PUENTE CULTURAL DICIEMBRE 2022

Para iniciar las celebraciones de fin de año y Navidad, Los 10 Tenores nos ofrecieron un magistral concierto acompañados por la centenaria Banda Municipal de Tampico, Elgar Diseño Musical y el Trío Mezquite Pág. 08

EDICIÓN 011

TAMPICO, TAMS. DICIEMBRE DE 2022 SECRETARÍA DE CULTURA DE TAMPICO

LA GALERÍA

Hemos visto a jóvenes ir desarrollando su trabajo en las redes sociales y su crecimiento, tal es el caso del Fedenauta, un ilustrador muy tampiqueño.

DÍA DEL PAYASO

cómo se forman estos artistas de la alegría. 06 Todo es muy simple Elizabeth Pérez Trigo nos habla de lo que significó para ella ser la editora de este libro, de la autoría del escritor tampiqueño Roberto González Elizalde 08

LOS DIEZ TENORES

Recién esta agrupación de voces tamaulipecas ofreció un concierto en Tampico. 14

LA CRÓNICA

Josué Picazo nos redescubre un episodio de un icono muy entrañable para los habitantes de la zona conurbada.

¡Felices fiestas!

La historia es un incesante volver a empezar. Tucídides, historiador y militar ateniense del 460 a.C.

Soy curiosa y por ello me intrigan las acciones que algunas personas realizan el 31 de diciembre para celebrar el fin de año: desde comer doce uvas al dar las doce, hasta el salir a darle la vuelta a la manzana maletas en manos, pasando por el pisar un billete o comer lentejas con piña. Rituales de un final que es nuevo comienzo. Y es que cada enero tenemos la sensación de reescribir nuestra historia, siempre una “otra” oportunidad de tratar de saber qué quitar o qué añadir a nuestras vidas; de desear otras cosas, otros momentos. El deseo siempre como motor de la acción.

En la Secretaría de Cultura deseamos para ustedes -y trabajaremos para hacer que suceda- rituales extraordinarios: música en el corazón, letras conmovedoras para la mirada, bailes que aligeren el andar, imágenes

¡Guau! Sí que este año estuvo muy perrón. En la Secretaría de Cultura nos hemos puesto las pilas para regresar a las actividades masivas con ustedes. Y es que nos gusta reunirnos y compartir un poco de lo que nos gusta mucho hacer.

Me gusta vivir aquí, entre amigos, bípedos y cuadrúpedos, todos me han arropado con afecto y muy perrona onda. Entre los inquilinos habituales está la Michu, muy elegante ella con su pelaje grisáceo, se pasea por los jardines y pasillos con la perezosa liviandad típica de los felinos. No puede faltar Michigan, un joven gatito blanco con manchas negras y grises en su lomo, un trepa árboles inquieto y muy curioso, cuyo espíritu felino, más dócil que lo habitual, le ha ganado muchas caricias y ha llamado la atención de más de alguno que otro personaje que nos visita.

Y, por supuesto, están los humanos, que a menudo me obsequian un poco del pan que ¡me encanta! Vean, vean, cómo se me pone de contenta mi colita solo de imaginarme su textura esponjosa y su delicado sabor con matices de vainilla y… ¡¡guauuu!! Pero, shhh, no le vayan con el chisme a la Señora de los Sobres, ella quiere que me alimente saludablemente.

Oigan, oigan, tengo que contarles que aquí andan muy entusiasmados con una cosa que llaman Navidad, algunos se reúnen en corrillos por los pasillos o en el comedor, se ríen, hacen planes, hablan de comprar un pinito y hasta las muchachas de la escoba andan más alegres que de costumbre mientras van de aquí para allá con las cubetas y las escobas. Vaya alboroto que se cargan, hasta parece que van a rascarles la pancita, porque eso me gusta mucho y me pone muy contento.

emocionantes en el cerebro, y un nuevo comienzo en el que, como dice nuestro alcalde, “unidos brillemos más”.

¡Feliz y próspero 2023, año del bicentenario de nuestra hermosa ciudad y puerto!

Parafraseando al poeta granadino, que en este nuevo comienzo, las estrellas de la noche se vuelvan siemprevivas.

¿Ustedes saben algo de la Navidad? Bueno, no es que yo sea un palurdo y no haya investigado el tema, un ladrido por aquí con el perro amarillo que vive enfrente, un ladrido por allá con unos perrazos que deambulaban por el pórtico… pero aún me quedan algunas dudas. Les diré porqué: un día estaba paseando por el IRBA cuando un humano adulto le decía a una niñita que no corriera, no brincara y que se quedara quieta so pena de que un tal Santa Clós no le iba a traer regalos en Navidad.

A mí me parece que es algo extraño, porque a menos que me equivoque, también soy muy alegre, me porto bien, tan bien que el otro día fui a saludar a los chicos y chicas de una escuela, dejé que acariciaran mi lomito y moví mi colita muy contento por verlos en mi casita… pero hasta ahora, “Michigan” -que recién llegó y maulla algunas aventuras-, la “Michu” y yo no hemos sabido de algún Perro Clós o Gati Clós que nos traiga regalos por habernos portado bien.

Es un perromisterio para investigar. Oigan, se me ocurre que me puedan escribir contándome cómo les fue en la Navidad y qué les regaló el Santa Clós, ¿les gusta la idea? Yo seguiré investigando a ver qué descubro. Tal vez me lleve una sorpresa para contarles en la próxima perrocolumna. ¡Felices fiestas!

culturatampico@gmail.com

EN PORTADA El Concierto de los Diez Tenores frente al Palacio Municipal de Tampico

DIRECTORIO JESÚS NADER NASRALLAH presidente municipal de tampico

SANDRA EDITH MUÑOZ CRUZ secretaria de cultura

Nos han divertido desde que somos niños, nos han acompañado en nuestro crecimiento con su alegría y sus bromas, te invitamos a conocer

FEDENAUTA

Atreverse a Imaginar la magia local

Ilustrados en técnica tradicional y digital, el trabajo de Fedenauta transita con humor el colorido imaginario colectivo de la zona conurbada del sur de Tamaulipas.

Mapaches, extraterrestres, cocodrilos, seres sobrenaturales como: como la Niña-Perro y La Planchada del Naturista, entre otros, son los pobladores de un Miramar y un Tampico hilarante y fantástico lleno de historias que deben ser contadas.

Pueden encontrar estas divertidas Ilustraciones en forma de stickers, prints y recientemente en playeras y otros objetos en su Instagram y Facebook como Fedenauta.

En Tampico el oficio del payaso tuvo un gran auge gracias a la difusión de los programas familiares que transmitía la televisión local y que hacían las delicias de muchos de los que ahora somos del selecto grupo de los chavorrucos.

Los tampiqueños recordarán a sus enrañables personajes de pelucas alborotadas y colores chillones, nariz roja, rostros maquillados y extravagantes trajes de co-

lores llamativos que nos invitaban a pasar un rato agradable y divertido.

No habiendo escuelas de payasos en la zona, no existe una manera “correcta” de formarse como payaso, según nos platica Gabriel Rodríguez, conocido en el ámbito como “Mimito”, la única manera de aprender era aventarse, perderle el miedo, ir creciendo ya sea de manera autodidácta o contar con la benevolencia de algún payaso que te mostrara el camino

“Yo comencé haciendo teatro, por cosas del destino mi subdirector en ese entonces era Ricardo Zárate, él es director de teatro, tiene un grupo de pantomima y yo era su chofer veníamos todas las tardes a ensayar a la Casa de la Cultura, me aprendí toda la obra pues ahí estaba todos los días, de repente un jovencito que estaba en la prepa ya no pudo venir y levanté la mano. Ensayamos, les gustó cómo lo hice y me quedé en la obra”.

Para los que crecieron en esta ciudad, la cultura de los payasos es muy importante, hasta formativa me atrevería a decir, algunos de los personajes de entonces pueden considerarse leyendas en el ámbito, pero ¿cómo inicia?

“Esto del payaso viene desde mucho muchos años atrás con los bufones. En los teatros de la Antigüedad ellos se ponían máscaras blancas y guantes para que el público los pudiera ver, para que su gesticulación y movimiento se vieran desde muy lejos. De ahí viene el mimo, para empezar. Y se empezaron a maquillar”.

Voy para 18 años haciendo de payaso, cuando yo llegué ya había una gama inmensa de payasos. No había la escuela que ahora se llama YouTube, no había esa escuela. Aprendías a la cómo Dios te dio a entender o que alguien te diera la mano para maquillarte.

LOS EMBLEMÁTICOS

Payasos iconos de Tampico menciona que vio en televisión a: “Chispita”, “Mr. Willy y su Muñeco”, el “Mago Hugo Brown”, y a quienes yo admiraba, bueno, “Cascarín”, “Copetín”, “Mapi”, que en paza descanse, “Sonny”, el payaso “Colorín” y “Fosforito” eran los que yo admiraba porque a mi hija la llevaba a ver los payasos, que inconscientemente, ahí digo, los iba a ver yo porque a mí me gustaba ese cotorreo, quería aprender y como ya traía tablas de teatro, tablas de pantomima no fue muy difícil para mí aprender el arte del payaso. Fue complicado por la pena que te da, perder el miedo escénico eso es lo más complicado. Y con base en los payasos que ya existían como “Chispita” y esos pues no aprendí mucho, yo realmente no los vi tanto, Aprendí más de los congresos nacionales que he ido y que he participado y he traído buenas preseas, gracias a Dios. Ahí es donde he aprendido yo el arte del payaso.

Todos, la mayoría, se fue dando a conocer a través de la televisión. “La gente… antes no había redes sociales, te miraban localmente en Tamós, Pánuco, lugares circunvecinos, Madero, Altamira, un poquito más a El Mante, algo así, por Televisa. Y ellos (los payasos) son muy conocidos como iconos de Tampico por la televisora, pero no todos trascendieron más allá de lo que es su personaje, Cascarín sigue vigente en los eventos de México porque él conduce, él es maestro”.

ESCUELA TAMPIQUEÑA

Realmente no hay una escuela, señala “Mimito”, pero a veces se reúnen, hablan acerca del ambiente y de cómo pueden mejorar y vender su espectáculo. Una de las ventajas de vivir en estos tiempos y que fue explotado por muchos es la facilidad con que te promueves a través de las redes sociales, de esto también platican. La manera de hacer escuela en este momento es compartiendo con los nuevos talentos lo que se puede hacer y cómo hacerlo mejor. Las reuniones son en casa de alguno de ellos, ahí abordan los temas que interesan, ensayan rutinas, forman equipos, montan esquetches, trabajan shows juntos y al finalizar conviven alrededor de la mesa.

“Creo que esa es nuestra escuela, que yo he aprendido con ellos y ellos han aprendido cosas que también yo he podido enseñarles. Esa es realmente la escuela”.

SHOWS EN LA LAGUNA

La Laguna del Carpintero ha sido un buen escenario para que los payasos tampiqueños mantengan sus personajes al día, y al mismo tiempo atraerse recursos y crear rutinas. Muchas plazas de la república -señala “Mimito”- solo dan media hora para trabajar y en esa media hora tienen que dar un buen show. En Tampico los shows son de una hora, lo que exige al payaso tener una variedad mmás completa de show, porque esta es una plaza muy exigente. En plazas y calles el show es diferente a una fiesta infantil, tiene que echarle un poquito más de picardía porque es calle y la gente está un rato y se va. Es gente que no está estancada, está en movimiento y a la gente la hemos acostumbrado aquí así, si no le metes un poquito de picante a la gente le da flojera y se va -nos dice un payaso que ha tenido que sortear las demandas del público- Y luego ya, “¿quién sigue, quién va? Fulano, ay me quedo. Ya saben los que traen más cotorreo y ya saben quiénes no traen un show tan…”

“Yo soy más un payaso clásico que un payaso moderno. En cierto modo a mí me molesta ver a un payaso con tenis, para mí un payaso es: peluca, nariz, ropón y zapatotes grandes, para mí eso es un payaso realmente. Yo procuro no quitarme esa esencia y es lo que yo le transmito a la gente, a los chavos nuevos, esto es un payaso. No son jeans,son modernos, yo sé que los tiempos cambian y hay que actualizarse pero yo soy más clásico, más del ropón grande”.

MENTOR

En este mundo del payaso existen muchos payasos, pero te mencionaré dos tipos: el cómico y el patiño. Has oido hablar obviamente de Viruta y Capulina, Viruta era el patiño y Capulina el cómico. Los Chicharrines, el de pelo güero es el patiño, el del pelo rojo es el cómico. Y así.

Gabriel Rodríguez inició haciendo teatro y luego pantomima, alguien lo vio y lo invitó a trabajar en la Feria, ahí se pone en contacto con quienes considera son los mentores de su carrera: “Me acerqué a un payaso que se estaba maquillando, hacía unos maquillajes muy bonitos: Rigoberto Reyes Tirantitos y hacía unos globos bien bonitos, está chido esto, me dije”. Ahí conoce también a “Wuilibaldo” y “Flakolyn”, “Los Flakayasos”, con quienes empieza haciendo shows, y donde “Jaibito” le cambia la peluca de trapeador por una gorra con su nombre, “Mimito”, escrito.

Al morir “Wuilibaldo” empieza a trabajar con “Flako” y a hacer show; “siento que fue como que mi mentor, él y Wuilibaldo, porque yo soy patiño gracias a Wuilibaldo, después con mis hijas: Cucharita, Arenita, ellas fueron cómicas y yo patiñaba”.

Sobre un libro no tan simple

La primera vez que me acerqué al libro Todo es muy simple, de Roberto González Elizalde, fue bajo la encomienda de realizar un comentario crítico (podría decirse) sobre este. Contrario a su título, esta me pareció una tarea no muy simple. A pesar de que no era la primera vez que hacía un análisis literario, por lo general siempre sabía qué buscar en cada obra, sin embargo, en esta ocasión no estaba tan segura de qué era exactamente lo que tenía que encontrar: ¿un manejo del tiempo particular?, ¿temas de actualidad?, ¿crítica social?, ¿personajes complejos? Con más dudas que certezas me dediqué a indagar de la única manera que conozco: leyendo.

Siempre he pensado que no hay otra manera de estudiar un texto más que leyéndolo, directamente, sin aparatos críticos ni teorías. Todo está en la obra. Y así fue, y así es, con los cuentos de Roberto. Todas las dudas que se habían formado en mi mente sobre qué características resaltar se fueron disipando una a una con la lectura de cada cuento. De manera que toda pregunta obtenía su respuesta.

¿Un manejo del tiempo particular? Sí, en

“Creo que justamente escribo para tratar de comprender por dónde va esta ciudad que es pequeña pero que es vasta en cuanto a sus expresiones culturales y su diversidad de gente y su diversidad de problemas. Tal vez tratar de concentrarla en textos me ayuda a mí también un poco a conocerla un poco más”

“Everything must go” recorremos el pasado y presente de la protagonista de manera intercalada, lo que aumenta la tensión con respecto a su futuro. ¿Trata temas de actualidad? Sí, los cuentos “Cultura general” y “La otra vida” no solo retratan situaciones actuales, sino basadas en temas que hoy se discuten, cada uno con su estilo particular. ¿Tiene personajes complejos? Sí, el joven protagonista de “Hijos predilectos”, Rogelio de “Un silencio un estruendo”, y Nidia, de “Sutra”. ¿Tienen sus cuentos un giro inesperado que deja al lector sorprendido y abatido? Sí, los ocho relatos de esta antología.

Pero más allá de todas las características técnicas que pudiera mencionar y seguir enlistando, Roberto logra capturar escenas de nuestro tiempo y espacio con las que podemos identificarnos, que conocemos, que forman parte de nuestro mundo y nuestra realidad. Los que no somos de aquí, los que llegamos hace menos de cinco años, escuchamos montones de historias inverosímiles sobre lo que esta ciudad llegó a ser, a sufrir. Aun después de varios años de escuchar estas anécdotas, resulta complicado imaginar todo aquello que se cuenta. Ahora,

Roberto González Elizalde

Elizabeth Pérez Trigo y Roberto Gonzálezz Elizalde durante la presentación del libro “Todo es muy simple” en el Teatro El Farol

después de leer Todo es muy simple, pienso que he podido ver, un poco más de cerca, esa realidad que, para mí, hasta ahora había sido solo historias.

También, los relatos de Roberto nos muestran personajes muy parecidos a nosotros: individuos acosados por el mal del siglo XXI: la violencia percibida e interiorizada por todos los que habitamos este país. La presencia, ya sea clara o soslayada, del crimen organizado es un elemento recurrente en los escenarios en los que los personajes intentan sobrellevar la vida, como todos. La decadencia, la ignorancia, el miedo, los excesos y el dolor son algunos de los temas frecuentes en esta compilación. A pesar de ello, como buena obra literaria, en el trasfondo de cada relato se nos dirige como lectores no solo hacia la crítica, sino también hacia un constante cuestionamiento sobre nuestro tiempo y sus ideologías; nuestro actuar y nuestras posibilidades.

Por otro lado, no podían quedar fuera de este bodegón tampiqueño las raíces huastecas de la región. Muy a la manera de los grandes escritores latinoamericanos del s. XX, el juego entre lo real y lo fantástico aparece aquí como una forma de representar los conflictos humanos y sociales, así como nuestra deuda con el pasado.

Por último, cabe mencionar que cada cuento asume una forma de discurso distinta; se planta en un registro lingüístico o dialecto específico que se reproduce, de manera fiel, a lo largo de todo el relato. A final de cuentas, las palabras son todo con lo que contamos en la literatura, de manera que capturar la voz del otro es, siempre, un gran logro del autor. Un logro que, a nosotros, como lectores, nos permite escuchar las distintas voces de nuestro país, lo que cada una de ellas tiene que decir. Esto es, más que un deleite, una oportunidad de escucharnos en el otro.

Ahora bien, en un tono menos academicista y

“He escuchado historias de terror sobre lo que esta ciudad llegó a ser y a sufrir. Hasta hace poco no podía más que imaginarme todo lo que me contaban. Ahora, después de leer “Todo es muy simple’’ pienso que he podido ver un poco más de cerca esa realidad que para mi hasta ahora habían sido solo historias”

Elizabeth Pérez, editora

“Es muy difícil sentarse y escribir y terminar un proyecto pero es más difícil escribir un libro de relatos que una novela, es más difícil porque el riesgo repetirte en los cuentos es altísimo”

“Se atrevió a retratar los personajes femeninos de una manera distinta, de una manera yo creo que la visión no es condescendiente, no intenta quedar bien con una audiencia feminista, ni mucho menos pero sí le otorga muchas cualidades a algunos estos personajes”

Gerardo Piña, doctor en literatura inglesa por la University of East Anglia

analítico, cabe mencionar que la literatura tiene la capacidad de estar llena de técnicas de escritura, temas profundos y diálogos complejos, y aún así atraparnos con una simple historia. El lector no siempre tiene que estar al tanto de todos los procesos implícitos en la obra, a veces, solo se busca disfrutar un rato ameno, alejarse de esta realidad, disfrutar de un libro. El arte, a diferencia de los textos científicos o académicos, nos permite reflexionar a través del goce estético, por lo que leer esta compilación de cuentos, a pesar de todo lo dicho, sí es algo muy simple.

Todo es muy simple es una compilación de ocho cuentos, cada uno con una perspectiva y temática distinta.

Elizabeth Pérez Trigo

La Secretaría de Cultura de Tampico fungió como coeditora del libro “Todo es muy simple”, en conlaboración con Elizabeth Pérez Trigo, editora del proyecto, que acompaña a la titular de Cultura, Sandra Edith Muñoz Cruz, y al autor, Roberto González Elizalde

EL CONCIERTO de

Los Diez Tenores TAMAULIPECOS

El domingo 4 de diciembre, frente al pórtico del Palacio Municipal se presentaron Los 10 Tenores Tamaulipecos para ofrecernos una velada muy navideña en el marco del inicio de las celebraciones de fin de año.

La agrupación estuvo acompañada por la Banda Municipal de Tampico, Elgar Diseño Musical y el trío Mezquite, ofreciéndonos un repertorio compuesto por canciones mexicanas y villancicos navideños.

Diez voces tamaulipecas en el Puerto

Los 10 Tenores Tamaulipecos se formaron hace 5 años, en el 2017, con la idea de juntar a algunos de los mejores talentos del bel canto en Tamaulipas en una sola agrupación; es así como se dio a la tarea de hacer la invitación a petición expresa del Gobierno del estado a los diferentes artistas de diferentes zonas, conformándose con un integrante de Nuevo Laredo, un integrante de Reynosa, un integrante de San Carlos, un integrante de Ciudad Mante, un integrante de Ciudad Madero, uno de Altamira, tres de Ciudad Victoria y uno de Tampico.

Los 10 Tenores se han presentado en diferentes teatros y espacios públicos del estado, siendo Tampico el lugar con más presentaciones, siendo acompañados también por diversas orquestas, así como agrupaciones de gran relevancia como la Banda Municipal de Tampico. Diverso repertorio se ha ido añadiendo en el haber de esta agrupación, principalmente repertorio que enaltece la belleza de nuestro estado, particularmente dando realce a nuestros grandes compositores locales, siendo este uno de los mayores atractivos de las presentaciones del grupo. Actualmente la agrupación da lugar a diversos artistas talentosos en cada presentación debido a la apretada agenda que cada uno de los integrantes como solistas tienen en este momento.

Redacción Cultura

| Diez voces tamaulipecas

#LaCrónica | Tranvías de Tampico

¿Sueñan las jaibas con trenes eléctricos?

Los tranvías son parte fundamental de la historia y la iconografía porteñas: Fueron símbolo de progreso y modernidad; hoy, recorren las vías de la nostalgia

La multitud agolpándose en torno a los tranvías en la plaza de la Libertad o el continuo transitar de los carros eléctricos rumbo a la playa fueron estampas típicas del Tampico del siglo XX. Hoy, pocos vestigios quedan de aquel medio de transporte que fue tan importante para miles de tampiqueños y maderenses.

Los antecedentes del tranvía en Tampico se remontan, según el historiador Marcial E. Ocasio Meléndez, al año de 1879, cuando el adinerado español Benito Zorrilla presentó al Ayuntamiento el proyecto para la construcción de un tranvía que era jalado por mulas

y que comunicaba los muelles con las zonas residenciales. Sin embargo, hacia 1889, la compañía del tranvía quebró debido a deficiencias en su infraestructura y a la falta de ganancias. Carretas y vagones públicos fueron, entonces, los que atendían las necesidades de transporte. A partir de 1896, el tren de la Barra (cuya línea se había tendido originalmente para la construcción de las escolleras) comenzó a transportar personas entre Tampico, Árbol Grande, Doña Cecilia y la playa Miramar.

A finales del siglo XIX, se consideraba que toda ciudad moderna debía tener un sistema de tranvías. En

La poeta tampiqueña Gloria Gómez Guzmán plasma en su poema «Vía de agua» emociones e imágenes que le suscitaba el viaje en tranvía. Como homenaje a Gloria Gómez en su aniversario número setenta, la cantautora veracruzana Stephanie Delgado realizó en 2020 una versión musicalizada del poema. Las ilustraciones de Alejandra Saavedra, que fueron animadas por Christian Trujillo, acompañan a la música y el canto. Este trabajo puede disfrutarse en YouTube: https://youtu.be/Mttxz1kLWgw ESCANEA EL QR

Estampa clásica de los tranvías frente a la plaza de la Libertad, sobre la calle Juárez, casi esquina con Héroes del Cañonero Tampico, a inicios de la década de 1920. Crédito: ArChivo históriCo MuniCipAl de tAMpiCo iMAgen CedidA por luis FernAndo CAstillo

#LaCrónica | Tranvías de Tampico

En los días posteriores al estallido de la huelga, en diciembre de 1974, el servicio de autobuses y carros de ruta no era suficiente para atender la demanda de la población, como se observa en esta fotografía capturada en la calle Aduana, frente a la plaza Hijas de Tampico. Crédito: el sol de tAMpiCo (15 de diCieMBre de 1974, seC. 2, p. 1).

Eléctrica registró una caída en el número de pasajeros, lo que llevó a la empresa a suspender, en 1927, la operación de todas sus rutas, excepto la Tampico-Miramar, que se había vuelto fundamental para el transporte de los obreros de las compañías petroleras Pierce Oil Company y El Águila.

De acuerdo con Allen Morrison, al iniciar 1929, la Compañía Eléctrica fue adquirida por el corporativo estadounidense Electric Bond & Share Co., que, tiempo después, vendió el sistema de tranvías a los trabajadores. Estos, posteriormente, integraron la sociedad cooperativa Transportes Eléctricos Tampico-Miramar, S. C. L. El mismo autor señala que, entre 1957 y 1972, la cooperativa compró a empresas tranviarias de Estados Unidos y Canadá cuarenta carros de segunda mano, que fueron los últimos que circularon por las calles porteñas.

Aunque a inicios de la década de 1970, los automóviles y autobuses eran los medios de transporte predominantes en la ciudad, el tranvía continuaba ofreciendo un servicio valioso y accesible a la población. Los viajes recreativos a la playa Miramar eran, según cuentan quienes así lo vivieron, una experiencia completamente distinta a trasladarse en automóvil: el rítmico traqueteo del vagón irrumpía entre el barullo citadino; la brisa se colaba por las ventanillas y refrescaba a los pasajeros; la vida de los barrios porteños y maderenses transcurría a un ritmo distinto para quien iba pensando en el mar…

Tampico, aunque el gobierno anhelaba sumarse a esa noción de modernidad, pasaron años sin que algún inversionista, local o extranjero, se interesara en el tren urbano. Hasta que, en 1901, el empresario Enrique Bretón Camargo ofreció al Ayuntamiento adquirir la concesión del antiguo tranvía, ampliar las vías hacia los barrios del norte y el oeste y continuar usando animales como forma de tracción, actividades que realizó mediante la empresa Ferrocarril Urbano de Tampico. Entre 1911 y 1912, el sistema de Bretón Camargo fue adquirido por la Compañía Eléctrica de Luz, Fuerza y Tracción de Tampico. La empresa de capital británico transformó el viejo «tranvía de mulitas» e introdujo carros eléctricos y equipos importados de Estados Unidos e Inglaterra. Aún durante el conflicto revolucionario y ya en pleno auge petrolero, los nuevos vehículos llegaron a Tampico en 1914 y comenzaron a circular ese mismo año.

Durante el resto de la década, el sistema de tranvías operó siete rutas que, partiendo de la plaza de la Libertad, alcanzaban los límites de la ciudad y brindaban servicio a una población que llegó a rondar los cien mil habitantes. Las rutas tenían por nombre: Estado (sobre la actual calle Emilio Carranza hasta la vía del tren a Monterrey), Cascajal, Unión, Cementerio, Águila, Hospital Gorgas (estas últimas tres usaban la misma vía, sobre la avenida Hombres Ilustres, hoy avenida Hidalgo) y Tampico-Miramar (cuya vía sirvió para el trazo de las actuales avenidas Emilio Portes Gil y Álvaro Obregón). Carlos González Salas señala que, en 1922, se abrió la ruta Colonias, sobre la actual avenida Cuauhtémoc hasta la colonia Vergel.

A mediados de la década de 1920, la producción petrolera en la región Huasteca comenzó a decaer y provocó una serie de reajustes para la economía regional. En Tampico, la Compañía

El viernes 13 de diciembre de 1974, el último tranvía entró a la terminal ubicada en la calle Tamaulipas, entre Aduana y Juárez, en la Zona Centro. A partir de las 17:00 horas de aquel día, estalló la huelga a la que había emplazado el Sindicato de Obreros y Empleados de los Transportes Eléctricos Tampico-Miramar. Tras varios días de infructuosas negociaciones en la Ciudad de México, el Sindicato decidió suspender las pláticas con los representantes de la Cooperativa. Los trabajadores acusaban a la empresa de violar el contrato colectivo y, además, exigían un aumento salarial del cincuenta por ciento. Mientras que la Cooperativa argumentaba que no había condiciones para cumplir con ese aumento, pues requerían que la Federación autorizara que se incrementaran sus tarifas. En ese momento nadie podía saberlo, pero, al romperse las negociaciones, también finalizaba la época de los trenes eléctricos en Tampico. ¿Ante la necesidad de contar con servicios públicos más eficientes y sustentables, es posible que en el futuro resurjan los tranvías para el Tampico del siglo XXI?

Tranvía cargando pasaje frente al edificio de Luz, punto de partida de la ruta hacia la playa Miramar. La imagen fue tomada el 29 de julio de 1971. Crédito: lindsAy Bridge

Aspecto del taller de los tranvías, aledaño al edificio de la terminal, ubicado en la esquina de las calles Juárez y Tamaulipas. Crédito: lindsAy Bridge

POR ÁGUILA O BULEVAR

Cafeteria de ruta

Ya sea que vengas por la avenida Hidalgo (Águila), por el bulevar o del otro lado del río, cuando te diriges al trabajo lo más buscado es un lugar donde comprar una bebida caliente y un bocadillo que te permita empezar a funcionar.

Establecida en 1998 por don Eduardo Valladares, esta cafetería de banqueta tuvo su primer emplazamiento en la banqueta del Parque Méndez, por la calle Álvaro Obregón donde algunos de sus clientes habituales eran los trabajadores de una casa editora, una vez consolidado se mudaron a un local en la misma cuadra, donde además de café, avena y chocolate, ofrecían bísquetes con mantequilla, tacos de guisos y gorditas.

Hoy cuenta con dos locaciones, una en la calle Obregón, entre 20 de Noviembre y Sor Juana Inés, y la otra, más pequeña, pero no por eso menos activa, en la calle General César López de Lara, entre Emilio Carranza y Díaz Mirón, en la planta baja del exhotel Imperial.

UN SABOR QUE CONQUISTA

Pero lo más peculiar, es el sabor acaramelado del café, más la siempre amable atención de su propietario, y de la señora Lupita (en la sucursal de López de Lara) quienes se han esforzado día con día para ir levantan-

do uno de los lugares de costumbre de la ciudad. Para los que vivimos o acudimos a diario al centro de Tampico, este espacio, sin marcas ni publicidad más que la recomendación boca a boca, representa un verdadero oasis de sabor, donde ruteros, taxistas, obreros, docentes, oficinistas y público en general confluyen democráticamente y lo han llevado a convertirse en uno de esos lugares que dan identidad a los habitantes de esta zona conurbada.

Redacción Cultura