Loney, Dear. Con Dear John, su quinto trabajo, el sueco le pone punto final a una saga de cinco discos luminosos y delicados con los que viene ventilando la tradición del pop de habitación. Después de tener enfrente al buenazo de Emil Svanángen (el hombre que se esconde detrás de Loney, Dear), se tiene la impresión de haber sumado algunos meses más a la propia expectativa de vida. La última vez que asomó la cara internacionalmente fue allá por 2007. Un año vertiginoso, agotador, durante el cual Emil no nos dio demasiado respiro, con dos discos de una belleza indiscutible: Loney, Noiry Sologne. Dos trabajos iluminados por una extraña elegancia; dos pequeñas obras maestras de bolsillo. No sabíamos si se trataban, acaso, de un fragmento de un gran disco, cuyas primeras partes comenzaron a ver la luz en 2003 con The Year of River Fontana et Citadel Band. Y este año Emil está de regreso con el quinto y último eslabón de este continuo de pop de habitación. El encuentro fue pactado en el Centro Cultural Sueco de París. Ahí esperaba, sonriente y en medias sobre un sofá, con una guitarra en la mano.
No parece haber entendido que esa pieza señorial no está reservada para entrevistas a artistas suecos sino que es la sala comedor del mismísimo consejero cultural del país nórdico. “De todas maneras, no comprendo muy bien lo que me sucede desde hace dos años/’explica. “Este disco fue grabado en la locura de la última gira, luego de un par de meses de descanso. Sabía que era el que Iba a ponerle punto final a esta pentalogía. Quería terminarlo, pero por otro lado no quería; para mí estos discos fueron también un refugio todo este tiempo. Diría que la escritura y la grabación de las canciones fue una experiencia sencilla y complicada a la vez.” Es lo que se siente al escuchar Dear John, perfecto disco de transición, de ambiente a la vez jovial y sinuoso; pausado de entrada con Airport Surroundings, una fantástica obertura de esas que sólo Emil puede escribir (volver a escuchar, en todo caso, para que no
queden dudas de los títulos tipo frontispicio de los dos álbumes anteriores, / Fought the Battle of Trinidad and Tobagoy sobre todo el conmovedor Sinister in a State ofHope). Más allá de eso, no hay cambios demasiado radicales en su quinto trabajo: las melodías siguen siendo de una nitidez desconcertante, las letras a la vez de una inocencia y una fuerza diabólica, y el resultado es de una luminosidad inaudita. Sin llevar a Emil Svanángen mucho más lejos de lo que ya estaba anteriormente -es decir bastante en la consideración del ¡ndie europeo-, Dear John ubica a su manera a nuestro hombre sueco sobre nuevos rieles: ofrece la más bella de las conclusiones a su travesía, dejando el terreno libre para sus nuevas aventuras. El tema que da nombre a Dear John, suerte de vals del adiós ofrecido al héroe discreto que fue Svanángen a lo largo de estos cinco discos, es la más bella confirmación de que para Loney, Dear lo mejor todavía está porvenir.[i] Pierre Siankowski Dear John (Delabeí/EMI) www.loneydear.com
¡alocables!
los inrockuptibles . 18