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Ed Rosenthal

BEYOND BUDS: NEXT GENERATION

CONCENTRADOS DE MARIHUANA E INFUSIONES DE CANNABIS

Beyond Buds, Next Generation es una edición completamente actualizada del libro superventas de Ed Rosenthal sobre concentrados de marihuana. Rstá disponible en todas partes a través de librerías. Más que un manual práctico para consumidores curiosos y aprendices de productor de concentrados, –aunque ciertamente cubre estos casos-, es una vívida instantánea de la ciencia y la cultura actuales, relacionadas con el cannabis, en un momento histórico crucial: el amanecer de la industria cannábica regulada. Para aquellos que están descubriendo –o redescubriendo- los beneficios del cannabis, inversores, emprendedores, creadores de contenido y otros profesionales intelectuales que quieran tener una imagen bien enfocada de las nuevas fronteras de la cultura y el comercio cannábico, Beyond Buds, Next Generation ofrece una visión panorámica de la rápida evolución del consumo de cannabis. Por Ed Rosenthal y Greg Zeman

EXTRACTO DE BEYOND BUDS, NEXT GENERATION

Hubo un primer ser humano afortunado que descubrió los poderes intoxicantes del cannabis. Quizá, este homínido primitivo arrancó de manera inadvertida unas ramas de Sativa mientras recogía leña, y acabó echándolas al fuego, dándose cuenta de los potentes efectos del humo al despertar con la horrible evidencia de haberse comido un antílope entero la noche anterior.

Lo cierto es que, una vez que los seres humanos descubrimos el poder el cannabis, pusimos de inmediato nuestra energía colectiva en aprovecharlo. Consumir cannabis por inhalación es una práctica antigua, de manera que no queda demasiado espacio para ideas nuevas en lo que respecta a llevar los ingredientes activos hasta los pulmones. Aún así, resulta difícil apuntar un cambio más revolucionario en el consumo contemporáneo de cannabis que la popularización de la vaporización de concentrados (dabbing).

Los concentrados solían tener un papel secundario frente a la “estrella” innegable del mercado cannábico: los cogollos. Ahora, con la difusión del dabbing, los concentrados han ocupado la pista central del escenario comercial y cultural del cannabis. experimentar los efectos de fumar un canuto entero o más en una sola calada, usando únicamente una cantidad de producto equivalente a una cabeza de alfiler.

Piensa en ello como la diferencia entre beber cerveza o licor. Si te bebes una lata o un botellín de cerveza con un 5% de alcohol, te estás bebiendo 330 ml de líquido, pero sólo 16,5 ml de alcohol; si te tomas una copa de las típicas bebidas destiladas de 80 grados, seguirás consumiendo 16,5 ml de alcohol, pero sólo estarás bebiéndote 45 ml de líquido.

Las comparaciones entre los cogollos y los concentrados no pueden hacerse con la misma precisión que al comparar la cerveza y los licores, pero la analogía proporciona una base para comprender sus potencias relativas.

Podrías beberte una cerveza de 330 ml en un pícnic, pero (probablemente) no te tomarías esa cantidad de vodka; y, si lo hicieras, es casi seguro que te arrepentirías, aunque se trate del mismo volumen de líquido.

De igual forma, podrías ser capaz de fumar una pipa masiva de cogollo, pero intentar hacer lo mismo en tu primera experiencia de dabbing podría resultar en una experiencia desagradable. Si tienes esto en mente a la hora de dosificar tus pipas de concentrados, evitarás el posible malestar y la ansiedad de sobrecargar tus sentidos.

DABS A BAJA TEMPERATURA: BILLETE DE PRIMERA CLASE A VILLATERPENOS

La mayoría de aficionados al dabbing empezaron con dabs a alta temperatura, pero afortunadamente esto ya no es un ritual de iniciación necesario, ahora que el dabbing a baja temperatura se ha convertido en práctica mayoritaria.

La clave para un dabbing efectivo consiste en hallar el equilibrio ideal entre la preservación de los terpenos y la activación del THC y demás cannabinoides. El problema es que el punto de volatilización de la mayoría de terpenos es mucho más bajo que el punto de ebullición de la mayoría de cannabinoides. Así que hay que llegar a un compromiso.

Temperaturas más bajas equivalen a más terpenos y menos cannabinoides activados; temperaturas más altas se traducen en menos terpenos y mayor activación de cannabinoides. Por fortuna, en los dabs a baja temperatura se emplea baja presión, lo cual se logra restringiendo el flujo de aire mediante una tapa de carburación.

Las tapas de carburación restringen y dirigen el flujo de aire, reduciendo la presión y, por extensión, los puntos de ebullición tanto de los terpenos como de los cannabinoides presentes. Esto permite disfrutar de un dab a baja temperatura lleno de sabor y que contiene altos niveles de cannabinoides activos.

LA REVOLUCIÓN DEL ROSIN: HACIENDO TU PROPIO CONCENTRADO

Muchos de los que se inician en el dabbing, lo hacen vaporizando rosin. El rosin es una mezcla concentrada de terpenos y cannabinoides extraídos mediante un método llamado “técnica rosin” (TR). Se trata de la manera más simple y económica de extraer un concentrado a partir de cogollos, o de refinar hachís para un dabbing más efectivo. En vez de emplear un proceso químico, la TR utiliza calor y presión para exprimir los cannabinoides y los terpenos de la materia prima. Es un proceso muy rápido. Puede hacerse rosin en un momento, y consumirse de inmediato. Otra ventaja de la TR es que tiene un riesgo mínimo de causar daños físicos.

La ciencia física de la TR es simple. La aplicación de calor derrite los terpenos y los cannabinoides en una resina flexible dentro de la materia prima. Cuando el material se exprime usando

una prensa, se expulsa fuera la resina. El resultado es una masa plana de materia prima rodeada de un cerco de rosin. El producto final no es tan refinado como los productos obtenidos por otros métodos. Las tres ventajas de la TR son el bajo coste para empezar, la rapidez y la facilidad de uso. Puede utilizarse una gama amplia de utensilios y equipamiento para hacer rosin. La elección depende principalmente de la cantidad que se quiere prensar. A nivel de hobby, pueden emplearse objetos domésticos, como una plancha para ropa. Los productores industriales usan prensas neumáticas o hidráulicas.

MATERIAS PRIMAS

Hay tres tipos básicos de material que puede ser prensado para obtener rosin: cogollos, hachís y polvo de resina. Dentro de estas categorías existen distintos tipos y grados de calidad. En este artículo, describiremos el proceso para producir rosin a partir de cogollos. La producción desde hachís y polvo de resina está descrita con detalles en nuestro libro Beyond Buds, Next Generation.

COGOLLOS

Las flores ricas en resina recién curadas (los cogollos pequeños y los recortes son ideales) dan como resultado el mejor rosin, porque es rico en terpenos y en cannabinoides. Por el contrario, el material más viejo y seco produce menor rendimiento de un rosin más oscuro y con menos potencia y sabor.

POLVO DE RESINA

El polvo de resina suele contener un porcentaje más o menos alto de materia vegetal. Cuanta más materia vegetar se retire de las cabezas de tricomas, mayor será el rendimiento, y más limpio y suave será el rosin resultante.

HACHÍS

Cuando el rosin se prensa a partir de hachís, se trata de una concentración secundaria; un refinamiento de un producto que ya estaba concentrado. Esto da como resultado una concentración más alta de cannabinoides en el rosin.

PRENSADO DEL ROSIN

El procesado del rosin, aunque no es en frío, tiene lugar por debajo del punto de volatilización de la mayoría de terpenos, y no alcanza la temperatura necesaria para la descarboxilación. El rosin es, principalmente, una concentración de THCA y/o CBDA, los precursores ácidos de los cannabinoides. Como resultado, el producto es estupendo para fumar, pero no será psicoactivo si se ingiere.

ROSIN PRENSADO A MÁQUINA LA ELECCIÓN DE LA PRENSA

Una opción, para aquellos que son nuevos en la producción de concentrados, es elegir un modelo básico de prensa de sobremesa, con un tamaño mediano, y que tenga mayor capacidad de volumen que una plancha para el pelo, sin requerir la inversión y el espacio de una prensa de mayor tamaño.

Si decides adquirir una prensa, uno de los factores principales a tener en cuenta es la cantidad de presión que produce. No tienes que comprar un equipamiento caro que realmente no necesitas. Es inutil adquirir una prensa que produzca 25 toneladas de presión, cuando bastan de dos a cinco toneladas. Con eso es suficiente para prensar cantidades pequeñas de hachís o de cogollo. Prensar 100 gramos o más de cogollo o hachís de una vez requiere más presión: entre 10 y 25 toneladas métricas.

La mayoría de prensa específicas para rosin, disponibles a nivel comercial, están diseñadas para prensar hachís exclusivamente. Si tienes pensado prensar flores, elige una máquina que esté diseñada para ello. Se requiere más presión que en los modelos para prensar hachís.

ÚTILES PARA EL PRENSADO DE ROSIN A MÁQUINA

MOLDES PARA PRENSADO PREVIO

Además de la prensa, hay distintos elementos a considerar. Los moldes de prensa son un componente crucial de muchas prensas pequeñas para rosin, por lo que es importante prestar atención a las especificaciones. La presión afecta al rendimiento. Para maximizar la presión, aplica la misma fuerza en el menor área posible.

BOLSAS DE FILTRO

Es posible prensar “a pelo” un cogollo, sin emplear ninguna bolsa de filtro; usando simplemente un molde o nada. Pero si quieres refinar más tu producto, y contener el material en un área condensada (sin la pérdida de tricomas que ocurre cuando se usan moldes o se prensa a mano) las bolsas de filtro son una opción excelente.

PAPEL DE HORNO O PTFE

Con independencia de la aplicación de la TR que elijas, el papel de horno es absolutamente esencial. Asegúrate de que el papel que eliges no tiene ningún recubrimiento; nunca utilices papel encerado.

PRENSADO DE FLORES A MÁQUINA

El prensado de cogollos produce entre un 10% y un 35% del peso original, lo que se corresponde aproximadamente con el contenido de cannabinoides de la materia prima. Si una variedad alcanza un 20% en análisis de laboratorio, puedes esperar un rendimiento en rosin cercano al 20% del peso del material, si se dan unas condiciones óptimas; por ejemplo, en ese caso, 25 gramos de cogollos producen alrededor de 5 gramos de rosin.

Antes de proceder al prensado, asegúrate de que la humedad relativa del material es la adecuada. Si es demasiado baja, el rendimiento y la calidad se resentirán; si es demasiado alta, el rosin será difícil de recoger, o tendrá olor y sabor a clorofila, y hasta puede teñirse de verde. En general, es preferible usar material con un nivel de humedad relativa del 55-60%. Puedes

medir esto usando un higrómetro, ya sea un modelo básico analógico, como los que se emplean en los humidores para puros, o un higrómetro digital, que puede adquirirse por 30 euros más o menos. Si los cogollos están demasiado secos, puedes utilizar un pack de humidificación, como los que produce Boveda específicamente para cannabis.

Corta y pliega el papel de horno siempre antes de proceder a prensar. Preparar el papel durante el trabajo resulta engorroso, inapropiado e ineficiente. Reducir la temperatura suele dar como resultado una calidad superior, pero esto no ocurre siempre, y las temperaturas bajas hacen que disminuya la producción; a veces, drásticamente. Esto depende de la calidad de la materia prima y de su “personalidad”: el conjunto de idiosincrasias y características físicas que afectan a cómo reacciona al prensado. Una buena manera de juzgar cuánto tiempo mantener el cogollo bajo presión es observar el color del aceite y su grado de fluidez. Una vez que el flujo empieza a oscurecerse y a ralentizarse, es momento de detener la presión. La mayoría de productores de rosin calientan la materia prima a una temperatura entre 65 y 120 ºC. Esto varía en función de la humedad relativa del material, lo cual también afecta al rendimiento. Comprueba siempre los rendimientos y la calidad del rosin a distintas temperaturas, para determinar las mejores condiciones para cada lote. Asegúrate de ser consistente en la cantidad a prensar. Extiende el cogollo de manera que forme una capa homogénea. No manipules en exceso los cogollos antes del prensado. Muchos productores creen que logran mejores resultados a partir de cogollos prácticamente intactos en comparación con la materia prima desecha o picada, pero otros lo deshacen todo hasta obtener un tamaño uniforme, y crean una capa homogénea.

Hay productores que prefieren empezar a prensar aplicando una temperatura más alta, e ir bajándola, pero recomendamos empezar a baja temperatura e ir aumentando el calor, hasta que notes un deterioro en la calidad. Tu objetivo es lograr un equilibrio entre rendimiento y calidad, y deberías poder ajustar la temperatura ideal para una variedad determinada en cuatro o cinco rondas de prueba. Para afinar al máximo la temperatura de prensado, podrías necesitar entre ocho y diez rondas de prueba. Pero una vez alcanzado el punto óptimo, puedes usar ese ajuste, o la combinación de ajustes, de ahí en adelante.

Una vez retirados los tallos, se pesan las flores hasta alcanzar la cantidad deseada. A continuación, empleando un utensilio para mantener abierta la bolsa, introduce dos cogollos pequeños y asegúrate de que quedan bien encajados en las esquinas. Esto impide que se pierda aceite por las esquinas. Una vez dispuestos los primeros cogollos, llena la bolsa uniformemente con el material restante, sin dejar huecos, de forma que se alcance un grosor homogéneo entre 0,6 y 1,2 cm, y quede una solapa de 2,5 cm para hacer un pliegue. Habrá dos esquinas adicionales después de plegar la solapa; rellena estos huecos para asegurar un flujo homogéneo y evitar pérdidas.

Cuando hayas precalentado el material y los tricomas se hayan derretido, aplica toda la presión. Deberías empezar a ver fluir el aceite por fuera de las placas. Según lo rápida que sea la extracción y la cantidad que esté siendo prensada, mantén la presión sobre el material durante un tiempo entre 35 y 90 segundos. El motivo de esta variación de tiempo es que el ritmo del flujo cambia, en función de la variedad y la frescura de la materia prima. Las flores de flujo lento requieren calor y presión durante más tiempo. Las flores frescas con aceite de flujo rápido deberán ser retiradas antes del calor.

RECOLECCIÓN DEL ROSIN

Recoger el rosin tras el prensado suele suponer un reto mayor que el prensado en sí. Dependiendo del material de partida, su humedad, la temperatura y el tiempo, pueden resultar distintos tipos de consistencia. Puede tratarse de un material estable y fácil de recoger, o puede ser una especie de savia pegajosa. El rosin de hachís es más estable (menos pegajoso y pringoso) que el rosin de flores, que suele ser difícil de recoger. Independientemente de la consistencia con la que estés tratando, lo mejor probablemente sea trabajar en una habitación lo más fría posible; idealmente, sobre superficies de trabajo frías. De esta forma, se aumenta o se mantiene la manejabilidad del rosin mientras lo recoges y lo envasas. Asegúrate de usar guantes para evitar la contaminación del rosin con aceites de las manos, y también para impedir que el rosin se te pegue a las manos.

Tras prensar el rosin, deja los papeles en el frigorífico durante unos 5 minutos para que todo se enfríe y se estabilice el aceite. Pueden utilizarse placas o bloques fríos para facilitar la recolección: una placa de aluminio que se deja en el frigorífico, o puesta sobre un bloque de hielo constituye una superficie fría ideal. Evita rascar el papel de horno, ya que esto puede dar como resultado que el producto final se contamine con partículas de papel.

CURADO Y CONSERVACIÓN

Después de recoger el rosin y hacerlo una bola, hay varias formas de curarlo. Una bola grande es una buena manera de proteger la mayor parte del producto frente a la oxidación y la evaporación de terpenos.

Guarda siempre el rosin en un contenedor sellado en el frigorífico. Esto conserva los terpenos y evita la oxidación. Si no tienes pensado pesarlo en porciones, déjalo en una bola grande dentro de un contenedor sellado.

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