Sinfonía de bríos. Libres, libres de la presurosa carrera planteada por el yugo del hombre, cierra tus ojos e imagínalos trotando a su paso… Sin anillas que cercenen sus florecientes ganas, el cáliz de ganar no los desgasta competencia febril que impide su elegancia. Indomables, briosos, solo una pausa para beber agua limpia de todo preconcepto que impida su afán. Besan nuestras sienes con su patrón Dándonos a conocer: ¿Cuál es su secreto? No, no hay tal ¿o sí? solo míralos. Corren para sí, absolutamente idóneos Para Ser y sentir, no necesitan ser líderes de nadie ni de nada. La sinfonía de sus cascos es un canto a la vida. Sandra Taragán- Vicairot