Aulas al instante Desarrolladas para responder a la demanda educativa de la primera infancia, la Alcaldía Mayor de Bogotá desarrolló esta iniciativa basada en elementos modulares transportables para mitigar la escasez de espacios adecuados para niños que inician su proceso de escolarización. Texto: Patricia Ruan García-Herreros Fotografía: Nicolás Cabrera
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iezas de acero galvanizado con pintura al horno, prefabricados de concreto, superficies en corian, vidrios laminados y pisos de caucho y vinilo, hacen parte del portafolio de materiales con los que la Alcaldía Mayor de Bogotá emprendió en 2013 el desarrollo de aulas móviles estructuradas a partir de un “sistema modular no convencional transportable” – como se denomina– para suplir la demanda de espacios educativos adecuados y así atender a los niños entre los 3 y 5 años que ingresan al sistema escolar bogotano dentro del programa de educación para la primera infancia. Elaborado a partir de componentes que se ensamblan fácilmente y se desarman sin dificultad, este sistema flexible responde muy bien ante distintos entornos. Con este, que se produce en un taller y se arma in situ como si fuera un mecano, y en muy corto tiempo (no más de tres
Un espacio en el colegio inem, en la localidad de Kennedy, que de basurero improvisado se transformó en un entorno estimulante para los más pequeños.
semanas), se han logrado aprovechar áreas desperdiciadas en colegios distritales, como es el caso del colegio Inem, en la localidad de Kennedy, donde en sus predios hasta hace poco se hallaba prácticamente un basurero. Igualmente sucedió en el colegio Quiba Alta, en Ciudad Bolívar, donde se logró instalar esta solución no convencional para atender a 200 niños en sus dos jornadas. Allí, gracias al Programa Sathya Sai de Educación en Valores Humanos (PSSEVH-
EDUCARE), desde su directora Claudia Villareal, pasando por el personal docente, administrativo y de servicios, así como por todo el estudiantado, viven una propuesta educativa que está inspirada en los valores de paz, amor, rectitud y verdad; filosofía de vida que ya se ha visto reflejada en transformaciones positivas en la comunidad. En otros puntos de la ciudad, como en la localidad de Usme, predios que estaban disponibles junto al colegio Francisco Antonio Zea se
destinaron para instalar varias de estas aulas. No es la primera vez que en Colombia se ha recurrido a instalaciones temporales para fines docentes, pero las soluciones que se usaban hace varias décadas no se recuerdan con agrado por su carencia de parámetros técnicos a la hora de producir arquitectura educativa con niveles mínimos de calidad y confort, como estabilidad térmica, aislamiento acústico, buena iluminación y ventilación natural.
sUperficies de acero y planos acristalados determinan el lenguaje de las aulas móviles, en este caso en el Colegio Quiba Alta, en la localidad de Ciudad Bolívar.
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en las instalaciones sanitarias, desarrolladas a medida para los pequeños, se usan materiales de
alta tecnología como el corian, que aporta condiciones de asepsia y color al mesón que recibe los lavamanos.
Se cuestionó también su adaptabilidad constructiva a condiciones de diseño y funcionalidad, factores imprescindibles para la habitabilidad en proyectos de cualquier orden. Para hacer frente a una realidad abrumadora y compleja como es la creciente demanda educativa y la falta de espacios escolares en Bogotá por múltiples razones, entre ellas, la carencia de tierra, de recursos y hasta la falta de mantenimiento de una infraestructura que registra decenas de colegios inconclusos y años sin emprender reparaciones locativas, la misma administración distrital desde la Secretaría de Educación empezó a estudiar el problema y a pensar en soluciones. Así surgió esta alternativa a corto plazo.
Como lo señalan los arquitectos a cargo de este proyecto mientras estuvieron vinculados con la administración, Juan Guillermo Jiménez, como Director de Construcción y Conservación de Establecimientos Educativos y José Soto, como Subsecretario de Acceso y Permanencia bajo la tutela de Oscar Sánchez, actual cabeza de la Secretaría de Educación, el asunto fue estudiado a fondo. “El equipo de arquitectos e ingenieros de la Secretaría desarrolló un modelo que cuenta con 54 m² y tiene 9 x 6 metros, estructurado a partir de módulos con todos o algunos de estos elementos: ludotecas, aulas con batería de baños adyacente o aulas independientes, oficina administrativa, cocina y módulos
en el colegio inem la disposición de
los módulos conformó un espacio interesante de encuentro para los niños, que fue diseñado tanto en sus superficies duras como en sus jardines.
la ligereza con la qUe fUe concebido el módulo de aulas se aprecia en esta versión ubicada en el colegio Francisco Antonio Zea, en la localidad de Usme.
de baños. Todos estos espacios se abren a una circulación que los articula, permite acceder a cada uno y desplazarse entre ellos”. Sostienen los gestores: “lo interesante de este proyecto es que fue diseñado con el acompañamiento del ICONTEC, que se encargó de definir las normas técnicas de calidad que debía cumplir cada uno de los componentes de este sistema, y cuando el prototipo estuvo listo también fue certificado y aprobado por ICONTEC”. Con una arquitectura limpia y transparente y podríamos decir, esencial, se crearon espacios frescos, determinados por el rojo y el amarillo, colores vibrantes que estimulan el aprendizaje, y por amplias superficies acristaladas que permiten la entrada de luz natural y el contacto de los niños con el paisaje y su entorno.
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