ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA. INTRODUCCIÓN. El libro vio la luz en julio de 1928, pero ya desde 1924 Lorca lo había dado a conocer en lecturas privadas y en conferencias públicas con comentarios en prosa, incluso había publicado parte de los poemas en revistas. El título del libro en su edición princeps era Primer Romancero gitano. Aunque en principio el ordinal del título podría significar un anuncio para un segundo libro con el mismo tema lo cierto es que no es así. Ya antes de publicarse el autor se había visto perjudicado por el "gitanismo" del libro. En una carta a Bergamín dice: "A ver si este año nos reunimos, y dejas de considerarme como un gitano, mito que no sabes lo mucho que me perjudica y lo falso que es en esencia, aunque no lo parezca en su forma". En otras declaraciones hace alusión al encasillamiento como autor del tema del gitano lo que significa que no pensaba en esa segunda parte que parecía anunciada en el título. ¿A qué se debe entonces ese "Primer”?. Probablemente a la originalidad del tema, es decir, pone de manifiesto que es la primera vez que se poetiza el tema del gitano. La segunda palabra, "Romancero", se refiere a la estrofa utilizada en todo el libro: el romance. Y la tercera, "gitano", al protagonista de todos los poemas. Lorca tuvo problemas con la justicia tras la denuncia que se hizo en su contra, por el supuesto carácter ofensivo de su Romance de la Guardia Civil. Es más, todavía sigue asociándose el contenido de algunos romances a las causas de su asesinato. Pero está claro que el libro no es un testimonio social, documental de la raza gitana, sino que se utilizan elementos anecdóticos y realistas del ámbito gitano para expresar todo su mundo espiritual, su complejidad anímica. El gitano representa una marginalidad, a veces delictiva, que le interesa exclusivamente para proyectar sus aspiraciones y sus sueños íntimos, sus deseos de unos modos de vida marginales y libres, su anhelo de libertad. El gitano representa el hombre que vive fuera de la sociedad, el hombre primitivo, la fuerza elemental de la naturaleza, que existe al margen de las leyes y de las convenciones sociales. Es un libro profundo, escrito con materiales folclóricos, que enfrenta el impulso vital y las pasiones amorosas con la ley, la norma, las costumbres establecidas, los intereses sociales o las imposiciones de la civilización. ESTRUCTURA EXTERNA E INTERNA. El libro lo integran dieciocho romances de extensión variable (el más breve tiene 36 versos y el más largo, 124) que están ordenados de la siguiente manera: en primer lugar, van los quince propiamente gitanos y, al final, separados por una portadilla, los tres romances históricos. Por tanto, en cuanto a la estructura externa, nos encontramos ante un libro formado por dos bloques desiguales, con personalidad propia cada uno de ellos: Bloque 1 → Romances propiamente gitanos (del 1 al 15): Este bloque es el más extenso y es, sin duda, el principal. Contiene la personal visión de Lorca del mundo gitano o su personal invención de un mundo gitano. Un mundo que se crea en el primer romance –o romance prólogo, el Romance de la luna, luna– en el que la influencia de la luna sobre los gitanos simboliza el destino trágico de esta raza, y se destruye en el romance epílogo –el Romance de la Guardia Civil Española– cuando los gitanos son brutalmente asesinados bajo la idéntica presencia luminosa de la luna. 1 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
Este bloque se puede dividir a su vez en tres partes diferenciadas:
La primera serie, que abarca los siete primeros romances, es una serie más lírica, con creación de dos mitos –la luna y el viento–, cuya temática principal es la frustración amorosa y con dominante presencia de las mujeres, que se erigen en claras protagonistas: la luna en el primer romance (Romance de la luna, luna), Preciosa y el aire, la gitana suicida del Romance sonámbulo, la reprimida figura de la gitana monja en La monja gitana, La casada infiel o la honda figura de Soledad Montoya, en el Romance de la pena negra, del eterno femenino lorquiano, anhelante y frustrado. El único romance que “desentona” en esta serie es Reyerta, pues tiene protagonista masculino.
Los tres romances de los arcángeles, que conforman el centro del libro, están destinados a exaltar tres ciudades andaluzas: Granada, Córdoba y Sevilla. El primero, San Miguel, describe una romería en lo alto del Sacromonte granadino. El centro de este trío lo ocupa el romance dedicado a Córdoba, San Rafael, y es una original reinterpretación del pasaje del Antiguo Testamento en el que el arcángel Rafael acompaña al joven Tobías en un largo viaje. San Gabriel (Sevilla), recrea el pasaje bíblico de la Anunciación.
La segunda serie, más épica, está formada por cinco romances, cuatro de ellos protagonizados por personajes masculinos marcados por un destino trágico. En dos de estos romances el protagonista representa el tipo mítico masculino: Antoñito el Camborio, representante de la aristocracia gitana (Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla y Muerte de Antoñito el Camborio). Muerte del emplazado y Muerto de amor son los romances de la fatalidad inminente. El último, el Romance de la Guardia Civil española, narra la destrucción de la mítica ciudad de los gitanos.
Bloque 2 → Romances de personajes históricos (del 16 al 18): El bloque segundo, más breve, está formado por tres romances históricos, ambientados sucesivamente en el mundo paleocristiano, medieval y bíblico. El primero de ellos, Martirio de Santa Olalla es el relato del suplicio sufrido por Santa Eulalia durante la época del emperador Diocleciano. Burla de don Pedro a caballo es un enigmático romance donde un caballero encuentra la muerte cuando regresa a casa en busca de la seguridad y el cariño del hogar. Y Thamar y Amnón se centra en las relaciones incestuosas entre dos hijos del rey David. Esta estructura externa se ve completada por varios recursos que afectan a la estructura interna del poemario, a varios de los cuales ya se han hecho mención.
El primero de ellos es la disposición de poemas de cierre en cada grupo, que refuerza el paralelismo entre sendos bloques. Además de su valor como cierre, otro rasgo permite remarcar la conexión entre el romance decimoquinto (Romance de la Guardia Civil española) y decimoctavo (Thamar y Amnón): ambos poseen una extensión que excede los sesenta versos, extensión media de los otros romances. Este hecho los destaca en el conjunto del libro y los diferencia de forma inequívoca de los demás poemas. La colocación de estos dos romances cerrando cada uno de los bloques muestra la presencia de un hilo épico que vertebra la obra pues en el de la guardia civil se destruye el mundo gitano y en el de Tamar y Amnón se fusionan las dos fuerzas motrices de todo el Romancero gitano y de toda la obra literaria de Lorca, el sexo conflictivo y la violencia destructora. 2 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
Otro hecho que permite asegurar que existe una voluntad compositiva en el Romancero gitano se observa en la situación central dentro del poemario de los romances dedicados a las ciudades andaluzas. Estos tres poemas suponen un eje que divide el poemario en dos secciones. En los primeros poemas el protagonismo lo asumen figuras femeninas (salvo en Reyerta), mientras que en los siguientes el protagonismo recae en figuras masculinas. De este modo, los poemas dedicados a los ángeles suponen una zona de tránsito en el protagonismo sexual de los poemas. También suponen una transición los romances centrales en cuanto a la perspectiva temática: si en los romances primeros predomina el tema de la frustración amorosa, en los poemas posteriores los textos están ocupados en temas de sangre, violencia y muerte.
En cuanto a la estructura de los romances, hay que decir que tienen una naturaleza esencialmente narrativa: se trata de relatos que refieren algún episodio, a veces trivial, de la vida de los gitanos (la muerte de un niño, una joven perseguida por el viento, una reyerta, una trágica historia de amor, una infidelidad, una romería…). Aunque en esa historia tiene más importancia lo que se sugiere que la anécdota en sí. Normalmente, los poemas se subdividen en varias secuencias narrativas separadas por números romanos (San Gabriel…), asteriscos (Romance del emplazado) o simples espacios en blanco (Romance de la luna, luna…). Estas subdivisiones obedecen a cambios de escenario, de tiempo o de personajes. En ocasiones, Lorca estructura el poema en varios cuadros o escenas, como si de una breve pieza dramática se tratase, o intercala la voz de los personajes en forma de monólogo o diálogo. Esto es lo que sucede en el Romance sonámbulo, Romance de la pena negra, Prendimiento de Antoñito el Camborio, Muerte de Antoñito el Camborio, Muerto de amor… TEMAS. En el Romancero Gitano aparecen los temas permanentes de la literatura lorquiana. El amor frustrado y el sexo: la presencia del erotismo es turbadora y se percibe desde el primer romance, con esa luna-mujer-bailarina desnuda que seduce al niño con posesión mortal, hasta el último, en el que la luna preside una bíblica y agitanada violación. Y, excepto en La casada infiel que narra una relación superficial sin trascendencia alguna, el amor y el sexo son en el Romancero fuente de frustración. Así, en Preciosa y el aire es evidente la frustración erótica del viento. Y en el Romance sonámbulo, donde una gitana ahoga su frustración erótica en las aguas estancadas del aljibe. Hay también insatisfacción en la La monja gitana, romance que representa el poder y la libertad de la imaginación frente a cualquier tipo de cautiverio o clausura, y en el que la monja, mientras borda motivos religiosos, es violentamente arrastrada hacia sueños llenas de erotismo. La frustración amorosa se asoma al título mismo del romance decimotercero, Muerto de amor, y llega a su punto máximo en el último, Thamar y Amnón. Con razón ha podido escribirse: “La obra de Lorca es el documento literario más impresionante de la literatura española creado sobre la realidad amorosa frustrada en sus raíces íntimas y fundamentales”. La violencia y la muerte: este tema es ya patente desde el primer romance, en el que la luna, mujer–muerte, ejerce su autoridad mortífera sobre un niño, inaugurando así el desfile de violencia que recorre casi todos los romances del libro. En el último romance, la violencia de los esclavos negros del rey David, que quieren matar a Amnón, y la violencia del propio rey. Entre 3 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
estos romances extremos del libro, todo un conglomerado de violencias y frecuentemente de crímenes. Es la violencia del viento-hombrón sobre la alegre y despreocupada Preciosa. Es la violencia del toro en Reyerta. La violencia aparece como un atributo del gitano, como algo consustancial a su condición que, además, va aparejada a su sentido de la hombría, la masculinidad. Así, a Antoñito el Camborio una voz anónima, que representa la conciencia colectiva del pueblo gitano, le recrimina su cobardía por no usar la violencia con los guardias civiles que lo detienen cuando se dirige a Sevilla. Poemas de muerte también los romances decimotercero y decimocuarto, Muerto de amor y Romance del emplazado Tanta violencia aislada, tanta muerte individual, halla su eclosión natural al desembocar en un asesinato colectivo, en una orgía desenfrenada de violencia, de saqueo a sable, fusil y fuego, en el Romance de la guardia Civil española, donde arde la ciudad de los gitanos en uno de esos tétricos amaneceres en que el poeta suele situar los puntos culminantes de sus relatos trágicos. Muy relacionado con el de la frustración, el Romance de la pena negra nos presenta otro de los temas centrales del libro, el de la pena "de cauce oculto y madrugada remota". Como dijo el mismo autor, en el libro “no hay más que un solo personaje grande y oscuro como un cielo de estío, un solo personaje que es la pena que se filtra por el tuétano de los huesos [...], pena andaluza que es una lucha de la inteligencia amorosa con el misterio que la rodea y no puede comprender". Además, en todo el libro se respira un profundo andalucismo, la esencia de Andalucía se percibe en cada verso, por donde fluye un torrente de imágenes inspiradas en su flora, en su fauna, en su paisaje, o donde resuenan las voces de la tradición oral al mencionarse historias de infidelidades, venganzas y ajustes de cuentas. Pero Lorca no sólo se circunscribe al presente, sino que también se retrotrae al pasado, a las raíces culturales que conforman la historia de Andalucía: la romana, la judía y la cristiana. El sustrato romano se percibe en San Rafael, con las alusiones a la belleza del puente que mandó construir Augusto, y en el Martirio de Santa Olalla la presencia romana es constante, no solo en el vocabulario (soldados de Roma, Minerva, cónsul, centuriones…) sino también en la recreación de la historia del suplicio de Santa Eulalia. La influencia judía es palpable en Thamar y Amnón, donde se relatan los amores incestuosos entre dos hijos del rey David, y en San Rafael, arcángel que acompaña al joven Tobías en su viaje. Pero es, sin duda, el elemento cristiano es el dominante: son frecuentes las imágenes relacionadas con la pasión de Cristo (en Reyerta, en San Gabriel), y uno de los personajes más emblemáticos, Antoñito el Camborio, sufre, como el propio Cristo, primero el prendimiento y luego la muerte. Además, los arcángeles reconfortan a los moribundos, como Juan Antonio el de Montilla o el Camborio, y la Virgen y San José curan a los gitanos heridos por la guardia civil. Por último, en la geografía y el paisaje andaluz es donde discurre la acción de la mayoría de los romances: a tres ciudades andaluzas se le dedican sendos poemas, cerca de Montilla, en las estribaciones de la serranía de Cabra (Córdoba) tiene lugar el enfrentamiento entre gitanos del romance Reyerta. Desde ese mismo lugar viene huyendo el contrabandista del Romance sonámbulo, su destino, el barrio granadino del Albaicín, donde le espera su amada. Y entre las callejuelas del mismo Albaicín se encuentra el convento donde la monja gitana reprime sus instintos amorosos y sus ansias de libertad. Por los olivares de Jaén (“tierras de aceituna”) canta su pena Soledad Montoya. Antoñito el Camborio es detenido camino de Sevilla y muere cerca del Guadalquivir asesinado por sus primos que son del pueblo cordobés de Benamejí. La ubicación de otros poemas no es tan precisa, pero en todos ellos se respira el aroma de Andalucía. 4 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
En este espacio poético andaluz lo gitano cobra especial relevancia. No solo se muestran por doquier elementos asociados a su modo de vida, como la forja de metales, la afición al cante y al baile, la estrecha relación con los caballos o el gusto por los objetos de adorno, sino que todo se gitaniza, desde la naturaleza hasta los seres sobrenaturales. Por último, hay que señalar que, aunque no es un libro social, la denuncia social está muy presente a través de la figura del gitano y de la Guardia Civil, que establecen dos extremos del mundo lorquiano: el de la libertad y el de la opresión. Los romances del Camborio y el de la Guardia Civil son la expresión más clara de este tema. El romance de La monja gitana manifiesta otro tipo de denuncia: la represión religiosa de los instintos. Y en San Rafael aparece la marginalidad que produce la homosexualidad. COMPONENTES SIMBÓLICOS Y MÍTICOS. En conjunto, los dieciocho romances muestran un mundo metafórico marcado por un destino trágico y abocado a la frustración, al dolor y a la muerte. En este sentido, hay que recordar lo que escribe a Jorge Guillén en 1926 acerca del libro: "es un romance gitano, que es un mito inventado por mí". Evidentemente, el poeta era consciente de que había creado el mito gitano andaluz que da vida a su Romancero. Dentro de ese universo metafórico, Lorca escoge al gitano en su condición de pueblo perseguido, orgulloso de su naturaleza libre frente al poder, para simbolizar el conflicto entre primitivismo y civilización. El gitano representa los impulsos naturales, es el prototipo de hombre libre en lucha con las fuerzas que representan la represión (como la guardia civil) y con el destino. Por tanto, no podemos entender el Romancero como un libro social o testimonial de la raza gitana; de hecho, Lorca selecciona de los gitanos solo los rasgos que le interesan para la construcción de su mundo poético: la marginalidad y el exotismo. Y elige los conflictos que el gitano mantiene con la sociedad para expresar conflictos universales, entre el instinto y la razón, entre la libertad y la norma, la espontaneidad y la convención. El propio autor nos ha dejado en la obra la clave para su lectura acertada. Él mismo nos explica que el mundo gitano que nos presenta es un mundo imaginado, soñado, inventado. Así, en el Romance de la Guardia Civil española dice, acerca de la ciudad de los gitanos: “Que te busquen en mi frente. / Juego de luna y arena”. Es decir, se trata de una ciudad que solo existe en su imaginación (frente), fruto de la ensoñación nocturna (de luna), sin consistencia material (arena, como los castillos de arena). Además de este componente mítico, el Romancero presenta una amplia y rica simbología, en su mayor parte recogida de la tradición y de las creencias populares. Desde el punto de vista morfológico, los símbolos se presentan en forma de sustantivos o adjetivos. Los primeros pueden ser nombres propios que ponen de relieve los sentimientos que definen a un personaje (Soledad, Amargo) o comunes, en los que se nota la predilección del poeta por los elementos de la naturaleza, el mundo animal y vegetal… Entre los elementos de la naturaleza destaca el símbolo de la luna como elemento trágico que lleva inserto un significado de muerte. A veces lleva asociada la figura del jinete representando al hombre o destino humano que se dirige hacia esta. El viento, que suele aparecer 5 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
personificado y en diferentes manifestaciones (aire, brisa, vendaval…), es un símbolo cargado de sensualismo, de posibilidades eróticas, siendo el caso más explícito el de Preciosa y el aire. En cuanto al agua, cuando corre en forma de río suele ser un símbolo positivo que propicia encuentros amorosos o que representa la libertad, pero cuando aparece quieta, en forma de aguas estancadas, aljibes o pozos, suele simbolizar la muerte. También el mar simboliza la muerte. En lo que respecta al mundo animal, el símbolo más utilizado es el caballo, que tiene en ocasiones un valor positivo de realización humana o de liberación, pero en otras simboliza el ímpetu sexual del hombre y, en este caso, suele tener resonancias de muerte. El toro simboliza el poder, pero también puede expresar la sangre y los malos augurios. El pez, por su parte, está vinculado a la atracción sexual y a la pasión amorosa (Thamar, en tus pechos altos / hay dos peces que me llaman), aunque también alude a veces al amanecer: Las estrellas de escarcha y el pez de sombra / que abre el camino del alba. Y algunos pájaros anuncian sucesos maléficos. Del mundo vegetal, son símbolo de muerte las malvas, las adelfas o las ortigas. Las rosas, los olivos y los juncos se relacionan con la pasión amorosa. Otros símbolos destacados son los metales que, relacionados con el frío de los cadáveres y la materia de los cuchillos que se usan tantas veces en los asesinatos, suelen ser un presagio negativo y sirven también para representar a los gitanos. Las tijeras son símbolo de destrucción. El espejo puede entenderse como el hogar y la vida sedentaria. Y las metonimias con que se nombra el cuerpo humano (pechos, muslos, cintura) remiten en general al erotismo femenino y al poder de seducción. Entre los adjetivos destacan con valor simbólico los colores. El verde es sin duda el más destacado del cromatismo lorquiano y puede adquirir diferentes valores: en el Romance sonámbulo simboliza por un lado la vida y la naturaleza (verde viento, verdes ramas) y por otro la muerte (verde carne, pelo verde), pero en Preciosa y el aire (que te coge el viento verde) está asociado con elementos sexuales o más bien con la frustración erótica. El negro representa la desesperanza (la pena negra brota), es presagio de muerte (Ángeles negros traían) o simboliza a la muerte misma (rosas de pólvora negra). El amarillo en algunas composiciones implica un significado de trágico presagio: la luna menguante pone / cabelleras amarillas /a las amarillas torres. En cambio, en el Romance de la pena negra tiene carácter erótico: Cobre amarillo, su carne. Y en el Martirio de Santa Olalla adquiere un valor de hastío o desgana: Centuriones amarillos / de carne gris, desvelada… El blanco tiene también diferentes valores: en el Romance de la luna, luna aparece asociado a la luna y adquiere el significado de muerte: harían con tu corazón / collares y anillos blancos. En cambio, en el Martirio de Santa Olalla es utilizado para simbolizar la vida eterna: Olalla blanca en lo blanco… El rojo nos remite a la sangre y, por tanto, a la muerte. El azul, que aparece sobre todo en Preciosa y el aire, tiene el significado tradicional de inocencia, esperanza o ilusión. Y el plateado, como color de algunos metales, se asocia a la muerte. También tienen valor simbólico algunos sintagmas formados por sustantivo + adjetivo. El adjetivo suele ser de color o de un elemento que alude a él y es, frecuentemente, el que implica la noción simbólica, generalmente negativa. Así, simbolizan la muerte: fría plata, verdes barandas, pez plateado, niña amarga, cal mojada… Los caballos negros y las herraduras negras oscilan entre nombrar la muerte y la destrucción. 6 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
Como un símbolo puede entenderse también la personificación de la pena, que es un motivo central en el poemario pues implica el destino trágico al que se ven abocados los personajes. Por eso la pena está en el fondo de todos los personajes marginados del poemario.
RASGOS FORMALES: ENTRE TRADICIÓN E INNOVACIÓN. 1. Lo tradicional: El romancero gitano se inscribe dentro de la tendencia neopopulista de la Generación del 27 y dentro de la tradición del romancero nuevo o artístico, que ya desde el Siglo de Oro venía siendo una constante en nuestra literatura: Lope y Góngora en el XVII, Duque de Rivas o Zorrilla en el XIX, Machado en el XX. Entre los rasgos que entroncan con la tradición literaria tradicional encontramos los relativos a la métrica: el ritmo deliberadamente musical de muchos romances, la preferencia por el verso octosílabo, sólo sustituido en contadas ocasiones (primer verso de La casada infiel: ‘y que yo me la llevé al río’ (10) y el romance Burla de don Pedro a caballo donde la mayoría de los versos son heptasílabos y hexasílabos) y la rima asonante. Otra característica de los romances tradicionales, y que también se observa en el Romancero gitano es el fragmentarismo, que se observa en rasgos como el comienzo con la conjunción “y” o “que” (como si fuera el fragmento de una composición previa: “Y que yo me la llevé al río” de La casada infiel) comienzo abrupto o “in media res”; final truncado, sin que sepamos qué fue lo que pasó (por ejemplo, en Thamar y Amnón). También aparecen recursos de la poesía tradicional como la tendencia a la repetición y la abundancia de recursos retóricos basados en ella: anáforas (El aire…/El aire…), reduplicaciones (…la vela, vela), anadiplosis (…te quiero verde / verde viento…), epanadiplosis (Verde que te quiero verde), paralelismos (mi caballo por su casa / mi montura por su espejo), las exactas referencias temporales (A las nueve de la noche / lo llevan al calabozo) y locales (A la mitad del camino / cortó limones redondos) en el relato de los hechos; los diálogos dramáticos, que aparecen sin verbo introductor, entre los personajes o entre el poeta y los personajes (¡Preciosa, corre, Preciosa / que te coge el viento verde!), las preguntas dirigidas a un supuesto auditorio (Pero, ¿quién vendrá? ¿Y por dónde?); la repetición del adverbio ya al comienzo de versos sucesivos, con el propósito de actualizar los hechos a los ojos del oyente: Ya la coge del cabello / ya la camisa le rasga; la respuesta-eco, recurso por el que un personaje responde a su interlocutor casi con las mismas palabras que ha empleado este en su intervención inmediatamente anterior (Soledad, ¿por quién preguntas / sin compaña y a estas horas / Pregunte por quien pregunte, / dime: ¿a ti qué se te importa?); la libertad en el uso de los tiempos verbales. El poeta pasa del presente al imperfecto de indicativo o al pretérito indefinido más por razones intuitivas que lógicas. El primero, el presente, se usa sobre todo con una función dramática y para lograr una actualización de la narración que acerque al lector a la acción. El pretérito perfecto simple se usa en los momentos de mayor dramatismo lírico. En alguna ocasión emplea el imperfecto de subjuntivo con valor de indefinido (Cuántas veces te esperara). 7 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
2. El vanguardismo: Una vez Lorca dijo: “¿Poesía?: es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio; y cuanto más las pronuncia, más sugestiones acuerda; por ejemplo, ... poesía es: ‘ciervo vulnerado’. Y más adelante: “Si me preguntan ustedes por qué digo yo: ‘Mil panderos de cristal / herían la madrugada’, les diré que los he visto en manos de ángeles y de árboles, pero no sabré decir más, ni mucho menos explicar su significado”. El carácter vanguardista del Romancero se muestra en la abundancia y en la novedad de las imágenes: desplazamientos calificativos (“yunques ahumados sus pechos, /gimen canciones redondas”), comparaciones (“La iglesia gruñe a lo lejos / como un oso panza arriba), metáforas (“ Las piquetas de los gallos/ cavan buscando la aurora”; “Lloras zumo de limón”; “trescientas rosas morenas / lleva tu pechera blanca”; “su luna de pergamino /Preciosa tocando viene”), símbolos (“El toro de la reyerta /se sube por las paredes”), hipérboles, personificaciones (“en las tejas de pizarra / el viento furioso muerde”), sinestesias (“rumores calientes”; “viento verde”). Otro rasgo vanguardista es el hermetismo de muchas imágenes. La influencia de Góngora explicaría este hermetismo y la densidad metafórica que aparece en muchos poemas. Quizás los poemas más herméticos sean el Romance sonámbulo (que ha dado lugar a múltiples interpretaciones) y los tres romances dedicados a los arcángeles. Y se percibe en ellas la influencia de diferentes ismos. Así, de carácter ultraísta o creacionista parecen algunas personificaciones o prosopopeyas, como “el mar baila por la playa / un poema de balcones” o “la noche busca llanuras / porque quiere arrodillarse”. En otras se aprecia la huella del cubismo: “Fachadas de cal ponían / cuadrada y blanca la noche”. Ecos del futurismo, movimiento que incorpora al ámbito poético elementos de la vida moderna, encontramos: “Cantan las flautas de umbría / y el liso gong de la nieve”, Pon telegramas azules / que vayan del sur al norte”, “Tinteros de las ciudades / vuelcan la tinta despacio”, “negros maniquíes de sastre / cubren la nieve del campo”. La tendencia del surrealismo a la descomposición de fragmentos anatómicos se observa en algunos poemas: “Por los espejos sollozan / bailarinas sin caderas” y “gime sentada en su puerta / con sus dos pechos cortados / puestos en una bandeja”. También tienen fondo surrealista otras imágenes: “En la copa de un olivo / lloran dos viejas mujeres”, “Lloras zumo de limón / agrio de espera y de boca” o “Ciudad de dolor y almizcle / con las torres de canela”.
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Leer Podemos decir que el amontonamiento de recursos tradicionales y nuevos hace del Romancero gitano uno de los libros más brillantes de nuestras letras y sus principales características formales son:
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Antropomorfización, personificación o humanización de lo inerte o lo animal, es decir, la humanización de los animales, astros, mundo vegetal, cosas y la animalización de los objetos, accidentes atmosféricos o situaciones. En general, hay una dinamización de lo estático. Así, los faroles "tiemblan", "tiritan los cuchillos", la alcoba de Thamar "sufre" las miradas de Amnón, el aire se conmueve y vela (Romance de la luna, luna), "los olivos palidecen", la luz "juega al ajedrez" y el monte es un "gato garduño" que "eriza sus pitas agrias". En muchos casos, como en el ejemplo anterior esta vivificación produce una metáfora. Hay un tipo de personificación especial: los elementos sobrenaturales, los ángeles, la Virgen y los santos, se humanizan y conviven con los gitanos: San Miguel huele a colonia vulgar, la Virgen y San José se nos aparecen como "bailaores" o como alcaldes.
La deshumanización, proceso que hace que el hombre asuma características que no le son propias. Se reviste de propiedades arbóreas o vegetales. Por ejemplo, Antoñito el Camborio tiene "voz de clavel varonil" y su piel está amasada "con aceituna y jazmín".
Percepciones sensoriales: Soledad Montoya llora "zumo de limón/agrio de espera y de boca", Amnón es "yedra del escalofrío", Antoñito el Camborio tiene "voz de clavel varonil". Frecuentemente estas sensaciones van unidas a construcciones metafóricas (en Reyerta el fluir de la sangre de los moribundos es descrito como "sangre resbalada gime/ muda canción de serpiente"). En ocasiones el entorno se capta por los sentidos, así en La monja gitana aparece el tacto: "un rumor último y sordo / le despega la camisa", la vista: "cal", "tela pajiza", "araña gris", el oído: "silencio", el olfato: "cinco toronjas se endulzan". En ese cúmulo de sensaciones no podía faltar la sinestesia, uno de los recursos muy utilizados por Lorca: "llanto oscuro", "tibia aurora", "agrio verde", "clavel varonil", "yunques sonámbulos". Por otra parte, el color tiene mucha importancia en la obra de Lorca, y tiene varios valores, además de los normales: puede encubrir una metáfora: "trescientas rosas morenas"= sangre seca ("Romance sonámbulo"), puede ser indicado por un verbo: "Pero el pez que dora el agua/y los mármoles enluta" ("San Rafael"), lo moral y psicológico generan el color: "y damas de triste porte,/ morenas por la nostalgia/ de un ayer de ruiseñores" ("San Miguel"), una materia concreta da color a lo que le rodea: "Fachadas de cal ponían / cuadrada y blanca la noche" ("Muerto de amor"), los elementos de la Naturaleza dan color a los objetos evocados y consiguen ese mismo color: "Nieve partida comienza./ Olalla blanca en el árbol,/ Olalla blanca en lo blanco".
Densidad verbal, es decir, que con pocas palabras sugiere muchas cosas. Esta densidad le lleva a utilizar categorías gramaticales con funciones que no le son propias, por ejemplo, en: "linfa de pozo oprimida /brota silencio en las jarras" el sustantivo "silencio" funciona como adverbio.
El recurso más utilizado es la metáfora, normalmente del tipo B en lugar de A. La metáfora que elabora no tiene, a veces, relación directa con la imagen de la realidad, sino que la identidad se encuentra en el sentimiento que produce en el poema. Algunas de las metáforas son: "tambor"= llano (Romance 1); luna de pergamino"= pandereta, "sátiro de estrellas bajas= viento (2); "lirios y granadas"= heridas, "serpiente"= sangre (rastro serpenteado de la sangre), "ojos de fría plata"= ojos muertos; "carámbano de luna"= rayo de luna, "trescientas rosas morenas"= sangre seca del pecho del contrabandista, "pez de sombra"= nube del amanecer (4);"siete pájaros del prisma"= 9 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
arco iris, "flores de su fantasía"= fantasías sexuales, "toronjas"= llagas de Cristo (5);"las piquetas de los gallos/cavan buscando la aurora"= el amanecer (7); "mulos blancos" del cielo= nubes, "ojos de azogue"= estrellas, "final de los corazones"= momento último de la noche ("corazones"= rosicler) (8);"grillos ocultos palpitan"= corazón (9); "ajo de agónica plata"= la luna menguante" y el cielo daba portazos"= truenos (13); "émbolos y muslos"= órganos sexuales masculinos y femeninos (18). Algunas metáforas son sintéticas, quiere decir esto que en una sola metáfora condensa el significado del poema, por ejemplo, en el "Romance de la Guardia Civil Española" hay dos versos que dicen: "Agua y sombra, sombra y agua/ por Jerez de la Frontera". En ellos se resume lo trágico del poema: el llanto y la muerte.
Comparaciones: "La iglesia gruñe a lo lejos/como un oso panza arriba"; Metonimias: "Vuelan en la araña gris/ siete pájaros del prisma", "araña gris"= telaraña; "Y mientras vibra confusa /pasión de crines y espadas" ("Martirio de Santa Olalla"), "crines"= caballos y "espadas"= soldados.
GUÍA DE LECTURA (leer): 1. Romance de la luna, luna. En una fragua en la que trabajan los gitanos cuando el niño está solo se produce su muerte. Y es la luna con apariencia de mujer la enviada de la muerte. El poema acaba con el llanto de los gitanos. Este romance anuncia el destino trágico del mundo de los gitanos, la presencia de la muerte. La luna representa el poder mágico contra el que nada se puede. La reiteración del sustantivo luna anuncia la relevancia del elemento lunar como poder misterioso y maléfico, como se verá al final. La luna visita el mundo de los gitanos para traer la muerte. El mundo de los gitanos aparece representado por los sustantivos fragua, collares, yunque, que nos remiten a la vida cotidiana de los gitanos. Hay un diálogo entre la luna y el niño. Hay una personificación de la luna, pero también del aire (“en el aire conmovido...”) El jinete gitano no llega a tiempo, su cabalgar es inútil, de ahí la frustración. 2. Preciosa y el aire. La gitana Preciosa aparece por el camino tocando la pandereta. Al verla, el viento se levanta, interesado sexualmente en ella. Este viento personificado se percibe como el violador de la niña. Si el viento simboliza el instinto masculino, la gitanilla representa el atractivo femenino. Al lado del viento hay otros elementos de la naturaleza personificada (“los olivos palidecen” / “Frunce su rumor el mar” / “El silencio sin estrellas, huyendo del sonsonete cae...”. Todo configura una atmósfera nocturna y amenazante para Preciosa. El color verde (“corre que te coge el viento verde”) parece simbolizar el deseo prohibido. Al lado de los personajes míticos (el viento y la niña) están los personajes que pertenecen al mundo histórico de los gitanos: los ingleses y la Guardia Civil. Podemos distinguir dos escenas, como si fuera una representación teatral: En la primera escena hay cuatro partes: la primera protagonizada por Preciosa; la segunda por el viento; la tercera por otros elementos de la naturaleza (los olivos y la nieve, testigos de la persecución) y la cuarta por el propio narrador. El momento de mayor peligro está señalado por el apóstrofe del narrador: “¡Preciosa, corre, que te coge el viento verde”. En la segunda escena, Preciosa se protege en la colonia de los ingleses. 10 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
El poema comienza “in media res” y tiene un final truncado (característica del romance tradicional), pues no sabemos cómo acaba, pero parece que el viento sigue amenazando (“en las tejas de pizarra, el viento, furioso, muerde”). 3. Reyerta. Lucha entre jóvenes gitanos que se atacan sin saber por qué (una mirada un roce, un amor. Comienza situando a los jinetes en un ambiente de muerte y la violencia y la tensión es enorme. Los gitanos traían pañuelos para las heridas y navajas. Uno de ellos, con varias heridas inicia su camino hacia la muerte. Llega el juez con la guardia civil y consideran el hecho como algo habitual entre los gitanos. Finalmente, la tarde, como mujer, cae sobre los cuerpos de los jinetes muertos. La muerte es introducida por símbolos lorquianos como las navajas que aparecen destacadas mediante comparaciones. Asociados a la muerte aparecen el caballo, como mensajero de la muerte, y la sangre. Las heridas del muerto, se enuncian mediante metáforas (“su cuerpo lleno de lirios”/ y “una granada en la sien”); por metonimias (“sangre resbalada gime) y otra metáfora (“muda canción de serpiente”), que alude a cómo se expande por el suelo la sangre: se mezcla lo visual y lo auditivo. El poema termina con una sucesión de metáforas vanguardistas (basadas en asociaciones inesperadas) en las que el final del día y el color negro evocan la muerte. En la escena participan como espectadores las mujeres, ángeles negros y la tarde, que aparece con rasgos antropomórficos. Se nota la influencia popular del romancero (el tipo de composición, los recursos rítmicos como la anáfora y el nombre propio acompañado de su epíteto) y la de las vanguardias (imágenes insólitas). 4. Romance sonámbulo. La historia de tres personajes: la gitana enamorada que, cansada de esperar en su baranda, termina suicidándose en el aljibe (depósito de agua) y los compadres (el novio o amante, bandolero que viene herido y moribundo y el padre de la gitana). Los dos hombres, el novio herido y el padre de la muchacha dialogan: el joven, que tiene una herida en el pecho y que ve aproximarse la muerte, parece arrepentido de su peligroso oficio y desearía cambiarse por el mayor, para al menos, morir en su cama. Como esto es imposible, deciden subir los dos, el novio contrabandista y el padre de la gitana a las barandas donde espera ella. Cuando al fin llegan la encuentran muerta. Rompe la intimidad de la escena, con la luna iluminando el cuerpo de la muchacha, la aparición de los guardias civiles que perseguían al contrabandista, y se deja entrever que llega su final. La muchacha del romance representa la frustración y la esterilidad del amor oscuro, por eso viene a morir en el aljibe, agua estancada, que simboliza la falta de esperanza. El verde preside todo el poema, sirve como marco a la historia y le da una atmósfera de irrealidad, fantasmagórico. Es símbolo de la frustración, de la putrefacción de la muerte, el amor equivocado. Frente a la muchacha que aparece quieta, el dinamismo del jinete que se debate entre la vida sedentaria y la vida libre representada por el caballo. Como el mismo Lorca dice, sucumbe a su destino trágico, porque para alcanzar el objeto de su deseo debería renunciar a su ser más profundo y ya no sería él. Otra vez la luna preside la escena (“barandales de la luna”); también participa en la escena la naturaleza animada. Un ruido amenazante anuncia la llegada de la muerte (“Temblaban en los tejados farolillos de hojalata”/”Mil panderos de cristal herían la madrugada”). 11 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
El poema está dividido en cinco partes separadas tipográficamente. Cada división conlleva una elipsis que hay que suplir con la imaginación: las dos primeras partes son tiempos de espera, el diálogo ocupa la tercera parte (entre el compadre, padre de la muchacha, y el jinete contrabandista); las oraciones de modalidad exhortativa representan el ansia (“dejadme subir.”), en la quinta parte presenciamos el esfuerzo inútil de los gitanos.; aunque la acción sigue siendo simultánea se abandona el presente por el imperfecto, con un valor cinematográfico (se abandona el primer plano por un plano general); alternancia de tiempos verbales: el imperfecto narrativo y el imperfecto descriptivo; en la última parte aparecen los guardias civiles que van a derrumbar el mundo de los gitanos. Y se cierra con los primeros versos y un barco y un caballo que nunca alcanzan su destino. 5. La monja gitana, el sueño erótico. Una monja está bordando flores, pero su fantasía está ocupada en otras cosas. Las flores de su fantasía tienen una connotación sexual que culmina con las imágenes a partir del verso 25 de simbología sexual más o menos evidente: parece haber un camino ascendente hacia un clímax. Podemos distinguir dos partes: en la primera (del 1 al 20) presenta a la monja en su silencio; la segunda (del 20 al 32) se le escapa. “un negro chorro de hormigas”, el deseo reprimido, “un rumor último”, sugeridor de una secreta presencia. 6. La casada infiel. Cuenta la relación amorosa entre una moza casada y un gitano. Lorca dijo de este poema que es “pura anécdota andaluza. Es popular hasta la desesperación , y como lo considero, lo más primario, lo más halagador de sensualidades y lo menos andaluz, no lo leo. 7. Romance de la pena negra. Cuenta la enorme pena de Soledad Montoya, pena que solo es posible apagar con la muerte. Para Lorca Soledad Montoya “es la concreción de la pena negra sin remedio, de la pena negra de la cual no se puede salir más que abriendo con un cuchillo un ojal bien hondo en el costado siniestro” (pena existencial que ya había sido el tema de numerosos textos de Lorca). Abundantes imágenes: “Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora”: los gallos anuncian con su canto, como si fuese una piqueta que perforando la noche, la próxima llegada del día. “Cobre amarillo su carne/ Huele a caballo y a sombra”: se acumula una metáfora y una sinestesia , su carne es cobre amarillo por el color de su piel y huele a sombra porque está envuelta en la oscuridad de la noche. “Yunques ahumados, sus pechos, gimen canciones redondas“: hay un desplazamiento del adjetivo ‘redondas’: los pechos (yunques) lloran porque se sienten ahumados, es decir, casi ajados, secos, estériles. “lloras zumo de limón”: una hipérbole metafórica , lloras lágrimas muy amargas. “de espera y de boca” Una metonimia: bocas por besos. “Me estoy poniendo /de azabache: me estoy haciendo vieja “Mis muslos de amapola”: metáfora: se sustituye jóvenes por ‘de amapola’ “lava tu cuerpo con agua de alondras: calma el fuego de tu cuerpo con el agua fría que simbolizan las alondras. “Volante de cielo y hojas: metáfora: así como el vestido de la gitana tienen volantes, el río es el volante de la falda del monte en el que se reflejan el cielo y las hojas de los árboles. 12 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
“Con flores de calabaza /la nueva luz se corona,” el sol ilumina el horizonte con una luz amarilla “De cauce oculto y madrugada remota”: profunda, eterna, antigua. 8. San Miguel (Granada). El San Miguel que poetiza se encuentra en la torre de la ermita de su nombre en lo alto del Sacro Monte en Granada. La romería de los gitanos desde el Albaicín a la ermita del Sacro Monte sigue celebrándose cada 29 de septiembre. Esta romería y el San Miguel que se encuentra allí son los elementos que se celebran en este poema. San Miguel es el rey del aire que vuela sobre Granada, ciudad de torrentes y montañas. Se empieza describiendo la romería. Luego el San Miguel. La estatua que hay allí es una estatua barroca, con la cabeza adornada de gigantescas plumas; tiene además el brazo derecho en alto (“el gesto de las doce”) y un aspecto afeminado del que se burla Lorca. A ambos lados la estatua tiene sendas esculturas de San Gabriel y San Rafael. Como los otros dos es un poema de metáforas difíciles: “un cielo de mulos blancos” es una visión metafórica de las nubes, réplica de los mulos oscuros en el monte. “Ojos de azogue”, las estrellas. “un final de corazones”, el momento último de la noche cuando la aurora colorea el cielo “El mar baila”: personificación “las orillas de la luna pierden juncos, ganan voces: el mundo de la noche (luna, juncos) cede el paso al día (voces). 9. San Rafael (Córdoba). Una estatua del ángel (el de la historia de Tobías) se halla en la orilla del Guadalquivir, en el puente romano. Tradicionalmente se considera a San Rafael el protector de los niños. San Rafael es el arcángel peregrino de la Biblia y el Corán que pesca en el río de Córdoba. 10. San Gabriel (Sevilla). Empieza con la descripción de un tipo gitano, esbelto y gallardo. Lorca lo llama el anunciador, padre de la propaganda. “Entre azucena y sonrisa”: Es el ángel anunciador de la Virgen, cuyo símbolo tradicional de pureza es la azucena. Lorca agitaniza aquí el episodio de la Anunciación para expresar el sentido familiar de los gitanos. La gitana que aparece es la única gitana feliz del libro (frente a Soledad, la gitana del romance sonámbulo, Preciosa, Rosa la de los Camborios con sus dos pechos cortados, la martirizada Santa Olalla, la violada Tamar). “bien lunada y mal vestida”:los lunares, la lunas de sus pechos? “domador de palomillas”: alusión graciosa al Espíritu Santo. “grillos ocultos palpitan” metáfora alusiva a la agitación del deseo reprimido. “Tu fulgor abre jazmines/ sobre mi cara encendida”: blancura para refrescar el fuego “clavellinas”, la flor del amor. 11. Prendimiento de Antoñito el Camborio. Antoñito es el gitano mítico masculino. Representa la dignidad gitana. “El prototipo del gitano verídico” dijo García Lorca. Era un representante de la aristocracia gitana (“hijo y nieto de Camborios”). Un ser nacido para la gloria o la perdición, pero nunca para la mediocridad. Antoñito se dirige a una corrida de toros y va robando limones. Es sorprendido por la guardia civil 13 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
y es detenido. Primero se cuenta la nobleza y dignidad del héroe, después la humillación (es despojado de su vara de mimbre). Además en la octava estrofa se le echa en cara su falta de valor por no haber matado a los cinco guardias (Antonio, ¿quién eres tú?/Si te llamaras Camborio /hubieras hecho una fuente/de sangre con cinco chorros). Las distintas partes marcan el cambio de tiempo. La primera parte transcurre después del mediodía, cuando Antoñito se dirige a la corrida de toros. La segunda parte transcurre en el momento del crepúsculo, “mientras el día se va despacio”. Y la tercera a las nueve de la noche, al tiempo que desaparece la luz del exterior y Antoñito es devorado por las fauces oscuras del calabozo. Entonces el cielo reluce sin estrellas “como la grupa de un potro”. “Moreno de verde luna”, una premonición fatídica. 12. Muerte de Antoñito el Camborio. Es el mismo personaje que en el poema anterior. Antoñito es asesinado por sus cuatro primos de Benamejí porque lo envidiaban. Se produce, pues, una nueva mitificación o idealización del gitano muerto a manos de sus primos Heredia, por envidia. “voz de clavel “, el clavel es símbolo del amor apasionado o metáfora de la sangre. “las estrellas clavan rejones al agua”, visión metafórica taurina. “Ay, Federico García”, el poeta pasa a ser parte del universo gitano. 13. Muerto de amor. Narra la agonía y muerte de un enamorado que parece ver su propia muerte antes de dictar su última voluntad. Es un diálogo entre un hijo y su madre. La secuencia sería: el muchacho, perdidamente enamorado, intuye su amargo final. La acción se desarrolla por la noche. El joven asiste, en agonía a su propia muerte y entierro. Se alude al dolor que produce la muerte (el número siete hace alusión a la Virgen de los siete puñales, imagen del dolor extremo). “Las viejas voces” son el coro que acompaña la escena de la agonía; “fachadas de cal”, presentación de un pueblo andaluz. “Los altos corredores”, como “las altas barandas” parecen ser el lugar del amor imposible. “En mis ojos.” los ojos ofrecen el reflejo del mundo soñado. “a las amarillas torres”, el color amarillo es muchas veces símbolo de la muerte. “el mar de los juramentos”, un mar tumultuoso; “El cielo daba portazos”, los truenos. 14. Romance del emplazado. Es un personaje de la mitología gitano-andaluza; a él se alude también como “el Amargo”. Un personaje al que se le anuncia (se le emplaza) su muerte para el 25 de agosto. Se utiliza una técnica de planos superpuestos, en una mezcla de pasado, presente y futuro. En este poema, como en el Romance sonámbulo, el Amargo está muerto desde el principio. Caballo/barcos: el mundo de los gitanos en su doble vertiente de sierra/mar. “trece barcos” el número de la mala suerte. “norte de peñascos y señales” el duro provenir del emplazado. 15. Romance de la guardia civil española. Representa el ataque y la destrucción de un poblado gitano por parte de la Guardia Civil en una noche de Navidad. Alude a la tradicional enemistad entre los gitanos y la Benemérita, la oposición entre la realidad y el deseo, la imaginación frente al orden. La Guardia civil representa el mal; de ahí el valor simbólico del color negro. Seres extra-humanos que “tienen de plomo las 14 ROMANCERO GITANO - FEDERICO GARCÍA LORCA.
calaveras”, seres monstruosos “jorobados y nocturnos” que destruyen la ciudad de los gitanos, símbolo de la destrucción de todo lo que no se entiende. La secuencia sería la siguiente: la guardia civil a caballo, el poblado gitano y la actividad habitual en él, el presentimiento del ataque a los gitanos, la fiesta gitana de la Navidad, se presiente la desgracia y finalmente el ataque de la guardia civil con fuertes escenas de violencia y miedo. Este poema cierra el primer bloque, es más extenso que los anteriores y es la destrucción del mundo mítico gitano. 16. Martirio de Santa Olalla. Romance de la Andalucía romana. Olalla no es gitana, pero es perseguida y mutilada por los soldados romanos igual que los gitanos por la guardia civil. La referencia histórica está sacada del martirio de Santa Eulalia de Mérida. El poema está dividido en tres partes: panorama de Mérida; el martirio; infierno y gloria. “blasfemias de cresta roja” 17. Burla de Don Pedro a caballo (Romance con lagunas). El título hace referencia a una farsa burlesca de un tema frecuente en el romancero tradicional, parodia y escarnio de un personaje histórico, aparentemente noble y caballero enamorado. Personaje que, al final, muere olvidado. Las lagunas es lo que falta en la historia que se está contando (una historia incompleta), “bajo el agua siguen las palabras”. Métrica irregular. Versos que van desde tres sílabas hasta once “venía en busca del pan y del beso”: vida doméstica y amorosa. 18. Thamar y Amnón. Lorca incluye este romance bíblico en el Romancero porque durante una visita al Albaicín, escuchó a los gitanos cantando el Romance de Altamares (Thamar). El tema está basado en el conocido incesto bíblico que relata el segundo libro de Samuel. Este poema se ha considerado como el más difícil del Romancero por la gran cantidad de elementos simbólicos aquí metidos: ojos llenos de alas, coral de rosas y dalias, linfa de pozo, musgo, troncos y esa cobra tendida que canta, maléfica mezcla de orientalismo y sexo. La estructura del romance sería la siguiente: panorama de un paisaje árido y caluroso, presentación de los personajes, primeros planos de los personajes que descubren su fogosa pasión, violencia del incesto, a la que contribuyen los elementos exteriores, planos rápidos del incesto consumado y finalmente la huida del violador.
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