EXAMEN DE CONCIENCIA SOBRE LAS BIENAVENTURANZAS CELEBRACION DE LA PENITENCIA IGLESIA DEL CARMEN. 1.
AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU SER.
Porque no descubrimos tu presencia y tu amor en todo y en todas las personas, por nuestro olvido, y pereza para la oración; por haber tenido en poco tu Palabra y tu Eucaristía. PERDÓN, SEÑOR.
2.
BIENAVENTURADOS LOS POBRES DE ESPÍRITU.
Por dejarnos llevar por la pasión del dinero y del ansia de poseer y disfrutar, por nuestra resistencia a compartir nuestros bienes, por la envidia del bien ajeno. PERDÓN, SEÑOR.
3.
BIENAVENTURADOS LOS MANSOS.
Por nuestras iras y animosidades, por nuestras incomprensiones e intolerancias por los que no son ni piensan como nosotros, por alimentar antipatías, crear rencillas, por nuestro deseo de revancha y nuestro rencor; por habernos alegrado del mal ajeno. PERDÓN, SEÑOR.
4.
BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN.
Por nuestra rebeldía por aceptar el dolor, la enfermedad, las incomodidades y dificultades; por nuestra ceguera para descubrir en ella tu cruz, Señor, que nos libera de nuestra suficiencia; por la dureza de nuestro corazón para reconocer nuestros pecados personales y comunitarios y nuestra pereza para convertirnos. PERDÓN, SEÑOR.
5.
BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE LA JUSTICIA.
Por nuestra comodidad, por negar nuestro apoyo a los marginados y oprimidos, por negar nuestro consuelo a los que sufren. Por haber pasado de largo ante los pobres. Por preocuparme sólo de mi bienestar. Por desinteresarme de los problemas de la sociedad y de mi entorno. PERDÓN, SEÑOR.
6.
BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS.
Por mi insensibilidad ante el sufrimiento ajeno, por haberme negado a aliviarlo; por la dureza en criticar a los demás, por nuestros juicios temerarios; por haber propagado la murmuración; por habernos negado a perdonar, por nuestras faltas de caridad. PERDÓN, SEÑOR.
7.
BIENAVENTURADOS LOS LIMPIOS DE CORAZÓN.
Porque damos rienda suelta a nuestros deseos, por nuestra frivolidad personal, por nuestra búsqueda egoísta de placer, por nuestra falta de honestidad personal, por nuestro tremendo egoísmo, por nuestro afán de prevalecer sobre los demás, por buscar siempre nuestro interés; por nuestra falta de fe. PERDÓN, SEÑOR.
8.
BIENAVENTURADOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ.
Por no querer pedir perdón y reconciliarnos con los que hemos ofendido o perjudicado; por nuestra soberbia para reconocernos injustos, por nuestra resistencia a comprometernos con la paz; por nuestra inhibición ante la
violencia y nuestra frialdad ante las guerras, las armas y la explotación injusta de los demás. PERDÓN, SEÑOR.
9.
BIENAVENTURADOS LOS QUE PADECEN PERSECUCIÓN POR LA JUSTICIA.
Por nuestra cobardía por salir en defensa del acusado sin razón, del que señalan con el dedo; por no haber defendido al acusado; por no ponerme del lado del marginado, por no estar junto a los pobres y admitir estructuras injustas, por haber despreciado a los demás. PERDÓN, SEÑOR.