El Grito de Guerra Contra todo mal
Esperanza para todos
Diciembre 2021
Mensaje de Navidad General Brian Peddle
¡Nuevo Destino, Misma Esperanza! Comisionado Torben Eliasen
Siempre hay esperanza Comisionada Deise Eliasen
Esperanza en medio de la incertidumbre Mayor Jaime Concha
Todavía hay esperanza Teniente Coronel Raúl Bernao
Mensaje de Navidad Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten (Colosenses 1:17). ¡Qué año 2021 ha sido! En estos últimos 12 meses nuestro mundo ha
seguido enfrentándose al desafío y a la realidad de la pandemia del COVID-19, lidiando con la enfermedad y la muerte, así como con las estrategias de recuperación y los programas de vacunación. Por otro lado, los Juegos Olímpicos y Paralímpicos han supuesto un alivio para el mundo, ya que han aportado un compromiso positivo, algo para disfrutar y una oportunidad para celebrar los logros de nuestros países. Por supuesto, también hemos sido testigos de catástrofes y tragedias tanto naturales como provocadas por el hombre —incendios forestales en diferentes países, el asesinato de un presidente, huracanes y tormentas—, cada una de las cuales presenta importantes desafíos. En los últimos días, los talibanes han retomado el control de Afganistán, lo que ha provocado la huida de la población, la preocupación por la educación de las mujeres, la posible vuelta a las costumbres de los antiguos regímenes y la pérdida de cualquier atisbo de democracia. En tiempos tan turbulentos, ¿a dónde o a quién acudir? Hebreos 13:8 nos dice que nos dirijamos a Jesús, que es el mismo "ayer, hoy y siempre”, mientras que Colosenses 1:17 lo describe como aquel en quien "todas las cosas permanecen unidas", y Apocalipsis 22:13 como "el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin". Tenemos que acudir a Aquel que es más sabio que nosotros, más compasivo que nosotros, más poderoso que nosotros, que es trascendente y a la vez está con nosotros, y que está presente en medio del tumulto y el caos con su consiguiente costo personal porque, como leemos en el Salmo 23 y en Mateo 11 versículo 28, nos invita a descansar. Si hay un momento para dirigirse a Jesús es la Navidad, cuando nos detenemos para
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recordar y celebrar su nacimiento, su encarnación y su conversión en Emanuel (Dios con nosotros). ¿Qué significa todo esto? Significa que hay esperanza. Significa que no estamos solos. Significa que tenemos a alguien que puede restaurar nuestras almas cuando estamos agobiados; alguien que puede darnos descanso cuando estamos cansados; alguien que puede proporcionar una perspectiva eterna cuando lo inmediato lo consume todo; alguien que nos mantiene unidos a nosotros y a nuestro mundo cuando nosotros y este se desmoronan. Eso sí que es algo que merece la pena celebrar en esta época navideña. ¿Por qué no querríamos conocer a alguien como Jesús? Si su relación con Jesús ha sido descuidada durante un tiempo, la Navidad representa un momento oportuno para reconectarla, para reavivarla. Y si aún no lo conoce, la Navidad es también una oportunidad para conocer a Jesús por primera vez, para invitarlo a su corazón y a su vida como salvador y amigo. La Comisionada Rosalie se une a mí para desearles una feliz Navidad y las bendiciones de Dios durante este tiempo santo.
Brian Peddle General
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¡Nuevo Destino—Misma Esperanza!
En estos días mi esposa y yo estamos haciendo los trámites para obtener la visa de Sudáfrica, donde hemos sido nombrados por el Ejército de Salvación para asumir el liderazgo del Territorio Sur de este continente (Eswatini, Lesotho, Namibia, Isla de Santa Helena y Sudáfrica). Es curioso que, además de solicitar nuestro atestado de antecedentes criminales del país donde vivimos, Chile, y de nuestro país de origen, Brasil, la embajada nos solicitó también presentar los atestados de todos los otros países donde hemos vivido. Entonces además de los mencionados tuvimos que buscar nuestros atestados de Estados Unidos, Mozambique e Inglaterra. Después de algunas gestiones logramos obtener toda la documentación en tiempo y pudimos presentar todo conforme fue solicitado por la embajada. Sabíamos que no había nada contra nosotros en ninguna parte, pero las autoridades de los varios países tuvieron que confirmarlo. ¡Así es la vida, no basta ser íntegro, hay que probarlo! Jesús en cierta oportunidad hablando acerca de la integridad religiosa dijo: “Por sus frutos los
conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mateo 7:16 RVR1960). Nuestra integridad debe ser vista y confirmada por los otros a través de resultados visibles. En la primera carta de Juan capítulo 4 versículo 8 leemos que “Dios es amor”. ¿Pero cómo confirmarlo? Según las palabras del apóstol Pablo a los Romanos, lo comprobamos por el hecho de que “...Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8 RVR1960). El amor de Dios no quedó solo en la intención, fue confirmado en acción.
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Esta es la gran maravilla de la Navidad, pues la encarnación de Jesucristo es el gran marco revelador del amor de Dios. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y
habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:14 RVR1960). ¡La Navidad comprueba que Dios es amor, y que de hecho nos ama de manera práctica! El ángel lo reveló en un sueño a José diciendo: “José, hijo de David, no temas recibir a María tu
mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mateo 1:20-21 RVR1960) Por haber sido blanco de este amor vinimos a vivir en Sudamérica Oeste para compartirlo con ustedes, y ahora partiremos a Sudáfrica por la misma razón y con el mismo objetivo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16 RVR 1969) ¡Porque Jesús vino al mundo a morir por nuestros pecados, nada hay contra nosotros!
Comisionado Torben Eliasen Jefe Territorial Territorio Oeste de Sudamérica
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Siempre hay esperanza “Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.” Romanos 15:13 NVI ¿Te has dado cuenta de que el mundo es un lugar temeroso e insatisfactorio sin la esperanza de la vida eterna con Jesús? Durante estos días y meses de incertidumbre es normal que pierdas un poco el camino de estabilidad y bienestar que venías siguiendo con tanto esfuerzo. La cantidad de sucesos que están ocurriendo en el mundo es abrumadora, y por tanto es normal sentirse preocupado. Aparte de la expectativa que viene de la esperanza del cielo, nuestro mundo no tiene motivos para la paz, la celebración o la alegría. … Hay vida en la esperanza. … Hay alegría en la esperanza. … Hay propósito en la esperanza. La esperanza debe estar en la base de todas nuestras decisiones, emociones y búsquedas. La esperanza nos llena de alegría en medio de la prueba y de perseverancia en medio del fracaso. La esperanza nos guía hacia la vida abundante. Romanos 8:24-25 dice: "Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la
esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero, si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia". Tenemos la promesa de la vida eterna en una relación perfecta y
libremente con el Creador y Sustentador. Dios anhela el día en que todo el dolor, las lágrimas, la decepción, la separación, los virus y el pecado terminen para siempre (Apocalipsis 21:4). Y anhela llenarnos de la misma esperanza y expectación que tiene en Él mismo.
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Romanos 15:13 dice: "Que el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz
en la fe, para que, por la fuerza del Espíritu Santo, abundéis en esperanza".
Dios anhela hacer de nosotros un pueblo de esperanza. Anhela llenarnos de una perspectiva celestial para que podamos desechar las búsquedas de placeres mundanos y vivir para la eternidad con Él. Por esa razón, Dios envió su único hijo, Jesucristo, para morir en la cruz en nuestro lugar, y así pudiéramos tener vida y vida abundante en Él y vida eterna con Él. La esperanza de la vida eterna con Dios ha de ser la luz que nos guíe siempre. ¿Dónde has puesto tu esperanza? ¿Dónde están los tesoros de tu corazón? Poner nuestra esperanza en el cielo asegura los tesoros de nuestro corazón con el Padre celestial para toda la eternidad. En cambio, cuando atesoramos las cosas del mundo, lo que acumulamos pasará tan rápido como llegó. Si no has aceptado a Jesús como tu Señor y Salvador, hoy es el tiempo. Hay siempre esperanza para ti. Si ya tuviste esperanza en el pasado, pero por desilusiones, enfermedades o malas decisiones te has alejado de Dios y perdido la esperanza, permite que el Señor te llene de una nueva esperanza para el tiempo que está por venir. Permite que tus perspectivas cambien a la luz de la gloria de una eternidad en total comunión con el Creador. Que la esperanza del cielo te guíe hacia un estilo de vida en el que guardes tus tesoros, y por tanto tu corazón, con tu Padre celestial.
Deise Eliasen Comisionada Presidenta Territorial de Ministerios Femeninos
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Esperanza en medio de la incertidumbre En los días en que escribo este artículo, el mundo está siendo advertido de una nueva variante del Coronavirus, denominada Ómicron. Y se dice que es más agresiva que las anteriores, por lo que se insta a los países a incrementar sus esfuerzos en lograr una vacunación masiva de sus poblaciones. Estas noticias, no hacen más que aumentar la incertidumbre y desesperanza en medio de la población mundial que, después de 21 meses de vivir esta pandemia que ha traído tanto dolor, perdidas y violencia, lo único que anhela es poder comenzar a vivir una “nueva normalidad”, como se dio en llamar lo que sería la etapa post pandemia. Este virus ha venido para quedarse, dicen los entendidos. Y entender esto es agobiante para muchos. ¿Que hacer entonces? En la Biblia, que es la Palabra de Dios para la humanidad, encontramos un verso en Jeremías 29:11, que dice así: “Porque yo sé los
pensamientos que tengo para vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Esta Palabra hace parte de una carta dirigida a los Israelitas que habían sido desterrados desde Jerusalén a Babilonia. En ella Dios les asegura que ese será un tiempo largo en cautiverio, pero que Él no se olvidaría de ellos. Al cabo de 70 años, Él cumplió Su promesa, llevándolos de vuelta a su nación. Aquí nos podemos dar cuenta de que Dios cumple sus promesas. Él nunca se olvida de nosotros. Es más, Él nos conoce muy bien. Cuando dice en Jeremías 29:22 “yo sé los pensamientos que tengo para vosotros” , estaba indicándoles a los israelitas que no eran extraños para Él, y eso se aplica para nosotros en este tiempo. Dios nos conoce perfectamente, y no solo eso, tiene planes que son buenos para nosotros. Lo anterior significa que escucha nuestros ruegos, y espera que nosotros acudamos a Él cuando nos encontremos en circunstancias difíciles, porque es en esas oportunidades en que su presencia y promesas nos reconfortan. Si bien no
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podemos ver lo que nos sucederá mañana, esta promesa que hemos leído nos da aliento y seguridad de que Dios tiene un futuro ya marcado para nosotros. Entonces, no esperemos más, y acerquémonos a Él ahora. Hebreos 4:16, dice:
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” ¿Cómo nos podemos acercar a Él? Por medio de la oración. Nuestra oración y nuestros hábitos de devoción personal, son los que nos mantendrán cerca de nuestro Dios, y nos permitirán ganar las batallas de la vida, no importa cuáles sean. El desaliento, el desánimo y la incertidumbre, tan presentes en nuestra realidad actual, son derrotados por medio de la oración y la meditación en la Palabra de Dios. Cuando usted lea esta nota, seguramente estaremos viviendo el hermoso tiempo de la Navidad, y ese tiempo es la muestra más grande de que Dios está preocupado y atento por cada una de nuestras vidas. En Navidad recordamos el Nacimiento del Señor Jesús, que vino a este mundo como parte de la promesa de Dios de salvarnos de nuestros pecados, y darnos una nueva vida. En Mateo 1:22 y 23, encontramos lo siguiente: “Todo esto sucedió para que se
cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: La virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y lo llamarán EMANUEL, que significa Dios con nosotros” El plan de Dios siempre es lo mejor que nos puede suceder, y si no lo podemos entender en el momento, Dios se encargará de mostrarnos que Él sigue trabajando para nosotros cada día, cumpliendo Sus promesas cada momento, especialmente para los que le aman. Debemos centrarnos en buscar hacer la Voluntad de Dios, y entender Sus planes, porque haciendo esto, nuestras vidas tendrán sentido, y tendremos un motivo, una visión y un objetivo para vivir. ¡Dios le bendiga!
Jaime Concha Mayor Comandante División Ecuador
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Todavía hay esperanza Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz (Isaías 9:6) Estimado Lector: Esta es una profecía muy antigua que anunciaba las virtudes del que nacería aquella maravillosa noche en un pesebre en Belén. En su persona, la humanidad podría encontrar el consejo, el poder y la paz que ofrece el Dios eterno a nuestras vidas. Pero han pasado tantos siglos y la humanidad persiste en buscar sus propios caminos, como un joven inmaduro que, rehusando seguir la guía de su amoroso padre, persiste en sus propios senderos, aun cuando el resultado es dolor, fracaso y muerte. Muchos siguen ignorando esta amorosa oferta, atentando contra nuestro planeta, generando crisis sociales, ambientales y, sobre todo, atentando con lo más sagrado del ser humano, el vivir a la imagen de Dios, nuestro Creador. Pero como aquella noche donde Dios se ofreció en forma de niño a la humanidad sufriente, regalando paz, propósito y destino, hoy se vuelve a ofrecer a cada uno de nosotros para que aceptemos este bien maravilloso. ¿Lo aceptarás? Es mi deseo que cada ser en este planeta pueda dejar de seguir sufriendo y gozar de la maravillosa presencia del Todopoderoso. ¡Feliz Navidad!
Raúl Bernao Tte. Coronel Secretario en Jefe
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No te olvides que el verdadero significado de la navidad es que Jesús vino para nacer en nuestro corazón, Él es el dador de esperanza y amor eterno
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