31 / MAYO / 2016 / Nº 00 / Ciudad Educadora / www.educacionbogota.edu.co / Secretaía de Educación del Distrito
CIUDAD EDUCADORA En Bogotá, tenemos 34.644 razones para decir ¡#GraciasProfe!
El profe que cumple sueños a través de la realidad aumentada La clase del profesor Daniel Ernesto Bohórquez es, sin lugar a dudas, la favorita de todos los estudiantes d e la sede B del colegio Silveria Espinosa de Rendón, en la localidad de Puente Aranda.
Ese es el número de maestras y maestros con los que cuenta el sistema educativo oficial de la capital. Mujeres y hombres que transforman realidades, líderes e inspiradores de los avances en la calidad educativa de Bogotá, a quienes les decimos ¡gracias, muchas gracias!
El subsecretario de Calidad y Pertinencia, Iván Darío Gómez, destaca los retos en los que se enfocará la Red: “el reconocimiento a las diferentes necesidades de formación y a las problemáticas y desafíos pedagógicos diarios que tienen los maestros en el aula”.
Durante todo el mes de mayo, la ciudad participó activamente en la campaña distrital #GraciasProfe, enviando sus mensajes por diferentes canales y redes sociales. Un reconocimiento a quienes nos enseñan a soñar, a vencer nuestros miedos y alcanzar metas.
A nuestras maestras y maestros, les decimos nuevamente gracias por construir desde las aulas una Bogotá mejor para todos. Una ciudad educadora que impulsa a las niñas, niños y jóvenes a conseguir sus sueños.
Una celebración que incluyó el anuncio por parte de la Administración Distrital de la estrategia de ciudad, incluida en el Plan de Desarrollo 2016 – 2019, ‘Bogotá reconoce a sus maestras, maestros y directivos docentes’, la cual incluye la creación de la Red de Innovación del Maestro, la más grande del país en su género; el desarrollo humano e integral de más de 11 mil docentes del Distrito y la creación de 3 Centros de Innovación al Maestro.
“Las maestras, los maestros y directivos docentes de Bogotá serán los líderes e inspiradores de los avances en calidad educativa”. María Victoria Angulo,
secretaria de Educación del Distrito
El equipo sonrisas de la profe Carola “Yo soy maestra de profesión, de corazón y de nariz”, dice con una sonrisa pintada en el rostro Carolina Mojica o Carola, creadora de ‘Compartiendo Sonrisas y Transformando Proyectos de Vida’, una iniciativa que, desde el arte, la inteligencia emocional y la terapia de la risa, salió escuela para hacer de sus estudiantes unos auténticos embajadores de la alegría. Periódicamente, y con la sencilla pero poderosa premisa de ponerse en los zapatos del otro, 22 estudiantes liderados por esta psicóloga y licenciada en básica primaria, se toman los pasillos de hospitales, fundaciones y hogares para cambiar por unas cuantas horas la rutina de niñas, niños y jóvenes que, por motivos de salud o abandono, se encuentran en estos lugares. Sin embargo, este trabajo va más allá de un simple ejercicio de llevar alegría o de enseñarle a los muchachos habilidades propias del clown para que salgan y compartan ese conocimiento con otras personas. También se trata de
enseñarles a quererse, a respetarse, a creer en ellos para que se den cuenta que, sin importar lo difícil que sean sus circunstancias, pueden construir el futuro que desean. Allí está el secreto de este grupo más conocido como el ‘Equipo Sonrisas’. “Ser maestra es algo mágico. Es estar conectado todo el tiempo con historias de vida, con sentimientos, con tristezas y alegrías que marcan y transforman, es una experiencia de vida, y por eso espero seguir aquí formando más niños en este equipo de sonrisas para que cuando salgan al mundo lo pinten de colores, paz y mucho amor”, concluye la payasita Carola, una mujer de cabello alborotado y sonrisa infinita que quiere cambiar el mundo.
Cuando el timbre indica el inicio de la asignatura de informática, los pequeños, desde preescolar hasta quinto de primaria, corren con emoción hacia el salón. Los mueve la curiosidad de saber con qué los sorprenderá Daniel, un maestro inquieto e ingenioso, que usa la tecnología para cumplir los sueños de sus estudiantes y transportarlos a otras realidades.
Porque decir que este maestro transforma la realidad en su salón de clases no es una exageración. Con un computador y otras herramientas, combina el entorno físico y el virtual, para construir figuras, objetos y personajes en tres dimensiones, creando lo que se conoce como realidad aumentada. En su clase todo es posible, desde compartir con un inmenso dinosaurio hasta hacer un recorrido al interior del cuerpo humano. El secreto está, más que en una tecnología de vanguardia, en la creatividad y convicción de este maestro, para quien es posible enamorar a los estudiantes del conocimiento interactuando con ellos desde lo que les interesa y los hace felices. Daniel cree firmemente que “los maestros de la educación pública estamos llamados a ofrecer lo mejor de nosotros. Debemos ser el ejemplo de cómo la educación transforma a una persona para hacerle bien a la sociedad”.
*Datos consolidados abril de 2016, Dirección de Talento Humano SED.
*Datos consolidados abril de 2016, Dirección de Talento Humano SED.
CIUDAD EDUCADORA
Ana Lorenza Wilches,
una amiga y guía para estudiantes con discapacidad y sus familias En este colegio de Los Mártires, mujeres como Idaly, Adelia, Diana, Marta, y muchas madres más, por fin hallaron respuesta a sus preguntas y angustias. Ahí estuvo Ana Lorenza, dispuesta a entregar lo mejor de sí misma. Lo suyo no son las clases para enseñar ciencias, artes o matemáticas; son lecciones de vida, amor, esperanza y resistencia. En sus palabras, su misión en el mundo es ayudar a otros. Por eso estudió trabajo social y, luego de 11 años laborando con población con discapacidad, llegó a este colegio en el año 2007 para seguir trabajando con amor y rigurosidad en la construcción de una ciudad más incluyente para niñas y niños con autismo, también aportando a esta causa desde el Consejo Local de Discapacidad. “Aquí estoy haciendo lo que más me gusta: trabajando con las familias, para aportar en el proceso pedagógico de nuestros estudiantes”, señala la docente de apoyo, quien lidera el proyecto institucional ‘Padres que enseñan a padres’, que se convirtió en un espacio en el ámbito distrital donde madres y padres, los verdaderos expertos en sus hijos, comparten sus experiencias de vida.
Mileyin García, la maestra que logró que los padres de sus estudiantes volvieran a la escuela.
“Ella es nuestra maestra, la mano amiga que nos da soporte y quien nos traza el camino indicado para seguir luchando por nuestros hijos”. Este es el sentir de un grupo de madres de niñas y niños con autismo que, tras una larga lucha sorteando el rechazo y las barreras que impone la sociedad a las personas con esta condición, encontraron alivio al conocer a la maestra Ana Lorenza Wilches y a sus compañeras docentes del colegio República Bolivariana de Venezuela.
El colegio Bravo Páez, de la localidad Rafael Uribe Uribe, se da el lujo de decir queZ tiene una maestra que logró convencer a los padres de las niñas y niños de prejardín, jardín y transición de que, literalmente, volvieran a la escuela. ‘Familias a estudiar’ es la iniciativa con la que la profe Mileyin logró convencer a los padres de sus estudiantes para que les abran un espacio a sus obligaciones cotidianas para compartir, una vez por semana, tiempo de calidad
Fernell Verjel, el profe
que sana heridas a través del teatro
con sus hijos y vivir experiencias significativas con ellos dentro del colegio.
El laboratorio de paz que este docente de filosofía y el colectivo artístico ‘Terrantes’ han creado, es el ejemplo perfecto de lo que puede lograr la escuela cuando se atreve a traspasar sus fronteras. A unas cinco cuadras del colegio Altamira Sur Oriental, que toma su nombre del barrio donde se encuentra ubicado, hay una casa levantada desde los cimientos ‘a punta de amor’, mucho amor. Su nombre es ‘Terrantes’, y no es un lugar común y corriente, pues allí todos los días estudiantes de esta institución educativa de la localidad de San Cristóbal, se reúnen con una sola meta: construir tejido social y resignificar los conceptos de escuela, barrio y sociedad a través del poder del teatro.
Detrás de este laboratorio de paz, donde diariamente se sanan heridas y se aporta un granito de arena a la construcción de la sociedad del posconflicto, se encuentra Fernell Verjel, docente del Distrito y creador de este espacio que nació de las entrañas de la escuela para instalarse en el corazón del barrio, y demostrarles a los habitantes de este sector que siempre existirán alternativas diferentes al camino de la violencia. “Para mí ser maestro se trata de crear respuestas acertadas para que los chicos vuelvan a creer. Es un pretexto para que la dignidad sea algo real”, asegura este maestro que trabaja todos los días por hacer de Bogotá una ciudad capaz de ponerse en los zapatos del otro.
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‘Ajedrez en Familia’, ‘Volando con la imaginación’, ‘Huerta Escolar’ son algunas de las actividades que esta maestra y sus colegas de educación inicial, Paola Pardo y Lisandra Clavijo, implementaron para enseñar a las madres y padres de familia a disfrutar de los primeros años de sus hijos y a ser partícipes de su proceso educativo. “Los padres están acostumbrados a que solo vienen al colegio a recibir notas o quejas. Eso tiene que cambiar, por eso desde este espacio que abrimos con las colegas buscamos que los padres se involucren en los procesos educativos de sus hijos, que se conviertan en protagonistas de la educación de sus hijos”, dice la profe Mileyin, a quien tanto colegas y estudiantes distinguen como una ‘líder’ que los ha contagiado con su energía y con sus ideas.