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Medical Cannabis Bike Tour

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MOVER MONTAÑAS POR EL CANNABIS MEDICINAL

Medical Bike Tour 2013

El dolor, el agotamiento y la fuerza de voluntad son aspectos clave para los ciclistas profesionales. Los quince participantes del Medical Bike Tour 2013 descubrieron todo lo que esto significa para unos ciclistas aficionados, con poco entrenamiento, en un tour de tres etapas por las agrestes montañas españolas. Cuando el equipo cannabis llegó al recinto ferial de GrowMed en Valencia, después de 380 kilómetros especialmente duros, el alivio y la euforia eran bien visibles. Todos estos ciclistas superaron sus dificultades y trabajaron juntos para conseguir 50.000 € para la investigación médica del cannabis. De Jan Sennema

Tuvimos suerte. España respiraba aliviada cuando llegamos a Madrid el 14 de abril. Aunque un largo invierno sin precedentes causó estragos en el país, el día de nuestra llegada el sol brillaba por primera vez en muchos días y la temperatura superaba los 25° C.

Después de pasar la noche en Madrid, un servicio de transporte de Paradise Seeds nos recogió en nuestro hotel para, tras un corto recorrido, dejarnos en nuestro punto de inicio, la pequeña aldea de Budia, de unos 150 habitantes. Descargamos las bicicletas, y como ya es norma entre los fanáticos ciclistas, causaron una gran admiración. Era una colorida exposición de todo tipo: desde robustas bicicletas de montaña y clásicas vintage en brillante acero, hasta las modernas bicicletas de carbono y aluminio cuyo

valor suele superar un salario medio. La expectación alcanzó su punto álgido cuando se presentó el vestuario. Nos impresionaron las prendas de aspecto profesional, cuyos patrocinadores como Rabobank y Garmin habían sido sustituidos por grandes nombres de la industria del cannabis. ¡Realmente increíble! El equipo estaba formado por quince ciclistas muy diversos: un austriaco, Harry, el hombre de acero del grow shop Bushdoctor, cuatro fieras eslovenas y dos chicas holandeses quienes, especialmente en las escaladas, dejaban en evidencia a algunos de los chicos. El ciclista más joven, hijo de Luc de Paradise Seeds y un prodigio en las etapas de escalada, solo tiene 17 años. Peter, con 69 años, era el más veterano del grupo pero no el más débil; al contrario. Los cuidados estaban en manos con dos talentosos británicos que trabajan en el estudio de los efectos positivos del cannabis en el deporte. Los vehículos de asistencia estaban capitaneados por el siempre divertido Alex ‘Happy Smile’ de La Haya y por Roos, sin dejar de mencionar al increíble Patrick, AKA Ali Babá. mo mejora con rapidez la condición física de los participantes. Mientras que en la fase inicial, en los primeros ascen-

sos, parecía que los pilotos necesitaban una bomba de oxígeno, a partir del segundo día subían con mayor facilidad. A menudo el pelotón se dividía, a veces en los ascensos muy pronundobles, cómodas camas y duchas de agua caliente. Sin embargo, el ritmo de vida español era todo un reto. Puesto

Los exhaustos pilotos delante de un gran banquete de espaguetis. De izquierda a derecha: Daisy, Harry, Peter y Kees.

que a las 5 de la tarde estábamos encima de la bicicleta y a las diez y media aún hacíamos sobremesa, no nos quedaba otra opción que ir a la cama con el estómago lleno, una situación que dificultaba

Darlo todo: Daan de Dizzy Duck nos lo cuenta un poco.

Presentación del equipo antes de salir de Budia.

En la carretera

Después de partir de Budia para una primera etapa de 125 km el 16 de abril, pronto se formaron alianzas entre los pilotos que estaban más o menos en forma, entre los que preferían las colinas o los que sentían debilidad por los descensos. Cabe destacar que el ciclisciados o largos y a veces en vertiginosos descensos, donde los vehículos de asistencia ni tan siquiera nos podían seguir. Pero siempre nos volvíamos a reunir. Si alguien sufría una avería, bien por un pinchazo, bien por una salida de cadena, siempre había un compañero dispuesto a ayudarle, aunque era difícil detener la tentación de continuar y unirse al pelotón.

Afortunadamente, pernoctábamos en cómodos apartamentos, propios de auténticos ciclistas, en habitaciones la conciliación del sueño, algo que no importaba demasiado a Patrick cuando a las 7 de la mañana nos despertaba con su ruidoso megáfono.

Por desgracia, la segunda etapa del MC Biketour no se libró de los contratiempos. En un tramo de carretera sin asfaltar tres pilotos chocaron en una curva. Milagrosamente, solo sufrieron abrasiones, aunque el desafortunado Jaka tuvo que visitar un hospital por algunas torceduras. Por suerte, las lesiones no fueron graves.

Roos, el prodigio de la escalada, ocupa la cabeza del pelotón desde el inicio de la segunda etapa. Extremos opuestos en el MC Biketour: RastaJan y Peter, el patriarca de 69 años.

Dopaje

Es de sobras conocido que un corredor sufre un estado de euforia. Pero que

este estado pudiera sufrirlo un ciclista, nadie lo comenta. Aunque el umbral de dolor aumenta corriendo día tras día, es una sensación verdaderamente fenomenal. Naturalmente, es sabido que en el MC Biketour se utilizaron sustancias dopantes, aunque el uso de estas drogas para mejorar el rendimiento se limitó al cannabis.

Jan, el amable rasta esloveno, conocido por sus compatriotas como “Navaja” por su físico delgado, fue como una mascota para nosotros. No utiliza un casco de seguridad. Con su colección de sombreros rastas ya no necesitaba nada más. Durante una de las pocas etapas llanas del tour, me comentó que practica muchos deportes y siempre fuma durante la práctica. Juega al fútbol con un grupo de amigos. “Si todos

hemos fumado cannabis antes del partido somos invencibles. Llegamos a tener, por así decirlo, telepatía.” Mientras sube, sin esfuerzo alguno, la colina con sus enormes ruedas tractoras, vemos a nuestro héroe rasta con un canuto en su boca. Los tres representantes del coffee shop y banco de semillas Dizzy Duck también encienden regularmente un canuto aunque observo que gradualmente disminuyen el consumo.

Piel de gallina y lágrimas

En el último día, fuimos despedidos por una jubilosa multitud de entusiastas

escolares. ¡Fue suficiente para ponernos la piel de gallina!

Bárbara, la única participante española, que se unió al pelotón en el penúltimo día, para la etapa final de 30 kilómetros, no pudo aguantar el tremendo ritmo del pelotón y tuvo que abandonarlo. Terminó la ruta a su propio ritmo aunque, curiosamente, llegaría la primera en Valencia. Cuando llegamos a las afueras de Valencia, en formación cerrada, observé lágrimas en los ojos de algunos compañeros. A mí también me asaltó la emoción. Tuve la sensación de que éramos míticos guerreros que regresábamos a casa después de duras batallas. Habíamos conseguido algo especial en aquellos tres días. La emoción no duró mucho. Los más valientes del pelotón querían demostrar que aún

estaban lejos del agotamiento y reanudaron la carrera de manera muy audaz. A pesar del viento de cara, corrieron a una velocidad de vértigo superior a los 40 km por hora hacia el Mar Mediterráneo. Aunque yo lo daba todo, no conseguía cerrar la brecha. Justo antes de llegar al centro de la ciudad, nos volvimos a reunir todos. Cuando llegamos al recinto ferial a las 5 de la tarde, fuimos recibidos por un exultante comité de bienvenida. ¡Por fin, lo habíamos conseguido!

Para todos los participantes, pilotos y asistentes, el MC Biketour fue una aventura inigualable y conmovedora. Con un sentido agradecimiento a todos los

patrocinadores, los líderes del equipo, Luc y Matej, entregaron un cheque de 50.000 € al profesor español Guillermo Valesco en la feria GROWMED de Valencia. No llegamos a la extenuación para nada; fue la culminación de una experiencia memorable. Esperamos que se unan más ciclistas en la tercera edición.

Aunque el umbral de dolor aumenta corriendo día tras día, es una sensación verdaderamente fenomenal.

Nuestro más sincero agradecimiento a: Sweet Seeds, Royal Queen Seeds y

Advanced Nutrients por su patrocinio de base, a los patrocinadores de Club 100 y a todos los patrocinadores anónimos.

El pelotón se adentra por enésima vez en un barranco.

Entrega simbólica del megacheque de 50.000 euros.

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