Rolling Guns- First World War

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zAsesinato del archiduque Francisco

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Contenido Fernando………………………………………………………………..3 Frente Triple Alianza………………………………………………….4 Frente Triple entente………………………………………………...6

Los Panzers.............................................................................................. 8

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Fernando La mañana del 28 de junio de 1914 se produjo uno de los atenta dos más trascendentales de inicios del siglo XX. El archiduque y príncipe de Austria Francisco Fernando y su esposa fueron asesinados en Sarajevo a manos de Gavrilo Princip, joven miembro de un grupo nacionalista de Bosnia. La muerte del heredero al trono austrohúngaro fue el detonante que originó la declaración de guerra de Austria contra Serbia, la cual iniciaría a su vez un conflicto de espantosas consecuencias: La Primera Guerra Mundial. Durante las décadas finales del siglo XIX, elImperio Austrohúngaro había logrado anexar a Bosnia y Herzegovina, a pesar de la oposición de los habitantes serbios, quienes se oponían a esta ocupación. Este hecho generó un intenso resentimiento hacia los representantes imperiales, encabezados por el archiduque de Austria Francisco Fernando.

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Frente Triple Alianza La Triple Alianza fue el nombre que recibió la coalición inicialmente integrada por el Imperio alemán y el Imperio austrohúngaro por iniciativa de Otto von Bismarck, a la que posteriormente se uniría Italia, aunque también se invitó al Imperio ruso a formar parte de ella. Cuando Rusia unió fuerzas con el Reino Unido y Francia para formar la Triple Entente, Alemania y AustriaHungría buscaron al Reino de Italia como reemplazo en 1887, por lo que los integrantes de esta coalición pasaron a ser conocidos como los "imperios centrales", en alusión a su situación geopolítica en Europa. Tras optar inicialmente por Austria-Hungría, y ante la imposibilidad de mantener a la vez una alianza con Viena y San Petersburgo enfrentadas en los Balcanes- Bismarck encontró en el Reino de Italia el esperado aliado contra Francia. Por un lado, Otto Von Bismarck consideraba su principal objetivo diplomático mantener el aislamiento de Francia; por otro lado, Italia pensaba que su adhesión a la Alianza y su asociación a Alemania eran el mejor camino para acceder al rango de gran potencia. Italia estaba descontenta por la actitud francesa (y más tarde Alemania) ante sus aspiraciones coloniales en Túnez y el Cuerno de África, y posteriormente se añadiría un problema por los intereses contrapuestos sobre el dominio del Trentino entre Austria-Hungría e Italia.

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Los tres países acordaron apoyarse, en caso de ser atacados por Francia o por Rusia. El tratado fue reafirmado varias veces hasta 1913, aunque la posición italiana, como se vio al comenzar la guerra, era cada vez más incómoda. Finalmente, el Reino de Italia decidió combatir del lado de los aliados en 1915, rompiéndose así esta coalición y pasando a formar parte de la Triple Entente. A Italia se le prometieron varios territorios a través del tratado de Londres que no fueron otorgados en la conferencia de París generando un descontento nacionalista (razón por la cual Benito Mussolini ingresó al lado del Eje en la Segunda Guerra Mundial), mientras que el Imperio otomano se unió a los imperios centrales. La guerra terminó con la derrota de la Triple Alianza, que se disolvió para siempre.

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Frente Triple Entente

La Triple Entente fue una coalición conformada por la alianza fra ncorusa de 1893 , la Entente Cordialefranc obritánica de 1904 y el acuerdo anglo-ruso de 1907. Eric J. Hobsbawm en su libro Historia del siglo XX la define de esta manera: triple entente, constituida por Francia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y el Imperio Ruso. El Reino de Serbia y Bélgica se incorporaron a la triple entente inmediatamente como consecuencia del ataque austriaco contra Serbia (que, de hecho, desencadenó el inicio de las hostilidades) y el ataque de Alemania contra Bélgica. La nueva potencia mundial, Alemania, gobernada por Guillermo II de Alemania, en 1890 consiguió que tres potencias que tenían importantes diferencias entre sí, Francia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y el Imperio Ruso, se aproximaran y terminaran por 6


coaligarse como la Aliada Mayor Nacionalista para hacer frente a la Triple Alianza del Imperio Alemán, Imperio Austrohúngaro y el Reino de Italia. En 1907, aún no hay una alianza en sentido estricto. Los británicos, en especial, trataron de mantenerse libres de obligaciones. Sin embargo, las sucesivas crisis que fueron jalonando el camino hacia la I Guerra mundial fueron haciendo cada vez más sólida la Entente La crisis definitiva del verano de 1914 demostró el funcionamiento de la alianza al terminar implicando en el conflicto a las tres potencias signatarias.

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Los Panzers La Segunda Guerra Mundial fue conocida por las tácticas de Blitzkrieg o “guerra relámpago”. A diferencia de los estáticos conflictos anteriores, que se estancaban en combates de trincheras o en lentos desplazamientos a pie o a caballo, la guerra relámpago integraba los motores a combustión no solo como forma de agilitar el desplazamiento de tropas sino como una táctica de ataque completamente revolucionaria. Los tanques gozaban de independencia de los ejércitos y se movían bajo el apoyo aéreo de los bombarderos Stuka. Sin ser de los modelos

de tanque más utilitarios, los Panzers significaron ante todo un concepto nuevo de movilidad y dinámica que tomó a todos por sorpresa.

Tratados De Paz Tras el conflicto, se firmaron varios tratados de paz por separado entre cada uno de los vencidos y todos los vencedores, con excepción de Rusia, que había 8


abandonado la guerra en 1917. Al conjunto de estos tratados se le conoce como La Paz de París (1919-1920). Versall es: Firma do el 28 de junio de 1919 entre los aliado s y Alemania. El antiguo territorio del Imperio alemán fue cortado en dos por el Corredor polaco, desmilitarizado, confiscadas sus colonias, supervisado, condenado a pagar enormes compensaciones —que terminó de satisfacer casi un siglo después, en 2010 y tratado como responsable del conflicto. Este tratado produjo gran amargura entre los alemanes y fue la semilla inicial para el próximo conflicto mundial. Con este tratado también fue creada la Sociedad de Naciones.

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Saint-Germain-en-Laye: Firmado el 10 de septiembre de 10


1919 entre los aliados y Austria-Hungría. En este tratado se establecía el desmembramiento de la antigua monarquía de los Habsburgo, el Imperio Austrohúngaro, y Austria quedó limitada a algunas zonas en las que se hablaba solamente el alemán. Sèvres: Firmado el 10 de agosto de 1920 entre el Imperio Otomano y los aliados (a excepción de Rusia y Estados Unidos). El Tratado dejaba a los otomanos sin la mayor parte de sus antiguas posesiones, limitando sus territorios a Constantinopla y parte de Asia Menor. Trianon: Acuerdo impuesto a Hungría el 4 de junio de 1920 por los aliados, en el que se dictaminó la entrega de territorios a Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia. Neuilly: Firmado el 27 de noviembre de 1919 en Neuillysur-Seine (Francia) entre Bulgaria y las potencias vencedoras. De acuerdo con lo estipulado en el tratado, Bulgaria reconocía el nuevo Reino de Yugoslavia, pagaba 400 millones de dólares en concepto de indemnización y reducía su ejército a 20.000 efectivos. Además, perdía una franja de terreno occidental en favor de Yugoslavia y cedía Tracia occidental a Grecia, por lo que quedaba sin acceso al Mar Egeo.

Invento Bélico La Primera Guerra Mundial fue el primer gran desastre bélico del siglo XX. El uso de nuevas armas y la extensión del conflicto a escala planetaria lo convirtieron en devastador por sus consecuencias. La guerra de trincheras fue la consecuencia lógica de la estabilización de los frentes en el oeste a partir de finales de 1914. Durante años las tierras de Bélgica y del norte de Francia se convirtieron en un terrible infierno. 11


En 1914 y siguiendo las previsiones de Plan Schlieffen, los alemanes atraviesaron Bélgica y se lanzaron sobre Francia, empujando a los ingleses hacia Mons y a los franceses hacia Charleroi. La "batalla de las fronteras" reveló el error de cálculo del Estado Mayor francés sobre los efectivos germanos. Por su parte los alemanes, bajo la dirección de Moltke continuaron la penetración y el gobierno francés se vió obligado a abandonar París. El 2 de septiembre las vanguardias alemanas llegaron a Senlis, a 25 km de la capital francesa. El contraataque, planificado por Joffre, se concentró en el río Marne, donde se había colocado el ala derecha alemana. Los alemanes corrieron el peligro de ser desbordados y ver cortadas sus comunicaciones. La batalla del Marne en septiembre de 1914 supuso el fracaso del Plan Schliefen y provocó la sistitución de Moltke por Falkenhayn como generalísimo alemán. Fracasado el avance en punta hacia París, los alemanes iniciaron las batallas de Flandes, la carrera hacia el mar, ocupando sucesivamente Yprès, Gante y Brujas. Aseguraron así sus comunicaciones a través de las llanuras belgas, pero a cambio de renunciar al hundimiento de Francia. Un frente de 800 km, desde la costa del Canal de la Mancha hasta la frontera suiza, marcó la situación de los ejércitos. En el frente occidental había fracasado el plan de movimientos en profundidad de los alemanes. Con la falta de fuerza de los contendientes para romper el frente y la multiplicación de las ametralladoras, arma más propia para la defensa de posiciones que para el asalto, aparece una nueva forma de lucha: la trinchera. Se excavan kilómetros de fosos, se protegen con sacos terreros y con alambradas, se refuerzan con casetas de cemento, y los ejércitos parecen iniciar una especie de guerra de topos, en la que sobre los soldados de primera 12


línea se acumulan todas las incomodidades y peligros como los frecuentes bombardeos artilleros. En 1915 aparecieron los gases asfixiantes y los lanzallamas y en 1916 los primeros tanques, pero ninguna de las nuevas armas resultó decisiva para destrozar los sistemas de trincheras.

Guerra

de

Trincheras

Las primeras trincheras fueron concebidas como construcciones temporales pero la prolongación de la estabilidad del frente occidental llevó a su consolidación, refuerzo y complejización. Se trata de zanjas cavadas en la tierra en forma de zig-zag o almenada para evitar el tiro de enfilada y reducir la efectividad de los ataques aéreos. Las líneas de trincheras se completaban con pequeños refugios o abrigos, puestos de guardia y de enfermería y nidos de ametralladoras. La efectividad de las trincheras como elementos de protección de la tropa 13


se vio limitada por el desarrollo de la aviación, el empleo de armas químicas y el surgimiento de nuevos protectiles como los obuses Shrapnels, que contenían multitud de bolitas de plomo. Para el enemigo la toma de una trinchera enemiga se convertía en una tarea casi imposible. Tenían que sortear una tupida red de alambradas de espino y zanjas, así como hacer frente a numerosos nidos de ametralladoras de gran capacidad mortífera. Con frecuencia, los zapadores de ambos bandos buscaban dinamitar la trinchera contraria cavando túneles que alcanzaran el terreno enemigo. Las condiciones de vida en las trincheras eran muy difíciles y dejaron graves secuelas psicológicas en muchos de los ellas combatieron. La escasez de suministros provocaba una permanente carestía y una clara deficiencia en la alimentación que debilitaba a los soldados y favorecía la extensión de enfermedades. El barro otoñal e invernal complicaba los movimientos y la vida diaria. Las plagas de ratas y piojos, empeoradas por la falta de higiene, convertían las noches en un calvario. El frío húmedo que en algunos inviernos alcanzó temperaturas de más de 20 grados bajo cero favoreció la aparición de los llamados "pies de trincheras", pies azules y sin vida, propensos a sufrir cangrena. Sobre todo después de un combate reciente, el olor a putrefacción de los cadáveres en descomposición en tierra de nadie inundaba las trincheras de ambos bandos. A todo esto, se añadía un aburrimiento desquiciante y el miedo permanente a perder la vida atacando o siendo atacado. En ocasiones la situación derivó en graves motines y la negativa de los soldados a seguir luchando. Ese fue el caso de la cansada 2ª División francesa, compuesta por veteranos de la Batalla de Verdún, que el 3 de mayo de 1917 y el contexto de la batalla de Chemin des Dames se 14


negó a seguir sus órdenes y se presentaron a sus jefes borrachos y sin armas. Sus oficiales no se atrevieron a castigar a toda una división y no se pudieron tomar medidas severas. Posteriormente los motines afectaron a 54 divisiones francesas y produjeron la deserción de 20.000 hombres. Sin embargo, las llamadas al patriotismo y el deber animaron a los soldados a volver a sus trincheras, aunque se negaron a participar en acciones ofensivas.

A finales de 1915 parece imposible romper los frentes. Falkenhayn piensa en elegir un punto sobre el que pueda efectuar una guerra de desgaste y convertirlo en una fase ulterior, en zona de penetración. Se elección es Verdún; su procedimiento, asaltos incesantes. La ofensiva de Verdún se inició en febrero de 1916. Los franceses, mandados por Pétain, resistieron con tenacidad; entre febrero y junio murieron cerca de 250.000 alemanes y 275.000 franceses. Desde julio Foch inició ofensivas sobre el Somme en las que los británicos tuvieron un papel relevante y obligaron a los alemanes a retirar cuerpos de ejército de Verdún, poniendo de manifiesto el fracaso del plan Falkenhayn. En la batalla del Somme, los aliados utilizaron cantidades nunca vistas de artillería. A pesar de un bombardeo artillero incesante de una semana, los ingleses perdieron 60.000 hombres en el primer día de ataque. En una semana sólo habían avanzado una milla, a lo largo de un frente de seis. En un mes, habían avanzado dos millas y media. La batalla duró desde julio a octubre y costo la vida a medio millón de alemanes, 400.000 ingleses y 200.000 franceses. No se ganó nada que tuviese un cierto valor.

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En 1917 la guerra de posiciones se mantuvo a pesar de los intentos por romper el frente enemigos que atestiguan batallas como las de Yprès, Vimy o Cambrai. Yprés fue una nueva carnicería de grandes proporciones en la que murieron más de 400.000 soldados británicos, mientras que la de Cambrai es conocida porque los británicos emplearon en ella por primera vez de forma masiva los tanques. Hubo que esperar a 1918 para que la situación comenzara a moverse y los alemanes terminaran cediendo. Aunque el frente oriental desapareció con la retirada rusa de la guerra, la entrada de los EEUU terminaron por descompensar el equilibrio de fuerzas. A eso se añadió que los alemanes, a pesar de lanzar diversas ofensivas en la primavera, mostraron claros signos de agotamiento que terminaron con su rendición a finales de ese año.

Trincheras alemanas reforzadas con ametralladoras

Aquí presento algunos TESTIMONIOS de soldados de la Primera Guerra Mundial recogidos en el manual de Prats, J.: Historia del mundo contemporáneo. Editorial Anaya, Madrid, 1996.

"Fuera, con los pies inmediatamente enterrados, sacudo trozos de barro glacial que me pesan en las manos... Retomo mi marcha, las piernas abiertas, atravesando la tierra blanda de los desprendimientos, sondeando prudentemente el fango que tapa los hoyos. Y pese a todo, a veces, el sitio hacia el que he lanzado mi impulso se hunde, el barro aspira mi pierna, la agarra, la paraliza; debo hacer un gran esfuerzo para liberarla. Del fondo del 16


agujero que se ha llenado en seguida de agua, mi pie saca un lío de cables en el que reconozca la línea telefónica. Justamente ahí aparece el telefonista encargado de reparar las líneas, trae la cara contraída por las agujas heladas de la lluvia: <<¡Vaya desbarajuste! ¡No se ha conservado nada ahí dentro! ¡sólo hay barro y cadáveres!. Si, cadáveres. Los muertos en los combates de otoño, que habían sido enterrados someramente en el parapeto, aparecen a trozos en los desprendimientos de tierra." Paul Tuffrau. Carnets d`un combattant

"Esos tres días pasados encogidos en la tierra, sin beber ni comer: los quejidos de los heridos, luego el ataque entre los boches (alemanes) y nosotros. Después, al fin, paran las quejas; y los obuses, que nos destrozan los nervios y nos apestan, no nos dan tregua alguna, y las terribles horas que se pasan con la máscara y las gafas en el rostro. ¡los ojos lloran y se escupe sangre!. Después los oficiales que se van para siempre; noticias fúnebres que se transmiten de boca en boca en el agujero; y las órdenes dadas en voz alta a 50 metros de nosotros; todos de pie; luego el trabajo con el pico bajo las terribles balas y el horrible ta-ta-ta de las ametralladoras." Carta de un soldado francés. Verdún, marzo 1916

"Viernes 25 de febrero: El ejército de 250.000 a 300.000 hombres bajo el mando del comandante kronprinz se precipita sobre nuestras trincheras que defienden Verdún. Hasta ahora no aparecemos. Hay que soportar el golpe sin decaer. 17


Nuestras tropas han cedido terreno bajo la avalancha de hierro de la gran artillería y bajo la impetuosidad del ataque. Los comunicados de Berlín, muy tranquilos, dicen que las líneas francesas han sido destruidas ya sobre un frente de 10 km sobre una profundidad de 3 km. Las pérdidas son inmensas en ambos lados. Nosotros habíamos perdido 3.000 prisioneros y una gran cantidad de material. Nuestros comunicados, muy sobrios, indican que hemos debido ocupar las posiciones de repliegue, pero que nuestro frente no había sido hundido.

Miércoles 29 de marzo: La batalla de Verdún, la más larga y la más espantosa de la historia universal, continúa. Los alemanes, con una tenacidad inaudita, con una violencia sin igual, atacan nuestras líneas que machacan y roen (...). Nuestros heroicos poilus (soldados) están bien a pesar del diluvio de acero, de líquidos inflamables y de gases asfixiantes". Doctor Marcel Poisot: Mi diario de guerra (1914-1918)

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En su trabajo SED DE SANGRE

la historiadora Joanna 19


Burke ha estudiado el comportamiento de los soldados en las guerras del siglo XX, incluida la Primera Guerra Mundial. Estos son algunos de los testimonios que recoge:

"Los que inhalamos menos de ese veneno asqueroso nos pusimos negros y nos llenamos del odio más mortal. Luego, con todas las fuerzas que fuimos capaces de reunir, matamos y matamos y matamos. Más aún, matamos brutal y salvajemente. Puntas de bayoneta afiladas y torcidas, fusiles como porras, cuchillos arrebatados con rapidez y enterrados hasta el puño... una muerte rápida ... un súbito atracón de odio ... la lujuria de la batalla... venganza... ¡locura!. Testimonio de Harold Peat, soldado canadiense

"El alemán al que disparé y que murió después era un hombre apuesto, y yo estaba ahí cuando el pobre tío falleció. Realmente me siento mal, pero era su vida o la mía, él me habló, pero ninguno de nosotros podía entender una palabra de lo que decía, para decirte la verdad hasta he derramado lágrimas, pensé para mí mismo que él también tenía una madre o un padre y una novia y otro montón de cosas semejantes, realmente me sentí mal, pero, Dios sabe, no pude evitarlo" Testimonio del soldado británico Daniel John Sweeney

"Estaba tan excitado que temblaba muchísimo. Fui el primero en salir de la trinchera y en este punto, vi un 20


alemán bastante joven, que corría hacia la trinchera, con las manos levantadas, pidiendo clemencia. Le disparé de inmediato. Verlo caer fue una experiencia celestial. Un oficial de la Lincoln se puso furioso conmigo, pero lo que nos debían estaba por encima de cualquier otra consideración." Testimonio del soldado A. Ashurt Moris

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En 2014 se cumple un siglo del inicio de la Primera Guerra Mundial, de la Gran Guerra. Por ello se prevé que lleguen a las librerías nuevas y viejas obras sobre este tema, tanto ensayos como obras de ficción. De entre estas últimas podemos mencionar el recientemente publicado 1914, de Jean Echenoz, que ya comentamos en este programa; es una breve narración en la que, pese a que el argumento principal y los protagonistas son ficticios, se o frece un buen análisis y una mirada diferente de lo que fue la Gran Guerra y de cómo ésta se vivió por las personas de a pie, tanto en el frente como lejos de él. Hoy en día, en Espa ña, quizá por nuestra neutralidad durante aquel conflicto, seguimos considerando que la IGM fue algo ajeno, muy lejano, que nada tiene que ver con nuestro país. Si de la Segunda Guerra Mundial se tienen unas nociones más o menos claras, algo a lo que ha contribuido mucho la gran producción literaria y cinema tográfica sobre el tema, sobre la IGM no se ha publicado, comparativamente, demasiado en nuestro idioma, sobre todo para el gran público. Por eso ésta puede ser una buena ocasión para que nuestras editoriales pongan remedio a esta laguna. En el mundo anglosajón, sobre todo, se están lanzando novedades y reediciones de obras clásicas sobre el tema, y a España han llegado ya algunas traducciones, tanto de clásicos como de novedades. Presento a continuación una selección de ensayos que, por su novedad o por ser verdaderos clásicos, creo que pueden interesar al lector. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL. MICHAEL HOWARD. CRÍTICA (2012) Howard es un especialista en el tema bélico (ha publicado obras sobre la Primera y la Segunda guerras mundiales y sobre la guerra Franco-Prusiana, entre otros conflictos). 22


Es profesor en Oxford y Yale, amĂŠn de en otras

instituciones, y para Max Hastings, uno de los grandes autores britĂĄnicos, es el mejor historiador militar vivo. En este libro, un muy buen resumen, en un solo volumen, de 23


la Gran Guerra, se nos presenta la contienda en un contexto amplio, sí, pero, como buen historiador militar que es, Howard analiza sobre todo loscombates mismos, porque considera que son, más que nada, los que marcaron la evolución del conflicto. Es un libro muy bien escrito, ameno y, por su brevedad, puede ser una muy buena toma de contacto con el tema. 1914. EL AÑO DE LA CATÁSTROFE. MAX HASTINGS. CRÍTICA (2013) Novedad tanto en inglés como en español. Hastings, periodista y escritor, es uno de los grandes especialistas en la IIGM y esta vez ha querido brindar su análisis de las causas de la IGM y de lo que fueron sus primeros meses. La edición de este libro para Kindle (en inglés) es muy recomendable, e incluye algunos vídeos. Los mapas que se presentan son muy buenos, pero quizá pueden despistar al lector no acostumbrado a los mapas militares. En este libro el autor analiza las batallas, sí, pero también presenta un buen número de testimonios y documentación de la gente corriente, como ha hecho en otras de sus obras. Muy ameno y bien escrito, seguro que gusta a los seguidores de Hastings y a los interesados en el tema bélico. 1914-1918. HISTORIA DE LA I GUERRA MUNDIAL. DAVID STEVENSON. DEBATE (2013) Una novedad en español; la obra original es de 2004. Ha recibido muy buenas críticas de grandes especialistas, como Ian Kershaw o Hew Strachan (y también de otros autores no especializados, como Niall Ferguson). Strachan considera que el de Stevenson (profesor de Historia Mundial en la London School of Economics) es un análisis muy bien fundado y una guía segura para el lector. Es un libro muy bien documentado, dividido en cuatro partes que corresponden a otras tantas fases del conflicto: estallido, escalada, resultado y legado. La obra 24


incluye muy buenos mapas y una impresionante bibliografía, que, sin embargo, no sigue un orden temático o el de los capítulos presentados, sino que se ofrece por orden alfabético, lo que puede resultar algo incómodo. Se incluye, además, una nota en la que se explican algunos términos militares y navales (por ejemplo, las piezas de artillería). Es una muy buena obra de consulta general, erudita y completa, tal vez demasiado abrumadora para el lector novel, pero que vale la pena tener en una biblioteca sobre la Primera Guerra Mundial. Además, para Emilio Campmany es uno de los libros del año y eso, sin duda, es toda una recomendación y garantía de la calidad de esta obra. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL. HEW STRACHAN. CRÍTICA (2004) Uno de mis libros favoritos sobre el tema de la Primera Guerra Mundial y sobre conflictos bélicos en general. Strachan es, en mi opinión, el gran experto en IGM. Aquí ofrece un interesantísimo resumen en un solo volumen de lo que fue la Gran Guerra, una síntesis de lo que será su obra magna en tres volúmenes sobre el tema, del que por ahora sólo ha sido publicado el primero, To Arms (que tiene más de1.250 páginas). Un libro original por su organización, temática y no cronológica, lo que puede despistar un poco, pero que encuentro muy interesante y que representa una forma diferente de conocer lo que fue la guerra: no se sigue un hilo, sino que se ve cómo se despliega una red. Analiza también de forma particular cómo la contienda afectó a y se desarrolló en las colonias europeas en África y Asia, un tema que a veces se deja un tanto de lado. Como valor añadido ofrece algunas de las primeras fotografías en color que se hicieron.

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1914. DE LA PAZ A LA GUERRA. MARGARET MACMILLAN. TURNER (2013) Es una de las obras mรกs esperadas sobre el tema. La autora, la historiadora Margaret MacMillan, bisnieta delpremier britรกnico David Lloyd George, escribiรณ un 26


aclamadísimo libro sobre el Tratado de Versalles (París 1919: seis meses que cambiaron el mundo), y aquí ha ido al extremo opuesto del conflicto: su inicio. Estudia las causas, la red de alianzas, los tratados, las intrigas que condujeron a la que se convirtió en la mayor contienda que había vivido el mundo hasta entonces. Macmillan se plantea sise pudo evitar el estallido de la guerra y llega a la conclusión de que sí: fue un enfrentamiento que pudo haberse impedido hasta el último momento. Como recomendación adicional a tener muy en cuenta, esta obra ha sido también uno de los libros del año para uno de los colaboradores de LD; en este caso, para Mikel Buesa. THE FIRST WORLD WAR. JOHN KEEGAN. HUTCHINSON (1998) Keegan era un grandísimo historiador y un narrador excepcional, de la vieja escuela. En esta obra, por desgracia aún no traducida el español, plantea su tesis de que la Primera Guerra Mundial fue una contienda innecesaria. No pretende aquí dar respuesta a todas las preguntas que se plantean sobre el tema, ni brindar interpretaciones revolucionarias o testimonios conmovedores. Es una guía incomparable para el lector medio, seria, no condescendiente, sin revisionismos, que presenta los hechos de forma clara y amena. El autor no va a los porqués de la Gran Guerra, sino a los cómos. Es mesurado y prudente y no ofrece explicaciones simplistas ni comete el error de juzgar hechos del pasado con criterios del presente, lejos de su contexto. Por ejemplo, al hablar de la ineptitud militar de los grandes comandantes, lo hace de forma enérgica y sincera, pero también nos presenta el marco en el que aquéllos tenían que tomar decisiones: sí, eran unos incapaces, pero no unos asesinos a sangre fría; debían enfrentarse a unos recursos limitados, a unas estructuras anticuadas, a las malas comunicaciones, etc. Como recomendación adicional destaco también la obra de Keegan El rostro de 27


la batalla (Ed. Turner), traducida al español, con un fantástico relato de la batalla del Somme, una de las más importantes de este conflicto bélico. OTRAS OBRAS Los cañones de agosto. Barbara Tuchman. RBA (2012). La versión original de este libro data de 1962 y, desde entonces, se ha convertido en un gran clásico sobre el tema. Tuchman, autora, entre otros, del también muy recomendable El telegrama Zimmermann (RBA), nos presenta aquí su narración de lo que fue el primer mes de la Primera Guerra Mundial y sus antecedentes. The Pity of War. Niall Ferguson. Allen Lane/Penguin Press (1998). Una obra polémica, en la que Ferguson analiza las causas económicas del conflicto. Puede considerarse revisionista, hasta cierto punto. Uno de los puntos más discutidos del libro es el hincapié que hace el autor en la actitud del ser humano ante la violencia como factor explicativo de la evolución de la guerra. The Sleepwalkers. How Europe Went to War in 1914. Christopher Clark. Harper Collins (2013). Otra obra reciente, muy bien recibida por un sector de la crítica y con reservas por parte de otro. Revisa ciertos aspectos del conflicto, sobre los que aporta una visión diferente. No cae en la tradicional culpabilización del Imperio Alemán como causante de la guerra, sino que incide en la red de intrigas diplomáticas anterior a la guerra y en el factor humano, en los hombres cuyos errores provocaron, en última instancia, el conflicto. Ha recibido buenas críticas de historiadores como Kershaw y Ferguson, entre otros.

Armas de La Primera Guerra Mundial

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Las armas de la Primera Guerra Mundial se caracterizaron por su gran poder destructivo, con la capacidad de causar gran número de bajas en poco tiempo. Ellas eran el derivado de la Segunda Revolución Industrial que había comenzado en la segunda mitad del siglo XIX. Estas nuevas armas forzaron a los generales a emplear nuevas tácticas militares para superar al enemigo en el campo de batalla. Ametralladora

Fue el arma que hizo la diferencia en la Primera Guerra Mundial. Debido a su gran poder de fuego la ametrallador a sacó a la caballería del campo de batalla, forzando la guerra de movimiento de los primeros meses a una guerra fija de trinchera. Los ataques masivos frontales de caballería e infantería fueron inútiles ante esta nueva arma.

Los alemanes usaron la ametralladora Maschinengewehr 08, la cual disparaba munición calibre 7,92mm dispuesta en una correa de tela de 250 rondas. Su sistema de enfriamiento era de agua y tenía un alcance de unos 29


2.200 metros. El Ejército Alemán desplegó más de 16.000 unidades de esta ametralladora en el frente occidental en el primer año de la guerra.

Los británicos adoptaron la ametralladora americana Hiram Maxim, la cual fue diseñada en 1881 y fabricada en Inglaterra con otro nombre, la Vicker, el nombre del fabricante. Fue la ametralladora standard de los británico en la Gran Guerra. Era de calibre .303 con un sistema de enfriamiento de agua y usaba la energía retropropulsora de cada disparo para eyectar el casquillo vacío de la munición.

Los norteamericanos emplearon la Browning M1917 calibre .30 (7,62mm). Esta ametralladora fue diseñada por John Moses Browning, un armero norteamericano. Podía disparar 600 rondas por minuto desde una correa de 250 proyectiles, usando el gas de la ignición de la munición par el retroceso que eyectaba la vaina vacía. La Browning M1917 tenía un sistema de enfriamiento de agua y pesaba 47 kg con trípode.

Los franceses utilizaron la Hotchkiss M1914, la cual fue diseñada por el norteamericano Bejamin Hotchkiss. Esta ametralladora era de calibre 8mm y tenía un sistema de enfriamiento de agua. Disparaba 600 rondas por minuto desde una correa de 249 cartuchos y tenía un alcance de unos 3.000 metros. El Ejército Francés también empleó la Chauchat, la cual era una ametralladora liviana con un buen mecanismo pero su cargador abierto permitía el paso de polvo y suciedad al mismo lo que hizo que un tercio de estas ametralladoras utilizadas en la suciedad de las trincheras se trabacen no funcionaran. 30


Granada

de

mano

La granada de mano era un arma de la infantería, muy útil para operaciones de asalto contra nidos de ametralladoras y emplazamientos de piezas de artillería. Fue muy utilizada por ambos contrincantes, aunque los alemanes estaban más avanzados en el desarrollo de granadas de mano. Al comenzar la guerra disponían de más de 90.000 granadas listas para usar. La granada de palo alemana, Stielhandgranate M24, consistía de una carga explosiva encapsulada en un recipiente de metal redondo montado en un palo arrojadizo. Era segura, precisa, y cómoda para arrojar.

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Al comienzo de la guerra los ingleses improvisaron la granada de latón Jam, la cual fue reemplazada por modelos manufacturados como la bomba de fragmentación Mills, la cual fue desarrollada por la fábrica de municiones Mills de Birmingham. Los norteamericanos desarrollaron la M67, una granada de fragmentación con un exterior suabe. Se calcula que unas 80.000.000 de granadas fueron utilizadas durante el conflicto bélico.

Fusiles

Fue el arma principal de la infantería. Los fusiles utilizados en la Guerra del 14 eran de cerrojo accionado manualmente que habían sido diseñados y fabricados a fines del siglo XIX y comienzo del siglo XX, los cuales eran innovaciones de modelos anteriores. La calidad del acero utilizado era superior, de modo que sus piezas como asi también las estrías de sus cañones podían soportar las altas temperaturas de la nueva pólvora sin humo, la cordita. Las piezas también estaban bien trabajadas de modo que se podía accionar el perno y cerrojo con mayor número de veces por minuto.

Por su precisión y alcance se destaca el fusil alemán Mauser 98 calibre 7,92mm. Por su facilidad y rapidez en el manejo de sus piezas móviles hay que destacar al fusil británico Lee-Enfield M1907 calibre .303; una excelente arma. Las tropas francesas estaban provistas de dos tipos de fusiles, el Lebel M1886 y elBerthier 1907, ambos calibre 8mm. Los norteamericanos estaban equipados con el fusil estadounidense Springfield M1903 calibre .30, cuyo mecanismo era una copia del

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Mauser alemán. La infantería austríaca estaba armada con elSteyr Mannlicher M1895.

Lanzallamas

Era un arma utilizada para arrojar un chorro de fuego que funcionaba con combustible líquido. El lanzallamas era un arma portátil de la infantería empleado contra los emplazamientos de piezas de artillería, nidos de ametralladoras emplazadas en casamatas de hormigón, y contra la infantería cuando se asaltaba trincheras. El combustible líquido se alojaba en un recipiente cargado en un mochila por un infante; el mismo salía con mucha presión por una manguera en cuyo extremo se allaba un mecanismo disparador que liberaba y encendía el fluido. El primer uso del lanzallamas en la Primera Guerra Mundial tuvo lugar durante la Batalla de Verdun, el 26 de Febrero de 1916. 33


Tanques de Guerra

El desarrollo del tanque en la Gran Guerra surgió de la necesidad de superar los obstáculos que hacían de este conflicto una guerra estática de trincheras, tales como el fuego de las ametralladoras, los alambres de púa, empalizadas, y las trincheras mismas. Los primeros en utilizar el tanque fueron los británicos con el tanque Mark I, el cual tuvo su bautismo de fuego en la Batalla del Somme. Los franceses desarrollaron un tanque liviano con torreta giratoria, elRenault FT17. Los alemanes el A7V, el cual era un tanque muy pesado y lento; solo se fabricaron 20 unidades. Los alemanes emplearon más tanques británicos Marks capturados a los ingleses que los fabricados por ellos.

Pistolas

Entre las armas cortas se destaca la pistola alemana Luger P08 calibre 7,65mm, cuya producción había comenzado en 1900. La pistola norteamericana Colt .45 (11,25mm) M1911, diseñada por John M. Browning y fabricada por la Colt Company, el cual era un arma muy efectiva ya que podia detener en seco la carga de un infante con bayoneta calada. Los oficiales ingleses portaban el revólver Webley calibre .455, una muy buena arma. Los italianos utilizaban el arma corta reglamentaria, el revólver Bodeo M1889 calibre 10,35mm.

Artillería 34


En la Gran Guerra se introdujeron nuevas piezas de artillería de gran poder de destrucción. Se destacan los nuevos cañones con retroceso franceses como el Obus de Campo de 75mm. Los alemanes utilizaron obuses de gran calibre, como el cañón Gran Bertha de 420mm, y otros emplazados sobre rieles. Las piezas de artillería más utilizadas por los británicos eran el "Pounder 18", el "Pounder 60", y el Mark1 de 9,2 pulgadas. Esto es un resumen sobre las herramientas con las que los ejércitos llevaban a cabo la guerra, e incluye muchas de las innovaciones que la Guerra trae consigo en el campo del armamento.

Por ejemplo, el desarrollo de los gases venenosos tuvo un gran impulso durante los años 1914-18. El desarrollo de armas de largo alcance se apresuró. Algunos inventos fueron más acertados que otros: el tanque, desarrollado por los Británicos, llegó para quedarse: pero el lanzallamas, aparte de su aterrador aspecto inicial, tuvo una vida muy corta.

Bayonetas. 35


De acuerdo con la tradición, la bayoneta se inventó en Bayonne, Francia, al principio del siglo XVII. El hecho de que todavía fuera de uso común durante la Primera Guerra Mundial puede parecer inadecuado cuando se compara a los avances que hubo en tecnología armamentística, caracterizados por la artillería, las granadas y los gases venenosos. De todos modos la bayoneta fue utilizada por todos los bandos de 1914 a 1918, aunque su uso fuera más de carácter psicológico que práctico.

Los veteranos de la Primera Guerra Mundial, cuando son entrevistados, tienden a subrayar el impacto de la bayoneta durante la Guerra. Muchos remarcaban que la bayoneta se usaba principalmente para tostar pan, abrir latas, limpiar el barro de sus uniformes, remover braseros de trinchera e incluso ayudar en la creación de letrinas.

Esto plantea la siguiente pregunta: ¿tuvo la bayoneta algún significado importante durante la Guerra, y si no, por qué la llevaban todos los soldados de infantería en todos los ejércitos (incluyendo al ejercito más avanzado tecnológicamente, el alemán)?

El ejército alemán desarrolló más tipos de bayonetas que todos los otros ejércitos combinados. Crearon adaptadores especiales para que las bayonetas enemigas se pudieran acoplar al rifle alemán por excelencia, el Gewehr 98. 36


La bayoneta es, esencialmente, un simple cuchillo que se acopla al cañón del rifle y que se utiliza en el combate cuerpo a cuerpo.

La mayoría de bayonetas eran de diseño muy simple, con forma de cuchillo, aunque existieron variaciones. Por ejemplo, los franceses diseñaron una hoja con forma de aguja para sus rifles Lebel. Los alemanes también desarrollaron una bayoneta especialmente mortífera que llevaba dientes, dándole la apariencia de una sierra por la parte trasera.

Producida por unidades de ingenieros para usos específicos, la hoja de sierra trasera se convirtió en una bendición para la propaganda aliada. Ansiosos por representar a los alemanes como seres sedientos de sangre y despiadados, la prensa popular propagó a gran escala la noción de que este tipo de bayoneta se había creado de manera específica como un ejemplo de la brutalidad alemana para ser utilizada en combate cuerpo a cuerpo.

Aunque se podía usar perfectamente de esta manera, en realidad estaba diseñada para ser utilizada como una sierra cuando surgiera la necesidad.

Todavía existían muchas ocasiones en las que el combate cuerpo a cuerpo era necesario. 37


Este era el escenario ideal para usar la bayoneta. De todos modos, cuando era necesaria y su uso estaba justificado, los soldados experimentados preferían otros métodos y llevaban porras improvisadas, machetes o revienta-nudillos.

Curiosamente, el manual británico oficial de entrenamiento para el uso de la bayoneta daba pocos consejos sobre la mejor manera de utilizarla. Los soldados eran instruidos para dirigir la bayoneta hacia puntos vulnerables del cuerpo de un soldado enemigo: la garganta, pectoral izquierdo o derecho e ingle izquierda o derecha.

Había un valor psicológico innegable en que la infantería llevara bayonetas, incluso si se usaba pocas veces. Las bayonetas continuaron siendo una herramienta importante durante la Segunda Guerra Mundial.

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Lanzallamas.

El lanzallamas, que llenaba de terror a los soldados franceses y británicos cuando era utilizado por el ejército alemán durante las fases tempranas de la Primera Guerra Mundial en 1914 y 1915 (y que rápidamente fue utilizado por ambos) no era un arma especialmente innovadora.

El lanzallamas fue inevitablemente rediseñado y perfeccionado durante los siglos siguientes, aunque los modelos vistos durante los días tempranos de la Primera Guerra Mundial fueron desarrollados durante el cambio de siglo del XIX al XX. Los alemanes probaron dos modelos de lanzallamas (o Flammenwerfer en alemán) al comienzo del siglo XX, uno grande y uno pequeño, ambos desarrollados por Richard Fielder.

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El más pequeño y ligero Flammenwerfer (el Kleinflammenwerfer) fue diseñado para ser portátil y de un solo operario. Usando aire presurizado y dioxido de carbono o nitrogeno propelia un torrente de combustible en llamas hasta una distancia de 18 metros.

El modelo pesado de mayor tamaño (el Grossflammenwerfer) funcionaba sobre el mismo diseño del anterior pero no lo podía transportar una sola persona. Su máximo alcance era el doble del modelo reducido y podía ser operativo de manera constante durante unos, por aquel entonces, impresionantes cuarenta segundos, aunque se consideraba extremadamente caro debido a su alta consumición.

Tras las pruebas en 1900, el ejército alemán empezó a producirlo en serie para tres batallones de especialistas desde 1911 en adelante.

El primer uso notable del lanzallamas fue en un ataque sorpresa contra los ingleses en un pueblo de Holanda, Hooge. A las tres y cuarto de la madrugada el día 30 de julio de 1915 los alemanes hicieron uso efectivo de sus lanzallamas portátiles.

El efecto del ataque sorpresa con lanzallamas fue brutal para la oposición británica, aunque su frente, que retrocedió inicialmente, se estabilizó más tarde durante aquella misma noche. En dos días de 40


combate intenso los británicos perdieron 31 oficiales y 751 oficiales de rango menor durante el ataque.

Gracias al éxito del ataque sobre Hooge el ejército alemán adoptó el uso de los lanzallamas en todos sus frentes. Los lanzallamas se utilizaban mayoritariamente para limpiar líneas enemigas de defensores antes de los ataques alemanes, precediendo a sus compañeros de infantería.

Eran innegablemente útiles cuando se usaban en distancias cortas, pero su uso no pasaba de allí, especialmente después de que los franceses y los británicos habían superado el miedo inicial que tuvieron ante su uso.

Los británicos, intrigados por las posibilidades que les ofrecían los lanzallamas, experimentaron con sus propios modelos. Antes de la ofensiva de Somme construyeron cuatro modelos (de dos toneladas de peso cada uno) montados sobre una trinchera construida en tierra de nadie a sesenta yardas de las líneas enemigas alemanas.

Cada uno fue construido pieza por pieza, y a pesar de que dos de ellos fueran destruidos antes del 1 de julio de 1916 (el comienzo de la batalla de Somme) los dos restantes, cada uno con un alcance de 90 yardas, se utilizaron durante el 1 de julio. De nuevo descubrieron que eran tremendamente útiles despejando trincheras, pero que no tenían ningún uso secundario. Su fabricación fue, por lo tanto, abandonada. 41


Durante la Guerra los alemanes lanzaron un total de 650 ataque con lanzallamas. No existe un número oficial de ataques británicos y franceses.

Granadas.

Las granadas fueron consideradas practicas para operaciones de asedio hasta que los estrategas alemanes se fijaron en ellas durante el conflicto Ruso-Japonés de 1904.

Igual que en muchas otras cosas cuando comenzó la Guerra en agosto de 1914, los alemanes llevaban la delantera en el desarrollo de granadas. Mientras comenzaba la guerra los alemanes ya tenían preparadas setenta mil grandas de mano, junto con ciento seis mil granadas de rifle. 42


Los granaderos eran aquellos hombres encargados de despejar trincheras y posiciones enemigas usando granadas de varios tipos distintos. Equipos de demolición crecieron en numero a medida que la guerra continuaba y formaron un componente vital de cualquier ataque que llevara a cabo la infantería hacia el final de la guerra.

El equipo de demolición británico consistía en nueve hombres: Un oficial, dos lanzadores, dos portadores, dos soldados con bayonetas para defender al equipo y dos hombres para sustituir bajas del equipo.

Las granadas, ya fueran de mano o lanzadas con un rifle, se detonaban de dos maneras: por impacto (percusión) o por mecha (tenían un temporizador que las hacía explotar al cabo de un tiempo determinado).

La infantería prefería las granadas con mecha a los mecanismos de percusión, ya que siempre existía el riesgo de soltar una granada accidentalmente en el interior de una trinchera y que esta explotara.

La idea de utilizar una anilla de la que se tiraba con la mano para poner en marcha la mecha se convirtió rápidamente en algo común y fue una característica esencial de todas las granadas que se desarrollaron tras la guerra.

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Existía otro tipo de Granada, cilíndrica, que se activaba golpeándola contra una pared como si se tratara de una cerilla antes de lanzarla contra el enemigo.

La primera granada británica, la Mark 1 que se usó en 1914, fue poco popular entre los soldados. Con forma de maraca, la granada tenia un mango de 16 pulgadas unido a una bola que se activaba al quitar la anilla de seguridad superior. Cuando era lanzada el mango se aseguraba de que cayera boca abajo para que el detonador golpeara contra la carga explosiva.

De todos modos, la Mark 1 causó problemas de desconfianza entre los soldados, ya que siempre podía explotar de manera prematura si entraba en contacto con cualquier cosa al ser lanzada, algo muy probable en una trinchera.

En consecuencia muchos soldados británicos comenzaron a crear granadas caseras, aquellas que eran conocidas como las de lata de mermelada.

Llamadas así porque estaban hechas con las latas de mermelada que recibían en sus provisiones los soldados, cada una rellena de dinamita con trozos de chatarra.

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Un trozo de mecha sobresalía de la parte superior de la lata, cada pulgada de ella daba 1.25 segundos extra de tiempo. Otras granadas caseras fueron vistas en frentes alrededor de todo el mundo, como Rusia y Arabia.

El desarrollo de granadas pronto despegó y por lo menos en el frente oriental las granadas defectuosas y caseras fueron desapareciendo a medida que aparecieron nuevos modelos.

Las granadas de rifle se colocaban en un dispositivo especial acoplado al cañón del rifle y salían disparadas utilizando cartuchos de fogueo. Este tipo de granadas nunca llegaron a ser populares, y eran correctamente acusadas de ser poco precisas. Los alemanes dejaron de crear granadas de rifle en 1916, aunque siguieron experimentando con modelos revisados y rediseñados.

Los británicos y los alemanes se resistían a dejar de utilizarlas. Los británicos, que habían sido pioneros de su uso, junto con los franceses mejoraron el alcance de las granadas de rifle de una media de 180-200 metros hasta la impresionante cifra de 400 metros (granadas con estabilizadores).

La primera granada de mano británica verdaderamente popular (a la que se referían simplemente como “No. 15”) comenzó a producirse en grandes cantidades a finales de 1915, aunque su popularidad cayó terriblemente cuando se descubrió que fallaba de una manera garrafal bajo condiciones climáticas de lluvia. 45


Se diseñaron y produjeron incontables tipos de granadas durante la guerra, más de 50, pero solo una ha sobrevivido hasta hoy, la granada de mano Mills, diseñada por William Mills en 1915.

Los británicos se referían a ella de manera oficial como “No. 5” y fue introducida en mayo de 1915. Al instante se convirtió en la granada dominante del ejército británico durante el resto de la Guerra. La característica más especial de esta granada es su exterior, está dividido en cuadriculas, zonas con mayor y menor grosor que hacen que al detonar la granada se rompa en muchos fragmentos, y así surgió la granada de fragmentación.

Para usar la granada Mills, el soldado tiene que retirar la anilla mientras sostiene la varilla que la detona. Al lanzar la granada la varilla salía despedida y una mecha de 4 segundos se activaba.

Se estima que durante el curso de la Guerra los aliados lanzaron, aproximadamente, setenta millones de granadas Mills, con un posible total de 35 millones de granadas lanzadas de otros tipos, prueba de la popularidad de la granada Mills.

Los alemanes, habiendo popularizado el uso de las granadas, desarrollaron varios tipos de modelos nuevos durante los siguientes 4 años de guerra.

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Estos incluían la Stielhandgranate (granada de palo), la Diskushandgranate (granada de disco), la Eierhandgranate (Granada de mano) y la Kugelhandgranate (granada de bola, que incluye la granada a la que se referían los británicos como “granada piña”).

Los alemanes odiaban las granadas de percusión tanto como los aliados, todas las granadas alemanas excepto la de disco eran de mecha. Las granadas utilizadas por los soldados de asalto alemanes tenían la mecha más corta de todas, dos segundos (para que sus objetivos no tuvieran tiempo de cubrirse de la resultante explosión).

La Stielhandgranate - granada palo - muy popular entre los soldados alemanes. Algunas eran de percusión, pero la gran mayoría explotaban tras 5 ó 7 segundos de retraso.

La Eierhandgranate - granada huevo -popular por su gran alcance, hasta 50 yardas. Los alemanes también hicieron uso de granadas de gas que contenían un liquido venenoso que se descargaba al impactar.

Sin duda, la mayor batalla con granadas de la Primera Guerra Mundial fue la ocurrida en los altos de Pozieres la noche del 26-27 de julio de 1916.

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Duró doce horas y media sin una pausa por parte de los australianos, estos intercambiaron granadas con sus enemigos alemanes (que tiraban granadas de varios tipos, de palo, granadas huevo y granadas de rifle). Solo los aliados lanzaron quince mil granadas Mills durante la noche.

Ametralladora.

La ametrall adora era un aparato muy primitiv o cuando la Guerra comenz ó en agosto de 1914. Las ametralladoras de todos los ejércitos eran mayormente del tipo pesado y concluyentemente poco aptas para el transporte por soldados de infantería. Cada una pesaba entre treinta y sesenta kilos sin monturas ni provisiones.

La ametralladora de 1914 requería un equipo de cuatro a seis operarios. En teoría podía disparar de cuatrocientos a seiscientos proyectiles de bajo 48


calibre por minuto, cifra que se dobló a finales de la guerra.

Estas ametralladoras se sobrecalentaban rápidamente y dejaban de funcionar si no eran refrigeradas, y en consecuencia eran disparadas en salvas cortas más que en salvas constantes. Eran refrigeradas de dos maneras, usando agua y usando aire.

Las ametralladoras refrigeradas usando agua todavía se sobrecalentaban rápidamente (algunas veces tardaban menos de dos minutos), y por lo tanto era necesario contar con grandes provisiones de agua en el campo de batalla. No era un hecho desconocido el que los soldados orinaran encima de las ametralladoras para evitar que estas se sobrecalentaran cuando se les acababa el agua.

Ya estuvieran refrigeradas por aire o agua, las ametralladoras se atascaban con frecuencia, especialmente en climas calurosos o cuando eran utilizadas por soldados sin experiencia.

Por lo tanto las ametralladoras eran colocadas en grupos para defender posiciones de manera constante.

Pronto surgieron nuevas variantes, y los alemanes decidieron invertir en el concepto desarrollado por Hiram Maxim. 49


Maxim diseñó una ametralladora que utilizaba el retroceso ( que era causa del gas que salía disparado debido a la explosión de la carga explosiva de las balas) para utilizar el mecanismo del arma de manera continua. Su diseño inicial permitía una capacidad de disparo de hasta seiscientas balas por minuto, aunque su peso era demasiado alto, 62 kilos, por lo tanto las ametralladoras se utilizaban para cubrir a la infantería más que para atacar.

Pistolas.

La pistola, que originalmente se diseñó como un arma para la caballería, acabó convirtiéndose en el arma de apoyo por excelencia. Destinada de manera tradicional al uso de oficiales de todos los 50


ejércitos, acabaron por utilizarla la policía militar, los aviadores y los operarios de artillería y tanques.

Para los soldados que se ocupaban de esas tareas, la pistola era la única arma que podían utilizar en su medio, ya que los reducidos espacios de aviones y tanques no permitían portar o usar rifles (que en otros casos era el arma regular de todos los soldados).

Igual que con el rifle, los ejércitos fabricaban y distribuían modelos estándar a todos sus soldados, aunque la escasez (como sucedió en alguna ocasión) requiriera que una amplia variedad de modelos existiera para su uso en el campo.

Al comenzar la Guerra existían tres tipos de pistolas de uso general: los revólveres, las pistolas automáticas y las semiautomáticas (que utilizan el retroceso producido por la explosión del cartucho para cargar la siguiente bala).

Sin duda el modelo más famoso de la Guerra fue la pistola alemana Luger. Los modelos clave que se usaron desde 1914 hasta 1918 son los siguientes.

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Alemania.

Cerca de dos millones de pistolas Luger 9mm P08 se fabricaron durante la Guerra. Aunque solo se distribuía entre los oficiales (la pistola se consideraba el arma de un oficial), a mediados de la guerra empezó a distribuirse entre los soldados de aviación y artillería.

La Luger tenía un cargador de siete balas, introducido por la culata de la pistola. Era semiautomática, por lo cual era considerada fiable y precisa pero nunca fue producida en unidades suficientes para cumplir la demanda. Se consideraba un trofeo entre los aliados.

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Reino

Unido

El revolver Webley Mark IV, producido por Webley & Scott en la ciudad de Birmingham, fue la pistola estándar del ejército británico, con un numero total de trescientas mil producidas a lo largo de la guerra.

El modelo Mark IV que debutó a finales del sigo XIX, era un arma de 11.6mm de calibre de eficacia y fiabilidad demostradas (la razón de su popularidad) en tiempo de Guerra e incluso entre el barro holandés.

Se requería mucha práctica para disparar con un revólver Webley, ya que “saltaba” al dispararlo. A pesar de su buena reputación, los oficiales británicos siempre preferían el uso de pistolas Luger capturadas, y conseguían usarlas con la excusa de que tenían mayor alcance.

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Una variación semiautomática del Webley estuvo disponible durante 1913, pero fue vista como demasiado complicada por el ejército.

Francia

El arma estándar del ejército francés era la Pistole Revolveur Modele 1892. Su nombre popular era el de Lebel o model d'Ordonnance, su aspecto era muy parecido al del Webley Británico, aunque sus balas eran de 8mm de calibre. Visto como un revolver muy fiable, el Lebel continuo siendo utilizado durante la Segunda Guerra Mundial.

Bélgica

El ejército belga fue equipado con dos variantes del revolver Browning Estadounidense. El modelo 1900 54


de 7.6mm de calibre, semiautomático, y (de manera poco común) el modelo 1903 de 9mm de calibre.

Austria-Hungría y Rumanía

Ambos países hicieron uso exhaustivo de el Steyer automático, creado justo antes de la Guerra, en 1912.

El Steyer utilizaba un cargador de ocho balas, de 9mm de calibre, aunque el ejército húngaro utilizaba un diseño distinto (llamado Fegyvergyar) que disparaba balas de 7.65mm de calibre. Ambas pistolas eran fiables.

Estados Unidos

El ejército Estadounidense (y la marina) utilizaron tres tipos distintos de pistolas a lo largo de la guerra.

El Colt 0.45 semiautomático fue introducido al servicio en 1911 y tambien fue utilizado por la Real Marina Británica (en un formato modificado).

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Se manufacturaron cerca de 150,000 revólveres de tipo Colt y otros tantos de tipo Smith & Wesson, ambos disparaban balas de 0.45 pulgadas de calibre. Igual que con el Colt semiautomático, los británicos también adaptaron estos dos revólveres a sus necesidades.

Rusia

Los oficiales rusos, debido a la escasez crónica de pistolas que tenía su país, estaban obligados a utilizar la primera que encontraran.

Supuestamente, los oficiales rusos debían ir equipados con un Mauser semiautomático o con el revolver belga Nagant.

Rifles. 56


A pesar de los avances en los campos de la ametralladora, el mortero y la tecnología de las granadas, todos eran superficiales en comparación con el rifle, que se convirtió en el arma más crucial de infantería, presente en todos los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. La pistola y el rifle fueron armas clave en el campo de batalla.

En términos de alcance, la media durante la Guerra estaba alrededor de los mil cuatrocientos metros, aunque solo se podía asegurar la precisión alrededor de los seiscientos metros.

El disparo de precisión como práctica militar ha demostrado su necesidad a través del tiempo, pero se le dio importancia especial durante la guerra de trincheras.

Trabajando día y noche, francotiradores experimentados funcionaban esencialmente como asesinos, apuntando a cualquier objeto que se moviera tras las líneas enemigas.

Aunque el número total de bajas reclamado por francotiradores fue bajo (aunque algunos guardaban las cuentas de sus “muertes” y llegaban a las tres cifras) jugaban una parte importante en acabar con

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la moral enemiga.

Los soldados sabían que no podían andar libremente por trincheras expuestas y que cualquiera que fuera lo suficientemente ignorante como para echar un vistazo sobre el parapeto de la trinchera podía recibir un balazo entre los ojos, como solía suceder.

Los rifles utilizados por francotiradores variaban según la necesidad. Normalmente se utilizaba el Springfield estadounidense en el bando aliado y el Mauser en el alemán.

- El rifle estándar del ejército alemán, el Mauser Gewehr 98 fue diseñado en 1898 por Peter Paul Mauser. Superior a la mayoría de sus contemporáneos, incorporó las balas y el cargador en un solo objeto desechable, permitiendo que los soldados dedicaran menos tiempo al acto de recargar sus fusiles.

- Rivalizando con el Mauser en términos de facilidad de uso y reputación se encontraba el rifle británico Lee-Enfield, con rondas de 0.3 pulgadas, que fue distribuido entre todos los soldados británicos del frente oriental. Fabricado por primera vez en 1907 y denominado oficialmente como Lee-Enfield de Cargador Corto Mark III, el nombre derivó de su diseñador y el pueblo en el que fue producido por primera vez (la Royal Small Arms Factory de Enfield, Londres).

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- Titulado oficialmente como Fusil d'Infanterie Modele 1907, Transforme 1915, el rifle francés Berthier funcionaba como el Lee-Enfield británico al cargar, aunque la mira y el pistón del mecanismo de disparo eran muy diferentes.

Aunque era un buen rifle, el Berthier original (diseñado en 1907) adolecía de un fallo de diseño. El cargador solo contenía tres rondas (o munición de fusil). Una version modificada producida en 1915 aumentó este numero a cinco rondas, convirtiendo al Berthier en una excelente herramienta de combate.

- El Springfield, manufacturado en Estados Unidos (en Springfield, Massachusetts), fue el rifle estándar del ejercito norteamericano durante la guerra. Era fiable y se produjo una versión de cañón corto (carabina) para distribuir entre las Fuerzas Expedicionarias Americanas.

- Producido en Budapest y Steyr (Austria), y conocido como el Repetier Gewehr M95, el rifle estándar del ejército Austro-Húngaro se produjo por primera vez en 1895

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Ernest Miller Hemingway (Oak Park, Illinois, 21 de julio de 1899 – Ketchum, Idaho, 2 de julio de 1961) fue un escritor yperiodista estadounidense, y uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX. Su estilo sobrio y minimalístico tuvo una gran influencia sobre la ficción del siglo XX, mientras que su vida de aventura y su imagen pública influenció generaciones posteriores. Hemingway escribió la mayor parte de su obra entre mediados de 1920 y mediados de 1950. Ganó el Premio Pulitzer en 1953 por El viejo y el mar y al año siguiente el Premio Nobel de Literatura por su obra completa.

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Publicó siete novelas, seis recopilaciones de cuentos y dos ensayos. Póstumamente se publicaron tres novelas, cuatro libros de cuentos y tres ensayos. Muchos de estos son considerados clásicos de la literatura de Estados Unidos. Hemingway se crio en Oak Park (Illinois). Después de la escuela secundaria, trabajó durante unos meses como periodista delKansas City Star, antes de irse al frente italiano donde se registró como conductor de ambulancia durante la Primera Guerra Mundial. En 1918, fue gravemente herido y regresó a su casa. Sus experiencias de la guerra sirvieron de base para su novelaAdiós a las armas. En 1921 se casó con Hadley Richardson, la primera de sus cuatro esposas. La pareja se mudó a París, donde trabajó como corresponsal extranjero, y cayó bajo la influencia de los escritores y artistas modernistas de la comunidad de expatriados, la «Generación perdida» de la década de 1920. La primera novela de Hemingway, Fiesta, fue publicada en 1926. Después de su divorcio de Hadley Richardson en 1927, Hemingway se casó con Pauline Pfeiffer. La pareja se divorció después de que regresó de la Guerra Civil Española, donde había sido periodista, y después de que escribió Por quién doblan las campanas. Martha Gellhorn fue su tercera esposa en 1940. Se separaron cuando conoció a María Welsh en Londres, durante laSegunda Guerra Mundial. Estuvo presente durante el desembarco de Normandía y la liberación de París. Poco después de la publicación de El viejo y el mar en 1952, Hemingway se fue de safari a África, donde casi murió en dos accidentes aéreos sucesivos que lo dejaron con dolor y problemas de salud por gran parte del resto de su vida. Hemingway tenía residencia permanente en Cayo Hueso, Florida (durante la década de 1930) y Cuba (durante la década de 1940 y 1950). En 1959 61


compr贸 una casa en Ketchum (Idaho), donde se suicid贸 el 2 de julio de 1961.

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Santiago Herrera Colegio Valenciana Segundo de secundaria

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