Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe Latin American and Caribbean Economic System Sistema Econômico Latino-Americano e do Caribe Système Economique Latinoaméricain et Caribéen
Desarrollo de la Industria Regional de Software en América Latina y el Caribe: Consideraciones y Propuestas
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Secretaría Permanente del SELA Caracas, Venezuela 01 de Agosto de 2009 SP/Di N° 7-09
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PRESENTACIÓN RESUMEN EJECUTIVO
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I.
INTRODUCCIÓN
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II.
LA GLOBALIZACIÓN Y EL NUEVO CONTEXTO TECNOLÓGICO: EL SIGNIFICADO DE LAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN (TIC)
7
1. 2. 3. 4. 5. 6. III.
7 9 10 11 12 13
LA EXPERIENCIA DE LAS “3I” DEL SOFTWARE
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1.
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2. IV.
Introducción La transformación del sistema económico La economía de los servicios La globalización El nuevo paradigma tecno-económico La crisis actual
Introducción 1.1 Irlanda 1.2 Israel 1.3 India Algunas conclusiones de la experiencia de las “3I”
LA EXPERIENCIA DE LOS PAÍSES DE LA REGIÓN
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1. 2. 3.
21 23 25 26 26 26 27 28 28 29 29 30
4.
Introducción Las dificultades para exportar Factores que explican el éxito relativo 3.1 Personal formado de clase mundial 3.2 Infraestructura de telecomunicaciones 3.3 Promoción del país 3.4 Aliados estratégicos y clientes ancla 3.5 Incentivos fiscales 3.6 Calidad 3.7 Networking 3.8 Programas integrales de desarrollo de la industria A manera de conclusión
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V.
ANALISIS CRÍTICO DE LA TERCERIZACIÓN COMO CAMINO DE DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DE SOFTWARE DE LA REGIÓN 1. 2.
La necesidad de un cambio significativo de estrategia Situación actual de la industria de la tercerización de TIC y de servicios habilitados por TIC Visión crÍtica de la tercerización como estrategia
3. VI.
VII.
31 31 31 34
LA INNOVACIÓN Y LA INDUSTRIA DE SOFTWARE DE LA REGIÓN
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1. 2. 3. 4. 5.
35 37 38 40 42
Software como commodity y Software como valor Software como servicio e Innovación La copia creativa puede ser una fuente de innovación El cambio en el modelo de ingresos Un ejemplo Latinoamericano
DE LA INDUSTRIA DEL SOFTWARE A LA DE SERVICIOS HABILITADOS POR TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN y COMUNICACIÓN CON PRÁCTICAS DE INNOVACIÓN 1. 2.
El imperativo de la innovación Elementos para una agenda 2.1 La innovación en los servicios 2.2 La observación del crecimiento de la industria de servicios y las capacidades de innovación 2.3 La necesidad de estrategias de carácter nacional 2.4 El Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología 2.5 Los ecosistemas de innovación y el papel del Estado El caso de Finlandia
3. VIII.
Relaciones Intrarregionales
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
43 43 44 44 45 47 48 48 50 50
BIBLIOGRAFÍA
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GLOSARIO
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En la XXXIV Reunión Ordinaria del Consejo Latinoamericano del SELA, celebrada en Caracas, del 25 al 27 de noviembre de 2008, los Estados Miembros recomendaron a la Secretaría Permanente desarrollar un programa orientado a fortalecer el desarrollo de una industria de software de alcance regional, en el cual se abordaran las políticas públicas y estrategias empresariales que le permitan a este sector competir internacionalmente. El presente análisis, preparado por la Secretaría Permanente del SELA, responde a este mandato del Consejo Latinoamericano del SELA, contenido en su Programa de Trabajo para el año 2009. Asimismo, la Secretaría Permanente, al promover el presente estudio, reitera su compromiso de apoyo y desarrollo del Plan de Acción Regional definido dentro de la “Estrategia para la Sociedad de la Información en América Latina y el Caribe, eLAC2010”1, y de coadyuvar en los procesos de inclusión y de integración digital en la región. Para cumplir con estos propósitos se consideró imprescindible analizar los distintos criterios instrumentados en los temas de innovación y aprovechamiento de la complementariedad de las capacidades existente. El fin de este documento es, por tanto, examinar algunas experiencias clave en el desarrollo de la industria del software, para lo cual se han tomado en cuenta experimentos, aciertos y aprendizajes de diversos países, tanto de la región como de fuera de ella. A partir de lo cual se pretenden obtener algunas conclusiones útiles para pensar y actuar con respecto al desarrollo de esta industria en los países America Latina y el Caribe. El trabajo se divide en siete secciones. Después de la introducción, en la primera sección se hacen ciertas consideraciones generales sobre los procesos de globalización, entendidos estos como vinculados al surgimiento y desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación. De la misma manera se hacen algunas referencias, con respecto a sus 1
El eLAC es una estrategia regionalmente concertada que concibe a las Tecnologías de Información y de Comunicaciones (TIC) como instrumentos de desarrollo económico e inclusión social. Es una estrategia con visión de largo plazo (hacia 2015) acorde con los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM) y la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI), que se concreta con planes de acción de corto plazo con metas cuantitativas y cualitativas a lograr. El eLAC2007 es un plan regional con 30 metas y 70 actividades para el trienio 2005-2007 y el eLAC2010 es un plan con 83 metas a lograr durante los años 2008-2010 (CEPAL, 2008).
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vinculaciones con el desarrollo de un nuevo paradigma tecno-productivo y las nuevas formas de organizar la producción de bienes y servicios. En la segunda sección se hace una descripción sucinta de la industria del software, y Se sintetiza, así mismo, la experiencia de tres países: Irlanda, Israel e India, conocidos como las “3I”, considerados países de “ingreso tardío” en la industria de software, y tenidos, además, como exitosos en su participación en un sector dominado por Estados Unidos, Alemania y Japón. En la tercera sección se hace un análisis general de la experiencia de países de la región, calibrando las dificultades y los resultados que se han logrado en el avance del sector nacional de software. Se hace un énfasis importante en los factores que han jugado un papel de significación en el éxito relativo de la industria en la región. En la cuarta sección se aborda un análisis crítico de la práctica de la tercerización de los servicios como estrategia para el desarrollo de la industria del software. En la quinta sección se introduce la innovación como aspecto central de una nueva estrategia de desarrollo, en tanto que factor que determina la creación de valor en la actividad productiva moderna. En ese contexto, en la sección sexta, se discuten, las bases generales para fundamentar una estrategia alternativa para los países de la región, basada en el desarrollo de los servicios habilitados por las Tecnologías de Información y Comunicación con prácticas de innovación (SHTIC2). Finalmente, en la última sección, se extraen algunas conclusiones y se recomiendan, de manera preliminar, acciones a los países de la región, entre las cuales destaca, la creación de un Programa Regional en el que participen actores de los sectores público, privado, académico y de Investigación y Desarrollo, que viabilice la cooperación y la concertación en la materia, por parte de los países interesados de América Latina y el Caribe, como aporte al desarrollo de la industria regional de software, desde una perspectiva que subraye la importancia de la integración regional. Este estudio ha sido elaborado por los consultores, José Gregorio Silva e Ignacio Ávalos, a quienes la Secretaría Permanente expresa su reconocimiento.
Relaciones Intrarregionales
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RESUMEN EJECUTIVO La crisis mundial, detonada por los graves problemas financieros a partir del año 2008, ha puesto en evidencia una grave fractura en el modelo vigente de desarrollo. La crisis no es, pues, sólo financiera, sino estructural y por eso se manifiesta en diversas vertientes ecológica, económica, social, política, tecnológica-, planteando la necesidad de respuestas con referencia a diversos problemas: cómo construir un mundo con mejores oportunidades para todos los habitantes, cómo hacer posible su gobierno en el contexto de la globalización, cómo hacerlo sustentable desde el punto de vista del ambiente o cómo instaurar, en fin, nuevos esquemas para desarrollar la economía, lo cual, dicho mas concretamente, supone, de manera urgente, el diseño de otras formas de concebir y organizar la producción y el consumo de bienes y servicios. El anterior es el contexto general dentro del cual deben pensarse las perspectivas de los países de la región (Latinoamérica y el Caribe), y en lo que concierne al tema del presente trabajo, pensarse, así mismo, las perspectivas de evolución de su industria del software. Esta es, como se sabe, cada vez más importante en el mundo de hoy, además de que muestra varios aspectos que la singularizan con relación a otras actividades productivas: se trata de una industria limpia, generadora de intangibles, esencialmente globalizada e intensiva en capital humano. Es, así mismo y de manera muy significativa, una industria de carácter transversal, ubicua y que produce resultados que transforman y potencian prácticamente todas las actividades que tienen lugar en las sociedades modernas. Se trata, por otro lado, de una industria que se encuentra en manos de grandes empresas transnacionales, fuertemente concentrada tanto en lo que respecta a la producción como al consumo, en Estados Unidos, Alemania y Japón. No obstante, hay países en desarrollo que cuentan con una industria de software significativa, desde el punto de vista económico. Se trata de países de ingreso tardío, presentes en la industria después de que las potencias mencionadas llevaban un largo camino andado. La literatura sobre el tema ha recogido, con detalles, su experiencia, y tres de ellos han sido convertidos en emblemáticos en este sentido: Irlanda, Israel e India. Prescindiendo de sus diferencias, algunas de ellas de mucha monta, su trayectoria es considerada como muy exitosa, sobre todo por su desempeño exportador. Igualmente se habla de la experiencia de varios países de la región, la cual, si bien no tiene la estatura de las naciones anteriormente mencionadas, si tiene la suficiente relevancia como para que comience a ser considerada internacionalmente. Algunos factores de éxito en el caso de Latinoamérica y el Caribe deben ser valorados en su contexto porque hoy constituyen lecciones aprendidas importantes a la hora de desarrollar políticas públicas: la existencia de personal formado de clase mundial, la adecuación de la infraestructura de telecomunicaciones, la promoción del país como habilitador, el desarrollo de aliados estratégicos y clientes ancla, los incentivos fiscales, los estándares de calidad internacional, el networking como plataforma y los programas integrales de desarrollo de la industria. Haciendo a un lado las distinciones, valga reiterarlo, existentes entre los diversos países aludidos, cabe señalar que la estrategia observada se basó fundamentalmente en una cierta división del trabajo internacional, la cual hizo posible que el software se creara en países externos a los grandes centros de consumo. En efecto, en el contexto de mercados globalizados -posibles, en buena medida, gracias a las oportunidades que abre el desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC)-, así como, dadas las características propias de los procesos de producción de software, la “tercerización” de esta actividad ha sido una opción económica atractiva desde el
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Políticas económicas y sociales en la integración
4 punto de vista de las naciones desarrolladas y de sus grandes empresas transnacionales, esencialmente debido a que reduce los costos de manera ostensible. Así, ciertas condiciones legales (tributarias, salariales, normas de propiedad intelectual, etcétera), la existencia de una adecuada infraestructura de informática y telecomunicaciones, un marco económico y político estable y, en particular, la disponibilidad de recursos humanos muy bien calificados, relativamente abundantes y comparativamente baratos, crearon el ambiente requerido para la localización de subsidiarias y la contratación “offshore” de empresas locales. Cabe preguntarse, visto lo anterior, si la estrategia delineada anteriormente tiene espacio hoy en día como alternativa para los países de la región. Al respecto, en estas páginas se sostiene, en primer lugar, que se trata de una vía que debe ser mirada cuidadosamente, vista su base de sustentación, la cual es muy débil en la medida en que su principal atractivo radica, según se mencionó, en la posibilidad, por parte de tales países, de ofrecer bajos costos de producción, principalmente, aunque no sólo, en lo que respecta a los recursos humanos. Es, en consecuencia, una estrategia que mantiene su vigencia en la medida en que se conserven los bajos costos y otros países no ofrezcan, a su vez, condiciones más favorables en el mismo sentido. En otras palabras, y como resulta evidente, la “tercerización” en la fabricación de software, tiene su principal asidero en las enormes desigualdades económicas y sociales a nivel internacional. Adicionalmente debe señalarse, en segundo lugar, otro aspecto, de tanta importancia como el anterior, pues remite a la naturaleza misma de la producción de software hoy en día. Con referencia a este punto, diversos autores han venido argumentando en torno a la idea de su “comoditizacion”, indicando que su valor se está trasladando hacia modelos de negocios que se expresan en servicios habilitados por el uso de las TIC (incluyendo el software, desde luego), con un componente determinante de innovación. En otras palabras, el software se ha convertido en un componente, necesario, pero no determinante en los procesos de agregación de valor. Está tomando cuerpo, así pues, un nuevo conjunto de reglas económicas y técnicas, mediante las cuales se encauza, tanto la generación, transmisión y uso del software, como sus aplicaciones, dentro de una economía predominantemente marcada por la relevancia del sector de los servicios. La estrategia de los países de la región debe ser, entonces, distinta a la que se describió anteriormente con referencia a la de los llamados “países de ingreso tardío”, la cual tiene todavía importantes problemas que resolver en el mediano y largo plazo. Tal estrategia se desarrolló con éxito en la década de los ochenta y de los noventa, pero pareciera que no tiene sentido intentar repetirla treinta o veinte años después, en circunstancias muy disímiles. En consecuencia, las políticas actuales más relevantes no deberían ser tanto aquellas diseñadas para abrirle paso a la “tercerización”, conforme se apuntó, bien sea con el propósito de favorecer la localización de subsidiarias extranjeras, bien sea con el fin de concertar con empresas locales ciertos acuerdos de producción dentro de la formula del “offshore”, sino políticas orientadas a crear un ambiente general de innovación -una cultura-, que mediante un menú variado de instrumentos permita incursionar con posibilidades ciertas de éxito en el mercado internacional de los servicios innovadores habilitados por Tecnologías de Información y Comunicación (TIC). Los países de la región han suscrito y reiterado, en diversas ocasiones, su voluntad de orientarse hacia su inserción en la economía del conocimiento enfatizando la importancia que ello tiene para el desarrollo de sus respectivas economías, así como para avanzar en la superación de la pobreza y de los problemas derivados de la falta de
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inclusión. Este compromiso, plasmado en las metas de la “Estrategia para la Sociedad de la Información en América Latina y el Caribe” (CEPAL, 2008), plantea la necesidad de buscar complementariedades productivas en la región. En este marco, hasta ahora se ha considerado como estratégica la responsabilidad del Estado en catalizar el desarrollo de la industria de software. Este trabajo pretende contribuir en la realización efectiva de estos compromisos señalando que, tanto a nivel nacional como supranacional, es necesario establecer los espacios e identificar las oportunidades para lograr la orientación hacia los servicios y hacia la innovación de esta industria. Es, sin duda, una tarea crucial, que, además debe revestir características muy distintas si se admite el cambio aquí propuesto, vale decir, el paso de la estrategia organizada en tono a la producción de software tipo “commodity” y bajo esquemas que impliquen outsourcing y desarrollo offshore, a la estrategia de creación de servicios habilitados por las Tecnologías de Información y Comunicación con prácticas de innovación. En consecuencia, otros deben ser los énfasis y los perfiles de las políticas de formación de del talento y de desarrollo de mecanismos de financiamiento, otra la orientación y la importancia de la normativa relacionada con los asuntos de propiedad intelectual, otras las condiciones para la recepción de capital extranjero, etcétera. Y particularmente importante: otras las formas de construir convergencias y alianzas empresariales, públicas y privadas en la región. En tal sentido, los organismos intergubernamentales y entidades supranacionales, así como los gobiernos locales y nacionales, pueden usar su capacidad de convocatoria y concertación para impulsar algunas acciones que propicien la transición propuesta, tales como: 1. 2. 3. 4. 5.
Promover la discusión con respecto al tema servicios, innovación e industria de software Realizar y divulgar estudios acerca de las experiencias regionales de innovación y servicios Revisar los programas nacionales de apoyo a la industria de software Desarrollar los mecanismos de observación de la actividad innovadora en el sector servicios Integrar el esfuerzo de solución a la calidad de procesos de TIC.
En función de las acciones enunciadas, y de otras que pudieran generarse, la Secretaría Permanente del SELA propone crear un espacio flexible de cooperación y concertación entre Estados Miembros interesados, como sería un Programa Regional sobre la Industria de Software, en el cual participen actores de los sectores público, privado, académico y de Investigación y Desarrollo de la región, desde una perspectiva que subraye la integración de América Latina y el Caribe con miras a su inserción ventajosa y competitiva en la economía global.
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I.
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INTRODUCCIÓN
El presente trabajo esta dividido en siete secciones. En la primera de ellas se hacen algunas consideraciones generales sobre los procesos de globalización, entendidos estos como vinculados al surgimiento y desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación. Hay algunas referencias, así mismo, con respecto a sus vinculaciones con el desarrollo de un nuevo paradigma tecno-productivo y las nuevas formas de organizar la producción de bienes y servicios. En la segunda se pretende hacer una descripción sucinta de la industria del software, de su naturaleza, de sus principales características y de su importancia desde el punto de vista económico. Se sintetiza, así mismo, la experiencia de tres países: Irlanda, Israel e India (3I), considerados países de “ingreso tardío” en la industria de software, y tenidos, además, como exitosos en su participación en un sector dominado por Estados Unidos, Alemania y Japón. En la tercera sección se hace un análisis general de la experiencia de países de la región, calibrando las dificultades y los resultados que se han logrado en el avance del sector nacional de software. Se hace un énfasis importante en los factores que han jugado un papel de significación en el éxito relativo de la industria en la región. En la cuarta sección se aborda un análisis crítico de la práctica de la tercerización de los servicios como estrategia para el desarrollo de la industria del software. En la quinta sección se introduce la innovación como aspecto central de una nueva estrategia de desarrollo, partiendo, principalmente, de la idea de que el software es cada vez más un commodity, vale decir un componente cuyo uso es imprescindible pero que, a pesar de ello, no se convierte por si sólo en el factor que determina la creación de valor en la actividad productiva moderna. En la sección sexta, se discuten, las bases generales para fundamentar una estrategia alternativa para los países de la región, basada en el desarrollo de los servicios habilitados por las Tecnologías de Información y Comunicación con prácticas de innovación (SHTIC22). Finalmente, se extraen algunas conclusiones y se recomiendan, de manera preliminar, acciones a los países de la región, todas desde una perspectiva que subraya la importancia de la integración de América Latina y el Caribe. II.
LA GLOBALIZACION Y EL NUEVO CONTEXTO TECNOLOGICO: EL SIGNIFICADO DE LAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN (TIC)
1.
Introducción
La historia ha mostrado, siempre, la huella que dejan las innovaciones científicas y tecnológicas en el molde de las sociedades humanas. Pero lo que está ocurriendo desde las postrimerías del siglo XX es que esta influencia ha venido cobrando 2
Al final del texto se ha incluido como anexo un glosario en el que se definen algunos términos y conceptos clave de la discusión que se aborda en el documento, así como algunas siglas, a veces en español, a veces en inglés, necesarias para el tratamiento del tema de la tercerización de servicios, vista como una salida para América Latina y el Caribe.
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Políticas económicas y sociales en la integración
8 dimensiones inéditas, sus efectos son mucho más visibles y hondos, la marca es mucho mayor en la vida, tanto social como individual. En efecto, el desempeño general de las sociedades actuales depende, de manera progresiva, de la capacidad para preparar a su gente, desarrollar sus posibilidades de investigación e innovación y crear sistemas para acceder, guardar, procesar y usar información y conocimientos; en fin, se encuentra supeditado en buena medida a la inversión en su capital intelectual.3 La característica que más profundamente distingue el modelo de sociedad que se viene perfilando en la actualidad, la “Sociedad del Conocimiento”, es el acceso universal, generalizado, intensivo y permanente a los conocimientos existentes y a los que se van continuamente generando. Es preciso destacar, en este sentido, que lo más importante no es tanto el impacto concreto de la microelectrónica, la ingeniería genética, los nuevos materiales o la nanotecnología, sino el efecto agregado de las mismas y, sobre todo, lo que significa para la sociedad la producción y distribución masiva y sistemática de conocimientos. En consecuencia, es la difusión masiva de la información, lo que marca la diferencia con el pasado reciente o, para decirlo en otra forma, esa ubicua presencia del conocimiento, la rapidez con la que se crea, se divulga y se hace obsoleto, allí está el punto crucial. Una manera de describir está sociedad que viene asomando con mucha fuerza es, por tanto, identificarla como constituida y dispuesta desde el punto de vista institucional (es decir, desde el punto de vista de sus valores, normas, leyes, organizaciones, rutinas administrativas) para “tratar” con el conocimiento, para generarlo, almacenarlo, transformarlo, difundirlo y usarlo. Desde ya hace más de una década los analistas describían la sociedad emergente a través de los siguientes rasgos (Brunner 1994):
Una economía cuyo crecimiento se torna cada vez más dependiente de la producción, distribución y aplicación del conocimiento. La enorme importancia del sector de servicios intensivos en conocimiento (educación, comunicaciones, información). La convergencia tecnológica de las comunicaciones y de la computación sobre la base de la digitalización de las transmisiones.
El valor estratégico cada vez mayor del conocimiento incorporado en las personas (“capital humano”), en las tecnologías y en las prácticas asociadas al trabajo de analistas simbólicos.
El rápido desarrollo y difusión de las infraestructuras de comunicación.
Y, asociado a esto, se observa, desde luego, un cambio vinculado a la cultura, aludiendo con ello al conjunto de las formas de vida, los entornos tanto materiales como
3 Diversos autores indican que, en la historia reciente, los conocimientos se duplican cada quince años. La mayoría (cerca del 90%) de los científicos que ha habido en la historia de la humanidad están vivos en la actualidad. En muchas ramas de la ciencia, un par de lustros, a veces, es suficiente para dejar obsoleta un conjunto de cosas que se dieron como teóricamente ciertas. Durante la década final del siglo XX se adquirió más conocimientos que en toda la historia previa de la humanidad. Y, así, pudieran seguirse mostrando datos, pero lo importante es que la incidencia social del conocimiento, los tiempos de impregnación colectiva de las nuevas tecnologías, desde que son vistas como posibles en un hecho científico hasta su uso social, se han acortado ostensiblemente. El teléfono necesitó más de medio siglo para cumplir el trayecto, la radio sólo 35 años, el radar poco más de quince, la televisión alrededor de diez, el transistor cinco. Así las cosas, se piensa que la distinción entre ciencia básica y ciencia aplicada o, incluso, entre ciencia y tecnología se difumina y pierde utilidad práctica. En cierto sentido, por eso muchos prefieren el término de tecno-ciencia.
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interpretativos y valorativos, las cosmovisiones, las formas de organización social, la relación con el medio ambiente.4 2.
La transformación del sistema económico
Se está viviendo, desde hace algún tiempo, la transición de las economías industriales a las economías fundadas en el saber, una manera de indicar que todos los modos de formación del valor se encuentran asociados por el empleo constante de innovaciones, tanto tecnológicas, como organizativas. Así, las economías no están basadas única ni principalmente en la acumulación de capital físico y materias primas, sino en la producción permanente del conocimiento. Dicho de otra forma, se trata de economías en las que la productividad no depende tanto del incremento cuantitativo de los factores de producción (capital, trabajo, recursos naturales), sino de la aplicación de información y conocimientos tanto a la gestión como a la producción y distribución, tanto en los procesos como en los productos (Castells, 1999). Las economías se han ido desmaterializando de manera progresiva, al tiempo que comienzan a predominar los servicios y a transformarse las formas de organización social, proliferando redes que desdibujan los contornos de la institucionalidad de la era industrial y esbozan un nuevo paradigma tecno-económico, expuesto con más detalles abajo. En este nuevo escenario, la posesión y circulación de información han pasado a ser determinantes. En fin, desde mediados del siglo XX, pero sobre todo en los últimos años, ha crecido de manera relevante la importancia del capital intangible (en gran parte constituido por inversiones en capacitación, instrucción, actividades de investigación, información, es decir, las inversiones dedicadas a la producción, a la transmisión y uso de conocimientos, expresado en diseños, marcas, patentes, know how…) y aumentan las evidencias que demuestran la cada vez más determinante influencia del capital intelectual en el desarrollo productivo. Por eso se afirma, incluso, que el conocimiento se ha convertido en el bien de capital más influyente dentro de la actividad productiva, para cuya incubación, difusión y utilización se siguen reglas de juego distintas, en buena medida, a las que rigen en el caso de los bienes tangibles. Se entiende, entonces, por qué algunos estudiosos vienen advirtiendo mutaciones muy importantes en la propia naturaleza del sistema económico, al observar el desplazamiento desde un régimen de propiedad de los bienes hacia un régimen de acceso, sustentado en la idea de tratar de garantizar el uso limitado y de corto plazo de bienes cuya propiedad es controlada por redes de proveedores (Rifkyn, 2000). El centro de la economía se traslada, así pues, hacia el objetivo de comercializar conocimientos e informaciones, mientras los oferentes del mercado retienen la propiedad y lo que hay para comerciar se ofrece en leasing, en alquiler o por medio de una cuota de admisión. La primera consecuencia de ello es cierto grado de marginación de la propiedad física y 4 Vale señalar, aunque sea de manera muy breve, que la Sociedad del Conocimiento es también, vista por su otra cara, la sociedad del riesgo, concepto introducido por el sociólogo alemán Ulrich Beck (Beck, 1986). Este autor sostiene que la tecnología ha creado formas inéditas de riesgo e impone una peligrosidad cualitativamente distinta a la del pasado, incluido el escenario de la autodestrucción. Hoy es cada vez mayor, dice, la posibilidad de que se produzcan daños que afecten a una buena parte de la humanidad, al margen de barreras nacionales, sociales o generacionales. En este sentido, hasta los propios desastres naturales son cada vez menos naturales dado que están inexorablemente vinculadas a acciones humanas, influenciables, previsibles. Hay, pues, dos tipos de riesgo. El riesgo externo, el cual se experimenta como proveniente de la naturaleza. Y el riesgo manufacturado, creado por el propio impacto de nuestro conocimiento creciente sobre el mundo. Este segundo tipo de riesgo se refiere a situaciones de las que disponemos muy poca experiencia histórica. La mayoría de los riesgos medio ambientales entran en esta categoría (Giddens, 2003). Por tanto, hablar de riesgo no es sólo hablar de pérdidas y averías potenciales, sino también de imputar responsabilidad a algún actor social, por acción u omisión. En la nueva sociedad a la que nos adentramos, el eje que estructura la sociedad no es tanto, sostiene Beck, la distribución de bienes, como la distribución de riesgos. No es extraño, entonces, que el riesgo forme, con cada vez mas fuerza, parte de los debates sociales y políticos contemporáneos.
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10 el ascenso de la propiedad intelectual en sus distintas variantes, dando lugar a la “economía ingrávida” (Rifkyn, 2000). Estamos, pues, ante una situación en la que el arriendo de intangibles cobra enorme significación en un contexto caracterizado fuertemente por la privatización del conocimiento (en permanente tensión, por cierto, con las posibilidades de divulgación que permite el desarrollo de las TIC) y el mercado como factor determinante en la orientación del progreso tecno-científico.5 3.
La economía de los servicios
En el marco de las transformaciones referidas en el apartado anterior, resulta ineludible, obviamente, hablar de la economía de los servicios. El "sector servicios" fue definido originariamente por los economistas en términos negativos. Era el residuo de actividades "no productivas", no incluidas en el sector primario (industrias extractivas) ni en el secundario (industria manufacturera) (Miles, 2003). Pero, como se sabe, dicho sector ha cobrado enorme importancia en tiempos más o menos recientes y es, hoy en día el más importante dentro de la economía, siendo una parte cada vez más determinante del PIB, sobre todo en los países más desarrollados. Así, por citar un ejemplo, en Estados Unidos el sector servicios representa alrededor del 80% de los negocios y un porcentaje similar del empleo.6 Lo anterior no es sólo es el resultado del crecimiento del propio sector servicios, sino también de su relevancia en la industria manufacturera, en la que es un factor de peso en la creación de valor. Se trata, según muchos especialistas, de un cambio de tanta profundidad como el que se produjo cuando las economías occidentales se mudaron del sector agrícola al sector industrial. Para decirlo en pocas palabras, se ha pasado de la producción en masa de bienes estandarizados a la producción de servicios especializados, un fenómeno ya muy expresado en la década de los 90 (Reich, 1993). Sin ánimo de hacer una descripción muy detallada al respecto, cabe decir que los servicios son menos intensivos en capital y más adecuados desde el punto de vista ambiental, al tiempo que representan un sector claramente menos consumidor de energía que el manufacturero y altamente generador, en varias de sus áreas, de puestos de trabajo de alta calificación.7 Al incorporarse masivamente las TIC, un buen número de servicios pueden ser creados y desarrollados, además de “deslocalizados”, aumentando en forma ostensible las oportunidades de comercialización de muchos bienes. Así, la clave de una economía de servicios está en la capacidad de añadir valor a los productos, asegurando la logística requerida, haciendo más flexible el tiempo de respuesta ante problemas que plantee el cliente e incrementando la capacidad de solución para estos, sacando ventaja de ciertas particularidades de índole cultural.8 Cabe destacar, por último, que los países
5 “Por ejemplo si contratamos un servicio de aire acondicionado, en vez de comprar un equipo de aire acondicionado, pagaremos por la experiencia de tener aire acondicionado” (Rifkyn, 2000). 6 Hace cuatro décadas el sociólogo norteamericano Daniel Bell afirmó que “si una sociedad industrial se define por la cantidad de bienes como indicador del nivel de vida, la sociedad post-industrial se define por la calidad de vida medida por los servicios y comodidades (salud, educación, diversiones y habilidades) que ahora se consideran deseables” (Bell, 1973). 7 Cabe destacar que la estructura de los costos está altamente sesgada hacia el pago de retribuciones al personal profesional de alto nivel, siendo este renglón el más importante, por mucho, en comparación con los demás componentes de los costos. 8 No obstante esta caracterización, cabe advertir que la economía de servicios es muy heterogénea. Así, hay algunos de ellos (el turismo, el transporte), que en buena parte son actividades intensivas en recursos naturales y/o trabajo no especializado, mientras que otras actividades (los servicios financieros, de comunicaciones, de enseñanza y salud), son intensivos en capital humano.
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desarrollados dominan ampliamente el comercio internacional de servicios en casi todos sus ámbitos y sectores. En resumen, y no obstante su heterogeneidad, hay muchas características comunes a muchos servicios que tienden a diferenciarlos de la industria. Dos de ellas, especialmente importantes, son el carácter intangible (aunque no todos ellos lo sean) y la interactividad (esta última referida a la participación del cliente en el servicio, en su especificación o en su producción). La intangibilidad y la interactividad dan lugar a otras muchas características de los servicios, que los distinguen de los objetos manufacturados o tangibles ordinarios. Hay "co-terminación" (la producción y el consumo suelen tener lugar simultáneamente en el tiempo y/o en el espacio); a menudo, hay dificultades en los servicios de transporte y almacenamiento y para exhibir los productos con antelación. Pueden ser necesarias determinadas calificaciones en la mano de obra; puede ser difícil patentar las innovaciones; hay, con frecuencia, un alto nivel de regulación, etc. (Miles, 2003). Adicionalmente, vale señalar que el desarrollo de las TIC ha permitido a buena parte del sector de servicios, sobre todo al de mano de obra intensiva, replicar hasta cierto punto el modelo industrial, en el sentido de reubicar las operaciones en países que ofrecen condiciones económicas más convenientes, sobre todo por sus bajos costos, para el negocio. Como se verá posteriormente, estos son aspectos de alta relevancia a los fines del presente documento. 4.
La globalización
Los procesos que conducen a la creciente importancia del conocimiento como factor productivo, se dan la mano con los procesos de globalización también determinantes en la conformación del mundo de hoy. Los mismos abren, ciertamente, nuevos espacios y oportunidades, sin precedentes en la historia, para los países en desarrollo, pero no hay duda de que, a la vez, suponen altos grados de incertidumbre y muestran su arista negativa para una buena parte de la población mundial. De hecho, en los últimos tiempos se han generado situaciones que han puesto de manifiesto enormes desigualdades entre las naciones (y también, por supuesto, al interior de ellas) y diversos estudios han señalado (Pritchett, 1997), en este sentido, que el planeta es, actualmente, veinte veces mas desigual que lo que fue a comienzos del siglo XIX. En el marco de la economía globalizada es posible observar tres grandes polos: Asia, la Unión Europea (con su expansión hacia la zona de los países ex-socialistas) y Estados Unidos (ahora con menos gravitación relativa que a principios de la década de los 90s). Estos tres polos, con intensas vinculaciones económicas entre sí, representan un porcentaje muy alto de la producción mundial, sobre todo del potencial tecnológico. A propósito de lo dicho cabe mostrar, apenas como un dato, que la inversión en Investigación y Desarrollo en los tres polos significa más del 90% del total mundial (RICYT 2008). En parecida dirección cabe advertir la presencia dominante de estructuras oligopólicas, como resultado de los esfuerzos por aprovechar economías de escala en la producción, la comercialización y la investigación y el desarrollo tecnológico. En este contexto, los países en desarrollo enfrentan poderosas barreras a la entrada, quedando en gran medida por fuera del tramado productivo, comercial y tecnológico que domina la economía mundial. Por otra parte, las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) han abierto de manera decisiva, junto a otros factores, la posibilidad de la globalización económica al diluir las fronteras nacionales, ampliando la escala potencial de producción y creando
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12 mercados a nivel planetario. En efecto, gracias a ellas, al hacer posible las comunicaciones fluidas e instantáneas a todo lo largo del mundo, ahora es posible alcanzar niveles más altos de productividad con organizaciones en red que abarcan el globo, y, así mismo, calibrar, en términos generales, las condiciones para la tercerización, el ‘offshoring’, las alianzas estratégicas, y otras opciones, en un espacio económico abierto y sin fronteras, pero tomando muy en cuenta las condiciones y las políticas de cada país, idea que queda bien expresada con el termino de “glocalización”.9 En síntesis, las TIC abren la posibilidad de lograr niveles de complejidad gerencial, impensables anteriormente, al tiempo que las nuevas corporaciones globales se convierten en los verdaderos agentes de la globalización. Hay una profunda diferencia entre las viejas Multinacionales (CMN) y las Corporaciones Globales (CG) actuales. Las primeras fueron resultado de la fase final del paradigma de la producción en masa y una manera de manejar la madurez y la saturación de los mercados10; las CG actuales son organizaciones capaces de aprovechar el nuevo paradigma de las TIC para obtener las máximas ventajas. El nombre de la corporación global (CG) moderna la explica por sí mismo. Ahora no se trata de tener filiales en múltiples mercados ni tampoco de aprovechar los bajos costos de producción de los diversos países; se trata de una estructura diferente con una lógica distinta; es la forma óptima de la nueva organización en redes, dirigida y facilitada por la revolución de la información y la comunicación para producir y distribuir en un mercado interdependiente globalizado. Esto afecta profundamente a la empresa misma (Pérez, 2008) y a todo el entramado social creado a partir del nuevo paradigma tecno-económico, como se expone a continuación. 5.
El nuevo paradigma tecno-económico
Como se señaló al principio, estamos frente a grandes y radicales transformaciones en el campo del desarrollo tecno-científico. Se habla, así pues, y como es sabido, de un nuevo paradigma tecno-económico, concepto que busca relacionar el cambio técnico con los cambios sociales, económicos e institucionales necesarios para que aquel pueda desarrollarse en el plano de la actividad productiva. En otras palabras, se está haciendo referencia a la necesidad de que confluyan algunos requisitos tales como la oferta amplia y a bajo costo de un insumo clave (por ejemplo, petróleo durante el paradigma metal-mecánico y chips y semiconductores en el de las TIC), la posibilidad de utilizar las nuevas tecnologías en una amplia gama de sectores (debido a que se les considera tecnologías de propósito general) y un ajuste en el marco social e institucional a fin de hacer posible la difusión del nuevo paradigma (Dossi, 1984). Es preciso advertir, dentro de este orden de ideas, los cambios en las formas de realizar la actividad productiva en todos sus ámbitos, tanto a nivel de los diversos sectores económicos, como de las empresas y, por supuesto, de la economía global. La difusión de las TIC mejora la productividad de actividades de producción ya existentes, y, a la vez, crea nuevas, aumentando (y cambiando su naturaleza en buena medida) la comercialización de bienes y servicios y acentuando la fragmentación territorial de los procesos productivos. La movilidad cada vez mayor de algunos factores de producción, en particular el capital, los bienes intermedios y el talento, significa que gran parte de la producción se puede localizar en los lugares que la hagan más rentable. De esta Obviamente, los procesos de globalización han reforzado las actividades del sector servicios. Los adelantos tecnológicos, el crecimiento de la infraestructura requerida y el abaratamiento en los costos de transmisión han facilitado enormemente la contratación de servicios fuera, creando, incluso, nuevos servicios comercializables. 10 Las corporaciones multinacionales establecieron filiales en diversos países, algunas veces empresas – comerciales o de ensamblaje de productos finales- en otros casos produjeron localmente muchas de las partes. Estas inversiones estuvieron motivadas por el interés de estar cerca (o dentro) de cada mercado y en muchas ocasiones fueron inducidas por las políticas públicas de los países anfitriones. 9
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manera, la localización no dependerá exclusivamente de las ventajas comparativas, sino del atractivo de la combinación que se concreta en un determinado lugar (Jones, 2000). Así, algunos de los cambios implicados en la adopción del paradigma de las TIC están siendo aceptados gradualmente, convirtiéndose en parte del nuevo sentido común económico. Las organizaciones jerárquicas basadas en una división del trabajo claramente delimitada han venido dando paso a estructuras más planas. Mientras esto sucede en las instancias productivas, se han venido transformando las cadenas de valor de proveedores, productores y clientes para dar paso a estructuras y relaciones completamente heterárquicas donde las TIC, con su capacidad de facilitar todo tipo de comunicaciones, promueven la formación de entramados organizacionales complejos, entre los cuales la interdependencia es la norma y los nodos tiene importantes grados de autonomía11. En este tejido social se facilita el desarrollo de la innovación tanto como en las estructuras de la era industrial se facilitaba la eficiencia de agendas que, para el paradigma de hoy, resultan poco flexibles. En este cambio de modelo tecno-productivo y social el papel de los trabajadores se transforma. Del “recurso humano” del paradigma industrial se pasa al concepto de “capital humano” en la corporación global, implicando en el nuevo concepto un aumento de la importancia de su rol en la creación de valor. De allí se salta más lejos, a la noción de talento interdependiente, gestionado y autogestionado, en redes que se caracterizan por no tener centro, ni direccionalidad funcional ni de mando, dado que cada nodo pertenece a múltiples estructuras de relativa autonomía y tiene por ello numerosas interdependencias y, por ende, genera y recibe aportes simultáneos. Se observa, así pues, que las redes descentralizadas y distribuidas reemplazan a las pirámides cerradas, centralizadas y controladas y, por otra parte, el emprendimiento, la mejora continua y la innovación sustituyen a las prácticas anteriores de rutinas estables y cambio planificado. 6.
La crisis actual
La crisis mundial, detonada por los graves problemas financieros a partir del año 2008, ha puesto en evidencia una grave fractura en el modelo de desarrollo vigente. La crisis no se da, así pues, solo en el ámbito de las finanzas, sino que se manifiesta en diversas vertientes -ecológica, económica, social, política-, exigiendo la necesidad de respuestas con referencia a los distintos problemas planteados: cómo construir un mundo de mejores oportunidades para todos los habitantes, cómo hacer posible su gobierno en el contexto de la globalización, cómo hacerlo sustentable desde el punto de vista del ambiente y como instaurar, en fin, nuevos esquemas para desarrollar la economía, lo cual, dicho más concretamente, supone, de manera urgente, el diseño de nuevas formas de concebir y organizar la producción y el consumo de bienes y servicios. Este es el contexto desde el cual deben pensarse las perspectivas de evolución de la industria del software en los países de la región, dadas las características que la misma ha asumido en términos, sobre todo, de su inserción internacional, mediante una estrategia fundamentada en diversos esquemas de tercerización. Sobre este punto se volverá abajo en este documento.
Puede decirse que las redes de la Sociedad de la Información y Conocimiento son holárquicas, en el sentido de que están integradas por nodos que tienen simultáneamente características de todo y singularidades interdependientes de parte. Un “Holón” es algo que es a la vez un todo y una parte. La palabra fue acuñada por Arthur Koestler en su libro El espíritu de la máquina.
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14 III.
LA EXPERIENCIA DE LAS “3I” DEL SOFTWARE
1.
Introducción
El software resulta difícil de definir. Es una tecnología multifuncional. Es, a la vez, producto y servicio. Indispensable para el procesamiento de datos y el funcionamiento del hardware. Se encuentra presente en la reconfiguración de buena parte, si no todas, las industrias existentes. Propicia nuevas espacios de desarrollo y la creación de puestos de trabajo calificado. Da pie a una nueva industria que es global, no contaminante, y que crea, procesa, distribuye y utiliza intangibles, además de ser intensiva el uso del talento para producir y empaquetar el conocimiento (en los países desarrollados las firmas de software gastan usualmente entre 10% y 15% de sus ventas en I+D) y abarca diversas áreas, las cuales se comportan de manera distinta desde el punto de vista de la producción y del mercado. Comparada con otras industrias, en términos de su aporte al PIB nacional, la industria de software no es muy importante en sí misma, aunque si lo es por su influencia determinante en el desenvolvimiento de otras áreas (en este sentido, se dice que equivale a la industria de bienes de capital en la actividad manufacturera). En efecto, en los países exitosos, la industria del software no representa más del 3% del PIB nacional (con la excepción de Irlanda, donde representa aproximadamente el 15%) y una proporción similar en materia de empleo, pero su impacto, como insumo tecnológico para el resto de la actividad productiva, rebasa ampliamente el significado de estas cifras. Otro aspecto que vale mencionar es que Estados Unidos es el gran productor y consumidor mundial de software. En ambos roles gravita de manera muy importante en el desarrollo de esta industria a nivel mundial, junto a Japón y Alemania12, siendo que entre los tres países dominan la mitad del mercado mundial. Las grandes empresas multinacionales13 controlan ampliamente esta industria, no obstante lo cual, las PYMES tienen un espacio importante en ella, dado que el tamaño de las inversiones no constituye, por lo general, una barrera a la entrada (especialmente en los mercados locales). En efecto, las empresas de menor tamaño dependen en buena medida de la manera como se organizan (clusters) y, por otra parte, dependen también, en muchos casos de su relación con las grandes empresas y los grandes mercados a través de distintos esquemas de tercerización. Si bien, como se señaló, la producción de software se concentra en los países avanzados, hay algunos países no considerados altamente desarrollados o incluso en desarrollo, que han alcanzado una penetración significativa en los mercados internacionales, siendo el caso más notorio el de las llamadas “3I”, Irlanda, Israel e India, países de “ingreso tardío” que han alcanzado un gran éxito en esta área. Pero no se trata sólo de los países mencionados, hay otros, que constituyen una lista en la que aparecen desde grandes economías como Brasil, Corea, China o Rusia hasta pequeños países como Jordania, Costa Rica o Uruguay, pasando por México, Argentina, Chile, Irán, Bulgaria, Polonia, Hungría, Sri Lanka, Filipinas y Vietnam.
Para tener una idea del tamaño relativo de la industria de software en los distintos países pueden seguirse varios criterios. Uno de ellos puede ser el número de personas que trabajan en la industria. En ese caso pueden observarse los siguientes números relativos del año 2001: EEUU: 1.024.000, Japón: 534:000 y Alemania: 300.000. India, el mayor de los empleadores de los actores tardíos de la industria de software tenía para la fecha 250.000 personas (Arora, 2004). 13 Ver lista en Top 100 Research Foundation, 2008. 12
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Pero, como se indicó, la referencia más frecuente la representan Irlanda, Israel e India, tres países en muchos sentidos muy distintos entre sí, pero que tienen en común el no figurar en el grupo de países más desarrollados, el haber logrado abrirse un espacio muy importante dentro de la industria mundial del software14, particularmente en la década de los 90 y el haber atraído una gran cantidad de inversión extranjera directa hacia el país. Vale el esfuerzo, así pues, revisar, aunque sea de manera muy general, su experiencia de cara a las posibilidades de desarrollo de la industria de software en los países de la región. 1.1
Irlanda
En términos generales, Irlanda, adoptó una estrategia de desarrollo económico orientada hacia la captación de capitales y tecnologías por medio de la importación y, fundamentalmente, de la inversión directa, conforme a un modelo de crecimiento netamente orientado hacia afuera, apalancado con fuertes incentivos fiscales. Así, se convirtió en el quinto país receptor de inversión extranjera directa de toda la Unión Europea y en el séptimo del mundo, y las consecuencias sobre el aparato productivo se dejaron sentir en grado importante, en particular, sobre el desarrollo de actividades intensivas en tecnología. En la actualidad, el capital extranjero contribuye a generar más de un tercio de los puestos de trabajo de la economía, en el sector manufacturero da empleo a casi la mitad de los trabajadores y en los servicios a uno de cada tres, mientras que en los servicios internacionales, incluidos los financieros, representa los dos tercios. Irlanda es uno de los principales exportadores mundiales de software en la actualidad15. Las ventas de software representan el 15% de su PIB y el 26.7% de sus exportaciones, cifras que gravitan mucho dentro de su economía, circunstancia que, como se apuntó anteriormente, no suele ser un dato común con respecto a esta actividad en otros lugares. En términos absolutos, las estadísticas (Arora, 2004; National Academy of Engineering, 2008) colocan a Irlanda, en el período 1990-2005, como el mayor exportador de software de las “3I”. La industria irlandesa de software está constituida por alrededor del 20% de firmas de capital foráneo, las cuales representan, claramente, la mayor parte de los ingresos. La masiva presencia de empresas extranjeras en Irlanda se explica fundamentalmente por una combinación de incentivos fiscales, cercanía al mercado europeo y población anglo-parlante, complementados con esfuerzos notables en el plano de la educación, todo ello en el marco de un claro interés del gobierno por estimular este sector (IBEC, 2009). La mitad de estas firmas se radicó en este país antes de la década de los noventa y su presencia antecede, favoreciéndola, desde luego, la creación y desarrollo de las firmas nacionales, las cuales se encuentran vinculadas a las foráneas. En tal sentido, las empresas extranjeras (que tienden a centralizar sus actividades de I+D en sus casas matrices) lideraron el desarrollo del sector en Irlanda. Las principales actividades llevadas a cabo por ellas están vinculadas esencialmente a la manufactura y localización de productos para el mercado europeo, e implican relativamente bajos requerimientos tecnológicos y un muy escaso contenido de innovación. Muchas Cabe mencionar que en términos de la comparación de venta y exportaciones, entre los países de las “3I” hay una diferencia importante: en India, la mayor parte de la venta de software se refiere como servicios relacionados, mientras que en Irlanda se refiere como productos de software y en Israel como tecnología. (Arora, 2006). 15 En octubre de 2008, la Ministra for Enterprise, Trade and Employment, Mary Coughlan, señaló que Irlanda es el mayor exportador de soluciones de software en Europa y uno de los tres mayores exportadores de software en el mundo. 14
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16 empresas extranjeras también localizan en Irlanda su base de operaciones para ofrecer servicios de consultoría e integración de sistemas, o brindar soporte técnico de alcance mundial y, si bien un número reducido instaló centros de desarrollo con el fin de aprovechar ciertas particularidades del capital humano disponible, su gasto en I+D fue relativamente bajo y sólo recientemente puede compararse con el realizado en otros países (Arora, 2006). Irlanda orienta el grueso de sus exportaciones (70 por ciento de las mismas) hacia la Unión Europea, en particular el Reino Unido, lo cual se explica por el hecho de que numerosas firmas estadounidenses (y también europeas) han instalado allí centros de desarrollo, localización y distribución para los mercados de aquel continente. En cuanto a la composición de las ventas en el mercado internacional, ha predominado el software empaquetado para mercados masivos, sobre todo por parte de las firmas extranjeras, mientras que la mayor parte de las firmas locales han seguido una estrategia de “nichos”. Las empresas irlandesas que tuvieron un desempeño más destacado en términos de su proceso de internacionalización, participación en el mercado y crecimiento, se especializaron en las denominadas tecnologías "core" (software de sistema, lenguajes y herramientas de programación) y aplicaciones de data management y data mining. Un aspecto interesante de la experiencia de este país es que, de alrededor de las 50016 firmas productoras de software de capital nacional que existen hoy, cerca de la mitad fueron fundadas por ex empleados de firmas de alta tecnología de capital nacional, en tanto otra cuarta parte fue creada por ex empleados de empresas multinacionales. A la vez, un sexto de las firmas de software surgió de centros académicos o universitarios. La disponibilidad de fondos a través de mecanismos estatales de capital de riesgo desde mediados de los años 90 favoreció claramente la expansión de estos “spin-offs”. En Irlanda el foco de la política pública fue crear empleos, dejando de lado el desarrollo de capacidades innovativas, circunstancia que el Estado irlandés ha tratado y está tratando de revertir a través de distintos instrumentos de política, incluyendo el fortalecimiento de los fondos de capital de riesgo para sectores de alta tecnología, lo que puede favorecer los esfuerzos de las firmas de capital doméstico. 1.2
Israel
La industria de software israelí ha tenido un alto desempeño durante las últimas dos décadas, particularmente en áreas como seguridad, tecnologías anti-virus y telecomunicaciones. En aplicaciones como firewall, facturación de teléfonos celulares, correo de voz, voz sobre IP y mensajería instantánea, entre otras, las compañías israelíes de software han logrado colocar sus productos en forma temprana, obteniendo reconocimiento y presencia en el mercado internacional. Los números de la industria israelí de software son relevantes. De 90 millones de dólares de exportación en 1990 la industria pasó a 3.600 millones de dólares de exportación, un factor de crecimiento de cuarenta veces en menos de dos décadas en un país de siete millones de habitantes17. Con estos números la industria de software es responsable de un 16
El diario de noticias sobre TI de Irlanda, ENN Daily Digest, reportó, el 10 de octubre de 2008, que en ese país existen más de 800 firmas que constituyen su industria de software, cifra que incluye tanto empresas nacionales como multinacionales. [Versión electrónica] Disponible en http://www.enn.ie/
Estos números pueden compararse con los de Irlanda, que creció en un factor cercano a 10 en ese período (National Research Council, 2008).
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cuarto de las exportaciones de tecnologías de este país, un 5,6 % del total de exportaciones del país (Israel Export & International Cooperation Institute, 2009). Una proporción considerable de las firmas israelíes se dedica a desarrollar software empaquetado con un importante nivel de sofisticación para mercados extranjeros, teniendo como principal destino a EEUU (38 % del total) y Europa Occidental (37%). Uno de los factores que sentó las bases para el florecimiento de la industria de software en Israel fue, al igual que en Irlanda y la India, la relativamente concentrada disponibilidad de mano de obra calificada –la mayor parte de la cual domina el idioma inglés-, que en este caso se vio fomentada por la existencia de universidades de primer nivel. Destaca, en este sentido, la participación de un gran número de graduados universitarios y postgraduados en proporción al tamaño de su fuerza laboral. En efecto, Israel lidera las estadísticas mundiales de graduados universitarios por cantidad de habitante, así como la de científicos y técnicos (145 por cada 10.000 trabajadores, lo que puede compararse con 85 en los EEUU, 70 en Japón y 60 en Alemania) (Israel Export & International Cooperation Institute, 2009). Un factor que incidió en toda la industria de altas tecnologías de Israel fue el importante flujo migratorio (en particular el proveniente de la ex URSS) recibido en las últimas décadas. La migración de personas con altas calificaciones técnicas (promovida de diversas formas por el Estado) ha sido señalada como un hecho que, por un lado elevaba la densidad de técnicos en la fuerza laboral del país, y por el otro, quizá tan importante como eso, estimuló también la cultura de emprendimiento. Israel tiene más de 3.000 compañías de alta tecnología, siendo la más alta concentración de este tipo de empresas después del Silicon Valley en los EEUU. Otro elemento impulsor clave fue la acción de las Fuerzas Armadas del país, las cuales, debido a la intensificación de los problemas de seguridad y defensa, se convirtieron en una suerte de catalizador de la producción de empresas y tecnologías que estaban varios años adelantadas con relación al mercado civil. También fue altamente relevante el rol del capital de riesgo a principios de los años 90s, el cual contribuyó sin duda al establecimiento de la industria. La industria de software de Israel atrae un tercio de la inversión extranjera en el país. Una alta atracción de inversión extranjera es, como se señaló arriba, un fenómeno compartido por las “3I”, pero hay algo que hace el caso de Israel diferente y que bien vale destacarse por su relevancia a los efectos de lo planteado más adelante en este trabajo. Por una combinación de todos los factores anteriores, en Israel, a diferencia de casi todos los países de ingreso tardío de la industria de software globalizada, las empresas multinacionales realizaron importantes trabajos de investigación y desarrollo orientados a la innovación (I+D+i) y no se limitaron solamente a tareas de ingeniería relativamente simples para implementar diseños definidos afuera. Por último, merecen destacarse dos elementos vinculados del ecosistema donde se ha venido desarrollando la industria de software israelí a saber, el papel de la cultura local, orientada a la innovación y el rol que en ese contexto cultural han jugado las instituciones del Estado. En efecto, en este país destaca la cultura del emprendimiento, que ha favorecido el desarrollo de una industria endógena enfocada hacia el cliente internacional con una orientación natural hacia la adopción temprana de nuevas tecnologías, las redes y los negocios internacionales que a su vez atraen y estimulan las adquisiciones de empresas y la investigación internacional. Esta cultura ha interactuado complementariamente con un Estado cuyo rol es visto como el de un facilitador de
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18 procesos de transformación que cree firmemente que el futuro del país depende más del software, la innovación y las altas tecnologías que de los productos agrícolas y la industria manufacturera. Esta cultura de emprendimiento de Israel se ve reflejada en el hecho de que las transnacionales de la industria de TIC han sido allí responsables sólo del 25% de empleo, mientras que el crecimiento significativo de esta industria ha estado dirigido por empresas locales desarrolladoras de productos de software con alto contenido de innovación y orientación hacia la exportación (National Research Council, 2008). Desde los noventa es claro que el gobierno de Israel reconoció la importancia de su industria de software y por ello las instituciones públicas se articularon con el sector privado a fin de fomentar iniciativas de desarrollo tecnológico. El Estado creó diversos mecanismos de financiamiento, incubadoras de empresas de base tecnológica, incentivos para el establecimiento de compañías tecnológicas multinacionales y, en general, distintos estímulos para el sector. El Instituto de Cooperación Internacional y de Exportación de Israel es un modelo excelente de como se gestiona la mencionada articulación de los sectores público y privado y tiene como misión facilitar los negocios internacionales, los joint ventures y las alianzas estratégicas entre las firmas nacionales privadas y las extranjeras, promociona el país y sus empresas en el extranjero, proporciona información comercial, desarrolla consultoría, y realiza actividades de contacto y servicios complementarios para delegaciones comerciales en el extranjero. 1.3
India
La India desarrolló, desde el principio, una estrategia claramente exportadora. Las ventas de software y servicios relacionados representan el 2.8% de su PIB. En el 2008 se exportaron 40.400 millones de dólares (NASSCOM, 2009) lo cual representa el 21.5% de sus exportaciones totales, un porcentaje elevado que no es común entre los países de ingreso tardío, tal como se apuntó anteriormente. Por esta razón, en términos absolutos, puede considerarse a la India como el país con la industria de tercerización de software más exitosa del mundo. En efecto, en el mercado global la industria de tercerización de servicios de TIC tuvo un tamaño de 967.000 millones de dólares en el 2008, lo cual representó un crecimiento de 6.3% respecto al 2007. La India exportó en el 2008 un valor cercano al 5% del total mundial y su crecimiento del 12% es casi el doble del crecimiento de la industria internacional, de donde se desprende que su participación en el mercado global sigue creciendo. Como ha sido señalado, la industria de desarrollo de software y servicios habilitados por TIC de la India es muy intensiva en el uso de capital humano, al punto que, según NASSCOM, la asociación de productores de este tipo de servicios en India, la fuerza laboral que en forma directa trabaja en esta industria en este país es de 2.2 millones de personas.18 En cuanto al destino de sus exportaciones, un 60% son a los EEUU y en un 31% a Europa (19 puntos de este 31% son al Reino Unido), lo que significa el aprovechamiento claro de la ventaja del idioma. La actividad productora del software se mueve, de manera predominante, dentro del esquema del outsourcing, observándose un progresivo crecimiento del valor agregado Del otro lado de la moneda es interesante ver las discusiones que ha generado el tema en los países desarrollados en el sentido de proteger, vía, sobre todo, las organizaciones sindicales, los empleos frente a las estrategias empresariales basadas en la contratación de servicios offshore.
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en los servicios prestados. El gobierno adoptó varias medidas a fin de fortalecer este esquema: creó zonas de importación libres de impuestos para la adquisición de bienes y equipos vinculados a la industria del software, concedió subsidios para la creación de parques tecnológicos y otras figuras similares y, por ultimo, estimuló la formación de “clusters”, los cuales funcionaron como enclaves de modernidad con respecto a buena parte del resto de la economía del país. Sobre todo al principio, las empresas locales, así como las multinacionales, especialmente norteamericanas, radicadas en este país, orientaron todos sus esfuerzos hacia la prestación de servicios, aprovechando claramente la mano de obra altamente calificada, además –un dato de mucha importancia -, relativamente abundante y barata, como ventaja comparativa. La presencia de empresas extranjeras fue desde el inicio muy importante, representando alrededor de 30% tanto del número total de firmas como de las exportaciones del sector. En este país, poco menos de la mitad de dichas empresas se radicó antes de los años noventa, dando inicio a la industria nacional de software. La mitad de las firmas existentes (aproximadamente 3.000) exportan y gran parte de ellas cuenta con oficinas en el exterior, sobre todo en Estados Unidos. La industria india se organiza en torno a actividades complementarias con relación a la industria internacional, es decir, no genera productos con un alto valor agregado que compitan con los grandes productores mundiales. Tradicionalmente la India ha mostrado un bajo nivel en cuanto a sus capacidades de producción de innovación en el sector del software, aún cuando su industria pasó, a lo largo del tiempo, de realizar actividades muy poco complejas a otras progresivamente mas sofisticadas, tales como adaptación de software, modificación/actualización de programas y, finalmente, manejo de proyectos de desarrollo offshore. No obstante lo anterior, y aún reconociendo la superación de su nivel, muchos especialistas temen que dicho país pueda estar “atrapado” en una trayectoria de baja intensidad innovativa, de la cual puede resultarle difícil escapar. De hecho, varias de las empresas más innovativas de la India en este sector gastan menos del 1% de sus ventas en I+D. Sólo recientemente algunas pocas firmas han comenzado a invertir de manera sistemática en I+D para desarrollar software en áreas como telecomunicaciones y diseño de chips. Al lado del desarrollo de software creció en la India una industria de tercerización de procesos de negocios habilitados por TIC que se apoyó sobre el mismo tipo de fortalezas de la industria de software: la abundancia de mano de obra de cierta calificación con dominio del idioma inglés disponible en algunos centros urbanos que aprestaron su infraestructura de telecomunicaciones y crearon estímulos de diverso tipo para el establecimiento de call centers y otros servicios de negocios habilitados por TIC, sin la pretensión de introducir innovaciones en el mercado, pero sí de aprovechar las tendencias globalizadoras de la economía mundial expuestas en la sección precedente. No obstante las dificultades que representa la actual crisis mundial, se estima que la industria india de software seguirá creciendo sus ventas. 2.
Algunas conclusiones de la experiencia de las “3I”
La historia de Irlanda, Israel e India en esta área se remite a los años noventa, emergiendo como países exportadores de software, con altas tasas de crecimiento en este campo. Los tres países desarrollaron una oferta importante de personal calificado, que incluso rebasaba la capacidad de absorción de la industria. Es pertinente destacar,
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20 en este sentido, que el esfuerzo en la formación del capital humano corrió por cuenta, principalmente, del sector público en el caso de Israel e Irlanda y del sector privado en la India. Los tres países han sido exportadores de talento, en particular a los Estados Unidos. A pesar de los perjuicios que causó la llamada “fuga de cerebros”, diversos estudios señalan que el retorno de una parte de los profesionales emigrados ha tenido un impacto relativamente importante en el desarrollo de capacidades domésticas en el área del software, incluyendo en la creación de empresas locales. Por otro lado, Israel e Irlanda, no así la India, se beneficiaron de otros sectores productivos que proveían talento calificado y representaban, a la vez, una demanda importante para la naciente industria del software. Las empresas de los tres países han contado, así mismo, con el acceso a una moderna infraestructura informática y de telecomunicaciones y ha habido un impacto que trasciende el sector de software en la medida en que ha provisto las bases de un modelo empresarial de desarrollo de productos y servicios para cadenas de valor globalizadas que bajo muchas ópticas puede considerarse exitoso. Por otro lado, no debe dejarse a un lado la existencia de una capacidad emprendedora relativamente importante, gracias, en muchos casos, a la presencia de gerentes y administradores por parte de industrias ligadas a la informática o, como en el caso de India e Irlanda, el personal entrenado y formado en el exterior. Las empresas han logrado construir de una red de vínculos y una “reputación” en los mercados internacionales y adoptado sistemas y modelos para garantizar una calidad competitiva. Un factor clave ha resultado, sin duda, el alto grado de apertura en la economía local (los mercados de exportación ofrecen oportunidades de aprendizaje y niveles de escala para operar, difíciles de obtener por otra vía). Pero la apertura no sólo implica políticas de libre comercio, también libre movilidad del capital humano (con sus ventajas y desventajas), así como condiciones favorables para las empresas extranjeras, las cuales representan la posibilidad de acceso a competencias, así como a ciertas demandas, factores que impulsaron la industria de software en el marco de políticas de outsourcing. En términos generales estudiosos del tema comparten la percepción de que, desde el punto de vista de su industria de software, Israel pudiera calificarse como una industria orientada hacia los productos y basada en actividades de I+D+i. India, por su parte ha estado fuertemente orientada hacia los servicios no muy sofisticados, mientras Irlanda es una suerte de mezcla intermedia fuertemente orientada hacia las necesidades Europa (National Research Council, 2008). Las capacidades innovativas domésticas sólo parecen haber tenido un papel relevante en el caso de Israel. Allí, el desarrollo sectorial estuvo basado fundamentalmente en firmas locales que generaron productos innovativos para segmentos de mercado específicos y el Estado se involucró en el desarrollo de un sector de altas tecnologías alrededor de la construcción de capacidades internacionalmente competitivas en I+D. En conclusión, hay coincidencia en señalar que la superación en los niveles tecnológicos en la industria del software a fin de evitar la pérdida de las ventajas comparativas iniciales, puede tomar varias formas. Desde muchos sitios se coincide (Nasscom, 2009, Prahalad 2008; Mckinsey, 2009; Arora, 2008; y entre otros) en que la industria puede irse haciendo poco viable -al perder, a manos de otros países, el factor costos como ventaja comparativa-, a menos que las empresas incursionen en una producción más sofisticada, incluyendo para ello la realización de inversiones en I+D que permitan el diseño y el desarrollo de servicios basados en prácticas de innovación, sin descartar,
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desde luego, la vía de la copia y la imitación de lo realizado en los países más avanzados. IV.
LA EXPERIENCIA DE LOS PAÍSES DE LA REGIÓN
1.
Introducción
En América Latina y el Caribe ha tenido lugar un cierto desarrollo de la industria de software, variable respecto a las condiciones en las que se ha producido en cada país y variable, también, en cuanto a los resultados alcanzados, dada la heterogeneidad de la región. No obstante, la experiencia general, vista con la suficiente distancia, muestra similitudes importantes. En este documento se trata de destacar, sin entrar en sus pormenores, algunos aspectos pertinentes a fin de ponderar experiencias y extraer algunas conclusiones de validez general, con implicaciones importantes a la hora de plantear estrategias de desarrollo tanto desde el sector público como desde el privado. Con distintos énfasis, los países latinoamericanos han intentado alinear su infraestructura de TIC con sus objetivos nacionales y crear, de manera particular, un clima que propicie el desarrollo empresarial y la inversión extranjera. Algunos resultados son relativamente conocidos, por ejemplo, México, Brasil, y Argentina son naciones que han obtenido cierta significación internacional con su industria de tercerización de TIC19, mientras que Uruguay y Costa Rica han logrado desarrollar una industria de software de un tamaño relativamente significativo en relación a la dimensión del país y al contexto de Latinoamérica y Caribe20, en el caso de Uruguay con algunos productos y servicios desarrollados localmente que ha conseguido colocar en la región (Snoeck et al, 2007). Quizá el actor principal sea México, que destaca por poseer varias de las empresas líderes de la industria de tercerización de software latinoamericana, dos de las cuales, Softtek y Neoris tienen un amplio reconocimiento internacional, como se señala más adelante. Además de estas empresas hay en Latinoamérica una presencia significativa de transnacionales de servicios de tecnologías de información como IBM, Accenture, EDS, y algunas otras que han instalado centros de desarrollo en las ciudades más competitivas de la región. Otro tipo de actores transnacionales como Microsoft, SAP y Oracle, tradicionalmente orientadas a la venta de productos de software y líderes mundiales de la industria, convergen con las primeras en la política de instalar centros en puntos estratégicos para competir mejor en un mundo globalizado. Finalmente en este grupo de grandes actores se encuentran también, que duda cabe, empresas de tercerización
Por ejemplo, ciudades localizadas en estos países figuran en la listas recientes de destinos de interés para contratar servicios de desarrollo de software (Global Services, 2008) y las exportaciones de Software y Servicios informáticos sobrepasan los 300 millones de dólares. 20 Las exportaciones de software de Uruguay y de Costa Rica para el 2008, fueron de 219 y 148 millones de dólares respectivamente. Por su parte Irlanda alcanzó en 2008 un volumen de exportación de productos de software cercano a los 16.800 millones de dólares. Mientras los tres países tienen poblaciones comparables (3.4 millones Uruguay; 4.5 millones Costa Rica; 4.2 millones Irlanda) y un producto interno bruto per capita con un orden de magnitud de diferencia a favor de Irlanda sobre los otros dos. En términos de Latinoamérica, sin embargo, Uruguay y Costa Rica son dos de los países en los que las exportaciones de software figuran en relación al total de exportaciones de bienes del país (3.39 % en el caso de Uruguay, 0.91 % en el caso de Costa Rica (DOTS 2009) y normalmente basadas en explotación de recursos naturales en la región. Por otra parte, como se señala en el estudio de Snoeck (2007), sólo unas pocas empresas de software hacen exportación sistémica a las cifras de exportación mencionada. En general, con independencia del éxito relativo, aplican los factores de riesgo estratégico analizado en el presente trabajo. 19
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22 sobresalientes de India, tales como TCS, InfoSys y Wipro que se han venido instalando en la región. Hay una docena de ciudades latinoamericanas con un creciente renombre a nivel internacional en esta área: Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y Ciudad Juárez en México, San José en Costa Rica, Río de Janeiro, Sao Paulo, Curitiba y Brasilia en Brasil, Buenos Aires en Argentina y Montevideo en Uruguay. Es probable que a esta lista puedan agregarse pronto otras ciudades en la medida en que vayan llenando las condiciones de mano de obra calificada, en número suficiente y a un costo razonable21, en un ambiente de promoción de la inversión extranjera y respeto a la propiedad intelectual. Se espera, por otra parte, que en la medida en que empresas medianas, y no sólo las Fortune 1000 (CNN, 2009), incrementen su demanda de software, se hará posible la creación de centros de desarrollo de software más pequeños, orientados hacia el mercado global. Países como Colombia, Ecuador, Chile y Venezuela, han desarrollado una industria de software con productos y servicios para su mercado interno e incluso actividad exportadora a la región y a los EEUU a través de empresas líderes, si bien sin un alto impacto de significación en sus respectivas economías, debe reconocerse los esfuerzos que están realizando en materia de fomento de sus respectivas industrias de software. La experiencia de la industria de software de región está recogida en distintos trabajos, como por ejemplo los de Paulo Bastos en Brasil (Bastos, 2006), Andrés López y Daniela Ramos en Argentina (López et al, 2007), Irene González y Lucía Pittaluga en Uruguay (González, 2006). En estos trabajos puede verse que, adicionalmente a las empresas líderes locales, hay en cada país un grupo de empresas pequeñas (incluso microempresas) que venden productos y servicios a nivel nacional. Se trata de empresas con poca capacidad de integración asociativa real, salvo casos particulares y dignos de estudio como el de ParqueSoft en Colombia. Todo esto configura un panorama positivamente sintetizado en la opinión de Bastos (2006): “Los países latinoamericanos presentan, de un modo general, costos competitivos y buenos ambientes de negocios. El Brasil cuenta con una mayor disponibilidad de recursos humanos calificados, debido al tamaño de su población, además de presentar una amplia difusión de TI, en cuanto que Chile destaca por su ambiente favorable a los negocios. Argentina presenta buena estructura financiera, aunque pierde en ambiente de negocios. Costa Rica pierde puntos por la pequeña disponibilidad relativa de recursos humanos, dado el pequeño tamaño de la población. México presenta un conjunto de indicadores más equilibrados. Los indicadores de atractividad no revelan diferencias expresivas, sugiriendo que todos los países presentan un buen potencial. El continente tiene buenos profesionales, husos horarios similares a los de los EEUU, proximidad geográfica y cultural y relaciones históricas que facilitan los negocios. Tales La cantidad de absoluta de personas formadas es un factor que se debe tomar en cuenta en el desarrollo estratégico de la industria de software. En Uruguay, por ejemplo, (Snoeck et al, 2007) se ha reportado que se gradúa un promedio de 300 estudiantes por año en informática (ingenieros, analistas, programadores, etc.). En Costa Rica, el promedio anual es de unos 1.300 ingenieros (Nacion.com, 25 de mayo de 2009, disponible en http://www.nacion.com/ln_ee/2009/mayo/25/economia1969584.html). Según Alexander Mora, Presidente de la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación (CAMTIC) de Costa Rica el déficit de formación de talento humano para el sector alcanza los 16.000 técnicos. Esto compite, en un mundo globalizado, con el número de graduados en esta área dentro de otros actores emergentes de la industria de software: Bangladesh, 3.000; Vietnam, 2.500; Indonesia, 5.000 (Snoeck et al, 2007). 21
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condiciones han llevado a las compañías multinacionales a aumentar sus operaciones de desarrollo de software en la región” (Bastos, 2006). La región es, así pues, una consumidora de software por efectos de la globalización y productora limitada, aunque creciente, a través de iniciativas de emprendimiento esencialmente marcadas por la búsqueda de una participación internacional en la industria de la tercerización y, en menor medida, por la venta de algunos productos desarrollados para ciertos mercados regionales. Los destinos de exportación mas frecuentes son los propios países de la región (aprovechando la ventaja del idioma común), con alguna presencia en Estados Unidos y algunos países europeos. 2.
Las dificultades para exportar
Las dificultades que se han tenido en la Industria de Software de la región para exportar en una medida significativamente mayor a la que ha tenido lugar hasta ahora pueden sintetizarse en los siguientes aspectos: a) Atomización de la industria: En la mayoría de los casos se trata de microempresas y pequeñas empresas, demasiado pequeñas y desarticuladas como para competir internacionalmente. b) Limitaciones en la estrategia: En general se carece de estrategia clara en materia de crecimiento empresarial. Su actividad se diluye en una excesiva diversificación que no logra concentrarse en nichos que le faciliten la creación de valor. Las empresas tienen a orientarse a objetivos de muy corto plazo y terminan luchando por sobrevivir en mercados excesivamente pequeños respondiendo a demandas sin mayor valor agregado ni diferenciación. c) Poca definición de procesos y de calidad de procesos: Paradójicamente muchas PYMES trabajan con herramientas sofisticadas y de última generación para el desarrollo de software, pero con métodos de producción artesanales, asistemáticos, sin definición de procesos ni gestión de conocimiento. El software se concibe como el producto de personas inteligentes que poseen un conocimiento técnico y una capacidad artística de crear obras de calidad, sin que necesariamente estas obras sean expresión de procesos definidos y mejorados continuamente. En otras palabras, la ausencia, con algunas excepciones, de certificaciones de calidad que señala la mayoría de los estudios obedece a un modelo artesanal del desarrollo del software. d) Orientación hacia mercados limitados: Se conciben productos para mercados internos que son pequeños en tamaño y jóvenes e inmaduros en sus exigencias técnicas (En Brasil se tiene la ventaja de un mercado nacional más grande y, en muchos casos, relativamente más sofisticado). e) Sistemas de financiamiento precarios: La mayoría de las empresas pequeñas estructuran su crecimiento con un modelo de financiación del desarrollo con el flujo de caja producido por las ventas. Se invierte las utilidades y se espera que el crecimiento venga a través de procesos orgánicos, sin inyección de capital, en contra de lo que es la experiencia internacional. Se trata, en términos generales, de la existencia precaria de instrumentos financieros especializados, que, como se sabe, resultan esenciales para que puedan darse los diversos procesos asociados a la generación de innovaciones, para los cuales hay una modalidad especifica de apoyo (aportes no reembolsables y subsidios a los costos incurridos en las etapas iniciales de las actividades de innovación, incentivos tributarios para apoyar el gasto en investigación y desarrollo por parte de las empresas y la creación de empresas
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24 innovadoras, mecanismos orientados a reducir el riesgo mediante el otorgamiento de créditos preferenciales, sistemas de aporte de capital de riesgo público y privado, apoyo a la interacción comercial entre entidades privadas y públicas). En general, en los países de la región, tales instrumentos han tenido un desarrollo y un impacto muy desigual y casi no han podido ser utilizados para la promoción de innovaciones en el sector servicios.22 El problema de financiamiento es pues sistémico, confluyendo en él la carencia de instrumentos financieros adecuados a cada necesidad con la carencia de la cultura financiera y de negocios asociada a ellos. f)
Carencia de una “marca” país. Con sólo dos excepciones importantes, Brasil (Brazil-IT) y México (Mexico-IT), en general no existe la marca país porque la industria local no tiene la madurez requerida para ello. La concreción de este tipo de marca normalmente requiere de un nivel importante de desarrollo de la asociatividad empresarial, infraestructura y acuerdos asociativos de estándares de calidad y una actividad de mercadeo desarrollada sobre las dos precondiciones anteriores. No es casualidad que Brasil y México, los países con más empresas y articulación internacional y por tanto los más expuestos a demandas sofisticadas y mercados maduros sean los que más han avanzado en esta dirección. Lo anterior no pretende ignorar el hecho de que en países como Argentina, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Chile, Uruguay y otros se han dado movimientos asociativos23, sin embargo, debe señalarse que todavía tienen tareas pendientes para su consolidación en esta materia.
g) Déficit en la formación del talento humano: En relación a la demanda potencial, todavía hay un déficit significativo de ingenieros de software y especialistas de áreas afines. Se advierten, asimismo, insuficiencias en materia de capacidades de gerencia, planeamiento y gestión comercial, emprendimiento e innovación y se estima que la oferta local de labor calificada no crece al ritmo necesario para encarar el previsible desarrollo futuro de la industria. Por ejemplo, se ha señalado una cierta desconexión entre lo que se enseña en los centros de estudio y lo que requiere en el mundo laboral (López et al, 2007), pero no se enfatiza tanto entre lo que se enseña en dichos centros y la formación que deben tener líderes y participantes en procesos de innovación. h) Insuficiente Investigación y Desarrollo: Como consecuencia de la falta de estrategia y de financiamiento y a la atomización del sector es poco lo que se hace en términos En lo que se refiere al capital de riesgo, en los países de la región, salvo excepciones recientes (particularmente Brasil y Chile), su desarrollo es bastante débil. No se cuenta, en general, con los instrumentos que se necesitan para convertir ideas y proyectos en productos comercializables, planes de negocios y empresas nuevas, el número de incubadoras de empresas es aún bajo y las redes de empresarios innovadores e inversionistas de capita semilla son muy incipientes. El diagnóstico al respecto señala, entre otros, los siguientes aspectos principales (Jiménez, 2008): i) Inadecuadas normas y prácticas de gobierno empresarial que inhiben la participación de socios minoritarios en los emprendimientos de riesgo ii) Escasez de inversionistas de riesgo y visión atrasada respecto del riesgo. Son pocas las personas capacitadas en las habilidades necesarias para identificar, seleccionar y administrar proyectos innovadores y de riesgo iii) Baja participación de inversionistas institucionales (fondos de pensiones y otras instancias de ahorro institucional), iv) Reducido tamaño económico del mercado de emprendimientos innovadores (el bajo número de nuevos proyectos innovadores de suficiente rentabilidad se traduce, en el caso de los inversionistas, en menores posibilidades de diversificar riesgos y, en el caso de las sociedades de capital de riesgo, en dificultades para solventar los costos de administración de una cartera pequeña. v) Insuficiente desarrollo de los mercados de capital y baja liquidez de los mecanismos de salida para los inversionistas de riesgo. 23 Ejemplos de movimientos asociativos de productores de software en estos países son CESSI en Argentina, CAMTIC en Costa Rica, VenTIC en Venezuela, Parquesoft y Fedesoft en Colombia, AESOFT en Ecuador, APESOFT en Perú, GECHS, en Chile y el Cluster de TI (CUTI) en Uruguay. En general estas organizaciones trabajan en formación de competencias, mejoramiento de procesos, apoyo a la internacionalización, financiamiento, mercadeo y ventas. 22
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de investigación aplicada y desarrollo, al tiempo que las empresas carecen normalmente de la estructura, la articulación y los líderes formados que requiere este tipo de actividad. i)
3.
Limitaciones institucionales: La situación general en los países de la región se puede caracterizar por la debilidad de sus ecosistemas nacionales de innovación. Se observa al respecto su escasa propensión a la conformación de acuerdos y alianzas entre empresas de alcance regional o supranacional -debido a la escasa disposición de los empresarios de la región expresada en el temor a poner información valiosa en manos de los competidores-, la falta de una estrategia explícita dentro de la empresa tendiente a conformar este tipo de alianzas, la escasez de recursos para apoyar la conformación de acuerdos o redes y también ciertas dificultades de índole técnica que podrían obstaculizar los acuerdos24. No se ven, por otro lado, niveles importantes de cooperación con otros agentes públicos y privados tales como proveedores, competidores, universidades y centros de investigación, con lo cual se hace difícil transitar hacia etapas superiores en el camino del fortalecimiento tecnológico y la innovación.25 Factores que explican el éxito relativo
No obstante lo señalado anteriormente, no hay duda que en la región ha habido una experiencia positiva, la cual debe ser capitalizada de cara a la elaboración de nuevos caminos estratégicos. En efecto, el desempeño con relativo éxito de la Industria de Software en Latinoamérica y el Caribe hay lecciones aprendidas y factores que, por su papel clave en el desarrollo de la experiencia competitiva de la región, merecen un lugar destacado: 3.1 3.2 3.3 3.4 3.5 3.6 3.7 3.8
Personal formado de clase mundial Infraestructura de telecomunicaciones adecuada Promoción del país Aliados estratégicos y “clientes ancla” Incentivos fiscales Calidad Networking Programas integrales de desarrollo de la industria
Es relevante destacar que en ocasiones estos factores han sido desarrollados en virtud de políticas públicas, mientras que en otras, en cambio, han sido la expresión de iniciativas privadas y en otros casos de articulación de esfuerzos públicos y privados.
24 Lo más evidente, en este sentido, ha sido la instalación de oficinas en el mercado de destino, procurando algún tipo de vínculo con alguna firma local. El principal objetivo de este tipo de acuerdos es contar con un socio que pueda facilitar el conocimiento acerca del mercado, el acceso a clientes, manejo de procesos legales y la posibilidad de tener una representación de la firma en el otro mercado. Sin embargo, esta presencia no ha dado lugar al surgimiento de una relación más sistemática y permanente entre esas empresas y firmas locales, por ejemplo, a través del desarrollo de proveedores locales, la conformación de alianzas estratégicas para llevar a cabo acciones de I+D, desarrollo de nuevos productos, la búsqueda del desarrollo de complementariedades productivas entre las firmas, etcétera. 25 En algunos sectores se observa una mayor preferencia por la relación directa con los grandes centros y a su inserción en las cadenas globales de valor lideradas por las empresas más importantes de la industria del software, en vez de establecer alianzas con las empresas locales o regionales. La asociación con estas no se percibe como beneficiosa, dado que se perciben como demasiado similares, tanto en sus ventajas, como desventajas. Los nexos más fuertes de complementación productiva parecen estar dándose entre las filiales de las empresas transnacionales que operan en el sector en la región.
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26 3.1
Personal formado de clase mundial
Según se ha apuntado en diversas oportunidades en el presente trabajo, el software es una industria intensiva en mano de obra calificada y es claro por ello que, si no hubiera habido un número razonable de personas formadas en los niveles requeridos internacionalmente, la industria no hubiese sido posible en la región. Si bien, como ya se indicó existe un déficit significativo de ingenieros de software y especialistas de áreas afines, hay, sin duda, una fuerza de trabajadores del conocimiento que incluye talento formado de muy buena calidad, lo cual explica el nivel logrado en ciertas empresas locales y la capacidad exportadora de muchas de ellas. Este es un logro fundamental del sistema de educación superior de los diversos países, que, en cada caso, fue capaz de formar los especialistas necesarios, un factor que, desde luego, sirve de base para el futuro de la industria del software. 3.2
Infraestructura de telecomunicaciones
Dado que una buena parte del software que se produce en el mundo se crea en una industria globalizada, en condiciones de offshore, distante de los sitios donde se usa, se diseña o se requiere, resulta imperativo una infraestructura de telecomunicaciones adecuada para su trasmisión y entrega, así como para la coordinación de su producción. Cabe hacer mención del hecho de que dicha infraestructura fue un problema grave en los primeros años del desarrollo de la industria de software en la India y su solución fue condición necesaria para su despegue y valoración internacional. En el caso de Latinoamérica y el Caribe hay, en este sentido, muchas tareas pendientes, pero es claro que en general se pudo contar con las condiciones mínimas exigidas para el arranque y crecimiento de la industria de software en los países en donde se dio. La exigencia de infraestructura de telecomunicaciones para la industria de software hoy día se extiende a los centros de formación de profesionales, convirtiéndose estos en necesidad del crecimiento futuro de la industria regional. 3.3
Promoción del país
En la industria de la tercerización de software sólo en un segundo momento compiten las empresas. Inicialmente la competencia se hace entre países y regiones. Debido a la complejidad asociada a la escogencia de las opciones tecnológicas más adecuadas, las corporaciones multinacionales se ven obligadas a consultar a las firmas especializadas en análisis del mercado de TIC antes de seleccionar sus proveedores y estas firmas, al hacer sus recomendaciones, atienden, en primer término, aspectos relacionados con las regiones más que con las empresas. Las primeras organizaciones exitosas de la Industria de Software de la región tuvieron que enfrentarse, en general, al problema de llegar al mercado internacional después que los líderes de la industria se habían establecido como tales y después, además, de una marcada presencia de los países de las “3I”. En esas condiciones tuvieron que encarar la inexistencia de un referente con respecto a la región. En este sentido, la industria de América Latina y el Caribe tiene el mérito de haber creado progresivamente un espacio
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de reconocimiento para sus países y para la región como un todo. En la historia de este posicionamiento fue muy importante la iniciativa de la empresa Softtek de promover el concepto de “nearshore” refiriéndose al trabajo de desarrollo de software realizado para el mercado norteamericano desde regiones que estaban a pocos husos horarios y en una zona cultural también más cercana a los demandantes de software (Softtek, 2005). Este concepto valoraba en forma significativa la competividad de la región frente a la India y fue incorporado por las firmas analistas de mercado de TIC que asesoraban a las grandes corporaciones. Así, el llamado “Global Delivery Model” o modelo de entrega global se enriqueció introduciendo la idea de que el bajo costo por hora de la mano de obra no debería ser el criterio prevaleciente en la contratación de servicios de tercerización, sino que, bajo una perspectiva más realista, debería entenderse que la actividad de sincronización entre el trabajo de organizaciones muy distantes en husos horarios y cultura implicaba costos significativos que deberían ser tomados en cuenta. La comprensión de esta idea permitió la entrada de los actores de Latinoamérica y el Caribe en un mercado de tercerización de gran tamaño, hasta entonces dominado por la India. En un primer momento los gobiernos de la región no encararon adecuadamente la importancia de las condiciones geográficas, culturales y políticas y fue el sector privado el que tomó las principales iniciativas en esta dirección. No obstante, hoy en día los gobiernos de la región han incorporado la promoción del país en su discurso acerca de la industria de software, creando condiciones para que las iniciativas emprendedoras de la industria de software local orientadas al mercado global puedan desarrollarse más fácilmente. 3.4
Aliados estratégicos y clientes ancla
No es fácil para una empresa novel iniciarse en el mercado de la tercerización de software. Las corporaciones contratan servicios de desarrollo que son importantes para la competividad de su negocio y la experimentación con empresas nuevas en el sector es percibido como un riesgo. Debido a ello, las negociaciones que llevan a los primeros contratos suele implicar un acuerdo a través del cual los primeros clientes de las empresas que ofrecen servicios de tercerización se convierten, de alguna manera, en sus aliados estratégicos. En efecto, la corporación que contrata asume un riesgo controlado esperando que la empresa o alternativa de desarrollo contratada signifique una importante oportunidad para su competitividad global. En el mercado la cantidad de contratos en ejecución se convierte en una medida de la confianza que las empresas desarrolladoras de software obtienen de sus clientes, es decir, cada empresa contratada es valorada por el tamaño (en monto y en tiempo) de sus obligaciones de desarrollo. En esas condiciones una corporación que se arriesga con contrataciones de cierta significación a una empresa joven valoriza, por ese solo hecho, a la firma contratada y es denominada “cliente ancla”, un tipo de relación que termina siendo muy importante para entrar a competir globalmente. Las firmas mexicanas Softtek y Neoris, las de mayor reconocimiento en la industria de tercerización latinoamericanas (Global Services, 2008; Global Services, 2009), desarrollaron un tipo de relación especial con General Electric y Cemex, respectivamente, al crecer como el Departamento de Tecnologías de Información de estas corporaciones y, así, de un modo natural nacieron con una demanda cautiva de importancia significativa.
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28 Una variante diferente se da cuando los gobiernos locales han creado condiciones para el establecimiento de firmas transnacionales de significación en la industria del software, empresas como Microsoft, Oracle, SAP, IBM, EDS o Tata Consulting Services. No puede dejar de destacarse, en este sentido, el caso de la Corporación Intel, importante firma del sector de TIC, que inició operaciones en Costa Rica desde 1998. En estos casos la creación de condiciones facilitadoras de este tipo de iniciativas toma la forma de una alianza estratégica entre los gobiernos locales y las firmas que aportan su cadena de valor para potenciar la capacidad de exportación de software de la región. En este caso la empresa transnacional se comporta, al hacer su inversión para el establecimiento de un centro de desarrollo con visión de largo plazo, como un cliente ancla que resulta particularmente útil en una estrategia de desarrollo local impulsada desde el sector público. 3.5
Incentivos fiscales
Como se mencionó anteriormente, la población calificada de potenciales trabajadores para la industria y la infraestructura de telecomunicaciones, fueron factores típicos en los que la acción pública local y nacional resultó importante. En la misma dirección, los incentivos fiscales fueron un elemento de gran relevancia en la construcción del éxito de la Industria Irlandesa de software y, aunque en menor medida, también han sido usados en Latinoamérica y el Caribe. En la medida en que la región se ha hecho consciente de la posibilidad de desarrollar la industria de software, los gobiernos de algunos países han promovido una serie de iniciativas, tanto a nivel local como nacional, a fin de atraer las inversiones privadas que se requieren para el crecimiento de la industria, bajo el esquema de la tercerización de actividades. Los incentivos han sido variados, tomando la forma de exenciones impositivas de aplicación sectorial o regional. 3.6
Calidad
La competencia en la industria global de la tercerización de software se inicia una vez que se prueba que se puede producir en cualquier lugar con procesos de calidad certificados en términos internacionales. El estándar de referencia que normalmente se toma en cuenta es el CMMI26 o de “Integración de Modelos de Madurez de Capacidades”. El haber asumido tempranamente esto ha sido un factor clave en la competitividad de varias empresas de la región. En Latinoamérica y el Caribe hay todavía muy pocas empresas certificadas, situación debida, de manera significativa, a la dificultad que se tiene en los distintos países para poder cubrir el costo de las certificaciones, el cual tiende a ser alto y se constituye en un importante barrera de entrada para muchas iniciativas emprendedoras. En vista de ello, la región ha venido experimentando con la promoción de estándares nacionales y con estándares internacionales de más bajo costo y más adecuados a PYMES, sin que, no obstante, se haya resuelto satisfactoriamente el problema planteado. Sin embargo, como una muestra de que en la región las firmas líderes de la tercerización de software han entendido el papel que juegan los estándares de calidad internacional, está el hecho de que en todos los países que han estado promoviendo la competitividad de su CMMI (Capability Maturity Model Integration) es un modelo desarrollado por el Software Engineering Institute (SEI) en Carnegie Mellon University y convertido por el uso en un estándar de facto para determinar la calidad de los procesos de desarrollo y adquisición de software 26
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industria de software hay empresas certificadas bajo estándares internacionales, y si bien, como ha sido señalado, el número aún es relativamente bajo, un factor claro de éxito ha sido el haber institucionalizado las buenas prácticas internacionales y haber solventado las dificultades para financiar los procesos de certificación bajo múltiples esquemas, con apoyo público, internacional o por su propia cuenta. Un hecho importante a destacar en lo que respecta al tema de la calidad en la industria de software de la región es que se trata de uno de los puntos donde ha habido más complementariedad entre los países a través de encuentros sistemáticos de consultores e instituciones, los cuales han contribuido a la mejora de procesos en diversos lugares y a la celebración de eventos regionales sobre el tema, que han abierto oportunidades y espacios para que pueda ser posible la transferencia de conocimientos y la realización de proyectos colaborativos. 3.7
Networking
Ha sido señalado en varias oportunidades como el gran número de estudiantes indios que viajó a los EEUU y se quedó trabajando allí fue un factor que impulsó la Industria de Software de su país (Arora, 2009; Saxenian, 2007). Es decir, contrariamente a la versión que sólo ve una fuga de cerebros en la emigración de profesionales, la realidad mostró, en este y otros casos, que el networking, entendido como tejido de relaciones humanas, es un catalizador de industrias como la de la tercerización de software. Lo que recibieron Softtek de General Electric y Neoris de CEMEX fue, claramente, mucho más que demandas de servicios y capital de trabajo, fue también un networking en el que las relaciones de las corporaciones incidían en potenciar el crecimiento de sus asociadas de TIC. Mas allá de los ejemplos de estas organizaciones mexicanas cuyos nombres figuran entre las firmas líderes de los servicios nearshore del desarrollo de software internacional, puede constatarse que en muchos países latinoamericanos existen organizaciones de menor tamaño y renombre pero sin duda importantes como ejemplo de lo que el networking puede hacer para potenciar la Industria de Software: es el caso de Open en Colombia, Artech en Uruguay, DBAccess en Venezuela, MercadoLibre.com en Argentina o Politec en Brasil. Todas estas empresas, con distintos modelos de negocios, comenzaron como Microempresas en sus respectivos países y se convirtieron, relativamente rápido, en firmas internacionales, entre otras cosas, por una excelente capacidad de desarrollo y combinación de espíritu emprendedor y networking. Con más o menos peso y, obviamente, en una escala menor a la de la India, este fenómeno de las redes humanas ha sido importante para el desarrollo de la Industria de Software de la región y es conveniente valorizarlo para poder desarrollar los instrumentos que capitalicen estas relaciones en cada lugar y oportunidad donde existan. 3.8
Programas integrales de desarrollo de la industria
Quizá los primeros movimientos de la industria de software Latinoamericana descansaron en iniciativas casi aisladas y con una marcada desconexión entre lo público y lo privado. Pero este estadio ha venido siendo paulatinamente superado y cada vez se evidencia más en la región la conciencia de que, siguiendo los aprendizajes internacionales, es importante articular iniciativas entre ambos sectores en programas integrales de apoyo para el desarrollo de la industria del software.
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30 Bajo este tipo de programas se planifica y desarrolla la atracción de inversiones y el desarrollo de tejido financiero para la promoción de proyectos de interés dirigidos al crecimiento de la industria, a través de aspectos tales como la ampliación de los programas de formación de egresados universitarios especializados en TIC, mejoras en la infraestructura de las instituciones educativas locales conjuntamente con la alineación de planes y programas de estudio, desarrollo de parques tecnológicos, promoción de incubadoras de empresas e infraestructura empresarial en general, desarrollo del marco legal para la promoción del sector, apoyo a la asociatividad empresarial, fortalecimiento de la infraestructura de servicios para el mejoramiento continuo de la calidad, apoyo a las dinámicas exportadoras, desarrollo y sofisticación de la demanda local, etc. Un ejemplo interesante de este tipo de iniciativas es el programa PROSOFT de la Secretaría de Economía de México, un programa concebido para 10 años, orientado al fortalecimiento de polos de desarrollo de la industria de software en distintos estados del país, en colaboración que incluye el gobierno nacional, los gobiernos locales, las instituciones educativas y las empresas y asociaciones gremiales del sector (Secretaría de Economía de México, 2008). 4.
A manera de conclusión
En medio de las dificultades de la industria del software, recogidas en los párrafos anteriores, en el mapa de la región se tienen puntos de concentración de ecosistemas productivos donde varias iniciativas empresariales han logrado capitalizar ventajas locales relativas, particularmente el activo que representa el talento formado en las universidades. En efecto, como es sabido, en buena parte de los países de la región se cuenta con personal calificado, cuya remuneración es baja en términos internacionales, sobre todo comparada con la de los países desarrollados y aunque no es abundante en forma absoluta (quizá exceptuando en términos relativos a Brasil), ha sido suficiente como para concretar cuatro tipos de empresas con capacidad de exportación: trasnacionales que desarrollan productos de software (como Microsoft, Oracle o SAP), transnacionales que desarrollan servicios (como IBM, Accenture o EDS), empresas Indias o Latinoamericanas de la industria de la tercerización en proceso de globalizar sus centros de desarrollo (como Tata Consulting Services, Softtek o Neoris) y empresas nacionales que han logrado alguna actividad de figuración en mercados extranjeros. No obstante los éxitos relativos, como ya se señaló, existen insuficiencias en materia de capacidades gerencia, control y gestión, además de emprendimiento e innovación. En fin, queda la duda de si las personas con las calificaciones adecuadas serán capaces de enfrentar los retos que plantea una industria de software más sofisticada desde el punto de vista de la comprensión de los problemas del desarrollo de nuevos servicios basados en TIC, competitivos en un mercado globalizado o “glocalizado”. Más allá de algunos casos excepcionales, no hay indicios ciertos de que las firmas locales lleven a cabo desarrollos verdaderamente innovadores, aunque ciertamente, dado el peso de los productos y servicios “a medida” dentro del sector, una parte importante del personal de las firmas está ocupado en desarrollos de tipo incremental y adaptativo, suficientes para empresas de una industria local sin mayores pretensiones de crecimiento. A su vez, la mayoría de los lanzamientos de nuevos productos obedece a la necesidad de mejorar y/o adaptar los productos a las nuevas tecnologías y plataformas disponibles, o bien de ampliar el rango de aplicaciones ofrecidas.
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La inversión extranjera en este sector se ha limitado principalmente a localizar en estos países las tareas rutinarias y de menor valor agregado, aprovechando las ventajas que ofrecen en materia de costos, sobre todo los de tipo laboral. Es dentro de este contexto que algunas empresas multinacionales instalan centros de desarrollo de software. Bajo estas consideraciones, se hace obligatorio revisar buena parte de lo que hasta ahora se ha considerado como estratégico en la industria regional de software, tarea que se acomete en la siguiente sección de este documento. V.
ANALISIS CRÍTICO DE LA TERCERIZACIÓN COMO CAMINO DE DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DE SOFTWARE DE LA REGION
1.
La necesidad de un cambio significativo de estrategia
Después de haber hecho referencia al significado de la llamada Sociedad de la Información y del Conocimiento, puesta en el marco de una crisis estructural del sistema económico mundial, después, así mismo, de haber comentado diversos aspectos acerca del desarrollo de la industria internacional del software -los que resultan relevantes en el tema considerado en estas páginas-, y luego de analizar, bajo una panorámica general, la experiencia de la región, en esta sección se hace un examen crítico de dicha experiencia, la cual pretende alimentar una visión estratégica diferente respecto a la industria de software latinoamericana y del caribe. Dicha visión tiene implicaciones conceptuales y prácticas, tanto en lo que respecta a la elaboración de políticas públicas, como con relación al diseño de estrategias para el sector privado y remite, en ultima instancia, a la necesidad de impulsar una transición de la Industria de Software a la de los Servicios Habilitados por Tecnologías de Información y Comunicación con prácticas de Innovación (SHTIC2). Al hablar de la industria de software y de su potencial para contribuir al desarrollo de nuestros países surge el tema de la tercerización de servicios, bien sea servicios de TIC (outsourcing de TIC), de procesos de negocios habilitados por TIC (outsourcing de procesos de negocios) o de ambos (Ver por ejemplo el Informe sobre complementariedad productiva en la Industria de Software realizado en el Mercosur (López et al, 2007), como una estrategia factible y conveniente, aunque cabe advertir que, por otro lado, en la literatura también se encuentran algunas opiniones críticas al respecto. (Arora, 2004; Ruminatti, 2006). ¿Es realmente esta tercerización de servicios una salida para Latinoamérica? ¿Es o puede ser importante la industria de software en la región? ¿Se debe considerar conveniente desde el punto de vista estratégico? ¿En qué medida? Son estas algunas de las preguntas que se pretende contestar en este trabajo. Para ello se define, en primer lugar, qué es la tercerización de servicios y cuáles son sus características resaltantes y se examinan, así mismo, cuáles son sus tendencias actuales y las implicaciones que tiene la actual crisis del capitalismo global sobre las posibilidades de desarrollo de la región en esta área. 2.
Situación actual de la industria de la tercerización de TIC y de servicios habilitados por TIC
Hoy en día la tercerización de servicios de TIC y de servicios habilitados por TIC se realiza como un proceso industrializado maduro en el que compiten regiones y ciudades y en donde, como ya se dijo, India es claramente el país líder del negocio, obteniendo
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32 ingresos del orden de los 50.000 millones de dólares, de acuerdo a proyecciones para el año 2009 (NASSCOM, 2009). En el índice de 2009 de Global Services (Global Services, 2009), publicado en el mes de febrero, aparece que los EEUU y la India lideran posiciones entre los 100 mejores proveedores de servicios globales.27 La lista correspondiente muestra a 44 compañías de los EEUU, 31 de la India, 14 de Asia (excluyendo India), 5 de Latinoamérica y 4 de Europa Oriental. Se señala, por otra parte, que muchas de las firmas registradas en EEUU son en realidad compañías de otros países que sólo mantienen en los EEUU la infraestructura minima de servicios que requieren para mover su negocio de desarrollo de software en el extranjero28. En términos de localidades clientes (es decir, contratantes de la tercerización), el 95% de las compañías de tercerización tiene clientes en los EEUU, el 84% en Europa, 54% en Canadá, 52% en India, 42% en Australia, 36% en Japón y 27% en China, datos que marcan el relativo crecimiento que han tenido los mercados domésticos en India y China. Por otro lado cabe mencionar que las compañías de tercerización tienen presencia en 31 países, ubicados en todas las regiones del mundo. En el caso de América Latina se reportan cerca de 50 centros de desarrollo para el mercado global (16 en México, 12 en Argentina, 11 en Brasil, 10 en Chile y 3 en Costa Rica), cifra comparable con la de Europa del Este (47). En cuanto a la coyuntura que vive esta industria es importante indicar que aunque algunas de las empresas líderes cerraron el año 2008 con pérdidas, de las 100 mejores empresas de tercerización, 30 de ellas adquirieron a su vez un proveedor de servicios en el último año, 12 recibieron inversión de una firma de capital de riesgo, 11 adquirieron una firma de consultoría y 10 iniciaron una nueva empresa (spin-off). Estos datos muestran que se trata de una industria en expansión, con una cierta tendencia a la consolidación (a través de la adquisición de empresas más pequeñas de otras localidades por las líderes de otros continentes), donde el capital de riesgo aún invierte y tienen lugar nuevas aventuras empresariales. El informe mencionado también señala que a este grupo de empresas les preocupa la fluctuación de la moneda, la reducción de su tamaño como empresas, la capacidad para escalarse, el alza del salario y la dificultad para encontrar trabajadores con las destrezas técnicas y de lenguaje requeridas. Se espera, desde luego, que la crisis afecte en alguna medida los resultados registrados al comienzo del año 2009, pero se estima, así mismo, que la presión de bajar costos terminará por imponerse y que debido a ello la industria de la tercerización volverá a remontar en el 2010 (NASSCOM, 2009). Sin embargo, en el muy corto plazo, los gobiernos de los países desarrollados tomaran medidas orientadas a defender el empleo local,
La organización Global Services publica en su portal, desde el año 2006, un informe anual de la industria de la tercerización, accesible para usuarios registrados (Global Services, 2009). Otro lista, basada en otra metodología, (IAOP, 2008) es accesible a través del portal de The International Association of Outsourcing Professional (IAOP). Algunas analistas de mercado como IDC hacen también estudios con sus propias metodologías. Algunas variaciones pueden verse entre uno y otro pero en general no hay dudas de quienes son los actores importantes en la industria de la tercerización. 28 Se señala también en este informe que hay algunas (se entiende pocas, en el contexto) empresas de importancia relativa que no fueron incluidas en el índice 2009 porque no llenaron el respectivo instrumento limitándolo de esta forma para hacer afirmaciones o establecer jerarquías absolutas pero no para trabajar en forma relativa 27
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razón por la cual la ubicación de actividades productivas en el extranjero puede enfrentar algunas dificultades. La tendencia a la globalización de las empresas tercerizadoras señalada arriba sigue teniendo lugar: 12 firmas indias de tercerización han abierto operaciones en México, 7 en Brasil y casi todas las grandes en Europa del Este (Ribeiro, 2009), buscando mejorar la competitividad de sus ofertas. Esto significa que India, como país de destino, está perdiendo terreno aunque se prevé que aún se mantendrá claramente como el líder de la tercerización (de offshore) internacional. Latinoamérica, Europa del Este, Filipinas y Vietnam se señalan como lugares probables para capitalizar el porcentaje que pierda India, pero el hecho de que la India ceda terreno como país no significa necesariamente que sus empresas de tercerización dejen de vender, ya que, como se indica, éstas están en pleno proceso de globalizar a su vez sus centros de desarrollo. La búsqueda de diversificación de localidades de destino se acompaña con una cierta tendencia a la disminución del tamaño de los contratos y del período de tiempo de duración de los mismos (Ferguson, 2009). En el informe Global Services citado arriba (Global Services, 2009), así como en el del 2008 (Global Services, 2008) se observa que las empresas indias líderes tienen decenas de miles de empleados (varias de ellas cerca o superando los 100.000 puestos de trabajo) e ingresos entre los 1.000 y 7.000 millones de dólares anuales. Las dos empresas líderes en Latinoamérica (las mexicanas Softtek y Neoris) generan ingresos que están diez veces por debajo de los de las empresas de la India29, mas, sin embargo, se han convertido en firmas globales, con centros de desarrollo en distintos países y ciudades, una condición que, como se ha señalado, resulta necesaria para competir en el mercado de la tercerización. En el caso de Neoris se mantienen centros de desarrollo en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Hungría, México, España, Emiratos Árabes y EEUU. En el caso de Softtek se mantienen centros de desarrollo en México, Brasil, China y España. Como puede constarse, esta forma de operar es parte de la tendencia actual que la misma empresa mantenga varios centros de desarrollo en el mismo país y comienza a hablarse de una especialización por ciudades, de manera que en cada ciudad que compite hay una serie de proveedores de servicios clave y una o varias universidades principales involucradas (Global Services, 2008). En resumen, la tercerización en TIC se vende como un servicio que se ofrece desde una industria internacional madura, que aún se encuentra en crecimiento, a pesar de la crisis. Esta industria nació en el marco de la globalización de otras industrias y a su vez se está globalizando dentro una tendencia en la que incluso participan, según ya se indicó, las empresas líderes de la tercerización dentro de la región, convirtiéndose, a su vez, en empresas transnacionales que instalan centros de desarrollo global en otros países, a fin de consolidarse como empresas rentables. Esto es necesario para sobrevivir en un mundo competitivo, pero es claro que estas orientaciones se disputan, en una medida importante, el interés de estas empresas por el desarrollo local en sus países de origen. Este análisis de la situación actual, sumando a las experiencias referidas en las dos secciones precedentes abre el espacio para analizar cuáles son las precondiciones que requiere la tercerización de TIC y comprender, a partir de allí, por qué esta industria (aún con cierto potencial de crecimiento) no es estratégica desde la perspectiva de una región como Latinoamérica y el Caribe. Este análisis se desarrolla en la sección siguiente.
Softtek alrededor de 6.000 empleados y 233 millones de dólares en ingreso (Global Services, 2008) y Neoris alrededor de 3.200 empleados y 350 millones de dólares en ingresos (Global Servicies, 2009).
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34 3.
Visión critica de la tercerización como estrategia
Se desprende de lo anteriormente señalado que para tener lugar la industria de tercerización de servicios de TIC tiene tres precondiciones principales: en primer lugar, un nivel de vida relativamente precario que abra la posibilidad de contratar personas técnicamente bien formadas con remuneraciones por debajo del promedio internacional30; en segundo lugar un conjunto lo suficientemente grande de profesionales con las competencias requeridas para hacer la industria viable y una plataforma educativa de cierta calidad que haya generado y tienda a garantizar la existencia permanente en la cantidad que se necesita de tales profesionales y, en tercer lugar, un cierto nivel de desarrollo de la infraestructura de comunicaciones que haga viable la entrega del servicio globalizado. Según ya fue expresado en páginas anteriores, junto a estas tres precondiciones hay que mirar, así mismo, algunos otros factores significativos tales como la presencia de emprendedores motivados, ciertas condiciones macroeconómicas, capitales financieros dispuestos asumir los riesgos necesarios, estabilidad política y financiera, afinidad cultural o por lo menos de lenguaje, políticas públicas de apoyo en una industria donde principalmente se compite por regiones y ciudades, medidas orientadas a atraer inversiones extranjeras, respeto a la propiedad intelectual, etcétera.31 De las tres precondiciones principales la primera de ellas -la precariedad relativa del nivel de vida- es claramente la más importante porque es intrínseca a la industria de la tercerización de TI, basada, valga reiterarlo una vez mas, en las desigualdades en la remuneración de profesionales calificados. Por esta razón la industria de tercerización en Irlanda, que cambió significativamente su nivel de vida, tiene problemas para su sostenimiento. Y la de India, madura después de décadas, tiene que reinventarse ante una eventual pérdida de competividad debido a la aparición de nuevos actores globales que le compiten en este aspecto (Ribeiro, 2009), razón por la cual las empresas han creado, como se indicó, centros de desarrollo y han iniciado, así mismo, operaciones importantes de Investigación y Desarrollo, incluyendo la creación de productos de hardware y software y realizado alianzas estratégicas alrededor de productos de innovación.32 Se estima que de esta reinvención puede depender, en gran medida, su existencia y crecimiento en el mediano y largo plazo.
Este no es el caso de Irlanda ni de Israel hoy, pero si sigue siendo en gran parte la base de la competividad de la industria india de la tercerización de servicios de TIC. La cantidad de dólares producidos por persona-en un año habla acerca de la productividad de la industria y el nivel de vida en cada país. En Israel este número está alrededor de los 270 mil dólares por persona año, mientras que en países de la región Uruguay, Costa Rica, Argentina, Brasil y México este factor está entre 40 y 70 mil dólares por persona año y en India está alrededor de 20 mil dólares por persona año (estimaciones hechas a partir de Global Services, 2008 para el caso de México y para los casos restantes, López et al 2007). Ver también Adrián Ruffinatti, 17 de junio de 2009, Clarín.com, disponible en http://www.ieco.clarin.com/notas/2009/06/17/01940847.html. 31 Puede notarse, por ejemplo, que las condiciones geopolíticas de Israel dificultan que allí pueda crecerse una industria de servicios de tercerización de software como las que se desarrollaron en India o en Irlanda, donde las tareas regulares sobre las que se basa la operación cotidiana de los departamentos de las empresas contratantes se transfieren para ser desarrolladas offshore en el país contratado. Sin embargo no impidieron, bajo esfuerzos coordinados de los sectores público y privado como los mencionados arriba, desarrollar una industria de alta tecnología orientada a vender productos (y, en ocasiones, empresas completas) fuertemente orientados a la innovación tecnológica. 32 Por ejemplo, Tata mantiene 19 Laboratorios de Innovación en una estrategia de fortalecimiento de redes de innovación con participación de instituciones académicas y grandes laboratorios de investigación y desarrollo de Asia, start ups y fondos de capital de riesgo (TCS, 2009). Infosys mantiene una operación de 500 investigadores que ha producido cerca de 100 patentes en los últimos 18 meses (Infosys, 2009). Wipro está comprometida en el desarrollo de una serie importante de productos en áreas como comunicaciones inalámbricas, almacenamiento, RFID y algunos otros tópicos de gran interés internacional (Wipro, 2009). 30
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En línea con la argumentación precedente cabe hacer el señalamiento de algunos estudios latinoamericanos que indican que la industria de software y de servicios habilitados por las TIC se ha fortalecido después de, por ejemplo, un proceso de devaluación que empobreció relativamente al país que la adoptó (JICA, 2003; López et al, 2007). Es importante caer en cuenta que este tipo de éxito relativo se apoya, si no en una relación causal, si en una medida importante, en el empobrecimiento relativo de la economía del país receptor. Visto lo anterior puede concluirse que la industria de la tercerización de TIC no es una industria fácilmente sostenible, en la que un país pueda basar su desarrollo a mediano y largo plazo y resulta conveniente, por tanto, orientarla desde la competitividad por bajos costos a la competividad por cualidades innovadoras. Esta conclusión tiene, desde luego, varias implicaciones prácticas. Los actores que están insertos en la competencia global de la tercerización del desarrollo de software interactúan en un contexto que implica la necesidad de tomar medidas y revisar sus objetivos estratégicos con el propósito de mantenerse competitivos. Empresas como Softtek y Neoris, seguramente lo harán, sin embargo, para las empresas más pequeñas las oportunidades serán más restringidas, dado que trata de una industria madura donde las posibilidades de diferenciación más allá de precio por hora no son muchas. Lo mismo vale, desde luego para los países y ciudades que compiten en esta industria. El problema de fondo de la tercerización de TIC estriba, así pues, en que la creación de valor queda fuera de los desarrolladores del software que se usa en los servicios. Las empresas contratantes son las que crean valor y por eso dicha vía no pareciera ser muy fructífera en el largo plazo.33 En efecto, la contratación de software tercerizado se hace en el mercado internacional a empresas que certifican la calidad de sus productos a través de la certificación de la calidad de sus procesos bajo estándares internacionales34. Pero al certificar el resultado de su trabajo como un producto normalizado, las empresas tercerizadoras quedan encerradas en un modelo de ingresos de tarifa de servicios profesionales por hora que limita significativamente las posibilidades de crecimiento de sus ingresos por vías distintas a la de aumentar el número de personas, lo que significa aumentar ingresos sin aumentar productividad. Esto funciona como una trampa estructural cuya salida sólo puede ser el cambio del modelo de ingresos de tarifa por hora, lo cual conduce a estrategias de crecimiento empresarial muy diferentes. En fin, si la tercerización no es una vía estratégica, ¿cuáles son, entonces, las oportunidades para los actores de la Industria de Software en Latinoamérica y el Caribe? Esto puede responderse retomando el análisis de la evolución del software desde la perspectiva de la innovación, asunto que se considera en la siguiente sección. VI.
LA INNOVACION Y LA INDUSTRIA DE SOFTWARE DE LA REGION
1.
Software como commodity y Software como valor
El software es un componente de buena parte de los servicios que hoy en día se demandan en el mercado. Sin embargo, tiene lugar actualmente una interesante discusión internacional acerca de si el software como tal aporta elementos El ejemplo de Skype, el exitoso servicio de comunicación a través de Internet, es sumamente ilustrativo al respecto. La compañía fue fundada por un sueco y un danés, quienes concibieron el servicio y, la mayor parte del software fue desarrollado en Estonia, como expresión del desarrollo de la industria de la tercerización de TIC en Europa del Este. En el 2005 la compañía fue vendida a eBay por 2.600 millones de dólares, que por supuesto, no fueron en forma significativa a Estonia (The Economist, 2009). 34 Típicamente el modelo de referencia usado es CMMI, desarrollado por el SEI. 33
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36 diferenciadores y por lo tanto impulsa la competividad de las empresas, o si por el contrario es simplemente un elemento presente en el ADN empresarial, pero que por si mismo tiene pocas capacidades de aportar valor. Nicholas Carr publicó en Harvard Business Review un artículo inicial que hizo particularmente explícita la discusión (Carr, 2003), no sólo para el software, sino para toda la industria de las TIC. El artículo fue polémico y derivó en un libro muy comentado “Does IT matter?” (Carr, 2004), en el cual se afirma, en esencia, que ya pasó la época en que las TIC en general, y el software en particular, podían considerarse como un diferenciador significativo en las posibilidades de competir, argumentando para ello que ha habido un proceso de “comoditización”. En este caso, se emplea el término en inglés commodity con la interpretación usual en economía, esto es, para hacer referencia a insumos de gran demanda que pueden fabricarse con tecnologías y procesos ampliamente dominados, los cuales, si bien son sin duda importantes, se valoran poco y se considera que pueden comprarse en cualquier parte. La discusión hecha arriba sobre la tercerización apoya, en gran medida esta argumentación. En efecto, “el software” tercerizado puede que sea o puede que no sea un commodity, pero es evidente que el “desarrollo de software” tercerizado lo es: se contrata fácilmente, en muchas partes del mundo, de manera estandarizada a través de acuerdos de trabajo con modelos de calidad establecidos y en condiciones en las que, en ausencia de otros diferenciadores, el precio pasa a ser una variable esencial. En otras palabras, la tendencia histórica que se ha venido imponiendo supone que el desarrollo de software cada vez vale menos (es útil, pero no crea diferenciación) y, por tanto, lo que en término de políticas públicas debe promoverse y lo que en términos empresariales debe buscarse, es la innovación (que puede, desde luego, implementarse contratando desarrollos de software). Existe una argumentación en contra de los planteamientos de que el software se ha convertido en un commodity que también proporciona elementos dignos de tomarse en cuenta35. En este caso se señala que las TIC en general y el software en particular sí aportan diferenciadores en tanto que concretan y dan viabilidad a las estrategias de competencia de los procesos de negocios. Se señala, por ejemplo, como las TIC (y el software en particular) pueden usarse para reducir significativamente los tiempos de introducción de nuevos productos, de manufactura y distribución, de respuesta a procesos críticos o lo que pueden ayudar para reducir inventarios, todo lo cual muestra, de nuevo, que si bien las TIC (software incluido) en si mismas no aportan diferenciadores, insertadas en un diseño correcto de procesos de negocios sí lo hacen. Lo interesante desde la perspectiva de este trabajo es que ambas argumentaciones, aunque opuestas entre sí, inducen una misma conclusión desde el punto de vista de la industria de software: la innovación es el componente fundamental en cuyo contexto la industria de TIC produce aportes significativos en la cadena de valor. Por tanto, cualquiera que sea el camino a seguir para desarrollar la industria de software, se requiere insertarla en una estrategia de desarrollo de innovación. Esto todavía se vuelve aún más imperativo cuando se toma en cuenta la tendencia hacia el predominio de los servicios dentro de la economía, conforme se expuso al comienzo de este trabajo. Vale la pena señalar que, como ha quedado bien apuntado en diversos estudios, la innovación tecnológica es un recurso adecuado para eludir la competencia por precio, Pueden verse, por ejemplo, el libro “IT doesn't matter--business processes do” (Smith, 2003) o algunos de los comentarios de Howard Smith en la Internet (Smith 2004)
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característica de los mercados de commodities, en los cuales las posiciones de las firmas son más vulnerables, ya que están siempre expuestas a fuertes oscilaciones y desequilibrios entre oferta y demanda, a la permanente incorporación de nuevos competidores con ventajas salariales, de geopolítica, de escala o que, simplemente, recurren a prácticas desleales de comercio. Los mercados de bienes diferenciados, donde es cada vez más rápida la obsolescencia de procesos y productos, exigen una conducta tecnológica activa por parte de las firmas, así como una permanente disposición y aptitud para el cambio, pero en contrapartida, ofrecen la posibilidad de sostener relaciones de comercio más estables. En estos mercados es más fácil eludir eventuales desventajas en materia de costo salarial para hacer prevalecer ventajas de carácter endógeno (capacidades propias de las firmas), si los factores exógenos (contexto macroeconómico, infraestructura, regulaciones) inciden favorablemente. 2.
Software como servicio e Innovación
La mayoría de los líderes internacionales del software (Top 100 Research Foundation, 2008), empresas como Microsoft, IBM, Oracle, SAP, HP, Symantec, CA, son empresas que surgieron bajo el modelo de venta del software como producto. Para estas empresas los servicios giraban en torno a la venta e implementación in situ de los productos, sin embargo, las nuevas tendencias de la economía han ido cambiando su aproximación al mercado y, en sus nuevas propuestas de valor, estas empresas van introduciendo y enfatizando iniciativas de tipo “Software como servicio” (SaaS, en el glosario) en la que el negocio se define mas alrededor de un cierto servicio que alrededor de productos y en la cual la entrega del servicio se hace a través de la llamada “Computación de nube” (“Cloud computing”, en el glosario). Al hacerlo se mueven con la discreción requerida para afectar lo menos posible su negocio tradicional, pero respondiendo sin duda a la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos caracterizados por la economía centrada en los servicios. La adquisición de empresas más pequeñas e innovadoras pone de manifiesto la lucha de estas grandes empresas (a veces demasiado grandes y burocráticas para innovar) por permanecer en el mercado a través de la vinculación con organizaciones más pequeñas, mucho más flexibles y con propuestas de valor innovadoras. También, se observa, complementariamente, una tendencia hacia la innovación y hacia los servicios en las empresas que han surgido en la última década como líderes emergentes de la industria internacional, tales como Google, Skype, Amazon, eBay y más recientemente proveedores como Mercado Libre, Saleforce, YouTube, Flickr, Zappos, Zipcar, Peapod, Zoppa y las redes sociales (como MySpace, Facebook, LinkedIn y Twitter). Todas ellas han destacado por el carácter innovador de sus servicios. En este caso no basan sus ingresos en productos ni servicios de software, sino generado propuestas de valor útil en algún área para públicos lo suficientemente amplios como para ser económicamente interesantes desde el punto de vista de sus respectivos modelos de negocios. Su actividad muestra que, si bien el software es, en todas ellas, un componente central y hasta imprescindible en su estrategia y en su éxito, está claro, una vez mas, que no es en el software sino en la innovación y el concepto de servicio ligado a ella donde está lo esencial de la propuesta de valor que estas empresas hacen hacia sus respectivos públicos. En el marco de lo planteado, se comprende que la innovación se haya convertido en un tema de relevancia creciente en la agenda de políticas públicas de numerosos y muy diversos países en cuanto a niveles de desarrollo, los cuales la introducen en sus planes,
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38 tratándola de hacer posible a través del desarrollo de ecosistemas donde se combinan orgánicamente intervenciones públicas y privadas en ambientes culturales propicios.36 En general se está de acuerdo, así pues, en que el éxito de la inserción de países como India e Irlanda en las cadenas de valor de las economías mundiales y su valor futuro dependerá en gran medida de la innovación. En lo que se refiere a la India, por citar un ejemplo, el tema estuvo presente en el Foro sobre liderazgo organizado en febrero de 2009 por NASSCOM (NASSCOM, 2009), al que asistieron líderes de la industria de todo el mundo. En la presentación de McKinsey dentro de este foro (McKinsey, 2009), por ejemplo, se menciona una agenda de cinco pasos que NASCOMM convirtió en su propuesta política para construir el futuro de la India en los próximos 10 años: 1. Catalizar el crecimiento más allá de los mercados que hoy son el núcleo de las actividades de TIC en India. 2. Considerar a la India como un centro para servicios profesionales de alcance global. 3. Fortalecer las TIC para el crecimiento, socialmente inclusivo, de la población. 4. Desarrollar una reserva (pool) de talentos formados de más 4 millones de personas. 5. Construir India como un centro global de innovación (NASCOMM, 2009). Por otro lado, cabe mencionar también el caso de Finlandia, un país que cambió radicalmente en las últimas décadas como producto del desarrollo de sus ecosistemas de innovación. Desde varios países del mundo, incluyendo los propios EEUU, se envidia la existencia y efectividad de un ente como Tekes, la agencia finlandesa de innovación, que invierte cerca de 470 millones de euros en proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D+i) orientados a la innovación en cooperación con empresas, universidades y centros de investigación y desarrollo locales y globales (Tekes, 2007)37 (Ver recuadro sobre Finlandia en la Sección Quinta de este trabajo). 3.
La copia creativa puede ser una fuente de innovación
¿Qué tipo de innovación se necesita en los países de la región? Cuando se habla de innovación muchas veces se piensa en el desarrollo de nuevas tecnologías o en nuevos productos basados en nuevos componentes tecnológicos. Sin embargo, la innovación se da, usualmente, por caminos más simples, como la creación de mejores diseños de servicios totalmente basados en tecnologías preexistentes, pero con una mejor interpretación de las necesidades, valores y cultura de los potenciales usuarios. En otras palabras, la tarea de identificar los aspectos que hacen que los servicios sean valorados por las comunidades de usuarios es tan o más importante como el esfuerzo de crear nuevas tecnologías, hecho que abre un campo para el desarrollo de estrategias, tanto públicas como privadas y que, sin duda, debe ser tomado en cuenta en los países de la región. En “The New Argonauts” (Saxenian, 2007) se presenta, por ejemplo, la importancia que tienen los vínculos locales y la comprensión de la cultura local en el desarrollo focos 36 En los EEUU, por ejemplo, se discute cada vez más la necesidad de tomar medidas para promover las actividades innovativas a fin de no perder su liderazgo económico. Asimismo, en Singapur la innovación es, desde hace años, una política de Estado y hay una autoridad para el desarrollo de servicios de TIC cuyo foco es lograr que continuamente mejoren la calidad de vida ciudadana y la competitividad de la industria nacional. Están trabajando en un plan de 10 años que comenzó en el 2005. (Infocomm Development Authority of Singapore, 2008). En la Unión Europea el tema de la innovación para referirse a problemas y soluciones económicos es un tema del día. Actualmente están desarrollando un programa de 5 años que proporciona un marco de trabajo para la competividad y la innovación que tiene a la pequeña y mediana empresa como su foco principal de atención. El programa soporta actividades de innovación y se esfuerza en mejorar el acceso a las finanzas para el desarrollo de servicios en las regiones. Para ello estimula el uso de las TIC en función del desarrollo de la Sociedad de la Información (European Commission, 2007).
Este número es muy significativo si se toma en cuenta que la población de Finlandia es de sólo 5,3 millones de habitantes.
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industriales en nuevos lugares. Se observa como la migración de retorno a China e India de personas formadas en las economías líderes ha sido un factor decisivo en el desarrollo exitoso de iniciativas empresariales de base tecnológica, sin haber tenido necesidad de crear nuevas tecnologías, sino sabiendo identificar, adquirir y adaptar tecnologías existentes, aprovechando la combinación de sus talentos, aptitudes emprendedoras, orientación a la innovación, manejo de la cultura local y capital relacional para crear nuevos centros de desarrollo de servicios para el mercado local o global. Los servicios exitosos que se están desarrollando en la Internet y, en general, en las tecnologías móviles de hoy abren la posibilidad de inspirar, a su vez, nuevos servicios mejor adecuados a las condiciones locales y a la cultura de los mercados hispanoparlantes. Esto puede hacerse con procesos de copia creativa de aspectos esenciales de los servicios originales, sin necesidad de desarrollar nuevas tecnologías, copiar software ni infringir patentes. De hecho, una de las ventajas de este tipo de proyectos de desarrollo de innovación es que pierden importancia, de un modo natural, las discusiones acerca de propiedad intelectual y las deficiencias en la materia que aún se tiene en nuestros países, ya que se trata de servicios en los que la adecuada interpretación de la cultura de los pretendidos usuarios constituye uno de los activos fundamentales. En su libro Innovation and Entrepreneurship, Peter Drucker (1999) hizo una clasificación de las fuentes de la innovación, estableciendo que la generación de nuevos conocimientos tecnológicos, si bien puede considerarse una fuente de innovación, es sin duda la que, en términos prácticos, resulta la más difícil de desarrollar tanto desde el punto de vista técnico como comercial. Drucker señaló que las fuentes de innovación más fáciles están en espacios de desarrollo donde se trabaja con el conocimiento establecido y sugiere de esta forma que, más que buscar el desarrollo de propuestas derivadas de nuevos conocimientos y nuevas tecnologías, se analicen los factores como experiencias donde se obtuvieron éxitos inesperados o aparentes incongruencias en los resultados obtenidos (usando las tecnologías existentes) para inducir la síntesis creadora que converge en nuevas propuestas de valor hacia el mercado. Estos conceptos coinciden con el hecho observado de que la mayoría de los nuevos productos aceptados por el mercado están basados en tecnologías preexistentes. Los cambios registrados en la demografía de ciertos colectivos fueron también señalados por Drucker como una fuente de innovación de dificultad intermedia. En un mundo donde las estadísticas poblacionales muestran aspectos relevantes, por ejemplo, el aumento del peso relativo de ciertas minorías en la economía, el uso regular de teléfonos celulares en todos los estratos sociales, los cambios experimentados en la penetración de Internet o en el uso de la banda ancha, lo que se descubre en la interpretación de los números estadísticos que expresan estos cambios adquiere importancia como fuente de innovación. En efecto, uniendo consideraciones demográficas y culturales como las señaladas con el análisis de éxitos previos es fácil concluir que hay mucha innovación posible en Latinoamérica a través de la copia inteligente de servicios dirigida hacia el desarrollo de mercados locales para servicios inspirados en otros que fueron previamente exitosos en mercados foráneos. Esto tiene sentido cada vez que se estime que el aporte de la comprensión de la cultura local en la creación de valor pueda ser relevante, al punto de ser determinante al momento de competir. En resumen, se trata de considerar abiertamente la posibilidad de desarrollar innovaciones basadas en la combinación de las tendencias tecnológicas
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40 internacionales con los activos culturales locales. Este tipo de innovación puede servir también para desarrollar servicios orientados hacia otros países donde hay importantes comunidades latinas. El hecho de que la minoría latina sea la minoría de mayor crecimiento y la de mayor poder adquisitivo en los EEUU o el hecho de que España goce hoy (en términos generales, ya que la crisis global le ha incidido en forma importante) de una salud económica superior a la de unas décadas atrás, proporcionándole a su población un nivel de vida superior al Latinoamericano y por tanto un poder adquisitivo significativamente mayor, es una oportunidad para el desarrollo de servicios de innovación concebidos desde Latinoamérica que los números demográficos señalan. En un enfoque tradicional se puede pensar en que éstos son mercados para el software latinoamericano, vendido en la forma de horas persona de bajo costo. Bajo el enfoque que se propone en este estudio las empresas latinoamericanas orientadas a la innovación pueden ofrecer servicios en los que el software no se vende, sino se integra en las propuestas de valor innovadoras que por su naturaleza tendrán mucha más posibilidad de generar retorno económico, social, valorización y respeto. En fin, la copia creativa, adaptada a las condiciones locales de servicios exitosos en otros contextos es una excelente fuente de innovación y de creación de valor. En Latinoamérica, el caso de MercadoLibre.com (ver recuadro) es un ejemplo de creación de valor por servicios recreados en nuestras condiciones culturales que resulta interesante para analizar. 4.
El cambio en el modelo de ingresos
Para las empresas de software de la región, y para los otros actores de los ecosistemas donde ellas son valoradas, es importante analizar de que manera su viabilidad estratégica puede estar ligada a un problema de cambio en el modelo de ingresos. Como se mostró en la sección anterior, la tercerización obliga a vender el desarrollo de software como un producto normalizado que deja poco margen para salirse de un modelo de ingreso basado en honorarios profesionales pagados por hora. En estas circunstancias, las empresas crecen añadiendo gente a la organización y no mejorando su productividad, con el problema de que al crecer de esta manera se suman también nuevos riesgos ante el aumento de los costos fijos en un mercado competitivo. El factor de ocupación del personal calificado38 se convierte en una dificultad complicada que se exacerba porque este tipo de trabajador es costoso para la empresa y puede ser, por diversos factores externos no controlados, cada vez más barato en el mercado internacional39. Dentro de este modelo la situación es peor aun cuando se venden proyectos de desarrollo de software hecho a la medida. En este caso cuando finalizan los proyectos la empresa desarrolladora se encuentra con gente que le interesa mantener para alcanzar el nivel de utilidad contemplado en el modelo de ingresos, pero su realidad es que, más que en términos de ventas presentes, sólo puede justificar el mantener el personal que
Se hace referencia a la relación entre el personal ocupado en proyectos que generan ingresos y el personal que no esta asignado directamente a proyectos en curso. 39 El problema de la gestión del talento es clave en la nueva economía. Una organización en el cual las personas son gestionadas como “recursos humanos” organizados jerárquicamente, es muy vulnerable a las presiones de una economía competitiva y globalizada que demanda labores que sólo pueden realizar trabajadores de alto nivel de formación, mientras que una organización que valoriza el talento y se esfuerza en crear un ambiente agradable para el trabajo, la competencia y colaboración, que promueve los equipos de alto desempeño organizados en redes heterárquicas, es menos vulnerable y más dada al desarrollo de innovaciones. 38
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finalizó su proyecto en términos de una prospectiva de posibles (y a veces no muy probables) ventas futuras.40 Una solución a este problema es, entonces, la venta de un “Portafolio de proyectos” en lugar de proyectos aislados, concepto usado en mercados maduros pero no tan extendido en la región. Bajo este concepto la empresa vende una capacidad de producción de software al ente contratante. Esta capacidad es normalmente renovable en condiciones de mutuo acuerdo y en períodos de uno a cinco años y gracias a ello, la empresa tercerizadora se libera de los vaivenes asociados a la venta de proyectos, aunque queda aún atrapada en el modelo de ingresos por hora ya que este sigue siendo la forma de medir la capacidad de producción. Una alternativa distinta es el desarrollo de productos de software vendidos a través de licenciamiento de uso. Este tipo de esquema, como se señaló arriba, fue utilizado durante décadas por varias de las firmas líderes de la industria del software. Sin embargo, tal alternativa actualmente choca con el problema de la comoditización del software discutido arriba, también con fenómenos como el desarrollo del software libre que disminuye la percepción del valor que, por si mismo, se le atribuye al software y así mismo con la orientación hacia la actividad de servicios de la economía. Por esta razón el camino de la venta de licencias de software es la venta del software como servicio, esquema bajo el cual el software se coloca en la red y no se vende como tal, sino que se alquila el servicio. Para tener éxito con este modelo se requiere ser capaz de diseñar e implementar servicios de valor, desde el punto de vista de los usuarios. En última instancia las empresas deben romper con el modelo que ata sus ingresos a la cantidad de horas persona que pueden vender y eso sólo lo pueden lograr desarrollando nuevos servicios, habilitados por las TIC, que sean percibidos como interesantes por los mercados de destino. De esta manera el conocimiento de TIC de las empresas se valoriza como activo y la innovación en servicios libera las organizaciones de la jaula que representan los modelos de ingreso por hora. El problema a resolver es, entonces, la reconversión misma de la empresa, esto es, pasar de ser una empresa desarrolladora de software a la medida o de una empresa desarrolladora de productos de software, a una empresa que produce y vende servicios donde no es el software ni el desarrollo de software lo que se vende.
El problema ocurre también cuando se vende software licenciado en mercados muy restringidos. Para muchas PYMES estas circunstancias constituyen el contexto donde pierden foco, se olvidan de la importancia estratégica que tiene concentrarse en la creación de valor en un área específica y sucumben ante la presión de asegurar la nómina diversificando sus actividades y perdiendo con ello su posible diferenciación.
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42 5.
Un ejemplo Latinoamericano
Un caso de estudio interesante es el de MercadoLibre.com, una organización Argentina que desarrolló en Latinoamérica una pequeña empresa que se erigió como la organización líder en la creación de mercados para el comercio electrónico, en una región como la nuestra donde el comercio electrónico tenía inhibidores claros, pese a la tendencia internacional. MercadoLibre.com supo captar el espacio cultural y práctico para su propuesta de valor. Recreó, en condiciones regionales, servicios adecuados a las necesidades y a la cultura local, un mérito indudable en una región donde la penetración de la tecnología no era alta y donde había una desconfianza importante y perceptible, por razones fundadas e infundadas, hacia este tipo de herramientas. MercadoLibre.com es un ejemplo claro de innovación de Servicios Habilitados por Tecnologías de la Información con prácticas de Innovación (SHTI2 en el glosario). Su servicio no es un servicio informático sino un servicio de comercio electrónico en el que las TICfacilitan la incorporación a estas prácticas para personas y PYMES que de otra forma no lo usarían y allí reside su innovación. MercadoLibre.com no inventa el comercio electrónico, no es la primera iniciativa en la región, no crea tampoco el concepto clave de su servicio, vale decir, la tercerización natural de las operaciones de comercio electrónico, por afiliación voluntaria a una red que transparenta y aumenta la credibilidad de los actores en el mercado. Presta un servicio intrínsecamente adaptado a emprendedores independientes, microempresas y pequeñas empresas, ya que ninguno de ellos tiene que pagar para montar su tienda virtual en Internet. Es indudable, así pues, que interpreta la necesidad en una forma adecuada y desarrolla, que duda cabe, la innovación que los mercados de la región aceptan. De esta manera, una empresa promovida por jóvenes argentinos innovadores se convierte en una empresa líder, ejemplo y referencia en la región. Alguien podría señalar que MercadoLibre.com copia la propuesta de servicios de eBay, pero el señalamiento como peyorativo es irrelevante. Si hubo una copia fue una copia creativa, de inspiración y adecuación a la cultura local. Cuando se entra a eBay se entra a un mundo globalizado sin distinciones donde se ve plano algo que no es plano. Cuando se entra a MercadoLibre.com se entra a una serie de mercados, uno por país, algo que para bien y para mal, se entiende desde Latinoamérica. Antes de MercadoLibre.com existían en Latinoamérica, incluso en Argentina, otras empresas que se movieron en el mismo ámbito de problemas: habilitar servicios de comercio electrónico a micro y pequeñas empresas de la región. Pero su oferta era más convencional, en ocasiones de Servicios Habilitados por Tecnologías de Información y Comunicación (SHTIC, ver glosario) pero, siguiendo modelos tradicionales, no concretaron la innovación. Por ejemplo, ofrecían a las pequeñas empresas el software como servicio (SaaS), a tarifas relativamente bajas, pero no gratuitas como en el modelo innovador de MercadoLibre.com. Hubo también quien pretendió vender su producto como un paquete licenciado, lo que representaba simplemente el tipo de concepto de los paradigmas anteriores. El aporte de MercadoLibre.com va más allá de su propio éxito. La empresa es un habilitador de nuevos servicios y de economías locales en numerosos sitios. Hay un número significativo de empresas y emprendedores que captan en los servicios de MercadoLibre.com oportunidades para sus propias aventuras empresariales y entienden que el vender a través de la red dejó de ser un problema para ellos gracias a que la tecnología (incluyendo el software) se los aporta MercadoLibre.com en una sinergia que no significa para ellos ningún costo. Se trata de un ejemplo de la lógica de la suma positiva en una economía de servicios, de conocimiento y de redes donde para todos los usuarios (compradores y vendedores en el ambiente de MercadoLibre.com) el software de MercadoLibre.com es, simplemente, un commodity, al punto que su uso no se vende sino se regala. Quién hizo el software en este caso no importa, lo que importa es que capitalizó su valor la empresa creadora del servicio y la innovación, en este caso una empresa argentina que alguna vez trabajó en un sótano (MercadoLibre.com, 2008).
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VII.
DE LA INDUSTRIA DEL SOFTWARE A LA DE SERVICIOS HABILITADOS POR TECNOLOGIAS DE LA INFORMACIÓN y COMUNICACIÓN CON PRÁCTICAS DE INNOVACIÓN
1.
El imperativo de la innovación
El análisis realizado en las secciones precedentes reconoce que la industria de la tercerización va a mantenerse en los próximos años dentro del marco de la orientación de las grandes empresas a bajar sus costos de producción. En efecto, se ha señalado que aunque, por efectos de la crisis global, baje la demanda en 2009, se espera que la situación se recupere para el 2010 debido a que la propia crisis enfatiza la necesidad de bajar costos operativos. Sin embargo, por las ya mencionadas precondiciones intrínsecas en la tercerización, pareciera, en términos de los países de la región, que, si bien hay que ponerle atención a este camino, porque mantendrá su validez por algún tiempo, en una perspectiva de mediano y largo plazo, debe reconocerse la necesidad de explorar otras alternativas estratégicas. De un modo estructural la industria de la tercerización siempre buscará como centros de desarrollo para el mercado global, aquellos donde la mano de obra especializada pueda cotizarse a precios más bajos y sea relativamente abundante. Esta es la razón por la cual países como India e Irlanda están hoy día planteándose alternativas de desarrollo de innovación a fin de capitalizar su éxito previo en la industria de tercerización de TIC, al tiempo que ganan independencia respecto de los problemas estructurales ligados a ella. Por otro lado, el desarrollo de la economía de servicios, junto con la tendencia a la comoditización del desarrollo de software determina la necesidad de buscar alternativas de crecimiento y de consolidación de una industria más próxima a la creación de valor, tal como fue señalado en la sección tres del presente documento y con modelos de ingreso que se aparten de la venta de horas persona y del licenciamiento del uso del software, como se señaló en la sección cuatro. De todo lo anterior se concluye, entonces, que el esfuerzo estratégico para la industria latinoamericana de software debe estar orientado a convertirla en una industria de servicios habilitados por Tecnologías de la Información y Comunicación con prácticas de innovación (SHTIC2, en el glosario). En este contexto la industria de software debe redefinirse. Si bien desde hace años se ha hablado del uso y venta del software como servicio (ASP y SaaS en el glosario), de servicios informáticos (SSI, en el glosario) y de servicios habilitados por tecnologías de la información y comunicación (SHTIC, en el glosario), hoy día, al tratar las estrategias para la competitividad de las empresas que hacen desarrollo de software y al examinar el rol que juega o debe jugar la industria de software en la economía, es conveniente plantear la discusión en torno a la industria de servicios habilitados por tecnologías de la información y comunicación con prácticas de innovación (SHTIC2). Este reconocimiento de la necesidad de orientarse hacia los SHTIC2 tiene implicaciones directas e importantes en la formulación de políticas públicas, en los organismos de promoción, en las empresas, en las cámaras e instituciones gremiales, en los profesionales del área, en las universidades y otros centros de formación y en las instituciones supranacionales de diversa índole. Así pues, la inserción en las cadenas globales de producción de valor a través de la producción o uso de commodities (desarrollo de software tercerizado o implementación de soluciones a la medida para el mercado local con poco valor agregado) no debe
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44 verse, consecuentemente, como la única manera en que los países de la región pueden participar en la economía de un mundo globalizado. Hay que insistir en la perspectiva de la innovación o, por lo menos, de la incorporación en sitios más próximos a la creación de valor. Una alternativa que puede considerarse siempre como camino práctico hacia la innovación es la de la copia creativa, explicada en la sección anterior. Otra alternativa más original, pero más difícil, es la creación de nuevas soluciones implementadas como servicios y basadas en la cultura de red. En síntesis, los países de la región deben moverse a lo largo de la cadena de valor hacia las actividades más intensivas en conocimiento y, por tanto, de mayor valor agregado. La especialización en actividades basadas en los bajos costos no pareciera seguir siendo una opción estratégica viable y adecuada en las agendas nacionales. 2.
Elementos para una agenda
2.1
La innovación en los servicios
Durante largo tiempo los estudios sobre la innovación prestaron poca atención a la manera como ésta tenía lugar en los servicios y al papel que jugaba dentro de este sector. Sin embargo, recientemente esta situación ha comenzado a cambiar, lo cual no debe extrañar dada la creciente importancia de los servicios dentro de la economía moderna. Así, aún cuando quedan muchas cosas por saber, tanto desde el punto de vista teórico como práctico, es innegable el avance en la comprensión de este tema, cuya relevancia es difícil de exagerar. Se ha puesto en evidencia, así pues, que las empresas de servicios prestan cada vez más atención a la innovación como forma de adaptarse al actual entorno empresarial, cada vez más competitivo y, por otro lado, para responder a los consumidores, por lo general mucho más informados que antes y, por tanto, mucho más exigentes en cuanto a la calidad de los servicios que requieren. Por otro lado, el desarrollo de las TIC en las dos últimas décadas, ha jugado un papel crucial en el desempeño innovador del sector servicios debido a que muchas de sus actividades se encuentran relacionadas con el procesamiento de información en diversas formas y con distintos fines, e implican, así mismo, altos grados de comunicación e intercambio entre cliente y proveedor y se pueden beneficiar, por tanto, de las distintas funcionalidades que proveen las TIC. Prueba de lo anterior es la enorme inversión que en los últimos años -tal y como se ha reportado en distintos documentos de la OCDE-, realizan las empresas del sector orientada hacia estas tecnologías, las cuales son un factor clave en la generación, difusión y uso de innovaciones, visto que abren nuevas posibilidades para la creación de servicios. Para desarrollar innovaciones en el área de servicios es ideal poder diseñar e implementar procesos generales con capacidad de atender demandas particulares de clientes, sin que la atención específica a cada persona signifique prescindir de un proceso industrial (masivo) de producción y entrega del servicio. Es decir, ya no se trata de escoger entre entrega masiva y atención particularizada y es allí donde las capacidades de las TIC, y, dentro de ellas, las del software en específico, son críticas para el desarrollo de la innovación. Es por ello que actualmente las TIC tienden a verse como el departamento de producción de la era de los servicios, de modo muy similar a como las fábricas y las máquinas lo eran en la época de los productos.
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En un estudio realizado por la consultora Peer Insight y que abarcó cerca de 100 proyectos de innovación en servicios realizados por cuarenta corporaciones globales, se reportan cinco hallazgos clave, aparentemente comunes en las empresas que realizan innovación en servicios: 1. El cliente es el nuevo punto de referencia e importa mucho más que la competencia directa, 2. En la innovación en servicios se revisa y muchas veces se cambia el quién hace qué. Ésta es, de hecho, una de las puertas para abrir la participación de los clientes, 3. El espíritu emprendedor es una fuerza motriz para la innovación, la motivación para el diseño de nuevos servicios viene normalmente de la insatisfacción de los emprendedores con lo que hasta ahora se ha ofrecido en sus respectivos nichos 4. La TIC operan como las fábricas de los servicios 5. La Internet es el principal canal de distribución (Tekes, 2007). 2.2
La observación del crecimiento de la industria de servicios y las capacidades de innovación
De lo anterior se desprende que para los países de la región y para la región como un todo, es importante desarrollar la capacidad de observar el crecimiento local, regional y global de la industria de los servicios y el crecimiento de los ecosistemas de innovación. Si la observación local se realiza sistemáticamente, es posible mejorar las políticas nacionales y las iniciativas que las sustentan. Si la región como un todo avanza en términos de la dirección de transformar progresivamente la industria de software en una industria de servicios habilitados por tecnologías de la información y comunicación con prácticas de innovación, se requerirán esfuerzos de estandarización de los indicadores usados en los distintos observatorios nacionales que operan en América Latina y el Caribe. Ahora bien, la observación requiere de registros sistemáticos objetivos y la implementación de estos, tanto en servicios como en innovación, no es un tema sencillo. Dado que la actividad innovativa en el área de los servicios guarda diferencias -en medio de algunas similitudes, con respecto a la que tiene lugar en otros sectores productivos- la misma ha quedado mal registrada, cuando no ha pasado desapercibida, en las mediciones habituales de las capacidades científicas y tecnológicas de los países, las cuales se han concentrado en las denominadas tecnologías duras, ignorando en buena medida otros tipos de innovación basadas en tecnologías blandas. Así, durante largo tiempo, la política científica y tecnológica de los países y los instrumentos asociados a ella, dejaban poco espacio para la consideración y el estimulo de las innovaciones en el área de servicios, sector soslayado por los marcos conceptuales utilizados, más propios de la manufactura, sin llegar a reconocer la idiosincrasia del fenómeno innovativo en esta área. No obstante lo anterior, hay algunos adelantos en esta materia. Por ejemplo, el Manual de Frascati (OCDE, 2002), que por lo general es la norma práctica que se toma en cuenta en primera instancia para medir la actividad de I+D en todo el mundo, y el Manual de Oslo (OCDE, 2005), documento análogo para la recogida e interpretación de datos sobre innovación, fueron enriquecidas, en sus últimas versiones, entre otras cosas, para incluir recomendaciones y directrices metodológicas que tomen en cuenta el sector servicios. Por otra parte, en América Latina, hay avances importantes en la normalización de mediciones de innovación pensadas en el contexto de la región, tal como se observa en los esfuerzos realizados a partir de la elaboración del Manual de Bogotá. (RICYT-OEA, 2001)41.
El Manual de Bogotá de 2001 fue desarrollado como un intento de proporcionar una contribución a la normalización de las mediciones de indicadores de innovación en la región a partir del trabajo realizado por la
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46 Puede notarse, asimismo, que cada vez más hay países interesados en desarrollar instrumentos de registro que sirvan de base a las políticas orientadas a fomentar la innovación en el sector servicios. En los Estados Unidos, por ejemplo, la National Science Foundation (NSF) ha lanzado un programa de investigación exploratoria en el ámbito de la Ingeniería de Servicios. La NSF pretende estimular el desarrollo de una comunidad de investigación académica en los ámbitos de la ingeniería, las matemáticas y las ciencias sociales con el propósito de mejorar la calidad, productividad, seguridad y competitividad del Sector Servicios en los Estados Unidos. Como se señaló arriba, junto al problema del registro de la actividad de servicios está el de la observación de la madurez de la capacidad de innovación de un país o un sector industrial, área en la que ciertamente hay mucho camino andado, pero donde aún quedan problemas por resolver. En efecto, normalmente se usan índices compuestos de, por ejemplo, indicadores de educación, ciencia y tecnología y aspectos relacionados, sin embargo no es claro hasta que punto se debe medir el esfuerzo, el resultado del esfuerzo o alguna mezcla ponderada de ellos justificada metodológicamente.42 A lo anterior hay que añadir las dificultades en el registro y medición de las particularidades que revisten las actividades de innovación en las economías como las de la región, que son fundamentalmente importadoras de tecnología. Como un ejemplo de un intento concreto de medición de capacidades de innovación, resulta interesante observar el ranking de países publicado por The Economist (The Economist, 2009). En este estudio se señalan las siguientes entradas directas para medir la innovación: 1. la investigación y desarrollo como un porcentaje del producto interno bruto, 2. la calidad de la infraestructura local de investigación, 3. la educación y destrezas técnicas de la fuerza laboral, 4. la calidad de la infraestructura de TI y 5. la penetración de la banda ancha. Complementariamente con estos factores está, señala el estudio, el ambiente de innovación dado por el ambiente político, las oportunidades de mercado, la políticas de competitividad empresarial, las políticas hacia la inversión extranjera, los controles al comercio internacional, los impuestos, el financiamiento, el mercado laboral y la infraestructura general. Teniendo en mente aspectos como los mencionados, la tarea pendiente radica en elaborar agendas y políticas de fomento no tanto de las capacidades de producir software sino de las capacidades de producir innovación en las que puedan tener cabida las exigencias vistas desde las particularidades del sector servicios, en áreas como el financiamiento, la formación y gestión del talento, la creación de redes, la inversión extranjera y la propiedad intelectual. Se trata, en fin, de una tarea pendiente con relación al desarrollo de una industria de vital importancia para el futuro de los países de la región y en la cual es interesante investigar y aprender de los esfuerzos que actualmente se están realizando en los países donde el tema de la innovación en servicios ya ha sido reconocido.43
OCDE en la segunda versión del Manual de Orlo (OSLO, 1997) y aún carece de los aportes realizados en la tercera edición del Manual de OSLO (OCDE, 2005). 42 Por ejemplo, cuando se mide la inversión en I+D se mide el esfuerzo, cuando se mide la cantidad de patentes producidas se mide el resultado del esfuerzo, pero ni uno ni otro resulta satisfactorio como indicador objetivo de innovación. 43. En Finlandia, por ejemplo (ver recuadro más adelante), TEKES, la principal agencia pública finlandesa para la financiación de la Investigación y Desarrollo ha lanzado el Programa SERVE – Innovative Services, orientado al desarrollo del Sector Servicios, respaldado por recursos financiaros muy importantes. La Comisión Europea, por su parte, considera que ha llegado el momento para llevar a cabo un serio esfuerzo por incorporar el Sector Servicios en la Agenda de las Políticas de la Unión Europea, reconociéndolo como dimensión fundamental de la competitividad comunitaria.
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2.3
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47
La necesidad de estrategias de carácter nacional
Los países de la región pudieran concentrar, así pues, sus esfuerzos en lograr el dominio de las tecnologías de propósito general y su aplicación en la generación de servicios. En tal sentido, la elaboración de estrategias nacionales resulta un factor crucial, del cual podrían derivar políticas públicas que concreten una visión a largo plazo, capaz de organizar los esfuerzos necesarios mediante alianzas entre el sector público y el privado, para el diseño y ejecución de los correspondientes programas, los cuales han de tener, como uno de sus aspectos mas primordiales, nuevos esquemas de inserción en el mercado internacional, insistiendo en las prácticas de gestión de la innovación. La pertenencia a una cadena global de valor existente, dentro de este contexto, es una orientación que debe revisarse. Las empresas que controlan dichas cadenas suelen mantener para si mismas las actividades de diseño e investigación y desarrollo, lo cual trae como consecuencia que en muchos casos no se transfiera el conocimiento necesario para permitir la mejora de las empresas locales y se siga dependiendo de las ventajas asociadas a los bajos costos en lugar de su competitividad basada en, por ejemplo, razones tecnológicas. En otras palabras, como en la tercerización de software, la participación de una economía emergente en las cadenas globales de valor puede ofrecerle oportunidades de exportar y generar empleo, pero no necesariamente garantizará que se produzcan otras repercusiones positivas tales como el reforzamiento y elevamiento de sus capacidades innovativas. Se trata, en otras palabras de crear ventajas “genuinas”, sustentables y acumulativas. Por ventajas “genuinas” se entiende el logro de ventajas competitivas a partir de la acumulación de conocimientos, el desarrollo de habilidades y el aprovechamiento de capacidades (naturales o adquiridas) que permiten a las firmas (y, por extensión, a los países) destacarse sobre la competencia, a diferencia de las basadas en bajos salarios, depreciación de la moneda, otorgamiento de subsidios, etcétera. Por “sustentables” se entienden aquellas ventajas no coyunturales y que, aún dependiendo de la explotación de recursos naturales, no implican la degradación de los mismos ni el deterioro del medio ambiente, ya sea por la utilización de tecnologías “limpias” o por una gestión ambiental atenta a la preservación de los recursos (Sutcliffe, 1995). El término “acumulativas” por último, alude al papel condicionante de la trayectoria futura (“path dependency”) que encierra la conducta tecnológica de las firmas y a la generación de externalidades vinculada a los procesos de aprendizaje y mejoramiento tecnológico (Ocampo, 1991). Desde la perspectiva enunciada, la estrategia nacional debe ser elaborada dentro del marco de una visión sistémica, con la capacidad de generar innovaciones como principal elemento, a sabiendas -según se argumentó en la primera sección del documento-, de que ésta actividad no es asunto sólo, ni fundamentalmente, de empresas individuales (ni tampoco de universidades o centros de investigación aislados), sino de un entramado de relaciones que involucra a distintos sectores sociales, los cuales interactúan para hacer posible los procesos de creación, aprendizaje, difusión y utilización de conocimientos y tecnologías. En este sentido, teniendo en cuenta las imperfecciones y externalidades asociadas que afectan a tales procesos, la intervención del sector público resulta imprescindible, conforme lo muestran casos como Finlandia o Singapur, a través de una agencia nacional en capacidad de promover la innovación tecnológica y de negocios para transformar el país.
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48 2.4
El Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología
El diagnóstico general, más o menos compartido, de los países de la región muestra, en lo que se refiere a Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, diversos rasgos relativamente comunes, en medio de no pocas diferencias, claro está, entre los países. Dicho de manera resumida nos encontramos, en primer lugar, con una baja inversión en actividades de I+D (la cual en su mayor parte corre a cargo del sector público), un número insuficiente de investigadores, concentración de las actividades de I+D en las universidades y centros públicos con débil vinculación con el sector productivo y la sociedad. En segundo término, una institucionalidad que ha puesto su mayor acento en la promoción y coordinación de la actividad científica de corte académico, aunque, ha ido evolucionando (en distintas velocidades y a diferentes profundidades, según los países y las universidades dentro de los países) hacia una visión más amplia del asunto que considera la participación de otros actores sociales, otros instrumentos y otros espacios de acción, esta vez más “tecnológicos”. En tercer lugar, un escaso dinamismo tecnológico del sector productivo local, el cual en muchos casos no dispone de las condiciones requeridas ni siquiera para diagnosticar sus problemas tecnológicos y para asimilar nuevas tecnologías, poniéndose de manifiesto, en fin, como poco innovador, con poca inversión en el desarrollo de “intangibles”, con tendencia a basar su competitividad en aspectos ajenos al fortalecimiento de sus capacidades tecnológicas e innovativas, comprador relativamente pasivo de tecnología foránea incorporada a equipos y maquinarias, sin que medien de manera relevante los procesos de aprendizaje y asimilación y, por indicar un rasgo más, con escasas vinculaciones con las universidades y centros de investigación. En suma, la conclusión generalizada indica que no se cuenta con un ecosistema nacional de innovación, esto es, con esa red de organizaciones públicas y privadas cuya actividad esté orientada a la generación, adquisición, modificación, difusión y uso de conocimientos y de tecnologías. Adicionalmente a lo anterior hay que señalar que los enfoques y las políticas comúnmente adoptadas no han sido pensados en términos del sector servicios, sino de otros sectores productivos. Debido a ello, este último no se ha beneficiado, en general, de los distintos incentivos previstos en las políticas prevalecientes en los países de la región. 2.5
Los ecosistemas de innovación y el papel del Estado
La innovación es, así pues, un problema de desarrollo de ecosistemas en donde los gobiernos deben incidir y en donde son imprescindibles las agendas concertadas y el diseño de políticas públicas con visión de largo plazo, a fin de promover y orientar el desarrollo de la industria de servicios habilitados por tecnología de la información con prácticas de innovación. Tal como se apuntó anteriormente, hoy en día los estudios sobre la innovación revelan que ésta se da en el contexto de una trama de relaciones sociales muy variadas donde cada vez hay más actores sociales involucrados y donde estos a su vez son cada vez más heterogéneos, algo propio de la llamada sociedad del conocimiento. Esto significa que los sistemas de innovación se están volviendo difusos, sus fronteras no se pueden establecer con nitidez, a la par de que desaparecen progresivamente, mas en unas áreas que en otras, los límites entre los creadores y los usuarios del conocimiento.
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Dado lo anterior, es un hecho, así pues, que la competitividad no se basa tanto en el desempeño de sectores y empresas aislados, sino en el funcionamiento eficiente de cadenas de valor. La interacción conduce a las empresas a la conformación de redes de transferencia de conocimiento y aprendizaje, hecho cada vez más importante en un contexto en el que la competencia en el mercado, tanto nacional como internacional, viene dada crecientemente por la capacidad de innovar, diferenciar productos y atender necesidades específicas de los clientes y, como se sabe, cada vez menos por los costos. En este sentido, las diversas asociaciones empresariales son una vía fundamental para pasar desde la “competitividad precio” a la “competitividad no precio” o, dicho de otro modo, un medio para mejorar la competitividad de las firmas y las regiones sobre la base del desarrollo de nuevas capacidades, la penetración en segmentos de mayor complejidad, calidad, valor agregado y sofisticación tecnológica y cada vez menos en base a la disponibilidad de talento de bajo costo. Las empresas se relacionan a través de modalidades diversas. En el caso de cadenas verticales pueden compartir la información necesaria a fin de contribuir al desarrollo de nuevos productos, mejorar la coordinación entre las distintas etapas de la cadena, etc. En el caso de cadenas horizontales pueden estar orientados a alcanzar un mayor nivel de especialización por empresa, compartir costos de I+D, innovación o capacitación del personal, penetrar de manera conjunta en terceros mercados, desarrollar “marcas” regionales, mejorar las condiciones de negociación frente a compradores y/o proveedores, etcétera En términos generales, los acuerdos de cooperación entre empresas pueden adoptar diversas modalidades. Siguiendo definiciones que ya en 1983 Mariti y Smiley (Mariti, 1983) hacían en relación a las diferentes motivaciones que pueden impulsar estos acuerdos tenemos que ellos pueden hacerse para buscar: i) transferencia de tecnología, ii) desarrollo de complementariedad tecnológica, iii) acuerdos comerciales, iv) reducción de riesgos, v) economías de escala y vi) reducción en los costos de transacción. Sin embargo, hay que estar conscientes que en una cultura poco asociativa, como la que, por lo general, impera en buena parte del medio productivo latinoamericano y caribeño, la intervención del sector público en agendas nacionales y supranacionales es de particular relevancia. Los países de la región han suscrito y reiterado su compromiso de orientarse hacia su inserción en la Economía del Conocimiento enfatizando la importancia que esto tiene para el desarrollo de sus respectivas economías, así como para avanzar en la superación de la pobreza y los problemas derivados de la exclusión social. Este compromiso, plasmado en las metas de la “Estrategia para la Sociedad de la Información en América Latina y el Caribe” (CEPAL, 2008), plantea la necesidad de buscar complementariedades productivas en la región. En este marco, hasta ahora se ha considerado como estratégica la responsabilidad del Estado en catalizar el desarrollo de la industria de software. Este trabajo pretende contribuir en la realización efectiva de estos compromisos señalando que, tanto a nivel nacional como supranacional, es necesario establecer los espacios e identificar las oportunidades para lograr la orientación hacia los servicios y hacia la innovación de esta industria.
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50 3.
El caso de Finlandia
En Finlandia, a diferencia de países como Irlanda, tal y como se puso de manifiesto en la tercera sección del documento, la fuerte inserción de su economía en el mercado internacional se ha hecho compatible con la creación de fuentes de crecimiento endógenas. En esto ha resultado determinante el progresivo desarrollo de un sistema nacional de innovación tarea en la que han desempeñado un papel crucial la Agencia Pública de Desarrollo Tecnológico (Tekes) y la Fundación Nacional para la Investigación y el Desarrollo (Sinta). Tekes, fundada en 1983, es el principal inversor público en investigación aplicada e industrial, a la vez que realiza un significativo trabajo de gestión institucional a fin de estimular el trabajo de cooperación entre las instituciones científicas y las empresas a través de redes, incentivar, así mismo, la cooperación tecnológica y la competencia empresarial, fomentar la internacionalización de las empresas y financiar la creación de firmas basadas en el conocimiento (spin-off). Por su parte, Sintra se encarga de aportar recursos públicos bajo el esquema de capital-riesgo, con el propósito de ayudar la expansión de nuevas empresas innovadoras. Al mismo tiempo, las universidades, los centros multidisciplinarios de investigación, los institutos especializados y otros centros de excelencia desarrollan el grueso de la investigación básica y parte de la aplicada. Hay que señalar, adicionalmente, un gran apoyo desde el punto de vista financiero, sobre todo por parte del sector privado que aporta el 2,4% del PIB, un porcentaje que figura entre los más altos del mundo, mientras el sector publico representa el 1%. El rol central de las instituciones públicas, dando orientaciones políticas, colaborando de manera determinante en el tramado institucional, impulsando la creación de empresas y parques tecnológicos y financiando, todo en el marco de una cerrada y efectiva relación con el sector privado y, así mismo, de una estrecha e igualmente exitosa, vinculación entre las propias empresas, en términos de esquemas muy variados de acuerdos entre ellas. Finlandia muestra, así pues, un camino y una forma de hacer las cosas que configuran, sin duda, un referente para perfilar de manera muy gruesa y tomando en cuenta, obviamente, las diferencias, una estrategia para los países de America Latina y el Caribe, mucho más sugerente, por cierto, que la experiencia irlandesa, esta representativa, en gran medida, de la vía de la tercerización, cuyo balance se ha hecho en páginas anteriores. En este sentido resulta importante destacar que, a diferencia, de la política irlandesa, Finlandia no logro sus objetivos mediante rebajas fiscales, ni flexibilizando los mercados de trabajo para presionar a la baja los salarios, etcétera, Lo hizo en acuerdo con los organismos sindicales y sin reducir el gasto social. VIII.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones Las páginas precedentes ponen de manifiesto un tema importante desde el punto de vista económico y social, mostrando algunas señales de la trayectoria de las TIC alrededor del sector servicios. Evidencian, por otro lado, la necesidad de imaginar, vista la experiencia de algunos países, alternativas estratégicas que permitan transitar caminos más allá de los diversos esquemas asociados a la tercerización de las actividades de producción. En este sentido, los países de la región, desde luego, confrontan un enorme y urgente reto: cómo iniciar la transición hacia el desarrollo de una industria de servicios habilitados
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por Tecnologías de Información y Comunicación con prácticas de innovación (SHTI2), definiendo los espacios y mecanismos capaces de insertarla conforme a las exigencias de procesos que se desenvuelven en el marco de la glocalización, esto es, obteniendo ventajas de las circunstancias globales y locales. Dicho desafío, el cual no es asunto fácil ni que se alcance en el corto plazo, implica un menú amplio y diverso de políticas y medidas, en cuya realización la colaboración y cooperación intergubernamental y supranacional puede desempeñar un papel relevante. Dado que, como se indicó arriba, a largo plazo no pareciera conveniente orientar a la región en los segmentos de las cadenas de valor que en la nueva economía se consideran commodities, los cuales que pueden ser producidos por muchos productores en muchas partes del mundo y donde la competencia se realiza básicamente con base a precios, la estrategia planteada es, entonces, basarse en la generación de innovaciones. Esto hace necesario encarar la elaboración de políticas que, desde diversas áreas, apoyen los cambios de dirección estratégica, como por ejemplo: -
Políticas para mejorar la base nacional de personas con calificaciones técnicas, incluyendo reformas en los sistemas de enseñanza.
-
Políticas para promover la capacidad emprendedora y la cultura de innovación en nuevas áreas de la economía.
-
Políticas para estimular el desarrollo de “clusters”, incubadoras, parques tecnológicos y otras iniciativas institucionales que puedan integrar esfuerzos, capacidades y recursos orientados a la producción de servicios.
-
Políticas en el campo de la propiedad intelectual que sean capaces de resolver la tensión entre la protección de la propiedad y el acceso al conocimiento y su difusión.
Estas políticas deben ser realimentadas y mejoradas a partir de datos objetivos registrados en observatorios de innovación y servicios basados en tecnología. Finalmente, cabe señalar que hay un trabajo conceptual pendiente dado que en Latinoamérica y el Caribe la innovación en servicios no ha sido asunto al que se le haya prestado la atención requerida, e incluso a nivel internacional se reconoce que el conocimiento actual sobre el tema es aún muy incompleto. Por tanto, sería importante la realización de un estudio sobre la globalización y la innovación en el sector servicios, iniciativa que abre un amplio y significativo campo para la investigación desde las universidades, las agencias públicas y las instancias supranacionales. Recomendaciones La transición desde la situación actual a la deseada debe ser emprendida por cada país, pero muchas de las acciones pueden ser más efectivas si se acuerdan regionalmente y la construcción de polos de desarrollo de servicios basados en innovación pasa explícitamente a formar parte relevante de las agendas de integración. Dentro de la heterogeneidad de sus realidades nacionales, los países de la región confrontan, en muchas áreas, desafíos comunes de política pública. En ese sentido, la adopción de medidas concertadas a nivel regional contribuye, vale la pena reiterarlo, a potenciar las estrategias nacionales y la integración entre los países de la región latinoamericana y del Caribe.
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52 Usando su capacidad de convocatoria y concertación, los organismos intergubernamentales, entre los cuales se cuenta el SELA, las instancias supranacionales, y los gobiernos locales y nacionales, pueden, así pues, impulsar algunas acciones con el propósito de presentar, discutir y luego fortalecer una opción alternativa respecto a la que, durante los últimos años, ha logrado un cierto nivel de expresión en los países de la región que han desarrollado iniciativas tendientes al fortalecimiento de sus capacidades en el área de software. A partir de lo señalado anteriormente se sugieren las siguientes cinco acciones para una transición: 1. Promover la discusión con respecto al tema servicios, innovación e industria de software 2. Realizar y divulgar estudios acerca de las experiencias regionales de innovación y servicios 3. Revisar los programas nacionales de apoyo a la industria de software 4. Desarrollar los mecanismos de observación de la actividad innovadora en el sector servicios 5. Integrar el esfuerzo de solución a la calidad de procesos de TIC 1.
Promover la discusión de servicios, innovación e industria de software
Se propone la organización de una discusión regional en tono a dos áreas: a) La innovación en el sector de servicios habilitados por las TIC y b) La transformación necesaria de la industria de software Estos temas están siendo muy valorados en los países más sensibilizados hacia la innovación y resulta significativo promover, entre los actores de la región, el aumento de la conciencia sobre su importancia, a través de una discusión que podría tomar varios formatos (regionales y nacionales), procurando siempre la participación de los diversos actores sociales involucrados: gobierno, empresarios, investigadores, organizaciones de apoyo, asociaciones, universidades y expertos. Se trata así pues, de promover la realización de esta discusión, la cual se justifica por la necesidad de presentar nuevos planteamientos en torno al desarrollo de la industria del software, vistas las nuevas realidades, tanto en lo que se refiere a la misma industria, como a lo que tiene que ver con la evolución económica mundial En tal sentido, el debate sería un insumo de mucha importancia para perfilar, fundamentándola con más fuerza, una estrategia de desarrollo como la que se asomó en el presente texto, entendiendo que hay una transición necesaria en la que se debe establecer el nuevo modelo capitalizando los avances logrados en cada país a lo largo de los últimos años. 2.
Realizar y divulgar estudios acerca de experiencias regionales de innovación y servicios
Se propone propiciar la realización y divulgación de estudios relativos a las diversas experiencias latinoamericanas demostrativas de la importancia de a) la innovación en el sector servicios (tema postergado hasta ahora, como ya se ha señalado, en el análisis del tema del desarrollo tecnológico) y b) la transformación de la industria del software.
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El propósito de esta acción sería recoger puntos de vista, informaciones y criterios que permitan, junto a la realización de trabajos de prospectiva tecnológica, extraer lecciones útiles para la elaboración de políticas y estrategias en los temas abordados en el texto, así como difundir experiencias que motiven el espíritu emprendedor regional en las nuevas direcciones propuestas. 3.
Revisar los programas nacionales de apoyo a la industria del software
Se propone revisar los programas de apoyo a la industria de software existentes en diversos países de la región para incorporarles los énfasis necesarios en el desarrollo de servicios y en innovación. Dicha tarea debe hacerse tanto a nivel nacional, como desde una perspectiva que integre, comparándolas, las diversas experiencias que han tenido lugar en la región. Cabe esperar que lo anterior contribuya a perfilar estrategias para el desarrollo y la orientación del sector servicios asociado al uso de las TIC, lo cual es relevante visto que dicho sector no ha recibido la atención necesaria en el diseño de las políticas públicas, hasta ahora muy marcadas por los enfoques orientados a la producción de bienes y a la tercerización de servicios de desarrollo de software. Como se indicó, las evidencias disponibles indican que en el sector servicios el fenómeno innovativo tiene lugar en función de lógicas y dinámicas diferentes, las cuales deben quedar registradas en la formulación de políticas y estrategias para promover el desarrollo de servicios potenciados por las TIC, con un fuerte componente innovativo. En el sentido de lo señalado, deben examinarse en los programas nacionales aspectos como: La formación de talento humano El fomento del espíritu emprendedor El rol de la inversión extranjera Los esquemas de estimulo de carácter financiero y fiscal El papel de las universidades La creación de diversas asociaciones institucionales La propiedad intelectual Aspectos como los citados, así como de otros que también pudieran ser incluidos, requieren ser tratados a partir de políticas diferentes cuando la perspectiva es la de desarrollar servicios basados en innovación y no la promoción de la industria del software bajo el paradigma de la tercerización. Por ejemplo, para el desarrollo de servicios de tercerización de desarrollo de software se requiere esencialmente ingenieros de software, mientras que para el desarrollo de servicios habilitados por TIC las necesidades vienen de un espectro de disciplinas más amplio. Para el desarrollo de equipos, ambientes y ecosistemas de innovación el espíritu emprendedor es fundamental, mientras que para el desarrollo de software tercerizado es fundamental la formación en la disciplina de los procesos. Los esquemas de estímulo de carácter financiero y fiscal (subsidios, créditos, capitales de riego, etc.) cambian de naturaleza si se orientan a la actividad innovadora o al establecimiento de empresas de tercerización de software. El papel de las universidades varia si lo que si el apoyo principal que se pretende es la formación de profesionales o la participación activa en los procesos de generación y difusión de innovaciones en el área de servicios. El desarrollo de la asociatividad cambia si se trata de la creación de redes innovadoras o a la promoción del país como destino de tercerización. Los derechos de propiedad intelectual, por señalar un último aspecto gravitan de manera diferente en uno y otro esquema.
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54 4.
Desarrollar los mecanismos de observación de servicios e innovación
Se trata de desarrollar la capacidad institucional de observación regional para hacer seguimiento de las actividades de innovación en el sector servicios, en particular de aquellos habilitados por TIC. Para ello se propone fortalecer los observatorios existentes y diseñar las instancias y la articulación de instancias de observación latinoamericana, unificando indicadores y criterios a nivel de la región. La idea es avanzar hacia el seguimiento coherente de las dinámicas asociadas a las actividades de ciencia, tecnología e innovación a fin de posibilitar la evaluación, legitimación y rendición de cuentas y, por otro lado, la mejora en la elaboración de políticas públicas. Esta tarea se beneficia de las alianzas entre los organismos que se encargan en la región de la producción de indicadores en el campo de la ciencia, la tecnología e innovación, por lo que es, claramente, promotora de integración y consenso. 5.
Integrar el esfuerzo de solución a la calidad de procesos de TIC
Como fue expuesto en la sección tercera, el tema de la adopción de modelos de calidad y certificación de la institucionalización de estas prácticas dentro de la industria regional de software es, un problema no resuelto, un área donde se han probado diversas soluciones, en la que los gobiernos y los organismos supranacionales han intervenido y logrado avances y éxitos pero no respuestas eficaces y donde muy probablemente las soluciones definitivas sólo puedan ser obtenidas en términos de un esfuerzo integrado de la región. En este sentido, se propone buscar a través de acuerdos regionales, soluciones estratégicas a las dificultades que se ha confrontado en Latinoamérica y el Caribe en el área de estándares internacionales de calidad de procesos de desarrollo de software. La calidad es también un tema muy relevante en la transición propuesta dado que es medular en la tercerización y esencial a la hora de implantar servicios innovativos basados en software. La pregunta clave es, entonces, cómo puede la integración concertada de modelos y de soluciones de consultoría y certificación a nivel de la región, resolver los problemas estructurales que se han confrontado nacionalmente y que hasta ahora han impedido a todos los países alcanzar la meta de obtener un número significativo de empresas de TIC con certificaciones de calidad valoradas internacionalmente. Finalmente, en el marco de las de las acciones arriba sugeridas, y de otras que pudieran generarse, la Secretaría Permanente del SELA propone constituir un espacio flexible de cooperación y concertación entre Estados Miembros interesados, como sería un Programa Regional sobre la Industria de Software, en el cual participen actores de los sectores público, privado, académico y de Investigación y Desarrollo de la región, desde una perspectiva que subraye la integración de América Latina y el Caribe con miras a su inserción ventajosa y competitiva en la economía global.
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60 “Tata Consultancy Services” (http://www.tcs.com) “VenTIC” (www.ventic.org). “Wipro” (www.wipro.com)
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GLOSARIO ASP Application Service Providers. (En español, PSA, Proveedores de Servicios de Aplicaciones). Término que se usa para referirse a las organizaciones que proporcionan servicios de tecnologías de la información y comuniación, normalmente software especializado, a través de la red. El software en este modelo de negocios se ofrece como un servicio, usándose normalmente el acrónimo SaaS, por sus siglas en inglés. Las ventajas que proporciona el modelo de negocios ASP es que las organizaciones compradoras del servicio no tienen que pagar los costos de desarrollo y/o instalación del software, ni la adecuación de las infraestructuras que se requieren para hacerlo disponible las 24 horas de todos los días. Cloud computing En español, “Computación de nube”, esquema de entrega de servicios de computación a través de Internet donde normalmente se paga sólo la cantidad de servicio usado desde la nube con independencia total de cualquier consideración de infraestructura. Commodity Tipo de insumos de gran demanda y consumo global del que se considera que puede fabricarse con tecnologías y procesos ampliamente dominados, por lo que, aunque sea importante, se valora poco. Global Delivery Model Modelo de contratación de servicios de tercerización que propone una combinación compleja de servicios in house, nearshore, on shore y offshore, aprovechando las ventajas relativas de cada esquema de contratación y maximizando la relación costo beneficio. In house Calificativo para la contratación de servicios donde la empresa contratada ubican trabajadores dentro de las instalaciones de la empresa contratante. Facilita las tareas de coordinación y sincronización pero puede tener implicaciones de legales y de costos negativas si no se realiza en una proporción adecuada. ITES Information Technology Enabled Services Ver SHTI. Nearshore Calificativo para la contratación de servicios en un país extranjero localizado a pocos husos horarios de donde reside la empresa contratante. Reduce los problemas vinculados con la coordinación y sincronización de tareas en relación con los problemas que se presentan en estas actividades en la contratación offshore. Offshore Calificativo para la contratación de servicios fuera del país donde reside la empresa contratante. Normalmente puede hacerse, si hay las condiciones, en forma masiva, aunque podría implicar costos elevados de coordinación y sincronización cuando se compara con la contratación nearshore.
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62 Onshore Calificativo para la contratación de servicios en el país donde reside la empresa contratante. Tiene limitaciones de costo importantes para las empresas, pero puede justificarse en proyectos donde la cercanía física y cultural es clave. Outsourcing de procesos de negocios (Expresión que mezcla la palabra inglesa outsourcing con la expresión “de procesos de negocios” en español. Ver Tercerización de servicios de procesos de negocios. Outsourcing de TIC (Outsourcing de Tecnologías de la Información y Comunicación. Expresión que mezcla la palabra inglesa outsourcing con la expresión “de TIC” en español. Ver Tercerización de servicios de TIC. PSA Proveedores de Servicios de Aplicaciones. Ver ASP SaaS Software As A Service. (En Español, SCS, Software como servicio). Término que connota un software que se usa como un servicio permanentemente disponible para que sus usuarios trabajen con el cada vez que lo requieran. Normalmente este tipo de servicios se ofrece a través de organizaciones que adoptan los modelos de negocios llamados de Proveedores de Servicios de Aplicaciones, en inglés, Application Service Provider (ASP). Las ventajas que proporciona este tipo de esquema de prestación de servicios es que los clientes no tienen que preocuparse por el mantenimiento del software ya que este mantenimiento cae por cuenta de los proveedores del servicio, quienes a su vez pueden prorratear los costos de mantenimiento entre todos los clientes del mismo software. SCS Software como servicio. Ver SaaS. SHTIC Servicios Habilitados por Tecnologías de la Información y Comunicación. (En inglés, ITES, Information Technology Enabled Services). Servicios de cualquier tipo en los que las tecnologías de la información y comunicación juegan un papel importante para su prestación. Por ejemplo, los centros de contacto, evolución de los centros de atención de llamadas. Hoy en día, gracias al uso de tecnologías de la información y comunicación, se ubican en cualquier localidad y con total independencia de donde residen los usuarios que llaman. Nótese que no cabe duda que el servicio de contacto (atención por teléfono, correo, chat o videoconferencia) es posible, gracias a las tecnologías de la información y comunicación, pero que no son los servicios informáticos, sino el servicio de solución de problemas o aclaración de dudas como tal lo que para los usuarios importa y lo que, por tanto, agradecen como valor.
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SHTIC2 Servicios Habilitados por Tecnologías de Información y Comunicación y prácticas de Innovación. Servicios innovadores de cualquier tipo siempre que las tecnologías de la información y comunicación jueguen un papel central en la definición y prestación del servicio. La definición enfatiza la orientación a servicios, el papel ineludible y necesario pero no esencial de las tecnologías de información y comunicación, la necesidad de incorporar prácticas de innovación en la gestión y desarrollo de estos servicios. El juego de representar como TIC2 en lugar de TICI a las tecnologías de información y comunicación y prácticas de innovación expresa la idea de referirse y promover una segunda generación de SHTIC, caracterizada por una concepción en la que la innovación adquiere un papel central. Software como servicio Ver SaaS. Spin-off Empresa hija creada desde una empresa grande mayor con el objeto de desarrollar un nuevo producto, servicio o mercado con un grado de independencia significativa respecto a la empresa madre, de tal manera que la empresa hija no comprometa con sus necesidades de financiamiento o distorsione con su éxito o fracaso el desempeño de la empresa madre. SSI Software y Servicios Informáticos. (En inglés, SIS, Software and Information Services). Término que se usa a referirse a productos de software ofrecidos bajo cualquier modelo de negocios y a los servicios relacionados con la gestión de información. No debe confundirse con SHTIC. El desarrollo de software a la medida, el desarrollo de sitios Web y los servicios de hospedaje de sitios Web son todos servicios informáticos. Un producto de software que se vende a través de licenciamiento tradicional es software, aunque no servicio. La configuración de software libre en la red del cliente es también un servicio informático. Nótese que los servicios informáticos difieren de los SHTIC y los SHTIC2 en la naturaleza de los servicios prestados. En el primer caso los servicios son sólo informáticos, en los segundos los servicios son de cualquier tipo. En todos los casos las tecnologías de información y comunicación están siempre presentes. Tercerización de procesos de negocios (En inglés BPO, Business Process Outsourcing). Llamada también outsourcing de procesos de negocios es la contratación de servicios vinculados con procesos de negocios que se realizan con un uso intensivo y, en ese sentido, habilitados por TIC. Este tipo de servicio también se mencionan en la literatura internacional como ITES (Information Technology Enabled Services) o servicios habilitados por tecnologías de la información. Típicamente incluyen servicios como consultoría (de procesos de negocios), centros de contacto, procesos de reclutamiento, servicios de hipotecas, mercadeo y ventas, servicios de información, finanzas, contabilidad, procesamiento de seguros y reclamos, procesos legales, procura y entrenamiento.
Secretaría Permanente
Políticas económicas y sociales en la integración
64 Tercerización de servicios de TIC (En inglés ITO, Information Technology Outsourcing). Llamada también outsourcing de TIC es la contratación de terceras partes para la realización de servicios de tecnologías de la información y comunicación. Este tipo de servicios típicamente incluye servicios como consultoría, desarrollo de aplicaciones (software), investigación y desarrollo en el área, entrenamiento (de TIC), soporte técnico, pruebas de software, desarrollo de productos, gestión de infraestructura (de TIC), etc. TIC Tecnologías de la Información y Comunicación (En inglés, ICT, Information and Communication Technologies). Todo tipo de tecnologías para el almacenamiento, procesamiento o comunicación de la información.