Rescate De Áreas Patrimoniales En Obsolescencia / Unidad Villa Portales - Chile. / Juan Pool G.

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y ESTUDIOS URBANOS INSTITUTO DE ESTUDIOS URBANOS Y TERRITORIALES

RESCATE DE ÁREAS PATRIMONIALES EN OBSOLESCENCIA. La Unidad Vecinal Portales. POR JUAN JOSÉ POOL GALLO Tesis presentada al Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al grado académico de Magíster en Desarrollo Urbano.

Profesor Guía Iván Poduje Capdeville Agosto 2008 Santiago, Chile


A Paola por la confianza y el amor incondicional. A mis padres por su apoyo infinito.

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AGRADECIMIENTOS A todos quienes con su apoyo, tiempo y conocimientos hicieron posible esta investigación. Al Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, en especial a los creyeron en mí y me dieron un espacio de trabajo y colaboración Agradezco también a quienes con su cariño y compañía apoyaron esta etapa de mi vida: a mis entrañables amigos de Magíster que Dios me regaló cuando llegué a Santiago, y por supuesto a tía Daisy, Carolina y Alejandra, desde siempre mi segundo hogar.

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ÍNDICE DE CONTENIDOS

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ÍNDICE DE TABLAS

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ÍNDICE DE ILUSTRACIONES

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1.

INTRODUCCIÓN

En la ciudad contemporánea la importancia de la recuperación del patrimonio está centrada en su aporte al progreso de una comunidad, fortaleciendo su identidad frente al desarrollo globalizado. El rescate de importantes áreas urbanas en obsolescencia podría no sólo generar nichos productivos a través de la restauración y la revitalización de las obras, generando nuevos nodos de atractivo en la ciudad, a su vez permitiría responder a los problemas asociados a grandes proyectos que se han estancado en el tiempo, generando áreas de conflicto urbano y social (E. Rojas, 2004). Las extensas áreas asociadas al patrimonio urbano debieran ser observadas con mayor atención, sobre todo cuando estas aparecen como soporte de lo que señalaremos como herencia del Movimiento Moderno, más aún cuando evidencian deterioro y algún grado de obsolescencia. La constatación de que existan estas áreas establece dos desafíos, generar el reconocimiento de ese patrimonio, asociándolo al tema del valor (social y económico) y en segundo lugar, lograr a partir de ese reconocimiento, una estrategia de intervención que lo rescate, reinsertándolo de manera sustentable. La sociedad no puede avanzar sin reconocer la herencia de su pasado, pero no sólo el tradicional, si no también de las expresiones más recientes de su historia, que por su proximidad pudiesen no ser valorados correctamente. El desafío entonces de abordar la Unidad Vecinal Portales (U.V.P.), un proyecto de arquitectura emblemático de la época del Movimiento Moderno en Chile, responde a que en ella se conjugan no sólo elementos de deterioro variados asociados a su génesis como proyecto, si no también a la dimensión territorial que lo transforma en un proyecto de escala urbana, mas allá de su complejidad local. Además, su expresión arquitectónica como resultado de una ideología vanguardista y de variables históricas claras, lo hacen acreedor de un potencial patrimonial propio. De acuerdo a lo anterior, estas características de la U.V.P. en cuanto a componer un área importante dentro de la ciudad, ser el reflejo de nuevas ideas acerca la ciudad moderna (F. Chateau, 2002) y su estado deterioro actual, permitirán dar curso al plan integral que postulará su rescate y reinserción en la ciudad. Se considerarán entonces, aspectos de gestión previa apuntando a la tipificación diagnóstica del área y a revisión de políticas de protección que pudiesen ser implementadas. Y en segundo lugar, se propondrán acciones a emprender para su rescate. Se reconoce e integra el programa de recuperación barrial Quiero Mi Barrio (MINVU), el que se complementa con el plan propuesto. En resumen el plan procurará de una forma integral potenciar el patrimonio moderno en la U.V.P., como un elemento atractivo que se integra el desarrollo actual. Esa conservación de nuestra herencia cultural debe reconocer el cambio de los escenarios, no pretender congelarlos ni detenerlos, es decir generar una relación dinámica entre contexto contemporáneo y patrimonio. Las transformaciones de la ciudad son inevitables y naturales, sin embargo algunas formas de crecimiento pueden ser perjudiciales para la calidad de vida de sus habitantes, por lo tanto el propósito de conservar el patrimonio es ofrecer soporte a los lazos con nuestra historia, integrando y poniendo en valor su legado (F. Garré, 2001).

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En nuestro país la arquitectura moderna es parte importante de la cultura de nuestro el siglo XX, ella ha dejado una huella trascendental en la cuidad. Esta herencia es lo que denominaremos patrimonio moderno, porque es bajo el concepto de moderno que la propia disciplina arquitectónica supo identificar aquellos desafíos propios de la primera mitad del siglo XX y dejarlos plasmados en la ciudad (M. Atria, 2007). En este contexto, el legado del Movimiento Moderno debería ser integrado a políticas de rescate y conservación del patrimonio urbano, siendo considerado como tal puesto que constituye la presencia física de un periodo de nuestra historia y está presente en la imagen colectiva de nuestro entorno urbano, a través no sólo de infraestructura pública, sino de manera importante en las grandes intervenciones urbanas que representan, entre otros, los conjuntos habitacionales impulsados por el Estado entre las décadas de 1950 y 1960, que con distintos grados de asimilación aún permanecen en la ciudad (A. Said y F. Gallardo,1999). Al abordar la puesta en valor del patrimonio moderno, a través de una propuesta integral asociada U.V.P., esta tesis no se limitará sólo al rescate arquitectónico del objeto edificio o conjunto habitacional, dejando de lado el contexto social, la evolución histórica y la comprensión de su deterioro y obsolescencia. Es en este plan de intervención donde se postula iniciar el reconocimiento de su valor patrimonial, es decir la puesta en valor social y económica, punto de partida que permitiría impulsar el rescate físico (arquitectónico y constructivo) y sociocultural (historia, patrimonio y comunidad), apuntando a revertir las obsolescencias expresadas en el deterioro evidente del conjunto. Hay una línea de partida en esta tesis: el reconocimiento del patrimonio moderno, pero asociado a una gran área urbana en deterioro que es la U.V.P, donde se implementará un plan de intervención y rescate, de reinserción social y económica, línea central de la investigación. El desarrollo urbano también debe acercarse a estas áreas insertas en la ciudad, que tienen una fuerte impronta histórica, y no sólo a los nuevos proyectos y nuevos desarrollos territoriales. Es substancial reconocer oportunidades y elementos detonantes mas allá de los tradicionales: localización y equipamiento; hay que agregar a estas oportunidades el patrimonio como una arista más que aporte al rescate de grandes áreas urbanas.

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2.

JUSTIFICACIÓN

La justificación del tema referido a la recuperación de áreas patrimoniales en obsolescencia y del caso de estudio (aplicación de la propuesta) elegido, la U.V.P., se estructura a partir del cómo se explica el rescate de estas áreas en la ciudad, aplicando esta acción a manera de estudio en un sector paradigmático, al cual se le reconoce un valor patrimonial singular (moderno). Cuando señalemos áreas patrimoniales en obsolescencia, nos referiremos a áreas patrimoniales “modernas”, no al concepto clásico de patrimonio (en nuestro país obras del Siglo XIX hacia atrás), si no que a la herencia arquitectónica del Movimiento Moderno en Chile. Por lo que habrá que evidenciar que este legado histórico cumple con requisitos para ser considerado también como patrimonio, asociado a los elementos que son huella física de nuestra historia y en el caso del patrimonio urbano, en la cuidad. La ideología del Movimiento Moderno reflejó en la ciudad un nuevo modelo urbano, por una parte fue el resultado de las política públicas que se dan en un periodo determinado de nuestra historia (décadas de los años 30 a los 60), en que el aparato público tiene una nueva forma de actuar, el Estado se transforma en un ente de bienestar y las políticas publicas imperantes toman las ideas y concepciones del Movimiento Moderno, dando como resultado un nuevo modelo de ciudad, dejando en ella una huella física sustentada por una doctrina propia. La influencia en la imagen de la ciudad se vio reflejada en el equipamiento público, en las nuevas ideas de habitabilidad y el acceso a la vivienda, y paralelo a esto en la reconstrucción de ciudades, todas acciones en que el Estado tuvo un papel preponderante a través de los profesionales que llegan en este periodo a trabajar a las instituciones publicas. De acuerdo a lo señalado anteriormente, asumiremos que la herencia del Movimiento Moderno cumple con los requisitos para ser considerado patrimonio, uno de los puntos de partida de esta tesis. Surge así el cuestionamiento lógico de la recuperación de este patrimonio. Porque si reconocemos como patrimonio la herencia del Movimiento Moderno y evidenciamos que está en un proceso de deterioro y obsolescencia, veremos que recuperar es la forma de revertir este proceso y poner en valor este legado. Para recuperar es necesario tener claro el valor del patrimonio, valorización que va a ser asumida de distintas formas, ya sea social o económica, según el tipo de actor que intervenga en su rescate. No obstante, en la actualidad nuestras políticas de reconocimiento y protección en general no reconocen la herencia del Movimiento Moderno como patrimonio, entonces es relevante otorgarle valor, en primer lugar a través de su reconocimiento legal, pero también social y económico. Al recuperar estaremos reconociendo los lazos con nuestra historia, integrando y poniendo en valor esta herencia. Es necesario entender el por qué del deterioro de este patrimonio para poder intervenir en su recuperación. En primer lugar y apuntando a lo que mencionábamos anteriormente, no existe conciencia de su valor, entonces es necesario crear esa conciencia; en una segunda instancia dilucidar las causas físicas. Descubriremos entonces que la obsolescencia (y su expresión física: el deterioro) de estas áreas urbanas responden a las transformaciones sociales y espaciales de la ciudad a través del tiempo.

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La estrategia de recuperación se implementará a través de un instrumento propuesto, el plan integral de recuperación, el que será aplicado a un área específica de la ciudad, la U.V.P., la cual se selecciona como caso de estudio (aplicación) porque cumple con todos los requisitos y paradigmas expuestos: es un área relevante de la ciudad (31 hectáreas), además localizadas urbanamente de manera central; es una obra reconocida por la comunidad; es el resultado de un proceso ideológico e histórico: el Movimiento Moderno, reflejado en la manera de armar este trozo de ciudad; y en ella se dan también todos los elementos deterioro descritos como resultado de los procesos de obsolescencia . En resumen, poseemos un área importante de la ciudad que está en deterioro y en la cual podemos postular su valor como patrimonio (la U.V.P.), asociando a ella un plan de recuperación, poniendo en relevancia su condición de herencia. El propósito de recuperación integral no es solamente físico (restauración) sino también social, en donde se da la oportunidad de integrar a todos los actores que están asociados al tema del valor patrimonial (actores públicos y privados).

2.1 Se considera que la herencia arquitectónica del Movimiento Moderno cumple con los requisitos para ser reconocido como patrimonio. •

Movimiento Moderno y Políticas Públicas

Desde fines del siglo XIX hasta la década de los años 60 se generó un proceso progresivo de influencia del Estado en la construcción de vivienda, equipamiento y obras públicas (H. Eliash y M. Moreno, 1989). En este proceso los postulados del Movimiento Moderno ingresan al aparto público, convirtiéndose desde ese momento en el nuevo modelo de ciudad (imagen 2-1). Esta influencia en las construcciones se dio a través de ejecuciones directas del Estado (MOP y CORVI) y mixtas (EMPART y la CORMU). Este cambio de los escenarios estatales, principalmente en la década de los años 50 generó nuevas áreas de trabajo y un cambio de rol social de los arquitectos y urbanistas quienes comienzan a desarrollar su labor profesional en organismos públicos, lo que llevó al Estado a posesionarse de las ideas innovadoras del Movimiento Moderno, en el ámbito de sus intervenciones en la ciudad, y por su puesto en la construcción de la vivienda social. Como señala Maximiano Atria, en todo proceso histórico, la arquitectura moderna ha sido superada por una serie de otras manifestaciones y otros tipos de respuestas a las que la disciplina ha debido abocarse. Entrado ya el siglo XXI, es otro también el Estado, otra la clase media y otros los desafíos históricos del país. Sin embargo, el legado de ese período representa ese proceso histórico y cultural.

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Imagen 2-1. La Unidad vecinal Portales. El nuevo modelo de ciudad (www.docomomo.cl).

Imagen 2-2. La expresiรณn de influencia del Movimiento Moderno. Edificio de la CEPAL, 1969 (www.docomomo.cl).

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La influencia del Movimiento Moderno se comienza a observar en nuestro país a partir de la década de los años ‘30, cuando las primeras obras se integran a proyectos urbanos y de paisaje. Sin embargo su mayor expresión e incluso reconocimiento internacional ocurrirá a fines de los años ‘50 y durante la década del ’60 (imagen 2-2). En este periodo las ideologías CIAM del movimiento se concretizan no sólo a través de las obras de infraestructura pública del Estado de bienestar (www.docomomo.cl), sino de manera importante en las grandes intervenciones urbanas que representan los conjuntos habitacionales impulsados por sector público como la Villa Frei y las unidades vecinales Portales y Providencia, entre otras, que con distintos grados de asimilación aún permanecen en la ciudad. Antonio Said y Felipe Gallardo, en el articulo “Valorización Patrimonial y conservación del espacio público en conjunto de viviendas racionalistas: Villa Portales Versus Unidad Vecinal Providencia”, en referencia a las unidades vecinales establecen que cada momento histórico obedece a la realidad que lo cerca, tal vez sea la arquitectura la mejor radiografía que se puede obtener, porque congela el tiempo y exhibe la filosofía del pensamiento reinante. La ciudad se transforma, de vez en cuando en campo de experimentación y resiembra en ella, sin demasiando discernimiento la buena y la mala arquitectura. Bajo este prisma plantean que no se puede desconocer que los conjuntos de la Unidad Vecinal Portales y la Unidad Vecinal de Providencia (imagen 2-3) son productos transplantados de una realidad diferente y que en sí constituyen parte de un episodio en el cual el rol del Estado abrigaba un sentido paternalista, benefactor con profunda procuración social. El hambre de vanguardia y ansias progresistas, con especial énfasis en la arquitectura racionalista, recogió los conceptos que abrazaban los gestores del Movimiento Moderno. La revolución tecnológica merecía obras que efectivamente dieran cuenta de la nueva realidad en la que fueran protagonistas el hormigón armado y las grandes superficies de cristal, las formas simples y la modulación insistente. Y con ello la economía de medios, los espacios comunitarios, las circulaciones peatonales, las supuestas áreas verdes. El equipamiento social, los grandes conjuntos habitacionales. En fin, todo el vocabulario expresivo del momento, encarnado en las postulaciones del C.I.A.M.

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Imagen 2-3. Áreas verdes U.V. de Providencia. Croquis: A. Sahady y F. Gallardo. Articulo “Valorización patrimonial y conservación del espacio público en conjunto de viviendas racionalistas: Villa Portales Versus Unidad Vecinal Providencia”. Revista INVI N° 37, 1999. Pág. 86.

Pero, como también lo reconociera Fernando Castillo Velasco, en el seminario “Hacia una recuperación de la Unidad Vecinal Portales”, faltó considerar lo que llenaría esos conjuntos: el hombre, la familia. Tal vez ese fue el error, la sociedad aún atada en sus ancestrales tradiciones no estaba preparada para el cambio, el envase no ajustaba con el contenido. Ambos conjuntos han corrido distinta suerte. En el caso de la Unidad Vecinal Portales (imágenes 2-4 y 2-5) vinieron años de abandono, de sostenida indeferencia para el conjunto. El tiempo ha elaborado en él una minuciosa decadencia, que a su vez condiciona negativamente a sus usuarios. Sin embargo la Unidad Vecinal de Providencia que ha resistido dignamente el paso de los años.

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Imagen 2-4. Vista del proyecto U.V.P. Croquis: A. Sahady y F. Gallardo. Articulo “Valorización patrimonial y conservación del espacio público en conjunto de viviendas racionalistas: Villa Portales Versus Unidad Vecinal Providencia”. Revista INVI N° 37, 1999. Pág. 79.

Imagen 2-5. Vista del proyecto U.V.P. Croquis: A. Sahady y F. Gallardo. Articulo “Valorización patrimonial y conservación del espacio público en conjunto de viviendas racionalistas: Villa Portales Versus Unidad Vecinal Providencia”. Revista INVI N° 37, 1999. Pág. 84.

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Legado de un periodo histórico y su influencia en la imagen urbana

La arquitectura del Movimiento Moderno ha dejado su legado histórico en nuestra sociedad, a través de las construcciones de equipamiento público; la incorporación de nuevas ideas relacionadas con la habitabilidad, el acceso a la vivienda y el equipamiento; así como también a partir de las acciones de reconstrucción de ciudades destruidas por desastres naturales (imagen 2-6), como lo fue el terremoto de Chillán, en el año 1939. En este periodo se puede reconocer en la práctica arquitectónica una mayor coherencia entre los postulados de la modernidad (H. Eliash y M. Moreno, 1989). El terremoto de Chillán, en 1939; la presidencia de Pedro Aguirre Cerda y su programa de modernización, junto con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, definen un nuevo contexto social y cultural en el que se desarrollará la arquitectura moderna. En este período pueden reconocerse en el quehacer arquitectónico mayor coherencia y organización para materializar los principios modernistas. Por primera vez, esta arquitectura recibe un apoyo institucional que permite, no sólo expresarse a través de obras menores, sino también en instituciones públicas de importancia urbana. Asimismo, este patrimonio se manifiesta en la primera exposición de la vivienda social.

Imagen 2-6. Reconstrucción de ciudades. Catedral de Chillán, 1939. (www.docomomo.cl).

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Este es un período de transición en que coexisten diferentes expresiones y enfoques frente a la arquitectura; unos en período de gestación y otros en decadencia. En la arquitectura moderna persiste un Racionalismo aparente que se expresa en la eliminación del ornamento, pero manteniendo el tipo clásico de la obra. En los nuevos barrios las analogías de imágenes navales son muestra de una búsqueda arquitectónica que pretende reafirmar el carácter moderno de la obra. Esta arquitectura, por tener elementos de fácil lectura, fue la más numerosa al hacerse legible por el uso de elementos a la manera clásica. Más que un nuevo código formal, comienza a pensarse una metodología que permita materializar los postulados modernistas en la arquitectura y la ciudad. El impacto nacional producido por el terremoto de Chillán, el ascenso de la clase media al poder político, son factores decisivos para la incipiente arquitectura moderna. Esto comienza a perfilarse en la imagen de los nuevos barrios de la década del 40. El término de la Segunda Guerra Mundial marca el inicio de una nueva etapa, en que la influencia norteamericana se hace cada vez más fuerte en nuestra arquitectura y cultura, el surgimiento de autopistas urbanas, el progresivo abandono del centro histórico, la aparición de la tipología torre con placa, son algunos signos visibles de este cambio en la ciudad (H. Eliash y M. Moreno, 1992). Según Eliash y Moreno en el artículo “Arquitectura Moderna en Chile 1930-1950” (www. eliash.cl), la institucionalización de la modernidad se concretó en nuestro país entre los años 1950 y 1960, esta institucionalización de la arquitectura moderna tiene como base los cambios culturales de la posguerra. La idea de progreso y desarrollo ilimitados, la influencia del cine, la música y la literatura y, sobre todo la cultura norteamericana, son el marco de referencia. Es importante señalar que las nuevas generaciones de arquitectos formadas en las reformas, comienzan su acción profesional. Este hecho tendrá una importancia fundamental, ya que produce la masificación de los principios modernistas. Bajo las nuevas formas de organización que implican ya una aceptación del Movimiento Moderno, se desarrolla una arquitectura que se acerca cada vez más al espíritu racionalista original. Se puede reconocer una gran coherencia entre los postulados y la práctica: entre los tipos, modelos e imágenes usados que responden principalmente a los Mies van der Rohe, Gropius y Le Corbusier. Proyectos como el edificio Plaza de Armas en que se plantea por primera vez la descomposición de la manzana en el corazón de la ciudad histórica; la Unidad Vecinal Portales; la población Chinchorro (Arica), son el resultado de una propuesta radical con un alto grado de utopía frente a la ciudad. La gran escala de estas propuestas urbanas trae como consecuencia el desarrollo de complejas estructuras administrativas para permitir su materialización, y así también dar respuesta a los urgentes problemas de vivienda. De esta década son las leyes de fomento a la vivienda y el desarrollo de grandes empresas constructoras. La consolidación de la arquitectura moderna, a través de obras de importancia urbana e institucional, como la Universidad Técnica del Estado, en 1957; la Unidad Vecinal Portales; La Escuela Naval; el proyecto de la Villa Olímpica y, finalmente, el concurso para el edificio de la CEPAL, en 1960, son el reflejo de la aceptación de los principios modernos en los arquitectos y también en los organismos del Estado (H. Eliash y M. Moreno, 1992).

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2.2 Recuperar es una manera de revertir procesos de deterioro urbano y poner en valor el patrimonio de lo moderno.

Por qué es relevante recuperar el patrimonio. El Valor el Patrimonio.

Para contextualizar la importancia de la recuperación del patrimonio es necesario abordar el tema de su valorización. Como señala Eduardo Rojas en “La preservación del patrimonio histórico urbano en América Latina y el Caribe”(BID, 2002), el patrimonio urbano tendrá distinto valor para los diversos actores sociales relacionados con su recuperación, “por lo que para tener una adecuada apreciación de su valor es necesario tomar en cuenta un amplio rango de factores y considerar las opiniones de todos los grupos interesados”, es decir considerar la postura de los especialistas, pero también de la comunidad involucrada en este proceso, representada por sus organizaciones civiles, el Estado y los inversionistas del sector privado. Lo anterior llevará a recocer una gama de valores del patrimonio (E. Rojas, 2002), los primeros son los de uso o activos y los segundos de no uso o pasivos. El patrimonio tangible (mueble o inmueble) puede entenderse como capital físico o capital cultural dependiendo de los beneficios económicos o sociales que éste entregue (ver esquema: El Valor del Patrimonio). En el esquema siguiente (imagen 2-7) “El valor del Patrimonio”, vemos que los valores de uso son directos o indirectos y dicen relación con la valoración de los activos que produce el patrimonio por parte de quienes lo consumen. En el caso del valor de uso directo de consumo, el patrimonio es restaurado y destinado a residencia entregando un valor de renta; el valor de uso directo de no consumo dice relación a beneficiarse con la vista de los activos de un patrimonio recuperado (valor distante) y al valor educacional de la recuperación. El valor indirecto se refiere a las externalidades positivas (aumento de valores de propiedad) que genera en un área un patrimonio restaurado. Los valores de no uso capturan las corrientes de servicios económicos más intangibles que puede generar el patrimonio y se relacionan con mayor fuerza a beneficios socioculturales. El valor de existencia corresponde al beneficio que algunas personas reciben por la existencia del bien patrimonial; el valor de herencia, al interés de las personas en legar el patrimonio; finalmente el valor filantrópico, a los beneficios de obtener una buena imagen al invertir en el patrimonio sin usarlo. El rol que debe jugar la recuperación del patrimonio en el futuro desarrollo del lugar y referido éste a que tipo de desarrollo, se centra en el protagonismo que representa el mismo patrimonio (la U.V.P.) en esta tarea. La recuperación del patrimonio es el elemento de entrada para el rescate de un área urbana relevante para la ciudad. Este patrimonio se transformará en capital cultural y físico, evitando el deterioro de un área central de la ciudad, en que existe una obra de arquitectura notable. La entrada y la futura recuperación urbana, se logrará a través de su valorización, reconociendo su capital tanto cultural como físico. El capital cultural representa los beneficios intangibles relacionados con la herencia, la historia, el legado de nuestros antepasados y nuestro legado a generaciones futuras, etc. Por su parte el capital físico

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apunta a los beneficios económicos recogidos a partir de la recuperación, generando áreas de atracción para inversiones del sector privado y que en general van a ir potenciando y desarrollando el lugar aprovechando las oportunidades de su localización y su equipamiento. Lo anterior, a partir de un proyecto detonante que es la recuperación de la U.V.P. Esquema El valor del Patrimonio.

Imagen 2-7. Esquema El valor del Patrimonio. Elaboración propia, basado en “La preservación del patrimonio histórico urbano em América Latina el caribe”(E. Rojas, 2002) .

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En la actualidad existen políticas, normativas y acciones de rescate del patrimonio reconocido, ya sea urbano, arquitectónico o paisajístico (imagen 2-8). Sin embargo, el legado del Movimiento Moderno no aparece integrado a ellas, dando paso muchas veces a focos importantes de deterioro arquitectónico y social en la ciudad. Este deterioro se podría revertir recuperando esas áreas, entregándoles valor e integrándolas al desarrollo de la ciudad. Por otra parte, no se puede desconocer la herencia del Movimiento Moderno en los procesos de la ciudad contemporánea, en ello radica la trascendencia del reconocimiento de sus aciertos y errores, los que permanecen en sus obras y que perdurarán en la medida que su herencia forme parte de nuestro patrimonio. La conservación de esta herencia cultural debe reconocer el cambio de los escenarios, no pretender congelarlos ni detenerlos, es decir, generar una relación dinámica entre contexto contemporáneo y patrimonio. Las transformaciones de la ciudad son inevitables y naturales, sin embargo algunas formas de crecimiento pueden ser perjudiciales para la calidad de vida de sus habitantes, por lo tanto el propósito de conservar el patrimonio es ofrecer soporte a los lazos con nuestra historia, integrando y poniendo en valor su legado.

Imagen 2-8. Patrimonio reconocido. El Museo de Bellas Artes y El Congreso Nacional (www.monumentos.cl).

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Es significativo comprender el beneficio de recuperar amplias áreas urbanas en la ciudad. En el caso de la herencia del Movimiento Moderno, están representadas por los grandes conjuntos residenciales, resultado de las políticas habitacionales de la época (imagen 2-9) y que desde el punto de vista sociocultural, económico y físico sufren deterioro y obsolescencia.

Imagen 2-9. El resultado de las políticas habitacionales de la época. La Unidad Vecinal Portales (www.docomomo.cl)

La posición original del Movimiento Moderno apuntaba a convertirse en una expresión arquitectónica que se posesionara como una revolución hacia el futuro, contraria a las miradas hacia el pasado que caracterizaban los estilos del siglo XIX. Visto desde hoy, es indudable que la arquitectura moderna se ha convertido en un patrimonio que hay que preservar (Articulo “Patrimonio Moderno y Conservación”. Maximiano Atria, 2007). La importancia de la preservación del patrimonio, en este caso el arquitectónico urbano, tal como lo concibe Fabián Garré, surge de su valor como testimonio de distintos fenómenos culturales, y su acción como elemento que mantiene la cohesión de un grupo. Manifiesta, asimismo, los valores desarrollados en el tiempo como acciones válidas de un proceso histórico, y que aún pueden serlo en el futuro. En este sentido, las obras (edificios, casas, monumentos, etc.) adquieren valor, pasando a ser considerados patrimonio cultural.

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En su aspecto integral, el paisaje (cultural), que circunscribe el patrimonio urbano, refleja fielmente el testimonio de todas las culturas que históricamente han desarrollado su acción sobre dicho paisaje modelándolo hasta la actualidad. Es así como el patrimonio urbano arquitectónico inserto en el paisaje cultural pone en evidencia la existencia de una identidad cultural tangible en el medio ambiente que nos rodea. El patrimonio cultural, reflejado en el patrimonio arquitectónico urbano, es para cada comunidad memoria de su pasado, su conciencia como comunidad y define una identidad que la relaciona con dicho pasado desde el presente (F. Garré ,2005). •

Por qué se deteriora la herencia del Movimiento Moderno

La herencia del Movimiento Moderno se encuentra en una compleja situación de deterioro, debido a los cambios en los actuales requerimientos de infraestructura y a variables tanto formales, espaciales y de organización que han enfrentado los proyectos originales con el paso del tiempo. Además el deterioro se ve incrementado porque no existe conciencia del valor cultural de ella y por ende de su trascendencia histórica. Esto en conjunto se refleja en el hecho de que las obras herencia del Movimiento Moderno, salvo contadas excepciones, como por ejemplo el Monasterio de los Benedictinos en Santiago (imagen 2-10), no están consideradas y reconocidas como obras patrimoniales (N. Yamamura, 2002).

Imagen 2-10. Patrimonio moderno reconocido. Monasterio Benedictino, 1962 (www.monumentos.cl).

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La arquitectura del Movimiento Moderno se encuentra, en diversas partes del mundo, pero especialmente en Chile, bajo un altísimo riesgo de desaparecer. Por un lado, los criterios generales de valoración patrimonial no han incluido todavía a esta arquitectura como una expresión digna de ser evaluada y resguardada, y por otro, la institucionalidad dedicada al manejo del patrimonio no ha enfrentado la urgencia que un patrimonio en riesgo requiere. La falta de consistencia de la legislación patrimonial, la enorme presión de los desarrolladores inmobiliarios y, principalmente, la obsolescencia de muchos de los edificios de este período, tanto en términos funcionales como técnicos, son desafíos que es necesario enfrentar y delimitar antes de pensar en una política apropiada de protección (Articulo “Patrimonio Moderno y Conservación”. Maximiano Atria, 2007). Al abordar en profundidad el deterioro de las obras del Movimiento Moderno en nuestras ciudades, podemos hacer referencia en primer término a la concepción del mismo como propuesta, no podemos obviar que son productos importados de una realidad diferente (el Movimiento Moderno en Chile dista de su homónimo europeo). Las obras modernas locales fueron la resultante de un Estado paternalista y con una fuerte carga social (reflejado en las viviendas colectivas). Estas obras recogieron todas las ideas racionalistas del movimiento, tanto en el diseño como en las propuestas tecnológicas, representado en la utilización del hormigón armado y las formas sencillas. Así también, en los programas de estas propuestas aparecen los espacios comunitarios, las circulaciones peatonales, las extensas áreas verdes. Sin embargo, faltó considerar lo que llenaría esos conjuntos: el usuario. Tal vez ese fue el error, la sociedad aún atada en sus ancestrales tradiciones no estaba preparada para el cambio, el envase no ajustaba con el contenido. La adaptación fue lenta y, muchas veces imposible, la vida comunitaria fue apenas una entelequia, una declaración de buenas intenciones (A. Said y F. Villanueva, 2004). Los conjuntos de vivienda social construidos bajo la influencia del Movimiento Moderno, acusan una difícil adaptación a las necesidades del usuario contemporáneo, como por ejemplo el masivo uso del automóvil. Las maquinas para vivir, donde se separaron las circulaciones peatonales de las vehiculares y donde se pretendió hacer más eficiente las actividades del habitante, en definitiva no respondieron a las transformaciones sociales y su resultado fue el deterioro y obsolescencia de las mismas. En general en el deterioro del patrimonio urbano moderno, analizando los problemas desde su concepción como proyecto, se reconocen problemas técnicos, de uso, administrativos y socio culturales que se confabularon para su obsolescencia actual. Frente a lo anterior, lo que permitirá rescatar este patrimonio moderno, es llegar a entender el deterioro físico y social de un modelo de composición rígida (enfrentado a la ciudad actual) que se estancó en su integración urbana, pero que como herencia y huella en la ciudad aún no ha sido reconocido. Frente a esta dinámica el deterioro se incrementa al no existir conciencia del valor cultural y de la trascendencia histórica del patrimonio.

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Cómo se debe recuperar el patrimonio moderno

De manera genérica una de las formas de rescatar y preservar el patrimonio urbano es registrándolo bajo algún grado de protección legal o nominativa (que de cuenta de su valor como herencia cultural). Como enuncia Fabián Garré (en el articulo “Patrimonio arquitectónico urbano, preservación y rescate: bases conceptuales e instrumentos de salvaguarda”), el principal objetivo de clasificación y registro de un bien es su protección y conservación. La clasificación en esencia recae en los poderes públicos, la tarea de protección y conservación es mucho más amplia y requiere la participación de todos. El bien registrado exige cuidados complejos y costosos a los fines de preservar su integridad física o su carácter, es por eso que es importante que los edificios clasificados tengan un uso compatible con esos valores, ya que es difícil soportar los costos de conservación de un inmueble que no se usa este es el concepto de preservación a través del uso social. Para el caso particular de la vivienda-habitación, en líneas generales, cuando el habitante tiene arraigo, la espontaneidad de las modificaciones no altera la lectura del inmueble. Por otra parte, los cambios de uso del inmueble no se alejan mucho de la vocación del mismo, básicamente porque hay identidad entre usuario e inmueble (F. Garré, 2005). En base a lo planteado por Garré, con relación a la protección de bienes inmuebles clasificados se pueden citar las siguientes obligaciones de los propietarios (estatales o privados): • Los inmuebles clasificados o en vías de clasificación no pueden ser demolidos en parte o en su totalidad, ni pueden ser objeto de obras de restauro, sin previa notificación al organismo competente. • Lo propietarios están obligados a limitar los riesgos de degradación y deterioro del bien inmueble, eliminando las respectivas causas. • Ante responsabilidad de degradación o deterioro demostrada por acción u omisión del propietario de un bien clasificado o en proceso de clasificación, el organismo competente podrá promover las acciones de expropiación. • La enajenación de bienes clasificados deberá ser notificada previamente al organismo competente. • En caso de venta de un bien clasificado o en vías de clasificación, el organismo competente y los propietarios de bienes registrados gozan del derecho de preferencia.

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Al abordar la puesta en valor del patrimonio moderno, a través de una propuesta integral asociada a un área específica en Santiago, la presente tesis no se limitará sólo al rescate arquitectónico del objeto edificio o conjunto habitacional, dejando de lado el contexto social y territorial, la evolución histórica y la comprensión de su deterioro. Lo que se pretende entonces, es maximizar el potencial en términos sociales y económicos de la zona urbana, que padece deterioro social, económico y físico e infrautilización de sus activos, edificios, suelos, infraestructura o espacios públicos (E. Rojas, 2004). La recuperación entonces, deberá gestarse en un análisis integral y razonado, que considere el deterioro, desde la obsolescencia funcional de un proyecto original, hasta el deterioro físico de las obras (imágenes 2-11 y 2-12) de acuerdo a los conceptos de Fernando Soler. Además, no se puede rescatar e intentar quebrar las tendencias, sin comprender y analizar los fenómenos sociales asociados a los procesos de deterioro y obsolescencia.

Imagen 2-11. Obsolescencia funcional de un proyecto original, hasta el deterioro físico de las obras.

En conclusión como señala Maximiano Atria en la publicación “Patrimonio Moderno y Conservación” (Revista CA 130, 2007), la experiencia demuestra que la protección legal, al menos en nuestro contexto chileno, no es suficiente. Lo más importante es la generación de una conciencia acerca del valor de este patrimonio, y el desarrollo de las condiciones apropiadas para el surgimiento de efecti2vas iniciativas de conservación y reutilización. Con relación a lo anterior un tema no menor es el de la participación ciudadana, tema que podríamos asociar a la preservación a través del uso social. La concepción de patrimonio que centraba su análisis en valores estéticos y simbólicos de las obras, se ha complementado incluyendo distintos elementos culturales e incorporando el contexto urbano y ambiental, transformando de este modo centros históricos en conjuntos y áreas de interés para la población.

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Imagen 2-12. Obsolescencia funcional del proyecto original, hasta el deterioro físico de las obras.

Según Fabián Garré, estos sitios, áreas y edificios tienen significación e interés para la comunidad, y la población se identifica con ellos. No obstante, es necesario desarrollar una política de rescate y preservación del patrimonio arquitectónico urbano, y de mejoramiento (o respeto) de la calidad de vida de quienes habitan estos sectores. Garré, citando a Néstor García Canclini, y con relación al para qué preservar el patrimonio, enumera cuatro modelos: • Tradicionalista-sustancialista, que refleja y es sustancial a lo tradicional. • Mercantilista, es decir valor comercial. • Conservacionista-monumentalista (conservación de lo monumental). • Participacionista. Este último (el participacionista) es importante por la necesaria vinculación a las expectativas de la sociedad. Por lo tanto, se debe estimular la responsabilidad de la población en la preservación del patrimonio, ligando proyectos de gestión privada con proyectos públicos que incluyan la participación ciudadana en su gestión. Básicamente no se pretende detener el proceso de transformación de la ciudad sino orientarlo, encontrando un equilibrio. No es razonable convertir a la ciudad en una unidad estática, sin relación con las necesidades y expectativas reales de la población. Por otro lado, incorporar a la vida contemporánea inmuebles pertenecientes al patrimonio arquitectónico urbano, conlleva además de la racionalización que significa la continuación en servicio de un recurso material, el valor agregado en la consideración como bien patrimonial (F. Garré, 2005).

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3.

OBJETIVOS

3.1

Entender los factores que explican el deterioro de la herencia Movimiento Moderno.

Múltiples factores son los que condicionan el deterioro físico de las obras herencia del patrimonio moderno. Este deterioro es la expresión física de los procesos de obsolescencia (F. Soler, 2006) que sufren los proyectos originales a través del tiempo, como resultado de cambios culturales, funcionales y variantes en las cualidades de localización del proyecto original. Como una manera de racionalizar y enfocar esta investigación el análisis de los factores que detonan el deterioro del patrimonio moderno serán abordados desde cuatro frentes: a. Problemas técnicos b. Conflictos administrativos c. Contexto sociocultural d. Complejidad del proyecto

3.2

Poner en evidencia la relevancia de la arquitectura moderna como patrimonio urbano.

La recuperación del patrimonio urbano que representa la U.V.P., indagando en los problemas de concepción como proyecto, problemas técnicos, administrativos y socio culturales, que conspiraron para su obsolescencia actual, permitirá rescatar la imagen del Movimiento Moderno entendiendo el deterioro físico y social de un modelo que se estancó en su integración urbana, pero que como herencia y huella en la ciudad merece ser reconocido. 3.3

Generar un plan de recuperación de un hito representativo del Movimiento Moderno, la U.V.P

El producto final de esta investigación se verá concretado en un plan integral de recuperación para la U.V.P., que debiese actuar como un instrumento orientador de las intervenciones para el rescate del área. Este instrumento buscará en su concepción comprender en su etapa de diagnóstico las múltiples dimensiones del cambio social, económico y físico para recuperar el área, además de establecer racionalmente las intervenciones públicas y privadas que lo harán factible a través de la gestión y sus acciones. En resumen este plan procurará potenciar el patrimonio moderno en la U.V.P., como un elemento atractivo que se integra el desarrollo de la ciudad contemporánea.

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4.

MARCO TEÓRICO

El presente marco teórico pretende abordar tres temáticas concernientes al estudio en curso, las cuales permitirán enmarcar la discusión en torno al tema del rescate y recuperación del patrimonio moderno, dando el sustento teórico al plan de intervención que se llevará a cabo en la Unidad Vecinal Portales. 4.1.

Patrimonio, políticas y patrimonio moderno

El primer punto abordará una definición de patrimonio, buscando entender la herencia del Movimiento Moderno como tal y su potencialidad como elemento de desarrollo para una comunidad. Dentro de este ítem también se hará una revisión del marco de legalidad y las políticas de rescate y protección del patrimonio en Chile, acercando la U.V.P. a posibles estrategias de protección y a la vez enmarcarla dentro de una clasificación de patrimonio. Asimismo se intentará hacer presente la necesidad de reconocer y rescatar la herencia del Movimiento Moderno en nuestro país exponiendo una concepción de patrimonio moderno. 4.1.1 Patrimonio (1) Como lo señala el Ministerio de Educación de Chile, por patrimonio se entiende el conjunto de bienes valiosos, materiales o inmateriales, heredados de los antepasados. Ellos reflejan el espíritu de una época, de una comunidad, de una nación, y de la propia humanidad. El patrimonio que se va decantando de generación en generación conforma el sello distintivo de un pueblo. Por ello el patrimonio es una manera de acercarse al conocimiento de nuestra identidad. En un momento en que Chile requiere insertarse en un mundo cada vez más globalizado, es importante el aporte que el patrimonio hace al desarrollo de la nación, porque le permite encarar esa inserción con sello propio y fortalecido en su identidad. Además, el patrimonio aporta al crecimiento del país fuentes de trabajo en todo lo que significa restauración y conservación patrimonial, y los ingresos que deja la industria del turismo (www.educarchile.cl). Si lo describimos desde un ámbito genérico, existe una definición aceptada de lo que es patrimonio propuesta por la UNESCO. Según este organismo internacional, “el patrimonio es el legado que recibimos del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitimos a las generaciones futuras” Se distingue entre patrimonio cultural y patrimonio natural. El cultural engloba: monumentos, grupos de edificios y sitios que tienen valor histórico, estético arqueológico, científico, etnológico o antropológico. La Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural de la UNESCO de 1972, fijaba unos criterios de selección para que un bien cultural pudiese ser incluido como obra perteneciente al patrimonio mundial. Estos criterios hacen referencia a cuestiones relacionadas con el genio creativo, el ser un testimonio de una tradición cultural, su singularidad y excepcionalidad y el estar asociados directa o tangiblemente con acontecimientos y tradiciones vivas, con ideas o creencias o con obras artísticas y literarias (J. Prats y A. Hernández, 1999).

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Un bien (mueble o inmueble) será reconocido con carácter patrimonial (la sociedad lo reconoce como patrimonio) cuando constituya una de las tres aristas del “triangulo que delimita el pool patrimonial”, según Prats y Hernández estas son: determinada visión de lo natural, una concepción de lo histórico, o ser fruto de la inspiración creativa (genialidad), es decir el triángulo citado (naturaleza, historia, creación) sigue siendo lo que delimita el potencial patrimonial de un objeto. No obstante, un bien no será considerado con valor patrimonial si no es legitimado socialmente. De hecho el patrimonio cultural es una construcción que se da en una determinada situación histórica y en un determinado contexto social. Los criterios enunciados (naturaleza, historia y genialidad) se incluyen, como se ha señalado, dentro del triángulo de lo patrimonializable, lo cual no quiere decir que integren automáticamente patrimonios, sino que lo son potencialmente. Para llegar a ser considerados como bienes patrimoniales deben ser activados (J. Prats y A. Hernández, 1999), es decir hacerlos rentables, ya sea social o económicamente.

Imagen 4-1. Esquema de Cuándo un bien se puede considerar Patrimonio. Elaboración propia.

Como lo señalan Prats y Hernández, las razones para activar un determinado repertorio están dominadas, casi siempre, por la función de legitimar simbólicamente los discursos identitarios. Entendiendo el concepto identidad formado por estos tres rasgos: - Primero, en un sentido amplio (generalmente local, regional o nacional, aunque puede haber concepciones identitarios más amplias, como es, por ejemplo, el caso de lo occidental frente a lo oriental);

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- Segundo, como un hecho dinámico aunque con un razonable nivel de fijación y perdurabilidad en el tiempo; - Tercero, como expresión ideológica, en el sentido que responde a unas ideas y a unos valores previos, normalmente subsidiarios de determinados intereses y hegemonías sociales. La activación de los bienes patrimoniales germina desde el sector público, en la mayor parte de los casos, el poder político o entidades o asociaciones que cuentan con la aprobación de las instituciones públicas (Ver Esquema 2: Cuándo un bien se puede considerar Patrimonio). No obstante el sector público en alianza con el privado, pueden activar repertorios patrimoniales en la medida que estos puedan valorarse en términos de rentabilidad directa o indirecta (ver esquema de Valor Patrimonial, ítem 2.2), como por ejemplo el turismo cultural. En la medida que se produce estos objetivos turísticos, en el que el bien patrimonial se inscribe en un circuito de consumo, el éxito de su oferta se basa en el conseguir el máximo número posible de visitantes (clientes), bien sea, como hemos señalado, por la rentabilidad económica directa que se obtiene, cómo por su rentabilidad (social) indirecta (J. Prats y A. Hernández, 1999). La opción de obtener una rentabilidad económica directa o indirecta se ha ido extendiendo como una idea que se acepta, tanto para los elementos activados por los intereses económicos, como por las instituciones. En el caso de los bienes patrimoniales pertenecientes a instituciones públicas, la opción de la rentabilidad se debe, probablemente, a variadas razones: desde buscar otros recursos para el mejoramiento y mantenimiento de los servicios y las colecciones, hasta el considerar los datos de consumo (número de visitantes) como un fiel exponente del interés social que despierta el elemento patrimonial en cuestión, independientemente de otras consideraciones que podríamos hacer en cada caso concreto (J. Prats y A. Hernández, 1999). (1) Patrimonio Conjunto de bienes valiosos, materiales o inmateriales, heredados de nuestros antepasados. Refleja el espíritu de una época, de una comunidad, de una nación, y de la propia humanidad. (MINEDUC, Chile) Estos bienes muebles e inmuebles de valor cultural pertenecen a una comunidad y por lo tanto, merecen un régimen especial de atención, cuidado y protección. En un principio, el concepto de patrimonio giraba en torno a aquellas construcciones que poseían un valor netamente histórico (relacionado con el pasado). Pero la idea actual pone énfasis en el valor cultural de dichas obras; e incluso, se considera patrimonio no sólo a los edificios, espacios públicos u obras de arte importantes, sino también a fenómenos no tangibles como la música o las fiestas tradicionales y carnavales, ya que hace un par de años la UNESCO agregó el valor de identidad y autenticidad al concepto de patrimonio. La decisión respecto de qué es un bien y qué no lo es, es ciertamente subjetiva: algo "merece ser" protegido cuando se transforma en importante para la comunidad, es decir, sólo en el momento en que adquiere valor para ésta.

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Se distinguen distintos tipos de clasificación del patrimonio: histórico- artístico, del Estado, Nacional (nominaciones dadas por los gobiernos) y de la Humanidad (categoría otorgada por la UNESCO). Estas denominaciones permiten que las legislaciones vigentes protejan las construcciones de ser derrumbadas, dañadas o vendidas. (www.portaldelarte.cl). Además, como señala el arquitecto Maximiano Atria (www.revistaca.cl, 2007), el concepto de Patrimonio es una construcción cultural que evoluciona con el tiempo, a medida que los criterios de valoración van cambiando en una sociedad y que las generaciones van atribuyendo nuevos significados al legado de las que las precedieron. En la medida en que esos legados van quedando más atrás en la historia, la preocupación por el patrimonio debe actualizar sus enfoques, de modo de acercar cada vez más las representaciones culturales al momento presente.

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4.1.2 Legalidad y las políticas de rescate y protección del patrimonio en Chile El artículo N° 60 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC), en referencia a la declaración de Zonas de Conservación Histórica (Esquema en imagen 4-3) indica que el Plan Regulador: “señalará los inmuebles o zonas de conservación histórica, en cuyo caso los edificios existentes no podrán ser demolidos o refaccionados sin previa autorización de la Secretaría Regional de Vivienda y Urbanismo correspondiente”, lo que permitiría al municipio salvaguardar áreas urbanas de interés patrimonial.

Imagen 4-2. Barrio Santa Lucía. Monumento Nacional en la categoría de Zona Típica, Ley 17.288 (www.monumentos.cl).

Esta definición es profundizada en el Artículo N° 2.1.43 de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), en cuanto la declaración de Zonas de Conservación Histórica, en resumen señala que serán sectores cuya expresión urbanística represente valores culturales de una localidad y cuyas construcciones puedan ser objeto de acciones de conservación o rehabilitación, además que se trate de sectores relevantes desde el punto de vista urbano, en que la eventual demolición de sus edificaciones genere un grave menoscabo al conjunto. Haciendo un paralelo con la Ley Nº 17.288, sobre Monumentos Nacionales, una Zona de Conservación Histórica equivaldría a lo menos en su concepción, no en protección legal, a la categoría de Zona Típica o Pintoresca (Esquema en imagen 4-3).

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Imagen 4-3. Zonas de Conservación Históricas L.G.U.C. y su coherencia con las definiciones de Zona Típica de la Ley de monumentos nacionales y Conjunto Histórico de la UNESCO.

Este marco legal en principio permitiría proteger y clasificar el área de estudio (U.V.P.), que de acuerdo a lo anterior sería postulada como Zona de Conservación Histórica, área de interés especial en la ciudad, que respondiendo a la idea de patrimonio debiera ser integrada a políticas de rescate y conservación. Esta integración sustentada por el hecho de que esta área urbana constituye la presencia física de nuestra historia y está presente en la imagen colectiva de nuestro entorno urbano, haciendo referencia a la definición de patrimonio, expuesta en el ítem 4.1. Es interesante señalar que esta definición de Zona de Conservación Histórica es bastante coherente con la de "conjunto histórico o tradicional", sustentada por la UNESCO, que en líneas generales correspondería a grupos de construcciones y de espacios, que son parte de un asentamiento urbano o rural, con valor arquitectónico, histórico, estético o sociocultural.

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4.1.3

Patrimonio Moderno (3)

El reconocimiento de nuestro patrimonio se ha estancado en los inicios del siglo XX, sin embargo la presencia de la arquitectura moderna (2), posterior a esa época y que se instauró con una ideología más bien disidente a lo establecido, es sin duda un elemento del patrimonio urbano que hay que rescatar. Tanto el contexto histórico, como la imagen colectiva de esta herencia hacen pensar en una nueva concepción de patrimonio, el “moderno”. Es inevitable asociar el concepto de patrimonio moderno a través de una relación más bien ideológica que histórica al concepto de moderno, no sólo porque esté ya asentada en el conjunto de técnicas y métodos propuestos para describir los hechos históricos acontecidos y registrados, sino también porque es bajo ese concepto que la propia disciplina arquitectónica supo identificar aquellos desafíos propios de la primera mitad del siglo XX (M. Atria, 2007).

Imagen 4-4. Las huellas de las nuevas ideas relacionadas con la habitabilidad en la U.V.P., 1954-1966 (www.docomomo.cl).

La arquitectura del Movimiento Moderno ha dejado su huella en nuestra sociedad (imagen 4-4), a través de la construcción de equipamiento público y la incorporación de una nueva concepción relacionada con la habitabilidad y la higiene, el acceso a la vivienda y el equipamiento, y con mayor fuerza a partir de las acciones de reconstrucción de ciudades destruidas por desastres naturales.

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En sus inicios la arquitectura moderna conformó parte fundamental de la modernidad en nuestro país, las primeras obras construidas se integrarían a proyectos urbanos y de paisaje, reafirmando la propuesta teórica. La conformación de un capítulo chileno del CIAM en 1946 cerraría el período de la vanguardia, para establecer una relación directa con la construcción del proyecto público del estado de bienestar, que tendría su fase más avanzada hacia fines de los años 50 y durante los años 60, donde la experiencia de la arquitectura chilena sería reconocida internacionalmente (www.docomomo.cl).

(2) Arquitectura Moderna Obras desarrolladas en Chile durante el periodo del Movimiento Moderno a partir de la década de los años ’30, alcanzado su apogeo en las décadas de los años ‘50 y ‘60. La arquitectura moderna nace a principios del siglo XX en Europa, con las ideas de sus máximos representantes; el franco-suizo Le Corbusier, el alemán Ludwig Mies van der Rohe y el austriaco Adolf Loos, a quienes se les uniría, aunque más tarde, el finlandés Alvar Aalto. Y aunque las ideas de estos arquitectos fueron la base teórica y práctica sobre la que se funda la corriente, su antecedente más directo es la revolución industrial, con la aparición de nuevos materiales –como el acero y el hormigón- y las técnicas constructivas, las que sumadas a las dos guerras mundiales, inevitablemente llevaron a una reinvención en la forma de entender la arquitectura, sus aplicaciones y usos. Otros autores prefieren verlo como una tendencia más bien social, que reaccionaba frente al concepto de "modernidad"; otros apuestan por analizarlo desde la perspectiva del abandono de los principios establecidos en la era victoriana. El arquitecto Hernán Marchant explica que los “principios de su arquitectura son el entendimiento de que la acción del ser humano es un acto artificial, por lo que se basa en principios de base como la línea vertical, la línea horizontal, el ángulo recto… en general, los principios de la abstracción”. En este contexto, Le Corbusier y su fuerte apego al hormigón como material casi único en sus construcciones, además de sus planteamientos arquitectónicos, sumados a la fuerza de La Bauhaus, que buscaba conciliar la tradición artesanal con la tecnología industrial, dominaron la escena. Los arquitectos que desarrollaron este estilo buscaban romper con la tradición arquitectónica, racionalizarla, diseñando edificios que fueran por sobre todo "funcionales", rechazando de plano la ornamentación sin motivo. Un claro ejemplo es la Villa Savoye de Francia. Esta obra muestra sus principios arquitectónicos: planta principal separada del suelo sobre pilotes, planta libre, sin subordinaciones respecto a la estructura, utilización de ventanales horizontales por los que penetra abundante luz y disposición de terrazas ajardinadas que permitan desarrollar la vida al aire libre.

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En términos generales estos arquitectos utilizaron vidrio para la fachada, hormigón para las losas y soportes estructurales, aunque el acero también fue parte importante de sus materiales. Aunque muchos teóricos de la arquitectura fijan como fecha del término de esta tendencia el final de la década del 60, otros aseguran que las influencias de este movimiento fueron fundamentales para las nuevas generaciones de arquitectos. Sin embargo es durante esta década que las críticas se hicieron más fuertes. Su geometría rígida y rectangular fue calificada como "deshumanizante". Esto sumado a dichos bastante desafortunados, como los de Le Corbusier, que dijo "una casa es una máquina para vivir", hizo que el género ganara una fama de estéril, elitista y carente de significado. (Especiales El Mercurio, “La Arquitectura Moderna”, 2007).

Como lo señala el arquitecto Manuel Moreno, el patrimonio arquitectónico contemporáneo sobrevive con mínimas protecciones. Las obras consideradas como parte de la historia y por lo tanto del patrimonio, llegan hasta las primeras décadas de este siglo, y no incluyan más de 50 años de historia de la arquitectura contemporánea. Se ha constatado que el grueso del patrimonio chileno reconocido se enmarca entre los años 1870 y 1930. Diversas causas naturales y económicas han repercutido en que no exista un número importante de construcciones patrimoniales previas al siglo XIX. No obstante, entre los años 1925 y 1970 surge una importante cantidad de obras singulares que no han sido consideradas, ni integradas al patrimonio. Esta anomalía cultural es la generadora de la mayoría de las carencias por las que pasan las obras construidas en la primera mitad del siglo XX. La falta de consenso y protección de las obras de arquitectura contemporánea ha dado como resultado la sistemática destrucción de importantes obras de este siglo (M. Moreno, 1996). En el artículo Arquitectura Moderna y Patrimonio (www.docomomo.cl), Moreno deja de manifiesto que los historiadores y defensores del patrimonio construido, han centrado sus energías en la defensa de los trozos de ciudad y arquitectura de los siglos XVIII y XIX. Si bien esta tarea se ha cumplido de manera correcta, no se debe omitir el legado del siglo XX (la herencia del Movimiento Moderno) agregando la modernidad al patrimonio reconocido, como una forma de integrarla a la memoria colectiva de los habitantes de la ciudad. Moreno señala que “la relación directa de las ciudades americanas con el mundo de la modernidad es la clave a partir de la cual se debe construir esta nueva conciencia del patrimonio, ya que están presentes en éstas los hechos urbanos y arquitectónicos que han marcado la memoria colectiva” Entonces por una parte existe y prevalece una la falta de consenso para determinar la modernidad como patrimonio, y por la otra la carencia de herramientas para registrarlo (protegerlo) y de alguna manera, a través de este reconocimiento, integrarlo a la memoria colectiva como patrimonio, teniendo en cuenta que forma parte de un legado que dice relación con un periodo histórico de nuestra sociedad marcado por ideales específicos.

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(3) Patrimonio moderno Herencia de la arquitectura moderna presente en el contexto histórico y en la imagen colectiva, que se instauró con una ideología contraria a lo establecido. Está referido al patrimonio construido de la primera mitad del siglo XX, representa, en términos históricos, el asentamiento de las bases económicas y sociales sobre las cuales se construiría el país moderno, enfrentado a los desafíos de la posguerra, después de un siglo XIX basado en la explotación agropecuaria y la minería del salitre. En Chile, el patrimonio moderno se encuentra cada vez más en peligro, principalmente por la presión inmobiliaria, que requiere de terrenos a menudo ocupados por edificios de valor arquitectónico, por la obsolescencia de su uso y de sus instalaciones técnicas, y por la generalizada falta de conciencia por parte de la sociedad en general, respecto a la necesidad de proteger esta arquitectura. Esto ha producido pérdidas irreparables, demolidas para dar paso a la construcción de un edificio de departamentos, o alteraciones que destruyen insensiblemente las condiciones originales del edificio. Es necesario que el concepto de patrimonio moderno asuma la connotación más bien ideológica que histórica de la palabra moderno, no sólo porque esté ya asentada en la historiografía, sino también porque es bajo ese concepto que la propia disciplina arquitectónica supo identificar aquellos desafíos propios de la primera mitad del siglo XX (M. Atria, 2007).

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4.2

Políticas Gubernamentales y Movimiento Moderno.

En una segunda entrada se abordará el tema de las políticas gubernamentales en torno a la vivienda entre los años 30 y 60, época en que la influencia del Movimiento Moderno llega a apoderarse de la imagen de las intervenciones del Estado. Además revisar el cambio del contexto y los marcos legales en que desarrollan su trabajo urbanistas y arquitectos, lo que permitió que a través de las instituciones estatales se hicieran presente los ideales de las CIAM, hecho que se confirma en la concepción del proyecto de la U.V.P., transformándose en un icono del periodo histórico en el cual fue construido. Maximiano Atria, en el artículo Patrimonio Moderno y Conservación, establece que no se puede desconocer que “existió un proceso caracterizado por el surgimiento de una gran clase media trabajadora y enormemente exitosa en sus esfuerzos de movilidad social, con lo que se convirtió, muy luego, en un grupo social que desplazó a la aristocracia en el manejo del país, a lo menos en términos políticos y culturales. Fue esa clase media que adoptó la “modernidad”, primero para sí y luego para el Estado, cuando lo tuvo que gobernar, la arquitectura moderna como lenguaje y expresión de su contexto físico construido. Así, al término de la Segunda Guerra Mundial, la arquitectura chilena había pasado por un riquísimo proceso de renovación en su forma, en sus prioridades y en los aspectos que era necesario asumir, como la habitación obrera, la construcción de la infraestructura de un Estado comprometido con acciones sociales y la masificación de la arquitectura habitacional como aspiración cultural −ya no sólo orientada a satisfacer necesidades mínimas− de la clase media”.

4.2.1 Políticas Gubernamentales en torno a la vivienda entre los años 30 y 60 Preguntarse por el rol del Estado en el desarrollo de la arquitectura, lleva a indagar en la dimensión social de éste. Desde fines del siglo XIX hasta la década de los años 60 se generó un proceso progresivo de influencia del Estado en la construcción de vivienda, equipamiento y obras públicas (H. Eliash y M. Moreno, 1989). En este proceso los postulados del Movimiento Moderno ingresan al aparto público en la década de los años 50, convirtiéndose en ese momento en el nuevo modelo de ciudad. Esta influencia en las construcciones se dio a través de ejecuciones directas (MOP y CORVI) y mixtas (EMPART y la CORMU). En 1953 se une la Corporación de Reconstrucción y Auxilio (creada en 1939 a raíz del terremoto de Chillán) con la Caja de Habitación Popular, dando origen a la CORVI (Corporación de la Vivienda). En este periodo también se crean las EMPART (cajas de empleados particulares), hechos que darán como resultado el desarrollo de grandes conjuntos habitacionales, principalmente dirigidos a la clase trabajadora (Esquema en imagen 4-5). Posteriormente, en 1965, se creará el Ministerio de la Vivienda (reuniendo a CORMU, la CORVI y la CORHABIT), destinado a afrontar el de manera permanente el problema de la vivienda social (H. Eliash y M. Moreno, 1989).

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Es significativo también señalar que hasta antes del surgimiento del estrato social medio a partir de la década de los años 30, con una incidencia importante del Estado y del sector privado en su constitución, en Chile existían dos estratos claramente identificables, la clase alta y la trabajadora. El nuevo segmento se constituirá de trabajadores independientes y asalariados y una de sus características será el consumo como reflejo de estatus y la imagen de la vivienda que habitan, más que la propiedad de la misma (C. Fenserhardth, 2000).

Imagen 4-5. Esquema Instituciones ligadas al sector habitacional 1939 –1963, y la construcción de la U.V.P. (Elaboración propia, en base a fuente: “Chile: Un siglo de políticas en vivienda y barrio”. MINVU, 2004).

Este cambio de los escenarios sociales e institucionales del Estado, principalmente en la década de los años 50 generó nuevas áreas de trabajo y un cambio de rol social de los arquitectos y urbanistas, quienes comienzan a desarrollar su labor profesional en organismos públicos, lo que llevó al Estado a posesionarse de las ideas innovadoras del Movimiento Moderno, en el ámbito de sus intervenciones en la ciudad.

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Este cruce entre la teorización (doctrina) y los actores geográficos y socio económicos, entregarán una tipología nueva de arquitectura, la que en el caso del Movimiento Moderno, echará mano al racionalismo, buscando reducir los excesivos contrastes entre las clases sociales y su arquitectura (C. Fenserhardth, 2000).

Imagen 4-6. Plano Unidad vecinal de Providencia. Fuente: Artículo “Valorización patrimonial y conservación del espacio público en conjunto de viviendas racionalistas: Villa Portales Versus Unidad Vecinal Providencia”,1999.

En América Latina, los años sesenta mostraron el apogeo de la arquitectura moderna del continente. El Estado de bienestar otorgaría a la arquitectura moderna un rol en la acción modernizadora de las ciudades y el territorio. La arquitectura de esta década, estaba distante de los modelos que la arquitectura moderna había propuesto en este continente entre 1930 y 1950. Es así como las obras de este periodo establecían nuevas relaciones con el arte y visiones empíricos de la tecnología (H. Torrent, 2002). Es decir el uso del hormigón armado, las formas simples y la modulación. La economía de medios, los espacios comunitarios, las circulaciones peatonales, las áreas verdes. El equipamiento social y los grandes conjuntos habitacionales.

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Imagen 4-7. Plano U.V.P. Fuente: Artículo “Valorización patrimonial y conservación del espacio público en conjunto de viviendas racionalistas: Villa Portales Versus Unidad Vecinal Providencia”,1999.

Hay que reafirmar que en este periodo histórico el rol del Estado era el de un ente paternalista y de profundo resguardo social, que en conjunto al deseo de vanguardia y aspiraciones progresistas de los nuevos profesionales (racionalista) que llegan a trabajar al sector público, resultó en la construcción en obras publicas y sociales que abrazaban los conceptos gestores del Movimiento Moderno y los C.I.A.M. (4), que no se puede desconocer que eran ideologías importadas a las que deberían adecuarse (con buenos y malos resultados) los habitantes de esta nueva ciudad (imágenes 4-6 y 4-7).

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(4) Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) El CIAM o Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, fundado en 1928 y disuelto en 1959, fue el almacén de ideas del Movimiento Moderno (o estilo internacional) en arquitectura. La organización era enormemente influyente. No sólo fue destinada a formalizar los principios arquitectónicos del Movimiento Moderno, sino que también vio la arquitectura como una herramienta económica y política que se podría utilizar para mejorar el mundo mediante el diseño de edificios y el urbanismo. En el cuarto congreso, llevado a cabo en 1933, el grupo hizo la Carta de Atenas, un documento que adoptó un concepto funcional de la arquitectura moderna y del urbanismo que era único y provocativo. La carta, basada en discusiones ocurridas diez años antes, proclamaba que los problemas a los que se enfrentaban las ciudades se podrían resolver mediante la segregación funcional estricta, y la distribución de la población en bloques altos de apartamentos en intervalos extensamente espaciados. Las ideas fueron adoptadas ampliamente por los urbanistas en la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, aunque para entonces los miembros del CIAM tenían dudas sobre algunos de los conceptos. Al mismo tiempo que los miembros del CIAM viajaban por todo el mundo tras la guerra, muchas de sus ideas se extendieron fuera de Europa, especialmente a los EEUU. Desafortunadamente, la puesta en práctica de muchas de las ideas fue mal ejecutada frecuentemente durante la posguerra, a menudo debido a la crisis económica, y también por la no-comprensión de los conceptos de los arquitectos. Cronología de las conferencias • 1928, CIAM I, La Sarraz, Suiza. Fundación del CIAM • 1929, CIAM II, Frankfurt, Alemania. Enfocada en el trabajo de vivienda de Ernst May • 1930, CIAM III, Bruselas, Bélgica. Sobre el desarrollo racional del espacio. • 1933, CIAM IV, Atenas, Grecia. Publicación de la Carta de Atenas. • 1937, CIAM V, Paris, Francia. Sobre la vivienda y la reconstrucción. • 1947, CIAM VI, Bridgwater, Inglaterra. Trató sobre la reconstrucción de las ciudades devastadas. • 1949, CIAM VII, Bérgamo, Italia. Sobre la arquitectura como arte. • 1951, CIAM VIII, Hoddesdon, Inglaterra. Enfocada al corazón de la ciudad. • 1953, CIAM IX, Aix-en-Provence, Francia. Publicación de la Carta de habitación. • 1956, CIAM X, Dubrovnik, Yugoslavia. Sobre el hábitat. • 1959, CIAM XI, Otterlo, Holanda. Disolución del CIAM y formación del Team X (Fuente: www.fundacionmustakis.com)

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4.3

Rescate y recuperación (5)

Finalmente se precisarán los conceptos de rescate y reinserción de las zonas históricas en la ciudad contemporánea, indagando no sólo en aspectos referidos a su rescate como proyecto arquitectónico urbano sino también en su integración física y social al desarrollo contemporáneo de la ciudad. De esta manera se hará una aproximación a la estrategia de recuperación de patrimonio moderno en la U.V.P., a través de la comprensión de su deterioro y posterior obsolescencia, como resultado de las características del proyecto original y la dinámica social de sus habitantes a través del tiempo. Lo anterior permitirá clarificar el plan de intervención, que al rescatar un área importante dentro de la ciudad, se transformará en un significativo aporte urbano, que como acción podría replicarse dando lineamientos para quebrar la tendencia de deterioro de los grandes conjuntos habitacionales, herencia del Movimiento Moderno que aún permanecen en la ciudad. 4.3.1 Rescate y recuperación de las zonas históricas Definiremos rescate asimilándolo al concepto de recuperación urbana que plantea Eduardo Rojas en “Volver al centro” (BID, 2004), es decir a la diversidad de intervenciones que se pueden implementar para mejorar las condiciones e incrementar el uso de una zona urbana ya existente adecuando población y actividades económicas, en oposición a las acciones destinadas al desarrollo de nuevas áreas urbanas. En el área del desarrollo urbano, muchas veces se utilizan de manera imprecisa términos que hacen referencia a las intervenciones en grandes áreas urbanas, utilizando de manera indistinta conceptos como mejoramiento, rehabilitación, regeneraron, revitalización y recuperación urbana, no obstante, Rojas hace diferencia entre sus significados dándole mayor precisión a su utilización.

Imagen 4-8. Esquema de la Recuperación Urbana, dimensión económica y física. Fuente: Elaboración propia.

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Desde el punto de vista económico y físico de los procesos, los conceptos de mejoramiento y renovación dicen relación con las acciones físicas (asociadas a cambios en la estructura de lo construido) sobre los construido; recuperación, rehabilitación, revitalización y regeneración, en cambio con acciones sociales y económicas, no obstante también pueden aportar en el ámbito de las intervenciones físicas, pero asociadas a preservación de las estructuras existentes (Esquema Recuperación Urbana, imagen 4-8). El término rescate que asociamos al de recuperación, acoge de manera correcta la idea de equilibrio de preservación de las zonas históricas, puesto que abarca de manera integral tanto temas físicos como socioeconómicos, para potenciar el desarrollo urbano de esas áreas de la ciudad (ver esquema Recuperación Urbana). En consecuencia, por recuperación y rescate de áreas urbanas entenderemos el proceso a través del cual se promueve el mejor uso en términos sociales y económicos de una zona urbana que padece deterioro social, económico y físico e infrautilización de sus activos, edificios, suelo, infraestructura o espacios públicos (E. Rojas, 2004).

(5) Recuperación Conjunto de intervenciones que se pueden emprender para mejorar las condiciones de una zona urbana ya existente, en oposición a las acciones destinadas al desarrollo de nuevas áreas de crecimiento de la ciudad (E. Rojas, 2004). Como lo indica Eduardo Rojas, cuando se habla de recuperación de áreas urbanas se alude a la variedad de intervenciones que un gobierno puede emprender para mejorar las condiciones e intensificar el uso de una zona urbana ya existente para acomodar población y actividades económicas, en oposición a las acciones destinadas al desarrollo de nuevas áreas urbanas en terrenos periféricos para acoger nueva población y actividades económicas. La literatura técnica sobre desarrollo urbano es poco precisa cuando hace referencia a las intervenciones sobre áreas urbanas existentes, ya que se emplean indistintamente y con bastante debilidad términos como mejoramiento urbano, rehabilitación urbana, regeneración urbana, revitalización urbana, recuperación urbana y renovación urbana. Sin embargo, se dan con cierta recurrencia características distintivas en el uso de esos términos que permiten mayor precisión sobre su significado. Haciendo énfasis en las dimensiones económicas o físicas del proceso de desarrollo urbano, los términos mejoramiento y renovación tienen una fuerte connotación física por cuanto ponen el acento en acciones sobre el entorno construido. Por otra parte, rehabilitación, revitalización, regeneración y recuperación son términos que tienen una connotación económica y social de mayor peso, aunque sin descartar la dimensión física de las intervenciones. Cuando se centra la atención en la naturaleza de las transformaciones físicas en las áreas objeto de intervención, se observa que al hablar de mejoramiento y rehabilitación urbana se pone énfasis en la preservación de las estructuras físicas existentes, en tanto que regeneración, revitalización, renovación y recuperación urbana denotan una combinación más liberal de acciones de preservación de las

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estructuras viejas, con demolición de algunas de ellas y recuperación de otras. Se entenderá el término recuperación como el que mejor transmite la idea del equilibrio que es necesario lograr entre las intervenciones de preservación de estructuras existentes y el reemplazo o transformación de otras para lograr los objetivos de desarrollo socioeconómico y aprovechamiento pleno del potencial de desarrollo del área deteriorada. En consecuencia, se entenderá por recuperación el proceso a través del cual se promueve el mejor uso en términos sociales y económicos de una zona urbana central que padece deterioro social, económico y físico e infrautilización de sus activos, edificios, suelo, infraestructura o espacios públicos. Las características que adopte este proceso y los instrumentos que se usen para ejecutarlo dependen en no menor medida de la tradición legislativa y urbanística del país donde tiene lugar. Ésta determina no sólo la naturaleza de las relaciones entre los distintos niveles de gobierno que tienen incidencia sobre el desarrollo urbano y sus respectivas atribuciones, sino también la forma como los sectores público y privado pueden cooperar en la planificación y ejecución de los programas de recuperación urbana (E. Rojas, 2004).

El marco urbano y legislativo que rigen la ciudad, son fundamentales a la hora de establecer los instrumentos que conformaran y ejecutarán el plan de recuperación del área urbana estudiada, determinando las atribuciones y dependencia entre los distintos actores públicos involucrados, y a su vez entregando los lineamientos para la relación de cooperación entre el sector publico y privado, en la planificación y ejecución del plan establecido. El deterioro de las zonas históricas debiese abordarse a través de acciones encabezadas por el sector público, como lo advierte Rojas, este sector es el actor responsable de resguardar el bien común, y además es quien posee “una visión a largo plazo más los instrumentos necesarios para abordar el problema de coordinación que los actores privados enfrentan en estas áreas”. Será entonces para el sector público el mayor desafío establecer la coordinación entre los diversos actores (públicos y privados) que participan de un plan de recuperación. Para lograr esta coordinación se puede apostar por planes integrales de recuperación, promovidos por el sector público, pero con participación directa de la comunidad y el sector privado, pudiendo el actor privado hacer nuevas inversiones en el sector, donde el actor publico ha hecho las primeras acciones detonantes, dotado de infraestructura, espacios públicos y servicios urbanos el área a recuperar. Deduciremos que rescate y la reinserción en la ciudad contemporánea de zonas históricas, entendidas éstas dentro de la definición de patrimonio, debe considerar aspectos relacionados a la gestión previa: apuntando al diagnóstico, evaluación e identificación del área, así como a las políticas de protección que pudiesen ser implementadas en ella. Por otra parte, se debe pensar en las acciones a emprender para el rescate, reinserción y conservación de ellas. Desde este punto de vista, potenciar el patrimonio como un elemento más que integra el desarrollo de la ciudad.

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4.3.2 El rescate del patrimonio moderno Durante el Movimiento Moderno (6) las nuevas tipologías de arquitectura y diseño urbano, fueron pensadas para una sociedad desarrollada, con un entorno físico y social diferente. Estos problemas de identidad con el nuevo modelo, de límite público-privado y de la materialidad de los espacios intermedios, fueron generando diverso grados de deterioro a través del tiempo, hecho que no ocurrió en otros proyectos de alto costo.

(6) Movimiento Moderno Corriente que observa en nuestro país a partir de la década de los años ‘30, cuando las primeras obras de infraestructura se integran a proyectos urbanos y de paisaje. Su mayor expresión ocurrirá a fines de los años ‘50 y durante la década del ’60. En este periodo las ideologías CIAM del movimiento se concretizan a través de las obras de infraestructura pública del Estado de bienestar (www.docomomo.cl) y de manera importante en las grandes intervenciones urbanas de los conjuntos habitacionales impulsados por sector público. Aunque no existe un manifiesto donde se expliciten los postulados de esta corriente, sus principales representantes, entre los que se encuentra Le Corbusier, propusieron diversas máximas, algunas de las cuales se asociaron e hicieron propias en la arquitectura moderna. Tal vez la más conocida es el rechazo de los estilos arquitectónicos clásicos o tradicionales como fuente de inspiración de la forma. Hernán Marchant, advierte que comúnmente se comete un error. Él dice que si bien la arquitectura moderna plantea una "ruptura a tabla rasa con los estilos", esto no significa que "rompa con el pasado". Por ejemplo, dice, "Le Corbusier, una de las cosas que reivindica siempre es que él hace una lectura contemporánea de los principios tradicionales de la arquitectura". Otra de sus máximas "la forma sigue a la función", entendiendo que los materiales y los requisitos funcionales determinan el resultado de la obra. Asimismo, la simplificación de la forma y eliminación de los detalles innecesarios fueron un sello característico de sus construcciones, lo que determinó un rechazo a la ornamentación como forma de “adornar” la arquitectura. (Especiales El Mercurio, “La Arquitectura Moderna”, 2007) Este proceso estuvo caracterizado por el surgimiento de una gran clase media trabajadora y enormemente exitosa en sus esfuerzos de movilidad social, con lo que se convirtió, muy luego, en un grupo social que desplazó a la aristocracia en el manejo del país, a lo menos en términos políticos y culturales. Fue esa clase media la que adoptó, primero para sí y luego para el Estado, cuando lo tuvo que gobernar, la arquitectura moderna como lenguaje y expresión de su contexto físico construido. Así, al término de la Segunda Guerra Mundial, después de sólo 20 años de este proceso, la arquitectura chilena había pasado por un riquísimo proceso de renovación en su forma, en sus prioridades y en los aspectos que era necesario

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asumir, como la habitación obrera, la construcción de la infraestructura de un Estado comprometido con acciones sociales y la masificación de la arquitectura habitacional como aspiración cultural −ya no sólo orientada a satisfacer necesidades mínimas− de la clase media (M. Atria, Patrimonio Moderno y Conservación, Revista CA 130. 2007). En la actualidad, el rescate del patrimonio moderno es urgente, la herencia arquitectónica de este movimiento corre gran riesgo de desaparecer, debido a su edad, a los materiales con los que fue realizada (demandaban alta mantención), al cambio en las funciones para las cuales fuera diseñada y debido al clima cultural imperante (M. Moreno y C. del Campo, 2000). Junto a lo anterior, las características de inestabilidad compositiva de la arquitectura moderna deben ser tomadas en cuenta al momento de ser considerada como patrimonio, porque los grados de modificación posibles, sin desvirtuar el carácter de la obra, son mayores a los del patrimonio “clásico”. Por lo tanto, es esencial la claridad de los grados de cambios que este puede tener, principalmente en su interior y sus espacios de servicio. Considerando este punto clave se podrían salvar, concertando los intereses públicos y privados, gran parte de los edificios contemporáneos de nuestras ciudades (M. Moreno, 1996). Maximiano Atria, en el artículo “Patrimonio moderno y conservación” (Revista CA, 2007), sostiene que “es claro hoy que, como todo proceso histórico, la arquitectura moderna ha sido superada por una serie de otras manifestaciones y otros tipos de respuestas a las que la disciplina ha debido abocarse. Entrado ya el siglo XXI, es otro también el Estado, otra la clase media y otros los desafíos históricos del país. Sin embargo, el legado de ese período no puede dejarse de lado, y sobre el presente recae la responsabilidad de resguardar aquello que de mejor forma representa ese proceso histórico y cultural.” Teniendo clara su fragilidad y la necesidad de establecer un esquema de recuperación del patrimonio moderno en nuestro país, podríamos hacer referencia a los planteamientos de Manuel Moreno en el articulo “Arquitectura moderna y patrimonio” (www.dococomo.cl) donde entre otros postulados establece algunas áreas de trabajo para poder establecer la relación arquitectura moderna y patrimonio, y que podríamos equiparar o reinterpretar como los tres primeros pasos o etapas previas (de registro) a la recuperación de este patrimonio. Estas tres acciones en resumen son: • Poner en conocimiento del valor cultural y patrimonial de la zona histórica a recuperar (herencia del Movimiento Moderno). Difundir su legado. • Buscar nuevas formas de gestión (administrativa y económica) frente a las limitaciones que pudiese presentar la normativa (de carácter más bien restrictivo) de patrimonio chileno. • Registrar la zona histórica como parte de la herencia del Movimiento Moderno. Revisando algunas protecciones o normativas legales que permitan la intervención e inversión pública en las infraestructuras del sector.

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5.

PRESENTACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO. LA UNIDAD VECINAL PORTALES (U.V.P.).

5.1

Relevancia de la U.V.P.

La relevancia de la Unidad Vecinal Portales, que la precisa como área de estudio de esta tesis, radica en que con sus 31 hectáreas de superficie logra componer un área importante dentro de la ciudad (Imágenes 5-1, 5-2 y 5-3), en el cual se ve reflejado el contexto de profundos cambios en la concepción del espacio urbano en la ciudad moderna, que acompaña a los cambios sociales y políticos que se comienzan a desarrollar en Chile a fines de los años 60.

Imagen 5-1. Inserción en la ciudad del proyecto. Imagen aérea de la U.V.P. (fuente: F. Chateau)

El proyecto (urbano y arquitectónico) en el Movimiento Moderno se asoció a un proyecto de sociedad igualitaria y a toda la carga de los conceptos de los CIAM y el Team X, es así como la U.V.P., es un paradigma de calidad, como lo mencionan las investigadoras Francisca Márquez y Rossana Forray en el proyecto FONDECYT “Comunidad e identidad urbana: Historias de barrios del Gran Santiago 1950-2000” (Santiago, 2006), “reconocido más allá de nuestras fronteras como uno de sus exponentes notables”. Sin duda, la U.V.P., es un excelente ejemplo de las grandes intervenciones del Estado frente a la modernización de la ciudad. No obstante su calidad como proyecto y referente, no podemos desconocer que se ha deteriorado, generándose una disociación entre todo el soporte proyectual original frente a la realidad de la utilización de sus espacios e infraestructuras, la “modernidad” de su arquitectura tal vez estuvo disociada de quienes habitarían sus bloques y viviendas (quienes provenían de una realidad social y una forma de habitar distintas a la utopía planteada por quienes diseñaron “en el tablero”). Su deterioro se evidencia tanto en sus edificaciones como en sus áreas verdes, frente a la imposibilidad de disponer por parte de sus habitantes de los recursos económicos y técnicos para manejar y mantener un proyecto de sus dimensiones, más aun cuando los temas administrativos repercuten en la mantención y control sobre los espacios comunitarios del conjunto.

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A diferencia de las urbanizaciones de los años 30, resultado de la migración de los estratos medios altos hacia las afueras de la ciudad, la realidad de la Unidad Vecinal Portales respondió a otro ciclo de producción de Santiago, el de la planificación nacional y su proyecto urbano, “un proyecto urbano que tiene su correlato con un proyecto de sociedad, cuya filiación se encuentra en el urbanismo europeo de la re-construcción postguerra y en su estrecha relación con el modelo del Estado de Bienestar, su “compromiso social” y su proceso de industrialización de tipo Fordista” (F. Márquez y R Forray, 2006). Esto explicaría el proceso de deterioro que se desarrolló en la unidad hasta hoy, que ha respondido desde sus inicios a la reinterpretación de un modelo foráneo, reforzado por los cambios sócales y políticos que han vivido sus habitantes alo largo de nuestra historia.

Imagen 5-2 . Plano del conjunto U.V.P., 1954 (fuente: www.docomomo.cl)

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Márquez y Forray plantean que esta nueva forma de intervenir en la ciudad constituye un vuelco en el modelo de ciudad, consolidado por los cambios políticos y sociales de la década de los años 60, por un a parte la presencia del Estado como ente planificador de la nueva ciudad y por la concreción de grandes proyectos públicos (arquitectónicos) en la misma. Como se ha mencionado en ítem 4.2 (Políticas Gubernamentales y Movimiento Moderno.) la UVP fue el resultado de la presencia de este Estado beneficiario, en el cual se crean las instituciones necesarias para asegurar el financiamiento de estos proyectos, a través de sus usuarios, estamos citando la creación de las EMPART (caja de empleados públicos) en el caso de la unidad vecinal.

Imagen 5-3. Plano de emplazamiento del proyecto de la U.V.P. (fuente: F. Chateau)

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La reflexión anterior nos hace determinar que estas condicionantes y características históricas y arquitectónicas entrega valores a la unidad vecinal que permiten postularlo como un referente de la época del Movimiento Moderno en nuestro país, nos referimos al carácter experimental del proyecto (con toda su carga estatal y de vanguardia) y a la reinterpretación del modelo de habitar la ciudad.

Imagen 5-4. Bloque tipo del conjunto U.V.P. y el carácter experimental del proyecto (fuente www.docomomo.cl)

Cuando citamos el carácter experimental del proyecto, nos referimos a los edificios de 7 pisos sin ascensor, vías vehiculares en el tercer nivel, pasarelas peatonales elevadas y sobre los techos de las casas etc., como resultado de la concentración de poder del Estado (estas viviendas que no van al mercado tradicional y sus propietarios no participaban de su diseño), hizo posible aplicar principios urbanísticos innovadores, producto de las influencia de las CIAM (imagen 5-4).

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Imagen 5-5. Nuevo orden en el concepto de ciudad (fuente: www.docomomo.cl)

Su diseĂąo rompe y reordena el concepto existente referido al diseĂąo de ciudad. El barrio, calle, y plaza, son reemplazados por la unidad vecinal, circulaciones y ĂĄreas verdes comunes (imagen 5-5).

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5.2

Localización y programa

Este conjunto habitacional que fue desarrollada por el Estado a través de las cajas de previsión (EMPART), entre las décadas de los años 50 y 60, se emplaza en el extremo norte de la comuna de Estación Central. Hoy, cuenta con una localización estratégica, asociada a la cercanía a las autopistas urbanas (Autopista Central) estaciones de metro, terminales de buses y la Estación de FFCC. Asimismo, está rodeada por un importante polo de equipamientos públicos y culturales, entre otros la Universidad de Santiago (USACH), el Parque de la Quinta Normal y la Biblioteca Metropolitana. Su programa original cuenta con 1.860 viviendas, de las cuales 1.500 corresponden a departamentos, distribuidos en 11 bloques, y 360 casas de 1 y 2 pisos. La ocupación de suelo es de un 20% (“Estudio de Caracterización Social y Física-Territorial de Tres Barrios Críticos de la Región Metropolitana”, 2008). La Unidad Vecinal Portales, se construyó en ese gran paño urbano, rompiendo con la trama ortogonal y de fachadas continuas que existían en el sector. Márquez y Forray, hacen referencia a uno de los autores del proyecto, don Fernando Castillo, quien señaló que la Villa Portales se diseñó a partir de tres postulados básicos. “El primero consiste en un cambio de escala en las estructuras del espacio cotidiano “cuyas medidas se determinaban por el bloque haciendo abstracción de los anhelos, vida y relaciones humanas de la gente que habitaría en él”, de hecho su usuario proyectado correspondía más a un perfil de habitante, que a habitantes con características particulares. Pero a su vez, se trataba de una diversificación de escalas espaciales que buscaban responder a diversas escalas urbanas: la macro-medida de la metrópolis, la medida mediana del conjunto habitacional y su contexto próximo y la pequeña medida de las relaciones de proximidad de la vida cotidiana”. “Un segundo principio es la ocupación del espacio verde como un capital social en oposición a la figura del loteo que privatiza el verde. Un espacio verde que constituye el 80% de la superficie del terreno, el cual se organizaría en distintas jerarquías de espacio público: primero el del paisaje del valle de Santiago y la cordillera que sería enmarcado por los bloques de mayor altura organizado en escuadra con orientación nor-oriente; un paisaje que sería apreciado desde la altura, por una red de circulaciones en segundo nivel que abrirían una nueva perspectiva de la ciudad; segundo, el paisaje en diálogo con el entorno de la Quinta Normal orientado por los bloques de cuatro pisos; y el tercero, el verde del encuentro en la vida cotidiana, enmarcado por viviendas unifamiliares de dos pisos”. “Un tercer principio es el acceso controlado del automóvil para hacer del suelo, el reino del peatón y del encuentro ciudadano. En cuanto a la vivienda, el proyecto se proponía ofrecer departamentos bien equipados y de gran tamaño, siguiendo el postulado de responder a la necesidad de emanciparan al hombre del trabajo en un espacio residencial de calidad “. (Extracto del Proyecto Fondecyt “Comunidad e identidad urbana: Historias de barrios del Gran Santiago 1950-2000”. F. Márquez y R. Forray. 2006)

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5.3

Antecedentes históricos de su construcción.

La Unidad Vecinal Portales, se construyó entre los años 1954 y 1966 (imagen 5-6). Se rescatan hechos relevantes de ese periodo que entregan como resultado el proyecto definitivo: • En 1954 la Universidad de Chile vende sus terrenos colindantes a la Quinta Normal de Agricultura a la Caja de Previsión de Empleados Particulares. • Se divide el terreno y encarga el proyecto a tres sociedades EMPART. Junto con esto se hace la primera modificación legal en los terrenos, cambiando el uso de suelo de “área verde” a “residencial”. • La oficina de Bresciani, Valdés, Castillo, Huidobro, propone realizar un proyecto unitario para todo el paño de terreno y acuerda con las otras dos EMPART asumir la responsabilidad exclusiva en la construcción. • La primera intención de los arquitectos fue preservar al máximo la arborización existente en el lugar y consolidar los espacios exteriores como un parque público. • Parte de los terrenos adquiridos por la Caja de Empleados Particulares son permutados a la Universidad Técnica del Estado, configurándose el paño en forma de L que actualmente tiene el proyecto. (Fuente: “El espesor del suelo urbano: Unidad Vecinal Portales”, F. Chateau, 2002)

Imagen 5-6. Plano original U.V.P. Oficina BVCH: Archivos F. Chateau.

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5.4

Obsolescencia y deterioro (7) de la U.V.P.

Actualmente, pese a sus atributos de localización, la U.V.P. se encuentra deteriorada desintegrada de la estructura urbana, y muchos de sus objetivos de diseño original se han desvirtuado con el uso. A pesar de la búsqueda de mejorar las condiciones urbanas que como idea de igualdad social buscaba el urbanismo de las CIAM (H. Eliash y M. Moreno, 1989).

(7) Obsolescencia y deterioro Deterioro Expresión física de los procesos de obsolescencia funcional, física y/o económica, que sufren los inmuebles construidos en un territorio determinado (área urbana). Obsolescencia Factor que define la dinámica interna de un área urbana (F. Soler, 2006). Se ordenan en tres tipos: Funcional, económica y/o física. La obsolescencia económica se produce cuando ya no es rentable mantener determinados usos en un edificio por cuanto el terreno que ocupa ha aumentado de valor generando presiones para demolerlo y destinar el terreno a usos más rentables. Como señala Fernando Soler, es la obsolescencia más importante desde el punto de vista de liberación de terreno y por lo tanto de la gestación de un mercado de terrenos al interior de la ciudad y de mercados inmobiliarios de alta densidad. Se produce cuando no resulta rentable debido a su ubicación, continuar utilizando el capital agregado a un terreno, con la densidad o intensidad urbana original. La obsolescencia económica no está determinada significativamente por la estructura física construida, sino que en la relación con la localización del inmueble. El proceso se relaciona con la intensidad de uso de un lugar específico y las externalidades que ofrece el sector, se produce cuando el mercado procura un uso más intensivo de esas externalidades y desplaza la inversión inicial (F. Soler, 2006) En resumen la obsolescencia económica está determinada por la localización de la estructura física, es generada por las externalidades y características del sector donde se emplaza y no tiene correlación con el uso o la intensidad de uso actuales. Por lo tanto, es un cambio de uso o intensidad del uso, debido al desarrollo a lo largo del tiempo de nuevas externalidades o incremento de las externalidades existentes. La estructura física como señala Soler, puede estar físicamente en mal estado o funcionalmente vigente, pero la actividad o la intensidad de la actividad que ahí se desarrolla está obsoleta. La obsolescencia funcional surge cuando las estructuras ya no cumplen las funciones para las cuales fueron diseñadas originalmente. Un patrón similar de obsolescencia afecta a los edificios históricos.

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Según Soler, la obsolescencia funcional se refiere al momento cuando los edificios o los espacios públicos se tornan inadecuados en su concepción arquitectónica para cumplir las funciones para las que fueron diseñados. Ésta se refiere la relación entre la estructura física de un edificio y la evolución de la función para la cual fue diseñada. Se expresa en la capacidad y eficiencia de la estructura original en acoger la función de origen en la forma de ejercerse actualmente. Lo edificado puede no tener obsolescencia física, la localización para el desempeño de la función también es correcta o vigente, el entorno del predio sigue teniendo los atributos necesarios para la función original. No obstante existe un cambio de hábitos de los usuarios, como también cambios en el modo de ejercer y realizar ciertas funciones (cambios en los habitantes originales de un área o edificio). El resultado de la obsolescencia funcional según Soler, genera la liberación de edificios y estructuras físicas, un reciclamiento que da como resultado transformaciones en la ciudad, y en los casos más extremos abandono y deterioro. No obstante la evolución de ésta estará directamente asociada a las otras obsolescencias. En el caso de estar en relación con las obsolescencias económica y física, el resultado es el abandono; de estar relacionada sólo a la económica, la demolición, la liberación de terrenos o la remodelación, siempre asociado a la localización, que determina cambio o mantención de la función original (F. Soler, 2006). La obsolescencia física, haciendo referencia al documento “Generación de Usos Homogéneos Obsolescencia y Transformación de Usos” de Fernando Soler, ésta se entenderá como el deterioro de la estructura, las instalaciones o las terminaciones de los edificios al punto en que éstos ya no están en capacidad de acoger las funciones para las cuales están destinados u otras nuevas funciones. Este deterioro suele llevar al abandono y eventual demolición de las edificaciones. Las fuerzas del mercado determinarán si la obsolescencia física llevará o no a la implantación de una nueva estructura física construida. En el caso que una estructura física llegue a un alto grado de deterioro denotará otro tipo de obsolescencias, asociadas a la falta de demanda por las externalidades del terreno y/o la ausencia de otras dinámicas de reconversión. Sin embargo, puede también generarse como resultado de la mala calidad inicial de los edificios o de un proceso de ocupación asociado al deterioro del mismo (F. Soler, 2006)

Al revisar el deterioro (imágenes 5-7, 5-8 y 5-9), según plantea Fernando Soler, como expresión física de los procesos de obsolescencia económica (la estructura puede estar físicamente en buen estado y funcionalmente vigente, pero la actividad está obsoleta), obsolescencia funcional( referida a la relación entre la estructura física del edificio y la evolución de la función para la cual fue diseñada) y obsolescencia física (la estructura, instalaciones y materiales de terminación se tornan incapaces de cumplir las

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funciones para la cual fueron diseñadas). En la U.V.P. las causas del deterioro urbano del proyecto se abordan desde cuatro perspectivas: •

El deterioro físico de la construcción por problemas técnicos.

Conflictos administrativos. La copropiedad de los espacios.

Complejidad del proyecto y el uso.

Dinámica sociocultural del conjunto.

Imagen 5-7. El deterioro del conjunto como expresión física de los procesos de obsolescencia (fotografía: J. J. Pool).

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Imagen 5-8. Deterioro de los espacios intermedios (fotografĂ­a: J. J. Pool)

Imagen 5-9. Deterioro de los espacios comunes (fotografĂ­a: J. J. Pool)

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Las razones y motivos del deterioro de la UVP parecen partir entonces desde su concepción como proyecto, pero también como resultado de la ocupación del proyecto versus lo diseñado. En la investigación de Forray y Márquez se refuerzan estas ideas, muchas de ellas recogidas de los propios habitantes de la villa de quienes señalan desde “la inadaptación social al proyecto, la herencia y referencia campesina de su población, la inmovilidad social profundizada por la dictadura en su tránsito por la Villa; el envejecimiento y deterioro de las situación económica de su población; hasta la distancia y contraste crecientes entre los progresos del entorno y el deterioro de las condiciones de vida en su interior”. No se puede desconocer que las dimensiones del proyecto también concertaron en su contra, un 20% de ocupación del suelo, en las 31 hectáreas de terreno, con extensas áreas comunes (y de administración hasta hoy poco clara), resultaron en un difícil control del proyecto y sus áreas comunitarias y por consecuencia de la mantención física del mismo. Existieron puntos centrales al momento de diseñar y concretar el proyecto de la UVP, que no se contemplaron y que aportaron en la dinámica social y deterioro físico que se generó a través de los años en ella: el modelo de gestión, la manutención de las edificaciones, la propiedad de los suelos del conjunto y el manejo del espacio público. Como lo señalas Márquez y Forray “por una parte, el cambio de modelo de gestión urbana: el supuesto de origen que asignaba la administración de este tipo de conjuntos habitacionales de gran tamaño a las instituciones públicas, en el contexto del estado benefactor, pasará en dos décadas a ser cuestionado y abandonado delegándose esta a sus propietarios, sin mediar estrategias claras que lo posibilitaran. Incluso en el caso de la Villa Portales, se cierne sobre este problema la incertidumbre sobre el estatus legal del suelo. Originalmente de propiedad de la Caja de Empleados Particulares, durante la dictadura militar se plantea la pregunta de si mantenerlo así o donarlo al Estado. Finalmente cedido por el Estado a sus habitantes, deja de ser bien de uso público, asume su estatuto independiente y el sector público deja de hacerse cargo de su gestión… no está claro si se trata o no de una co-propiedad, tampoco si bajo este estatus se encuentra la totalidad o una parte de sus suelos. A pesar de los esfuerzos de organización por parte de los vecinos en torno a la Unidad de Administración de la UVP para asegurar su gestión, sus resultados son insuficientes” (Proyecto Fondecyt “Comunidad e identidad urbana: Historias de barrios del Gran Santiago 1950-2000”, 2006).

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5.4.1 El deterioro físico de la construcción por problemas técnicos. Referidas a problemas de los materiales de construcción y la manera en que fueron utilizados en la propuesta (imagen 5-10). Un caso es el de los materiales que componen la relación exterior interior, su costo de mantenimiento no pudo ser asumido por los propietarios. Otro ejemplo es el caso de la mala impermeabilización de pasarela central que recorre el proyecto y bajo la cual se ubican viviendas, fueron cubiertas con techos interrumpiendo la circulación, desvirtuando la propuesta original.

Imagen 5-10. El deterioro de los materiales de construcción y la manera en que fueron utilizados en la propuesta. (Fotografía J. J. Pool).

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5.4.2 Conflictos administrativos. La copropiedad de los espacios. La U.V.P. está acogida a la Ley de Venta por Pisos (Título de dominio a nombre de la Caja de Previsión de EMPART). Revisando un informe de la consultora Balic & Bacovic, de fines de la década de los años 90, ya se reconocen los principales problemas administrativos del conjunto: No existe identificación entre los terrenos “Bien Nacional de uso público” y terrenos “Bien común de los propietarios”. Asimismo, no existe una naturaleza jurídica claramente determinada para las áreas verdes de la U.V.P., no estableciendo claramente la responsabilidad de mantención de éstas, las que en 1970 fueron declaras de “uso publico”, intentando revertir esta situación. El conflicto de uso de las áreas comunes se refleja la apropiación de áreas de jardines por parte de los propietarios de los primeros pisos y los enrejados y cierres de las circulaciones (imágenes 5-11 y 5-12). Además, es necesaria una solución legal y /o arquitectónica de los pasillos sobre techumbre de viviendas. La administración vecinal es centralizada, lo que hace que cualquier modificación del Reglamento de Copropiedad es en la práctica difícil dada la cantidad de propietarios.

Imagen 5-11. El deterioro de los espacios comunes y cierre de las circulaciones (fotografía J. J. Pool)

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Imagen 5-12. ApropiaciĂłn de ĂĄreas de jardines por parte de los propietarios de los primeros pisos (fotografĂ­a J. J. Pool).

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5.4.3 Complejidad del proyecto y el uso. El carácter casi experimental presente en las propuestas de vivienda social del Estado, generadas durante el Movimiento Moderno, que recoge la U.V.P., se relaciona con la interpretación de escenarios tomados de la ciudad tradicional, los que fueron replanteados en el proyecto, pero la recreación de éstos en una condición espacial distinta obviamente afectó sus cualidades originales, no generando los usos esperados, deteriorando funcionalmente el proyecto (imagen 5-13).

Imagen 5-13. La ocupación de los espacios no ha generando los usos esperados, deteriorando funcionalmente el proyecto (fotografías J. J. Pool).

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5.4.4 Dinámica sociocultural del conjunto Se puede constatar en las áreas comunes de la U.V.P. una cierta condición de deterioro (imágenes 5-14 y 5-15), producto de su abandono, consecuencia del tráfico de drogas y la presencia de pandillas juveniles que aparentemente generan inseguridad en los espacio de uso público. A través del tiempo la composición de los habitantes de la unidad vecinal fue cambiando, en sus orígenes sus ocupantes eran principalmente familias de clase media. Actualmente, producto de la evolución socioeconómica y cultural de los habitantes del proyecto, sus actuales moradores son mayoritariamente jóvenes y personas de clase C2C3 (ítem 6.2.2.1 Antecedentes socioeconómicos y demográficos). Es relevante tener en cuenta el estrato social de los habitantes en el marco de un plan de recuperación a implementar, puesto que esto va en directa relación a los recursos que pueden invertir los habitantes en la mantención del conjunto. Se deberá revisar la posibilidad de conseguir subsidios o convenios (públicos privados), que aporten recursos especialmente en la mantención de fachadas y áreas comunes.

Imagen 5-14. El deterioro del conjunto (fotografía J. J. Pool).

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Imagen 5-15. El deterioro del conjunto (fotografía J. J. Pool).

A este proceso de deterioro se suma un factor circunstancial, situado entre los años 1970 y 1980. Durante el gobierno militar, la U.V.P. es elegida por grupos de izquierda para refugiares por la multiplicidad de los recorridos y el tamaño del conjunto, esto trajo consigo una serie de enfrentamientos y persecuciones que acentuaron la sensación de inseguridad al interior del conjunto (F. Chateau, 2004). No obstante esta sensación de inseguridad aparece más como un estigma externo, puesto que al ser consultados los vecinos de la U.V.P., tal como lo plantea el “Estudio de caracterización social y físico territorial de tres barrios críticos de la Región Metropolitana”, desarrollado por el Observatorio Social de la Universidad Alberto Hurtado (2007), la evaluación que realizan los vecinos con relación a la autoimagen del barrio, identifican la tranquilidad como el elemento más característico de Villa Portales y a éste le sigue seguridad. En resumen los vecinos tienen una imagen positiva del barrio como “seguro” y “tranquilo”, los problemas asociados a la seguridad no constituyen por lo tanto un tema prioritario, pero es necesario no ignorarlo del todo, por la presencia de esta señal en la imagen externa del conjunto.

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6.

PROPUESTA DE UN PLAN DE INTERVENCIÓN

La propuesta de intervención para la recuperación de esta área que representa la U.V.P., a la cual se le reconoce su potencial como patrimonio urbano, se estructura en cuatro partes. Estas etapas a través de una estructura metodológica concluyen en una propuesta, es decir el Plan Integral (8) de Recuperación (PIR). Las etapas son las siguientes: • • • •

Identificación del Problema Diagnóstico Escenario Propuesta del Plan Integral de Recuperación (8) Plan integral

Instrumento orientador de las intervenciones para el rescate de un área urbana en deterioro. Este instrumento buscará comprender los cambios sociales, económicos y físicos del área a recuperar, además de establecer racionalmente las intervenciones públicas y privadas que harán factible su integración a la ciudad contemporánea. Como lo plantea Eduardo Rojas en “Volver al Centro”, el papel preponderante del proyecto urbano, que en el caso de esta tesis se plantea como Plan Integral, es el comportarse como un instrumento orientador de las intervenciones, puesto que los instrumentos tradicionales de planeamiento urbano no se ajustan bien a las necesidades de recuperación de áreas urbanas deterioradas. El carácter integral se concreta al visualizar las múltiples dimensiones del cambio social, económico y físico requerido para recuperar un área deteriorada y organizar coherentemente el proceso de ejecución de las múltiples intervenciones públicas y privadas que la harían factible. Finalmente hay que resolver los múltiples conflictos entre interesados que usualmente se presentan en las áreas urbanas deterioradas donde se enfrentan los intereses de los beneficiarios del deterioro con los intereses del gobierno de la ciudad de usar mejor estas áreas protegiendo, rehabilitando y desarrollando el patrimonio de bienes públicos que contienen (E. Rojas, 2004).

6.1.1

Identificación del Problema

El deterioro registrado en esta área (tanto del proyecto y como su contexto inmediato), se concibe como la expresión física de los procesos de obsolescencia (F. Soler, 2006) que sufren los proyectos arquitectónicos y urbanos a través del tiempo, como resultado de cambios culturales, funcionales y variantes en las cualidades de localización del proyecto original. No obstante, las variantes de localización presentes y la potencialidad patrimonial del conjunto, así como la escala urbana del proyecto (31 hectáreas), hacen de esta zona un área patrimonial en obsolescencia factible de rescatar.

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El problema central es el deterioro de un área urbana en el que se encuentra inserto un conjunto habitacional herencia del Movimiento Moderno, la U.V.P. Este conjunto habitacional se entenderá con los suficientes atributos para ser considerado patrimonio urbano moderno. Para ahondar en la identificación del problema, este se analiza desde cuatro variables que identifican problemas puntuales del conjunto: •

Problemas técnicos (constructivos)

Conflictos administrativos.

Contexto sociocultural.

Complejidad del proyecto y falta de integración urbana.

De la misma manera se identifican oportunidades que ofrecen tanto el conjunto como el área donde se localiza, haciendo factible su rescate y reinserción en la ciudad contemporánea. Éstas son: •

Equipamiento publico del sector.

Conectividad y equipamiento comunal y metropolitano.

Potencialidad patrimonial del conjunto (valor patrimonial).

Intervenciones publicas en el sector (Proyecto Quiero Mi Barrio).

Proyecto de ordenamiento de la USACH.

70


6.1.1 Equipamiento cultural y público del sector. La Unidad Vecinal Portales se emplaza en el extremo norte de la comuna de Estación Central, próxima a una significativa zona de equipamientos públicos y culturales, conformado entre otros por la Universidad de Santiago (USACH), la Quinta Normal, la Biblioteca Metropolitana y el centro cultural Matucana 100.

6.1.2

Conectividad y equipamiento comunal y metropolitano.

Desde el punto de vista de la conectividad, su localización es estratégica, adyacente a autopistas urbanas (Autopista Central), estaciones de metro, terminales de buses y la Estación Central de ferrocarriles.

6.1.3 Potencialidad patrimonial del conjunto (valor patrimonial). Su valor como potencial patrimonio urbano del Movimiento Moderno, permite contextualizar su posible recuperación, haciendo partícipes a la comunidad representada por sus organizaciones civiles, el Estado y los inversionistas del sector privado. Entendiendo los distintos niveles de valor patrimonial (Ítem 2.2.2), según el actor involucrado, lo que centrará la justificación de su recuperación en los beneficios económicos o sociales que se obtengan de esta intervención.

6.1.4 Intervenciones públicas en el sector. Programa Barrios La participación del Estado en la recuperación de grandes áreas de la ciudad y en especial de zonas de conflicto urbano aporta el respaldo público que complementa la postura de rescate frente a un gran proyecto de valor patrimonial. Este soporte es programa de intervención urbana, que parte en la presentación de las 36 medidas de los 100 primeros días del Gobierno de la Presidenta Bachelet, identificando 200 barrios deteriorados a mejorar en todo Chile. Actualmente el programa se denomina “Quiero mi Barrio” y la U.V.P. es uno de los cinco barrios en que trabaja directamente el MINVU. El proyecto se inicia con la constitución de una mesa intersectorial permanente seleccionando los 200 barrios de alta concentración de deterioro urbano y vulnerabilidad social, en los que se realizará el programa de intervención. Se contempla a partir del año 2006 intervenir 75 de ellos. En cada barrio se elaborara un compromiso o contrato entre la comunidad organizada y las autoridades comunales y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, a partir del cual se implementará un plan de mejoramiento urbano e intervención social (Presidencia de la República, 2006). Las siguientes son las Fases del Proyecto (Entrevista a Genaro Cuadros, MINVU, 2006):

71


Fase 1. Identificación del barrio a partir de un modelo instrumental denominado Catastro de Barrio. Fase 2. Elaboración de Contrato, para programar inversión pública. El contrato busca dar confianza, es un compromiso entre el sector público (participación de del Estado) y la comunidad (responsabilidades de los habitantes). Este contrato es suscrito por: • • • • •

Agrupación General de Vecinos (A.G.V.) Organizaciones formales Organizaciones informales Municipio MINVU

Fase3. Ejecución. Se espera que las obras de los 200 barrios se encuentren en ejecución en octubre del 2009, con una inversión inicial de 165 UF por vivienda. Consta de las siguientes etapas: • • • •

Proyecto obras mixtas (obras confianza). Participación ciudadana. Proyecto obras sociales. Proyectos obras urbanas.

Fase 4. Ejecución del Contrato de obra. Fase 5. Evaluación y Evolución.

6.1.4 Avances del Programa de Mejoramiento de Barrio en la U.V.P. Programa “Quiero Mi Barrio”. Actualmente se encuentra en desarrollo en la Unidad Vecinal Portales el Programa de Recuperación de Barrios, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el cual tiene por objeto la regeneración del barrio para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y contribuir a su integración social y urbana, como se mencionó anteriormente, a través de ejecuciones integrales, intersectoriales y participativas. A principio del año 2008 se firmó el Contrato de Barrio, inserto en el Programa, firma de la cual participaron el Consejo Vecinal de Desarrollo de la Unidad Vecinal Portales, la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo y la Municipalidad de Estación Central. Es decir representantes públicos y habitantes del conjunto.

72


El programa ya realizó un Estudio Técnico de Base y Diagnóstico Compartido, el que implicó diversas actividades de autodiagnóstico comunitario, destinadas a efectuar un levantamiento de sus necesidades, del que resultó una Propuesta Técnica con las iniciativas urbanas y sociales prioritarias para su regeneración. Esta propuesta técnica permitirá a partir de la firma del Contrato de Barrio, la implementación de las siguientes iniciativas, aprobadas por la comunidad: (En base al documento de Contrato de Barrio. Equipo Programa “Quiero Mi Barrio U.V.P., 2008)

Obra de Confianza

El monto mínimo a invertir es de $60.000.000.- (Sesenta millones de pesos), incluido el estudio correspondiente. Obra de Confianza PROYECTOS ESTUDIO PARA PLAN DE TRATAMIENTO Y GESTIÓN BASURAS*. (Etapa 1)

IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN DE TRATAMIENTO Y GESTIÓN BASURAS**. (Etapa 2)

Monto

INCLUYE

TIPO DE PROYECTO

$10.000.000

Estudio medioambiental de Villa Portales y sus posibles soluciones.

Estudio medioambiental y proyecto de Especialidades

$50.000.000

Basureros ecológicos, Iluminación, Proyecto sanitario y educacional.

Estudio medioambiental y proyecto de Especialidades

Tabla 6-1. Obra de Confianza. Fuente: Contrato de Barrio U.V.P. Programa Quiero Mi Barrio, febrero 2008.

* La Primera Etapa de la Obra de Confianza contempla, a parte del estudio respectivo, actividades grupales en las cuales se instruirá a los vecinos en nuevas técnicas de conciencia ecológica. ** La Segunda Etapa de la Obra de Confianza contempla la implementación de los basureros ecológicos (contenedores) que por carencia de presupuesto no efectúe el Municipio, a modo de solucionar el problema de gestión de basura en toda la Unidad Vecinal Portales

73


Obras Físicas

El monto mínimo a invertir es de $5.000.000.000.- (cinco mil millones de pesos) y corresponden al espíritu del programa de mejorar la calidad de vida de los habitantes de Villa Portales. GRUPO 1 – Zona Residencial PROYECTOS

INCLUYE

TIPO DE PROYECTO

REMODELACIÓN PLAZUELAS, PLAZAS + CIRCULACIONES INTERIORES POR SECTORES

Áreas verdes, Iluminación, Juegos infantiles, Proyecto de riego (pozos), Mobiliario, Bebederos, Pérgola (Odeón), Pasajes interiores, Áreas de estacionamientos residencial. (Considerar accesos minusválidos).

Arquitectura, Paisajismo y especialidades.

1

Estudio medioambiental 2 y proyecto de Especialidades Tabla 6-2. Zona Residencial. Fuente: Contrato de Barrio U.V.P. Programa Quiero Mi Barrio, febrero 2008. BASUREROS ECOLÓGICOS

Basureros ecológicos, Iluminación, Proyecto sanitario.

Imagen 6-1. Sectorización de las Zona Residencial. Fuente: Presentación Plan Maestro U.V.P. al SERVIU. Programa Quiero Mi Barrio, febrero 2008.

74


GRUPO 2 – Centro Cívico

PASEO LAS ENCINAS

ÁREA DEPORTIVA, RECREATIVA Y CULTURAL

“PLAZA CENTRAL” + CENTRO COMUNITARIO

ZONA DE EQUIPAMIENTO COMERCIAL

TIPO DE PROYECTO

INCLUYE

3

4

5

Áreas verdes, Iluminación, Juegos infantiles, Proyecto de riego (pozos), Mobiliario, Bebederos, Paseos, Módulos comerciales, Ciclovías.

PROYECTOS

Espacios deportivos, Áreas de Estacionamientos Residencial, Explanada multi-propósito. (Considerar accesos minusválidos)

Arquitectura, Paisajismo y especialidades.

Pérgola (Odeón), Centro multipropósito, Explanada de actividades, Áreas de Estacionamientos Residencial. (Considerar accesos minusválidos)

Arquitectura, Paisajismo y especialidades.

Explanada de Feria, Estacionamientos, Centro de comercio establecido. (Considerar accesos minusválidos.

Arquitectura, Paisajismo y especialidades. Arquitectura, Paisajismo y especialidades.

Áreas de Estacionamientos Residencial, Arquitectura, Paseos o Senderos y área deportiva y juegos 6 Paisajismo y infantiles y ciclovía. (Considerar accesos especialidades. minusválidos) Tabla 6-3. Centro Cívico .Fuente: Contrato de Barrio U.V.P. Programa Quiero Mi Barrio, febrero 2008. PASEO ORIENTE Y PONIENTE

Imagen 6-2. Zona Centro Cívico. Fuente: Presentación Plan Maestro U.V.P. al SERVIU. Programa Quiero Mi Barrio, febrero 2008.

75


GRUPO 3 - Estructura vial y Accesos PROYECTOS

TIPO DE PROYECTO

INCLUYE

REPARACIÓN Y HERMOSEAMIENTO DE LOS CONTORNOS DE CALETERA DE VILLA Accesos, Reparación, recuperación de áreas PORTALES. verdes y veredas hacia el interior de la Villa (Caletera ex Gral. Arquitectura, Portales, Sistemas de reducción de velocidad, Velásquez 7 Paisajismo y Señalética, Iluminación, Mobiliario, Áreas de (responsabilidad especialidades. Estacionamientos residencial y ciclovía. concesionaria) (Considerar accesos minusválidos) Av. Portales Calle El Belloto Calle Las Sophoras Calle Las Acacias El Arrayán ) Tabla 6-4. Estructura vial y Accesos. Fuente: Contrato de Barrio U.V.P. Programa Quiero Mi Barrio, febrero 2008.

Estudios y Ejecución de infraestructura de vivienda

Con la firma del contrato se comprometió la suma de $150.000.000.- (Ciento cincuenta millones de pesos), para Asistencia Técnica, considerando el desarrollo de los Estudios y Diseños respectivos. GRUPO 4 - Infraestructura de Vivienda PROYECTOS ESTUDIO Y EJECUCIÓN DE REPARACIÓN DUCTOS DE VENTILACIÓN DE BLOCK Y CASAS

8

INCLUYE

TIPO DE PROYECTO

Reparación según Evaluación.

Arquitectura y especialidades.

Tabla 6-5. Infraestructura de Vivienda. Fuente: Contrato de Barrio U.V.P. Programa Quiero Mi Barrio, febrero 2008.

GRUPO 5 –Estudios ESTUDIO LEGAL PARA LA INSCRIPCIÓN DE LA VILLA PORTALES COMO PATRIMONIO O MONUMENTO DE ARQUITECTURA MODERNA, SEGÚN PROCEDA.

9

ESTUDIO DE REEMPLAZO DE RED DE GAS DE BLOCK Y CASAS.

10

Estudio de solución

Estudio de solución

Estudio de abogados, Especialistas

Especialistas.

76


ESTUDIO DE ACCESOS A BLOCK (Ascensores o rampas)

11

Estudio de solución

Arquitectura y especialidades.

ESTUDIO DE SITUACIÓN DE BLOCK Y CASAS: Escaleras Pasillos Techumbres Arquitectura General

12

Estudio de solución

Arquitectura y especialidades.

ESTUDIO DE SEGURIDAD (Presupuesto circuito de televisión 13 Estudio de solución Especialidades. CCTV, sistema de alarma conectado con seguridad ciudadana y cierre perimetral). Tabla 6-6. Estudios. Fuente: Contrato de Barrio U.V.P. Programa Quiero Mi Barrio, febrero 2008.

Plan de Gestión Social

El financiamiento de este proceso está a cargo del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, no obstante, podrán concurrir con aportes adicionales el Gobierno Regional, los Municipios u otros servicios públicos, personas naturales y entidades privadas, tales como organizaciones comunitarias, sociedades, corporaciones o fundaciones en ayuda directa a la comunidad de Villa Portales. Este Plan de Iniciativas Sociales constará del trabajo en los siguientes ámbitos con los respectivos planes de acción. A un costo estimado de $ 320.000.000. (Trescientos veinte millones de pesos). ÁMBITO

1

IDENTIDAD Y PATRIMONIO LOCAL

2

CAPITAL SOCIAL

3

VIDA SALUDABLE

4

5

HABILIDADES PARA EL DESARROLLO SEGURIDAD PÚBLICA

FUENTE DE FINANCIAMIENTO

INICIO DE EJECUCIÓN

SEREMI de Vivienda y Urbanismo

2008

Integración y fortalecimiento del CVD Fortalecimiento organizacional y activación comunitaria

SEREMI de Vivienda y Urbanismo

2008

Gestión medioambiental

SEREMI de Vivienda y Urbanismo

2008

SEREMI de Vivienda y Urbanismo

2008

SEREMI de Vivienda y Urbanismo

2008

PLANES Recuperación patrimonial Fortalecimiento identitario

Deporte y auto cuidado Artístico – cultural Integración laboral Integración digital Barrio seguro

Tabla 6-7. Iniciativas Sociales. Fuente: Contrato de Barrio U.V.P. Programa Quiero Mi Barrio, febrero 2008.

77


6.1.5

Proyecto Plan Maestro USACH

Este plan maestro (imagen 6-3) tiene por objetivo establecer un conjunto de criterios y normas respecto de las edificaciones, los espacios públicos y las áreas patrimoniales, de la Universidad de Santiago de Chile (Ordenanza Interna del Plan Maestro USACH, 2001).

Imagen 6-3. Plan Maestro USACH y vecindad U.V.P.

Dentro de los principales lineamientos de la Propuesta se encuentra la modificación de la estructura vial, tanto de estructura como de sus capacidades. Una de estas modificaciones plantea nuevas vialidades, indicando la futura apertura vial del sector norte del campus, por una vía interior, hacia Avenida Portales. Así también se plantean otras propuestas, a partir de una visión común entre Municipio y Universidad, a sectores específicos de la U.V.P. En los siguientes planos (imágenes 6-4 y 6-5) se muestra la estructura vial actual, y la propuesta por el plan maestro.

78


Plan Maestro. Estructura Vial Actual

Imagen 6-4. Estructura vial actual. Fuente: Plan Maestro USACH, 2001.

Plan Maestro. Estructura Vial Propuesta

Imagen 6-5. Propuesta estructura vial. Fuente: Plan Maestro USACH, 2001.

79


6.2

Diagnóstico

El diagnóstico del área comprendida por la Unidad Vecinal Portales, se enfoca a partir de cuatro aristas, éstas son la constructiva, la social, la física (entendida desde el punto de vista territorial y de localización) y la normativa vigente en el sector. Este diagnóstico se centrará entonces, en el análisis de las variantes antes mencionadas, permitiendo comprender el deterioro constructivo, la dinámica social de la unidad, los problemas de integración urbana del conjunto y finalmente los conflictos administrativos y de tenencia del suelo, que en una primera aproximación diagnóstica del área parecen como relevantes.

6.2.1

Diagnóstico Constructivo

Se da cuenta del Deterioro Constructivo a partir de un diagnóstico cualitativo del conjunto basado en el análisis del estado de la estructura de las edificaciones, materialidad de sus espacios intermedios y calidad de espacios comunes. Este diagnóstico también incluye una revisión del estado actual del proyecto en relación a los usos proyectados originalmente. Para las categorías de Bueno, Regular y Malo, según lo señalado anteriormente se aplica un criterio cualitativo, puesto que no se considera necesario al momento de plantear la entrada al plan de intervención elaborar un catastro técnico, el que sí debe formar parte del proyecto de rescate propiamente tal (por su complejidad técnica). No obstante ante la necesidad de establecer el grado de deterioro aparente del conjunto se establece para cada parámetro analizado (estructura, fachadas y áreas comunes), los siguientes criterios: •

Estructura

Buena : Sin alteración ni daños aparente, sin elementos externos. Mantención aceptable. Regular : Alteraciones menores, daños superficiales (estucos, pisos, etc.) , que no comprometen estructura de la edificación. Poca mantención. Mala : Alteraciones en el diseño. Cierre por daños (pasarelas). Falta de mantención evidente •

Fachadas (materialidad espacios intermedios)

Buena Regular Mala •

: Sin alteración aparentes. Reparables : Necesaria mantención o reemplazo de elementos de cierre o sombreado. : Inexistencia de elementos o falta de mantención, alteración del diseño.

Áreas Comunes (uso, mantención y áreas verdes)

Buena Regular Mala

: Sin alteración. Buena mantención. Con áreas verdes. : Alteraciones menores y/o cerramientos. Mediana mantención. : Sin áreas verdes., basurales. Alteraciones y cambios de uso.

80


De acuerdo a lo anterior el Deterioro Constructivo se registra grรกficamente en los siguientes esquemas cualitativos: 6.2.1.2 Plano estado estructura: Buena, Regular, Mala.

Imagen 6-6. Plano estado estructura. Fuente: Elaboraciรณn propia.

81


6.2.1.2 Plano estado materialidad espacios intermedios (Fachadas): Buena, Regular, Mala.

Imagen 6-7. Plano estado materialidad fachadas. Fuente: Elaboraciรณn propia.

82


6.2.1.3 Plano calidad espacios comunes: Buena, Regular, Mala.

Imagen 6-8. Plano calidad espacios comunes. Fuente: Elaboraciรณn propia.

83


6.2.2 Diagnóstico Social Este diagnóstico da cuenta de una dinámica social potente, a través de la caracterización y el análisis de la evolución socioeconómica y demográfica de los habitantes del sector, a partir de la revisión del distrito censal en el cual se encuentran insertos. Permitiendo recoger algunas tendencias con relación al crecimiento y desarrollo del sector en relación con la comuna. Así también, parte de estos datos se han recopilado del “Estudio de caracterización social y físico territorial de tres barrios críticos de la Región Metropolitana”, desarrollado por el Observatorio Social de la Universidad Alberto Hurtado (2007), en el marco del programa Quiero Mi Barrio, en donde se describen algunas de las dinámicas sociales y territoriales caracterizando las condiciones socioeconómicas, sociodemográficas y físico-territoriales que inciden en el barrio y en la calidad de vida de sus habitantes. La U.V.P. pertenece a uno de estos “barrios críticos”, bajo la definición de aquellos barrios consolidados que presentan deficiencias en infraestructura y equipamiento, que se encuentran en una situación de segregación y vulnerabilidad. El análisis se complementa con un acercamiento a la evolución social de los residentes del sector, basada en la caracterización temporal de los habitantes del conjunto (L. Cárdenas, 1996).

6.2.2.1 Antecedentes Socioeconómicos y demográficos Se aprecia en un primer acercamiento a la caracterización demográfica del distrito censal de la U.V.P., señalado como Universidad Técnica (ver Tabla 6-8), una pérdida de población y envejecimiento. Este Distrito presenta durante el último período ínter censal (1992 – 2002) un decaimiento demográfico más pronunciado que el promedio comunal, con una variación negativa de -13.22%, reduciéndose también de forma importante el número de personas por hogar. Por otra parte, concentra al año 2002, 6.682 habitantes, que corresponden al 5% de la población comunal. El distrito Universidad Técnica, puede ser definido como un sector de clase media, en donde los estratos C3 (30%) y C2 (30%) y D (28%) constituyen la mayoría de los habitantes, con presencia minoritaria de clase alta (6% ABC1) y bajos niveles de pobreza (E). En cuanto a los grupos etáreos, se observa una alta presencia de población mayor de 64 años (13,7%), que supera el promedio comunal y metropolitano.

84


Tabla 6-8. Periodo intercensal. Fuente: SEREX, PUC 2005, en base a Censos 1992 y 2002.

Este análisis es confirmado en el “Estudio de caracterización social y físico territorial de tres barrios críticos de la Región Metropolitana” (Tabla 6-9), que señala que la U.V.P. cuenta con una población más bien adulta y algo envejecida, donde un 30% de la población tiene entre 36 y 59 años y presenta además una importante proporción de personas mayores de 60 años, alcanzando un 18%, lo cual supera el nivel de adultos mayores a nivel nacional (11,5%). En este estudio se encuestaron 1754 hogares y 5531 personas.

Tabla 6-9. Edad de la Población. Fuente: Observatorio Social, UAH, 2007.

85


6.2.2.2 La Composición Social de los residentes Complementando la revisión de la tesis “La U.V.P.: El disfuncionamiento de los espacios exteriores ¿Un problema de diseño urbano?” (Universidad de Chile, 1990), cuyo autor es la arquitecta Luz Cárdenas, se concluye una transformación temporal en la composición social de los residentes de la U.V.P. Si bien hay una transformación temporal en la composición social de los residentes, es significativo rescatar la antigüedad en el barrio de los habitantes de la unidad vecinal, como se aprecia en la tabla siguiente la mayoría de las personas han habitado en ella hace más de 10 años, de los cuales la mayoría son propietarios de las viviendas, como se afirmaba anteriormente (Tabla 6-10).

Tabla 6-10. Antigüedad en el Barrio. Fuente: Observatorio Social, UAH, 2007.

Como lo mencionábamos en cuanto a la propiedad de las viviendas un 60% son propietarios de su vivienda, y un 34% son arrendatarios. El estudio de la UAH indica también que los propietarios señalan en su mayoría, haber pagado la totalidad de su vivienda (82%), mientras que un 12% aún se encuentra pagando y un 6% no está cancelando la vivienda (Tabla 6-11).

Tabla 6-11. Propiedad de la vivienda. Fuente: Observatorio Social, UAH, 2007.

Estos dos puntos son importantes de mencionar antes de abordar el análisis de la composición social de la U.V.P, puesto que son el resultado de las transformaciones históricas que ha sufrido el conjunto a través de los años y que serán significativos para entender la identificación con el sector por parte de sus habitantes.

86


a. Evolución socioeconómica En la década de los años 60, al inicio del proyecto, recordando que este proyecto pertenece a una caja de empleados particulares (EMPART), el residente o cliente original pertenecía a un estrato social medio, con una fuerte presencia de niños y adultos. Sin embargo, en las décadas posteriores se produce una fuerte dinámica social, económica y cultural en el conjunto habitacional, llegando el 10% de sus habitantes en los años ‘90s a la condición de pobreza. No obstante en la década siguiente se puede apreciar un mejoramiento en la realidad económica y social del conjunto, como lo señala el estudio de la UAH, por una parte el nivel educacional de los y las jefes de hogar en Villa Portales llega a Educación Media completa, con un 31,5%. (23% de los casos Científica Humanista y en un 8,5% técnica profesional), además hay un porcentaje importante que tiene Educación Universitaria completa (17,7% de los casos) o Centro de Formación Técnica/Instituto Profesional completa (10% de los casos). Si revisamos el nivel educacional de todos los habitantes de Villa Portales (Tabla 6-12), el mayor porcentaje se concentra en la Educación Media completa (26.6% de los casos alcanzan educación media científica humanista o técnico profesional). Además, un 37% de las personas tiene estudios superiores completos o incompletos (técnica o universitaria).

Tabla 6-12. Nivel Educacional. Fuente: Observatorio SOCIAL, UAH, 2007.

Este mismo estudio señala que el promedio de ingreso por hogar es superior a otros barrios críticos analizados, alcanzando a $ 613.306 por hogar, valor por sobre el promedio comunal que alcanza a $628.043 (según la CASEN 2003).

b. Composición etárea del sector Junto con el cambio de estrato social, en este periodo se produce una disminución de la población infantil y adulta, incrementándose el grupo etáreo de los jóvenes y adultos mayores. Desde una visión parcial, se percibe este aumento de la población adulto joven (entre 20 y 39 años) y anciana (entre 60 y 70años), sin embargo tal como lo plantea Luz Cárdenas, analizado desde un punto de vista global la población predominante es joven,

87


esto lo explicaría un factor de localización, es decir la presencia de la USACH, que como una variable determina la composición etárea del sector. Esta tendencia en la década posterior se ha mantenido, puesto que según el estudio del Observatorio Social de la UAH (año 2007), la población de 18 años o menos conforma un 21,4% de los casos, mientras que entre 19 y 25 años concentran un 14,5% y el tramo siguiente, entre 26 y 35, otro 15,7%. El porcentaje de adultos entre 36 y 59 es de un 18,7% y de 60 años y más, 17,8%.

c. Problemas y requerimientos sociales al interior de la U.V.P. Finalmente Cárdenas concluye en su tesis cuales son los principales problemas sociales al interior de la U.V.P. Éstos apuntan principalmente a la existencia de grupos antisociales destructivos, que atentan principalmente en contra del espacio público y a la vez señala la falta de recintos para las organizaciones comunitarias, tanto formales como informales que se han ido conformando de manera potente entre los habitantes de la Unidad. No obstante al revisar los resultados del “Estudio de caracterización social y físico territorial de tres barrios críticos de la Región Metropolitana”, donde se consulta a los residentes de la U.V.P. qué planes sociales consideraban de mayor relevancia para el mejoramiento del barrio, tanto los temas de seguridad y de la recuperación del patrimonio existente en la unidad vecinal, resaltan con un mayor número de menciones dentro de los residentes, como lo muestra el siguiente gráfico (imagen 6-9). Luego se mencionan, pero con una menor prioridad la ejecución de actividades deportivo-recreativas, así como el cuidado del medioambiente y la realización de actividades artísticas o culturales.

Imagen 6-9. Gráfico Planes de Acción Social Mencionados. Fuente: Observatorio SOCIAL, UAH, 2007.

88


6.2.3 Diagnóstico Físico Territorial Este diagnóstico nos muestra la falta de integración de la U.V.P. con su entorno. Por una parte existe un importante equipamiento público y cultural en el sector, que debería generar oportunidades de integración de la U.V.P. con su entorno inmediato. Al reconocer e integrar este equipamiento se estaría valorando la localización residencial del conjunto y potenciando su valor patrimonial, al complementar diversas actividades culturales y públicas (imagen 6-10).

Imagen 6-10. Equipamiento público y cultural en torno a la U.V.P. Dibujo: Francisco Roa, 2008.

A una escala mayor, desde un punto de vista más territorial, existe una significativa conectividad comunal y metropolitana, representada por la cercanía de un conjunto de equipamientos de transporte público y privado (Autopista Central, estaciones de Metro, ferrocarril, etc.), que tal vez por la estructura propia del proyecto no logra a escala local dar cuenta de ella, y a una escala mayor no es reconocida como una oportunidad de revitalización (imagen 6-11).

89


Imagen 6-11. Conectividad local y metropolitana. Estaciones de Metro y principales ejes viales. Dibujo: Francisco Roa, 2008.

90


6.2.4 Diagnóstico normativo y administrativo. El denominado diagnóstico normativo y administrativo, se divide en dos campos de análisis. El primero dice relación con los instrumentos de planificación territorial existentes y proyectados que rigen el sector. El segundo análisis corresponde al estudio y esquematización de las divisiones administrativas al interior de la U.V.P., lo que ayuda a comprender la relación con los actores públicos, la autoridad local y central, así como la dinámica de ocupación de los espacios comunes. De este análisis se desprende la falta de un tratamiento normativo específico que resguarde el valor patrimonial del sector y la segunda parte pone en evidencia los conflictos administrativos y de ocupación del suelo al interior del proyecto. 6.2.4.1 Instrumentos Normativos

Imagen 6-12. PRMS 1994. Zonificación, usos de suelo e infraestructura vial.

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Tal como lo muestra el PRMS (imagen 6-12), el área donde se emplaza la U.V.P., corresponde a un área urbanizable, rodeada por equipamiento intercomunal. El proyecto de PRC de Estación Central, dejó la normativa sin mayores modificaciones y es muy conservador con el tratamiento de usos de suelos, límites de altura y densidad del sector. No entregando ninguna calificación especial al área donde se emplaza el proyecto. Al analizar el catastro de usos de suelo, elaborado por el Equipo PRC de Estación central de SEREX (2006), se confirma el carácter conservador, en la designación de los usos de suelo, en que aparece la U.V.P., claramente como área residencial y su entorno rodeado por una fuerte zona de equipamientos (imagen 6-13).

Imagen 6-13. Catastro Usos de Suelo. Fuente Proyecto P.R.C. Estación Central. SEREX 2006.

6.2.4.2 División administrativa y ocupación del suelo La U.V.P. consta de 19 bloques de departamentos, además de casas y locales comerciales, acogidos a la Ley de Venta por Pisos (Título de dominio a nombre de la Caja de Previsión de Empleados Particulares).

92


Actualmente la U.V.P. se estructura desde las organizaciones sociales que funcionan en su interior y desde la administración del conjunto habitacional. Las organizaciones sociales corresponden en primer lugar a las cuatro Juntas de Vecinos, de las que funcionado existe sólo una; luego a las organizaciones funcionales, que conciernen a las reconocidas y legalmente constituidas (centro de adultos mayores, equipos deportivos, centros juveniles, etc.); finalmente las no constituidas legalmente, estas últimas son cinco y corresponden a las administraciones de las casas y coinciden con las diferentes plazas del conjunto. Por su parte la administración, está referida al funcionamiento cotidiano del conjunto habitacional (mantención, aseo, etc.). A esta administración sólo pertenecen los bloques de departamentos y se divide en dos. Por una parte esta la Administración Central, a la que pertenecen quince bloques y cuatro Independientes que administran por separado los bloques restantes. Para comprender el mapa de actores que participan de la organización administrativa de la U.V.P., más allá del conjunto habitacional, es necesario establecer las relaciones e identificar los entes administrativos públicos y los representantes privados que conforman esta red (imagen 6-14), y al momento de iniciar la recuperación y valorización patrimonial del proyecto serán convocados en diversos niveles de participación.

Imagen 6-14. Esquema de Mapa de actores y organización administrativa de la U.V.P.

93


Con relación al uso del suelo y la ocupación de los espacios comunes, tal como lo señalan Bacovic y Balic en su informe para regularizar la propiedad de la unidad (1990), en este conjunto se identifican tres problemas fundamentales, que persisten hasta hoy:

No existe una clara identificación entre los terrenos “Bien Nacional de uso público” y terrenos “Bien común de los propietarios”. De hecho, los habitantes de la unidad vecinal se han apropiado en parte de estos terrenos, como si estos constituyeran un bien común del conjunto habitacional.

Además no existe una naturaleza jurídica claramente determinada para las áreas verdes de la U.V.P.

Es necesario dar una solución legal y/o arquitectónica de los pasillos de tránsito común sobre la techumbre de las viviendas. Estos pasillos son bienes comunes.

La situación de administración vecinal es centralizada. Existe un reglamento de copropiedad para los 19 bloques, el cual excluye las casas individuales y los locales comerciales. El hecho de que las viviendas y locales comerciales no estén bajo el reglamento de copropiedad también presenta un problema, ya que estos están acogidos a la ley de venta por pisos y tienen interés sólo en la solución de los problemas generales de la unidad vecinal.

Sin duda, esta compleja situación y la falta de claridad en la denominación de los espacios comunes, ha generado que los habitantes de la unidad vecinal se hayan apropiado en parte de estos terrenos. Los siguientes esquemas muestran la conformación de la propiedad privada, el espacio de bien común y los espacios de uso público, tanto en y los primeros pisos de los bloques de departamentos.

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Situación Proyecto Original

Imagen 6-15. Proyecto original. Bien nacional de uso público, bien común de los propietarios y espacios privados (Fuente: Elaboración propia).

Situación Actual

Imagen 6-16. Situación actual. Bien nacional de uso público, bien común de los propietarios y espacios privados (Fuente: Elaboración propia).

95


6.3

Escenario

El escenario que enfrenta la U.V.P., como conjunto habitacional, área patrimonial y organización social, es el de un progresivo deterioro constructivo, social y administrativo. Cada componente de este deterioro actúa sobre los otros de manera directa y recíproca, transformándose en un sistema cerrado, que es necesario abordar integralmente para romper la tendencia y revertir la continuidad del proceso descrito a partir del diagnóstico (Ítem 6.2). Cada uno de estos componentes en sí, tiene efectos que van consolidando el proceso de obsolescencia del conjunto, es lo que se denominará “prognosis del proceso de deterioro”. La dinámica de esta prognosis se traduce en el deterioro “integral” del conjunto (Esquema Prognosis, imagen 6-17).

Imagen 6-17. Prognosis y esquema del proceso de deterioro de la U.V.P.

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6.3.1 Deterioro constructivo El principal problema de la construcción, entiendo este análisis desde un punto cualitativo y hasta el momento de imagen externa del proyecto frente a su repercusión en el área inmediata al proyecto, es un deterioro sostenido por falta de mantención de la edificación, principalmente de los elementos que conforman los espacios intermedios del edificio (imagen6-18); la alteración del proyecto original por usos distintos, cierre de pasillos y pasarelas; la pérdida de de imagen del proyecto por la falta de mantención de sus fachadas; finalmente la desvalorización patrimonial del conjunto que implicará el detrimento integral de su imagen. Tal como se señaló con anterioridad, los proyectos habitacionales que se generan durante el Movimiento Moderno en Chile, tenían un alto costo de mantención y en su concepción respondían más bien a un usuario de estrato social alto. Estas condiciones al no concretarse se traducen con el tiempo en un deterioro progresivo de estos conjuntos habitacionales cuando, como es el caso de la U.V.P., fueron destinados como soluciones habitacionales para estratos sociales medios o bajos con recursos económicos limitados. El deterioro se reflejará especialmente en los elementos de cerramiento de los espacios intermedios. Este hecho afecta claramente a la U.V.P., que al no tener recursos de mantención que provengan desde la administración interna del conjunto o en su defecto desde el municipio (no hay ninguna protección legal o normativa patrimonial que subsidie la unidad vecinal), este proceso se mantendrá y agravará, mientras no exista una protección normativa, puesto que la dinámica social existente se ha mantenido en el tiempo, lo que hace difícil obtener recursos desde la administración y revertir así esta tendencia. Sumando a este precedente la descentralización de esta administración que tiende a polarizarse con el paso del tiempo (Ítem 6.3.3).

Imagen 6-18. Deterioro fachada. Fotografía F. Leiva www.barqo.cl

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El proyecto original de la U.V.P. refleja la concepción moderna de la ciudad, reorganizando en un conjunto habitacional de vivienda colectiva y en vertical: la calle, la plaza y la vivienda versus los pasillos y pasarelas, las áreas comunes y los departamentos. Esta concepción espacial compleja se ve confrontada a aspectos sociales, administrativos y de construcción que resultaron en la alteración funcional y espacial de los distintos elementos del proyecto. Obviamente la dinámica social de los habitantes de la unidad genera como resultado un conjunto de alteraciones que afectan a la U.V.P. (imagen 6-19) Es así como se cierran los pasillos para controlar a quienes circulan por allí. Además se produce la usurpación de áreas de bien común por los habitantes de las casas unifamiliares, frente a la poca claridad de la administración de los espacios y la propiedad de los mismos, régimen que al no entrar en un proceso de normalización supone la continuidad de este proceso y la pérdida definitiva de los espacios comunes. Tampoco existe claridad de la legalidad de pasarelas sobre las viviendas que por problemas constructivos filtraban estas, esto llevó a que fueran clausuradas y cubiertas por techos de dos aguas. En conjunto todas estas acciones generarán una permanente alteración del conjunto y pérdida de la concepción del proyecto original.

Imagen 6-19. Pasarelas cerradas. Fotografía: Presentación Seminario “Barrios Críticos. Programa de Recuperación de Barrios Región Metropolitana”.

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Al pensar en el deterioro integral y sostenido de la U.V.P., se puede proyectar en el tiempo un menoscabo significativo, no solamente del edificio, si no también de los elementos sociales y urbanos que lo conforman (imagen 6-20). El deterioro físico del proyecto es acompañado: por una dinámica social específica que afecta a sus habitantes; por la falta de normativas sobre el suelo que da cuenta de la pérdida de los espacios comunes del proyecto; finalmente por el deterioro general de una importante área de la ciudad, donde se inserta el proyecto. Todo esto generará la definitiva obsolescencia funcional, constructiva y en último lugar económica, todo lo anterior en clara contraposición a los atributos de localización y del territorio (de múltiples atributos) donde se emplaza. Estas evidencias recogidas en el diagnóstico general que comprende esta tesis, permiten prever la desvalorización patrimonial del conjunto y su entorno, por la pérdida de las cualidades que permiten postularlo como patrimonio, es decir ser reflejo de la concepción ideológica y herencia del Movimiento Moderno.

Imagen 6-20. U.V.P. 1964 (Archivos originales Sergio Larrain) y U.V.P. 2006.

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6.3.2 El Ámbito Social El ámbito social de la U.V.P., no sólo estará suscrito a la dinámica y transformación de sus habitantes en el tiempo, descrito en el ítem 6.2.2. Si proyectamos la merma en el estrato social desde sus inicios hasta la década de los años noventa (L. Cárdenas, 1996), este acompañaría el deterioro de la imagen del conjunto (imagen 6-21), por la falta de mantención y conservación de los diversos elementos físicos y edificaciones del proyecto. Esta dinámica tendría efectos que en el tiempo generaría una curva de devaluación de la propiedad. Hablamos de obsolescencia física, a partir de la falta de mantención.

Imagen 6-21. Espacios comunes deteriorados. Fotografía F. Camus www.barqo.cl

La paulatina pérdida de los espacios comunes fuertemente asociada a la irregularidad de la propiedad del terreno, en donde la falta de definición del carácter de uso público y bien común, y el cierre de las circulaciones atentan en contra de la conformación y concepción original del proyecto resultando en una pérdida de los atributos del proyecto, lo que a la larga generará espacios residuales, donde la continuidad espacial del proyecto se verá afectada.

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Imagen 6-22. Toma de Terrenos. Fotografía I. Sassi Farias www.cientodiez.cl

Esta dinámica social y espacial, se ve reflejada no sólo en tomas de terrenos (imagen 6-22) de los espacios comunes, cerramientos y falta de mantención, que en su totalidad resultarán en la fuerte pérdida de imagen del conjunto, hecho que se asociará directamente a su pérdida de valor patrimonial, al perder el principal atributo del proyecto original, la reinterpretación de la vivienda, la calle y la plaza en un conjunto de vivienda colectiva vertical. Esta pérdida estará fuertemente asociada a la obsolescencia funcional del conjunto (imagen 6-23).

Imagen 6-23. Toma de terrenos. Presentación Seminario “Barrios Críticos. Programa de Recuperación de Barrios Región Metropolitana”.

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6.3.3 Administrativo La falta de centralidad en la administración del conjunto se acrecentará, provocando la disociación de los entes representativos de la comunidad que habita la unidad. Hecho que se ve reflejado en la estructura administrativa y social actual (esquema 8). En la U.V.P, existen cuatro juntas de vecinos, de las cuales sólo una funciona como organización social. En tanto las organizaciones administrativas se han dividido, hasta formar cinco, de las cuales una es la central y alberga a 9 bloques de edificios bajo su administración (tareas de mantención, aseo, etc.), los tres bloques restantes se administran de manera independiente cada uno. Las casas por su parte cuentan con otra administración totalmente independiente del resto de la comunidad (imagen 6-24). Esta descentralización de las figuras comunitarias (sociales y administrativas), de mantenerse en el tiempo generará la falta de unanimidad en la toma de decisiones frente a la mantención y manejo de los espacios comunes transformando en complejo cualquier tipo de intervención que requiera toma de decisiones o acuerdos entre los propietarios del conjunto.

Imagen 6-24. Esquema de administraciones sociales U.V.P.

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Administración Central:

Propietarios y arrendatarios con poder. Administra 15 bloques de departamentos. Un delegado por bloque, conforman la directiva, quienes contratan una administradora (Pamela Ayún) •

Administraciones independientes:

4 bloques auto administrados de manera independiente •

Casas:

Sin administración constituida legalmente se han organizado en torno a las plazas (5 de 14): Nogal, Ciruela, Plátanos, Los Naranjos.

J. de Vecinos (1 de 4) Org. Sociales

Funcionales No constituidas legal

UVP Administración

Central (1)

Blocks

Independientes (4)

4 de 14 Plazas Agrupan casas Agrupa 15 Blocks 4 Blocks Adm. Independientes

Imagen 6-25. Esquema Organizaciones Sociales y Administrativas U.V.P.

Resultado de esta disociación de poderes sociales y administrativos: más y mayor pérdida de imagen, funcionalidad y deterioro de los espacios comunes, áreas verdes y circulaciones, así como la progresiva toma de terrenos, los que se traducirán en la pérdida de imagen y obsolescencia física y funcional de los espacios comunitarios e intermedios del proyecto.

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6.4

Propuesta: Plan Integral de Recuperación

Como lo señala Eduardo Rojas en “Volver al centro” (2004), entre los problemas urbanos que comparten ciudades americanas de distinto tamaño y localización geográfica, destaca la presencia de amplios espacios deteriorados o subutilizados. Estas áreas centrales están bien dotadas de infraestructuras y espacios públicos urbanos, pero contienen una gran cantidad de edificios en diverso grado de abandono o subutilización y terrenos vacíos. El mal uso de activos urbanos con amplio potencial de desarrollo contrasta con la dinámica de crecimiento de las ciudades, que se concentra en la periferia y en la recuperación de algunos puntos privilegiados del espacio construido. La puesta en valor y recuperación de áreas urbanas se presenta como una oportunidad de desarrollo para las ciudades de la región. Para abordar la recuperación social, económica y física de un área deteriorada, se requiere la acción conjunta de actores públicos y privados en torno a un proyecto urbano integral de transformación y desarrollo que pueda cambiar la imagen de deterioro del sector. Este proceso irá en directo beneficio de un área urbana que por su nivel de deterioro, abandono o concentración de problemas sociales, despiertan el interés de la comunidad, quienes esperan intervenciones mancomunadas de los actores públicos y privados. Por lo tanto el papel de la estrategia de recuperación, o plan de intervención es el de orientar las acciones públicas y privadas en un área que se busca rescatar (E. Rojas, 2004). El complemento necesario de las opciones de intervención y financiamiento mencionadas anteriormente, según Rojas, es la concertación de los intereses de los actores públicos y privados. Esta estrategia integradora (“concertación público-privada”) permite resolver los problemas que impiden al mercado inmobiliario, al sector público, a las organizaciones de la sociedad civil y a la filantropía actuando aisladamente, preservar en forma sostenible el patrimonio urbano. La ejecución de este proyecto o estrategia pasa por una secuencia de etapas que en la mayoría de los casos es muy similar, existen etapas bien definidas una vez que, enfrentado a la situación inicial de deterioro y abandono del área objeto de actuación, el sector público define una estrategia considerando la participación de los principales involucrados. Tras acordarse el plan de recuperación o proyecto urbano, las primeras etapas del proyecto de recuperación casi invariablemente incluyen una fuerte participación del sector público, que avanza con inversiones que le son propias y envía señales a los propietarios y los privados sobre la voluntad pública de recuperar el área objeto del proyecto. Las etapas de un proyecto urbano integral de transformación y desarrollo son extensas, y tomarán entre 10 y 30 años, sin contar los años que requiere el proceso de planificación y concertación de intereses. En resumen, y de acuerdo a lo analizado por Rojas, estas etapas de intervención urbana se pueden resumir en: •

La creación de las bases del proceso de recuperación, para lo cual se requiere tanto la generación de un entorno regulador estable (revisión de la normativa existente), como de inversiones públicas para crear las condiciones propicias para la inversión privada (proyectos públicos detonantes).

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La promoción de inversión privada, a través de acciones emprendidas por el sector público, en donde se debe considerar la recuperación de edificios emblemáticos, en general con recursos públicos y de donantes privados; así como el rescate de edificios patrimoniales valorados por la comunidad. Estas inversiones son complementarias a las emprendidas en el espacio público y contribuyen a modificar la imagen de deterioro del área.

Finalmente la etapa sustentable del proceso, se logrará cuando el área de recuperación muestra indicadores de inversión similares a los de otras áreas de la ciudad. En esta fase se ejecutan en el área de recuperación todos los tipos de operaciones que habitualmente se dan en un área urbana con alta dinámica de desarrollo, una mezcla de actividades residenciales, comerciales y de servicios que sustenta la demanda por espacio construido y valoriza el carácter patrimonial del sector. En esta etapa, el área deja técnicamente de ser un área de recuperación y pasa a ser un área más de la ciudad.

Teniendo presente estas ideas y de acuerdo al diagnóstico físico, territorial y social de la U.V.P., se planteará una aproximación a la recuperación del sector a través de un plan de intervención. Este Plan posee tres componentes, las cuales son: Normativa, Diseño y Gestión (imagen 6-26).

Normativa

PRMS

Proyecto PRC

Patrimonial

Zona de conservación histórica

Administrativa

Centralizar (Ley de copropiedad)

Regularización terrenos Proyectos QMB

Diseño

Proyectos

Loteos Definir espacios bien común

Vial / Plan USACH Recuperación Construcción Estacionamientos subterráneos

Financiamiento

Gestión

Institucional (poner de acuerdo a los actores: corporación) Implementación (Etapas)

Imagen 6-26. Esquema Mapa de los componentes del Plan Integral de Recuperación de la U.V.P.

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Estas tres componentes conforman lo que se ha denominado Plan Integral de Recuperación para la Unidad Vecinal Portales. La denominación de integral de este plan, responde a su espíritu unificador de estrategias y herramientas que abarcan desde el ámbito normativo, al físico (constructivo), sin dejar de lado el factor social a través de las relaciones de poder y organización de los actores que participan o participarán de él. En general, el componente normativo agrupa las herramientas existentes y propuestas organizando una estructura de relación entre protección, administración y norma. El diseño apunta a los proyectos necesarios de ejecutar y complementar para detonar la recuperación del conjunto y su integración al área urbana en la cual se inserta. Finalmente el componente de gestión agrupa los temas de financiamiento, la organización institucional y de actores que integran el plan, así como la implementación del mismo.

6.4.1 Componente Normativo El componente normativo agrupa cuatro instrumentos, estos son el PRMS, específicamente el proyecto de PRC para Estación Central, revisado en el ítem 6.2.4; el análisis de las normativas patrimoniales integrando LGUC, la Ley de Monumentos Nacionales y las protecciones UNESCO, relativas a conservación y que son atingentes a la propuesta de denominación patrimonial del sector. En el ámbito administrativo, una revisión de la ley de copropiedad, finalmente la propuesta frente a la regularización de terrenos. En Resumen se establece para la propuesta normativa los siguientes puntos: •

Normativa territorial (PRC): propuesta conservadora que no altera propuesta general. Complementa con Plan Seccional.

Patrimonial: denominación de Zona de Conservación Histórica.

Administración: centralización de la administración del conjunto habitacional.

Espacios comunitarios: regularización de terrenos y loteo de los espacios comunes

6.4.1.1 PRMS En el caso del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) y específicamente el Plan Regulador Comunal de Estación Central (PRC), las restricciones normativas grabadas al sector no modifican las existentes, tampoco entregan algún tipo de protección, por lo que la aplicación de una normativa de protección y resguardo del área es completamente factible y se complementaria con el carácter residencial de la zona y el entorno de equipamientos ya reconocidos. Esta normativa sería complementada favorablemente con un Plan Seccional que recoja la propuesta patrimonial en el sector.

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6.4.1.2 Patrimonial: denominación Zona de Conservación Histórica La propuesta es aplicar el conjunto a la denominación de Zona de Conservación Histórica (imagen 6-27), que en la denominación contenida en la Ley Nº 17.288 de Monumentos Nacionales equivaldría a la denominación de Zona Típica o Pintoresca. Tipificación que también aparece contenida en la LGUC (Planes Reguladores y declaración de Zonas Típicas). Al grabarla con esta denominación se busca obtener recursos y herramientas para su protección y recuperación, así como también de resguardo internacional al apuntar en su equivalencia a la clasificación de Conjunto Histórico o Tradicional (UNESCO).

Normativa

PRMS Patrimonial Administrativa Regularización terrenos

Imagen 6-27. Esquema Instrumentos normativos referentes a protección y denominación de carácter patrimonial Zona de Conservación Histórica.

Esta declaración debe ser apoyada por normativas que apunten a mejorar la condición de patrimonio de los inmuebles, es decir la propuesta de un Plan Seccional, centrando esta idea dentro de las materias de las leyes de Reforma Urbana (J. Wood, 2007), de ellas rescatáremos materias atingentes al Diseño Urbano, Planificación urbana Condicionada y la Recuperación de Barrios. Será necesario entonces, establecer un seccional con normas el diseño urbano para las edificaciones y los espacios públicos, en detalle precisar zonificación y detallar obras en espacio publico. A través de la Planificación Urbana, establecer beneficios y flexibilidades normativas condicionadas a mejoras en el espacio público (contempladas en el seccional), a través de la distribución de derechos constructivos.

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Distribución de derechos constructivos en el Plan Seccional.

Apuntan a considerar Derechos Transables y Zonas de Transferencia. Los Derechos Transables permitirán la protección de Áreas Verdes, zonas patrimoniales, áreas afectas a utilidad pública, etc.; los propietarios gravados pueden ser compensados con derechos de construcción transferibles a otros predios y finalmente Plan Seccional establecerá áreas de emisión y recepción de normas entre predios (imagen 6-28). Por su parte la condición de Zona de Transferencia, permitiría transferir derechos entre predios cualquiera., es decir distribución de derechos.

Imagen 6-28. Distribución de derechos constructivos que consideraría un seccional. Fuente: presentación “Instrumentos de Planificación y Regulaciones Urbanísticas”, J. Wood, 2007.

Si bien el tema de la recuperación de barrios se aborda en el punto del Programa Quiero mi Barrio, que refuerza y complementa este Plan Integral, es necesario destacar las atribuciones que el Estado en general y el municipio en particular, podrían tener sobre la U.V.P. (J. Wood, 2007): •

La Municipalidad podrá declarar de utilidad pública a inmuebles y conjuntos de viviendas o parte de éstos cuando se encuentren en condiciones de deterioro.

Permitirá la acción del Estado en su mejoramiento integral.

En la zona declarada de utilidad pública se podrá adquirir inmuebles y ejecutar o contratar la ejecución de obras de urbanización o equipamiento.

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6.4.1.3 Administrativa. Administración centralizada. Con relación a la norma administrativa del conjunto, reconoceremos el carácter de copropiedad de la U.V.P., por lo tanto es necesario hacer una breve referencia a la Ley 19.537, sobre Copropiedad Inmobiliaria, para comprender el porque se plantea una centralización de su administración. La cual, como observamos en el diagnóstico, está segregada en varias administraciones e incluso en algunos sectores (viviendas unifamiliares) no hay formalidad en este tema.

a.

Ley de Copropiedad Inmobiliaria

(De http://www.bcn.cl/guias/ley-de-copropiedad-inmobiliaria) • La Ley 19.537 sobre Copropiedad Inmobiliaria señala que usted y sus vecinos además de ser propietarios de sus viviendas, son copropietarios de los bienes comunes del condominio, tales como, escaleras, plazas, los terrenos que rodean el primer piso, los accesos o jardines. Todos pueden usar estos bienes y a la vez, todos deben resolver sobre su cuidado y mantención. • La Ley les permite organizarse para administrar su condominio. Esto es, decidir cómo mantener y administrar el condominio de acuerdo a sus necesidades. • La Ley establece que cada condominio debe tener su Reglamento de Copropiedad, donde los vecinos definen sus propias normas de buena convivencia y administración del condominio. Por ejemplo: el uso de los bienes comunes, reglas en caso de ruidos molestos, uso de espacios comunes, etc. • La Ley autoriza la inversión de recursos públicos (municipalidades y ministerios) para hacer mejoramientos en el condominio. Así, junto al aporte de los vecinos, se puede financiar un cierre del condominio, tendederos de ropa o basureros.

b.

Bienes Comunes

Estos son el terreno donde está situado el condominio, las fachadas, los muros divisorios y soportantes, los terrenos que rodean el primer piso, los pasillos, las escaleras, las instalaciones de luz y agua, el alcantarillado, el equipamiento comunitario.

c.

El Reglamento de Copropiedad

Es un respaldo legal para la organización del condominio. El Reglamento establece normas de convivencia entre los vecinos, deberes y derechos en el uso de los bienes comunes, funciones y atribuciones de la administración. Y con el Plano del Condominio que señala los límites de la copropiedad, el uso y destino de todos los bienes. Además de las facultades legales al administrador se le pueden entregar o restringir sus facultades en las Asambleas de Copropietarios las cuales debidamente reducidas a escritura pública deben ser acatadas por parte de la administración.

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d.

Administración Centralizada La Ley de Copropiedad propone tres instancias para administrar el condominio:

• Asamblea de Copropietarios: son las reuniones donde asisten todos los vecinos para tomar decisiones importantes sobre el condominio. Los acuerdos se toman por votación. • Comité de Administración: es un grupo de copropietarios que dirigen las reuniones y representan a la Asamblea para la administración del condominio. Deben implementar los acuerdos y las disposiciones del Reglamento de Copropiedad. • Administrador: su misión es cuidar los bienes comunes, citar a asamblea y hacer cumplir el Reglamento de Copropiedad. Esta función la puede cumplir el presidente del Comité de Administración. A través de la centralización de la administración (imagen 6-29) se propone una mejora en la toma de decisiones y manejo de los temas referidos a los espacios comunes y la administración propiamente tal. Lo que facilitaría la inversión en espacios públicos (incluso de manera conjunta entre municipio y vecinos). Esta instancia se apoya también en los tópicos referidos a la recuperación de barrios (Reforma Urbana) y la ejecución de obras de urbanización o equipamiento en la zona declarada de utilidad pública (por le Seccional), donde el Estado podrá ejecutar o contratar la ejecución de obras de urbanización o equipamiento. La existencia de un representante único de la comunidad organizada, al centralizar la administración, valida la participación de la U.V.P. (como copropiedad) en el ente coordinador del Plan Integral de recuperación, facilitando la interacción y toma de decisiones para la recuperación del área.

Normativa

PRMS Patrimonial

Administrativa Regularización terrenos

Reglamento de Copropiedad

Centralizar (Ley de copropiedad 19.537)

Copropietarios de los bienes comunes Resolver cuidado y mantención Organizarse para administrar

Municipalidades y Ministerios Ley autoriza la inversión de recursos públicos Vecinos

Imagen 6-29. Esquema Instrumentos normativos referentes a la administración centralizada del conjunto.

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6.4.1.4 Regularización de Terrenos. Loteos. Básicamente referido a la regularización y loteo de los espacios comunes (áreas verdes) que han ocupado la viviendas en las distintas Plazas del proyecto y que es necesario regularizar para definir la vialidad interior del proyecto que mejore su conexión con las vías perimetrales y la continuidad del espacio público. Para esto es necesario establecer metros cuadrados de terreno por vivienda, en un trabajo conjunto entre municipio, vecinos y la administración (centralizada) del conjunto (imagen 6-30).

Normativa

PRMS Patrimonial Administrativa Regularización Terrenos

Loteo Predios

Regularización

Viviendas

Propiedad Particular

Imagen 6-30. Esquema Regularización de lotes de viviendas en tomas de terrenos espacios comunes (áreas verdes).

Con relación a este tema es necesario tener presente las condiciones y beneficios para la regularización de una propiedad particular que establece el Ministerio de Bienes nacionales. El Ministerio tiene la facultad de regularizar, a través de la aplicación de un procedimiento administrativo, la situación del poseedor material de un bien raíz, reconociéndole la calidad de poseedor regular para adquirir el dominio del inmueble. a.

Regularización de una Propiedad Particular (De http://www.tramitefacil.gov.cl/1481/article-88503.html)

Esta regularización consiste en la elaboración de una parte jurídica y una parte técnica, mediante el cual el poseedor material de un bien raíz que carece de título puede llegar a adquirir el dominio de esa propiedad el que se adquiere transcurrido un año después de inscrito en el Conservador de Bienes Raíces. Así consolidado el dominio podrá optar a subsidios, programas de mejoramiento, créditos, vender, construir y arrendar. Para iniciar el trámite se debe Postular al Registro de la Propiedad Irregular (RPI). El RPI, es el nuevo sistema de postulación del Ministerio de Bienes Nacionales, para la regularización de Títulos de Dominio en terrenos particulares. Además cumplir con los siguientes requisitos: Tener una posesión material, sin problemas de deslindes, continua y exclusiva por un tiempo no inferior a 5 años.

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No tener juicio pendiente con personas que le discutan el dominio o posesión del inmueble. El inmueble a regularizar no debe tener un avalúo fiscal superior a 800 Unidades Tributarias Mensuales si es rural, y de 380 UTM si es urbano. El bien raíz debe tener límites claros, de cualquier clase sean naturales o artificiales, los cuales deben ser aceptados por los colindantes (vecinos). Haber ejecutado hechos positivos en el inmueble: arreglos o mejoras en el terreno, instalación de servicios, corte de maderas, plantaciones, sementeras, y otros de igual significación. En caso de que el bien raíz haya pertenecido a una Comunidad, se deben tener en cuenta lo siguiente: que se encuentre subdividida materialmente y delimitada por más de 5 años y es necesario demostrar el pago total del retazo de terreno adquirido en comunidad, y aportar documentos constitutivos de ella. 6.4.2 Diseño. Proyectos Existentes y Propuestos. El diseño del Plan Integral de Recuperación contempla reordenar e integrar proyectos existentes con proyectos propuestos (imagen 6-31). Los proyectos considerados como existentes son los que incluye el Plan Maestro, del programa Quiero Mi Barrio y que están mencionados en el Ítem. 6.1.4 Avances del Programa de Mejoramiento de Barrio en la U.V.P. Programa “Quiero Mi Barrio” (Obras Físicas). Corresponden también a propuestos los referentes al Plan Vial del Plan Maestro USACH, en el Ítem 6.1.5. Programa QMB/ Plan Maestro Vial / Plan USACH

Diseño

Proyectos

Recuperación Construcción Estacionamientos subterráneos

Diagnóstico Constructivo Uso Subsuelo Asociación UVP Publico Privado

Imagen 6-31. Esquema Proyectos existentes y proyectos propuestos en el plan.

En resumen los proyectos (Obras Físicas) del Programa “Quiero Mi Barrio”, con una inversión mínima estimada de $ 5 mil millones, son: • • • • • •

Remodelación Plazuelas, Plazas y Circulaciones Interiores Basureros Ecológicos Área Deportiva, Recreativa y Cultural “Plaza Central” y Centro Comunitario Zona de Equipamiento Comercial Reparación y Hermoseamiento de los contornos de caletera de la U.V.P.

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Imagen 6-32. Plan Master Unidad vecinal Portales. Fuente: P. Aldunate, Programa Quiero Mi Barrio. Equipo U.V.P, 2008.

Con relación a los proyectos propuestos estos se dividen en dos proyectos: de recuperación de la construcción y estacionamientos subterráneos. Los proyectos de recuperación de la construcción serán desarrollados a partir del diagnóstico constructivo y apuntan principalmente al rescate de las fachadas y los espacios intermedios de las edificaciones, así como también de los espacios comunes y áreas verdes del conjunto. Estos proyectos son de carácter público y se apoyaran en la denominación de patrimonio del conjunto. La construcción de los estacionamientos subterráneos debe apuntar a la colaboración de entes privados, en una alianza el municipio y con los habitantes de la U.V.P, la concesión de estos permitiría obtener recursos para su mantención y de las áreas comunes del proyecto.

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El hecho que aparezcan como contraparte el municipio y los habitantes de la U.V.P responde a que el municipio es el dueño del subsuelo de los bienes nacionales de uso público y los habitantes de la U.V.P, de los espacios correspondientes a los terrenos de la copropiedad. Esta afirmación de acuerdo a lo planteado por el abogado Roberto Gillmore Landon, en el Seminario “Santiago Sub-Terra: Desafíos y Oportunidades” realizado por la Universidad Andrés Bello y la Cámara Chilena de la Construcción (Santiago, 2004) Gillmore señala que en lo que atañe a la propiedad en el plano vertical debemos distinguir entre la superficie y, el espacio aéreo y el subsuelo. En el caso de este ultimo, para lo bienes nacionales y de uso publico, es quien administra estos bienes, estableciéndose por tanto, para que un particular pueda llevar acabo alguna actividad en ese subsuelo, deberá necesariamente circunscribirse a un procedimiento administrativo, de modo tal que pueda obtener una concesión para utilización del bien de uso público. En estricto rigor es una concesión de obra pública, la cual se obtiene a través de una licitación pública, la figura a utilizar puede ser el de Financiamiento Urbano Compartido (FUC). Por otra parte los dueños de los terrenos de la copropiedad es la U.V.P, puesto que nuestra jurisprudencia ha sostenido que el suelo y el subsuelo constituyen una sola unidad y por ende el dueño del terreno superficial es también el dueño del subsuelo. Finalmente no hay que olvidar la localización del conjunto que por su centralidad y la vecindad con la USACH, permitiría estimar una demanda interesante por el servicio de estacionamientos, esto sumado a la inexistencia de espacios destinados a sus habitantes con este fin y de que de no ser resuelto en la superficie, lo que favorecería mantener las áreas de esparcimiento, podrían también ser usuarios de este proyecto (Tabla 6-13).

Tabla 6-13. Propiedad de automóvil por hogar en la U.V.P. Fuente: Observatorio Social, UAH, 2007.

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6.4.3 Gestión La gestión del plan consta de tres componentes, que explican la forma en que éste debiese financiarse, los actores que participan de manera integrada en la implementación del plan y las etapas que esta contempla (imagen 6-33). Estos componentes son: •

Financiamiento

Gestión Institucional

Implementación

Plan 200 barrios Financiamiento

Público

Intervenciones urbanas/ Equipamiento local

Privado

Mantención del patrimonio Proyecto concesionado

Gestión

Subsidios Rehabilitación Patrimonial Z. Conservación Hist. Valor filantrópico

Institucional (poner de acuerdo a los actores: corporación)

Estacionamientos subterráneos Implementación (Etapas) Participación Ciudadana Patrimonial Administrativa

Posesionar el PIR

(información y retroalimentación)

Normativa

Regularización terrenos Ejecución Proyectos

Vial / Plan USACH Recuperación Construcción Estacionamientos subterráneos

Imagen 6-33. Esquema de los componentes de la Gestión del Plan Integrado de Recuperación de la U.V.P.

a.

Financiamiento

El financiamiento de plan se puede describir como publico, privado y mixto, con relación a la fuente de recursos que se utilicen para su implementación. El público abarca los proyectos que contempla el plan de mejoramiento de barrio QMB (MINVU), así como las intervenciones que realizaría el Estado a partir de la denominación de Zona de Conservación Histórica del conjunto y que dice relación con intervenciones urbanas y de equipamiento local, proyectos que actuarían como señal para atraer inversiones privadas al sector.

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Las inversiones privadas, estarían comprendidas por los proyectos asociados al Plan Maestro de la USACH, que pretende integrarse a la U.V.P a través de la propuestas de vialidad contenidas en su plan, además reconociendo la proximidad con ésta y su carácter patrimonial, así como también la concesión (FUC) de los estacionamientos subterráneos en el subsuelo del conjunto habitacional (imagen 6-34).

Plan 200 barrios/ QMB

Gestión

Público

Intervenciones urbanas/ Equipamiento local

Privado

Mantención del patrimonio

Financiamiento

Plan USACH

Subsidios Rehabilitación Patrimonial Z. Conservación Hist. Valor filantrópico

Proyecto concesionado

Estacionamientos subterráneos

Imagen 6-34. Esquema de Financiamiento (Componente Gestión) del Plan Integrado de Recuperación de la U.V.P.

La U.V.P. y el municipio, obtendrían los beneficios de estos estacionamientos, destinando los recursos de la concesión en la mantención del conjunto. Tanto a las áreas que pertenezcan a la copropiedad (bien común), y en el caso del Municipio a las áreas de uso publico (bien nacional de uso público). Finalmente los proyectos de mantención del patrimonio se consideran de carácter mixto por la naturaleza privada y pública de sus recursos. Desde el punto de vista público contempla inversiones como subsidios (de recuperación patrimonial), fondos de rehabilitación patrimonial y recursos estatales para la mantención y preservación de Zonas de Conservación Histórica. La inversión privada en patrimonio respondería al valor filantrópico expuesto en el ítem 2.2 y que dice relación con los beneficios de obtener una buena imagen como ente privado al invertir en la conservación del patrimonio sin necesariamente ser un usuario directo de éste.

b.

Gestión Institucional. Mapa de Actores

En primera instancia se identifican cinco actores que participarían del Plan Integral de Recuperación (PIR) de la U.V.P., los cuales estrían representados en una entidad organizadora de este plan de recuperación que se denominará Coordinador Plan de Recuperación Integral U.V.P. (imagen 6-35). Esta coordinadora es quien agrupa y ordena todas las entidades e intereses involucrados en le Plan de Recuperación. Su figura puede ser la de una sociedad anónima de capital público, sin fines de lucro. Esta corporación, poseerá un directorio que agrupe a estos cinco actores a través de sus representantes. Todas las acciones que se emprendan deberán tener el apoyo de los representantes.

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En cuanto a los cinco principales actores del plan, éstos están conformados por entes privados y entes públicos, además de los habitantes de la U.V.P. Se hace notar que considerados dentro de los privados, pero de manera independiente por la presencia de su plan maestro, se incluye también a la Universidad de Santiago (USACH). En el ámbito público (Estado) tenemos al gobierno central y la Municipalidad de la comuna. El gobierno central ya cuenta presencia en el sector a través del programas de mejoramiento de barrios (Quiero Mi Barrio), del MINVU, pero no deben quedar ajenos a esta participación otros ministerios como el Ministerio de Obras publicas (Dirección de arquitectura y Concejo de Monumentos Nacionales, Vialidad etc.), MIDEPLAN y otros ministerios relacionados a los temas sociales y culturales. La Municipalidad por su parte, encausaría su trabajo a través de Dirección de Obras Municipales, con todo el tema normativo y de territorio (PRC), DIDECO, que tiene ya establecida sus relaciones con las juntas de vecinos del sector (como ya se había mencionado existen cuatro, pero sólo una funciona), y otros departamentos relacionados con el área social y cultural. La USACH, deberá estar representada en esta coordinadora, por tratarse de un vecino (desde le punto de vista físico y social) importante de la U.V.P., y por contar con un proyecto de pan maestro, el cual no es ajeno al presencia del conjunto habitacional, reconociéndolo con un fuerte potencial patrimonial. No obstante este plan maestro debe ser complementado e integrado de mejor manera, sobre todo en los temas relacionados a la vialidad externa e interna del sector. Los representantes de la U.V.P. en esta coordinadora, provendrían desde sus organizaciones sociales y de su administración, por este motivo es trascendental que la administración sea centralizada, porque esta figura central permitiría que las decisiones vecinos puedan ser tomadas de manera correcta y única. Los entes privados que se integrarían a esta coordinadora apostamos que sean inversionistas, el cómo se acerquen a esta instancia, es respondiendo a los temas de valor revisados en el ítem 2.2, tanto al valor filantrópico (invertir en patrimonio, por imagen de empresa), como al valor directo de consumo, a través de la recuperación de una área de la ciudad, lo que puede favorecer inversiones privadas futuras. La coordinación entre los sectores público y privado constituye un poderoso mecanismo para la preservación sostenible del patrimonio urbano (E. Rojas, 2002) logrando una intervención que aporta lo mejor que cada sector. El sector público entrega la visión y compromiso de largo plazo así como la capacidad de coordinar la acción de diversos actores. La comunidad proporciona el apoyo político que requiere el sector público para destinar recursos a la recuperación del patrimonio. Los privados, por su parte, contribuyen con su conocimiento del mercado y la capacidad de abordar una gran diversidad de proyectos en respuesta a la demanda, y de la filantropía privada (ítem 2.2), su capacidad de aportar recursos privados para financiar inversiones poco atractivas, por ejemplo, la preservación de monumentos. Para una imagen espacial de la relación entre los actores se desarrollo el siguiente esquema “Mapa de Actores” (imagen 6-35).

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Imagen 6-35. Esquema Gesti贸n Institucional. Mapa de Actores

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P.R.C.

DOM

USACH

Valor directo de consumo

Inversionistas

Privados

Plan 200 Barrios

UVP

DIDECO

Plan Maestro Proyectos Viales

Administraci贸n

Org. Sociales

Otros Ministerios

MIDEPLAN

MINVU

MOP

Valor filantr贸pico

Coordinador Plan Int. Recup.

Otros Deptos

Municipalidad

Gobierno Central

Mapa de Actores Plan de Recuperaci贸n Integral

Independientes (4)

Central (1)

Blocks

No constituidas legal (5)

Funcionales

J. de Vecinos (1 de 4)

Proyectos QMB


c.

Implementación. Etapas del Plan.

La implementación corresponde al etapamiento de las diversas actividades que conforman este plan de recuperación. Éstas tienen una conformación temporal, que parte por la etapa de participación ciudadana, luego una etapa de de trabajo normativo y finalmente el desarrollo y la ejecución de los proyectos públicos (en una primera instancia) y privados. Ver esquema de las Etapas de Implementación del Plan (imagen 6-36). •

Participación Ciudadana

La Participación Ciudadana corresponde a la primera etapa y está sindicada como el momento en se posesional el plan de recuperación. En ella están todas las tareas de información y retroalimentación del plan tanto a nivel local, comunal y nacional. Además todo el trabajo de índole social que tiene que ver con la conformación de entes representativos y la revalorización del sector (varias de estas tareas ya abordadas por el programa QMB). En esta etapa intervendrán todas las entidades que se relacionan con el tema, dando a conocer el plan, generando así una marca del PIR U.V.P. La información y retroalimentación busca comunicar todos los pasos que se deben dar con relación al plan, su temporalidad, alcances, inversiones, etc., por lo que es elemental tener conformado un anteproyecto con las decisiones e intervenciones a nivel gubernamental destinadas al sector. •

Normativa

La segunda etapa, que puede ser paralela en algunos puntos con la etapa de participación ciudadana, es la etapa de Normativa, contemplando una fase patrimonial, una administrativa y una de regularización de terrenos. La fase Normativa Patrimonial corresponde a la instancia de revisión (y propuestas) a la normativa patrimonial, trabajando en el registro, postulación y reconocimiento de la U.V.P. como patrimonio. Lo anterior fundamentado en los postulados expuestos en esta tesis y que dicen relación al potencial de la U.V.P. como referente del Movimiento Moderno en Chile. La instancia de Normativa Administrativa está relacionada con el tema de la centralización de la administración de la U.V.P., para concretar la presencia de una entidad que sea validada por todos los actores sociales y administrativas que conforman la unidad vecinal. La principal tarea es la revisión de la Ley de Copropiedad, debido a que la U.V.P. se reconocerá en su condición de copropiedad al momento de iniciar el plan. La tercera fase en el tema normativo concierne a la Regularización de Terrenos, referida tanto al saneamiento de los bienes de uso público, como a los bienes comunes que pertenecen a la copropiedad. Es necesario hacer esta regularización de terrenos para poder desarrollar e implementar los proyectos propuestos como parte del plan. Por lo tanto, es necesario la regularización de la tenencia de los terrenos y en una instancia posterior el loteo de los predios de las viviendas, para sanear el tema de la toma de terrenos. Esta claridad en los predios va a permitir mejorar tanto las vías peatonales, como vehiculares al interior de la U.V.P.

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Ejecución Proyectos

La última etapa corresponde a la ejecución de los proyectos una vez posesionado el plan de recuperación. Estos proyectos se ejecutarán a partir de la concreción de su financiamiento, que va a ser de carácter público, privado o mixto. En el caso de la complementación del plan maestro de la USACH, con el plan de recuperación de la U.V.P., tendríamos un proyecto de carácter mixto. Los proyectos de recuperación de la construcción externa (fachadas, mejoramiento de los espacios comunes etc.), así como los proyectos que están considerados en el programa QMB (mejoramientos de las instalaciones en las edificaciones del conjunto, plan de obras físicas, etc.), con carácter de financiamiento público. Finalmente la apuesta más arriesgada de financiamiento para la conservación integral de la U.V.P estaría en la construcción de estacionamientos subterráneos, a través de un FUC, que permita concesionarlos. La contraparte a la concesionaria seria la U.V.P. y el municipio, como se analizó en el ítem de los estacionamientos subterráneos, la Municipalidad como dueña del subsuelo de los bines nacionales de uso publico y la U.V.P como dueña de los subsuelos de la copropiedad. Todas estas intervenciones conformarían el plan detonante de otras intervenciones en el sector (preferentemente privadas) que completarían el rescate del área y la potenciarían como un núcleo de desarrollo urbano a partir de la recuperación del patrimonio urbano que representa la U.V.P.

Gestión

Implementación (Etapas) Participación Ciudadana

Patrimonial

Posesionar el PIR

(información y retroalimentación)

Administrativa

Normativa Regularización terrenos

Ejecución Proyectos

Vial / Plan USACH Recuperación Construcción Estacionamientos subterráneos

Imagen 6-36. Esquema Implementación de Etapas (Componente Gestión) del Plan Integrado de Recuperación de la U.V.P.

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7.

CONCLUSIONES

Las conclusiones de esta tesis abarcan temáticas que se han expuesto durante el desarrollo de la investigación, y que dicen relación con tres tópicos centrales: en primer lugar los factores que componen el deterioro de lo que se ha denominado herencia del Movimiento Moderno en nuestra ciudad; luego una reflexión del por qué los grandes proyectos habitaciones construidos en esa época debe ser considerado patrimonio, sin olvidar toda la carga de la ideología modernista y vanguardia que abrazaron los profesionales de la arquitectura y a través de ellos el Estado que intervenía en la ciudad; y finalmente a partir de ese reconocimiento generar y desarrollar una estrategia de recuperación que implique una gestión integral, no sólo de intervención física en las edificaciones que los componen, sino también acciones de carácter social, que reconozca a sus habitantes, que en los orígenes y según lo reconocido por uno de los autores de la U.V.P., no fueron considerados al momento de diseñar “un proyecto de tablero”. No pasando por alto que hoy estos habitantes están insertos en una realidad contemporánea distinta al momento en que se habitaron estos conjuntos habitacionales. Las intervenciones físicas y sociales se complementan con una gestión económica, es decir la revisión del financiamiento público, privado y/o mixto, que permita la recuperación de este patrimonio y su sustentabilidad en tiempo. 7.1 Cuando hablamos de los factores del deterioro nos vamos a referir a cuales son las causas que a través del tiempo han ido deteriorando estas áreas urbanas, grandes proyectos herencia del Movimiento Moderno en Chile. Los factores del deterioro podríamos ordenarlos en agentes de carácter conceptual e ideológico y en agentes de carácter económico y físico. Desde el punto de vista conceptual reconocemos que está tipificado lo que se reconoce como patrimonio en Chile, obras principalmente del siglo XIX. Tal vez debido a la proximidad de la construcción de las obras del Movimiento Moderno (siglo XX) es necesario entender y reeducar el concepto de patrimonio. Entender desde la concepción de este como herencia, es decir obras que cumplen al menos con dos de los requerimientos del valor patrimonial, por una parte que representan en su concepción la ideología de una época (histórica) en nuestro país y en otro frente, una huella física en la ciudad de aquel periodo. Es necesario que estos dos aspectos sean internalizados por quienes habitan estos conjuntos habitacionales y desde ahí generar una conciencia a nivel general en la comunidad. Es fundamental este reconocimiento como patrimonio moderno, porque al no estar registrado no existe protección legal, por ende no se pueden resguardar correctamente estas edificaciones. El resguardo legal que se postula debe ser adecuado y conforme a la normativa existente, pero no debe estar ajeno a una revisión de la misma, para que más que una ley restrictiva, sea una ley potenciadora del patrimonio que a través de una política de conservación y rescate permita la correcta gestión de este bien social. Hay que reconocer que lograr una legislación específica y que potencie la herencia del siglo XX puede ser un proceso extenso, no hay que olvidar que para establecer las normas de protección patrimonial (tradicional) en Chile debió pasar al menos una década, lo que nos habla de un proceso lento que es necesario abordar en un corto plazo, por el estado de fragilidad y deterioro de la herencia de nuestro Movimiento Moderno.

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Nuestro objeto estudio se asoció a los grades conjuntos habitacionales, fruto de políticas estatales que respondieron a una nueva forma de hacer ciudad, patrimonio que hemos denominado moderno. Por lo anterior, cuando se hace referencia a entender y reeducar el concepto de patrimonio asociado a esta herencia es necesario ahondar en las ideologías y hechos históricos que ellas representan, citando la búsqueda de la modernidad en la ciudad y la presencia de la clase media de manera intensa en la realidad urbana e instalada físicamente en estas grandes intervenciones urbanas. Las grandes dimensiones de estos conjuntos también acarrearon problemas, principalmente asociados a la dificultad de su mantención y administración. Esta constatación devela el segundo factor de deterioro que es denominado como físico y económico. Al centrar el tema en la extensión de estos conjuntos habitacionales, vemos que existe un problema de deterioro asociado a los costos de mantención de su infraestructura y espacios de uso comunitario, pero también asociado a los materiales de construcción que se utilizaron en sus espacio intermedios, sumado al hecho de ser conjuntos habitacionales que concentraban grandes cantidades de habitantes, en el caso de la U.V.P. estamos hablando de casi dos mil viviendas y cerca de quince mil habitantes en 31 hectáreas de terreno, lo que obviamente dificulta la administraron y genera conflictos al interior del proyecto, que se expresan en sus variados deterioros (físico, administrativo y social). En la U.V.P., se suma también la falta de claridad en la naturaleza (legal) de los espacios comunes. Es imperiosa la definición de los bienes de uso público y bienes comunes, es decir resolver la propiedad de los espacios públicos del conjunto, permitiría comenzar a resolver los conflictos en su mantención. En nuestro caso de estudio el cuidado de los espacios públicos estará asociado a un alto costo económico, por ejemplo la mantención de las extensas superficies destinadas a áreas verdes, por lo que es preciso contar con normativas de protección y reconocimiento del proyecto como patrimonio (en la propuesta de esta tesis: Zona de Conservación Histórica). Este resguardado facilitaría obtener subvenciones para su conservación, ratificando la necesidad de una declaración o registro legal como patrimonio moderno, para que el Estado pueda intervenir en los bienes de uso común, en contraposición a los espacios o bienes de uso público, en donde no debiese tener dificultades para su mantención y conservación. 7.2 Un segundo tema de conclusión expone el por qué las obras de arquitectura del Movimiento Moderno y en específico los grandes conjuntos habitacionales desarrollados por el Estado en ese periodo, deben ser considerados patrimonio, al igual que las obras ya reconocidas del siglo XIX. En primer lugar estos proyectos pertenecen a un momento que marcó un periodo de nuestra historia urbana, es decir a raíz de hechos físicos e ideológicos estampó su presencia en nuestras ciudades. Esta presencia lleva asociados factores sociales e ideológicos que lo singularizaron. Desde la arista ideológica, el asentamiento del Movimiento Moderno en Chile, la consolidación de un Estado de bienestar y las nuevas formas de construcción, en conjunto con la llegada de los profesionales de la arquitectura y el urbanismo al servicio público con toda la carga de vanguardia modernista.

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El factor social que singularizó este periodo se refiere al surgimiento de una nueva clase media, que comienza a demandar bienes, superando a las clases tradicionales. Una clase media que se sitúa en la ciudad requiriendo vivienda. A estos requerimientos responde el Estado construyendo grandes proyectos habitacionales, consecuente a la forma en que interviene en esos momentos, dando como resultado una nueva forma de habitar y construir la ciudad. Aunque se habla de un modelo replicado e importado, que fue más o menos exitoso según el proyecto analizado, se establece que esta reinterpretación se transformó en herencia, al dejar una huella de su presencia en la ciudad, tanto por la forma en que se implantó en ella, como la manera en que se integró a nuestras urbes modernas, permaneciendo hasta hoy como representante de un modelo único y vanguardista. Indiscutiblemente el tema de la valorización social y económica está asociado al patrimonio, y es relevante al momento de requerir su reconocimiento como tal. Toda la herencia del Movimiento Moderno, y lo que significó su desarrollo en nuestro país, tienen un valor que es relevante tener presente al momento de denominarlo como patrimonio moderno. En este punto nos acercamos al cómo se debería generar un plan de recuperación, a partir del reconocimiento del valor cultural y físico de estas intervenciones urbanas. 7.3. Un plan de recuperación de un territorio asociado al patrimonio urbano, es decir la recuperación de un área urbana ligada al reconocimiento de su herencia cultural, es una tarea de rescate y protección que no está disociada. Podemos reconocer un patrimonio y a partir de esta acción comenzar la recuperación de un área urbana deteriorada. Para entender esta simbiosis es necesario abordar el tema y la discusión del valor del patrimonio en todas sus dimensiones. El patrimonio tiene un valor, que puede ser abordado desde el punto de vista económico y/o social. El valor social obviamente es el que la comunidad reconoce en una herencia patrimonial y, a través de este hecho, requiere su mantención y resguardo, permitiendo que las nuevas generaciones disfruten de este legado. El valor económico por su parte, está asociado a la recuperación de un área urbana, significativa en el caso de la U.V.P., que padece deterioro u obsolescencia, pero que representa un gran potencial urbano, por su localización metropolitana y equipamiento local. La recuperación de estas áreas urbanas, necesita de una importante labor de gestión, y ésta debe partir en primera instancia de una señal o intervención estatal. Es decir, el sector público deben dar las señales de interés y rescate de estas áreas, como lo ha hecho a través del programa Quiero Mi Barrio (MINVU). La primera etapa de este trabajo se debe hacer con la comunidad que lo habita, ésta es la fuerte impronta social que tiene lo que hemos denominado Plan de Recuperación Integral. No obstante, más allá de lo social, debe haber intervenciones físicas y es por eso que se sindica como un programa integral.

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La primera intervención en el área a rescatar debe corresponder a una intervención social, con una gestión exclusivamente pública, en cambio la intervención física debiese ser de gestión mixta (público-privada). En el caso de las intervenciones físicas (normativas, regulatorias y de ejecución de proyectos), las primeras señales deberán surgir por parte del Estado, lo que va a generar seguridad y como consecuencia atraerá al sector privado a participar de este Plan Integral de Recuperación. Es fundamental la participación y la información permanente a la comunidad de la U.V.P., en cuanto a los alcances y desarrollo del Plan, permitiendo una retroalimentación constante del proceso. Esto permitiría el posicionamiento (indispensable en la primera etapa de la gestión) a través de la representación y el sentimiento de contribución de sus habitantes. Los trabajos de participación ciudadana y focus group constantes permitirían priorizar estrategias. En paralelo es necesario insistir en la centralización de la administración, como una estrategia de cohesión de los habitantes de la unidad. Estas intervenciones en teoría evitarían conflictos durante la implementación del Plan de recuperación. Cuando se citan acciones físicas, se reconocen intervenciones no sólo en las edificaciones, también se refiere a intervenciones en el área inmediata del proyecto. En el caso específico de la U.V.P., no hay que olvidar la localización privilegiada que tiene el proyecto, su centralidad urbana, su excelente conectividad metropolitana, así como también todo el equipamiento público y cultural asociado al sector, todas características que en conjunto representan las oportunidades y el potencial que tiene el sector para ser recuperado. Por lo tanto, la intervención en el área no debiese ser sólo una inversión social, asociado al valor de recuperación, si no también relacionarlo al valor económico del patrimonio, asociado éste a la reactivación de un área urbana deteriorada, con potencialidades, en donde se pueden obtener y lograr inversiones a través de proyectos privados que representen divisas para la comunidad y que reviertan los procesos de obsolescencia. Para que la recuperación del patrimonio moderno de la U.V.P. sea sostenible es necesario generar recursos para su mantención, por eso se establece que en el mismo conjunto se realicen proyectos de orden mixto o concesiones que generen dividendos que permitan mantener económicamente los planos que no son sostenibles del proyecto, por ejemplo las áreas verdes, la atención de las fachadas y el cuidado general del proyecto. Para no alterar su valor estético se sugiere la utilización de su subsuelo con la posible construcción de estacionamientos subterráneos. Tomando en cuenta estas tres conclusiones, podemos establecer que la U.V.P. puede ser reconocida como un patrimonio urbano, por el hecho de ser un gran proyecto habitacional herencia de la década de los años 60, un legado del Movimiento Moderno en nuestro país, y el resultado físico de las políticas estatales de hacer ciudad en aquel momento histórico. No obstante, por su actual situación de deterioro requiere ser recuperado, por lo tanto en una primera instancia debe ser reconocido como patrimonio, clarificando y poniendo en valor lo que significa esta herencia.

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Al reconocerla se le entregaría su valor como herencia y se resguardaría legalmente su infraestructura. Lo anterior permitiría aplicar un Plan Integral de Recuperación, que reconozca la urgencia de hacer intervenciones estatales en el sector (integrando las actuales iniciativas gubernamentales), la necesidad de atraer inversiones fomentando desafíos de privados en el área, sin dejar de reconocer el potencial humano, junto a la necesidad de trabajo social con los habitantes del conjunto. El Plan Integral propuesto permitiría, a través de una gestión clara, centralizada en su organización y pluralista en participación, la recuperación de un área urbana importante de nuestra ciudad. Al integrar este territorio al desarrollo urbano, se resguardará no perder su valor patrimonial y agregaría valor físico a su recuperación, la que se realizaría a través de una gestión que cohesione: la puesta en valor del patrimonio, la generación de un Plan Integral (que convoque actores diversos de la comunidad) y finalmente el rescate urbano del sector.

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