historia biblica de jonas

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iutoms secci贸n 1011

Una historia Una historia B铆blica

Sulvyn Castillo C.I: 15.420.581

2011

Introducci贸n

Caracas


El mensaje perenne del libro es manifiesto. Dios es indulgente y bueno con quienes se arrepienten de sus yerros; y lo es hasta con su propio profeta, desobediente al principio. La divina revelación está destinada para todos los pueblos. El espíritu del evangelio no está lejos de aquí. El libro da cuenta del profeta Jonás y relata una historia en la cual Dios manda a Jonás a predicar al pueblo de Nínive, la capital de Asiria para persuadirlos de arrepentirse de su maldad o de lo contrario su ciudad quedaría destruida. Jonás se negó a obedecer y al principio rehúye de la presencia de Yahveh embarcándose rumbo a Tarsis, pero en el camino Dios prepara una tempestad y los tripulantes al saber que huían de Yahveh lo arrojan al mar en medio de la tempestad. Jonás 1 Entonces Dios envió un gran pez para que se tragara a Jonás. Después de tres días de permanecer en el vientre del pez durante los cuales Jonás oró, Yahveh dio la orden de que el pez vomitara a Jonás, arrojándolo a tierra firme. Jonás Después de esto, Jonás recibió por segunda vez la orden de Dios de ir a predicar a Nínive. Jonás accedió y en esa ciudad anunció la destrucción inminente para temor de todos sus habitantes: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida». El Rey de la ciudad, al enterarse sobre dicho designio, ordenó el ayuno de toda la población. Al presenciar el arrepentimiento masivo de la población de Nínive, Dios decidió que no castigaría la ciudad ni a sus habitantes. Jonás se enojó al contemplar la piedad de su Dios y el hecho de que su profecía no se cumpliera, por lo que se marchó de la ciudad disgustado. Dios lo reprendió por su falta de compasión hacia los muchos miles de personas y animales de Nínive, pero al final lo alecciona

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ÍNDICE


Introducción……………………………………………….1 Capitulo 1 -

huida de Jonás…………………………………………….2 Jonás en la tempestad……………………………………3 calma sobre el mar………………………………………..4

Capitulo 2 -

el gran pez……………………………………………….5 oración de Jonás…………………………………………6

Capitulo 3 -

Jonás predica en Nínive…………………………………7 efecto de la predicación………………………………….8

Capitulo 4 -

despecho de Jonás……………………………………….9 amorosa bondad de dios…………………………………10 Referencias Bibliográficas……………………………….11


Capítulo 1

Huida de Jonás

El Señor habló a Jonás hijo de Amitay, y dijo: Anda y ve a Nínive ciudad grande, y predica en ella; porque el clamor de sus maldades ha subido hasta mi presencia. Jonás empero, tomó el camino de Tarsis, huyendo del Señor, y así que llegó a Jope halló una nave que se hacía a la vela para Tarsis, pagó su pasaje y entró en ella con los demás para llegar a Tarsis huyendo del Señor.

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Jonás en la tempestad Mas el Señor envió un viento recio sobre el mar, con el que movió en él una gran borrasca de suerte que se hallaba la nave en riesgo de partirse. Y temieron los marineros y cada uno clamó a su dios y arrojaron al mar el cargamento de la nave a fin de aligerarla. Jonás había bajado a la bodega de la nave y dormía profundamente. Y llegase a el piloto y le dijo: ¿ Cómo te estás así durmiendo?. Levántate e invoca a tu Dios, por si quiere acordarse de nosotros y nos libra de la muerte. En seguida dijeron los unos a los otros. Venid y echemos suertes para averiguar de dónde nos viene este infortunio. Y echaron suertes y cayó la suerte sobre Jonás. Dijeron le pues: Decláranos los motivos de este desastre que nos sucede. ¿Cuál es tu ocupación? ¿De dónde vienes? ¿De qué nación eres tú? ¿A qué pueblo perteneces? Respondió les Jonás: Yo soy hebreo, y temo al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra. Y quedaron sumamente atemorizadas aquellas gentes, y dijeron le: ¿Cómo es que has hecho tu eso? Es de saber que de la relación que les hizo Jonás comprendieron que huía, desobedeciendo a Dios. Entonces le dijeron; ¿Que haremos de ti, a fin de que el mar se nos aplaque? Pues el mar iba embraveciéndose cada vez más. Y respondió les Jonás: Agarradme y arrojarme al mar, y el mar se os aquietará, puesto que yo sé bien que por mi causa os ha sobrevenido esta gran borrasca.

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Calma sobre el mar Entre tanto remaban los marineros para ver si podrían ganar tierra, mas no podían, porque iban levantándose más sobre ellos las olas del mar. Y clamaron al Señor diciendo: Roigámoste ¡OH Señor! que no nos hagas morir por causa de este hombre, y que no nos hagas recaer sobre nosotros la sangre inocente, pues que tu ¡oh Señor! has hecho lo que has querido. En seguida agarraron a Jonás, y lo echaron al mar, y al punto cesó el furor de las aguas. Con lo cual concibieron aquellas gentes un grande temor al Señor y ofrecieron víctimas, y le hicieron votos.

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Capítulo 2

El gran pez Y Había preparado el Señor un pez grande, para que se tragara a Jonás, el cual estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez. E hizo Jonás oración al Señor Dios suyo desde el vientre del pez.

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Oración de Jonás


Invocado he al Señor en medio de mi tribulación, y me ha escuchado benigno; he clamado desde el seno del sepulcro y tu has atendido mi voz. Me habías arrojado al abismo, al seno del mar, y me rodeaban todas las aguas, sobre mi han pasado todos tus remolinos y todas tus olas. Y yo decía: arrojado he sido lejos de la vista de tus ojos. ¿Como podré todavía contemplar tu santo templo?. Cercáronme las aguas hasta el punto de quitarme la vida, encerrado me he visto en el abismo; las algas han cubierto mi cabeza. He descendido hasta las raíces de los montes; los cerrojos de la tierra me encerraron allí dentro para siempre; mas tú, ¡oh Señor Dios mío! sacaras mi vida del lugar de la corrupción. En medio de las angustias que padecía mi alma he recurrido a ti ¡oh Señor!; mi oración llego a ti a tu templo santo. Aquellos que inútilmente se entregan a los vanos dioses, abandonan su misericordia. Mas yo te ofreceré en sacrificio cánticos de alabanza; cumpliré los votos que he hecho. Del Señor viene la salud. El Señor dio la orden al pez y este vomitó a Jonás en la ribera.

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Capítulo 3


Jonás predica en Nínive Y habló el Señor por segunda vez a Jonás diciéndole: Anda y ve a Nínive, ciudad grande, y predica en ella aquello que yo te digo: Marchó pues Jonás y se dirigió a Nínive, según la orden del Señor. Era Nínive una ciudad grandísima, que tenía tres días de camino. Y comenzó a recorrer la ciudad y anduvo por ella un día clamando y diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.

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Efecto de la predicación


Y creyeron los ninivitas en Dios y publicaron el ayuno, y vistieron todos chicos y grandes de sacos (4) Y llegó la noticia al rey de Nínive y se levantó del trono y despojándose de sus vestiduras, vistiese de saco, y sentase sobre la ceniza. En seguida se publicó en Nínive una orden del rey y de sus principales magnates, que decía: Ni hombres ni bestias coman nada; no salgan a pacer ni a beber los bueyes y ganados. Hombres y bestias cúbranse de sacos; y clamen al Señor, convirtiéndose cada uno de su mala vida e inicuo proceder. ¿Quién sabe si así mudara el Señor su designio, y nos perdonará y si se aplacará el furor de su ira, de suerte que no perezcamos? Viendo pues Dios las obras que hacían, y como se habían convertido de su mala vida, moviese a misericordia y no les envió los males que había decretado.

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Capítulo 4

Despecho de Jonás


Y Jonás se afligió mucho, y se incomodó. E hizo oración al Señor diciendo: Ruégate que me digas ¡oh Señor!, ¿no es esto lo mismo que yo me recelaba cuando aun estaba en mi país? No por otra razón me cautelaba huyendo a Tarsis. Porque yo se bien que tu eres un Dios clemente y misericordioso, sufrido y piadosísimo, y perdonador del mal. Ahora bien, Señor, ruegote que me quites la vida, porque para mi es mejor mejor morir que vivir. Y respondió el Señor: ¿Y te parece a ti que tienes razón para enojarte?

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Amorosa bondad de Dios Y saliese Jonás de Nínive y sentase a oriente de la ciudad, levanto allí una cabaña y vivía dentro de ella esperando a ver lo que acontecía a la ciudad. Entonces el Señor hizo que hubiese un ricino (5), que creció para hacer sombra a la cabeza de Jonás y protegerle. Jonás recibió grandísimo placer de aquel ricino Y al otro día, al rayar el alba, envió Dios un gusano que royó el ricino el cual se secó.


Y cuando se levantó el sol hizo el Señor que soplase un viento solano que quemaba: hería el sol en la cabeza de Jonás, quien se abrazaba y deseaba la muerte, diciendo: Mejor es para mi morir que vivir. Pero el Señor dijo a Jonás: ¿Crees tú razonable el enojarte por causa de un ricino? Y respondió el: Razón tengo para encolerizarme, hasta desear mi muerte. Y dijo el Señor: Tú tienes pesar por un ricino que ningún trabajo te ha costado, ni tú le has hecho crecer; pues ha crecido en una noche, y en una noche ha perecido. ¿Y yo no tendré compasión por Nínive, ciudad grande y en la cual hay mas de ciento veinte mil personas, que no saben aún discernir la mano derecha de la izquierda, y un gran número de animales?

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Fuentes y Referencias Sagrada Biblia - Herder - Barcelona, 1965 Diccionario de - Herder - 9na.Edición. - ISBN 84-254-0077-5 –


www.Wikipedia.com Estudios BĂ­blicos.com

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