Nuestra Cultura Nº 22

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octubre de 2013 / año 5 / nro. 22 Revista de distribución gratuita

CASA DE LA CULTURA VILLA 21 BARRACAS UN ESPACIO ÚNICO, CREADO PARA HACER DE LA CULTURA UNA HERRAMIENTA IGUALADORA.

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NUESTRA FOTO

ARTE PÚBLICO, BAJO EL ALA Reunidos en Mendoza, el secretario de Cultura de la Presidencia de la Nación, Jorge Coscia, entregó al gobernador de esa provincia, Francisco Pérez, un subsidio para restaurar el gran mural ubicado en la pared sur del Palacio de Correo, donde se representa la historia mendocina desde sus orígenes. Del encuentro también participaron el director nacional de Patrimonio y Museos, Alberto Petrina, y la ministra de Cultura local, Marizul Ibáñez. En 1945, Amadeo Dell'Acqua (1905-1987), artista plástico y caricaturista, realizó este mural para el Correo Central de Mendoza con la ayuda de talentosos artistas. El edificio se inauguró en 1951 como parte de una serie de emprendimientos cuya impronta arquitectónica marcó una época de fuerte presencia estatal en las obras públicas. Durante el encuentro, Coscia destacó el esfuerzo transversal del gobierno nacional, y de los ministerios, secretarías, gobiernos provinciales y municipales realizado en esta última década, única en construcción y revalorización de los espacios culturales y del patrimonio del país.

AUTORIDADES NACIONALES PRESIDENTA DE LA NACIÓN Cristina Fernández de Kirchner VICEPRESIDENTE DE LA NACIÓN Amado Boudou SECRETARIO DE CULTURA DE LA NACIÓN Jorge Coscia SUBSECRETARIA DE GESTIÓN CULTURAL Marcela Cardillo SUBSECRETARIA DE POLÍTICAS SOCIOCULTURALES Alejandra Blanco JEFE DE GABINETE Fabián Blanco DIRECTOR NACIONAL DE PATRIMONIO Y MUSEOS Alberto Petrina DIRECTOR NACIONAL DE ARTES José Luis Castiñeira de Dios

STAFF DIRECTORA NACIONAL DE POLÍTICA CULTURAL Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL Mónica Guariglio DIRECTOR NACIONAL DE INDUSTRIAS CULTURALES Rodolfo Hamawi DIRECTORA NACIONAL DE ACCIÓN FEDERAL María Elena Troncoso DIRECTOR NACIONAL DE PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS CULTURALES Y DIVERSIDAD CULTURAL Federico Escribal DIRECTORA NACIONAL DE PARTICIPACIÓN Y ORGANIZACIÓN POPULAR María del Valle Aguilar JEFE DE COMUNICACIÓN Y PRENSA Alejandro Obeid

NUESTRA CULTURA ES UNA PUBLICACIÓN DE LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA NACIÓN. AV. ALVEAR 1690, (C1014AAQ) CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES. PRENSA@CULTURA.GOB.AR / WWW.CULTURA.GOB.AR REALIZACIÓN INTEGRAL: ÁREA DE COMUNICACIÓN Y PRENSA. STAFF. DIRECTOR: ALEJANDRO OBEID / REDACCIÓN: SOFÍA ARUGUETE, BETTINA BARBIERI, LEILA GANEM, IRINA JOROLINSKY, CELESTE MENAJOVSKY, PAOLA MOLINA, EUGENIA PÉREZ ALZUETA, ANA QUIROGA, MARTÍN REYDÓ, BÁRBARA SCHIJMAN, FÁTIMA SOLIZ, LAURA SPINELLI, GABRIEL TRIPODI Y MARÍA JOSÉ VERNA / DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: ORLANDO GOLDMAN, MARTÍN MAROTTA, GUSTAVO WALD Y ARIEL ZALECHAK / FOTOGRAFÍA: GABRIELA POMERANIEC, SILVINA FRYDLEWSKY, MAURO RICO, ROMINA SANTARELLI Y AUGUSTO STARITA / LOGÍSTICA Y COLABORACIÓN: SOLEDAD AMARILLA, ADRIANA DAOIZ, ALEJANDRO GIMÉNEZ, PABLO MALDONADO, NAHUEL MOROZ, SOLEDAD OBEID Y NICOLÁS RANDO. ADMINISTRACIÓN: GEORGINA IBARROLA Y AGUSTINA RICO. ILUSTRACIÓN DE TAPA: HORACIO SÁNCHEZ FANTINO. ISSN 1852-8651

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EDITORIAL

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Sumario 04

VILLA CULTURA La Casa de la Cultura Villa 21 Barracas es el primer edificio público dedicado a la cultura en un barrio de emergencia. En esta nota, testimonios y crónica de una obra única en la historia de las políticas culturales del país.

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ARTE PROPIO EN LA CASA DE TODOS Algunas de las obras de los más de cuarenta artistas que componen la colección permanente de la flamante Casa de la Cultura.

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CULTURA AL CUADRADO Los metros cuadrados de cultura construidos por una gestión decidida a revalorizar el patrimonio colectivo de los argentinos.

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LA ERA DE LA RESTAURACIÓN Elina Tassara, coordinadora del Área Técnica de Patrimonio Edilicio, de la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos, detalla los avances de la puesta en valor patrimonial de los últimos años.

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“LOS MUSEOS DE HOY DEBEN DISPARAR PREGUNTAS” Investigadora, docente y curadora de arte, Diana Wechsler propone nuevas miradas sobre estos espacios, poniendo al público en primer plano.

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LA VÍA LÁCTEA DEL SECTOR EDITORIAL ARGENTINO María Pia López presenta el Mapa Celeste de las Editoriales Argentinas, la base de datos sobre casas editoras, libros y autores del país creada por el Museo del Libro y de la Lengua.

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RELATAR LO FEDERAL Las riquezas y las nuevas propuestas del Museo Histórico Nacional en la voz de su directora, Araceli Bellotta.

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LOS PREMIOS Se entregaron las distinciones del Salón Nacional de Artes Visuales 2013. Aquí, los ganadores de las ocho disciplinas del certamen.

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LA DEMOCRACIA ARGENTINA, A EXAMEN A las puertas de cumplir tres décadas, Nicolás Tereschuk y Alberto Lettieri analizan los ejes centrales de la práctica democrática 1983-2013.

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“LOS FESTIVALES DE CINE SON ESPACIOS DE LUCHA” Diálogo con Néstor Granda, director de LiberCine, único festival de cine sobre diversidad sexual y género del país. Además, un poema de Susy Shock y el manifiesto del Bachillerato Popular Trans “Mocha Celis”.

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ECOS DEL INCANATO El Qhapaq Ñan, la majestuosa red vial del Imperio inca, una obra única de la humanidad que espera ser declarada patrimonio mundial por la Unesco.

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ASÍ SE BAILA EL CUARTETO Desde su epicentro, la provincia de Córdoba, el relato de una noche a puro ritmo en el mítico Club “Sargento Cabral”.

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ARTE VERDE Del desecho a la obra de arte: el Grupo Suprema apuesta a la actividad artística como medio de concientización sobre el consumo y sus consecuencias ambientales.

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VIETNAM, CUBA, ARGENTINA El país festejó cuarenta años de relaciones bilaterales con ambos países.

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SOPLO DE VIDA Fotorreportaje a Héctor Gómez, clarinetista y saxofonista integrante de la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos “Pascual Grisolía”.

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EL FUTURO, EN PANTALLA La primera y exitosa edición en el Chaco de la Escuela de Programadores para la Nueva Televisión.

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NUESTROS ARTISTAS Obra de la serie “Nunca más”, de León Ferrari, patrimonio de la Casa de la Cultura Villa 21 Barracas.

Jorge Coscia Secretario de Cultura de la Presidencia de la Nación Una década atrás, ni el espíritu más revolucionario hubiera supuesto que algo así era posible en la Argentina. Sueño vívido, hoy realidad, desde las páginas de Nuestra Cultura, celebramos con orgullo la inauguración de un nuevo espacio de todos: la Casa de la Cultura Villa 21 Barracas, el primer ámbito oficial destinado al sector que se construye en un barrio de emergencia, con el fin de ampliar los derechos culturales de sus 60.000 habitantes, allí donde estos derechos siempre fueron ajenos. En un país donde, históricamente, la cultura se entendió como privilegio, esta obra, sin duda, marca un cambio de paradigma. Esta Casa ejemplar, construida con la colaboración de los vecinos y al servicio de la comunidad, dotada de tecnología y de una colección de obras de arte propia, es la materialización de uno de los ejes centrales de la política cultural de este Gobierno, que entiende la cultura como herramienta igualitaria y reparadora. Además, con el comentado traslado de mi despacho a la Villa 21, estamos dando un paso pequeño en lo material, pero gigantesco en lo simbólico: mucho más que un enclave, esta mudanza es la representación de una política de Estado en toda su magnitud, que consolida el rol social de la cultura. Porque un peso invertido en cultura permite ahorrar 5 pesos en seguridad. Porque lo importante no es mudar una oficina, sino redefinir el punto de vista desde donde se ejerce la política cultural en la Argentina. Como dijo nuestra Presidenta, es un gesto que expresa armonía social. De lo que se trata, en definitiva, es de redistribuir bienes y servicios culturales. Sin embargo, la de la Villa 21 es apenas una obra entre decenas de nuevos espacios y construcciones destinados a albergar la cultura que hemos encarado en todo el país. La Casa Nacional del Bicentenario, el Espacio Cultural “Julio Le Parc”, el Centro del Conocimiento de Misiones, el Museo del Libro y de la Lengua, y las 64 Casas de la Historia y la Cultura son algunos ejemplos. Como bien se cuenta en las páginas a continuación, somos el Gobierno que más metros cuadrados destinados a albergar y difundir manifestaciones culturales ha erigido en las últimas cinco décadas. A eso se suma la puesta en valor y refuncionalización de los edificios preexistentes, y la recuperación del patrimonio de todos los argentinos que se conserva en los museos nacionales. Todavía falta mucho por hacer, pero seguiremos trabajando para transformar la Argentina, con la convicción de que avanzamos por el camino que nos lleva al futuro.

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ESPACIOS CULTURALES

SE INAUGURÓ EL PRIMER EDIFICIO PÚBLICO CULTURAL EN UN BARRIO DE EMERGENCIA

Villa Cultura GALPÓN ABANDONADO HASTA HACE DOS AÑOS, HOY LA CASA DE LA CULTURA VILLA 21 BARRACAS ES LA PROA DE UNA POLÍTICA QUE HIZO DE LA MULTIPLICACIÓN DE METROS CUADRADOS DEDICADOS A LA CULTURA SU NORTE. CRÓNICA DE UN ESPACIO INÉDITO CONSTRUIDO PARA EL DISFRUTE DE 60.000 PERSONAS.

En el siglo XIX, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche postulaba que no existen los hechos, solo sus interpretaciones. Siguiendo esta idea, si existen múltiples percepciones frente a un mismo fenómeno, ¿cómo se evalúa la pertinencia de una política cultural? La sustentabilidad de la propuesta, esto es, la capacidad que tiene una acción de sostenerse y potenciarse en el tiempo, y las mejoras que pueda producir en las condiciones materiales de la sociedad resultan variables insoslayables. Ubicada en uno de los barrios más vulnerables de la Ciudad de Buenos Aires, la Casa de la Cultura Villa 21 Barracas, que inauguró en septiembre la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, se erige como una de las apuestas más ambiciosas y transformadoras en la historia de las políticas culturales del país. “Ver a nuestros chicos ocupados, capacitándose y concibiendo la cultura no solo reservada a quienes tuvieron acceso a la educación, eso es armonía y paz social”, evaluó la primera mandataria durante la apertura. La construcción de este espacio fue un trabajo conjunto de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, que también aportó los fondos presupuestarios, organizaciones sociales y parroquiales, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, y el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios.

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Este nuevo centro cultural, de 1500 m², cuenta con un auditorio con capacidad para trescientas personas, y un amplio escenario destinado a ofrecer conciertos y espectáculos teatrales, conferencias y mesas de debate. El edificio también dispone de un extenso hall de entrada donde exhibir muestras permanentes y temporarias; un espacio multimedia de archivo y documentación; y tres aulas donde pueden organizarse proyecciones, además de un núcleo de acceso al conocimiento. “Esto era un galpón, un nido abandonado. Al tiempo de empezar a trabajar, se armó una movida muy grande, y Jorge Coscia tomó la decisión política de trasladar el despacho del secretario de Cultura de la Nación a una villa, algo trascendental en la Argentina. Desde la Villa 21 se van a diseñar las políticas culturales de todo el país”, destacó el coordinador general de la Casa, Víctor Ramos. Además de convertirse en sede de la Secretaría de Cultura, en la Casa se dictarán distintos talleres que hace más de una década se realizan en el barrio, con la participación de 300 chicos y jóvenes. Dibujo, cine, inglés, maquillaje social, periodismo, danza árabe, teclado y guitarra son algunos de los temas abordados. “Aquí siempre hubo una gran movida cultural; por eso, a la hora de pensar el traslado de los talleres al nuevo espacio, se trabajó en pos de no interferir en esa identi-

dad, constituida por una mixtura de voces y pensamientos”, explica Nidia Zarza, directora de la Casa de la villa donde creció. “Los talleres intentan que los chicos generen propuestas, con el tiempo que eso implica. Muchas veces, uno viene con una idea, pero ellos la cambian y le dan su propia impronta”, continúa Zarza. Así, en los distintos encuentros, se tratan problemáticas que los afectan, que forman parte de su vida cotidiana y que encuentran en distintas expresiones artísticas una vía propicia para su expresión. Un sábado típico, de sol pleno. Durante el taller de periodismo, se proyecta un documental que aborda el tema de la seguridad en las villas 21 y 31. Una vez finalizado, los profesores, Joaquín y Agustín, retoman ciertos conceptos expuestos en el audiovisual para generar un debate entre los jóvenes participantes, que, en su mayoría, rondan los 15 años de edad. Durante el intercambio de opiniones, se hace especial hincapié en interpelar a los chicos para que cuenten sus experiencias. “La idea es despertar la vocación periodística que tienen muchos de los jóvenes que concurren a los talleres para que puedan informar la realidad de la que son parte, siempre desde su propia voz”, se explaya Joaquín mientras los chicos discuten. “Por eso, trabajamos con cámaras, grabadores y hacemos fotografía periodística.

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También planteamos el periodismo como una herramienta de expresión y de crítica sobre la realidad que le toca vivir a cada uno”, fundamenta el docente. Una vez finalizado el debate, la voz propia se pone en práctica: los chicos juegan a ser productores de un documental sobre seguridad en la villa. Tienen que definir a quién entrevistarían, cómo estructurarían la filmación y qué título le pondrían, entre otros disparadores. Documentos villeros fue el título elegido. En el encuentro y cruce de voces, emergen propuestas sólidas: para exigir iluminación en el barrio, realizarían planos que dejaran ver la oscuridad; para reclamar salud, mostrarían que las ambulancias no ingresan. Tamara tiene 16 años, pero asiste al taller de periodismo desde los 12: “Me resulta muy interesante. En todo este tiempo, hicimos un montón de cosas. El año pasado, por ejemplo, que había elecciones en el barrio, organizamos un debate entre los candidatos y lo grabamos. También disfruto mucho de ir a la radio de Mundo Villa: llegamos una hora antes para organizar el contenido y cómo queremos decirlo”. “Intentamos mostrar que el periodismo no es solo lo que se publica en los diarios; también es noticia lo que pasa en el barrio –una realidad muchas veces silenciada y marginada–, lo que ellos viven día a día y que no apa-

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rece en ningún medio”, sugiere Agustín, que comenzó a dar clases en la villa este año. “Creemos que ellos mismos tienen las herramientas para ser productores y documentar su realidad”, se esperanza. Trasladar los talleres a la Casa de la Cultura implica no solo fortalecerlos y asegurar su continuidad, sino también potenciar su valor como orientación laboral para los chicos. Ponderando la iniciativa en su conjunto, Zarza sintetiza: “Es una huella única y trascendental para que los jóvenes que atravesaron duros conflictos y hoy tienen hijos puedan mostrarles que hay buenos proyectos dentro del barrio. Es una herramienta transformadora desde todas sus aristas”. En este sentido, la construcción de la Casa estuvo íntegramente a cargo de vecinos del barrio, porque una de las premisas fundantes de este ámbito fue que todos sus habitantes se sintieran parte del proyecto. “La participación genera un respeto y un cuidado muy grande por lo que es de todos. Lentamente, la Casa empieza a considerarse algo propio, una institución que nació, crece y dará sus frutos en conjunto con el barrio”, vislumbra Zarza. “En la villa, predomina el gris; el nene del barrio piensa en gris. En cambio, la Casa de la Cultura es un lugar que empuja para arriba, con colores, con vida. Esta apuesta se mide en metros de creatividad”, celebra la directora.

Es que el arte vuelve a funcionar como herramienta de unión: además de ser sede de actividades culturales, la Casa alberga manifestaciones artísticas que, desde distintos abordajes, guardan estrecha relación con los fundamentos del proyecto. Así, la fachada está pintada con los colores de las banderas sudamericanas –rojo, azul, verde, amarillo, celeste–, como forma de subrayar el carácter integrador de la iniciativa. Y, emplazado en el frente, el vitral de Héctor Chianetta titulado La fuente de la inspiración alude a temas propios del barrio, los mitos guaraníes y la Patria Grande. Paredes adentro, una de las principales atracciones es la muestra que reúne obras de más de 40 artistas plásticos de la región y forma parte del patrimonio permanente de la Casa. Además, se exhibe un imponente mural, de 9,5 m x 3,40 m, obra de Horacio Sánchez Fantino, que representa el mapa de la Villa 21 y fue realizado con la ayuda de los chicos del barrio (ver tapa de esta edición de Nuestra Cultura). “Trabajo con latas de bebidas, lo que la sociedad usa y tira me sirve como material de arte. La basura se convierte en lo que parecen cristales brillantes de colores”, explica el artista santafecino sobre la técnica utilizada. La obra viajó de Barracas al Vaticano: la Presidenta le obsequió al papa Francisco una réplica del mural, donde se incluye la fachada de la Casa.

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ESPACIOS CULTURALES

EL PATRIMONIO ARTÍSTICO PERMANENTE DE LA CASA DE LA CULTURA VILLA 21 BARRACAS

Arte propio en la Casa de todos COMO CUALQUIER MUSEO QUE SE PRECIE, CON EL TÍTULO “ARTISTAS X LA 21BARRACAS”, ESTA CASA DE LA CULTURA CUENTA CON UNA COLECCIÓN PERMANENTE DE OBRAS, CURADA POR EL EQUIPO DE LA CASA NACIONAL DEL BICENTENARIO, DE MÁS DE CUARENTA ARTISTAS PLÁSTICOS CONTEMPORÁNEOS DE LATINOAMÉRICA, QUE FUERON ADQUIRIDAS POR UN MONTO SIMBÓLICO. EN ESTAS PÁGINAS, TESTIMONIOS DE ALGUNOS DE LOS CREADORES EXHIBIDOS Y UN BOTÓN DE MUESTRA DE LA SERIE, QUE EN OCTUBRE ABRE SUS PUERTAS A TODA LA COMUNIDAD.

Gaucho Gil, de Marcos López

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Domingo al mediodía, de Marina Olmi “La imagen de Evita cocinando tiene muchas lecturas, pero la esencia es el amor. Es un honor que esté en la Casa de la Cultura Villa 21 Barracas, el mejor lugar donde podría estar Evita, junto a su pueblo”.

Sin título, de Marcelo Abud “Es un orgullo que un trabajo mío esté en esta Casa, no solo porque comparto este espacio con grandes artistas que fueron y son una referencia para mí, sino también porque es ahí donde se generan los encuentros socioculturales más ricos e intensos: en los bordes”.

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Retrato de Alexandre Pétion, de Ariel Mlynarzewicz “Es muy significativo exponer el retrato de un líder revolucionario haitiano, que luchó arduamente por la abolición de la esclavitud. Fue él quien apuntaló a Simón Bolívar en torno a la necesidad de abolir la esclavitud para que su proyecto tuviera un sentido real. Sería emblemático que la gente que se acerque conozca la historia que hay detrás del cuadro”.

Peluquera paraguaya amiga de Melina, de Marcia Schvartz “Siempre me interesó que mi obra se expusiera en espacios no convencionales y fuera del circuito habitual de la plástica. Esta Casa es emocionante, llena de posibilidades y gente con ganas de hacer”.

Sin título, de Luis Felipe Noé

Ahora entiendo, de Fermín Eguía “Nací en un campamento petrolífero de YPF en la Patagonia y, en aquellos venturosos años de mi infancia, hace más de 50 años, eran contadas las veces que teníamos ocasión de asistir a eventos culturales. Hoy, mi compromiso es colaborar con toda iniciativa política destinada a la promoción y distribución equitativa de valores culturales en áreas marginales”.

Hacia el monte, de Adrián Paiva “Este es un acontecimiento muy importante para democratizar la cultura. Allí podrán intervenir muchas personas que quizá no tenían facilitado el acceso al arte y, mucho menos, el incentivo para crearlo y compartirlo”.

La Boca, de Sara Facio

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Fracción de 30.000, de Rosana Fuertes “El mundo de la cultura y el arte son el último bastión de la exclusión perpetua. Derribar ese cerco, simbólicamente, es uno de los objetivos de mi trabajo; pero la satisfacción es más inmensa aún cuando soy parte de un proyecto que lo rompe en la realidad cotidiana”.

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ESPACIOS CULTURALES

LAS 64 CASAS DE LA HISTORIA Y LA CULTURA SON SOLO ALGUNAS DE LAS OBRAS CONCRETADAS

Cultura al cuadrado EN UN PAÍS QUE AVANZA, LA CULTURA CRECE A RITMO EXPONENCIAL. LEJOS DE LA FRASE COSIFICADA Y CERCA DE LA MARCA HISTÓRICA, DURANTE EL ÚLTIMO DECENIO, VEINTE PROVINCIAS DEL PAÍS INAUGURARON CASAS, MUSEOS Y CENTROS QUE, SUMANDO DE MANERA INÉDITA METROS CUADRADOS A LA INFRAESTRUCTURA DEL ÁREA, PERMITEN AMPLIAR LA PARTICIPACIÓN Y DEMOCRATIZAR EL ACCESO A LAS MANIFESTACIONES CULTURALES DE TODOS LOS ARGENTINOS. La década ganada podrá recordarse como la de mayor construcción de espacios para la cultura de los últimos 50 años. Una verdadera política de multiplicación de metros cuadrados en todo el país fue puesta en marcha por el Gobierno nacional, y llevada adelante por organismos nacionales y provinciales. Las 64 Casas de la Historia y la Cultura que se erigieron en localidades del interior; el Espacio Cultural “Julio Le Parc” en Guaymallén, Mendoza; el Museo del Bicentenario edificado en la ex Aduana Taylor; la apertura del Centro del Conocimiento de Posadas, Misiones; la refuncionalización del Palacio de Correos, todavía en obra; y los Espacios INCAA abiertos en el período 2003-2012 son prototipos de esta política fructífera. “Lo que se ha construido y restaurado en estos años pertenece y pertenecerá al pueblo argentino”, es lo primero que afirma el secretario de Cultura de la Presidencia de la Nación, Jorge Coscia, sobre la magna empresa que él mismo se ha impuesto y motoriza. Uno de los emblemas de esta política de ampliación de espacios culturales es la reciente apertura de la sede de la Secretaría de Cultura en Barracas: la Casa de la Cultura Villa 21 es un hito en materia de presencia estatal en asentamientos y barrios de emergencia. “La Casa –asegura Nidia Zarza, directora de

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este centro cultural y militante barrial de toda la vida– satisface una necesidad que estaba latente entre los vecinos. Es el único lugar de estas características en la Argentina. La gran mayoría de las actividades que allí se desarrollarán apuntan a chicos de entre 14 y 18 años, una edad conflictiva en la que necesitan prevención. La Casa viene a cumplir ese rol de máxima”. Otro de los planes más ambiciosos en marcha es el armado de una red de 200 Casas de la Historia y la Cultura en localidades del interior del país, con el objetivo de interrelacionar centros culturales distantes entre sí. Hasta el momento, se construyeron 64 Casas, la última de ellas, en la localidad de Lavalle, Mendoza. “Cada Casa es única, más allá de la planta tipo que se sugiere”, relata el subsecretario General de la Presidencia, Gustavo López, a cargo del programa de construcciones junto con la subsecretaria de Políticas Socioculturales, Alejandra Blanco. La iniciativa se encarga de reciclar una casa antigua o construir una nueva. En muchos casos de reciclaje, además, el edificio se rescata patrimonialmente. Por norma, se respeta la idea de incluir tres espacios diferenciados: uno para cine y teatro, otro para talleres, y un tercero para exposiciones, museo e historia del lugar. “Para las nuevas construcciones, hay una planta tipo de 480 m2, y para aquellos que necesiten un espacio menor, la casa se reduce a 280 m2”, diferencia López. ¿Por qué cada edificio es diferente? Responde el subsecretario: “Cada localidad le da su impronta. Los proyectos culturales que albergan son tanto locales como nacionales o regionales. Las Casas fueron pensadas para que los artistas locales puedan mostrarse, pero también para que circulen por ellas los artistas regionales. No hay límite de géneros, y la idea es que todas las producciones puedan dialogar entre sí, generando nuevos espacios y reflexiones sobre la cultura en sus aspectos más amplios”. Con esta misma lógica de nodo regional, se construyó la Casa de las Culturas en Resistencia, Chaco, que abrió sus puertas en diciembre de 2010. Pensada como faro cultural del Nordeste, también fun-

La Casa de las Culturas en Resistencia, Chaco.

Guatraché, La Pampa, una de las tres Casas de la Historia y la Cultura que tendrá la provincia.

En Palpalá, Jujuy, se erigió otra de las Casas que se une a la red cultural del país.

Dos edificios de 1913 albergan la Casa Nacional del Bicentenario en la Ciudad de Buenos Aires, centro de reflexión y producciones sobre la historia del país.

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siempre tiene en los museos más tradicionales una actitud contemplativa o de admiración ante una determinada obra. Aquí es diferente: es la historia, que invita a estar de acuerdo o no”. Desde entonces, se presentaron cuatro exposiciones dedicadas a la mujer, la economía y la política, la música y el trabajo; y, además, se creó un programa itinerante para llevar las muestras a diversas provincias.

cionan allí distintas áreas del Instituto de Cultura del Chaco, además del mítico Museo de Bellas Artes “René Bruseau”. “La Casa de las Culturas es una obra colectiva del Bicentenario. Su objetivo es que en ella dialoguen todas las culturas que existen en el Chaco y que, a su vez, estas dialoguen con las culturas y expresiones culturales de la región y de Latinoamérica”, explica Silvia Robles, presidenta del Instituto de Cultura. Motivos similares alentaron la construcción, en 2011, del nuevo edificio del Museo Provincial de Bellas Artes “Franklin Rawson”, en San Juan. Con más de 900 piezas, su colección estuvo “deambulando” por varios espacios, hasta recalar en esta impresionante sede, de más de 4900 m 2. “Con una sala exclusiva para el arte local, este Museo vino a saldar una deuda con los sanjuaninos y se convirtió en un hecho simbólico al reemplazar el antiguo casino por un polo cultural en crecimiento”, asegura Virginia Agote, su directora. También en Cuyo, el Espacio Cultural “Julio Le Parc”, ubicado en suelo mendocino, ocupa una superficie de 8777 m 2 y apunta a la innovación de las actividades culturales. Igual de significativo es el Centro Cultural del Bicentenario de Santiago del Estero, que implicó la ampliación y puesta en valor del antiguo Cabildo. El resultado fue la creación de un impresionante complejo museográfico de 10.000 m 2 , con una gran sala de exposición de doble altura que alcanza los ocho metros, equipada con tecnología de sonido y video de avanzada. Para su directora, Sara Liendo, este espacio –que visitaron en el último año más de 120.000 personas– se ha transformado en “un polo cultural en la provincia”, que nutre no solo a los sectores artísticos y culturales. “Desde su creación, se observa con beneplácito cómo sus actividades atraen a sectores de la población que se inician en el conocimiento de estas áreas, antes ajenas a ellos, lo que pone la cultura al alcance de todos”, evalúa Liendo. La inversión en infraestructura realizada en el último decenio también vino a colmar espacios temáticos vacantes. Así, en septiembre de 2011, se cortaba la cinta del Museo del Libro y de la Lengua, dependiente de la Biblioteca Nacional y, como esta, diseñado por el arquitecto Clorindo Testa. En sus 1000 m2, el Museo cuenta con cuatro salas de exposiciones, un auditorio y un predio al aire libre: la Plaza Boris Spivacow. “Este proyecto no solo es novedoso para el barrio donde se establece, sino también para el público de otras ciudades y visitantes internacionales que nos manifiesta su satisfacción permanentemente”, asegura su titular, María Pia López. La apertura de la Casa Nacional del Bicentenario también puso en escena un eje temático renovador. Como señaló la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, al inaugurarla en 2010: “Uno

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Con un predio de casi 30.000 m2, el Espacio Cultural “Julio Le Parc” es hoy un punto central de la actividad cultural provincial y nacional.

Vientos de cambio mediante, en cada localidad o provincia donde hacen pie, estos proyectos llegan para saldar una deuda histórica con la cultura. “Aquella –asegura Gustavo López– que entendía la cultura solo desde las bellas artes. Hoy, hay un Estado presente que alienta y sostiene todos los puntos de vista, y apuesta no solo a la preservación, sino al surgimiento de nuevas tendencias y talentos”. Con frecuencia subestimado, lo cierto es que, en la Argentina de hoy, el presupuesto invertido en infraestructura cultural va dejando huella. “La inversión que se realiza para mejorar o crear recursos culturales es indispensable –asegura María Pia López–. Si bien muchas veces no es inmediatamente aceptada o legitimada argumentando otras urgencias, sí se logra el reconocimiento cuando pueden disfrutarse los resultados”.

Cultura, arte y ciencia se reúnen en el Centro del Conocimiento abierto en 2007 en Posadas, Misiones.

El Museo del Bicentenario ofrece un viaje por doscientos años de historia, entre restos arqueológicos, obras de arte y objetos.

El Museo del Libro y de la Lengua guarda entre sus paredes la historia de la escritura y la cultura oral del país.

MUSEOS, A UN CLIC DE DISTANCIA Los hay de arte, historia, ciencias naturales o antropología; también aquellos en los que se expone el patrimonio donado por familias destacadas. Otros, menos conocidos, exhiben restos de ovnis hallados en suelo argentino; autos, copas y trofeos de Fangio; botellas de soda y sifones; antiguos marcapasos e insumos de medicina del siglo XIX; piezas de la cinematografía nacional; objetos de la cultura hippie local... La lista de museos nacionales, provinciales, municipales y privados no es infinita, pero sí extensa. ¿Dónde se ubican? ¿En qué se especializan? ¿Cuándo visitarlos? Confeccionada por las Secretarías de Cultura y Turismo de la Nación, la tercera edición de la Guía Nacional de Museos se presenta en formato digital. Disponible en www.cultura.gob.ar, brinda información esencial de más de mil museos de la Argentina –descripción del acervo, dirección, horario de visita, vías de contacto–, dividida por provincia. Además, esta versión actualizada y aumentada incluye un mapa con los museos del país y otro con las instituciones dependientes de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación.

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ESPACIOS CULTURALES

ENTREVISTA CON ELINA TASSARA, COORDINADORA DEL ÁREA TÉCNICA DE PATRIMONIO EDILICIO, DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DE PATRIMONIO Y MUSEOS

La era de la restauración EN LOS ÚLTIMOS AÑOS, LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA PRESIDENCIA DE LA NACIÓN SE DIO AL DESAFÍO INTEGRAL DE PROYECTAR Y REALIZAR OBRAS DE CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR DE LOS EDIFICIOS BAJO SU ÓRBITA. LAS TAREAS DEMANDARON UNA INVERSIÓN ESTIMADA DE 180 MILLONES DE PESOS Y ABARCARON 30.000 M2. EL MUSEO DEL CABILDO, LA CASA NATAL DE SARMIENTO, EL MUSEO CASA DE RICARDO ROJAS, EL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES Y EL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL SON SOLO ALGUNOS DE LOS ESPACIOS ALCANZADOS POR ESTA POLÍTICA DIRIGIDA A LA RESIGNIFICACIÓN DEL PATRIMONIO COLECTIVO.

–¿Qué formación debe tener un arquitecto orientado al patrimonio? –En mi caso, cuando egresé de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata, en 1982, me especialicé durante cuatro años en preservación, conservación y reciclaje del patrimonio en la Universidad de Buenos Aires. Luego, a través de una beca del Gobierno italiano, realicé un posgrado en Restauración del Patrimonio en Nápoles y Florencia. Terminé de capacitarme en la Universidad “La Sapienza” de Roma sobre técnicas fotogramétricas aplicadas a los relevamientos del patrimonio cultural. Tuve la oportunidad de trabajar durante cinco años en la restauración de la Capilla Sixtina, las habitaciones de Rafael de las Galerías y Museos Vaticanos, en el Castel Sant’Angelo y en el Palacio de la Cancillería, entre otros espacios. Fue una experiencia increíble e irreemplazable. De regreso en la Argentina, realicé los relevamientos fotogramétricos de la Basílica de Luján, el Teatro Colón y el mural Ejercicio plástico, obra cumbre del arte latinoamericano, realizada por el artista mexicano David Alfaro Siqueiros, junto con otros artistas. –¿Qué premisas asume la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación respecto de la gestión del patrimonio?

ELINA MARÍA EMILSE TASSARA ARQUITECTA, ESPECIALISTA EN PRESERVACIÓN, CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO CULTURAL, Y EN TÉCNICAS DE RELEVAMIENTO FOTOGRAMÉTRICO. MIEMBRO DEL COMITÉ ARGENTINO DE ICOMOS Y CIPA, ES TAMBIÉN LA COORDINADORA GENERAL DEL ÁREA TÉCNICA DE PATRIMONIO EDILICIO DE LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA PRESIDENCIA DE LA NACIÓN.

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Detalle de la limpieza de la fachada del edificio de Alsina, perteneciente a la Secretaría de Cultura de la Nación.

Trabajos en la fachada del Cabildo para los festejos del Bicentenario.

–El Área Técnica de Patrimonio Edilicio (ATPE) de la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos interviene en todas las obras de restauración, preservación o puesta en valor que afecten a los bienes inmuebles patrimoniales de los organismos que dependen de la Dirección y en los edificios patrimoniales de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. Nuestra misión se centra en la revalorización del patrimonio de los museos nacionales y edificios patrimoniales, para lo cual trabajamos desde todos los aspectos que hacen a su puesta en valor integral. Buscamos generar las condiciones edilicias y de funcionamiento óptimas resignificando el patrimonio y aportando con ello a la concientización de la comunidad acerca de los valores patrimoniales culturales. –Como parte de las obras del Bicentenario, una de las tareas de mayor envergadura fue la puesta en valor del Museo del Cabildo porteño. ¿Cómo se encaró este trabajo? –Desde el ATPE, intervinimos un edificio emblemático, el Cabildo de Buenos Aires, como parte de los festejos del Bicentenario de 2010. Con las obras realizadas, se ha duplicado la cantidad de visitantes. Dado el valor patrimonial e histórico del lugar, declarado Monumento Histórico Nacional, el proyecto se propuso recuperar todas las salas propias del edificio principal y proveerlas de una adecuación tecnológica de vanguardia. Se reorganizaron los espacios y las circulaciones, delimitando las áreas públicas y privadas, estableciendo un ingreso para el público general y otro para los contingentes educativos y turísticos, y recuperando el espacio posterior del edifico para las actividades del Museo. Las tareas principales consistieron en la readecuación funcional y de los patios, la restauración de las fachadas, la renovación del sistema de iluminación computarizado, la actualización de la instalación de seguridad y de telefonía, el diseño museográfico del nuevo guión, la restauración de las obras de arte y el mobiliario del Cabildo, la puesta en valor de la cisterna arqueológica y los túneles mediante nuevas tecnologías de exposición in situ, junto con el rescate, la recuperación y la exposición de un muro antiguo.

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–¿Cómo se organiza el trabajo en equipo para abordar aspectos tan disímiles? –Se trabaja con los equipos técnicos de cada organismo y bajo los requerimientos políticos de la Secretaría de Cultura. El ATPE fue concebida como ámbito de expertise multidisciplinaria que involucra dominios como Arquitectura, Preservación y Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico, Museología y Museografía, Historia, Arqueología, Derecho Público y Privado, Gestión Institucional e Interinstitucional, Técnicas de Conservación y Restauración, Ingeniería y Aspectos Estructurales, Luminotecnia, Climatización Ambiental, Sistemas de Seguridad y Vigilancia, Paisajismo, y Comunicación y Artes Visuales, entre otros.

Vista nocturna del acceso al patio en el Museo Casa de Ricardo Rojas.

Las intervenciones en edificios de reconocido valor patrimonial se realizan según los siguientes criterios: deben ser las mínimas posibles, se ha de respetar la autenticidad de cada pieza, registrar los elementos incorporados, que tienen que ser compatibles con las piezas originales, y debe evitarse cualquier alteración de la continuidad estructural, y del aspecto, color y textura de las partes y piezas. El trabajo con equipos de alto nivel de desempeño plantea un doble desafío: por una parte, requiere el abordaje de las especificidades técnicas y tecnológicas, con destrezas altamente competitivas, y, por otra, demanda una adecuada tarea de coordinación capaz de sostener el sentido de unidad de las intervenciones. –¿Cuál es la metodología de la intervención? –La metodología con la que trabajamos abarca todo el ciclo del proyecto, desde la investigación hasta el cuidado de su puesta en funcionamiento. La primera etapa, de relevamiento y documentación, incluye la investigación histórica, el desarrollo de la documentación planimétrica, el relevamiento fotográfico. Se realizan estudios de cateo con análisis de laboratorio e identificación de patologías y desajustes; en los lugares que así lo ameriten, encaramos investigaciones arqueológicas y, además, nos apoyamos en los aspectos normativos, institucionales, jurídico-dominiales del bien y de su contexto de ubicación. Luego de este diagnóstico integral, se realiza el proyecto de intervención, donde se propone una puesta en valor y adecuación tecnológica.

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En el caso de los museos nacionales, se plantea la renovación del proyecto museográfico y museológico con una nueva presentación de las colecciones, un diseño señalético y un desarrollo multimedial, que incluye proyecciones audiovisuales y puestos interactivos de exposición. Una de las conclusiones centrales extraídas de estas experiencias es el desafío que conlleva integrar nuevas tecnologías a edificios de alto contenido histórico y referencial de la memoria colectiva urbana, ya que esto pone en juego los límites de la intervención. En este sentido, es importante asumir el compromiso de respetar el patrimonio heredado, sin desestimar la necesidad de generar nuevos atractivos para la comunidad, al poner a disposición una renovada oferta de equipamientos arquitectónicos. –¿Cuáles fueron las principales obras realizadas por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación en los últimos años? –En los últimos cuatro años, se han realizado trabajos por un monto estimado de 180 millones de pesos, con una ejecución de obras y proyectos que alcanzan los 30.000 m2. Retomando una pregunta anterior, la obra en el Museo Nacional del Cabildo fue complicada, ya que se hizo en 45 días, trabajando las 24 horas, para llegar a tiempo a los festejos de 2010. Otra obra importante fue la restauración y puesta en valor integral del Museo Casa Natal Sarmiento, en San Juan. Allí, se restauraron las fachadas y el interior, se readecuaron los patios, se incorporaron nuevos espacios de oficinas y depósitos, se realizaron excavaciones arqueológicas, se renovó la instalación eléctrica, se adaptó el guión museográfico, y se incorporó equipamiento para exposiciones, medios audiovisuales y gráficos. Además, pronto se inaugurará la obra de puesta en valor y adecuación tecnológica del Museo Casa de Ricardo Rojas, donde se está realizando el montaje de la exhibición. Dada la proyección que adquirió nuestro trabajo en los últimos años, asesoramos a distintos organismos nacionales. Y cuando las instituciones de la Secretaría de Cultura lo solicitan, participamos en el desarrollo de proyectos museográficos. Así lo hicimos para la última exhibición inaugurada en el Museo Histórico Nacional, “San Martín de puño y letra”.

Las nuevas tecnologías al servicio de los museos: las pantallas interactivas del Museo del Cabildo.

Una de las salas restauradas en la Casa Natal de Domingo F. Sarmiento, en San Juan.

–¿En qué se trabaja hoy y cuáles son las próximas intervenciones previstas? –En este momento, estamos interviniendo el primer piso del Museo Nacional de Bellas Artes, y está a punto de iniciarse la puesta en valor de las cubiertas del Museo Casa de Yrurtia. Por otra parte, recientemente, hemos concluido tres proyectos integrales importantes, con vistas a comenzar las obras el año próximo en el Palais de Glace, el Museo Nacional del Grabado y el Teatro Nacional Cervantes, en el marco del Plan Nacional de Igualdad Cultural, iniciativa que, implementada junto con el Ministerio de Planificación Federal, se propone poner en valor teatros y museos, entre otros espacios, adaptándolos a los últimos desarrollos tecnológicos, y crear nuevos ámbitos para la producción cultural. Además, estamos realizando el proyecto de restauración integral de la Capilla del Palacio San José en Entre Ríos, el proyecto de puesta en valor y reacondicionamiento ambiental de los túneles coloniales del Complejo Histórico Cultural del la Manzana de las Luces, la puesta en valor del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, el proyecto museográfico para la exhibición homenaje a San Martín en el Instituto Nacional Sanmartiniano, la restauración de la fachada de la sede de la Secretaría de Cultura en la calle Alsina, el proyecto integral de la Casa Nacional de la Cultura como sede protocolar de la Secretaría de Cultura y salas de exhibición para el Museo de Arte Oriental, los proyectos de puesta en valor del Centro Nacional de la Música y del Museo Histórico Nacional, y el proyecto integral de puesta en valor y edificio anexo de la Casa Histórica de Tucumán para el Bicentenario de la Declaración de la Independencia. También brindamos asesoramiento en el proyecto de puesta en valor edilicia y museográfica del Museo Arqueológico Argentino Ambato, de La Falda, Córdoba; en la restauración de la fachada de la Embajada del Perú; así como en el mural de Amadeo Dell ‘Acqua, en el Correo Central de la Ciudad de Mendoza. Y también participaremos de la restauración de los murales de Benito Quinquela Martín en la Casa del Teatro y de Cesáreo Bernaldo de Quirós en el Ministerio de Defensa de la Nación.

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ESPACIOS CULTURALES

ENTREVISTA CON DIANA WECHSLER, DOCENTE, INVESTIGADORA Y CURADORA DE ARTE

“Los museos de hoy deben disparar preguntas” FORMADA EN HISTORIA Y TEORÍA DEL ARTE, LA ESPECIALISTA CONCIBE LOS MUSEOS DESDE SU MIRADA ACADÉMICA Y CRÍTICA, PERO PENSANDO EN LOS DIVERSOS PÚBLICOS. EN ESTA NOTA, LA DOCENTE DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRES DE FEBRERO EXPLICA CÓMO INTERPELAR A LOS VISITANTES A PARTIR DE NUEVAS PROPUESTAS E INCORPORANDO LA TECNOLOGÍA A LAS SALAS, Y SUGIERE, INCLUSO, QUE ESTOS ESPACIOS GANEN LA CALLE.

DIANA WECHSLER Estudió historia e historia del arte en la Universidad de Buenos Aires, y se doctoró en Teoría del Arte con una beca en la Universidad de Granada. En 1998, ingresó a la carrera del Conicet. Un año después, curó la primera retrospectiva de Spilimbergo desde su muerte, en 1964, que visitaron 250.000 personas. En la actualidad, dicta clases en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, donde diseñó el posgrado en Curaduría y el doctorado en Teoría Comparada de las Artes, que codirige con Daniel Link. Curadora del Museo de la Universidad de Tres de Febrero (Muntref), trabajó en la muestra recientemente inaugurada en el Museo de la Inmigración, “Para todos los hombres del mundo”.

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–¿Cómo fue modificándose el concepto de museo? ¿Qué se espera de este espacio hoy? –Inicialmente, el museo fue una conquista democrática, igualadora; fue parte de las conquistas que precedieron a la Revolución francesa. Permitió dar a conocer un patrimonio al que solo tenían acceso quienes transitaban por las salas de los palacios. Ese concepto se sostuvo en el tiempo, los museos hoy reivindican ese lugar de circulación social amplia de públicos, objetos y problemas. En los últimos años, los museos cambiaron su formato, ya que si estos estaban pensados como los grandes democratizadores de la cultura, también eran un espacio de preservación y devoción de las obras que almacenaban, convirtiéndose en sustitutos de los grandes templos religiosos. Hoy, sin embargo, somos capaces de pensar museos con una dinámica muy diversa. Si bien la conservación de las obras y el acopio responsable de patrimonio son prioritarios, también interesa qué pasa en el ámbito de las salas y cómo pueden recrearse esos espacios constantemente. En la actualidad, los museos trabajan activamente con sus colecciones permanentes: los equipos de investigación y de curaduría modifican las colecciones de manera continua, para generar con investigaciones y recursos propios otras presentaciones incluso de los mismos objetos. Esto forma parte de las nuevas vías para pensar los museos: no necesariamente tienen que poseer aquellas obras sacralizadas, sino que deben reunir piezas que sirvan para contar o presentar otras dimensiones, pensar y disparar preguntas. Hoy lo que interesa no es acopiar objetos y exhibirlos como fetiches, sino encontrar las vías para que estos objetos tengan visibilidad y puedan dar de sí una información que sirva a la comunidad o que aporte una nueva mirada. Retirar temporalmente una obra de la contemplación cotidiana también puede ser útil; porque quizá apareció otra cuestión, pero también porque marcás la ausencia, y estás haciendo desde ese sitio volver a pensar sobre ella. Son algunas de las distintas estrategias que hoy se plantean los museos. Además, estos se han convertido en hitos dentro de otros ámbitos, como el turismo cultural, que forma parte de las vías de ingreso a los países y a las ciudades más importantes. Veinte años atrás, a las puertas de los

museos más emblemáticos del mundo, no tenías que hacer las filas mortales que hay ahora. –Hay quienes, desde el prejuicio, suponen que algo masivo no puede ser bueno... –En la actualidad, la circulación de muestras y de artistas es altísima. Desde nuestro lugar en el Muntref, creado a partir de una idea de Aníbal Jozami, rector de la Universidad en 2002, el esfuerzo también es poder llevar a artistas argentinos al exterior. Es indispensable detenerse a pensar: ¿para quién estoy haciendo la muestra? Si me piden una exposición sobre doscientos años de arte argentino para la Argentina, pienso una muestra distinta de la que haría en Berlín o México. Por ejemplo, cuando me invitaron a hacer la muestra “Realidad y utopía” en Berlín, el desafío fue mostrar al público alemán, en un centro de arte contemporáneo, el arte argentino, sin que la mirada del que concurre a ver arte hiciera la operación que normalmente hace el público europeo, que está muy estructurado desde la lógica de la historia del arte clásico: esto va en este casillero, esto en tal otro, esto se parece a... La cuestión es cómo girar el discurso para poder deslizarlo en una narración visual que permita hablar de las cosas que a nosotros nos interesa contar en una muestra. Los “para qué” son clave en este sentido. –El museo hoy se desborda en espacios de investigación y formación. En este contexto, ¿cuál es la especificidad del museo universitario? –Los museos universitarios tenemos una proverbial situación de ventaja: contamos con toda la universidad, no necesitamos crear un departamento de investigación porque la desarrollamos en los espacios específicamente diseñados para ello, como el Instituto de Investigación en Arte y Cultura, que funciona en articulación con el grado y el posgrado, y también con los museos de la Untref. Hay un sistema de engranajes que se realimenta. La Untref de Caseros es un lugar de circulación de público no solo de las escuelas, sino del barrio, del entorno del Conurbano bonaerense, además del público de arte, que ya sabemos que se acerca porque el proyecto es interesante. Pero también se suman otros actores que de otro modo no irían. Y lo que desborda es también ese supuesto espacio cerrado del museo: hoy, el circuito que estamos desarrollando con la Untref, que incluye el Muntref de Caseros, el Museo de Arte y Ciencia en Tecnópolis, (que se continúa más allá de los períodos en que la feria esté funcionando, y es un museo laboratorio donde el acento está puesto en los procesos más que en la exhibición de la obra cerrada), y el Centro de Arte Contemporáneo y el Museo Nacional de la Inmigración en el viejo Hotel de Inmigrantes en Puerto Madero, significa, otra vez, generar un sistema abierto que incluye zonas y articula proyectos muy diversos, que se suman a una oferta cultural muy alta. –¿Qué se considera hoy “museable”, susceptible de ingresar en un museo?

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–Hay muchas respuestas posibles. Lo “museable” continúan siendo piezas del pasado y del presente que pueden interesar, que sirven para seguir consolidando un concepto de patrimonio que siempre es móvil, que está en construcción. Pero hoy día lo que el museo se propone es generar experiencias diferentes en públicos diversos. El asunto es tener muy claro para qué hacemos la exposición y a quiénes está dirigida una muestra determinada. El reto es hacer un proyecto que esté pensado con la gente, con las obras, con los artistas. La meta es generar propuestas que sumen distintos sectores de interés, edad y procedencia social. Además, hay otro dispositivo que hoy está muy fuertemente puesto en escena: el archivo y la biblioteca son dos piezas clave, hay mucha conciencia en la necesidad de incorporarlas. –¿Qué papel han tenido las tecnologías de la información y la comunicación en este volver a pensar los museos? –Siempre que aparecen nuevos recursos, también aparece la fascinación por ellos y, por momentos, la saturación. Las nuevas tecnologías pueden ofrecer muchas posibilidades de comunicación y de dinámica de distribución de la información en una misma muestra. El curador-investigador piensa con las imágenes y con los objetos. Por un lado, hay que lograr que esos objetos, en su disposición espacial, hagan reflexionar o disparen cuestiones. A su vez, se trata de evitar que el espectador se sienta acosado por la muestra, y que, por el contrario, pueda divagar en el espacio para encontrar un relato por capas que le permita acceder a la información en la medida en que su interés lo demande. Habrá un espectador que hace el recorrido más rápido y de pronto se detiene en un detalle; otros que se detienen en todo. En este punto, es clave generar un diálogo entre las nuevas tecnologías y los dispositivos del museo, para determinar de qué manera el museo interpela al público. Cito como ejemplo el Museo de la Inmigración. Este espacio, que trabaja sobre el problema de las identidades, en plural, está organizado a partir de una estructura permanente pero abierta, que va a ir creciendo con el tiempo y con la participación de comunidades y de fa-

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milias. En cada zona de la sala, hay un grupo de pantallas mudas, a menos que uno se ponga los auriculares. Mientras están mudas, se ven imágenes-testimonio, con un tipo de toma que recuerda la foto de los documentos de identidad, aunque en movimiento, por tramos, estos testimonios cuentan en tres minutos la experiencia de viaje, arribo, inserción y legado. Este dispositivo supera el lugar de la foto. Pero, a la vez, deja al espectador la posibilidad de escuchar, o no, uno o todos los testimonios. Efectivamente, entonces, las nuevas tecnologías aportan la posibilidad de ofrecer distintos niveles de información (bases de datos, por ejemplo). Sin endiosarlas, permiten tener disponible materiales de consulta con relativa facilidad de acceso, porque todos ya estamos familiarizados con el manejo de una pantalla. Además, permiten llevar el museo a otros lados. Con la Untref, estamos desarrollando un proyecto para trasladar las muestras a los hospitales y, en particular, al área de niños que deben cumplir tratamientos de larga duración, para generar dispositivos y actividades que, por un lado, entretengan, recreen, sirvan para aprender; y, por el otro, permitan que ese chico que no dispone de su tiempo para jugar o para ir al museo también pueda hacerlo. –¿Cómo se implementa este proyecto? –Hicimos una primera experiencia de trabajo en este sentido con la Fundación Foro del Sur, a partir de la idea de armar un CD interactivo para las escuelas, “Arte argentino en las tramas de la historia”, que contiene también lo que se llamó “el juego del curador”: a partir de una serie de consignas, tenés la opción de hacer una muestra, y si no acertás con las obras adecuadas a la consigna, te aparece “muestra cancelada” y volvés a empezar. Sin embargo, la consigna es abierta, ya que las opciones son múltiples. Además del juego, hay información de historia y de arte, tratando de incorporar el arte no como ilustración, que es lo que sucede habitualmente en la escuela, sino desde otro lugar. Estos CD están incorporados en la última generación de las computadoras que se entregan a través de Conectar Igualdad. Ahí hay un trabajo de investigación, de curaduría, de organización de contenidos, de dinámica de diseño que construye un museo imaginario

de arte argentino en un soporte electrónico. Por ejemplo, si un chico necesita ver el período rosista, ingresa al CD y encuentra una línea de tiempo donde hay una síntesis conceptual del período, junto con un registro sonoro de la música de la época, una selección de los artistas de entonces, un análisis pormenorizado de la obra y biografía del artista, y su relación con otros artistas. Estamos armando el CD de arte latinoamericano para el año próximo. –¿Cómo imagina los museos del futuro? –Cada vez más, me parece que la clave de un museo a futuro es pensarse con el público; pensarse con la responsabilidad por el patrimonio y por la construcción de memorias colectivas con ese patrimonio y con ese público diverso, contemplando las maneras de incluirlo. Una anécdota al respecto: cuando trabajaba dando clases de Historia en un bachillerato nocturno en Boulogne, un día, visitamos el Museo Nacional de Bellas Artes. Algunos no fueron porque ir a la capital era algo que no les pertenecía (hay una distancia social que quienes estamos habituados a determinados consumos culturales no vemos, pero que es absolutamente poderosa, limitadora). Entre los que hicieron la excursión, había distintas expresiones de interés, pero un alumno en particular estaba fascinado. Y se conmovió tanto ante el Tiziano del Bellas Artes que, al salir, volvió a preguntarme por esa obra y quiso verla de nuevo. “¿De quién es?, o sea, ¿a quién pertenece esta obra?”, me dijo, una pregunta que a mí no se me había cruzado. La respuesta: es tuya, mía, de todos; es patrimonio público. El desafío es este: democratizar la cultura es que todos nos sintamos parte de ella. Si yo no voy al museo, que sea porque no quiero, no porque es “un mundo de otros”. Es importante tomar conciencia de que ese patrimonio es tan mío como de cualquiera. En ese sentido, la gratuidad ayuda, quita una de las vallas posibles. Esto también ayuda a borrar fronteras sociales. No nos sirve que alguien que está haciendo el esfuerzo de trabajar de día y estudiar de noche no se anime a entrar en una librería o un museo. Nos sirve que venga y vea, busque según sus propios intereses. Importa que la oferta esté disponible, y que todo el mundo sienta que puede acceder a ella.

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MUSEOS NACIONALES

ENTREVISTA CON MARÍA PIA LÓPEZ, AL FRENTE DEL MUSEO DEL LIBRO Y DE LA LENGUA

La vía láctea del sector editorial argentino SURGIDO DE UNA INVESTIGACIÓN EXHAUSTIVA PERO INFINITA, SE PRESENTÓ EL MAPA CELESTE DE LAS EDITORIALES ARGENTINAS, QUE AGRUPA EN CONSTELACIONES DE AFINIDADES A LAS CASAS EDITORAS DEL PAÍS DE TODOS LOS TIEMPOS Y TAMAÑOS, Y PUEDE CONSULTARSE MEDIANTE UNA PANTALLA TÁCTIL INSTALADA EN EL MUSEO DEL LIBRO Y DE LA LENGUA, SEGÚN EXPLICA EN ESTA NOTA SU DIRECTORA.

SOBRE MARÍA PIA LÓPEZ SOCIÓLOGA Y DOCTORA EN CIENCIAS SOCIALES POR LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (UBA). TAMBIÉN ESCRITORA, SUS ÚLTIMAS NOVELAS SON NO TENGO TIEMPO (EDITORIAL PARADISO, 2010) Y HABLA CLARA (EDITORIAL PARADISO, 2012). DESDE SU INAUGURACIÓN EN 2011, DIRIGE EL MUSEO DEL LIBRO Y DE LA LENGUA DE LA BIBLIOTECA NACIONAL.

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El Museo del Libro y de la Lengua de la Biblioteca Nacional inauguró en julio el Mapa Celeste de las Editoriales Argentinas, una base de datos que permite acceder a información sobre editoriales, libros y autores argentinos. Lo interesante y novedoso es que reúne a todas las casas editoras que hayan existido alguna vez en el país –grandes y chicas, conocidas y no tanto– y las agrupa en forma de constelaciones. Este universo editorial permite realizar búsquedas por orden alfabético o por categorías, a través de una pantalla táctil instalada en el Museo. Directora del organismo y socióloga, María Pia López relata a Nuestra Cultura cómo surgió y en qué consiste el proyecto, y explica los criterios de selección utilizados para elaborar el Mapa y el modo en que se rastrean las editoriales a lo largo y a lo ancho del país. Además, se explaya sobre el lugar de las lenguas y las culturas originarias en las salas de la institución y destaca la importancia de los museos en la agenda de este proyecto político y cultural. –¿En qué consiste el Mapa Celeste de las editoriales argentinas? –Teníamos la idea de que habían muchos tipos de historias culturales hechas en la Argentina, historias de autores, de literatura, del mundo de la producción de libros, y muy poco trabajo sistematizado sobre editoriales. Queríamos producir un recorrido sobre la cultura argentina pensado desde la perspectiva de las editoriales. Empezamos por estas, pero el proyecto se amplió a libros y autores, aunque la motivación central era producir una periodización de la historia de los sellos editores. Por eso el nombre metafórico de Mapa Celeste, para pensar en una suerte de constelaciones. Cada una de ellas es un grupo de afinidad entre editoriales que se constituye por época, por catálogo y, en algunos casos, por compartir una misma tecnología. Y se llama Mapa Celeste porque es un mapa de constelaciones organizadas, fundamentalmente, a partir de las características de las casas editoras. –¿Cómo surgió el proyecto? –Tuvimos la intención de hacerlo antes de inaugurar el Museo. En un primer momento, definimos las constelaciones, para lo cual hubo que investigar mucho qué edi-

toriales eran afines con cuáles otras. Hicimos ese primer esquema del Mapa y empezamos a investigar más. Inauguramos el Museo en septiembre de 2011, y la primera puesta al público del Mapa llegó este año, en julio. El último mes volvimos a cambiarlo; como no termina nunca, todo el tiempo estamos corrigiendo, agregando tapas y autores. La Argentina tiene una característica: cuanto más concentrado está el mercado, más cantidad de editoriales pequeñas aparecen. Es impresionante el número de editoriales surgidas desde 2001. Y como la mayoría tenía Internet, eso hacía que las pudiéramos contactar más rápidamente. Para las editoriales chicas es difícil crecer porque el 90 % del mercado se concentra en cuatro firmas transnacionales; el otro 10 % se lo reparte un millón de editoriales pequeñas, con lo cual muy pocas son sustentables a mediano plazo. Entonces, hay una dispersión enorme de literatura. El problema es que, salvo algunas librerías, la gran mayoría no ocupa sus mesas centrales con títulos de esas editoriales. Entonces, por un lado, hay una fertilidad cultural muy alta en términos de producción y, por el otro, en términos de mercado, esto está condenado al fracaso. –¿Cómo se rastrean y se recuperan las editoriales del interior o las publicaciones dispersas por el país? –El Mapa es infinito y está siempre inconcluso... De la década del 90 para acá se rastrean por Internet. Algunas son muy grandes y merecieron estudios propios. El lapso que va desde los años 30 hasta fines de la década del 80 es difícil para rastrear editoriales chicas o de ciudades del interior. Lo que tratamos de hacer es reconstruir el catálogo mediante la consulta de las bases de datos de las bibliotecas Nacional, del Congreso y de algunas bibliotecas universitarias. Entonces, lo que tenemos es un dato aproximado, como ser en qué época estuvo activa esa editorial, pero no cuándo surgió. O a través de editoriales políticas, por ejemplo, se buscan trabajos sobre la historia del Partido Comunista, sobre la historia del radicalismo o sobre Jorge Abelardo Ramos, que tuvo diez editoriales. Después de buscar y buscar, te encontrás con editoriales que tienen un solo título. Para algunos casos muy específicos, usamos las redes sociales, porque siempre hay alguien que te puede dar algún dato sobre tal editorial o autor, y así se va construyendo el conocimiento colectivo del Mapa. –¿Qué cantidad de entradas componen la plataforma del Mapa y quiénes la consultan? –El Mapa está compuesto por 527 editoriales, 450 autores y 1528 libros. Y lo consultan escritores sobre todo; también muchos estudiantes de carreras de bibliotecología y el visitante del Museo en general. En un año, la idea es subir el Mapa a Internet y que la gente pueda acceder desde sus casas. –¿Qué criterios de selección se tienen en cuenta para el armado? –Tratamos de ser lo más amplios posibles e incluir todas las editoriales que aparezcan. En el caso de los autores es más difícil, porque hay miles y miles de personas que editaron un libro. Empezamos traba-

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jando con diccionarios de autores de literatura argentina y después fuimos agregando. El caso de Hugo Ezequiel Lezama es tremendo. Dirigía el diario Convicciones, de Massera, y también le escribía los discursos; un ser siniestro que, aproximadamente, tiene diez novelas escritas. No se puede omitir el conocimiento sobre esta persona, solo que, en su biografía, no se dice únicamente que escribió libros, sino, además, que acostumbraba a ir a la ESMA a ver escenas de tortura y que le hacía los discursos fundamentales a Massera. Lezama fue un escritor importante, de ese estilo de escritores liberales autoritarios que terminan apoyando la dictadura. La decisión fue incluirlo aclarando su rasgo biográfico-político. –¿Qué lugar ocupan las lenguas originarias en el Museo? –Cuando tomamos la decisión sobre el nombre del Museo del Libro y de la Lengua, se discutió mucho si tenía que ser un museo de la lengua española, un museo del castellano o un museo de las lenguas. Finalmente, decidimos que fuera de la lengua pensando que refiriera solo a la facultad de la lengua y no a una de sus variedades, no a un idioma. Precisamente porque queríamos partir del reconocimiento de que, en el territorio nacional, hay múltiples lenguas y que acá el español está en tensión con otras lenguas que lo preexistían y con lenguas migratorias. Por eso, aunque haya una lengua mayoritaria, no se puede omitir el reconocimiento del carácter multilingüe del país. La primera mues-

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tra temporaria que hicimos tenía la mayor parte de las grabaciones en castellano, en sus distintas variedades; pero en todos los dispositivos también hay grabaciones de hablantes de lenguas indígenas, y los juegos y dispositivos interactivos tienen incorporada alguna lengua indígena. La idea es que no tengan un trato diferencial específico, sino que esta heterogeneidad esté reconocida. –¿Cómo se trabaja para que las muestras convoquen a los diversos públicos? –Es difícil porque cada público tiene un interés muy particular. Hemos analizado más qué pasa con los niños y con el público adolescente. Le prestamos más atención que al público adulto, que viene solo. Hay un punto complejo: el público tiene más disposición para tocar pantallas que para hacer otra cosa. Entonces, toda la información fija de los paneles u otros dispositivos llaman menos la atención; en cambio, la información que se plantea por medio de las pantallas táctiles y que se convierte en juego amontona gente rápidamente. Desde un principio, intentamos que haya una composición de elementos artesanales y tecnológicos. Pero se hace difícil en lo que tiene que ver con la lectura y los adolescentes. Por eso, usamos medios técnicos y artesanales no centrados en la lectura para producir ideas que no necesariamente tengan que pasar por una pantalla informática. Mi temor es producir un efecto espectacular sobre las cosas; que el asombro lo produzca la tecnología y no el contenido.

–¿Cuáles son las muestras en carpeta? –El Museo tiene dos salas de exposición permanente: una sobre la lengua en la planta baja y otra sobre libros en el primer piso. El segundo piso y el subsuelo están destinados a muestras temporarias. La exposición central del año, “Arlt en dos”, es una muestra biblio-hemerográfica sobre la figura de Roberto Arlt como intelectual, y, en el subsuelo, la parte más lúdica de la muestra, “Los siete locos” y “Los lanzallamas”, que puede visitarse hasta noviembre. Pronto inauguraremos una exposición temporaria sobre Juan Batlle Planas como ilustrador de libros y, antes de noviembre, otra sobre la presencia de lo italiano en el lenguaje rioplatense. El año próximo, la muestra central estará dedicada a Cortázar, por el centenario de su nacimiento.

DE VISITA Muestras temporarias y permantentes, el Mapa Celeste, y jornadas, conferencias y ciclos de cine son las actividades propuestas por el Museo del Libro y de la Lengua. Martes a domingo, de 14 a 19. Av. Las Heras 2555, Ciudad de Buenos Aires. Entrada libre y gratuita. Informes: 4808-0090 o museodellibro@bn.gov.ar

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MUSEOS NACIONALES

ENTREVISTA CON ARACELI BELLOTTA, DIRECTORA DEL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL

Relatar lo federal AL FRENTE DE LA INSTITUCIÓN DESDE ABRIL, LA ESCRITORA Y PERIODISTA COMPARTE EN ESTE DIÁLOGO CON NUESTRA CULTURA LAS RIQUEZAS DEL MUSEO, ADELANTA LOS PROYECTOS EN AGENDA, Y ANALIZA EL PROTAGONISMO DE LA HISTORIA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL FUTURO Y EL VALOR DE LA HONESTIDAD INTELECTUAL AL CONTARLA.

SOBRE ARACELI BELLOTTA PERIODISTA, ESCRITORA, GUIONISTA E HISTORIADORA. DIRIGIÓ EL COMPLEJO MUSEOGRÁFICO PROVINCIAL “ENRIQUE UDAONDO” ENTRE ENERO DE 2008 Y MARZO DE 2013. ES VICEPRESIDENTA SEGUNDA DEL INSTITUTO NACIONAL DE REVISIONISMO HISTÓRICO ARGENTINO E IBEROAMERICANO “MANUEL DORREGO”. AUTORA, ENTRE OTROS LIBROS, DE SARMIENTO PARA PRINCIPIANTES (1998), MARGARITA WEILD Y EL GENERAL PAZ (1999), LOS AMORES DE YRIGOYEN (2004), LAS MUJERES DE PERÓN (2005), EVA PERÓN, ABANDERADA DE LOS HUMILDES (2008), Y EVA Y CRISTINA, LA RAZÓN DE SUS VIDAS (2012).

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Construido a fines del siglo XIX, a metros del Parque Lezama, el Museo Histórico Nacional constituye un verdadero paseo por la historia argentina y reúne para narrarla objetos relacionados con la Revolución de Mayo y la Guerra de la Independencia. Entre sus diversas piezas, se destacan litografías, cuadros, esculturas, banderas, relojes, instrumentos musicales, daguerrotipos y prendas gauchas. Desde su asunción al frente del Museo en abril de este año, Araceli Bellotta inauguró la sala “San Martín de puño y letra” y otro espacio dedicado a la exhibición de trece pianofortes de los siglos XVIII y XIX, que forman parte del patrimonio institucional y pertenecieron a destacadas figuras, entre ellas, Mariquita Sánchez de Thompson, Juan Pedro Esnaola y Dalmacio Vélez Sarsfield. Las nuevas propuestas ya hicieron eco en el público: en abril el Museo recibió 1700 personas, 2100 en mayo, 2200 en junio, 2400 en julio y 2700 en agosto. –¿Cuáles son las muestras que ofrece el Museo? –El 11 de mayo, día del Bicentenario del Himno Nacional, inauguramos la Sala de Pianos. Tenemos una colección enorme de pianos que están impecables y restaurados, y dos de ellos suenan. Uno es el de Mariquita Sánchez, con el que se ejecutó el himno por primera vez, y el otro, de Juan Pedro Esnaola, quien hizo la versión definitiva del himno. La idea fue armar un acto a doscientos años de la creación del himno y cantarlo con el piano de Mariquita Sánchez; fue muy emocionante. En julio, inauguramos una muestra provisoria con el tema de la Independencia. Ahí expusimos la tarja de Manuel Belgrano, una pieza maravillosa que le regalaron las mujeres de Potosí en 1812, en reconocimiento de su lucha por la Independencia. Al mismo tiempo, empezamos a trabajar en “San Martín de puño y letra”, la primera muestra permanente. Nos interesaba lograr –y lo hicimos– que el mensaje de San Martín no estuviera mediatizado más que por su pensamiento. Al material de la sala lo acompañamos con frases textuales de San Martín en las paredes, extraídas de cartas, disposiciones o comunicaciones diversas. Por eso la exposición se llama “de puño y letra”. Es decir, las frases que van orientando el relato son frases textuales de San Martín.

Buscamos incorporar y reflejar su ideario, alejarnos un poco de su visión restringida del militar heroico y rescatar sus valoraciones. En el pasillo central se inauguró también un San Martín que habla de forma interactiva, contesta las preguntas de los visitantes. –Una manera original de acercar el prócer a la gente... –Claro. Además, se trata de un hombre con una ideología y con ideas políticas. San Martín hizo su gesta porque tenía todo un pensamiento político que la animaba. Salía a pelear porque tenía una concepción determinada para implantar en el territorio que estaba liberando. Por esto “San Martín de puño y letra”. La documentación en la historia es fundamental, porque la historia se escribe a partir de documentos, no de interpretaciones u opiniones. Poder documentar todo el recorrido de la sala con textos de San Martín es importante. Lo mismo que el contenido de la pantalla táctil y el San Martín interactivo, que pudimos armar porque la persona que hace de San Martín es un enorme estudioso suyo, por lo tanto, todo lo que contesta es documento de San Martín y se ubica en un tiempo determinado: 1848, París, tomándose un retrato, un daguerrotipo, que además es la única imagen real que tenemos del Libertador; el resto son pinturas o retratos. –¿Cómo se preserva el patrimonio? –En la museografía hay distintas corrientes, y se van imponiendo modas. Cuando se fundó el Museo Histórico Nacional, en 1895, la idea era exponer todo, del piso al techo. Luego vinieron corrientes proclives a amenguar el todo y seleccionar. Otras corrientes entendieron que los museos tenían que ser didácticos, como los libros. Surgió entonces la etapa de disponer mucho texto en las paredes, y, con esto, la queja del público que decía que al museo iba a mirar, no a leer. O la idea de evitar el ingreso de luz natural. En relación con el patrimonio, hay quienes hacen más hincapié en preservarlo que en mostrarlo. –¿Cuál es su posición a este respecto? –Por definición, un museo es un lugar donde se preserva el patrimonio histórico, donde se promueve la

San Martín interactivo.

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del celular aun cuando está en el Museo? Entonces, tratamos de combinar las técnicas. –¿Qué lugar ocupan los museos en el marco de una política cultural? –Uno se equivoca si piensa que en el museo se muestran cosas viejas. Se muestran cosas viejas que pertenecieron a personas, pero el arte de un museo es, justamente, darle vida a esos objetos. Por lo tanto, la apuesta de la muestra es muy importante. Suelo decir que el museo es un lugar que tiene que interpelar; en este caso, tiene que mostrar la historia, y mover al público a reflexionar y querer saber más. Las piezas tienen que estar puestas de tal manera que uno se pregunte el porqué de algo. Tiene que hacer pensar

investigación de ese patrimonio y se lo comunica. Tenemos una función social que cumplir, y la tarea es hacer las tres cosas: preservar, investigar y comunicar. Exponer te obliga a cuidar, preservar y restaurar. Hay quienes sostienen que el patrimonio hay que preservarlo y tenerlo guardado. Y hay quienes decimos que si se lo guarda corre más riesgo de deterioro que si se lo exhibe, porque uno no lo ve. En cambio, al exponer, se ve, se restaura y, al mismo tiempo, se preserva. Este Museo está conformado, fundamentalmente, por objetos que fueron donados para que otros argentinos los vieran; por eso es nuestra obligación mostrarlos. –¿Cuáles son las claves para integrar e interesar a los distintos públicos? –Por un lado, retomamos las visitas guiadas para colegios. Para ello, armamos un equipo de guías y de trabajo con los docentes y los chicos. En el piso de abajo, acondicionamos otra sala de carácter pedagógico que parece un museo viejo para las visitas guiadas, y donde cada tiempo de nuestra historia está escuetamente expresado, con objetos significativos de cada época. Se entregan a los chicos figuras de cartón, para que ubiquen las piezas en la sala Tesoros de la Independencia. También inauguramos una búsqueda del tesoro en la sala San Martín: a partir de pistas dadas, los chicos conocen la historia de manera participativa. Además, estamos confeccionando una cartilla para que los docentes puedan trabajar luego de la visita. En el caso del público general, el San Martín interactivo cautiva: nadie puede creer que conteste. Además, estamos organizando distintas actividades culturales. –¿Cómo intervienen las nuevas tecnologías en el espacio del Museo? –Hay que pensar que el Museo es para todos. Las tecnologías las usan más los chicos que los grandes. Por ejemplo, hay un sistema que permite pasar todo el contenido del Museo al celular mediante un código de barras. Se dio una gran discusión acá sobre si convenía o no adoptar este sistema. Resolvimos adoptarlo, pero teniendo en cuenta que muchos no lo van a usar. Por otro lado, cabe preguntarse: ¿tenemos que seguir fomentando que la gente esté pendiente

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dos Independencias: la de los pueblos liderados por Artigas –es decir, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, la Banda Oriental, Córdoba y Santa Fe– en 1815 en Arroyo de la China y la de 1816, que se declaró en Tucumán con las provincias que no participaron de la anterior. La historia que buscamos contar incorpora a los negros, las mujeres y los pueblos originarios al relato. Todos los seres humanos tenemos un pensamiento, una ideología, el tema es tener honestidad intelectual, decir desde dónde uno está mirando y, además, hacerlo con rigurosa base documental. Ahora, pensar que existe un sector supuestamente aséptico en su mirada de la historia y otro que observa desde un lugar determinado es bastante infantil. Todos miramos desde cierto lugar.

LA CULTURA EN LA AGENDA DEL MUSEO - Ciclo de jazz: domingos de octubre a las 16. - Música coral: coros de la Biblioteca Nacional y Molto Allegro. Domingo 3 de noviembre a las 16. - Día Nacional de Afrodescendientes: viernes 8 de noviembre. y, fundamentalmente, el museo tiene que emocionar. El pasado lleva a pensar en el presente. Nunca falta quien le pregunta al San Martín interactivo por los políticos de hoy. Y San Martín contesta: “Mire, estoy en 1848, en Francia, me estoy sacando un retrato, no se de qué me habla”. –¿Qué Argentina cuenta el Museo Histórico Nacional? –Este Museo fue creado en un tiempo muy preciso, y es el resultado de la Generación del 80, que entendía que la historia era producida por grandes hombres, una elite, con un territorio determinado y un inicio puntual. Para Adolfo Carranza, el fundador de este Museo, la historia empezaba el 25 de Mayo de 1810. Por lo tanto, fue creado para rememorar ese episodio, fundamentalmente, para tenerlo listo para el Centenario de la Revolución de Mayo y de la Independencia; después se fue ampliando. Acá, por ejemplo, hay poquísimos elementos de los pueblos originarios, porque la historia empezaba en 1810. Después, Carranza lo amplió a las Invasiones Inglesas y a la Colonia. Además, reflejaba una clase determinada, que era la aristocracia y la clase dirigente porteña. Ese fue el relato que este Museo contó originariamente. El que se intenta contar ahora es un relato que se complete con todo lo que falta y tenga una mirada federal, que no sea un relato aristocrático, sino que incorpore al pueblo. Como ejemplo de esto, en la muestra provisoria de la Independencia, se narran las

- La Noche de los Museos: sábado 9 de noviembre, de 20 a 3. - Música en los salones rioplatenses: primer concierto de pianos antiguos. Domingo 10 de diciembre.

PASEN Y VEAN - Visitas guiadas para escuelas: actividades didácticas (“Ordenando la historia”, “Jugamos y pintamos con imágenes en la sala San Martín”) y recorrido cronológico por los tesoros de la Patria. Miércoles a viernes, de 10 a 16. - Visitas guiadas para el público general: sábado y domingo de 15 a 18. - San Martín interactivo: miércoles a sábado, de 14 a 18. Defensa 1600, Ciudad de Buenos Aires. Entrada libre y gratuita. Informes: 4307-4457/3157 o informes@mhn.gov.ar

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EXPOSICIONES

UNA VENTANA A LAS OBRAS GANADORAS DEL SALÓN NACIONAL DE ARTES VISUALES 2013

Los premios CERTAMEN TAN PIONERO COMO CENTENARIO Y MOTOR DE LA CREACIÓN CONTEMPORÁNEA A UN TIEMPO, EN SU 102.ª EDICIÓN ANUAL E ININTERRUMPIDA DESDE SU FUNDACIÓN, EN 1911, EL SALÓN NACIONAL DE ARTES VISUALES VOLVIÓ A CONSAGRAR LA OBRA DE OCHO ARTISTAS ARGENTINOS, ENTRE MÁS DE TRESCIENTOS SELECCIONADOS. AQUÍ, EL GRAN PREMIO ADQUISICIÓN DE LAS DISCIPLINAS DIBUJO, PINTURA, FOTOGRAFÍA, ESCULTURA, GRABADO, ARTE CERÁMICO, ARTE TEXTIL, Y NUEVOS SOPORTES E INSTALACIONES, EN UN COLLAGE QUE CONFIRMA EL PAPEL DE ESTE CONCURSO FEDERAL Y DEMOCRÁTICO, ORGANIZADO POR EL ESTADO NACIONAL, EN LA CONSOLIDACIÓN DEL PÚBLICO Y EL RECONOCIMIENTO DE LOS AUTORES QUE DAN VIDA AL MULTIFORME CAMPO ARTÍSTICO DE LA ARGENTINA ACTUAL.

Pintura. Marcia Schvartz, Toma de la Belgrano, 2012, técnica mixta, 140 x 190 cm.

EL SALÓN, A LA VISTA - Hasta el 20 de octubre, se exhiben las obras premiadas y seleccionadas de pintura, dibujo y escultura. - Del 10 de diciembre al 26 de enero de 2014, será el turno de las categorías arte cerámico y textil, y grabado. Palais de Glace. Posadas 1725, Ciudad de Buenos Aires. + información: www.palaisdeglace.gob.ar

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Arte textil. Anabela D’Alessandro, Block de bocetos, 2012, construcción, cortado y plegado en fieltro industrial, chapa de plomo, bulones, sobre estantería de hierro, 200 x 115 x 45 cm.

Escultura. Carola Zech, Magnético 208, 2013, acero, pintura bicapa, imanes, 200 x 150 x 100 cm.

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Nuevos soportes e instalaciones. Juan Rey, Circuito, 2013, objeto, leds, paneles fotovoltaicos, placa de circuito impreso, 105 x 75 x 8 cm.

Arte cerámico. Raquel Podestá, Lucio, 2013, cerámica y esmalte, 120 x 65 x 65 cm.

Fotografía. Eduardo Tilcara Maurizio, Última cena chatarra, 2011, tomas directas, acopladas y procesadas digitalmente, impresión inkjet Fine Art giclée, 64 x 152 cm.

Grabado. Néstor Goyanes, Desde la otra orilla... de la serie De Mar a mar..., 2013, litografía, chine-collé, xilografía sobre papel de arroz, 168 x 74 cm.

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Dibujo. José Alberto Marchi, Iconoclastas, 2013, grafito sobre papel, 104 x 184 cm.

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PENSAMIENTO

ANÁLISIS DE TRES DÉCADAS DE GOBIERNOS SURGIDOS DE LA VOLUNTAD POPULAR

La democracia argentina, a examen ¿GOBIERNOS DEL PUEBLO Y PARA EL PUEBLO? EL PAÍS SE APRESTA A CELEBRAR TREINTA AÑOS DE EJERCICIO DEMOCRÁTICO ININTERRUMPIDO. SIN EMBARGO, PARA LA SOCIEDAD ARGENTINA, EL CAMINO NO SIEMPRE ESTUVO LABRADO. NICOLÁS TERESCHUK Y ALBERTO LETTIERI REFLEXIONAN SOBRE LOS VAIVENES DE LA ECONOMÍA Y LA POLÍTICA, LAS INIQUIDADES Y LAS CONQUISTAS DESDE AQUELLA MAÑANA DE ALGARABÍA EN QUE ALFONSÍN SE CONVIRTIÓ EN EL 33.º PRESIDENTE CONSTITUCIONAL. Para analizar los treinta años de democracia, quizá sea enriquecedor superponer algunas imágenes o interpretaciones que se me ocurren complementarias. La primera es la que surge del libro Sistema político y modelo de acumulación en la Argentina. Notas sobre el transformismo argentino durante la valorización financiera (1976-2001), de Eduardo Basualdo. De acuerdo con la visión del coordinador del Área de Economía y Tecnología de Flacso, la democracia de 1983 surge luego de un “nuevo comportamiento económico y social basado en la valorización financiera” que ha sido impuesto por la dictadura militar. Se trata de un patrón de acumulación que “trajo aparejado un claro predominio del capital sobre el trabajo, que se expresa en una clara regresividad en la distribución del ingreso y en un nivel de exclusión social que ponen de manifiesto retrocesos que no tienen antecedentes históricos en la Argentina”.

NICOLÁS TERESCHUK Politólogo. Editor del blog Artepolitica.com

A partir de esa cruda descripción en términos económicos y sociales, Basualdo introduce la noción del “transformismo” argentino. “En efecto, ante la ausencia de un partido orgánico, son los propios sectores dominantes, específicamente la fracción del capital concentrado interno, los que asumen la tarea de cooptar al partido político que accede al gobierno una vez agotada la dictadura militar, a distintos integrantes del partido opositor y a diversas organizaciones que conforman la sociedad civil”. La segunda imagen, que matiza esta, surgiría a su vez de comprobar avances logrados por la sociedad en cuanto a derechos civiles, políticos y sociales durante el período analizado por Basualdo. Así, los derechos que ejercen los ciudadanos a través de los partidos políticos, las normas que regulan el matrimonio y la patria potestad, el juicio a las Juntas Militares, la puesta en acto

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del derecho a huelga, la participación de la sociedad mediante la figura del plebiscito durante el gobierno de Alfonsín; aunque también el fin de la “cuestión militar” o la declaración de “imprescriptibilidad” de ciertos delitos de lesa humanidad durante la gestión del expresidente Carlos Menem y muchos otros han sido elementos que permiten hablar de un trasfondo de luchas sociales (y políticas) por conquistas de las que hoy también gozamos. Incluso si pensamos en las intensas luchas sociales registradas durante la gestión interina de Eduardo Duhalde y la decisión (o la necesidad) de aquel gobierno de poner en marcha un plan social de amplia extensión sugiere que aquello que la dictadura había intentado imponer a sangre y fuego y, a la vez, clausurar seguía vigente y activo. En este panorama de retrocesos y de avances, de permanentes luchas por la restitución de derechos y por la consagración de otros nuevos es que, a su vez, puede leerse lo ocurrido en la última década. La cuota de incertidumbre generada por los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner a la salida de la crisis más profunda en varias generaciones hizo posible –en una relación de ida y vuelta con las demandas sociales– abrir paso a una nueva agenda de derechos y también al restablecimiento de conquistas pasadas. Se pone al menos en cuestión la dinámica del “transformismo”, y la incertidumbre propia de la política hace que no siempre los sectores de por sí más poderosos en términos de dinero e influencia obtengan lo que quieren tal como lo esperan. Se abren nuevos espacios para que avancen demandas por derechos civiles, políticos y sociales que, a su vez, pueden ser consagrados en normas o prácticas. Así, los juicios a represores, pero también la reactivación de los convenios colectivos de trabajo, la prioridad presupuestaria otorgada a la educación, la participación ciudadana en el nombramiento de jueces de la Corte Suprema, la tensión generada con organismos multilaterales que se encontraban por fuera de cualquier tipo de control social, así como el matrimonio igualitario, o el acceso de los partidos políticos a espacios gratuitos para difundir sus propuestas por medios audiovisuales, o el derecho de los niños a acceder a protección social resultan ahora algunas de las novedades de una democracia que se dispone a cumplir treinta años. La posibilidad de que “la política” o, si se quiere, “el Gobierno” profundice grados de autonomía con respecto a los sectores que esperan un regreso y una mimetización con los mecanismos del “transformismo” debería ser un objetivo de múltiples sectores políticos y sociales. Y esto es así porque las demandas y las luchas de la sociedad, aquellas que nunca permitieron “clausurar la historia” en ninguna etapa de estas décadas de democracia, no se detienen: se renuevan, cambian, se presentan en diferentes formas, con distintos lenguajes o estéticas, pero sin retraerse. Una sociedad civil viva, resistente, indómita espera por una política que siga estando a la altura de los cambios que necesita en cada etapa.

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1983. La recuperación de la democracia, de Daniel Paz.

ALBERTO LETTIERI Doctor en Historia (UBA). Director de Investigaciones y de Extensión Educativa del Instituto de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano “Manuel Dorrego”. Investigador del Conicet.

de 1994 legitimó estas políticas, mientras que la Ley Federal de Educación promovía el vaciamiento del sistema educativo, y la salud y los aportes jubilatorios eran privatizados. Los genocidas fueron beneficiados con un indulto presidencial (1991), en tanto la videopolítica desplazaba a la participación ciudadana, y las organizaciones de derechos humanos se constituían en el espacio fundamental de la resistencia democrática.

Al cumplirse treinta años del restablecimiento de la democracia en nuestro país, resulta oportuno ensayar un balance sobre los logros principales y los límites que experimentó este proceso, e intentar un breve examen de las cuentas pendientes.

El fin del menemismo abrió paso a la experiencia de la Alianza (1999-2001). Su programa se reveló estéril para dar respuesta a las impostergables demandas sociales y económicas, y así la presidencia de Fernando de la Rúa fue rápida presa del neoliberalismo voraz. Las crisis de gabinete se sucedieron, y una nueva gestión de Cavallo, sobre la receta de más ajuste, corralito y retenciones a los empleados públicos, aceleró la debacle. De la Rúa debió abandonar el timón del Estado en medio de un baño de sangre.

El acceso a la presidencia de Raúl Alfonsín, el 10 de diciembre de 1983, significó el fin del terrorismo de Estado, aunque no del fabuloso proceso de concentración de la riqueza, destrucción del empleo genuino y endeudamiento externo iniciado por la dictadura cívico-militar. La nueva gestión se inició en el marco de una verdadera “primavera democrática”, propiciada por una llamativa participación popular y el juicio y condena a los genocidas. Sin embargo, el entusiasmo inicial se fue diluyendo en el marco de políticas económicas recesivas, que profundizaron el proceso de destrucción de la economía nacional. La creciente subordinación al poder económico se acompañó de un grave recorte de las políticas iniciales de derechos humanos, mediante la sanción de las Leyes de Obediencia Debida (1986) y Punto Final (1987). Jaqueado por un terrible proceso hiperinflacionario, Alfonsín debió retirarse de manera anticipada. La gestión de Carlos Menem (1989-1999) profundizó estos lineamientos y concretó las privatizaciones de empresas públicas ya consideradas por Alfonsín. El ministro Domingo Cavallo propició un verdadero saqueo del patrimonio nacional siguiendo las pautas del Consenso de Washington y las directivas del FMI. La reforma constitucional

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La consecuente crisis de gobernabilidad pareció comenzar a resolverse con el acceso de Eduardo Duhalde a la presidencia de la Nación (2002), quien propició una salida de la convertibilidad con manifiesto beneficio para los grupos económicos más concentrados. Los reclamos sociales fueron respondidos a través de prácticas represivas, que provocaron un rápido descrédito de la gestión y aceleraron su conclusión. Con poco más del 21 % del respaldo popular, la fórmula Néstor Kirchner-Daniel Scioli se hizo cargo de una Argentina fragmentada, con una deuda externa que superaba los U$D 200.000 millones. Los niveles de desocupación y destrucción económica no conocían antecedentes similares, y la violencia asolaba las calles. Kirchner apostó a una agresiva política de derechos humanos, anulando los indultos e imponiendo el juicio y castigo a los genocidas. También impulsó la recuperación de la producción y del trabajo genuino, y el desendeu-

damiento. Las exportaciones se incrementaron en forma exponencial y la actividad económica interna se multiplicó. La gestión de Cristina Fernández de Kirchner, iniciada en 2007, permitió reafirmar la soberanía nacional y la apuesta por el futuro. La nacionalización de Aerolíneas Argentinas e YPF, la estatización de las AFJP, el incremento significativo del presupuesto educativo y la apuesta por la ciencia y la tecnología, el impulso de los planes Conectar Igualdad y la Asignación Universal por Hijo son algunos de los hitos de un programa democratizador que modificó la pauta de distribución social de la riqueza en beneficio de los sectores menos favorecidos y profundizó el proceso de integración latinoamericana a través del Mercosur y de la Unasur. La Argentina actual es sustancialmente diferente a la de 1983. La estabilidad institucional alcanza un alto grado de consolidación, las políticas sociales se han robustecido y la participación política registra niveles llamativos. Sin embargo, grupos corporativos concentrados y una franja social que obtuvo grandes beneficios en esta última década insisten en cuestionar las políticas implementadas, privilegiando sus intereses particulares. A fin de avanzar y consolidar el proceso de democratización, resulta indispensable abordar dos tareas fundamentales: por un lado, la profundización de la batalla cultural, con el objetivo de modificar los comportamientos autoritarios e individualistas que impuso el liberalismo local a las prácticas y las representaciones sociales. La puesta en vigencia de la Ley de Medios y una profunda transformación de la filosofía, las prácticas y los contenidos de la enseñanza básica constituyen las herramientas clave para afrontar con éxito este desafío. Y, por el otro, la reforma de una justicia que goza de privilegios inadmisibles y que ha vetado reiteradamente las decisiones de los poderes emanados de la voluntad popular.

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DIVERSIDAD

ENTREVISTA CON EL GESTOR CULTURAL Y GUIONISTA NÉSTOR GRANDA

“Los festivales de cine son espacios de lucha” EL DIRECTOR DE LIBERCINE, EL ÚNICO FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE SOBRE DIVERSIDAD SEXUAL Y GÉNERO DEL PAÍS, CELEBRA LOS AVANCES LEGISLATIVOS QUE DEFIENDEN LOS DERECHOS DE LAS MINORÍAS SEXUALES, A LA VEZ QUE PLANTEA LA NECESIDAD DE UN CAMBIO DE PARADIGMA EN LA FORMA EN QUE LOS MEDIOS LAS REPRESENTAN.

–¿Cómo nació LiberCine? –El germen del festival fue un hecho de discriminación que sufrió una alumna trans en la Universidad Nacional de Córdoba. Me convocaron para amar una muestra con mesas de discusión, charlas y exhibición de películas, y responder con un acto cultural y educativo a este hecho. Las películas que se proyectaron fueron muy específicas; además, se presentaron especialistas de distintas disciplinas y expertos en el tema de diversidad e identidad de género. El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) estaba al tanto de lo que veníamos haciendo. Luego de recorrer varias provincias durante dos años como muestra, en 2010, se instaló definitivamente en Buenos Aires como festival y adquirió el nombre de LiberCine. A partir de entonces, se transformó en un encuentro oficial del INCAA, pasó a tener competencia y se internacionalizó. Lo fundamental de este proyecto es que abrimos pantallas para películas que, de otro modo, no llegarían siquiera a estrenarse. –¿Cómo se seleccionan las películas que se exhiben? –Una vez abierta la convocatoria, llega muchísimo material de varias partes el mundo. En el proceso de selección soy generoso; trato de darle espacio a todos. Sí descarto películas en las que el tema de la diversidad está encarado desde el estigma o el prejuicio. Hay que tener en cuenta que LiberCine es el único festival en la Argentina que aborda la diversidad sexual y de género, entonces, debemos cuidarlo como lugar de exhibición democrático. Quienes hacemos este festival abrimos pantallas, por eso es necesaria la pluralidad de miradas y no solo el espacio de exhibición –que es fundamental–, sino también el de reflexión, ya que a mayor proyección de películas, mayor riqueza en los debates. –¿Cómo es recibido el festival en los distintos países de Latinoamérica? –En el tema de la diversidad sexual, la región tiene los ojos puestos en la Argentina desde la sanción de las leyes de Matrimonio Igualitario y de Identidad de Género, esta última, revolucionaria. Uruguay aprobó la ley, replicando lo que pasó acá. En la vereda de enfrente, Colombia la rechazó, y el presidente de Ecua-

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dor declaró que tampoco está en la agenda tratar ese tema, al igual que Venezuela, que sostiene que no es un asunto prioritario. Por otro lado, en nuestro país hay una tensión entre el avance de los derechos, gracias a largos años de militancia, y la persistencia de sectores extremadamente conservadores. –¿Cómo construyen los medios masivos al sector trans? –Con estas mismas contradicciones. Tenemos leyes de inclusión muy avanzadas y, sin embargo, en muchas provincias del país nos encontramos con que sigue habiendo edictos policiales en contra de las travestis. La gente piensa que son como las que aparecen en televisión: en la mediatización, lo que encontrás es la aceptación de las travestis que cumplen con cánones heterosexuales; aquella que se casa con un príncipe azul, tiene hijos hermosos, los bautiza y los presenta en las revistas, cumpliendo con la normativa social. Lo que se acepta es el modelo travesti “superstar”, pero el sector trans es el más invisibilizado y marginal, porque la mayoría de las chicas todavía está trabajando en la calle para comer. Asimismo, el gay que aparece en la televisión es de un sector social determinado y se lo representa como un acto de consumo y de venta: seudointelectuales, millonarios que viajan a Miami, es decir, la homosexualidad vista como un dato de color, sin tener en cuenta que un montón de gente está en los bordes, y no está incluida en los medios. Por eso, a veces, el documental se torna más interesante que la ficción. No solo desde lo estructural y desde lo técnico, sino también desde lo temático, porque te permite salir del estereotipo ficcional del gay. Lo que vemos en la ficción acerca de la homosexualidad es una construcción cuasi novelesca y folletinesca de la vida. –Frente a esta tensión entre un Estado que avanza con leyes transformadoras y un sistema de medios estigmatizante, ¿cuál es la función política, social y cultural de un festival de cine? –En la Argentina, tenemos un Estado que toma los temas de diversidad sexual y de género como prioritarios. Sin ese impulso y acompañamiento, no hubieran sido posibles las series con protagonistas trans en la TV Pública o en la TDA (Televisión Digital Abierta), ni la existencia de un ciclo en canal Encuentro con películas de diversidad sexual conducido por Marlene Wayar. Hay muchas cosas que se están haciendo desde el Estado para sacar a las minorías sexuales de ese lugar invisibilizado. Pienso, por ejemplo, en el Bachillerato Popular “Mocha Celis”, para chicas trans, y en la Ley de Identidad de Género, que implica no solo un nombre y una entidad, sino el acceso a la salud. Pero que existan esas leyes no nos exime como sociedad de que haya un alto grado de conservadurismo ni del doble discurso. Por eso, considero que los festivales de cine son espacios de lucha para generar conciencia y discusión. Soy de los que creen que el arte, el aula o el cine, en este caso, funcionan como herramienta política. LiberCine comenzó siendo una muestra y, de a poco, se convirtió en el lugar que encontré para militar.

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EL BACHILLERATO POPULAR TRANS “MOCHA CELIS”, EN PRIMERA PERSONA

Educar para la inclusión LUCHA, RECONOCIMIENTO, MILITANCIA, EDUCACIÓN. RESULTADO DE MÁS DE TRES DÉCADAS DE ACTIVISMO, EL BACHILLERATO POPULAR TRANS “MOCHA CELIS” ABRIÓ SUS PUERTAS COMO RESPUESTA A LA EXCLUSIÓN QUE PADECE ESTA MINORÍA SEXUAL EN EL SISTEMA EDUCATIVO. CUMPLIDOS TRES AÑOS DESDE LA SANCIÓN EN EL PAÍS DE LA LEY DE MATRIMONIO IGUALITARIO, Y A UN AÑO DE LA PROMULGACIÓN DE LA LEY DE IDENTIDAD DE GÉNERO, ESTE ESPACIO EDUCATIVO SE ERIGE COMO UNO DE LOS GRANDES LOGROS DE LA BATALLA POR LA VISIBILIZACIÓN DE LA COMUNIDAD TRANS EN LA ARGENTINA. Las personas travestis, transexuales y transgéneros, mujeres y varones trans, sufren una serie de violencias basadas en su identidad de género. Entre ellas, se encuentra la discriminación que atraviesa todos los ámbitos en los que se desenvuelven, inclusive la escuela. Por esta razón, no logran completar sus estudios secundarios, y eso repercute en la posibilidad de generar un sustento económico dignificante. Esta situación da origen a una mayor marginación social, a abusos por parte de la policía, a enfermedades de transmisión sexual y adicciones, que se traducen en un descenso de la calidad de vida: su promedio de vida es de 35 años. En este escenario, el objetivo del Bachillerato Popular Trans “Mocha Celis” fue crear un espacio de aprendizaje colectivo, de capacitación y trabajo conjunto a través del cual lxs estudiantes pudieran obtener las herramientas necesarias para mejorar su calidad de vida; además de fortalecer los lazos comunitarios para promover la integración e inclusión social y cultural de lxs destinatarios. El “Mocha” se propone modificar las condiciones en las que la población trans vive su experiencia escolar, acercándolxs nuevamente a la escolaridad, lo cual se traduce en capacitación, cooperación y autoconfianza para superar situaciones particulares, y en la obtención de un título oficial que permita acceder a otros niveles educativos y abrir el abanico de ofertas laborales. La elección del nombre está íntimamente ligada a la lucha por modificar la realidad que hoy vive la población trans. Mocha Celis era una compañera travesti que trabajaba en Flores y que murió asesinada por la comisaría de ese barrio. Sus compañeras cuentan que Mocha no sabía leer ni escribir bien, pero que se esforzaba mucho por aprender lo que sus compañeras le enseñaban durante las horas que pasaban juntas cada vez que las llevaban detenidas. Este nombre-homenaje recuerda que el bachillerato llegó para luchar por que ninguna persona tenga que vivir la exclusión, la persecución y la discriminación que sufrió Mocha. Luego de un año de lucha, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con el Ministerio de Educación de la Ciudad, otorgó el reconocimiento oficial de títulos y becas para lxs estudiantes. Además, gracias a un subsidio recibido del Ministerio de Educación de la Nación, se pudieron construir tres aulas, una biblioteca pública y un SUM, aparte de equipar el establecimiento con mobiliario escolar. También se están construyendo lazos con otros ministerios nacionales y con el INADI; y la Legislatura porteña declaró el Bachillerato de Interés en la Promoción de los Derechos Humanos. ¿Este tipo de espacio termina funcionando como un lugar de “autodiscriminación y autoexclusión”? Frente a esta pregunta recurrente, la respuesta del “Mocha” es concreta: la exclusión estuvo siempre en el sistema educativo común. Autoexcluirse es no ir a la escuela; ir a cualquier escuela es estar incluido. Este bachillerato busca la inclusión en la educación. La discriminación se da cuando existen relaciones de poderes desiguales. Solo se puede discriminar poniéndose por encima de quien se discrimina. No existe la autodiscriminación, lo que sí existe es la autodeterminación para evitar lugares violentos y generar espacios acordes a nuestras necesidades.

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POR SUSY SHOCK, CANTANTE, POETA, DOCENTE TRANS

Beso Besarse en los rincones oscuros besarse frente al rostro del guarda besarse en la puerta de la Santa Catedral de todas las Canalladas besarse en la plaza de todas las Repúblicas (o elegir especialmente aquellas donde todavía te matan por un sodomo y gomorro beso) besarse delante de la foto del niño que también fui (y sentir que me hace un guiño para que siga, que no pare, que no interrumpa, porque le gusta ese beso…) besarse sabiendo que nuestras salivas arrastran besos denegados/ opacados/ apagados/ cercenados/ mutilados/ hambrientos/ que no son solo los nuestros que tus labios y los míos mientras rajan la tierra la construyen y hay una historia de besos que el espanto no ha dejado ser y que por eso te beso lxs beso me besás besaremos por eso el beso beso De Relatos en Canecalón, Ediciones Nuevos Tiempos (2011). www.susyshock.blogspot.com

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PATRIMONIO

EL QHAPAQ ÑAN, CAMINO A CONVERTIRSE EN PATRIMONIO MUNDIAL

Ecos del Incanato A LO LARGO Y A LO ANCHO DE ESTE FASTO IMPERIO PRECOLOMBINO, UNA RED VIAL COMUNICABA CON LA CAPITAL DEL TAHUANTINSUYO, CUZCO. EL QHAPAQ ÑAN, QUE EN QUECHUA SIGNIFICA ‘EL CAMINO DEL INCA’, RECREA EL MAPA DE UNA CULTURA CUYA ORGANIZACIÓN POLÍTICA, ECONÓMICA Y ADMINISTRATIVA CONTINÚA MARAVILLANDO. METÁFORA ANCESTRAL DE LA PATRIA GRANDE, ESTAS SENDAS CONECTAN SEIS PAÍSES DE LA REGIÓN EN UN EXTENSO SISTEMA QUE LOS INCAS LOGRARON CONSTRUIR Y DESARROLLAR EN MENOS DE UN SIGLO. Con más de 25.000 kilómetros, trazada a lo largo de la cordillera de Los Andes, se extiende una inmensa red de caminos milenarios que recorren Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. El Sistema Vial Andino Qhapaq Ñan es el vasto y silencioso testigo de un pasado común que reúne a las comunidades que viven en la columna vertebral de lo que fue el Imperio inca, desde el sur de Colombia hasta Santiago de Chile. En 2001, estos seis países acordaron trabajar de manera conjunta en el Programa Sistema Vial Andino Qhapaq Ñan, con el objetivo de investigar, revalorizar patrimonialmente, conservar y poner en uso público esta red de caminos que, en la segunda mitad del siglo XV y principios del siguiente, el imperio se ocupó de acondicionar, despejar, y reforzar con muros de contención y drenaje; al tiempo que lo dotó de puentes, escaleras y estructuras para guardar alimentos y pernoctar. De esta forma, los pueblos del territorio

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Sección Complejo Ceremonial Volcán Llullaillaco, provincia de Salta.

estaban conectados política, económica y comercialmente, lo que permitía abarcar su superficie con mayor facilidad. Ese mismo año, además de revalorizar el camino y sus sitios asociados, y de promover el desarrollo local de las comunidades, se propuso el Qhapaq Ñan como candidato para que el sitio sea declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Comenzaba así un proceso de cooperación sin precedentes, compartido por los seis países involucrados, y que, en la Argentina, comprende 3000 kilómetros de las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza. “El Sistema Vial Andino Qhapaq Ñan se destaca como una obra única en la historia de la humanidad, al combinar tres características: es una de las redes viales más extensas construidas por un Estado premoderno, en una de las regiones montañosas más

accidentadas del mundo, y para ser utilizada únicamente por caminantes y animales de carga (llamas y, en menor medida, alpacas)”, explica Diana Rolandi, directora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), organismo perteneciente a la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación que lleva adelante la coordinación técnica del Programa en la Argentina. “Ninguna otra civilización ha logrado, a través de intervenciones sistemáticas en el paisaje, integrar territorios tan vastos, y una población tan grande y diversa sin contar con cuerpos de agua o redes hidrográficas navegables de una extensión significativa y sin los beneficios tecnológicos de la rueda y de los animales de tracción”, subraya Rolandi. Visto desde la actualidad, una de las principales características de este camino, que lo hace excepcional, es que se trata de un sendero vivo, por el que siguen transitando personas y animales.

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Mujer con pushcana, Punta del Agua, provincia de Mendoza.

Subtramo Santa Ana-Valle Colorado, sección Quebrada Grande-Las Escaleras, provincia de Jujuy.

Sobre el proceso de cooperación regional abierto para presentar la candidatura ante la Unesco, Rolandi sintetiza: “Fue un trabajo muy intenso y enriquecedor, ya que hubo que llegar a acuerdos entre los seis países sobre cómo confeccionar las fichas, las normas tipográficas de patrimonio material e inmaterial, entre otros puntos”. En la Argentina, en las siete provincias involucradas, se conformaron comités de gestión con especialistas. Entre 2005 y 2012, se trabajó en la recopilación exhaustiva de información referida a cada uno de los componentes del Programa: arqueología, antropología, ambiente, geología y geomorfología, y se generaron fichas de registro e informes, tanto en el ámbito local y provincial como nacional. Así, en Jujuy, se encuentra el subtramo Santa AnaValle Colorado, que hasta hoy, sigue cubierto de lajas, y donde se cosechan más de cuarenta espe-

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Sección Llano de los Leones, Parque Nacional San Guillermo, provincia de San Juan.

Sección Complejo Arqueológico La Ciudacita, provincia de Tucumán.

cies de papa. En Salta, se extienden los subtramos de Santa Rosa de Tastil-Potrero de Payogasta y, desde allí, hasta Los Graneros de la Poma. Otra sección incluye el Complejo Ceremonial Volcán Llullaillaco, un sitio en el que se realizaban ceremonias religiosas, donde hoy se ubica el Museo de Arqueología de Alta Montaña. Allí, a 6770 metros de altura, es el lugar más alto donde se encontraron restos arqueológicos, como las momias de Llullaillaco. En Tucumán, el Complejo Arqueológico La Ciudacita se confunde con las nubes, y llegar hasta él es toda una aventura. En Catamarca, integra este sistema vial la sección Pucará del Aconquija; y en La Rioja, los casi 41 kilómetros del subtramo Los Corrales-Las Pircas. En San Juan, abarca un kilómetro en el Parque Nacional San Guillermo, que incluye las secciones AngualastoColangúil; y Llano de los Leones. Finalmente, los 40 kilómetros del camino en Mendoza comprenden el subtramo Ciénaga de Yalguaraz-San Al-

berto, y las secciones Roncillos, Tambillitos y Puente del Inca. Durante la etapa actual, preparatoria del expediente de nominación, también se trabajó con consultores expertos para relevar la normativa jurídica específica, aplicada tanto a la protección de bienes culturales como naturales, en los ámbitos nacional, provincial y municipal. Además, se organizan talleres de consenso con las comunidades asociadas al Qhapaq Ñan, para conformar unidades de gestión local y definir los lineamientos preliminares del plan de gestión y conservación de este camino milenario de carácter extraordinario. Acaso la manifestación más cabal del paisaje cultural del Tahuantinsuyo, de su poder y de su relevancia tanto histórica como actual, el Qhapaq Ñan es la huella inexorable de la cultura originaria americana.

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MÚSICA

LA MONA, 45 AÑOS DE FIESTA

Así se baila el cuarteto AL COMPÁS DEL ACORDEÓN, UNA VELADA EN EL MÍTICO CLUB “SARGENTO CABRAL”, EN CÓRDOBA, DA EL TONO PARA DESCRIBIR LOS RITUALES Y CONTAR LA HISTORIA DE UN RITMO QUE, DESDE HACE DÉCADAS, TIENE A LA PROVINCIA EN DANZA.

Fría noche de invierno en la ciudad de Córdoba. Las luces del barrio San Vicente iluminan a los cientos de jóvenes que hacen fila para ingresar al baile: las mujeres, con minifaldas y tacos altos, se acomodan los peinados. Los hombres, galantes, les dedican algunos piropos, mientras Carlos “La Mona” Jiménez suena en los celulares. En las inmediaciones del mítico Monumental “Sargento Cabral”, uno de los principales bailes cuarteteros, se respira fiesta. Cada fin de semana, la escena se repite en distintos espacios de Córdoba capital: epicentro de la vida cuartetera, la ciudad mueve a más de 120.000 personas por mes y a otras miles en la provincia. La del cuarteto es una industria de enormes dimensiones. Su figura paradigmática es La Mona: desde hace 45 años, este ícono del género congrega cada mes a decenas de miles de fans en sus espectáculos, que, lejos de ser simples conciertos, son espacios de reunión y sociabilidad. Este fenómeno se replica, a distinta escala, con otros artistas, como Ulises Bueno, Jean Carlos, Damián Córdoba y Banda XXI, por citar solo a algunos. Mucho más que música y baile, entonces, el cuarteto se convierte en un fenómeno cultural que involucra la identidad cordobesa y remite, además, a la historia sociopolítica de la provincia. Los primeros bailes cuarteteros nacieron en la zona rural cordobesa a principios de 1940, de la mano del cuarteto característico La Leo. El grupo liderado por Leonor Marzano se presentaba en modestos tinglados con piso de tierra, frente a un público nutrido por trabajadores rurales y obreros fabriles. En la década siguiente, el género se hizo masivo. Además, a través de las presentaciones diarias de docenas de conjuntos en toda la provincia, se fueron gestando las vivencias de un tipo de folklore popular que pronto sobrepasaría los límites de lo musical. Los encuentros cuarteteros comenzaron a ser sinónimo de música y “bailongo”, pero también de vino tinto, fernet y parejas bailando en círculo. “El baile ha sido y es la máxima manifestación del cuarteto, donde sus concurrentes han encontrado no solo la diversión y el placer del movimiento, sino también un lugar de encuentro, de comunicación, un espacio ritual, de afirmación de la identidad”, explica Hugo Pizarro, investigador de la Universidad Nacional de Córdoba, para quien el baile supone un espacio de conocimiento y reconocimiento: del otro y de la identidad propia. A la fila de ingreso al Sargento Cabral llegan más jóvenes: hay besos, saludos y las presentaciones de rigor. El club todavía no abrió, pero la ceremonia ya se asoma. “El baile va a comenzar. Laten nuestros corazones igual que los tambores, a punto de estallar”, invita La Mona desde los pequeños parlantes de un celular, describiendo el momento festivo que se vive. De pronto, las puertas se abren de par en par y el público ingresa con tranquilidad: comienza el ritual cuartetero. Avanzando en la línea de tiempo, los años 70 trajeron aires de renovación al cuarteto, que si bien no se mantuvo inmune al proceso dictatorial de la

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época, ya que fue prohibido por el gobierno de facto, creció en masividad y profesionalismo. Las figuras de entonces eran Carlos “Pueblo” Rolán, “El Negro” Videla y el grupo Chébere. En este período, “los cuartetos se complejizan en estructura orquestal e incorporan problemáticas urbanas a los temas”, historiza la investigadora Silvia Barei. En su artículo “El desarrollo musical del cuarteto cordobés”, la académica estadounidense Jane Florine agrega: “Algunos grupos cambiaron su estilo debido a que los militares asociaban el acordeón con la música de cuarteto y los cuarteteros”. Por esta razón, ciertos conjuntos agregaban instrumentos, como la trompeta, o imitaban la música romántica y a los conjuntos caribeños, amplía Florine. Actores clave de los procesos históricos de la década, los jóvenes se acercaban cada vez más al género y acudían a los bailes con asiduidad. Puertas adentro del club, los chicos y las chicas se agrupan en los laterales de la pista. Risas, charlas; bebidas compartidas. Mirada va, risa viene, los grupitos se mezclan. Estar allí “es una señal que acorta distancias, que justifica entablar una conversación con desconocidos o contactos corporales que en otras circunstancias serían indecorosos”, explica Claudio Díaz, autor de “Cuerpo, ritual y sentido en el rock argentino. Un abordaje sociosemiótico”, marcando otro de los elementos que vuelven rito la experiencia de acudir a un baile cuartetero. Los músicos se ubican en el escenario todavía oscuro, el anunciador da la bienvenida al artista, y recién entonces se llena el centro de la pista. Todos miran hacia adelante: a la 1.30 de la madrugada, de traje brillante y multicolor, La Mona sube a escena. El club estalla en aplausos y la noche comienza a sonar.

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En cuanto a lo musical, los años 80 tuvieron mucho que aportar. La apertura democrática devolvió al género sus orígenes. Y fue La Mona Jiménez el encargado de retomar el antiguo camino trazado por La Leo y su “tunga-tunga”. “Seguía con la tradición de tocar el tunga-tunga bien fuerte (pero con bajo y piano eléctrico) y de cantar letras pícaras dirigidas a la clase más baja, pero empezó a cantar de problemas sociales”, explica Florine. Ya en la década de 1990, el cuarteto rebasó los límites de Córdoba. La Mona Jiménez se hacía cada vez más conocido en los escenarios nacionales, mientras que otros cantantes del género, como Sebastián, Noelia y Rodrigo Bueno, emigraban con su música a Buenos Aires. También por entonces, se incorporaron elementos del merengue y la salsa, lo que dio nacimiento a nuevos subgéneros. En el Sargento Cabral, La Mona saluda al público, que le responde eufórico. Se despliegan banderas de clubes de fans; las chicas gritan e intentan ganar el borde del escenario. Suena la primer canción. Los bailarines se ubican en el centro de la pista y forman una rueda de parejas. Al bailar, cada una gira sobre sí misma y, al mismo tiempo, baila en círculo, en sentido contrario a las agujas del reloj. Nadie desobedece. Cientos de brazos se elevan en el aire. Cada mano en alto hace una seña; cada seña representa un barrio, y La Mona, que conoce estos gestos a la perfección, menciona las barriadas desde lo alto. “Monaaaaa”, gritan al fondo. El cuartetero agudiza la vista y dice “Suárez”. La secuencia se repite, y el cordobés enumera “Rosedal”, “Isabel III”, entre otros tantos nombres. “Los movimientos con las manos son seña distintiva de los bailes de cuarteto, que lo diferencia de cualquier otro tipo de evento musical. Además, los ademanes refuerzan el vínculo entre

el cantante y su público, estableciendo un lazo de unión entre ellos”, teoriza Pizarro. “Soy cordobés y me gustan los bailes, me siento en el aire si tengo que cantar”, entonaba Rodrigo Bueno allá por el año 2000. De su mano, el cuarteto se instaló en Buenos Aires y hasta cruzó las fronteras nacionales. “Córdoba es de La Mona, pero el resto del país es mío” declaraba “El Potro” en esa época. Y así era: mientras su provincia natal le daba la espalda, “El Potro” giraba por el país presentando Rodrigo a 2000, un disco que hizo sonar el cuarteto en todas las fiestas de la Argentina. Mientras tanto, La Mona, indiscutido en Córdoba, grababa canciones con Gustavo Cordera, Manu Chao o Andrés Calamaro, y con bandas como Los Auténticos Decadentes y Kapanga. Así, el género quedaba legitimado en la vida musical y cultural de la Argentina. Con los años, el cuarteto fue mutando al compás de los avatares sociopolíticos de Córdoba y del país. Cada vez más popular, también se masificó: adquirió peso en los medios, al tiempo que fue arraigándose en la cultura nacional, pero, fundamentalmente, en la cordobesa, donde dejó de tener un rol periférico para ocupar un lugar central. “Pese a los cambios, el común denominador a todos los momentos históricos ha sido el baile, un ritual que proporcionó a sus asistentes una ‘atmósfera de seguridad afectiva’, un lugar de contención y a la vez de entretenimiento”, concluye Pizarro. Emblema de esta historia, La Mona canta largo rato en el club; el público lo acompaña hasta que las luces del Sargento Cabral se encienden. Por esta vez, el show terminó, pero el baile sigue, porque, como todavía canta Rodrigo en “Soy cordobés”, “es todo el año ‘tunga-tunga’ del mejor, es nuestro rock and roll y a La Mona idolatramos”.

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ARTES VISUALES

ENTREVISTA CON EL GRUPO SUPREMA

Arte verde

Las integrantes del Grupo Suprema con sus creaciones a base de desechos, en la puerta de su taller. El juego es parte de la obra.

PARA LA MIRADA ADIESTRADA DE ESTAS CINCO ARTISTAS, LA BELLEZA ESTÁ EN TODAS PARTES. MOVIDAS POR EL AFÁN DE CONCIENTIZAR AL PÚBLICO SOBRE LA ACCIÓN DE CONSUMIR Y SU CONTRACARA, LA GENERACIÓN DE DESECHOS, ESTE COLECTIVO CREA OBRAS A PARTIR DE MATERIALES Y OBJETOS QUE LA CALLE PARECIERA REGALAR.

Detalle de “Laberinto de consumo”. Los visitantes debían recorrer la muestra cargando una bolsa de un kilo, en representación del desecho diario generado por persona.

Los colectivos de artistas son una de las expresiones más significativas del arte contemporáneo. No porque sean producto de esta época, sino porque han adquirido una dimensión que, generalmente, relaciona lo cultural con lo social. Popularizados en la década del 70 y ligados al arte conceptual, tienden a priorizar y centrar su práctica en una idea. Como ocurre en otras ramas creativas, el contacto con el espectador se da en la materialización de esa idea y, sobre todo, a partir de la capacidad de los artistas de expresarla mediante un lenguaje propio y singular. El Grupo Suprema es uno de estos casos. Conformado por cinco mujeres de diferentes generaciones, Carmen Dalone, Josefina Sajon, Victoria Taylor, Juana Menéndez y Catalina Negri –quien colabora hoy desde España–, confluyen desde 2009, con la apuesta común de trabajar con material desechable y construir desde diferentes miradas una transformación profunda que permita concientizar a los ciudadanos sobre las virtudes de la reutilización. Reunidas en el taller o en la casa de alguna de ellas en San Fernando, el barrio que las vio crecer, comparten las ganas y el compromiso de motorizar cambios en el futuro cercano, a través de materiales en desuso, como bolsas plásticas o libros de ley. –¿Cuál es el concepto que desarrollan en las obras? –Victoria Taylor: Nos interesan dos puntos: reflejar los excesos y hábitos contemporáneos, y luego, a partir de esto, generar conciencia. Son acciones extensivas. Nos sentimos insertas en esta contemporaneidad e intentamos corregir nuestros hábitos. Queremos ir concientizándonos entre todos porque, justamente, somos parte. Es decir, nos toca vivir acá, y con esto que tenemos, hacemos algo. –¿Cómo es el proceso de producción de la obra? –V. T.: De ida o vuelta. Puede partir desde lo conceptual, esto es, desde el material hacia el concepto; para eso, nos juntamos y probamos, jugamos con el material.

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O al revés: como mujeres de distintas generaciones a las que nos preocupan las mismas cosas, vamos a un sitio en particular y nos cuestionamos, desarrollamos ideas, puntos de vista; partiendo del concepto, vamos hacia la materia. –¿Cómo surgió el concepto del colectivo y su primera obra? –Josefina Sajon: En la Escuela Superior de Bellas Artes “Regina Pacis”, de San Isidro, nos propusieron realizar un proyecto relacionado con la ecología. Elegimos una instalación que trataba de poner en el piso de toda la facultad bolsas de plástico con basura clasificada, pero fue rechazado por peligroso. –Carmen Dalone: Al día siguiente, nos juntamos en el taller a criticar a la Escuela. Compartíamos la bronca, y canalizamos esa energía en lo que fue nuestra primera obra. Acto seguido, les mostré a las chicas unos tejidos que había realizado con el material que íbamos a utilizar en la instalación y empezamos todas a tejer, con la misma técnica antigua de nudo por nudo. La “tela” estaba quedando fantástica, pero sobre la mesa no decía mucho. Pasaron varias semanas, y el taller nos iba quedando cada vez más chico. El devenir y el poco espacio hicieron que decidiéramos colgarla desde el techo: nos deslumbramos. Empezamos a agrandar el tejido. Creció y creció, y quedó una maravilla. –V. T: La llamamos “El techo del consumismo”. Demandó cuatro años de trabajo, y es una reutilización de reutilización. Nada se tira. Todo se recicla. Concepto, obra, montaje y trabajo, todo quedó definitivamente aunado. La instalación “El techo del consumismo” se montó en varias galerías y museos de gran prestigio: se exhibió en el Museo de Arte de Tigre (MAT) y en el Centro Cultural Recoleta, entre otros lugares donde logró verdadera repercusión. Próximamente, el Grupo viaja a Barranquilla, Colombia, futura sede del primer museo de arte del reciclado. –¿Qué las motiva a la hora de crear? –C. D.: El juego, que es lo mejor que puede haber para hacer obra. También tenemos mucho compromiso. –V. T.: Nos divertimos y nos complementamos. Cada una aporta un poco más en el área en la que más cómoda se siente. Compartir genera una dinámica de pares. Además, hoy en día, la reutilización y la concientización es algo que preocupa no solo a los ciudadanos y a los más chicos, sino también a la gente del arte, que de a poco se va abriendo a las nuevas formas. Con el tiempo, cada una se fue convirtiendo en referente del desecho. Nos llaman por teléfono para ofrecernos, por ejemplo, un baúl lleno de cables. –J. S.: Hoy me ofrecieron pelotitas de pelotero en el colegio donde trabajo. –C. D.: En la obra “La ley en desuso”, utilizamos libros de ley que actualmente están siendo desechados porque ahora se trabaja con la computadora. Nos avisaron que los iban a donar. No dudamos en cargarlos y traerlos al taller.

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LAS CURADORAS ERICA KUPERSMIT Y FELICITAS CORDE OPINAN SOBRE “LABERINTO DE CONSUMO”, OBRA DEL GRUPO SUPREMA

Los vericuetos del consumir “Cuando hablamos de transformación, el arte estriba en esto: transformar materiales en ideas” Vik Muniz, WasteLand (2010)

–¿Cuáles son sus fuentes de inspiración? –J. S.: La calle es nuestro fuerte. Caminás unas cuadras y encontrás materia prima; observar a la gente te hace pensar. La idea de juego es primordial, pero también está la búsqueda constante de material, el estar atentas, observar los colores, ver por qué la gente tira esto o aquello. –C. D.: Tenemos el ojo entrenado. Siempre tenemos un referente, y el espacio público nos da mucho. –¿Creen que estas obras construyen un poder transformador? –J. S.: Nos damos cuenta con los llamados que recibimos. En vez de tirar 400 pelotitas, nos llaman para ofrecérnoslas. –V. T.: Esa es nuestra intención, nuestra idea. También realizamos performances y acciones urbanas. Presentamos la obra en lugares masivos, y eso abre a la reflexión. Planteamos un laberinto de consumo, un laberinto con obstáculos. –¿De qué forma se imaginan que el público puede incluir sus trabajos en las casas? –V. T.: Nuestra obra es abstracta y consideramos que el concepto trasciende más allá de lo bello. Entonces, en cualquier casa, creo que sirve como objeto. Es escultórico. –En la obra está presente la dialéctica de lo que es bello, pero también desecho. Es utilizable, pero no cumple la misma función. ¿Qué operación hacen con el material que emplean? –V. T.: En realidad, no es ni la joya ni la basura, es la obra transmutada por Suprema. El desecho es siempre materia prima. Puede quedar sin la intervención o intervenido. El desecho está ahí. Si examinamos el libro, nos damos cuenta de lo que es, pero que es un “Libricus” (nombre de una de las obras hechas con forma de flor). O que es plástico PVC hecho flor. O que es un techo o un objeto. También pasa que el público toca mucho, quieren saber qué es a través del tacto. –Juana Menéndez: Es muy real. En ningún caso manipulamos el material, por ejemplo, no lo pintamos, sino que está tal cual. –En un momento en el que el arte contemporáneo está lejos del mensaje, ¿dónde se ubica el grupo? –C. D.: Me parece que el arte contemporáneo cada vez es más conceptual. Nace del concepto, que, en este caso, sería: no tiren bolsas, no lastimen el planeta, reutilicen y generen otras cosas. Es hacer el ejercicio de verlo en una imagen, darse cuenta de que el plástico es apocalíptico, que va a causar el recalentamiento del planeta y que, si no se evita, genera islas de desechos en el océano. Lo nuestro es bello. Es tan bello que es macabro.

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Laberinto como ficción o como juego, laberinto como desafío, caminos; laberinto como sistema complejo de toma de decisiones. ¿Una nueva estética de lo real? ¿Pensamos lo que elegimos? ¿Advertimos lo que consumimos o nos evadimos de lo que desechamos? Si bien consumir significa gastar, el desecho no se agota ni desaparece aunque dejemos de verlo una vez que lo tiramos. No solo la economía crece, también los desechos. Es entonces cuando nuestro laberinto empieza a tejerse y a tomar forma. En él, nos encontramos con diversos caminos, harán más corta o más larga la vía hacia la salida. Caminos alternativos donde podemos toparnos con un obstáculo; algunos elegirán atravesarlo, otros se detendrán para tomar aliento, descansar, reflexionar, lo verán como una invitación a pensar qué camino seguir. En el laberinto, está en juego nuestra capacidad de formar nuestro destino, y ese es un desafío. El Grupo Suprema trabaja dentro del paradigma de la sustentabilidad, provocando una reflexión sobre nuestros hábitos e indiferencias respecto de aquellos. Sustentabilidad, equilibrio de nuestra especie con los recursos de nuestro medio. Hoy generamos a diario alrededor de un kilo de desechos por persona. Residuos, materiales que consideramos sin valor para ser retenidos. Entonces, los vertemos a la calle, cada día, renegando de la catástrofe ambiental de la que somos partícipes. No prevemos la destrucción. Estas cinco artistas subrayan la obsolescencia programada detrás de la materia que consumimos, en la adición cuasi al infinito de bolsas plásticas que dan cuenta de la reproductibilidad sin fin del plástico que a diario intercambiamos y acumulamos para luego desechar sin miramientos. Al tejer este laberinto, interpelan nuestra creencia de que sin compra no hay crecimiento. Y nos desafían a mirar de frente, de soslayo o desde adentro este mundo de residuos. Como ejercicio de aceptación de nuestro imperfecto mundo. Abren el interrogante sobre las variables que consideramos a la hora de consumir. Ellas dicen: “No juzgamos ni señalamos, en esto estamos todos involucrados”. “No dudes de que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos va a cambiar el mundo. De hecho, son los únicos en haberlo logrado”. Margaret Mead.

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COOPERACIÓN INTERNACIONAL

EL PAÍS CONMEMORÓ 40 AÑOS DE AMISTAD, INTERCAMBIO CULTURAL Y RELACIONES OFICIALES CON VIETNAM Y CUBA

Argentina y Vietnam: cultura de ida y vuelta

Son países distantes en lo geográfico, pero igualmente amantes de la paz y la libertad: celebrando cuatro décadas de relaciones diplomáticas, la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación organizó, en Buenos Aires, Vietnam en Argentina, un mes de actividades que invitaron al público local a adentrarse en la variopinta vida cultural del país asiático, conocer su historia de lucha, resistencia y autodeterminación, y disfrutar de su cine, sus sonidos tradicionales, bailes y ritos populares. El camino inverso, Argentina en Vietnam, se escribe en noviembre en Hanoi y Ho Chi Minh, con tango, folklore, películas y muestras de arte.

de posguerra. Desde los años 80, la “época de renovación” dio películas como Extrañando la campiña (1995), La historia de Pao (2005) y No quemar (2009), también exhibidas en Buenos Aires.

Cuenta la historia que, concluida la guerra contra los Estados Unidos, el 25 de octubre de 1973, en suelo porteño, Vietnam estableció relaciones oficiales con la Argentina, una amistad fiel e ininterrumpida hasta hoy. Más aún, en los últimos años, se consolidaron los programas de cooperación, las visitas de alto nivel se hicieron fluidas y el intercambio comercial mostró un crecimiento exponencial.

“Este pueblo hermano, Argentina, estuvo junto a nosotros no solo en tiempos de riqueza y victoria, sino también en tiempos de derrota. El pueblo vietnamita sintió la fuerza y el acompañamiento de los argentinos, y estará enormemente gratificado de festejar 40 años de una relación que recién comienza”, sostuvo en tono emotivo el ministro de Cultura, Deportes y Turismo de Vietnam, Hoang Tuan Anh, durante su estadía en Buenos Aires.

De amplia acogida entre el público, la Semana de Cine Vietnamita funcionó como una ventana privilegiada a una filmografía joven, nacida en los años 50, tan emotiva como ausente en el circuito local. En el cine Gaumont, se proyectaron siete largometrajes que compusieron un panorama histórico, social e identitario del país: Paseriforme (1962) y La niña de Hanoi (1974) son parte del denominado cine de guerra, que estimulaba la lucha por alcanzar la paz. Con la reunificación del territorio en 1975, la apertura económica, fechada en 1986, y la integración de Vietnam al mundo, la industria cinematográfica amplió sus temas de reflexión a las consecuencias del conflicto bélico: Campo desierto y Octubre, ¿cuándo vendrás? representan este cine

Presentando la cultura argentina en el país asiático, en noviembre, la Dirección Nacional de Política Cultural y Cooperación Internacional despliega una serie de actividades artísticas para el público local, que incluye conciertos de tango y folklore, un ciclo de cine y una muestra de arte sobre Eva Perón. Para la ocasión, también se editaron textos de autores argentinos en vietnamita. El agregado cultural de la Embajada de Vietnam en el país, Ricardo Le, se refirió a las expectativas alrededor de estos festejos: “Las historias, las culturas, los valores compartidos nos unen cada vez más. Por eso, la Semana Argentina en Vietnam será para los vietnamitas una gran oportunidad para satisfacer sus deseos de abrazar a los amigos argentinos lejanos en distancia”.

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La celebración incluyó, además, una muestra de textiles y fotografías de Vietnam en el Museo Evita. En el campo musical, se organizó un recital gratuito con instrumentos típicos y solistas en el Museo Nacional de Arte Decorativo, donde pudieron oírse canciones clásicas, sonidos de fiestas tradicionales y música imperial, además de “El choclo” y “Libertango” interpretados con bambúes.

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Cuatro décadas cerca de Cuba

El 28 de mayo de 1973, durante las presidencias de Héctor Cámpora y de Osvaldo Dorticós, la Argentina se convertía en el tercer país latinoamericano en restituir las relaciones diplomáticas con Cuba, a través de una declaración suscrita por los cancilleres de ambos países. El objetivo: rechazar el bloqueo económico y financiero que Estados Unidos mantiene contra la isla desde 1962. Conmemorando cuatro décadas de aquella firma, la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Industrias Culturales, organizó en septiembre la muestra “Nos volvemos a encontrar. 40 años del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Argentina” en la Casa Nacional del Bicentenario. La actividad ofreció un recorrido histórico sobre las relaciones oficiales entre ambos países, además de distintas actividades artísticas, musicales y cinematográficas cubanas y argentinas, para seguir construyendo el vínculo bilateral. La exposición tuvo como ejes seis períodos en los que se registraron diferentes hechos destacados del ámbito político y cultural de ambos países: 1959-1973 (Antecedente: Revolución cubana y bloqueo), 1973-1976 (Primer NO al bloqueo), 1976-1982 (Dictadura militar: noche y niebla), 1982-1989 (Regreso de la democracia: de nuevo juntos), 1989-2003 (La sombra del neoliberalismo) y 2003-2013 (Hacia la integración latinoamericana). Además, hubo mesas de debate abiertas al público, y se exhibieron cuadros de ochenta artistas cubanos con retratos de José Martí, por el 160.° aniversario de su nacimiento, junto con fotografías de artistas de ambos países. En coincidencia con el Festival de Cine de la Unasur, donde la isla

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fue el país invitado, se montó una exposición de carteles de cine de Cuba. En tanto, el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC) seleccionó películas que se exhibieron en la Casa del Bicentenario: Memorias del desarrollo (1968, Cuba), Kangamba (1983, Cuba), Vampiros en La Habana (1985, Cuba) y Operación Fangio (1999, Cuba-Argentina). Para los chicos, se ofrecieron obras y espectáculos de música en el Teatro Nacional Cervantes, como La cucaracha Martina y Sin embargo se mueve..., por La Colmenita de Cuba, y una presentación musical a cargo de Liliana Herrero con los trovadores cubanos Marta Campos y Leonardo García. Entre 1976 y 2003, la relación de Cuba y la Argentina se vio afectada, primero, por la dictadura militar y, luego del respiro que supuso la vuelta a la democracia en 1983, por el modelo neoliberal que se instalaba. En 2000, durante la presidencia de Fernando de la Rúa, se votó en contra de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, rompiendo la relación de independencia exterior y de prioridad con el Mercosur. Con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia en 2003, comenzó una etapa fructífera en el vínculo bilateral, continuada durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, quien visitó Cuba en 2009, mientras se conmemoraban los cincuenta años de la Revolución en ese país, y en 2013, para reunirse con el líder Fidel Castro y el presidente Raúl Castro. “La independencia y el crecimiento de la región están fuertemente atados al proceso de integración, y si eso antes fue un desafío, ahora es una necesidad estratégica”, explicó la primera mandataria. Y la amistad sigue escribiéndose.

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REPORTAJE FOTOGRÁFICO

DE CÓMO EL ARTE SE CONJUGA CON LA INCLUSIÓN SOCIAL

Soplo de vida SAXO BAJO EL BRAZO, HÉCTOR GÓMEZ VA Y VIENE DEL CONURBANO BONAERENSE AL CENTRO PORTEÑO PARA CERRAR FILAS EN LA BANDA SINFÓNICA NACIONAL DE CIEGOS “PASCUAL GRISOLÍA”, DESDE DONDE ENTRÓ EN DIÁLOGO CON EL MUNDO. RETRATO DE UN MÚSICO POLIVALENTE.

Desde Villa Madero, partido de la Matanza, hasta el centro de la Ciudad de Buenos Aires, todas las semanas, Héctor Gómez se traslada en colectivo con una sola motivación: hacer música. Su instrumento, el saxo alto. Junto con su mujer, Rosa Mármol, integra la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos “Pascual Grisolía”, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, donde también se conocieron. Intérprete precoz, su primera atracción fue el piano, y luego de probar casi todos los instrumentos, se especializó en el clarinete, a tal punto que, en 1984, se sumó a la Banda para tocarlo. Cuatro años después, el saxofón quedó vacante. Tras años de estudio, finalmente, en 2010 se convirtió en saxofonista sinfónico.

“FORMAR PARTE DE LA BANDA ME PERMITIÓ NO SOLO DESARROLLARME DE MANERA PROFESIONAL, SINO TAMBIÉN INTEGRARME Y DESENVOLVERME EN LA SOCIEDAD. LA MÚSICA ES MI VIDA, MI TODO, LA FORMA DE DESNUDAR MI ALMA ANTE LA GENTE. GRACIAS A ELLO, ME CONECTO CON LOS OTROS, CON EL MUNDO, Y PUEDO ESTABLECER UN DIÁLOGO”. “MI GRAN AMBICIÓN ES LLEGAR, A TRAVÉS DE LA BANDA Y LA MÚSICA, AL PÚBLICO EN GENERAL Y, SOBRE TODO, A LOS JÓVENES NO VIDENTES PARA INSPIRARLOS Y BRINDARLES MI EXPERIENCIA. QUE PUEDAN DESCUBRIR EN LA MÚSICA NO SOLAMENTE UNA GRAN SALIDA LABORAL Y PROFESIONAL, SINO TAMBIÉN UN LUGAR PARA INTEGRARSE EN LA COMUNIDAD. MI MAYOR DESEO ES QUE ESA VOCACIÓN CONTINÚE Y NO TERMINE CON NOSOTROS”.

BANDADA DE MÚSICA La Banda Sinfónica Nacional de Ciegos “Pascual Grisolía” se forjó en 1939, cuando el maestro que le dio nombre comenzó a dictar cursos de música en la Escuela de Instrumentos de Viento para Ciegos. Con su debut ante el público, el 15 de octubre de 1947, nacía la primera y única Banda Sinfónica de Ciegos en el mundo. Hoy son 65 sus integrantes, y su repertorio comprende más de 250 obras interpretadas en el Teatro Colón de Buenos Aires, el Teatro Municipal General San Martín, el Teatro Presidente Alvear, el Teatro Coliseo y el Teatro Municipal de las Provincias, entre otros. Hito en su biografía, en 1995, la Banda –que recibió el Premio Camu de la Unesco por su calidad y extensa labor sinfónica– participó en el agasajo realizado a Diana, la princesa de Gales, en el Correo Central de Buenos Aires.

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INDUSTRIAS CULTURALES

CHACO, SEDE DE LA PRIMERA ESCUELA DE PROGRAMADORES PARA LA NUEVA TELEVISIÓN

El futuro, en pantalla CON EL OBJETIVO DE BRINDAR LAS HERRAMIENTAS NECESARIAS PARA FORMAR AL AUDIOVISUALISTA DE LA TELEVISIÓN QUE VIENE, POR INICIATIVA ESTATAL, SE FUNDÓ EN RESISTENCIA UNA ESCUELA DE OFICIOS, QUE DICTÓ CLASES SEMANALES A INTERESADOS DE LAS PROVINCIAS DEL NORESTE ARGENTINO. POR EL ÉXITO OBTENIDO, LA PROPUESTA PLANEA REPLICARSE EN 2014 EN CÓRDOBA.

Primero fue una idea, luego un proyecto que comenzó a tomar forma de a poco y, desde mayo, una realidad vivida todas las semanas en el Chaco y que supuso un hecho inédito en el país. La primera Escuela de Programadores para la Nueva Televisión funcionó en la Dirección de Cine y Espacio Audiovisual (DCEA) de Resistencia, por iniciativa de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, junto con la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, y el Instituto de Cultura del Chaco. “La idea de la Escuela surgió de la inquietud del director nacional de Industrias Culturales, Rodolfo Hamawi, por aportar desde este espacio al desarrollo de la producción audiovisual”, explica María Iribarren, coordinadora nacional de esta iniciativa. “Tomando en cuenta que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual establece porcentajes de producción local y que el Estado, a través de la Televisión Digital Argentina, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el Centro de Producción e Investigación Au-

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diovisual (CePIA) y el Ministerio de Planificación Federal, entre otros organismos, destina recursos a ese fin, entendimos que faltaba un ámbito para reflexionar sobre la renovación del modelo televisivo”, agrega. “Con esta intención, aprovechamos la vigencia de un convenio con el Ministerio de Trabajo para formar trabajadores mediante escuelas de oficios, y, dada la población destinataria, sumamos a la Afsca en la articulación del nuevo proyecto. Finalmente, el Instituto de Cultura del Chaco, a través de su presidenta, Silvia Robles, mostró sumo interés en inaugurar la primera experiencia de esta Escuela en Resistencia”, continúa Iribarren. La Escuela está apadrinada por Claudio Villarruel y Bernarda Llorente, dos referentes de la pantalla chica que se incorporaron al proyecto y participaron de su lanzamiento, en noviembre último, junto con autoridades nacionales y provinciales. Por entonces, tras debutar en sus funciones como nuevo organismo, la Defensoría del Público de Servi-

cios de Comunicación Audiovisual se sumó al equipo de docentes de la Escuela, que se completa con Aldana Duhalde, Gabriel Reches, María Marta García Scarano, Juan Bautista Stagnaro, Sebastián Mignogna, Marco Simionato, Pedro Saborido, María Iribarren, Pablo García, Alejandro Montalbán y José Luis Brés Palacio, entre otros destacados profesionales del mundo de la comunicación. Entre las metas de trabajo de la Escuela, se listan brindar herramientas de análisis que le sirvan al audiovisualista para desmontar prejuicios, hábitos y esquemas consagrados por la práctica televisiva, a fin de construir una comunicación renovada y una televisión capaz de redefinir su propósito, sus relatos, sus criterios de sustentabilidad y sus destinatarios. Una nueva pantalla que asuma los objetivos superadores de la denominada Ley de Medios y ajuste la sintonía a los principios de una política audiovisual que resguarde el acceso a la información, la pluralidad de voces y la comunicación democrática.

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José Luis Brés Palacio Delegado del Chaco de la Afsca

Formando nuevos programadores Para definir por qué es importante que la Afsca forme parte del proyecto Escuela de Programadores para la Nueva Televisión, quizás nos sirva preguntarnos qué es la nueva televisión.

ENTREVISTA Aldana Duhalde, la primera capacitadora

Una televisión madura para chicos En mayo, abría sus puertas en el Chaco la Escuela de Programadores para la Nueva Televisión. La realizadora y especialista en medios e infancia Aldana Duhalde fue la encargada de inaugurar el ciclo lectivo abordando el tema “Producción y programación de programas de televisión para chicos y chicas”. –¿Cómo es producir televisión pensando en la infancia? –No hay fórmulas, pero sí hay recorridos que pueden inspirarnos. Ver mucha televisión, ejemplos ya consagrados en distintos ámbitos, es tan fundamental como lograr que en nuestras decisiones esté claro quiénes somos, que nuestra identidad aflore en las estéticas, las temáticas y las intenciones. Hay que correr riesgos, dar oportunidades a artistas locales novedosos, apoyarse en muchas horas de investigación directa con chicos y chicas para descubrir quiénes son y qué les resulta atractivo –desde el desarrollo de una idea hasta el resultado final–. Además, insistir muchísimo con el buen uso del humor y animarse a tomar todos los temas, incluso los más difíciles, tanto desde la ficción como en el plano de la realidad. La comunicación para la infancia es una profesión fascinante para la que hay que tener mucha paciencia, nutrirse de talentos, saber trabajar en equipo y tener una actitud equilibrada entre la convicción y la humildad. Implica no dejar de aprender nunca y corregir sobre la marcha frente a un universo exigente que está en continuo cambio. No hay que tenerle miedo ni a la profundidad ni al entretenimiento. Cuando se crea o se programa una propuesta que da en la tecla, el resultado es maravilloso. –¿De qué modo puede aportar la Escuela de Programadores a una mejor televisión? –Es un espacio necesario y sensible. El hecho de considerar la programación como un oficio concreto, ponerlo en valor como instancia esencial en el camino hacia una televisión más madura y consciente de su rol, es un avance que traerá importantes beneficios a corto plazo. Establece un punto de partida comprometido para que los nuevos canales y plataformas piensen su sentido y surjan de profesionales más preparados, dispuestos a aprender, debatir y tomar decisiones más cercanas a lo que las audiencias esperan, necesitan y disfrutan. –¿Qué grado de interés y nivel de conocimiento encontró en el Chaco? –Quedé muy sorprendida por la energía y la capacidad de participación. Hay gran cantidad de saberes previos que ayudan a que la comunicación sea más fluida y se genere un intercambio intenso. En lo que se refiere a la programación infantil, hay en general muchos prejuicios o un cierto grado de subestimación del área por sobre otras televisiones, pero en el Chaco sentí reflejada esta sensación de que por fin estamos entrando en una “nueva era”, en la que todos los argentinos tenemos ganas de hacer las cosas más seriamente.

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La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual vino a quebrar en la historia argentina el paradigma de la comunicación audiovisual como negocio. A cambio, propone la construcción de un nuevo paradigma. A diferencia del anterior, es la concepción de la comunicación como servicio uno de los ejes centrales de la Ley N.º 36.522. La nueva televisión coloca al público, al pueblo, en el centro de la cuestión. En este modo de concebir la comunicación audiovisual, hay otros valores subyacentes que no son menos importantes: la inclusión, el respeto por las diversidades, la visualización cultural de los pueblos originarios, la creación de la figura de los prestadores sin fines de lucro, la protección irrestricta de la infancia, entre otros. Todos estos valores deben estar presentes en nuestra televisión. Y ya no hay actores protagónicos en forma individual. Muy por el contrario, es la constitución de equipos de trabajo cooperativo y la articulación entre diferentes actores lo que puede garantizar esta novedosa construcción. Por eso, no se trata solo de “formar” nuevos programadores, sino de que comprendan que su trabajo tendrá más valor cuanto más articulen, cuanto más cooperen, cuando más construyan socialmente un producto social como la comunicación audiovisual.

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NUESTROS ARTISTAS Esta obra, de la serie Nunca más (1995), es una de las cuatro piezas de León Ferrari que integran la colección “Artistas x la 21 Barracas”, patrimonio permanente de la Casa de la Cultura Villa 21 Barracas, donde actualmente se exhibe.

León Ferrari, taller eterno Con juguetes, plumas, íconos religiosos, papel de diario, poliuretano, muñecos, vidrio, alambres o ramas, León Ferrari (1920-2013) construyó, en más de cincuenta años de trabajo y compromiso, una inmensa producción artística signada por la astucia y el juicio de quien supo observar magistralmente su propio tiempo, para denunciar los avatares de la condición humana y los abusos del poder. Este 2013, celebrando treinta años del regreso a la democracia, la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación lo homenajeó en vida en dos ocasiones: en el stand institucional de arteBA, donde se exhibieron once de sus obras, patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes; y en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, ubicado en el predio de la ex ESMA, con la exposición “Taller Ferrari”, que acercó al público al contexto de creación del artista. Por su talento, su inteligencia, su coraje, su crítica feroz, por su arte, gracias y hasta siempre.

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