Indice 20 Infancias diagnosticadas
03 Prólogo
Dra. Silvia Luddeni. CAPS Villa del Plata. Mesa de Salud Mental.
07 ATAMDOS Lic. Adriana Sivori. CAPS Ricardo Rojas; Padre Gino.
Casos clínicos
Recorridos
05 Escritura y Publicación
Lic. María José Coronel. CIC Villa Argentina.
09 Residencia integrada multidisciplinaria de Florencio Varela Lic. María Rosario Bargalló. CIC El Rocío. Coordinadora del PRIM
28 Conociendo y Comprendiendo el Autismo PSP Ayelen Estefanía Pedroso. CAPS Padre Gino. CAPS La Carolina II. 30 Crisis catastrófica y crisis por acumulación
Lic. Alejandra Chappani. Lic. Alejandra Villalba. Elsa Galarza. Lic. Sonia Gastelu. CIC El Rocío.
Lic. Carlos Gonzalez. CIC Pista de Trote. CAPS 20 de Junio. Mesa de Salud Mental.
14 El lugar de los CAPS en el abordaje de la Violencia Familiar Lic. Patricia Benítez. Lic. Paola Gual. Prof. Lic. Darío Roth. Lic. Viviana Sedran. Equipo de Abordaje Integral de la Violencia Familiar, Secretaría de Salud.
Lic. Mónica Aloe. CIC Pista de Trote. CAPS 20 de Junio.
Año 1 - #1 / Octubre 2017 Arte de tapa: “De regreso” (Acrílico). Cris Vázquez Diseño: María Gonzalez
33 El Psicoanálisis y las Artes
Intersectorial
Comunitario
12 Taller de crianza
19 Psicopedagogía en atención primaria
24 Adolescencia y cutting: cuando el dolor calma Lic. Alejandra Díaz. CIC Pista de Trote. CAPS 20 de Junio. Lic. Adriana Iannitelli. CAPS La Sirena.
Lic. María Albornoz. Lic. María José Coronel. Lic. Emilio López. CIC Villa Argentina.
Lic. Mariana Gáspari. CAPS Sarmiento.
Lic. Soledad Asteggiano. CAPS Santa Rosa.
26 “Insecta querida”
10 La Ludoteca del CIC
16 Cuando el camino te transforma…
22 Sobre niños y estigmas epocales
Lic. Rosana Rodríguez Perlas. Lic. Mariana Gaspari. Lic. Mariano Antonio Baliño.
35 Inequidad y salud mental Dr. Marcelo A. Rossi. CIC Pico de Oro CIC Pista de Trote.
39 Discurso jurídico y discurso analítico Lic. Adriana Iannitelli. Lic. Carlos Gonzalez. Lic. Alicia Aquino. PSP Alejandra Pogonza Dra. Silvia Luddeni.
41 Un lugar para la invención... Lic. Alejandra Chappani. Lic. Marina Lopez. Lic. Natalia Navarrete. CIC El Rocío. 03
Prólogo Se me ha pedido que escriba un prólogo, un editorial, unas líneas para esta revista de Salud Mental. Llamarla así limita lo que me gustaría escribir sobre nuestro trabajo. Por ese motivo, me dirijo al lector para contarle el trabajo que venimos realizando desde ya hace más de seis años con un grupo de colegas de distintas disciplinas, que trabajan en el área de Salud Mental de Atención Primaria de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de Florencio Varela. Con ellos nos reunimos los segundos martes de cada mes, en principio para realizar la práctica de supervisión del caso clínico, pero ya hace bastante tiempo que la hemos extendido para trabajar también las estrategias como Equipos de Salud, para abordar la complejidad de las situaciones que llegan a los diferentes centros. Muchos de los profesionales que trabajan en los Centros de Salud y Centros de Integración Comunitaria escriben en esta revista, allí podrán leer sobre su práctica y su ética en diferentes trabajos, donde las temáticas expresan la diversidad de problemas con los que se enfrentan, como por ejemplo el autismo, el lugar que tiene el cuerpo en la clínica actual, los antecedentes históricos de la apuesta en Atención Primaria, a cómo pensar la clínica de la urgencia subjetiva en una época donde el empuje a lo inmediato no deja tiempo para comprender. El saldo de saber, que en este caso se eleva a la dignidad de un trabajo escrito, redobla la apuesta de lo ya conversado en la confianza de nuestros encuentros, a una puesta en acto de la transferencia de trabajo que se renueva una y otra vez durante estos años.
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Los temas que el lector encontrará aquí son tan variados como profesionales que intervienen activamente en cada equipo de salud. Y lo que se expresa no solamente recae en los conceptos teóricos que utilizamos para formalizar un trabajo clínico, sino que también pone en juego el criterio común con el que trabajamos, a saber: el “criterio clínico”, que encuentra en el síntoma la brújula con la que nos orientamos en lo más particular de cada sujeto: su padecimiento. Allí nos dirigimos en el intento de situar en cada caso, en cada situación, en cada una de las condiciones, las coordenadas precisas de la llamada Atención Primaria. Los Centros de Salud son el lugar a donde llegan hoy las demandas de aquellos que experimentan los efectos de quedar fuera de las normas, los desplazados de siempre, y no solo por lo que determina el discurso del Amo actual, a saber, la tecnociencia y el discurso capitalista, sino que verificamos que en muchos casos el desplazamiento, la segregación, se realiza en las condiciones de la humanidad misma, donde el Otro se revela en su absoluta inexistencia. Contar con un lugar y desde allí pensar un lazo social posible es la apuesta que renueva cada vez el deseo de trabajar con otros en un dispositivo público de Salud. Invitarlos a leer esta revista me brinda también la oportunidad de agradecer la renovada confianza a trabajar con los equipos.
Lic. Alberto Justo -Psicoanalista
Escritura y Publicación Dra. Silvia Luddeni - Psiquiatra. Psicoanalista. Escribir es un oficio que se aprende escribiendo. S. de Beauvoir El lenguaje se perfecciona cuando sabe jugar con la escritura. Lacan
Los Equipos de Salud Mental de APS de Florencio Varela están formados por 34 psicólogos, 4 psicopedagogas y 9 psiquiatras, distribuidos en 34 Centros de Atención Primaria de la Salud y Centros de Integración Comunitaria. “La letra debería abordarse a nivel de la historia de cada lengua” dice Lacan. Luego de un recorrido de muchos años, algunos más, y otros menos, tenemos una historia que contar, que nos dejó una experiencia muy vasta de conocimientos, desconocimientos, de actos, de fallas, de aciertos, de equívocos, que nos mueve a seguir apostando por nuestro deseo, y por eso, en esta oportunidad, nos animamos a un paso más, la escritura, como modo de formalización, y su publicación, como modo de trasmisión. En el devenir de estos años, fuimos pasando por diferentes instancias de la práctica, en los dispositivos individual y comunitario. Lo primero fue sumar a nuestra actividad de atención espacios donde compartir nuestra experiencia; así, la escritura de la clínica hizo surgir el comienzo de la supervisión. La necesidad y el ansia dieron lugar luego a capacitaciones con invitados que dieran cuenta de su experiencia en otros ámbitos de salud y que nos trasmitieran su saber, para poder implementarlo. Posteriormente, más afianzados, pudimos nosotros mostrar nuestras elaboraciones en Jornadas de APS. Simultáneamente, continuábamos los encuentros de equipo para evaluar estrategias, ante las nuevas presentaciones de la clínica, cada vez más complejas, para planificar algún orden a la demanda cada vez más creciente; se sumaron así reuniones con las instituciones, de las que
diariamente recibíamos las derivaciones, para articular los diferentes discursos y priorizar situaciones, teniendo como brújula nuestra forma de abordaje. A partir de allí se generaron diferentes instancias, como el armado de redes, de protocolos, de capacitaciones para los equipos de salu. Se creó una nueva modalidad, el intercambio de los profesionales, cada cual con técnicas diferentes, rotando por los centros. Seguidamente la presentación de nuestros dispositivos en jornadas y congresos por fuera de nuestras áreas de trabajo, las capacitaciones luego se ampliaron a la comunidad. Esto es solo un muy apretado resumen de lo atravesado, pero sirve a modo de introducción, para mostrar los cimientos que dieron el empuje a este nuevo paso o acto, la publicación de “Recorridos en Salud Mental”. Esta revista lleva consigo todo un recorrido que es imposible negar, ninguna escritura es neutra, dice Roland Barhes, incluso los discursos más objetivantes son fruto de una tensión entre “una libertad y un recuerdo”. ¿Por qué escribir? En nuestro quehacer cotidiano como analistas nos encontramos con la necesidad de articular con otros discursos: científico, jurídico, universitario, etc. Para poder hacer una lectura de esa articulación es necesario la escritura. Escribir no es para nada lo mismo que decir. Lo escrito es de otro orden que lo hablado o leído. Los discursos son del orden de lo hablado. En la Conferencia de Ginebra Lacan dice: “el psicoanálisis es otra cosa que escritos. Sin embargo, tal vez no estaría mal
que el analista dé testimonio de que él sabe lo que hace. Si él hace algo, no sería excesivo esperar que de eso deje un testimonio”. El psicoanalista debe formalizar para dar razones de su acto, por la vía de la conceptualización, formalización, encuentro y desencuentro con otras prácticas, disciplinas, discursos. En “Función y campo de la palabra y del lenguaje, en psicoanálisis” Lacan dice que “lo que designa la originalidad de este discurso (el Analítico) es que no es homogéneo con cierto número de otros discursos”. El discurso del analista atiende a la lógica de lo singular, las instituciones a la lógica de discursos generales, universales, del “para todos”. Lacan necesita luego una nueva escritura para formalizar, dar razones de su práctica, pues la escritura gramatical le resultaba insuficiente. En el seminario 23 nos habla, entonces, de una nueva escritura, “La escritura en cuestión viene de otra parte que del significante”. Allí analiza la escritura de Joyce, pensándolo como una psicosis estabilizada, y de cómo un “artificio de escritura”, o sea a través del arte, logra una restitución de aquello que falla, en el lapsus del nudo. (Nudo borromeo). Cada nueva escritura producida en el psicoanálisis procedió de elaboraciones sobre problemas en los que no habían sido suficientes las escrituras anteriores. En los espacios colectivos talleres, ludotecas, encuentros, se producen muchas veces estos artificios de escritura, a través del arte, los juegos, la poesía. Trabajar con esas creaciones puede dar la posibilidad a la expresión de lo más íntimo de cada quien, a la vez que puede funcionar a modo de reparación de aquello que no anda. ¿Por qué publicar? El psicoanálisis es una experiencia que, al formalizarla, se intenta transmitir. Publicación: acción y efecto de revelar o manifestar al público algo, o de difundirlo. Esta publicación tiene el valor de la trasmisión a otras instituciones, a otros profesionales con discursos distintos al
nuestro. No hay discursos mejores o peores, todo discurso es de semblante. Dar a conocer nuevas lecturas de las estrategias implementadas, para luego, con aquellos con los que articulamos diariamente, trabajar allí en el vacío, para poder inventar algo a modo de nueva escritura. “…De lo que se trata es de saber lo que, en un discurso, se produce por efecto de lo escrito…” (Lacan, S 20). La propuesta es difundir para ver si se producen efectos. Publicar para trabajar estas nuevas formas de escritura, en los espacios colectivos donde surgen expresiones artísticas, permitiría el análisis del trabajo en los lapsus. A modo de conclusión “Lo que constituye el fondo de la vida en todo lo tocante a las relaciones de hombres y mujeres lo que se llama colectividad es algo que no anda… Esta relación sexual en tanto que no anda, anda de todas maneras gracias a un cierto número de convenciones, prohibiciones, inhibiciones, que son efecto del lenguaje”. (Lacan, S 20) “El discurso analítico se funda en lo que está fuera del discurso, de aquello que no anda”. (Lacan, S 20). Es con aquello que no anda, con lo que trabajamos todos los días. Armar lazo social, con el discurso como función y la utilización del lenguaje como vínculo. Nos interesa dar a conocer los principios que nos guían: no pensamos un abordaje igual para todos, sino que cada paciente debe pensarse desde su singularidad y que cada trabajo comunitario, colectivo, no tape el vacío de cada uno. Agujerear el saber, construir un borde al vacío, a lo que no anda e invitarlos a interrogarnos, equivocarnos, inventar algo, para saber hacer allí con el real que irrumpe. Apostamos a que esta sea la primera de una serie de publicaciones, para seguir trasmitiendo los efectos, motivar el intercambio, la investigación, el aprendizaje.
Bibliografía - LACAN J. (1972-1973): “Seminario XX”. - LACAN J. (1975-1976): “Seminario XXIII”.
ATAMDOS Lic. Adriana Sivori -Psicóloga.
Los Psicólogos en Atención Primaria de Salud: el inicio de un recorrido en Florencio Varela. Este año se están cumpliendo los 30 años del Programa ATAMDOS, y con él nuestra inclusión cómo Profesionales Psicólogo/as en Atención Primaria de la Salud (APS). En 1985, la ley 10.306 reglamenta el Ejercicio de nuestra profesión, e inmediatamente la creación de la ley 10.471 de la Carrera Profesional Hospitalaria. Ambas leyes otorgan una inscripción diferente a nuestro rol profesional, legitimando nuestro ejercicio y abriendo nuestro campo laboral. Recuperando historia…. Dos fueron las grandes revoluciones en el campo de la salud en nuestro país. La primera, llevada a cabo por el gran maestro del sanitarismo argentino, el Dr. Ramón Carrillo (Ministro de Salud de Nación, 1947-1954), recordado y reconocido no solamente por su gran obra, sino por su comprensión social del fenómeno de la salud “… ante las enfermedades que generan miseria, la pobreza, el infortunio social de los pueblos, los microbios como causa de enfermedad son unas pobres causas…”. Sentó las bases para una política sanitaria cuya prioridad fue la salud integral. Con Carrillo nace la medicina social y colectiva, siendo el Estado el gestor y responsable de las políticas públicas en defensa de la salud, y la salud una herramienta fundamental para la transformación social. Sobre este antecedente se generó la segunda revolución sanitaria, que se dio en el marco de la Atención Primaria de la Salud (APS) que fue emprendida por otro gran sanitarista, el Dr. Floreal Ferrara, (Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, 1987 y 1988); quien durante su gestión intentó consolidar los lineamientos de Carrillo, creando el Programa de
Atención Ambulatoria y Domiciliaria de la Salud (ATAMDOS). Este se constituye como el nuevo eslabón, como el primer nivel de oferta y accesibilidad, en el Sistema Integral de Atención Progresiva de la Salud (SIAPROS). Los efectores del Programa ATAMDOS, estaban conformados en Equipos de Salud Familiar y Comunitaria (E.S.F.yC.) constituidos por un médico/a preferentemente generalista, un enfermero/a; un trabajador/a social, un administrativo/a, un odontólogo/a y un psiquiatra o psicólogo/a, con dedicación exclusiva y tiempo completo; con la especificación que todos ganaban el mismo salario, puesto que era el abordaje comunitario y territorial, el que requería de esfuerzos comunes y compartidos, además de la tarea específica propia de cada disciplina. Esta concepción de equipo interdisciplinario, que superaba las tradicionales divisiones del conocimiento, constituyó una innovación sanitaria, de trascendencia operativa y teórica; siendo las funciones especificas de protección y promoción, recuperación y rehabilitación de la Salud. Se crearon alrededor de 180 equipos que se distribuyeron en diferentes localidades y en el conurbano bonaerense. Florencio Varela fue uno de los distritos seleccionados. Cada equipo tenía un área programática de 300 familias a su cargo. El Programa promovía como estrategia fundamental, la participación popular en la planificación, conducción y ejecución de las acciones planteadas por cada comunidad. Una vez por semana se realizaban asambleas en la que participaba todo el barrio, y se decidía sobre los problemas de salud que los aquejaba. Una experiencia
Recorridos
inédita de participación popular en materia de salud. Las experiencias a nivel comunitario, eran originales, dependían de lo que se planeaba como prioridad en las asambleas, por ejemplo, se organizó el tema de la basura, que los vecinos arrojaban a un arroyo que desbordaba los días de lluvia. Las problemáticas eran variadas, desde el saneamiento ambiental, hasta el problema de los chicos en la calle; la instalación de luminarias hasta la creación de huertas, y la organización de ollas populares, entre otros. Ferrara consideraba que la salud debía estar en manos del pueblo; que solo puede resolverla en profundidad el propio pueblo interesado en su destino. El Dr. Ferrara no era un ministro que se quedara en su despacho, sorpresivamente recorría los hospitales, e imprevistamente aparecía en los Centros de Salud y en las asambleas barriales. Imposible no quedar conmovido ante su presencia, por sus enseñanzas, por sus agudos cuestionamientos, por sus discursos y conversaciones. Instaló fuertemente un debate sobre la concepción de salud, como “estado completo de bienestar”; definición que otorga un sentido estático a la definición de salud; que no da cuenta del “proceso”, del sentido dinámico de la salud-enfermedad, como búsqueda de la solución de los conflictos “… no es el conflicto lo que define lo patológico, sino que es el bloqueo de los mismos y la imposibilidad de resolver ese conflicto, físico, mental o social, lo que certifica la idea de enfermedad... Ni la salud se define por su tautológica concepción de bienestar, ni por sus sustitutos “adaptación”, “equilibrio”, que niegan el conflicto en cualquiera de sus áreas... El dinamismo requerido para interpretar el proceso salud-enfermedad, pues se trata efectivamente de un proceso incesante, hace a la idea de acción frente al conflicto”. Se recuerda siempre que preguntaba: ¿saben ustedes dónde hay salud, según la concepción de la Organización Médica de 08
Salud? en los cementerios… Ahí están todos tranquilos..!!! Salud, es la búsqueda permanente en la resolución de los conflictos. Muy cuestionador del modelo sanitario, y sobre todo de aquel que por entonces hacía epicentro en la enfermedad, el modelo-médico-hegemónico. En general los equipos ATAMDOS, fueron muy bien recibidos en barrios que de pronto se encontraron con un centro de salud con un equipo de profesionales que funcionaba entre 8 y 10 horas, y los convocaba a participar en la gestión cotidiana. Salvo excepciones, donde las experiencias no fueron tan afortunadas, como en distritos donde contaban con “punteros políticos”, que lo vivieron como sus competidores. Fue un gran desafío y nada fácil para los psicólogos, que en su mayoría estábamos formados para una práctica más clínica de consultorio e individual. Problematizar lo disciplinario y cuestionar la hegemonía de un modelo instaurado y construir otro. En general, el trabajo de los profesionales en APS era descalificado por los colegas del sistema del segundo nivel, en relación a las especialidades hospitalarias. El saber hospitalocéntrico de aquel entonces, que estaba centrado en la enfermedad, desde un saber psicológico hegemónico, nos interpelaba, si era posible prevenir la neurosis?. Nuestro rol como psicólogo/as en APS, lo identificaban con lo que Mario Testa caracterizó a la Atención Primaria Primitiva. Atamdos es un hito en la historia de la Atención Primaria de la Salud, que dejó una profunda enseñanza. Con respecto a la participación en temas de salud, demostró que no solo es posible sino que es efectiva y eficaz. Un marco conceptual que el Dr. Floreal Ferrara nos ha dejado como legado; en esta experiencia reconoce Alicia Stolkiner un ejemplo de práctica comunitaria en Salud Mental.
PRIM
Residencia integrada multidisciplinaria de Florencio Varela Lic. María Rosario Bargalló -Psicóloga.
Las residencias en salud, definidas como un sistema de capacitación intensiva en servicio, se perfilan como un ámbito privilegiado donde resulta posible orientar, desarrollar y perfeccionar la formación de recursos humanos que participen eficazmente en la organización e implementación de estrategias de salud y contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de la población. En el mes de junio de este año el PRIM Varela cumplió diez años; desde el año 2007, el PRIM propone la formación de profesionales de la salud, con una mirada integral, entendiendo las diferentes determinaciones que intervienen en el proceso de, salud-enfermedad-atencióncuidado y cuyo marco conceptual se asienta en un abordaje interdisciplinario de los problemas de salud, bajo la estrategia de la APS (Atención Primaria de la Salud) Esta apuesta/propuesta de formación en el primer nivel de atención sufrió avatares a lo largo de estos años, cambios de sede, la pérdida de una de las cuatro disciplinas que la componían originalmente (ya que Medicina General cubrió cupos de residentes solo los tres primeros años) y dificultades para garantizar la estructura de formación. Pero tozuda y apasionada-
mente, seguimos construyendo colectivamente la posibilidad de una formación en servicio diferente: rigurosa, teórica y metodológicamente seria profesionalmente y comprometida con su época y la población; manteniendo siempre tres dimensiones fundamentales como ejes rectores: -La dimensión territorial: ya que consideramos fundamental conocer el territorio donde se interviene, su contexto histórico social y la compleja trama socio cultural donde se desarrolla la vida cotidiana de la comunidad. -La dimensión interdisciplinaria: que contribuya a conformar equipos de trabajo capaces de abordar, discutir y profundizar los desafíos que se plantea el trabajo en salud. -La dimensión disciplinar: para desarrollar conocimientos específicos de la práctica profesional. En las dos sedes en las que funciona la residencia (CIC El Rocío y CAPS La Esmeralda) a lo largo de estos años se han formado tres médicos generalistas, catorce trabajadores sociales, once psicólogos y diez psiquiatras. Algunos de estos de estos profesionales son hoy parte del Sistema Municipal de Salud de Florencio Varela. 09
Inauguración 2017. Aula taller del C.I.C. V° Argentina
“Un espacio para la primera infancia”
La Ludoteca del CIC Lic. María Albornoz -Psicopedagoga. Lic. María José Coronel -Psicóloga. Lic. Emilio López -Psicólogo.
Proyecto Socio-Comunitario del CIC Villa Argentina. Nuestro proyecto nace en 2016, a partir de reuniones de la red barrial de instituciones en Vª Argentina, aparece desde la comunidad la necesidad de crear un espacio para niños/as con “urgencia educativa” que, dadas las extensas listas de espera en jardines de infantes de la zona no lograban ingresar al Nivel Inicial (a pesar de que la legislación vigente reconozca la obligatoriedad educativa). Este espacio no suplanta dicho nivel educativo, sino que intenta propiciar un 10
lugar para el desarrollo de una infancia con más derechos y oportunidades: sociales, psicológicas, de salud; siendo “el juego” la actividad primordial, que facilita el aprendizaje y la socialización. La singularidad de nuestra propuesta apunta al despliegue de la subjetividad, desde una mirada que involucre a diversos actores comunitarios y se sostenga, desde la intersectorialidad. Desde esta concepción, la ludoteca se puede constituir como un lugar concreto de: participación comunitaria,
Comunitario
esparcimiento, recreación de niños/as. Quienes participan de la Ludoteca son niños/as de 4 y 5 años sin escolaridad, del área programática del CIC Vª Argentina, excedentes en listas de espera, de jardines de infantes, para ingreso a 2da y 3ra sección del Nivel Inicial. Las familias de estos niños/as también se incluyen en el proyecto a través de la participación en talleres mensuales, sobre temáticas relacionadas con la Salud Integral. El Dispositivo funciona dos veces por semana durante 2 horas en dependencias del CIC (con la participación de la comunidad, se acondicionó un aula taller para tal fin). Los profesionales que componen el Equipo de Trabajo son de diversas disciplinas: psicólogos, psicopedagoga, ginecóloga, obstétrica, abogada, profesores y facilitadoras comunitarias. El plan de acción sistematizado y organizado para el ciclo 2017, está reflejado en un cronograma específico, sostenido en cuatro ejes trasversales de trabajo (abordados en simultáneo y correlato en el grupo de niños/as y talleres con familias): 1) Desarrollo del Juego como actividad fundante. 2) Identidad y Subjetividad. 3) Promoción de Derechos de la Niñez. 4) Crianza Respetuosa. Contamos actualmente con: Talleres Complementarios de Computación y Arte; y encuentros especiales con profesionales dependientes de otras áreas (música, literatura, arteterapia, etc.). Idear un proyecto socio-comunitario y sostenerlo a lo largo del tiemp, significa pensar un trabajo en RED; “la noción de red, implica una estrategia de articulación e intercambio entre instituciones y/o personas, quienes a partir de una decisión voluntaria, deciden acciones comunes, con finalidades compartidas y manteniendo la identidad de los participantes” (1). La red empodera, “la configuración red social implica un proceso
de transformación permanente tanto singular como colectivo” (2). La experiencia de “La Ludoteca del CIC” ha sido realmente enriquecedora no solo para los usuarios del espacio sino también para el equipo coordinador de trabajo, quienes fuimos vivenciando desafíos propios de la labor en Atención Primaria de la Salud (APS). Consideramos que el trabajo en APS se traduce como un gran desafío, pero nos confiere espacios concretos de encuentros y reflexión con familias acerca de la crianza y el desarrollo infantil. La salud mental desde un enfoque de la prevención y la promoción de la salud; y el trabajo interdisciplinario, interinstitucional e intersectorial: sostienen en campo / en territorio propuestas comunitarias complejas. Respecto de las familias involucradas, lo gratificante es percibir la confianza depositada en el presente proyecto y observar cómo van apropiándose de un espacio que, en definitiva; es propio, de todos y con el otro. Apuntamos a que este dispositivo no resulte exclusivo de nuestro CIC sino que también sea capaz de reproducirse en diversos territorios; la multiplicación de espacios comunitarios donde lo primordial sea la construcción de lazos sociales.
Bibliografía 1- ARTEAGA, BERNANDO Y ROA (2002) en “Redes promocionales de calidad de vida” citado en MÓDULO 9: SALUD Y REDES (2006) del Posgrado en Salud Social y Comunitaria, Programa Nacional Médicos Comunitarios. Pág. 23. 2- DABAS, E. (2003). “¿Quién sostiene a las familias que tienen que sostener a los niños?” Redes Sociales y restitución comunitaria. Revista Terapia y Familia. Vol. 16 nº 2. México. 11
CIC “El Rocío”, Florencio Varela.
Taller de crianza Lic. Alejandra Chappani -Psicóloga. Lic. Alejandra Villalba -Obstétrica. Elsa Galarza -Promotora de Salud. Lic. Sonia Gastelu -Trabajadora Social.
Proyecto de acompañamiento y soporte a las familias El proyecto tiene como propósito promover el desarrollo de los niños y de las niñas, trabajando en el fortalecimiento de quienes se encargan de su crianza. Partiendo de que la Promoción de la Salud y la Prevención de las enfermedades empieza en la primera infancia. Este trabajo tiene como fin favorecer la construcción de entornos saludables que contribuyan al sostenimiento de las trayectorias, teniendo en cuenta la potencialidad y pensando la crianza en términos de posibilidades y no de repetición. Partiendo de la premisa de que la infancia es un momento de suma importancia en la vida del ser humano en el que se producen cambios en el desarrollo y en la constitución como sujetos. Teniendo en cuenta los contextos socio-familiares, pensamos que hay tantas formas de familias posibles, que nuestra perspectiva debe contener las particularidades de cada una. Tanto en las que existen lazos de sostén y aun en las que hay que trabajar en el fortalecimiento de los lazos para el predominio del amor y del cuidado. Haciendo hincapié en la familia ampliada y no reducida a figuras únicas. Es así como el trabajo nos propone encontrarnos en la realidad: “construyendo tejiendo y fomentando vínculos de sostén”. El rol prioritario de los adultos radica en la 12
posibilidad de traducir demandas y darles respuestas adecuadas en la primera etapa de su infancia. En nuestra tarea llevamos adelante diversas estrategias de creación de vínculos y redes de crianza en el marco familiar y comunitario. Esto lo hacemos creando espacios donde compartir preocupaciones, situaciones de conflicto, experiencias que aporten a mejorar el día a día. Se trata de poner en juego herramientas, brindar orientación, y aportar a la construcción subjetiva de la infancia, a través de talleres pensados para madres, padres, niños, niñas y referentes afectivos en interacción con profesionales de la Salud. Desde una perspectiva de derechos que contemple ampliamente la diversidad de posibilidades, nos proponemos un abordaje integral en pos de acompañar, transmitir y generar la importancia de espacios compartidos en función de la nutrición “comer juntos”, estimulación temprana “jugar juntos”. La crianza y educación en la infancia son tareas que, llevadas adelante en compañía, con responsabilidad y amor, favorecen al pleno desarrollo y crecimiento de un niño/a sano/a desde antes de su nacimiento, teniéndolos en cuenta como sujetos de derecho y no simplemente como sujetos de cuidado.
Comunitario
Objetivo General Acompañar a las familias que atraviesan el proceso de crianza desde una mirada interdisciplinaria en un espacio de construcción colectiva desde esta perspectiva de integración social, institucional y territorial.
Modalidad Taller. Frecuencia semanal: Lunes 10 hs. El taller tiene dinámicas diferentes en el mismo día de acuerdo a la cantidad de participantes y a los temas abordados. Hay momentos donde nos dividimos las coordinadoras para trabajar con adultos y otras con niños y niñas. El taller contempla para el segundo año momentos de talleres itinerantes una vez por mes en los hogares de las familias y acompañantes que participan. El resto de las semanas continuará con la misma dinámica.
Conclusiones Los talleres se vienen realizando desde marzo de 2016 con frecuencia semanal. Concurriendo a los mismos quienes han sido derivados internamente por los servicios del C.I.C. (pediatría, obstetricia, social, admisión de salud mental y de la Dirección de Niñez y Adolescencia) también Escuelas, Jardines de Infantes. Hemos ingresado alrededor de 25 familias. La cantidad de asistentes varía y es muy fluctuante, según los momentos por los que atraviesan las familias. Dadas las características de las familias con las que trabajamos -ya que muchas de ellas se encuentran atravesando momentos conflictivos (judicial o familiarmente)-, debemos con ellas llevar adelante también la tarea de captación y seguimiento conjunto. Contar con un lugar para los
“construyendo tejiendo y fomentando vínculos de sostén”
encuentros, acordar, establecer y respetar un horario para que pueda concurrir la mayoría, fueron pautas organizativas que nos permitieron sostener el dispositivo en el tiempo. Ponemos la mirada en la necesidad de descubrir y fortalecer los lazos necesarios que acompañen el proceso de crianza. Tomar conocimiento de la existencia de otros con quienes contar permite vivenciar la existencia de una red de sostén, construir con otros aporta calma y contiene. Y es, en este entramado de relaciones donde se generan vínculos de acompañamiento para el crecimiento conjunto. Apostamos a un mundo construido por todos, colocándonos en situaciones de responsabilidad compartidas.
Bibliografía - LILIANA GONZALEZ. “Crianza y sostén” - DABAS, E. (2009): “Redes para la vida”. Cuadernillos del proyecto familias y nutrición. - Ley Provincial n° 13298 de promoción y protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes. 13
El lugar de los CAPS en el abordaje de la Violencia Familiar Lic. Patricia Benítez -Trabajadora Social. Lic. Paola Gual -Psicóloga. Prof. Lic. Darío Roth -Psicólogo. Lic. Viviana Sedran -Psicóloga. Equipo de Abordaje Integral de la Violencia Familiar, Secretaría de Salud
Reconociendo la violencia como un problema de salud prevalente, y atento a las prácticas que facilitan u obstaculizan la intervención, consideramos de suma importancia volver sobre las características que la definen en su complejidad y los procedimientos de los que los equipos de salud participan en su abordaje, tanto en lo asistencial como en lo preventivo. Definimos la violencia familiar siguiendo lo enunciado en la Ley Provincial 12.569 en su artículo 1ro: “A los efectos de la aplicación de la presente Ley se entenderá por violencia familiar, toda acción, omisión, abuso que afecte la integridad física, psíquica, moral, sexual y/o libertad de una persona en el ámbito del grupo familiar, aunque no configure delito”, en consonancia con la Ley Nacional 26.485 Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, que define en su artículo 4to: “Se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su 14
seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes.” Así, el marco conceptual que entraña su definición, da cuenta de los alcances e incumbencias en las intervenciones desde el nivel primario de atención de la salud, como también de las limitaciones propias que supone un entramado de prácticas y responsabilidades en su abordaje integral. El CAPS suele constituir el primer espacio donde se expresa el padecimiento de las situaciones de violencia, muchas veces opacado u oculto detrás de una multiplicidad de aspectos pregnados de “evidencia” sobre malestares o motivos de consulta: sintomatologías, lesiones, situaciones de vulnerabilidad social, económica, vincular, que pueden operar en el tratamiento intercambiando causas y efectos y provocando muchas veces el subregistro de un problema que estructura y connota todo lo demás. Como intento de categorizar la multicausalidad y dar cuenta de su multimencionalidad, podemos, siguiendo a Bronfenbrenner (1987), elaborar un cuadro que abarque lo que se pone en juego simultáneamente, fundamentalmente en mujeres, niñas y niños que atraviesan situaciones de violencia: efectos en la constitución subjetiva de quienes las padecen, modalidades de interacción en los
Macrosistema
Exosistema
Creencias y valores estereotipados y estigmatizantes acerca de lo que es "ser" Hombre/Mujer/Niño-a/Familia (como construcciones históricas vinculadas a la inequidad de género y la vulneración de derechos)
Discursos y prácticas institucionales que legitiman la violencia
Microsistema Aprendizaje de modelos vinculares signados por la violencia Baja autoestima / aislamiento Pérdida de lazos sociales
Factores de Riesgo Adicciones Aislamiento social Estrés económico Precarización laboral
Dificultad en la asignación de recursos para las víctimas Concepciones sobre Poder / Autoridad / Obediencia Reprentaciones estereotipadas Deficiencias en el diseño y aplicación de políticas desde una perspectiva de género y derechos
vínculos cara a cara, prácticas institucionales, factores de riesgo y protección, y aspectos sociales, culturales, económicos, históricos y políticos que condicionan la vida de quienes consultan. Pensar un abordaje interdisciplinario no solo da cuenta de la potencialidad que suponen prácticas integrales, compartidas y entramadas, también se ajusta a las particularidades del problema allí donde lo que se expresa muchas veces surge inicialmente en la intervención o en las acciones de los distintos agentes de salud, sean profesionales, administrativos o promotoras. La dimensión de Equipo de Salud ofrece aquí las mejores alternativas para un abordaje eficaz. El valor de la escucha, la constitución de una entrevista allí donde se conversa con quienes consultan, la consideración de los lazos de confianza y referencia que se establecen, son aspectos que orientan y organizan las prácticas. Por otra parte, la intervención del Centro de Salud es un eslabón más, atento a la multidimensionalidad que caracteriza la problemática. El reconocimiento de los eventuales recorridos que podría o debería
desandar la víctima nos ubica en un lugar decisivo pero no excluyente en el abordaje, aquí se vuelve a elaborar nuestro rol como agentes de salud. Somos parte de un entramado reticular que incluye a otros actores: justicia, seguridad, educación, organizaciones sociales y comunitarias. Esto nos permite incluir en nuestras acciones diferentes perspectivas y apelar a quienes corresponda en el momento indicado. Concluyendo, la participación en el abordaje de la violencia desde el nivel primario de salud no solo permite colaborar en la resolución del problema, también recrea y pone en tensión diferentes definiciones de nuestras prácticas y funciones.
Bibliografía - BRONFENBRENNER, U. (1987): “La Ecología del Desarrollo Humano. - Leyes 12.569 y 26.485 en: https://www.unicef.org/argentina/spanish/LEYES125 69-26485imprime.pdf - Protocolos de Intervención. Ministerio de Salud de la Pcia. de Buenos Aires, en http://www.ms.gba.gov.ar/sitios/violencia 15
Cuando el camino te transforma… Lic. Mariana Gáspari -Psicóloga.
Trabajar en un contexto de vulnerabilidad bio-psico-social, requiere más herramientas, de las que la formación básica de la profesión brindan. El lazo social resquebrajado por circunstancias, que ponen al límite la subsistencia y arrasan con las subjetividades, se presenta como un real del que es necesario prestar atención. Sufrimientos, donde el poder y el abuso toman un lugar preponderante como modo de control sobre el otro y la propia existencia, reclaman su lugar. Así la interdisciplina se hace presente y absolutamente necesaria, para dar cuenta de ciertas posibilidades de intervención a las demandas de atención requeridas. El lazo social se transforma en la clave, tanto para las personas solicitantes como para los profesionales intervinientes. En este contexto, como profesional del área de la salud mental, me vi en una encrucijada, y como una posible respuesta, decidí proponer espacios grupales, inicialmente para los niños que estaban en condiciones de alta y no querían dejar de asistir al servicio. Empezamos a dibujar, pintar, jugar, inventar cuentos, etc., la cuestión es que pronto, el pasillo del centro de salud se transformó en un espacio de exposición de las producciones de los niños y las niñas. Ello/as tomaron muy en serio esta posibilidad; confeccionaron de modo espontáneo un cartel que pegaban en la puerta del consultorio: “no molestar, niños trabajando”. Colocar este cartel era la primera tarea de la reunión de cada 16
semana. Encontraron juntos un modo de limitar su espacio y el insistente golpeteo de la puerta. Observé cómo las interacciones que allí se generaban, trascendían las posibles intervenciones, de las que era capaz de realizar. Pronto el espacio nos quedó chico, y nos ofrecieron utilizar el salón de la sociedad de fomento del barrio, funcionamos allí, del mismo modo y no solo asistían los niños en condiciones de alta, sino también aquellos, que eran derivados al servicio, ya que los turnos de atención individual estaban colapsados. Este espacio se transformó en “una lista de espera activa”. Lo sorprendente fue que muchos resolvían el motivo por el que habían sido derivados, problemas de conducta en el ámbito escolar y de adquisición de contenidos de enseñanza, sin necesidad del espacio individual de tratamiento psicoterapéutico. Como necesitábamos llevar el material desde el centro de salud a la sociedad de fomento, empezaron a sumarse niños del barrio, que nos veían pasar con las cosas de un lado para el otro. Es decir, chicos sin antecedentes de tratamiento, ni derivados al servicio. Así este taller se transformó en un “espacio-tiempo participativo para niños y de orientación a padres”. Me pregunté ¿qué hace que estos niños estén tan interesados en reunirse a pintar, dibujar, armar historias, jugar, en un espacio con tan pocos recursos materiales
Comunitario
que ofrecer?, ¿cómo es que esta actividad compartida, resulta en el efecto de desvanecer el motivo de consulta inicial?, ¿qué más podía hacer por ellos y el crecimiento de este proceso? Con estas preguntas, comencé la búsqueda de herramientas profesionales complementarias, tanto para la atención de niños, como así también de adultos y adolescentes; para quienes observaba que los talleres preventivos con acento en la información no satisfacían plenamente los objetivos buscados, sobre todo, en relación a la implicación subjetiva, que se requiere para un cambio de conducta o hábito, considerado de riesgo para desarrollar determinados padecimientos. En ese recorrido hallé una disciplina, denominada Arte Terapia, que se presenta como un dispositivo, capaz de generar espacios de construcción subjetiva, de producción simbólica y de inserción social. Va a definirse “Arte Terapia como una disciplina que va a tomar las herramientas de las artes (en particular) visuales y audiovisuales y en todas sus formas (dibujo, pintura, fotografía, video, cerámica, etc.) para plantear talleres con objetivos terapéuticos.” Una práctica grupal, con un encuadre de taller, que contiene tres momentos, el de la consigna, el de la producción y el cierre, donde cada participante habla de su producción, en una interacción grupal. En este contexto es que consideré el Arte Terapia como una disciplina apropiada, para intervenciones de prevención y promoción en salud mental, en el marco de la atención Primaria de la Salud. La realización de las prácticas, y el espacio de supervisión que las acompañaban, afinaron la intervención, desde coordenadas específicas de la disciplina con esta orientación, donde se puede ser testigo del cambio, en las posiciones subjetivas y en el contexto social inmediato de quienes participaban del Taller de Arte Terapia.
De las interacciones basadas en el control, ejercidas desde el poder y el abuso, se pasaba a intercambios, basados en el respeto mutuo. ¿Qué cambiaba? Las posibilidades de hacer con lo propio y que eso se notara, daba un lugar diferente en el grupo, lo que se trasladaba a la comunidad, cuando ese trabajo realizado se exponía en una muestra y se recibía el reconocimiento de los profesionales coordinadores del taller, de la familia, los amigos y los vecinos del barrio. El arte como dispositivo en salud mental En todos los tiempos del desarrollo de la humanidad el arte es una expresión genuina de la interacción del hombre con la naturaleza, los otros y la sociedad. El proceso creativo que se pone en juego ha sido investigado por Héctor Fiorini, quien plantea una pulsión creadora, que empuja a desorganizar las formas ya establecidas, para atravesar un límite, que da lugar a alternativas de carácter inédito y desconocido. Este es el movimiento del proceso creador, que marca un punto de inflexión, en el momento de atravesamiento del límite, ya que si se queda sumido en el caos, en ese primer momento de desorganización, se puede caer en el espacio de lo imposible; pero si se insiste en la búsqueda, se abre la posibilidad de crear nuevas formas y relaciones, construir nuevos objetos, de constituir lo posible como alternativa a lo real. Margaret Naumburg, conocida como pionera del arte terapia, contempla la actividad del arte en su libre expresión, y en el desarrollo de la libre asociación, favoreciendo la expresión de la experiencia interna, puesto que el inconsciente, se manifiesta simbólicamente en representaciones de color, forma y ritmo, las imágenes espontáneas que se producen se encuentran relacionadas con contenidos del estadío verbal y con el funcionamiento no verbal. Así “la figuración objetivada actúa como una comunicación simbólica 17
Comunitario
inmediata que supera las dificultades inherentes al lenguaje verbal”. En la terapia artística, el terapeuta no interpreta el material producido, sino que alienta al paciente a descubrir por sí mismo, el significado de sus proyecciones inconscientes, a través del lenguaje simbólico del arte. Esto actúa fortaleciendo el yo y disminuyendo la dependencia respecto al terapeuta. Edith Kramer, contemporánea de Naumburg, consideraba: “El arte es un método para ampliar el alcance de las experiencias humanas mediante la creación de equivalentes de esas experiencias. Es un área donde las experiencias pueden ser elegidas, variadas y repetidas a voluntad”. Ubica el concepto de sublimación en la creación artística, experimentado como un triunfo del yo, que adquiere mayor dominio sobre el medio y los propios impulsos; dedicarse al proceso de creación de arte, da la oportunidad de exteriorizar, volver a experimentar y de resolver sentimientos conflictivos (1958). Edith Kramer utiliza el arte como terapia con niños, destacando el lugar que la sublimación ocupa en el arte, permitiendo la tramitación psíquica de impulsos, que de otra manera, pasarían al acto, a la pura acción sin mediación simbólica. Esto requiere necesariamente un proceso de conversión, de pasaje de proceso primario a proceso secundario, mediatizado por la comunicación y la palabra. “A través de la sublimación, el placer es logrado, sin despertar gran ansiedad en el mundo interno, ni hostilidad en el mundo exterior.” El arte proporciona un medio eficaz para tal fin, y puesto que todo arte es comunicación, es una acción de naturaleza social, el terapeuta actúa como mediador y facilitador de esa comunicación. Para Kramer un momento importante de la terapia a través del arte es la exhibición de los trabajos realizados, que permite una identificación mutua entre los participantes, acrecienta su autoestima y hace pública una producción 18
socialmente valorada. Adriana Farías refiere que arte terapia es una disciplina que se nutre en la transdisciplinidad, pero posee objetivos terapéuticos propios. En principio para que exista un taller de arte terapia el primer objetivo es la creación de un buen vínculo, que tiene que ver con el clima de trabajo, que debe ser lo suficientemente sólido y seguro, para brindar el soporte necesario, que el grupo y el individuo necesita para expresarse creativamente y generar redes vinculares. El taller arteterapéutico es construcción de subjetividad, en tanto también va construyendo un espacio intersubjetivo, un grupo. En este clima de trabajo la creación de imágenes permite el atravesamiento de lo posible, definiendo el espacio de intervención del arteterapeuta. Su rol está caracterizado por la atención de tres pilares básicos de intervención: el estético, el pedagógico y el terapéutico. Citando a Magnasco: “ un taller de Arte Terapia puede ser definido, como el momento para comenzar un relato; que nunca es desde el principio y siempre será inacabado. Sin embargo, contiene una lógica interna, un círculo, una frase que comienza con el deseo de participar y que tiene su punto de sentido, en la circulación de los trabajos más allá del primer otro observador, el terapeuta. Más allá también del grupo de iguales, cuando la “exposición” puede circular en un campo abierto de la comunidad”
Bibliografía - FIORINI, H.(1995): “El psiquismo creador .Buenos Aires. Argentina”. - NAUMBURG, M. (2004) Test proyectivos gráficos de Emmanuel Hammer, F. Cap. 20 “La terapia artística: su alcance y su función” - KRAMER, E. (1982): “Terapia a través del arte en una comunidad infantil”. - FARÍAS, A. (2008): “Arte Terapia como dispositivo grupal”. - MAGNASCO, M. (2013): “Fundamento en Arte Terapia, cap. consumir no es crear”.
Psicopedagogía en atención primaria Lic. Mónica Aloe -Psicopedadoga. La Psicopedagogía va adquiriendo un campo más amplio y funcional en respuesta a una demanda social, incluyéndose como servicio en Atención Primaria de la Salud (APS) siguiendo el criterio preventivo y apuntando a un trabajo interdisciplinario en el cuidado de la salud, donde el psicopedagogo combina su aporte con el de otros profesionales (pediatras, fonoaudiologos, psicólogos, etc.) y promueve proyectos que tienen en cuenta las necesidades de la población. La conformación de un dispositivo de aprendizaje para los Centros de Salud Un encuadre grupal… En general los niños que integran el grupo de tratamiento psicopedagógico no consiguen seguir el ritmo de trabajo intelectual que sus compañeros transitan, sus tiempos son más lentos y los saberes y competencias del área de Prácticas del Lenguaje son para ellos los más difíciles de adquirir, tal vez por la frustración que les produce la codificación y decodificación de los signos lingüísticos, demostrando apatía o desinterés por el tema. El grupo tiene un encuentro semanal de una hora de duración, los días viernes en el CAPS de 20 de Junio y los días jueves en el CIC Pista de Trote. Es un espacio donde el juego es el protagonista, pues este quita las limitaciones, revaloriza el vínculo y las capacidades, recurso en donde ellos no se sienten evaluados, pueden relajarse y divertirse aprendiendo. Además de una necesidad, el juego es
para el niño un vehículo de expresión de emociones y sentimientos, contribuye a su conciencia social y lo ayuda a la adaptación del ambiente. Se elige el encuadre grupal, porque el aprendizaje es un proceso vincular, el conocimiento siempre es “conocimiento de otro”. Y esta modalidad de intervención permite que surjan las diferentes habilidades de cada niño, vinculadas con el “poder saber”: es decir, que pueda mostrar ese saber, que pueda sentirlo como propio, distinto al de los otros, revalidando el error y la función del ignorar. También se incorporan entrevistas individuales con los niños que asisten y encuentros mensuales con los padres. Espacio brindado como un modo de pensar las diferentes problemáticas que surgen de la escolarización de su hijo. Hoy vivimos una época en la que la mayoría de los padres no tienen demasiado tiempo para sus hijos, y ellos pasan más tiempo fuera de casa, encontrándose fallas en la comunicación entre niños y adultos. Estos encuentros orientan a trabajar sobre las distintas dificultades que se presentan al asumir su rol. Es un lugar donde se construye una oportunidad para el desarrollo integral, el enriquecimiento personal y el aprendizaje del niño y su familia.
Bibliografía - FONSECA, L. (1998). “El tratamiento psicopedagógico grupal”. 19
Infancias diagnosticadas Lic. María José Coronel -Psicóloga.
La tensión entre el diagnóstico temprano y la patologización de la infancia Desde mi experiencia en la labor de APS con atención clínica de niños/as, me encuentro frecuentemente frente a situaciones que interpelan mi práctica, práctica plagada de construcciones no solo ideológicas sino también contextuales, que ameritan reflexiones y supervisión idónea constante. La posibilidad de un diagnóstico temprano posibilita un abordaje concreto, óptimo y adecuado de diversos padecimientos de la infancia. Idealmente poder arribar a un diagnóstico adecuado “a tiempo” daría como resultado la posibilidad de estimulación y un tratamiento acorde al desarrollo de ese niño/a que aparece en la consulta. Por otro lado, la denominada patolo-gización de la infancia se encuentra cues-tionada no solo desde diversos campos de la salud, sino también desde áreas con las cuales la salud articula y convive (Educación, Justicia, etc.). El niño como paciente es considerado desde este enfoque un sujeto (¿objeto?) que tiene que ser analizado bajo criterios diagnósticos a fin de establecer estrategias terapéuticas, abordajes; que posibiliten un tratamiento conforme a su dificultad/limitación y/o motivo de consulta. Existe claramente una tensión constante entre ambas dimensiones de análisis, producto no solo de parámetros contextuales (o de época) sino también criterios de for20
mación profesional y campos donde se desarrolle la práctica clínica. La complejidad presente en tratar de dilucidar si es conveniente un diagnóstico temprano, sin el cuestionamiento de patologización de un niño/a, inviste la labor y el desempeño profesional que contempla a un otro sujeto de derechos o un otro a expensas de denominaciones estándares; convirtiéndose ese diagnóstico temprano en precoz. Hablar de contexto, prácticas contextuales, es referirse al rol del psicólogo en el marco y encuadre del concepto de “territorio”; dado que el territorio no es menos que ese lugar, sitio, ambiente o escenario donde el niño/a se desarrolla… aprende… crea… sueña… fantasea… sufre… padece, traduciéndose en un espacio que aporta un sinfín de variables (no todas posibles de análisis) que configuran un sujeto complejo; y una realidad situacional multifacética. Ante tal panorama, los abordajes deberán ser en el marco de una corresponsabilidad no solo institucional sino también contemplando las particularidades de ese niño/a, su familia y entorno; dilucidándose la variable familiar como de suma importancia dado que son actores decisivos, y por ende conforman (en cierta medida) ese trata-miento emprendido. En términos de Edgar Morin (1), la Complejidad, en tanto Paradigma que amplía la mirada ante una situación
Casos clínicos
considerada como compleja, implica un corrimiento de la mirada acotada sostenida en un “Paradigma de la Simplicidad” que reduce, cierra, plantea certezas (tranquilizadoras, por cierto) pero obturando la oportunidad de interrogantes necesarios que interpelen esa realidad acontecida. Una infancia que se jacte del reconocimiento de los derechos de los niños/as, amerita interrogantes continuos y pertinentes; no enfoques reduccionistas ni sesgos capitalistas. Un niño/a crece, se desarrolla; requiere entonces de un contexto que incluya también tales características; a fin de promover la singularidad de cada situación, de cada consulta, para arribar a decisiones profesionales éticas; sin temor a lo diverso, lo diferente, lo incierto; porque “la incertidumbre conduce al conocimiento” (2). Como reflexión final, hay que destacar que en la labor en APS somos receptores en tanto primer nivel de atención de casos que requieren de un abordaje concreto, específico y ciertamente: temprano. Esa consulta que acontece puede ser la primera, pero quizás la última; apareciendo nuevamente el interesante desafío: la tensión entre el diagnóstico temprano y la patologización de la infancia.
dado que el territorio no es menos que ese lugar, sitio, ambiente o escenario donde el niño/a se desarrolla… aprende… crea… sueña… fantasea… sufre… padece, traduciéndose en un espacio que aporta un sinfín de variables que configuran un sujeto complejo; y una realidad situacional multifacética.
La posibilidad de un diagnóstico temprano posibilita un abordaje concreto, óptimo y adecuado de diversos padecimientos de la infancia
Bibliografía 1- MORÍN, E. (1990): “Introducción al Pensamiento Complejo”. 2- MORÍN, E. (1992): “Epistemología de la complejidad”. En Nuevos Paradigmas, cultura y subjetividad.
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Sobre niños y estigmas epocales Lic. Soledad Asteggiano -Psicóloga. El concepto de infancia ha ido variando a través del tiempo. En nuestra época, se podría decir, se han dado movimientos importantes respecto de otros momentos históricos, sobre todo en materia de derechos de los niños. Sin embargo, también asistimos a un momento donde la inmediatez, el éxito y la productividad toman un valor relevante y es así como la sociedad va creando un modelo de “niño ideal” que luego colisiona con el “niño real”. Los niños se encuentran expuestos a un sinfín de estímulos, sobre todo visuales, quedando apresados por las leyes del mercado, excluyendo de esta manera al sujeto deseante, no pudiendo encontrar este a quién dirigirse. Allí entra en juego “lo que no anda”. De manera contradictoria a lo que dictan los derechos proclamados, el niño pasa a ser objeto de clasificación y “eso que no anda” se confunde con el sujeto mismo. En un momento en que la tendencia es clasificar todo, se “nombra” el padecimiento psíquico olvidando que hay determinaciones histórico-sociales, familiares, intra e intersubjetivas que dan curso al sufrimiento psíquico del sujeto. Dentro de este contexto, cada vez son más reiteradas las consultas por niños que “no andan” y que se escucha nominarlos con rótulos. En ocasiones estas etiquetas vienen reforzadas por diagnósticos basados en un cúmulo de características manifiestas que el niño presenta y en otras son etiquetados de un modo “informal” –si así se puede llamar– pero que no resulta menos nociva para el desarrollo y la estructuración subjetiva del mismo. Quien no haya tenido algún acercamiento a los manuales clasificatorios se sorprenderá cuando lea allí descripciones en
las que todos de alguna manera entra-mos. Resulta increíble cómo se intenta tipificar cuanta cuestión le pueda suceder al ser humano, y más sorpresivo resulta que en muchos de los casos solo hace falta cumplir algunos criterios para ser diagnosticados. ¿De qué hablamos cuando decimos que alguien padece Déficit Atencional con Hiperactividad (TDAH)? Esto se puede leer en el manual, pero... ¿de qué sujeto está hablando? Esa es la cuestión. A mi entender no nos dice nada sobre ese sujeto, más que posee un déficit. Entonces, los niños ya no se portan mal, sino que tienen un déficit. En ocasiones la medicación viene a dar respuesta acallando al niño a condición de que sea funcional a las circunstancias. Me parece importante recordar aquí que la niñez es un momento de la vida en la que un sujeto se va constituyendo. Su desarrollo está signado por constantes cambios, deseos, identificaciones y prohibiciones. Y esto no resulta de un modo mágico, sino que es imprescindible la relación con otros que le hablen, lo escuchen, lo mimen, lo miren y aporten modelos identificatorios, siendo los que le devolverán al niño, como un espejo, una imagen de sí mismo. Lacan en una de sus conceptualizaciones del Estadio del Espejo manifiesta que el niño queda capturado por una imagen externa, queda cautivado por ella, pero además el ser hablante (aunque aún no sepa hacerlo, está inmerso en un universo de discurso) necesita una referencia simbólica, necesita hablarle a Otro, necesita a quién dirigirse y puede hacerlo hasta con sus padecimientos, con su cuerpo o con sus síntomas. Esos Significantes que el Otro aporta son claves para su constitución. De
Casos clínicos
esa manera dicha imagen constituye un soporte fundamental frente a las cuestiones de su vida. Sabemos que los padres en general son los primeros en erotizar al niño a través de sus besos, abrazos, palabras, pero también frustran, abandonan, prohíben… Ellos serán el primer espejo, el niño ocupará para ellos un cierto lugar. Sus relatos y la historia que han armado de esa familia determinarán a ese niño. Reflexionar sobre los estigmas en los que un niño queda atrapado resulta crucial. ¿Cómo se podría sentir valioso alguien a quien se le ha puesto un sello invalidante? Resulta claro que, mirándolo como deficitario, antes que percibir que es alguien que puede ir desplegando sus potencialidades, no es el camino en el que hay que aventurarse en el trabajo con niños. He escuchado nombrar a un niño como “es malo”. Esta constituye ya una primera mirada que lo deja en el lugar de lo que escuchamos decir vulgarmente “niño problema”. Le contesta a la maestra, le pega a los compañeros, no hace caso a lo que le dicen sus papás, etc. A partir de esto se establecieron un montón de consultas a diversos profesionales en donde se arriba al diagnóstico “Trastorno negativista desafiante”. Atiendan allí el peso que tienen estos significantes “malo, trastorno, negativista, desafiante”, y de esta manera llega a la consulta conmigo. Lo que observo como consecuencia inmediata es que este recorrido ha cristalizado el “malo”: a su alrededor lo miran de esta manera, en la escuela se toman decisiones en base a esto (reducción horaria), los compañeros se le alejan, y los padres lo llevan a tratamientos sin implicarse en el sufrimiento de su hijo, ya que el déficit ha quedado del lado del niño. Es un círculo cerrado, cuando lo que hay que proveer es la posibilidad de abrir caminos. Mi formación como analista que trabaja con niños me ha llevado a ser paciente y prudente en cuanto a estas cuestiones. Así como a pensar que las respuestas rápidas en las conflictivas infantiles quedan inertes. En el texto de 1988 “Dos Notas sobre el niño”,
Lacan menciona que “el síntoma del niño está en posición de responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar”, y agrega “el síntoma (…) se define en este contexto como representante de la verdad. El síntoma puede representar la verdad de la pareja familiar”. Entonces en lugar de clasificar y rotular prefiero pensar qué es lo que se pone en juego en cada uno de los síntomas, qué expresa y a quiénes incluye, teniendo en cuenta la singularidad y ubicando ese padecer en el contexto familiar y social en el que ese niño está inmerso. No hay que olvidar que estamos frente a un psiquismo en estructuración. Poder realizar algún movimiento respecto de la representación que los padres tienen del niño y la que él mismo tiene de sí, es una de las direcciones que considero hay que tomar, cuestionando las certezas, poniéndolas en duda, generando preguntas. Las estructuras rígidas no van con los niños, ellos necesitan del movimiento para pensar, cuando se les pide quietud se puede estar obturando esta posibilidad, trabajar con ellos –desde Salud o desde Educación– es todo un desafío y responsabilidad. La infancia tiene sus tiempos y modos de decir. La creatividad puede ser una muy buena herramienta que no solo debe ser posibilitada a los niños, sino también aquello que debemos sostener nosotros, los que estamos implicados. Un rótulo puede funcionar como estigma, deja huellas y marcas, se puede fijar como estable, un tipo de funcionamiento que puede ser transitorio o que se puede modificar con el trabajo analítico. Me pregunto, si Freud hubiese pensado al caso Dora como a una joven “depresiva” (ya que presentaba sintomatología asociada a ese trastorno), ¿cuáles hubiesen sido sus posibilidades de ulteriores consideraciones tan valiosas para el desarrollo del psicoanálisis? Bibliografía - LACAN, J. (1988): “Intervenciones y Textos 2". - BENITEZ, M. (2012): “El cruce de distintas miradas”. Diario Pagina 12.
Adolescencia y cutting: cuando el dolor calma Lic. Alejandra Díaz -Psicóloga. En la actualidad aquellos que nos aventuramos a la clínica con adolescentes, escuchamos con asiduidad presentaciones ligadas a lo que se suele denominar como cutting, es decir, autolesiones en la piel, de variada intensidad, siempre calculadas pues son realizadas cuidadosamente para no provocar daños físicos mayores (aunque en ocasiones el cálculo no sea del todo eficaz). Estas presentaciones son las que llegan a nuestras salas, ya sean derivadas por las instituciones escolares o por padres desorientados (en el mejor de los casos) que no logran entender qué lleva a sus hijos a lastimarse de ese modo. Podemos pensarlas como conductas de riesgo, pero no solo ligadas a la posibilidad de la muerte biológica, sino también ligadas al aniquilamiento subjetivo. Para continuar creo que resulta pertinente proponer algún tipo de reflexión que tenga en cuenta el contexto social e histórico actual, como así también qué entendemos por adolescencia. En primer lugar lo epocal es condicionante de la subjetividad. La posmodernidad y la lógica del mercado actual marcan la primacía del objeto (de consumo) por sobre lo subjetivo; los valores y las instituciones que hacían de andamiaje ya no ofician como tales, cayendo en descrédito. Los sujetos de esta época son hijos del capitalismo tardío en donde no hay tiempo para la espera y una proyección de futuro. Todo tiene que ser ya y fácil. Esto 24
impacta directamente en la estructuración psíquica, como así también produce efectos al interior de las configuraciones familiares, apareciendo disfunciones en las operatorias de contención e interdicción, como también una simetría entre los adultos y los adolescentes, pudiendo dejar a estos últimos en una situación de vulnerabilidad y desalojo. En segundo lugar entendemos a la adolescencia como un tiempo de metamorfosis en el cual las pulsiones exceden los cauces de posible tramitación. Es un tiempo de nuevas inscripciones y retranscripciones, de caída de las imágenes parentales y la búsqueda de nuevas identificaciones y objetos. Es un trabajo psíquico que el adolescente realiza activamente en pos de hallar una salida lo menos comprometida posible. Volviendo al tipo de presentaciones planteadas al inicio, si bien cada presentación es única y está inscripta en contextos disímiles, desde mi experiencia podría establecer la hipótesis de que las mismas parecerían estar asociadas a una forma de tramitar un exceso, de provocar y registrar el sentir, generando cierto alivio al sentirse vivos y dándole un lugar al dolor. Como me dijo un paciente “… Cortarme no me duele. Me alivia”. Esa anestesia pasajera borra toda posibilidad de hacer pasar por el tamiz discursivo, de la palabra, aquello que lo aqueja; borra lo subjetivo dando lugar a la acción. Al respecto parecería que este
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accionar responde más a una lógica compulsiva, puesto que es algo calculado, que no se puede dejar de realizar, del cual se puede dar cuenta aunque no se pueda explicar su motivación; a diferencia de una lógica impulsiva donde todo es más desordenado y menos calculado. Como menciona otro paciente “… Y me peleé con mi novia y fui, me encerré en el baño y empecé a cortarme…pero no se por qué lo hago. Bah, lo hago porque me calma…” Nuevamente esta sensación ligada a la quietud, a lo calmo y estable. Otra manera de tramitar lo que angustia, lo que desborda poniendo silencio a la situación. ¿Este tipo de cortes podrían estar simbolizando una escritura contemporánea? Inscriptas en lo epocal en donde prima la supremacía de la imagen y las instituciones parecerían encontrarse en decadencia, el trabajo psíquico que debe realizar el adolescente se ve seriamente conmovido, pues el contexto no le ofrece las coordenadas para tramitar aquello que es del orden de lo excesivo y que aparece reflejado en el acto de cortarse. Así como al principio del escrito hablamos de conductas de riesgo por parte del adolescente, en algún sentido mi trabajo también se sumerge en cierta dimensión de riesgo, puesto que hay que estar pendientes y soportar la eminencia de estas acciones que ponen en juego el cuerpo del adolescente. Desde mi lugar realizo una apuesta… apuesto al trabajo en conjunto, ofreciéndoles un espacio de alojamiento y escucha en donde se pueda otorgar un sentido a su padecimiento, esperando lograr, en el mejor de los casos, resignificar y ponerle palabras a la mudez que implica la escritura en la piel.
“… Cortarme no me duele. Me alivia”.
Bibliografía - FREUD, S. (1901-1905): “Obras completas de Sigmund Freud. Volumen VII. Tres ensayos sobre teoría sexual y otras obras”. - FREUD, S. (1914-1916): “Obras completas de Sigmund Freud”. Volumen XIV. Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico. Trabajos sobre metapsicología y otras obras. . - Pulsiones y destinos de pulsión (1915). Ed. Amorrortu editores. - LACAN, J. (1962-1963): “Seminario 10. La angustia”.
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“Insecta querida” Lic. Adriana Iannitelli -Psicóloga. Cuando los padres consultaron, Federico tenía 10 años, estaba en 4º grado y no quería escribir. La docente les dijo que no tenía manera de evaluarlo. El equipo orientador escolar consideró que no se trataba de un problema de aprendizaje, dado que escribía normalmente, hasta que un día comenzó a negarse. Su cuaderno estaba casi vacío. Ante el imperativo “escribí, vos podés” que se reduplicaba diariamente (padres, maestros, directora), él se rehusaba cada vez más. Responderle “no” al Otro de la demanda parecía ser su estrategia subjetiva. El padre estaba muy enojado y le decía “tu hermanita te va a alcanzar” haciendo referencia a la hermana menor. La madre, por su parte, le daba de comer en la boca porque si no “se distraía y no comía”. .Ambos padres decían que “no harían diferencias” entre hermanos, por lo tanto, como la hermanita quería aprender baile en la sociedad de fomento, decidieron que también él lo haría, sin preguntarle previamente. El “para todos igual” fue uno de los puntos a trabajar con los padres, que borraban las diferencias subjetivas, cuyo efecto era el aplastamiento del deseo singular del niño. CAÍDO: En las primeras entrevistas Federico no quería jugar, ni dibujar, y emitía gemidos, quejidos como de dolor. Para justificar que no dibujaba ni jugaba solía decir “me duele la mano, estoy cansado, tengo sueño”. Estaba siempre tirado en la silla y a punto de llorar y más aún si me dirigía a él, para decirle o preguntarle algo. Todo decir del otro hablante le resultaba insoportable y angustiante. 26
Sus primeros juegos se referían a “hombres desmayados, hombres de hielo, que se derriten fácil”. “Lentos, cámara lenta como los caracoles”. Los significantes en la escena lúdica remitían a desvalimiento y fragilidad, donde los hombres no eran garantía de fortaleza. La potencia y la fuerza no quedaban del lado del padre, sino del lado del Superyó, en su faceta más hostil. Es un momento de evidente caída subjetiva. Con el tiempo, un movimiento interesante ocurrió en la dinámica transferencial, algo de esa pasividad se empezó a conmover: jugaba al “Taller de reparaciones”. Reparaba juguetes (uno por uno, uno a la vez), y luego anunciaba “recuperado”. AGUJEREADOS Y ESPESOS: Comenzó a agujerear hojas con la tijera, realizando trabajos de calado muy bonitos. Muchas sesiones dedicó exclusivamente a esa labor: agujerear. Luego se dedicó a pintar hojas en la totalidad de la superficie, transformándolas casi en terciopelos. Por largo tiempo combinó estos dos momentos en el jugar: agujerear, discontinuar la totalidad indiferenciada y también completar y hacer superficie. En este momento del tratamiento, se le cayó un poco de cabello, dejando en su cabeza una marca, una especie de agujero bien redondeado, que pintó (completó) con fibra. La misma secuencia de su juego en el dispositivo analítico, pero esta vez ese pequeño resto no simbolizado, se había alojado en lo real del cuerpo. TRATANDO DE ESTABLECER UNA LEGALIDAD: Un día ni bien entró, me hizo señas indicando que permaneciéramos callados, tomó hojas y dibujó carteles con flechas que indicaban izquierda, derecha,
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arriba, abajo, mientras se iba moviendo por todos lados siguiendo sus propias indicaciones. Luego escribió un cartel que indicaba “cerca” y dio un paso hacia mí. Luego otro cartel que indicaba “más cerca” y dio otro paso hacia mí, quedando ambos muy cerca. Entonces yo le escribí un cartel indicando: “No tan cerca” y tomó distancia. Federico trataba de instituir un marco legal, delimitando territorio en lo ininterrumpido; construyendo una espacialidad, una distancia entre él y el otro (el semejante). Y más aún, una distancia entre él y el Otro (el Amo, el Superyó). EL DESTAPE: La sesión siguiente su condición era nuevamente “no hablar”. Dirigió un cartel hacia mí, quería escribir “usted largo”, pero se produjo un equívoco en su escritura, de lo que resultó “susted”. Intervengo diciéndole “susto-usted”. Inmediatamente escribió: “tú cocinas y te comes a los niños”. Como vemos, el Otro le resultaba implacable, devorador. A partir de este momento, comenzó a escribir una serie de carteles dirigidos a la analista: “Histérica y gorda”. “Zorrina apestosa”. “Eres más burra que yo”. “Vete al diablo”. “Eres más fea que yo”. “Ornitorrinco”. Y finalmente concluye: “Insecta querida”. Federico había llegado a una síntesis, articulando el amor en la transferencia y nombrando la ambivalencia estructural amor-odio: Insecta, querida. Muchos “insultos” escritos en carteles se sucedieron a lo largo de las sesiones y la condición del paciente seguía siendo “Shh” (no hablar). El silencio que el niño esperaba en los primeros momentos del tratamiento era casi una demanda de amor, de lo contrario, la analista hubiera quedado alineada al imperativo, al discurso amo. “El silencio del analista no quiere decir solamente que no hace ruido, sino que calla en lugar de responder” (Jacques Lacan, Variantes de la cura-tipo, 1955). Poco a poco los momentos de tensión
imaginaria se fueron transformando en un divertido juego, donde nos acusábamos mutuamente y por escrito de “cosas horribles”. Tal como nos enseña Freud, “a través del humor el Yo se rehúsa a sentir las afrentas que le ocasiona la realidad y es un triunfo del narcisismo” (Sigmund Freud, El humor, 1927). Se hacían oír sus carcajadas. Ahora él gozaba al Otro, al que ridiculizaba jugando, y ya no le temía. En este momento del análisis Federico retomó la escritura en la escuela. El síntoma comenzaba a ceder. RE-CORTE: Un día levantó la prohibición de hablar en la sesión y formuló un deseo: “qué te parece si la próxima desayunamos” me dijo, “yo traigo la bebida y vos comprás las galletitas de chocolate”. Así fue. La semana siguiente se presentó con una botellita de agua fresca, tomó dos de sus trabajos calados, de los inicios usándolos de manteles “uno para cada uno” aclaró. “Individuales” le interpreté. Acto seguido tomó todos sus trabajos, a los que les había puesto sólo el apellido y decidió ponerles su nombre a cada uno. Explicó “lo hago por si hay otro de mí”. Federico comenzaba a recortarse del otro. Finalmente, el arduo y reiterado trabajo con la tijerita en lo real del papel, comenzaba a operar en lo simbólico. Actualmente juega a ser dueño de un bar, confeccionó en sesión un variado “menú” escrito e ilustrado. Nótese el recorrido de la pulsión oral a lo largo del análisis, si escuchamos su texto: desde lo más mortificante y pasivo para el sujeto “tú te comes a los niños”, pasando por la invitación amorosa “¿desayunamos algo juntos?”, hasta la fantasía de ser dueño de un bar donde dar de comer y beber. Le divierte mucho hacerme preguntas y adivinanzas, en especial si equivoco la respuesta. Ahora Federico se anima a agujerear al Otro en su saber. Tiempo de concluir. Fin del análisis. 27
Conociendo y comprendiendo el Autismo Ayelen Estefanía Pedroso -Psicopedagoga.
El propósito de esta columna es aportar un instrumento útil y sencillo desde el área de psicopedagogía que permita conocer algunas características de los niños y niñas con Autismo a modo de favorecer la detección precoz. El Autismo es una discapacidad del desarrollo que se presentará de modo permanente a lo largo de la vida. No existen tratamientos que eliminen esta condición. La valoración precoz es fundamental para iniciar una atención temprana y un tratamiento adecuado, siendo importante para ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades y a llevar a cabo su mejor potencial de adaptación social. Como los niños con Autismo no tienen ningún indicio físico ni conductual que permita sospechar esa condición mientras son bebés, muchos padres recién consultan a los dos años porque les llama la atención que a esa edad sus hijos no hablen ni emitan sonido. Mientras que otros recién conocen la problemática advertidos por los docentes en el jardín de infantes.
Algunas características de los niños con Autismo: - No hacen contacto visual - No se muestran interesados por comunicarse - Realizan juegos repetitivos 28
- Rechazan el contacto físico - Son propensos a “berrinches” cuando se modifica el ambiente en el que se encuentran. Por las características mencionadas con anterioridad las personas con Autismo tienen necesidades asistenciales complejas que requieren una gama de servicios integrados que deberían incluir: la promoción de la salud, la atención y la colaboración con otros sectores como el educativo, el laboral y el social. De esta forma lograrían insertarse socialmente e inclusive podrían desarrollar habilidades para desempeñarse normalmente en algún trabajo y adquirir capacidad para relacionarse, tener amigos e incluso formar una familia.
Hay que asegurarse de que el diagnóstico sea el correcto: Una vez en lo que llevo ejerciendo esta carrera conocí a un niño que estaba sordo profundo, pero que hasta los 7 años fue diagnosticado y tratado como si tuviese Autismo, siendo el diagnóstico que le realizaron claramente erróneo. Debido a esta causa nadie se preocupó por hacerle pruebas de audiometría específicas después de haber pensado que su caso era Autismo. Es por lo antes mencionado que es fundamental tener en cuenta estas
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características y las opiniones de distintos especialistas en el tema que nos convoca, para asegurarse de que el diagnostico sea el correcto, evitando de esta manera que suceda un caso similar. El objetivo es crear conciencia sobre la discapacidad que padecen muchos niños para ser más inclusivos y no perder el tiempo en diagnósticos erróneos e incompletos. Al contrario, desde esta pequeña columna la intención es aportar algunas características que nos orienten a realizar pruebas que determinen una eficacia mayor y válida frente a un caso de esta índole al momento de confirmar un diagnóstico, evitando etiquetar al sujeto. Destacando que el Autismo es parte de este mundo y no un mundo aparte, por lo cual apostamos a que conocerlo y comprenderlo pueda enriquecernos y comprometernos en la inclusión de todos los niños que presenten este problema.
Las personas con Autismo tienen necesidades asistenciales complejas que requieren una gama de servicios integrados que deberían incluir: la promoción de la salud, la atención y la colaboración
La valoración precoz es fundamental para iniciar una atención temprana y un tratamiento adecuado, siendo importante para ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades y a llevar a cabo su mejor potencial de adaptación social.
con otros sectores como el educativo, el laboral y el social.
Bibliografía: - ABERASTURY, A. (1984): “Aportaciones al psicoanálisis de niños”. - ABERASTURY, A. (1984): “Teoría y técnica del psicoanálisis de niños”. - BEATRIZ, J. (1998): “El sufrimiento psíquico en los niños” (psicopatología infantil y constitución subjetiva). 29
Crisis catastrófica y crisis por acumulación Lic. Carlos Gonzalez -Psicólogo.
Tomaremos como referencia lo establecido por Fabián Schejtman en una videoconferencia que dio en Madrid (no por casualidad titulada “Crisis del sinthome: anudamientos y desanudamientos en la época actual”) porque brinda herramientas que nos permiten evaluar si la persona que viene a la admisión tiene que ser citada pronto o si puede ingresar a una lista de espera, como también acercarnos un poco a las presentaciones actuales y su relación con el discurso capitalista. En relación a las crisis, destaca dos vertientes:
Crisis catastrófica 1-Es un acontecimiento que implica una discontinuidad, hay un corte; 2-Hay una perturbación del equilibrio; 3-La temporalidad es la del instante; 4-Supone un punto de no retorno, no se puede volver al mismo término. Es el caso de una mujer a quien, mientras festejaban los cincuenta años de matrimonio, el esposo le dice que había sido infiel, que había tenido relaciones con su tía mientras estaban de novios. Desde ese día refiere que no puede disfrutar, que está triste todo el tiempo y no puede hablar con su marido, que no sabe qué hacer para complacerla. Pero nada le llama la atención, siendo las fotos de aniversario también motivo de tristeza. Los casos emblemáticos locales que atendió el Equipo de Salud Mental para la Intervención en Crisis (ESAMIC) son los relacionados al incendio del boliche 30
Cromañón y la explosión en un depósito de pirotecnia en el Km 26, acontecimientos traumáticos para los cuales al aparato psíquico en el momento no se encuentra en condiciones de responder adecuadamente, desencadenando como efecto inmediato la repetición.
Crisis por acumulación 1Es un proceso; 2No hay discontinuidad; 3Hay un exceso de equilibrio; 4No presenta la temporalidad del instante; 5Supone una defensa excesiva. Estos casos son los más comunes, en particular podemos citar el caso de una mujer que durante años estuvo con un hombre alcohólico y violento, que por otro lado tenía otra familia, aceptaba que estuviera viviendo con ella, hasta que decide, por uno de sus hijos, que presenta problemas de adicción, dar por terminada la relación, lo cual abre la posibilidad de que su hijo acepte el tratamiento psicológico y concurra a la consulta. Es importante remarcar que el sinthome, como lo hemos definido, puede tener una estructura sólida, como en los polisinthomados, los irreventables a los que se refería Lacan en uno de sus Seminarios, lo que forjó James Joyce a través de su arte o pueden tener una labilidad estructural que puede llevar fácilmente al desencadenamiento. Pero también pueden suceder dos cosas: 1-Que sencillamente caduque, ya no puede seguir cumpliendo la misma función
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que antes, pero no porque sucediera algo que uno pueda considerar un evento catastrófico. Una mujer se acerca a la consulta diciendo que se encuentra angustiada, que quiere estar todo el día en la cama, el único cambio que hubo fue la internación de su marido por su adicción. Reaparece lo que le sucedió años atrás, cuando le dijeron que había perdido el oído del lado derecho, provocado por un pico de estrés, adjudicando la causa de sordera parcial al comportamiento de su marido. 2-La aparición de nuevos problemas, depende de la contingencia, lo que de repente cae sobre el sujeto. Es el caso de un adolescente que de repente encuentra excusas para no asistir a la escuela (un día le duele la pierna, otro día llueve o tiene que dejar un juego a la mañana porque a la tarde no abre). En realidad, en base a lo evaluado en su momento, frente a la emergencia de lo puberal y a un diagnóstico que no se orienta hacia la neurosis, desarrolla una fobia escolar. Como dijimos antes, es cierto también que, como el cuento de los tres chanchitos, no todos los sinthomes son iguales, eso es lo que definirá la fortaleza o la debilidad de la estructura. Debemos diferenciar, en relación a la angustia, dos posibilidades, que permiten a su vez ubicar las crisis catastróficas y las crisis por acumulación: 1-La angustia frente al deseo del Otro, el que encontramos en el grafo del deseo, con la pregunta (extraída de la novela “El diablo enamorado” de Cazón): ¿Che vuoi?, que es donde situamos la crisis catastrófica. 2-La angustia frente al goce del Otro, ese goce opaco y oscuro que puede tomar la forma que sea, pero que ya implica una respuesta, por lo cual en este caso hablamos de crisis por acumulación. En relación a la crisis catastrófica, habíamos hablado que la misma supone el
punto de no retorno, pero no desarrollamos a qué nos referíamos. El autor toma el aforismo de Franz Kafka (“A partir de un cierto punto, no hay retorno posible. A ese punto hay que llegar”) como punto de partida de su elocución. Toma varios ejemplos concretos, como el de Hernán Cortés, que para que sus hombres no huyeran en los barcos por temor a ser masacrados por los Incas ordena destruir las naves. A partir de ese acto, no hay marcha atrás. En este sentido, hay que diferenciar, como lo hace Lacan en “La tercera”, entre lo real como síntoma, lo real como aquello que vuelve al mismo lugar, de lo real como imposibilidad lógica, que no deja de ser un tratamiento de lo real por lo simbólico. Justamente, el punto de no retorno tiene que ver con lo real como imposibilidad lógica. Dice que para que no haya un retorno posible, en el sentido de lo que sucede con la crisis catastrófica, para que haya un antes y un después de la misma, debe haber una decisión, un acto, una verificación, y por tanto, una ganancia de saber; debe haber un redoblamiento, una función de lectura. Todo esto junto puede ser explicado fácilmente a través de un ejemplo. Lacan en el Seminario XVI trabaja el caso del niño que tenía fobia a las gallinas. El niño va con la madre encantado al gallinero, toca los huevos de las gallinas, la mamá inspecciona las gallinas, lo inspecciona a él, él le retribuye, identificado con las gallinas, cagando por toda la casa, cosa que a la mamá no le causa mucha gracia, pone sus huevitos, hasta que un día, el hermano le dice yo soy un gallo y vos sos la gallina. A partir de ese momento se presentifica la crisis catastrófica, ya no puede hacerse el boludo, si quiere seguir siendo una gallina, él sabe lo que le espera. Lo cual nos remite a lo que queríamos contar a continuación acerca de la función del padre, que tiene que ver con el punto anterior. La función del padre implica una 31
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función de lectura, no alcanza con el punto de no retorno, el punto de no retorno debe ser leído. Tenemos dos dimensiones del padre, el padre sinthome, que es el padre que adormece, que constituye la armadura del amor en la histeria, pero también tenemos el padre traumático, que es el que ha perdido vigor, como decía Lacan, el padre ya no impacta. Lacan decía que el deseo del analista opera como el padre traumático, por eso afirma en el seminario XXIII que la interpretación libera del sinthome, habla del equívoco. Ahora finalizamos, refiriéndonos a los encadenamientos y desencadenamientos actuales. El autor refiere que hay muchas más crisis por acumulación que crisis catastróficas. No es que no haya acontecimientos traumáticos, pero el discurso capitalista erradica la imposibilidad, todo es posible. Estamos en la época del declive de la función de lectura del padre, ya no hay encrucijadas. No se niega que haya angustia, pero lo que no aparece es el enigma.
Es importante remarcar que el sinthome, puede tener una estructura sólida. Pero también pueden suceder dos cosas: 1-Que sencillamente caduque, ya no puede seguir cumpliendo la misma función que antes. 2-La aparición de nuevos problemas, depende de la contingencia, lo que de repente cae sobre el sujeto.
Debemos diferenciar, en relación a la angustia: 1-La angustia frente al deseo del Otro. 2-La angustia frente al goce del Otro.
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BIBLIOGRAFÍA -LACAN, J. (2008): “Seminario XVI. De un Otro al otro”. -LACAN, J. (2006): “Seminario XXIII. El sinthome”. -LACAN, J. (1974): “La tercera”. -SCHEJTMAN, FABIÁN (2015): “Crisis del sinthome: anudamientos y desanudamientos en la época actual”. [Vídeo]. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=wxs8R11UvVs&t= 15s
El Psicoanálisis y las Artes Lic. Rosana Rodríguez Perlas -Psicóloga. Lic. MarianaGaspari -Psicóloga. Lic. Mariano Antonio Baliño -Psicólogo. “Sin el arte, la crudeza de la realidad haría que el mundo fuera insoportable” George Bernard Shaw
La relación del Psicoanálisis y el arte la situamos en las referencias reiteradas en la obra de Freud y Lacan a las diferentes artes. ¿Cuál es la importancia de estas citas? ¿Por qué recurren al arte? Freud en el texto “El poeta y los sueños diurnos” (1908), expresa su curiosidad por saber de dónde el poeta
extrae sus temas y cómo logra conmovernos tan intensamente y provocar en nosotros emociones. Freud se pregunta “¿no habremos de buscar ya en el niño las primeras huellas de la actividad poética?”. Establece una continuidad entre el jugar del niño y la actividad poética: “todo niño que juega se conduce como un poeta; 33
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creándose un mundo propio, o más exactamente, situando las cosas de su mundo en un orden nuevo, grato para él… la antítesis del juego es la realidad”. Tanto el niño como el poeta crean un mundo imaginario, diferenciando su juego o su arte de la realidad del mundo. El adulto deja de jugar, pero no puede renunciar a ese placer que obtenía del juego infantil, lo sustituye por la fantasía; por sueños diurnos o ensueños. Ya no se apoya en objetos tangibles y visibles del mundo real, ahora los imagina. La creación no es privativa del poeta, “en todo hombre hay un poeta”. Todo hombre se conduce como un poeta en el fantasear: “hace castillos en el aire, crea ensueños, sueños diurnos”. Freud, compara al poeta con el ensoñador y a la creación poética con el ensueño diurno. Siguiendo a Freud, ¿qué valor entraña esta comparación? La creación artística se relaciona íntimamente con los sueños diurnos, ya que en los mismos se encamina el cumplimiento de un deseo prohibido en la realidad. El poeta ante un suceso presente, reactualiza un antiguo recuerdo donde el deseo fue satisfecho (casi siempre de su infancia) y traspone esos deseos al futuro cumpliéndolos mediante la creación artística. Esta creación artística debe lograr su satisfacción de una manera disfrazada, tal como pasa en los sueños diurnos y nocturnos. Según Freud, “el poeta mitiga el carácter egoísta del sueño diurno por medio de modificaciones y ocultaciones y nos soborna con el placer puramente formal, o sea estético, que nos ofrecen las exposiciones de sus fantasías… Esta es la verdadera ars poética”. ¿Por qué se recurre a la fantasía? La tensión que genera la realidad se torna insoportable. El sujeto se refugia en la fantasía porque la realidad le es adversa. El 34
mundo externo aparece como hostil a la satisfacción pulsional y la fantasía como una construcción inconsciente que intenta mitigar los efectos frustrantes de la realidad. ¿Es suficiente con fantasear? Recordemos que el adulto oculta sus fantasías y las considera íntimas y personales, se avergüenza de ellas, prefiriendo en muchas ocasiones confesar sus culpas que comunicar sus fantasías. En sus juegos, al niño lo mueve el deseo de ser adulto, imita la vida de los mayores y no lo oculta. En cambio, del adulto se espera que opere en el mundo real, no que juegue o fantasee; por eso esconde sus fantasías como algo pueril e ilícito. En la conferencia 23 “Los caminos de la formación del síntoma” Freud sitúa un camino de retorno desde la fantasía a la realidad que es el arte. El artista hace algo más con sus sueños diurnos. “Sabe dar a sus sueños diurnos unas formas que los despoja de aquel carácter personal que pudiera desagradar a los extraños y los hace susceptibles de constituir una fuente de goce para los demás…. Procura a los demás el medio de extraer nuevo consuelo y nuevas compensaciones de las fuentes de goce inconscientes devenidas inaccesibles para ellos”. En este recorrido podemos ser testigos de cómo el artista traspone sus fantasías en creaciones artísticas por medio de la sublimación, actuando los mismos mecanismos del inconsciente y sus formaciones. Emergiendo así la importancia estructural de esta comparación, de porqué el psicoanálisis recurre al arte. Bibliografía: - FREUD, S. (1908): “Obras Completas. El poeta y los sueños diurnos” -FREUD, S. (1914): “Obras Completas. El Moisés de Miguel Ángel” - FREUD, S. (1916-1917): “Obras Completas. 23º Conferencia. Los caminos de la formación del síntoma.
Inequidad y salud mental Dr. Marcelo A. Rossi -Psiquiatra. Desde hace unas décadas, un viejo concepto proveniente de la sociología fue puesto en boga por los economistas como Gasparini o Kliksberg, especialistas en economía distributiva: es la inequidad. Hace referencia al hecho de que la distribución de recursos de manera muy dispar, puede afectar las posibilidades de una comunidad para enfrentar la cotidianidad, la adversidad o desplegar sus proyectos y capacidades. Puede definirse entonces fácilmente a la inequidad como la desigualdad en las oportunidades. Nos puede remitir a José Ortega Y Gasset con su reconocido “yo soy yo, y mi circunstancia” o a una discusión acerca del determinismo social, pero sin dudas a una cuestión de fondo fundamental: no somos todos iguales. En algunas sociedades, las diferencias entre sus miembros son explícitamente reconocidas y no necesariamente se vinculan con un alto nivel de estigmatización, como las que poseen “castas” como la India. En la historia encontraremos numerosos ejemplos, desde el antiguo Egipto y sus esclavos, la Grecia y Roma clásicas y sus ciudadanos, o en la Edad Media el campesinado, la nobleza, etc. En los países colonizados, como los africanos o americanos, la convivencia entre nativos y conquistadores y la diferencia entre sus derechos fue tan radical que llevó a siglos de discernimiento acerca de qué diferencia al humano de un animal. Argumento que si bien se dirimió a favor, no lo hizo suficientemente pronto, como para impedir la expropiación de su tierra. La cuestión es que una vez configurados estos compartimientos es infrecuente que sus
integrantes se intercambien con facilidad. A partir del florecimiento de los Estados occidentales modernos, la independencia de la mayoría de las colonias, inclusive de la Revolución Francesa, el concepto de igualdad se convirtió en un alto ideal, en bandera de numerosas luchas, en lema de muchas batallas y letra de casi toda Carta Magna o Constitución de países, que dignen llamarse soberanos. En las sociedades modernas, especialmente occidentales, se produjo un proceso de inversión del origen de las desigualdades, que vale la pena destacar porque es el que permanece hasta la actualidad. En los antecedentes mencionados, la etnia, la religión, la familia, la ocupación, eran los determinantes de la ubicación en un estrato y, con ellos, sus aspiraciones posibles, inclusive económicas. Hoy, a la inversa, las condiciones económicas serán las determinantes del lugar posible a ocupar en la sociedad. Debido a ello debió reformularse la forma de referenciarlo acuñándose así el concepto de “clase”. Estaría claro a esta altura que no intento señalar como problema la existencia de diferencias en el seno de una comunidad, ya que son inherentes al ser mismo de una sociedad. Lo complejo es aceptar, asumir, naturalizar, y hasta defender, el favorecimiento de la inequidad como uno de los factores organizadores básicos de una nación. Ello implica contradecir el acuerdo básico al que se someten todos los ciudadanos: el contrato narcisístico Piera Aulagnier por el cual renunciamos a 35
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nuestros intereses particulares en pos de pertenecer y, a cambio, el Estado, -garante de dicho contrato- nos asegura los derechos fundamentales. La caída de ese contrato se produce solo por incumplimiento de su garante, el que a sus contradicciones inherentes, entre otras, ser al mismo tiempo el asegurador de los derechos y libertades de los sujetos, al mismo tiempo que de los poderes opresores, hoy, entre los principales, el mercado, los capitales y sus dueños, se suma el de reprimir las reacciones y reclamos por la vigencia de los acuerdos fundamentales. Enfoque psicosocial de la salud mental En el ámbito de la salud mental es nuestro rol identificar de qué manera estos elementos se despliegan, en la dimensión subjetiva y emergen hecho síntoma, en los usuarios de nuestra red, ocasionando sufrimiento de múltiples formas. De la manera que podamos representarnos, de acuerdo a nuestro sistema de ideas. Hoy la Ley nos impele entendiéndola como un “proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social, vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona” Art 3. Ley Nac. 26657. Sobre esa dinámica de construcción social es que trato de discurrir. Está a la vista que la dinámica de construcción social actual no puede sino ser origen de alto padecer subjetivo. Cuando el Estado pervierte sus compromisos (Castel R) genera la caída de múltiples apuntalamientos subjetivos y la consecuente angustia de no-asignación (Kaës R). ¿Es posible concebir una salud mental al margen del devenir socio-político? Quizás la medicina se las haya arreglado para circunscribir los signos y síntomas al ámbito de la naturaleza, apropiándose del diagnóstico y, lo que es más peligroso, de la terapéutica, así como la psicología lo hizo, al 36
ámbito de la conflictiva intra-psíquica. Pero cada vez se hace más difícil sostener una salud mental que ignore los mecanismos de alienación psico-social (Kordon D.) o del control social (Foucault M.). Un ejemplo: las manifestaciones de ansiedad Si los trastornos depresivos para la OMS son la entidad del futuro, los de ansiedad son los más prevalentes y más sensibles indicadores del vivenciar subjetivo debido a que invariablemente cargan con un monto de significación simbólica. El consumo masivo de ansiolíticos, contracara de lo anterior, es un grave problema de salud pública oculto. Por la confluencia de muchos factores que incluyen un provecho mercantil doble: el de los fabricantes y distribuidores del insumo; y por otro, los que se benefician sosteniendo la desfavorabilidad de condiciones, por ejemplo, sociales, políticas o de trabajo, gracias a su efecto narcotizante. Con un plus: el de lograr todo ello desde un recurso de menores consecuencias colaterales como las que presentaba el anteriormente utilizado, el alcohol. La ansiedad se ha vuelto un lugar común para el hombre en la era moderna. Con ella advino la medición del tiempo, los medios de comunicación masiva, el transporte más rápido, el alejamiento de la mano de obra de su producto, la acumulación y el consumo como filosofía de vida. Al final de la era, la vacuidad existencial en que nos ha dejado la declinación de los ideales de la modernidad, con una necesidad de la actualización minuto a minuto, el acceso inmediato, el “compre ya”, renovarse, rejuvenecer y sentir que el tiempo vuela… características muy propias de la realidad líquida (Bauman Z.). Un estudio sobre el tema realizado en la ciudad de La Plata, observó que la mayoría de los usuarios crónicos de ansiolíticos lo había recibido indicado por un médico no especialista (de la salud mental).
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Según el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y bioquímicos publicó, el consumo de ansiolíticos aumentó, creció 40% en cinco años; ingiriéndose en la Argentina 114 pastillas por segundo en mano de 8 millones de personas, el 20% adquirido de forma clandestina (La Nación 22 de junio de 2017). En primer lugar identifiquemos a la ansiedad como un sucedáneo del miedo. Este es una emoción de función protectora fundamental. Particularmente antiguo en todo sentido. Filogénicamente porque se asocia a la supervivencia de los vertebrados superiores, por lo que neurológicamente se aloja en el paleoencéfalo (el cerebro reptil); pero además porque junto con la mítica vivencia primaria de satisfacción, el dolor de perderla, serían de las primeras experiencias emocionales -fundantes- del aparato psíquico, a través de sus representaciónes básicas: los pictogramas de fusión y rechazo (Aulagnier P.) El dolor conlleva al miedo de reexperimentar y la evitación consecuente del objeto hiriente, o algún tipo de medida de defensa. Ahora bien, imaginemos que ello no es posible, porque no está bajo nuestro control que aparezca como tampoco poder evitarlo. Cuando solo nos queda la expectación, conocemos la ansiedad. Quizá la más antigua, la ansiedad de separación, se asocia no con la cercanía del objeto hiriente sino con el alejamiento del de satisfacción. Ahora bien. Sabemos que el complejo mente-cerebro es un verdadero transductor simbólico. Es decir, que de un hecho solo gozamos de la impresión de su representación con el afecto que la acompaña. Dicha representación es mediada por la palabra de ese “otro” que “pone palabra”, está co-protagonizando el trascendente momento de la construcción del sistema de significados. Entonces ¿es posible que el objeto difiera bastante de su representación, y que el afecto que le acompaña producto del
Hoy la Ley nos impele entendiéndola como un “proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social, vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona” Art 3. Ley Nac. 26657
singular proceso anterior sea, cuando menos, arbitrario o hasta caprichoso? Sí. Y no solo esto, sino que además existe un fenómeno básico del funcionamiento del aparato psíquico, que es el desplazamiento. Por este, una representación puede cargar un afecto proveniente o –desplazadode una representación intolerable o, mejor dicho, de un suceso irrepresentable (no asociable a una cadena de significación). Lógicamente la primera infancia es altamente propensa a ello. ¿Qué sucede en el esquema representativo del/la niñ@ hoy en estas coordenadas contextuales? ¿Cómo se representa el contraste que ofrece el bombardeo informativo que muestra a la vez el consumo como camino de la felicidad al tiempo que lo aleja y le confirma aquello que jamás podrá obtener ni ser? El descreimiento del sistema es algo que puede aflorar cada vez en etapas más tempranas de la vida, volviendo a lo que R. Castel describe como la “des37
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institucionalización del presente”. Sobre todo en contextos vulnerables, se aprende cuánta mentira encierran los enunciados educativos respecto del pasado, presente y por lo tanto, de un futuro posible. Qué pueden representarse l@s niñ@s y jóvenes hoy en una construcción de la historia que sigue sin hacer crítica de una sociedad basada en la desigualdad de sus habitantes, en la exclusión (Svampa M.) y muchas veces de la aniquilación. Esto vuelve la realidad intolerable para el joven de los ámbitos vulnerabilizados, a la vez que dificulta la estructuración de la dimensión simbólica. La inconsistencia de los enunciados que los somete a la marginalidad, tal como sucede con el principal discurso de cohesión social y política actual que es el de la inseguridad ciudadana, los constituye en enemigos públicos y no hace sino generar alta violencia social, crisis de identidad, consumo de sustancias, las que a su vez se pretenden resolver con mayor represión y violencia política, como representa la reducción de la edad de imputabilidad. Conclusión La OMS enuncia que “…la gran mayoría de los países asigna menos del 2% del presupuesto de salud a salud mental. Y que…tomar medidas en salud mental es también una estrategia a favor de los pobres… Los problemas de salud mental son factores de riesgo para, o como consecuencia, de muchos otros problemas de salud y, con demasiada frecuencia, están asociados a la pobreza, la marginalización y la desventaja social…” Probablemente estos recorridos nos ofrezcan más interrogantes que respuestas, pero no deja de ser necesario reflexionar sobre lo que nuestra práctica nos revela, sobre todo, cuando la escucha nos obliga a elevar la voz de los que, a decir de Franco Basaglia, sufren la “Condena de Ser Loco y Pobre”.
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La ansiedad se ha vuelto un lugar común para el hombre en la era moderna. Con ella advino la medición del tiempo, los medios de comunicación masiva, el transporte más rápido, el alejamiento de la mano de obra de su producto, la acumulación y el consumo como filosofía de vida.
Bibliografía - AULAGNIER P. (1977): “La violencia de la interpretación Amorrortu”. -BASAGLIA F. (2000): “La Condena de Ser Loco y Pobre”. - CASTEL R. (2013): “Individuación, Precariedad, Inseguridad. Desinstitucionalización del Presente”. - FOUCAULT M. (1999): “Los Anormales”. - GASPARINI L. (2001): “Distribución del Ingreso en la Argentina”. - KAËS R. (1989): “Realidad Psíquica y sufrimiento en las instituciones”. - KLISKBERG J. (1993): “Pobreza. Un tema impostergable”. - Ley Nacional de Salud Mental 26657. 2010 - SVAMPA M. (2005): “La Sociedad Excluyente”.
Discurso jurídico y discurso analítico Lic. Adriana Iannitelli -Psicóloga. Lic. Carlos Gonzalez -Psicólogo. Lic. Alicia Aquino -Trabajadora Social. Alejandra Pogonza -Psicopedagoga. Dra. Silvia Luddeni -Psiquiatra. Psicoanalista.
El objetivo de este trabajo consiste en describir nuestro dispositivo de intervención en Salud Mental ante las derivaciones recibidas del Poder Judicial, presentando las diferencias entre el Discurso Jurídico y el Discurso Psicoanalítico. ¿Por qué nos centramos en las derivaciones judiciales? En los Centros de Salud y Centros de Integración Comunitaria recibimos estos casos, sin que la persona acuda a solicitar el turno personalmente, ya que desde la Secretaría de Salud tramitan el turno solicitado por el Juez.
Recorrido administrativo del Oficio judicial Oficio Mesa de entrada de la Municipalidad Secretaría de Salud Centros de Atención Primaria Centros Integradores Comunitarios
Psicologos
En la entrevista psicológica se establece motivo de consulta, evaluación y estrategia a seguir. Algunas veces los oficios están planteados como “urgentes” y parecen no admitir espera; por otra parte, los potenciales pacientes nos refieren muchas veces que solo acceden a la consulta porque “nos mandaron del Juzgado”, “me solicitan un informe”, pasando a primer plano la obediencia. Esta obediencia al discurso amo hace obstáculo para que se instale una verdadera demanda de tratamiento, lo que conlleva a ausencias reiteradas del paciente, dificultades para comprometerse con el tratamiento o que termine manifestándonos en la entrevista: “no tengo nada para decir”. La incumbencia del profesional de Salud Mental en Atención Primaria de la Salud es la asistencia al paciente (entrevistas, tratamientos, seguimientos, informes) y no aquellas intervenciones que son específicas de un perito psicólogo en el ámbito del Poder Judicial (como por ejemplo, determinar si un niño fue abusado, que se nos pregunte si una madre cuenta con las pautas de cuidados necesarios para tener a su hijo a cargo o solicitar entrevistas conjuntas padre-hijo, llamadas revinculación). Aquí es donde se entrecruza el Discurso Jurídico y el Discurso Psicoanalítico, en este punto de conflicto, donde al mismo tiempo encontramos un punto de articulación, al menos en la forma de entrada al dispositivo. Es importante que tengamos en cuenta esta tensión porque nos
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serviría para optimizar el funcionamiento de ambos. El Discurso Jurídico tiene la potencialidad de intervenir ante la segregación, con aquellos que son segregados, como es el caso de las minorías sexuales y las mujeres víctimas de violencia. De esta manera permite que entre en juego lo particular, a partir de reconocer derechos en los grupos especialmente vulnerables. El Discurso Judicial identifica al sujeto con ciertos significantes universales, que lo nominan como “víctima”, colocando la subjetividad de la persona en una posición pasiva. El Discurso Psicoanalítico, en cambio, se vale de criterios clínicos y considera al sujeto en su singularidad (uno por uno); en esa singularidad se conjuga su estructura psíquica y sus relaciones sociales. La singularidad es algo a construir, y es dinámica, según el momento subjetivo. Por eso hablamos de tensión dialéctica entre ambos discursos, entre lo universal y lo singular, entre lo necesario y lo contingente. El Discurso Psicoanalítico apunta a desamarrar al sujeto de los significantes amo a los que está identificado, propiciando una rectificación subjetiva. No pretendemos sostener un ideal, como sería suponer que es posible una síntesis de ambos discursos, sino intentar articular lo universal y lo singular, que nos permita alojar al sujeto de derecho (derecho a tratamiento para todos) y al sujeto en su singularidad (si la persona así lo requiere).
La incumbencia del profesional de Salud Mental en Atención Primaria de la Salud es la asistencia al paciente (entrevistas, tratamientos, seguimientos, informes) y no aquellas intervenciones, que son específicas de un perito psicólogo en el ámbito del Poder Judicial
Bibliografía -FRYDMAN, A. (2015): “La clínica y los Cuatro discursos de J. Lacan”. [Vídeo]. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=pFiDlWfrYp0 -LACAN, J. (1988): “Escritos I (Obertura de una recopilación)”. -LACAN, J. (1969-1970): “Seminario XVII (El reverso del Psicoanálisis)”. -MILLER, J. A. (2008-2009): “Sutilezas analíticas (Capítulo VI: Singularidad)”
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Un lugar para la invención... Lic. Alejandra Chappani -Psicóloga. Lic. Marina Lopez -Psicóloga. Lic. Natalia Navarrete -Psicóloga.
El rol del psicólogo en el primer nivel de atención En tiempos donde prima la urgencia en distintos sectores de la sociedad, se ponen de manifiesto procesos que superan las formas individuales de malestar y padecimiento subjetivo, y se nos presentan como perfiles epidemiológicos de una comunidad. Cuando un padecimiento vivido como individual forma parte de un complejo proceso social, las prácticas en salud mental deben resignificarse para poder dar cuenta de dichas demandas; es por ello que consideramos relevante cuestionar y desnaturalizar nuestras prácticas como Psicólogos trabajando en el Primer Nivel de Atención. Para ello comenzamos por interrogarnos sobre: qué hacemos, para qué/quiénes, dónde, cómo, por cuánto tiempo, etc.; partiendo de la convicción que tenemos la obligación ética de ser actores políticos comprometidos con nuestra sociedad, y considerarnos a nosotros mismos como capaces de influir en la exigencia del respeto real y práctico a los derechos humanos tanto individuales como de los pueblos, trabajando desde y con los colectivos e individualidades que conforman sus bases mismas. La dimensión ética que planteamos para nuestra práctica refiere a esta toma de conciencia del psicólogo, de su pertenencia a la sociedad y al mundo de su tiempo, renunciando a una posición de simple espectador y colocando su pensamiento y labor al servicio de cambios orientados a mejorar la calidad de vida en la comunidad.
De modo que, tanto las intervenciones clínicas individuales como grupales, que llevamos a cabo dentro de los centros de salud como en el barrio, son estrategias que constituyen el cimiento para acciones de empoderamiento y transformación social. Por eso es necesario que sean pensadas y repensadas en el aquí y ahora de cada colectivo, de cada realidad. En este punto nos parece importante tomar los aportes del educador Paulo Freire, quien parte del supuesto que en un sistema de desigualdades sociales quien tiene el poder dispone del "monopolio de la palabra" y, por tanto, de un medio decisivo para el "control de las conciencias". Su propuesta pretende restituir la palabra al sujeto y, con ella, la facultad de preguntarse y de preguntar a quien corresponda: ¿por qué? Pensamos que el empoderamiento de los sujetos se da en esas situaciones de cuestionamiento y problematización de lo existente. Esa problematización de una realidad anteriormente incuestionada, abre las puertas a la toma de conciencia de la situación, como condición necesaria para trabajar en su transformación. Del mismo modo, en la labor del psicólogo se ha de cuestionar el lugar del profesional como único lugar de saber, para abrir el enfoque a los saberes de los distintos sujetos y comunidades, con la finalidad de permitir la expresión y participación de todos los actores en la construcción de mejores condiciones de vida. 41
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Las comunidades en las cuales estamos actualmente insertos como profesionales de la salud, presentan problemáticas que se han construido más rápido que la posibilidad de estudiarlas, teorizarlas y convertirlas en parte de la formación de grado. Ello pone en jaque nuestros saberes académicos, y convoca a construir y reconstruir estrategias de intervención con el resto de los integrantes del Equipo de Salud, y con la participación simultánea de la comunidad. Para poder comprender y abordar las problemáticas actuales socio-sanitarias de la manera más integral posible, es imprescindible entonces el funcionamiento en equipos interdisciplinarios de profesionales y no profesionales (promotores de salud, administrativos, etc.) junto con la participación de los propios miembros de la comunidad; quienes con sus aportes y percepciones ayudan a enriquecer la mirada sobre las problemáticas y contribuyen en su resolución. Sin duda, para los equipos de salud es un verdadero desafío integrar estos múltiples saberes y las más diversas competencias en una tarea compartida. En palabras de Alicia Stolkiner: “La construcción conceptual común del problema que implica un abordaje interdisciplinario, supone un marco de representaciones común entre disciplinas y una cuidadosa delimitación de los distintos niveles de análisis del mismo y su interacción. (…) se plantea la necesidad de fortalecer los equipos de salud favoreciéndolos con espacios necesarios de encuentros para poder pensar juntos los abordajes de las diferentes problemáticas, asimismo como la discusión de casos, planificación de ateneos compartidos y el diseño de instrumentos de uso conjunto que faciliten y no obstaculicen su tarea diaria. (…). Los abordajes interdisciplinarios ponen en juego la relación que cada profesional establece con su disciplina ya que implican una renuncia a considerar que el saber de la propia disciplina es suficiente para dar cuenta del 42
problema y reconocer así su incompletud.” Llegados a este punto de reflexión, elegimos finalizar el presente escrito del mismo modo que comenzamos, con interrogantes que permitan continuar analizando y transformando nuestras prácticas: ¿cómo favorecer el trabajo interdisciplinario y el armado de redes?, ¿qué acciones podrían potenciar los trabajos en equipo por fuera de los C.A.P.S.?, etc. Lineamientos generales que propicien la construcción permanente de un saber compartido para el complejo abordaje de las problemáticas actuales a las cuales la práctica diaria nos enfrenta, y que motoricen a seguir en marcha.
Nuestra propuesta en la práctica Centro Integrador Comunitario “El Rocio” Dispositivo de Orientación y Admisión a Salud Mental. Inicio 2010. Jueves 9.00hs - Recibir las demandas en un marco de escucha interdisciplinaria. Juegoteca: Taller: “Del derecho y del revés”. Inicio 2010. Jueves 11.00hs - Propiciar el desarrollo infantil a través del juego. Espacio Red El Rocío. Inicio 2011. Primer viernes de cada mes 9:00hs - Fomentar el intercambio interdisciplinario e intersectorial para el armado de estrategias de intervención alternativas a la asistencia. Crianza. Inicio 2016. Lunes 10:00hs - Acompañar a las familias que atraviesan el proceso de crianza desde una mirada interdisciplinaria en un espacio de construcción colectiva. Grupo de Lectura. Inicio Abril 2017. Miércoles 10:00hs - Promover espacios de socialización e intercambio.
Bibliografía: - STOLKINER, A. (1999): “La Interdisciplina: entre la epistemología y las prácticas”.