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Están los servicios de salud preparados para el cambio climático?
En ocasiones hay documentos que sacuden la atención en cierto ámbito de forma reveladora e innovadora. Así ha sido con una importante petición que tuvo lugar el 30 de marzo de 2016 por parte de la UK Health Alliance on Climate Change (Alianza de Salud del Reino Unido en Cambio Climático). En un breve y rotundo comunicado titulado “Los servicios de salud del Reino Unido no están preparados frente al cambio climático” esta organización hacía un llamamiento novedoso y contundente a que los sistemas de salud se preparen hoy frente al cambio climático. Sorprende además que se haga desde en un país desarrollado cuando el imaginario colectivo piensa en el cambio climático con frecuencia como en un problema de otro lugar, otro tiempo y otras personas. En este sorprendente comunicado, la Alianza de Salud del Reino Unido en Cambio Climático advirtió que los servicios de salud del Reino Unido no están actualmente preparados para los riesgos que plantea el cambio climático. En un movimiento sin precedentes, directores de las principales instituciones de salud se unieron para instar al gobierno a poner en marcha planes que aseguren que las personas, y los sistemas de salud de los que dependen, son capaces de responder a los efectos del cambio climático. La Alianza aseguró que solo el 18% de las unidades clínicas y solo una tercera parte de los proveedores del Sistema Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) tienen planes adecuados que les permitan adaptarse al cambio climático. La Alianza advirtió que los fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones y olas de calor son cada vez más frecuentes e intensos a causa del cambio climático y son una amenaza con riesgos directos para la salud de las personas e indirectos a hospitales, centros de salud y otras infraestructuras sanitarias. Desde el aumento de la contaminación del aire hasta la propagación de los vectores de enfermedades transmisibles, como los mosquitos, el cambio climático está en la raíz de muchos riesgos para la salud. Tras analizar distintos planes e infraestructuras locales frente a las inundaciones., calcularon que hasta un 14 por ciento de las sedes de servicios de emergencia y un 8 por ciento de los edificiossanitarios en Inglaterra están ubicados en zonas con riesgo de inundación, lo que significa que por lo menos 357 parques de bomberos, de ambulancias y comisarías de policía, y 2000 hospitales, residencias de distinto tipo y consultas de medicina general tienen riesgo de sufrir inundaciones fluviales y costeras, Las olas de calor serán más frecuentes y graves a causa del cambio climático y son una importante amenaza para la salud pública. La ola de calor de 2003 en Europa provocó 15.000 muertes solo en Francia, muchas de ellas entre ancianos que vivían solos y colapsó diversas infraestructuras como hospitales, redes eléctricas y transporte. Pero a partir de ese evento las autoridades sanitarias francesas diseñaron un plan de acción en salud frente a ellas, con sistemas de alerta y actuación temprana, de manera que la ola de calor de 2010, tan intensa o peor que la de 2003, tuvo un impacto en la salud muy inferior, con muchas menos muertes. Este importante aprendizaje nos da esperanza de que es posible actuar y nos enseña que no debemos esperar que desastres de esa magnitud golpeen distintos lugares para estar preparados adecuadamente. Asegurar que el sistema de salud no falla como consecuencia de las amenazas del cambioclimático es vital.
Las personas mayores, las mujeres embarazadas, las personas dependientes (ancianos, personas con discapacidad…) y los niños pueden ser especialmente vulnerables y a menudo los primeros en tener problemas. Las inundaciones hacen inhabitables los hogares y desplazan a un gran número de personas. Los que requieren de servicios de apoyo de atención a domicilio pierden temporalmente su independencia. Incluso el desplazamiento temporal de tu hogar o residencia habitual puede resultar en problemas físicos y psicológicos. La alianza pidió al Gobierno que se asegure que las infraestructuras públicas sean resistentes a los riesgos del cambio climático mediante el trabajo con distintos interlocutores del sistema de salud y autoridades locales para garantizar que son capaces de poner en práctica planes de adaptación resilientes a esos impactos e informar anualmente de ellos. Las graves inundaciones del invierno de 2015-2016 en el norte de Inglaterra dañaron e inhabilitaron importantes infraestructuras. Camiones del ejército tuvieron que actuar como ambulancias en un hospital de Lancaster tras la inundación de una subestación eléctrica y el corte de todos los puentes por carretera, quedando bloqueadas todas las carreteras menos una única ruta de acceso. También advierten que la adaptación tiene límites (de recursos, de personas), pero como saben los profesionales de la salud (médicos, enfermeros, etc.) que participan de la Alianza, es mejor prevenir que curar. Al igual que frente a otras amenazas, la comunidad sanitaria se tiene que unir para pedir medidas contundentes e inteligentes para combatir el cambio climático. Medidas sencillas para hacer frente al cambio climático, como caminar o moverse en bicicleta en vez de en vehículos tienen importantes beneficios en salud y ayudan a reducir la carga económica para el NHS. Cuando proporcionan a los pacientes apoyo para hacer cambios pequeños pero importantes en sus vidas que benefician su salud, los profesionales de la salud también pueden desempeñar un papel importante en la reducción y adaptación de los amplios impactos del cambio climático y jugar un papel significativo en la reducción de las presiones financieras sobre el sistema de salud que este ya representa y más en el futuro. En el contacto con los pacientes los profesionales de la salud están en una posición privilegiada para ayudar a la gente a comprender la variedad de beneficios para su salud y para el cambio climático que pueden tener diferentes cambios de hábitos y estilos de vida.
78 |CAMBIO CLIMÁTICO Y SALUD • OBSERVATORIO SALUD Y MEDIO AMBIENTE 2016