3 minute read
Tanto amó Dios al mundo
La fiesta de la San�sima Trinidad, del día de hoy, es una gran fiesta de acción de gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu por todo lo que han hecho por nosotros. Nos recuerda que Dios es amor.
Jesús nos ha revelado el misterio de la Stma. Trinidad, no para que nosotros seamos más sabios sino para que influya en nuestra vida cris�ana. Ser cris�ano es creer en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, como tres personas dis�ntas y un solo Dios verdadero.
Este es un misterio profundo, inagotable, para la inteligencia humana. Pero es un Misterio presente y eficaz para la salvación porque es el Misterio del Amor de Dios a los hombres. En el nombre de estas Tres Personas Divinas hemos sido bau�zados y por ellas estamos salvados. Desde que fuimos bau�zados vivimos dentro de este Misterio que muchos de nosotros no hemos desvelado aún; tal vez ni sospechamos su grandeza y nos privamos así de algo capaz de dar un vuelco a nuestra vida y hacerla más feliz.
Cristo es Dios, pero es el Hijo; ha sido enviado por el Padre, que también es Dios; y el Espíritu del Padre, que es también el Espíritu del Hijo, se hace presente entre los hombres porque el Hijo y el Padre lo envían. Y el Espíritu del Padre y del Hijo es también Dios.
La fiesta de la Trinidad nos vuelve a recordar algo que olvidamos una y otra vez: Dios sólo es Amor y su gloria y su poder consiste sólo en amar. Para noso- tros, la gloria siempre es algo ambiguo y nos sugiere renombre, éxito por encima de todo, triunfo sobre los demás, poder que puede con los otros... La gloria de Dios es otra cosa. Dios sólo es amor y, precisamente por eso, no puede sino amar. Dios no puede manipular, humillar, abusar, destruir. Dios sólo puede acercarse a nosotros para que nosotros podamos ser nosotros mismos. “La gloria de Dios consiste en que el hombre esté lleno de vida” como dice S. Ireneo.
Hoy se nos invita a seguir profundizando en el conocimiento y en la amistad con Dios, un Dios Padre humilde y respetuoso, amigo de la vida y la felicidad de los hombres, un Dios que no sabe ni puede hacer otra cosa que querernos.
Oraci N Colecta
Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de verdad y al Espíritu santificador, revelaste a todos los hombres tu misterio admirable, concédenos que, profesando la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de su majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
1Lectura del libro del Éxodo 34, 4b-6. 8-9
En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, llevando en la mano las dos tablas de piedra, como le había mandado el Señor. El Señor descendió en una nube y se le hizo presente.
Moisés pronunció entonces el nombre del Señor, y el Señor, pasando delante de él, proclamó: "Yo soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel".
Al instante, Moisés se postró en �erra y lo adoró, diciendo: "Si de veras he hallado gracia a tus ojos, dígnate venir ahora con nosotros, aunque este pueblo sea de cabeza dura; perdona nuestras iniquidades y pecados, y tómanos como cosa tuya". Palabra de Dios.
Salmo Responsorial
Dan 3, 52. 53. 54. 55. 56
R. Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso.
R. Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas en el templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino.
R. Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo. R. Bendito seas, Señor, para siempre.
2Lectura de la segunda carta carta del apóstol san Pablo a los corintios
13, 11-13
Hermanos: Estén alegres, trabajen por su perfección, anímense mutuamente, vivan en paz y armonía. Y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes. Salúdense los unos a los otros con el saludo de paz. Los saludan todos los fieles.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con ustedes. Palabra de Dios.
Aclamaci N Antes
DEL EVANGELIO
Cfr. Ap 1, 8
R. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al Dios que es, que era y que vendrá. R. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 16-18
"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios". Palabra del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de este sacramento y nuestra profesión de fe en la Trinidad santa y eterna, y en su Unidad indivisible, nos aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación de cuerpo y alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.