeringuilla para medir con exactitud las cantidades. Una nutrición suficiente, sin pasarse, da como resultado un crecimiento espléndido y saludable de nuestras plantas. Cuanto más grande sea, más fertilizante hay que darle. Así, si seguimos dándole las mismas concentraciones de nutrientes, notaremos que de pronto empiezan a desarrollar hojas amarillas. Trata de mostrar que necesita más alimento. Es necesario subir la dosis de nutrientes o dárselos con más frecuencia.

Las primeras dos semanas de crecimiento

Antes de brotar, las plantitas de semilla que aparecen en la fotografía, fueron plantadas en la mezcla de sustrato Plagron’s Royalty Mix. Este sustrato pre-fertilizado contiene suficientes nutrientes para varias semanas. Durante esas primeras semanas, añadí estimulador de raíces. Según fue pasando el tiempo, empezaron a crecer cada vez más deprisa. Como reforzante, durante este periodo de crecimiento también les di Alga de crecimiento, un nutriente líquido de crecimiento de Plagron. Esto no es absolutamente necesario, ya que en la mezcla hay suficientes nutrientes, pero me permitió mantener el nivel de valores nutricionales del sustrato. Si no lo hiciera, al cabo de unas semanas el suelo estaría agotado. Al darle regularmente nutrición extra, evitamos tener que añadir de repente fuertes cantidades de fertilizantes. ¿A dónde quiero llegar?. Pues a evitar demasiado alimento a la vez, lo que supondría un riesgo de sobre-fertilización. Aparte de aplicar estimulador de raíces y nutriente líquido para crecimiento, poco más se puede hacer en este periodo de crecimiento. Asegurarse de que las lámparas se mantengan a 30-40 cm sobre las plantas. La altura correcta varía en función de los espacios de cultivo y del número de lámparas en él. Si tenemos una buena circulación de aire, se pueden colgar las lámparas más bajas, ya que gran parte del aire seco y caliente es eliminado de la inmediata vecindad de las plantas, reduciendo el estrés producido por la acción de las lámparas.

Durante las primeras semanas los niveles de humedad se deben mantener lo más altos que sea posible, ya que así las plantas crecen más rápido y pueden fabricar sus hojas con más facilidad. Una concentración de humedad elevada en el ambiente puede hacer maravillas, y esto se puede conseguir apagando el extractor de aire o poniéndolo a baja potencia para que la humedad no salga inmediatamente del espacio de cultivo. Un humidificador también ayuda. Se trata de mantener la temperatura entre 22-28 º C y por la noche entre 18-22. Siempre que la temperatura no baje de los 16 grados, no se producirán problemas importantes. No hay que olvidar utilizar las lámparas todo lo posible por la noche, cuando las tarifas son más baratas, lo que a lo largo de todo el cultivo puede significar un ahorro importante. Una vez que ya están en marcha las verdes plantas, podemos acariciar sus fuertes tallos y saborear por adelantado el olor y sabor de nuestra futura cosecha. Ahora solo hacen falta unos cuantos meses más de paciencia hasta poder disfrutar de nuestros bien ganados cogollos en el momento de la recogida.

Esta serie ha elaborado en cooperación con Plagron. visítalos en www.plagron.nl

Nociones sobre cuartos de cultivo

Sótanos

La mejor ubicación para un cuarto de cultivo es un rincón oscuro o un sótano, donde sea fácil mantener una temperatura constante a lo largo del año. Los sótanos suelen estar bien aislados con paredes y suelos de hormigón, y se pueden esconder o camuflar con trastos viejos, dobles paredes o material de bricolaje.

Se consigue aún más seguridad instalando una puerta falsa en un armario. El cuarto de cultivo se sitúa detrás de la puerta secreta. Otra buena ubicación secreta, excepto por el posible aumento de temperatura, es el ático. Pocos se aventuran hasta un ático de difícil acceso. Algunos cultivadores emplazan sus plantaciones bajo una trampilla cubierta por una alfombra.

La ley no puede utilizar la factura eléctrica como única prueba acusatoria, pero sí puede añadirla a otras “evidencias”, como restos visibles de una plantación, señales de cambios térmicos, testimonios de soplones, etc., para conseguir un registro. Mientras no se venda o enseñe la marihuana cultivada a ningún chivato, no tiene por qué haber razones para suscitar sospechas. La tecnología térmica es fácil de ocultar. Basta con encender las luces durante las horas diurnas, para confundir. O, enfriar y expulsar el aire por debajo del bien aislado cuarto de cultivo, para que no deje un rastro de calor.

Esta vista de un sótano muestra una escena real. Las plantas sobre las mesas se mantienen calientes y son fáciles de mantener.

Las dependencias exteriores, garajes o graneros no adosados a la casa, son algunos de los peores sitios para ubicar una plantación de cannabis. Los ladrones y las fuerzas del orden no suelen considerarlos allanamiento de morada, mientras que se cortarían mucho más para entrar en un domicilio. La seguridad mejora mucho cuando la plantación está dentro de la casa.

Aunque menos frecuentes, también existen cultivos sobre ruedas. Algunos cultivadores ingeniosos han reconvertido caravanas y autobuses en cuartos de cultivo. Uno de mis favoritos estaba en un trailer trucado. Otro estaba en un yate de 18 metros.

El tamaño del cuarto determina el tamaño y la cantidad de lámparas. Las lámparas de HID, que funcionan muy bien con la marihuana se encuentran disponibles en voltajes de 150, 175, 250, 400, 600, 1000 y 1100. Los voltajes menores (150400) van bien para armarios o espacios reducidos (0’8-2 metros cuadrados). Utiliza bombillas de 600 vatios en adelante para zonas más amplias.

Los dibujos muestran varios planos de cuartos de cultivo. Como se ve, existen unos puntos básicos para el diseño y la producción de cuartos de cultivo. La mayoría de cultivadores empieza con una plantación en una sola habitación. Después de la recogida, introducen una nueva plantación de clones. El fotoperiodo vuelve a programarse a 18 horas, y el ciclo continúa.

Las plantaciones más productivas utilizan dos cuartos. El primero es para el crecimiento vegetativo, las plantas madre, y los clones en proceso de arraigo. Este cuarto debe medir una cuarta parte del otro, el de floración. Cuando se ha recogido la cosecha del cuarto de floración, se trasladan a éste las plantas del cuarto vegetativo.

Se consigue una super-productividad con una cosecha perpetua. Todos los días o semanas se sacan varios clones. Todos los días se cosechan varias plantas. Por cada planta cosechada, un nuevo esqueje se pone en su lugar.

Este barril lleno de agua muestra cómo el cannabis crece tan deprisa como lo permita su factor más delimitante. A menudo, la luz es el factor que limita el crecimiento en interior.

Aire 20% Temperatura Humedad Contenido en CO2 y O2. Luz 20% Espectro (color) Intensidad Fotoperiodo (horas de luz por día) Agua 20% Temperatura pH EC Contenido en oxígeno Nutrientes 20% Composición Pureza Medio de cultivo 20% Contenido en aire Contenido en humedad

Esta plantación de interior consta de un gran cuarto de floración, un cuarto de crecimiento vegetativo y una cámara para los clones.

Puesta en marcha del cuarto de cultivo paso a paso

Hay que dejar listo el cuarto de cultivo antes de poner las plantas. La construcción requiere espacio y planificación. Un cuarto a medio construir supone un entorno terrible para las plantas. Una vez construido y totalmente operativo, estará listo para recibir a las plantas.

Primer paso: Elige un espacio poco o nada concurrido. Un rincón del sótano o un dormitorio en desuso son perfectos. Una lámpara HID de 1000 vatios, bien colocada, iluminará eficazmente un cuarto de 1’8 x 1’8 m. La lámpara debe situarse al menos a una altura de 1’5 m. Recuerda que las plantas en contenedores se sitúan a 30 cm del suelo, y que la lámpara necesita otros 30 cm de espacio desde el techo. Eso deja a las plantas un margen de unos 90 cm para crecer. Si el cultivo está en un cuarto con el techo más bajo, se puede hacer mucho para remediar la pérdida de altura, incluyendo clonación, curvado, podas y utilización de lámparas con menor voltaje.

Segundo paso: Aísla bien el cuarto, si no lo está ya. Elimina cualquier cosa que no pertenezca a la plantación. Muebles, trapos y cortinas pueden albergar hongos. Un cuarto aislado permite un control preciso de todo lo que entra o sale, aparte de todo lo que ocurre dentro. La mayoría soluciona este aislamiento por medio de paneles de contrachapado o fabricando paredes de plástico y pintando las paredes de blanco. Hay que asegurarse de que no se ve luz desde fuera. Para cubrir una ventana, por ejemplo, hay que hacerlo discretamente, que no parezca condenada. A veces se pintan para disimular, o se colocan libros y otros efectos personales para que desde fuera parezca una habitación normal. Por la noche, las luces brillantes en ventanas descubiertas son como un señuelo para vecinos curiosos o ladrones.

Tómate un tiempo para construir tu cuarto de cultivo, de modo que todo el espacio se utilice con eficiencia.

Una sóla lámpara MH de 1000 vatios basta para hacer crecer suficientes madres, clones y plantas vegetativas que soporten 4000 vatios de lámpara de floración HID. Este diseño perimite eliminar los olores fuertes hacia arriba, hasta ser evacuados a través de los ventiladores del tejado. Una tercera zona del ático se utiliza para amortiguar el calor en climas cálidos.

Esta plantación de armario tiene todo lo necesario para una buena cosecha: luces, ventiladores, y cannabis. Una lámpara HID de 400 vatios ilumina el espacio superior de floración (90 x 120 cm), y dos CFl de 55 vatios en un reflector iluminan las madres y los clones en este sistema de cosecha perpetua.

A esta plantación en ático se accede por medio de una escalera plegable. El cultivador utiliza el espacio muerto encima de la plantación para que el generador de ozono renueve el aire antes de expulsarlo.

Tercer paso: Cubre las paredes, el techo, el suelo -todo- con material reflectante, como pintura blanca o Mylar. Cuanta más reflexión, más energía disponible para las plantas. Un buen material reflectante

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