166 / Pensamiento IberoamericanoEl aumento de las desigualdades: ¿qué podemos hacer al respecto? / 166
El papel de la cultura para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible Ernesto Ottone R.* Unesco
Con la Agenda 2030 como guía, se puede avanzar de manera más decidida si se aprovecha el poder de la cultura para el logro de las Metas de Desarrollo Sostenible. Esto requerirá un nuevo compromiso por parte de los gobiernos nacionales para integrar plenamente la cultura en sus políticas nacionales de desarrollo, así como aumentar el porcentaje de la Ayuda Oficial al Desarrollo dedicado a ella.
En muchos sentidos, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un acuerdo internacional revolucionario, en particular por su insistencia en el papel esencial de la cultura en y para el desarrollo. La cultura figura de manera más destacada en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 11 relativo a las ciudades y comunidades sostenibles, en el que se hace un llamamiento a la comunidad internacional para “redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural del mundo”. Asimismo, la hallamos en el ODS 4 cuya finalidad es promover una educación de calidad, el ODS 5 que reclama la igualdad de género, el ODS 8 relativo al crecimiento económico y el trabajo decente y el ODS 16 que aboga por la promoción de sociedades inclusivas y pacíficas. Sin embargo, si tomamos un poco de distancia,
* Subdirector General de Cultura de la Unesco. Anteriormente, ministro presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2015-2018)y ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile.
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veremos que la cultura está presente en todas las facetas del desarrollo sostenible, pues este redunda, por encima de todo, en el beneficio de las personas. El desarrollo se refiere a sus necesidades, sus anhelos y sus derechos fundamentales como seres humanos. Por su parte, la cultura, que encarna las historias, los valores y las aspiraciones de las personas y las comunidades, está profundamente arraigada en nuestras vidas e identidades. El acceso y la participación en la vida cultural es esencial para nuestro bienestar. En definitiva, para que el desarrollo sea justo, inclusivo y verdaderamente sostenible, este debe centrarse en las personas y sus culturas. Tomemos por ejemplo el ODS 8 relativo al crecimiento económico inclusivo y sostenible, cuya finalidad es promover “políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la creatividad y la innovación”. En la actualidad se reconoce ampliamente que la economía creativa es un motor de crecimiento económico inclusivo y un poderoso recurso para la erradicación de la pobreza que genera ingresos mundiales anuales por valor de 2,25 billones de dólares estadounidenses y exportaciones de entorno a más de 250.000 millones
de dólares estadounidenses1. Sin embargo, más allá de su papel como catalizador de desarrollo económico, la economía creativa es además una fuente de creatividad e innovación que empodera a individuos y comunidades, especialmente a los más marginados. Responsable de proporcionar alrededor de 30 millones de empleos en todo el mundo, la economía creativa emplea a más personas de entre 15 y 29 años que cualquier otro sector2. De acuerdo con un reciente informe de la Unesco, casi la mitad de las personas que trabajan en la economía creativa son mujeres3. Si bien sus contribuciones tangibles al desarrollo son fundamentales, los beneficios intangibles de la economía creativa —empoderar a las personas y a las comunidades para ver satisfechos sus derechos humanos y libertades fundamentales— tienen más capacidad transformadora y son de mayor alcance. A lo largo de la historia, artistas y creadores han innovado, han desafiado normas, nos han entretenido y nos han inspirado. Son su energía, su creatividad y su compromiso los que han impulsado los procesos de desarrollo, ampliando las opciones de las personas y alentándolas a imaginar futuros alternativos. La economía creativa es, en esencia, una condición esencial de crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, en línea con el ODS 8.
1. Cultural times: the first global map of cultural and creative industries, EY, 2015. 2. Cultural times: the first global map of cultural and creative industries, EY, 2015. 3. Re/Pensar las políticas culturales: Creatividad para el desarrollo, Unesco, 2018.
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La cultura también es vital para la consecución del ODS 4 que aspira a lograr una educación de calidad. Entre sus Metas, el ODS 4 hace un llamamiento a la comunidad internacional para que aumente el número de jóvenes y adultos con las competencias necesarias para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento. Desarrollar las competencias en la economía creativa digital es esencial a este respecto. Si bien las plataformas digitales han facilitado más que nunca que los creadores produzcan, distribuyan y se beneficien de su trabajo, la enorme disparidad entre los países del Norte y el Sur global en términos de acceso a plataformas digitales, mercados e infraestructura aún persiste. El 95% de la economía de aplicaciones se concentra en tan solo 10 países, principalmente en el Norte global4. Reducir estas diferencias es crucial, ya que las investigaciones apuntan a que para 2020 el 90% de todos los trabajos requerirá algún tipo de competencia digital5. Es por esta razón por lo que la educación artística, especialmente aquella que incorpora un componente digital, es tan importante. La educación artística no solo fortalece el desarrollo cognitivo, el pensamiento creativo, la comunicación y las competencias interpersonales. También promueve la sensibilización y el respeto por la diversidad cultural, fomenta un sentido
de pertenencia a una comunidad más amplia y una humanidad común que denominamos ciudadanía global y puede ser una herramienta útil en la prevención del extremismo violento.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la Unesco ha venido trabajando con el objetivo de construir la paz en la mente de las personas, al reconocer que los conflictos no son únicamente de naturaleza política o económica. Iberoamérica ya está dando pasos importantes en este terreno, tanto en términos de fortalecimiento de su economía creativa digital y de ampliación del acceso a los mercados externos como de dotar a los jóvenes de las competencias necesarias para triunfar en este nuevo panorama digital. En 2016, las industrias cinematográficas del Estado Plurinacional de Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y
4. Re/Pensar las políticas culturales: Creatividad para el desarrollo, Unesco, 2018. 5. ICT for Work: Digital Skills in the Workplace, Comisión Europea, 2017.
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Cinematográficas de Iberoamérica (CAACI), impulsaron la creación de la plataforma Retina Latina con el fin de mejorar la distribución de películas locales en toda la región6. La Unesco, a través de su Fondo Internacional para la Diversidad Cultural, apoya la creación de una aplicación móvil vinculada a esta plataforma, así como la formación de jóvenes que aspiran a convertirse en cineastas. Asimismo, la Unesco también financia proyectos para establecer una plataforma de aprendizaje virtual para emprendedores culturales en Guatemala y México con el objetivo de mejorar el acceso de bienes culturales mesoamericanos a los mercados regionales y mundiales y facilitar la movilidad de jóvenes artistas y profesionales de las culturas indígenas. En el ámbito de la educación, la Unesco desarrolla una serie de proyectos por todo el mundo, incluida la región de América Latina y el Caribe, para integrar el patrimonio cultural inmaterial en la educación formal e informal, en reconocimiento de que con ello se promueve la transmisión continua de conocimientos locales valiosos y hace que la educación sea más provechosa a la luz de las necesidades y aspiraciones de los estudiantes. La cultura también es esencial para alcanzar el ODS 16 cuya finalidad
6. https://www.retinalatina.org/
es fomentar sociedades inclusivas y pacíficas. Todos hemos sido testigos en los últimos tiempos de una creciente ola de nacionalismo y xenofobia en casi todas las regiones del mundo. La globalización y los grandes flujos migratorios han estrechado nuestros lazos, pero también han avivado las llamas de la desconfianza entre personas de diferentes culturas, historias y orígenes. En su forma más devastadora, grupos extremistas violentos como el ISIS han tratado de aniquilar las historias y las culturas de pueblos enteros. En Oriente Medio, en el norte de África y en otros lugares del mundo, la cultura y el patrimonio cultural se ven cada vez más envueltos en el fuego cruzado de los conflictos, ya sea como blanco de ataques directos o víctimas de saqueos, como vimos en Palmira (Siria), o dañados colateralmente como consecuencia de combates armados. Establecida tan solo dos meses después del final de la Segunda Guerra Mundial, la Unesco ha venido trabajando desde hace más de 70 años con el objetivo de construir la paz en la mente de las personas, al reconocer que los conflictos no son únicamente de naturaleza política o económica. Estos surgen, en su mayoría, cuando somos incapaces de entablar un diálogo entre nosotros. Por eso, el deber de la comunidad internacional
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es no solo salvaguardar y reconstruir el patrimonio cultural en peligro, como hemos hecho en Tombuctú (Malí)7 y como hemos comenzado a hacer en Mosul (Iraq), donde la Unesco trabaja para situar a las personas en el centro de la recuperación de la ciudad mediante la rehabilitación de sus instituciones culturales y educativas. También nos corresponde a nosotros abogar, una y otra vez, por políticas y programas que promuevan el valor de la diversidad cultural, destacándola como una fortaleza, no como una debilidad. En este sentido, considero que la diplomacia cultural preventiva es un medio importante para abordar los desafíos actuales, que son cada vez más globales. La diplomacia cultural, que podríamos considerar como el intercambio de ideas, valores, arte, patrimonio cultural o lenguas, es un medio muy eficaz para fomentar el entendimiento y el respeto mutuo, promover una visión positiva de la diversidad cultural y tender puentes entre las comunidades. Asimismo, es una herramienta vital para alentar el multilateralismo, que será esencial para la aplicación de acuerdos globales tales como la Agenda 2030 y el Acuerdo Climático de París. Iberoamérica se ha posicionado desde hace tiempo como un líder en el área de la cooperación cultural. En 2007, la Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) impulsó la Carta Cultural Iberoamericana que sentó las bases para la estructuración del espacio cultural iberoamericano y que ha alentado a sus Estados miembros a impulsar la cooperación e integración cultural como instrumento de diálogo entre los pueblos y transformación social. Con alrededor de 40 millones de euros movilizados entre 2015 y 2016, los programas e iniciativas de cultura IBER comparten los objetivos comunes de fomentar el desarrollo de proyectos inclusivos e innovadores; promover la colaboración entre las empresas del sector de la cultura y su participación en empresas conjuntas; favorecer el flujo y el intercambio de bienes y servicios culturales; y facilitar la movilidad de los artistas y sus obras en esta región a caballo entre dos continentes. Iniciativas de cooperación cultural como estas serán fundamentales para progresar en una amplia gama de ODS. La cultura también pone de manifiesto la interconexión de los ODS. De la misma manera que la cultura es esencial para lograr que las ciudades sean inclusivas y sostenibles, también es fundamental para combatir las disparidades de género, que es la finalidad del ODS 5. Todos somos conscientes de que los sesgos de género y las desigualdades en el campo
7. http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/director_general_praises_the_people_of_ timbuktu_for_the_reco/
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de la cultura a menudo reflejan y refuerzan las desigualdades de género en la sociedad en general. A pesar del notable progreso en las últimas décadas, las mujeres todavía están infrarrepresentadas en casi todos los ámbitos culturales, incluidos el cine, la música, el patrimonio y los medios digitales, particularmente en puestos de liderazgo. Un estudio publicado en 2017 sobre las principales películas estrenadas entre 2007 y 2016 reveló que solo el 4 por ciento de las más de mil examinadas fueron dirigidas por mujeres8. Además, está bien documentado que las mujeres profesionales del sector de la cultura cobran significativamente menos que sus homólogos masculinos, y tienen un acceso limitado a recursos, formación y programas de mentores9.
Iberoamérica se ha posicionado desde hace tiempo como un líder en el área de la cooperación cultural. Dado el impacto de la cultura en las normas sociales, las actitudes y el comportamiento de las personas, el fortalecimiento del acceso y de la participación de las mujeres en la vida cultural también puede ser un medio eficaz para promover la igualdad de género. Entre otras cosas, esto supone
la integración de una perspectiva de género en las políticas culturales y la introducción de medidas que permitan a las mujeres trabajar y prosperar en todos los ámbitos creativos, más allá de los tradicionalmente vinculados a estas. Igualmente, significa apoyar el acceso de las mujeres a los puestos de toma de decisiones en la economía creativa y establecer sistemas para vigilar y hacer un seguimiento de las violaciones de los derechos de las mujeres en el sector cultural. Una vez más, observamos un claro liderazgo en este frente en Iberoamérica. La Política Nacional de Derechos Culturales de Costa Rica promueve el ejercicio de los derechos culturales y la participación efectiva de las personas, los grupos y las comunidades, incluidas las mujeres, en la vida cultural nacional. Desde 2011, España organiza la exposición virtual Patrimonio en femenino, que analiza la presencia y la participación activa de las mujeres a lo largo de la historia, tanto en el ámbito público como privado, a través de un recorrido por las colecciones de 30 museos españoles pertenecientes a la Red Digital de Colecciones Museográficas. Por su parte, la Unesco ha apostado por la participación de mujeres indígenas de Brasil en la industria editorial digital y ha apoyado los esfuerzos para capacitar a más de 100 mujeres en El Salvador para de este
8. Inclusion in the Director’s Chair?, Smith, Pieper and Choueiti, 2017. 9. Re/Pensar las políticas culturales: Creatividad para el desarrollo, Unesco, 2018.
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modo alentarles a crear sus propios negocios creativos.
Hay que abordar el creciente impacto de las tecnologías digitales en los creadores y artistas, además de las economías creativas locales. Con la Agenda 2030 como guía, considero que podemos avanzar de manera más decidida si aprovechamos el poder de la cultura para el logro de las Metas de Desarrollo Sostenible. Esto requerirá un nuevo compromiso por parte de los gobiernos nacionales para integrar plenamente la cultura en sus políticas nacionales de desarrollo, así como aumentar el porcentaje de la Ayuda Oficial al Desarrollo dedicado a la cultura, que a día de hoy se encuentra en su nivel más bajo en 10 años10. Igualmente, supondrá abordar el creciente impacto de las tecnologías digitales en los creadores y artistas, además de las economías creativas locales, asegurando que los jóvenes cuenten con las competencias necesarias para salir adelante en este nuevo panorama digital y que los profesionales de la cultura reciban una remuneración justa por su trabajo. Además, implicará consolidar los esfuerzos para superar
las desigualdades que persisten desde tiempos inmemoriales en el ámbito de la cultura, particularmente aquellas relacionadas con el género. De igual forma, conllevará situar a la cultura en el centro de la diplomacia, la consolidación de la paz y la resolución de conflictos. La plena utilización del potencial de la cultura también requerirá la identificación de indicadores comunes para medir el impacto de la cultura en el desarrollo sostenible, algo en lo que la Unesco ya se encuentra trabajando en colaboración con su Instituto de Estadística. Santos (Brasil), ciudad creativa de la Unesco, también está dando pasos importantes en este sentido con la elaboración de indicadores sobre la economía creativa y su contribución al desarrollo urbano sostenible. En esta línea, el Observatorio de Economía Creativa de la ciudad actualizará regularmente estos indicadores. Como Subdirector General de Cultura de la Unesco, me enorgullezco de los esfuerzos de todos nuestros Estados miembros por integrar la cultura en sus políticas y programas de desarrollo sostenible. Encontramos ejemplos de este compromiso en las iniciativas de la ciudad de Medellín (Colombia) para mejorar el acceso a la cultura como herramienta de cohesión social; en la política laboral brasileña que
10. Re/Pensar las políticas culturales: Creatividad para el desarrollo, Unesco, 2018.
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tiene en cuenta la perspectiva de género en el contexto del Parque Nacional Serra da Capivara (Brasil); y en el establecimiento en 2015 del Parque arqueológico subacuático de la Batalla naval de 1898 en Santiago de Cuba (Cuba) para proteger su rico patrimonio cultural sumergido, los cuales han sido recogidos junto con otros tantos en la reciente publicación
de la Unesco Cultura para la Agenda 203011. Ya hemos visto lo que la cultura es capaz de hacer cuando se le da su debida importancia en las políticas de desarrollo. Ahora depende de nosotros, la comunidad internacional, intensificar estos esfuerzos si queremos alcanzar los ODS para 2030.
11. http://www.unesco.org/culture/flipbook/culture-2030/en/mobile/index.html#p=1