LONCHES SANOS
Esta semana nuestra jefa se encargaba de ponernos de acuerdo para la misión “lonches sanos” , no fue nada fácil… pues todos teníamos opiniones diferentes, algunos queríamos que fuera el lunes que salíamos más temprano, otros que cada quien llevara su lonche aparte, otros el jueves saliendo de clase, en fin se sometió a votación y la mayoría voto que iríamos el jueves 21 de agosto saliendo de clases, después discutimos sobre qué haríamos y la cooperación que daríamos, nuestra jefa estaba un poco estresada en las reuniones en las que se trataban los temas porque todos hablábamos, algunos gritaban, un desastre, hasta que nuestra jefa puso orden, y pues quedamos por votación que se harían tortas de aguacate, aguas de sabores y les pondríamos una manzanita. El dinero se lo daríamos a nuestra nueva tesorera Nélida vega, ella y cesar se encargarían de comprar las cosas, nuestra compañera Marlene como tiene una panadería amablemente puso los 60 bolillos para los lonches. Llegado el jueves, llegamos todos uniformados, y limpios, ese día entramos a las 9:00 y nely, ana, ale, y cesar fue a comprar las cosas desde temprano, Marlene trajo los bolillos. Al salir de clase que fue a las 4: OO pm aproximadamente todos teníamos de hambre, y decidimos ir a comer a los comercios que están afuera de la universidad, con acuerdo de que a las 4:00 pm estuviéramos en el Hipócrates del edificio de medicina humana. Algunos compañeros fuimos a comer a una nueva cafetería afuera de la universidad, como fuimos aproximadamente la mitad del grupo, se demoraba un poco la comida, estuvimos sentados allí comiendo, platicando, y cuando nos dimos cuenta faltaban 10 minutos para las 5, nos apresuramos y nos dirigimos hacia el edificio de medicina donde nuestros demás compañeros estaban, después algunos compañeros fueron por las cosas a la camioneta de nuestra compañera cristal, mientras
nosotros nos lavábamos las manos, nos tomamos fotos de manos limpias, y limpiamos las mesas, la verdad al principio yo quería que cada uno llevara su lonche aparte, pero ese día me divertí mucho porque creo que nos hace falta convivir más como grupo, y como la familia que somos, ya más de un año juntos pasando a veces más horas allí que en nuestras casas. A continuación se armó otro desastre para saber qué actividades haríamos cada uno, asi es que la jefa puso orden, que la verdad ha desempeñado excelentemente sus actividades, pone orden, cumple con lo que los docentes le encargan con responsabilidad, está al pendiente de las cosas, hasta nos pone recordatorios sobre las tareas que tenemos que entregar y las fechas. Así es que Silvia anoto en el pizarrón las cosas que había que hacer y los nombres de las personas encargadas, a Eduardo Monreal, Casandra, j. Antonio y a mí nos tocó partir el queso y ponérselo a las tortas, nos organizamos en las mesas, os que partían los bolillos, los que ponían aguacate, luego nosotros con el queso, el jamón, el jitomate, el chile, y la envoltura; pero nos faltaban las manzanas así es que nuestra tesorera, América y juan fueron a comprarlas, también compraron bolsitas para ponerlas. Como estábamos muy bien organizando y casi todos trabajando, pues terminamos rápido las 60 tortas, como en 40 minutos, solo esperábamos a los encargados de comprar las manzanas y las bolsitas, limpiamos el salón en el que estábamos y a nuestra jefa se le ocurrió una gran idea, hacer unas notitas con una frase bonita para ponerle una a cada lonche, asi es que ella y Ana escribieron en papelitos las frases como: “todo estará mejor”, “sonríe” etc. , allí también me divertí porque mis compañeros hacían bromas entre nosotros. Después de un ratito legaron los compañeros encargados de las manzanas y las bolsas, asi es que nos dimos prisa para embolsarlas, y después de lavar las manzanas ponerlas. Terminados los lonches nos organizamos para irnos en los compañeros que traen carros o camionetas para llegar más rápido a hospital. Pili, cristal, Marlene, Fernanda, Tere y yo nos fuimos en la camioneta de cristal Guadalupe. Amontonadas pero con muy buen ánimo, cuando llegamos al hospital esperamos a todos los demás compañeros para ponernos de acuerdo de cómo sería el plan, al principio pensamos en llevarnos las tortas y el agua de una vez, pero después decidimos llevarlas escondidas en las mochilas, primero hablas con las personas, y al final ofrecerles una torta. Badillo nos repartió las tortas, pusimos varias en las mochilas, nos dirigimos a la entrada del hospital para tomarnos una foto, pero antes asimos una porra de unión y de entusiasmo por poder ayudar a alguien que lo necesite, pero sobre todo la ayuda fue para nosotros, para ser mejores personas, y sobre todo mejores médicos interesados por el paciente y sus familiares, que sufren mucha angustia en espera de resultados, en frio, en hambre. Etc. Al entrar al hospital Badillo y Silvia les explicaron a los guardias el motivo de nuestra presencia para que nos dejaran entrar, pero quisieron por pudo éramos demasiados, dijeron que solo 2, entonces subió Silvia y Badillo, y urgencias donde se quedaba también gente fuimos primero Marlene y yo. La verdad yo nunca había entrado al hospital, había mucha gente, en el piso, en las bancas, con caras tristes, con cobijas, con la esperanza aún viva.
No sabía cómo llegar ni que decir estaba un poco nerviosa, pero bueno comencé acercándome a una familia, donde comencé saludando, me senté a su lado, les pregunte como estaban, que familiar estaba allí, a que se dedicaban, donde dormían, si ya habían comido etc. Los familiares en especial un señor quien tenía internado allí a su papa nos contó que estaban allí desde el martes, que a su papa le había dado un derrame cerebral, que se quedaban allí en la salita, y que su sobrino un muchacho también allí presente les llevaba lonche porque no contaban con dinero para comprar diario, me conto que se dedicaba a la agricultura, que estaba cansado aunque se turnaran para cuidar al señor de 83 años de edad. Mi amiga Pili y yo les dimos ánimos también nos dijo el señor que solo eran él y su hermana, su mama casi no hablo porque tiene problemas de audición. Al estar allí te das cuenta de muchas cosas, las personas a veces nos quejamos por insignificancias que nos acontecen, pero cuando vas allí y hablas y te enteras de lo que pasa en realidad das gracias por estar tú y tu familia sana. Después salmos Pili y yo hacia las escaleras del hospital, donde nos dirigimos hacia una señora que se encontraba sola, y le preguntamos como estaba, y ella sola comenzó a platicarnos muchas cosas, sin que le preguntáramos mucho, creo que le caímos bien, y eso en realidad se siente y se agradece. Comenzó por decirnos que su esposo había sido muy malo con ella, que su hija era madre soltera y que su nietecito de un año y medio tenía cáncer, y es allí. Que además de eso como es muy amiguera que nos consta y tiene hipertensión, un día fue a consulta y una amiga doctora la checo y ella le comento que su nietecito quien la acompaño tenía el penecito muy grande entonces ella la reviso y le dijo de inmediato que se fuera con una pediatra que ella les recomendó. Dice que si hija ya se había dado cuenta del problema del pene de su niño, pero que otro médico le había dicho que era normal. Cuando tenía el doble del tamaño normal del pene para un niño de su edad. En fin dice que fueran con esa ´pediatra recomendada, que cuando llego pregunto por la consulta y el precio era 1200, entonces ella comenzó a llorar porque no cuenta con recursos y la pediatra consciente y al verlas solo le cobro 200 y le dijo a la señora que si tenía seguro se moviera por ese lado porque el tratamiento iba para largo y era muy caro. La señora también nos platicó que no traía dinero ni para comer, que se quedaba en el alberge, pero que ya no contaba con recursos, también dijo que su hija ya estaba desesperada de ver a su niño, cansada de quedarse todas las noches, pero ella dijo que harían hasta la última batalla por casar a su niño adelante. De verdad la señora nos contó con mucha confianza las cosas hasta que días anteriores no encontraban ni donadores, que no hallaban ni que hacer, pero que afortunadamente el padre biológico del niño accedió a ir a donar sangre. Nos agradeció de haber ido a alegrarle la tarde, porque platicamos mucho rato también ella nos preguntó de nosotros. Me encanto esta experiencia hice esfuerzos para no llorar porque soy muy sentimental, escuchar esto, porque niños de año y medio, tan pequeños sufren tantas cosas. Estoy más convencida que nunca que esta es mi carrera, quiero ayudar, informar a la gente, proteger.