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YVON CHOUINARD SALVÁ LO QUE AMÁS
El visionario empresario desafió a la industria de la moda al convertir a Patagonia en una marca icónica de compromiso ambiental, consumo consciente y sostenible.
¿POR QUÉ PUBLICAR UN ANUNCIO EN EL NEW YORK TIMES DICIÉNDOLE AL PÚBLICO: «DON’T BUY THIS JACKET»? Porque este mensaje es una declaración de principios, salir en vísperas de Black Friday a decir «no compres esta campera», es una manera auténtica de abordar el tema del consumismo y hacerle frente.
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Desde 1973, fecha de su fundación, Patagonia se paró en un lugar diferente: reducir la huella ambiental, fabricar productos más respetuosos con el planeta, consumir con conciencia.
La firma parte del pensamiento: todo lo que hacemos toma algo del planeta que no se puede devolver. Cada prenda que se fabrica, sea orgánica, reciclada o no, emite varias veces su peso en gases de efecto invernadero y consume grandes cantidades de agua dulce que escasea en la tierra.
En el 2018 la empresa cambió oficialmente su objetivo social a «salvar el planeta», Patagonia en sus publicaciones afirma que sería hipócrita trabajar por el cambio ambiental sin inspirar a la gente, sin invitarlos a pensar antes de comprar.
Esto no significa que no sea un negocio en crecimiento, su propósito está ligado al deseo de permanecer en la industria por mucho tiempo y lo demostró con su última acción, nombrar a la tierra como su único accionista. La empresa traspasó toda la propiedad a dos nuevas entidades: Patagonia Purpose Trust y Holdfast Collective. A partir del 2022 cada dólar que no se invierta en Patagonia será para proteger el planeta. De esta forma, Patagonia Purpose Trust, posee el 2% de las acciones y Holdfast Collective, posee el 98% para proteger la naturaleza y la biodiversidad, apoyar a las comunidades y luchar contra la crisis ambiental.
«En lugar de extraer valor de la naturaleza y transformarlo en riqueza, estamos utilizando la riqueza que crea Patagonia para protegerla. Estamos haciendo de la tierra nuestro único accionista» declaró su fundador Yvon Chouinard.
La marca de indumentaria está comprometida con este tipo de acciones desde sus primeros años en la industria, cuando en 1985 decide donar el 1% de sus ingresos a grupos de protección ambiental.
¿Quién es Yvon Chouinard?
Es el dueño de esta visión excepcional, un empresario, pero sobre todo un inconformista como él mismo se define en su emblemático libro titulado «Que mi gente vaya a hacer surf».
Oriundo del estado de Maine, en 1946 se muda con su familia a California. Al llegar descubre una nueva sociedad a la que debió adaptarse con mucha dificultad, no hablaba inglés y su nombre era objeto de burlas en la escuela. Él cree que estos inicios forjaron su futuro, desde joven al no encajar se refugió en la naturaleza con la cual generó un lazo a través de las distintas actividades que realizaba: surfear, pescar y escalar.
De esta conexión y de su amor por los en 1957, de manera autodidacta aprendió a forjar y herrar para crear
«EN LUGAR DE EXTRAER VALOR DE LA NATURALEZA Y TRANSFORMARLO
EN RIQUEZA, ESTAMOS UTILIZANDO LA RIQUEZA QUE CREA PATAGONIA
PARA PROTEGERLA»