Modelo de intervención y asistencia técnica interactoral En asentamientos urbanos informales. Dra Arq Daniela Gargantini / Arq. Laura Basso / Arq. Verónica Greppi Facultad de Arquitectura- Universidad Católica de Córdoba- Argentina dgargantini@ceve.org.ar; diegogordo@arnet.com.ar laurabasso@ceve.org.ar; laurabasso@arnet.com.ar veronicagreppi@yahoo.com.ar
Palabras claves: mejoramiento de barrios, asentamientos informales, asistencia técnica, articulación actoral, relación Universidad- Sociedad.
La dualidad urbana como marco contextual
La concepción de ciudad como máxima creación colectiva del hombre, supone comprenderla más allá de sus meros atributos físico-espaciales como historia social construida. Bajo esta postura la ciudad resulta también el “espacio donde se grafica la desigualdad existente” (Riofrío, s/f). Como la realidad de las ciudades latinoamericanas lo pone en evidencia, la urbanización convencional no es la única manera en la que la ciudad se produce y reproduce. Al contrario, junto a ella la urbanización informal es la principal responsable del proceso de desarrollo urbano de nuestras ciudades. La primera (la ciudad formal y oficialmente reconocida) conlleva un proceso de urbanizaciónregularización para luego habitar, donde la construcción del espacio habitable (vivienda) posee una importancia central, y donde los profesionales responsables del ambiente construido prestan mayoritariamente sus servicios de acompañamiento técnico. En cambio, en una urbanización informal la familia comienza ocupando y habitando, para luego construir y urbanizar, regularizando su situación en una acción progresiva y evolutiva. La organización social encuentra así su motivo de ser en la urbanización donde la comunidad se constituye en el principal responsable de la habilitación urbana, quedando la vivienda como instancia a resolver individualmente. “Se trata, pues, de barrios cuyo deterioro empieza aún antes de haberse completado su desarrollo, planteándose la necesidad de nuevos procesos de mejoramiento y renovación urbanas (...) Las viviendas y el barrio en
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permanente edificación se convierten en los barrios que nunca terminan de estar completos y las viviendas sin terminar en las que el hacinamiento empieza” (Riofrío, s/f). De esta manera un gran porcentaje de lo que se hace en pro de paliar el problema habitacional lo hace el sector no estructurado, el autoconstructor o el llamado tercer sector que continúa construyendo ciudad. La participación de arquitectos en los procesos convencionales de diseño y construcción de viviendas es escaso, reduciéndose a tan sólo al 10% o 12% (Gargantini et all, 2010) de lo hecho, lo cual cuestiona y reclama la reformulación de los perfiles profesionales del espacio construido. La situación habitacional de Argentina y de la ciudad de Córdoba como marco local de inserción y actuación
Los últimos análisis estadísticos en Argentina (INDEC, 2010), manifiestan una disminución del porcentaje de tipos de vivienda que suponen mayor nivel de precariedad habitacional, concluyendo en que se ha logrado estabilizar y reducir el déficit en este sentido. Sin embargo, "sólo el 17,2% corresponde a viviendas nuevas mientras la inmensa mayoría de las situaciones deficitarias existentes (82,8% (3.200.765 unidades)), corresponde a viviendas que son recuperables a través de mejoras en los materiales, realización de instalaciones internas, conexiones a las redes de servicios o ampliaciones, en este último caso, para atender situaciones de hacinamiento” (Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación, 2009). Unido a ello el censo 2010 (INDEC, 2010) encontró también que 14,2% de los hogares (1.728.219) están en situación irregular de la tenencia de la propiedad, a lo que se suma la falta de lotes a precios accesibles. Los principales indicadores de pobreza son malas condiciones de habitabilidad y ausencia de servicios básicos en la provisión de agua y saneamiento, agravados por el abultado crecimiento poblacional y la creciente tasa de urbanización que se posee. Concomitantemente con el panorama nacional, el relevamiento de asentamientos informales realizado por la ONG Un Techo para mi país en la provincia de Córdoba en el año 2011 ha
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establecido que “hay en la actualidad 238 asentamientos, en los que residen 26.719 familias con un promedio de 112 familias por asentamiento. La ciudad de Córdoba concentra la mayor cantidad de asentamientos” (UTPMP, 2011) En Córdoba capital, las villas de emergencia han tenido una evolución diferencial en los últimos períodos intercensales. Las 74 villas registradas en 1991 sumaban una población aproximada de 35.793 habitantes, que equivalía al 3% de la población total cordobesa. Considerando la cantidad de villas según su “identidad comunitaria”1, el crecimiento de los asentamientos villeros fue del 107% y el de su población de 109% durante el período 19912001. Los resultados del Censo de Villas de Emergencia llevado a cabo por Servicio Habitacional y de Acción Social (SEHAS)2, bajo convenio con la Municipalidad de Córdoba durante el año 2001, mostró un crecimiento importante, sumando los asentamientos villeros el número de 191 y su población 103650 habitantes, que agrupados en aproximadamente 17.930 familias representan el 10% de la población de la ciudad (Buthet et all, 2001). Estudios más actualizados permiten vislumbrar que esta tendencia se ha detenido, disminuyendo el incremento exponencial de la década 1991-2001. El último censo de villas de emergencia realizado, pone de manifiesto que existen en la ciudad 119 asentamientos. La disminución puede atribuirse a las erradicaciones efectuadas por programas nacionales (Programa Nacional de Mejoramiento de Barrios- PROMEBA), provinciales (Programa “Nuevos Barrios”, “Mi casa, mi vida”, etc.) o municipales ejecutados, junto a la incorporación de sólo 9 nuevos asentamientos entre el 2001 y el 2007. Esto supone la existencia de 11.878 familias residentes en villas de emergencia, sumando un total de 63.778 personas (Buthet et all, 2010). Mientras tanto, la mayoría de las soluciones intentadas en las últimas décadas han fracasado, y las distintas políticas de vivienda aplicadas muestran deficiencias tanto a nivel cuantitativo como cualitativo, siendo las condiciones de legalidad sobre la tenencia de la tierra, el financiamiento acorde a las necesidades y posibilidades de los diferentes sectores sociales, y el apoyo técnico adecuado, los principales factores de exclusión de estos sectores de los programas habitacionales vigentes. Estas problemáticas resultan fuertes 1
La clasificación también puede hacerse en base a “unidades geográficas.” ONG cordobesa dedicada, desde hace más de tres décadas, a temáticas sociales vinculadas al hábitat de los sectores marginales. 2
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desafíos y tareas pendientes en el diseño de programas socio-habitacionales, exigiendo modalidades diferenciadas de gestión y de asistencia técnica para reducirla.
El rol de los profesionales dedicados al ambiente construido frente a la situación socio-habitacional existente Los diferentes abordajes disciplinares y profesionales la problemática planteada pone en evidencia que ni en el marco de las instituciones públicas ni en los espacios académicos, la cuestión del hábitat, a pesar de su gravedad y magnitud, no tiene reservado un lugar prioritario en nuestros contextos. Observamos, así, que la postura profesional dominante se aleja, cada vez más, de las necesidades del ser humano inserto en equilibrio en su medio natural. Se aleja de las necesidades sociales y de las diferencias culturales, por una respuesta peligrosamente global (uniformante) que tiende a marcar aún más la desigualdad. La producción de viviendas de interés social que prevalece hasta nuestros días, tanto como las estrategias de planificación e intervención urbana resultan netamente jerárquicas, centralizadas y burocráticas, de carácter masivo y estandarizadas, caracterizadas por la búsqueda de alternativas que permiten producir más con menos costos. Refiriéndonos específicamente a la formación en torno a la construcción del espacio habitable (tanto privado como comunitario), históricamente ésta ha basado sus resultados y logros en la calidad del objeto creado, en la originalidad del diseño y del nivel estético alcanzado, al compás de las distintas corrientes arquitectónicas y tendencias artísticas imperantes. Siguen gestándose profesionales “adherentes a los modelos protectores tecnócratas autoritarios, en un alto porcentaje por desconocimiento, otros por convencimiento o comodidad, que desarrollan soluciones de acuerdo con las técnicas dominantes, con mínima o ninguna referencia a los directamente afectados” (Goetze, 1976); perfectamente serviles al mercado globalizado y al sistema neoliberal, pero incapaces de dar respuestas a estas situaciones deficitarias y complejas que requieren nuevas y más amplias capacidades.
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Mientras tanto, los programas de enseñanza y aprendizaje relacionados con proyectos de servicio a la comunidad y combinados con actitudes solidarias hacia los grupos postergados, mantienen escuetos espacios electivos u opcionales y marcados tintes moralistas o caritativos. Resultan así vulnerables a la liviana acusación de no ser académicos o ser políticamente controvertidos, siendo los primeros en ser recortados a la hora de reducir el presupuesto (Harms, 1976). Así, mientras paulatinamente se fue avanzando hacia una construcción de conocimiento nuevo sobre el problema habitacional producto de la maduración de las últimas décadas, las relaciones profesionales producto de la formación disciplinar universitaria continúan basando su autoridad en títulos y pericias, oscilando entre el paternalismo y las respuestas elitistas. Nuevas formas pedagógicas, metodológicas y procedimentales son entonces demandadas a los claustros universitarios y grupos expertos, a fin de ir modificando paulatina pero firmemente el perfil profesional que se construye, como estrategia de mediano y largo plazo de incidencia en la formulación de políticas públicas superadoras. La magnitud y gravedad del deterioro socio-habitacional argentina y cordobesa, así como la indiscutible necesidad de capacitación y asistencia técnica adecuadas a las necesidades de los asentamientos urbanos informales, resultan las demandas que dieron fundamento en el año 2004 al Servicio Socio-Habitacional (SSH) como espacio de materialización académica y técnica de un modelo de intervención y asistencia técnica posible en estos contextos. Como programa estable en
la carrera de Arquitectura de la Universidad Católica de
Córdoba, y en articulación con la cátedra Problemática socio-habitacional, surge como respuesta curricular concreta “frente a los nuevos marcos y condicionamientos del trabajo profesional, sus modos de producción y de gestión político-económica, así como también frente al marcado crecimiento de la pobreza y la marginación en nuestras sociedades, los cuales requieren y exigen no sólo una actitud diversa, sino una modalidad de formación acorde a las nuevas situaciones sociales y prácticas profesionales, complementando las ya consagradas. Bajo estas premisas es que se considera necesario incluir curricularmente contenidos que
contribuyan a capacitar en la problemática socio-habitacional existente,
específicamente en relación a la elaboración de estrategias adecuadas de solución” (UCC, 2003).
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Inserto en el cuarto nivel de la carrera, hasta el año 2006 desarrolló sus actividades como asignatura extracurricular, siendo de carácter optativa para los alumnos de planes de estudios anteriores al 2004. Este período (2004-2006) permitió poner en marcha la asignatura y ajustar metodologías de trabajo acordes a los contenidos y prácticas a atender. Coherente con los acuerdos internacionales que en materia académica y disciplinar desde la misma especialidad se han establecido (Red ULACAV), el SSH responde a la necesidad de ampliación de la actual currícula universitaria de la Arquitectura a favor de la provisión de nuevas competencias y servicios dirigidos al desarrollo sostenido del hábitat popular, propiciando la integración de disciplinas así como la asociatividad de diferentes actores sociales. A nivel interno, responde al interés institucional de profundizar el compromiso social de la Universidad Católica de Córdoba frente a los sectores más desfavorecidos, como marca distintiva de la propia identidad institucional. Las acciones implementadas por el SSH durante sus ocho años de funcionamiento, se encuadran dentro de una discusión conceptual, que partiendo de la naturaleza misma de la problemática socio- habitacional existente, intenta impulsar un cambio institucional progresivo respecto a la necesidad de superar los enfoques sectoriales, favoreciendo una formación y acción académico-profesional y humana específicamente capacitada y comprometida en acciones que tiendan no sólo desde lo técnico o académico sino desde lo político-institucional, a superarla.
Mejoramientos en Villa 28 de noviembre: modelo de intervención y asistencia técnica desarrollado a nivel local Villa 28 de noviembre es uno de los 119 asentamientos de la ciudad de Córdoba capital. Ubicada en la zona noroeste de la ciudad posee una antigüedad de 15 años en el lugar. Actualmente la componen 88 familias, 41 en terrenos provinciales y 47 en lotes privados y futuras calles, representadas por una comisión vecinal, que con el apoyo de la ONG Servicio Habitacional y de Acción Social (SEHAS) procura impulsar el mejoramiento social, habitacional y urbano del barrio.
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Imagen Nº1: Imagen satelital Villa 28 de Noviembre. Fuente: Google Earth, Noviembre 2011. Imagen Nº2: Loteo Villa 28 de Noviembre. Fuente: Plano de mensura, 2007.
Las estrategias de acción comunitaria están centradas en tres líneas prioritarias: -
Gestionar ante los organismos públicos para obtener la legalización de la ocupación, a fin de poder transitar progresivamente el proceso que implica la obtención del acta de reconocimiento (obtenida el 22 de agosto de 2007), la tenencia precaria, y finalmente la escritura (estas últimas etapas todavía pendientes).
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Legitimar la ocupación, concretando mejoras para la vida de las familias. En este sentido se han gestionado variados proyectos comunitarios (86 pozos absorbentes, mensura y amojonamiento de lotes (anteproyecto de loteo de 6 manzanas y 88 lotes bajo Expte. 146229/07 que se agrega al Expte. Nª 000805/04), mejoras en las calles, red eléctrica, conexión agua, 42 mejoramientos particulares) como estrategias de posicionamiento y presión ante el estado.
-
Crecer como grupo en la toma de decisiones colectivas, el aporte de ideas, debates, análisis de alternativas, y responsabilidad compartida. Como espacio barrial integrantes de la Comisión participan del Colectivo de Organizaciones de la ciudad.
A lo largo de estos 15 años de trabajo comunitario variados son los actores que han participado, siendo protagonistas las familias comprometidas con el derecho al hábitat digno, seguro, definitivo, reconocido como necesidad prioritaria, y la ONG SEHAS que asesora y acompaña a las familias. Agencias de Cooperación (MISEREOR, SELAVIP, Un techo para mi país), así como diferentes estamentos y reparticiones del estado y de entidades privadas (CONICET, Dirección de Hábitat provincial y municipal, EPEC,
Aguas Cordobesas,
Universidad Nacional de Córdoba) han colaborado puntualmente. En el año 2011, en el marco de la presentación ante el Servicio Latinoamericano, Africano y Asiático de Vivienda Popular (SELAVIP) del Proyecto 01/10: “Materiales destinados a atenuar riesgo de vida por malas condiciones edilicias de unidades habitacionales en Villa 28 de Noviembre”, se suma al proceso de consolidación y mejoramiento barrial el Servicio
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Socio-Habitacional (SSH) de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Córdoba. Dicho proyecto pretendía particularmente resolver problemas de hacinamiento, de viviendas precarias y de riesgo de desalojo que enfrentaban las familias de la villa. Para ello se propuso mejorar 42 unidades habitacionales con riesgo de derrumbe y ocupar terrenos entregados por el estado para trasladar a algunas familias. Esto se procuró por medio de i) mejoramientos y completamientos de unidades habitacionales en precarias condiciones; ii) apoyo y capacitación a las familias para la ejecución de las obras; iii) estrategias de incidencia política para el cumplimiento efectivo del derecho al hábitat de las familias y iv) traslado de un grupo de familias a terrenos disponibles para su instalación definitiva. El modelo de intervención y asistencia técnica interactoral en asentamientos urbanos informales desarrollado junto a las familias de la Villa 28 de noviembre y SEHAS durante el período 2011-2012 se ha aplicado hasta la fecha en más de 40 comunidades de la región. Esto ha permitido la identificación de aciertos y desafíos pendientes. El mismo se estructura en torno a una serie de estrategias metodológicas, operativas e institucionales desarrolladas en tres niveles: A nivel teórico- conceptual
Abordaje integral: la adopción de una determinada noción o concepto implica necesariamente una toma de posición ideológica, la cual condiciona no sólo los enfoques teóricos adoptados sino las acciones y resultados que inspirados en dichos enfoques puedan alcanzarse. El modelo de intervención desarrollado parte de conceptualizar la vivienda como proceso complejo y como hábitat, lo cual implica reconocer que en ella se interrelacionan variados aspectos y actores que hacen a la unidad habitacional y a su articulación al espacio urbano y/o territorio circundante, y a incluir -o al menos no ignorar-
dimensiones
económicas,
sociales,
culturales,
legales,
políticas
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institucionales. Estos postulados teóricos y empíricos son los que en el modelo de intervención planteado se plasman a través de objetivos generales, objetivos específicos y metas a la hora de definir los mejoramientos y el proceso de acompañamiento técnico que estos requieren. Desde el abordaje integral al que se adhiere, se intentan así evitar reduccionismos mediante la inclusión de objetivos y
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metas que trasciendan la vivienda como objeto físico-constructivo. De esta manera las variables sociales, territoriales, urbanas, habitacionales, ambientales, legales, económicas e institucionales son incluidas tanto en las instancias de diagnóstico y detección de necesidades, como en las propuestas de mejoras desarrolladas. En este punto la articulación multidisciplinar y multiactoral abajo descriptas cobran sentido.
La consideración de los procesos como dinámicas no sólo técnicas sino sociopolíticas: esto supone la consideración de tiempos no estrictamente condicionados a los plazos de obra física, sino que implica plazos sujetos a los procesos sociopolíticos de las comunidades. En términos operativos, el desarrollo de talleres o instancias colectivas de
motivación, capacitación, transferencia
y monitoreo-evaluación
distribuidas a lo largo de todo el proceso; mayores plazos de obra acordes con las capacidades, tiempos y posibilidades de ahorro de las familias involucradas y acciones o iniciativas de posocupación resultan estratégicos. A nivel de asignación de recursos, esta pauta debe preverse a fin de reconocer las etapas preparatorias y las etapas posteriores a los mejoramientos. Y a nivel político, esta concepción conlleva renunciar a las iniciativas meramente simbólicas que facilitan la rápida visibilidad política y la legitimación coyuntural, por el desarrollo de iniciativas de acción efectiva y sostenible a largo plazo. A nivel operativo en términos de procesos Articulación entre docencia y proyección social: esta estrategia está basada en la proposición de instancias de prácticas (extensión o proyección social) en organizaciones sociales y comunidades de nuestro medio, en este caso en la Villa 28 de noviembre, a partir de las cuales se va introduciendo progresivamente a los alumnos a una reflexión, comprensión integral y análisis crítico de la problemática socio-habitacional existente (docencia) así como en el manejo de herramientas adecuadas para el diseño e implementación de estrategias de resolución de la misma, procurando gestar una acción profesional altamente comprometida con los sectores sociales más desprotegidos.
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Bajo este enfoque, cada proyecto o iniciativa social significa la creación de una comunidad de aprendizaje que dota de sentido y significación a los contenidos teóricos impartidos en clase. No sólo la comunidad vecinal se beneficia, sino que la misma comunidad universitaria crece y se califica conforme mejor sea su articulación con el medio. Se crea así una sinergia entre docencia y proyección social, entendidas no ya como tareas de mayor o menor prestigio sino como complementos inseparables. La proyección social se concibe en términos de desarrollo y no de asistencialismo, evitando las relaciones entre los estudiantes, los profesionales y la comunidad en términos de donación, filantropía o ayuda unilateral. Se la entiende y estimula en términos de asociación, en la que los socios externos también ayudan a los ámbitos académicos y profesionales a cumplir con su rol. De la misma manera se procura descentralizar los procesos formativos desde los claustros académico- profesionales a la sociedad, fomentando estrategias de cesión de poder y nuevas dinámicas de aprendizaje, generación de conocimiento y formación humana significativa con participación de actores externos, con manifiesta opción por los sectores pobres o desfavorecidos. Bajo este enfoque los gastos de proyección social forman parte de la inversión académica normal, y el desarrollo de estas iniciativas no dependen de las voluntades personales, sino que son las mismas instituciones las que orientan todas sus funciones hacia una mayor incidencia en la realidad de la que se nutren.
Articulación multidisciplinar: el tipo de problemas que supone el mejoramiento de asentamientos urbanos irregulares no puede ser abordado desde el enfoque disciplinar exclusivamente. Por su propia naturaleza es un problema social complejo, que involucra dimensiones económicas, técnicas, políticas y organizacionales. Es por ello necesario y estratégico la articulación con agentes vinculados a otras disciplinas, particularmente las ciencias sociales (trabajo social, derecho, economía, ciencia política) para abordar el problema. En el caso específico del presente modelo de intervención, las indicaciones de operadores sociales en los asentamientos vinculados a grupos de base o a organizaciones de asistencia técnica, y el apoyo de especialistas en aspectos
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sociales, legales y organizacionales provenientes de ONGs locales con estrechos vínculos con la comunidad resultan indispensables.
Articulación multiactoral: junto a la articulación multidisciplinar, la articulación de actores resulta estratégica a la hora de impulsar acciones de mejoramiento habitacional. Este tipo de articulaciones presentan como principal desafío el articular los tiempos políticos, sociales y académico- profesionales para la puesta en práctica de sistemas cooperación mutua. La comisión vecinal y la ONG SEHAS, con amplia experiencia en trabajo con las comunidades locales, facilitaron los contactos con los vecinos, sin cuya colaboración no hubieran sido posible los mejoramientos proyectados; y por otra parte, el trabajo realizado por los alumnos y docentes supuso un aporte de insumos específicos a las propias organizaciones y a la ONG para la realización de las tareas de asistencia técnica y social programadas. Este tipo de articulación refuerza así la tesis del trabajo que postula a la articulación interactoral como alternativa potenciadora del abordaje de problemáticas sociales complejas como resulta la habitacional.
La participación popular en todas las etapas del proceso: esto surge a partir del involucramiento de los diferentes actores sociales en las distintas etapas del proceso habitacional, con especial énfasis en la integración de la población participante y en la compensación de estructuras asimétricas de poder arraigadas entre los diferentes actores. La incorporación temprana y permanente de las familias beneficiarias durante todas y cada una de las etapas del proceso desarrollado, a fin de superar la pasividad históricamente estimulada, constituye una excelente estrategia con rasgos redistributivos no sólo en términos de acceso a bienes y servicios, sino a espacios de empoderamiento y fortalecimiento comunitario. En este sentido no basta con sumar actores a los procesos, sino que es necesario cualificar los espacios de involucramiento y las relaciones o vínculos existentes entre ellos, a fin de evitar un uso instrumental o meramente recaudatorio. Ya que existen multiplicidad de significados y alcances del concepto de participación: el concepto puede incluir simples consultas o aportes de mano de obra o cuotas al término de las obras; el establecimiento de asociaciones permanentes entre diversos actores capaces de
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asumir responsabilidades en la definición, ejecución y evolución posterior de políticas y proyectos o bien formas más radicales basadas en el principio de devolución que conllevan nuevas formas de gobernabilidad, en las que los actores no sólo toman decisiones, sino que originan los diversos procesos que luego pueden afectarlos (Ramírez, 2002). La formalización de los espacios y vínculos entre diferentes actores constituye así una estrategia útil para cualificar dichas instancias, y para institucionalizar progresivamente procesos que, anclados en consensos colectivos, puedan hacer frente a las discontinuidades políticas frecuentes en nuestros medios.
La continua y fluida comunicación: la estrategia de articulación con actores comunitarios e institucionales participantes debe necesariamente nutrirse de una continua y fluida comunicación, estructurada en base a llamadas, correos electrónicos, reuniones, visitas periódicas para coorganizar trabajos de campo o avances en el proceso, así como el envío de informes de las tareas acordadas. Entre las estrategias de articulación y comunicación interactoral consensuadas y utilizadas en el caso de la Villa 28 de noviembre se destacan: -El contacto inicial y frecuente con referentes barriales. -La co-organización de reuniones de vecinos. -Las visitas quincenales a cada una de las familias participantes del proyecto. -La entrega de documentación técnica adaptada a las necesidades de las familias. -La participación de vecinos y referentes de los equipos técnicos de SEHAS en las clases de evaluación y síntesis. -La elaboración y entrega de informes parciales y finales a las entidades financiadoras.
A nivel operativo en términos de resultados
Articulación multiescalar y multidimensional: al respecto el modelo de intervención planteado implica la introducción de los alumnos y los docentes en la resolución de problemas complejos, cuyo abordaje conlleva, tal como se explicitó, no sólo una visión muti-dimensional sino un método de trabajo multi-escalar.
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El problema habitacional para sectores socialmente vulnerables es así abordado simultáneamente como problema de escala urbana, de escala barrial y de escala arquitectónica, a partir de las dimensiones sociales, normativo-legales, territoriales y urbanas, habitacionales y de gestión identificadas en la etapa diagnóstica. El abordaje a diferentes escalas del mismo problema, implica un entrenamiento específico. El cambio de escala no significa solamente un problema de instrumentos de representación, sino que, en el caso del tema abordado, implica un cambio del objeto de estudio. En la medida que el área de trabajo se amplía, dimensiones y variables no factibles de ser abordadas desde la visión local del problema van apareciendo. Por ejemplo, la incidencia del valor del suelo (una variable de carácter fundamentalmente relacional), o la accesibilidad (una variable de tipo posicional o territorial), sólo pueden ser abordadas desde visiones de alejamiento y con métodos relacionales. En cambio, aspectos como la percepción local de la calidad ambiental sólo es posible lograrla con indicadores de campo obtenidos en cercanía inmediata con el objeto de estudio, y con instrumentos de interacción directa con la población. Cada uno de esos instrumentos es desarrollado y adaptado a los niveles de profundidad con que se desea realizar el abordaje, tanto como a las posibilidades de comprensión por parte de los participantes.
El registro, sistematización y devolución de las operaciones: estas acciones facilitan no sólo el seguimiento, retroalimentación y evaluación de los procesos, sino que permite capitalizar aprendizajes y experiencias para futuras iniciativas. Constituye también un instrumento de capacitación para las comunidades, los equipos técnicos y gestores; de aprendizaje continuo por transferencia horizontal; de intercambio de experiencias sobre avances e innovaciones con resultados comprobados; de difusión de la cultura de evaluación; como de sustentabilidad de líneas de acción ante los recurrentes cambios político-institucionales. Resulta también un medio excepcional para el desarrollo de estrategias de acceso a la información y de transparencia.
Las ofertas y modalidades constructivas: las modalidades constructivas, productivas y de financiamiento deben favorecer la apropiabilidad de procesos y
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productos por parte de los beneficiarios, a fin de garantizar viabilidad y sustentabilidad de los resultados obtenidos. Resulta clave así la elección de técnicas, herramientas y modalidades constructivas y de gestión innovadoras que potencien procesos sociales y físico-constructivos que favorezcan la apropiación de los beneficiarios, ya que incrementa la valorización y cuidado de los bienes y procesos adquiridos. Sin embargo, resulta interesante destacar que los productos de tipo tradicional, realizados mediante modalidades productivas o constructivas alternativas, tanto como la participación de las familias beneficiarias en las diferentes etapas del proceso, favorecen avances hacia modos más integrales y asociativos de gestión. Esto indica que el tipo de producto no resulta el condicionante clave del tipo de gestión, sino las modalidades en que este se ejecuta y desarrolla, marcando el énfasis que los procesos poseen sobre los productos.
Reflexiones finales
Como arriba se ha explicitado, la realidad nacional y regional actual a nivel socio-habitacional está caracterizada por la preeminencia de hogares que habitan viviendas que son recuperables. Frente a ello a nivel
de definición de políticas habitacionales nuevas
estrategias de gestión y acción son demandadas, exigiendo la consideración prioritaria de estas líneas de actuación por sobre las líneas de acción tradicionales que impulsan la construcción de viviendas nuevas, masivas, y ejecutadas por licitación, sin consideración de la estructura socio-económica, institucional y urbana en la que se insertan. Esta producción política y habitacional se encuentra también relacionada con un consolidado perfil profesional de los especialistas en el espacio construido, que reproduce estas concepciones y actuaciones. Sin embargo, procesos de mejoramiento habitacional como el desarrollado con diferentes asentamientos irregulares de la ciudad de Córdoba (entre ellos la Villa 28 de noviembre), en articulación con ONGs locales (SEHAS), entidades financiadoras (SELAVIP)
y espacios
académicos (SSH- Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Córdoba) se
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identifican como modalidades optimizadoras de los procesos de asistencia técnica en proyectos autogestionarios de hábitat. Junto con ello, se resalta el necesario replanteamiento del rol que le compete a los centros académico- profesionales en esta tarea, a fin de contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de estas poblaciones. Los mismos se encuentran actualmente interpelados a trascender el rol de meros expertos técnicos para incorporar capacidades propias de un actor o agente de desarrollo. Es decir con capacidad para articular análisis territoriales y arquitectónico-urbanos integrados y prospectivas innovadoras, con capacidades de comunicación, animación, mediación y búsqueda de sinergias entre actores, y con habilidades para el diseño técnico y la gestión institucional (Bervejillo, 1998). De esta manera, se pretende superar el posible aislamiento de una pieza, como en la práctica sucede hoy con muchas iniciativas académicas o de asistencia al medio, que pierden capacidad de gestión o acción por falta de articualción de recursos provenientes de otros actores locales como resultan los centros académico- profesionales en términso de asistencia técnica que lso procesos de mejorameinto requieren. El conjunto de instituciones, actores, escalas y disciplinas articuladas pueden así actuar en forma solidaria, complementando la debilidad de las actuales políticas públicas. Es rescatable también el hecho de que este tipo de estrategias de asistencia técnica interactoral contribuye a la redefinición de los perfiles profesionales consagrados. De esta manera y a pesar de que todavía existen dificultades y obstáculos para el pleno desarrollo de este tipo de estrategias,
específicamente vinculados a la necesidad de
articular diferentes lógicas de actuación (académico- disciplinar, socio- técnica, y políticoeconómica), hasta el momento estos tipos de modelo de intervención parecen ser herramientas útiles para la consolidación de políticas habitacionales superadoras, tanto como para la construcción progresiva de un nuevo perfil profesional del espacio construido.
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GARGANTINI, D.- IPARRAGUIRRE, E.- PERALTA, J.- “Gestión inter e intrainstitucional como estrategia pedagógica para el abordaje de la problemática de villas de emergencia en la ciudad de Córdoba”. Ponencia publicada en versión digital (CD con Actas del Seminario- ISBN 978-987-22554-3-5) y en Actas del III Seminario Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Hábitat popular- Desarrollo tecnológico alternativo para la producción social del hábitat, organizado por la Asociación de Vivienda Económica (AVE), Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE) y la Universidad Católica de Córdoba bajo auspicio de CONICET. Córdoba, Argentina. GOETZE, R. (1976) “La rehabilitación de la vivienda urbana: dos enfoques contrastados para ilustrar la participación fecunda y significativa de su morador”- En: Turner JFC & Fichter R. (Comps.)- Versión en español (1976) Libertad para construir. Siglo XXI Editores- Barcelona, España. HARMS, H. (1976) “La relación del usuario y la comunidad con la vivienda y su efecto en el profesionalismo”- En: Turner JFC & Fichter R. (Comps.)- Versión en español (1976) Libertad para construir. Siglo XXI Editores- Barcelona, España. PELLI, Víctor (1994) “El camino hacia la gestión participativa y concertada del hábitat” En: Módulo 9- Maestría en Hábitat y Vivienda edición 1999- 2000. Mar del Plata, Argentina. PÍREZ, Pedro (1995) “Actores sociales y gestión de la ciudad”- En: Ciudades 28Octubre- Diciembre 1995- RNIU, México. RAMÍREZ, Ronaldo (2002) “Evaluación social de políticas y programas de vivienda: un análisis de la contribución de la vivienda a la reducción de la pobreza urbana”. En: Boletín del Instituto de la Vivienda (INVI) Volumen 17. Número 045. Mayo de 2002. Universidad de Chile. Santiago, Chile. RIOFRÍO, Gustavo. Temas y problemas al mirar la ciudad de hoy. Una visión interesada. Ensayo (s/f). SUBSECRETARÍA DE DESARROLLO URBANO Y VIVIENDA DE LA NACIÓN (2010) Caracterización urbana habitacional en Argentina: Evolución 2003-2010. Informe preliminar. [en línea] http://www.vivienda.gov.ar/docestadisticas.php (consulta marzo 2012) UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CÓRDOBA-Facultad de Arquitectura (2003) Reformulación plan de estudio- Mimeo. UTPMP (2011) Relevamiento de Asentamientos Informales de la Provincia de Córdoba [en línea] http://www.untechoparamipais.org/argentina/sites/default/files/Catastrocordobafinal.pd f (consulta julio 2012)
ANEXOS GRÁFICOS
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Loteo Villa 28 de Noviembre
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Imagen satelital Villa 28 de noviembre
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