V2N2-2012 BCSR (Ranking U-Sapiens 2011-2)

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Sapiens Research

Boletín Científico Vol. 2(2)-2012 ISSNe: 2215-9312

Ranking U-Sapiens 2011-2

Sapiens Research Group

Arte visual: Fernando Cadenas (España), fernando.cadenas@gmail.com http://issuu.com/fernandocadenas http://fernandocadenasblog.blogspot.com/



ISSN-e: 2215-9312. Volumen 2 / Número 2. Julio-Diciembre 2012 Impresión digital: 20-07-2012 Directora: Mónica Cuellar-Castro Editor general (edición-diagramación): Carlos-Roberto Peña-Barrera Correo-e: editor@sapiensresearch.org Publica: Sapiens Research. Calle 167C No 55A-26 Of. 805 (Bogotá, Colombia) Tel: (571) 311-520 8569 Comité editorial Ms. Rosa María-Martínez (Banco Mundial, Estados Unidos de América) Ms. Érika-Alexandra Honig-Andrade (ONU-Hábitat, Kenia) Dra. Miriam Pardo-Fariña (Universidad Andrés Bello, Chile) Dda. Angélica De Sena (Universidad de Buenos Aíres, Argentina) Dra. Begoña Enguix (Universitat Oberta de Catalunya, España) Dra. Mercedes Castillo (Universidad Nacional de Colombia, Colombia) Ms. Emmanuelle Rabaud (Escuela Nacional Superior de Arquitectura de Marsella, Francia)

Comité científico PhD. Alejandra Ojeda-Sampson (Universidad Latina de México, México) PhD. Anayra O. Santory-Jorge (Universidad de Puerto Rico, Puerto Rico) PhD. Nicola Caon (Instituto de Astrofísica de Canarias, España)

Arte visual de la portada: Fernando Cadenas (España)

http://issuu.com/fernandocadenas http://fernandocadenasblog.blogspot.com fernando.cadenas@gmail.com Para el Boletín Científico Sapiens Research (BCSR), que los autores envíen sus contribuciones, sean artes visuales o escritos originales-inéditos, significa que, para el caso de los últimos, no han sido ni serán publicados en otro medio de comunicación en papel o electrónico; pero, para el caso de los primeros, no tendrá ningún inconveniente en publicar aquellas que hayan sido plasmadas en otros medios de comunicación. Para esta publicación es muy importante que se haga una breve reseña de los autores, información de contacto, publicaciones y links de sus producciones. Por tal razón, resaltar el perfil de los autores y sus capacidades es de gran interés. No obstante, el contenido de los escritos publicados es de exclusiva responsabilidad de los autores, y no refleja necesariamente la filosofía de esta publicación ni el pensamiento particular de cada uno de sus integrantes.. Colaboraron de árbitros externos: Rubén Salazar-Hernández, Paulo-Daniel Acero-Rodríguez, Ana-Patricia León-Urquijo, Flabián Nievas, Marcelo Mendonça, Hernando Sáenz, Nubia Ruíz, Sergio Conde, Juan Aguirre, Francisco Sierra.


www.sapiensresearch.org Colaboran en este número Anna Fagot (Francia) Claudio-Alejandro Reyes-Lozano (Chile) Diana Aristizábal (Colombia) Fuensanta Cerezo-Ramírez (España) Gerônimo Leitão (Brasil) Graciela-María Tedesco (Argentina) Ilionor Louis (Haití) Irene-Alejandra Cabrera-Nossa (Colombia) Johanna Haddock (Estados Unidos) Jonas Delecave (Brasil) Josua-Óscar Aponte-Serrano (Puerto Rico) Laura Solanilla-Demestre (España) Magela Cabrera-Arias (Panamá) Marcos-Agustín Cueva-Perús (Ecuador) Óliver Silva (Colombia) Pablo-Andrés Ferrer-González (Chile) Vincent Girard (Francia)

El Boletín Científico Sapiens Research (BCSR) es un publicación semestral (enero-junio y julio-diciembre, que edita Sapiens Research y que inició en enero de 2010), electrónica y digital, de libre acceso y descarga, editada por el grupo Sapiens Research, cuyo objetivo principal es visibilizar artículos (principalmente en español, pero también en otros idiomas como portugués y francés) de investigación-reflexión a la comunidad científica y académica internacional, bajo el contexto de diferentes secciones: Latín-A (temas latinoamericanos), Lógyca (temas de lógica y sentido común), Psique (temas de psicología), Sociologando (temas de sociología), Sofando (temas de filosofía) y Urbis (temas de urbanismo), que son editadas por reconocidas investigadoras de distintos países de Europa y América, y que está dirigida a toda la comunidad interesada en los temas de las secciones. También publica otro tipo de artículos, desde otras secciones de interés cultural y general. Finalmente, este medio de comunicación también da a conocer el Ranking U/Grup-Sapiens (clasificación de instituciones de educación superior colombianas y grupos de investigación según indicadores de investigación). Nota legal: la postulación de originales-inéditos implica que los autores conocen y suscriben las “Pautas: contribuciones y arbitraje”. La política de libre acceso a los contenidos contempla que los autores autorizan que sus originales-inéditos sean editados, publicados, reproducidos e incorporados en cualquier forma y medio, para fines educativos-investigativos. Por lo tanto, se autoriza la reproducción total o parcial de esta obra para fines educativos-investigativos, siempre y cuando se cita la fuente. Ética de publicación: los autores tienen derecho de hacer copias (impresas o electrónicas) del artículo para su uso personal o enseñanza en el aula; hacer copias y distribuir copias del artículo de la revista (incluso a través de e-mail) a sus colegas de investigación, para su uso personal por sus colegas y para fines académicos; publicarlo en su sitio web personal o institucional; de presentar el artículo de la revista en un evento y distribuir copias en papel para los asistentes; usarlo (artículo sin respaldo-financiación institucional) como soporte de formación en su sitio de trabajo; incluir el artículo (todo o parte) en una tesis o tesina; utilizar el artículo (todo o parte) en una recopilación impresa de sus obras, como la colección de escritos o notas de la conferencia (después de la publicación del artículo en la revista); a preparar otras obras derivadas, para ampliar el artículo de la revista en formato de libro, o de lo contrario volver a utilizar partes o fragmentos de otras obras, con pleno reconocimiento de su publicación original en la revista. http://www.facebook.com/pages/Boletin-Cientifico-Sapiens-Research/181844285178334 http://issuu.com/sapiens-research


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Tabla de contenido Llamado a artículos de investigación-reflexión

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Columnas de opinión

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Editorial: Las verdaderas necesidades Por Carlos-Roberto Peña-Barrera (Colombia)

1

Diáspora-i: Doctorando en Suecia Por Óliver Silva (Colombia)

2-5

Monedas: Cincuenta Centavos Colombianos, la mujer del Regenerador Por Diana Aristizábal (Colombia)

6-7

Cafés: Blue Sky Marketplace Por Johanna Haddock (Estados Unidos)

8-10

Latín-A: Frontera colombo-brasilera: persistencia del conflicto armado y alcances de las estrategias de seguridad Por Irene-Alejandra Cabrera-Nossa (Colombia)

11-17

Psique: Bullying: ¿violencia primaria o secundaria? Por Pablo-Andrés Ferrer-González (Chile)

18-23

Psique: Bullying a través de las TIC Por Fuensanta Cerezo-Ramírez (España)

24-29

Psique: Breve reflexión psicoanalítica acerca del bullying Por Claudio-Alejandro Reyes-Lozano (Chile)

30-34

Psique+: Hablar y callar, o del poder y la iatrogenia en un imaginario sociocultural Por Marcos-Agustín Cueva-Perús (Ecuador)

35-40

Sociologando: Retórica de la memoria, embotamiento de la atención, lejanía de la persuasión Por Claudio Martyniuk (Argentina)

41-45

Sociologando: Internet como herramienta de recuperación de la memoria de la Guerra Civil Española Por Laura Solanilla-Demestre (España)

46-52

Sofando: La mirada filosófica: un vistazo al rostro del otro Por Josua-Óscar Aponte-Serrano (Puerto Rico)

53-57

Urbis: A luta pelo acesso à Moradia na Região Metropolitana do Rio de Janeiro: a Vila Getúlio Cabral Por Gerônimo Leitão y Jonas Delecave (Brasil)

58-64

Urbis: Occupation de l’espace public par les personnes de la rue: Expérience au sein d’une unité de psychiatrie de rue à Marseille Por Anna Fagot y Vincent Girard (Francia)

65-70

Urbis: La relocalisation des familles victimes de catastrophes naturelles à Port-au-Prince Por Ilionor Louis (Haití)

71-76

Urbis: Fábrica de desechos Por Magela Cabrera-Arias (Panamá)

77-84

Urbis+: Una aproximación a los usos sociales del cuerpo en espacios correccionales: Córdoba, Argentina Por Graciela-María Tedesco (Argentina)

85-89


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Ranking U-Sapiens 2011-2 Por Sapiens Research Group

Índice: artículos y autores anteriores Biodatos: autores actuales Pautas: contribuciones y arbitraje

90-98 ? ? ?


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Llamado a artículos de investigación-reflexión Latín-A Guerra contra las drogas en México Ms. Rosa María-Martínez (Banco Mundial, Estados Unidos de América) y Ms. Érika-Alexandra Hönig-Andrade (ONU-Hábitat, Kenia) Editoras de sección El próximo número estará enfocado en la guerra del narcotráfico presente en la nación mexicana. La expansión del narcotráfico en este país es un asunto que ha saltado a la palestra en los últimos años. Los carteles de Juárez, de la Familia Michoacana, de Tijuana, del Golfo, entre otros, son los protagonistas de una lucha armada que está matando a sus pobladores. Diariamente la prensa nacional e internacional presenta un sinnúmero de noticias relacionadas con las actividades delictivas como tráfico de sustancias ilícitas y armas de fuego, secuestros, sicariato, enfrentamientos, homicidios dolosos o intencionales y torturas. Substancialmente, la rivalidad y ansias de dominio entre los principales carteles mexicanos se están encargando de reconfigurar nuevas dinámicas de control territorial. En la actualidad, los nuevos factores de poder han logrado establecer nuevas jerarquías nacionales del crimen organizado. Referente al tema, existen crecientes demandas públicas que relacionan a altos dirigentes políticos e instituciones oficiales con los líderes de los principales carteles, así como con sus actividades y expansión. Sin lugar a dudas, la capacidad económica del mercado del narcotráfico no tiene límites y es que evidentemente, para muchos investigadores y analistas, la inmunidad obtenida por ciertos carteles sólo responde a apoyos políticos o beneficios económicos. De la misma manera, existen ciertas controversias acerca de la veracidad de las cifras de homicidios indicadas públicamente por las autoridades mexicanas. De hecho, en reiteradas ocasiones y debido a discordancias con los informes presentados numerosas instancias han solicitado al gobierno mexicano esclarecer las cifras reales por homicidios. De acuerdo a un exhaustivo análisis realizado con la información de las instancias de seguridad pública y de procuración de justicia de los estados, se puede afirmar que en México el número de muertos en los cinco años de guerra calderonista contra el narcotráfico ya superó los 60 mil, cifra escalofriante en la que figuran presuntos delincuentes, sicarios, policías, soldados, marinos y civiles (“daños colaterales”, según el gobierno federal), y más reciente-mente defensores de los derechos humanos (Revista Proceso, 2011). Ciudad Juárez es una de las urbes más afectadas por las guerras de carteles. Según un estudio realiza-do por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal Mexicana*, de las 10 ciudades más violentas del mundo, 5 están en México. La alta tasa de asesinatos en esta ciudad es de 148 por cada 100 mil habitantes, lo cual la ubica como la segunda más violenta, luego de San Pedro Sula, en Honduras (Ortega, 2012). La situación de la violencia en México genera ciertas interrogantes: ¿cuáles han sido las fallas de las estrategias de seguridad del gobierno de Felipe Calderón? Existen muchas denuncias que involucran en la narco-economía a diferentes cuerpos oficiales como el Ejército y la Marina mexicana, así como también a altos dirigentes gubernamentales. Estas denuncias se han re-forzado debido a la inmunidad y el trato flexible que ha tenido el gobierno con ciertos carteles. En ese sentido, ¿qué tan factibles pueden ser estas vinculaciones? Otro importante tema a considerar está relacionado con las implicaciones sociales que genera este tipo de conflicto. Miles de mujeres, niños, estudiantes y activistas han sufrido daños colaterales. Por lo expresado anteriormente, se invita a hacer contribuciones sobre estos temas desde los enfoques sociales, políticos y a responder a las interrogantes planteadas en esta temática. * Organización de la sociedad civil surgida en julio de 2002.

________________________________________ CNN (2012) A. “2011 drug violence kills nearly 13,000 in Mexico, new figures show”. Extraído el 28 de junio de 2012 desde: http://edition.cnn.com/2012/01/11/world/americas/mexico-death-toll/index.html?hpt=hp_t2 CNN. (2012) B. “5 de las 10 ciudades más violentas del mundo están en México”. Extraído el 28 de junio de 2012 desde: http://cnnespanol.cnn.com/2012/01/13/5-de-las-10-ciudades-mas-violentas-del-mundo-estan-en-mexico/ Explorando México (n.d). “Principales carteles y grupos del narcotráfico en México”. Extraído el 28 de junio de 2012 desde: http://www.explorandomexico.com.mx/about-mexico/9/170/ Ortega, J. A. (2012). San Pedro Sula (Honduras) la ciudad más violenta del mundo; Juárez, la segunda. Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C. Extraído el 28 de junio de 2012 desde: http://www.seguridadjusticiaypaz.org.mx/biblioteca/finish/5-prensa/145-san-pedro-sula-honduras-la-ciudad-mas-violenta-del-mundo-juarez-la-segunda/0 Revista Foreign Policy (2010). La lista: Los carteles más fuertes de México. Extraído el 28 de junio de 2012 desde: http://www.fp-es.org/lista-los-carteles-mas-fuertes-de-mexico Revista Por Esto! (2011). “Sexenio de muerte e impunidad”. Extraído el 28 de junio de 2012 desde: http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=15&idTitulo=135742 Revista Proceso (2011). “Cinco años de guerra, 60 mil muertos”. Extraído el 28 de junio de 2012 desde: http://www.proceso.com.mx/?p=290774

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Lógyca ¿Para qué sirve la investigación básica? PhD. Nicola Caon (Instituto de Astrofísica de Canarias, Tenerife, España) Editor de sección Una de las dudas más importantes que tengo y que creo comparto con todos aquellos científicos que llevan a cabo investigación básica o fundamental, o sea, la orientada a la ampliación de nuestros conocimientos sin que ésta produzca beneficios directos y tangibles (como es el caso de la investigación aplicada), es para qué sirve, qué aporta a la sociedad. Hay quien opina que disciplinas como la astronomía o la física de partículas son lujos costosos e inútiles, que malgastan dinero público en lugar de promover el crecimiento económico y el bienestar. Sobre todo en tiempo de crisis, cabe preguntarse por qué los ciudadanos, a través de parte de sus impuestos, deban seguir financiando proyectos como la construcción del supertelescopio europeo o de cada vez más potentes y sofisticados aceleradores de partículas. Al fin y al cabo, ¿qué interés e importancia tiene averiguar de qué modo el universo está acelerando su tasa de expansión?, ¿en qué consiste exactamente la materia oscura?, ¿o si los neutrinos viajan o no a velocidad superior a la de la luz? ¿No sería mucho mejor invertir todo ese dinero y recursos en abordar e intentar solucionar problemas más cruciales como hacer algunos ejemplos triviales, la búsqueda de curas contra el cáncer, el desarrollo de fuentes de energía limpias y sostenibles, la mejora de las condiciones de vidas en los países más pobres? Hay quizá dos posibles respuestas: la primera es que a menudo los avances científicos no siguen ningún plan predefinido, e incluso pueden llegar, pero de forma totalmente inesperada. Los beneficios pueden tardar años o siglos en materializarse, así que la ciencia básica es, en cierto sentido, una apuesta (a menudo ganadora) sobre el futuro. La otra posible respuesta es que la investigación básica es una expresión fundamental del comportamiento humano, de su afán por comprender el mundo en el cual vive. Quizá no nos sea de ninguna utilidad concreta, ¿pero lo mismo se podría decir de la música, de la pintura y del arte en general? Así me gustaría proponer una reflexión sobre la importancia de la ciencia básica, tomando las siguientes preguntas como punto de partida: ¿cómo se puede justificar, ante el ciudadano medio, la ciencia básica y su financiación con el dinero del contribuyente?, ¿qué beneficios podemos esperar de la misma?, ¿qué nos ha enseñado la historia de la ciencia en este aspecto?, ¿tendría sentido, en un contexto económico desfavorable, desviar fondos de la ciencia básica (un lujo que ya no podemos permitirnos) a la ciencia aplicada, o sería una equivocación?, ¿qué similitudes y qué diferencias hay entre ciencia y arte?

Psique Los trastornos alimenticios en niños y adolescentes PhD. Alejandra Ojeda-Sampson (Universidad Latina de México, México) y Dra. Miriam Pardo-Fariña (Universidad de Viña del Mar, Chile) Editoras de sección Los trastornos alimenticios en niños y adolescentes han cobrado cada vez mayor cuantía en el mundo de países desarrollados o en vías de desarrollo, de acuerdo a los estudios que respaldan la detección de estas problemáticas, razón por la que se ha observado, por ejemplo y de manera alarmante, los elevados índices de obesidad infantil que han conducido a establecer nuevas políticas públicas de alimentación saludable para contrarrestar este flagelo. Tal es el caso de nuevas implementaciones para comer sano tanto en la casa como en el establecimiento educativo. Ahora bien, no sólo la obesidad implica problemas, se tienen casos de anorexia y bulimia en niños cada vez más pequeños, por lo que las consecuencias ante este desorden se observan con mayor profundidad y en edades mucho más tempranas. Las consultas por trastornos alimenticios en niños y adolescentes son muy frecuentes tanto en el ámbito médico-nutricional como en el campo de la psicología y psiquiatría. No obstante, la detección y derivación de los casos suelen realizarse cuando el niño o el adolescente padece de manera concluyente el trastorno, resultando más complejo el abordaje del mismo por cuanto el niño también sufre de discriminación por parte de su grupo de pares, tal como se aprecia en el Bullying escolar, en donde los compañeros toman como víctima al niño o adolescente obeso. Considerando la importancia de la detección precoz en el ámbito de los trastornos alimenticios, el espacio que ofrecemos propende a entregar herramientas de reflexión y abordaje, a fin de entender que cuando esta problemática ya se encuentra avanzada, genera mucho sufrimiento en la persona que la padece y sus familiares, así como en los educadores, profesionales de la salud, entre otros, por lo que debe abordarse de forma transdisciplinaria, debido a la complejidad que presenta. En ese sentido, es importante preguntarse: ¿qué desencadena el problema?, ¿este tiene que ver con la forma de vida moderna?, ¿cómo lo asumen los individuos que lo viven?, ¿es un problema de clase social o ya se ha generalizado?, ¿existe una edad crucial para detectar el inicio del problema?, ¿el trastorno alimenticio es una forma de esquivar la realidad? Estos y más cuestionamientos se pueden construir para derivar reflexiones y análisis que conlleven a la solución de este problema, cada vez mayor, con alcances cada vez más grandes y con secuelas psicológicas, sociales y de salud más impactantes.

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Sociologando Violencia y seguridad, defensa y promoción de los derechos Dra. Angélica De Sena (Universidad de Buenos Aires, Argentina) y Dra. Begoña Enguix (Universitat Oberta de Catalunya, España) Editoras de sección Durante la década del 1980 comenzó a circular el concepto de “deuda social”, difundido por el Programa Regional del Empleo para América Latina y el Caribe (PREALC), y relacionado con la pobreza. Actualmente son muy conocidas las desigualdades e inequidades sociales, que muestran las deudas sociales de las distintas regiones del planeta a través de la pobreza, el hambre, las deficitarias condiciones de vida de amplios grupos poblaciones, los diversos modos de ejercicio de la violencia y constante violación de los derechos ciudadanos de los sectores más vulnerables. Estas son solo un espectro de los padecimientos que el mundo globalizado nos ofrece. Con el objeto de reflexionar y no silenciar las voces de los que más sufren, esta sección invita a interesados de distintas disciplinas a enviar sus resultados de investigación frente a este tema desde diversos ángulos: Los observables de la violencia en las prácticas sociales de nuestras sociedades. Expresiones de la violencia institucionalizada. Poder y subjetividad: los valores, las creencias y prácticas que refuerzan y reproducen la violencia en el espacio social. El impacto de la violencia en el ámbito subjetivo: el individualismo y el debilitamiento de los lazos o vínculos sociales. La visibilidad y la invisibilidad de la violencia simbólica: la violencia subjetiva, intolerancia, el acoso, la intimidación, entre otros. Los efectos de la “devaluación de la vida” y la “banalidad de la muerte”. La globalización y las singularidades: las formas de dominación neocoloniales y los imperialismos. Seguridad pública y privada; individual y colectiva. La seguridad y los derechos ciudadanos: la seguridad y los derechos de las personas. La (in)seguridad de las personas pobres. Garantía de los derechos humanos como una forma de luchar contra la inseguridad, la vulnerabilidad pública y social.

Sofando Los imaginarios ante la crisis PhD. Anayra-O Santory-Jorge (Universidad de Puerto Rico, Puerto Rico) Editora de sección

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Urbis Culturas y contraculturas: ¿cómo transforman la ciudad? Dra. Mercedes Castillo-Herrera (consultora-investigadora independiente, Colombia) y Ms. Emmanuelle Rabaud (Escuela Superior Nacional de Arquitectura de Marsella, Francia) Editoras de sección Dentro de la heterogeneidad y multiplicidad que es la ciudad, dentro de ese entramado de relaciones sociales, dinámicas e interacciones, actividades de toda índole y variadas formas de habitar los espacios-tiempos que la conforman, dentro de esa urdimbre de vivencias cotidianas, comportamientos humanos, subjetividades e intersubjetividades surgen subculturas, contraculturas, tribus urbanas, culturas juveniles, arte urbano, cultura underground. Diferentes formas de expresión de inconformidad y desobediencia, de impugnación y resistencia, de desafío y trasgresión, en las tendencias artísticas, sociales, filosóficas y científicas (Herrera, 2009: 74). Con su carga cultural, política e ideológica, con su carácter de clandestinidad real o aparente, con su nivel de intervención abierta y clara, a veces velada, sobre el espacio público y sobre la sociedad, en búsqueda de transformar una realidad que no los hace felices y que, a la vez, les permite reforzar su identidad y delimitar su territorialidad, la simple denominación de sub y contra implica pensar que hay una cultura única, hegemónica, la cultura, y que las diversas taxonomías y clasificaciones sirven para encasillar dentro de posiciones intersticiales, desactivar sus discursos y operar como prevención y como advertencia. No olvidemos que cultura es “todo aquello que, perteneciendo al dominio público de una sociedad, excede lo meramente funcional o instrumental y presenta una dimensión invisible, o mejor, imperceptible, positivamente asumida por los individuos de esta sociedad” (Castoriadis en Gigosos y Saravia, 2010: 254). El arte urbano, el underground, espontáneos, fugaces, directos y provocadores son plasmación de todo lo que se quiere gritar, pero no existen los espacios para ello, pues son un nudo en la garganta ante la opresión. Allí aparecen diversas formas de expresión artística callejera. Están los grafitis, las plantillas, las pintadas, los posters, las calcomanías y los murales, la música, la danza, el teatro. Además de una forma de manifestación que asume el muro y la calle como lienzos en blanco, se convierte en la ruptura de los significados de los espacios que los contienen, trascendiéndolos al crear una nueva simbología y resinificándolos. Sin embargo, ¿cuáles son las expresiones de arte urbano, underground, contracultura en los diferentes rincones del planeta?, ¿y desde qué perspectiva pueden entenderse esas violaciones al espacio cultural sin que con ello se caiga en una nueva categorización de las mismas? Las tribus urbanas, agrupaciones de jóvenes unidos por la similitud, el afecto y la seguridad, buscan trasgredir un mundo de valores y conductas propios de la cultura dominante, por medio de gestos, movimientos, poses, vestidos y palabras (Hedbige, 2002:33, en Arce, 2008: 261). Para Maffesoli, los jóvenes se reúnen alrededor del nomadismo y de un sentido de pertenencia. Entendiendo por nomadismo la posibilidad “de la sublevación, es el salir de sí, es, en el fondo, poner acento en todos los aspectos lúdicos, en los aspectos festivos, en un hedonismo latente, un corporeísmo exarcebado” (Maffesoli, 2004:37 en Arce, ibid), y sentido de pertenencia a la “conciencia de sí, no más la identidad cerrada y encerrada en sí misma, sexual, ideológica y profesionalmente (…) yo sigo mi propia ley y sí: mi ley es otro quien me la da, quien me la indica” (Maffesoli, 2004: 38, en Arce, ibid) ¿Hasta qué punto las expresiones de emos, floggers, grunges, góticos, heavies, mods, punks, raperos, hip-hop o skin heads llegan a ser resistencias o negaciones y hasta dónde no pasan de ser expresiones efímeras y estables? ¿Son sus expresiones iguales en todos los lugares o hay particularidades interesantes de identificar? Contraculturas y subculturas recorren las calles, crean territorialidades, crean formas de expresión únicas o similares, propias, individuales pero, ¿cómo todas estas transforman a la ciudad? Este contexto y estas preguntas son la base para que los interesados envíen sus contribuciones.

Arce Cortés, Tania (2008). Subcultura, contracultura, tribus urbanas y culturas juveniles: homogenización o diferenciación? Revista Argentina de Sociología, año 6, No. 11, pp. 257-271. Gigosos, Pablo y Saravia, Manuel (2010). Urbanismo para náufragos. Fundación Cesar Manrique. Herrera Zavaleta, José Luis (2009). Filosofía y contracultura. Quaderns de filosofia i ciència, 39, pp. 73-82.

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Boletín Científico Vol. 2(2)-2012 / p: -1 / ISSN-e: 2215-9312

El canto de la esperanza Por Alejandra Ojeda Sampson

En México se está viviendo un clima de mucha tensión, represión, pero también de esperanza. Debido a que estamos en época de elecciones, los poderes fácticos se han volcado (aunque ya tenemos bastante tiempo con este bombardeo mediático), para acallar y reprimir las voces que surgen en contra del sistema. Estos poderes pretenden imponer y dar continuidad al sistema neoliberal que tanto daño hace a la sociedad mexicana y al mundo en general. Las pequeñas minorías que ostentan el poder y toda la riqueza quieren aplastar a las grandes mayorías que reclamamos el derecho a la equidad, equilibrio económico, respeto, justicia y paz social. Surgen por doquier cantos en favor del respeto a la diversidad, pluralidad y justicia social: los indígenas zapatistas, Wirikuta, Cabo Pulmo, los indígenas de Cheran, los activistas de Zempoala, grupos en contra del ejército en las calles, y muchísimos más que reclaman un alto a la agresión y una defensa a sus valores que no coinciden con la política explotadora del sistema capitalista actual. Parecía que nada de esto tendría mayores consecuencias. Sin embargo y a raíz de una manifestación de estudiantes en Ciudad de México en contra del candidato del PRI (en particular en la escuela Iberoamericana), surge el movimiento #Yo Soy 132. Movimiento que ha unido de manera asombrosa a gran parte de la sociedad mexicana para protestar contra esos poderes fácticos y su cínica agresión. He aquí el canto de la esperanza para estos tiempos que tanto reclaman voces de unión y fraternidad ante un mundo plagado de valores materialistas y cosificantes. Ahora por México, pero también por las naciones del mundo: Yo Soy 132.

El tránsito de Venus visto por alguien que se lo perdió

Por Nicola Caon

Los días 5 y 6 de junio tuvo lugar el tránsito del planeta Venus sobre el disco solar. Desafortunadamente, desde Canarias, no fue posible ver el fenómeno, porque toda la fase de tránsito ocurrió cuando aquí era de noche. Tampoco me molesté en seguirlo a través de la tele o de Internet, ya que francamente no lo considero un espectáculo tan interesante como para quedarme despierto durante la noche (especialmente después de haber jugado un partido de futbol sala...). Ya había asistido al tránsito de Venus de 2004 (usando unas gafas soldador como protección), y anteriormente a algún transito del planeta Mercurio (más frecuentes pero de menor duración que los de Venus), y, tras el entusiasmo inicial de ver un puntito que se desplazaba sobre el Sol, pronto la cosa perdió mi interés. Sin embargo, comparto totalmente la gran propaganda y espectacularización que se ha hecho en los medios de comunicación: todo lo que consiga acercar a la gente hacia la ciencia (y la aleje de las pseudociencias) es algo muy importante y útil (incluso necesaria). Naturalmente, no han faltado los que relacionan este tipo de eventos astronómicos con desastres naturales. Por ejemplo, hay quien afirma que, como unos meses después del tránsito de 2004, hubo el tsunami en Asia, y que, por tanto, hay que esperar algún otro tipo de catástrofe de similar magnitud dentro de poco (si no llega primero el fin del mundo suFuente: Wikipedia - Imagen del tránsito tomada por el puestamente predicho por el calendario Maya...). Bueno, ya veremos. Pero, ¿a quiénes quetelescopio espacial Solar Dynamics Observatory de la remos creer: a seudocientíficos que con base a meras circunstancias y coincidencias hacen NASA estos tipos de predicciones, o a investigadores “de verdad” (tales por los estudios realizados y la competencias adquiridas durante su carrera profesional) que no solo pueden predecir en qué años venideros habrá nuevos tránsitos, sino calcular con exactitud la hora de comienzo y finalización desde cualquier punto del planeta? Por último, quisiera señalar que el tránsito de Venus de 1874 dio lugar a la que es muy probablemente la película más vieja de la historia. El astrónomo Jules Janssen, el 8 de diciembre de ese año, que se encontraba en Japón para observar ese tránsito, ante la duda de conseguir fotografiar el momento exacto en que el planeta tocaba el borde del disco solar, inventó un mecanismo que le permitió sacar una secuencia de 48 exposiciones en 72 segundos. El video reconstruido se puede ver en Youtube, junto con una explicación más amplia y detallada, en: http://www.youtube.com/watch?v=LowU9vKZzJs. Para más información sobre el tránsito de Venus, se pueden visitar las páginas web de Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Tr%C3%A1nsito_de_Venus y http://es.wikipedia.org/wiki/Tránsito_de_Venus_de_2012.

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Boletín Científico Vol. 2(2)-2012 / p: 1 / ISSN-e: 2215-9312

Editorial: Las verdaderas necesidades Por Carlos-Roberto Peña-Barrera (editor general)

¿Cuál será la mejor manera de saber con certeza que lo que alguien quiere es una necesidad o un capricho? En otras palabras, ¿cómo se puede saber si algo se necesita o no? Para ello, vale la pena preguntarse más cosas, a fin aterrizar al campo real ese mundo de ideas articuladas a las emociones y los sentimientos. Primero que todo, digamos que algo que se llame de verdad necesidad es porque es bueno y agradable, porque suple lo tangible e intangible, porque permea más allá del ser para brindar benignidad a los demás y no busca afectarlos negativamente. Esa sería la premisa, aunque podrían agregarse más cosas. Segundo, porque tendrá trascendencia positiva: sacia, agrada, alegra, da paz… Como hemos escuchado decir: “Estoy pleno”. Sin embargo, estamos constantemente bombardeados por los medios y la sociedad con respecto a nuestra “eterna” falta de plenitud. Esa es la razón por la que enormes cantidades de recursos y artimañas se usan para hacernos creer que siempre hay algo mejor y que lo que tenemos no nos suple, no nos da plenitud. Las estrategias son muchas y arremeten sin piedad contra cualquier persona, de cualquier edad, de cualquier raza o sexo… La búsqueda constante de ganar y ganar se hace carne a través del consumo insaciable, incontrolable. Por eso escuchamos y vemos que tal o cual cosa dice ser “mejor” que otra. Es una pelea que no pareciera tener fin. Así, quien recibe el mensaje sin analizarlo, puede caer en la trampa fácilmente. Adquieren el aparato, la fragancia, el calzado, el vestuario, la vivienda, el vehículo… con recursos que no tienen sino que les prestan, para sentirse como otros quieren verlos, ni siquiera porque de verdad los llene. Es totalmente superficial. La lucha se tiene en los hogares. Padres conscientes de semejante engaño lidian por informar y formar a sus hijos sobre estas pequeñas pero peligrosas cosas. Advierten sobre lo importante de la calidad, no de la marca; sobre lo importante del mensaje, no por donde se emita; lo importante de quien es, no de cómo se vista o lo que tenga. Naturalmente, fuera de los hogares, no hay nada más que tener paciencia y confiar en que interiorizarán dicha formación para enfrentar el mundo con sus superficialidades de inagotable consumo. Hace pocas semanas que estuve reunido con un amigo, que perfectamente podría ser mi abuelo, le escuché decir con total honestidad su falta de plenitud. Se hacía preguntas, preguntas importantes: “¿En realidad no sé qué he hecho de mi vida? ¿Qué más tengo que hacer?” El diagnóstico externo es el siguiente: tiene varias propiedades en y fuera de la ciudad, vehículos, varios títulos, “amigos”, gente a su alrededor, los bolsillos llenos para adquirir lo que le antoje. ¿Por qué no está pleno, si tiene lo que la sociedad dice que se debe tener? Hace un par de días, al hablar con un amigo, también mayor, le preguntaba sobre si había adquirido su otro título de doctorado. Su respuesta fue franca, la de un hombre consciente. Me dijo que no lo hacía por el título como tal sino por un compromiso moral y ético con su prójimo. “Vaya”, me dije, “eso sí suple y da plenitud: pensar en el otro y dar lo mejor por esa persona”.

No obstante, ese es un caso entre diez mil… En una palabra: contracultura. Y diría más: contrasociedad. La contrasociedad es ganar las cosas con esfuerzo propio, no “untando la mano” de otros; es alcanzar la meta con sudor, no amenazando al prójimo; es pensando en los demás, no solo en el yo. ¿Se puede hacer? Claro que sí. ¿Cuesta? Por supuesto, y mucho, por no decir todo. ¿Por qué creen que el que tiene los bolsillos llenos tiene “muchos” amigos; pero cuando ya no los tiene, nadie le queda? Interés. Exactamente. El interés, sumado al egoísmo, es la bomba atómica que tiene a la sociedad así: insaciada, superficial, en una anorexia y bulimia mental de lo más absurdo. Puede que para muchos suene poético e inverosímil, pero debe ser lo que rescatemos desde lo más profundo de nuestro corazón: aceptar al otro por lo que es, no por lo que tiene, viste, calza, come o va. Al hacerlo, estaremos preparados para crucificar el racismo, sectarismo, y totalitarismo de consumo. Volver la espalda a ello es abrazar al prójimo mientras el corazón se vuelve puñal que busca su destrucción; sonreír y apretar la mano mientras la mente le está insultando con las más bruscas palabras; es “escucharlo” y “mirarlo” pero pensando en que se está perdiendo el tiempo. La contrasociedad es amar sufridamente mientras se perdona cada día a quienes nos tratan de manera contraria. Eso no es fácil. Somos de carne. Pero lo podemos hacer si dependemos de las fuerzas de quien da vida a todas las cosas. Porque así como nos llega sin pedirla, se nos quitará sin que podamos hacer nada al respecto. Y en el allá, no habrá oportunidad para regresar el tiempo y cambiar lo ocurrido. Hoy, ya, mientras podamos diferenciar entre el capricho y la necesidad y optar por aquello que no genera más hambre ni más sed, considero que resucitaría la paz, unidad, sinceridad… bienestar social. Al dejarnos ganar por el capricho, le damos más fuerzas a quien pesca a diario con el anzuelo del consumo que no alimenta y, por el contrario, nos deja desnutridos, con más hambre y más sed. Adictos al yo y al qué dirán. Así, mientras podamos dar, compartir, sonreír… hagámoslo, por encima de las voces, las miradas, las patadas y los despidos. Creo que no hay cosa más hermosa y gratificante que suplir la verdadera necesidad del otro por encima de mis propias necesidades. Hacerlo se requiere de valentía y de muchas más cosas que se resumen en una palabra que hoy en día han despojado de su verdadero significado, amor. Creo que eso es lo que le faltaba a mi amigo. Tenía todo, pero no amor, amor verdadero y desinteresado. Mi otro amigo alcanzaba su otro título no por ganar más dinero, ni prestigio ni respeto… por amor a alguien que le dio la oportunidad de suplir su necesidad. Con todas estas reflexiones solo me queda darle las gracias a quien me ha dado amor verdadero y a todas aquellas personas hermosas que están a mi lado, a todas las mujeres cariñosas que dan su tiempo para esta revista y a aquellos que aportan su grano de arena en los muros de otros, aunque no tengan suelo todavía para edificar los suyos.

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Diáspora-i: Doctorando en Suecia

Óliver Silva (1985, colombiano, Chalmers University of Technology, Suecia) osilvab@ieee.org

Oliver, por favor cuéntanos dónde naciste, cuántos años tienes, qué carrera profesional hiciste, dónde vives actualmente, cuánto tiempo llevas allá, qué estudiaste o estás estudiando allí y, aparte de eso, qué más haces. Bueno, nací en Bogotá, tengo 27 años, estudié Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Estuve trabajando un tiempo en Colombia y luego continué mis estudios con una Master en Comunicaciones Inalámbricas, en Gotemburgo, Suecia. La maestría la terminé hace un año y, actualmente, me encuentro realizando estudios de doctorado en la misma universidad, Chalmers. Entonces llegaste en 2010 a Suecia, ¿verdad? Y en todo ese tiempo, ¿solo te has dedicado al estudio o has tenido la oportunidad de trabajar, así sea en la misma universidad? ¿Cuéntanos un poco sobre ese aspecto? Llegué en agosto de 2009. Durante los 2 primeros años me dedique 100% al estudio. La verdad es muy difícil trabajar y estudiar al tiempo. Además, para trabajar en la mayoría de lugares

exigen saber el idioma sueco. Así que la opción de trabajar era baja. Una vez terminé la maestría y tras muchas hojas de vida y aplicaciones hechas, logré conseguir un trabajo temporal con una empresa pequeña. Durante ese tiempo recibí otras ofertas, entre las cuales estaba trabajar en la universidad como asistente de proyecto. Y después de seis meses, inicié el doctorado, que estoy llevando a cabo. Para muchos sería interesante saber el porqué de escoger a Suecia para estudiar un posgrado. ¿Qué te llevó hasta tan frías tierras? ¿No había en Colombia o un país vecino algo parecido? Mi intención era realizar una maestría en ese campo, que es lo referente a radiofrecuencia y microondas. Y mi preferencia era Europa. Hice una búsqueda de programas de este tema en varios países europeos, y el que más me gustó fue el que ofrece Chalmers. Así que la elección fue más por el programa que por el país. Por otra parte, en Latinoamérica este campo está poco desarrollado, y al ser de tecnología, países como Suecia ofrecen lo más avanzado en

estos campos. Oliver, ¿pero la búsqueda la hiciste directamente o a través de algún contexto o entidad como Colciencias, Icetex u otros? No. La búsqueda la hice solo. Obviamente entre los lugares que consultaba se encontraba el Icetex y otros, como el DAAD para estudios en Alemania. La búsqueda no solo era para el programa, sino para oportunidades de becas, créditos o alguna forma de financiar los estudios. Suecia, además de tener un muy buen programa en lo que quería, ofrecía algunas ventajas. Por ejemplo, el programa no tenía ningún costo de matrícula, y tampoco se requería seguro médico, pues al ser estudiante, se accedía al seguro social sueco. Sin embargo, estas condiciones han cambiado y, desde 2011, hay costo de matrículas para estudiantes fuera de la Unión Europea, y los precios son bastante elevados. Pero a la vez esto abrió posibilidades a acceder a becas ofrecidas directamente por Suecia, en las cuales antes no tenían en cuenta a Colombia y que cubren matrícula y manutención. Así que Suecia sigue siendo una buena →

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opción siempre y cuando se consiga la beca. Cuando llegué en 2009, Colombia no estaba entre los países beneficiados. Bueno, en un lenguaje sencillo, ¿en qué consiste el punto central de tu investigación de posgrado, por qué decidiste enfocarte en ello y para qué te está sirviendo? ¿Crees que ese tema se pueda aplicar en Colombia de una manera innovadora? ¿Cómo lo harías tú si te dieran la oportunidad? La investigación que estoy realizando es en componentes electrónicos que se utilizan en los enlaces de comunicación satelital. Durante mi pregrado en Colombia, mis intereses se enfocaron en microondas y radiofrecuencia, y la principal aplicación de esto es en comunicaciones, como por ejemplo las redes celulares o las comunicaciones satelitales (televisión, GPS, etc.). Creo que en Colombia se pueden realizar algunas ideas en este campo. No es mucho lo que se ha hecho, pero hay gente que está interesada en desarrollar aplicaciones con tecnología inalámbrica. Creo que, sin duda, en campos donde se requiere innovación, ciencia y tecnología, se requiere que haya cooperación entre las universidades, la investigación y la industria, entes públicos y privados. En Colombia se puede desarrollar el conocimiento necesario para este tipo de empresas. Sin embargo, en lo que nos quedamos cortos es en infraestructura y laboratorios, cooperaciones con empresas o universidades de otros países, e indudablemente esto involucra muchos costos. Países como Brasil han logrado entrar en esta corriente y ya tienen desarrollo propio de tecnología. Considero que, en Colombia, sí existen los medios para iniciar industrias de tecnología. Dejar el país de origen no es fácil para muchos y adaptarse a toda la dinámica de otro tampoco es nada sencillo. ¿Cuál es tu experiencia con respecto a esto? Quizá nos podrías hablar un poco, a modo comparativo, sobre tu punto de vista desde los ángulos de la comida, la vida en la calle y la universidad, el temperamento y cultura de las personas, el clima, los paisajes y, por supuesto, la inseguridad-violencia. Adaptarse a un nuevo país y una nueva cultura es difícil. Inicialmente todo se aprecia: la novedad de todo hace que uno disfrute, el clima, las estaciones, conocer costumbres, etc. es interesante. Después de un tiempo se empieza a extrañar lo de uno, y se empieza a comparar y reconocer las cosas buenas que hay en un lado y de otro, y entonces se empieza a conocer ya no con ojos de → turista sino de inmigrante que ha decidido vivir ahí. Hay cosas a las que uno puede adaptarse, otras a las que toca, y otras que uno las entiende pero no las puede compartir. En mi caso, Suecia es un país muy diferente. Tiene un clima muy especial en el que la mayor parte del año es frío. El invierno es largo y sobre todo muy oscuro. Sin lugar a duda el clima es lo más difícil de sobrellevar. La comida no es mala. A pesar del clima se encuentran muchos productos, la mayoría importados, obviamente. La comida no es tan abundante como en el trópico. La sociedad es diferente. La gente es muy fría y aislada. Son personas muy amables y solidarias, pero son muy poco expresivos y nada emotivos. Toma bastante tiempo hacer un ami-

go. La calidad de vida es muy buena. La educación es gratuita. Antes lo era para todos, pero recientemente se hizo una reforma y ahora cobran a extranjeros fuera de la Unión Europea. La salud cubre a todo el mundo. Hay subsidio de desempleo. Existe mucha igualdad en la sociedad. Es un país muy seguro: muy pocos asesinatos, pocos robos, se siente seguro y se confía mucho, aunque al mismo tiempo es uno de los países con más alta tasa de suicidios. Se lleva un ritmo de vida diferente. El sueco no ha enfrentado grandes problemas en su vida, ni tiene que sacrificarse mucho por conseguir un buen nivel de calidad de vida. Tiene tiempo para sí mismo y para su familia; una vida mucho más tranquila, pero falta de emoción.

¿Específicamente a qué tipo de emoción te refieres? ¿Algo en particular que hacías y anhelas? ¿O se trata del diario vivir colombiano: secuestros, desplazados, violencia de todo tipo, corrupción política...? Me refiero a la pasión que nos caracteriza a los de otras latitudes. En Suecia todo tiene tan buena planeación y todo funciona tan “cuadriculado” que se evita cualquier tipo de sorpresas, buenas y malas. Uno no siente peligro al cruzar una esquina, ni se produce adrenalina en el diario vivir. Les cuesta mucho ser espontáneos. →

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¿Crees que tu forma de ser y tu espíritu latino han influenciado a las personas que te rodean o con las que trabajas? ¿O más bien ha sido al contrario: te has vuelto poco espontáneo y cuadriculado? Al ser parte de una minoría inmigrante, es más uno el que se acomoda a la sociedad y tiende a volverse más “cuadriculado”, disciplinado, etc. Aunque claramente no se pierden las raíces. Es un poco más difícil influenciar a los demás. Aunque nuestra cultura y nuestra forma de ser gustan mucho, y eso se nota en las personas que han tenido la oportunidad de viajar a Suramérica y han adquirido comportamientos menos rígidos. El idioma español y Latinoamérica están de moda, y eso hace que las personas tengan interés en conocer nuestros valores y nuestras formas de vida, pero igual, tampoco pierden sus raíces. ¿Qué cosas (materiales o inmateriales) te llevarías de Colombia para allá, pero no tanto para ti sino para toda la gente, y al contrario? ¿Por qué ese tipo de cosas? Sin lugar a dudas la gente, la alegría, la espontaneidad, el clima y el sol. Y hacia Colombia llevaría el pensar en comunidad, el no pasar por encima del vecino por tu bien sino buscar el bien común. No digo que acá sea perfecto en estas cosas, pero es mucho mejor que en Colombia. Se respeta el prójimo, su tiempo, sus sentimientos y, sobre todo, la vida. ¿Nos regalarías una descripción del barrio donde vives y de la casa o apartamento que conseguiste para hacer tu vida privada? Y a propósito de ello, como para establecer un tanto de comparaciones: ¿cuánto se paga de renta allá (en dólares), y más o menos qué tan grandes son las viviendas? Uno de los aspectos más difíciles en Suecia es conseguir una vivienda. Las ciudades no crecen tan rápido como está creciendo la inmigración. Las universidades ofrecen un alojamiento para algunos estudiantes, los europeos que vengan de intercambio, por ejemplo. En mi caso, debí encontrar una vivienda por mi cuenta. Hay diferentes opciones. Una es aspirar a conseguir una residencia estudiantil, pero hay una lista de espera y difícilmente se consigue algo en menos de seis meses. Otra es conseguir alguna habitación en alguna casa o conseguir un apartamento en subarriendo. Los precios pueden variar de acuerdo a la ubicación en la ciudad, el área y el estado del lugar. Una habitación (desde 18 m2) puede encontrarse desde 300€ en adelante. Un apartamento pequeño, tipo aparta-estudio (35 m2), desde 450€. Hay que mencionar que el costo del arriendo incluye todos los servicios: calefacción, agua, internet, televisión, lavandería y, en la mayoría de los casos, electricidad. La demanda es mucho más grande que la oferta y, por lo general, uno termina viviendo en el primer lugar que pueda encontrar. No todo es estudio y trabajo. También hay espacio para el descanso y el esparcimiento. En tu caso, ¿qué haces?, ¿a dónde vas? Cuéntanos un poco sobre esa otra cara de la moneda. Una de las cosas que son muy buenas en Suecia es que las personas tienen tiempo libre, y tienen pasatiempos. Practican deportes, o tienen actividades diferentes. Las actividades cambian de acuerdo a la temporada del año, cuando la temperatura ya ha subido y se puede estar afuera. Es muy común simplemente salir al parque, comerse un helado, leer un →

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libro o hacer asados. Ir a las islas, al lago, disfrutar de la naturaleza y del buen clima, practicar deportes al aire libre. Igualmente durante ésta época del año es cuando se organizan la mayoría de eventos como conciertos, festivales, deportes y siempre hay algo que hacer. El puro verano en Suecia es muy solo la mayoría se van de viaje hacia el sur, en busca de más calor y sol. Ya cuando el clima esta frío y no se pueden hacer estas cosas, se permanece la mayor parte de tiempo encerrado. La gente suele ir al gimnasio o algún club para practicar algún deporte. Hay una tradición sueca que se llama “Fika”, y consiste en ir a tomarse un café o un té acompañado de algún pequeño ponqué o torta. Esto se hace en algún café o también en la oficina o en la casa de alguien.

¿Cuánto tiempo más esperas estar en Suecia? Y una pregunta desafiante: ¿preferirías quedarte allá por recibir una buena remuneración que supere tus expectativas o regresar a Colombia por una remuneración que se ajuste a tus necesidades? Los planes a mediano plazo son estar en Suecia por lo menos 4 años más. Creo que para todos los que vivimos fuera del país, o para cualquiera que viva fuera de su país la parte económica es importante, pero puede no ser determinante en algunos casos. Puede ser más determinante la oportunidad de seguir desarrollando la carrera. Mis expectativas son regresar a Colombia y poder aportarle al país desde mi campo, creo que hay muchos que estaríamos dispuestos a tener una remuneración más ajustada para hacer ello en Colombia y sentir que se está apoyando una causa por tu propio país. Oliver, para finalizar ¿qué les dirías a las personas que en este momento están planeando realizar estudios superiores en el extranjero? Primero, hacerlo. Sé que hay muchas dudas en el momento de tomar la decisión de dejar lo que se tenga, sea mucho o poco, e irse con un par de maletas, pero es sin duda una experiencia que vale la pena hacer, teniendo claro por qué y para qué. Realizar estudios de cualquier tipo en otro país es muy enriquecedor. Personalmente te abre la mente a muchas formas de vida diferentes, creencias, costumbres y valores. Aprendes también a reconocer en ti las cosas que heredaste de tu propia sociedad. Profesionalmente te brinda la oportunidad de aprender y experimentar al lado de personas líderes en el campo de tu elección. Durante esta experiencia se abren muchas puertas, se conocen muchas personas y se deben hacer elecciones destino que pueden cambiar el resto de la vida. Creo que mi consejo sería no perder el horizonte de los motivos que lo llevaron a uno a esta etapa. Hay muchos sacrificios que se hacen y no valen la pena si uno no termina haciendo lo que quiere, y a la vez, sin perder el horizonte, permitirse disfrutar de lo que se está viviendo.

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Monedas: Cincuenta Centavos Colombianos, La mujer del Regenerador Diana Aristizábal (1987, colombiana, Universidad de los Andes, Colombia) dianiaristi@gmail.com

Núñez a expresarle sus sentimientos y a pedirle su mano. La respuesta de Soledad a las intenciones del que sería el cuatro veces Presidente de la República fue no. A diferencia de muchas mujeres de su clase y de su tiempo, Soledad pudo decidir sobre su vida amorosa y, de paso, demostró el carácter aguerrido y fuerte que muchos le ostentan.

Fuente: http://www.coinfactswiki.com/wiki/Image:Colombia_1887B_50_centavos_Sedwick_11_1 142_1_lg.jpg

Recién acuñadas las monedas con la efigie de doña Soledad Román de Núñez, ya causaban escándalo y gran revuelo en la República de Colombia de 1887. La prensa las denominó las “cocobolas” al hacer alusión a Cocobolo, un famoso delincuente ajusticiado por aquella época en Panamá. La dureza de la opinión pública no dio tregua y ese mismo año las monedas con la imagen de la Primera Dama de la República dejaron de circular. Antes de ser la Primera Dama más criticada del país, la vida de Soledad Román era como la de cualquier muchacha cartagenera acaudalada de su tiempo. Sus tareas se concentraban en aprender las enseñanzas católicas de su familia y los oficios propios de las señoritas de su clase: las artes del tejido, la culinaria, la economía del hogar y las buenas maneras. En ocasiones, también ayudaba en la botica de su padre Manuel Román, un químico catalán que tuvo un infortunado naufragio cerca a las costas de Cartagena, que lo obligó a tener residencia permanente en esta ciudad desde 1834, hasta el día de su muerte. Allí conocería a la madre de Soledad, doña Rafaela de Polanco, y tendría diecisiete hijos.

La información que se tiene sobre este episodio se apoya más en conjeturas, que en certezas. Se piensa que a una mujer devota y fiel creyente de la Virgen de las Mercedes y de las doctrinas de la Iglesia Católica, no se le haría ninguna gracia concebir una relación con un hombre divorciado como Núñez y aceptar una boda civil en contra de la voluntad de su madre, doña Rafaela Polanco, y la suya. Lo que sí confirmaría tal hecho es el carácter recio, el espíritu desenvuelvo y el semblante independiente de una mujer como Soledad. Así, Rafael Núñez, después de tal negativa, emprendió su viaje hacia la Capital para preparar su candidatura a la Presidencia de Colombia (18761878). De estas primeras elecciones, Núñez quedó derrotado y retornó a Cartagena. Estando allí, se presentó a la Presidencia del Estado Soberano de Bolívar. En este momento reanuda los lazos de amistad con Soledad Román. Se dice que este fue el primero de los muchos momentos en que Soledad influyó en las decisiones políticas de Núñez. Le prometió apoyar su candidatura con la condición que, como Secretario General de Gobierno, no eligiera a un enemigo del Partido Conservador, sino a un liberal moderado. Núñez cumplió su promesa, y eligió a Benjamín Noguera. La relación entre Núñez y Soledad se fue estrechando progresivamente. Después de un primer intento fallido, Núñez decide de nuevo proponerle matrimonio. Esta vez Soledad dio un sí, aún cuando ello le significara desafiar a su familia, a la sociedad y a sus posturas religiosas. El matrimonio civil se oficializó en el Consulado de París en julio de 1877. Este es quizás el momento en que se puede situar el inicio de los antagonismos de la sociedad colombiana en contra de Soledad.

La Botica Román fue la vitrina perfecta para que Soledad, además de aprender de ungüentos, remedios y esencias, empezara a relacionarse con varios personajes políticos del momento. Este lugar se convirtió en uno de los sitios de encuentro más frecuentados. Entre las amistades que allí cultivó se encontraba Juan José Nieto Gil, Gobernador de Cartagena y jefe directo del entonces Secretario de Gobierno Rafael Núñez.

El matrimonio causó un gran escándalo y se les acusó a ambos de inmorales. Núñez no pudo ser Ministro de Washington porque el Senado lo rechazó y lo tildó de “bígamo”, por su matrimonio católico con Dolores Gallego. Por su parte, Soledad se convirtió en el plato favorito de la prensa, especialmente del periódico bogotano El Posta, que no perdía oportunidad para injuriarla. La unión civil de Soledad y Núñez fue abiertamente rechazada por amplios sectores de la sociedad, sobre todo por los radicales opositores de Núñez.

Como toda mujer de su época, Mi sia Sola, como la llamaban desde pequeña, se comprometió tempranamente en matrimonio. Sin embargo, su romance con Pedro Macías, un catalán adinerado, no terminó con la bendición sacerdotal. Año tras año, Soledad postergó el compromiso hasta que, finalmente, en 1857, tras seis años de aplazamiento, decidió terminar la relación sin dar mayores explicaciones. Tal hecho animó a Rafael

Desde aquel momento, la vida de Soledad transcurrió entre la hipocresía, los ojos dobles del chisme, el murmullo y la especulación. Cuando Soledad llegó a la capital convertida en la Primera Dama de la República, varios curiosos llegaron a la estación de la Sabana. Los murmullos sobre Soledad no se hicieron esperar. Era la primera vez que la esposa de un pre-

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Boletín Científico Vol. 2(2)-2012 / pp: 6-7 / ISSN-e: 2215-9312

sidente compartía el lecho nupcial de San Carlos sin la bendición del cura como lo consagraba la Constitución de Río Negro de 1863. Esto también lo esperaban la mayoría de los ciudadanos colombianos de clase media – alta, anclados en el pensamiento romántico y moralista del momento. A pesar de los desaires sociales, Soledad nunca estuvo a la sombra de su esposo, como muchas lo estuvieron al ser las compañeras sentimentales de los líderes políticos y presidentes. Se dice, incluso, que en varias oportunidades manejó desde el Palacio de San Carlos o desde sus negocios particulares los hilos invisibles del poder. En la Guerra Civil de 1885, Núñez perdió todo el apoyo de sus copartidarios liberales, tras la declaración de guerra por parte de los radicales. Necesitaba un acercamiento a los conservadores para lograr su apoyo. En aquella ocasión, Soledad aprovechó las amistades con líderes conservadores que conoció durante su vida y los convenció de apoyar el proyecto Regenerador de su esposo. Los conservadores organizaron ejércitos nuñistas que derrotaron a los liberales insurrectos. Con este triunfo se dio paso a la promulgación de la Constitución de 1886 y a la firma del Concordato de 1887. A través del Concordato, Núñez se comprometió a facilitar al catolicismo la recuperación del poder e influencia social, que había perdido en gobiernos anteriores. Además, se sugiere que esta decisión también obedeció en gran medida a que Soledad quería congraciarse con la Iglesia después del matrimonio civil. Con esta decisión, Núñez ayudó a que su esposa recuperara la tranquilidad religiosa que había perdido. Soledad intervino de múltiples formas en las decisiones de Núñez. Otro episodio relevante fue cuando, en cierta ocasión, en el año de 1885, Rafael Núñez se encontraba enfermo y en cama. Según Daniel Lamaitre, el presidente recibió una llamada de monseñor Paúl “abogando por un señor Sáenz que se encontraba en la capilla para ser fusilado por haberse pasado al enemigo en combate”. Soledad se hizo pasar por el presidente y le concedió la libertad al señor Sáenz con la condición de que abandonara el país por un tiempo. Cuando Núñez se enteró de lo que había hecho su esposa, sólo se limitó a decir: “¡Ay Soledad, Soledad! Y le daba palmadas en el hombro”, sostiene Lamaitre. Como en esta ocasión, los adversarios políticos de Núñez también le criticaron a Soledad su presunta participación en la evasión de Mariano Ospina Rodríguez de una de las mazmorras del centro amurallado de Cartagena. La Primera Dama no tenía escrúpulo social cuando se trataba de hacer “justicia” y de apoyar a sus amigos, fueran liberales o conservadores. Otro testigo de la personalidad de Soledad fue el poeta José Asunción Silva. El retrato personal que Silva hizo sobre Soledad la describe como una mujer “vital y con gracia”. En agosto de 1894, el poeta tuvo el gusto de recorrer en coche con Soledad las calles del centro amurallado de Cartagena, tomaron vino y la anfitriona lo llevó a conocer la Botica Román y su cigarrería “El Dique”, donde negociaba tabacos.

La bendición simbólica del matrimonio entre Núñez y Soledad significaba la aprobación moral y aceptación social de su vínculo. Por ello, cinco días después del fallecimiento de doña Dolores Gallego, ya estaban circulando las invitaciones para la boda católica. En febrero de 1889, la celebración la oficializó Monseñor Biffi en la Iglesia San Pedro Claver. Según la historiadora Silvia Galvis, la convivencia de Soledad con su esposo se caracterizó por ser apasionada, “vivía una vida paralela y antípoda y tenían conflictos religiosos y políticos, pero siempre lograron convivir armónicamente en medio de las diferencias”. Tras esta unión, Núñez y Soledad convivieron por cinco años más, hasta la muerte de él, en 1894. La viudez no fue un impedimento para que Soledad continuara su vida. Regresó a su Cartagena natal y allí continúo con sus negocios. Luego de la muerte de Núñez, el Congreso decretó la pensión vitalicia para su esposa. Soledad nunca accedió. Su temperamento orgulloso también permaneció intacto y aun viéndose en momentos de extrema necesidad, no quiso recibir ayuda alguna. En su casa finca “El Cabrero”, en Cartagena, aún hoy se conserva la pintura de Soledad Román a sus veinticinco años, una lámpara de bronce, un piano de cola y algunos otros objetos del siglo XIX. Soledad falleció a sus ochenta y nueve años, treinta años después de la muerte de su esposo. Su nombre pervive, si bien no en las monedas de cincuenta centavos que tuvieron tan corta circulación y que hoy reposan en la Casa de la Moneda de Bogotá, sí como insignia de varias Bandas musicales municipales de Medellín, Santa Marta y Cartagena y en un Colegio en Bolívar. Aunque no se le considera una “heroína” nacional y es poco lo que se conoce de ella, Mi sia Sola fue una mujer que produjo toda clase de pasiones y sentimientos entre poderes masculinos y rumores mujeriles. Fue la mujer que amó el Regenerador, que tomó decisiones políticas relevantes y que hoy muchos consideran como una de las Primeras Damas más criticadas e influyentes de la historia del país. Referencias bibliográficas Galvis, S. (1993). Soledad Román de Núñez. Repaso a la historia. Los afanes del Concordato. Revista Credencial Historia, (41). Ríos-Peñaloza, G. Soledad Román de Núñez: ficha bibliográfica. En Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango. Extraído en mayo de 2012 desde: http://www.banrepcultural.org/node/78308 Lemaitre, D. (1927). Soledad Román de Núñez. En Recuerdos. Cartagena, Mogollón (1988). Cítese así: Aristizábal, D. (2012). Cincuenta Centavos Colombianos, la mujer del Regenerador. En: Boletín Científico Sapiens Research, Vol. 2(2), pp. 6-7.

Sección Monedas: Cincuenta Centavos Colombianos, la mujer del Regenerador, por Diana Aristizábal 7/7


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Boletín Científico Vol. 2(2)-2012 / pp: 8-10 / ISSN-e: 2215-9312

Cafés: Blue Sky Marketplace Por Johanna Haddock (1971, Estados Unidos) najayo@hotmail.com

Hace pocas semanas me invitaron a hacer una entrevista y breve reportaje de un lugar de comida-bebida en la ciudad donde vivo y trabajo. Acepté con gusto y decidí que uno de los más típicos, bonitos y llamativos es Blue Sky Marketplace, ubicado en 1250 Normandy Drive, Miami Beach, Florida, Estados Unidos (ver mapa al final). Funciona en un lugar muy hermoso y cuenta con uno de los servicios más cálidos en donde he podido estar (muy cerca de la playa). Allí me atendió Yamilet Rodríguez, dueña y gerente del negocio, una mujer encantadora, de raíces cubanas, con un corazón caribeño que se desborda de felicidad y amabilidad. También me recibieron su mano derecha Solange Arteaga y Cesar Simauchi, el manager. Ellos me mostraron su café y Yamilet respondió las preguntas que le hice mientras nos tomábamos una típica coladita cubana (café). Blue Sky Marketplace, pese a ser uno de esos lugares donde mucha gente va para charlar acompañada de un café, también lo visitan porque tiene muchos servicios. Se puede conseguir de todo un poco en su gran local: café, artesanías, vinos y platos exquisitos tipo bufete, comida casera, que venden por plato o por pedidos grandes. Abren de domingo a domingo, desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche. No es el común restaurante de meseros; es un concepto distinto, más familiar, donde cualquier persona se puede sentir bien. Antes que nada, Yamilet, ¿nos podrías contar brevemente la historia de Blue Sky? Es decir, sus orígenes, fundadores, decisión por colocar ese nombre, motivación de emprendimiento y otras cosas que quieras compartirnos. Todo surgió por mi suegro (chef). Ellos pensaron en el concepto, vieron la necesidad de abrir un restaurante de comida rápida y económica, y yo estuve muy de acuerdo. En aquella ápoca trabajaba en un banco y pensé: “¡Genial! ¡Qué rico parar y llevar la comida para la casa ya hecha sin cocinar ni nada!”. Entonces, así nació el concepto: comida asequible, rápida y casera. El nombre salió de Cuba, porque mi suegro, cuando fue pequeño, iba a un restaurante que le gustaba muchísimo, que se llamaba Blue Sky. El primer restaurante se fundó hace como 26 años o más. Actualmente tenemos tres puntos, y este es el número 17, que lleva 6 años de estar funcionando. En estos 26 años suponemos que han vivido muchas cosas, lindas y difíciles. ¿Cuál es la anécdota más linda y más difícil que les ha sucedido en el negocio? El evento más triste diría... cuando ocurrió lo del huracán Andrew, que estuvimos sin electricidad muchos días y fue difícil para nosotros, porque la ciudad estaba apagada y nos mantuvimos abiertos. Y básicamente estuve de voluntaria, ayudando a la gente y llevando comida como donación. Y lindo… digamos que.... lindo es ver tantos miles de personas que han pasado por mi negocio a través de tantos años y que todavía yo pueda ofrecerles el mismo concepto pero con algunas innovaciones. Y eso me hace sentir feliz y agradecida. Poder servir a nuestros clientes es una satisfacción. Me da gratificación que le he dedicado tanto tiempo a esto y escuchar de los clientes que la comida está rica y todo eso... y eso para mí es maravilloso. →

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Mucha gente habrá pasado por sus mesas, y quizá algunos pocos sean aquellos que nunca han dejado de asistir a tomarse su café o probar sus platos o vinos. ¿Quiénes son esas dos o tres personas más especiales, particulares, que les dejan cada día una sonrisa, un abrazo, un agradecimiento por su amor y servicio? Yo no quisiera mencionar nombres, porque creo que si digo dos o tres…, no sería correcto. Son miles de personas que han pasado por acá, que nadie se enoje por no mencionarlos... ¿me entiendes? Pero te puedo hablar, por ejemplo, de una pareja de edad, que viene todos los días y se sientan a tomarse su café, y el día que no los veo, me preocupo. Es como un ícono, un símbolo para mí. También hay otra persona muy notable, que es un ciego, peruano, que viene a diario en la noche sin falta y viene desde que abrimos este local. Hace poco unos jóvenes me preguntaron: “Oh, ¿tú eres la dueña de Blue Sky? ¡A mí me encanta tu comida! Es más, déjame contarte que yo me casé en 2011 y la comida que ofrecí en mi recepción fue precisamente de aquí: el arroz imperial” Y les dije: “¡Oh, mira qué bien!”. Fíjate que muchas personas me dicen: “Cuando me voy a casa, ese es el plato que recomiendo, porque es ligero, bien presentado y sano”. Sabemos que cada café tiene su característica, que incluso el agua que se usa puede cambiar el sabor de un mismo grano. ¿Qué sabios consejos usan para darles a sus preparaciones el toque para que los disfruten los visitantes? Y otra cosa: ¿cuál es el café que más sirven y el tipo de gente que más lo consume? Bueno, en realidad el truco es que nosotros mismos trituramos el café. Se compra en grano y lo trituramos, así le da un sabor más fresco. Y definitivamente el café que más servimos es el cortadito, el típico café cubano que se caracteriza por ser bien fuerte y que se endulza en la preparación. ¡Lo consume todo el mundo! Blue Sky no es solo café, también tiene otros ambientes, productos y servicios, bajo un contexto cálido, hermoso y acogedor. ¿Han pensado en abrir más puntos en la Florida, Estados Unidos u otro país? Y si lo han pensado, ¿mantendrían el mismo concepto? La verdad por ahora no hemos pensado en expandirnos, pero definitivamente sí estamos trabajando en crear nuevos platos, de modo que mantendríamos el mismo concepto.

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En algunos lugares pasan de vez en cuando personajes reconocidos por sus escritos, música, actuación, rol en la política y más. ¿Qué persona como estas te gustaría que visitaran tu negocio y por qué? Me encantaría que vinieran los HEAT, equipo de básquetbol de Miami, que se acaban de hacer campeones a nivel nacional. Estamos en un mundo capitalista, donde las personas pueden tratarse como números, pacientes, clientes, comensales, y quizá poco como lo más esencial, personas de carne y hueso, que pueden tener o no lo que otros tienen, que pueden ser o no lo que otros son. ¿Qué hacen ustedes para atender a sus visitantes no solo como clientes sino también como personas? En realidad les tratamos incluso por su nombre, ya que como te mencioné, aquí acuden a diario las mismas personas. Así que ya les conocemos por su nombre y siempre les acogemos con mucho amor, como si fueran parte de la familia. Cada tanto tiempo se cambia el menú, o por lo menos eso es lo que hacen muchos negocios de comida y bebida. Sin embargo, hay ciertos platos o bebidas que por más años que pasen, jamás se dejan de servir. ¿Cuál es ese plato y bebida que por nada del mundo quitarían de su carta y por qué? ¿Cuál sería ese nuevo plato que quisieran incluir en su carta y por qué? El plato de comida es el lechón típico cubano. Es un cerdo que se prepara desde el día anterior y queda tierno y delicioso. Se sirve con acompañantes como maduros (plátanos) y la bebida, la colada cubana. Y el nuevo plato que quisiera incluir son los crepes. Vale la pena no solo saber del negocio sino de quien lo administra. ¿Qué nos puede contar de usted? Bueno, lo administro junto con mi mano derecha, que se llama Solange, una venezolana que ya lleva doce años trabajando conmigo, al igual que Cesar, un peruano que es el manager, y lleva quince años con nosotros. Y para terminar, como nuestra revista es más leída por personas involucradas en temas académicos e investigativos en América y Europa, muchos de los cuales están quizá aquí mismo en la Florida o cerca de esta zona, ¿se atreverían ustedes a brindarles algún descuento, beneficio, algo especial si los visitaran en algún momento? Por supuesto que sí. Solo que nos digan que leyeron esta entrevista en la revista y algo bueno se nos ocurrirá. Seguro que sí.

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Latín-A: Frontera colombo-brasilera: persistencia del conflicto armado y alcances de las estrategias de seguridad Colombia-Brazil border: persistence of armed conflict and achievements of their security strategy Irene-Alejandra Cabrera-Nossa (1987, colombiana, Universidad Externado de Colombia, Colombia) irene.cabrera.nossa@gmail.com

Resumen Un análisis de la evolución reciente del conflicto colombiano (19982011) permite corroborar que los grupos irregulares han relocalizado una parte considerable de su presencia armada en las fronteras, con el fin de garantizar su supervivencia. En medio de esta tendencia, el presente artículo tiene como objetivo central revisar la pertinencia de las medidas político-militares de Colombia y Brasil para contrarrestar los efectos negativos de este repliegue. Si bien en ambos países es claro un avance en sus políticas de seguridad fronteriza, aún se subestima el valor estratégico de su frontera compartida y la necesidad de consolidar una cooperación en materia de seguridad. Lo anterior requiere especial atención a la luz de varios estudios sobre el papel de las fronteras en los conflictos internos y externos, cuando el uso de zonas limítrofes por parte de grupos ilegales permite una prolongación de la confrontación armada y puede generar un deterioro de las relaciones vecinales en ausencia de una estrategia conjunta de seguridad. En suma, la presencia de grupos armados en las fronteras constituye un desafío para la agenda bilateral, más aun cuando geográficamente se constata una persistencia en las manifestaciones del conflicto y la violencia. Como resultado, es preciso revisar la idoneidad de las estrategias actuales de Colombia y Brasil para fortalecer su seguridad y favorecer una resolución del conflicto. Palabras clave: Brasil, Colombia, conflicto armado, cooperación, fronteras Recibido: 05-06-2012 → Aceptado: 07-07-2012

Cítese así: Cabrera-Nossa, I-A. (2012). Frontera colombo-brasilera: persistencia del conflicto armado y alcances de las estrategias de seguridad. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 11-17. Abstract Reviewing the Colombian conflict evolution (1998-2011), it is possible to confirm the armed groups’ relocation on border zones in order to guarantee their survival. By considering this trend, the main purpose of this article is to discuss the accuracy of Colombia and Brazil strategies to respond the negative effects of this shift. In spite of their progress in terms of security border policies, both countries underestimate the strategic value of their shared frontier and the importance of reinforcing their security cooperation. According to several studies about border’s role in national and international conflicts, this situation needs special awareness. In particular, the use of border zones by rebels, on the one hand, allows a prolongation of war, and on the other hand, facilitates the spoilage of diplomatic relations when neighboring states don’t have a common security strategy. In this way, the armed groups’ presence in border areas becomes a challenge in the bilateral agenda, especially

when geographical studies bear out the continuity of violent events. Hence, it is imperative to evaluate the suitability of Colombia and Brazil strategies to enhance their security and to facilitate a conflict resolution. Key words: armed conflict, borders, Brazil, Colombia, cooperation

Introducción En la evolución reciente del conflicto armado en Colombia se registra una 1 transformación de la presencia activa de los grupos irregulares. En particular, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los reductos paramilitares poco a poco han relocalizado su esfuerzo militar hacia zonas de frontera para garantizar su supervivencia y lograr una prolongación del conflicto. Las fronteras terrestres de Colombia con Ecuador, Perú, Panamá, Venezuela y Brasil, además de ser franjas de retaguardia histórica, en la actualidad son altamente funcionales debido a que permiten evadir los contactos armados que promueve el Gobierno y porque son espacios vitales para mantener su economía de guerra mediante el tráfico de distintos bienes. En medio de esta dinámica, la frontera colombo-brasilera es particularmente interesante por la baja intensidad de la confrontación armada y, a su vez, por la poca articulación de esta zona con el resto del territorio nacional. Los departamentos colombianos que se encuentran sobre esta frontera (Guainía, Vaupés y Amazonas) se caracterizan por su baja densidad poblacional; escasa conexión terrestre con la capital; mínima presencia estatal; y una baja cobertura en servicios públicos. En efecto, a primera vista, este sería un escenario propicio para que los grupos irregulares mantuvieran un control territorial a lo largo y ancho de estos departamentos (DeRoueny Sobek, 2004). No obstante, al comparar las acciones armadas en los departamentos de esta frontera respecto a otras zonas fronterizas, se descubre un número muy bajo de acciones militares por parte de los grupos irregulares (ver línea roja en gráfico 1). Así, este artículo pretende revisar cuál es la relevancia de la frontera colombo-brasilera dentro de la dinámica de guerra de los últimos años en el marco de dos temas centrales. Primero, las razones que explican el repliegue reciente de los grupos irregulares hacia este escenario. Y segundo, la pertinencia de las políticas de seguridad de Colombia y Brasil frente a las tendencias del conflicto y la violencia.

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La presencia activa hace alusión a los lugares donde se adelanta algún tipo de acción militar por parte de los grupos irregulares.

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Gráfico 1: Acciones armadas por zona fronteriza (1990-2011)

Fuente: elaborado a partir de datos del Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia. Nota: los datos corresponden a los departamentos que se encuentran situados en su mayor parte sobre una determinada línea fronteriza.

Relocalización de los grupos irregulares hacia la frontera colombobrasilera Los departamentos colombianos de Guainía, Vaupés y Amazonas históricamente han ofrecido importantes ventajas geográficas a nivel militar y también para adelantar actividades ilícitas. En primer lugar, la complejidad selvática de esta zona le ha permitido a los distintos grupos ilegales establecer bastiones de retaguardia. Hasta el inicio del gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), la fuerza pública no tenía suficiente tecnología, conocimiento de la zona y capacidad logística a la hora de desplegar campañas de persecución y combate. Por lo anterior, las características orográficas de estos departamentos fueron, por mucho tiempo, una ventaja importante a la hora de diluir los esfuerzos militares del Estado. En segundo lugar, la cercanía de estos departamentos con Venezuela, Brasil y Perú ha facilitado la creación de corredores de tráfico ilícito. Así, los ríos Apaporis, Caquetá, Putumayo y Amazonas no sólo han sido útiles para la movilidad de los grupos ilegales, sino que también facilitan el contrabando de especies silvestres, oro, bienes de primera necesidad como alimentos y medicinas; e intercambio de pasta de cocaína por armamento o precursores químicos (Observatorio, 2008). En efecto, hacia los años ochenta 2 las FARC, a través del Bloque Oriental y Bloque Sur , así como el Cartel de Medellín, se configuraban como los principales actores armados de la zona, dado que aprovechaban estos departamentos como espacios de descanso, entrenamiento y como polos de producción y transporte para el narcotráfico. En este punto cabe señalar que la presencia de estos actores para ese momento y aún en la actualidad no se ha traducido en actividades armadas de alta envergadura. Precisamente, con el propósito de proteger las distintas actividades de financiación que adelantan en esta frontera, los grupos irregulares han procurado mantener un bajo perfil militar para evitar la detección de cultivos ilícitos, laboratorios y rutas de tráfico. A pesar de lo anterior, entre 1998-2011 la zona fronteriza con Brasil ha cobrado un papel estratégico para la supervivencia de los grupos irregulares. En particular, se puede destacar una relocalización de las FARC y las bandas emergentes mediante el incremento de sus actividades ilícitas en la zona. Esta relocalización se explica a partir de dos razones principales: de un lado, por la mayor presión militar del Estado colombiano en los departamentos del interior; y por otro, debido a un cambio en las estrategias territoriales y armadas de las FARC. En cuanto a la mayor presión del 2

Las guerrillas organizan su estructura armada mediante unidades militares más pequeñas que se denominan bloques, los cuales, a su vez, se encargan de coordinar las estrategias que deben seguir los cinco frentes o subunidades que componen cada bloque guerrillero.

Estado es preciso subrayar que desde finales de la década de 1960 hasta 1998 era indiscutible que la capacidad de la fuerza pública colombiana se 3 veía desbordada por las acciones del ELN y grupos paramilitares . En este contexto, las FARC lograron tomar el control de Mitú, capital del departamento del Vaupés en 1998, al tiempo que había logrado un cerco militar sobre las principales ciudades del país, entre las cuales se destacan Bogotá y Medellín. En respuesta, el gobierno de Pastrana (1998-2002) inició una transformación de las fuerzas militares a nivel de doctrina, profesionalización y tecnología para restablecer la autoridad en las áreas disputadas por otros actores no estatales. Desde este periodo, el Estado recuperó la iniciativa militar mediante un aumento progresivo en el número de combates en contra de los grupos irregulares. De manera posterior, las dos administraciones presidenciales de Álvaro Uribe (2002-2006 y 2006-2010) se encargaron de continuar esta tendencia. Bajo su mandato, los recursos derivados del Plan Colombia, así como la implementación de la Política de Defensa y Seguridad Democrática, fueron decisivos para recuperar el control del territorio nacional y eliminar la presión irregular sobre los principales centros políticos y administrativos. Como resultado, los grupos irregulares, y específicamente las FARC, tuvieron que renunciar al control territorial que mantenían en numerosas zonas del país e iniciar un repliegue hacia espacios donde el Estado aún no había multiplicado los combates en su contra. Así, por ejemplo, las operaciones del ejército en el marco del Plan Patriota desde el año 2003 sobre Guaviare, Meta y Caquetá, rápidamente llevaron a que las FARC relocalizaran sus estructuras armadas en los departamentos vecinos de Guainía, Vaupés y Amazonas. De igual manera, la relocalización de las FARC hacia esta zona de frontera no sólo se explica por factores externos, sino también por lógicas internas. Debido a la imposibilidad de mantener un control extendido sobre numerosos municipios, esta guerrilla priorizó el control de zonas estratégicas que le permitieran asegurar beneficios militares y políticos. Bajo esta racionalidad, el repliegue de las FARC se adelantó de manera táctica 4 sobre las zonas fronterizas por la posibilidad de prolongar el conflicto. Aunque el uso funcional de esta frontera no es nuevo, hoy en día los grupos obtienen importantes ganancias militares y políticas para continuar la confrontación. Investigaciones recientes señalan que un conflicto interno puede prolongarse en la medida en que el grupo armado busque recursos para movilizarse por fuera del territorio del Estado objetivo y establezca líneas transnacionales de financiación (Salehyan, 2008 y Gleditsch, 2007). Para este efecto, la localización en las fronteras es de vital importancia para cumplir con este propósito. Studdard, por su parte, menciona que los rebeldes aprovechan los estados cercanos para percibir ayuda logística, ampliar tropas o establecer bases y así continuar sus hostilidades (2004). De igual manera, los grupos armados aprovechan las fronteras para realizar toda clase de tráficos y sostener su economía de guerra (Buhaug y Lujala, 2005). Incluso, por medio de estudios econométricos se ha concluido que numerosas guerras civiles tienen lugar cerca de las fronteras por ser zonas ideales para huir de la confrontación (Buhaug y Gates, 2002). Desde estos lugares, los rebeldes pueden evadir los ataques milita3

Esta situación se evidencia en la multiplicación de los escenarios que estuvieron bajo la influencia de las guerrillas. Por ejemplo, en el año 1985, de los 1100 municipios de Colombia, 173 registraban presencia guerrillera, lo cual se amplió a 437 en 1991 y a 622 municipios en 1995 (Echandía, 2006:28). 4 Aunque las fronteras no son el único escenario donde se expresa el poder de fuego de los grupos irregulares, dentro de un análisis multitemporal sí es claro que las fronteras son un espacio privilegiado para concentrar su iniciativa armada (Echandía, Bechara y Cabrera, 2010).

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res de las fuerzas regulares, pues estos últimos no pueden ejercer su capacidad armada por fuera de su territorio soberano. Por otra parte, la presencia de grupos armados en zonas de frontera deteriora las condiciones económicas y de seguridad de las poblaciones limítrofes, lo cual repercute de manera negativa en las relaciones exteriores entre países colindantes. Esto se manifiesta en un traslado de las manifestaciones del conflicto en los Estados vecinos; en la recepción de refugiados; el fomento de un comercio ilegal de armas; el traspaso de rebeldes para adelantar saqueos; el tráfico de estupefacientes, personas y bienes (Buhaug y Gleditsch, 2004 y Studdard, 2004). De igual forma, las relaciones exteriores se pueden afectar por la violación de la soberanía de los países vecinos mediante operaciones contrainsurgentes que pueden transgredir los límites fronterizos (Salehyan, 2008). En este contexto, los grupos ilegales tienen una importante ganancia política en la medida en que pueden desestabilizar las relaciones diplomáticas y se convierten en un asunto obligado en la agenda internacional por las externalidades negativas que se derivan de su actuación transfronteriza. A partir de estos análisis se encuentra que la relocalización armada hacia las fronteras guarda un cálculo estratégico que no se debe subestimar. De tal manera, las FARC y los grupos narcotraficantes han sido conscientes de la permeabilidad de la frontera colombo-brasilera para el tráfico de drogas y armas ligeras (Dupuy, 2006); y también para la creación de áreas de descanso y entrenamiento (Pizarro, 2004:303). No cabe duda que la localización de grupos ilegales en esta zona también ha sido conveniente para integrar los polos de producción y exportación de coca (Echandía, 2006). Es más, se han tenido registros de campamentos irregulares en suelo brasilero, lo cual corrobora el traspaso funcional de estos grupos para garantizar su supervivencia (El Espectador, 2010). Al tiempo, el ejército brasilero ha sido objeto de ataques por parte de las FARC (Restrepo, 2009:133). Y por último, no se debe perder de vista el aumento reciente del número de refugiados colombianos en Brasil (El Universo, 2011) En el primer conjunto de mapas (ver mapas 1) es posible ubicar los departamentos fronterizos de Colombia con Brasil y, en particular, el promedio de desplazados para el año 2011. Mapas 1: Ubicación de la frontera colombo-brasilera y promedio de desplazados (2011)

lombiano y brasilero. Sobre el particular, se pueden identificar dos deficiencias centrales. Primero, el esfuerzo militar del Estado colombiano medido en combates se queda corto para responder de manera integral a las actividades armadas, financieras y violentas que ocurren en la frontera. Y segundo, los esquemas de seguridad de ambos países presentan errores tácticos y estratégicos para enfrentar a los grupos ilegales, lo cual impide una cooperación binacional que facilite una resolución del conflicto. En cuanto a la primera deficiencia, se destaca la poca coherencia geográfica de los combates del ejército colombiano respecto a las zonas funcionales para continuar el conflicto. Esto se debe a que el Gobierno priorizó una ofensiva armada en los departamentos del interior del país, sin establecer operativos similares en departamentos de frontera, aun cuando pueden jugar un papel funcional en la prolongación del conflicto (ver gráfico 2). Gráfico 2: Combates en departamentos del interior vs combates en departamentos de frontera

Fuente: elaborado a partir de datos del Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia.

De hecho, al considerar los pocos combates adelantados en los tres departamentos fronterizos con Brasil entre 1999 y 2011, se descubre que la ofensiva del Estado disminuye justo cuando se inicia el reacomodamiento de los grupos armados hacia las zonas limítrofes. El gráfico 3 evidencia que entre los años 2003-2008 los combates caen y, pese a un leve repunte en 2009, para 2010-2011 los combates se mantienen en un nivel bajo. Gráfico 3: Combates de las fuerzas militares en Guainía, Vaupés y Amazonas

Fuente: elaborado a partir de datos del Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia.

Colombia y Brasil frente a las tendencias del conflicto armado en la frontera En medio del repliegue estratégico de los grupos irregulares es necesario revisar en qué ha consistido la estrategia de seguridad del gobierno co-

Ahora bien, no hay que desconocer que hacia finales del segundo gobierno de Uribe y en la actual administración de Santos (2010-2014) se registra una reducción en el número nacional de combates del ejército (ver gráfico 2). Esta tendencia se explica, en buena medida, por la concentración de los escenarios de la confrontación. Precisamente, con el retroceso territorial de los grupos irregulares, el Estado poco a poco logró focalizar su esfuerzo militar en un número reducido de municipios. Así,

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mientras que en 2008, 402 municipios registraron combates en contra de algún grupo irregular; para 2009 esta cifra pasó a 221 municipios. Asimismo en 2010 los combates se presentaron en 199 municipios y, en 5 2011, en 192 .

armadas de los irregulares; pero, al comparar los combates con la presencia de cultivos de coca y los escenarios donde hay desplazamiento forzado, se observa que la iniciativa de la fuerza pública queda desbordada por estas manifestaciones del conflicto y la violencia.

Mapas 2: Acciones, combates, cultivos ilícitos y desplazamiento (19982002)

Mapas 3: Acciones, combates, cultivos ilícitos y desplazamiento (20032006)

Aunque a nivel nacional pareciera ventajosa esta concentración del esfuerzo militar, a nivel municipal los escenarios de confrontación no necesariamente coinciden con los espacios donde los grupos armados adelantan algún tipo de actividad armada o ilegal. En específico, el esfuerzo del Estado medido en combates tan sólo responde a los espacios donde se presentan acciones irregulares y no a otras actividades ilegales como la presencia de cultivos ilícitos o a espacios donde se presentan desplazamientos forzados. Lo anterior persiste a través del tiempo si se comparan sucesivamente la administración presidencial de Pastrana con el primer y segundo gobierno de Uribe. En los mapas (2, 3, 4) se observa una coincidencia geográfica de la iniciativa militar del Estado frente a las acciones

Como resultado, la distribución de los combates es poco estratégica respecto a los escenarios donde tales grupos intentan consolidar su economía de guerra y presencia territorial mediante la intimidación de la población local. Al respecto, cabe aclarar que los combates en esta frontera normalmente facilitan la identificación de campamentos, zonas de cultivo y laboratorios de procesamiento. Así, el bajo número de combates otorga 6 una ventaja importante para la continuidad de cultivos de coca y la ejecución de actividades hostiles contra la población. También el número creciente de desplazados y la persistencia en las tasas de homicidio revelan la incapacidad de la fuerza pública para evitar y contrarrestar la intimidación y control que ejercen los grupos ilegales sobre los habitantes de

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Los datos corresponden al Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Vicepresidencia de la República. Se puede extraer a través de: http://www.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/Paginas/Observatorio.aspx

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De hecho, con los parques naturales, el complejo selvático de la Amazonía y el uso intensivo de minas antipersonas, los grupos ilegales han logrado obstaculizar la detección y erradicación de cultivos ilícitos.

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estas zonas. Estas manifestaciones de la violencia fueron particularmente críticas entre 2003-2008, periodo central del repliegue armado (ver gráfico 4). Mapas 4: Acciones, combates, cultivos ilícitos y desplazamiento (20072010)

Incluso, al considerar en simultáneo los escenarios de desplazamiento forzado y los municipios con altas tasas de homicidio (ver mapas 5) sería posible identificar los escenarios donde los grupos irregulares intentan consolidar su presencia territorial. De acuerdo a Kalyvas, la mayor violencia en un determinado escenario indica una disputa entre actores armados por la consolidación de su poder en el territorio (2001). Así, a lo largo de tres periodos presidenciales, la persistencia en las tasas de homicidio y los desplazamientos permiten destacar varios municipios de la frontera donde hay acciones hostiles que tienen como fin el control de corredores estratégicos, zonas de cultivo, espacios de refugio y también de abastecimiento. De tal modo, los combates adelantados entre 1998-2010 no se han traducido en una contención de la actividad irregular y al contrario, no se ha evitado que los grupos armados usen la frontera para sus propósitos de control y supervivencia. Mapas 5: Tasas de homicidio en la frontera con Brasil (1998-2010)

Fuente: elaborado con datos de Medicina Legal.

Fuente: elaborados con datos del Observatorio de Derechos Humanos, el Sistema Integral y Monitoreo a los Cultivos Ilícitos –SIMCI- e información del Departamento Nacional de Planeación.

Gráfico 4: Número de desplazados en la frontera con Brasil (1997-2011)

La segunda deficiencia militar hace alusión a que las políticas de seguridad que rigen los dispositivos armados a lado y lado de la frontera no son congruentes a nivel táctico y estratégico con el modus operandi de los grupos ilegales. Si bien desde los gobiernos de Álvaro Uribe en Colombia y Luiz Inácio Lula Da Silva en Brasil se ha dispuesto un número significativo de efectivos sobre su frontera compartida, sus políticas han subestimado la capacidad de adaptación de los grupos ilegales. Al considerar los dispositivos armados de la fuerza pública colombiana, se destaca la presencia de la Brigada 26 del Ejército en Leticia, capital de Amazonas. En Vaupés y Guainía están las brigadas 22 y 28 del Ejército, cuyo puesto de comando se ubica respectivamente en San José de Guaviare y Puerto Carreño. A su vez, la Armada Nacional cuenta con dos puestos fluviales de control, uno sobre el río Amazonas y un batallón fluvial de marina en Puerto Inírida, Guainía. La Policía Nacional cuenta con efectivos en las cabeceras municipales. Y la Fuerza Aérea se estableció desde el Grupo Aéreo del Amazonas con el propósito de detectar y atacar aviones ilegales en la zona (Semana, 2011). Del lado brasilero se encuentra el Comando Militar de la Amazonia (CMA) con sede en Manos. Está presente el Batallón de Infantería de selva con aproximadamente mil hombres; puestos de la Marina Tabatinga y Sao Gabriel da Cachoeira. Y en particular, el Destacamento Aéreo de Sao Gabriel de Cachoeira despliega sus operaciones

Fuente: Datos del Departamento Nacional de Planeación

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de acuerdo a la información que brinda el Sistema de Vigilancia de la 7 Amazonía – SIVAM (Restrepo, 2009:127-132). Aunque estos esquemas armados indican un amplio despliegue, la cobertura de estos dispositivos sigue localizada en puntos muy específicos respecto a la complejidad de la zona. Ciertamente, un primer error táctico es la concentración de las distintas fuerzas armadas en sedes o bases en la frontera. Tales bases son el resultado de políticas de seguridad que pretenden reforzar la presencia del Estado mediante instalaciones que 8 acompañen de manera permanente a la población . A nivel armado, las bases tienen el propósito de disuadir al enemigo de actividades armadas en un perímetro cercano y facilitar el aprovisionamiento de la tropa desde un punto fijo. No obstante, dichas instalaciones generan un acantonamiento de los efectivos cuando es necesario que parte del personal preste guardia para evitar o repeler ataques (Echandía, 2006). Así, las bases en la frontera colombo-brasilera son altamente susceptibles a acciones militares y lo que resulta más contradictorio, estos espacios de protección reducen los incentivos de la tropa para moverse activamente y enfrentar a los grupos ilegales. Un segundo error táctico consiste en el despliegue reactivo más que proactivo. Pese a los avances tecnológicos y satelitales, desde las bases no es posible adelantar un monitoreo constante de las zonas geográficas más complicadas ni de los ríos que sirven de corredor para los grupos ilegales. Así, las brigadas y los batallones más que esperar el reporte de actividades armadas o ilícitas, deberían cumplir con operativos periódicos a lo largo y ancho de los territorios fronterizos con el propósito de recolectar información, adelantar operativos de inteligencia, captura y detectar tanto campamentos como rutas de tráfico y 9 otras actividades ilícitas . Pese a esta posibilidad también se debe considerar que el uso de minas antipersonas dificulta un avance directo por terreno para realizar estas operaciones. En medio de estas falencias tácticas, se pone en evidencia que la sola militarización no es suficiente como estrategia central para superar el conflicto, ya que esto no se traduce en un efectivo monopolio de la fuerza y en la obtención de una territorialidad plena (Salehyan, 2008). En realidad, la efectiva contención de los grupos irregulares implica una visión estratégica sobre la localización de su presencia armada, de los nuevos métodos de guerra indirecta; los medios de financiación que lo soportan; y una evaluación sobre la necesidad de cooperar con agentes más allá de las fronteras. Sobre este último punto, el SIVAM establecido desde el 2002, ofrece un soporte clave dentro de la cooperación fronteriza colombo-brasilera para detectar traspasos y vuelos ilegales que rápidamente son atacados. Sin embargo, esta estrategia de cooperación como eje principal de las políticas de seguridad de ambos gobiernos también se queda corta frente a la

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Este sistema es un dispositivo de alerta temprana ante traspasos ilegales que se sirve de radares, sensores meteorológicos, comunicaciones digitales por satélite, entre otros avances para recolectar información en tiempo real. 8 El Conpes 3450 de 2007 en el caso colombiano y el Plan estratégico de fronteras de 2011 en el caso de Brasil establecen la necesidad de mayores instalaciones militares en la frontera. 9 Brasil ha avanzado sobre este punto mediante la operación Agatha 1, realizada en agosto de 2011 como parte del Plan Estratégico de fronteras, con el cual 2.838 efectivos lograron la destrucción de 3 pistas clandestinas en la frontera con Colombia; la identificación de cinco madereras ilegales; así como un patrullaje sobre los puntos principales de entrada y salida de municiones (ABTI, 2011).

alta capacidad de adaptación de los grupos ilegales. No se debe descuidar que los grupos armados han reducido el uso de aeronaves y ahora emplean otros mecanismos para llevar a cabo actividades de tráfico. En concreto, no sólo hay cambios reiterados en las rutas para efectuar intercambios ilegales, sino que además se suele aprovechar el libre tránsito de los habitantes de la frontera para adelantar actividades de microtráfico. Si bien la cooperación colombo-brasilera se encuentra en un punto de inflexión positivo a la hora de intercambiar información y coordinar ac10 ciones contra los grupos armados , esta colaboración bilateral se debe reforzar para avanzar hacia una resolución militar o negociada del conflicto. Para hablar de cooperación debe ser evidente la coordinación en doctrina y acción de todas las estructuras que componen la fuerza pública (ejército, policía, fuerza aérea y armada). Al mismo tiempo, se deben garantizar las bases financieras, políticas y legales para su sostenimiento, lo cual no es del todo claro en ambos países. Pese a lo anterior, una estrategia cooperativa de seguridad puede ser decisiva para lograr una salida al conflicto colombiano y evitar tensiones con el vecindario. Si se analizan las alternativas de resolución del conflicto interno colombiano, en realidad una salida negociada o el logro de una derrota militar de los grupos armados, pasa necesariamente por la colaboración de los estados vecinos. Bajo el supuesto de una negociación de paz, la desarticulación de las estructuras armadas requeriría el levantamiento de los campamentos extraterritoriales y la verificación de otras 11 condiciones que van más allá del espacio soberano colombiano . Eso supone un apoyo de los estados vecinos para verificar la suspensión real de hostilidades, de las redes criminales y los tráficos que permiten su continuidad dentro del conflicto. Igualmente, una salida militar es particularmente costosa a nivel armado y diplomático si no existe una cooperación entre Colombia y el Estado, donde se refugian u operan los irregulares. Así, cualquier operación armada requiere la colaboración del Estado vecino para obtener información sobre espacios y personas más allá de la frontera y autorización para actividades de monitoreo como para el desarrollo de operaciones de captura u ofensivas extraterritoriales. Conclusiones-discusión Colombia y Brasil deben reevaluar la amenaza que representan los grupos armados en la frontera. Como se mencionó, la localización de grupos irregulares en zonas limítrofes permite una prolongación del conflicto. Las fronteras facilitan una continuidad de los esfuerzos de guerra por ser posiciones de elevado valor estratégico para la diversificación de redes de financiación, reordenamiento de tropas y establecimiento de santuarios para su protección. Una segunda conclusión importante es que los grupos armados adecúan sus estrategias armadas y tienen un impacto transfronterizo. Por lo tanto, aquellas medidas militares tanto a nivel unilateral como en conjunto deben complementarse con acuerdos políticos que faciliten una coordina10

Las operaciones Colbra I (2005) y Colbra II (20007) entre las Fuerzas Aéreas de Colombia y Brasil han facilitado la creación de procedimientos conjuntos, el entrenamiento compartido; la integración de sistemas de comunicación, entre otros (Revista aeronáutica, 2007). 11 Entre estas condiciones se encuentra la entrega de armas y material de intendencia, la desarticulación de las redes logísticas de apoyo e inteligencia y la suspensión de acciones bélicas, elementos indispensables dentro y fuera del territorio colombiano.

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ción de diagnósticos y acciones sobre las fronteras, con el fin de reconocer las transformaciones de la guerra y actuar en concordancia con esta. Sobre esta base, la cooperación entre estos dos estados debe orientarse hacia la planeación conjunta a nivel de seguridad mediante el soporte de las ramas ejecutivas, legislativas y judiciales. Las decisiones militares y de seguridad en esta frontera requieren un mayor respaldo legal y constitucional; la disponibilidad de un presupuesto suficiente; y el acompañamiento del aparato judicial para investigar y procesar posibles hechos ilícitos de los actores armados involucrados. En coherencia con ese supuesto, el lanzamiento y promoción de una política bilateral, e incluso multilateral, en seguridad fronteriza puede y debería ser del interés de las distintas ramas del poder, punto que refleja la ausencia de pronunciamientos o debates internos en los distintos congresos y cortes sobre el tema fronterizo. A su vez, es imperativo que los gobiernos de Brasil y Colombia atiendan de manera urgente y eficaz las consecuencias negativas que se derivan del conflicto armado y la violencia en la zona. Ello implica la implementación de programas integrales que favorezcan la prevención y atención de las personas en condición de desplazamiento forzado; así como planes permanentes que eviten una mayor degradación de los parques naturales y la biodiversidad de la Amazonía por cuenta de la explotación y tráfico que está presente en la zona y que, en el peor de los casos, es favorecida por intereses tanto privados como públicos en ambos lados de la frontera. Todo lo expuesto apunta a que Colombia y Brasil rompan con un manejo simplificado de la amenaza que representan los grupos armados localizados en la frontera. En la medida en que se reconozca la funcionalidad de esta zona y se actúe en concordancia a las estrategias cambiantes de los grupos ilegales, los estados podrán construir políticas más efectivas que faciliten una superación de las condiciones de conflicto y violencia. Reflexión editora Rosa-María Martínez: La autora realiza un interesante y eficaz ejercicio con el fin de resaltar la evolución de la confrontación armada en Colombia y la respuesta de los grupos armados irregulares a estrategias ofensivas utilizadas por la Fuerza Pública Colombiana, especialmente la confrontación armada en zonas de frontera. Llama particularmente la atención, que en el análisis que hace la autora sobre las políticas de seguridad de lado y lado de la frontera y la respuesta de las Fuerzas de Seguridad tanto Brasileras como Colombianas ante la dinámica de focalizar la confrontación armada en zonas de frontera. Sin lugar a duda, este es un tema que debe ser atentamente considerado por los hacedores de políticas en materia de seguridad nacional y ciudadana en los dos países, y este artículo esboza algunos puntos del debate que abren la puerta para trabajos más extensos sobre el tema. Finalmente, cabe destacar el uso acertado que hace la autora de los mapas debido a que ofrecen una mayor claridad al lector sobre el tema discutido y refuerzan los argumentos hechos a lo largo del artículo. Referencias bibliográficas Associação Brasileira de Transportadores Internacionais – ABTI. (2011). Dilma Rousseff destaca avanço na repressão ao crime nas fronteiras brasileiras. (8 de octubre) Extraído el 10 de mayo desde:

http://www.abti.org.br/index.php?option=com_content&view=article&id =1894:dilma-rousseff-destaca-avanco-na-repressao-ao-crime-nasfronteiras-brasileiras&catid=1:noticias&Itemid=274. Buhaug, H. y Lujala P. (2005). Accounting for scale: Measuring geography in quantitative studies of civil war. Political Geography, 399–418. Buhaug, H. y Gleditsch, K. (2006). The Death of Distance? The Globalization of Armed Conflict. En M. Kahler & B. Walter (Eds), Territoriality and Conflict in an Era of Globalization. Cambridge: Cambridge University Press. Buhaug, H. y Gates, S. (2002). The Geography of Civil War, Journal of Peace Research, (39), 417-433. DeRouen, K. R., y Sobek, D. (2004). The dynamics of civil war duration and outcome. Journal of Peace Research, (41), 303–320. Dupuy, P. (2006), Violencia, crimen y tráfico ilegal de armas en Colombia, Colombia, Oficina de Naciones Unidas en Colombia. Echandía, C., Bechara, E y Cabrera, I. (2010). Colombia: el estado del conflicto armado al final de la administración Uribe. En Seguridad Regional en América Latina y el Caribe. Anuario 2010. Bogotá, Colombia: Fundación Friedrich Ebert Stiftung - FESCOL. Echandía, C. (2006). Dos décadas de escalamiento del conflicto armado en Colombia 1986-2006. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. El Espectador. (2010). Las Farc tienen bases permanentes en Brasil. Extraído el 10 de mayo desde: http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo-203499-farctienen-bases-permanentes-brasil. El Universo. (2011). Cerca de 900 refugiados colombianos son reasentados en Suramérica. Extraído el 10 de mayo desde: http://www.eluniverso.com/2011/02/22/1/1447/880-refugiadoscolombianos-ecuador-son-reasentados-suramerica.html Gleditsch, K. (2007). Transnational Dimensions of Civil War. Journal of Peace Research. Kalyvas, S. (2001). La violencia en medio de la guerra civil, esbozo de una teoría. Revista Análisis Político (42). Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia de la República de Colombia (2007). Diagnóstico Departamental del Amazonas. Extraído el 10 de mayo desde: http://www.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/DiagnosticoEstadisti coDepto/dd/2003-2007/amazonas.pdf Restrepo, C. (2009). Colombia: seguridad y defensa en las fronteras. Bogotá: Fundación Seguridad y Democracia. Revista Aeronáutica – Fuerza Aérea Colombiana. Ejercicio combinado COLBRA II. Extraído el 10 de mayo desde: http://www.revistaaeronautica.mil.co/?idcategoria=56210 Semana. (2011). Ministerio de Defensa activó base aérea en el Amazonas. Semana, (Diciembre 9). Extraído el 10 de mayo desde: http://www.semana.com/nacion/ministerio-defensa-activo-base-areaamazonas/168859-3.aspx Salehyan, I. (2008). No Shelter Here: Rebel Sanctuaries and International Conflict. The Journal of Politics, (70). Southern Political Science Association. Studdard, K. (2004). War Economies in a Regional Context: Overcoming the Challenges of Transformation. IPA Policy Report. International Peace Academy New York.

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Psique: Bullying: ¿violencia primaria o secundaria? Bullying: Primary or Secondary violence? Pablo-Andrés Ferrer-González (1986, chileno, Universidad Nacional Andrés Bello, Chile) pablo.andres.ferrer@gmail.com

Resumen El bullying es un fenómeno escolar complejo, que involucra aspectos sociales irrenunciables en su explicación y en las estrategias de afrontamiento hacia el mismo. Ocurre como efecto de otros mecanismos violentos que abarcan todo ámbito social y, por lo mismo, requiere de una intervención focalizada, en lo particular de cada caso, en que se considere la subjetividad como medio de explicación y terapéutica. En lo que concierne al presente texto, se enfatizarán y desarrollarán aquellos ámbitos de los influjos sociales y culturales, que colaboran en configurar el cuadro de violencia que sirve de antesala a la mencionada manifestación. Palabras clave: bullying, identidad, sistema social, violencia Recibido: 16-05-2012 → Aceptado 25-06-2012

Cítese así: Ferrer-González, P-A. (2012). Bullying: ¿violencia primaria o secundaria? Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 18-23. Abstract Bullying is a complex school phenomenon that involves inalienable social aspects in its explanation and its strategies of dealing with it. It occurs as an effect of other violent mechanisms that cover every social fields and for that reason it needs a focused intervention, regarding the peculiarity of every case, where the consideration of subjectivity should be used as a way of explanation and therapeutics. Accordingly in this text, be emphasized and develop those areas of social and cultural influences, collaborating in setting of violence that serves a prelude to the above ex1 pression . Key words: bullying, identity, social systems, violence

Introducción Usualmente, y de manera efectiva en estos últimos años, la distinción tajante entre lo particular y lo general ha probado ser infructífera cuando se trata de dar cuenta de una concepción de mundo. Verbigracia, en el trabajo clínico individual, se pesquisa la influencia del ambiente y el diagrama familiar. Lo mismo ocurre en las intervenciones de familia, cuando se toma en cuenta la posición de cada participante en dicho sistema para definir el curso de acción; es decir, existe una tendencia en psicología y en otras ciencias a considerar que el énfasis colocado en un área no implica desconocer sus conexiones con otros planos de problematización posible. Son cada vez más los abordajes dialécticos y menos los dicotómicos. Este mismo razonamiento puede aplicarse cuando se habla de violencia escolar o bullying. Al atomizar el fenómeno y circunscribirlo solamente a las inmediaciones de lo familiar y lo educativo, deja de conside-

rarse las implicaciones sociales comprendidas en dicho fenómeno. Separar la vida singular del niño o adolescente que participa de dichos procesos violentos ―en la posición que sea― de la trama social que sustenta aquellos intercambios conlleva a ofrecer elucidaciones parciales sobre sus causas, que se muestran poco efectivas en la práctica. Lo mismo ocurre si se desconoce la relación del ser humano con la agresividad: tupirla con bellas razones y metáforas no implica eliminar el nexo entre el origen de lo social ―humano― y lo agresivo. Existe una cuota de agresividad necesaria y movilizadora en todo proceso de intercambio entre los sujetos. Signar lo agresivo como algo violento o “malo” de por sí es desconocer los millones de años de estrategias de modulación afectiva que se han cimentado en la cultura y han sido descritos por diversas escuelas de pensamiento. No puede taponarse dicha relación con ideales insostenibles ―“limpios” de toda correspondencia con la agresión― si se espera lograr algo de provecho a partir de la misma; la agresividad está presente hasta el día de hoy y no se irá mientras exista lo humano. De acuerdo con todo lo anterior, el presente trabajo propone relevar como ejes principales lo cultural, lo social, la agresión y la violencia, para constituir una hipótesis explicativa concerniente al fenómeno del bullying, que da cuenta sobre las implicaciones sociales y culturales del fenómeno. En esta oportunidad no serán discutidas las diversas condiciones y predisposiciones individuales que existen en dicha manifestación y que se encuentran ampliamente explicitadas en las más diversas literaturas. No desconoce su influjo, sino que se trabaja sobre la base de que existen, pero que no conforman el único punto de anclaje y explicación de la violencia escolar. Para finalizar, se invita al lector a ser parte de este proceso de relectura y demarcación social-cultural del fenómeno del bullying sobre la base de las nociones que el psicoanálisis propone y puntualiza al respecto. Cultura, sociedad y sujeto Según las propias consideraciones de este trabajo, se hace relevante configurar un marco de referencia para aludir a los temas relacionados con el bullying. Por lo mismo, en el presente apartado, se definirá lo que en esta ocasión se entiende por sujeto, cultura y sociedad. Lo anterior es hecho al tomar como base las concepciones freudianas originales y a otros aportes relacionados con el campo del psicoanálisis y el individualismo: “Por sujeto entenderemos al sujeto empírico de la palabra (…) tal y como el obser2 vador lo encuentra en todas las sociedades” (1987:75). O sea, que se utilizará este concepto para referirse a la noción de una existencia humana particular, que se encuentra embebida íntimamente en las redes de lo social y cuya concepción y significado aparece en tanto que la sociedad exista. Una de las condiciones del anterior anudamiento es que haya cultura a la cual la sociedad pueda hacer referencia; la sociedad es un logro cultural casi indivisible de su cultura originaria. Por lo tanto, se concibe al

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Agradezco a Sebastián Araya Lagunas por su colaboración en la traducción de este abstract y otros términos y conceptos.

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Subrayado de Alfredo Eidelsztein

http://www.sapiensresearch.org/ http://issuu.com/sapiens-research http://www.facebook.com/pages/Boletin-Cientifico-Sapiens-Research/181844285178334 18/23


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sujeto como una individualidad que requiere, por condición de subsistencia, pertenecer a una trama social-cultural que lo posibilite en alguna medida. Esta intensa y cercana conexión entre aquellos tres términos genera que cualquier cambio o alteración en alguno de los eslabones provoque disonancias, ruido, movimiento y crisis en la ecuación como tal. No obstante, aquello es un irreductible de la maniobra que reúne a los tres fenómenos antes correlacionados: siempre hay una(s) fractura(s) que genera(n) movilidad y cambio al interior de la misma. Por otra parte se entiende por cultura a “toda la suma de operaciones y normas que distancian nuestra vida de la de nuestros antepasados animales, y que sirven a dos fines: la protección del ser humano frente a la naturaleza y la regulación del vínculo recíproco entre los hombres” (Freud, 1930:88). Lo que significa que todo lo que concebimos como “humano” sería una precipitación de lo cultural: toda acción, todo manejo, todo valor sería fragmento de esa cultura. Para clarificar un poco más este punto se revisará lo que Freud considera como partes integrales de la cultura. Por cultural entiende “todas las actividades y valores que son útiles para el ser humano en tanto ponen la tierra a su servicio, lo protegen contra la violencia de las fuerzas naturales, etc.” (Freud, 1930:89). Esta definición se hace absolutamente aplicable al presente, al pasado y a culturas y generaciones venideras. Además, porta ―de forma subrepticia― una de las ideas centrales que respaldan las aserciones del presente trabajo. En tanto Freud define lo cultural como algo que protege al hombre de la violencia, inmediatamente es posible inferir al menos dos nociones al respecto: 1. Parte de dichas fuerzas naturales sobre las cuales la cultura busca generar protección pueden ser las propias apetencias del humano hacia sí mismo y sus semejantes (que serían naturales a la existencia de la especie). 2. Dichos apetitos pueden ser violentos y, por ende, ser altamente sancionados por lo cultural. Por consiguiente, es posible plantear que la violencia ha sido esbozada como problema desde el momento en que existe la cultura. Esto brinda un acercamiento al problema del bullying, pero no es el único. La agresión es el motor de toda regulación cultural y, a la vez, su gran traba. Se volverá sobre este punto. Sobre los orígenes de la insatisfacción humana en la cultura “Nunca dominaremos completamente la naturaleza; nuestro organismo, él mismo parte de ella, será siempre una forma perecedera, limitada en su adaptación y operación. Pero este conocimiento no tiene un efecto paralizante; al contrario, indica el camino a nuestra actividad” (Freud, 1930:85). Es común en algunas concepciones sobre el origen de la humanidad pensar al hombre primitivo como fruto de un bondadoso encuentro entre lo más noble de la animalidad y la inocencia del niño que poco sabe de la desconfianza y el daño. Por ejemplo, en el prólogo un libro de Riane Eisler, Maturana describe a la primera edad humana como una era de amor y colaboración sin fronteras: “El emocionar básico espontáneo en esta edad es el amor, y de allí lo es también la honestidad como componente emocional propio de cuando se vive implícitamente confiando en la coherencia natural de la biosfera y el cosmos” (Maturana en Eisler, 1996:18). O sea, para Maturana, nosotros naceríamos inmersos en una matriz de emociones amorosas que nos harían confiar los unos en otros y entender

el espacio que corresponde a cada quien en esa entidad indisoluble que seríamos con el cosmos. El planteamiento no deja de ser interesante, pero se invita a contrastar esa opción sobre el principio del mundo humano, con alguna trivialidad que sirva para plantear algunas contingencias no discurridas en esta teoría. Para ello, se utilizará, a modo de alegoría ―no 3 de generalización― el siguiente ejemplo : Cuando un(a) hijo(a) cumple la mayoría de edad, tiene como primer pensamiento poder pasar por encima de lo que la frase cliché resume como “mientras vivas en mi casa acatarás mis reglas”. El nuevo estatuto de “adulto” le brinda a ese sujeto la posibilidad de no considerar más aquel mandato y adherirse a una legalidad mayor, societal, que lo faculta, por ejemplo, a beber, fumar y mantener intercambios sexuales que ―aunque en su hogar puedan estar prohibidos― son autorizados desde ahora por una legitimidad mayor. Tal es el influjo de dicha operación legal, que la frase enunciada mil y un veces por sus padres pierde el poder de ineludible y le moviliza a buscar su propia forma de existir, fuera del hogar. Este hecho antes mencionado habla de un logro cultural enorme que, en épocas anteriores, era incluso más explícitamente celebrado ―vía ritual de paso― y nos muestra una asombrosa verdad: en un fenómeno tan complejo y ―absolutamente dependiente de la(s) subjetividad(es) que los sustentan― como lo es la mayoría de edad, se ejerce una violencia importante en el curso del quiebre de la relación del hijo con sus padres; el hijo violenta la condición impuesta desde afuera por sus progenitores, sobre cómo considerar lo moral, para buscar una forma de aproximarse a ese precepto desde su propio punto de vista. ¿Si aquello ocurre unos cuantos millones de años después que inició el proceso de represión de las tendencias más animalizadas del ser humano, no sería más bien posible creer que ―a diferencia de lo que plantea Maturana― los primeros intercambios entre individuos eran mucho más violentos antes que hoy? Freud nos dice al respecto: “El ser humano no es un ser manso, amable, a lo sumo capaz de defenderse si lo atacan, sino que es lícito atribuir a su dotación pulsional, una buena cuota de agresividad. En consecuencia, el prójimo no es solamente un posible auxiliar y objeto sexual, sino una tentación para satisfacer en él la agresión” (1930:108). Es muy difícil pensar al humano como una sumisa criatura a merced de las vicisitudes de la naturaleza, más aún cuando la historia del mismo nos habla de hitos que, en general, son conquistas sobre el designio natural: el humano se impone a la naturaleza, la domina y subyuga a partir del movimiento cultural que lo mantiene unido como especie frente a las inclemencias de la selección natural. Desde que la cultura nace, ya no es el influjo natural el único que comanda las condiciones de vida en la especie; poco a poco se le va haciendo posible encargarse de la dirección de su destino, vía sobreponer sus necesidades sobre las de otras especies, es decir, violentamente. Sin la agresividad inicial, no habría sido posible fun3

Téngase en cuenta que en ningún caso se darán siempre las cosas como suceden en esta pequeña ejemplificación. Hay muchos factores que pueden influir y dar por resultado un cambio a este panorama, pero esta situación ficticia es lo suficientemente clara como para probar el punto de que la violencia. En la sociedad actual es mucho más que una anomalía erradicada; es parte de los hechos sociales, tanto hoy como ayer, pero se encuentra supeditada a mecanismos de modulación provenientes del sujeto y de la misma sociedad.

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dar nada, crear nada, pues ya el hecho de procurarse el alimento le significa al hombre o la mujer violentar la vida de otro ser (planta u animal) que sacrifique su existencia en pos de la conservación de su vida. Toda creación requiere de una transformación en la que se pone en juego la agresividad. Aunque es importante destacar una cosa: allí no acaba el proceso, sólo obtiene su impulso inicial. Si todo fuera agresivo, todo semejante sería un mero rival y no existiría lazo alguno que unificará a los hombres en un todo de orden superior como lo es la sociedad. Fue fundamental para el nacimiento de la cultura que ese “puntapié inicial” (lo violento) que se dirigía sobre los objetos no se volcara sobre todos los miembros de la propia especie. Se hizo absolutamente necesario 4 doblegar esas mociones pulsionales vía algún tipo de instrumentalización que permitiera unificar a los miembros de la especie ―aunque aquello se llevará a cabo muy lentamente― en un todo superior a la suma de sus partes; en una sociedad. Aquel mecanismo que logró poner trabas a ese problema terminó siendo la represión. Al operar la represión primordial sobre los influjos pulsionales más agresivos, la vida pulsional amorosa pudo tomar relevancia, inhibir su meta sexual y convertirse en un influjo tierno que promovía un profundo sentimiento de pertenencia entre los miembros de una comunidad (Freud, 1930). Como dice Freud: ”El amor genital lleva a la formación de nuevas familias; el de meta inhibida a << fraternidades>> que alcanzan importancia cultural porque escapan a muchas de las limitaciones del amor genital; por ejemplo, su carácter exclusivo” (1930:100). Pero reprimir no significa aniquilar, si no se da lugar a entender lo reprimido como algo presente, es imposible darle lugar en un curso de solución. La regla general es más bien de conservación de lo reprimido y su excepción la pérdida. Por lo mismo, toda moción agresiva sigue presente en el ser humano, pero inhibida de encontrar su meta en lo más inmediato (Freud, 1930). Así entendidas las cosas, la cultura y la vida social en sí son teatro de innumerables y necesarios desencuentros entre la agresión lo amoroso y la cultura. Aquello genera un malestar irreductible a todo proceso cultural, en tanto siempre queda una porción de lo pulsional inhibido de encontrar 5 satisfacción ; aquello sería el malestar en la cultura del que Freud nos habló: el problema de toda época y la cuna de todo cambio cultural… hasta ahora (1930). Sobre el entramado social y el bullying Ya confeccionado el campo de acción de la agresividad y la violencia, se hará una detención en el fenómeno particular que invita a realizar esta reflexión. Para ello se tomarán las nociones explicitadas en el texto “Bullying, niños contra niños” a este respecto: “El bullying, intimidación y victimización, son conceptos que apuntan o hacen alusión a un daño in4

Pulsión parece ser mucho más correcto que instinto, en tanto involucra a lo representacional/psíquico, como parte integrante de toda tendencia. Habla de un nivel distinto del animal, ya que incluso en los procesos más arcaicos del ser humano, estaría involucrado lo psíquico en cuanto tal 5 ¿De qué adolece? ¿Al joven le falta algo para ser joven? ¿El desarrollo implica alguna falta? La adolescencia es un término extraño que presentifica esa violencia a la que se alude en el texto: subyuga y categoriza a quien está ingresando a la cultura como adulto a partir de una disimetría artificial. Todos sufrimos los avatares del cambio a cualquier edad. Algunos cambios son más notorios que otros, pero no por ello más o menos cruciales. Vivimos “siendo”, “en proceso de”. La mayor prueba de ello es que nunca terminamos de aprender del ahora y que somos capaces de impresionarnos y sentirnos pequeños, cuando la magnitud de una experiencia lo amerita

tencional que produce un/a alumno/a o grupo de ellos/as sobre un/a otro/a más vulnerable, este fenómeno puede tomar distintas formas, según el contexto o la situación en la que se encuentre el hecho. El bullying está dado no sólo por la agresión misma, sino por una serie de elementos que se asocian a ello, como burlas, golpes, humillación, silencio, entre otros elementos. Vale decir, cuando hablamos de bullying, no estamos hablando de una situación particular de agresividad, sino más bien de un acoso constante y reiterativo hacia un sujeto” (Batista, Román, Romero y Salas, 2010:9). De esta caracterización pormenorizada podemos sacar al menos las siguientes deliberaciones: a. El bullying es un fenómeno en que la violencia es “esparcida” de manera asimétrica sobre un individuo o una minoría. b. Este (o estos) es (son) rebajado (s) a la calidad de “acosado”(s) y, por lo tanto, se convierte(n) en objeto de burlas y otras iniquidades. c. El fenómeno en sí se compone de un conjunto de actuaciones violentas mantenidas en el tiempo, que se relacionan principalmente por la exclusión que cohesiona y diferencia ambos elementos de esta ecuación (acosador(es) - acosado(s). La primera duda que surge al revisar esta suerte de elementos básicos es la siguiente: ¿podríamos decir que como tal el fenómeno es nuevo o sólo lo es en tanto obtiene un nombre público y se da en un ambiente infantojuvenil de manera expresa? ¿No son los mismos “ingredientes” encontrados en la segregación racial actualmente; en la campaña antisemita nazi y en la Inquisición? ¿Qué hace del bullying un fenómeno tan llamativo entonces? Son los niños. Todos los demás ejemplos a los que se alude antes involucran al mundo adulto y las luchas de poder que estos sostienen irracionalmente amparados en la “racionalidad” de su propia época. Nunca antes la violencia había sido un fenómeno de “masas” infantiles que saliera a la luz pública de forma tan rimbombante. Era sabido que entre ellos no todo es armonía, pero se pensaba cotidianamente que lo violento entre los menores lograba ser encausado de alguna forma (en el propio juego, por alguna figura de autoridad, etc.). Hoy por hoy aquello no pasa, pues ninguna mediación da abasto y la violencia infantil se da porque “sí” y porque “no” en más de una cultura y en las múltiples sociedades. Aquello genera revuelo, ya que atenta contra los ideales de pureza y armonía con los que se tiende a pensar la niñez y, por lo mismo, se vuelve un fenómeno escandaloso, que remueve una de las instituciones sociales más cuidadas por la cultura; el futuro como un porvenir prístino. Corre riesgo tanto el idealismo que se coloca sobre el niño, como sobre el joven. A ellos, habitualmente, se le encarga el porvenir de ensueño que los adultos no pudieron lograr en el presente; se les pide más de lo que se les pudo ofrecer ―en dichos términos― sin tomar en consideración si necesitan ese yugo para subsistir. Eso es un acto violento, perpetrado durante generaciones por parte de los mayores hacia los niños que se ha traspasado como legado cultural de una época a otra y que hoy más que nunca está en riesgo. Aunque al convertir en depósito de ilusiones actuales a la generación venidera, el mundo adulto del hoy ejerce algún tipo de 6 violencia sobre los infantes y los “adolescentes” , aquel hecho no representa un daño irreparable en sí mismo. Desde el principio de la cultura,

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Entendiendo lo social como una coordinación compleja, semejante a las que ocurren en el plano orgánico

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no responder a la expectación de las figuras parentales sino en una justa medida ―que perfectamente puede ser cero― ha sido tarea del niño que se encamina por los linderos de la humanidad adulta. El cedazo amable de la sociedad le ofrecía a ese joven encauzado a la mayoría de edad alternativas razonables de identificación que son opciones “suficientemente buenas” como para desestimar lo que esperan de él. Por ejemplo, un joven podría pensar: “No ser el abogado que papá quería, no es tan malo si encuentro tranquilidad siendo médico, pues con ello soy útil a la sociedad y a mí mismo de todas formas”. Pero extremando un poco el ejemplo: ¿es posible ser médico hoy en una sociedad donde ya no existen los “pacientes” o son cada vez menos? Actualmente es más factible encontrar un “cliente” en un consultorio que un “paciente”. Es más, se espera que el médico entregue un servicio acorde a los cánones de mercado, más si es una labor intachable, que atienda bajo las previsiones médicas más cotizables, etc. O sea, las representaciones sociales que sostenían esa y otras vocaciones profesionales no son las mismas y, por ende, se hace desmedido pedirle al niño o al joven que elijan un derrotero que ya no es tal, que ha cambiado diametralmente. De otra forma, hay caminos, pero son más áridos y llenos de incertidumbre, en tanto la sociedad no sabe qué esperar de ellos... no hay un ideal de futuro colectivo segurizante y afable, que aguarde a las nuevas generaciones en ninguna carrera, oficio o profesión. Solamente una idea de que el fin se acerca ―ya sea por el calendario Maya, el planeta X, o lo que sea―. El mundo adulto le ha quitado la posibilidad de armar un futuro al infante y le obliga a definir en la educación lo que el mismo no sabe de este. Por lo mismo, es posible pensar que en este caso sí es efectiva y violentamente invalidante esperar algo de alguien en un panorama así de incierto. ¿Por qué los niños han de saber comportarse si nosotros no sabemos cómo hacerlo frente al mañana? Bullying: violencia y más allá del malestar en la cultura Por todo lo antes dicho, el bullying es una manifestación que involucra por igual a adultos y niños, en tanto ambos se encuentran prendados por lo incierto. Se explicitará esto a partir de lo que Yago Franco plantea sobre la época actual y lo violento en sí. Según lo que Franco toma de Castoriadis, toda sociedad existe a partir de la creación de un magma de significaciones imaginarias sociales (Castoriadis, 1993 en Franco 2011). Por lo tanto, todas estas significaciones en su conjunto fundarían un sentido socialmente instituido, un sentido que orienta a los sujetos en su vida, y de esa dirección se desprenden criterios de valor, modos de funcionamiento sociales, de los lazos sociales, múltiples costumbres, las miras que tiene esa sociedad, el ordenamiento sexual, etc. (Franco 2011). El sentido, o si se quiere la significación compartida, da pertenencia a un sistema social: se consolida y mantiene en la medida que es conformada una red de intercambio entre los sujetos. Esta entrega una suerte de reglamentación acerca de los comportamientos y relaciones que componen aquel todo. Como otros “organismos”, la sociedad se iría manteniendo idéntica y rejuveneciendo gracias al impacto de mecanismos que promueven identidad- por un lado ―y estabilidad― por otro-. En una justa medida más o menos equilibrada, ambos procesos generarían una constante de significaciones compartidas, que promoverían la fraternidad entre sus miembros y el germen de cambio necesario para adaptarse a los giros del ambiente: “Dicho “magma” de significaciones, sería imperioso para la constitución psíquica ya que es necesario que en el origen de la vida, que se produzca sobre el psiquismo la imposición de un mundo de sentido, para que éste abandone su estado originario, que es cerrado so-

bre sí mismo, y así permitirle que incorpore y se incorpore a la cultura. Piera Aulagnier denomina violencia primaria a este acto (Aulagnier, 1977), del cual se hacen cargo las figuras parentales, y que ubica al sujeto en lo que conocemos como malestar en la cultura. Este malestar se produce en parte por el displacer que dicha renuncia ocasiona; pero paralelamente debe ofrecérsele a la psique una cuota de placer a cambio, placer que debiera hallar por participar en el colectivo. El deseo de los padres y su capacidad de modular las ansiedades propias del encuentro de la psique con el mundo hacen posible ese movimiento” (Franco, 2011). Por lo mismo, ese núcleo compartido de sentido que antes se mencionaba se genera sólo a partir de la acción en que se ejerce una violencia primaria sobre quien llega por primera vez a encontrarse con lo social. Dicho acto lo invita a participar activamente de la mantención y construcción de sentido, sólo a partir de una primera imposición. Es una suerte de admisión en lo social que empieza a conformarse ya desde el momento en que el bebé es nombrado sobre la base que provee un alfabeto compartido por un pueblo, un país, un continente y que coordinará de formas cada vez más activas su “funcionamiento” en el mismo. Así, se moviliza, encausa y promete al niño un fondo sobre el cual desarrollar su acción pero, en la misma medida que se conforma como escenario, también se convierte en un encuadre, pues determina posibilidades que serán “correctas” e “incorrectas” según el ojo atento de lo familiar, lo comunitario, lo social y lo cultural. Es por todo lo anterior que dicho acto apareja una renuncia a todas aquellas mociones que son prohibidas por ese núcleo de significaciones que requieren y vigilan atentamente su cumplimiento en cada acción, cada deseo, cada pensamiento; por eso hay malestar. No obstante, la renuncia es aparejada por una obtención de placer que descansa en lo social. Ello permite aminorar las consecuencias de dicho malestar ―irreductible a toda cultura―, en tanto se promueve una fraternidad de orden más alto que lleva a la consecución de metas complejas e imposibles de realizar en solitario. Una de dichas mociones pulsionales prohibidas por aquel núcleo sería ―tal y como antes se mencionó― la agresión, pues iría en contra de los fines colectivos al promover una visión del otro, más cercana a la de un enemigo que la de un compañero. No obstante, sería imposible desligarla de lo humano, pues es condición de vida del mismo, en tanto ayuda a la autoconservación. Por lo mismo, lo agresivo se ve rebajado por la cultura, pero no erradicado, y esto conlleva a que el otro pueda ser visto la mayoría de las veces como un rival (que no es lo mismo que un enemigo: la contienda entre rivales al menos está sometida a reglas) y, en ciertas circunstancias de extrema colaboración (como lo es la familia, la nacionalidad ―algunas veces―, la pertenencia a una etnia, etc.) como un colaborador (Freud, 1930). Hoy en día ―en el aula― aparece con mayor claridad la figura del enemigo que la del rival. En el (los) victimario (s) escolar(es) no existen reparos sobre la figura de su víctima (s) y actúa(n) con inusitada violencia física o psicológica, sin importar qué tanto puede aquello contribuir a una suerte de asesinato de la imagen colectiva del otro o incluso a su muerte real. Cuando millones de personas ―pensando en el ejemplo del ciberbullying― conocen las acciones vergonzosas que un sujeto ha realizado, la probabilidad de que comience a verse afectado en otras áreas diferentes a las del colegio son enormes. Ya no se trata de una imagen dañada sólo en lo escolar, sino que, incluso, el menor puede sufrir ataques a su autoestima cuando está comprando víveres en el supermercado, cuando

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ingresa a internet, al salir de paseo con su familia, etc. Hay una falta de medición en las consecuencias del actuar frente a otro (s) individuo(s), que llevan a pensar que ningún tipo de normativa se aplica a ese enfrentamiento. Se trata, en el bullying, de un estatuto en que la agresión se da sin un sentido claro, sin un fin; como fin en sí mismo, lejano a todo espesor o meta que observar. Incluso, puede recogerse dicha impresión de las declaraciones de agresores y agredidos, cuando se les pide explicar su actuar. A este respecto, Franco nos ofrece una excelente reflexión: “Cuando la violencia es excesiva -por no poder las figuras parentales llevar a cabo su tarea adecuadamente-, ya no conduce a la constitución adecuada de la psique y a su ingreso a la cultura, sino que pasa a atacarla. Se produce en ese caso un estado de más allá del malestar en la cultura (Franco, 2002 en 7 Franco, 2011), ligado a lo que la autora mencionada denomina violencia secundaria; ésta impide que se establezca el placer necesario para que la vida en común sea investida. Este modo de la violencia, que al contrario de la primaria no lleva a la creación de un mundo sino a la imposibilidad de la creación, o lisa y llanamente a su destrucción, puede deberse a fallas de las figuras parentales, originadas en su propia conflictiva. Pero también puede surgir por la imposibilidad de éstas de cumplir con su función debido a determinados modos de ser de la sociedad. También, y más allá de los estados originarios del sujeto, la violencia secundaria puede ser padecida por éste en cualquier etapa de su vida cuando vea cuestionada/negada su pertenencia/participación en el espacio social” (2011). Al ser el bullying, una acción en que el otro es rebajado, cuestionado y se le niega su pertenencia, podemos pensar que se trata de un fenómeno producido de la mano de la violencia secundaria; pero tal y como lo plantea Aulagnier, aquello no proviene del mundo infantil como fuente, pasa por las inmediaciones del mundo adulto; en alguna zona se está generando un ambiente propicio para la violencia secundaria: “El espacio social ejerce cotidianamente una cuota enorme de violencia-en los términos aquí propuestos, violencia secundaria-sobre la mayor parte de la población. Desnutrición y mortalidad infantil crecientes, riesgo de exclusión de los ciudadanos de las fuentes de trabajo -recién últimamente ha comenzado a disminuir en Argentina la enorme taza de desocupados o de trabajadores precarios-, pauperización, explotación de los mismos como no se veía desde los inicios del siglo XX, etc. Y supervivencia de otros con la espada de Damocles sobre sus cabezas, ya que no saben que puede ocurrir con ellos la próxima semana, y no tienen más que aceptar condiciones laborales humillantes. Paralela y conjuntamente, se observa el abandono de sus funciones por parte de las instituciones cuya finalidad es-o era- el cuidado y formación de los ciudadanos: la escuela, la salud pública, el sistema jubilatorio, la justicia…, aunque recuperarse algo de ellas en estos 8 últimos tiempos . Es a partir de su participación en las mismas -que transmiten el sentido de lo social- que los sujetos se identifican, organizando de este modo el colectivo, aún con ideologías y proyectos diferentes y hasta opuestos. Diremos que es la desestructuración de esas instituciones, la que está en el núcleo del estado actual de disgregación social, del 9 cual la violencia es una de sus consecuencias . Y dicha desestructuración habla de una desestructuración del campo simbólico. Por otra parte, se produce el empuje -a través de los medios de comunicación- a un consumo desenfrenado, presión que implica una violencia mucho mayor aun para con aquellos que permanecen marginados de la denominada socie-

dad de consumo. Al respecto, se promueve que los ciudadanos pasen a denominarse consumidores” (Franco, 2011). Por lo mismo, existirían diversas vías en que se ejerce la violencia secundaria sobre los miembros de la sociedad, que se involucran en una maraña compleja de insatisfacción que no logra ser ligada en un punto claro que permita un encauce en el sentido. Es así como la significación de la vida, se ve sometida a una pérdida de sentido que categóricamente afecta todas las áreas de lo social (Franco, 2011) y aquello apareja entre sus consecuencias la violencia presentada en diversas formas, entre las cuales destaca, por lo que representa (un ataque a las promesa de futuro de la sociedad), el bullying. O sea que en sí, la violencia escolar es un fenómeno posicionado en ese más allá del malestar en la cultura (Franco, 2011), en tanto que se configura como un acontecimiento en que el sentido de la acción se encuentra perdido y no importa para qué se realice como tal. Como manifestación, despunta en el ámbito de los niños, pero representa las preocupaciones, conflictos e insatisfacción de una cultura incapaz de ver hacia adelante o hacia atrás: centrada en un inhóspito presente que busca desarraigarse de todo. Conclusiones-discusión En concordancia con todos los antecedentes revisados anteriormente, se puede concluir que el fenómeno del bullying ocurre debido a una destitución de espacio del semejante en que la agresión deja de ser encaminada por las vías culturalmente admitidas, y vaga sin sentido entre los sujetos, hasta encontrar un punto de diferencia sobre el cual ensañarse. En sí no representa fin alguno, sino tratar a otro como enemigo al cual poder deponer de su imagen colectiva, incluso atentando físicamente contra él, rebajándolo insistentemente y sin retorno. Se trata de una agresividad sin reglas que está marcada por la insignificancia de una época en la cual a sus miembros les es difícil sostener un sentido social no subordinado a la disgregación. Esa falta de sentido, junto a los diversos mecanismos sistemáticos de violencia secundaria que ejerce lo social sobre sus miembros, traen como consecuencia manifestaciones agresivas que sólo buscan volver a presentar ―pero esta vez en otro campo de acción― dicha violencia junto con 10 aquel malestar más allá del inherente a toda cultura : Se trata de una suerte de acting-out que muestra lo insostenible del estado actual de lo societal. Por lo mismo, una solución al problema del bullying debe involucrar un proceso de encuentro en que aparezcan nuevas vías de subjetivación que refuten la insignificancia a la que es reducida el semejante en dicho fenómeno. Para esto, se hace imprescindible dar libertad a los medios creativos que los involucrados ya poseen o conocen, pues sólo ellos pueden objetar definitivamente los lugares y circunstancias que mantienen la violencia. Será la creatividad de una comunidad, curso, escuela, etc. la facultada para promover el proceso de cambio que desarticule las pautas de relación inadecuadas, cuando encuentre un nodo significativo, en sus propios recursos, sobre el cual reordenarse. Así las cosas, el quehacer psicológico debería tomar una postura más bien facilitadora que directiva: aplicar medidas frente a este problema, como

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Piera Aulagnier Es discutible que esto ocurra en otros países que no son Argentina 9 La negrilla es mía 8

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Lo que Yago Franco llama “Más allá del malestar en la cultura”

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si se tratara de recetas, perpetuaría la violencia secundaria ya ejercida e incitaría una desmentida de las capacidades para crear que tiene el sujeto y la sociedad que lo contiene. Por otro lado, el abrir espacios de escucha a las propias soluciones y demandas de un individuo y su cultura generaría las circunstancias necesarias para que aparezcan nuevas formas de 11 significación . Por lo tanto, sobre el bullying, podemos decir que los niños tendrían la capacidad de solucionar sus problemas de agresión. Sólo requerirán de un espacio para hacerlo y la psicología tiene la oportunidad de brindárselos caso a caso. Reflexiones de la editora Alejandra Ojeda-Sampson: El artículo se observa muy interesante en cuanto realiza un análisis del fenómeno desde el psicoanálisis de Freud en un marco de algunas posturas socio-culturales. Si bien el autor menciona como rasgo del hombre la agresividad en una forma de sobrevivencia (este es un planteamiento freudiano), realiza una interesante construcción con otros supuestos de corte humanísticos en donde logra plantear una adecuada separación entre esta característica del hombre y el problema del bullying. Por lo señalado en el artículo, el autor deja muy claro lo que corresponde ónticamente como hombre (es decir humanidad) y lo que resulta de una construcción cultural contemporánea. Lo primero refiriéndose a la agresividad y lo segundo, a la violencia del bullying. Es un artículo que abre nuevas reflexiones y, por lo tanto, nuevas interrogantes en torno al bullying.

de la comunidad. Referencias bibliográficas Aulagnier, P. (1993). La violencia de la interpretación. Buenos Aires: Amorrortu Editores. Dummont, L. (1987). Ensayos sobre el individualismo. Madrid: Alianza. Franco, Y. (2011). Más allá del malestar en la cultura. Buenos Aires: Editorial Biblos. Freud, S. (2000). El malestar en la cultura. Vol. XXI (pp. 58-143). Buenos Aires: Amorrortu Editores. Eisler, R. (1998). Placer sagrado. Santiago: Editorial CuatroVientos. Batista, J., Román, A., Romero, P., y Salas, I. (2010). Bullying, niños contra niños. Extraído el 10 de mayo de 2011 desde: http://www.observatorioperu.com/2012/marzo/cs-batista_y.pdf

Reflexiones de la editora Miriam Pardo-Fariña: El autor realiza una excelente selección de conceptos claves para poder arribar a su análisis acerca del Bullying. Considerando los ejes temáticos en torno a la agresión, el amor y la cultura, la violencia quedará enmarcada como un fenómeno sociocultural que no dista mucho de otros tipos de manifestaciones violentas. Tal es el caso de las decisiones de la Inquisición en la Edad Media, así como las acciones violentas del nazismo u otros grupos. Llama la atención del autor por qué el Bullying se convierte en un problema societal referido a las “masas infantiles”, ya que la agresión, propia de la condición humana de acuerdo al recorrido teórico que realiza desde el Psicoanálisis se encuentra presente en todos los seres humanos. Para resolver esta pregunta, el autor realiza un cuestionamiento al halo de protección y cuidados acerca de lo infantil al incluir la adolescencia, para mostrar que los énfasis quedan puestos en “el futuro de la sociedad”, si se piensa desde el bienestar integral del niño y del joven, en circunstancias que la sociedad ya no tiene mucho para ofrecer a “estas futuras promesas”. Junto con lo anterior, el análisis del autor enfatizará la hegemonía cultural sobre el sujeto al intentar controlar su agresión y al incluir sus manifestaciones. Sin embargo, esto se constituirá en un imposible al quedar develada, una vez más, la naturaleza agresiva del ser humano puesta en movimiento como violencia secundaria a través del bullying, contribuyente del asesinato de la imagen colectiva o de la muerte real de la víctima. Finalmente, su propuesta acerca de la búsqueda resolutiva de cada comunidad escolar, de acuerdo a su contexto específico que le permita generar creativamente modos de canalización de la agresión, se constituye en una apuesta interesante que no acalla al sujeto, pero que le brinda nuevas barreras de contención posibles para establecer el lazo social sin desmentir lo agresivo que se encuentra presente en cada uno de los integrantes

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Por ejemplo: crear formas particulares en cada comunidad escolar para promover un cambio en la subjetivación

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Psique: Bullying a través de las TIC Bullying and ICT Fuensanta Cerezo-Ramírez (1953, española, Universidad de Murcia, España) fcerezo@um.es

Resumen Las malas relaciones entre escolares tienen su máximo exponente en la dinámica bullying. Se trata de situaciones de violencia relacional entre iguales, donde unos ejercen el rol de agresor y otros, el de víctimas habituales. Las formas tradicionales del bullying se vienen analizando desde la década de 1980. Los estudios convienen en concluir que este maltrato se detecta con regularidad en todos los países occidentales, con un nivel de incidencia media en torno al 20% del alumnado; las formas de agresión más frecuentes están relacionadas con el contacto físico o verbal, y los escenarios, con el espacio aula o con el entorno escolar. Desde hace unos años, la incorporación de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) han ampliado estos parámetros, y estos supuestos están sufriendo un profundo cambio desde las formas de agresión, a los escenarios y a los protagonistas. Este estudio plantea el análisis de las diferencias entre las formas de bullying que llamamos tradicional y el bullying mediante las TIC o cyberbullying. Pretendemos dar respuesta a si las diferencias son formales o sustantivas, y así delimitar si estamos ante una nueva forma de acoso entre escolares. La revisión de trabajos realizados en este campo permite sostener que el cyberbullying es una forma específica de acoso entre escolares y las aportaciones avanzan en el conocimiento de sus características. Palabras clave: agresividad, bullying, cyberbullying, maltrato entre iguales, TIC Recibido: 04-06-2012 → Aceptado: 28-06-2012

Cítese así: Cerezo-Ramírez, F. (2012). Bullying a través de las TIC. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 24-29. Abstract Bullying is the high point of poor relations among pupils. It is relational violence situations where a peer play the role of aggressor and others the usual victims. Traditional forms of bullying are being analyzed from the 80's. Studies agree in concluding that this abuse is detected regularly in all Western countries, with an average incidence level around 20% of the students; the most common forms of aggression are related to physical contact or verbal, and scenarios, with the space classroom or school environment. In recent years, the incorporation of information technologies (ICT) have extended these parameters, and these assumptions are undergoing a profound change from the forms of aggression to the stage and the actors. This study presents an analysis of the differences between the forms of bullying than we call traditional and the bullying via ICT or cyberbullying. We aim to answer whether the differences are formal or substantive, and so if we are to define a new form of harassment among students. The review of work done in this field, can argue that cyberbullying is a specific form of bullying among schoolchildren and contributions advance in knowledge of their characteristics.

Introducción La adaptación escolar es el resultado de la buena adaptación al grupo de iguales. Es a través del grupo donde se desarrolla el proceso de socialización y la propia autoestima. Cuando las relaciones entre los estudiantes son positivas, constituyen la mejor experiencia escolar pero, desafortunadamente, algunos jóvenes no viven su relación con el entorno escolar de manera positiva. Estos sujetos suelen encontrarse aislados del grupo, rechazados y, en ocasiones, incluso agredidos directamente (Cerezo, 2009). El problema de las malas relaciones interpersonales es el que subyace en la violencia entre escolares o bullying (Olweus, 1993). El bullying se define como la conducta agresiva, intencional y mantenida en el tiempo, perpetrada por un individuo o grupo de ellos contra otro, al que consideran su víctima habitual. Según los análisis del informe del Defensor del Pueblo español, el bullying se detecta en al menos el 50% de los grupos y un porcentaje similar de alumnos tienen noticia de ello (AA.VV. 2007). Estas conductas son observadas cada vez en edades más tempranas (Cerezo, 2009). El bullying debe ser considerado como el emergente de las malas relaciones dentro de la estructura relacional del grupo de iguales. Los motivos que llevan a algunos sujetos a agredir a otros están relacionados con la necesidad de obtener popularidad, competencia y poder dentro del grupo. Los agresores no sólo encuentran satisfacción puntual con sus acciones, sino que reciben apoyo del propio grupo. Son muchas las formas de agresión que se pueden utilizar en esta dinámica: verbal (insultos, amenazas, etc.), física, relacional (exclusión) o indirecta (expandir rumores). Ciertamente, el bullying no es un fenómeno nuevo, pero encontramos nuevas formas de hacer sufrir a otros. En los últimos años estamos asistiendo a una explosión en el uso de las TIC como una forma actual y generalizada de comunicación. Estas tecnologías abren la posibilidad para formas insospechadas de acoso o cyberbullying (Smith, 2006). Diversos estudios han ido aportando un corpus científico que nos aproximan al conocimiento preciso sobre esta problemática. El objetivo de este trabajo es presentar una reflexión y revisión epistemológica y aplicada de diferentes estudios que relacionan el uso de las TIC con el bullying. Las conclusiones ponen de manifiesto que se trata de una forma específica de maltrato, con características diferenciales del bullying presencial (Smith, Mahdavi, Carvalho, Fisher, Russell y Tippett, 2008). La exposición parte del análisis comparativo de las características del bullying frente al cyberbullying, en cuanto a implicados, formas y escenarios habituales. Seguidamente se comentan los elementos diferenciales para su evaluación y se revisan diversos estudios específicos realizados en España, que permiten elaborar conclusiones sobre: nivel de incidencia, formas y escenarios habituales y características de los sujetos implicados. Lo que facilitará la intervención psicopedagógica preventiva.

Key words: aggressiveness, bullying, cyberbullying, harassment among peers, ICT.

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Bullying: el acoso entre escolares La agresividad entre escolares hay que situarla no como eventos dramáticos aislados, sino emergentes de la densa trama de relaciones en el interior del grupo, con carácter estable y recurrente. Si examinamos los motivos que llevan a un alumno a interactuar con otros, se pueden concretar en los siguientes: ● ● ●

Deseo de competencia, logro, eficacia y destreza, para ser considerado “importante” por los compañeros. Deseo de afiliación, persigue la sensación de ser aceptado y querido por el grupo. Deseo de poder, de controlar las alternativas de conducta de otras personas.

Cuando los medios para conseguir estos objetivos incluyen la violencia, estamos ante la dinámica de agresión y victimización. Los agresores no solamente encuentran satisfacción momentánea, derivada de su acción directa, sino que obtienen otro tipo de recompensas que van más allá del posible beneficio puntual; de hecho, se establece un sistema de recompensas sociales, como ser valorado, considerado o temido por otros colegas (Cerezo, 2009). Cabe considerar que muchas conductas indeseables, como la agresividad y otros comportamientos problemáticos que se producen en el aula, se adquieren y mantienen, en gran parte, por el refuerzo proporcionado por los compañeros. Definimos el bullying como una forma de maltrato, intencionado, perjudicial y persistente de un estudiante, o grupo de estudiantes, hacia otro compañero, generalmente más débil, al que convierten en su víctima habitual. Los agresores están motivados por un abuso de poder, de intimidar y dominar (Olweus, 1993) al que puede sumarse el deseo de diversión (Farrington, 2011). Se trata de una conducta agresiva persistente, de manera que, cuando un alumno o grupo de alumnos ha establecido una relación de intimidación con otro, se genera una trama que refuerza su capacidad de suscitar miedo. El bullying cuenta ya con una trayectoria investigadora que permite asegurar que no se trata de un fenómeno casual ni limitado a determinados sectores de población, sino que está ampliamente extendido; de hecho, se encuentra en casi la totalidad de los centros escolares y casi la mitad del alumnado asegura que se da en su aula (AA.VV., 2007). Actualmente, el bullying afecta cerca del 20% del alumnado, siendo algo superior el porcentaje de agresores que de víctimas (Cerezo, 2009). Adopta diversas formas y utiliza variados recursos, entre ellos las nuevas tecnologías. Con frecuencia no solo es cosa de dos; suelen agruparse varios agresores contra una víctima. Estas situaciones de indefensión pueden tener efectos muy negativos, a medio y largo plazo, en agresores y en víctimas, asociados otras conductas antisociales y de riesgo para la salud como el consumo de drogas (Cerezo y Méndez 2010; Farrington y Ttofi, 2011). Una de las características del bullying es que se trata de una conducta oculta, especialmente para los adultos, y sólo es conocido cuando la victimización es elevada. Las medidas preventivas suelen llegar tarde y la dinámica de agresión-victimización ya está muy arraigada; de un lado, la víctima se encuentra tan indefensa, que apenas puede hacer nada para cambiar la situación, y el acosador ha consolidado un amplio repertorio de conductas agresivas. Además, la respuesta suele limitarse a aplicar

modelos punitivos para frenar las conductas de acoso (Serrano e Iborra, 2006), y rara vez proporcionan estrategias de control de la agresividad dirigidas al agresor o de afrontamiento para la víctima. Podemos considerar que el bullying es un problema donde los implicados conforman dos caras de la misma moneda. Con frecuencia surge el interrogante: ¿Por qué el bullying? ¿Qué facilita esta relación tan desequilibrada? Quizá podamos encontrar respuesta en las propias características socio-emotivas de los sujetos implicados. Se trata de aspectos que, situados en un continuo, se encuentran en polos opuestos (Cerezo, 2009). Como se puede apreciar en el cuadro 1, el agresor hace ostentación de su impulsividad y falta de empatía, así como de su capacidad para amedrentar a la víctima. Por el contrario, el comportamiento de la víctima, revela la falta de seguridad en ella misma, debilidad y retraimiento, con escasas posibilidades de defenderse, lo que acrecienta su propia indefensión y el rearme del agresor. A lo que cabe añadir las diferencias manifiestas en la capacidad para establecer relaciones afectivas dentro del grupo. El cuadro 1 sintetiza estos antagonismos. Cuadro 1. Características socio-emotivas agresor versus víctima Agresor Prepotencia Impulsividad Egocentrismo Ausencia de empatía Conductas de riesgo y provocación Agrupamientos por afinidad

Víctima Debilidad Retraimiento Ansiedad Escasas habilidades de afrontamiento Indefensión Rechazo + Aislamiento

Formas de bullying Son numerosos los estudios e informes que avanzan sobre los tipos de violencia ejercida y sufrida en los entornos escolares. Cabe mencionar el Informe Defensor del Pueblo (2007) realizado en estudiantes de educación secundaria obligatoria. Este informe revela que las formas de agresión observadas con mayor frecuencia son: ● ● ● ● ● ●

Verbal (motes, insultos, etc.). En más del 50% de los casos Física directa (pegar): 25,2% Amenazas (meter miedo; chantajear): 22,7% Exclusión (ignorar, no dejar participar): 22,7% Física indirecta (robar, romper, esconder): 14% Acoso sexual (intimidación, vejación): 1,3%

El propio estudio apunta el cyberacoso como una forma de agresión emergente, percibida por más del 25% del alumnado, que afecta al 5,4% como agresor y al 5,5% como víctima de forma continuada durante un curso escolar (AA.VV. 2007). Un análisis pormenorizado de las formas de acoso, siguiendo el esquema propuesto por Sanmartín (2010) sobre los tipos de violencia, permitirá establecer las posibles diferencias entre el bullyingy el cyberbullying. Así, entendemos que se aprecian diferentes formas de agresión atendiendo a los siguientes supuestos: a. Según el modo de ejercer la violencia, podemos hablar de: violencia por acción o violencia por omisión o negligencia. Ambas formas de acoso pueden ser perpetradas igualmente por acción o por omisión. El bullyinga través de las TIC es un tipo de violencia por acción, desde

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la perspectiva de los emisores de los mensajes, pero a la vez se trata de una violencia por omisión, cuando siendo conocido, no es denunciado. En este sentido, nos podemos preguntar si ejercen violencia aquellos escolares-profesores contra aquellos alumnos que se encuentran desamparados en la institución.

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b. Por el tipo de daño causado, aunque resulta difícil delimitar un “tipo de daño causado”, ya que las repercusiones del maltrato invaden varias áreas y se puede decir que las consecuencias afectan al sujeto en su conjunto. Aquí se propone distinguir entre las siguientes formas de violencia: ●

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Física directa o indirecta, aquella acción u omisión que causa o puede causar una lesión física. Como pegar, romper propiedades del otro. Psicológica, entendida como cualquier acción u omisión que causa o puede causar un daño cognitivo (distorsiones perceptivas), emocional (baja autoestima) o conductual (obsesiones). Entre estas conductas destacan los insultos y las amenazas Social, pretende la exclusión o descalificación. Su máxima expresión está en la humillación Sexual, cuando utiliza la sexualidad de una persona mediante coacción. Este tipo de agresión suma daños físicos y psicológicos Mixta, aquella que utiliza diversos tipos simultáneamente. La violencia a través de las TIC puede adoptar cualquiera de las formas señaladas, exceptuando la física directa y la sexual, aunque entendemos que puede ser mixta, ya que en primer lugar se puede ejercer como violencia directa y después transmitirse en forma de mensaje en la red, de manera que termina siendo cyberbullying.

c. Según el escenario donde se produce la situación podemos encontrar: ● ● ●

Violencia en dependencias escolares: aulas, lugares de recreo, pasillos. Violencia en el entorno escolar: entradas y caminos de acceso. Violencia desde escenarios remotos. En el cyberbullying no es preciso que agresor y víctima se encuentren en el mismo escenario.

Cyberbullying Hemos venido empleando el término cyberbullying, que pasamos a definir. Actualmente estamos asistiendo a un nuevo medio para acosar a otros. Se trata del acoso mediante las TIC. Peter K. Smith lo define como: acto agresivo e intencionado, llevado a cabo de manera repetida y constante a lo largo del tiempo, mediante el uso de formas de contacto electrónicas, por parte de uno/s individuo/s contra una víctima que no puede defenderse fácilmente (Smith, et al, 2008). Este hecho sugiere el interrogante de si estaremos ante una nueva forma de bullying (Álvarez, et al, 2011). Según hemos apuntado en el apartado anterior, entendemos que el cyberbullying cuenta con una serie de características que lo hace específico frente al bullying que denominamos presencial: ● ● ● ● ● ● ● ●

d. Según el número y tipo de agresor:

Único-Grupal. El bullying suele comenzar como una relación diádica: un agresor y una víctima, pero pronto pasa a incluir a varios agresores y, por tanto, convertirse en un fenómeno grupal. Es más, la víctima termina percibiendo que el conjunto del grupo-aula está dispuesto a hacerle sufrir. En el caso de ciberbullying, el sujeto puede ampliarse considerablemente, ya no es sólo el sujeto o grupo de conocidos, mediante las TIC el número de agresores se puede multiplicar considerablemente, y además, ya no tienen por qué ser conocidos de la víctima. Directo-Remoto. La agresión directa permite identificar al agresor, en la remota, el agresor no tiene rostro. En este sentido, la ofensa es un elemento que distorsiona la realidad porque, ¿cómo defendernos de alguien a quién no podemos nombrar? En esta forma remota destaca el cyberbullying.

Violencia por acción directa o indirecta del acosador o grupo de ellos y por omisión de los espectadores. Puede causar daño físico, psicológico, sexual y especialmente social, por el amplio sector de población al que puede llegar la vejación causada a otro. En escenarios preferentemente remotos donde no existe contacto visual entre el agresor y la víctima, lo que proporciona el anonimato al primero. Por el número y tipo de agresores, siendo mucho más amplio en el cyberbullying.

Se manifiesta simultáneamente de manera directa e indirecta. El tipo de daño causado abarca un amplio espectro de consecuencias. El agresor puede ocultar su identidad. Aumenta la impunidad del agresor y la indefensión de la víctima. El número de agresores suele crecer de manera exponencial Alta velocidad de difusión. Se acentúa el carácter público de la ofensa, lo que se traduce en un aumento de la vulnerabilidad de la víctima. En cuanto a los escenarios, los lugares son muy amplios y cambiantes, lo que hace que trascienda al espacio físico del aula o del centro escolar. El tiempo medio de duración de la agresión está en función del tiempo en que la víctima esté “conectada”. Las formas que puede adoptar excluye la agresión física directa.

Entre los aspectos particulares de este tipo de violencia relacional cabe destacar la sensación de no poder escapar de las agresiones, ya que no hay donde esconderse. La víctima no se puede “desconectar” de la situación, ya que continuamente está recibiendo mensajes y amenazas. No se circunscribe a un espacio concreto, sino que puede trasladarse allá donde la víctima tenga conexión vía móvil o Internet. Además, ya no sólo es conocido por unos pocos, sino que la audiencia se puede ampliar exponencialmente; de hecho, de un grupo reducido se pasa a la Web. El ciberbullying es una forma de maltrato constante, favorecido por dos factores: por un lado, la invisibilidad de los acosadores; no hay un “cara a cara”, lo que concede al acosador cierta “invisibilidad”; por otro, la amplitud de escenario, ya que no hay un lugar específico donde se perpetran las agresiones, y por tanto, ningún lugar es seguro para la víctima.

En resumen, una primera aproximación al acoso mediante las TIC incluirá los siguientes elementos:

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El cyberbullying puede practicarse por distintos medios, de manera que la víctima puede recibir el acoso mediante: ● ● ● ● ● ● ●

Mensaje de texto Acoso telefónico Fotografías-vídeos Correos electrónicos Sesiones de chat Programas de mensajería instantánea Páginas web

Un dato resulta coincidente entre ambas formas de acoso: la escasa comunicación del problema. Los estudios dicen que entre el 50% y el 30% no lo comunica a nadie. Evaluación del cyberbullying Para conocer el alcance del ciberbullying, diferentes estudios epidemiológicos elaboran escalas de evaluación específicas. Las más empleadas (Willard, 2007) coinciden en incluir elementos como los siguientes: ● ●

Así como el bullying presencial puede adoptar diversas formas, encontramos diferentes tipos de cyberbullying (Willard, 2007), entre los que cabe destacar: ● ● ● ● ● ● ●

Hostigamiento: envío y difusión de mensajes ofensivos. Persecución: envío de mensajes amenazantes Denigración: difusión de rumores con intención de desacreditar. Violación de intimidad: difusión de secretos o imágenes. Exclusión social: exclusión deliberada de grupos en la red. Suplantación de identidad: con mensajes maliciosos.

Algunas relaciones entre ambos tipos de acoso se refieren al rol asumido, así es frecuente que tanto acosadores como víctimas del bullying tradicional también lo sean a través de las TIC (Smith, et.al, 2008), aunque hay estudios que sostienen que las víctimas del bullying tradicional pasan a ser cyberacosadores con mayor frecuencia, porque así pueden responder a las agresiones recibidas, con menos riesgo que si lo hicieran cara a cara (Ybarra y Mitchell, 2007). En cuanto a la implicación por sexos, los estudios son contradictorios, y algunos encuentran que los chicos están más implicados como acosadores, mientras que otros no encuentran diferencias (Garaigordobil, 2011). Las investigaciones de Smith, et. al. (2008) contribuyen a conocer las características del cyberbullying. Una primera aproximación pone de manifiesto que, en cuanto a la edad de los implicados, se observa mayor frecuencia en últimos cursos de primaria y primeros de secundaria. Las diferencias por sexo se encuentran asociadas a las formas más frecuentes de acoso empleado. Así, las chicas suelen ser más víctimas que los chicos a través de mensajes y correos, pero cuando se trata de agresión mediante fotos o vídeos, no se observan diferencias entre chicos y chicas. Esto podría interpretarse como que las chicas emplean un medio que precisa de texto, y por tanto, la palabra, frente a los chicos que emplean más los medios que llevan imágenes. Algunos estudios plantean la posible continuidad entre bullying presencial y cyberbullying (Ybarra y Mitchell, 2007), así se sostiene que los sujetos que actúan como agresores del bullying presencial suelen emplear ya las TIC como forma de acoso. Incluso, las víctimas de bullying tradicional tienen más facilidad para ejercer de acosadores mediante cyberbullying, posiblemente por su carácter anónimo. Por tanto, encontramos cierta relación entre los dos tipos de acoso: Los acosadores se mantienen en ambas formas, mientras que, las víctimas del bullying presencial, encuentran facilidad para ejercer de ciberacosadores.

Establecer el medio: móvil-Internet El grado o intensidad (veces que es acosado). Siendo significativo cuando alcanza alguno de estos niveles: grado moderado (menos de una agresión por semana); grado severo (más de una agresión por semana) Duración: desde hace menos de un mes; desde hace 3-6 meses; desde hace más de 1 año Tipo de agresión (como los señalados con anterioridad).

Los instrumentos para la evaluación de ciberbullying suelen ser cuestionarios de autoevaluación en formato de respuesta tipo Likert con entre cinco y seis opciones. Quizá el que hasta ahora ha tenido mayor difusión ha sido el elaborado por Smith et. al. (2006). Este cuestionario ha sido adaptado a la población española, y utilizado en diferentes estudios, entre ellos se encuentra la “Escala de victimización a través del teléfono móvil y de Internet” (Cava, Musitu y Murgui, 2010). Esta encuesta recoge las categorías o modalidades propuestas por Willard (2007): hostigamiento; persecución; denigración; violación de la intimidad; exclusión social; suplantación de la identidad. Las respuestas se estructuran en escalas tipo Likert con un rango de respuesta 1-4: nunca, pocas veces, muchas veces, siempre. Los ítems se refieren al acoso experimentado durante el último año, percibido mediante el teléfono móvil e Internet. Para valorar la intensidad de la victimización, se proponen seis opciones de respuesta: desde nunca a todos o casi todos los días. Clasifica el nivel de acoso y la duración. Estudios españoles relevantes sobre cyberbullying Aunque el fenómeno es relativamente reciente, son ya varios los estudios que tratan de delimitarlo y permiten conocer su prevalencia y consecuencias (Garaigordobil, 2011). Algunos estudios realizados en España, ya proporcionan datos de interés. Así cabe señalar los siguientes: a. Maltrato a través de la red y los móviles (AA.VV. 2007). El Informe del Defensor del Pueblo sobre la Violencia Escolar en Estudiantes de Educación Secundaria incluye una evaluación del maltrato a través de las TIC. Señala que, sobre una muestras de 3.000 sujetos, el 5,5% se reconocen como víctimas a través de las nuevas tecnologías. Los agresores dicen emplearlas un 4,8% y los observadores las señalan 22% de las veces. Siendo predominante una frecuencia moderada. b. El estudio sobre Victimización en Adolescentes a través del Teléfono Móvil y de Internet, realizado por Sofía Buelga, María Jesús Cava y Gonzalo Musitu en 2010. Sobre 2101 estudiantes de ESO, de entre los 11-17 años a través de la “Escala de victimización a través del teléfono móvil y de Internet” (Cava, Musitu y Murgui, 2010) encontraron que el 24,6% han sido acosados por el móvil en el último año y el 29% lo han sido por Internet. Entre los acosados destacan las chicas y alumnos de primeros cursos.

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c. El estudio de Ana M. Giménez y Javier J. Maquilón (2010). Con una muestra de 700 alumnos de diferentes niveles educativos: desde primaria a bachiller, utilizando una encuesta de elaboración propia, encontraron que 10,7% había acosado a otra persona, al menos una vez mediante las TIC. Encontraron mayor proporción de acosadores entre los chicos. Entre los motivos que aducían los agresores aseguraban: “Porque me provocan”. Los alumnos de quinto de primaria destacaban como acosadores.

d. Estudios del Cyberbullying de Rosario Ortega, Calmaestra, J. y Joaquin Mora-Merchán (2008). Sobre una muestra de 830 escolares de educación secundaria, entre 12-18 años, mediante un cuestionario específico adaptado sobre cyberbullying, (Smith, 2006) en el que se tienen en cuenta dos niveles de gravedad: moderado u ocasional (menos de una vez por semana) y severo (una vez o más por semana), y dos formas de ejercer la violencia: a través del teléfono móvil y por Internet. Encontraron una prevalencia general del 26,6%, siendo de carácter severo en el 3,8% de los encuestados (1,7% agresores; 1,5% víctimas y 0,6 agresores victimizados) y de forma moderada en el 22,8% de los casos (5,7% agresores; 9,3% víctimas y 7,8 agresores victimizados). Encontraron diferencias significativas por sexo, siendo las chicas las más victimizadas en general. La variable edad no resultó significativa e. Cyberbullying en Adolescentes, de Esther Calvete, Izaskun Orue, Ana estevez, Lourdes Villardón y Patricia Padilla (2010). Sobre una muestra de 1431 escolares de entre 12 y 17 años, mediante el cuestionario sobre cyberbullying (Smith et al, 2006), encontraron que el 44,1% de los adolescentes respondieron afirmativamente, al menos a uno de los ítems; es decir, al menos una vez a la semana había ejercido algún tipo de violencia a través del móvil o de Internet, siendo la prevalencia mayor entre los chicos (47,8% frente al 40,3%). Las diferencias son especialmente significativas con respecto a las acciones con carácter severo; es decir cuando aumenta la frecuencia de ocurrencia. Siendo los escolares de entre 13 y 15 años los que presentan mayor índice de agresividad. Conclusiones-discusión La violencia a través de las TIC ejerce un atractivo entre los jóvenes como forma de diversión (Smith, et. al. 2008), hasta el punto de asegurar que: “No pasa nada”, “Solo lo hacemos para entretenernos”. Las nuevas tecnologías propician un nuevo instrumento para agredir con unos ingredientes que pueden traspasar el espacio y el tiempo. Por una parte, los ataques se perpetran desde el anonimato y en un foro que puede ser compartido por miles de sujetos, dando la oportunidad, incluso, de pasar de mero espectador a actor. De otro lado, la sensación de simultaneidad y omni-ubicuidad hacen que la vulnerabilidad de la víctima se eleve a límites exponenciales. Los estudios citados facilitan algunas conclusiones relevantes: ●

Incidencia apreciable y en posible aumento. Si los estudios sobre los índices de participación en bullying hablan de unos porcentajes en torno al 20% de los escolares (Cerezo, 2009), los estudios del cyberbullying ya lo sitúan por encima de estos niveles e incluso aseguran que casi la mitad de los jóvenes ha empleado, al menos una vez en la semana, estos medios para ejercer violencia contra otros (Calvate, et. al, 2010).

● ●

Escenario extraescolar. Es preocupante el tiempo que los escolares dedican al uso de las tecnologías “sin control”; es decir, no existe ni control de los contenidos descargados, ni del uso que se hace de las TIC, que, unido a la oportunidad para la desinhibición que brinda el anonimato, contribuye a emplearlas como forma de agresión, además de aumentar la sensación de impunidad e inocuidad, ya que en muchos casos los agresores no lo reconocen como tal, sino como diversión. Los roles según sexo sitúan a los chicos en mayor proporción como agresores que a las chicas, siendo a la inversa cuando se trata del rol de víctima. Se aprecian diferencias en las formas de contactar según sexo. Las chicas emplean formas que incluyen texto con mayor frecuencia que los chicos. Las víctimas reconocen que el acoso mediante fotos-vídeos es más impactante que mediante texto. La mayoría de los adultos no son conscientes del enorme potencial que las TIC encierran como medio de ejercer y recibir acoso entre los jóvenes.

Por todo lo anterior, podemos asegurar que el cyberbullying constituye una forma específica de acoso entre escolares. Las conclusiones nos permiten situar el problema en su inicio. Estamos en condiciones de establecer los medios oportunos para prevenirlo y controlarlo desde un planteamiento de intervención psicoeducativa grupal e individual (Cerezo, Calvo y Sánchez, 2011). Las estrategias para controlar el cyberbullying pasan por la retirada de apoyo a la violencia y la valoración de la víctima. Entendemos que se hace urgente, en primer lugar, comenzar por una tarea de concienciación que dé a conocer este tipo de maltrato y sus consecuencias, y debilite el apoyo a la violencia desde el grupo de iguales; en segundo lugar, acometer el análisis de la realidad escolar. Para ello, teniendo en cuenta el carácter oculto de este fenómeno, debemos ser conscientes de que solo propiciando la comunicación podremos conocer su alcance. Las propuestas de intervención, planificadas para los diferentes sectores con acciones específicas tanto para el abordaje terapéutico con la víctima, con el agresor y con el grupo de iguales y la familia deben incluir el conocimiento de los riesgos asociados a las TIC y estrategias de afrontamiento y resolución de conflictos. Reflexiones de la editora Alejandra Ojeda-Sampson: El artículo muestra cómo las formas de violencia, en este caso entre compañeros de escuela, puede irse extendiendo acorde a las nuevas maneras de comunicación. Ya no se requiere un espacio físico directo del victimario con la víctima para que ocurra o pueda darse la forma de intimidación, ahora se puede lograr a través del ciberespacio. En este sentido, la importancia principal de este artículo son los múltiples señalamientos que realiza para mostrar los alcances del bullying, ahora convertido en ciberbullying y cómo además la o las víctimas pueden pasar de un grupo relativamente reducido de sujetos a otro de alcances mucho mayores, pues el medio informático lo permite. Ahora la necesidad de mayor información sobre este fenómeno adquiere mayor relevancia para el abordaje adecuado a tal problemática. Es por ello que este artículo contribuye a tal necesidad. Reflexiones de la editora Miriam Pardo-Fariña: El artículo realiza una revisión del concepto bullying y sus implicancias al profundizar en las nociones específicas referidas al ciberbullying. Por otra parte, el artículo presenta una revisión proporcionada desde diversas fuentes para dar

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cuenta del fenómeno, resultando interesante a partir de una mirada descriptiva del problema. Las sugerencias brindadas en las conclusiones acerca del ciberbullying y que la autora presenta y describe a cabalidad, a saber: concientización acerca del problema, revisión del contexto escolar en el que acontece, comunicación al respecto, etc., termina englobando recomendaciones susceptibles para ser empleadas también en otros tipos de bullying escolar, constituyéndose en un material interesante principalmente para padres y pedagogos.

Ybarra, M.L. y Mitchell, K. J. (2007). Prevalence and frequency on Internet harassment instigation: implications for adolescent health. Journal of Adolescent Health, 41, 189-195.

Referencias bibliográficas AA.VV. (2007). Violencia escolar. El maltrato entre iguales en la ESO. Madrid: Informe de la Oficina del Defensor del Pueblo. Álvarez, D., Núñez, J.C., Álvarez, L., Dobarro, A., Rodríguez, C. y Gonzalo, P. (2011). Violencia a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en estudiantes de secundaria. Anales de Psicología, 27(1), 221-231. Buelga, S., Cava, M.J. y Musitu, G. (2010). Cyberbullying: victimización entre adolescentes a través del teléfono móvil y de Internet. Psicothema, 22(4), 784-789. Calvete, E., Orue, I., Estévez, A., Villardón, L. y Padilla, P. (2010). Cyberbullying in adolescents: Modalities and aggressors’ profile. Computers in Human Behavior, 26, 1128-1135. Cerezo, F. (2009). Bullying: Análisis de la situación en las aulas españolas. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 9 (3), 383395. Cerezo, F., Calvo, A.R. y Sánchez, C. (2011). El programa CIP para la intervención específica en bullying. Madrid: Pirámide Farrington, D.P., Ttofi, M.M. (2011). Bullying as a predictor of offending, violence, and later life outcomes. Criminal Behaviour and Mental Health, 21, 90-98. Garaigordobil, M.T. (2011). Prevalencia y consecuenciasdelcyberbullying. Internacional Journal of Psychology and Psychological Therapy, 11(2), 233-254. Gimenez, A. M. y Maquilón, J.J. (2010). Incidencia del cyberbullying en los centros educativos de la región de Murcia. Comunicación presentada al I Congreso Internacional Virtual de Formación del Profesorado. Murcia, 2010. Olweus, D. (1993). Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Madrid:Morata Ortega, R., Calmaestra, J. y Mora-Merchán, J. A. (2008). Cyberbullying.International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 8(2), 183-192. Sanmartin, J. (2010). Concepto y tipos de violencia. En J. Sanmartín; R. Gutierrez, J. Martínez y J. L. Vera. Reflexiones sobre la violencia. Siglo XXI. (11-33) Serrano. I. e Iborra, I. (2006). Violencia entre compañeros en la escuela. España. 2005. Valencia: Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia. Smith P.K. (2006). Ciberacoso: naturaleza y extensión de un nuevo tipo de acoso dentro y fuera de la escuela. Paper presentado al Congreso Educación. Palma de Mallorca. Smith, P.K., Mahdavi, J., Carvalho, M., Fisher, S., Russel, S &Tippet, N. (2008). Cyberbulling: its nature and impact in secondary school pupils. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 49(4), 376-385. doi: 10.1111/j.1469-7610.2007.01846.x Willard, N. (2007). Educator’s guide to cyberbullying and cyberthreats. Se puede extraer desde: http://www.cyberbullying.org/cyberbully/docs/cbteducator.pdf

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Psique: Breve reflexión psicoanalítica acerca del bullying Brief psychoanalytic thinking about bullying Claudio-Alejandro Reyes-Lozano (1986, chileno, Universidad Nacional Andrés Bello, Chile) c193@hotmail.com

Resumen La presente exploración aspira a formalizar de manera coherente el fenómeno social que usualmente reconocemos a través del vocablo de origen anglosajón bullying. La formalización de este fenómeno se elaborará alrededor del espectro teórico del psicoanálisis de orientación lacaniana. Por lo tanto, el objetivo cardinal de esta investigación, a pesar de que pueda rozar con algunos análisis sociales, ambiciona a ser definitivamente una reflexión clínica que proyecta como fin suministrar ciertos trazos a cualquier analista comprometido tanto con el trabajo infantojuvenil como el adulto. Si bien sabemos que la agresividad y la violencia son dos temas tradicionales que los psicoanalistas formalizaron desde Freud. Hoy en día, probablemente porque hace solo escasos años este fenómeno social comenzó a ser promovido de forma reiterada a la luz pública, el bullying o matonaje escolar no ha recibido excesiva atención en la doctrina psicoanalítica y mucho menos en la de orientación lacaniana. No obstante, a pesar de este contexto, consideramos que el psicoanálisis tiene mucho que decir respecto. El método utilizado para esta investigación fue teórico-bibliográfico. De esta manera se empleó tanto literatura psicoanalítica como literatura ceñida al fenómeno del bullying. Por último, por medio del método recién expuesto, nos hemos visto conducidos a razonar que la subjetividad de gran parte de las víctimas de bullying queda suspendida angustiosamente: en la angustia de la víctima, al encontrarse aislada-segregada de todo lazo social, queda excluida del deseo que este último conlleva. Por lo tanto, y es la arista que pretendemos continuar desarrollando, la dirección de la cura en estos casos se relaciona con establecer nuevamente el lazo social por medio de la operación de la transferencia simbólica. Palabras clave: aislamiento-segregación, angustia, bullying, deseo, lazo social, sujeto Recibido: 30-05-2012 → Aceptado: 19-06-2012

Cítese así: Reyes-Lozano, C. A. (2012). Breve reflexión psicoanalítica acerca del bullying. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 30-34. Abstract This examination aims to formalize consistently the social phenomenon that usually recognize through the Anglo-Saxon word bullying. The formalization of this phenomenon is develop around the theoretical spectrum of lacanian psychoanalysis, so the cardinal objective of this research, although it may come in contact with social analysis, it aspire to be definitely a clinical reflection that project be designed to provide certain traces to any analyst who works with child, adolescent or adults. While we know that aggression and violence are two issues formalized for traditional psychoanalysis since Freud, today, probably because just a few years ago this social phenomenon began to be promoted repeatedly in to the public light, the school bullying has not received much at-

tention in the psychoanalytic doctrine and much less in the lacanian orientation. However, despite this context, we believe that psychoanalysis has much to say about him. The method used for this research was theoretical-bibliographic, in this way we used psychoanalytic literature and literature tied to the phenomenon of bullying. Finally, through the newly exposed method, we were led to think that much of the subjectivity of the bullying victims is anxiously suspended: namely the victim, to be isolated-segregated from all social tied, is excluded from the desire the latter entails. Therefore, and is the way we intend to further develop, the direction of the cure in these cases is related to re-establish the social bond through the symbolic transfer operation. Key words: anguish, bullying, desire, isolation-segregation, social bond, subject

Introducción Estamos al tanto que desde Freud, debido a la paciente de Joseph Breuer bautizada como Anna O, la materialidad que se instala en toda experiencia clínica es aquello que denominamos como la materialidad de la palabra: específicamente lo que el padre del psicoanálisis denominó como talking cure en sus Estudios sobre la Histeria. De esta manera, la lógica de la palabra, que emplazaremos desde Lacan como la lógica del significante, sugiere que en el instante que enunciamos algún vocablo al unísono, y no por nada, se despliega aquello que es imposible de ser representado por esta materialidad: concretamente la palabra no puede representar la cosa en sí, lo real de la muerte. De esta forma observamos que la etimología de la palabra bullying, o matonaje en español, hace alarde de esta dimensión más allá del significante que denominamos, obviamente bajo el calibre de la pulsión de muerte, como más allá del principio del placer. Por consiguiente, el fenómeno del bullying, si es que asumimos la decisión de relacionarlo con las nociones de la célebre vivencia de dolor freudiana, consigue ser formalizado psicoanalíticamente al presentar en la gran parte de sus víctimas una experiencia angustiosa que se dirige más allá de todo placer otorgado por el lazo social. De esta manera, la dirección de la cura asume el quehacer de subjetivizar nuevamente a las víctimas de bullying y, así, restablecer aquel lazo social y deseo quebrantado por la violencia del matón: la operación clínica llamada a este restablecimiento simbólico es la transferencia. A fin de conseguir los objetivos recién desplegados, convenimos implantar una metodología teórico-bibliográfica que comprenderá tanto las obras psicoanalíticas de Sigmund Freud y Jacques Lacan, como también algunos textos sociales referidos específicamente al fenómeno del bullying hoy en día. Por lo tanto, el presente artículo suministrará una perspectiva particular, como pocas veces antes vistas, sobre el fenómeno del bullying examinado a través de la bisagra de la clínica psicoanalítica de orientación lacaniana.

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Reflexión-exposición Constantemente advertimos que nuestra práctica clínica se caracteriza por trabajar con un material particular y exclusivo de la dimensión humana. Este material no es otra cosa que lo que ha sido denominado hace algún tiempo con la terminología de la palabra. Con respecto a esto solo nos basta recordar el neologismo formulado por Jacques Lacan en su conferencia de Ginebra de 1975, concretamente en el momento que el psicoanalista francés anuncia a los presentes la función que tiene la dimensión de la palabra en análisis. En resumidas cuentas, el vocablo que utilizó para hablar de esta dimensión tan particular es Moterialisme. ¿Qué quiere decir esto? Específicamente este neologismo francés evoca de forma equívoca la acepción Mot que se traduce como “palabra”, y la expresión Materialisme, que se traduce como “materialismo” para explicitarnos la materialidad de la realidad significante. “Es, si me permiten emplearlo por vez primera, en ese materialismo (materialismo de la palabra) donde reside el asidero del inconsciente ―quiero decir que es lo que hace que cada cual no haya encontrado otras maneras de sustentar lo que recién llamé el síntoma” (Lacan, 2010: 126). De esta manera, lo sabemos por experiencia, acérrimamente valoramos como un tesoro a toda palabra que la particularidad de nuestros pacientes nos procuran en cada sesión. Concretamente es en esa materialidad simbólica donde encontramos el asidero del síntoma y el inconsciente. En consecuencia, si nos atenemos de manera sólida a esta consigna, podremos entender las razones por las que en un principio acogemos la demanda simbólica de cualquier sujeto como también, porque precisamente emerge en ese lugar palabra, que cada individuo pone en juego su sufrimiento y su subjetividad. Por otro lado, la dimensión materialista de la palabra también se pone en juego cuando un analista asume como posición transmitir a una comunidad científica un cierto saber relacionado con su actuar clínico. Concretamente esta dimensión, aunque se localice fuera de las cuatro paredes del consultorio, también es denominada como clínica en tanto es el analista por medio de la palabra quien pone en juego su subjetividad ante un otro representado por la comunidad. De esta manera, si continuamos con este razonamiento, la posición del analista marcha hasta conseguir instaurarse como analizante en tanto transmite como sujeto un saber. Recordemos brevemente cuando Lacan menciona en su Apertura de la sección clínica de Vincennes de 1977 que hacer clínica es justamente demandar al analista cuestionar el dispositivo analítico como también su actuar: “¿Nadie más va a entrometerse en esto? La clínica psicoanalítica debe consistir no solo en interrogar al análisis, sino también en interrogar a los analistas, de modo que éstos hagan saber que de su práctica tiene de azarosa, y que justifique a Freud el haber existido” (Lacan, 1977: 5). ¿Qué tiene que ver lo recién desarrollado con nuestra exploración? Bajo la rúbrica recién expuesta nos percatamos que tanto analista como analizante en determinado momento del dispositivo clínico, particularmente en el instante donde algunos de los dos emprenden la faena de articular alguna palabra, promueven el advenimiento de un sujeto. En otras palabras, y es lo que aspiramos desplegar en este proceso, es precisamente en el acto de hablar donde aquel individuo que se asumía como una totalidad inviolable evidencia una grieta inherente a la dimensión simbólica que lo determina ¿Qué quiere decir esto? Que la materialidad de la palabra enunciada por aquel que asume el acto de habla produce al unísono una dimensión que nada tiene que ver con esta y que Lacan denominó en

La Tercera, para diferenciarlo del goce fálico simbólico, como goce del Otro: “En ese goce Otro se produce lo que muestra que así como el goce fálico esta fuera-de-cuerpo, en esa misma medida el goce del Otro esta fuera-de-lenguaje. Fuera-de-simbólico, pues a partir de esto, a saber, a partir del momento en que se pesca aquello que en el lenguaje hay ¿Cómo decirlo? De más vivo o de más muerto, a saber, la letra, únicamente allí tenemos acceso a lo real” (Lacan, 2010: 106). Esta última afirmación evidencia en nuestra práctica clínica que la materialidad de la palabra enunciada por nuestros pacientes no es todo lo que ahí se juega. Efectivamente esta última, al ser articulada, origina una sustancia que va más allá de sí misma y que es, por lo tanto, imposible de ser representada por el significante ¿Qué quiere decir que la palabra al producir esta otra dimensión no la puede representar? Para desplegar esta lógica de pensamiento es inevitable referirnos a la formalización lacaniana denominada como objeto a, que encontramos en La tercera, particularmente en el momento que el psicoanalista francés solventa nombrar a este objeto como letra para distinguirlo así de la dimensión simbólica vinculada a la palabra. Es atrayente destacar, si retomamos la cita anterior, que Lacan, al introducir la concepción de letra, indica la existencia de algo de más vivo o de más muerto en el lenguaje, un exceso en tanto real, y es 1 justamente este exceso en tanto que es de más muerto , el que se conduce a un más allá del lenguaje. En términos más austeros, aquel objeto a/letra es imposible de representar dado que no hay palabra ni imagen que represente a la dimensión vacía de la muerte. Si logramos razonar el aprieto de discernir a este más allá de la palabra humana, en tanto produce una dimensión irrepresentable para ella que se encuentra ligada al vacío de la muerte, incurrimos en una paradoja propia de la clínica analítica, y que hemos resuelto transcribir por medio de una pregunta inagotable y legítima en nuestro actuar: ¿qué se transmite en el psicoanálisis si no todo pasa por la palabra? Lacan intento zanjar este embrollo a través de la utilización clínica de la topología moderna en tanto que, según sus propias palabras, esta última es la letra de lo real. De ahí justamente la formalización topológica del objeto a en tanto vacío irrepresentable. No obstante, si bien esto último es incuestionable, a nuestro parecer existen una gama de significantes que aún nos revelan la correspondencia efectiva entre la materialidad de la palabra y su más allá anudado al vacío de la muerte: concretamente este es el caso de la palabra bullying. Previo a emprender cualquier análisis en torno a la palabra bullying, nos gustaría enfatizar un rasgo metodológico que los analistas en algunos momentos utilizamos. Concretamente, aunque ya lo había adoptado muchas veces antes, este rasgo lo acentuó Lacan en el Seminario X, La angustia. De esta manera, el psicoanalista francés nos señala que siempre es oportuno respecto a cualquier investigación concernida al proceder de las palabras, en tanto esta última es nuestra materialidad clínica, acudir al conocimiento etimológico. Específicamente comenta que “ver la etimología no implica ninguna superstición, me sirvo de ella cuando me sirve” (Lacan, 2011: 18). Por lo tanto, para Lacan acudir a la etimología es sinónimo de aquella persona que sabe emplearse de la materialidad de las palabras. Nosotros pretenderemos operar de igual forma con el significante bullying, para así advertir su configuración en la clínica analítica.

1

Mención a la pulsión de muerte.

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Estamos al tanto que la palabra bullying es de origen anglosajón y que, por ello, es ineludible para los fines de esta exploración conseguir una traducción minuciosa de esta al español. Concretamente el diccionario Inglés-Español del grupo editorial Océano de España sugiere que el significante bullying en realidad emana de la palabra bully, y que en nuestra lengua se traduce como Matón. Por lo tanto, lo que este diccionario nos da a entender que la terminación de ing que hayamos en la palabra bullying expresa la acción del Matón. En otras palabras, lo que conocemos como matonaje. ¿Por qué razón es ineludible para nuestra exploración esta traducción al español de la palabra bully o bullying? La respuesta la expondremos a continuación. Por medio del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española advertimos que la palabra matón asume una acepción clara que refiere a aquel “hombre jactancioso y pendenciero, que procura intimidar a los demás” (1995: 1337). Es justamente este significado el que se enlaza de manera clara con el fenómeno social designado como bullying. Sin embargo, y es precisamente en pos de la faena etimológica que nos hallamos realizando, este diccionario también nos señala que el término matón desciende de la palabra matar y esta última, según la primera acepción de este mismo diccionario, significa “Quitar la vida” (1995: 133), que para nosotros, los analistas, es sinónimo de dar la muerte en tanto que quitar y dar, ausencia y presencia, son las dos caras de una misma moneda. Por lo tanto, es precisamente en este territorio en que se quita la vida y se da la muerte donde debemos encaminarnos para analizar el fenómeno bullying desde una mirada clínica. Es así que el término de matón o matonaje es una de esas pocas palabras que intenta enunciar aquello imposible de ser articulado, que al ser quitado se da, en otras palabras, la muerte. Entendiendo esta lógica, ¿de qué manera conseguimos un razonamiento clínico de aquella dimensión que quita la vida y da la muerte que nos ilustra tan bien el fenómeno del bullying? Específicamente este razonamiento de quitar o dar se formaliza en la experiencia analítica al desplegar el imprescindible y controversial principio freudiano denominado como más allá del principio del placer y su relación, no por nada aquí no encontramos hablando justamente de ello, con la muerte: la pulsión de muerte. Advertimos así que en el momento que articulamos aquí la muerte, en tanto es aquello que quita la vida, no nos referimos a la muerte física sino, muy al contrario, hablamos de una experiencia subjetiva particular ¿Qué quiere decir esto? Estamos al tanto que Lacan en su Seminario VII, titulado como La ética del psicoanálisis, expone bajo la lectura del Proyecto de psicología para neurólogos de Freud formalizar este más allá del principio del placer vinculado a la muerte por medio de las dos primeras experiencias constitutivas de la subjetividad humana: la experiencia de satisfacción y la de dolor. Específicamente el psicoanalista francés nos indica que Freud, al desarrollar la experiencia de satisfacción en un neonato, insinúa que “el organismo humano es, en un principio, incapaz de realizar una acción específica, realizándola por medio de la asistencia ajena, al llamar la atención de una persona experimentada sobre el estado en que se encuentra el niño, mediante la conducción de la descarga por la vía de la alteración interna (por ejemplo, mediante el llanto del niño). Esta vía de descarga adquiere así la importantísima función secundaria de la comunicación con el prójimo, y la indefensión original del ser humano se convierte así en la fuente primordial de todas las motivaciones morales” (Freud, 2003: 229). ¿Por qué esta

cita es importante? Lacan observa en esta que la mítica experiencia de satisfacción de un recién nacido, basada originalmente en una necesidad biológica, gracias a la ayuda de un agente externo, será a posteriori el sostén de toda dimensión simbólica vinculada a la comunicación humana. Específicamente aquí notamos el origen de la dimensión simbólica del otro, en tanto ayuda externa, sometida al mecanismo psíquico del principio del placer al realizar la acción específica. En otras palabras, y continuando con este razonamiento, es solo llevando a cabo la acción específica con el auxilio de esta persona externa que, por ejemplo, puede ser la madre en el clásico ejemplo freudiano de la alimentación, donde el niño constituye esta mítica experiencia de satisfacción y, a diferencia de la experiencia de dolor, al mismo tiempo instaurará una representación de aquella experiencia que promoverá un particular recuerdo simbólico. Este último es lo que llamamos en psicoanálisis deseo. De esta manera, Lacan es consciente que esta ayuda externa es el fundamento que promueve después el mecanismo representacional psíquico que denominamos como otro, vinculado al principio del placer y, por ende, al deseo. Como vemos, este razonamiento expuesto por Lacan en el Seminario VII es explícitamente freudiano. En otras palabras, en el momento que el sujeto intenta repetir la experiencia mítica de satisfacción “no es a esta a quien hallamos, sino sus coordenadas de placer; ese estado de desearlo y de esperarlo en el cual será buscado en el nombre del principio del placer” (Lacan, 2007: 68). Sin embargo si sabemos que la experiencia de satisfacción promueve la constitución del deseo y el principio del placer, ¿qué función asume en la subjetividad |la experiencia de dolor? Recordemos que Freud designará al resultado de la experiencia de dolor con el nombre de afecto. Esta idea no cambiará en su teoría. Evoquemos, por ejemplo, su texto titulado Inhibición, síntoma y angustia, publicado unos veinte años después del Proyecto de psicología para neurólogos, y veremos que propone una lógica similar. Concretamente Freud en Inhibición, síntoma y angustia señalará que “los estados afectivos se hallan incorporados a la vida anímica como precipitados de sucesos traumáticas primitivos y son revividos como símbolos mnémicos en situaciones análogas a las de dichos antiquísimos sucesos” (Freud, 2005: 2837). De esta manera nos debemos preguntar: ¿cuál es el suceso traumático que se descubre en la experiencia de dolor e induce aquellos estados afectivos? Específicamente la experiencia de dolor se instituye en el segundo puesto que la necesidad biológica del neonato no es satisfecha por el agente externo que viene a ayudarlo. En otras palabras, la experiencia de dolor se constituye en el momento en que el agente externo, el otro, no consigue efectuar la acción específica que adormezca la tensión energética del incipiente sujeto. Así nos percatamos que en esta experiencia, que posteriormente será denominada por Freud como experiencia traumática, es causada por una insatisfacción primordial que introduce en la subjetividad un afecto radicalmente desanudado del significante. Concretamente este es un afecto que no consigue ser reabsorbido a través de la función comunicativa del otro y que Lacan nos señala como origen de la angustia: “¿Qué es la angustia? Hemos descartado que es una emoción. Y para introducirla, diré: es un afecto” (Lacan, 2010: 23). De esta forma, escrutando en la experiencia de dolor freudiana, el psicoanalista francés nos enseña la existencia de una dimensión radicalmente heterogénea al principio del placer derivado de la experiencia de satisfacción. Es decir, Lacan, releyendo el texto freudiano, observa que en la experiencia de dolor, al no presentarse la ayuda externa de un otro que permita la satisfacción de la acción específica en el neonato, se produce

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un recuerdo afectivo que no ostenta representación simbólica alguna en la subjetividad y que denominaremos por su cara traumática como angustia. Por ende, la dimensión del afecto, en este caso de la angustia originada por la experiencia de dolor, es aquella que va más allá del lazo simbólico suscitado en y por el otro, específicamente esta experiencia inducirá en el incipiente sujeto un primer contacto con la dimensión de la muerte, que denominaremos desde ahora como más allá del principio del placer. De esta forma, es oportuno interrogarnos sobre qué tipo de muerte estamos hablando, puesto que nos referimos a la muerte del lazo comunicativo, a la muerte del lazo socio-simbólico que promueve, en condiciones ideales, una experiencia de placer donde el sujeto es reconocido por aquella dimensión que representa lo social y que hemos denominado como otro. Sin embargo, la experiencia de dolor, en tanto causante de ese más allá vinculado a la muerte del lazo social nos exhibe el no reconocimiento del sujeto por parte del Otro, este último se encuentra completamente ausente, al igual que el sujeto, en la experiencia de dolor. Por lo tanto, el afecto angustioso, basado en la ausencia de lazo social simbólico, incitará la presencia insoportable y angustiosa de la muerte. El fenómeno del bullying, en tanto la propia etimología de la palabra lo refiere como a aquello que quita-ausenta la vida y da-presenta la muerte, es privilegiado para la clínica psicoanalítica porque nos evidencia a cabalidad cómo hoy en día se puede razonar la experiencia de dolor freudiana y su consiguiente afecto angustioso. En otras palabras, las víctimas de bullying, al igual que el sujeto que sobrelleva la experiencia de dolor, al sufrir esta violencia injustificada, se le quita-ausenta el lazo social representado por el otro y se le da-presenta el afecto angustioso ligado a la muerte y la exclusión. Solo basta leer la descripción realizada por Andrea Bustos en su estudio titulado Bullying: problemática transversal a nivel escolar, que se encuentra en la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, para darnos cuenta que nuestra formalización analítica no se halla tan alejada de la realidad. En este estudio, la autora menciona que “las consecuencias que provoca el bullying para el sujeto maltratado son muchas, este queda expuesto física y emocionalmente ante el maltratador, generándose consecuencias psicológicas; el acosado vive aterrorizado con la idea de asistir a la escuela, se pone nervioso, triste y solitario en su vida diaria y en algunos esto lo puede llevar al suicidio” (Bustos, 2009). En ese sentido, la descripción recién expuesta nos muestra que el sujeto que ha experimentado de violencia física y emocional arrastra como consecuencia al menos dos posiciones que estructuralmente es una y la misma. En primer lugar, el matón segrega socialmente a la víctima por medio de la violencia. Y en segundo lugar, la víctima, debido al terror de repetir un trauma similar, posteriormente se aísla de todo mundo social. De esta manera, ambas posiciones recién señaladas transitan en un lugar homólogo que llamaremos, dependiendo si hablamos de la víctima o el matón, como aislamiento-segregación de todo lazo simbólico. Estos dos lugares, que representan la exclusión socio-simbólica que sufre la víctima de bullying, se anudan de forma estructural en la experiencia clínica al compartir aquel afecto angustiante ligado a la muerte del lazo social, que en algunos casos puede llegar a tal extremo como el suicidio, pasaje al acto del sujeto. Conclusiones-discusión La pregunta clínica que convenimos hacernos en este momento es la siguiente. Si la víctima de bullying, debido al aislamiento-segregación que sufre, presenta aquel afecto angustioso que va más allá de cualquier lazo social, ¿cómo restablecer entonces su universo simbólico? Para conseguir

restituir esta dimensión convenimos, en la experiencia clínica, en-causar nuevamente el deseo del sujeto. De esta manera, hay que preguntarse qué operación clínica promueve el deseo del sujeto en la experiencia analítica. Para restablecer el deseo, y por ende la subjetividad de la víctima de bullying, la operación clínica que lo causa la denominamos en análisis como trasferencia. Concretamente está “en ese punto de encuentro donde es esperado el analista. En tanto que al analista se le supone saber, también se le supone salir al encuentro del deseo inconsciente” (Lacan, 2006: 243). Por lo tanto, como nos recuerda Lacan, la única manera de restituir el deseo clínicamente es a través de la trasferencia simbólica impulsada por la materialidad del significante: es la única forma de sobrellevar aquel afecto angustioso promoviendo una nueva forma de lazo social en el sujeto abusado. Reflexiones de la editora Alejandra Ojeda-Sampson: el artículo es interesante para el tema que ocupa dado el enfoque que presenta el autor, particularmente desde el psicoanálisis. Con el abordaje de lo simbólico y del planteamiento social, se presenta una manera distinta de ver el bullying, pues ahora no solamente se habla de un victimario, sino de una víctima que a la vez es victimario. Lo más importante de este artículo es que, independientemente de estar de acuerdo o no con la manera de abordar el fenómeno, resulta interesante la perspectiva del autor. De esta manera se abren más posibilidades de discusión y, por lo tanto, de construcción de conocimiento hacia un tema de interés social por las múltiples facetas que presenta. Reflexiones de la editora Miriam Pardo-Fariña: el artículo resulta interesante desde la mirada psicoanalítica, específicamente desde los aportes de Jacques Lacan. Presentando como principal argumento la caída del lazo social, tal alienación no sólo recaerá en la víctima sino que también en el victimario, al quedar ambos apresados en la presencia angustiosa de lo mortuorio entendido como más allá del principio de placer. El autor concederá importancia al restablecimiento de lo simbólico dramáticamente fracturado cuando se produce esta caída, la que queda palpable en el fenómeno del bullying. Para tal efecto, resultará interesante favorecer a quien se hace parte de tal matonaje trabajando con el sujeto desde el ámbito clínico en donde la dirección de la cura, enlazada a la transferencia, encauzará el deseo para encontrar un lugar en el otro simbólico. Me parece que los énfasis del autor quedan puestos en un recorrido que realiza a partir de Lacan y los conceptos seleccionados, restando espacio al desarrollo de su propuesta acerca del trabajo con la transferencia simbólica que podría haberse enriquecido más y que sólo aparece explicitado en las conclusiones. No obstante lo anterior, el artículo queda dirigido a un público más selecto debido a la especificidad de conceptos trabajados y que requieren de base teórica para su comprensión. Aun así, me parece que puede ser entendido desde una captación global. Referencias bibliográficas Bustos, A. (2009). Bullying: problemática transversal a nivel escolar. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. Extraído el 15 de mayo de 2012 a través de: http://www.bcn.cl/carpeta_temas_profundidad/bullyingacoso-escolar-problema-transversal Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. (1995). España: Ed. Espasa Calpe. Diccionario Inglés-Español (1989). España: Grupo editorial Océano. Freud, S (2003). Obras completas tomo 1. Proyecto de psicología para neurólogos. Buenos Aires: El Ateneo.

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----------- (2005). Obras completas tomo 3. Inhibición, síntoma y angustia. Buenos Aires: El Ateneo. Lacan, J (2011). El seminario de Jacques Lacan: libro 10: La angustia. Buenos Aires: Paidós. ---------- (2007). El seminario de Jacques Lacan: Libro 7: la ética del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós. ---------- (2006). El seminario de Jacques Lacan: Libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales. Buenos Aires: Paidós. ---------- (2010). Intervenciones y textos 2. Buenos Aires: Manantial. ---------- (1977). Ornicar? Nº 9. Apertura de la sección clínica. Ed. Jacques Alain Miller.

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Psique+: Hablar y callar, o del poder y la iatrogenia en un imaginario sociocultural To talk and keep silence or the power and iatrogenesis in a social and cultural imaginary Marcos-Agustín Cueva-Perús (1965, ecuatoriano, Universidad Nacional Autónoma de México, México) cuevaperus@yahoo.com.mx

Resumen Desde una perspectiva teórica a la vez psicoanalítica y sociológica, este artículo muestra los riesgos de una desigualdad en la relación terapeutapaciente, cuando el primero ejerce poder por haber confundido rol y estatus y privilegiado el segundo a costa del primero. Si no toma distancia frente al imaginario cultural, con ese poder el terapeuta puede dar un segundo golpe que agrave un padecimiento y llegar a una práctica carente de escucha. Este es un riesgo latente en una cultura como la mexicana, que con mucha frecuencia mueve a la confusión referida y a la primacía del estatus sobre el rol. Aquí partimos de definiciones sociológicas de base para demostrar el modo en que se ponen en marcha mecanismos psicológicos y casos precisos de abuso de poder. Palabras clave: estatus, poder, proyección, psicoterapia, rol. Recibido: 26-03-2012 → Aceptado: 31-05-2012

Cítese así: Cueva-Perús, M. A. (2012). Hablar y callar, o del poder y la iatrogenia en un imaginario sociocultural. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 35-40. Abstract From a theoretical perspective, simultaneously psychoanalytic and sociological, this article shows the risks of an inequality in the relation therapist - patient, when the first one exercises power for having confused rolls and status. If it does not take distance, opposite to the cultural imaginary, with this power the therapist can give the second blow that aggravates a suffering and come to a practice lacking in listening. This is a latent risk in a culture as the Mexican one, which with great frequency moves to the above-mentioned confusion and to the supremacy of the status on the roll. We depart here from sociological definitions to demonstrate the way in which psychological mechanisms and precise cases are started and they create abuse of power. Key-words: power, projection, psychotherapy, role, status.

Introducción Este artículo analiza un procedimiento frecuente en la práctica psicoterapéutica actual, incluida con cierta frecuencia la psicoterapia de orientación psicoanalítica: al mismo tiempo que suele ser singularizado tal o cual padecimiento, con lo cual la responsabilidad recae en gran medida en el paciente, este es conminado a adaptarse a su entorno, sin que este segundo se vea obligado a nada, y mucho menos a cambiar. El problema del imaginario social y cultural queda con mayor frecuencia excluido del proceso de sanación. Sin embargo, ese imaginario puede agravar algunos padecimientos si resulta permisivo con el abuso de poder. Las posibilidades de que ocurra una iatrogenia de este tipo ―un doble golpe psicológico, cuando ocurre que el psicoterapeuta abusa de un poder social― son

mayores en sociedades en las cuales la negociación de estatus y las relaciones de fuerza son vistas como importantes para “adaptarse”. Como parte de los problemas que enfrenta la práctica psicoterapéutica, interesa aquí plantear el problema del habla y la escucha en la sociedad mexicana, en relación con la confusión de rol y estatus en las relaciones sociales. Si no hay respeto por el intercambio entre iguales, y si no hay apertura al habla ni a la escucha, el supuesto poder terapéutico puede provocar lo que debiera evitar: un segundo golpe psíquico al paciente, que se ve entonces imposibilitado para la resiliencia. Este golpe lo da el psicoterapeuta si es incapaz de distanciarse del imaginario social y cultural traumatizante. Para explicar esta problemática, utilizaremos en este texto instrumentos a la vez sociológicos y psicoanalíticos. La psicoterapia: ¿una demanda contradictoria? Más de una escuela psicoterapéutica, sobre todo mediante sus “practicantes/intérpretes” (pensamos en la psicología cognitivo-conductual, en la racional emotivo conductual y hasta cierto punto en el psicoanálisis de Otto Kernberg, para quien la realidad es siempre la realidad “socialmente aceptada”, a riesgo de que se imponga la “realidad” del psicoterapeuta) ha dado por sentado para la terapia un fin “compulsorio”. Se trata aquí de un anglicismo apenas reconocido por el diccionario Moliner, pero que indica algo “obligatorio”, por mandato: el paciente debe deshacerse de una “conducta problema” y de “errores de percepción” para encontrar la máxima felicidad. No hay nada que parezca anómalo. Ahora bien, una traducción a la racionalidad económica es perfectamente posible: el “deber ser” consiste en reducir costos (el dolor, el malestar, el sufrimiento) y maximizar ganancias (el placer, el disfrute, el goce). ¿Placer es poder? Si el proceso no se preocupa mayormente por el significado de una experiencia terapéutica ni por el de una vida, bastará entonces un desliz para que la racionalidad sea potencialmente la de un ser utilitarista que busque asegurarse el mayor provecho en toda situación, evitando ―para “ahorrar”― cualquier molestia o incluso la más mínima dificultad o el menor esfuerzo. En este orden de cosas, es supuestamente racional tener el máximo de derechos, si permiten gozar de ventajas, y el mínimo de obligaciones, si para más de uno la obligación es algo displacentero (si entraña dolor, malestar, esfuerzo…). El llamado es entonces doble: obliga a ser racional, suponiendo que consiste en “comportarse como todo el mundo”, y a conseguir el mayor beneficio para sí y perseguir intereses propios siendo utilitarista; es decir, comportándose como todo el mundo. Compartimos aquí la idea de Eva Illouz, para quien los discursos económico y emocional hoy no pueden separarse. El afecto entra a formar parte de la racionalidad económica, que necesita de él para incitar a consumir. Illouz habla de la aparición de un Homo Sentimentalis, al que lo acompaña un “estilo emocional” (Illouz, 2007). Este estilo se define por una manera de preocuparse por las emociones y por las técnicas (lingüísticas, científicas, rituales) para abordar aquellas. En el “estilo” está igualmente

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en juego una forma de imaginarse las relaciones interpersonales (Illouz, 2008). El calculador estaría llamado a vender una mercancía, que sería ese “estilo emocional”. De la constatación de Illouz ―que el lenguaje terapéutico se ha generalizado a la par de la mercantilización de todo― da cuenta el hecho de que lo emocional ha pasado a manejarse con excesiva facilidad: “está loco (a)”, “es una histérica”, “es un neurótico”, “está en la ‘depre’”, “se puso maniático”, “estoy traumado”, “tengo ataques de pánico”, es un “país esquizofrénico” o “es un obsesivo” son expresiones que se han vuelto cotidianas. Difícilmente puede pensarse que estas expresiones estén exentas de estigmatización mediante el uso de estereotipos, que también existen para lo opuesto, es decir, para “ser feliz”, “disfrutar del instante”, “gozar”, “vivir el presente” y “cada día como si fuera el último”. Dentro del imaginario cultural existe así un “uso” de la psicología que tal vez ni siquiera esté exento de “racionalidad”: estigmatizar a alguien puede conllevar un beneficio o ahorrar costos. Es más fácil calcular que pensar. Hay una demanda aparentemente contradictoria: la “salvación del alma” pide al mismo tiempo un mayor egoísmo y una mayor capacidad de adaptación al entorno, que aparece como inamovible y profundamente conservador. En esas condiciones, el habla difícilmente puede estar destinada a influir sobre un medio receptivo: más bien pareciera que conversando y “comunicando”, el ideal es el que Illouz llama “hablo, luego me aman” (Illouz, 2009). ¿Cómo se define entonces un “estilo emocional” en una sociedad como la mexicana? Convirtiendo un rol en poder. La sociedad estamental: problemas sociales y psicológicos En una situación de desigualdad, un rol implica con frecuencia la confusión entre estatus y poder. El estatus parece algo adscrito y no adquirido. El estatus es “posición” social, identificada con el prestigio y su imagen, el modo en que la sociedad lo “ve”. Tiene gran importancia al hecho de “posicionarse”, ocupar el espacio de facto, aún a riesgo de confundir el “lugar” y el “poder”. Max Weber define el poder como sigue: la “probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad” (Weber, 1999:43). La dominación es a su vez “la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato de determinado contenido entre personas dadas” (Weber, 1999:43). Es una definición tal vez insuficiente, en particular para dar cuenta de la diferencia entre sometimiento (a la dominación) y obediencia/cumplimiento (a la autoridad). Curiosamente, para Weber la disciplina sería a fin de cuentas una “obediencia habitual” sin resistencia ni crítica (Weber, 1999). Es impensable una sociedad sin poder, menos si se lo entiende como colectivo, y sin formas de dominación. Para Ralph Linton, a su vez, “un status, considerado aparte del individuo que puede ocuparlo, es simplemente un conjunto de derechos y deberes” (Linton, 1942:143). Yendo un poco más lejos, puede argüirse que son derechos y deberes fijados para tal o cual posición social (algo distinto de la clase social), que puede implicar “prestigio” o “categoría” a los ojos de los demás y a criterio propio. Aquí interviene el imaginario, ya que dicta lo que representa ser por ejemplo físicamente fuerte, erudito o rico. Hasta donde una posición es emblemática, “la valorización del emblema sólo por parte del sujeto, considera Piera Aulagnier, le quita al emblema su valor identificatorio” (Aulagnier, 1981:211), así que ese mismo emblema

debe ser universalmente valorado, “visto” y socialmente refrendado. Se conserva frente a un semejante que lo desconoce, siempre y cuando el grupo mantenga el consenso; lo que no se puede hacer, sostiene Aulagnier, es destruir al semejante ni aceptar ser destruido por él (Aulagnier, 1981). En otros términos, no debiera utilizarse el estatus para destruir al ser humano. Lo universal no es el poder. Linton distingue entre dos tipos de status: el adscrito, que se da por nacimiento (sin tener en cuenta sus diferencias innatas o sus habilidades), “inherente a la persona”; y el adquirido, que supone cualidades especiales y puede alcanzarse por medio de la competencia y el esfuerzo individual (Linton, 1942:144). A juicio de Linton, el status adscrito depende del sexo, la edad y la familia y relaciones de parentesco, (Linton, 1942:156), es decir, de fuertes influencias biológicas, a lo que agregamos aquí la raza. Con todo, entra también en consideración el “factor de clase social”, que podemos llamar “condición socio-económica”. A mayor importancia de la educación y la cultura, menores son las probabilidades de que las funciones biológicas sean determinantes del estatus. El estatus se atribuye a un individuo que ejecuta una función social, asume un rol o cumple un papel (como un psicoterapeuta): en principio, status y función son inseparables (Linton, 1942), aunque consideramos por nuestra parte que en algunas sociedades el estatus puede modificar la función, incluso de tal manera que el individuo quede relevado del rol: sucede por ejemplo que alguien que tiene “posición social” o tal o cual “categoría” (entendida como privilegio), considera que no está obligado a comprometerse con su función o con función ninguna, y la sociedad le dicta que “se verá mal” de no hacer sentir su poder. En el estatus, la pauta social “determina el lugar” (Linton, 1942), por ende la posición y lo que se hace con esta. Las pautas varían según las sociedades, pero en todo caso no hay por qué tomar un “desajuste individual” por una “organización incompleta o defectuosa de la personalidad” (Linton, 1942); el desajuste siempre es cuestión de grado y “todas las sociedades están compuestas, por lo general, de individuos ligeramente desajustados” (Linton, 1942:536). Ocurre, sin embargo, que ciertas sociedades ―en particular de status adscrito― son más rígidas que otras al pedir de la personalidad que responda a un “tipo social”, al estatus asignado o esperado. Con frecuencia, la sociedad mexicana espera la correspondencia entre personalidad y estatus, aunque en este estatus con frecuencia lo adquirido se ha hecho pasar por adscrito. En la pauta social mexicana, una vez adquirido el estatus, quien lo posee suele considerar que es dueño de derechos y prerrogativas y que está exento de obligaciones. En cualquier sociedad, el equilibrio de derechos y deberes debiera suponer una dimensión simbólica; es decir, que al rol o función se le asocie una “clase universal”. Por ejemplo, que ser psicoterapeuta implique brindar un servicio que no puede negociarse a partir de un singular, como que el paciente caiga o no bien o que el psicoterapeuta esté de buenas o de malas, o que un psicoanalista crea ser el psicoanalista. La dimensión simbólica permite pasar de lo individual a valores universales que en modo alguno son un “deber ser” prescindible (“obsesivo”). Ese mismo universal es creador de sentido, que además es “ley” (Aulagnier, 1981). Es “de ley” que el psicoterapeuta tenga vocación de servicio, no en abstracto, sino por lo que significa una enfermedad y sanar, y que en todo caso anteponga esa vocación a sus “singularidades” o las del paciente (sexo, raza, edad, nacionalidad, religión…).

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Una convención rige en sociedades otrora conquistadas. Es la convención que tolera o fomenta que se haga pasar lo adquirido por adscrito. La convención social no es una norma que obligue a todos por igual, sino que es la posesión de poder la que ubica ante la norma, dándole el “contenido de sentido”, según la expresión de Weber (1999). Es curioso el modo en que Weber define ese “contenido de sentido” de la relación social: puede ser “pactado por declaración recíproca”, por lo que los participantes se orientan de acuerdo a una promesa a futuro, o puede tratarse de una solidaridad que cambia en función de coaliciones de intereses (1999). “La costumbre aparece como una norma no garantizada exteriormente, y a la que de hecho se atiene el actor ‘voluntariamente’, ya sea ‘sin reflexión alguna’ o por ‘comodidad’” (Weber, 1999:24). “La estabilidad de la (mera) costumbre se apoya esencialmente en el hecho de que quien no orienta por ella su conducta obra ‘impropiamente’ (nada ilustra mejor esta “sutileza” que la novela Las buenas conciencias, de Carlos Fuentes, nota nuestra); se debe aceptar ―prosigue Weber― de antemano incomodidades e inconveniencias, mayores o menores, durante todo el tiempo en el cual la mayoría de los que le rodean cuenten con la subsistencia de la costumbre y dirijan por ella su conducta” (Weber, 1999:25). Esta definición se antoja asfixiante: una mayoría no es garantía de razón, ni de juicio de realidad. La convención según la define Weber no es más tranquilizante: “convención debe llamarse a la ‘costumbre’ que, dentro de un círculo de hombres, se considera como válida y que está garantizada por la reprobación de la conducta discordante” (1999:27). Lo que se dice de este modo es que la representación de la convención en última instancia se parece mucho a la del poder, si este es colectivo, por lo que el sustrato de las relaciones sociales tiene mucho de violento. Weber da por equivalente “convención” y “costumbre estamental”; el estamento conforma un “estilo de vida” o una “función social”: la sanción contra el discordante es en cierto sentido peor que la coacción jurídica en otro tipo de sociedad, puesto que lleva al “boicot declarado por los demás miembros del estamento” (1999:28). Así, un status llega a crearse como recompensa para una conducta socialmente aceptable (Linton, 1942). Es por este mismo proceder que en sociedades de honor (u “honorables”), el estatus puede terminar incluso por dejar que languidezca la función social, mientras se hacen y se deshacen alianzas para la distribución de ese mismo estatus y para el acceso a la riqueza a través del mismo. La estructura que asigna estatus al rol es conservadora: ser hombre, mujer, de tal o cual raza o condición socio-económica, conlleva derechos y deberes, por lo general jerárquicos y desiguales, que son algo más que convenciones; suponen el “deber ser” que critican algunas corrientes psicoterapéuticas. Sin embargo, la perdurabilidad de la estructura, así sea conservadora, no se ha basado históricamente en México en la inamovilidad en la asignación de estatus, sino en la posibilidad ―real o ilusoria― de llegar a cambiar de “posición”. La posibilidad del cambio suele volver movedizas las relaciones y abre el juego de significaciones de los roles. El esfuerzo individual, el grupal y la competencia, que son factores propios de un estatus adquirido, entran en juego para convertir estatus en poder y lo adquirido en “adscrito” y aparentemente inapelable. Los roles dejan de contar por sus cualidades intrínsecas, y se proyecta sobre ellos el estatus, que aparece incluso como capaz de modificar tal o cual función. La edad, el sexo, los lazos de parentesco, los de origen y la raza se ponen al servicio del reparto de adscripciones y del poder que se puede conseguir.

Para convertirse en poder, el estatus se maneja por fuerza en la ambivalencia. Se utiliza entonces cierta complicidad (no exenta de riesgos), el “favor” de compartir así sea una ilusión de igualdad en la “posesión” del poder; en caso de resistencia, discrepancia, contradicción y sobre todo si hay diferencia, se maneja la amenaza de estigmatización. Estigmatizar es callar. Si el poder no es reconocido o legitimado, es decir, si existe una diferencia que lo niega, se quita el lugar rebajando, sin que el rol importe mayormente. Ningún profesionalismo es entonces garantía contra la estigmatización y la amenaza de retiro social del estatus en cuestión. Si estigmatizar es callar; es también atribuirse el derecho a no escuchar. Esto puede verse reforzado en una relación terapéutica, si quien tiene el estatus “posee” un conocimiento, que suele reducirse desafortunadamente a una técnica o a un conocimiento mal entendido, como si fuera “información”. El “dueño”, creyendo que serlo equivale casi automáticamente a tener poder, además de reservarse para sí el conocimiento, tenderá a imponerse reclamando del otro (en este caso, del paciente) algo diferente de la paciencia: la obediencia rayana en sumisión. Siempre en sociedades de estatus, la obediencia puede entenderse como relación de fuerza (Weber lo hace), en el sentido de que no son admitidas resistencia ni contradicción ningunas. La igualdad no está dada y puede empezar a “negociarse”. Significación social y trauma psicológico Boris Cyrulnik, neurólogo, etólogo, psiquiatra y psicoanalista francés, ha observado que la “resiliencia” (que lleva a un campo epistemológico particular, más allá de la psicología vulgar, y por cierto que a riesgo de banalización, al grado que a veces cualquiera quiera ser “un resiliente” con tal de “ganar bienestar”) y la “adaptación” distan mucho de ser lo mismo (2010). La resiliencia que empieza a popularizarse desde Los patitos feos (Cyrulnik, 2002) supone un traumatismo (grave) previo, un golpe psicológico fuerte y duradero del que hay que reponerse. A juicio de Cyrulnik, esa sanación que es la resiliencia involucra tres consideraciones: 1. la cicatrización del “primer golpe” y la representación que el “herido” se hace del golpe mismo, de acuerdo en gran medida con los recursos internos y de temperamento; una representación errónea supone un segundo golpe (siguiendo la idea de Anna Freud, en el sentido de que “se necesitan dos golpes para una herida”). 2. La estructura de la agresión determina el primer golpe, mientras que el segundo es la significación que tomará más adelante en la historia de quien ha sido herido, y en su contexto familiar y social, a riesgo, aquí sí, de volverse traumatismo. 3. Los lugares de afecto y las “palabras de la sociedad” que se encuentren para curar la herida (Cyrulnik, 2010). En una sociedad de representaciones conservadoras del poder, como la mexicana, no es difícil que se produzca el segundo golpe. Es el ejemplo, a la vez clásico y psicológicamente duro, de la mujer violada que yendo a levantar la denuncia corre el riesgo de ser vejada en la revisión médica, y de que se le pregunte por el modo en que supuestamente ella misma “lo provocó”: el segundo golpe es el de la humillación moral, que se suma al primer golpe de la agresión física, humillación asestada por quienes tienen una representación dada del ejercicio del poder. En vez de reparar, el contexto ―al que luego llega a agregarse otro, el familiar, por ejemplo― crea ahora sí una grave herida. Insidiosamente estigmatizada y culpada, la víctima ha sido callada antes siquiera de haber podido hablar y ser realmente escuchada, desde el momento en que se encontró en una situación de vulnerabilidad. Sucede que la vulnerabilidad se convirtió en

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inferioridad. Como en el segundo golpe queda “dicho sin decir” que no hay “nadie” para hacer justicia, el primer golpe queda validado, ya que deja entrever un vacío social y, por lo tanto, la desprotección, en una sociedad basada en el otorgamiento de protección (mediante la familia extendida, las redes clientelares y los estamentos), aunque como favor y no como deber. Se ha “dicho sin decir” que el lugar de la justicia está ocupado por la relación de fuerza, además incuestionable. Esta forma de proceder es algo corriente en la sociedad mexicana, basada en un código de poder que es al mismo tiempo de “honor”, con la carga de violencia que conlleva. El ejemplo muestra que el agente del ministerio público (rolfunción) pudo haber querido hacerse de un estatus (posición social) con una demostración de poder: el otorgarse a sí mismo el derecho a callar a la denunciante, sin obligación ninguna de escucharla. Aún sin “hacer” nada en particular, el modo de posicionarse con la palabra habrá bastado para dar cuenta de la posesión de poder.

por ello toda posibilidad de simbolización” (1981:206), lo que equivale en nuestro ejemplo a “darle a entender” a la mujer agredida que en México las violaciones son algo así como “accidentes que suceden” y que “le tocó la de perder”, no una violación que para la mujer agredida es la violación. Es frecuente que las “culturas del honor” consideren que éste supone aguantar el sufrimiento sin decir nada, so pena de parecer otra cosa, “no viril” (Cyrulnik, 2010). Cyrulnik observa el desafío que representa quien no está a la altura de las necesidades del poder: nadie querrá compartir su fracaso (Cyrulnik, 2010); ese es muy concretamente el “contenido de sentido” que en nuestro ejemplo el poder “deja” a la mujer violada. En estas condiciones, pedir adaptación (¡lo que puede tomar hasta la forma de un sermón pseudoterapéutico sobre el perdón!) es exigir la aceptación del segundo golpe, con un “deber ser” que no se confiesa como tal pero que es el del poder. Se imposibilita entonces la cicatrización de la herida y se “marca” a la persona.

Del mexicano, dice Agustín Basave: “Habla para callar” (Basave, 2010:129). Se habla para callar al interlocutor, que no es tal, mientras que el otro, si es que ha interiorizado la inferioridad, habla para callar o “no decir nada”, mucho menos frontalmente, porque no tiene quien lo escuche; es decir, por impotencia (o miedo). Así, el mexicano “no tiene palabra: tiene palabras” (Basave, 2010:127). El error está en el reduccionismo a “un” mexicano, ajeno a circunstancias sociales concretas, en las cuales hay muchos mexicanos en realidad. “El español de México está hecho de sutilezas y de evasiones, de redundancias y criptografías. Los diminutivos, los escapes semánticos, las fórmulas churriguerescas de cortesía, todo está diseñado para evitar (subrayado nuestro) que se trasluzca lo que pensamos o sentimos y para evadir la confrontación (subrayado nuestro)” (Basave, 2010:123). El mismo autor va más lejos, acertadamente a nuestro modo de ver: “Quienes aprenden que la franqueza pone en riesgo su supervivencia tienen dos opciones: la hipocresía o el silencio. Y el mexicano (sic) opta por un silencio hipócrita, o verborreico, que sofoca la voz a fuerza de excederla: o se calla o ensordece a quien lo escucha (subrayados nuestros)” (Basave, 2010:123-124). Ahora bien, pese a que el “diálogo” llega a parecer de iguales y a que puede fingirse que así es, hay quien tiene el derecho a sofocar la voz del otro, sin obligación siquiera de callar respetuosamente, y quien tiene la obligación de guardar silencio, no quedándole a lo sumo más que hablar para “negarse”, o para lo que a Basave le parece hipocresía. Tampoco está dicho que todo sea consciente. La impotencia, por ejemplo, puede llevar a la culpa y el autocastigo, con palabras autopunitivas, y no al reclamo de reparación, bajo el supuesto de que es una vergüenza ―en realidad, un deshonor― mostrarse débil o no obediente (Cyrulnik, 2010).

Aulagnier lamenta que con mayor frecuencia de la esperada el psicoanalista (o el terapeuta) se muestre incapaz de distanciarse de su propio imaginario y de asumir una dimensión simbólica. El riesgo es que, contra lo que quería Lacan, el psicoanalista o el terapeuta se encuentre en la posición del amo (que debiera ser en realidad el reverso del discurso del analista) y saque alguna forma de “ganancia”, aunque sea la de no hacerse preguntas, renunciando de paso a acompañar al paciente. Con algunas escuelas no es difícil que suceda lo anterior: no por las escuelas en sí, sino por la fuerte tendencia del psicoterapeuta a creer que la sospecha es el modo de acercarse al inconsciente o de interpretar un lapsus, o que, casi infantilmente, “algo malo” hay en tal o cual persona para que tenga un padecimiento. El problema planteado por Piera Aulagnier ―cuya formación de origen es lacaniana, aunque termina en una “metapsicología”― atañe al psicoanalista incapaz de individualizarse y asumir una subjetividad propia, que no sea esquemática, ya que el esquema o “escudo teórico”, como lo llama Aulagnier (1981) llega a desrresponsabilizar. El psicoterapeuta puede endilgarle estas dificultades propias al paciente. El paciente ocupa el lugar de estatus real o supuesto que le asigna el poder del psicoterapeuta. Es el “lugar” que asigna la sombra del mismo psicoterapeuta, que no admite una afectividad abierta, no sujeta a negociación. El psicoterapeuta no admite la auténtica subjetivación del mismo paciente ―como no sea en la fantasía― y prefiere la seguridad de la “readaptación”; de paso, prefiere la “sociedad de psicoanálisis” al “psicoanálisis de sociedad”, parafraseando a Aulagnier (1994). Así se instala la simulación, luego de considerarse que “lo que no se ve” es “lo que no se tiene”, o lo que el otro tampoco tiene: “la persona siempre cree ―escriben Dethlefsen y Dahlke― ser sólo aquello con lo que se identifica o ser tal como ella se ve. A esta autovaloración llamamos nosotros simulación” (1993:57). El agente no soporta en la mujer agredida la agresión social de la que él mismo probablemente ha sido objeto y que lo ha llevado a resignarse o a mutilar algo de sí mismo. Es el resultado de una exigencia social de silencio sobre la fuerza y sobre su lugar en las relaciones sociales: “No impide pensar ―dice Cyrulnik de esta exigencia― pero vuelve imposible compartir experiencias. Cuando un discurso social está tan cargado de desprecio y que la persona objeto de brutalidad no puede rebelarse, no piensa más que en eso en su fuero interno” (2010:198). Cyrulnik es preciso sobre lo que la adaptación puede llegar a pedir: “Callarse es la solución fácil. Es el medio adaptativo que permite vivir en una sociedad (…) extinguiendo una parte de (la) personalidad” (2010:200). Con poder es posible desrresponsabilizarse como “agente ejecutor” (Cyrulnik,

Cyrulnik ha llamado la atención sobre los riesgos de la palabra en “culturas del honor” cuyo origen es medieval y aristocrático: “En las sociedades de duelo (de batirse a duelo, nota del autor), la cortesía tenía un dimensión vital, puesto que una palabra chueca podía conllevar la muerte” (2010:227), lo que por lo demás podía agravarse ahí donde se acostumbraba hacerse justicia por cuenta propia. En México, cualquiera sabe lo que cuesta un gesto “chueco”. En el anterior caso descrito (el de una mujer víctima de violación), un “ahí muere” es de todos modos un segundo golpe: valida también la fuerza, pero ahora con un llamado a la resignación. Si se aduce que “así es México”, la decapitación de la dimensión simbólica es una coartada: “Lo universal ―considera Aulagnier al describir lo que pasa en la psicosis― se anula en la singularidad y el accidente de un elemento: el concepto pierde toda significación universalizable y

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2010), haciendo a un lado la obligación de acción propia. Se asume el derecho al uso de la fuerza, derecho que es también impunidad. Por identificación proyectiva se entiende un mecanismo que se traduce por fantasmas en los cuales el sujeto introduce su propia persona (his self), totalmente o en parte, al interior del objeto para hacerle algo nocivo, poseerlo y controlarlo (Aulagnier, 2004:9). Melanie Klein, quien habló en 1946 sobre este mecanismo desde una perspectiva psicoanalítica, lo asociaba ―a partir de la escisión del yo temprano― con la agresividad (incluso con sadismo), con el “impulso destructivo” proyectado hacia afuera (1987:14) y con la desviación de la culpa hacia el otro (1987:22), dentro de un cuadro potencialmente esquizoide y psicótico (1987), que volvía al escindido incapaz de auténtica emoción en vez de artificiosidad (1987:22). En la identificación proyectiva hay un yo desposeído de ciertas partes de sí mismo y esas partes se le aparecen como objetos malos, perseguidores o mutilantes (Aulagnier, 2004:19-20). No vayamos más lejos: no es la mujer violada quien cuenta, sino el fantasma del agente del ministerio público que ve en toda mujer algo o alguien que lo provoca para dañarlo, poseerlo o controlarlo, y que, por lo tanto “algo” le “debe de haber hecho” al agresor. Volviendo al psicoterapeuta, verá como peligro lo que no sea simplemente el eco de sus propias vivencias, lo “ya vivido” por él mismo, o igualmente peligroso algún pensamiento que lo obligue a reconocer la acción de uno de esos “malos objetos”. Preferirá entonces destruir el vínculo entre la actividad pensante y el objeto pensado (Aulagnier, 2004), lo que es tanto como quitarle el habla y la posibilidad de subjetivación al paciente. Para ello, lo exterior puede convertirse en “extraño” o “raro”: aquí está el doble golpe, el mismo del agente que considera “inentendible” que una mujer que en “algo” supuestamente provocó una agresión quiera además reclamar. Lo peor es que el agente tal vez cree ―sin pensar― tener la interpretación correcta, como el psicoterapeuta cree entonces que su única función es llenar los supuestos “huecos” fantasmáticos del paciente. Aulagnier lo dice sin rodeos: se produce aquí un vacío de pensamiento, una mutilación. Se trata de “no pensar”, de no querer ver ni saber, de sordera absoluta y de anestesia afectiva (2004), lo que es también el caso, desde luego, de quien recibe mal la denuncia de una mujer agredida. El “escudo teórico” de algunos psicoterapeutas ayuda entonces a sostener que no se puede “pensar lo impensable”, lo “inasumible” o lo “no analizable” (Aulagnier, 2004), que es con frecuencia la dimensión social ―que se representa erróneamente como las creencias y las prácticas de “la” (una) mayoría. Conclusiones-discusión De lo dicho en este texto se desprende que la profesión de psicoterapeuta no puede ser ajena a la profesionalización, ni mucho menos improvisada o limitada a unas pocas técnicas. Es deseable que no se desconozca lo aportado en particular por la psicología social. Una función-rol no tiene por qué reducirse a la búsqueda de la adaptación del paciente, mucho menos a un entorno poco receptivo. El solo padecimiento, descontextualizado, puede estigmatizar al paciente: se le ha dicho ya que es un “desadaptado”. La psicoterapia no puede ser un modo de evadir problemas sociales de menor o mayor envergadura, reduciendo la sociedad a un lugar del cual “tomar lo que sirva”, mucho menos cuando la multiplicación de las opciones y los medios terapéuticos (radio, televisión, medios escritos, incluso Internet), cualquiera sea su calidad, deja justamente entrever la existencia de patologías de sociedad. La multiplicación referida hablaría de la de la impotencia para transformar un entorno que parece

ser entonces refractario al habla y a la escucha. En la sociedad mexicana, pese a muchos cambios recientes, la plasticidad social es muy limitada. Reflexión de la editora Miriam Pardo-Fariña: el texto realiza un recorrido teórico y societal para entender la desigualdad entre los seres humanos, incluida la que se relaciona con los géneros, para lo cual se lleva a cabo una contextualización en la sociedad mexicana. La intención del artículo es mostrar los riesgos de la desigualdad en la relación pacienteterapeuta, lo que acarrearía consecuencias iatrogénicas para quien padece una vulneración de derechos, como por ejemplo el caso de las mujeres violadas; tal atropello no sólo provendrá de parte del perpetrador del delito, sino también desde el contexto psicoterapéutico cuando se instala como un dispositivo de poder que silencia a la paciente en vez de sanar sus heridas. Para efectuar tal recorrido, el autor considera diversas líneas teóricas para realizar un entrecruzamiento entre las miradas psicoanalítica y sociológica. Las observaciones realizadas en mis comentarios anteriores, dieron como resultado un texto bien trabajado en donde el autor diferenció correctamente el psicoanálisis de las psicoterapias; incluso también realizó la inclusión del discurso amo en psicoanálisis cuando se aliena al paciente. Las reflexiones realizadas a partir de Cyrulnik estuvieron en concordancia con las apuestas psicoterapéuticas en donde hay cruces epistemológicos que pueden ser criticados a partir de ese autor. Del mismo modo, también se trabajaron algunas ideas kleinianas que permitieron enriquecer los aportes del psicoanálisis a partir de una fuente y no sólo desde Piera Aulagnier. Reflexión de la editora Alejandra Ojeda-Sampson: es un análisis de una problemática cotidiana, actual y de enorme trascendencia, no sólo para la disciplina involucrada, sino y principalmente, para la vida social. El autor realiza una reflexión interesante sobre el oficio de la terapia, desde varios aspectos; todos ellos fundamentales para contextualizar la inquietud científica. Estos son la semiótica, la sociología y el psicoanálisis, entre otros. A mi parecer es un texto fundamentado que más allá del estar de acuerdo o no sobre lo expuesto y concluido, no se puede más que reconocer su congruencia, coherencia e importancia en lo expuesto. Referencias bibliográficas Aulagnier, P. (1994). Un intérprete en busca de sentido. México: Siglo XXI. --------------- (2004). L’apprenti-historien et le maître-sorcier. Du discours identifiant au discours délirant. París: Presses Universitaires de France. --------------- (1981). La violence de l’interprétation. Paris: Presses Universitaires de France. Basave, A. (2010). Mexicanidad y esquizofrenia. Los dos rostros del MexiJano. México: Océano. Cyrulnik, B. (2010). Mourir de dire. La Honte. París: Odile Jacob. -------------- (2002). Los patitos feos: la resiliencia, una infancia infeliz no determina la vida. Barcelona: Gedisa. Dethlefsen, T. y Rudiger D. (1993). La enfermedad como camino. Barcelona: Plaza & Janés. Illouz, E. (2007). Cold intimacies.The making of emotional capitalism. Cambridge: Polity Press ------------ (2008). Saving the modern soul. Therapy, emotions and the culture of self-help. Los Ángeles: University of California Press. ------------- (2009). El consumo de la utopía romántica. El amor y las contradicciones culturales del capitalismo. Buenos Aires: Katz Eds.

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Klein, M. (1987). Obras Completas 3. Envidia, gratitud y otros trabajos. Buenos Aires: Paidós. Linton, R. (1942). Estudio del Hombre. México: Fondo de Cultura Económica. Weber, M. (1999). Economía y sociedad. México: Fondo de Cultura Económica.

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Sociologando: Retórica de la memoria, embotamiento de la atención, lejanía de la persuasión Rhetoric of memory, dullness of attention, remoteness of persuasion Claudio Martyniuk (1961, argentino, Universidad de Buenos Aires, Argentina) claudio.martyniuk@gmail.com

Resumen Este ensayo ―tal su forma y también definición metodológica― parte de la problemática de la indiferencia y su tejido de sentidos al hacer referencia a la desaparición de personas en Argentina. Luego de presentar a la cultura de los derechos humanos, su judicialización y concentración de esfuerzos en la sanción de responsables de masacres, y los fenómenos de cristalización de la memoria de un pasado de exterminio, el texto se centra en la problemática de la atención y la persuasión, en la crítica de la reificación y el embotamiento, la burocratización de la memoria y el empobrecimiento de la experiencia y la teoría, los suelos de los actos de crueldad y de la continuidad de exclusiones y aniquilaciones. La cultura de la memoria, cuyo prisma es el pasado, puede mantenerse alejada de exterminios e imposiciones de humillación del presente, de las nuevas víctimas y de la persistente indiferencia. Atención y persuasión, entonces, nominan aquello que puede rebasar y exceder retóricas que se manifiestan en la ética y política de la memoria. Palabras clave: Argentina, derechos humanos, justicia, memoria, persuasión, responsabilidad Recibido: 06-05-2012 → Aceptado: 09-06-2012

Cítese así: Martyniuk, C. (2012). Retórica de la memoria, embotamiento de la atención, lejanía de la persuasión. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 41-45. Abstract This essay ―that form and also methodology definition― part of the problem of indifference and their tissue of senses, referring to the disappearance of people in Argentina. After submitting to the culture of human rights, the prosecution and concentration of efforts in the punishment of those responsible for massacres, and the phenomena of crystallization of the memory of a past of extermination, the essay focuses on the problems of the attention and persuasion, in the critique of reification and dullness, bureaucratization of memory and the impoverishment of experience and theory, the soil acts of cruelty and continuity of exclusions and annihilations. The culture of memory, whose prism is the past, can stay away from extermination and impositions of this humiliation, new victims and the persistent indifference. Attention and persuasion, then, what can nominate and exceed beyond rhetoric manifested in ethics and politics of memory.

con mucha visibilidad, hasta 1983 como campo de desaparición en pleno Buenos Aires. El silencio de la indiferencia social, el desinterés de los otros estados, la letra de declaraciones de derechos quedaron reducidos a tinta inerte. Y después, siempre después, los derechos humanos en la retórica. Hay excepciones, heroicas a veces, pero sobre un fondo de indiferencia. El derecho a la indiferencia es polivalente en la cultura democrática. En cambio, la indiferencia a la interpelación política suele ser desafiada por regímenes totalitarios que no admiten la prescindencia ante un partido o un líder, y la conciben dentro de las formas ilegítimas de existencia de la oposición. El gesto mudo ante los otros es también libertad para mostrar y contemplar sin condena. Indiferencia es, además, sensibilidad anestesiada, pasividad. La indiferencia puede adquirir la forma de humillación institucional. La desaparición, también el abandono de chicos y ancianos, de aquellos que deambulan reducidos a meros seres vivos, privados de otras dimensiones, masa corporal sobre la que cae el peso de acciones del estado. Si no es indiferente, el estado controla, disciplina, barre, encierra, aniquila. Si no son indiferentes, la comunidad, las personas, las instituciones, ¿cuánta entrega deben brindar ante cada violación grave de los derechos humanos perpetrada? ¿Cada uno “debe dejarlo todo” hasta la reparación, la sanción, la verdad, u algún otro fin evaluado como apropiado? “Toda” esa concentración de atención provoca, por acción intencional o por omisión, desatención de otras violaciones y de otras dimensiones de la sociedad. Puede, además, ser retórica, banal la invocación de los derechos humanos. Y una política de defensa de un registro de los derechos humanos podría encubrir la comisión de violaciones en otra serie de registros también comprendida como derechos humanos.

Key-words: Argentina, Human Rights, Justice, Memory, Persuasion, Responsibility

Asistiendo sin sentir, asintiendo sin actuar Sentir con otro, sentir la afectación, el dolor que grita un ser humano es un fenómeno estético, apunta a la sensibilidad y los poros de la piel son conmovidos; pero la educación sentimental se encuentra bajo el signo del empobrecimiento de la experiencia, entre los barrotes del espectáculo y el consumo. Y las violaciones a los derechos humanos se suceden, ocupan el espacio público, pueblan campos en los márgenes, extienden archipiélagos, expanden la excepcionalidad. ¿Cómo no sentirlas? ¿Cómo no reaccionar? Y sin embargo todo sigue. La sociedad civil argentina durante la dictadura fue especialmente sensible a la inflación, a la cotización del dólar, al fútbol. No fue muy diferente la sensibilidad dominante durante la crisis argentina de 2001/2. Mientras tanto, se consume (se consumen también discursos sobre los derechos humanos). Y no hay inocencia, sólo indiferencia. Ante lo terrible, crece la indiferencia.

Introducción Bajo la cultura de la indiferencia se concretaron los exterminios contemporáneos. Se promovieron y dejaron que prosiguieran. No se buscó liberar Auschwitz. La Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) funcionó,

Las emociones pueden provocarse. Los medios de comunicación imponen una retórica que manipula las pasiones. Acercan, olvidan, resaltan, construyen lo extraño y cultivan la envidia por lo más familiar. Esta geometría interviene en la modelación del espacio de la sensibilidad, construye es-

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pectáculo y espectadores, incentiva la conmoción en la representación, objetiviza, naturaliza. La imaginación moral tiene en los medios de comunicación a su principal fuente y escollo: hacen testigos pasivos del espectáculo social, agotados en la indignación efímera. ¿Cómo es posible restituir el gesto de humanidad ante el dolor de la injusticia? Se puede alcanzar una visión que singularice, que capte el grito de la injusticia, que aumente la duración de la percepción. Concebir al acto de percepción como un fin, experimentar aquello que se encuentra delante de nosotros pero no lo vemos, esa liberación del objeto es la atención. Atención que persigue que el gesto no enmudezca. Y enmudece bajo la imposición de los dispositivos que automatizan el sentir, que fortifican la sensibilidad, montan la coraza de la indiferencia y erigen estados de negación. En la construcción de la sensibilidad ―y de la indiferencia―, la inseguridad ha pasado a primer plano. Esta sensibilidad a la inseguridad tiene un acento ansioso ―hay hipersensibilidad a la inseguridad, hay ansiedad de seguridad―, que provoca una creciente intervención estatal en el control y penalización de personas que aparecen como excedentes, superfluas y son localizadas en campos o dejadas a la deriva, sin hogar donde regresar. La Declaración de los Derechos Humanos demanda un estado que se comprometa en su realización. El estado policial, en cambio, navega en una bruma de miedo, emplea un decisionismo que expulsa, traza excepciones y priva de derechos, condena a la mera vida a una masa gigantesca de personas. Crecen los campos de refugiados, de migrantes, de expulsados, de indocumentados, de marginales. Pueden concebirse como laboratorios de una vida total. No en los márgenes, no afuera: en las veredas, en los parques cuando no están enrejados, en las villas miseria, adentro, en el interior de una ciudad, la vida expuesta de una masa de seres excedentes también es un laboratorio, y a veces produce una forma de organización que aprovecha intersticios y genera esperanza y felicidad. No importan, crecen en esas formas bajo el desprecio. Y es tan débil la imaginación moral, es tan frágil la sensibilidad a los padecimientos de los otros, que hasta omite evaluar cualquier nivel de responsabilidad. “Esta es vuestra culpa”, se le podría señalar a la sociedad argentina, responsable de los actos de la dictadura. Más allá de la culpa jurídica, políticamente todas las personas son corresponsables de los actos cometidos por el estado al que pertenecen. La sociedad argentina, los responsables del pasado reciente y también de este presente, los medios de comunicación, los partidos políticos, las asociaciones sindicales y empresarias deben todavía responder en tanto toleraron y obedecieron un régimen dictatorial. Cada persona es corresponsable de cómo sea gobernada. Además, hay culpa por haber apoyado y colaborado con ese gobierno: en estas acciones reside la culpa moral, en la lealtad, en los juramentos, también en muchas transacciones y divertimentos, en formas de autoengaño y aun de turismo. Más también: hay culpa por quedarse sin hacer nada cuando se cometían los crímenes. La carencia de solidaridad, el presenciar y no hacer nada, funda una culpa que debe ser sentida por cada uno y que no se le puede imputar a un tercero. Hay responsabilidad imborrable ante la injusticia y se pone en juego la comprensión de la propia sociedad, la perspectiva de los sucesos. La comprensión personal también requiere un tratamiento evaluativo. Los descendientes, las nuevas generaciones tienen a su cargo el examen crítico de los mayores, repartiendo

responsabilidades. El riesgo de evadirse en un pesimismo antropológico, en un fatalismo historicista, olvida la llegada a un límite en el que hay que elegir ―y en la preferencia de conservar la vida los errores cognitivos se invocan como justificaciones―, pero son parte de la producción de estados de negación. Es necesario, entonces, interrogar la posibilidad de la barbarie, su persistencia y extensión en la sociedad, en las artes, en el saber, en las instituciones. Es necesario concebir las cimas de esa barbarie, los genocidios, no sólo como el resultado de la actuación de una maquinaria racionalizada y burocrática, o de factores singulares. La necesidad de expresar, interrogar, evaluar, discutir y hacer es abierta, crítica, histórica, política, también ética y estética, debe abrir los poros de la sensibilidad, cuestionar los dispositivos institucionales y las metas y valores dominantes. La justicia política deja al desnudo su impureza, pero la justicia impartida por los funcionarios judiciales también tiene vetas impuras, que suelen reafirmarse a través de imposiciones de, en algún sentido, los vencedores. El sello a la posibilidad de que intervenga esta justicia, con todos sus trastornos, tampoco cuenta con garantías, como se observa en los recurrentes debates españoles sobre los crímenes del franquismo. Las purgas y reparaciones, propias del ámbito administrativo, todavía no terminaron de definirse ante la última dictadura argentina. La justicia privada ―como ejecuciones extralegales, que fueron salvajes en Italia al final de la Segunda Guerra― se desconoce en la Argentina, donde sólo se desarrolló el uso de la vergüenza a través de los escarches a los represores (el “escrache” es un método de denuncia pública empleado en Argentina buscando que se reconozca a un victimario en su vecindario y en los espacios urbanos que frecuente; lo utilizó la agrupación HIJOS como respuesta al intento de cerrar los juicios por violaciones de derechos humanos y luego de que el presidente Carlos Menem indultara a responsables de esos crímenes, en 1995). Pero aun así, la emoción retributiva, la ira, la indignación, el odio, el desprecio, hoy se dirigen hacia la inseguridad y aquellos que encarnan “lo peligroso”. No se necesitaron ni la venganza ni la reconciliación ante los crímenes de la dictadura argentina. Se sanciona y encierra a los genocidas. Mientras tanto, no se cesa de arrojar personas a una vida sin formas. La opinión pública deviene espectadora pasiva o selectiva del dolor de los demás. La indiferencia, funcional, limita el contagio de emociones, distancia, impide que opere una intuición que salve la distancia (¿infranqueable?) para la identificación (empatía). Los espectadores y consumidores se preservan y cultivan el amor a sí mismos. ¿Cómo, en la cadena de expectativas que constituye la acción social, edificar sensibilidad de ayuda al otro sin contrapartida? En el campo jurídico está penalizada la omisión de ayuda, pero en el proceso civilizatorio de autocontrol de las emociones, de transformación de las pasiones en intereses, el individualismo propietario, la sensibilidad embotada y el cansancio acallan el ímpetu cuestionador. En los crímenes contra la humanidad, la indiferencia es complicidad. La indiferencia silencia, oculta, invisibiliza, da vuelta el rostro ante aquello que se vuelve innombrable. Y ese otro que se rechaza y se excluye, se encierra y somete, no es concebido como del mismo mundo. Ante él, la ausencia de responsabilidad: esta sensibilidad desinvolucra, construye una zona de indiferenciación que es parte de los dispositivos de control social. La edificación de la subjetividad se afirma en esta separación, que condena a la imitación snob, al consumo por envidia, a la estética de la indiferencia. ¿Cómo no vivir en la intranquilidad por la omisión? ¿Cómo despertar de la reificación que hace perder la multiplicidad de significaciones existenciales de las personas

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que nos rodean y hasta de nosotros mismos, y que hace invisibles o peligrosos a los otros? Desaparición en el bicentenario Sin la bonanza de hace un siglo y con una persistente desigualdad, Argentina celebró los doscientos años de la revolución del 25 de mayo de 1810. El primer centenario estableció narrativas constitutivas del imaginario nacional sobre costumbres y logros, potencias, promesas y riquezas. Esos relatos ejercieron un gran influjo cultural. Más fragmentarios aparecen los relatos del segundo centenario, y en ellos la desaparición de personas no puede omitirse. En diciembre de 2008 se cumplieron veinticinco años de democracia en Argentina, y también de las decisiones de revisar el pasado a través de una comisión administrativa (Conadep) y de enjuiciar a los responsables de las miles de desapariciones de personas (juicio a las juntas militares). Lo realizado desde entonces forma parte de una secuencia desarticulada, con interrupciones y avances muchas veces no previstos por las estrategias jurídico-políticas. A pesar de los resultados alcanzados, la envergadura de los delitos, las lagunas de conocimiento acerca de: (i) la extensión de los crímenes, (ii) la localización del conjunto de campos de desaparición, (iii) el destino de los cuerpos y (iv) la identificación de los menores apropiados, así como la ausencia de reflexiones públicas intensas, referidas a cómo evaluar en las dimensiones política, moral y judicial las diversas responsabilidades por las acciones y omisiones de funcionarios y personalidades (incluidos ―además de quienes ocuparon cargos en la dictadura, comprendiendo miembros de las fuerzas de seguridad y de inteligencia, jueces, fiscales y defensores― académicos, empresarios, banqueros, periodistas y artistas) y de ciudadanos ordinarios durante los años de la dictadura, hacen prever que por muchos años proseguirán los juicios y se extenderá la evaluación de las conductas de civiles y militares que participaron de la dictadura. De cómo se practique la memoria y se juzgue, de cómo se represente y narre, de las formas que adquieran las distancias e identificaciones dependerán la experiencia y el aprendizaje colectivo de esa modalidad extrema de aniquilación que es la desaparición. Se enjuició y condenó a los miembros de la junta militar (1985); también, y en general por impulso de organismo de derechos humanos, diversos fiscales y juzgados comenzaron a investigar la responsabilidad de otros militares por gravísimas violaciones a los derechos humanos. Las presiones de las fuerzas armadas por el aparente desborde de la estrategia legal inicial del presidente Alfonsín derivaron en la sanción de las leyes de punto final (1986) y obediencia debida (1987) y, después, en el dictado de los indultos a represores y miembros de la junta que recibieron condena, de parte del presidente Menem (1989/90), y esto pareció clausurar el trabajo de la justicia. Sin embargo, se logró mantener viva la acción judicial al centrarla en la búsqueda de la verdad (juicios de la verdad, 1998). Mientras tanto, se cuestionó en sede judicial y también en el poder legislativo, la constitucionalidad de las leyes que impedían la prosecución de los juicios. También la justicia tramitó la impugnación a la legitimidad de los indultos. Luego, entonces, de (i) una gestión política que se orientó a juzgar a la máxima cúpula militar por las violaciones a los derechos humanos, tratando de impedir procesos judiciales que involucren a otros represores; y de (ii) indultos destinados tanto a perdonar penas como a “cerrar heridas” y alcanzar una “reconciliación nacional” ―esta medida se complementó con indemnizaciones económicas a familiares y víctimas de la represión ilegal―; y mientras no cesó (iii) la protesta de los organismos

de derechos humanos y la búsqueda, a través de la justicia y el poder legislativo, de mantener abiertos los procesos judiciales, persiguiendo el esclarecimiento de los hechos y la sanción de los responsables, se abrió una nueva etapa (iv) en la cual se declararon nulas las leyes de obediencia debida y de punto final (2003), y también la Corte Suprema dispuso la invalidez de esas normas (caso “Simón”, 2005) y la inconstitucionalidad de los indultos dispuestos por Menem (caso “Riveros”, 2007). Así prosiguen centenares de causas por violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, con más de mil ochocientas personas imputadas. A marzo de 2012, sólo 9 de los 244 condenados por crímenes de lesa humanidad tienen sentencia firme. La jurisprudencia referida a la desaparición de personas, la estrategia jurídica, política y administrativa del estado ―si existiera un programa institucional articulado― en materia de revisión, difusión y consideración de la participación de civiles y militares en la dictadura, en especial para acceder a cargos públicos, y los modos oficiales de abordar ese pasado traumático, considerando los contenidos educativos en los distintos niveles de escolaridad y la concepción de los espacios destinados a la memoria, sumados al distanciamiento temporal que permitió conformar una narración con rasgos definidos ―así, se ha receptado el carácter imprescriptible e imperdonable de crímenes calificados de lesa humanidad, terrorismo de estado y genocidio―, han tenido escasa incidencia en las prácticas sociales y en el tejido de la sensibilidad. Los lazos familiares se demostraron básicos: las madres fueron las primeras ―y durante mucho tiempo las únicas― en reaccionar ante las desapariciones; los hijos fueron los promotores de una forma de justicia social: el “escarche” ―un modo de producción social de vergüenza que denuncia lo hecho por un represor en las inmediaciones de su domicilio―, que ha sido la única reacción registrada durante la democracia, en particular cuando la vía judicial fue clausurada por las leyes de obediencia debida y punto final y los indultos. Las organizaciones de derechos humanos no se limitaron sólo a los familiares ―ni en el caso de Madres de Plaza de Mayo ni tampoco en el de H.I.J.O.S.―, pero ese lazo, que representa la mayor cercanía y continuidad temporal, ha sido indispensable para mantener viva la pretensión de justicia. Muchos hijos de desaparecidos también fueron apropiados, se les hizo desaparecer su identidad y se les impuso otra. Esta práctica genocida origina búsquedas y, en algunos casos, reacciones perturbadoras. Jóvenes que se niegan a realizar un análisis genético, eventuales víctimas, ¿deben ser compulsivamente llevados al estudio? El torbellino de narrativas fraguadas y de verdades por conquistar tiene aristas judiciales, políticas, sociales y personales, con el dolor en su núcleo. Fuera del espacio de los allegados, la distancia con la práctica de desapariciones ha dado lugar a un doble movimiento. Uno ha llevado a generalizar el repudio a la represión de la dictadura, permitiendo la actual actividad judicial. Otro ha desconectado responsabilidades y sucesos históricos y contemporáneos, lo cual significa que se mantiene presente un pasado que se encapsula, que suele darse por sentado que se ha superado, sin proyecciones en las miserias y violencias del presente. La idolatría en la condena de las violaciones a los derechos humanos ocurridas en el pasado es contemporánea a la indiferencia a violaciones graves a derechos humanos en el presente. La prescindencia de la sociedad civil se mantiene, dejando a su suerte a los chicos de la calle, a los sin techo, a los desamparados y humillados por las instituciones. Se carece de una refle-

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xión sobre los futuros posibles del pasado, una problemática en la cual se hallan incluidas la vitalidad, cristalización, abuso y reavivación de la memoria, el castigo y compensación de los crímenes, su posible reparación y comprensión y los espacios y formas plurales de ejercitar el reproche, el perdón, la crítica, la representación y la búsqueda de justicia. Y la falta se muestra en la frialdad de la sensibilidad, en la indiferencia de acero salvaje visible en basurales, villas miseria y cárceles. Esa humillación estructural y su imposición institucional, así como el par indiferencia ―indignación del espectador, par delegativo de responsabilidad―, marcan a fuego la sociedad del bicentenario. Memoria y atención ¿Cómo se ha transformado la visión de uno mismo como persona que lleva adelante su vida y debe dar cuenta de sus actos desde la desaparición sistemática de miles de semejantes, desde la pasividad ante todas las capas sucesivas de aniquilación que se fueron sucediendo, y que pesan sobre ancianos y chicos, salud, política y economía, cultura, derecho, educación y ciencia? La transformación de nuestra visión normativa ha sido atroz. La certeza de lo que somos capaces de hacer, así como del valor de nuestras propias razones, están heridas de muerte. Pero la negación, la misma negación de las responsabilidades ante la desaparición, prosiguen alimentando aniquilaciones. Sin un abrirse al mundo, en la inmanencia, sin la atención que vuelve la percepción más intensa, sin más que yuxtaposición pasiva de sensaciones acompañadas de una reacción maquinal. Siempre la desaparición como sostén, pero sin adoptar lo real de esta realidad. Persistiendo, entonces, en la inocencia: ahorristas inocentes, turistas inocentes, empresarios inocentes, banqueros inocentes, políticos inocentes, empleados y gremialistas inocentes, docentes inocentes, curas inocentes, policías inocentes, ideas y prédicas inocentes, embrutecedora inocencia. La cultura dirigida al pasado, lejos de un culto, devino rutina, recorrido obvio. El dedo acusa. Fácil y cómodo lo hace. Sin escándalo, sin involucramiento colectivo, sin responsabilidad compartida. Apartada y desvinculada, fragmentada y deshilachada, semejante al hurgar desechos, al acostumbramiento a una supervivencia a partir de materias descartadas, ideología de diario caduco que gana la supervivencia al envolver la fugacidad del presente, esta memoria instituida es consagrada como hostia, celebrada como espectáculo, peregrinada como virgen, adorada como dogma, mistificada, momificada, fantasmal, pero masiva sólo en su general aceptación pasiva. Desvela y no devela, mantiene la mirada, fascina, inclina, disuelve, agota y persuade del agotamiento, cansa y resigna al cansancio. Bandera de remiendos y burocracia, becas y subsidios, en su vaguedad forja cruzados. Más que defensa de las bases expresivas de una época, integra una estructura que empobrece y mantiene la influencia de la constelación de la desaparición. En la retención de la sensibilidad que hundió en la catástrofe se advierte un hilo que recorre un largo proceso que aún se proyecta sobre el porvenir. Collage de indiferencia y arrogancia, retórica y superficialidad, política cómoda, estética cosmética, un cono de sombras que reduce la declamación de derechos humanos al juzgamiento de los crímenes del terrorismo de estado. ¿Cómo romper ese mar congelado? Normas y prácticas inciden en la configuración de la atención y de su fondo indiferenciado. La educación y los hábitos son pilares de la economía de la atención. Los estilos de pensamiento, la hermenéutica íntima del gusto, la manera de exponerse, la afección del espectáculo público, la piel, el tejido, la transpiración, esto y

mucho más al esquivar y rozar, ante una pisada, un líquido derramado, la interpelación de un sonido que es voz que altera y despierta, un silbato que frena y ya se obedece, como si fuera natural. La sensibilidad, el contorno estético de las personas, ese pliegue de piel y cultura, de animalidad, vergüenza y orgullo, voracidad refinada que hace al azúcar blanco, las camas de realeza y las corbatas de seda, que hace mirar y limpia la mirada de estorbos. La estética oftalmológica gobierna al estado policial, depura, comprime, encesta, entierra, y lo hace sanitariamente. Como impureza marginal y residuo contaminante es excluido, tachado, desaparecido. Lo es, pero nunca del todo. La ecología de la desaparición provoca una implosión. En la imposible plenitud de la atención, ella, collage de discursos, prácticas, artefactos, complejo de representaciones, poéticas y políticas, relaciones de poder y hermenéuticas singulares. Inestable, la atención puede alcanzar una intensidad que evada las condiciones ordinarias, esa unidimensionalidad que superpone imposiciones. Capaz de tomar direcciones opuestas a la memoria, estira, carga de tensión y espesor, genera estupor y pone al borde de la estupidez: acción atenta que reconceptualiza al observador y puede tornar espectral a la memoria. Una atención que tense las imposiciones, que espere y devele los puntos ciegos de la cultura de la memoria. Atención, de otro modo, que se pierde con los perdidos. Atención, manantial de igualdad que sacude servidumbres. El testimonio es una forma de atención. El cultivo de la atención como modo de detención, como forma de intensificación de la sensibilidad, es capaz de sumergir el fondo de la memoria, advertir el contorno de la representación y vivenciar la descripción, encarnando y practicando la entrega. Un acento en la piel, en los pliegues de la sensibilidad, un paso que une ética y estética. Un tono, un acorde íntimo, una interpelación poética, una entrega radical para recuperar la apertura de la vida, la dación del mundo, la potencia de sentir plegada a la expresión y la acción. De aquí, políticas estéticas de la atención, rebasando las políticas éticas de la memoria. El arte, testimonio, entonces, de la atención. Atención a la crueldad y la explotación, a la humillación y el cansancio, atención que expone su piel cultivada en la calidez. Atender, alcanzar el fin de lo percibido, captación perspicua que desenreda el embrujo, las tramas del cautiverio en la superficie aplanada. El control externo de la atención afecta la autonomía, muestra la imposición técnica e institucional. Los relatos de la memoria se concentran en el pasado y brindan un modelo atrincherado del presente y el futuro. Esa pauta desatiende. La humanidad de los derechos humanos no debe ser el fruto de imposiciones políticas, manipulaciones de la memoria, estrategias narrativas que se oficializan, cristalizan y musealizan, consagrando la desatención, dejando al sufrimiento en el campo del espectáculo, blindando la sensibilidad y despejando la indiferencia. La atención, interpelación estética, política y ética, piel que siente sin fanatismos y cegueras. Atención que rebasa criterios, un sentir que vea la no visión teórica, las exclusiones, asedios, catástrofes y bombardeos de la santa iglesia del humanismo de los derechos humanos y su congregación de la fe en la cultura de la memoria. Conclusiones-discusión: más allá de reducir derechos humanos a juzgar genocidas La memoria, discurso oficial, relato fosilizado, puede convertirse en una trampa. Memoria, control de la atención a través de formas de linealidad,

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retóricas solemnes, mitologías y caricaturas. No hay suelo para la atención. La memoria, escorzo, reductor de perspectivas, resistencia a la deriva, intento de anclaje, gesto envolvente, roca dura, estabilización pesada. Los efectos territorializadores de la memoria, el peso de sus fijaciones, su monumentalidad, un bloque autocomplaciente, conservación resistente, fuerza que el presente ata al pasado para proyectarse al futuro. Y la desterritorialización de la atención, flotante, evanescente, abierta y musical, mutante torbellino, flujo y disyunción, juzgada como desorientación desde la mirada de la tradición. El mundo, para la atención, una relación de fuerzas, intensidades vitales, vibraciones y escalofríos, inmersiones, movimientos, actividad turbulenta, más allá del criterio y el relato que consagran la cultura de una memoria, reproducción técnica lineal y plana, espectáculo que reestructura y puede capturar la atención tornándola seca e impotente. Atención propia e impersonal, el todo infinito de la atención en construcción ante el dolor y las ruinas de la memoria, en el papel, los rituales, la eficacia de la técnica y los anhelos, en los márgenes plegados de la subjetividad y la sociedad, la naturaleza y la cultura, desbordando la autonomía, la historia y la memoria, también la homogeneidad, la estabilidad y la certeza. La ideología de los derechos humanos carga con varios escepticismos. Uno derivado del hecho de la persistencia de opresiones, que ha sido también el trasfondo de su surgimiento. Otro de su flaqueza teórica, de la endeble manera de puntuar y usar cuestiones como qué es el hombre y qué es la humanidad, respondidas a partir de visiones cambiantes. Un tercero consiste en la imposición externa de soluciones. Idolatría y etiqueta que participan de la construcción de la igualdad y que nunca acaba de empezar ni se concluye. La opresión como memoria, el recuerdo impuesto como un continuo apilar piedras, opresión que borronea el tiempo, participa de una destrucción cotidiana, vacía la experiencia, preserva la desatención. Cierta asimetría hay entre atención y memoria, persuasión y retórica. Nada está a salvo del olvido, ni aquello que es objeto de obsesivo recuerdo, menos aún los recuerdos rutinarios, memoria sepultada por momentos conmemorativos instituidos, acciones que fortalecen aquello que se quiere cambiar, cultivo paradójico de la indiferencia.

Reflexiones de la editora Angélica De Sena: este artículo, ya desde el título, juega conceptos fuertes que insinúan otros dos: memoria y política, y lleva a revisar los usos políticos de la memoria. La memoria como un hecho que no se agota en el pasado, sino que habla del presente. El presente plagado de horror, injusticia e indiferencia y una política de defensa de un registro de los derechos humanos podría encubrir la comisión de violaciones en otra serie de registros también comprendida como derechos humanos. El autor refiere a la memoria como una forma de escribir, hablar con eficacia para deleitar, para conmover, sobre algo para de ese modo lograr persuadir y debilitar la atención y así distanciarse de razones a creer o hacer algo. Muestra las vetas por donde las responsabilidades del pasado y del presente logran vaciar de significados conceptos e instituciones y los llenan de retoricas y embotamiento. Referencias bibliográficas Adorno, Th.W. (2006). Minima moralia. Madrid: Akal. Bergson, H. (1963). Obras escogidas. México D.F.: Aguilar. CELS (2011). Derechos humanos en Argentina. Buenos Aires: Siglo veintiuno. CELS (2012). Extraído el 23 de marzo de 2012 desde http://www.cels.org.ar/wpblogs/estadisticas/ Cohen, S. (2005). Estados de negación. Buenos Aires: Departamento de Publicaciones, Facultad de Derecho. CONADEP (1984). Nunca más. Buenos Aires: Eudeba. Corte Suprema de Justicia de la Nación (2009). Delitos de lesa humanidad. Buenos Aires: Secretaría de Jurisprudencia. Elster, J. (2006). Rendición de cuentas. Buenos Aires: Katz. Jaspers, K. (1998). El problema de la culpa. Barcelona: Paidós. Michelstaedter, C. (2009). La persuasión y la retórica. Madrid: Sexto piso. Weil, S. (1978). The Need for Roots. London: Routledge and Kegan Paul. Wittgenstein, L. (2003). Tractatus logico-philosophicus. Madrid: Tecnos.

Ante el presentismo, el espejismo del presente en el pasado, la propaganda política y la fabricación estatal de ficciones; distancia crítica ante la veneración del “pasado” que es presente de contrabando. Atender, sondear límites, resistir. Reconocer que el ser humano que desata la tortura, la desaparición y el asesinato no está sólo en un bando contrario ni presenta una naturaleza excepcional. Reconocer las cristalizaciones académicas y subsidiadas del “deber de memoria”: Memory Studies, Holocausto Studies, Desaparecidos Studies. La memoria puede no ser la luz, sino la oscuridad visible. La Shoá, como paradigma de la memoria occidental, ha incido para concebir a los muertos como víctimas, víctimas sacralizadas. De ese paradigma se deriva una mutación en el régimen institucional de la memoria. Las escuelas y los manuales, las conmemoraciones y fechas patrias suman crímenes a las batallas y victorias, víctimas y testigos a la nómina de héroes combatientes. Aun movilizando emociones, fosilización retórica de la memoria, el congelamiento de la sensibilidad se extiende. Las imágenes se vuelven menos reales, repetidas. No basta la observación pasiva, no bastan las imágenes. Un resto de insatisfacción acompaña, entonces, el persistir de la persuasión y la atención.

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Sociologando: Internet como herramienta de recuperación de la memoria de la Guerra Civil Española Internet as a tool for recovering Spanish Civil War memories Laura Solanilla-Demestre (1959, española, Universitat Oberta de Catalunya, España) lsolanilla@uoc.edu

Resumen El caso de los movimientos de recuperación de la memoria de los perdedores de la Guerra Civil Española es atípico si se compara con las dinámicas generadas en otros entornos. La demora entre el momento del trauma histórico y el establecimiento de un Estado democrático explica, en parte, esta singularidad. En este artículo se analizarán los agentes implicados y cómo se han utilizado las herramientas tecnológicas para conseguir los objetivos marcados. Palabras clave: Guerra Civil Española (GCE), Internet, memoria social, memoria histórica Recibido: 27-05-2012 → Aceptado: 09-07-2012

Cítese así: Solanilla-Demestre, L. (2012). Internet como herramienta de recuperación de la memoria de la Guerra Civil Española. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 46-52. Abstract The case of the movements of recovery of memory of the losers of the Spanish Civil War is atypical if compared with the dynamics generated in other situations. The delay between the moment of historical trauma and the establishment of a democratic state partly explains this singularity. In this article we analyze the agents involved and as the technological tools used to achieve the objectives. Key-words: historical memory, Internet, social memories, Spanish Civil War

Introducción Es oportuno ofrecer el estudio del caso español, ya que los procesos de memoria en España han seguido un proceso bien atípico. El motivo principal es la gran distancia temporal entre el momento del trauma y la instauración de un sistema democrático que permita iniciar socialmente estos procesos. En el caso de España, la demora se agrava con el pacto social de silencio de la Transición que permitió la supervivencia de la frágil democracia española, pero que en contrapartida condenó al silencio y al olvido a una parte substancial de la ciudadanía española. El 1 hecho de que hasta inicios del presente siglo no se pusieran en marcha iniciativas cívicas que, a su vez, han presionado para el establecimiento 2 de políticas públicas de memoria , hace que este tipo de movimientos difícilmente pueda ser liderado por las propias víctimas y supervivientes, sino que en gran medida es impulsado sus descendientes físicos o ideológicos. En esta situación, Internet se transforma en una herramienta poderosa de transformación social. En este artículo nos aproximaremos a

sus usos y especificidades para las acciones de recuperación y transmisión de la memoria histórica de la GCE. Marco teórico de la investigación Para situar el caso de estudios, destacaremos brevemente las diferentes etapas por las que han emergido los procesos de memoria colectiva (social, pública o histórica, como se ha popularizado en los medios de comunicación). Fue el sociólogo francés Maurice Halbwachs (1877-1945), discípulo de Henri Bergson y de Emile Durkheim, al que debemos la consideración social de la memoria y de su encuadramiento en marcos sociales (familia, religión y clase social) y que la dotó de una clara dimensión pública y colectiva. Es el primer autor que se plantea que toda memoria autobiográfica (interna, única y vivencial) es, asimismo, colectiva, ya que son los referentes sociales de cada sujeto quienes la construyen. Por otra parte, Halbwachs acuñó el término “memoria histórica”, que es la memoria “prestada” de acontecimientos del pasado que el sujeto no ha experimentado personalmente. Esta memoria se puede incrementar y modificar mediante lecturas y también por otros medios, pero depende totalmente de la memoria de los demás. Sin embargo, en el trabajo de Halbwachs prácticamente no se habla de la relación entre memoria y sufrimiento y trauma. Para él, la memoria social es reforzada por la pertenencia social, por el grupo y lo individual se desdibuja en lo colectivo. El advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, y especialmente el descubrimiento social de lo que supuso el Holocausto, supuso un revulsivo para los estudios sobre la memoria social. Hay un antes y un después del Holocausto que abarca el ámbito académico, pero también el social, el político, el moral y el filosófico. Aunque el Holocausto afectó también gitanos, homosexuales, prisioneros políticos y deficientes, esta palabra designa principalmente el genocidio sistemático de las comunidades judías en manos de los nazis. Y es la tradición judía (el deber del recuerdo) la que ha propiciado la emergencia del movimiento de la recuperación de la memoria de las víctimas. Lo que hay que destacar es que así como el mandato bíblico del recuerdo se había movido siempre dentro de un ámbito religioso, es a partir del Holocausto que se transfiere a un ámbito profano y civil. En este sentido, cabe destacar una corriente teórica que sostiene la emergencia de la memoria judía concentrada alrededor del Holocausto. Los autores más relevantes de la Escuela de Frankfurt, Max Horkheimer y Theodor Adorno (Adorno, 1989; Adorno; Horkheimer, 1994) iniciaron una profunda reflexión crítica sobre lo que suponía la memoria del Holocausto en la sociedad actual. En este marco, la filósofa alemana Hannah Arend dedicó toda su carrera al estudio de los totalitarismos, el Holocausto i la Modernidad (1987; 1999).

1

La primera Asociación de Recuperación de la Memoria en España no fue inscrita en el Registro de Asociaciones hasta Diciembre del 2000. 2 Hasta el año 2007 no se aprobó la Ley 13/2007 del Memorial Democrático. <http://noticias.juridicas.com/base_datos/CCAA/ca-l13-2007.html>

Lo más relevante del significado del Holocausto es que, con el paso del tiempo, ha convertido en un símbolo y un modelo de referencia de todos

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los genocidios posteriores, incluso en momentos históricos en que este modelo no era explícito. Por ejemplo, Enzo Traverso afirma que: “En la época en que el genocidio de los judíos estaba ausente del discurso oficial, su recuerdo nutría una reflexión y un compromiso que no tenían nada de conformistas. En Francia, la memoria de Auschwitz y de Buchenwald fue un resorte muy poderoso de las movilizaciones contra la guerra de Argelia” (2006:113). Según el profesor Andreas Huyssen, “todos los conflictos bélicos recientes hay que leerlos según este ʻmodeloʼ ya instalado en el inconsciente colectivo de Occidente y que permite la imbricación entre la metáfora global del Holocausto con la dimensión particular y local de cada memoria. (…) la intervención ʻhumanitariaʼ de la OTAN en Kosovo y su legitimación dependieron en gran medida de la memoria del Holocausto. Las caravanas de refugiados que cruzan las fronteras, las mujeres y niños abarrotados en trenes para ser deportados, las historias de atrocidades, violaciones sistemáticas y cruel destrucción movilizaron una política de culpa en Europa y Estados Unidos asociada con la no intervención en los años 30 y 40 del siglo XX y con el fracaso de la intervención en la guerra de Bosnia de 1992” (2000:4). Así pues, las dos Guerras Mundiales, la subida de los totalitarismos en Europa, el Holocausto y la Guerra Fría, demostraron a Occidente que esta confianza en el futuro era completamente infundada. La crisis de la modernidad se tradujo, en gran parte, en una mirada hacia el pasado y la necesidad de buscar referentes identitarios que se estaban perdiendo. La falta de proyectos colectivos de futuro hizo emerger los valores individualistas, ya que ante un futuro incierto y la vertiginosa transformación social, el individuo pierde sus referentes y vuelve la mirada hacia sus orígenes, a fin de modificar sustancialmente nuestra manera de relacionarnos con el pasado y las formas de recordar. Después de la fractura que supuso el Holocausto, el interés por el estudio de la memoria colectiva no se reanudó sino hasta finales de 1970, de la mano de Pierre Nora, con la publicación del primer volumen de “Las lieux de mémoire” (1984). A partir del trabajo de Nora se produjo una notable expansión del interés por el análisis de la memoria entre los científicos sociales; y desde 1980, tanto en Europa como en Estados Unidos. Sin embargo, los momentos históricos modifican también la dinámica de construcción de las memorias. Existen tanto para las personas como para las sociedades periodos de calma y de crisis. En los de calma, cuando las memorias y las identidades están constituidas, instituidas y ligadas, los cuestionamientos que se puedan producir no provocan urgencias de reordenar o reestructurar. En cambio, en los de crisis internas de un grupo o de amenazas externas, generalmente se inician procesos de reinterpretación de memoria y de cuestionamiento de la propia identidad. Estos periodos suelen ir precedidos, acompañados o sucedidos por crisis del sentimiento de identidad colectiva y de la memoria. En 1978, Paul Thompson publicó su obra The voice of the past: oral history, que fue pionera en el establecimiento de una metodología espacífica para la investigación en historia oral. No es casual que la publicación de esta obra coincida en el tiempo con la publicación de “Les Lieux de mémoire”, de Pierre Nora. A partir de este momento, mientras esta nueva rama de la historia se imponía, se iniciaba un fuerte debate en el ámbito de las ciencias sociales sobre las relaciones entre memoria e historia. Si consideramos la memoria como una mera fuente de

información de la historia, se plantean una serie de cuestiones técnicas y metodológicas centradas en la fiabilidad y confianza que merece la información recolectada por esta vía, ya que es muy probable que se cometan “errores” en el recuerdo y en su transmisión, de forma voluntaria o involuntaria. Desde la disciplina histórica empezó a emerger una corriente crítica que consideraba la memoria algo acientífico y en absoluto útil para la investigación histórica rigurosa. En el debate historia vs memoria, uno de los principales ejes discursivos era oponer las fuentes orales ―consideradas poco veraces― con las fuentes documentales y materiales sobre las que tradicionalmente se han sustentado los estudios históricos. Sin embargo, otra corriente historiográfica empezó a reivindicar el papel clave de la memoria en los estudios históricos. En este sentido, Mercedes Vilanova, pionera en el estudio de las fuentes orales en España, afirma: “El rol de la memoria no se limita a conservar y transmitir, pues para eso ya están los diarios personales, los epistolarios y otros documentos. La memoria realiza una síntesis de lo vivido a través de un proceso que sólo concluye con la muerte y gracias a la cual una persona o grupo se aprehenden en su unidad” (2003:29). Otros historiadores, como Alessandro Portelli, creen que lo más importante de los testimonios en relación a la memoria no es la exactitud o inexactitud del recuerdo, sino el significado que las personas le otorgan a los recuerdos narrados: “Lo primero que hace diferente la historia oral es que nos habla menos de acontecimientos que de su significado (...) Las fuentes orales no nos explican solo qué ha hecho la gente, sino lo que querían hacer, lo que creían que estaban haciendo y lo que piensan que hicieron (1991:48). Por otro lado, desearía señalar algunas aportaciones realizadas desde la sociología de las TIC. Según diversos autores (Castells, 1998; Jameson, 1991; Virilio, 1999), la sociedad de la información sería una sociedad amnésica que miraría solo un presente cada vez más digitalizado, abstracto y codificado. Para Castells, en un mundo que se caracteriza simultáneamente por la globalización y la fragmentación, la pregunta que emerge es: “¿Cómo combinar las nuevas tecnologías y la memoria colectiva, la ciencia universal y las culturas comunitarias, la pasión y la razón?”. En definitiva, ¿cómo la globalización afecta la identidad tanto personal como colectiva? La digitalización de la memoria en Internet provoca un fenómeno globalizador de una manifestación patrimonial de ámbito local. Las memorias, en tanto que relatos vivenciales anclados en un tiempo y un espacio determinados, tienen una fortísima dimensión local. Sin embargo, su difusión en red provoca procesos transnacionales y miméticos, hacen emerger puntos de contacto y espacios empáticos ante experiencias diversas de naturaleza común. Otros autores, como los sociólogos Alejandro Baer e Igor Sádaba, entienden que Internet no anula la memoria colectiva sino que transforma las maneras en las que se manifiesta: “La memoria no aparece ni desaparece, sino que se transforma y evoluciona en función de las innovaciones tecnológicas y las posibilidades técnicas al alcance que incorporan las sociedades (2003:168). Su principal aporte es relacionar la evolución de las formas de la memoria colectiva con las transformaciones en las tecnologías que les sirven de soporte y de vehículo de comunicación. El aumento exponencial en la capacidad de almacenamiento y en la rapidez y alcance de la distribución han transformado completamente los procesos de construcción y gestión de la memoria colectiva.

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Finalmente, para completar el marco de referencia de nuestra investigación, retomaremos el concepto de cibercultura del filósofo Pierre Lévy: “Denomina el conjunto de técnicas (materiales e intelectuales), de prácticas, de actitudes, de maneras de pensar y de valores que se desarrollan de manera conjunta en el crecimiento del ciberespacio” (1999:15). Para él, la cibercultura es una nueva forma socio-cultural que resulta de la interacción entre sociedad, cultura y nuevas tecnologías, que emergió en la década de 1970 gracias a la convergencia de las telecomunicaciones y la informática. Tiene una relación muy directa con la dinámica política, antropológica, social, económica y filosófica de los individuos conectados en red y también una gran incidencia en la vida cotidiana (como demuestra la eclosión de la banca electrónica, el ecommerce, l’e-learning y las redes sociales). Es dentro de este marco referencial donde se inscribe nuestra investigación sobre los usos de Internet para la recuperación de la memoria de la GCE. Debe inscribirse en un contexto europeo, social y políticamente alejado de la dinámica latinoamericana. Aunque exista alguna coincidencia con procesos de memoria acaecidos en otros países (por ejemplo, el caso chileno o en algunos países africanos), el proceso en sí denota una dinámica particular, condicionada por la larga duración temporal de la dictadura franquista y los esfuerzos españoles para realizar una transición pacífica dentro del marco de la Unión Europea. Vamos a continuación a revisar cuáles son las características específicas del caso español. La especificidad del caso español En España, la guerra civil constituyó una fractura tan intensa, que tardó dos generaciones enteras en conseguir recobrar las condiciones necesarias para iniciar el proceso de recuperación de la memoria. Una guerra civil supone la posterior coexistencia obligatoria entre vencedores y vencidos, y en el caso de la GCE, se desarrollaron importantes esfuerzos por parte del Régimen Franquista para escribir una historia oficial que legitimara la Dictadura y, al mismo tiempo, para silenciar la memoria de los vencidos. Es decir, se desarrolló un programa oficial para modelar el recuerdo para las generaciones futuras, que fue vigente por más de cuarenta años. En este programa se aplicó de forma consciente, deliberada y programada durante más de cuarenta años. A la derrota física sobre los republicanos se añadió una política de olvido cuidadosamente construida por el régimen dictatorial: “El General Franco no consideró oportuno dar esta información a los familiares de las víctimas. (...) Escucha: los certificados de defunción no me los he inventado yo. Desde el año 1938 y 1939 que han estado allí (los archivos) todos estos años. El General Franco hubiera podido ordenar a todos los juzgados que cogieran esta información y la facilitaran a los 3 ayuntamientos” (Entrevista a Quim Aloy, historiador) . El segundo elemento que diferencia el caso español es que no siguió unas pautas comunes respecto a otras situaciones de transición de un régimen dictatorial a uno democrático, ya que después de cuarenta años de dictadura, el modelo de transición democrática en España se construyó sobre una Ley de Amnistía política que dejó impunes los crímenes de guerra bajo la coartada de la liberación de los presos de la dictadura. Esta

ley se consideró imprescindible entre los diferentes agentes políticos y sociales para dar espacio de crecimiento y proteger a la joven democracia española. En palabras de la historiadora Selma Reuben: “Uno de los elementos más visionarios de este salto hacia la democracia fue la renuncia general a cualquier tipo de venganza política. No hubo ninguna ʻlimpiezaʼ al estilo checo ni comisiones de ʻverdad y reconciliaciónʼ al estilo de las que se crearon más tarde en Sudáfrica” (2002:23). Este hecho ha condicionado absolutamente la construcción de la memoria colectiva del conflicto y como, a pesar de este pacto, a medida que la democracia se iba fortaleciendo, surgían más voces que reclamaban la memoria de los vencidos. Como narra Josefina Cuesta: “Nuestro presente democrático, cargado de historia, se presenta también como campo avaro de memoria, bien en la ʻinvención de la tradiciónʼ , para aquellos fenómenos nacientes que buscan el troquel de la legitimidad en el pasado y en la realidad de raíces históricas de realidades centenarias, o bien en la invención y apropiación de lugares, en la celebración de conmemoraciones, en la política del patrimonio o en el acuerdo tácito de cierto silencio en aras de la transición y de la convivencia democrática” (1988:224). El tercer elemento es que por ritmo biológico natural, los protagonistas del conflicto han fallecido mayoritariamente y, por lo tanto, la recuperación de la memoria se debe hacer como memoria heredada a partir de los relatos transmitidos en el entorno familiar. Así pues, los que lideran las iniciativas son, en la mayoría de ocasiones, los nietos de los protagonistas. Por descontado, el lapso de más de sesenta años desde el momento en que suceden los hechos y el momento donde socialmente se dan las condiciones para ser narrados, produce dos factores ineludibles que condicionan y modifican estos recuerdos. En primer lugar, el propio paso del tiempo, que actúa imperceptiblemente al reinventar los recuerdos para ajustarlos a los valores socialmente imperantes en cada momento histórico. Este efecto es común en cualquier tipo de memoria o recuerdo de un hecho determinado, pero en el caso de la GCE, se debe tener presente que ha existido un programa de manipulación explícito del recuerdo ejercido por las fuerzas ganadoras que construyeron discursos propagandísticos y generaron una memoria tergiversada para legitimar su régimen y dar legitimidad a su rebelión contra el gobierno legítimamente elegido de la Segunda República. Estos dos factores, el impersonal y el volitivo, han ido construyendo el discurso cambiante sobre que fue la GCE y sus consecuencias sobre los diversos sectores de la población. El papel de los medios de comunicación de masas también ha sido crucial para modificar la opinión pública en relación al memorialismo. En este sentido, podríamos fechar este interés colectivo por la recuperación de la memoria en España a principios de la década de 1980 con la aparición del debate público, consecuencia de la emisión televisiva de la serie “Holocausto” (1978 US / 1979 en España). Asimismo, el estreno de la serie televisiva “Raíces” (1977 US / 1979 en España) hizo emerger entre el gran público la historia de los afroamericanos y la esclavitud en los Estados Unidos. En Cataluña, y directamente relacionada con la recuperación de la memoria de las víctimas del franquismo, cabe destacar el papel decisivo que ha jugado la televisión 4 autonómica de Cataluña (TV3) en este asunto . El domingo 20 de enero

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Quim Aloy es el responsable de la identificación y posterior homenaje a más de 400 soldados republicanos que fallecieron en el Hospital de Sangre de Manresa, entre el 1937 y el 1939 y que fueron sepultados en una fosa común del Cementerio de Manresa

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Para profundizar en este tema se puede consultar el trabajo de Panyella, Imma (2007) “La memoria histórica a TV3”. A la Revista del Col•legi Oficial de Doctors i

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de 2002, y dentro del espacio “30 minuts”, Televisión de Cataluña estrenó un reportaje especial de dos capítulos que recogía los resultados de un año de investigación y que se titulaba Los niños perdidos del Franquismo. Su emisión provocó una sacudida social tan importante en la opinión pública, que se originó un amplio debate social y político sobre la necesidad imperiosa de romper el pacto de silencio de la Transición y emergieran los hechos silenciados durante más de medio siglo. A partir del eco social que provocó este reportaje, TV3 se planteó la realización y emisión de otros programas en la misma línea y, en marzo de 2003, emitió un ciclo de documentales bajo el nombre genérico de: Franquismo: ¿recordar u olvidar? A partir de ese momento, la Televisión de Cataluña ha ido produciendo una serie de documentales (capitaneados por Montse Armengou i Ricard Belís), como Las fosas del silencio (2-03-2003), El convoy de los 927 (7-032004) o Ravensbrück, el infierno de las mujeres (1-05-2005). De la mayoría de los programas se editaron libros que se vendieron 5 masivamente, como las “Diadas” de Sant Jordi . Internet como espacio de recuperación de memoria Desde mediados de 1990, Internet se ha empezado a utilizar de forma cada vez más masiva para conseguir los objetivos de recuperación de la memoria colectiva de la GCE. Los resultados que se exponen a continuación corresponden a la selección y análisis de un corpus compuesto por 70 páginas relacionadas con la GCE. Tanto su volumen como su heterogeneidad han recomendado un abordaje cualitativo de los contenidos, sin descartar estudios posteriores donde se accedan a métricas que ofrezcan otro tipo de datos. Para su selección, se han establecido los criterios de que existiera presencia directa o indirecta de memoria autobiográfica, tanto en forma de transcripción como en grabaciones en audio o video. La tipología de las iniciativas en línea han sido muy diversas: páginas estáticas, foros de opinión, libros de visitas. Se debe hacer constar que este estudio se realizó antes de la consolidación del uso de las redes sociales y, por este motivo, fueron los foros de opinión los que se utilizaron para establecer los temas de debate principales y los actores implicados. Como ejemplo, podemos resumir los resultados del seguimiento durante dos meses de cuatro foros relacionados con el tema, que dieron un total de 1.607 mensajes. El quinto foro, Azul Mahon, de corte falangista, no dispone de un apartado específico dedicado a la GCE, por lo que no se pudieron tabular los resultados. No obstante, cabe constar que cinco años después de la recogida de datos, la suerte de los foros estudiados es desigual. Quedan 6 activos el de la Guerra Civil Española y el de la Asociación para la 7 Recuperación de la Guerra Civil Española de acceso restringido, y el de 8 9 las Brigadas Abraham Lincoln . El de Historias de la Guerra Civil Española 10 se ha reconvertido en un tablón de contactos y el Azul Mahon ha puesto su dominio en venta. Sin embargo, los resultados del análisis de su

Llicenciats en Filosofia i Lletres i en Ciències de Catalunya, Reflexiones sobre la memoria histórica. 2007, Núm, 127, 48-50. Barcelona: Col•legi Oficial de Doctors i Llicenciats en Filosofia i Lletres i en Ciències de Catalunya. 5 Fiesta del Libro y de la Rosa en Cataluña, donde se registran el máximo volumen anual de ventas de libros. 6 Véase: http://www.guerracivil.org/listagce.htm 7 Véase: http://boards1.melodysoft.com/app?ID=ARMH 8 Véase: http://www.alba-valb.org/ 9 Véase: http://boards3.melodysoft.com/app?ID=guerracivilespa&DOC=1 10 Véase: www.falanges.com/public/foro/viewtopic.php?p=728&highlight=

contenido nos dan pistas relevantes sobre los temas que ocupan y preocupan a sus participantes (ver cuadro 1). Cuadro 1: Temas que preocupan y ocupan a los participantes de dicha páginas. GCE ARMH HGCE BAL Tipologías de entradas # % # % # % # % Petición de información 379 39,7 364 76,6 0 0 22 33,3 Debate académico 31 3,2 0 0 0 0 22 33,3 Debate político 31 3,2 44 9,2 42 37,5 0 0 Actualidad 285 29,8 0 0 37 33,0 12 18,1 Difusión de actividades 172 18,0 35 7,3 25 22,3 7 10,6 Otros 56 5,8 31 6,5 8 7,1 3 4,5 Total 954 475 112 66 Memorias diversas A grandes rasgos encontramos memorias autobiográficas (narradas en primera persona, o bien mediante la trascripción de diarios o cartas, o por entrevistas hechas a posteriori) y memorias heredadas; es decir, relatos en tercera persona, en la mayoría de casos por los descendientes directos, hijos y, sobre todo, nietos. Sin embargo, cabe destacar que del total de páginas analizadas, las que transcriben relatos en primera persona (por entrevista o transcripción de diarios) son minoría, ya que solo 16 de las 70 cumplen este criterio. Otro elemento a destacar es la convivencia entre diversas memorias oficiales, según la filiación política de los editores. Sin embargo, debemos destacar que precisamente Internet es un buen foro para aquellos colectivos alejados de los medios de comunicación convencionales, con una especial relevancia al discurso de los perdedores, pero con presencia, asimismo, de discursos plenamente nostálgicos. Así, conviven páginas con discursos plenamente franquistas ―que justifican el alzamiento y la guerra como actos de legítima defensa ante los abusos del Frente Popular y la II República― que conviven con los discursos pactistas de la Transición ―que equiparan las penalidades sufridas por los dos bandos y diluyen culpas y responsabilidades―, y aquellos que reivindican la necesidad de justicia y de dar voz a los silenciados. Los tres discursos conviven en diferente medida y proporción, pero sería casi imposible encontrar otro medio de comunicación (periódico, radio, revista…) que permitiera esta convivencia. En este sentido, es interesante como en muchas páginas falangistas se da un “efecto-espejo” que consiste en anteponer elementos paralelos de carácter fascista a signos y símbolos claramente republicanos. Un ejemplo consistiría en equiparar el papel y el significado de los Legionarios con la de las Brigadas Internacionales que intervinieron en la GCE. Así, la primera característica de la memoria de la GCE en Internet es su diversidad, lo cual nos aleja de un modelo único y estandarizable. No obstante, un factor de diferenciación es la ideología política de los impulsores de las iniciativas. Principalmente nos hallamos ante personas o asociaciones de tendencia claramente republicana o políticamente de izquierdas, mientras que las páginas promovidas por personas afines al bando nacional son prácticamente inexistentes, con la excepción de algunas de filiación falangista en todas sus escisiones y variantes. Así pues, Internet es usado mayoritariamente por los herederos físicos o ideológicos de los perdedores de la guerra, tanto por parte de los republicanos (exiliados, combatientes, población civil) como por falangistas que, con el paso de los años, también se consideran víctimas

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del franquismo. Numéricamente la presencia de páginas “nacionales” es muy inferior a la de las que reivindican la memoria republicana, probablemente porque aquellos que lucharon en las filas nacionales y sus herederos han gozado durante mucho tiempo de plataformas para consolidar y difundir su versión de la historia, falseando y negando la simple existencia de otras memorias en conflicto con la suya. Internet, como nuevo canal de comunicación, es utilizado por la derecha española solo por aquellos grupos que no disponen de otros canales. Sin embargo, cabe ver los discursos propagandísticos que se perpetúan en los medios de comunicación ideológicamente afines, como la emisora de radio COPE, el ABC o La Razón, y que nos muestran cómo los hijos y nietos ideológicos de los nacionales se han reposicionado cómodamente en los partidos de derecha democrática. Por otra parte, al contrario que en el caso francés, los partidos de ultraderecha no están tan claramente identificados en el ámbito social, lo cual no significa que no sean ideológicamente bien presentes en nuestra sociedad. En cambio, no se observa ninguna diferencia según el papel jugado en la guerra. En la red es posible encontrar tanto testimonios de población civil como de soldados, de brigadistas internacionales como de exilados. Las diversas miradas sobre la guerra conviven con toda normalidad. Los agentes en la red En la red es habitual la convivencia de diversos actores sociales en condiciones de igualdad a la hora de generar y difundir información. El papel que juegan no acostumbra a equivaler con el que juegan en la sociedad presencial y, en muchas ocasiones ―gracias a la facilidad de acceso y los bajos costes que supone la creación de un sitio web como plataforma de difusión―, son aquellos agentes que tienen más dificultades para hacerse escuchar en la presencialidad los que se posicionan como líderes en las acciones en línea. En este aspecto hemos detectado básicamente tres tipos de agentes que actúan en la red con este objetivo. La sociedad civil Los individuos son los grandes protagonistas de los movimientos de recuperación de la memoria en la red. Más de la mitad de páginas analizadas (49 de 70) están promovidas o bien por individuos o por asociaciones sin ánimo de lucro. Cuando son promovidas por particulares (10 de 70), suelen utilizar Internet para explicar sus vivencias o para dar a conocer las experiencias de otra persona (generalmente en familiar cercano). En el contexto español, la demora en el tiempo, fruto de la larga dictadura y los pactos de la Transición, han provocado que, por simple reloj biológico, la mayor parte de protagonistas hayan fallecido o sean de edad muy avanzada. Este hecho provoca dos consecuencias directas. Por un lado, la urgencia que trasmiten muchas de las páginas en la necesidad de recoger lo antes posible los testigos de los protagonistas. Por otro lado, la existencia de intermediarios. En este sentido, cabe destacar el papel fundamental de la tercera generación, la de los nietos de los combatientes, que actúan como puente generacional para salvar la exclusión digital de aquellos que tienen la memoria pero que, por edad, no utilizan la red. Es evidente que generacionalmente quienes lideran los usos de Internet en este ámbito son los nietos de los protagonistas que han crecido y se han formado en un entorno donde el uso cotidiano de ello es habitual. No obstante, el papel de la tercera generación no es simplemente de competencia digital. Esta generación es la que lidera las iniciativas de

recuperación de la memoria en España. Porque las circunstancias históricas no permitieron que la segunda generación, la de los hijos de las víctimas, se atreviera a hablar y a reivindicar el papel de las víctimas. De hecho, pienso que uno de los factores que ha hecho reactivar todo el tema este de la memoria histórica es la tercera generación. Porque la generación del medio es la del silencio ―”no digamos nada, no hablemos...”, incluso del miedo. “Pero ahora hay jóvenes nietos de los represaliados, los nietos de los fusilados, los nietos de los desaparecidos, que empiezan a pedir. [...] Estos sí tienen acceso a Internet, la mayoría. Estos sí que saben cómo moverse por Internet” (Entrevista a Quim Aloy, historiador). Los motivos por los cuales estas personas utilizan Internet como plataforma de difusión son muy evidentes: facilidad de acceso, amplia difusión y bajo coste de publicación. También se debe tener en cuenta que existe una brecha digital por motivos de edad y que si los protagonistas se expresan en la red, suele ser por persona interpuesta, generalmente un nieto o familiar joven que dispone de las competencias generales para hacerlo. Sin duda alguna, el protagonista de este tipo de iniciativa en la red son las Asociaciones de todo tipo (39 de 70), especialmente las Asociaciones de recuperación de la Memoria. Generalmente estas asociaciones han encabezado los movimientos en defensa de los derechos humanos y para la recuperación de la memoria de las víctimas en distintos contextos políticos. Sus objetivos suelen concretarse en dos grandes ámbitos. En primer lugar, la recuperación ligada al homenaje a las víctimas, a fin de inscribir estas acciones en un proceso de dignificación y justicia. Por ejemplo, en la página de la ARMH de Laciana podemos leer: “Pretendemos ahora, después de casi setenta años, recordar a aquellos hombres y a sus mujeres como lo que fueron y no como nos los han retratado hasta ahora. Queremos devolverles la dignidad y la memoria 11 que toda persona merece” . En segundo lugar, todas estas asociaciones tienen objetivos muy concretos y utilizan la red como espacio de activismo político donde difundir su lucha, ya que su acceso a los canales de comunicación oficiales es prácticamente inexistente. En este sentido, la red se ha demostrado como una herramienta extremadamente útil para crear redes de colaboración, compartir información y, en algunas ocasiones, conseguir la creación de presión social y política que ha acabado abriendo procesos judiciales y promulgando leyes compensatorias. Su falta de estructura las dota de mucha flexibilidad de actuación y, en muchos casos, han sido la punta de lanza de los procesos de memoria, en los que las instituciones han tardado mucho más a reaccionar y posicionarse. En los últimos años se observa una tendencia a pasar de la construcción de unas páginas al uso de Internet 2.0 y la presencia en redes sociales y blogs, como sería el caso de la Asociación de 12 la Memoria Histórica de Cartagena . Los medios de comunicación La aparición de Internet 2.0 en 2004 y la popularización de YouTube y otras plataformas multimedia han revolucionado absolutamente el papel de los medios de comunicación. Colgar un video en la red y ser visto por miles o millones de usuarios está al alcance de cualquiera. Este simple factor hace que la recuperación y construcción de la memoria en los tiempos de Internet siga unas reglas de juego completamente diferentes. Las más importante es que no existe control sobre lo que se emite. No

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Véase: <http://armhlaciana.tk> Véase: http://www.memoriahistoricacartagena.com/

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hay censura pero tampoco nadie responde de la validez de los contenidos y así conviven los documentos más panfletarios y sesgados con iniciativas completamente honestas. En nuestro corpus de análisis se recogen las páginas de cinco programas de TV3 relacionados con esta temática. Sin embargo, es evidente que los medios también influyen y manipulan de forma voluntaria o involuntaria sobre la percepción que se tiene a nivel general sobre un tema determinado, o incluso sobre la percepción de qué temas están en la agenda pública y cuáles son silenciados, omitidos o ignorados: “Los medios no transportan la memoria pública con inocencia: la configuran en su estructura y en su forma misma” (Huyssen, 2000:11). Esta influencia es tan notable que hasta incide en la manera en que los testimonios narran sus experiencias, pues siguen un patrón pautado previamente y asimilado socialmente. La víctima, el superviviente, narra aquellos que inconscientemente se espera que se relate. De hecho, es un elemento que influye de forma muy significa en el moldeo de la memoria personal de cada uno de nosotros. Por ejemplo, en una entrevista realizada en 2007 a Imma Boj, antropóloga y directora del Museu d’Història de la Immigració de Catalunya, afirmaba: “Cuando uno va a hacer una entrevista a una persona sobre la Guerra Civil, ya le has dado mucha información previa. Y, en cierta medida, ya sabe qué te ha de dar (…). Por lo tanto, ellos están respondiendo a un patrón historiográfico previo que viene marcado por los programas de TV3, que está haciendo Escribano (director de TV3 en aquella etapa)”. Los agentes institucionales Finalmente, el tercer grupo de agentes que utilizan la red para la recuperación de la memoria de la GCE son las instituciones, especialmente aquellas que, por su propia naturaleza, están encargadas de salvaguardarla socialmente (nos referimos a los museos, bibliotecas, archivos y universidades (por medio de sus centros de investigación o de sus bibliotecas). En nuestro corpus tienen una presencia notable, con 17 páginas de museos, archivos y centros de investigación universitarios. Sin embargo, en cualquier análisis que se realice se constatan dos hechos. En primer lugar, el bajo número de páginas promovidas por instituciones diversas ante el alto número de páginas realizadas e impulsadas por particulares y asociaciones civiles. Y con alguna excepción, la mayoría de páginas institucionales se limitan a actuar como escaparate de las actividades presenciales de la institución. El segundo aspecto es el retraso con el que las instituciones se incorporan a este tipo de iniciativas. A pesar de que en los últimos años han aumento de forma notable las iniciativas institucionales, se hace evidente la profunda desconfianza por parte de las instituciones y administraciones en la capacidad de Internet como herramienta de transformación social. No obstante, querría poner de relieve la importancia de que sean las instituciones quienes asuman su papel en la recuperación y gestión de la memoria colectiva en Internet. La recomendación de que así sea se basa en garantizar dos elementos fundamentales. En primer lugar, la continuidad de la memoria conservada, ya que las páginas institucionales son mucho más estables que las de las asociaciones que no disponen de estructura ni de presupuesto. En segundo lugar, la implicación institucional puede garantizar la fiabilidad de los contenidos y el rigor en la metodología utilizada para recogerlos, hecho que contrasta con el funcionamiento menos profesional de las asociaciones e individuos, basado en el voluntariado de sus miembros. Los medios tampoco garantizan esta fiabilidad, ya que la información que seleccionan puede estar condicionada por objetivos desviados, tales como satisfacer los (hipotéticos) intereses de las audiencias.

Conclusiones-discusión El caso español nos sirve para constatar que existen unos elementos comunes en todos los procesos de recuperación de la memoria colectiva. Sin embargo, el amplio arco temporal entre el momento del trauma y el restablecimiento de las condiciones políticas y sociales que permiten las acciones públicas de recuperación de la memoria y homenaje a las víctimas ha condicionado completamente las dinámicas sociales. Como en otras situaciones con las cuales se pueden establecer paralelismos, ha sido la sociedad civil la que ha liderado la lucha para la recuperación de la memoria, tanto individual como colectiva. No obstante, una de las singularidades del caso español es que es la tercera generación la que ha dispuesto de las condiciones para iniciar el movimiento y que se apropia con toda naturalidad de las herramientas y ventajas de Internet para conseguir sus propósitos. En este caso, Internet se revela como una herramienta de gran eficacia para la transformación social y como un contrapoder al alcance de toda la ciudadanía, hecho que se traslada y se acrecienta, por ejemplo, en los usos de las redes sociales en el movimiento del 15M. En todo caso, sirva este caso de ejemplo para valorar las potencialidades y el poder de la red en los movimientos sociales, políticos y cívicos contemporáneos Reflexiones de la editora Begoña Enguix: El texto de Solanilla expone un caso interesante de gestión de la llamada memoria histórica en un contexto particular, el español, marcado, como apunta la autora, por la distancia temporal entre los hechos (ocurridos durante la Guerra Civil Española, 1936-1939) y la vindicación de la historia de los vencidos. Expone cómo la Transición Española a la Democracia, iniciada en 1975, corrió un velo sobre la barbarie que supuso la guerra y parte de la posguerra. Esto ha condicionado que en muchos casos no sean los propios protagonistas de los hechos, sino sus descendientes, quienes se erijan ahora, muchos años más tarde, en depositarios de la memoria. El artículo expone las líneas maestras del proceso de recuperación de la memoria y se centra en su gestión mediante las TIC. Las TIC y en particular las distintas páginas web que han ido surgiendo en España al hilo del tema, dan voz a la pluralidad de voces (también a la de los vencidos tantos años acallados), siendo ésta una de las grandes aportaciones de las nuevas tecnologías a la producción-conservación de la memoria. Con ello, abre una interesante línea de investigación en la que junto a la historiografía tradicional se apunta la necesidad de tener en cuenta las posibilidades que las TIC ofrecen de hablar en primera persona (o en tercera, en este caso) para alcanzar una mejor aproximación a los hechos. Referencias bibliográficas Adorno, T.W., Horkheimer, M. (1994). Dialéctica de la Ilustración, Madrid: Trotta Aguilar, P. (1996). Memoria y olvido de la GCE. Madrid: Alianza Editorial Arendt, H. (1987) Los orígenes del totalitarismo. Madrid: Alianza Colmeiro, J. F. (2005). Memoria histórica e identidad cultural de la posguerra a la posmodernidad. Rubí: Anthropos. Castells, M. (1998). La era de la información. Economía, Sociedad y Cultura. Vol. 2. El poder de la identidad. Madrid: Alianza Editorial. Cuesta-Bustillo, J. (1998). La memoria del horror, después de la II Guerra Mundial. Ayer, 32, 81-104. Madrid: Marcial Pons Dantas, C.G. (2006). El pasado en la red: Notas sobre un acierto digital. III Congreso Online Observatorio de la Cibersociedad. Extraído del 20 de

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noviembre al 3 de diciembre de 2006 desde: http://www.cibersociedad.net/congres2006/gts/comunicacio.php?&id=8 09 Jelin, E. (2001). Los trabajos de la memoria. Madrid: Siglo XXI Editores Halbwachs, M. (2004). Los marcos sociales de la memoria. Barcelona: Anthropos Editorial Huyssen, A. (2000). En busca del tiempo futuro a Medios, política y memoria. Puentes, 1(2), Lévy, P. (1999). La cibercultura, el segon diluvi. Barcelona: Ediuoc Pérez-Garzón, J.S., et. al. (2000). La gestión de la memoria. La historia de España al servicio del poder. Barcelona: Crítica Contrastes Reuben-Holo, S. (1999). Más allá del Prado. Museos e identidad en la España democrática. Madrid: Akal Sàdaba, I., Baer, A. (2003). Tecnologías de la memoria: la transformación del recuerdo colectivo en la sociedad de la información. Cuaderno de Realidades Sociales, 61/62, 163-184. Thompson, P. (1988). La voz del pasado. Historia oral. Valencia: Edicions Alfons el Magnànim Traverso, E. (2006). Els usos del passat. Història, memoria, política. València: Universitat de València Vilanova, M. (2003). Rememoración en la historia. A Historia, Antropología y Fuentes Orales, Memoria rerum (30), 23-40.

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Sofando: La mirada filosófica: un vistazo al rostro del otro The philosophical view: a look at the face of the other Josua-Óscar Aponte-Serrano (1988, puertorriqueño, Universidad de Puerto Rico, Puerto Rico) josua.aponte@upr.edu

Resumen La filosofía tiene aún vigencia. Sin embargo, esa vigencia, su rol particular respecto de las condiciones sociales en las que nos encontramos, dista de ser clara y evidente. Por eso es necesaria una reconceptualización de la filosofía que capture su verdadera esencia transformadora. De la mano de diferentes autores, pertenecientes a diferentes escuelas de pensamiento filosófico, se produce aquí una reflexión en torno a los problemas pertinentes para la filosofía, vista desde su capacidad de incidir decisivamente en transformar el contexto social actual. En primer lugar, se contraponen dos visiones de la práctica, como objetos de reflexión filosófica tal cual fueran formulados por Carlos Marx: la poiesis y la praxis. Luego de rescatar para la praxis el carácter moral, se especifican las condiciones originarias de la praxis moral, analizada desde la perspectiva de Emmanuel Levinas, Zygmunt Bauman y Enrique Dussel. Finalmente, se propone una visión de la filosofía que la inserta en el proceso de transformación política y moral de la sociedad: la filosofía debe propiciar un cambio en la mirada hacia el rostro de los otros. Palabras clave: Bauman, cara-a-cara, Dussel, Levinas, moral, otro Recibido: 02-06-2012 → Aceptado: 26-06-2012

Cítese así: Aponte-Serrano, J.O. (2012). La mirada filosófica: un vistazo al rostro del otro. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 53-57. Abstract Philosophy is still relevant. However, this validity, its particular role in the social conditions we found ourselves, is far from clear and evident. For that reason is necessary to rethink philosophy in a way that captures its transforming role. Accompanied by different authors, pertaining different philosophical school of thoughts, it is produced here a reflection on the relevant issues of Philosophy, considering it capable to influence decisively and to change the actual social context. First, two visions of the practice, as formulated by Karl Marx, are opposed: poiesis and praxis. After reclaiming for the praxis the moral dimensión, the original conditions of the moral practice as concieved by Emmanuel Levinas, Zygmunt Bauman and Enrique Dussel, are exposed. Finally, a conception of philosophy as capable of partake in the process of transformation of our moral and political context is proposed: the philosophy must propitate a change in the gaze toward the face of the others. Key-words: Bauman, Dussel, face-to-face, Levinas, moral, the other

Introducción Cuenta una historia que el primero de los filósofos griegos, Tales de Mileto, gustaba caminar en las noches y mirar el firmamento a fin de intentar descifrar el movimiento regular de los astros y demás cuerpos celestes. Tras él, su esclava sostenía una lámpara encendida que alumbraba el ca-

mino para que el filósofo no viese interrumpida su ardua tarea astronómica. Una de esas noches, absorto en la contemplación de las luminarias, Tales tropezó en un pozo que atravesaba su camino, sin que este tuviese la oportunidad de percatarse. Sumido en la oscuridad del agujero, rodeado de agua tan oscura como la noche, el filósofo sólo percibía la risa de su esclava en la apertura del pozo. Tradicionalmente, la filosofía se ha ocupado de resolver el mismo problema que se presenta entre Tales y su sirvienta. La filosofía busca esclarecer la relación primaria del ser humano con el mundo. En cierto sentido, se podría formular el problema filosófico de la siguiente manera: ¿hacia dónde se dirige, en primera instancia, la mirada? Tales representa la mirada contemplativa del mundo y, consiguientemente, a las escuelas de pensamiento filosófico que sostienen que la relación primaria del ser humano con el mundo es una relación de contemplación. Por otro lado, la sirvienta representa la mirada práctica, de modo que puede identificarse con las diferentes corrientes filosóficas que privilegian la práctica sobre la contemplación. En la sirvienta se expresa la práctica como constitutiva del ser del mundo. La praxis como relación moral Planteado de este modo, como hace Adolfo Sánchez Vázquez en Filosofía de la praxis, la tensión no resuelta en la filosofía es la relación entre la teoría y la práctica. Es en este contexto que surge la famosísima undécima tesis sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. En Las tesis sobre Feuerbach, Marx suscribe, junto con los demás materialistas, que la práctica es la relación fundamentalmente humana. Se encuentra así en la praxis, entendida como actividad transformadora, la solución al problema de Tales y su sirvienta: “Así entendida, la praxis ocupa el lugar central de la filosofía que se concibe a sí misma no sólo como interpretación del mundo, sino como elemento del proceso de su transformación” (Sánchez, 2003:28). Sin embargo, ¿qué es esta praxis en la que Marx pretende haber hallado la solución al antiquísimo problema filosófico? En Marx, la praxis tiene un sentido más limitado del que tenía en la antigüedad griega. Para los antiguos, la praxis se refería más bien a la actividad en general, a la acción. Para Marx, y en esto consiste su novedad, la praxis como actividad constitutiva del mundo es ante todo poiesis; es decir, trabajo. No obstante, que la actividad productiva sea constitutiva del mundo, no significa que deban ser excluidas otras dimensiones de la praxis, esta vez entendida en su sentido general. Hay más praxis que sólo el trabajo. Por eso no se equivocaron los idealistas alemanes al reconocer en la praxis una dimensión moral. El equívoco idealista residió más bien en considerar la práctica moral como la expresión cimera de la praxis. Del mismo modo que el ser humano se produce a sí mismo a través del trabajo, se produce a sí mismo al relacionarse con otros.

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¿Qué quiere decir todo esto? Se requiere aquí una indicación importante, como sostiene Enrique Dussel en Filosofía de la Liberación: los demás, los otros, son constitutivos del ser de mi mundo. Si bien es cierto, como sostienen los materialistas desde Epicuro hasta Marx, que la práctica es constitutiva del ser del mundo y esta práctica es, en primer lugar, una práctica productiva, también es cierto que las relaciones sociales de producción no son relaciones moralmente neutrales; es decir, el ser humano no trabaja primero y luego surgen los principios morales como agregados al trabajo. El trabajo está irremediablemente atravesado por la moral, de forma que ésta última constituye el correlato del primero: “Acortar distancia es praxis. Es un obrar hacia el otro como otro” (Dussel, 2003: 46). Sostiene Sánchez Vázquez en Ética y Marxismo que la afirmación de que el trabajo es la relación constitutiva del mundo no debe entenderse como diluyente de la moralidad (2006:298). Trabajamos porque nos encontramos con otros en el mundo, condición que es insuperable por nuestro decidido carácter social. Este estar con otros en el mundo es la condición originaria del trabajo y, conjuntamente, del mundo que es producido por el homo faber. De aquí que este estar con otros atraviese decididamente tanto la práctica productiva como la actividad contemplativa. Como reconoce Marx, no hay actividad humana, ni práctica ni teórica, que sea neutral a determinadas relaciones sociales. Sin embargo, las relaciones sociales, incluso las más fundamentales que son las relaciones prácticas productivas, son sólo posibles porque hay otros que hacen posible el emerger mundo que llamamos propio. Por otro lado, la afirmación de que las relaciones productivas no son moralmente neutrales tiene también importantes consecuencias para la moralidad misma. La práctica moral no debe ser ya concebida como una relación abstracta entre sujetos morales abstraídos de sus contextos. No se debe divinizar al ser humano y hacer de la relación moral que establece con otros una relación atemporal. La relación ética es una relación material, una relación siempre situada. El ser humano establece relaciones morales concretas con los otros que lo rodean: con los que trabaja, con los que comparte un hogar, con los que comparte una cama. Así, la undécima tesis, que resalta el carácter transformador de la actividad práctica, reviste una dimensión moral. La crítica que realiza Marx al capital es, de fondo, una crítica moral: el capital es criticable por “no satisfacer las necesidades vitales de la inmensa mayoría de la humanidad” (Sánchez, 2006:304). La relación desigual intrínseca al capital no es sólo un problema político, sino también un problema moral. “Hay, pues, en Marx y el marxismo una crítica moral del capitalismo que presupone los valores morales desde los cuales se hace, valores negados en el sistema social que se critica, y propios de la sociedad alternativa que propone para desplazarlo” (Sánchez, 2006:304). La filosofía debe ser, en primer lugar, una crítica moral de lo existente. No porque implique la transmutación de valores de modo que con la transformación del orden social se pretenda únicamente sustituir unos valores morales por otros, igualmente formales aunque con otro contenido, sino porque la crítica del sistema involucra siempre un juicio de valor, un rechazo de lo fáctico, de lo dado que se presenta siempre como inmutable, como el orden natural de las cosas. Basta con decir “no es justo” o, como dice Reyes Mate en las Conferencias sobre la justicia en la construcción de la historia de Walter Benjamin, “no hay derecho” para que se produzca una ruptura en el orden fáctico, para que surja la moral como modo de cuestionar el sistema. Por ejemplo, que el capitalismo sea incapaz de satisfacer las necesidades básicas de la mayoría de la humanidad no es una crítica exclusivamente económica, es una crítica también moral: no es

justo morir de inanición. Es decir, la filosofía debe ser una crítica que reconozca las injusticias en el mundo, en el orden fáctico, y que exponga las posibilidades de transformar ese mundo de injusticias. También le corresponde a la filosofía reconocer que el problema de la injusticia no es nunca un problema principalmente teórico, sino un problema de la práctica. Este sentido de la injusticia como práctica es lo que Walter Benjamin llamaría “materialismo histórico”. En palabras menores, a la filosofía le corresponde mostrar los senderos por los que es posible escapar del poder hegemónico del sistema capitalista actual y de cualquier otro sistema en que sea admisible la explotación, la opresión y el sufrimiento. La filosofía debe ser una filosofía de la praxis transformadora del mundo. Entonces, la filosofía trata de entender el mundo de modo que su transformación sea posible, un entendimiento que no se circunscriba a los fáctico sino que remita a las posibilidades de cambiar la realidad. Si existe algo así como el problema de la filosofía, no se trata ya de la diferencia entre la mirada contemplativa o la mirada práctica productiva, sino más bien se trata de la desigualdad en el trato de uno respecto del otro, en lo divergente de las miradas. La filosofía no versa de modo fundamental sobre la mirada de Tales al cielo o de su sirvienta al camino, sino la tensión no resuelta en la divergencia de sus miradas. Si la filosofía tiene un propósito, un rol, este consiste en propiciar un cambio en la mirada, de modo que nos devuelva al rostro de los otros. La filosofía debe mostrarnos las posibilidades inscritas en la realidad, y estas posibilidades se hayan en el rostro. El rostro como expresión del otro Pero, ¿qué es este rostro que sirve de referente transformador para la filosofía? Cuando vemos al rostro, vemos al rostro de otro. Emmanuel Levinas eleva la categoría del rostro, como modo en que aparecen los otros, a una categoría central de la filosofía. El pensamiento filosófico de Levinas tiene como propósito describir la aparición del objeto o el valor moral; es una fenomenología de la moral. El rostro no hace más que describir la relación moral primaria y originaria que está al principio de toda relación humana. ¿Cómo describe Levinas este aparecer del fenómeno moral? La condición de aparición del fenómeno moral es posible únicamente por la intervención del rostro de los otros. Cuando aparecen los otros, cuando su rostro se nos hace evidente, se hace posible el emerger del mundo: “La moralidad es el comienzo absoluto” (Bauman, 2005:87). La importancia del rostro radica en que es la forma en que nos es dado el objeto de valor moral, el otro, y por medio de esta aparición surge el mundo, tanto el ámbito moral como el mundo en general: “Antes que el mundo, entonces, ya estaba la proximidad, el rostro-ante-el-rostro” (Dussel, 2011:47). Es preciso entonces establecer una distinción entre la moral, como relación primaria y constitutiva del mundo, y la ética como conjunto de valores y normativas propias de determinado conjunto de individuos que pertenecen a un mismo contexto valorativo. Esta es la distinción que establece Zygmunt Bauman en Ética posmoderna. Para Bauman, la moral se refiere a la acción intuitiva con respecto de los otros, acción que es prereflexiva, preteorética y pretemática, pero también preontológica en un sentido general: “Soy moral antes de pensarlo” (Bauman, 2005:72); es decir, la moral es ante todo una práctica, práctica que antecede a la reflexión. No se quiere decir que la ética sea, por definición, irracional e irreflexiva, sino que para que la racionalidad y la reflexión sean posibles es necesario que el individuo, el yo moral de Levinas, se encuentre en una situación moral respecto de los demás. Al respecto menciona el propio

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Levinas en Entre Nous: “Nuestra relación (con el otro) consiste, ciertamente, en nuestro deseo de comprenderlo, pero la esta relación excede los confines del entendimiento. No solo porque, además de la curiosidad, el conocimiento del otro exige también simpatía o amor, modos de ser que son diferentes de la contemplación pasiva, sino también porque en nuestra relación con el otro, éste no nos afecta por medio del concepto” (Levinas, 1998:5). La relación moral no es principalmente una relación abstracta y teórica sino una relación práctica, concreta y originaria. Es por esto que para Levinas el rostro no se muestra como adecuación ni como desvelamiento sino como expresión. El rostro es la expresión de un absoluto e infranqueable misterio, el otro. A su vez, es este otro el que sirve condición de posibilidad del mundo. En otras palabras, del rostro pasamos al otro como su expresión, paso que hace posible el emerger del mundo. No se equivocaba Kant cuando afirmaba que el otro discurre en el ámbito de lo nouménico, en el sentido de condición de posibilidad del emerger del mundo: “No puedo negar al otro; es la gloria nouménica del otro que hace posible el encuentro cara-a-cara” (Levinas, 1998:34). Sin embargo, ¿cómo se ubica el rostro en los límites del mundo? Lo que caracteriza al otro es que posee una autoridad por la que constituye al yo como yo moral (Mate). La autoridad del otro no es, para Levinas, una oposición activa. Al contrario, el otro se opone al yo precisamente por su vulnerabilidad, por el hecho de que puede ser asesinado. De ahí que el mandato primero que surge del encuentro cara-a-cara con el otro es, no matarás. Este mandato constituye al yo moral y, conjuntamente, constituye el mundo humano, su condición propia: “Es una responsabilidad tan grande (…) que me convierte en yo” (Dussel). Es este impulso primario, esta responsabilidad, que constituye la condición propiamente humana, y de la que se deriva la convivencia humana en su totalidad. La responsabilidad moral es una responsabilidad inequívocamente irreversible. El mandato que proviene del rostro, como expresión de alteridad, aplica unilateralmente al yo moral, sin que el yo moral pueda escapar de esta responsabilidad al exigir reciprocidad. No hay nada que justifique la responsabilidad moral por el otro más que su vulnerabilidad, condición que se opone de forma absoluta a la violencia que pueda ejercer el yo moral: “Este carácter orgánicamente ʻdesequilibradoʼ y por ende no reversible de la relación ʻyo frente al otroʼ es lo que hace de este encuentro un acontecimiento moral” (Bauman, 2005:59). De ahí que Levinas diga que el otro es, en primer lugar, otro al que se puede matar. Se halla así la intuición fundamental del pensamiento de Levinas: la responsabilidad por el otro es una característica ineludible de la experiencia humana, la relación con el otro es inconmensurable. La indeterminación moral del otro Ahora, si la relación con el otro es absolutamente inconmensurable, debe ser también por definición indeterminada. El otro es el apeiron, lo indeterminado, y su aparición no tiene por qué traducirse en un mandato, como sostiene Levinas. Los otros que nos rodean no nos imponen una responsabilidad unilateral que pueda expresarse en el imperativo, no matarás. Cuando los otros aparecen, lo hacen en su indeterminación, en la imposibilidad de ser dominados o controlados; es decir, como la incapacidad de imponer una regla que valga para todos y cada uno de los casos: “El encuentro con la otra persona consiste en el hecho de que, a pesar de la extensión de mi dominación sobre ella y su sumisión, no la poseo” (Levinas, 1998:9). ¿Qué significa esto? Que la relación moral es tan indescifrable, que resulta imposible concebir de antemano sus resultados. Levinas se equivoca al concebir la relación ética como esencialmente servi-

cial, amorosa. Como bien saben los estudiosos de la violencia irracional, hay una línea muy fina entre el amor pasional y el odio visceral. La relación cara-a-cara puede derivar tanto en una caricia, en un beso, en una mordida apasionada, como en un golpe, en un apaleamiento, en un desmembramiento. Ahí radica su libertad: “Ser moral significa estar abandonado a mi propia libertad” (Bauman, 2005:72). De esta indeterminación del otro se deriva entonces la responsabilidad moral. La moral es el reconocimiento de la indeterminación del otro. No es ya, como pensaba Kant, una ley que se dicta un sujeto a sí mismo. No existe sujeto antes de la relación con los otros. La moral es el cumplimiento de la responsabilidad que dictan los otros en tanto que constitutivos del ser del mundo. Ya se encontraba en Kant cierto germen de dicha concepción de la ética: el imperativo categórico se funda en la inviolabilidad del otro. Sin embargo, se trata aquí de una responsabilidad que es antepredicativa, que no puede ser expresada como una proposición, como un imperativo, y que se fundamenta en el desconcierto de no saber “a ciencia cierta” cómo actuar con los demás. Es la responsabilidad por la vulnerabilidad del otro. La indeterminación moral no implica la inmoralidad, aunque siempre se le haya asociado de ese modo. Por eso se equivoca Levinas cuando pretende instaurar el “no matar” como mandato originario de la responsabilidad moral. En realidad, la moral no puede circunscribirse a ningún mandato; la moral es una práctica indeterminada. De ahí que podamos tener, por un lado, el acto inexplicable de quien ofrece la vida por un desconocido, quien arriesga su seguridad por la seguridad de otro, o por otro lado la violencia más cruda. Los actos más crueles cometidos durante el genocidio de Ruanda fueron llevados a cabo por vecinos, por familiares y perpetrados cara-a-cara, en la relación más fundamental y originaria de todas. La ambivalencia del yo moral Esta indeterminación moral del otro, la incapacidad del yo moral de imponer un mandato que redunde en la imposibilidad de referirse a reglas éticas que apliquen a todos sin distinción tiene consecuencias también en la moralidad del yo. La característica esencial de la situación en la que se encuentra el yo moral es la aporía. Puesto que la relación con el otro es indeterminada, las acciones no poseen un único criterio de valoración: pueden ser buenas en un sentido y malas en otro (Bauman, 2005:11). De aquí que el proyecto por conciliar los intereses morales de los individuos con el bien general de la sociedad sea quizás inalcanzable. Los intereses del yo moral no son coherentes sino que se caracterizan por la contradicción y la ambivalencia. De aquí se deriva la incapacidad del yo moral de conocer con certeza la moralidad de su acción. No existe una regla que permita medir los actos morales y evaluarlos unívocamente. La moralidad es intrínsecamente equívoca y el sujeto moral es siempre ambivalente. “El yo moral es un yo siempre perseguido por la sospecha de que no es lo bastante moral” (Bauman, 2005:94). El yo moral se ve siempre en la obligación de actuar, sin más motivo que su obligación, a la vez que se ve incapacitado de cerciorar el valor moral de su propia acción. Esta ambivalencia del yo moral, conjuntamente con la indeterminación moral del otro, constituyen las características esenciales de la relación moral. Por eso la moralidad se encuentra en una aporía: por un lado, aspira a garantizar el bien del otro; pero por otro, resulta imposible conocer lo que es bueno para el otro. Esta ambivalencia puede rastrearse a la escena originaria de las relaciones morales, por lo que se puede decir, en un sentido general, que el ser humano es esencialmente un ser moralmente ambivalente. Debido a la estructura primaria de la convivencia humana, una mo-

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ralidad no ambivalente es una imposibilidad existencial (Bauman, 2005:17). El otro situado Hay otro sentido en que la aparición del otro no puede ser considerada, contrario a lo que sostiene Levinas, como un mandato moral. No todos los otros aparecen del mismo modo. No todos los otros son rostros. Unos otros aparecen como indefensos, como necesitados de ayuda, como incapaces de valerse por sí mismos. Otros aparecen como agresores, como opresores, como valiéndose exclusivamente de sí mismos. Estos otros no poseen rostros, y en tanto que tales no puede proporcionar ningún mandato moral. Es Enrique Dussel quien precisa de mejor manera esta diferenciación de los otros. Un otro indiferenciado es precisamente un otro abstracto, un otro que no existe en la realidad y con el que no se puede establecer una relación originaria. El otro con el que se relaciona el yo moral, y por el que se constituye efectivamente como un yo es el otro concreto, el vecino. Por eso es preciso establecer las diferencias que existen realmente entre diferentes otros. La responsabilidad moral es una responsabilidad preferente hacia el otro desvalido, el oprimido, el excluido, el explotado. El otro se revela cuando irrumpe como lo radicalmente diferente, como el pobre y el oprimido (Dussel, 2011:81). El otro es vulnerable, al otro se le puede ocultar el rostro. Frente a este otro indefenso se sitúa un otro opresor. La diferencia entre unos, aquellos que se encuentran en situaciones privilegiadas y que se superan a acosta de los demás, y otros, que luchan por subsistir, es que solo los otros poseen rostro. En otras palabras, la responsabilidad por la indeterminación moral del otro es un reconocimiento de las distinciones que existen entre unos y otros. El ejecutor, como le llama Levinas, es aquel que representa una amenaza para el vecino, que es efectiva y realmente otro, y en este sentido propicia la violencia, razón por la que no posee rostro (Levinas, 1998:104). Conclusiones-discusión Entonces, una vez explicitada la forma en que se conciben los otros cuando se deposita en ellos la mirada, se podría decir que si la filosofía tiene aún un rol social que cumplir es señalar el camino de vuelta a la mirada de los otros para identificar en su rostro la responsabilidad moral que interpela al yo moral respecto de su indeterminación moral: “El rostro se encuentra si, y sólo si mi relación con el otro es programáticamente no simétrica; esto es, no dependiente de la reciprocidad pasada, presente, anticipada o esperada. Y la moralidad es el encuentro con el otro como un rostro” (Bauman, 2005:59). Este camino no es más que el camino de la política, de la política que desvela rostros. La importancia política del rostro radica en que no puede ocultarse el rostro del otro sin un ejercicio de desapego, de desarraigo, en fin, sin un acto puro de violencia. La tarea política perentoria es el desvelamiento de los rostros que nadie mira, en cuanto la negación de la violencia, de la opresión, se encuentra inequívocamente dirigida hacia el rostro del otro. El rostro es el comienzo y el fin de la política: “El rostro produce una ruptura en el sistema” (Levinas, 1998:34). ¿Qué queda una vez recuperado el rostro del otro? El diálogo. En realidad, hemos entendido a los filósofos de un modo demasiado literal. Cuando leemos a Platón, lo hacemos intentando descifrar su concepción ontológica o epistemológica del mundo. Incluso cuando intentamos entender su ética o política nos remitimos a la literalidad de sus textos. Por ejemplo, cuando nos acercamos al Político, interrogamos sobre el méto-

do de división por especies, o sobre las facultades que atribuye Platón a la ciencia política. Sin embargo, esta lectura demasiado literal olvida la dimensión ética y política que subyace la discusión particular. Existe una 1 preocupación de fondo en la obra de Platón: el diálogo . Cómo entablar el diálogo propiamente filosófico es la preocupación que se repite a lo largo de las extensas discusiones que sostiene el filósofo con sus interlocutores. El contenido de la discusión sí es importante, y determina el modo en que procede la argumentación y el intercambio de las ideas. No obstante, en principio es el diálogo. Como dice el evangelio de Juan: en principio era el verbo. El diálogo es la condición necesaria de la política en tanto que conduce la mirada, como quien se orienta por la voz que interpela para dar en el fondo con la mirada del otro. Por tanto, la filosofía es el ejercicio por el que se aspira a la culminación de la política en la moral. En otras palabras, la filosofía tiene como responsabilidad apuntar hacia la indeterminación moral, hacia la libertad, de modo que la política se oriente en la consecución de la libertad de los otros. Por eso es reveladora la obra de Rafael, La escuela de Atenas. En la obra podemos ver a diferentes filósofos clásicos, a la vez que se pretende representar con ellos personajes conceptuales. En el centro resaltan dos figuras solemnes. Platón y Aristóteles que caminan entre la multitud absortos en un diálogo. Mientras Platón señala hacia el cielo, Aristóteles apunta a la tierra. Con estos gestos, Rafael pretendía contrastar los sistemas filosóficos desarrollados tan profundamente por Platón como por Aristóteles, respectivamente. Esta es, sin duda, la interpretación más conocida del acontecimiento filosófico que queda retratado en dicha obra. Sin embargo, otra lectura es posible. Lo importante del intercambio entre Platón y Aristóteles no es tanto la divergencia de sus posturas filosóficas sino la convergencia de sus miradas. Por eso, si la filosofía quiere mantener su vigencia, debe procurar resolver el problema entre Tales y su sirvienta: propiciar la convergencia de sus miradas y, una vez reconocida la indeterminación moral del otro, hacer posible el diálogo propiamente filosófico. Reflexiones de la editora Anayra O. Santory Jorge: Sí, se miran, pero no de frente. Tiene razón Josua Aponte en su texto cuando señala que en La escuela de Atenas un viejo Platón y un Aristóteles en plenitud cruzan miradas... soslayadas. El que un joven filósofo argumente que el rol de la filosofía ―o al menos, uno de tantos― sea afinar ese encuentro con el otro, mirarlo de frente sin importar su condición, reconociendo que los próximos pasos tendrán que salir de ese encuentro inicial, es también proponer que los excelentísimos filósofos del presente y del futuro habrán de bajar las escalinatas donde Rafael los colocó primorosamente hace muchos siglos para regresar a aquel mercado, aquella esquina, aquella plaza, donde Sócrates trabó inicialmente la conversación que aún seguimos. Referencias bibliográficas Bauman, Z. (2005). Ética posmoderna. Trad. Bertha Ruiz de la Concha. Buenos Aires: Editores Siglo Veintiuno. Dussel, E. (2011). Filosofía de la liberación. México: Fondo de Cultura Económica.

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No es casualidad, que todas las obras de Platón se hayan redactado en forma de diálogos. En el Político, el Extranjero le plantea al joven Sócrates que la intención de fondo de la discusión es hacerlos más versados en la dialéctica, en el diálogo.

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Dussel, E. y Guillot, D. (1975). La liberación latinoamericana y Emmanuel Levinas. Buenos Aires: Editorial Bonum. Lévinas, E. (1998). Entre Nous: On Thinking-of-the-Other. Trad. Michael B. Smith y Barbara Harshav. New York: Columbia UP. Reyes-Mate, M. (2012). El tiempo es el otro. La justicia en la construcción de la historia: Conferencias sobre Walter Benjamin. Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras. ---------------------- (2006). Medianoche de la historia: Comentarios a las tesis de Walter Benjamin “Sobre el concepto de historia”. Madrid: Trotta. Sánchez-Vázquez, A. (2006). Ética y Marxismo. La teoría marxista hoy. Comp. Atilio A. Boron, Javier Amadeo y Sabrona González. Buenos Aires: CLACSO. ---------------------- (2003). Filosofía de la praxis. México: Editores Siglo XIX. Platón. (1998). Platón: Obras completas. Trad. Santa Cruz, M. I. Vol. 5. Madrid: Gredos.

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Urbis: A luta pelo acesso à Moradia na Região Metropolitana do Rio de Janeiro: a Vila Getúlio Cabral The struggle for housing access in the Metropolitan Area of Rio de Janeiro: The Getúlio Cabral Village Gerônimo Leitão (1959, brasileño, Universidade Federal Fluminense, Brasil) Jonas Delecave (1985, brasileño, Universidade Federal Fluminense, Brasil) geronimo_leitao@uol.com.br, jonasdelecave@gmail.com

Resumo Este artigo discute o processo de ocupação da Vila Getúlio Cabral, em Duque de Caxias, RJ, inserido em um movimento de ocupações organizadas de terras sem uso na Região Metropolitana do Rio de Janeiro, que ocorreu entre 1980 ―quando tem início o processo de redemocratização do País― e meados da década de 1990. Esse tipo de produção informal da moradia buscava construir assentamentos que, apesar de surgirem a partir de um processo ilegal de ocupação de terras, pudessem se tornar, com o tempo, bairros oficiais da cidade, com situação fundiária regular e investimentos estatais em infraestrutura. Tendo como proposta “fazer política habitacional com as próprias mãos”, esses movimentos organizavam não apenas a ação dos participantes no processo de ocupação, mas também ordenavam o uso e parcelamento do solo, por meio da implantação de um projeto urbanístico previamente elaborado. Assim, respeitando parcialmente a legislação urbanística vigente e, por vezes, resguardando espaços para a posterior instalação de equipamentos públicos, as terras ocupadas teriam facilitados seus processos de integração à cidade oficial. Este movimento social urbano foi abordado por reduzida bibliografia e, neste estudo, realizamos entrevistas em campo, tanto com lideranças sociais ―com destaque para Luiz Cabral, ator fundamental na ocupação de Vila Getulio Cabral― como com técnicos do governo estadual que atuaram junto a esses movimentos, no sentido de viabilizar a posterior regularização das terras ocupadas. Recorreu-se, ainda, à documentação fotográfica produzida pelas próprias lideranças do movimento de ocupações. Com esta reflexão, pretendemos contribuir para a compreensão de um movimento que forçava o Estado a se posicionar frente a uma situação de fato: a ocupação de terras para garantir o acesso a moradia, diante de um quadro de ausência de políticas habitacionais públicas que pudessem atender os segmentos de menor renda da população. Palavras-chave: ocupação de terras urbanas, habitação social, planejamento urbano Recibido: 31-08-2011 → Aceptado: 13-06-2012

Cítese así: Leitão, G. y Delecave, J. (2012). A luta pelo acesso à Moradia na Região Metropolitana do Rio de Janeiro: a Vila Getúlio Cabral. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 58-64. Abstract This article discusses the occupation process of Getúlio Cabral Village, in Duque de Caxias, RJ, inserted into a organized occupation of unused land movement in Rio de Janeiro's Metropolitan Area, that took place between 1980 ―with Brazil's re-democratization process― and the mid-

1990s. This kind of informal housing production sought to build settlements that, although arising from an illegal land occupation, could become, over time, an official neighborhood of the city, with a regular land situation and state investments in infrastructure. With the goal “to make housing policy with its own hands”, these movements organized not only the action of its participants in the occupation process, but also developed urban projects and ordered the land use regulation. Thus, partially respecting the existing urban legislations, and sometimes reserving spaces for the subsequent installation of public facilities, these occupied land would have facilitated their integration processes to the official city. Because this social movement has been approached by reduced specialized literature, in this study we chose to conduct field interviews, both with social leaders ―especially Luiz Cabral, key player in the Getúlio Cabral Village occupation― as with state government officials who worked with these movements, in order to facilitate the subsequent settlement of occupied land. We also used photographic documentation produced by the very leaders of this occupation process. With this reflection, we intend to contribute to the understanding of a movement that forced the state to take a stand facing a real situation: the occupation of urban land to ensure housing access, facing a lack of housing public policy that could meet lower income segments of the population. Key-words: occupation of urban land, social housing, urban planning

Introdução Neste artigo, abordamos um dos processos de produção informal da moradia na Região Metropolitana do Rio de Janeiro, as ocupações organizadas de áreas vazias, em sua maioria públicas, no período compreendido entre o início da década de 1980 e meados dos anos 1990. Inicialmente, procuramos descrever o quadro de produção informal da moradia no início da década de 1980, momento em que o processo de redemocratização do país e as lutas pelo direito à moradia dão origem a um movimento organizado de ocupação de terras urbanas, com características particulares. Em seguida, apresentamos, como exemplo dessas ocupações, a Vila Getúlio Cabral, no município de Duque de Caxias – um loteamento que surgiu a partir da ocupação, por cerca de 800 famílias, de uma fazenda experimental desativada do Instituto Nacional de Colonização e Reforma Agrária (INCRA), em fevereiro de 1992. Além da descrição desse movimento de ocupação, realizamos, a partir do depoimento, em 2010, de sua principal liderança, Luiz Cabral, um relato da evolução desse assentamento que, inicialmente, possuía 800 famílias e, atualmente, é mais um bairro do município de Duque de Caxias, com cerca de 2.600 famílias. Por último, propomos uma reflexão sobre a possibilidade dos movimentos sociais organizados assumirem, através de ações concretas, o papel de prota-

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gonistas da implementação de políticas habitacionais, rompendo assim com o papel de coadjuvantes que lhes é, quase sempre, reservado.

vam ordenar, minimamente, o parcelamento e o uso do solo da terra a ser ocupada.

Ocupações de terras urbanas na Região Metropolitana do Rio de Janeiro, nas décadas de 1980 e 1990 O quadro de informalidade crescente na provisão de moradias da população mais pobre se acentua, na Região Metropolitana do Rio de Janeiro, a partir da década de 1980, quando a crise econômica brasileira ―caracterizada por um profundo endividamento externo, altas taxas inflacionárias e elevados índices de desemprego― deu origem a um crescimento do número de pessoas vivendo em situação de alta vulnerabilidade econômica e social, limitando ainda mais as possibilidades de aquisição de lotes nas áreas periféricas. Contribuíram, ainda, segundo Lago i (1996), para a retomada do crescimento das favelas e de novas ocupações de terra urbana, “as transformações na conjuntura política fluminense, a partir de 1982”, que determinaram um “arrefecimento do controle estatal sobre o uso do solo urbano”.

De acordo com Valadares e Kayat (1983), essas ocupações de áreas urbanas, ao contrário das favelas, são feitas “às claras” por grande número de pessoas, consolidadas em curto espaço de tempo e de modo organizado (Novick, 1992:92). Valadares e Kayat (1983:3-4) afirmam, ainda, que “a invasão pode ser definida como um ato coletivo, planejado com certa antecedência capaz de mobilizar a uma só vez algumas dezenas ou centenas de famílias” e descrevem as etapas e características desse processo: “Inicialmente, enquanto uma área de ocupação muito recente, surgida da noite para o dia, em fase de gestação, às vezes a invasão não passa de dias, resumindo-se a sua existência a lotes marcados com piquetes, cordão e corda, que logo são demarcados. No fundo, limita-se a uma tentativa abortada. Por outras vezes, a invasão chega a formar um aglomerado que se implanta por via de casebres extremamente precários, construídos com material de mais fácil alcance na hora (pedaços de tábua, papelão, plástico, etc.) e que não dispõe de serviços mínimos como água ou luz”.

No Rio de Janeiro, as eleições democráticas de 1982 constituíram, de faii to, uma guinada no que diz respeito às relações entre o Estado e as entidades representativas de favelas e outros movimentos comunitários de luta pela moradia. Durante o período compreendido entre a eleição (novembro de 1982) e a posse de Leonel Brizola (março de 1983), várias ocupações ocorreram, o que, para alguns, representaria uma ação legítima do movimento social organizado, na busca da resolução dos problemas de acesso à moradia. Para outros, entretanto, essas ações seriam “orquestradas” por grupos conservadores, que teriam por objetivo inviaiii bilizar a governabilidade da futura administração fluminense. Segundo Novicki (1992:69), slogans como “favela não é problema, é solução”, “governar com o povo”, “um governo voltado para as classes menos favorecidas”, e “para o PDT a palavra remoção não existe”, traduziam um novo momento na relação entre o Estado e o movimento social organizado, que estimularia as ocupações de terra. Por outro lado, manchetes como “Invadam, Brizola garante”, publicadas em jornais em março de 1983, expressavam, por sua vez, a reação dos setores mais conservadores frente a esse quadro de ocupações organizadas, que não eram reprimidas pelo Estado. Portanto, seja pela ausência de políticas habitacionais adequadas, seja iv pelo cenário político favorável , observa-se o surgimento de um expressivo movimento de ocupações de terra, com características particulares, a partir da década de 1980, nos municípios do Rio de Janeiro e da Baixada Fluminense. Esse movimento ―que contava com o apoio de instituições como a Igreja Católica, além de parlamentares e de entidades comunitárias, tais como a Federação das Associações de Moradores do Estado do Rio de Janeiro (FAMERJ) e a Federação de Associações de Favelas do Estado do Rio de Janeiro (FAFERJ) ― promovia ocupações de áreas (públicas, em sua maioria) com o objetivo de assentar famílias de baixa renda. Eram ocupações organizadas, que se distinguiam pelos cuidadosos preparativos preliminares de suas ações: desde o levantamento de informações sobre a propriedade fundiária do terreno a ser ocupado, passando pelo cadastramento das famílias participantes, até a realização de articulações políticas em busca de apoio a eventuais enfrentamentos com as forças policiais. Outra característica singular desse movimento era o conteúdo político do discurso de suas lideranças, associando suas ações às lutas sociais por melhores condições de vida. Por último, essas ocupações se destacavam, também, pela elaboração de “projetos urbanísticos” que busca-

Surgem, desse modo, loteamentos com 800, 1.100 e até 1.500 lotes, demandando intervenções do poder público, no sentido de promover a regularização da posse da terra, assim como a urbanização desses assentamentos. Alguns deles já existem há quinze anos e sua morfologia muito se assemelha às áreas vizinhas da cidade oficial, no que se refere aos padrões construtivos das moradias e nas dimensões dos logradouros. Contudo, devido à ausência de infraestrutura de saneamento básico adequada, à ausência de pavimentação dos logradouros, bem como a situação irregular da propriedade fundiária, essas ocupações são consideradas assentamentos informais pelo poder público. Em alguns assentamentos, são raras as famílias que participaram do processo de luta pela terra, que ainda permanecem na comunidade. Embora não se tenha regularizado a posse da terra nesses assentamentos, lotes são comprados e vendidos, constituindo, assim, um mercado imobiliário à margem das normas e regras que norteiam essa prática na cidade formal. Pode-se notar, porém, um enorme arrefecimento desse tipo de movimento em meados da década de 1990, atribuído, por técnicos do Instituto de Terras e Cartografia do Estado do Rio de Janeiro (ITERJ), tanto a uma conjuntura política estadual ―quando a administração estadual torna-se menos receptiva aos pleitos desses movimentos― como a um conjunto de leis que dificulta a liberação de verbas públicas para desapropriações de terras ocupadas. A Vila Getúlio Cabral, que analisamos a seguir, é um exemplo expressivo desse movimento de ocupação de terras urbanas. A matéria publicada pelo jornal O DIA, de 28 de fevereiro de 1992, com o título “Invasores de Caxias loteiam terra seguindo lei municipal” é reveladora quanto às práticas e objetivos desse movimento de luta pelo acesso à moradia: “Cada família, um lote de 10x15 metros. Desde o último domingo, obedecendo aos padrões de loteamento do município de Duque de Caxias, 1.200 famílias ocupam uma área de 700 mil metros quadrados do Ministério da Agricultura, entre os distritos de Imbariê e Parada Angélica. A invasão foi decidida em assembleia dos sem-casa e sem-terra da região, numa praça do bairro de Santa Lúcia, no mesmo dia. À noite, 300 famílias já haviam derrubado a cerca de arame farpado que acompanha a linha do trem e ocupado o terreno. Na manhã seguinte, já eram 800. E de quarta-feira até ontem (27/2/92), 1200, com muitas outras sendo barradas pela associação de moradores do bairro, que organizou a invasão. (...) Dentro desta perspectiva, a associação de moradores estabeleceu, além do loteamen-

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to, um plano provisório de sistema viário, com uma avenida principal margeando a linha férrea que se chamará Luís Carlos Prestes. Ela será cortada pelas ruas Brandão Monteiro, Chico Mendes e Hydekel de Freitas, que desembocarão na Avenida Che Guevara. O conjunto, por decisão de uma assembleia de invasores, se chamará Vila Getúlio Cabral, exmilitante do Partido Comunista Brasileiro Revolucionário, PCBR, desaparecido durante o governo militar. Luís Carlos (Cabral) tem atuado como administrador da ocupação, evitando que pessoas que não sejam comprovadamente carentes se estabeleçam no acampamento de barracas de plástico e evitando possíveis interessados em especular com a invasão”. A Vila Getúlio Cabral (1992-2010) A desativação de uma fazenda experimental do Instituto Nacional de Colonização e Reforma Agrária (INCRA) (figura 1), junto ao bairro de Santa Lúcia, no terceiro distrito do município de Duque de Caxias, originou uma extensa área desocupada. O terreno da extinta fazenda experimental do INCRA foi escolhida pelos líderes do movimento justamente por ser uma área pública e sem uso, o que poderia facilitar o posterior processo de regularização fundiária, além de estar situada em uma região que dispunha de condições razoáveis de acessibilidade e de disponibilidade de infraestrutura. Figura 1: Localização da Vila Getúlio Cabral. Em amarelo, o município do Rio de Janeiro e, em Lilás, o município de Duque de Caxias. No retângulo vermelho, localiza-se Parada Angélica, com destaque para a Vila Getúlio Cabral

Quando ocorre o movimento de ocupação, o município de Duque de Caxias se estruturava social e economicamente ao redor da mais completa e complexa refinaria de petróleo do sistema da Petrobrás, a Reduc - Refinaria de Duque de Caxias, inaugurada em 1961. Apenas a partir dessa estruturação, pode-se compreender como o PIB per capita do município era de R$10.930,00 ―contra R$9.760,00 da Região Metropolitana do Rio de Janeiro―, em 2000. Percebe-se, porém, que a riqueza gerada não é distribuída pela população do município, já que a renda média dos moradores locais era, também em 2000, de 3,57 salários mínimos, contra 7,03 na Região Metropolitana. Da mesma forma, o Índice de Desenvolvimento Humano, Médio, no mesmo ano, era de 0,753 contra 0,842 da Região Metropolitana. Em 2000, o município apresentava uma população de 775.456 habitantes, representando 7,12% da Região Metropolitana do Rio de Janeiro. O quadro que se observa, portanto, no final da década de 1990, é o de um município de alta fragilidade social e inadequação, ou v insuficiência, de infraestrutura e habitação . Em janeiro de 1992 ―treze anos após o início da redemocratização do País― os moradores dos arredores de Santa Lúcia iniciam a organização de um movimento para a ocupação efetiva desse terreno, liderados pelo então presidente da Associação de Moradores, Luiz Cabral. Na primeira reunião organizada por Cabral, estavam presentes 35 famílias, na segunda, o grupo dobrou e, na terceira, 105 famílias se apresentaram à associação de moradores, dispostas a ocupar a área, na esperança de uma regularização posterior. Hoje, é muito difícil resgatar o perfil socioeconômico dessas famílias, assim como sua real origem, já que não há registros de dados referentes à população que participou do processo de ocupação. Desse modo, pode-se apenas descrever o relato de suas lideranças, que afirmam ter havido um grande número de famílias originárias do bairro Santa Lúcia, mas também famílias de outras regiões. Essas famílias viviam em imóveis alugados, ou estavam albergadas em residências de parentes, pois os aluguéis, mesmo que baixos, eram frequentemente proibitivos, considerando sua baixa renda. A ocupação se mostrou, assim, como uma alternativa possível, mesmo que arriscada, para garantir o acesso à moradia própria. O movimento, porém, possuía um caráter mais amplo: pretendia desenvolver uma “política habitacional com as próprias mãos”, como afirma Luiz Cabral. Em entrevista, esta liderança comunitária afirma: “É necessário dar embasamento político, para essas ações (as ocupações). A política enriquece a vida das pessoas”. Não se trata apenas de ocupar um terreno vazio, com o objetivo de garantir

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um teto para as famílias ocupantes. É, também ―e principalmente, na visão de Cabral― associar a ocupação à luta pelo acesso à infraestrutura, a equipamentos comunitários, a transporte, à recreação e lazer. Enfim, a luta pelo direito a cidade. Não querem criar, com a ocupação, mais uma favela e, sim, um bairro popular. Na quarta reunião organizada por Cabral, mais 20 famílias aderiram ao grupo, totalizando as 135 que ocuparam pacificamente a área do INCRA, no dia 23 de fevereiro de 1992, delimitando lotes e vias, com esquadros de barbantes (figura 2). Nesse momento, imaginava-se realizar um loteamento misto, com lotes urbanos de 10x20m, distribuídos pela Associação de Moradores de Santa Lúcia, e lotes rurais de 50x200 ou 50x250m, que seriam distribuídos pelos Sindicatos dos Trabalhadores Rurais de Duque de Caxias e de Magé. Porém, com o grande afluxo de famílias nos dias que se seguiram, optou-se por realizar um loteamento exclusivamente urbano, de lotes com dimensões padronizadas de 10x15m.

tes reflete a preocupação das lideranças em realizar um processo transparente e livre, o quanto possível, de arbitrariedades. Figura 3: Planta de parcelamento do solo da Vila Getúlio Cabral, desenvolvida pela Companhia Estadual de Habitação (CEHAB-RJ), a partir do plano elaborado originalmente pelo movimento de ocupação, em 1992. Somente as vias em amarelo são pavimentadas, de acordo com o levantamento realizado em 2010 pela Associação de Moradores local. Fonte: Acervo pessoal Luiz Cabral.

Figura 2: Famílias no início da ocupação. Fonte: Acervo pessoal Luiz Cabral, 1992.

Essa primeira ocupação foi realizada de acordo com um “projeto urbano” preliminar que, além da padronização dos lotes, previa arruamentos ortogonais hierarquizados, com ruas de 10 ou 6 metros de largura, tendo como referência o traçado da linha férrea, que era um dos limites do terreno ocupado (figura 03). Foram reservadas, ainda nesta etapa, áreas para a implantação futura de praças e de equipamentos públicos. Além disso, foram respeitadas as faixas marginais dos dois rios que cruzam a área, Rio do Sangra Macaco e Rio das Antas. A locação foi executada sem maiores recursos técnicos, porém as próprias características topográficas do sítio ―sem variação altimétrica expressiva― contribuíram para que os trabalhos pudessem ser executados pelos próprios ocupantes. Pouco mais de um mês depois, na noite de 03 de abril de 1992, a área ocupada foi ampliada, a fim de abrigar mais 650 famílias, principalmente em terra grilada, de incipiente produção agrícola. Ocorreram, então, conflitos entre as lideranças comunitárias e os grileiros locais, mas, através de uma mobilização em massa dos ocupantes, chegou-se a um acordo, no qual as terras produtivas seriam preservadas e, as improdutivas, loteadas. Nesse período, eram realizadas reuniões diárias da nova associação de moradores, com o objetivo de assegurar a coesão interna do movimento e alinhavar suas formas de conduta. Nessas reuniões, foram realizados, também, os sorteios dos lotes para as famílias que se cadastravam, já que a demanda pelos terrenos era sempre superior do que sua oferta. Vale ressaltar que a escolha do sorteio como método para distribuição dos lo-

No dia 04 de abril de 1992, o então governador Leonel Brizola visitou a área e reconheceu a legitimidade da ocupação, determinando ao então titular da Secretaria Estadual de Habitação, Fernando Lopes, que iniciasse os procedimentos necessários para promover a regularização fundiária da área ocupada. A partir do apoio do governo do estado, e da certeza de que a população não seria removida, a ocupação continuou se expandindo, na tentativa de alojar as famílias que chegavam diariamente na Estação Manuel Belo. Meses depois, em 21 de julho de 1992, Brizola volta à ocupação com o então presidente da república, Fernando Collor, que assina o termo de transferência da área pertencente à União, para o governo do estado do Rio de Janeiro, destinando-o, assim, ao uso habitacional de interesse social (figura 4). A participação de Collor no processo de regularização da vila Getúlio Cabral configurou uma aliança pouco provável entre as esferas estadual e federal, de alinhamentos políticos opostos, naquele momento. Porém, em um período de grande desgaste político ―a Comissão Parlamentar de Inquérito, que resultaria no processo de impeachment, já estava em cur-

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so―, Collor vê uma oportunidade de conseguir algum apoio popular com a transferência das terras para os ocupantes, através da parceria com o governo estadual. Figura 4: O então presidente da República, Fernando Collor, transfere para o governo do estado do Rio de Janeiro a posse da área ocupada em Parada Angélica – no mesmo palanque, Luiz Cabral faz o sinal da vitória do movimento de ocupação. Acervo pessoal Luiz Cabral, 1992.

nado às faixas de passeio. Novos sorteios foram realizados ―por vezes, 250 lotes chegavam a ser sorteados em um único dia― para distribuir o total de 2660 terrenos, distribuídos por 147 quadras, que configuram, atualmente, a Vila Getúlio Cabral. Figura 5: Técnicos do governo do estado discutem com as lideranças locais a execução do projeto de parcelamento do solo

Porém, o processo de distribuição de lotes, mesmo através dos sorteios, entrava em conflito com os interesses de especuladores locais. Para evitar, ou minimizar, esses conflitos, algumas normas foram estabelecidas junto ao ITERJ, tais como: a proibição da venda ou aluguel de qualquer imóvel e a obrigatoriedade da ocupação do lote pela família sorteada, em até 30 dias após o sorteio. Outro pré-requisito para a cessão dos terrenos era que a família não fosse proprietária de nenhum outro imóvel. Caso alguma dessas normas fosse descumprida, os lotes seriam novamente sorteados para outras famílias cadastradas. Hoje, quase vinte anos depois da ocupação, a região está consolidada como um bairro popular, e não como uma favela, como é sempre ressaltado pelos moradores, apesar da precariedade de infraestrutura, que ainda caracteriza a área. Das 118 ruas da Vila Getúlio Cabral, poucas são adequadamente pavimentadas; dos 730 postes de iluminação pública existentes, apenas 130 funcionam; quase a totalidade das moradias se serve de poços artesianos e todo esgotamento sanitário é lançado in natura nos córregos locais. Existem, porém, três Centros Integrados de Ensino Público (CIEPs) e uma unidade da Fundação de Apoio à Escola Técnica (FAETEC), atendendo as demandas educacionais do bairro.

Com a transferência do terreno, a garantia da permanência na terra estava assegurada. A ocupação continua a se expandir, agora com um projeto urbano desenvolvido pela Companhia Estadual de Habitação (CEHAB-RJ) (Figura05), que tem como referencia o projeto original, elaborado pelas lideranças da ocupação. A alteração mais significativa do novo projeto foi a padronização de todas as vias, que passam a ter 6 metros de largura, sendo quatro metros destinados à caixa de rolamento, e um metro desti-

Os nomes das vias, no interior na vila Getúlio Cabral, ainda não estão regulamentados pela Prefeitura, e os comprovantes de residência são fornecidos pela Associação de Moradores. Porém, ao se observar os nomes pelos quais as ruas são conhecidas, todos originais do projeto de arruamento, observa-se o caráter político do movimento de ocupação. “Che” Guevara, Mário Alves, Capitão Lamarca e José Martí são apenas alguns dos nomes presentes no imaginário transformador que permeou o processo de ocupação da Vila Getúlio Cabral. O próprio nome do bairro é uma homenagem ao irmão de Luiz Cabral, que foi assassinado em uma seção de tortura, no Destacamento de Operações de Informações _ Centro de Operações de Defesa Interna (DOI-CODI), durante a ditadura militar.

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Conclusões-discussão Passados quase vinte anos da entrada das famílias na desativada fazenda experimental do INCRA, alguns pontos podem ser objeto de reflexão sobre o ideário, as práticas e as conquistas desse movimento. Inicialmente, há que considerar os aspectos que buscam dar legitimidade às práticas do movimento de ocupações. A legitimação dessas ações está centrada em 03 pontos principais: o quadro de carência das famílias que participaram do processo; a ausência de políticas habitacionais implementadas pelo poder público que contemplassem as demandas dessa população, excluída do mercado imobiliário formal; e, por último, a apropriação de um imóvel público, abandonado, que não cumpria uma “função social” de acordo com o estabelecido na Constituição Brasileira de 1988. Outra característica a ser destacada neste processo de ocupação é a intenção expressa de construir um “bairro popular”, que, embora tenha características distintas da área urbanizada no entorno imediato ―dimensões dos lotes, largura das vias, por exemplo― não se configura como uma favela, no que se refere aos aspectos morfológicos. Essa intenção traduzia não apenas o desejo de garantir uma melhor qualidade de moradia para os ocupantes como, também, a necessidade de evitar o estigma de que ali estaria sendo criada uma nova favela, gerando, assim, uma atitude hostil por parte dos moradores vizinhos, como afirma Luiz Cabral. Contudo, apesar das diferenças morfológicas, o quadro da infraestrutura na Vila Getúlio Cabral remete, ainda hoje, à situação das favelas, com ausência de esgotamento sanitário e de abastecimento de água regular, além da pavimentação precária das vias. Da mesma forma, no que se refere à situação fundiária, apesar do acompanhamento promovido pelo governo do estado, através do Instituto de Terras e Cartografia do Estado do Rio de Janeiro, permanece inconcluso o processo de regularização da posse e titulação das famílias assentadas. O que não impede que haja, entre os moradores, a sensação de que são os legítimos “proprietários dos terrenos que ocupam”. O acesso a terra ―imprescindível para a produção da moradia― foi assegurado pelo movimento organizado e a implantação de infraestrutura é questão de tempo, e, também, de luta, diz Cabral. À semelhança do que ocorre em diversas favelas, observa-se, também, a presença de narcotraficantes na comunidade. Porém, essa estrutura não significa o controle do território ou a interferência coercitiva no cotidiano dos moradores locais, o que faz com que este seja um problema considerado de menor relevância na comunidade, afirma Cabral. Outro aspecto a ser destacado diz respeito à percepção do momento político favorável não apenas para a realização da ocupação, como, também, para as negociações com o governo federal pela regularização fundiária. Na esfera estadual, o governo Brizola possuía um histórico de intervenções favoráveis aos movimentos de luta pelo acesso a terra e a moradia. No âmbito federal, o então presidente Collor ―que vivenciava um momento de grande desgaste, devido à ameaça de impeachment, que se concretizaria em setembro de 1992― buscava algum apoio popular e não hesitou em atender o pleito dos ocupantes de Santa Lúcia. Por último, propomos uma reflexão sobre as possibilidades dos movimentos sociais organizados assumirem o papel de protagonistas na implementação de políticas habitacionais, deixando de lado a função de co-

adjuvantes que lhes é, quase sempre, reservado, nestes tempos em que todo planejamento é ―supostamente― participativo. A ocupação que deu origem à Vila Getúlio Cabral retirou o Estado de um quadro de inércia diante das demandas da população local por moradia: ou daria suporte a uma ação de reintegração de posse, promovendo a retirada das famílias, recorrendo, eventualmente, ao uso de força policial; ou iniciaria gestões que viabilizassem a permanência das famílias e a posterior regularização fundiária e urbanização. Nesse sentido, a ação dos ocupantes da Vila Getúlio Cabral remete ao que Lopes (2007) afirma, ao abordar o papel das organizações de movimentos sociais. Segundo esse autor, “elas próprias (podem atuar) como agentes de planejamento e gestão, desse modo (re)colocando a questão da moradia (e da reforma urbana) na ordem do dia, com grande visibilidade política.” Mais ainda: as lideranças dos movimentos de ocupação de terras urbanas, como as da Vila Getúlio Cabral tinham a clara percepção de que, como afirma, ainda, Souza (2007), “o Estado é a condensação de uma relação de forças, e não um monolito sem fissuras”. Desse modo, tiraram partido de um quadro em que “forças políticas razoavelmente comprometidas com uma agenda de mudança social assum(ir)am o controle do Estado, alavancando alguns avanços não desprezíveis”. Na Região Metropolitana do Rio de Janeiro, a partir da segunda metade da década de 1990, não há registro de ocupações de terras urbanas, com as características semelhantes às daquelas descritas neste artigo. Por outro lado, observa-se um expressivo movimento organizado de ocupação de imóveis públicos, desocupados ou subutilizados, na área central da cidade do Rio de Janeiro. vi

Existem, atualmente, no Estatuto das Cidades , dispositivos legais capazes de garantir ao poder público municipal, os instrumentos necessários para viabilizar o acesso a terrenos vazios ou subutilizados, em áreas dotadas de infraestrutura e transporte público, destinando-os à construção de habitação social, o que poderia evitar o crescimento de favelas consolidadas e o surgimento de novos assentamentos periféricos, desprovidos de condições adequadas de habitabilidade. Contudo, esses instrumentos legais raramente são utilizados, uma vez que sua aplicação contraria interesses dominantes, expressos nas ações do Estado, através da implementação das políticas de desenvolvimento urbano. Nesse sentido, as ocupações organizadas de terras e, mais recentemente, de imóveis públicos, sem uso ou abandonados, procuram, no nosso entendimento, através de ações concretas, tentar fazer valer as conquistas da luta pela Reforma Urbana, que levaram à aprovação do Estatuto das Cidades e que permanecem apenas como texto legal, distante da realidade das ruas. Reflexión de la editora Mercedes Castillo: Los autores abordan, de nuevo, el proceso de producción de vivienda informal al mostrar una forma de ocupación que combina acciones autogestionarias con un cierto planeamiento urbanístico, en un marco político de transición a la democracia después de la dictadura que permitió alianzas entre líderes de partidos políticos y de movimientos que defienden el derecho a la vivienda. Los autores, de nuevo llaman la atención sobre un grupo de brasileños que más que resolver su carencia de vivienda está haciendo política habitacional con sus propias manos, personas que, al abrirse un espacio en la ciudad, lo dignifican, luchan por este y hacen de su favela un hábitat legítimo dentro de la ciudad. Esta es la forma en que miles de personas

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de América Latina produjeron, y siguen produciendo, socialmente su hábitat, con o sin el apoyo del Estado. Ahora queda la pregunta, ¿se han alcanzado todos los elementos que permitan hablar de que, en las favelas y los demás lugares autoproducidos de América Latina, se está construyendo socialmente el hábitat? Ese conjunto de “tramas sociales, económicas, políticas, culturales y funcionales, en las cuales se resuelven los problemas que se viven en determinadas espacialidades domésticas, grupales, vecinales y públicas” (Echeverría, construccionsocialdelhabitat.wordpress.com/2012/03/23/lideres-priorizan-asuntos-relacionadoscon-el-habitat-para-incluirlos-en-el-plan-de-desarrollo-demedellin/#more-1040). Referências bibliográficas Blank, G. Brás de Pina. (1980). Experiência de urbanização de favelas. En: Valladares, L. (org.) Habitação em questão. Rio de Janeiro: Zahar Editores. Cavallieri, P. (1986). Favelas cariocas: mudanças na infra-estrutura. Iplanrio, 4 Estudos. Frossard-Barbosa, E. O Processo das Invasões no Rio de Janeiro: Sua Racionalidade Espacial. Fotocópia, s/d. Programa de Pós Graduação em Urbanismo da Faculdade de Arquitetura e Urbanismo da Universidade Federal do Rio de Janeiro – PROURB. Lago, L.C. 81996). Desigualdade socioespacial e mobilidade residencial na metrópole do rio de janeiro: novas tendências em tempo de crise. Cadernos do IPPUR. Lago, L., Ribeiro, L.C.Q. (1996). A casa própria em tempo de crise: os novos padrões de provisão de moradia nas grandes cidades. En: Ribeiro, L. C.Q., Azebedo, S. (org.). A crise da moradia nas grandes cidades: da questão da habitação à reforma urbana. Rio de Janeiro: Editora da UFRJ. Lopes de Souza, M. (2007). Habitação: eu planejo, tu planejas... NÓS planejamos. Revista eletrônica de jornalismo científico Com Ciência, 88. Extraído en agosto de 2010 desde: http://www.comciencia.br/comciencia/?section=8&edicao=25&id=278 Novick, V. (1992). O Estado e a luta pela terra no Rio de Janeiro: primeiro governo Brizola (1983-1987). Dissertação de mestrado, CPDA/UFRRJ, 1992. Rio de Janeiro. Valladares, L., Kayat, R. (1983). Invasões de terras no Rio de Janeiro de 1983: uma cronologia. Rio de Janeiro: Iuperj. i

O conceito de favela esteve, historicamente, associado às suas ausências. Porém, a favela como o território sem infraestrutura, renda, regularidade fundiária, ou legitimidade social, tem cedido lugar a um conceito que a caracteriza por suas presenças. Um marco fundamental nesse sentido foi o seminário “O que é favela, afinal?”, promovido em 2008 pelo Observatório de Favelas em parceria com o Banco de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES), que a define como um território que faz parte da cidade e se caracteriza por: Insuficiência histórica de investimentos do Estado e do mercado formal; forte estigmatização socio-espacial; níveis elevados de subemprego e informalidade nas relações de trabalho; edificações predominantemente caracterizadas pela autoconstrução, que não se orientam pelos parâmetros definidos pelo estado; apropriação social do território com uso predominante para fins de moradia, com densidade demográfica acima da média do conjunto da cidade ; indicadores educacionais, econômicos e ambientais abaixo da média do conjunto da cidade; ocupação de sítios urbanos marcados por um alto grau de vulnerabilidade ambiental; grau de soberania por parte do estado inferior à média da cidade; relações de vizinhança marcadas por intensa sociabilidade, com acentuada valorização dos espaços comuns como lugar de encontro; alta concentração de negros (pardos e pretos) e descendentes de indígenas, de acordo com a região brasileira. Se utilizarmos essa definição, veremos que muitos bairros de baixa renda, conjuntos habitacionais promovidos pelo Estado ou ocupações organizadas de terras urbanas, incorporaram várias das características das favelas, se situando em um es-

paço conceitualmente nebuloso. Da mesma forma, muitas favelas não apresentam todas as características acima. A questão se altera então, de se o território é ou não uma favela, para quais suas particularidades sócio-espaciais enquanto território integrante da cidade. ii Sobre essa mudança de atitude do poder público em relação às favelas, afirma Cavallieri (1986): “A atual orientação governamental reconhece oficialmente as favelas como uma das soluções habitacionais acessíveis às populações urbanas carentes e atua sobre elas no sentido de melhorar a sua qualidade de vida. Tal orientação baseia-se em alguns pressupostos fundamentais: eliminação definitiva das remoções em massa; regularização jurídica dos assentamentos, através da titulação da propriedade de seus ocupantes; reconhecimento da cidadania dos favelados, através da legitimação de suas associações representativas, da abertura de canais de participação junto ao Estado e atendimento de suas reivindicações, estabelecimento de programas permanentes nos órgãos governamentais e nas empresas públicas para a regularização da prestação de serviços urbanos e comunitários e; ampliação significativa dos recursos financeiros destinados a obras e programas sociais para as áreas faveladas”. iii Em entrevista ao Jornal do Brasil, publicada em 06/04/1983, o governador Leonel Brizola afirmou “estar havendo um trabalho visando criar uma situação para o novo governo, não sei se querendo colocar a prova ou criar um ambiente de insegurança”. (Frossard Barbosa – o Processo das Invasões no Rio de Janeiro: Sua Racionalidade Espacial, Cópia Xerox, sem data). iv O processo de redemocratização do país, associado à eleição de um governador sensível às questões da habitação de baixa renda, representou uma grande mudança no cenário político, favorecendo o movimento de ocupações de terras urbanas. Uma reportagem publicada pelo jornal “O Globo”, em 12 de março de 1991, descreve esse quadro: “O dia 14 –véspera da posse do governador Leonel Brizola – já virou uma espécie de senha para as centenas de pessoas que invadiram, nos últimos vinte dias, três terrenos no Mato Alto, Gardênia Azul e Curicica, em Jacarepaguá, que somam 416 mil metros quadrados. Apesar da repressão policial, que os impedem de construir barracos, entre eles há uma certeza: a partir dessa data, o direito a posse das áreas estará garantido.” v Todos esses dados foram retidos do Censo demográfico do IBGE, no ano de 2000. Pode-se observar essa precariendade, especificamente sobre infraestrutura, que 34,51% dos domicílios Duque de Caxias não possuíam água encanada, 43,62% não tinham acesso à rede geral de esgoto ou pluvial e 13,42% não tinham coleta domiciliar de lixo, índices todos inferior à RMRJ - 15,08%, 34,33% e 12,97%, respectivamente- e ao município do Rio de Janeiro - 3,72%, 22,01% e 11,17%. vi O Estatuto da Cidade é a denominação oficial da lei 10.257 de 10 de julho de 2001, que regulamenta o capítulo "Política urbana" da Constituição brasileira. O Estatuto da Cidade cria uma série de instrumentos de política urbana, visando uma gestão democrática da cidade. Seus princípios básicos são o planejamento participativo e a função social da propriedade.

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Urbis: Occupation de l’espace public par les personnes de la rue: Expérience au sein d’une unité de psychiatrie de rue à Marseille Occupation of public space by (homeless) inhabitants in the street:Experience in a psychiatric unit street in Marseille Ocupación del espacio público por habitantes de calle: Experiencia de un equipo psiquiátrico con personas en condición de calle en Marsella Anna Fagot (1983, francesa, Université de la Méditerranée, Francia) Vincent Girard (1972, francés, Assistance publique des Hôpitaux de Marseille, Francia) fagot.anna@hotmail.fr, vincent.girard.46@gmail.com

Résumé Dans cet article, les auteurs partiront de leur expérience au sein d’une équipe de rue “psychiatrique” à Marseille afin d’observer comment les personnes de la rue occupent l’espace public. Les personnes de la rue et qui ont des problèmes psychiatriques se trouvent doublement exclues, ce qui fait que leur mode d’existence pose question en soi. Après avoir dressé le contexte de leur travail, les auteurs feront ici le portrait de quatre personnes qu’ils ont rencontrées: “la femme à la place de voiture”, ”l’homme au parking”, “l’homme en face du bar” et “la femme à la cabine téléphonique”; et qui ont chacune leur façon singulière d’occuper-d’habiter l’espace public, le jour et la nuit. Une autre facette de la ville de Marseille est ainsi mise à jour: celle des espaces laissés vacants par les habitants des maisons et des immeubles. Dans ces espaces vacants, il est possible, pour les autres, de trouver un abri aussi précaire soit-il. Mots clés: abri, espace public, habiter, Marseille, sans domicile, ville. Recibido: 30-05-2012 → Aceptado: 25-06-2011

Cítese así: Fagot, A. y Girard, V. (2012). Occupation de l’espace public par les personnes de la rue: Expérience au sein d’une unité de psychiatrie de rue à Marseille. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 65-70. Abstract In this article, the authors talk about their experiences in a «psychiatric» unit that goes round the city of Marseilles to observe how homeless people take public space up. Homeless people that suffer from psychiatric diseases are on the fringes of society in two ways, that is the reason why their way of living is a question itself. After establishing the context, the authors will present four cases they have found: “The woman of the car’s place”, “the man in the parking lot”, “the man in front of the pub”, “the woman in the phone booth”; Each one of them has a unique way to take up-to inhabit the public space, during the day or the night. You will discover another facet of the city of Marseilles, the one of the spaces left behind by former inhabitants, where is possible for others to find a shelter, even a flimsy one. Key-words: city, homeless, Marseille, public space, shelter, to live in.

Resumen En este artículo, los autores hablan de sus experiencias en un equipo «psiquiátrico» que recorre las calles de Marsella para observar cómo las personas sin domicilio fijo ocupan el espacio público. Los habitantes de

calle con problemas psiquiátricos son doblemente excluidos, por lo que su modo de vida constituye una pregunta en sí misma. Después de definir el contexto de su trabajo, los autores presentan cuatro casos de personas: «la mujer en el lugar del automóvil», «el hombre del parqueadero», «el hombre frente al bar», «la mujer en la cabina telefónica»; cada uno de ellos tiene una manera singular de ocupar-habitar el espacio público, de día y de noche. Otra faceta de la ciudad de Marsella que se actualiza es la de los espacios vacíos, dejados por los habitantes de casas y edificios, donde es posible que otros encuentren un refugio, aunque este sea precario. Palabras clave: habitantes de calle, espacio público, refugio, habitar, Marsella, ciudad

Introduction Comment les personnes de la rue investissent-elles l’espace public? Nous avons travaillé pendant plusieurs mois au sein d’une équipe de rue “psychiatrique” à Marseille. Il s’agira ici de partir de cette expérience en tant que soignants, pour reconstituer la façon d’occuper l’espace public de telle ou telle personne de la rue. Nous découvrirons ainsi certaines des questions que posent ces occupations particulières de l’espace... Les personnes de la rue ayant des problèmes psychiatriques ne sont pas représentatives des personnes de la rue en général. Elles sont doublement exclues: exclues parce que “sans domicile”, et exclues parmi les gens “sans 1 domicile” du fait de leurs troubles psychiatriques . De ce fait, leur existence pose question en elle-même; y compris dans leur rapport à la ville, aux espaces publics; et permet de dévoiler quelque chose de la vérité de la ville, de ces espaces communs. Dans une première partie, nous parlerons du contexte de cet article: de la notion de “sans domicile”, de la situation de la ville de Marseille et des missions de l’équipe de rue dans laquelle nous avons travaillé. Dans une seconde partie, nous dresserons le portrait de certaines façons particulières d’être dans l’espace public, puis nous discuterons des questions que ces histoires d’ ”occupation” posent à notre société. Eléments de contexte: «Sans Domicile Fixes»? Damon fait remonter l’utilisation de ce sigle en France au début du XIX siècle où il était retrouvé sur les registres de police (Damon, 2002). Dans de nombreux articles, le problème de la validité de la catégorie “SDF” est 1

Nous n’utilisons pas le terme de marginalisation qui renvoie à un phénomène de déplacement à la périphérie, ce qui n’est pas le cas à Marseille où la pauvreté est un phénomène occupant le centre de la ville (Bras S.D.).

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posé. Pour certains auteurs comme Dominique Memmi et Pascal Arduin, il s’agit de questionner la “définition sociale par l’absence de domicile” (Arduin, 2002:215). Pour d’autres, c’est l’absence d’attache, de lieu fixe qui est remise en question (Fleuret, 2007:14). De plus, il s’agit d’une définition en creux, par l’absence de domicile. La catégorie “SDF”, utilisée en France, se trouve être l’objet d’une construction sociale par les personnes “non SDF”. Certains auteurs suggèrent donc de ne pas travailler directement sur les personnes “SDF”, mais plutôt sur la façon dont elles sont perçues par les personnes “non SDF”; dans la mesure où le chercheur “non SDF” pourrait perpétuer la “domination sociale” exercée par son groupe d’appartenance sur les personnes dites “SDF”. Nos lectures nous permettent de supposer que la population regroupée sous le vocable “SDF” est très hétérogène. La typologie européenne de l’exclusion liée au logement appelée ETHOS (European Typology on Homelessness and housing exclusion) lancée par la FEANTSA en 2005, et recommandée par la 2 Conférence Européenne de Consensus sur le Sans-Abrisme en 2010 , classe les personnes sans domicile fixe en fonction de leur situation «de 3 vie» : être sans abri (dormant à la rue) être sans logement (avec un abri mais provisoire dans des institutions ou foyers d'hébergement) en logement précaire (menacé d'exclusion sévère en raison de baux précaires, expulsions, violences domestiques) en logement inadéquat (dans des caravanes sur des sites illégaux, en logement indigne, dans des conditions de surpeuplement sévère). Pour notre part, nous intervenions auprès de personnes vivant dans la rue, (c’est à dire “sans abris” selon cette typologie) dans un cadre thérapeutique et non de recherche; comme nous le détaillerons dans la partie concernant le contexte de notre travail. Par ailleurs, certains auteurs latino-américains utilisent le terme d’ “habitant de la rue” comme Delma Pessanha Neves à propos des “SDF” de Rio de Janeiro au Brésil (Pessanha Neves, 2004:2), ou Paula-Cecilia Rosa à propos des “SDF” de Buenos Aires en Argentine (Rosa, 2012:60-61) (revue Urbis): «Consideramos que, con esta categoría, el énfasis está puesto en el medio, en donde la persona habita y desarrolla su vida cotidiana. Se habla de habitantes porque se entiende que estos habitan el espacio de la calle, pues entablan allí una relación con el entorno y establecen vínculos e interacciones con diferentes personas y grupos que se encuentran en su misma situación, como con otros que no (vecinos, comerciantes, transeúntes, etc.). A partir de la utilización de esta categoría, se busca entender la vida en la calle, no solo como una condición física territorial, sino como “un contexto sociocultural, un espacio de redes de relaciones que vehiculizan las interacciones sociales” (Marcús, 2006:102). Cette appellation d’ “habitant de la rue”, nous questionne... Il y a aussi la question d’habiter la rue, le jour, alors qu’on a un chez soi, mais qui est petit, insalubre, mal éclairé; ou trop chaud…De plus, dans les cultures du Sud comme en Espagne, du fait du climat et des habitudes, il est commun de vivre en bas de chez soi, d’investir l’espace public que constitue le trottoir adjacent à l’immeuble... Cette appellation d’ ”habitants de la rue” pourrait permettre de ne pas considérer de façon restrictive la catégorie des sans domicile fixes dont nous avons vus tous les problèmes qu’elle pose. Mais, peut-on habiter la rue, à Marseille? 2

Conférence Européenne de Consensus sur le Sans-Abrisme les 9 et 10 décembre 2010, Bruxelles: pour plus de renseignements sur la conférence, y compris tous les documents pertinents, voir http://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=88&langId=fr&eventsId=315&furtherEv ents=yes 3 Voir http://www.feantsa.org/files/freshstart/Toolkits/Ethos/Leaflet/FR.pdf

La ville de Marseille et les personnes vivant dans la rue Les personnes qui sont accompagnées par l’équipe de rue vivent, dans leur majorité avec une schizophrénie (Girard et al., 2012). Le fait de vivre en milieu urbain augmente les risques de développer une schizophrénie (Kelly et al., 2010), et le fait d’être pauvre augmente le risque pour une personne avec une schizophrénie de se retrouver sans chez soi (Folsom et al., 2005). Il est donc nécessaire de s’arrêter un instant sur les caractéristiques socio-démographique de la Marseille, qui est une ville portuaire située au sud-est de la France, en Provence. Elle est bordée par la Méditerranée à l'ouest, et enserrée par plusieurs massifs au nord, à l’est, au sud et au sud-est. En 2009, la population de Marseille était de 850 602 habitants d’après le recensement de l’Insee, ce qui en fait la deuxième commune la plus peuplée de France. Le climat est typiquement méditerranéen (température moyenne de 15,9 °C), avec une durée exceptionnelle d'ensoleillement, notamment grâce au mistral; et moins de 50 jours de pluie par an; même si des épisodes extrêmes sont enregistrés. En 2007, la moitié des Marseillais déclarait un revenu inférieur à 15 284 euros par unité de consommation (UC): ce revenu est inférieur de 2 213 4 euros au revenu médian national ; avec d’importantes disparités entre hauts revenus et bas revenus. Les bas revenus se concentrent dans les arrondissements centraux 1e, 2e et 3e ainsi que dans les quartiers nord (13e, 14e, 15e et 16e arrondissements). Les arrondissements où la population est la plus riche se trouvent au sud et à l’est, même si de nombreux arrondissements comptent à la fois des zones aisées et modestes. Dans l’hypercentre le taux de personnes recensées vivant sous le seuil de pauvreté des habitants est 35 % (Donzel, 2005) pour une moyenne à 12 %; avec environ 10.000 personnes sans abri dans la ville de Marseille sur une 5 année . Au recensement 2006, le taux de chômage s'élevait à 18,23 % (contre 6 11,1 % pour la France métropolitaine) (paragraphe migrations dans partie suivante). L’équipe de rue Cette équipe de rue pluridisciplinaire est née en 2004. Comme cela est décrit dans l’article: “Analyse de l’activité d’une équipe mobile psychiatrie-précarité (EMPP): des urgences médico-psychiatriques dans la rue à la pratique d’hospitalisation à domicile pour des personnes sans domicile” (Girard V et al., 2012), l’équipe a d’abord été composée de bénévoles au sein de l’organisation non gouvernementale “Médecins du monde”, puis a été institutionnalisée en équipe mobile psychiatrie7 précarité (EMPP) fin 2007; avec un financement et basé sur le partenariat entre l’Assistance Publique des Hôpitaux de Marseille et “Médecins du monde”. Elle a pour mission de favoriser l’accès aux soins des personnes en situation de grande précarité. C’est une équipe pluridisciplinaire composée de psychiatres, d’un médecin généraliste, d’une assistante sociale, d’infirmiers psychiatriques, d’éducateurs spécialisés, de coordinateurs, de chercheurs, d’étudiants et de travailleurs pairs. Elle s’adresse aux personnes vivant dans la rue et ayant des troubles psychiatriques; plus particulièrement de type psychotique. Il s’agit d’une ap4

NSEE Revenus fiscaux localisés des ménages par commune et arrondissement municipal - Indicateurs de Structure et de Distribution des revenus - année 2007 5 Médecins du monde. Rapport d’activité 2005. Mission auprès des personnes sans abri. 6 INSEE Chômage (au sens du recensement) des 15-64 ans 7 Circulaire ministérielle de 2005 en France

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proche de santé communautaire. En effet, il s’agit de soigner la communauté des gens dans la rue, exclue d’un accès aux droits et aux soins. Le travail s’articule autour de deux axes essentiels: un axe clinique: les “maraudes” (ou tournées de rue) où il s’agit de rencontrer les personnes de la rue, d’évaluer une pathologie psychiatrique ou un trouble psychique, de proposer des soins; et un axe politique: sensibilisation des professionnels de santé concernés, des pouvoirs publics, des associations de quartier, des foyers d’urgence…

du 5ème étage”, “le monsieur du rez-de-chaussée”... Sans doute est-ce aussi en lien avec la façon dont notre travail s’organisait. De fait, les “maraudes”, impliquent, de notre part, une sorte de “promenade” à travers la ville afin de saluer différentes personnes, à différentes adresses, sur un itinéraire prédéterminé par les personnes à saluer et qui pouvait varier en fonction d’une urgence, ou à la rencontre de nouvelles personnes vivant à la rue. Nous faisions couramment un crochet, pour rendre visite à Untel ou Untelle, un peu plus éloignée du quartier ciblé.

La population cible de notre travail est les personnes psychotiques de la rue, car ces personnes se trouvent du fait de leur pathologie psychique particulièrement vulnérables et loin des systèmes de soins et de droits sociaux. En particulier, la schizophrénie (voire la maladie bipolaire) augmente considérablement le risque de paupérisation qui aggrave la maladie et complique le recours aux soins. Comme le dit Antoine: “vous avez un boulot, vous vivez quelque part. Et vous partez tout à coup. Loin. Vous ne donnez pas de nouvelles à votre famille. Vous vivez dans la rue. C’est la bipolarité qui fait ça”. Dans la file active de l’équipe les migrants de première ou deuxième génération sont largement majoritaires, environ 80%. Ceci s’explique au moins pour deux raisons.

De plus, ces “maraudes” visent à recréer une certaine “sociabilité de voisinage”. Loin d’un entretien psychiatrique à proprement parler, il s’agit souvent, dans un premier temps, de mettre en place des relations amicales, afin d’ ”apprivoiser” des personnes souvent rendues méfiantes par des expériences douloureuses avec la psychiatrie; avec tout un travail d’approche, ne serait-ce que pour arriver à dire bonjour...

La première raison renvoi à la spécificité de Marseille, ville cosmopolite qui a vu dès le 19ème siècle, arriver plusieurs vagues de migrants d’origines différentes: les italiens d’abord, à la fin du 19ème siècle et au début du 20ème siècle; puis, les français de la Nord et issue des colonies pendant la première guerre mondiale. En 1920, il y a eu une deuxième grande vague migratoire: majoritairement des italiens; mais aussi des espagnols, des arméniens, des russes, des grecs, des nord africains.... On note aussi une migration corse (surtout après 1920); ainsi que la recrudescence de l’immigration nord-africaine à partir des années 1960 et l’arrivée massive des pieds noirs autour de 1962, et des anciennes colonies du Maghreb et de l’Afrique Noire, ensuite des migrants des Comores (60.000) dans la fin des années 1970, et enfin celle des Rhoms depuis les années 90 et l’ouverture des frontières européennes. La deuxième raison renvoie au fait que les migrants de première et deuxième générations ont plus de risques de développer une schizophrénie que la population générale (Bourque et al., 2011 ; Cantor-Graae & Selten 2005). De plus, la prévalence des troubles psychiatriques, notamment la schizophrénie est en moyenne 10 fois plus élevée dans la sous population “SDF” que la population générale (Fazel et al., 2008). Parmi les personnes vivant exclusivement à la rue que l’équipe rencontre et accompagne, beaucoup vivaient dans le quartier où elles avaient un chez soi, et où parfois elles ont grandi. Elles s’inscrivent souvent dans l’histoire du quartier et sont connues et reconnues par les habitants, comme étant “du quartier”. Après avoir défini le contexte du recueil des informations, nous vous proposons quelques portraits de personnes rencontrées dans la rue; “habitant” dans la rue... Portraits de personnes occupant particulièrement l’espace public Nous avons pris le parti de réaliser ces quelques portraits des personnes en montrant le lien étroit qu’elles entretiennent avec leur espace privé au sein de l’espace public. Aussi, nous vous parlerons de “la femme à la place de voiture”, de “l’homme au parking”, de “l’homme en face du bar”, de “la femme à la cabine téléphonique”. En effet, nous pensons que leurs adresses en disent beaucoup sur leur façon de vivre et que s’ils n’étaient pas des “dits SDF”, nous les dirions peut-être d’eux: “la femme

“La femme à la place de voiture”: Cette femme d’une cinquantaine d’années venait de Nice. Un jour, elle était venue à Marseille, en voiture. Elle ne voulait pas rentrer à Nice, elle dormait dans sa voiture qui était garée dans le quartier du cinquième arrondissement derrière l’hôpital de la Conception. Elle s’était établie dans sa voiture et parlait volontiers aux personnes du quartier qui passaient dans le coin. Sa voiture était devenue l’endroit central de ses relations aux autres, elle était “sur le chemin”, “sur le passage” et interpellait les uns, les autres, connaissait le prénom des enfants... Par la suite, sa voiture qui était en panne fut retirée par la police, et mise à la fourrière. La dame resta alors à la même place: elle avait disposé un matelas, s’était recrée une espèce de chambre de la même taille que la place où était garée sa voiture, et au même endroit... Par la suite, elle a pu être hospitalisée pour des soins puis transférée à Nice… “L’homme au parking”, lui, “habite” en plein centre-ville, dans le premier arrondissement à côté d’un grand centre commercial. Il est à l’entrée d’un parking sous terrain, à un point stratégique. Il a une soixantaine d’années. Il est bien connu des équipes de rue mais refuse les soins en hospitalisation. Il est très sale, et porte des ongles très longs, ce qui est effrayant, mais il est plutôt d’abord affable. Les habitants du quartier lui apportent à manger. Non loin de lui, un tas des cagettes est disposé, qui semble lui servir de garde à manger. Il y est toujours au moment de l’écriture de cet article… “L’homme en face du bar” reste toujours au même endroit la journée, quel que soit la météo: en plein soleil ou sous la pluie battante. Il est assis sur un rebord d’immeuble, un peu en hauteur, dans une rue piétonne au centre-ville de Marseille, non loin du Vieux Port. Il met son gros duvet roulé et sale à côté de sa place à lui. Il dit qu’il habite un squat mais reste vague quant au lieu précis. Il rit souvent seul. Parfois, il raconte des histoires abracadabrantes. Selon lui, une autre terre aurait éclaté; une poignée de survivants seraient venus chez nous pour nous manger... Un soir, on lui avait jeté de l’acide dessus en le traitant de “sale clochard”. Cette fois ci, cela semble vrai. Sa confiance est difficile à gagner car il a de mauvais souvenirs d’hospitalisations en psychiatrie en Allemagne. Alors que nous écrivons cet article, cet homme est aujourd’hui dans un lieu d’hébergement et s’y trouve bien …. “La femme à la cabine téléphonique” “habite” une cabine téléphonique dans le premier arrondissement de Marseille. Nous la rencontrons à 500

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mètres de là, sur les marches du bâtiment de forces ouvrières. Elle est jolie, avec de belles joues roses. Elle a le pied cassé depuis un accident avec un homme qui était alcoolisé: comme elle, d’après ce qu’elle raconte en riant. Elle semble quand même avoir eu peur de mourir comme le petit chat qu’elle a vu se faire écraser, l’autre jour, et dont elle nous confie le triste destin. Son pansement est bien propre, apparemment les pompiers passent tous les matins le lui refaire. Nous la connaissons depuis un bout de temps et elle accepte de se faire filmer pour médecins du monde. Dans le bar voisin, on apprend qu’elle est là tous les matins et la caméra semble donner soudain de l’importance à cette femme qu’ils ne regardaient pas comme une femme auparavant. Quelques semaines plus tard, “la femme à la cabine téléphonique” est décédée d’une embolie pulmonaire, dans les suites de l’immobilisation de son pied et des difficultés à recevoir un traitement approprié par piqûre d’anticoagulant. Des urgences, elle était partie avec la prescription: “infirmière à domicile tous les jours pour héparine en intramusculaire”. Elle n’avait pas de domicile, et n’a pas pu bénéficier de ces soins. Conclusion-discussion À côté de l’homme assis en face du bar, un matelas roulé; un sac_ alors même qu’il ne dort pas là, la nuit. Le fait de transporter ses biens est une nécessité pour ceux qui ne disposent pas d’un lieu suffisamment sûr (par exemple un squat), au vu du risque de vol, de détérioration ou sabotage pour le plaisir, et de nettoyage par les agents de la ville. Ainsi, la métaphore de la maison-coquille de l’escargot pourrait servir de modèle de compréhension de l’habitat dans la rue. D’autant que souvent, les personnes entassent sur elles-mêmes de nombreuses couches de vêtements, quel que soit le temps. Dambuyant-Wargny Gisèle utilise le concept de “l’espace à organisation semi-fixe” d’Edouard Hall pour traiter du rapport des personnes avec ces objets: “Si la personne “domiciliée” possède son mobilier, l’hébergé en centre d’accueil possède son armoire, le SDF clochardisé ne possède souvent plus que son sac, qu’il garde tout contre lui. Mais alors, de quels types d’objets s’agira-t-il ? Seront-ils plus “utiles et nécessaires” dans la rue ? L’espace privé “installé » dans l’espace public ne contiendra-t-il que des objets de première nécessité ? (...) On peut alors penser que plus la désocialisation s’instaure, plus l’espace privé se rétrécit et se visibilise” (Dambuyant-Wargny, 2004:501). Reprenons la métaphore de l’escargot. Vivre dans la rue entraine aussi une autre façon d’être dans l’espace public. La personne qui vit dans la rue pourrait être retranchée en elle-même; de telle façon qu’elle ne pourrait réellement “habiter” la ville. Si la vie dans la rue peut correspondre, pour certains, à une stratégie adaptative pour ne plus être seul chez soi; elle peut aussi coïncider à un grand moment de solitude dans l’existence... Beaucoup de personnes dans la rue parlent toutes seules sans être pour autant “psychotiques”, par exemple, juste pour avoir un peu de compagnie... Peut-être, peut-on alors penser les couches de vêtements, et les sacs portés comme une protection de plus nécessaire dans cet environnement violent ? Il s’agirait de porter encore un peu sa vie, son histoire avec soi: un sac ou deux; des objets devenus précieux non par leur valeur financière mais parce qu’ils sont un peu de la maison du home qui manque. Je me souviens des pleurs d’un homme quand sa bouteille de vin s’est cassée lorsqu’il montait dans le camion des pompiers… Cela semblait être alors plus qu’une bouteille de vin remplaçable. Les objets semblent devenir plus importants, plus précieux; et cette im-

portance est difficile à respecter pour “l’étranger” qui ne voit que la crasse et la misère… Ce qui peut surprendre dans l’histoire de la femme à la place de voiture, c’est l’espace domestique recréé. Cette place de voiture prend l’air d’une pièce de maison. Elle en a les caractéristiques: ici, un matelas, à droite un fauteuil, des affaires. L’agencement des meubles n’est pas fait au hasard. Bien que cet habitat; ou plutôt cet agencement soit très précaire, il révèle une façon de faire, des gouts propres à la personne qui l’habite. Les personnes dont nous avons choisi de réaliser le portrait ici, en particulier, “l’homme du parking” et “la femme à la place de voiture”, sont caractérisées par une certaine sédentarité. Ils se trouvent être des “Fixes sans domicile”, selon l’expression proposée par Zeneidi-Henry Djemila et Fleuret Sébastien. Effectivement, ils ont choisi leur place et construit une sorte d’habitat_ même s’il s’agit d’un habitat précaire. Ils délimitent leur espace dans l’espace public. D’une certaine façon, on pourrait dire que l’appellation “sans domicile fixe” est fausse pour eux, même s’ils n’habitent pas à proprement parler un “domicile”. L’étonnement est que l’intérieur de cet espace domestique soit à vue. Gisèle DambuyantWargny évoque une plus grande visibilité de l’abri chez les personnes les plus exclues; impliquant, selon elle, une plus grande difficulté à avoir un espace privé. Par contre, il pourrait s’agir également, pour certaines personnes, de se protéger des agressions éventuelles. Malheureusement, nous n’avons pas eu l’occasion d’en discuter avec “la femme à la place de voiture”. Une autre question se pose à nous. Cette dame prend exactement la même place, qu’une des voitures garées sur la chaussée. Est-elle en train de faire de son mieux pour “ne pas déranger” l’ordre habituel des choses, ne pas prendre plus de place qu’une voiture ? S’agit-il d’une tactique d’invisibilité ? Se met-elle sur le même plan qu’une voiture _objet inanimé ? Quelle est la place que laissent la ville, et ses habitants “normaux” aux autres personnes en marge ? Les dits “SDF” sont-ils contraints, du fait du manque de place allouée pour eux à occuper les interstices laissés libres par la ville ? Les lieux de circulation (comme la chaussée), qui font partie de l’espace public, sont plutôt des lieux vides d’ordinaire, qui permettent d’aller d’un endroit à un autre, d’une maison à un travail... Ce sont des lieux de “blanc” entre les immeubles... Les abris des personnes comme ceux de “la femme à la place de voiture”, de “l’homme au parking”, se trouvent un peu en marge de ces lieux en circulation: pas tout à fait dans le mouvement pour ne pas être trop dérangé; mais tout de même dans un lieu de passage. C’est le cas aussi des personnes qui dorment sur le trottoir... Pour ce qui est de “la femme à la place de voiture”, l’intervention des forces de l’ordre (et le retrait de la voiture) nous interroge. En quoi cela dérange que cette femme habite dans sa voiture ? Estce que la place de voiture est convoitée ? Est-ce que pour occuper une place il faut qu’elle soit offerte, achetée, décidée en conformité avec l’ordre public ? Dans un quartier où il est si difficile de trouver une place de parking, le soir; voilà qu’une place de parking justement se trouve occupée “définitivement” par une personne, ses affaires; lui permettant alors de se situer là où “tout se passe”, dans un carrefour de trajectoires des piétons du quartier.... Quant à “l’homme en face du bar”, il se trouve dans une rue piétonne assis sur le haut rebord de l’immeuble en face du bar. En fait, si on considère le flux des passants comme celui d’une rivière, il est installé sur la rive en face de la rive du bar.

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De même, “l’homme du parking”, se trouve, la journée, sur le trottoir, à l’entrée d’un grand parking souterrain du centre-ville, juste à côté du centre commercial du Centre Bourse et il contrôle ainsi toutes les entrées et sorties de voitures. Il est aussi juste à la frontière entre le dehors lumineux et la pénombre de l’intérieur du parking; entre l’air libre et l’abri potentiel en cas de pluie... Nous avons pu observer à plusieurs reprises combien les hospitalisations dans un hôpital loin du centre-ville étaient mises en difficultés par les personnes vivant dans la rue. Les raisons invoquées étaient des raisons d’ordre économique _ avec le manque d’argent provoqué par l’arrêt de l’activité de mendicité; mais aussi par la crainte de perdre sa place pour mendier (en n’occupant plus le terrain) _ et social (“Untel a dit qu’il passerait me voir”). Le concept élaboré par DambuyantWargny Gisèle de “socialisation par l’espace” nous apporte peut-être quelques éléments de compréhension: “Cette socialisation par les lieux pour les plus démunis devient essentielle pour les personnes à la rue depuis longtemps, compte tenu des défauts, voire de l’absence, d’autres processus de socialisation, actuels ou passés (famille, travail, relations sociales). (...) Dans un entourage social aussi fluctuant que celui de la grande précarité, seuls les lieux semblent offrir cette relative stabilité (...) nous pouvons dégager l’idée d’attachement par les lieux concernant des personnes confrontées à un entourage social en perpétuelle mouvance.» (Dambuyant-Wargny, 2004:504).

les pauvres au Brésil nécessite d’acquérir le “code d’usage du territoire et de sa défense”, ainsi que la connaissance de plusieurs ordres régissant la ville (ordre juridique, social mercantile, de la justice sociale d’État): “Seul le respect d’une intégration complexe, qui agglutine des acteurs sociaux divers, peut assurer l’occupation d’un territoire déterminé dans l’espace dit public. La concurrence, dans la mise en pratique de ces ordres, s’exprime par l’extension des conflits autour de l’appropriation des espaces collectifs” (Neves, 2004:51-52). De même, Pascale Pichon nous dit: “Cette expérience *de devenir sans domicile] se marque par une suite d’épreuves à franchir, qui sont à la fois des étapes dans l’intégration à un groupe de pairs et des rites d’initiation. Ces épreuves sont surmontées par l’assimilation des normes et des valeurs du milieu, mais aussi par l’apprentissage des techniques qui permettent de “tenir” dans la rue, la charité, la collecte de dons ou les gains en argent grâce à la “débrouille” ou la “combine” (Gaboriau, 1993 ; Pichon, 1998:96). Memmi Dominique et Arduin Pascal aboutissent eux aussi, aux mêmes conclusions: “Assurer sa survie commande alors d’adhérer à la définition par d’autres de la légitimité de ses besoins et à une certaine représentation de soi, de s’y couler aussi parfaitement que possible en raison des bénéfices à court terme qu’elle recèle, et en dépit des inconvénients à long terme qu’elle comporte.» (Arduin, 2002:221). Ces auteurs font référence ici à la tactique de l’ “affichage du stigmate”, utilisée pour faire la manche (Goffman, 1975).

Cet attachement aux lieux nous semble finalement étrangement familier. Ne sommes-nous pas nous-mêmes attachés aux appartements dans lesquels nous avons vécus? En raison d’une précarité décuplée, les personnes de la rue expérimentent souvent plusieurs habitats différents et en différents lieux d’une même ville. Certains occupent un espace le jour et un autre espace la nuit, comme cela semble être le cas de l’homme en face du bar. Le jour, il “vit” en face de ce bar, toujours assis au même endroit. La nuit, il dormirait dans un squat, dont il ne nous précise pas l’adresse; par méfiance, sans doute.

Toutes ces compétences déployées pour la survie suggèrent que les personnes dites “SDF” ont une connaissance de la ville que n’ont pas les personnes qui ne le sont pas. La rencontre avec des personnes “SDF” dévoile donc aux non-initiés quelque chose de la vérité de la ville qui leur échappe. J’aime à penser qu’il s’agit d’une connaissance des creux, des interstices, comme la définition impossible et en creux des sans-logis...

Les lieux habités dans l’espace public créent donc pour les personnes de la rue une cartographie de la ville, différente en fonction des heures. En fait, en travaillant auprès de personnes vivant dans la rue, nous avons eu l’occasion de découvrir une autre ville; marquée par les usages quotidiens des espaces publics. Par exemple, connaitre l’endroit où on peut se voir offrir un café, le lieu pour la soupe, les endroits à éviter... Connaître les endroits abrités du vent, craindre les foyers d’hébergement d’urgence où il y a de la violence, des vols, et des poux… Connaître les moments ou les lieux où dormir…Toute une géographie de la ville, de ses extérieurs... L’espace public fait du privé. Où aller aux toilettes, se laver, manger, quand on n’a pas de chez soi, sinon dans l’étendue de l’espace public? Le port, la mer et les fontaines sont utilisées pour se laver par exemple. On pourrait penser, en généralisant de façon “romantique” que le sans chez soi est à la fois privé de chez soi et en même temps utilise l’étendue de la ville comme habitat. En réalité, il semblerait qu’habiter nulle part rejoigne le fait d’habiter partout. La vie dans la rue exige l’acquisition de compétences pour la survie; il s’agit de connaissances spécifiques acquises par l’expérience personnelle ou par celle enseignée par solidarité par une autre personne vivant dans la rue, ou un autre groupe. C’est à ce titre là que l’on peut parler de “communauté de personnes sans domicile fixe”. Plusieurs auteurs relèvent ces faits, qui semblent être généralisables en dehors de l’expérience de notre équipe de rue marseillaise. Pour Pessanha Neves Delma, le phénomène d’appropriation de la rue par

Reflexión de la editora Emmanuelle Rabaud: L’article d’Anna Fagot et Vincent Girard est une étude menée à Marseille par une équipe médicale de rue attentive et motivée face aux détresses et pathologies de personnes vivant dans la rue. Il révèle un « espace urbain » dont on parle peu. L’usage atypique et pourtant quotidien que font ces individus de la ville dans ces moindres recoins met en place une nouvelle cartographie qu’il serait peut être nécessaire d’entrer dans la base de données de nos urbanistes et politiques, à Marseille comme dans toutes les autres villes du monde où l’usage réel, varié et complexe du territoire représente un savoir indispensable à la survie de bien des êtres. Cet article nous interroge sur les « interstices » nécessaire au fonctionnement d’une ville. Ne faut-il pas accepter certaines « ingérences urbaines » permettant des usages non normés au sein de la ville? Les préoccupations urbaines actuelles de densification et d’hyper contrôle sauront elles se saisir de ces réels enjeux que nous suggère cet habile article? Reflexión de la editora Mercedes Castillo: ¿Ser habitante de calle es igual en Bogotá, en Paris, en Hong Kong o en Oslo? ¿Tiene el mismo origen su condición o, dicho en otras palabras, se puede considerar parte de la misma problemática? ¿Y cuáles son esas múltiples estrategias de sobrevivencia que deben ―y pueden― construir y cuáles las formas de adaptación a diferentes y nuevos hábitats y de construcción de territorialidades, cotidianidad, lugares, en espacios que los otros habitantes, los que sí tienen vivienda, consideran el espacio público? Este artículo nos presenta el hábitat de cuatro personas que han establecido su hogar en diversos espacios públicos de Marsella al hacer un abordaje teórico y

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conceptual del problema de los habitantes de calle. En este caso, más que personas sin un techo, se trata de personas sin hogar, migrantes con eventos psiquiátricos y pérdidas de espacios familiares. Références bibliographiques Bourque, F., van der Ven, E. & Malla, A. (2011). A meta-analysis of the risk for psychotic disorders among first- and second-generation immigrants. Psychological Medicine, 41(5), 897–910. Bras, M. Disparities in income distribution among Marseille neighborhoods [in French]. National Institute of Statistics and Economic Studies, 76 (L’essentiel), 1-16. Cantor-Graae, E. & Selten, J.-P. (2005). Schizophrenia and migration: a meta-analysis and review. The American Journal of Psychiatry, 162(1), 12– 24. Dambuyant-Wargny G. (2004). “Sans toit ni loi”: les exclus, Ethnologie française, 2004/3 Vol. 34, 499-508 ; 501, 504. Damon, J. (2002). La question SDF. Paris : PUF. Donzel A. (2005). Marseille: une métropole duale? Faire savoirs, 5. Fazel, S. et al. (2008). The prevalence of mental disorders among the homeless in western countries: systematic review and meta-regression analysis. PLoS Medicine, 5(12), 225. Folsom, D.P. et al. (2005). Prevalence and risk factors for homelessness and utilization of mental health services among 10,340 patients with serious mental illness in a large public mental health system. The American Journal of Psychiatry, 162(2), 370–376. Girard V. et al. Analyse de l’activité d’une équipe mobile psychiatrieprécarité (EMPP): des urgences médicopsychiatriques dans la rue à la pratique d’hospitalisation à domicile pour des personnes sans domicile, Presse Med, 2012, doi: 10.1016/j.lpm.2011.09.032. Girard, V. et al. (2012). The analysis of a mobile mental health outreach team activity: From psychiatric emergencies on the street to practice of hospitalization at home for homeless people. Paris: Presse Medicale. Extraído el 29 de junio de 2012 desde: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22244723. Goffman, E. (1975). Stigmate, Les usages sociaux des handicaps. Les éditions de minuit. Kelly, B.D. et al. (2010). Schizophrenia and the city: A review of literature and prospective study of psychosis and urbanicity in Ireland. Schizophrenia Research, 116(1), 75-89. Memmi, D. et Arduin, P. (2002). L'affichage du corporel comme ruse du faible: les SDF parisiens. En Cahiers internationaux de sociologie, 2002/2, 113, 215, 221. Rosa, P.C. (2012). “Ser” habitante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (experiencias y procesos de una ciudad en transformación). En Boletín Científico Sapiens Research, 2(1), p 60-61. Neves-Delma, P. (2004). Les “habitants de rue” à Rio de Janeiro (Brésil): la gestion des intolérances. En Espaces et sociétés, 1. Pascale, P. (1998). Un point sur les premiers travaux sociologiques français à propos des sans domicile fixe. En Sociétés Contemporaines, 30, 95109. ------------ (2002). Vivre sans domicile fixe: l'épreuve de l'habitat précaire. En Communications, 73, 11-29. Extraído el 21 de septiembre de 2002 desde: http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/comm_05888018_2002_num_73_1_2109 Zeneidi-Henry D. et Fleuret S. (2007). Fixes sans domicile, réflexion autour de la mobilité des SDF. En L'Espace géographique, 1(36), 1-14.

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Urbis: La relocalisation des familles victimes de catastrophes naturelles à Port-au-Prince The relocation of families victims of natural disasters in Port-au-Prince Ilionor Louis (1968, haitiano, Universidad Estatal de Haití, Haití) lilionor@yahoo.fr

Résumé Cet article traite de la relocalisation des populations victimes de catastrophes naturelles en Haïti, et met l’accent sur la précarité des conditions de vie avant et après les catastrophes. Cinq cas y sont analysés dont deux avant le séisme du 12 janvier 2010 et les trois autres après. Ces cas sont choisis non dans une logique de comparaison inter-casmais plutôt dans une perspective d’analyse entre la situation d’avant et d’après cette catastrophe qui a définitivement contribué à une reconfiguration des quartiers à Port-au-Prince. Mots clés: Conditions de vie, débrouille1,Précarité, organisations non gouvernementales, nouveaux quartiers. Recibido: 20-01-2012 → Aceptado: 14-06-2012

Cítese así: Louis, I. (2012). La relocalisation des familles victimes de catastrophes naturelles à Port-au-Prince. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 71-76. Abstract This essay deals with the relocation of populations affected by natural disasters in Haiti, and focuses on the precarious living conditions before and after disasters. Five cases are analyzed, including two before the earthquake of January 12, 2010 and three after. These cases are selected not only from a comparison across cases but in a perspective of analysis between the situation before and after the catastrophe which has definitely contributed to a reconfiguration of the neighborhoods in Portau-Prince. Key-words: Living conditions, resourcefulness, insecurity, nonprofit organizations, new neighborhoods

Resumen Este articulo trata de la relocalización de las poblaciones víctimas de catástrofes naturales en Haití, al poner acento sobre la precariedad de las condiciones de vida antes y después de las catástrofes. Cuatro casos son analizados, de los cuales dos antes del sismo del 12 de enero y dos después. Estos casos se eligieron no en una lógica de comparación entre los casos mismos, sino en una perspectiva de análisis entre la situación de 1

Débrouille est une expression utilisée par Loïc Wacquant, dans son ouvrage Parias urbains. Ghetto, banlieues État pour traduire les activités auxquelles des habitants bénéficiaires de l’aide sociale recourent pour avoir un complément de revenu qu’ils ne peuvent ou ne doivent déclarer. Cela se passe dans ce qu’il qu’il appelle «l’hyperghetto» dans le South side et le West side de Chicago. Dans le cadre de cet essai le mot «débrouille» est utilisé pour désigner différents types d’activités informelles que des habitants des quartiers réalisent pour subsister, ne pouvant compter sur aucune allocation financière de l’État. Ces activités sont, entre autres, la lessive, la coupe de cheveux, la manutention, le commerce ambulant etc.

antes y después de aquella catástrofe que modifica definitivamente la configuración de los barrios en Puerto-Príncipe. Palabras claves: Condiciones de vida, Manejo, Precariedad, Organizaciones no Gubernamentales, nuevos barrios vulnerabilidad

Introduction Je commence cet article avec le questionnement suivant: les familles emmenées et installées dans des endroits aménagés par le gouvernement, les ONG et des organismes internationaux sont-elles devenues plus fragiles compte tenu de leur éloignement du centre-ville qui était le lieu de leurs activités de subsistance? Cet essai est le fruit d’une enquête menée dans cinq territoires qui ont vu le jour suite à des catastrophes naturelles qui se sont abattues sur Haïti de 2004 à 2010. Ces territoires sont respectivement: village de la reproduction, Village des vainqueurs, Village de la fraternité de Berville, Canaan et Corail cesse-Lesse. Mon objectif consiste à analyser la relocalisation des familles qui ont bénéficié d’un logement dans le cadre des projets réalisés par certaines organisations non gouvernementales (ONG) et des organismes de coopération intervenant en Haïti, au regard de la situation des conditions de vie avant le séisme du 12 janvier 2010. Ainsi, je me demande s’il y a une amélioration entre les conditions de vie d’avant le tremblement de terre et d’après. Démarche méthodologique Pour réaliser cette étude, des visites de terrain ont été réalisées sur les cinq sites afin d’observer les types de logement construits, les services offerts aux familles, les conditions de vie et les activités de subsistance de la population. Trente entrevues semi-directives et cinq ateliers de focus group ont été réalisés autour des services offerts aux familles, de leur situation socio-économique avant et après les catastrophes, de leurs rapports avec l’État et les ONG et de leurs activités de subsistance. Ces deux derniers aspects ne sont pas abordés dans cet essai. Ainsi, au hasard, j’ai choisi six personnes par site pour réaliser les entrevues, tandis que les ateliers de focus groupe ont réuni en moyenne huit personnes. Il était difficile de rencontrer des responsables des organisations non gouvernementales intervenant su les sites, afin de planifier des entrevues. Ainsi, les informations contenues dans cet essai concernent exclusivement les bénéficiaires directs des projets. Des territoires spécifiques Par la distance de ces territoires vis-à-vis du centre urbain, par les conditions de vie qui y prévalent, par la qualité et les types d’intervention qui se font, par la perception du sens commun des populations de ces espaces et le traitement dont elles font l’objet, à cause du séisme et les dispositions politiques de création de ces territoires en vue d’installer des groupes de personnes caractérisées par l’homogénéité de leurs conditions de vie, ces territoires peuvent être considérés comme des espaces

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spécifiques. Une fois que les familles y ont été installées, elles sont coupées des activités ordinaires de subsistance du centre-ville, la «débrouille» est devenue donc plus laborieuse, elles sont toujours dans l’attente, tandis les conditions de vie se détériorent. Village de la reproduction Les deux premiers villages sont situés à Cabaret, une commune située à plus d’une trentaine de kilomètres de Port-au-Prince. Ils ont été créés à la suite du passage de l’ouragan Ike en Haïti, dans le département de l’Ouest et aux Gonaïves. Quant au Village de la reproduction, il est situé au sud de la ville des Gonaïves et a été construit à la même période et dans les mêmes circonstances. Corail Cesse-Lesse et Canaan sont deux sites où ont été emmenées des centaines de familles victimes du tremblement de terre du 12 janvier 2010 qui a couté la vie à des centaines de milliers de personnes, particulièrement des personnes qui vivaient dans des conditions de vie précaires. Village des vainqueurs et Village de la fraternité de Berville à Cabaret «Village des vainqueurs» et «Village de la fraternité de Berville» ont été construits respectivement par deux ONG internationales: «Compassion internationale» et «Food for the poor» (nourriture pour les pauvres). La première est une ONG multinationale d’obédience religieuse qui offre des bourses d’études aux enfants pauvres de certains pays du tiers-monde. Les bourses sont offertes aux enfants à travers des missions religieuses, particulièrement des missions baptistes. La deuxième est une ONG qui s’occupe principalement de la distribution de nourriture aux populations des pays du tiers-monde, particulièrement les populations victimes de famine ou de catastrophes naturelles. Suite aux inondations de 2008 à Cabaret, ces ONG, de concert avec la Mairie de la ville, ont fait construire des maisons pour accueillir quelques familles sinistrées. Le projet de Village des vainqueurs consiste en la construction de maisons pour des parents ou des responsables d’enfants boursiers de «Compassion internationale» lesquels enfants ont été victimes des inondations à Cabaret en 2008. Compassion internationale impose certaines conditions aux bénéficiaires des logements construits: 1) fournir quatre camions de matériaux dont deux camions de sable et deux camions de pierres; 2) ramener de l’eau sur le chantier de construction afin de préparer le mortier; 3) donner à manger chaque jour aux constructeurs. Quant au Village de la fraternité, les maisons ont été construites de concert avec la Mairie de Cabaret par l’organisation non gouvernementale «Food for the poor» (nourriture pour les pauvres). La Mairie a mis à la disposition de l’ONG le terrain où sont construits les logements. Selon des bénéficiaires interviewés, aucune condition ne leur a été imposée pour bénéficier d’un logement, sinon qu’ils devaient être du nombre des familles dépourvues de ressources lesquelles ont été victimes lors des inondations. Vu le nombre de familles, la Mairie a procédé à un tirage au sort. C’est ainsi qu’une trentaine de familles a été sélectionnée pour bénéficier d’un logement chacune. Contrairement aux bénéficiaires du village des vainqueurs, ceux du projet de Food for the poor n’ont pas d’interdiction de louer. Leur maison n’est pas construite non plus au nom d’un enfant. Cependant, ils se plaignent de ne pas disposer du titre de propriété du logement et d’être l’objet de pressions de la part du proprié-

taire foncier qui menace de les faire déloger quand le mandat du maire 2 touchera à sa fin . Les projets de construction de ces logements ont été réalisés dans des contextes différents mais s’inscrivent tous dans la dynamique de la relocalisation de populations qui vivaient déjà dans les conditions difficiles. L’État joue un rôle secondaire par rapport aux ONG et aux organismes internationaux qui interviennent dans la réalisation de ces projets. Le tremblement de terre du 12 janvier a vu naître de nouveaux territoires. Dans le cas de Canaan, c’est la population qui a fait un squat après que le gouvernement ait déclaré que ces terrains font désormais partie des domaines publics. Dans les trois autres cas, ce sont les autorités gouvernementales, de concert avec des ONG qui ont installé des familles sur ces territoires. Canaan Canaan est le nom que des populations qui ont envahi des terrains situés au nord de Port-au-Prince ont donné au nouveau territoire habité depuis le 13 janvier 2010, soit moins de 24 heures après le séisme. Ce territoire constitue un des plus grands campements de la capitale avec une population estimée à plus de 30 mille personnes. L’entrée du campement est située sur la route nationale numéro 1, près de Bon Repos. Canaan est un campement qui va sans doute compter parmi les grands bidonvilles de la capitale. Claude Bernard Sérant parle d’un «bidonville si vigoureux» que les populations ont envahi comme des sauterelles après le séisme (Sérant, 2011). Selon une enquête menée par Alterpresse, une agence de nouvelles en ligne, c’est le chaos à Canaan, au lendemain du séisme, la surpopulation se renforce avec la naissance du plus gros bidonville du pays à Canaan. Il ne fait pas de doute que Canaan est un nouveau bidonville en puissance créé par des personnes qui ne disposent que très faibles moyens de subsistance. Le tremblement de terre les a fait sortir d’autres quartiers précaires pour venir s’établir sur un terrain que l’État allait déclarer par la suite domaine d’utilité publique. Ce ne sont pas seulement des pauvres qui érigent des maisonnettes ou des taudis sur ce territoire. Des constructions en dur, avec un étage sont visibles. De même, des espaces considérables sont clôturés. Ce ne sont certainement pas des gens sans ressources qui vont les habiter. Un commerce du sol et du logement est en train de voir le jour dans ce nouveau territoire, comme cela s’est fait à la suite de chaque squat des terrains. Le cas qui suit, est différent, puisqu’il ne s’agit pas d’un cas d’occupation de terrain mais de placement de familles à très bas revenu sur un terrain suite au séisme du 12 janvier. Corail Cesse-Lesse Corail Cesse-Lesse accueille des populations en provenance d’une zone résidentielle de Port-au-Prince appelée: Vallée de Bourdon dans le Pétion-Ville Club. Il est situé à une vingtaine de kilomètres au nord de la capitale, en bordure de la route nationale No. 3. Le 19 mars 2010, soit plus de deux mois après le tremblement de terre, le président de la République, René Préval, et des membres du gouverne2

Les terrains appartenaient de faità un particulier qui fut un tonton macoute (membre de la milice des Duvalier). Il l’occupait manu militari. Après la chute de la dictature, il n’a pas pu faire valoir ses titres de propriétés. C’est ainsi que la Mairie de la ville est entrée en possession de ces terrains. Les menaces de l’ex propriétaires sont plutôt des menaces verbales.

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ment signent un arrêté selon lequel les terres de Corail Cesse-Lesse sont déclarées domaine d’utilité publique rentrant ainsi dans le cadre du réaménagement de la zone métropolitaine de Port-au-Prince. Doté d’une capacité d’accueil de 20.000 personnes, Corail Cesse-Lesse s’étend sur 25 hectares (Merveille, 2010) au pied du morne appelé «morne à cabri», sans végétation, sans eau, sans infrastructure pour accueillir des êtres humains, isolé du centre-ville. Pétion-Ville Club est connu comme un terrain de golf où des représentants des élites dominantes de Port-au-Prince s’adonnent aux sports et aux loisirs. Ce club a été envahi par des populations venues de toutes parts et de conditions socio-économiques différentes après la catastrophe du 12 janvier. D’une superficie de 258 000 mètres carrés, il a servi de refuge à 180.000 personnes. Mais quelques mois après le séisme, le gouvernement de la République, de concert avec des ONG, a décidé de déplacer une partie des refugiés de Pétion-Ville Club à Corail Cesse-Lesse dans la double perspective de relocalisation des populations rescapés du séisme et de la réduction la surpopulation du camp. Conditions de vie dans les nouveaux territoires À Corail Cesse-Lesse, le gouvernement de la République, après avoir participé à l’aménagement des terrains, n’a offert aucun service à la population, mis à part des patrouilles de sécurité de la Police nationale accompagnée des soldats de la Mission des nations-unies pour la stabilisation en Haïti (MINUSTAH). C’est l’ONG dénommée «American Refugee Committee (ARC)» qui a géré le camp au cours d’une année. Par la suite, la gestion a été transférée à la Marie de la Croix-des-Bouquets. Mais, ce sont des ONG et des organisations de coopération multilatérale et bilatérale qui se chargent d’offrir les services de base. «Aux côtés de l’équipe de la Mairie de Croix-des-Bouquets, une dizaine d’organisations humanitaires, au nombre desquelles Plan Haïti, qui intervient au niveau de la santé, l’Oxfam, qui s’occupe de l’eau et de l’assainissement, la Fondation pour la Santé Reproductrice et l’Éducation Familiale (FOSREF) qui aide les jeunes dans la prévention contre le VIH/SIDA et la FAO qui fournit les semences agricoles. Quant à l’Organisation Internationale pour les Migrations (OIM), elle intervient au niveau de la construction des abris, tandis qu’«Entrepreneur du Monde» aide les déplacés à mettre sur pieds des petites entreprises et World Vision s’occupe de la formation» (Laurince, 2011). Les logements dits provisoires, construits par les ONG, mesurent 18 mètres carrés et sont en bois et tôle avec une chambre où tous les membres du ménage doivent se loger. En moyenne, une famille est constituée de six personnes. Pour accéder à l’eau des bornes fontaines sont aménagées à l’extérieur. Au cours des premiers mois, l’approvisionnement était gratuit. Mais jusqu’au moment où je menais cette enquête, il fallait payer 5 gourdes pour 5 gallons d’eau. Une famille de six personnes consomme au minimum 20 gallons d’eau par jour, nous dit une mère de famille. Les mères de famille se plaignent de ne pas disposer d’argent pour payer l’eau. Les maisons ne disposent pas de cuisines. Le repas est donc préparé à l’intérieur de la pièce lorsqu’il pleut, à l’air libre les jours de beau temps. Des latrines collectives ont été construites et chaque cabine sert à 5 familles, soit en moyenne 30 personnes pour un toilette. Elles sont cons-

truites à plus d’une dizaine de mètres des logements et sont mal entretenues, puisque tout le campement dégage une odeur pestilentielle. Le campement n’a pas de système de drainage. À côté de chaque logement est aménagé un espace d’environ 18 mètres carrés où la famille peut cultiver des légumes. C’est une ONG, le FOSREF, qui s’en occupait, jusqu’au moment où l’enquête se déroulait. En ce qui concerne l’assainissement, des bennes de collecte ’ordures sont disponibles dans le camp, mais les services de ramassage sont très irréguliers. C’est une firme privée, Sanco, qui s’en occupe. J’ai pu observer des bennes remplies qui attendaient d’être vidées. Elles sont couvertes de mouches. Dans certains endroits, il n’y a pas de benne, les résidents jettent leurs ordures à même le sol. Les conditions environnementales sont extrêmement précaires. Au village des vainqueurs, construit deux ans avant le séisme, les logements sont construits côte à côte, séparés par quelques dizaines de mètres. Chaque village est construit sur un demi-hectare de terrain en terre battue. Ils sont séparés de la ville de Cabaret et dépourvus de services tels que: l’eau, l’électricité, le drainage et l’assainissement, la sécurité publique, le transport, l’école pour les enfants, un parc. L’accès à l’eau semble être le problème qui préoccupe le plus les habitants. Ils en ont besoin pour la lessive, l’alimentation et les bains. Elle se vend argentcomptant en baril de 60 gallons ou par seau de cinq gallons. Le baril coûte 100 gourdes soit plus de US$ 2.50, tandis que le seau de 5 gallons coûte 3 10 gourdes (US$ 0.20). Selon Magalie , une femme résidant au village des vainqueurs: « l’accès à l’eau est notre principale problème ici. Au cours d’une semaine, je peux dépenser jusqu'à 100 gourdes pour acheter de l’eau. Je ne travaille pas, je ne fais rien du tout, parfois on reste comme ça». La Mairie n’aide pas à ce que la population accède à l’eau et celle qu’elle achète n’est même pas traitée. Les marchands la puisent dans des bornes-fontaines ou dans la rivière proche de Cabaret pour la vendre ensuite aux habitants des villages. Pour l’éclairage, les habitants utilisent les lampes à pétrole ou des bougies. Selon Jésumène, une mère de famille interviewée au village de la Fraternité, la dépense pour l’éclairage, la nuit, coûte 125 à 150 gourdes par mois, soit US$ 3 à US$ 3.50. Les enfants ne peuvent étudier qu’au cours de la journée puisque la nuit, la lumière projetée par les bougies ou la lampe à pétrole ne facilite pas la lecture. Les parents parlent également des difficultés liées au transport des enfants à l’école, puisqu’il n’y en a pas dans les villages. La course de taxi-moto coûte 25 gourdes en aller simple au Centre-ville de Cabaret. En d’autres termes, il faudrait 50 gourdes par jour et par enfant pour le transport à l’école. Il est impossible aux parents de trois enfants de payer leur course de transport à l’école. Ils devront donc marcher environ une demi-heure avant d’atteindre le centre-ville. Par rapport au drainage et à l’assainissement, les villages en sont dépourvus. Situé en aval de la colline, le Village de la fraternité ne dispose d’aucun système de traitement des eaux pluviales et usées. Les rues étroites sont encore en terre battue. Quand il pleut, elles sont boueuses et la circulation devient délicate. Chaque maison est équipée d’une fosse septique creusée à l’arrière, mais elles sont pour la majorité hors d’usage parce qu’elles ne sont pas couvertes. Elles représentent un danger pour les enfants et une menace pour la santé publique, affirment les habitants.

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Nom fictif attribué à cette personne. Tous les noms cités au cours des interviews sont des noms fictifs.

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La plupart des habitants du village ne disposent donc pas d’endroit où faire leurs besoins physiologiques. Au village des vainqueurs, c’est le même constat: les rues, en terre battue, sont inondées à chaque averse, mais des latrines ont été creusées. Divisées en deux cabines, chacune dessert un logement, elles sont construites à quelques mètres des bâtis et ne sont pas bien entretenues. Il n’y a aucun service de collecte des ordures. Au Village de la fraternité, toutes les maisons comportent deux pièces et des galeries à la dimension de la construction aménagées aux deux façades principales de la maison. Chaque pièce mesure entre 12 à 14 mètres carrés. Les murs sont en béton et la toiture en tôle. Au village des vainqueurs, par contre, certaines maisons comportent trois pièces en fonction de la taille de la famille. Des sept maisons dans lesquelles j’ai réalisé des interviews, une seule comportait trois pièces. Les résidents des deux villages se plaignent de ne pas être à l’abri quand il pleut. Si les averses sont accompagnées de vent, l’intérieur des maisons est inondée, affirment la majorité des personnes interviewées dans les deux villages. Au Village de la fraternité une cuisine est aménagée dans chaque maison. Elle mesure environ deux mètre carrés, ne dispose d’aucun accessoire qui permette de dire que c’est une cuisine sinon un réchaud de fabrication artisanale qui y est installée. Pour préparer le repas, les familles utilisent du charbon de bois ou des branches d’arbustes séchées, ramassées aux alentours du village. La situation est différente par rapport à la position de la cuisine au village des vainqueurs. Celle-ci est détachée de la maison. Dans certaines maisons visitées, le repas est préparé dans un réchaud à charbon installé sur la galerie ou bien à l’intérieur même d’une pièce. Les cuisines présentent un risque d’incendie dans les maisons à cause de leur dimension et du type de combustible utilisé pour la cuisson. Il n’y a pas de salle de bain appropriée dans aucun des villages. Au Village des vainqueurs, la salle de bain se trouve au même endroit que la latrine. L’eau utilisée pour le bain coule directement dans la fosse d'aisance déjà mal entretenue. Selon une personne interviewée dans ce village, personne n’utilise ces douches parce qu’elles sont placées au même endroit que les latrines. Si je me baigne dans cet endroit, dit Lorimène, une mère de famille vivant au village des vainqueurs, quand je sors de la douche, mon corps répand l’odeur des matières fécales. Ce n’est pas bon, enchaîne-t-elle. Au village de la Fraternité, au lieu de latrine des toilettes hygiéniques devraient être construites. J’ai constaté une fosse creusée à l’arrière de chaque maison. La douche se trouve au même endroit que la cabine de toilette. Mais tout s’arrête ainsi, au moins jusqu’au moment de l’enquête, car «Food for the poor» n’avait pas terminé le projet. Ces toilettes sont inutilisables. La «débrouille» de la population Si le travail est un droit, je peux dire qu’il n’est pas respecté au moins pour les familles installées dans ces territoires. On peut dire autant pour l’alimentation. Les habitants de Corail Cesse-Lesse, en âge de travailler, sont au chômage. Les chiffres ne sont pas disponibles pour indiquer des pourcentages, mais nous pouvons affirmer à partir des informations recueillies sur le terrain et des observations réalisées, que ce sont des familles qui vivent de la débrouille. Plusieurs activités sont constatées: des chaussures usagées exposées devant une maison; des boissons gazeuses refroidies; des cartes et services de recharge téléphonique; des produits alimentaires en détail tels que le riz importé des États-Unis, le haricot, de

l’huile de cuisine, des condiments pour la cuisson, du charbon de bois par petit sac en plastique, de l’eau se vendant en gros et en détail, des salon de beauté de fortune etc. D’autres activités de débrouille sont à signaler comme par exemple la coupe des cheveux, un atelier d’ébénisterie, le taxi-moto et le transport public en camionnette communément appelée tap-tap. Certaines femmes travaillent comme bonnes ou lavandières dans des quartiers résidentiels de Port-au-Prince. Tôt, elles se déplacent de Corail pour arriver à temps sur leur lieu de travail. Les familles ne reçoivent aucune allocation de l’État ou d’une ONG quelconque. Elles subsistent grâce à la débrouille et aux gestes de solidarité. Francine nous parle de sa situation dans le blocoù elle habite: «Moi, je travaille comme lessiveuse dans une 4 maison à Tabarre. On me paie 400 gourdes la journée de lessive. Je le fais tous les dimanches. Quand j’ai fini de laver, avec l’argent qu’on me paie, j’achète un peu de nourriture. Arrivée dans mon bloc je dois faire de la solidarité avec les voisins. Supposons que tu restes là, la personne te dit: je n’ai rien à donner à manger aux enfants. Eh bien toi, tu vas partager ce que tu as avec elle. Parfois, tu lui donnes un peu de riz, elle te dit qu’elle n’a pas de combustible ou bien qu’elle n’a pas d’huile. À ce moment-là, tu dois partager encore. C’est comme ça que nous vivons: on s’entraide». Une décision gouvernementale a permis de créer Corail tandis que Canaan est le fruit d'une invasion des populations venues de toutes parts des quartiers précaires. Pour accéder à l’eau, faire les besoins physiologiques, se nourrir, avoir un endroit où se loger, envoyer les enfants à l’école, pour se faire soigner, la population de Canaan doit compter sur ses propres forces ou bien faire des démarches, à partir des organisations de base, auprès des ONG afin d’obtenir quelques services. En effet, certaines ONG interviennent dans le bidonville notamment «Un techo para mi pais» (un toit pour mon pays) qui est une ONG d’origine latino-américaine financée par l’Union des Nations sud-américaines (UNASUR). Mais les logements construits par cette ONG, quoique provisoires, sont de mauvaise qualité. Toutes sortes d’activités sont inventées pour subsister. Le commerce de la foi et de la chance Partout à Canaan, on observe des églises évangéliques en construction. Il y aurait autant d’églises que d’écoles, car chaque espace utilisé pour ouvrir une église abrite également une école. L’évangile ne se vend pas seul. Les membres d’église sont motivés à immatriculer leurs enfants dans l’école de leur église. Le pasteur est généralement le directeur de cette école. Les membres de l’église doivent payer la un dixième de leur revenu hebdomadaire, mis à part d’autres offrandes. Par exemple, dans les temples adventistes, affirme André, prédicateur dans un temple à Canaan, les membres doivent payer, mis à part la dîme: les fonds de placement, les offrandes de l’école du sabbat et de différentes réunions organisées dans le temple, l’économat chrétien, la collecte annuelle, l’offrande d’anniversaire. Selon André, cela contribue à la bénédiction du chrétien, puisque celui qui en donne reçoit toujours plus. La Bible, les brochures d’études bibliques se vendent aussi argent comptant. Les dimanches et samedis, les 4

Il faut 41 gourdes pour un dollar américain

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églises évangéliques sont remplies. Les chants et les prières sont adressés à Dieu dans le but de trouver solution plutôt à des problèmes existentiels qu’au salut de «l’âme». Plusieurs pasteurs, dit Dieudonné, un habitant de Canaan, n’habitent pas dans le bidonville. Il y en a qui vivent à Delmas ou dans d’autres églises et qui possèdent plus qu’une église. Le commerce de la chance, a été observé dans divers coins de Canaan, à Corail et à la Piste. Il y a des guérites de vente de loterie, appelés «bankbòlèt» dans le créole haïtien. Jadis, le tirage se faisait tous les soirs avant huit heures. C’est le tirage de New York mais maintenant les responsables de l’Association Nationale des Tenanciers de Borlette (ANTB) intègrent le tirage de Chicago qui se fait avant midi en Haïti. Trois lots sont tirés sur cent. Si on achète un numéro à une gourde, selon qu’il soit classé premier, deuxième ou troisième (on parle de premier, deuxième et troisième lot en Haïti) on gagnera cinquante, vingt ou dix gourdes. On constate que plus les gens vivent dans la précarité plus ils misent sur la foi et la chance. Une situation particulièrement difficile pour les femmes Dans tous les territoires, la situation est plus difficile pour les femmes comparativement aux hommes. Sur le plan des activités de subsistance, le petit commerce de détail, les travaux de ménage chez des particuliers, la garde des enfants, la lessive et le repassage des vêtements sont, entre autres, quelques-unes des principales activités des femmes. Avant le tremblement de terre, elles se débrouillaient pour survivre en vendant dans les rues toutes sortes de produits. Pour exercer leurs activités, elles escomptaient de l’argent. Le centre-ville était proche. Maintenant, c’est plus difficile, affirment quelques femmes interviewées. Le crédit devient de plus en plus difficile, et le centre-ville est très loin de nous déjà. Ici, nous sommes devenues plus dépendantes des hommes et plus vulnérables, puisque nous n’avons pas de boulot. Eux, ils peuvent bouger hors de la maison pour chercher de quoi nous nourrir. Mais quant à nous, on doit rester à la maison, surtout quand nous avons des enfants en bas âge et que nous n’avons rien en main. Les femmes, particulièrement les jeunes filles, ont pour responsabilité de ramener l’eau à la maison. Mais, il arrive que des bandits harcèlent voire violent des filles qui vont chercher l’eau. Certaines organisations de défense des droits des femmes ainsi que des ONG ont porté ce thème dans la sphère de l’opinion publique; ce qui a, en partie, porté le gouvernement et des responsables de la MINUSTAH à installer des postes de police aux alentours ou à l’entrée des campements. Dans ces territoires situés en marge de la ville, les femmes sont la proie des mâles. Elles sont victimes de toutes sortes de violences: physique, psychologique, et sociale. Du fait de leur dépendance et de leur socialisation, elles intériorisent les schèmes de violence et contribuent ainsi à sa reproduction. Presque toutes les activités de débrouille relèvent de leur créativité et de leur capacité de résilience. Les conditions de vie avant et après le séisme À Corail et dans les villages situés en périphérie de Cabaret, des familles de six personnes en moyenne vivent dans des logements de 18 ou de 22 mètres carrés, avec un siège de latrines pour cinq logements (le cas de Corail) c’est-à-dire pour une trentaine de personnes. Les personnes ne reçoivent aucune subvention de l’État: l’eau, les médicaments de base, la nourriture, l’instruction scolaire (maternelle et secondaire), les soins de santé, tout se vend et s’achète. Tout semble indiquer qu’il n’y a pas chan-

gement entre les conditions de vie dans les bidonvilles et des nouveaux territoires. N’importe qu’elle personne ayant travaillé dans des bidonvilles de Portau-Prince, est en mesure d’affirmer que les différences sont très minces en termes de conditions de vie dans les bidonvilles et dans ces nouveaux territoires, particulièrement Canaan et ces villages en périphérie de Cabaret. Par exemple, les habitants des bidonvilles ont un accès différencié à l’eau, à l’électricité et à la sécurité publique. Si dans les «résidences normales», un robinet et un compteur sont installés en vue de l’alimentation en eau et en électricité, dans les bidonvilles, la population doit s’organiser pour obtenir l’eau à partir d’une borne-fontaine construite par une ONG en partenariat avec l’État. L’eau est rapportée à la maison dans des seaux en plastique. Le bain se prend à l’air libre ou derrière des morceaux de toiles ou de tôles usagées. Par rapport à l’électricité, c’est pareil, il revient aux populations de se débrouiller pour acheter tout avant d’entreprendre des démarches auprès de la compagnie d’État pour alimenter leur quartier en électricité. Elles ne savent rien des factures. Elles verseront leur cotisation à une association qui elle-même paiera la compagnie. En cas d’incendie, elles doivent se débrouiller. D’ailleurs, aucun camion des sapeurs-pompiers ne peut pénétrer les bidonvilles. Quant à la sécurité publique, les populations ne connaissent de la police que des interventions musclées pour arrêter des bandits, on peut encore observer des patrouilles de police ou des chars de la Mission des Nations Unies pour la Stabilisation (MINUSTAH) qui rôdent aux alentours des quartiers réputés «dangereux». Surveiller et punir, écrivait Foucault, pour traduire une autre réalité. Mais ces mots semblent s’appliquer parfaitement à la situation de ces populations installées dans des territoires de Corail et de Canaan. Malgré les interventions des ONG et les discours grandiloquents des dirigeants, la relocalisation des populations semble être une forme de reproduction des bidonvilles. Reflexión de la editora Emmanuelle Rabaud: Pendant les semaines qui suivent le séisme de janvier 2012, les haïtiens vivent dans une situation désastreuse. Pour des raisons de sécurité et d’hygiène des habitants, la délocalisation s’impose. C’est dans ce contexte que l’auteur, IIionor LLuis, mène son enquête de terrain auprès de la population. Il s’y révèle plus témoin, ému de la détresse qu’il constate, que chercheur. Il fait le constat de la condition de vie des habitants sinistrés et déplacés, extrêmement dégradée, malgré la mise en place de différentes aides de nombreux organismes présents sur place. En dépit de ces aides les problèmes persistent, voire empirent. Comment expliquer que des populations soit «entreposées» dans des espaces dépourvus de toutes conditions de vie dignes d'un être humain? Peut-on parler de la mauvaise gestion d’un Etat en faillite? De la mise en place d’une forme de corruption? D’une aide inappropriée? Certains bidonvilles semblent s’être construits spontanément. Quel en a été le processus, quels sont les acteurs, les enjeux ? Il serait intéressant d’analyser leur mise en place afin de mieux répondre aux besoins des habitants. Mais la nécessité urgente des interventions de relogement permet-elle d’analyser ces processus d’urbanisation? Une introduction, qui appelle des études complémentaires approfondies. Références bibliographiques Alterpresse (2011). Haïti-Post-séisme: La surpopulation se renforce à Port-au-Prince. Extraído el 7 de agosto de 2011 desde: http://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/reliefweb_pdf/node435913.pdf

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Urbis: Fábricas de desechos

Factory waste Magela Cabrera-Arias (1957, panameña, Centro de Estudios Latinoamericano “Justo Arosemena”, Panamá) magelaca@gmail.com

Resumen Esta reflexión sigue de cerca la obra de Zigmunt Bauman, Vidas desperdiciadas: la modernidad y sus parias, y presenta un análisis de los aspectos más oscuros y desconcertantes de los efectos de la globalización y la urbanización desrregulada en Panamá, a fin de aportar una perspectiva novedosa sobre los efectos de los procesos de urbanización que, basados en la mercantilización del suelo, la proliferación de inmigrantes económicos, la desrregularización de la planificación y la privatización de espacios públicos, propician que un número significativo de ciudadanos engrosen las filas de la informalidad; y paulatina e inevitablemente pasar a ser lo que la sociedad considera “residuos humanos”. Asimismo, se evidencian los orígenes de esa exclusión, las características del hábitat en que se ven obligados a vivir los parias (los marginados) y los perfiles de estos ciudadanos de “segunda clase”. Los objetivos de la reflexión son visibilizar las características y orígenes del hábitat que ocupan los excluidos, las causas de la mixofobia, las consecuencias sobre los ciudadanos y la sociedad, así como señalar posibles rutas para reorientar las políticas de gestión urbana que minimicen la exclusión. Metodología, proceso inductivo de investigación, recolección de información en fuentes oficiales, análisis y reflexión del desarrollo urbano, de políticas de vivienda, observación y visitas de campo. Palabras clave: emigrantes económicos, exclusión, hábitat popular, mixofobia, Panamá Recibido: 09-06-2012 → Aceptado: 22-06-2012

Cítese así: Cabrera-Arias, M. (2012). Fábrica de desechos. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 77-84. Abstract Reflection that closely follows the work of Zigmunt Bauman, Wasted lives: modernity and its outcasts, presents an analysis of more obscure aspects and baffling of the effects of globalization and urbanization deregulated in Panama, providing a new perspective on the effects of the processes of urbanization based on the commodification of the soil, the proliferation of economic migrants, the planning deregulation and the privatization of public spaces lead a significant amount of citizens to join the ranks of the informality; and to gradually and inevitably become what society considers “human waste”. Also it reveals the origins of this exclusion, the characteristics of the habitats that are forced to live as pariahs and profiles of these second class, marginalized people. The objectives of reflection are visible characteristics and origins of the Habitat they occupy the excluded, the causes of the mixofobia, the consequences on the citizens and society, as well as point out possible routes to reorient the policies of urban management that minimize the exclusion. Methodology, inductive research process, data collection in official sources, analysis and reflection of the urban development of policies of housing, observation, field visits.

Key-words: economic migrants, exclusión, mixofobia, Panama, popular habitat

Introducción Con base en estadísticas, informes oficiales y textos de análisis social e histórico se analiza y pasa revista a la transformación de la Ciudad de Panamá, desde su origen, hasta la ciudad globalizada de hoy, la que, con base en su privilegiada posición geográfica, consolidó su economía de mercado por la existencia del Canal de Panamá y sus actividades conexas, hasta convertirse en área metropolitana con 1.784.552 habitantes (Carrera, 2012:18). El país, y esta zona en particular, dan cuenta de la globalización con sus efectos de encandilamiento y de penumbra, donde una urbanización desrregulada ocasiona estragos sobre una población que reproduce, a duras penas, la vida. Se ilustra el análisis a partir de la visualización de la ciudad como resultado de una construcción social sistémica insertada en un espacio geográfico con sus especificidades. Por tanto, el estudio no es sólo la ciudad como objeto, sino los actores sociales que construyen su vida. El incremento de la población en áreas urbanas, especialmente en el área metropolitana, sin el necesario equilibrio en la oferta laboral formal, ni la capacidad de infraestructura y equipamiento público, ha profundizado la tradicional y sostenida inequidad socioeconómica imperante en el país desde el siglo XVI, en tiempos de la Colonia. Además, favorece la exclusión espacial, la ocupación informal de tierras y la elevación de los índices de violencia y criminalidad que ha llevado, debido al creciente temor de la población, a construir guetos de pobres y de ricos que fragmentan la ciudad. Así la construcción social de la ciudad, de la economía y de la cultura se muestran en lo que podría llamarse ciudad de las rejas. Muros y guardias armados en los barrios de clase alta y barriadas populares auto-encerradas en verjas como en una cárcel. Las relaciones que allí se generan conforman un sistema complejo donde cada parte no es independientemente sino que se vincula y define en función de las otras. Paulatinamente, las condiciones del hábitat de la clase media y el de los inmigrantes económicos se deteriora como consecuencia de la ausencia del Estado en su responsabilidad de asegurar el derecho a la ciudad y por la ausencia de un proyecto cultural y económico nacional. Estas condiciones contribuyen a reproducir, lo que Bauman denomina, desechos humanos. Los orígenes El desarrollo de la ciudad de Panamá fue, desde su inicio, asociado y con1 dicionado por su posición geográfica , expresión que tiene un hondo significado en el pensamiento ilustrado y popular del país, y que ha signado la reflexión sobre la evolución de su función histórica y sus consecuencias espaciales y sociales. A partir de la metrópolis fundada por los españoles, 1

Según el Ministerio de Planificación y Política económica, el concepto es precisado “ en relación con la superficie terrestre, en relación a las partes más cercanas ( posición regional) y en relación con el uso y valorización que los pueblos han hecho de las etapas históricas de ese pedazo de espacio ( fundación histórica de la posición geográfica” )

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allá por 1519, se pensó en la Ciudad de Panamá no porque fuera una tierra favorable a la agricultura o por el buen clima, sino por su vocación de camino entre regiones y culturas (ver figura 1). Así, la ciudad fue creciendo bajo el entendido del destino manifiesto del país: camino de paso, puente de riqueza ajena, lugar de tránsito; “una ciudad que vivió condenada a no ser otra cosa que tierra de paso (…) los vecinos que ahora son contratantes y no piensan estar en ella más tiempo de cuanto puedan hacerse ricos, y así idos unos, vienen otros, y pocos o ninguno miran por el bien público” (Mena-García: 1992: 22). Figura 1: La posición geográfica de Panamá y su valor estratégico para el intercambio de mercancía y pasajeros

moral y material del gobierno que inhibía automáticamente cualquier síntoma de actividad corporativa de los inquilinos, los arrendadores imponen una tasa de alquiler que sube constantemente” (Tomlinson, 1973:18). Así surgió el germen de un patrón de crecimiento urbano que prescribió el ulterior desarrollo de la ciudad, estableciendo a la propiedad privada del suelo urbano como el factor de enriquecimiento predilecto, actuando bajo las reglas de la especulación inmobiliaria y restringiendo la gestión del Estado a impulsar programas y leyes orientadas a favorecer al sector privado y a asegurar la construcción de la infraestructura imprescindible para la rotación del capital, dejando las manos libres a la iniciativa privada para continuar con la especulación del suelo, en detrimento de la calidad de vida de sus habitantes. La especulación urbana como medio de acumulación El modelo de expansión de la estructura espacial condicionado por las particularidades de entorno físico de Ciudad de Panamá y articulado con las relaciones y los mecanismos que los actores sociales desarrollaron para asegurar la reproducción de la vida, causó efectos en variados ámbitos. La estrechez del trazado de la Ciudad de Panamá, resultado de los límites impuestos por la existencia de la exzona del canal y el Canal de Panamá, por un lado, y la Bahía de Panamá, por el otro, determinó su crecimiento lineal y casi unidireccional de este a oeste, separando en casi 76 kilómetros a sus localidades más extremas (Las Garzas de Pacora y El Espino), reprimiendo un desarrollo urbano concéntrico a partir de un núcleo central, causando elevados costos de extensión de infraestructura (acueductos y alcantarillados-) escasez de suelo urbano a precios accesibles a las clases populares y problemas graves de movilidad (ver figura 2). Figura 2: Área Metropolitana de Panamá, 2010

* En “1670 la ciudad tenía mil casas y 10 mil moradores, y la mayoría de sus habitantes seguían siendo esclavos radicados en barrios como Pierdevidas o Malambo” (Leis, 1992:99). Luego de su destrucción (1671), la nueva ciudad, que es reconstruida en 1673 y emplazada a dos kilómetros al suroeste de la ciudad original, mantiene su función de tránsito de mercancía y pasajeros y es rodeada de murallas para protegerla de nuevos ataques de corsarios y piratas: “Los muros no sólo estaban erigidos contra los peligros de afuera, contra los enemigos foráneos, como eran los otros imperios que competían con España, sino que los muros también tapiaban y filtraban el acceso a los pobres, los excluidos, los habitantes del arrabal, del extramuros, manteniendo adentro al grupo dominante compuesto por blancos y criollos y su cohorte de esclavos domésticos, mientras que en el arrabal residían en condiciones miserables los negros, indios y mulatos, mano de obra esclava y servil” (Leis, 1992:98). Tres siglos después y a escasos veinte y dos años de debutar como república, perdura la estructura social que existían en el siglo XVII con sus respectivas consecuencias espaciales. En 1925 se organizan en Panamá movimientos urbanos cuya principal reivindicación giraba en torno los derechos a la vivienda y las condiciones de habitabilidad de los trabajadores. Los reclamos populares provocados por la especulación de terratenientes y casa-tenientes se desarrollaron en un marco de total desprotección del Estado. En aquellos años, unas 68 familias monopolizaban el negocio de alquiler de viviendas, que eran propietarias de 3.000 casas de vecindad: “Seguros del apoyo

* La modernidad y sus imperativos de la mano con los ciclos de auge o recesión económica (históricamente marcados por su determinante geográfica y por la gestión del Canal de Panamá), señalaron una evolución en la forma urbana y su arquitectura que ha transformando radicalmente el rostro de la ciudad. Tenemos una urbe contradictoria, anárquica y ecléctica. Con una máscara de país de primer mundo (maquillada con los más 2 altos rascacielos del continente , la tecnología superior usada en el Canal de Panamá y en los puertos, su centro financiero y su “hub aéreo de las Américas”), pretende encubrir un esqueleto tercermundista agobiado con 2

Las construcciones en ciudad de Panamá: The Trump Tower, The Point, Ocen Two y Tower Financial Center son en su respectivo orden de altura, los cuatro edificios más altos entre los 200 más altos de Latinoamérica.

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los graves problemas propios del subdesarrollo. La economía panameña orientada al mercado externo, particularmente el sector terciario, engloba tres cuartas partes de la formación del PIB con énfasis en los servicios transnacionales (INEC, 2012). El grado de vinculación de los grupos sociales con capitales extranjeros determina las áreas que pueden ocupar los sectores de altos o bajos recursos. Panamá, caracterizada por la inequidad en la distribución de la riqueza y la concentración de la propiedad de tierra urbana, aunada a una fuerte concepción del mercado como mecanismo regulador, ha favorecido, por un lado, zonas de grandes inversiones inmobiliarias (como las existentes en Punta Pacifica, Punta Paitilla, Costa del Este, entre otras), y el crecimiento de asentamientos informales en las periferias, donde se concentran los sectores populares que se esfuerzan por sobrevivir a un proceso de urbanización especulativo y excluyente. Ese conjunto forma una mancha urbana disfuncional que deja a grandes grupos en la marginalidad y la informalidad. En términos generales, y con pocas excepciones, puede afirmarse que la ausencia de voluntad política para ejecutar las normativas urbanas ha permitido que el crecimiento de la ciudad haya sido al margen de la mayoría de los planteamientos aprobados a finales del siglo pasado, como el Plan de Desarrollo Urbano (Planes Metropolitanos del Pacífico: ciudad de 3 Panamá y del Atlántico: ciudad de Colón) . Igual ha ocurrido con la normativa más recientemente aprobada, La ley 6 de Ordenamiento Territo4 rial , que abre posibilidades de organizar un crecimiento ordenado y equitativo de las ciudades panameñas. Luego de largas polémicas, se aprobó la mencionada normativa que, entre otros artículos positivos, dice en el número 3 que “La formulación de políticas de ordenamiento territorial para el desarrollo urbano se fundamentará en el reconocimiento de la función social y ambiental de la propiedad, en la prevalencia del interés general sobre el particular y en la distribución equitativa de obligaciones y de beneficios”. Evidentemente este código podría regular el crecimiento urbano favoreciendo un modelo de ciudad incluyente con un tejido coherente. No obstante, la ausencia de voluntad política permite que la ciudad siga expandiéndose bajo el control del mercado y, por tanto, construyendo una urbe inconexa y caótica… una anti-ciudad. Así, en gran medida por la ausencia del Estado panameño en su responsabilidad de hacer ciudad y de asegurar el derecho a la ciudad, se restringe la posibilidad de los ciudadanos de vivir dignamente, de ser reconocidos como integrantes de la ciudad, de acceder a la distribución equitativa de recursos materiales (ingresos, salud, educación, vivienda, etc.) y de ejercer su ciudadanía plenamente (participación, acceso a la información, derecho de expresión, etc.). Mezcla explosiva: opulencia, miseria y violencia En Panamá se multiplican los programas dirigidos a los sectores populares que, impulsados por subsidios estatales, estimulan la construcción masiva de vivienda en barriadas con normativas laxas y permisivas, con superficies cada vez más reducidas y localizadas en la periferia de la ciudad, 3

Los planes se concibieron para el control del crecimiento hasta el año 2020 y apuntan hacia la contención de la escala regional y la descentralización de la Ciudad de Panamá a través de nodos de actividad económica y la expansión y descentralización de la ciudad de Colon. El plan adoptado formalmente por el MIVIOT en el 2001, empezó a ejecutarse parcialmente de manera muy laxa en el 2004, y en el 2010 se anunció su actualización, proceso que aún está pendiente. 4 Ley 6 de 2006, de 01 de febrero de 2006, Gaceta Oficial N° 25478, “Que reglamenta el ordenamiento territorial para el desarrollo urbano y dicta otras disposiciones”.

donde se revela el desequilibrio en la distribución y accesibilidad a los equipamientos y espacios públicos. La construcción masiva de vivienda popular bajo el esquema de subsidios estatales dirigidos a fomentar la adquisición de hipotecas inmobiliarias, esencialmente, está beneficiando 5 a promotores y constructores del sector privado . Un número significativo de ellos, movidos por la especulación y el lucro, construyen sin estánda6 res urbanísticos socialmente aceptables . El Ministerio de Vivienda y Or7 denamiento Territorial (MIVIOT) desarrolla programas enmarcados en categorías según ingresos familiares. A través del Fondo Solidario de Vivienda entrega US$5.000 para el primer pago de una hipoteca para vivienda de valor no mayor a US$35.000 a familias con ingresos mensuales inferiores a US$800 (Soto, 2011). Y el Programa Fondo de Ahorro Habitacional, que intenta fomentar el ahorro. Para los sectores sin capacidad de pago existen otros. El Programa de Asistencia Habitacional (Fashabi), en casos de emergencia, entrega una unidad básica de vivienda de 36 metros cuadrados, cuyo costo es de US$1.500. El Programa Parvis subsidia la construcción de viviendas de 36 metros cuadrados a través de la donación de materiales y se orienta a familias con ingresos inferiores a US$300 mensuales (ver figura 3). Otro similar, el Programa de Vivienda Social, auxilia a familias en condición de pobreza y extrema pobreza. Los inmuebles de todos los programas son construidos por la empresa privada y deben estar sujetos al control y evaluación del ministerio (MIVIOT, programas). Figura 3: Unidad Básica de 36m2, construida con el Programa PARVIS para familia de cinco miembros

* Este tipo de programas (con nombres distintos) han sido ejecutados por sucesivos gobiernos muy particularmente desde 1990. De esta forma, y en menoscabo de las necesidades de la población, se generan hábitats que obstaculizan la sostenibilidad social y ambiental, amén de entorpecer las relaciones de gobernabilidad urbana y de negar el derecho a la ciudad a sus ocupantes. Mientras se construyen estas viviendas de 36 metros cuadrados, en urbanizaciones que carecen de espacios y equipamientos 5

Conformado esencialmente por la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC) la que bajo la lógica del mercado, construye viviendas dirigidas a dos grupos: viviendas o propiedades de alto costo y costo-medio; y viviendas de costo mediobajo. Está estrechamente vinculada a la política financiera de los bancos comerciales e hipotecarios y pretende satisfacer únicamente las demandas de quienes son sujetos de crédito y pueden pagar su vivienda. A su juicio, corresponde al Estado asegurar la construcción de las viviendas destinadas a los más pobres. 6 En noviembre de 2010 se anunció la constitución de un fondo de 300 millones de dólares para incentivar la construcción de viviendas populares, con rangos de precio entre 25 mil y 30 mil dólares (Redacción de La Prensa). 7 según se afirma en su página oficial es: “encargado de las políticas de vivienda y ordenamiento territorial, con autoridad para elaborar los programas de viviendas dignas en territorios ordenados“ http://www.mivi.gob.pa/

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públicos, e incluso de aceras, con un discurso descarnado y realista, la sociedad impulsa al consumo desmedido, como sinónimo de felicidad. Los pobladores de estas viviendas, considerados más objetos que sujetos, son comprados, manipulados, medidos (para confirmar si son sujetos de crédito). De no serlo, probablemente pasaran a considerar vivir en una barriada informal. Mientras los distintos gobiernos ejecutan esos programas como respuesta al déficit habitacional nacional, señalado por el MIVIOT en 125.014 viviendas para el año 2011 (cifra elevadísima para una sociedad de gran riqueza como la panameña), la ciudad informal crece persistentemente. Las tomas de tierras (en suelo público o privado) y los asentamientos espontáneos o irregulares, han llegado a ser un porcentaje significativo de la expansión y construcción de la ciudad, lo que evidencia, entre otras cosas, que los programas antes mencionados para la población sin capaci8 dad de pago son insuficientes para satisfacer la necesidad de vivienda . Sin embargo, los registros oficiales solo reconocen actualmente unos 488 asentamientos donde viven 348.412 personas. La población que no califica para los programas del MIVIOT, vinculada a labores informales y marginales, acude a un proceso popular de acceso al espacio urbano para resolver sus necesidades de vivienda. Siempre se ha tipificado como delito ocupar tierras sin el correspondiente título de propiedad. La urbanización ilegal es tolerada por el Estado, ya que atenúa la demanda y reduce el déficit habitacional (ver figura 4). Figura 4: Asentamiento espontaneo en Las Garzas de Pacora

capturada por muchos ―círculos viciosos― que reiteran su condición” (Smolka, 2011). Lo que nos hace reflexionar sobre que, si bien no existen cifras oficiales fehacientes que ilustren la magnitud del problema de las barriadas de asentamientos informales, las estadísticas del porcentaje de población bajo la línea de pobreza en el país (32,7%) puede servirnos como uno entre otros indicadores que nos acercan a reconocer la gravedad de la situación. Los condenados de la ciudad La población se aglomera en ciudades a escala mundial. Panamá, con su 70% de población concentrada en las áreas urbanas y un 51,5% (1.577.959 habitantes) viviendo en el área metropolitana, refleja también esa tendencia. Las zonas urbanas, por un lado, acogen torres de cristal y acero y, por otro, despliegan barrios de casitas en hilera de una urbanización precaria y vulnerable social y ecológicamente donde mal vive la clase media empobrecida (ver figura 5), o los emprendimientos de autoconstrucción y tomas de tierras de los que intentan sobrevivir con base en labores informales. El ritmo del aumento poblacional anual de unas 30 mil personas ocuparía cada año (considerando la densidad actual) unas 300 hectáreas en la periferia de la ciudad. Ello significa que el parque automo10 tor (unos 420.000 vehículos) aumentará , y que se agravará la situación de aquellos ciudadanos (aproximadamente un 80% no posee vehículo) que se movilizan desde las periferias hacia el centro urbano, donde se concentran los lugares de trabajo y las posibilidades de oferta de servicios informales, usando el transporte público e invirtiendo en ello entre 2,4 y 11 12 4 horas diarias (Banco Mundial, 2007) . Figura 5: Barriada de construcción masiva en Arraiján- Panamá

* Fuente: Juan Robleda9

Estas realidades de la expansión urbana son parte de los efectos negativos del modelo de desarrollo, caracterizado por una distribución desigual de los recursos y de las oportunidades. Ello produce ciudades divididas en sectores, unos regidos por las normas de la ciudad formal y otros excluidos de la lógica legal. Los sectores informales, cada vez mayores, crecen gracias a un próspero mercado informal estimulado por la relativa escasez de suelo urbano barato, la limitada inversión de equipamiento público en el suelo barato de las periferias y la escasez de políticas públicas que aseguren un hábitat digno. El surgimiento y la proliferación de este tipo de asentamientos está ligado con la pobreza, puesto que la informalidad, además de ser un efecto, es causa de la pobreza, porque su población “es 8

Se caracterizan por desorganización espacial, materiales no permanentes y ausencia de infraestructura básica. 9 http://www.trekearth.com/gallery/Central_America/Panama/East/Panama/PACO RA/photo837648.htm

* En Panamá, la distribución por edad señala que la mayoría de población es joven; muchos viven cada día con la esperanza de un futuro mejor, pero probablemente no comprenden las razones que explican sus dificulta13 des . Panamá es un país de intensos contrastes en el que conviven unos

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Charla presentada por LIMONE Ciro, Metro de Panamá, 2011 Actualmente se construye la Línea 1 del Metro de Panamá, que recorrerá 13.7 Km con 11 estaciones; se prevé será finalizada en Febrero de 2014, lo que mejorara la situación de movilidad significativamente 12 La misma fuente indica que unos 350 mil vehículos usan apenas 6 mil kilómetros de vías urbanas del AMP. 13 Porcentaje de población según rango de edad: de 0-14 años (37%), 15-59 años (56,3%), 60+ años (6,7%) (Censo 2010, XI de población y VII de Vivienda). 11

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3.405.810 habitantes en 75.517 kilómetros cuadrados. Coexisten sectores dinámicos, actividades modernas, estilos de vida sofisticados e integrados a la sociedad global, con sectores y áreas pobres intensamente excluidas de las oportunidades económicas, sociales y culturales, donde los desposeídos, los desempleados y los jóvenes sin oportunidades conforman el 32, 7% de la población que vive bajo el nivel de pobreza (ver figuras 6 y 7). De estos, el 14,4 % (más de medio millón) vive en condiciones de pobreza extrema, lo que confirma que, a pesar de haber registrado un sólido crecimiento económico y un crecimiento del PIB a una tasa media anual del 4,9 % entre 2000-2006 y un crecimiento de 10,7% en 2008, de 2,4% en 2009, de 4.5% en 2010, y de 8,1% en 2011, para alcanzar un PIB de US $13.912 (Banco Mundial 2011) y de estar caracterizado como un país de desarrollo alto por el Sistema de Naciones Unidas, la pobreza sigue siendo un problema grave. Figura 6 y 7: Los contrastes en la ciudad de Panamá

nes en países desarrollados y la situación en países en vías de desarrollo): “La queja no era nueva en absoluto; tan sólo variaban los presuntos culpables y los posibles acusados en un diagnóstico repetido con monotonía a lo largo de la turbulenta historia de la destrucción creativa, conocida con el nombre de progreso económico. En esta ocasión, del abarrotamiento del mercado laboral se le echaba la culpa a la ruina y al derrumbamiento de los minifundistas, provocados por la nueva tecnología agrícola” (Bauman, 2004:53). A pesar de que actualmente el desempleo es el más bajo de la historia del país, apenas un 4,5% de la población económicamente activa, un enorme porcentaje (41.1%) de la fuerza laboral del país está ocupada en empleos informales (INEC, 2012). Ello significa que carecen de servicios de salud, seguridad social, vacaciones, jubilación y demás apoyos sociales. Esas condiciones son especialmente graves para los grupos campesinos e indígenas, donde se enseñorea el hambre (ENV 2008) y las condiciones de vida son tan críticas, que la expectativa de vida en las áreas indígenas apenas llega a 44 años, en comparación con la del promedio del país, que alcanza los 76 años (ENV, 2008). El salario mínimo fue incrementado recientemente a US$374 mensuales, pero ello no ha mejorado la calidad de vida de la mayoría de la población. Según un economista local, en 2012 se llegó hasta un 5% real neto de inflación acumulada (Martes Financiero, No. 713). El 23,87% de los hogares ingresa menos de US$250 mensuales (ver figura 8), lo que pareciera indicar que las familias no logran satisfacer necesidades esenciales en un contexto en que la canasta básica familiar cuesta US$288, y el salario ofrecido a las clases medias profesionales 16 apenas llega a US$700 mensuales . Figura 8: Ingreso de los hogares en Panamá (2011)

* Fuente: Diario La Prensa

Fuente: Carlos Lemos, La Prensa (15-03-201)

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Muchos años y grandes distancias geográficas separan las descripciones de Bauman y lo que ocurre en Panamá. No obstante, los puntos de vista, las situaciones descritas y los adjetivos que mejor las presentan no han cambiado (evidentemente guardando las proporciones entre las situacio14

Densidad poblacional de Panamá 44.5 hab/km2 (INEC 2012, Censo 2010). http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2011/03/02/hoy/panorama/251 6649.asp 15

Y es que, como afirma Bauman: “Nadie planifica las víctimas colaterales del progreso económico, y menos aún traza de antemano la línea que separa a los condenados de los salvados. Nadie da las órdenes, nadie carga con la responsabilidad, como aprendiera (...) No siendo sino una actividad suplementaria del progreso económico, la producción de residuos humanos tiene todo el aire de un asunto impersonal y puramente técnico. Los actores principales del drama son las exigencias de los «términos del intercambio», las «demandas del mercado», las «presiones de la competencia», la «productividad» o la «eficiencia», todos ellos encubriendo o negando explícitamente cualquier conexión con las intenciones, la voluntad, 16

Aproximadamente 40% de los pobres urbanos vive en el área de la Ciudad de Panamá-San Miguelito (ENV 2008). Esta inequidad se refleja claramente en el coeficiente de Gini de 0,47.

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las decisiones y las acciones de humanos reales con nombres y apellidos” (2005:58). Cultura de residuos y mixofobia El espacio urbano es más que una entidad física; es también un territorio imaginado por sus habitantes, el cual refleja sus deseos y temores respecto al desenvolvimiento de la vida cotidiana. El entorno que se produce en las barriadas populares de construcción masiva influye significativamente en el imaginario social, percepciones, ideas y opiniones que tienen las personas sobre la sociedad y que determina la realidad y las relaciones sociales (Silva, 2008). Todos somos responsables de una sociedad que crece económicamente a ritmos competitivos, pero tolera la miseria, la incultura, las malas condiciones de salud, educación y hábitat, y que no responda a las expectativas básicas, como ser reconocido, querido y aceptado por los otros. Esta incoherencia entre alto crecimiento económico y baja inversión social se evidencia en el decrecimiento del indicador del entorno macroeconómico (en el que influyen no solo las condiciones económicas, sino también los cambios en el nivel de vida, el sistema político, y la condición del ecosistema) demografía y sistema cultural (ver figura 9). Esto inevitablemente nos obliga a reflexionar sobre la posición que adoptemos y definirá nuestro grado de libertad.

época en la que el trabajo deja de ser un derecho y lanza a los pobres en un mercado laboral precario e inestable a aceptar cualquier labor informal como una alternativa válida. Robert Castell (2003) habla de las nuevas clases peligrosas formadas por la población excluida, despojada de toda protección proveniente de las redes de lazos sociales, básicamente constituida por la gran masa de desempleados que se mantienen en esa condición y que se distancian, cada vez más, de los ciudadanos “normales”, y que son percibidos más cerca de los delincuentes. Las barriadas informales e incluso los barrios populares formales están siendo tomados por la economía callejera, dominada por actividades ilícitas o criminales con circulación de armas de fuego y de drogas. A ello se suma la violencia doméstica, la percepción de inseguridad y el miedo, que estigmatiza al barrio y lo lleva a convertirse en un enclave marginal definido por la decadencia colectiva. Y muy pronto las casas pasan de ser sitios de residencia para transformarse en fortalezas con rejas para defenderse de sus vecinos. En Panamá, “el 49% de los homicidios guardan relación con crímenes sociales (violencia doméstica, riñas, venganza, peleas de barrio), mientras que el 17% de los homicidios tiene vinculación con el crimen organizado” (La Estrella de Panamá, 2012). Como a los crecientes niveles de criminalidad y violencia de las calles se les agrega el miedo, el resultado es que las calles pierden a la gente; es decir, se abandona el espacio público, se abandona la ciudad.

Figura 9: Índice de competitividad y eficiencia en sector social Manuel Castells (2001) nos señala dos categorías de ciudadanos: aquellos en el nivel superior conectados a las redes de comunicación mundial y aquellos otros, en el otro extremo, que pertenecen a las redes locales fragmentadas. Los primeros son indiferentes a los asuntos de su ciudad, en contraste con aquellos que habitan el mundo de los niveles inferiores, que centran toda su atención en los asuntos de la ciudad que habitan. En efecto, esta brecha entre los que ocupan un mundo y el otro es una brecha digital y económica, y constituye el cambio más importante de carácter social, cultural y político que evidencia el paso de la modernidad sólida a la líquida.

Fuente: http://www.panamaeconomyinsight.com.pa/

Una característica de la inseguridad actual es el temor al crimen, la desconfianza en los demás, esencialmente en aquellos que son diferentes como los extranjeros y los de otras razas. Esta desconfianza se origina en el profundo individualismo contemporáneo, donde la inseguridad y el temor a peligros indefinidos son males permanentes (Bauman, 2006). El estado moderno inicialmente proveyó de ayudas sociales y también generó solidaridad entre trabajadores, sindicatos y personas con la misma profesión. Así, la solidaridad se convirtió en la principal defensa de una existencia cada vez más llena de riesgos. En la medida que ha ido desapareciendo la solidaridad y ha aumentado la competencia, las personas dependen únicamente de sus propios recursos, evidentemente escasos e insuficientes. Esto es aún más evidente ante la renuncia del Estado moderno a mantener los servicios de asistencia estatales, que se formaron en la fase sólida de la modernidad. Como resultado de las crisis económicas y la desaparición del estado de bienestar (que protegía al ciudadano con importantes inversiones públicas en educación, salud, vivienda y ayudas sociales) hemos pasado a una

A pesar de que es común imaginar los aspectos globales, separados radicalmente de los locales como pareciera deducirse de esa ruptura entre el nivel superior y el nivel inferior, la línea que los separa es poco menos que invisible, puesto que están estrechamente vinculados. Los poderes que definen la vida contemporánea se mueven en el espacio global, pero los órganos de actuación política sólo se mueven a nivel local, reforzando cada vez más la idea de que solamente podemos intervenir en las cuestiones locales y que los asuntos supralocales están fuera de nuestro alcance. Irónicamente, se pretende combatir las consecuencias nefastas de la globalización con recursos limitados e inadecuados, resultado del propio proceso de globalización, y son los municipios los que reciben esa carga, particularmente pesada. En conclusión, las ciudades se han convertido en el basurero de problemas de origen mundial y sus habitantes se enfrentan a una empresa casi imposible: encontrar soluciones locales a contradicciones globales. Manuel Castells lo señala con claridad cuando habla de que la política está cada vez más concentrada en lo local, a pesar de estar en un mundo estructurado por sucesos internacionales. Como afirma Bauman, se ha hecho un componente común de la vida urbana la presencia continua de desconocidos. En el área metropolitana de Panamá residen grupos de múltiples orígenes y etnias como resultado de la inmigración de trabajadores atraídos por la construcción del ferrocarril transísmico en el siglo XIX, por la posterior construcción del Canal de Panamá y por inmigrantes del interior del país, por razones económicas. Más re-

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cientemente, la masiva llegada de inmigrantes desde América del Sur, España y Norteamérica, aumenta la sensación de ver desconocidos por todas partes. Se percibe en el ambiente el miedo a lo disímil y la ansiedad natural de la gente en situaciones desconocidas y difíciles. Se observa cómo se descarga la agresividad en aquellos que lucen, hablan y se comportan diferente. Se suma a esas actitudes el racismo (especialmente dirigido a los de raza negra y a los indígenas) que prevalece en ciertos grupos sociales, a pesar de ser una ciudad construida por gente venida de muchas partes. En esta época de modernidad líquida, “los barrios cerrados forman parte de una Región Metropolitana cuya característica principal es la división del espacio en enclaves económicos y sociales” (Carrera-Hernández 2012:6). La nueva estética de seguridad gobierna las construcciones e impone una lógica de aislamiento sistemática. Se construyen urbanizaciones cerradas con ofertas para distintos estratos económicos, siempre con la promesa de obtener la “seguridad” ansiada por todos. Se forman así los guetos, de ricos y de pobres, donde se aprisionan y aíslan a las personas, alejándolas, cada vez más, unas de otras. En efecto, la situación de Panamá muestra, más que nunca, los dos aspectos: atracción y miedo a la ciudad, mixofilia y mixofobia. La concentración masiva de gente desconocida y diferente produce miedo a algunos, al tiempo que otros emigran a la ciudad por la falta de recursos de vida en sus lugares natales, atraídos por la promesa de una mejor calidad de vida y fuentes de empleo productivo y digno. Conclusiones-discusión La escasa regulación de las autoridades sobre la expansión urbana, enmarcada en un modelo económico neoliberal que controla el mercado de tierra urbana, genera externalidades negativas particularmente evidentes en las diferencias entre costos y beneficios sociales, la segregación socioespacial y la degradación ambiental. Las consecuencias de ello sobre el área metropolitana de Panamá se evidencian en una urbanización discontinua y ocupación extensiva del territorio; despilfarro de suelo urbano, incremento en el costo del mantenimiento y extensión de la infraestructura; pérdida de vida social urbana consecuencia de la escasez de espacios públicos; aumento de la inseguridad; problemas de movilidad; mala calidad de transporte en áreas dispersas y alejadas; y proliferación de asentamientos informales en las zonas periféricas de la ciudad. La ausencia de voluntad política para ejecutar normativas y leyes como la Ley 6 ha permitido que el crecimiento de la ciudad se mantenga al margen de las necesidades de los pobladores, desconociendo su derecho a la ciudad y a la vivienda digna y, por el contrario, perpetuando la construcción de hábitats que impiden la sostenibilidad social. La contrapartida a esa dura realidad de una sociedad signada por la mixofobia, o miedo al intercambio social, está en fomentar la mixofilia, o deseo de mezclarse con los que son diferentes a nosotros, buscando nuevas y enriquecedoras experiencias a través de la construcción de espacios públicos y urbanizaciones que propicien el enriquecedor intercambio y la convivencia. Las ciudades de Panamá y Latinoamérica enfrentan desafíos comunes. La densificación de las zonas urbanas sostenida por la inmigración a las ciudades por razones económicas; la creciente inequidad y polarización socio-económica; el difícil acceso al suelo urbanizado por su alto costo, las violencias y los miedos que debe enfrentar la población, y la adopción de

normas culturales suburbanas excluyentes, que se traducen en la construcción de barrios cerrados y comunidades amuralladas. Es imperioso reorientar el desarrollo de la ciudad y del país hacia un eje basado en los seres humanos y su bienestar, y no sólo en un crecimiento económico que no está acompañado de equidad social y que produce pobladores con miedo, sin esperanza y sin capacidad de confiar en sus conciudadanos para trabajar y construir una sociedad más humana. Atraer gente a las calles, incrementar la interacción humana y devolverle la vitalidad a la ciudad son metas que no pueden ser postergadas por más tiempo. Reflexión de la editora Mercedes Castillo: la autora nos recrea en su artículo la visión que tiene Bauman del lugar de los excluidos, de la superpoblación, mostrándonos cómo los barrios del siglo XX, en Ciudad de Panamá, se convierten en los vertederos urbanos irregulares de todos esos desechos humanos. Desechos humanos que son “un número de gente que, en lugar de contribuir al suave funcionamiento de la economía, torna tanto más difícil la consecución, por no hablar de la subida, de los índices mediante los cuales se mide y evalúa el funcionamiento apropiado” (Bauman). Esa gente que aumenta los gastos, pero no los beneficios y el proceso productivo puede prescindir de ellos, porque no hacen nada. Tampoco son consumidores, porque no tienen capacidad de pago. “Son sus más fastidiosos y costosos pasivos” (ibid). La autora visibiliza las características y orígenes del hábitat que ocupan estas personas y las causas de la mixofobia que generan, rescatándolos como sujetos de derechos, como personas. La autora finaliza dando recomendaciones para reorientar las políticas de gestión urbana al buscar la minimización de la exclusión. Referencias bibliográficas Banco Mundial (2007). La movilidad urbana en el área metropolitana de Panamá, Departamento de Desarrollo Sostenible Región de Latinoamérica y el Caribe. Banco Mundial. Indicadores del desarrollo mundial, Panamá. Extraído desde: http://www.worldbank.org/en/country/panama. Baumen, Z. (2005). Vidas desperdiciadas: la modernidad y sus parias. Buenos Aires: Paidos. --------------- (2006). Confianza y temor en la ciudad. Barcelona: Editorial Arcadia. Carrera-Hernández, A. (2012). Los barrios cerrados en la región interoceánica metropolitana de Panamá, En Revista Tareas, 141, 2. Panamá: Centro de Estudios Latinoamericanos “Justo Arosemena”. Castell, R. (2003). La inseguridad Social: ¿Qué es estar protegido? España: Ediciones del Sur. Castells, M. Local and global: Cities in the network society. Extraído desde: http://es.scribd.com/doc/22571191/Local-and-Global-cities-in-thenetwork-society-Manuel-Castells. Castillero-Calvo, A. (2004). Historia general de Panamá, I(II). Panamá: Comité Nacional del Centenario de la Republica. Chiriboga, V. (2004). Transformación de la mentalidad urbana. En Historia general de Panamá, II, siglo XIX. Panamá: Comité Nacional del Centenario de la Republica. INEC. Indicadores sociodemográficos. Extraído desde http://www.contraloria.gob.pa/inec/

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Urbis+: Una aproximación a los usos sociales del cuerpo en espacios correccionales: Córdoba, Argentina An approach to the social uses of the body in correctional spaces: Córdoba, Argentina Graciela-María Tedesco (1978, argentina, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina gramtedesco@gmail.com

Resumen Este trabajo se propone analizar la relación entre usos del cuerpo y espacios institucionales correccionales, a partir de materiales recogidos en una investigación de tipo etnográfico llevada a cabo en institutos para jóvenes “en conflicto con la ley” de la ciudad de Córdoba. El cuerpo es considerado aquí como una construcción simbólica cuyas representaciones se ligan a un estado social, una visión del mundo y una definición de la persona (Le Breton, 1995). A partir de esto, se busca indagar en algunos usos sociales construidos en estos espacios institucionales, y en diferentes interacciones producidas entre los jóvenes y el personal institucional. De este modo, el trabajo realiza un recorrido por prácticas que configuran un proceso en el que intervienen diferentes formas de mostrar el cuerpo, de ocultarse, de jugar en el límite y de considerar a la corporalidad como un capital (Wacquant, 1999). Palabras clave: cuerpos, institutos, jóvenes, relaciones sociales. Recibido: 31-05-2011 → Aceptado: 29-06-2012

Cítese así: Tedesco, G.M. (2012). Una aproximación a los usos sociales del cuerpo en espacios correccionales: Córdoba, Argentina. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 85-89. Abstract This paper analyzes the relationship between body and space uses of correctional institutions, from material collected in an ethnographic research conducted in schools for young people "in conflict with the law" of the city of Cordoba. The body is considered here as a symbolic construct whose representations are linked to social status, a world view and definition of the person (Le Breton, 1995). From this, it seeks to investigate some social applications built in these institutional settings, and different interactions occurred between the young and institutional staff. Thus, the job takes a tour of practices that constitute a process in which different ways of showing the body, hiding, playing on the edge and consider embodiment as a capital (Wacquant, 1999). Key-words: bodies, institutions, social relationships, young people.

Introducción Los distintos abordajes vinculados al estudio del cuerpo en las ciencias sociales nos sugieren que la corporalidad no constituye un dato natural evidente por sí mismo, sino que es el resultado de diferentes elementos sociales y culturales que lo construyen en un espacio-tiempo determinado. Según señaló en su momento Mauss (1979), los gestos y posturas (técnicas corporales) ponen de manifiesto sentidos inconscientes que no pueden decirse a través de las palabras y que no son sólo el resultado de movimientos puramente individuales o enteramente físicos, sino parte de

una idiosincrasia social. De esta manera, los cuerpos establecen relaciones significativas con el mundo que los rodea y muestran modos aprendidos socialmente en la interacción, siendo una construcción simbólica cuyas representaciones son confluentes de un estado social, de una visión del mundo y de una definición de la persona (Le Breton, 1995). A partir de estas cuestiones que subrayan la imposibilidad de separar al cuerpo de sus contextos sociales y espaciales, la cuestión de las corporalidades construidas en instituciones cerradas para jóvenes en conflicto con la ley en la ciudad de Córdoba aparece como un tema a explorar. En tanto espacios pensados para la reducción del movimiento corporal y la restricción de prácticas realizadas en la cotidianidad, a continuación se intenta indagar en los modos en que los jóvenes usan y muestran el cuerpo en los institutos, buscando comprender los gestos, posturas y sentimientos que se ponen en juego y también interpelan estos espacios. El artículo se apoya en un trabajo de campo de tipo etnográfico realizado para una tesis de maestría en Antropología (UNC) acerca de las relaciones sociales que tejen los jóvenes que se encuentran en el Sistema Correccional de 1 Córdoba. Si bien dicho trabajo de campo se desarrolló en dos institutos (uno de media seguridad o semiabierto y otro de máxima seguridad o de régimen cerrado), se elijió para este trabajo analizar este último espacio, donde es posible observar de manera más extrema las restricciones institucionales. El instituto Malvinas se encuentra en las afueras de la ciudad de Córdoba y en allí se alojan jóvenes varones de entre 16 y 19 años que han cometido delitos considerados graves por el código penal. El trabajo de campo en este lugar se realizó a lo largo de un año y se caracterizó por la realización de visitas periódicas y observaciones, charlas con grupos 2 pequeños de jóvenes y entrevistas en profundidad individuales . Se utiliza para este trabajo observaciones y narrativas vinculadas a sentidos sobre la corporalidad en los institutos recogidas en estas visitas. Sin desconocer que los usos corporales e interacciones en el instituto suponen una diversidad de ocasiones y lugares más allá de los que aquí se reseña, se eligió

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El trabajo de campo se desarrolló en dos institutos para varones en los que hay jóvenes de entre 16 y 19 años, durante diferentes instancias realizadas entre el año 2004-2006. En este trabajo, los nombres de estas instituciones y de las personas han sido modificados para preservar su privacidad. El ingreso al instituto Castelli se realizó luego de obtener una autorización formal de la directora de la “Subsecretaría de Atención Integral del Niño y el Adolescente en Conflicto con la Ley Penal”, organismo del que dependen los institutos correccionales de Córdoba. Tiempo después, debido al conocimiento previo del personal directivo del instituto Malvinas, se les transmitió el interés por visitar dicho instituto, y se pudo así extender el trabajo de campo al mismo. 2 Se realizaron visitas semanales o quincenales en las que se llevó a cabo una diversidad de actividades como apoyo escolar, proyección de videos, registros fotográficos, conversaciones informales, etc. Las charlas con grupos de jóvenes fueron múltiples durante todo el trabajo de campo y se realizaron alrededor de 15 entrevistas individuales.

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centrarse en algunos de estos dejando otros para futuras indagaciones. De este modo se exploran los ejes vinculados a los modos de mostrar que se “hace conducta” en el instituto, las gestualidades que juegan en el límite del respeto-irrespeto, y las formas de borrar el cuerpo y utilizar violencia sobre el mismo para solicitar cambios de situación y mejores condiciones. De este modo, el texto analiza prácticas y gestos corporales en relación a determinados espacios institucionales, buscando arrojar luz sobre las nociones de persona que se activan y que atraviesan el sistema correccional. Hacer conducta, mostrarse y tomar distancia Durante el trabajo de campo se pudo observar que los informes producidos en cada instituto sobre los jóvenes internos y dirigidos al juzgado correccional ocupan un lugar crucial en la definición del tiempo de trata3 miento y la posibilidad de permisos de salida. Los informes son escritos por el personal institucional: equipo técnico (psicólogo, trabajador social), docentes (profesor de educación física y maestro de primaria), guardias, coordinador; y enviados periódicamente a la secretaría del Juzgado para ser anexados en los expedientes de cada joven institucionalizado. En relación a esto, los jóvenes se muestran continuamente atentos y cuidadosos ante la información que sobre ellos se pueda volcar en los informes. Se pudo advertir estos cuidados en el inicio del trabajo de campo, cuando se considera que de cierta manera ubicaban a la investigadora en el lugar de una posible “productora de informes”. Si bien esta idea sobre mi persona con el transcurrir del trabajo de campo y la construcción de confianza se modificó, me ayudó a comprender muchos de los silencios, vacíos y ambigüedades que aparecían en las primeras charlas. De este modo, la presión de los Informes genera entre los jóvenes, como sugiere Pollak (2006), zonas de sombra, silencios, “no dichos” guardados celosamente en estructuras de comunicación informales y moldeados por la posibilidad de ser castigados por aquello que se dice o, al menos, de exponerse a malentendidos. La cuestión de mostrar que se está “haciendo conducta” para que esto se refleje en los informes apareció de manera recurrente durante las visitas al instituto. Frases como “Estoy haciendo conducta, ¿no?”, “Estoy cuidando la conducta”, “No me quiero arruinar la conducta”, mencionadas en presencia de los guardias, profesores o director, equivalían a afirmar “por si no se notaba” que últimamente realizaban todas las actividades propuestas por el instituto, se mostraban respetuosos con los guardias, querían estudiar, no se metían en peleas y no fumaban en las piezas. Si bien este hacer conducta se ligaba a algo positivo para la mirada institucional, también se fue advirtiendo que los chicos nunca calificaban a su conducta como “buena” o “mala”. Simplemente “hacían conducta” o “no la hacían”, y en esto el cuerpo cumplía una importante función. Mostrarse interesados y activos en las actividades y fundamentalmente en la limpieza diaria del instituto implicaba una parte importante de ese “hacer conducta”. Sin embargo, otra cuestión también era considerada importante en este aspecto: el “mostrar respeto” hacia los guardias o “maestros” (como también se los llama). En este sentido, quienes tienen mayor contacto con los jóvenes y cumplen la tarea de hacer respetar los

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distintos horarios de actividades y de controlar el orden en el sector son los guardias. Durante las observaciones y charlas, en las que muchas veces se aprovechaba para conversar con los mismos, se encontró que una de sus preocupaciones constantes era el tener que ser respetados por los “menores”. En este sentido, eran justamente las actitudes de irrespeto las que en mayor medida eran castigadas y plasmadas en los informes. En relación a esto, Becker (1971) indica que alguien puede ser clasificado de desviado no por haber quebrantado realmente una regla, sino porque ha mostrado una falta de respeto al impositor de la misma. Se pudo advertir que algunas actitudes corporales de los jóvenes se apoyaban en el conocimiento de esta cuestión. Así, al salir del sector para hablar con los guardias o director, los jóvenes solían poner sus manos hacia atrás, tomándolas por la espalda antes de iniciar la conversación. Cuando el joven era convocado para hablar de una situación conflictiva, el hecho de tomarse las manos por detrás y bajar la mirada transformaba también la actitud del guardia y aflojaba la situación. De este modo, las manos y la mirada cumplían aquí un rol central, en donde si bien se pretendía mostrar respeto, esto no suponía pasividad u abandono, sino la producción de condiciones propicias para iniciar el diálogo. Así como se observó que los jóvenes utilizan ciertas técnicas corporales para evitar enfrentamientos y mantener el vínculo, los guardias también emplean algunas prácticas para subsanar disputas y sustentar la relación. En este sentido, muchas veces, ante expresiones irrespetuosas realizadas en voz baja, los guardias fingían no escuchar, o ante un cigarrillo de marihuana fumado a escondidas podían a veces pasarlo por alto, como si no hubiera existido. Esto entraña, en términos de Goffman (2004:255), una regulación de las impresiones donde “los actuantes, el auditorio y los extraños aplican técnicas para salvaguardar la representación, ya sea tratando de evitar probables disrupciones, subsanando las inevitables o posibilitando que otros lo hagan”. De este modo, se fue desarmando el presupuesto inicial acerca de que el hacer conducta consistía en hacer “cosas buenas” o una acción unilateral. Por el contrario, la misma aparece como relación y un intercambio a través de los cuales se construye una convivencia aceptable, aunque sin pretender generar cercanía. En relación a esto, al preguntarse a los jóvenes cómo era la relación con la guardia, sostuvieron que: “[A los guardias] hay que tenerlos hasta ahí (...) no darles confianza” (Danilo, diciembre de 2006, Inst. Malvinas). Asimismo, al preguntarse a los guardias sobre los jóvenes, indicaron, por ejemplo: “A los menores lo mejor es tenerlos hasta ahí y no darles confianza, ser recto y si les decimos que es hasta las 10, a esa hora se apaga la luz” (guardia, diciembre de 2006, Inst. Malvinas). Construir conducta, entonces, será tarea tanto de los internos como del personal de la institución, que buscarán mantener un trato dentro de márgenes considerados, en este contexto, aceptables. Esto genera un campo de relación en donde los jóvenes puedan moverse, avanzar o retroceder, siempre y cuando se cuide de no dañar esa relación. “Charlar” o el límite del respeto irreverente “Jaime se asomó a través de los barrotes de la ventana de su pieza y le dijo al guardia Renzo: “Escuchame. Te tengo que pedir un gran favor: que me dejés salir a comprar cigarrillos acá al frente”. Renzo se sonrió leve-

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Los permisos de fin de semana son autorizados por el juzgado y comunicados por el director, quien los viernes por la tarde informa al grupo los de nombres quienes están autorizados a salir.

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Se llama sector al espacio cerrado en el mismo instituto donde los jóvenes pasan la mayor parte del tiempo. Allí tienen sus piezas, baños, patio y comedor.

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mente y entró a comedor, y yo lo seguí mientras me reía al pensar en la ocurrencia de Jaime” (nota de campo, septiembre de 2006).

permite comprender sobreentendidos y ocurrencias en el ambiente del sector.

Como se observa en esta nota de campo, cuestiones como mofarse de su situación de encierro y bromear tratando a un guardia como un igual, ayudan en la cotidianeidad institucional a construir la convivencia y ablandar las jerarquías (aunque sin dejar de reconocerlas). En el instituto, la presentación de un cuerpo relajado y la práctica del charlar (como la llaman los jóvenes), brinda un tono diferente y hasta humorístico a situaciones tensas y no muy agradables. Este charlar implica utilizar bromas o expresiones graciosas o exageradas, dándole un carácter de serio o verdad a algo a todas luces banal o falso. Esta forma de relacionarse no se produce con cualquier persona, sino con quien se tiene cierta confianza y se sabe que no se va a enojar. Como lo hiciera notar Radcliffe Brown (1973), para un contexto diferente pero igualmente con ciertas coincidencias, las relaciones jocosas permiten mantener la armonía dentro de una situación de desequilibrio. De este modo, en ciertas situaciones se convierte en lícito y hasta obligatorio molestar y bromear con otro sin que este pueda enojarse. Lo que en otro contexto suscitaría hostilidad, es evitado por un antagonismo divertido que se produce con bromas y faltas de respeto mutuas. Así, por ejemplo, un sobrenombre gracioso no llega a ser ofensivo si forma parte de una relación igualitaria, ya que el que bromea sobre otro se somete también a ser objeto de burla. Involucrarse en este tipo de relación supone la condición de no apartarse de esta regla unilateralmente, ya que podría generar consecuencias negativas en la relación. Al decir de Radcliffe-Brown, la falta a las reglas que rigen esta relación es entendida como una ruptura de las costumbres y se considera como que la persona no sabe comportarse. Una situación así puede encontrarse según los jóvenes en las conductas de algunos guardias: “Ellos te charlan, pero cuando vos los charlás, no se la aguantan” (Luciano, junio de 2005, Inst. Castelli). Luciano indica aquí lo que puede acontecer cuando algunos guardias abusan de su poder y los castigan por una charla que no se tomó bien. Asimismo, la regla puede ser quebrantada por los chicos. Como señaló Eduardo, a veces se puede estar de mal humor y se responde de manera irrespetuosa, aparejando así un castigo: “No hay que charlarlos porque si un día te levantaste de mal humor, y ellos te charlan, capaz que les contestás mal y te castigan” (Eduardo, diciembre de 2006, Inst. Malvinas).

In-visibilidad y violencias en el cuerpo En algunas ocasiones, evitar el contacto con los agentes institucionales, invisibilizarse y diluirse en el grupo surge como otro modo de manejarse en el instituto. Nahuel (19 años) explicó que para él no estaba bien mostrar lo que sentía en este lugar. Ante esto cuando estaba triste prefería ocultarse y pasar desapercibido: “Si yo demostrara que estoy mal, me siento mal, no. Yo mismo me rescato, voy me fumo un faso (cigarrillo de marihuana) y listo, me voy para el fondo a mi pieza, me acuesto y me adapto. Hay otras personas que van y lo demuestran adelante, se apoyan en el enlace y se doblan, empiezan a pregunta, si no ha venido el Oficio... No, a mí eso no me gusta, yo vengo de otro lado. Pero yo los hablo a ellos porque si yo no les digo nada, a lo mejor les puede caer un oficio para salir a un permiso o a un programa, y un encargado lo ve que está mal y no tiene ganas de volver, y el guardia ya sabe que tiene permiso, se da cuenta y el mismo guardia te puede hacer hablar si te vas a pirar y si vos le decís que sí te puede hacer aislar, miles de cositas que le puede poner un pero y vos no podés salir de permiso por demostrar que estás mal. Yo sé que todo el mundo se pone mal, pero tratás de demostrarlo con las personas que podés confiar y sabés que te van a ayudar. No con las personas que te va a hacer mal para vos. Porque hay muchos guardias que te pueden ayudar, te pueden hacer un favor, pero hay otros que no, por donde te la puedan mandar, te la van a mandar” (Nahuel, instituto Malvinas, febrero de 2006).

En el caso de Alejo, se pudo ver el límite flexible que se juega entre el respeto y el irrespeto a través de la charla. Alejo era incansablemente inquieto y conversador. En ocasiones se dirigía a sus compañeros o a guardias de forma impertinente y brusca, ante lo cual se esperaba que llegara el golpe por parte de los primeros o la sanción de los segundos. Sin embargo, su tono bromista y cuerpo confiado transformaba el inminente conflicto en una situación chistosa. ¿Está todo bien?, culminaba diciendo con una sonrisa a su interlocutor, luego de un intercambio aparentemente tenso. Asimismo, el uso de la charla en la relación con los guardias le daba a Alejo un cierto margen en el cual manejarse sin ser perjudicado en el informe, sin dejar de mostrar autonomía y personalidad. La combinación entre respeto e irrespeto parecía ser la especialidad de Alejo, y también de algunos jóvenes que podían actuar en el borde de la sanción, pero sin llegar a la misma finalmente. Estas formas de humor irreverente aparece en las relaciones sociales que se tejen entre los jóvenes y en ocasiones entre estos y los guardias. Ello contribuye dentro del grupo a dotar de informalidad sus vínculos y a producir un código compartido que les

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Nahuel ha estado varias veces en institutos y una vez en la cárcel . Según señaló, esto le ha dado cierta experiencia sobre cómo actuar para andar bien en el instituto; es decir, para tener una conducta aceptable para el personal y un vínculo con el grupo de jóvenes. Así, advierte que mientras algunos se doblan anímicamente mostrando su angustia o incertidumbre, él prefiere no mostrarse hasta sentirse mejor. Esto implica borrar el cuerpo, como sugiere Le Breton (1995), practicar un borramiento en el que los actores se encuentran frente a frente y se esfuerzan por volverse transparentes; pero también supone excluir la expresión de los sentimientos. La expresión obligatoria de los sentimientos, como sostuvo Mauss (1979), se invierte y aquí lo que se vuelve preciso es no manifestarlos, al menos hasta que encuentre un espacio y un momento en el cual hacerlo. La obligación de no expresar los sentimientos surge como una alternativa que posibilita a los jóvenes mostrar un cuerpo sin sobresaltos y equilibrado, que a los ojos del personal institucional no generará conflictos. No obstante, como se verá a continuación, la expresión de pedidos y conflictos a través del cuerpo surge a veces de manera extrema, siendo este una herramienta para mostrar violencias y dolores que hasta ese momento se ocultaban. En las visitas al Instituto Malvinas se conoció a Danilo (17 años), que relató que comenzó a salir a robar a los doce años con un grupo de amigos para comprar droga y ayudaba a veces a su mamá, que criaba sola a sus hijos. Debido a esto, ya había estado en un instituto pero al salir del mismo, conoció a su novia y ella quedó embarazada. Danilo consiguió enton5

Nahuel relató que estuvo un año en la cárcel, dado que mintió diciendo que era mayor de edad y el Juzgado no lo verificó. En un principio pensó que la pena iba a ser menor si iba a la cárcel. Sin embargo, cuando se dio cuenta que el tiempo se extendía, decidió dar a conocer que era menor de edad, por lo que fue trasladado a este instituto.

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ces trabajo de albañil y empezó a hacer un curso de panadero. Sin embargo, un hecho desafortunado lo llevó a quedar nuevamente encerrado. Durante una fiesta familiar en la que, según mencionó, “había mucho alcohol”, se peleó con un familiar político y como este lo atacó con un cuchillo, él “se defendió” y terminó sacándole la vida. Danilo “se entregó a la Justicia” y cuatro meses después nació su hija. Cuando se entrevistó, había pasado ya un año y tres meses de su detención. Anteriormente se había conversado con él, pero en presencia de un docente. En la oportunidad que se estuvo a solas se aprovechó para preguntarle por qué tenía en sus brazos marcas de múltiples y profundos tajos ya cicatrizados. Así se comenzó con una pregunta teñida de presupuestos: G: ―¿Esos tajos te los hacés cuando estás mal? D: ―Cuando estás preso. Pero son chicos estos [tajos] (mostrándome sus antebrazos). Este me dolió una banda (me muestra el pecho). No me salía sangre, pero después me empezó a salir sangre. G: ―¿Cuando estás preso, te tenés que hacer eso? D: ―Cuando querés pedir traslado o cuando estás haciendo motín, te cortás (...) una vuelta me corté y me habían trasladado para otra comisaría y estaba lejos de mi casa. Y agarré y me corté en el mismo lado (Danilo, febrero de 2006, Inst. Malvinas). Para Danilo, sus tajos tuvieron motivaciones muy concretas: pedir traslado para que lo llevaran a una comisaría cerca de su casa, cuestión que aumenta las posibilidades de que sus familiares puedan visitarlo y llevarle comida o cosas que necesite. En relación a esto, la violencia contra el cuerpo es utilizada como un mensaje para el personal policial e institucional y, al mismo tiempo, para sí mismo y el grupo, ya que deja marcas perceptibles que recuerdan el lugar en el que se está y aquello que se sintió. De cierta manera, las violencias en el cuerpo los hacen visibles y los convierten en sujetos de negociación, personas a ser tomadas en serio, cuyos pedidos se repiten en varias direcciones: “Para que te atienda (la enfermera), tenés que hacerte algo, porque si no, no te saca nunca. Hay que cortarse, hacerse algo” (Felipe, inst. Malvinas, noviembre de 2005). “El director nunca te llama o viene al sector. Para que te llame, tenés que hacer algo, hacer huelga de hambre. Algunos no se bañan. Hubo casos que se cocían la boca” (Carlos, inst. Malvinas, noviembre de 2005). De este modo, el cuerpo puede ser usado a veces para recuperar la atención y volverse nuevamente visibles y audibles. Las prácticas violentas en el cuerpo son, desde la perspectiva de los jóvenes, un medio para lograr “que te escuchen” cuando no se encuentran respuestas por otras vías. Así, el cuerpo puede ser administrado como un capital o como “trabajo acumulado que, cuando es apropiado de manera privada, esto es, exclusiva, por los agentes o por un grupo de agentes, les permite apropiarse de la energía social en forma de trabajo viviente” (Wacquant, 1999:241). En el instituto, el cuerpo se convierte para los jóvenes en su propiedad más valiosa y en algo que no se les puede quitar. En este sentido, sobre este eligen mostrar, ocultar, arreglar, abandonar, cuidar y a veces lastimar, según distintas situaciones. Los cortes en el cuerpo se realizan en lugares que quedan a la vista, como los brazos, o en lugares que tengan algún tipo de significado, como el corazón, para demostrar dolor. A este respecto, Le Breton (2002:62) señala que las cicatrices provocadas por esta situación constituyen una marca social y cultural que escribe de forma directa lo colectivo sobre la carne del actor. Resulta interesante pensar, junto a Héritier (1996), que el cuer-

po es el único bien del individuo al que la sociedad designa como espacio propicio para llevar la huella de una trayectoria y la asignación de un destino. El grupo enseña la ley común al individuo mediante el sufrimiento, dejando huellas sobre el cuerpo. La fractura de cuerpo, sacrificial o iniciática ―dice Héritier―, se hace efectivamente en la violencia y el dolor, pero las víctimas no son objeto de un odio específico y la crueldad no es un fin en sí mismo. Aquí, el objeto del sacrificio y de la iniciación es la búsqueda de un bien superior. De esta manera, la habilidad de resistir el dolor y la violencia en el cuerpo es considerada por los jóvenes uno de los principales capitales con los cuales obtener respuestas o cambios en la situación en la que se encuentran: “Hace falta hacer algo para después hacer un trato. Cuando ya son muchas las cosas que pasan y los privilegios que se nos cortan, se produce el motín. Es como un vaso que rebalsa, va sumando, va sumando hasta que se vuelca” (Carlos, diciembre de 2005, Inst. Malvinas). “De a poco nos van sacando todos los privilegios, hasta que hacemos un motín y ahí viene el director a ver qué necesitamos. Es la única forma de que te escuchen” (Ernesto, agosto de 2005, Inst. Malvinas). Como surge de estos relatos, los motines cobran una visibilidad y violencia extrema en la búsqueda de alcanzar soluciones rápidas y que los afecten a todos. Cuanto más colectivo y urgente sea el deseo de ser oídos en sus pedidos, mayor será el grado de violencia utilizada por los jóvenes. Si 6 bien los motines no son muy frecuentes , la potencialidad de provocarlos es una forma de lograr que se reconozcan “sus privilegios”. A este respecto se debe señalar que casi nunca se escuchó que mencionaran la palabra “derechos”, sino que utilizaban la expresión privilegios, en el mismo sentido que aquellos o al menos como mejoramientos temporales de sus condiciones de vida. En el motín se pone en escena la violencia de todo el grupo, y la mirada de los agentes institucionales y de la sociedad se vuelve a ellos. Por eso, incendiar colchones, levantar baldosas, tirar ladrillos, intimidar a la guardia, etc., permiten generar un espectáculo de desorden que los coloca en un lugar de negociación. En consecuencia, se modifican, por el tiempo que dura el motín, los posicionamientos dentro del instituto. En relación a esto, Marilena Chaui (1998) señala que la construcción de una ética como simple ideología propicia la idea de que para que los no sufrientes puedan ser éticos, es preciso que exista una víctima que no puede actuar por sí misma y a la que hay que defender. Esto genera que el actuar ante la violencia quede en manos de quienes no son víctimas, ya que la víctima para ser ética debe ser sufriente, pasiva, inerte. El motín vendría a contrariar esta representación, en tanto los jóvenes actúan con violencia respondiendo a una situación considerada injusta y dejando de ser víctimas inertes. Esta cuestión nos invita a complejizar el análisis de las violencias y a observar sus sentidos del entramado institucional y social. De este modo, tanto agentes institucionales como jóvenes construyen y utilizan las violencias en un mismo y dinámico proceso. Conclusiones-discusión Este trabajo pretendió reflexionar sobre la relación entre los usos del cuerpo y los espacios institucionales correccionales, a partir de materiales recogidos en una investigación de tipo etnográfico llevada a cabo en institutos para jóvenes “en conflicto con la ley” de la ciudad de Córdoba. En-

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En el tiempo que se estuvo haciendo trabajo de campo, sólo se produjo un motín importante en el instituto Castelli, y ninguno en el de Malvinas.

Sección Urbis: Una aproximación a los usos sociales del cuerpo en espacios correccionales: Córdoba, Argentina, por Graciela-María Tedesco 88/89


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tendiendo que los cuerpos establecen relaciones significativas con el mundo que los rodea y muestran modos aprendidos socialmente en la interacción, se buscó comprender los sentidos que se encuentran en la base de algunas prácticas corporales desarrolladas por los jóvenes y por el personal institucional. Se observó así que la producción de informes sobre la conducta de los jóvenes dirigidos a los juzgados ocupa un foco de particular atención para los internos. En relación a esto, mostrar que se hace conducta aumentará, según los jóvenes, las posibilidades de que sus informes sean positivos (y, por tanto, de que puedan tener permisos o finalizar su institucionalización). No obstante, este “hacer conducta”, lejos de constituir una acción individual y unilateral, implica una relación social que se construye en interacción y supone formas aceptables de mantener el lazo social y la convivencia en el instituto. Así, el mostrar en el cuerpo que se participa y se actúa con respeto (para los jóvenes) y hacer de cuenta que no se vieron ciertas faltas o irreverencias (para el personal institucional) es parte importante de esa convivencia. Asimismo, abrir un campo para que se puedan activar estrategias que permitan jugar en el límite entre el respeto-irrespeto constituye otro de los modos de evitar rupturas. En otras situaciones, según se distinguió, el cuerpo se oculta ante un otro buscando pasar desapercibidos y no resultar perjudicados. Por último, existen ocasiones en que la corporalidad se vuelve extremadamente visible, como las que implican la producción de violencias sobre la misma o motines, en donde los jóvenes convierten su cuerpo en una herramienta y un capital para negociar con el personal de la institución. De esta manera, sin pretender agotar la comprensión de los diferentes usos del cuerpo posibles de advertir en estas instituciones, este trabajo inició una reflexión sobre algunos de estos, buscando dar cuenta de los contextos (en este caso institucionales) en los que se ponen en juego sentidos. A partir de aquí podríamos preguntarnos también acerca de cómo el afuera institucional ayuda a construir sentidos sobre el cuerpo, pero procurando otros caminos de búsqueda que serían descubiertos en futuras indagaciones.

Chaui, M. (1998). Ética e violencia. Teoría e Debate. Octubre-diciembre de 1998, 39, 33-34 Goffman, E. (2004). La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorroutu. Héritier, F. (1996). Reflexions pour nourir la reflexion. Séminaire de la Violence. Paris: Odile Jacob. Le Breton, D. (2002). La sociología del cuerpo. Buenos Aires: Nueva Visión. ----------------- (1995). Antropología del cuerpo y modernidad. Buenos Aires: Nueva Visión. Mauss, M. (1979[1936]). “Las técnicas del cuerpo y La noción de persona”, en Mauss, Sociología y Antropología, Madrid: Tecnos. Mauss, M. (1979). “La expresión obligatoria de los sentimientos” en Mauss, Sociología y Antropología, Madrid: Tecnos. Pollak, M. (2006). Memoria, Olvido, Silencio. La producción social de identidades frente a situaciones límite. La Plata: Ediciones Al Margen. Radcliffe-Brown, A. (1973 [1940]). Estrutura e Função na Sociedade Primitiva. Coleção Antropologia, 4. Brasília: Vozes. Wacquant, L. (1999). Un arma sagrada. Los boxeadores profesionales: capital corporal y trabajo corporal. En: Auyero, J. Caja de Herramientas. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes.

Reflexión de la editora Mercedes Castillo: la autora nos invita a ver otra faceta más de la fabricación masiva de miseria humana, lo que sucede con los jóvenes recluidos en instituciones correccionales y los usos del cuerpo que ellos construyen como parte de sus interacciones con el personal institucional, con sus compañeros y con los espacios mismos. Aparece la preocupación por hacer conducta, el charlar a los vigilantes, los otros teatros de la violencia que nos remiten a la “economía política” del cuerpo de Foucault: “Incluso si no apelan a castigos violentos o sangrientos, incluso cuando utilizan los métodos “suaves” que encierran o corrigen, siempre es del cuerpo del que se trata ―del cuerpo y de sus fuerzas, de su utilidad y de su docilidad, de su distribución y de su sumisión” (vigilar y castigar, 1976:32). Es otra forma de ser totalmente desposeído, excluido, estigmatizado en la que el cuerpo se convierte en el único capital, lo único que se posee y no puede ser quitado, en el instrumento para el ejercicio de poder al permitirse elegir mostrar, ocultar, transportar, arreglar, adornar, abandonar, cuidar y lastimar el propio cuerpo. Y el teatro de la violencia ejercido ahora desde el débil, como una forma de abrir espacios de negociación, de romper la negación en que se encuentran, de recordar que, a pesar de todo, siguen siendo personas. Referencias bibliográficas Becker, H. (1971). Los extraños. Sociología de la desviación. Buenos Aires: Editorial Tiempo Contemporáneo.

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Ranking U-Sapiens

Enfoque histórico

2011-2

Por Sapiens Research Group

Resumen Objetivos: (1) publicar la cuarta versión de las mejores instituciones de educación superior colombianas según indicadores de investigación; (2) mostrar a través de mapas el avance regional que han tenido las IES clasificadas, y el que han tenido las IES privadas y oficiales; (3) enseñar a través de gráficos los puntajes promedios que han tenido las regiones con más de una IES clasificada, y el número y porcentaje de IES por sector y carácter educativo; y (4) presentar una tabla comparativa con los últimos resultados del Ranking U-Sapiens frente a otras clasificaciones. ¶ Alcance en tiempo, actores y variables: el análisis abordó el primer semestre de 2011 sobre todas y cada una de las IES activas en ese periodo con revistas indexadas en Publindex, con maestrías y doctorados (aprobados, que pueden ser ofertados y recibir estudiantes según el Ministerio de Educación Nacional), y con grupos de investigación categorizados por Colciencias. ¶ La metodología aplicada es la misma que se usó desde el primer reporte. Lo único que cambia es el peso de las variables α, β, γ. Palabras clave: grupos de investigación, instituciones de educación superior, Ranking U-Sapiens Cítese así: Sapiens Research Group (2012). Ranking U-Sapiens 2011-2. Boletín Científico Sapiens Research, 2(2), 90-98.

Introducción El Ranking U-Sapiens, clasificación de IES colombianas según indicadores de investigación, no es un fin por sí mismo; es un medio por el cual las IES, los investigadores, los bachilleres, los universitarios, los investigadores y la sociedad en general pueden conocer cuál es el comportamiento de las IES, por sedes principales y seccionales, en términos de investigación. El Ranking U-Sapiens en una investigación que, semestre a semestre, analiza los datos y la información que publica SNIES-MEN, Grupos-ScienTI-Colciencias y Publindex-Colciencias. Además, es la única clasificación enfocada en investigación, cuyos resultados pueden ser comparados intersemestralmente, puesto que el modelo aplicado no ha sido cambiado, como sí ha ocurrido con otras clasificaciones. Esta investigación no solo ha publicado sus resultados por sí solos, sino que sus puntajes se han correlacionado con datos derivados de otros tipos de variables, como número de profesores, de alumnos, de programas de pregrado, de años de fundación, de becarios Colciencias-Colfuturo, de proyectos de investigación aprobados y financiados, y valores como gastos en personal administrativo e ingresos operacionales anuales, entre otros. Dichos análisis han llevado a esta investigación a considerarse entre los interesados y los medios de comunicación como un indicador de reputación y prestigio transparente y confiable, como una medida de autoevaluación para las IES, lo cual les ha permitido compararse entre sí mismas, diseñar planes enfocados en investigación, mejorar sus gestiones frente a las variables analizadas y mucho más. Por otra parte, Sapiens Research Group ha diseñado y publicado otro tipo de indicadores, como la Huella de Producción Científica U-Sapiens, el Factor de Impacto U-Sapiens y el Ranking Grup-Sapiens. Estos tres indicadores son y serán dados a conocer anualmente, en el segundo semestre, a través del Boletín Científico Sapiens Research, revista indexada en varios sistemas de América, Europa y Asia. El Ranking U-Sapiens no pretende competir con otras clasificaciones, ni mucho menos confundir a quienes consultan este tipo de referentes. Cada clasificación tiene un enfoque y un modelo con el que analizan y publican resultados, y cada uno es totalmente diferente. En ese sentido, hay uno centrado en datos que arroja la Internet, otro que analiza los datos de revistas y artículos de investigación en un sistema de indexación y resumen, y otro derivado de datos que arrojan encuestas que responden las mismas universidades.

¿Por qué se publican los resultados por sedes principales y sedes seccionales, y no como si fuera solo una universidad? Esta es una pregunta muy importante, que se han hecho muchas personas, incluso líderes de las mismas universidades. A la gran mayoría de personas les ha parecido muy pertinente que se haga de esta manera, porque pueden enterarse sobre la dinámica de una sede en particular. Otras lo han visto de otra manera, y han pensado que si se publicara por universidades, cada una tendría un mayor puntaje y, por ende, mayor posición. Esa es una perspectiva plausible, pero que no contribuye mucho a quien esté interesado en aplicar a una IES de una ciudad en particular o a quien quiera comparar la dinámica de una IES por región. Por otra parte, existen otros argumentos externos que refuerzan la decisión de analizar las IES por sedes, y son precisamente las instituciones que publican los datos y la información que se usan para esta investigación. El MEN, por ejemplo, cuando aprueba un nuevo programa de posgrado (maestría-doctorado), lo hace para una sede específica, que tiene un código específico, que está en una ciudad en particular; no lo hace para todas las sedes de la universidad en el territorio colombiano. Es por esta razón que SNIES permite conocer el tipo y número de maestrías y doctorados por sede. Lo mismo sucede con los grupos de investigación. La gran mayoría de IES, en la plataforma ScienTI, han colocado sus grupos de investigación por sedes. Ejemplo de ello son la Universidad Santo Tomás, Universidad Libre de Colombia, Pontificia Universidad Javeriana, Universidad Simón Bolívar, entre otras. Y esto mismo deberían hacer todas las IES, porque cada sede tiene sus propios grupos y dinámica investigativa. Finalmente, cada revista es editada desde una sede particular de una ciudad, y eso se ve claramente en Publindex. Por lo tanto, el Ranking U-Sapiens es la única clasificación que muestra la realidad de cada IES por sede, en términos de investigación, que es lo que requiere el país.

http://www.sapiensresearch.org/ http://issuu.com/sapiens-research http://www.facebook.com/pages/Boletin-Cientifico-Sapiens-Research/181844285178334 90/98


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Si la clasificación se enfoca en variables de investigación, ¿qué repercute más: la calidad o la cantidad? Definitivamente ambas, aunque la primera es la más importante. El Ranking U-Sapiens no mide calidad, pero sí lo hacen las instituciones desde donde se capturan y analizan los datos. ¿Qué se requiere para que una revista quede indexada en Publindex? En síntesis: que cumpla con varios criterios, principalmente de calidad, y eso lo saben perfectamente los editores y las universidades. ¿Qué se requiere para que un grupo de investigación quede categorizado por Colciencias? Básicamente, que cumpla con varios criterios, entre los que se pueden contar como más importantes los productos de investigación. ¿Qué se requiere para que el MEN apruebe un programa de maestría o doctorado? Lo mismo o incluso mucho más que lo que exigen los dos anteriores: muchísima calidad reflejada en la trayectoria, recursos humanos y resultados alcanzados. Sin calidad y todo lo que ello implica, una IES no podrá tener jamás una revista indexada, un grupo categorizado, o una maestría-doctorado aprobada. Por supuesto, lo que se ha podido corroborar es que una IES que investiga es una que muestra frutos, cada vez mayores, por eso hay algunas universidades que, semestre a semestre, tienen más revistas indexadas, más grupos de investigación, y más programas de maestrías y doctorados. También se ha podido identificar, al correlacionar los puntajes con los datos de otras variables, como las antes mencionadas, es que una buena universidad en términos de investigación no es necesariamente la que tiene un campus grande, o muchos años de fundada, o muchos profesores, o buenos puntajes en pruebas de estado. Sin embargo, lo que sí es evidente en todos los análisis, por lo menos para las cinco primeras IES, es que también se destacan en otras clasificaciones en los primeros lugares. Eso quiere decir que no solamente se destacan en investigación, sino también en otro tipo de enfoques. Finalmente, la cantidad también cobra preponderancia, porque entre más revistas, grupos, y maestrías-doctorados, mayores puntajes. No obstante, hay algo importante para destacar, y es que hay IES que, aunque no son tan grandes como otras, por lo menos desde el punto de vista de cantidad de alumnos matriculados, tienen altos puntajes-posiciones. ¿Por qué? Sencillamente porque son muy proactivas en cuanto a investigación: no se conforman con una revista, ni con unos pocos grupos, ni unos tantos posgrados (maestrías-doctorados). Siguen escalando. No creen que han alcanzado la meta, sino que se fijan unas más altas, y las alcanzan.

Metodología La metodología no ha cambiado. A continuación se da una explicación sobre los indicadores abordados. Se contaron los programas de maestrías (M) y doctorados (D) aprobados, que pueden ser ofertados y recibir estudiantes según el MEN; luego los grupos de investigación de esas IES categorizados como D, C, B, A y A1 (de menor a mayor); y finalmente las revistas científicas de esas IES clasificadas como C, B, A2 y A1 (de menor a mayor). El total de grupos de investigación por categoría para cada IES se obtuvo desde el punto de vista relativo (no absoluto), puesto que un grupo de investigación puede ser avalado por más de una IES. Así las cosas, si un grupo está avalado, por ejemplo, por tres IES, a cada una le correspondería una tercera parte de ese grupo. Además, no se tuvieron en cuenta aquellas IES que aparecen «respaldando» un grupo, sin avalarlo. Los pasos a seguir son los siguientes: (1) A cada una de estas subdivisiones de los indicadores se les asignó un peso proporcional entre 0 y 1, según importancia y equitatividad, para ser multiplicado por el número total aplicado a cada subdivisión; (2) Se sumaron los resultados de la operación anterior por cada una de las subdivisiones de cada indicador; (3) A estos nuevos resultados se les dio un peso α, β, γ, que corresponde, de manera inversamente proporcional, a la participación de la sumatoria total de cada uno de los indicadores sobre el resultado total de sumar las sumatorias de los tres indicadores; y (4) Finalmente, se sumaron los resultados de cada indicador, a fin de que arrojara un puntaje para cada IES. RevI PosG GruP C B A2 A1 M D D C B A A1 C * 0,25 B * 0,5 A2 * 0,75 A1 * 1 M * 0,4 D*1 D * 0,2 C * 0,4 B * 0,6 A * 0,8 A1 * 1 (C*0,25 + B*0,5 + A2*0,75 + A1*1) (M*0,4 + D*1) (D*0,2 + C*0,4 + B*0,6 + A*0,8 + A1*1) (C*0,25 + B*0,5 + A2*0,75 + A1*1) * 0,α (M*0,4 + D*1) * 0,β (D*0,2 + C*0,4 + B*0,6 + A*0,8 + A1*1) * 0,γ [((C*0,25 + B*0,5 + A2*0,75 + A1*1) * 0,α) + ((M*0,4 + D*1) * 0,β) + ((D*0,2 + C*0,4 + B*0,6 + A*0,8 + A1*1) * 0,γ)]

(C*0,25 + B*0,5 + A2*0,75 + A1*1) = r (M*0,4 + D*1) = p (D*0,2 + C*0,4 + B*0,6 + A*0,8 + A1*1) = g r₁ + ... + rn = r´ p₁ + ... + pn = p´ g₁ + ... + gn = g´ r´ + p´ + g´ = T = 100 ((r´ * 100) / T)) + ((p´ * 100) / T)) + ((g´ * 100) / T)) = 100 R + P + G = 100 α = 100 - R β = 100 - P γ = 100 - G RevI PosG GruP

↔ Número de revistas indexadas en Publindex. Relación con investigación: se publican artículos derivados-relacionados con investigaciones nacionales e internacionales. Fuente: Publindex-Colciencias. ↔ Número de maestrías-doctorados aprobados, que pueden ser ofertados y recibir estudiantes. Relación con investigación: formación de investigadores y científicos. Fuente: SNIES-MEN. ↔ Número relativo de grupos de investigación categorizados por Colciencias. Relación con investigación: se formulan y desarrollan proyectos y actividades de investigación científico-tecnológicas. Fuente: Grupos-ScienTI-Colciencias.

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Enfoque histórico-regional

Breve análisis El mapa 1 muestra los 19 despartamentos (incluído Bogotá) que en 2010-1 tenían IES clasificadas en el Ranking U-Sapiens. La region Pácífica participa en un 100%; la Caribe, cerca de un 50%; la Andina; aproximadamente un 90%; la Orinoquía, un 40%; y la Amazonía, sin participación.

Mapa 1: Departamentos con IES clasificadas 2010-1

El mapa 2 enseña que se suma un departamento, Huila, para aumentar la participación de la región Andina en casi un 100%.

Mapa 2: Departamentos con IES clasificadas 2010-2

Para 2011-1 (ver mapa 3) un departamento deja de tener representación (Quindío), pero uno se añade para darle participación a la región Amazonía, Caquetá. Para el más reciente reporte (2011-2) se une Sucre, departamento con el cual se llega a 21, con representación en todas las regiones naturales del país. Así las cosas, cerca de la mitad del país tiene al menos una IES en el Ranking U-Sapiens; es decir, una IES con enfoque investigativo.

Mapa 3: Departamentos con IES clasificadas 2011-1

Mapa 4: Departamentos con IES clasificadas 2011-2

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Enfoque histórico-sectorial

Breve análisis Estos mapas muestran cómo ha sido el avance semestral del sector de IES por departamentos. El color amarillo representa los departamentos donde hay IES oficiales clasificadas en el Ranking U-Sapiens; el azul, donde hay IES privadas; y el verde, donde hay IES oficiales y privadas. El color azul del departamento de Cundinamarca se repite en los cuatro mapas, y quiere decir que solo hay una IES clasificada, que es del sector privado (Universidad de la Sabana). Mapa 5: Departamentos con IES por sector 2010-1

Mapa 6: Departamentos con IES por sector 2010-2

Para 2010-1 (ver mapa 5) son 11 los departamentos con IES oficiales; y 7, con IES oficiales y privadas. En 2010-2 el departamento del Tolima solo tiene representación de una IES oficial (ver mapa 6). Huila y Caquetá se suman a los departamentos con IES oficiales (ver mapa 7) en 2011-1, pero queda sin representación Quindío, situación que se mantiene. El mapa 8 muestra la situación más reciente: Bolívar, Boyacá y Risaralda pasan a ser verdes: con IES oficiales y privadas. Y se suma Sucre a los departamentos con IES exclusivamente oficiales.

Mapa 7: Departamentos con IES por sector 2011-1

Mapa 8: Departamentos con IES por sector 2011-2

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Enfoque histórico-regional (con más de una IES clasificada)

Gráfico 1: puntajes promedio semestrales de regiones con más de una IES y promedio de promedios regional (2010-1 a 2011-2)

Breve análisis: el gráfico 1 enseña cómo ha sido el avance de los promedios de las IES por región. Como se puede observar, solo 7 regiones han tenido presencia en los 4 reportes del Ranking U-Sapiens. Mientras que 2 son las que se han sumado en el último (Boyacá y Bolívar). Hay que destacar a Antioquia que, de 2010-1 a 2011-2, pasó de aportar 8 a tener 10 IES clasificadas (4 del sector oficial y 6, del privado), 7 de las cuales son de carácter académico universitario y 3, institucional universitario. Su promedio de promedios (17,8) está muy por encima de Bogotá (13,2). La Capital, que empezó con 23 IES y actualmente aporta 28, ocupa el segundo mejor promedio de promedios. Valle del Cauca está un poco por debajo, con 11,1, dato derivado de 7 IES, que siempre han participado.

Gráfico 2: número y porcentaje de IES según carácter académico por semestre

Breve análisis: es importante resaltar que desde el sector privado (P) y oficial (O) hay distintos caracteres académicos: unas son universidades (U) y otras, instituciones universitarias (IU). Actualmente en Colombia (2012-2) hay 53 U, entre sedes principales y sedes seccionales (SPS) y 28 IU (también reconocidas como escuelas tecnológicas) del sector O. Y 77 U (también entre SPS) y 92 IU del sector P. Eso quiere decir que actualmente cerca del 52% de las U (entre SPS) están clasificadas; y aproximadamente un 7% de las IU. Las que más han crecido en participación son las IUO: de 1 a 4; y las que menos, las UO: de 25 a 27. La diferencia que hay en participación entre privadas y oficinales en los 4 reportes ha estado entre 10 y 14 IES más del sector privado.

Invitación a rectores, vicerrectores, y analistas de la universidad en Colombia y el rol de la investigación para que sean los próximos columnistas del Ranking U-Sapiens 2012-1 Sapiens Research Group siempre ha estado interesado en publicar opiniones de líderes académicos y científicos frente a la investigación en Colombia desde un enfoque que nutra y complemente los reportes del Ranking USapiens publicados en el Boletín Científicos Sapiens Research. Las opiniones más pertinentes se podrán leer en la web, sección Columnistas invitados, en la versión digital de la revista y en el reporte 2012-1 (PDF), que saldrá a finales de enero de 2013. Solo dé a conocer su interés a través de Contáctenos o escriba al correo: editor@sapiensresearch.org Quienes estén interesados en conocer los resultados de los reportes anteriores del Ranking U-Sapiens pueden usar estos hipervínculos: (2010-1: pdf), (2010-2: pdf), (2011-1: pdf), (2010-1 a 2011-1: excel); y del Ranking Grup-Sapiens: (2010: pdf) y (2010: excel).

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Sello-botón de certificación a universidades Sapiens Research Group invita a las 76 instituciones de educación superior clasificadas en el Ranking USapiens 2011-2 a que soliciten a través de Contáctenos la expedición de su sello-botón de certificación, que pueden usar en sus portales web y papelería. Este sello-botón de reputación y prestigio, que se entrega a solicitud de las IES interesadas, se envía con una URL exclusiva de nuestra web. Las IES podrán colocarán este sello-botón en su portal web y los navegantes que den clic allí serán redireccionados a nuestro portal. Allí, en esa subpágina, estarán publicados los 9 indicadores de evaluación (los que apliquen) de las versiones 2010-1, 2010-2, 2011-1, 2011-2: (1) Puesto, (2) Puntaje, (3) Cuartil, (4) FIUS (Factor de Impacto U-Sapiens), (5) RevI (revistas indexadas en Publindex), (6) PosG (maestrías y doctorados activos según el Ministerio de Educación Nacional), (7) GruP (Grupos de investigación categorizados por Colciencias), (8) Huella promedio de producción científica de todos sus grupos categorizados, y (9) Producción promedio de artículos publicados en revistas científicas de todos sus grupos categorizados. También hará parte de ello algunas imágenes, un video, un mapa activo de Google Maps y unos textos sucintos que resumen la gestión académica-investigativa de la institución, recursos e información que son proporcionados por las mismas IES.

En esta URL se puede ver un ejemplo de la primera IES que adquirió su sello-botón desde 2010-2: Clic aquí Y en este otra se puede observar cómo lo colocaron en su web: Clic aquí Estos datos e información permitirán que los cientos de miles de interesados en Colombia y el mundo se enteren sobre la evolución de dichas universidades en términos de investigación. A su vez, es una radiografía de autoevaluación que le ayudará a las IES a diagnosticar más profundamente su ejercicio investigativo, compararse con sus homólogas y proponerse alcanzar mayores metas.

Este sello-botón certifica lo siguiente:

(1) La fecha en que se expide (2012-2 semestre) y la fecha a la que aplica y es vigente (2011-2 semestre); (2) la IES y la ciudad a la que aplica la sede (sea principal o seccional); (3) el puesto entre las clasificadas (ejemplo: 10 entre 76) y analizadas, incluidas seccionales y principales (ejemplo: 10 entre 250); (4) el puntaje; y (5) el cuartil

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Ranking U-Sapiens

2011-2

Por Sapiens Research Group RK-11-2

Q

Instituciones de Educación Superior

Regiones

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47

Q1 Q1 Q1-2 Q2 Q2 Q2 Q2 Q2 Q2 Q2-3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3 Q3-4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4

(UO) Universidad Nacional de Colombia (UO) Universidad de Antioquia - (UDEA) (UP) Universidad de los Andes (UO) Universidad del Valle (UP) Pontificia Universidad Javeriana (UO) Universidad Nacional de Colombia (UP) Fundación Universidad del Norte (UO) Universidad Industrial de Santander (UIS) (UP) Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) (UO) Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) (UO) Universidad de Caldas (UO) Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) (UO) Universidad de Cartagena (UP) Universidad Externado de Colombia (UO) Universidad Distrital Francisco José de Caldas (UO) Universidad del Cauca (UP) Universidad del Rosario (UP) Universidad Santo Tomás (UP) Universidad EAFIT (UP) Universidad de la Sabana (UO) Universidad del Atlántico (UP) Universidad de la Salle (UP) Universidad de Medellín (UO) Universidad Pedagógica Nacional (UO) Universidad Militar Nueva Granada (UP) Universidad Libre (UO) Universidad del Magdalena (UP) Universidad de Manizales (UP) Universidad el Bosque (UP) Universidad CES (UO) Universidad de Córdoba (UO) Universidad del Tolima (UP) Universidad Simón Bolívar (UO) Universidad de Pamplona (UO) Universidad Nacional de Colombia (UP) Universidad Libre (UP) Universidad Autónoma de Bucaramanga (UP) Pontificia Universidad Javeriana (UO) Universidad de Nariño (UO) Universidad Surcolombiana (USCO) (UP) Universidad Sergio Arboleda (UP) Universidad Autónoma de Occidente (UP) Universidad Tecnológica de Bolívar (UP) Universidad ICESI (UP) Universidad Católica de Colombia (UP) Fundación Universidad Central (UP) Universidad de San Buenaventura

Bogotá Antioquia Bogotá Valle del Cauca Bogotá Antioquia Atlántico Santander Antioquia Boyacá Caldas Risaralda Bolívar Bogotá Bogotá Cauca Bogotá Bogotá Antioquia Cundinamarca Atlántico Bogotá Antioquia Bogotá Bogotá Valle del Cauca Magdalena Caldas Bogotá Antioquia Córdoba Tolima Atlántico Norte de Santander Valle del Cauca Bogotá Santander Valle del Cauca Nariño Huila Bogotá Valle del Cauca Bolívar Valle del Cauca Bogotá Bogotá Bogotá

Puntajes (11-2) 122,259 75,211 48,177 47,682 46,832 39,285 28,818 27,650 21,518 20,837 20,644 20,044 17,462 17,337 16,764 16,546 16,322 15,875 14,406 13,363 12,257 12,048 11,929 11,718 9,207 8,995 8,850 8,771 8,312 8,112 8,054 8,048 7,906 7,881 7,838 6,923 6,672 6,666 6,624 6,591 5,862 5,644 5,478 4,775 4,713 4,598 4,378

Posiciones

(11-1) 126,75 67,57 42,08 45,23 44,65 39,31 26,03 24,19 16,16 16,82 18,28 19,20 15,14 14,89 15,23 15,93 15,04 13,41 13,26 11,85 9,81 10,53 9,79 9,80 8,47 7,39 8,57 8,23 7,02 6,33 8,04 6,40 7,03 7,78 7,61 5,93 5,68 5,60 6,80 5,79 4,72 5,15

(10-2) 114,71 72,49 43,32 46,74 42,96 38,35 24,86 25,06 19,21 18,31 20,78 20,87 16,32 16,02 15,32 21,26 15,85 14,80 13,90 11,93 10,97 10,63 10,62 11,38 7,93 8,07 8,76 8,50 7,11 7,29 8,79 7,45 7,39 7,91 7,36 6,32 6,60 6,51 4,56 5,91 5,50 5,49

(10-1) 110,1 59,3 35,6 38,1 37,1 32,7 20,0 20,6 14,8 14,3 15,4 15,9 11,6 11,2 11,6 14,6 10,5 8,6 10,9 8,3 7,7 7,2 5,2 10,6 7,4 6,6 7,2 6,4 5,4 5,2 7,3 6,3 5,6 7,0 6,3 4,8 4,9 4,9 4,6

4,70 4,24 4,10 3,99

4,70 4,38 3,79

(10-2) 1 2 4 3 5 6 8 7 12 13 11 10 14 15 17 9 16 18 19 20 22 23 24 21 29 28 26 27 35 34 25 31 32 30 33 38 36 37 44 40 41 42

(10-1) 1 2 5 3 4 6 8 7 11 13 10 9 15 16 14 12 19 20 17 21 22 27 37 18 23 29 26 30 35 36 25 32 34 28 31 40 38 39 41

3,6 4,1

(11-1) 1 2 5 3 4 6 7 8 12 11 10 9 15 17 14 13 16 18 19 20 22 21 24 23 26 31 25 27 33 36 28 35 32 29 30 37 39 40 34 38 42 41

3,4 4,4 3,7 2,5

43 44 45 46

43 45

48 42 46 50

49

47 44

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Sapiens Research Sapiens Research Group

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RK-11-2

Q

48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76

Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4 Q4

Instituciones de Educación Superior

Regiones

(UP) Universidad Antonio Nariño (UO) Universidad de los Llanos (UP) Universidad EAN (UP) Universidad Cooperativa de Colombia (UO) Universidad de la Amazonía (IO) Universidad de Sucre (UP) Universidad Autónoma del Caribe (UP) Universidad de San Buenaventura (UP) Universidad de San Buenaventura (UO) Universidad Tecnológica del Chocó (UP) Universidad Santo Tomás (UP) Universidad Libre (UO) Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) (IUP) Escuela de Ingeniería de Antioquia (IUO) Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid (UP) Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA) (IUO) Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM) (IUP) Fundación Universitaria Konrad Lorenz (UO) Universidad Francisco de Paula Santander

Bogotá Meta Bogotá Bogotá Caquetá Sucre Atlántico Antioquia Valle del Cauca Chocó Santander Atlántico Bogotá Antioquia Antioquia Bogotá Antioquia Bogotá Norte de Santander

(UP) Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) (UP) Fundación Universidad Autónoma de Colombia (UP) Universidad Católica de Pereira (UP) Universidad Santo Tomás (IUP) Escuela Colombiana de Ingeniería (IUO) Dirección Nacional de Escuelas (PNC) (UP) Corporación Universidad Piloto de Colombia (UP) Universidad Católica de Manizales (IUO) Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) (IUP) Politécnico Grancolombiano

Santander Bogotá Risaralda Boyacá Bogotá Bogotá Bogotá Caldas Bogotá Bogotá

Puntajes (11-2) 4,258 4,173 4,021 3,820 3,751 3,647 3,587 3,505 3,469 3,363 3,114 3,110 3,031 2,860 2,780 2,757 2,562 2,379 2,333 2,264 2,173 2,015 1,978 1,955 1,804 1,781 1,598 1,441 1,407

Posiciones

(11-1) 3,78 3,50 3,94 3,09 2,76

(10-2) 3,87 3,91 4,24 2,69

2,37 2,67 2,83 3,19 2,56

3,30 3,43 3,41 3,25 2,37

2,66 2,51

2,48 2,55

2,36 2,47 2,07 1,93 1,57 2,29

2,41 2,50 2,39 1,97 1,77 2,34

1,58 1,78 1,70 0,98 1,40

1,61 1,77 1,73 0,99 1,58

(10-1) 4,0 2,2 1,5 2,3

(11-1) 48 49 47 51 53

(10-2) 48 47 46 54

(10-1) 45 55 59 52

2,2 3,0 1,8

59 54 52 50 56

52 50 51 53 60

54 49 58

1,5

55 57

57 55

60

60 58 62 63 67 61

58 56 59 62 63 61

66 64 65 69 68

66 64 65 68 67

2,0 1,1 2,4 2,1 1,4

1,2 0,7

57 63 51 56 61

62 64

Pesos: α= 0,916; β= 0,740; γ= 0,344 Ingresan: Universidad Tecnológica de Bolívar (puesto 43); Universidad de Sucre (53); Universidad Libre – Atlántico (59); Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid (62); Universidad Católica de Pereira (69); Universidad Santo Tomás – Boyacá (70); y Politécnico Gran Colombiano (76). En total 7, dato que supera las que han ingresado en anteriores reportes.

Ingresan a las 10 mejores: Universidad Pontificia Bolivariana – Antioquia (puesto 9); y Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (10). Bajaron: Universidad Tecnológica de Pereira (puesto 12) y Universidad de Caldas (11). Para resaltar: La Universidad de los Andes pasó del puesto 5 al 3, para ser la mejor universidad privada del país.

Movimientos más importantes: Las que más subieron fueron Universidad Libre – Valle del Cauca (31→26); Universidad CES (36→30); y Universidad Autónoma del Caribe (59→54). Y las que más descendieron: Escuela Superior de Administración Pública ESAP (68→75); Corporación Universidad Piloto de Colombia (65→73); Dirección Nacional de Escuelas (64→72).

Sugerencias: Hay algunas IES que todavía no hacen parte del Ranking U-Sapiens porque no cumplen con los tres indicadores básicos (revistas indexadas en Publindex, maestrías-doctorados activos aprobados por el MEN, y grupos categorizados por Colciencias). Hay varias que tienen dos de tres, y solo requieren de un poco más de esfuerzo estratégico para clasificar. Al ver estas condiciones, lo que sugerimos es que mejoren los contenidos y gestión de sus revistas para que puedan ser indexados en Publindex; pero también que formen grupos de investigación y los propongan a Colciencias; y que se apropien de la investigación como un área fundamental en la formación y madurez científica de sus alumnos. Ello desarrollará las bases para la creación de maestrías y doctorados. También es importante que las IES, en sus sedes seccionales, motiven la creación de revistas, y no tanto para que hagan parte de esta clasificación, sino porque es un compromiso casi ineludible con la sociedad disponer de nuevos espacios para que se visibilicen los resultados de investigaciones nacionales y de otros países. Repetimos: el Ranking U-Sapiens no es un fin por sí mismo, sino un medio que aporta, promueve y motiva el interés por la investigación en Colombia.

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Comparación con otras clasificaciones Para Sapiens Research Group es muy importante tener presente otras clasificaciones con el fin de ampliar el panorama de los lectores y mostrarles la dinámica desde otro enfoque. En la tabla de abajo se pueden observar las posiciones del Ranking U-Sapiens 2011-2 y 2011-1 frente a las posiciones de las últimas dos versiones de las otras clasificaciones, discriminadas por Latinoamérica (LA) y Colombia. Webometrix Scimago QS Colombia LA Colombia LA Colombia LA Hoy Antes Hoy Antes Hoy Antes Hoy Antes Hoy Antes Hoy Antes Hoy Antes Universidad Nacional de Colombia (Bogotá) 1 1 1 1 13 13 1 1 22 25 2 2 12 9 Universidad de Antioquia 2 2 2 2 29 29 2 2 37 37 4 4 26 27 Universidad de Los Andes 3 5 3 3 43 30 3 3 46 56 1 1 6 6 Universidad del Valle 4 3 4 4 45 49 4 4 63 65 5 5 44 54 Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá) 5 4 5 5 50 52 5 5 85 92 3 3 23 23 IES

U-Sapiens

El Ranking U-Sapiens tuvo tres movimientos en sus primeras cinco posiciones: La Universidad del Valle pasó de la posición 3 a la 4; y la Pontificia Universidad Javeriana pasó de la 4 a la 5; y la Universidad de los Andes de la 5 a la 3. Con estas posiciones, el Ranking U-Sapiens concuerda exactamente con las IES y posiciones de las clasificaciones Webometrix y Scimago. ¿Eso qué quiere decir? Primero que todo, no es una validación de los datos del Ranking U-Sapiens, porque se derivan de datos, enfoques y modelos totalmente diferentes. Sin embargo, lo que sí se puede afirmar sin margen de error es que estas cinco universidades están haciendo grandes esfuerzos en investigación, en tener sus productos en la web, en aumentar sus producciones científicas y su gestión universitaria. Finalmente, frente a la clasificación QS, aunque no concuerda ninguna de las posiciones, es válido rescatar que siguen siendo las mismas universidades. Todo esto indica, desde distintos ángulos, que son las mejores universidades del país.

Socializaciones y capacitaciones Sapiens Research Group ha socializado con investigadores, estudiantes y líderes de instituciones de educación superior públicas y privadas de Bogotá y otras regiones del país sus investigaciones y resultados. A su vez, ha impartido cursos y talleres a grupos de investigadores y profesores de instituciones de educación media y superior de distintas ciudades. Los temas de nuestro interés tienen que ver con mejores prácticas editoriales; construcción de artículos de investigación publicables; desarrollo de revistas de investigación indexables; dinámica de equipos editoriales; mejores prácticas investigativas; edición, ortografía y netiqueta; y todos los temas abordados por el Ranking U-Sapiens. Las instituciones de educación (media-superior), empresas y comunidad en general que estén interesados en nuestros servicios los invitamos a que se comuniquen con nosotros a través de Contáctenos en nuestra web.

Llamado a la paz y al respeto Todos los días escuchamos que en nuestro hermoso país ocurren cosas que son impensables, que nos horrorizan y repudian. Nos hacemos daño unos a otros, pese a ser hermanos de patria. Buscamos hacerles daño a los demás, sin darnos cuenta que, tarde o temprano, los frutos de esas acciones y palabras serán saboreados por nosotros mismos. Debemos parar, reflexionar y tomar la decisión de aportar un grano de arena a la paz que necesitamos todos como habitantes de Colombia. En artículos de diarios de distintas regiones, en foros, columnas de opinión, y muchos más canales se han escuchado palabras disociadoras, calentadas por emociones y sentimientos egoístas. Son palabras cuyas raíces se fundan en tierra poco fértil. La razón de lo anterior nace de la preocupación de leer y escuchar que periodistas, líderes de universidades, investigadores y demás personas señalan sin razón a su prójimo de hacer y decir cosas que comprometen su ejercicio laboral o investigativo. Todo esto lo que acarrea son brechas entre la sociedad académica y el pueblo colombiano. No tenemos que seguir acusando que uno u otro hace o no hace mejor las cosas, sin mirarnos al espejo y darnos cuenta de todas las cosas que necesitamos mejorar. Debemos seguir aportando al país ideas que lo construyan desde nuestra responsabilidad y talentos. No sigamos enlodando la cancha. Cada palabra se puede volver en una espada para ejercer la violencia o una cruz para promulgar la paz. El Ranking U-Sapiens es una herramienta, no un arma para que se agredan entre estudiantes o egresados al decir que su universidad es mejor que otra. El Ranking U-Sapiens no es un fin, es un medio, que puede ser usado por las universidades y los interesados para conocer la dinámica investigativa de cada universidad. El solo hecho de que una universidad esté en esta clasificación es un gran logro, que no quiere decir para nada que las que no estén clasificadas no estén esforzándose por hacer sus ejercicios investigativos de manera responsable y comprometida; más temprano que tarde llegarán a ocupar un puesto, cuyo significado crece desde el ángulo que se mire. Sapiens Research Group y el Boletín Científico Sapiens Research hacen un llamado cordial a todos los interesados por esta clasificación a que la usen de manera responsable, porque son muchas las aseveraciones que se han hecho a favor y en contra sobre argumentos que no tienen solidez, por cuanto no se han tomado el tiempo de analizar las variables, el modelo, el enfoque de calidad y cantidad. Como grupo de investigación seguiremos aportándole al país a través de nuestros estudios, que son totalmente transparentes, jamás sesgados, bajo datos e información derivada de las instituciones que consideramos como ejemplo y líderes en la búsqueda de mejorar la educación de nuestro país. Finalmente, puesto que estamos llamados a la reconciliación, enviamos un sincero mensaje de paz y amistad a todas aquellas personas que, sin saberlo, en vez de entregar paz, han aportado más fuego cruzado donde solo debe haber entendimiento, respeto y amor.

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Índice: artículos y autores anteriores Volumen 1 Número 1, enero-junio 2011 Interés general Ranking U-Sapiens Colombia 2010 (1 semestre) Carlos-Roberto Peña-Barrera Billetes= Dos mil guaraníes: Adela y Celsa Speratti Margarita Durán Estragó Diálogos= Gastronomía/Astronomía Elena Regis y Nicola Caon Profes= El ser y el saber, apuntes para una reflexión sobre la labor del maestro Ezequiel Dellutri Entrevista-e= Editor revista Bitácora Urbano-Territorial Carlos-Alberto Torres-Tovar Diáspora-i= Doctorando en Alemania Jorge-Arturo Fernández-Silva Interés científico Psique= La inclusión educativa, la necesidad de transformación antes nuevas realidades José-Antonio Torres-González Sociologando= Cuestiones “metodológicas, opiniones de los alumnos de la carrera de sociología Angélica De Sena Volumen 1 Número 2, julio-diciembre 2011 Interés general Reflexiones= Borges y la ceguera Salvador Dellutri Billetes = Cinco Bolivianos: Adela Zamudio, ausente pero no perdida Dora Cajías Diálogos = Incendios/Microorganismos Roque Álvez y Hortensia Silla Ranking U-Sapiens Colombia 2010_2 Carlos-Roberto Peña-Barrera U-Sapiens Ranking Colombia 2010_2 Carlos-Roberto Peña-Barrera Interés científico Latín-A= Jóvenes indígenas (kichwa-otavalos) entre etnicidad, clase y género Daniela-Alexandra Célleri-Endara Latín-A= Transnacionalización e informalidad en las políticas de «rescate» en el centro histórico de Ciudad de México Frank Müller Latín-A= «Dios tenía miedo» de la conformación de la identidad actual salvadoreña Vanessa Núñez-Handal Latín-A= Supremacía y lealtad en los conflictos por la supremacía regional en América del Sur Corinna Walter Psique= Trabajando contra la violencia de sexo/género Marcela González-Barrientos Psique= Fenomenología de la violencia Inmaculada Jauregui-Balenciaga y Pablo Méndez-Gallo Sociologando= El hambre como punto de origen y de llegada de las políticas alimentarias vigentes María-Eugenia Boito y Juliana Huergo

Sociologando= Respuestas estatales en torno a la alimentación y al cuidado: los casos de los Programas de Transferencia Condicionadas de Ingreso y el Plan de Seguridad Alimentaria en Argentina Pilar Arcidiácono, Laura Pautassi y Carla Zibecchi Sociologando= Reflexiones sobre las nuevas formas del hambre en el siglo XXI: la obesidad de la escasez Patricia Aguirre Sociologando= Hambre individual, subjetivo y social (reflexiones alrededor de las aristas límite del cuerpo) Adrián Scribano y Martin Eynard Sociologando= A fome como tabu e a luta de Josué de Castro Luitgarde Oliveira-Cavalcanti Urbis= O programa Morar Carioca e a urbanização de favelas da cidade do Rio de Janeiro Gerônimo Leitão y Jonas Delecave Urbis= Hacia el urbanismo social Yuiza Martínez-Rivera Urbis= La ciudad contemporánea, ¿una polis sin política? Etienne Helmer Volumen 2 Número 1, enero-junio 2012 Interés general Entrevista-e= Editor jefe de la revista Ciencias de la Información Manuel-Paulino Linares-Herrera Corresponsales= Hampstead Heath, un lugar para ti César Álvarez-González Interés científico Latín-A= Emociones y desastres Anna-María Fernández-Poncela Latín-A= El cambio de paradigma: de la atención de desastres a la gestión del riesgo Gisela-Irene Gellert-de Pinto Lógyca= Mitos y sofismas de la cultura científica en la sociedad posmoderna Nelson-Leonardo Falcon-Veloz Lógyca= Pensamiento crítico para el uso diario Mónica Rodríguez Psique= Modelo de gestión por competencias aplicado al proceso de capacitación en una institución de salud pública de la quinta región de Chile Selma-Cyntia Segovia-Díaz Psique= Los avatares de la pre-adolescencia: conflictos y propuestas para su transición María de los Ángeles Correa-Tapia Sociologando= Configuraciones sociales y teoría social Flabián-Héctor-José Nievas Sociologando= Jóvenes contemporáneos: entre el trabajo emocional y estético en el mundo corporativo Liuba Kogan-Cogan Sociologando= ¿É possível ver de lugar nenhum? Sobre o ponto de vista sociológico Patrício-Vitorino Langa Sofando= Una cartografía de la enseñanza de la filosofía en territorio argentino Adriana Barrionuevo Sofando= Las condiciones de un pensar situado Ariela Battán-Horenstein Urbis= “Ser” habitante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (experiencias y procesos de una ciudad en transformación) Paula-Cecilia Rosa

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Biodatos: autores actuales Anna Fagot. Interne en psychiatrie (Faculte de Medecine de Marseille). Se desempeña como psiquiatra del Assistance Publique des Hôpitaux de Marseille. Sus líneas de investigación son: Thèse de médecine en cours d’écriture sur les liens entre théâtre et psychiatrie. Sus últimas publicaciones son: Se nourrir en hôpital psychiatrique: une enquête ethnographique autour de repas institués, d’une cafétéria, et d’autres festins (2010, non publié); L’accès aux vécus pré-réflexifs. Quelles perspectives pour la médecine en général et la psychiatrie en particulier? (2012, coauteure avec C. Balzani, J.A. Micoulaud Franchi, N Yunez, A-S Mariaud, C.Y.Chen, C. Maury Rouan, M. L. MartinSentinelli, J. Naudin, J. Vion-Dury). Claudio Martyniuk. Doctor en Filosofía del Derecho (Universidad de Buenos Aires - UBA). Investigador del Instituto de Investigaciones Gino Germani (UBA) y director del proyecto de investigación “Cuerpos insumisos y paradigma crítico. Distancia y proximidad en el hilo del conocimiento al reconocimiento: memoria, testimonio y representación”; profesor de Epistemología de las Ciencias Sociales (Facultad de Ciencias Sociales, UBA); dicta los cursos “Estética y Normatividad” y “De Auschwitz a la Esma. La Filosofía ante los exterminios” (Facultad de Derecho, UBA); y ensayista. Algunas de sus publicaciones son: Esma. Fenomenología de la desaparición (Buenos Aires, Editorial Prometeo, 2004); Sobre la norma del gusto, la normatividad del arte y la narración de la justicia (México D.F., Ediciones Coyoacán, 2006); y Jirones de piel, ágape insumiso. Epistemología, estética y normatividad (Buenos Aires, Editorial Prometeo, 2011).

ciudad de Córdoba (2012); Entre sectores, calles y casas. Una etnografía sobre las relaciones sociales de jóvenes “en conflicto con la ley” (2009). Ilionor Louis. Doctor en Sociología (Universidad de Montreal). Se desempeña como profesor (Universidad estatal de Haití). Sus líneas de investigación son: vivienda popular, desigualdades sociales y discriminación territorial. Algunas de sus publicaciones son: Réciprocité, instrumentalisation, reconaissance (2011); y Le reflet du miroir (2010).

Irene-Alejandra Cabrera-Nossa. Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales (Universidad Externado de Colombia - UEC) y Especialista en Análisis Espacial (Universidad Nacional de Colombia). Se desempeña como docente investigadora de la UEC. Sus líneas de investigación son: Conflictos armados en zonas de frontera y la seguridad privada (mercenarios, compañías militares y de seguridad privada). Algunas de sus publicaciones son: Private Military and Security Companies’ situations in a ‘Host State’. The case of Colombia (2012); y Fronteras en medio de conflictos prolongados: análisis a partir de los casos de Afganistán, Colombia y República Democrática del Congo (2011). Johanna Haddock. Diseñadora de interiores (Escuela de Artes y Letras). Se desempeña como periodista, real state y profesora de baile.

Claudio-Alejandro Reyes-Lozano. Magister en Psicoanálisis (Universidad de Buenos Aires). Se desempeña como profesor-docente de la Escuela de Psicología de la Universidad Andrés Bello. Sus líneas de investigación son: investigación social como la investigación clínica que presente como marco de comprensión crítico el psicoanálisis.

Jonas Delecave. Arquiteto (Universidade Federal FluminenseUniversidade do Porto). Discente em arquitetura e urbanismo (Universidade Federal Fluminense), com interesses na área de teoria e história da arquitetura e do urbanismo. Últimas publicações: Identidade e subjetividade na obra de Fernando Távora: o segundo Pós-Guerra e a Quinta da Conceição (2011); Repercussões da exploração petrolífera sobre as transformações urbanas de Macaé (2011); Março de 1983: A guinada na relação estado/comunidades faveladas no Rio de Janeiro (2010).

Diana Aristizábal. Periodista e Historiadora (Universidad del Rosario); y candidata a magíster de Estudios Culturales (Universidad de los Andes). Se desempaña como investigadora de esta última universidad. Sus líneas de investigación son: Historia cultural-periodo Colonial (recepciones virreinales en la Nueva Granada); e historia de los juguetes y de la infancia (siglo XIX y XX). Algunas de sus publicaciones son: Poder y Distinción colonial: las fiestas del Virrey presente y el rey ausente. Nueva Granada (1780 -1800). Universidad del Rosario. Colección Ópera Prima (2011). Fuensanta Cerezo-Ramírez. Doctora en Psicología (Universidad de Murcia). Se desempeña como profesora titular de la misma universidad. Sus líneas de investigación son: acoso escolar; y familia y educación. Algunas de sus publicaciones son: Roles en la dinámica Bullying, actitud hacia la escuela y rendimiento académico en Estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria de la Región de Murcia (2011); y Tamaño de la fratría y victimización escolar (2012). Gerônimo Leitão. Doutor em Geografia (Universidade Federal do Rio de Janeiro). É professor adjunto e diretor (Escola de Arquitetura e Urbanismo da Universidade Federal Fluminense). Tem experiência profissional nos seguintes temas: projetos de habitação de interesse social e de regularização urbanística de assentamentos informais. Algumas publicações: Dos barracos de madeira aos prédios de quitinetes: Uma análise do processo de produção da moradia na favela da Rocinha, ao longo de cinqüenta anos (2009); O plano piloto para a Barra da Tijuca e Baixada de Jacarepaguá: intenções e realizações após três décadas (2004); O Eldorado urbano (1999). Graciela-María Tedesco. Doctora en Ciencias Sociales (Universidad Nacional de General Sarmiento e IDES). Se desempeña como integrante del núcleo de Antropología Social del Museo de Antropología (Universidad Nacional de Córdoba) y docente de las carreras de Antropología y de Comunicación Social de la misa universidad. Sus líneas de investigación son: violencia y vida urbana. Algunas de sus publicaciones son: Aquí es toda gente trabajadora. Experiencias cotidianas y memorias sobre el pasado reciente en un barrio de la

Josua-Óscar Aponte-Serrano. Filósofo (Universidad de Puerto Rico). Sus líneas de investigación son: filosofía política, ética y moral; y filosofía de la ciencia. Laura Solanilla-Demestre. Doctora en Sociedad de la Información y el Conocimiento (IN3: International Internet Institute). Se desempeña como directora académica del Máster interuniversitario en Gestión cultural; y profesora de los Estudios de Artes y Humanidades (Universitat Oberta de Catalunya). Sus líneas de investigación son: memoria, patrimonio e identidad; y memoria oral y patrimonio inmaterial. Algunas de sus publicaciones son: En primera persona: memòria oral, patrimoni inmaterial i Internet (2009); Tocar l’intangible. Fer recerca sobre questions de patrimoni immaterial a Internet (2009). Magela Cabrera-Arias. Arquitecta (Universidad de Panamá); y magister y candidata a doctora en Sociedad de la Información y el Conocimiento (Universitat Oberta de Catalunya). Se desempeña como investigadora asociada (Centro de Estudios Latinoamericano “Justo Arosemena”); y profesora titular (Universidad de Panamá). Sus líneas de investigación son: hábitat popular e informalidad urbana; y espacio público. Sus últimas publicaciones son: Espacio público y derecho a la ciudad (2012); Seguridad ciudadana, una responsabilidad compartida (2010); En busca de la ciudad sostenible (2011).

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Marcos-Agustín Cueva-Perús. Economista (Universidad Nacional Autónoma de México - UNAM) y magíster y doctor en Economía (Universite des Sciences Sociales de Grenoble). Se desempeña como investigador titular (UNAM). Sus líneas de investigación son: historia de las ideas; y América Latina (historia de las mentalidades). Algunas de sus publicaciones son: El culturalismo estadounidense (2000); y El Nuevo Mundo en la encrucijada (2007).

Óliver Silva. Ingeniero Electrónico (Universidad Nacional de Colombia); y magíster en Microwaves Engineer (Chalmers University of Technology CUT). Se desempeña como estudiante de doctorado (CUT). Sus líneas de investigación son: microwave power amplifiers; y satellite communications

Pablo-Andrés Ferrer-González. Psicólogo (Universidad Nacional Andrés Bello - UNAB); candidato a magíster en Psicología Clínica (Universidad de Chile). Se desempeña como ayudante de cátedra (UNAB). Sus líneas de investigación son: el trastorno de déficit atencional y su relación con la subjetividad; y el duelo en Jacques Lacan.

Vincent Girard. Doctor en Psiquiatría (Faculté de médecine de Marseille). Doctor del Assistance Publique des Hôpitaux de Marseille.

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Pautas: contribuciones y arbitraje Título: Puede ir en español o portugués (eventualmente en otro idioma) y debe tener su correspondiente traducción al inglés. Si el artículo es en inglés, debe traer su traducción al español. El título debe ser sucinto, específico, con sintaxis correcta y coherente. Debe evitarse en lo posible el uso de siglas y coma (,) o dos puntos (:). Autores: Los autores pueden ser máximo tres, se deben indicar los nombres y apellidos completos unidos por guión, año de nacimiento, país de origen, y correo electrónico personal o institucional. Resumen y abstract: Todo artículo debe acompañarse por un resumen y un abstract de máximo 250 palabras cada uno, en donde se indiquen los objetivos principales y el alcance de la investigación o reflexión, se describa el método o metodología empleada, se extracten los resultados más importantes, y se enuncien las conclusiones más relevantes. Palabras clave y key-words: Máximo 6, en orden alfabético, que correspondan a los tesauros o descriptores de UNESCO o ERIC. UNESCO: http://databases.unesco.org/thessp/ ERIC: http://www.eric.ed.gov/ERICWebPortal/thesaurus/thesaurus.jsp?_pageLabel=The saurus Introducción: En la introducción se deben presentar, de forma clara y sucinta, la naturaleza y el alcance del problema investigado (de la reflexión); los antecedentes sustentados con referencias bibliográficas pertinentes; el método o metodología; mencionar los resultados y las conclusiones más relevantes; y exponer cómo se desarrollará el artículo (partes y objetivos). (Método: “procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla” - RAE). (Metodología: “conjunto de métodos que se siguen en una investigación científica o en una exposición doctrinal” - RAE). Reflexión-exposición: Desarrollo detallado y claro del método o metodología usada y las razones por las cuales se escogió (si es necesario, con referencias bibliográficas), a fin de que el lector-investigador pueda aprehender lo reflexionado. Para ello se recomienda especificar también las premisas y argumentos que sustentan las conclusiones, las cuales, por supuesto, deben ser orientadoras de las ideas, pensamientos o nuevas visiones del suceso analizado-reflexionado. Esta parte puede dividirse en los subtítulos que se consideren necesarios. Conclusiones-discusión: Esta sección es para que el autor redacte, de la forma más sencilla, clara y sensata posible las relaciones y premisas existentes entre los hechos observadosreflexionados (es decir, lo que significan y aportan los resultados) y el campo en cuestión. Se recomienda presentarlos de manera sistemática, a fin de resumir las pruebas que respaldan cada conclusión, y señalar los aspectos no resueltos, las excepciones o las faltas de correlación. Referencias bibliográficas: Se guiarán por las normas APA. Se deben colocar los nombres completos y los dos primeros apellidos unidos por un guión.

Boshell-Lee, J. C. (2000). Pensamientos del mañana. Caracas: Universidad Nacional de la Libertad. Libro/dos y tres autores: Boshell-Lee, J. C., Torres-Menfis, I., y Cutavi-Arias, A. F. (2001). Más pensamientos y discrepancias. Buenos Aíres: Editorial Mancha Pura. Libro/más de tres autores: Se usa el primer autor y luego se escribe “y cols” (y colaboradores): Boshell-Lee, J. C., y cols. (2002). Muchos pensamientos sin discrepancias. Lima: Ediciones Quijote. Sección de libro: Boshell-Lee, J. C. (2003). Entre discrepancias y pensamientos. En C. A. Morales (Ed.), Los pensamientos de los aventureros (pp. 50-70). Montevideo, Uruguay: Júpiter Publicaciones. Artículo de revista: Boshell-Lee, J. C., y Torres-Menfis, I. (2004). Pensamientos sin sentido. Revista Ideas y Reflexiones, 4(1), 10-20. Presentaciones y conferencias Boshell-Lee, J. C., y Torres-Menfis, I. (2005). Pensamientos sin sentido. Trabajo presentado en el Seminario Internacional de Ideas Latinas, diciembre, Brasilia. Artículo de dominio público, base de datos libre o revista electrónica: Boshell-Lee, J. C. (2006, diciembre 5). No sentimos pensamientos ni reflexiones. El Mundo, 12, 5-6. Extraído el 5 de noviembre de 2007 desde: http:// www.ideassinsentido.com/BL-1.doc Citas: En el cuerpo del texto se aplicarán las normas APA (Apellido de autor, año: página). Sólo se usarán las notas al pie para aclaraciones, no para colocar referencias bibliográficas. Si se citan publicaciones de un mismo autor y año, se usarán letras en orden alfabético al lado de la fecha para diferenciarlas en el texto y la bibliografía. Cuando se nombre más de una publicación de un mismo autor o diferentes autores en una misma referencia, se organizarán en orden cronológico. Imágenes, gráficos y tablas: Éstos deben estar en el documento, titulados con nombres completos y enumerados consecutivamente (por ejemplo Gráfica 1,). Deben enviarse en archivos aparte, marcados con el mismo título que llevan en el documento y deben estar claramente señalados en el cuerpo del texto. Para el caso de imágenes, éstas deben venir en formato JPG, con resolución mínimo de 300 dpi. Extensión y formato: El documento completo debe tener mínimo 4000 palabras y máximo 5000, venir en formato Microsoft Word, tipografía Calibri 10, justificado, tamaño carta, márgenes de 2 centímetros por todos lados, espaciado sencillo entre líneas, sin sangría y con una línea de espacio sencillo entre párrafos. Breve reseña del autor/es: No debe exceder las 150 palabras. Debe señalar la profesión (institución otorgante), el último grado académico recibido (institución otorgante), máximo 2 ocupaciones actuales, máximo 2 líneas de investigación o temáticas de interés, máximo 3 publicaciones más recientes (sean en libros o revistas), año de nacimiento, país de nacimiento. Y una foto informal del rostro, con excelente resolución.

Libro/un autor: http://www.sapiensresearch.org/ http://issuu.com/sapiens-research http://www.facebook.com/pages/Boletin-Cientifico-Sapiens-Research/181844285178334


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Proceso de arbitraje: El Boletín Científico Sapiens Research se reserva el derecho de regresar aquellas contribuciones que no cumplan con las pautas explicadas anteriormente, y solo ingresarán aquellas que sean originales-inéditas y que se estén postulando exclusivamente en este medio, y no en otro más simultáneamente. Las editoras de sección revisarán de forma preliminar el original ingresado para proceso de dictamen (anónimo en ambos sentidos) y luego de sus observaciones lo someterán a un par evaluador (sistema doble ciego) para el mismo fin. El tiempo de este proceso no lleva más de 4 semanas. Si el original evaluado es aceptado sin cambios, se le notifica al autor/es y pasará a edición y diagramación. Si es acepta-

do con cambios, se regresará al autor/es con las observaciones realizadas para que haga las modificaciones del caso, en el tiempo que se le especifique, que no será mayor a 15 días, y lo devuelva para verificar que cumpla con lo esperado. Por el contrario, si el original es rechazado, se le notifica al autor/es de la decisión, con su debida sustentación (el resultado es inapelable). Si hay empate en el dictamen, se somete a un tercero definitorio. Luego de que el original aceptado es diagramado, se regresará al autor/es para su lectura-aprobación, con el fin de hacer o no observaciones de cambio en cuanto a edición, en un tiempo no superior a 5 días, y para que autorice por escrito su publicación y distribución (el autor conservará sus derechos).

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