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BE FREE S

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su equipo de escalada ya que junto a sus amigos habían comenzando sus primeros acercamientos al Parque Nacional de Yosemite.

Fabricó sus primeros pitones para escalar que despertaron el interés de sus amigos, y de los amigos a sus amigos, lo que lo llevó a establecer su propio taller en el patio de atrás de la casa de sus padres.

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Casi 10 años después de este inicio y tras varios contratiempos, se vio obligado a alistarse al ejército para servir a su país en la Guerra de Corea, y en esa década se divorció de su primera mujer, retoma su camino y funda en 1965 junto a un amigo: Chouinard Equipment.

«En 1970 Chouinard Equipment se había convertido en el mayor distribuidor de material de escalada de Estados Unidos. También había iniciado el camino para convertirse en un canalla ecológico», dice Yvon.

Durante ese verano, al volver a escalar

The Nose, El Capitán, luego de cinco años y ver la huella de los pitones en la roca decide dejar de fabricarlos. «Los pitones eran el gran pilar de nuestro negocio, pero con ellos estábamos destruyendo, precisamente, la roca que tanto amábamos», este fue el comienzo de un paradigma ecológico. Así buscaron una alternativa amigable con el entorno y generaron un nuevo catálogo de venta que incluía un informe sobre los riesgos ambientales y los beneficios de una escalada limpia. Esta decisión bajó las ventas porque el público se resistió y en ese periodo surgieron las primeras ideas de ropa de montaña.

Hasta ese momento el fin de su empresa era trabajar con amigos, cubrir todos los gastos y poder hacer viajes de escalada para los que se necesitaba ropa impermeable, liviana, confortable y resistente, dando inicio a Patagonia. Una palabra que comunicaba su propósito, hacer prendas para condiciones climáticas duras como los Andes o el cabo de Hornos.

El diferencial de la marca era trabajar con materiales innovadores, eliminar el sistema de capas que siempre había caracterizado a los escaladores por ropa más ligera, crear prendas duraderas y con un ingrediente más que los popularizó, que sea llamativa y colorida para ser visible en los climas más adversos.

Desde esos días hasta hoy, su crecimiento y popularidad hicieron de Patagonia una marca icónica reconocida por sus valores sostenibles e innovadores que pueden verse en la cima más alta o en las calles de cualquier ciudad.

En la actualidad, el empresario sigue conduciendo su vieja camioneta Subaru, no utiliza computadora ni celular y continúa repartiendo su vida entre sus dos modestas cabañas de California y Wyoming.

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