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Maestra Saraí Ojeda Sánchez, Fotógrafa
El tlacuache No. 841 05.08.2018
Coordinador editorial: Erick Alvarado Tenorio
La familia es el origen de todo, de los hábitos buenos o malos y de la manera en que nos enfrentamos a la vida en el futuro. Cuando crecemos y nos alejamos de la familia, ponemos una barrera o distancia física pero seguimos siendo un cúmulo de apegos. La escritora y crítica de arte, Rosa Olivares, define a la familia como “la Institución más antigua de la humanidad, reproducida y desarrollada en todas las religiones, en todas las culturas, en todos los climas, por todas las razas y afirma, la familia no es destino, es herencia”.
Universos familiares en la fotografía actual
Peces dorados, de la serie: Casita de Turrón, 2010. Roberto Tondopó.
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S
in duda la familia está al mirarnos de frente, al interior y hacia atrás. Cuando nos miramos frente el espejo, encontramos los parentescos, vemos a nuestros familiares y antepasados en nuestros rostros o en nuestros gestos. Por influencia, repetimos patrones de conducta y cuando cuestionamos una u otra vez nuestros errores hallamos lo que en el pasado nos determinó, esto ocurre al mirar nuestro interior, también cuando miramos hacia atrás, en el pasado, donde la familia esta principalmente presente y donde encontramos sentido a lo que no se entiende, allí se ubica el por qué nos aferramos a lo que nos aferramos o el porqué de los apegos. En ese sentido, ya sea a partir de su ausencia o de su intromisión, la familia nos determina en todo momento como si estuviera presente; miramos el mundo a partir de lo que vivimos antes, como si estos fueran una delgada e imperceptible capa de piel que cubre nuestros ojos antes de mirarlo y de juzgarlo todo. Partiendo de estas premisas, el pasado miércoles 27 de junio se llevó a cabo la charla: la representación de la familia en la fotografía contemporánea, que fue impartida por los fotógrafos: Roberto Tondopó, Diego Moreno y Saraí Ojeda, a su vez moderada por la Dra. Zaira Espíritu, profesora de la Facultad de Artes de la UAEM y del CMAEM y organizada por Marvin Jazziel Rentería, Aura Mitzi y Roberto Peraza, exalumnos de la misma Facultad, quienes de manera independiente fundaron Espacio Plató, un espacio itinerante dedicado al diálogo abierto al público con distintos artistas de la escena local y nacional buscando nutrir y/o ampliar sus conocimientos. En la Charla, Tondopó, Diego y Saraí hablaron sobre sus procesos creativos y la construcción del imaginario que plantean a partir de sus contextos familiares y el hogar, ya que los tres fotógrafos nos muestran un espacio que oscila entre la ficción y la realidad. El Fotógrafo de origen Chiapaneco, Roberto Tondopó, presentó su proyecto y Foto Libro que lleva por título “Casita de
Sala, de la serie: Donde no puedas verme. Saraí Ojeda. 2016. turrón”, una ficción narrativa de la pubertad diseñada como un cuento de hadas, que explora cuestiones fundamentales del humano como la construcción del yo en la adolescencia, la memoria personal, la lucha por su independencia individual, la construcción de su identidad y su propia historia personal y lo hace a través de imágenes de gran colorido que se plasman en un libro lleno de texturas y sensaciones que oscilan entre la realidad y la ficción. Para lograrlo, el autor documentó instantes de las vidas de sus sobrinos Andrea y Ángel, explorando los tumultuosos
capítulos que se viven en el paso de la niñez a la adolescencia buscando la fusión entre la mirada infantil de sus sobrinos y la perspectiva adulta del autor para llegar a la unión de ambos imaginarios. El autor logra reagrupar ambas experiencias, tendiendo un puente con su autobiografía para establecer una visión conjunta, que pueda reunir la visión infantil y la perspectiva adulta, con el fin de canalizar pulsiones inconscientes, mezclando tanto la información directa como los enigmas, para que la imagen pueda ser el umbral de una historia que espera ser contada.
La exploración de su universo familiar, le permite al autor re-habitar por momentos el pasado, una especie de flashback en busca de significados ocultos, indagaciones que amplifican el presente. De esas derivaciones, el autor afirmó que se identifica con el género del suspenso psicológico y aquellas películas que usan el espacio físico para representar un espacio emocional, donde la metáfora de lo siniestro funciona como aquello que nos atrae por sus formas misteriosas, nos evoca un período extraño, asociado con cambios físicos e internos de gran intensidad.
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Ruega por nosotros, de la serie: Huésped. Diego Moreno. 2016.
nota Puedes consultar el trabajo de los autores en: www.saraiojeda.com, www.instagram.com/diiegotv, www.instagram.com/tondopo S/t de la serie: Casita de turrón. Roberto Tondopó. 2012. Por otra parte, el fotógrafo también chiapaneco Diego Moreno, presento dos proyectos que se nutren de su contexto familiar. El primero de ellos que lleva por título “En mi mente nunca hay silencio” para el cual, retoma las figuras de los Panzudos Mercedarios, quienes son conocidos como los valientes guardianes del barrio de La Merced en San Cristóbal de las Casas en Chiapas, estos misteriosos personajes representan a través de su vestimenta diferentes pecados, entre más grandes y feos sean sus trajes, más pecados expiarán. Estas figuras anuncian las fiestas de nuestra señora de la Merced y la acompañan, con un séquito de aztecas, católicos y moros montados a caballo, vestidos como árabes y con caras pintadas que representan a los musulmanes que invadieron y ocuparon España entre los años 702 y 1492. Sin embargo, Diego no documenta de manera directa a estos personajes, sino que los lleva a su propio contexto familiar y los retrata dentro de su propia casa, conviviendo con su cotidiano familiar, de tal manera que diego nos muestra a este gran pecado, sentado en la mesa de su familia conviviendo con todos ellos, también nos muestra al pecado que llevamos a la iglesia o convive con nosotros, en nuestra propia habitación de tal manera que nos presenta una visión personal de lo profano que se encuentra en lo cercano, así como los vínculos que existen entre la monstruosidad, la enfermedad y la muerte. En esta serie el autor plantea como las tradiciones prehispánicas y las visiones apocalípticas de la religión católica le dan un nuevo significado al subconsciente colectivo en un México contemporáneo en donde la cultura y las creencias van de la mano en un rito que parece combinar lo sagrado y lo pagano.
Por otra parte, Diego mostró su proyecto “Huésped”, su otra serie en fotolibro en el que aborda la violencia domestica que persiste en su entorno familiar. Diego utiliza la ficción para tratar de comprender y asimilar la densidad psicológica de su entorno generada por la “violencia privada”, ésta es una de las circunstancias más marcadas en su vida familiar, situación que le ha hecho migrar constantemente pero a su vez, enfrentarla a través de la fotografía; por lo que Diego regresa a su casa constantemente para enfrentar los temas pendientes por tocar en su entorno familiar. El Autor afirma: “Cuando la presencia masculina desaparece de mi hogar, hay una fractura; las mujeres de mi familia están desentrañando lentamente las enseñanzas de sumisión y machismo por las que durante años se vieron afectadas, se apropiaron de sus cuerpos tratando de reconfigurar su identidad y la del resto de la familia. La casa se transforma en un espacio matriarcal rodeado de liturgia y rituales católicos y el cuerpo toma protagonismo y se convierte en ese territorio que permite comprender los eventos en los que están involucrados como miembros de un clan”. Diego crea una serie de acciones en las que el acto fotográfico desata la complejidad de relaciones entre los miembros de su familia, ayudándole a tejer lazos y afectos en una tierra plagada de violencia y dolor. Este proceso le permite construir un presente para encontrar un lugar en el mundo como persona, y reflexionar de manera más profunda sobre la condición humana, las emociones y especialmente, el tiempo hostil en que vivimos. Sin duda, un tema fuerte que requiere de mucho valor y entrega tanto con su propia condición humana como con la fotografía.
Exposición
Las flores en el traje regional mexicano
Traje de Tehuana (detalle), bordado a mano sobre terciopelo
Inauguración: 30 de junio, 12 h
Hasta el 12 de septiembre
Envila y No Reelección, Centro CP 62520, Tepoztlán, Morelos Tel. (739) 395 0255 exconventodetepoztlan@gmail.com /museoexconventotepoztlan
www.gob.mx/cultura
exconvento_tepoztlan
www.gob.mx/mexicoescultura
www.gob.mx/cultura/inah
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Finalmente, Saraí Ojeda, Veracruzana de origen y ex profesora de la Facultad de Artes de la UAEM y del CMAEM nos presentó su proyecto “Donde no puedas verme” un proyecto que retoma la compleja historia de tres generaciones de mujeres en la vida de la autora que giran alrededor de la casa que habitaron todas ellas. Saraí menciona “nací y crecí en una familia matriarcal y matrilineal en donde mi madre, mi abuela y mi bisabuela imponían sus decisiones a la familia entera, como la identidad de mi padre y de mi abuelo que siguen siendo un secreto; nadie habla en casa sobre ellos”. Saraí fotografía la casa, llena de mascotas, muñecos y objetos peculiares, como una alegoría de ese espacio porcelanizado y asfixiante, resultado del sofocante linaje materno que impuso su identidad, un espacio que oscila entre lo fantasioso y lo terrible, metáfora de una intrincada y dramática historia que la autora aborda entre la ficción y la realidad, en una honesta y profunda reflexión entre palabra e imagen. La autora comenta: “Donde no puedas verme”, es la construcción de un refugio rodeado de fantasía, y aunque juego con la fantasía, la casa y los personajes no son ficcionarios. Es nuestra historia familiar, habitando este libro”. Por otra parte, uno de los puntos interesantes de esta charla es que los proyectos de los tres artistas han concluido en forma de fotolibro, una manera de dar conclusión y trascendencia a un proyecto a largo plazo, ya que las exposiciones temporales difícilmente pueden volver a verse, pero un fotolibro puede consultarse numerosas veces. Los autores hablaron de la importancia de generar espacios para la consulta de este tipo de materiales, mencionaron que en la ciudad de México, el Centro de la Imagen ya tiene su primera biblioteca dedicada a los fotolibros y que pueden consultarse en cualquier momento. Finalmente, podemos ver que los temas de la fotografía contemporánea van cambiando constantemente y que las nuevas generaciones no temen hablar de su vida privada ni de cómo ésta las determina, discuten abiertamente sus roles familiares y cuestionan su propio contexto y sus costumbres, plantean abiertamente sus miedos, cuestionan de manera clara los afectos y crean una nueva brecha para ejercer su independencia y su libertad. Ese sería el sentido de mirar de frente, hacia adentro y hacia atrás. La familia siempre estará presente en nosotros, pero ¿quiénes somos dentro de ese contexto y como nos reconstruimos después de eso, en el aquí y el ahora?
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Grito, de la serie: Donde no puedas verme. Saraí Ojeda. 2017.
Voluntad de resistir, de la serie: en mi mente nunca hay silencio.2016. San Cristóbal de las Casas. Chiapas. Diego Moreno. 2016.
referencias *Olivares, Rosa. Revista Exit-Imagen y Cultura. No. 20, Familia. Año: 2005 Olivares y Asociados, S. L. Madrid, España.
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