Enrique Rivas Paniagua. Bajo la mirada de Jesús Guerrero

Page 1

Enrique Rivas Paniagua:

¡Esta raíz Huasteca!

Sociólogo, locutor, investigador y escritor

Bajo la mirada de Jesús Guerrero

SCulturaTampico


E

nrique Rivas Paniagua con sus aventuras por el terruño, desde adolescente, anticipaba los viajes del México de sus andanzas; llegaba de la capital para subir, en la Plaza de la Libertad, al tranvía naranja, de los viejos —no el clorofila, que era de los más nuevos entonces, — hasta llegar a la playa. El sonido durante el trayecto, aquel sonido que nunca lo abandonó, aún resuena en su cabeza; habitante continuo de sus memorias, es música, es Tampico. — ¿¡Por qué nunca nadie habrá grabado eso!? ¡Daría no sé qué por volver a escuchar ese sonido! sobre todo cuando iba por Árbol Grande, cuando alcanzaba campo abierto y el tranviario “le metía”; este ruido lo traigo en mi cabeza, tru, tru, tru, truuu; tru, tru, tru, truuu —, se pregunta y lamenta, quizá como reclamo para sí mismo, mientras imita a la vez el ruido; sesga la mirada a su izquierda, para recrear a partir de este paisaje sonoro, la pesada unidad entre las nubes.

1


En aquel tiempo, en la playa de Miramar había solo dos o tres locales, nos cuenta Enrique. Pero para él, ya todas aquellas sensaciones estaban ligadas al sonido; las imágenes; eran consecuencias de su inteligencia musical. — Tengo escasos recuerdos anteriores a mis primeros 5 años: dos o tres escenitas aisladas allá en Tampico, que más o menos las tengo presentes, ninguna asociada con la música, pese a que mi padre gustaba mucho del huapango e incluso, algunas veces se reunían su familia y amigos…, a lo mejor ya se me iba metiendo en mi cabeza de chilpayate. Pero no lo sé, realmente no tengo conciencia de ello.

Los recuerdos de cuando parten a la Ciudad de México son más nítidos y firmes. Sin embargo, nunca rompieron con Tampico, no se desligaron por completo del Puerto; aquí seguía la familia, estaban las hermanas y hermanos de su madre y de su padre. Además, trasladan con ellos hasta el centro del país, expresiones propias de la zona. — Todavía… ¡Mira de cuantos años te estoy hablando!, mis hermanas y yo, seguimos diciendo los quequis, y no las mantecadas, como dicen por allá, ¡y eso no nos lo quita nadie! —, suelta la carcajada franca—. Mi mamá seguía haciendo bocoles, mondongo y las enchiladas, en

fin… Yo tengo mucho esa raíz huasteca y, como regresábamos de vez en cuando en vacaciones, por ejemplo, recuerdo unas en especial de septiembre; tenía 7 años y regreso por primera vez a Tampico; entonces, no hubo un desarraigo total.

Creció bajo un ambiente chilango-capitalino que sentía lo violentaba mucho y lo desconcertaba, Sin embargo, asegura, el “colmo de males” para él, era llegar a Tampico y sentir un rechazo. A pesar de ello, nunca renegó de sus raíces. “Tampico no me entendía o yo no entendía a Tampico; hablo de la ciudad, como si de un ente se tratara, pero en realidad (para mí), significaba familia”, el amor por el Puerto. Su llegada a México, fue en el año del 55. — Entonces la música empezó a penetrar en mí enormemente. Creo haber tenido oído y tenía voz, tanto así, que a los 7 años mi mamá y mi hermana me llevaron a concursar a un programa de televisión que se llamaba Estrellas Infantiles “Toficos”, que se transmitía por canal 2, el único que había, conducido por Pepe Ruiz Vélez o Genaro Moreno, y gané. Yo tenía esa vocación, ese oído para la música, pero para todo tipo de música. Yo no traigo el huapango como única vía, no había un ambiente así por ningún lado; en Tampico menos, el gusto por el huapango se restringía a las cantinas, punto. Hoy el huapango más o menos se ha ido difundiendo.

2


Gusta de escuchar música clásica. Cuando estudiaba Sociología en el turno vespertino, asistía a conciertos de la Orquesta Filarmónica de la UNAM dirigida por Eduardo Mata, y en ocasiones faltó a clases los viernes, para ir a escucharla. Fue roquero, tocó batería. Lo mismo escucha Jazz, que mariachi; sus gustos musicales abarcan un espectro muy amplio. Esto no ha sido impedimento para que, a través de su trabajo en Radio Educación, difunda la música y sones de nuestro país, con énfasis en el huapango y el son huasteco.

* Carlos Montemayor, coordinador, Enrique García Escamilla, Enrique Rivas Paniagua y Librado Silva Galeana, Diccionario del náhuatl en el español de México. México, Universidad Nacional Autónoma de México, Gobierno del Distrito Federal, 2007, 440 p.

Enrique Rivas Paniagua nace un 5 de diciembre de 1949 en Tampico, Tamaulipas, (vaya desde aquí nuestra felicitación por sus 72 años de vida), es licenciado en Sociología, por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1969-1973. Cuenta con amplio currículum y al menos 17 libros de su autoría, otros en coautoría, colectivos y antología; prólogos y solapas, entre los que destacan:

* México de mis andanzas. México, edición del autor, 1984, 111 p. Prólogo de Enrique Loubet Jr.

[Segunda edición, corregida y aumentada: México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2009, 469 p.] [Tercera edición, conmemorativa del 70 aniversario del natalicio de Carlos Montemayor: México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2017, 469 p.]. [Géneros: diccionario, paremiología, ensayos].

[Género: crónica de viajes]. * Fotografías, entrevista y compilación: Jesús Guerrero Valdez.

* Nicandro Castillo el hidalguense. Pachuca, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Programa de Desarrollo Cultural de la Huasteca, Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, 2003, 256 p., ilus., mapas., partituras. Fotografías del archivo familiar de Nicandro Castillo. [Segunda edición, revisada y ampliada: Pachuca, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, 2014, 292 p.]

3


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.