NÚMERO 559 - AÑO XIII
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LUNES 13 DE MARZO 2017
Recordando a KUBRICK
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PERIODISMO CON ÉTICA
Cultura
Kubrick
“Si puedes hablar lo suficientemente brillante sobre un tema, darás la impresión de que lo dominas”. Stanley Kubrick
Agencias
D director general Dr. Carlos García Méndez / director editorial Mtro. Oscar García Soberano jefe de información/redacción Nallely Martínez Reyes / diseño y formación Ricardo Abraham Trejo Hernández parte de redacción Briseida Montes, Joanna Nava, Lina Rodríguez, Ana Paula, Zeus Fabre corrección de estilo Ulises Monfil / reportera Berenice Arellano / colaboradores Naldy Rodríguez, Hilario Barcelata Chávez, Miguel A. Elorza-Vásquez, Hugo Jair Ortiz Landa, José Francisco Báez Corona
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irector de cine estadounidense, nació el 26 de julio de 1928 en el Bronx, Nueva York en el seno de una familia de origen judío. Kubrick tuvo su primera cámara a los trece años, obsequio de su padre, un médico y que le hizo conocer los principios fundamentales de la fotografía. Aficionado a la música, especialmente al jazz, fue batería en la Taft Swing Band. Comenzó a trabajar como reportero en la revista Look convirtiéndose en uno de los fotógrafos más prestigiosos del país. En 1950 abandonó la fotografía y realiza su primer cortometraje, que reflejaba un día en la vida de un boxeador (Walter Cartier), Days of fight (Días de lucha, 1950), un documental de quince minutos que le compró la RKO Pathé. Gracias a ello Stanley Kubrick consiguió el respaldo de esta compañía para hacer el documental Flying Padre (1951). presidente Carlos García Méndez/ vicepresidente Estela García Herrera/ vocal Isabel Soberano de la Cruz/ director fundador Carlos García Herrera/ contralor Erik García Herrera
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música danza teatro letras cine pintura El que se convertiría en uno de los cineastas más perfeccionistas y difíciles de la historia. Rodó su primer largo con dinero prestado, Miedo y deseo (1953), en el que el fue el encargado del guión, la dirección, la cámara y el montaje. Kubrick obtuvo un fracaso comercial pero buena acogida de la crítica. Sus dos siguientes películas, El beso del asesino (1955) y Atraco perfecto (1956), tuvieron idéntica aceptación y pese a su fracaso de público, le valieron un contrato con la United Artists. Fue un director increíblemente meticuloso en todas sus obras, en las que invertía un promedio de dos años de arduo trabajo. En 1959, el alegato antibélico Senderos de gloria (1957), protagonizado por Kirk Douglas, consiguió el gran premio de la crítica en Bruselas. Durante el rodaje conoció a Christiane, con la que se casó y de la que no se separó hasta su muerte. En 1960 Espartaco, con un presupuesto de 12 millones de dólares y un reparto estelar, obtuvo un éxito arrasador, al que siguieron Lolita (1962), basada en la novela de Vladimir Nabokov; Teléfono rojo: volamos hacia Moscú (1964); 2001, una odisea del espacio (1968), un hito del cine de ciencia ficción; la futurista y violenta La naranja mecánica (1971), a partir de la novela de Anthony Burgess; Barry Lindon (1975); El resplandor (1980), según el relato de Stephen King; y La chaqueta metálica (1987), sobre la guerra de Vietnam. Stanley Kubrick controlaba todo el proceso de producción de sus trabajos, supervisa el doblaje de sus películas a otros idiomas, y salvo ocasiones excepcionales, nunca permitió que se proyecten por televisión. Además, al abordar cualquier tipo de género, dota a sus películas de una fuerza creativa que lo libera de la dependencia de los grandes estudios. Fue candidato al Oscar en varias ocasiones y lo recibió en 1968 por los mejores efectos visuales en su película 2001: Una odisea del espacio. Stanley Kubrick falleció el 7 de marzo de 1999 en Harpenden, Hertfordshire, Inglaterra, de un ataque al corazón cuando daba los últimos toques a Eyes wide shut, su último trabajo, en el que participaron Nicole Kidman y Tom Cruise.
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Stanley Kubric: Agencias
Day Of The Fight (1951): cansado de la fotografía que no alimentaba lo suficiente su voyeurismo artístico, Kubrick se inició en el mundillo con una cinta de boxeo, metiéndose tanto en las tomas experimentales que recibió frecuentes ganchos al hígado y a la cámara. Sin embargo, logró llamar la atención de la gran industria. Flying Padre (1951): documental de 9 minutos de un sacerdote que tiene que dar sermones en lugares apartados por montañas, transportándose en una avioneta llamada “El Santo”. Contó con uno de los castings más tortuosos de toda la historia del director, que se saldó finalmente con cuatro curas muertos por accidentes de avioneta y otro con nueve dedos para toda su vida. The Seafarers (1953): su último corto. Primer trabajo a color (meticulosamente coloreado con crayola por la hija pequeña del director), narra los hechos del Síndicato de Piratas Somalies y su anexión a la OIT, aderezado con escenas cotidianas (especialmente famosa es la “escena de la carcoma” donde un viejo pirata expone a cámara sus desvelos por conseguir eliminar la susodicha plaga de su pata de palo). También hay porno. Fear and Desire (1953): su primera película. Durante una guerra ficticia, en un país ficticio, cuatro soldados del ejército Ficticio deben regresar a su casa, pero se les atraviesa una mujer con pechos ficticios y todo se complica. La película fue rechazada por Kubrick, que la consideraba la obra de un aficionado ficticio. Esta es la razón por la cual trató de comprar todas las copias existentes de la misma para destruirlas. Actualmente es considerada una película ficticia, cuya existencia solo es demostrada por los afortunados que han tenido acceso a una de las dos copias existentes en el museo de fotografía en Nueva York o a alguno de los cuarenta millones que circulan por Internet. El beso del asesino (1955): segunda superproducción baja en presupuesto, en la que Gloria (una bailarina de mesas) enamora a Mohamed Ali y a Al Capone, o cuando menos lo parecían. Ellos pelean por su amor y se vuelven los peores enemigos, en que la escena final se lleva el premio a la mejor de la historia del cine, en donde ambos tienen un duelo jedi con piernas y brazos de maniquíes. Todo acaba cuando los pretendientes acaban con los ojos picados y Gloria escapa con el jefe de mantenimiento. The Killing (1956) Paths of Glory (1957) Espartaco (1960) “Comer una cosa o la otra es una cuestión de apetito y el apetito no tiene nada que ver con la moral. Por tanto, ningún apetito es inmoral. Mi apetito incluye ostras y caracoles.” — Espartaco hablándo en términos gastronómicos de los mozuelos en toga. Originalmente esta cinta iba a ser un megaproyecto del director Anthony Mann (Hombree Antonio) pero revisando el guión descubrió que era una película de gladiadores sin una sola batalla, lo que le impedía hacer uso de los quince mil extras que ya tenía contratados para la ocasión; por ello la rechazó. Por no tirarla a la basura, se la entregaron a Kubrick, quien en un principio pensó hacer lo mismo; sin embargo, acabó pegándole con cinta las escenas de pelea y grabándola.
piso de alquiler. En el jardín de uno de ellos conoce a Dolores (AKA: Lolita), una niña de 14 años en paños menores que despierta sus más secretas pasiones. El protagonista, claramente ya tocado del cerebro, se casa con la madre de Lolita porque con ella no podia, viejo verde. Tras la muerte misteriosa de la madre, que fallece al caerse por las escaleras de su casa (de una planta y sin sótano), Humbert2 se hace con la custodia legal de la niña y la mantiene viajando por todo el país para que nadie se la quite. Consigue pasar desapercibido ante los ojos del mundo, salvo por un oso sospechoso que les sigue de cerca en un auto. Años más tarde, ella le envía una carta a su padre pidiéndole dinero porque su esposo (convenientemente elegido por su padre, a fin de eliminarse la competencia) es un inútil, bueno para nada, pero como está muy guapo no puede dejarlo. La película termina al más puro estilo Shakespeare donde todos terminan muertos, excepto el director que es quien tiene que asistir a la premiere.
Lolita (1962) “Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.” — Humbert cuando la maestra de la escuela le preguntó cómo se escribía el nombre de su hijastra. Ésta es la historia que bien pudo haber sido tuya, mía, o de tu profesor del colegio que se te quedaba viendo al trasero cuando te volteabas. Sin embargo, es la historia de un hombre llamado Humbert Humbert. No se puede tener todo. Humbert viajaba constantemente, por lo que siempre estaba en busca de un
Dr. Strangelove o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba (1964) “¡Caballeros, aquí no se pueden pelear! ¡Están en la Sala de Guerra!” — Presidente sobre los lugares donde debe reinar la paz Más conocida por los españoles como ¿Teléfono Rojo?: Volamos hacia Moscú es una opera prima que lidia con el entonces incipiente peligro de una guerra nuclear con la sempiterna problemática de la fluorización del agua como telón de fondo. Un general americano, sin permiso del presidente de los Estados Unidos, envía a toda la fuerza aérea americana a desplegar su arsenal nuclear contra la URSS con la esperanza de lograr así la paz mundial. Sin embargo, ignora que el programa militar ruso incluye un dispositivo ultrasecreto que se activará en el momento en que la primera bomba ameri-
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música danza teatro letras cine pintura Ésta última última escena, que ni el mismo Kubrick entendió, es de las más impactantes de la historia del cine mudo. Ha sido declarada de utilidad nacional por la agencia de investigacion federal americana por ser capaz de volver loco a cualquiera que la visualice tres veces seguidas sin dormirse. Kubrick estaba especialmente orgulloso de ella y se auto denominó genio absoluto del séptimo arte en presencia de su señora esposa en una habitación de hotel barata en los suburbios de Londres. Su mujer, al oír esto, sufrió un ataque de risión aguda que le costó dos costillas y tres meses en el psiquiátrico. La naranja mecánica (1971) “Nosotros le damos una calificación de 5 sobre 5.” — Asociación de Locos con Katana sobre el film. Afortunada parodia de la vida de Kubrick, que relata un futuro alternativo distópico donde en lugar de haberse convertido en director, se dedicó a la ultraviolencia y a beber moloko milk. La obra asimila la subcultura de los psicópatas que abren los ojos y echan gotitas. Un pobre inocente (de exceso de velocidad; de todo lo demás, era culpable, convicto y confeso) interpretado por Malcolm McDowell, es tomado como conejillo de Indias para un experimento científico durante el cual es obligado a contemplar repetidamente escenas conductistas de ratas en laberintos. Tal impresión hace que el protagonista pierda los cojones y se vuelva pacífico, ayude a cruzar la calle a las ancianitas y a llevar la compra a las señoras. Al final, todos los violados, golpeados y asesinados por Alex regresan a toquetearlo en el culo, por suerte Beethoven (resucitado solo para la ocasión) lo salva y le permite vivir una vida feliz, pacífica y repleta de queso y pasillos estrechos. Barry Lyndon (1975) Barry Lyndon es su última película de los setenta, cuando aún creía en el historicismo ditleriano en lugar de orgías y tetas. Con un presupuesto de 600 millones de dólares, logró lo que nadie, hacer tres horas de vídeo para cines comerciales. Trata acerca del niño Barry que está frustrado porque su prima no le prestó para la orquesta y en su lugar sentó “cabeza” con el general inglés ese panzonudo del que no recordamos su nombre. Entonces, dice Barry, ¡”mis huevos irlandeses, te reto a un duelo!”, así que sacan sus pistolas (armas de fuego independientes de sus cuerpos) y se las arrojan a la cara (en ese tiempo las municiones eran muy costosas). Como Barry le rasguñó en una mejilla, decide irse a la burguerBoy (o sea, Austria o algo así). Ahí se une al ejercito donde es un buen soldado. Sin embargo se da cuenta después de que no pertenece ahí cuando tenía que levantarse a las 5 de la mañana y recibir las sanciones del jabón que se cae. Inicia su vida VIP en los altos rangos de la masonería homosexual francesa, o sea, su vida de alta sociedad. Conoce a Lady Lyndon (NO pariente de Lady Gaga), con quien es frío y distante, pero se casan de todos modos. Así tienen hijos fríos y distantes (uno de ellos muere arriba de un borreguito) y una vida fría y distante. La cinta acaba como cualquier película de Tarantino: confusa, violenta y con el protagonista sin una pierna.
cana atraviese su espacio aéreo, y que hará que el flúor contenido en todo el mar del Norte (y, por algún motivo misterioso, en las alcantarillas de Kuala Lumpur) se convierta en gas al mismo tiempo, exterminando a la población mundial. El Dr. Strangelove, antiguo nazi, ahora retirado, sólo sirve en la producción para proponer la solución final: que los políticos y él mismo se oculten en cavernas profundas con las chicas de Playboy a fin de repoblar la Tierra cuando ocurra el desastre inminente. 2001: Una odisea del espacio (1968) Con la experiencia ganada en la conspiración lunar, buscó filmar el famoso libro de Arthur C. Clark, para molestar a los soviéticos. Poco después los rusos sacaron Solaris, como respuesta en la carrera cinematográfica, y sí, fue buena, pero ahí no había monos, lo cual resultó frustrante. El ánimo de perfección llegó a tanto, que Kubrick salió a filmar al espacio en esas viejas cafeteras Apolo. Cuatro millones de años atrás, aparece un monolito negro en una comunidad de monos pacíficos y les enseña a matar con huesos y a comerse a sus semejantes. Cuadro siguiente: En el lejano y futurístico 2001, las misiones espaciales son una realidad. El astronauta David Bowman es convocado para ir a explorar un monolito negro afroamericano, enterrado, o enlunado, en la Luna. De alguna forma los sucesos anteriores llevan a la humanidad a una misión hacia Júpiter, a bordo de una nave con mentalidad homicida y acento inglés (HAL 9000). Tras el exterminio mutuo de las tripulaciones humanas y robóticas, se llega a las fronteras de Jupiter, donde el monolito le da LSD a Bowman, y al ritmo de Lucy in the Sky With Diamonds hacen un viaje al gran cañón tecnicolor, a un cuarto victoriano y a la Tierra, en forma de bebé gigante.
El resplandor (1982) El thriller de terror cinematográfico en donde la mayor pesadilla para cualquiera sucede: no, no es un monstruo persiguiéndote, sino que es que uno de tus familiares se vuelva loco e intente cortarte con un hacha en un viejo hotel. Es lento y complicado desenvolver la trama, pero como en Inciclopedia somos serios y complicados, lo intentaremos. Todo inicia cuando Jack Torrance lleva a su familia a cuidar un hotel construido sobre un viejo cementerio de hippies silenciados por Nixon, donde hay una historia negra de sujetos asesinando a sus familias. Jack, seguro de que a él no le sucederá, ya que cuenta con la inestimable ventaja de ser alcohólico, se encierra con ellos en el hotel durante todo el invierno. Después de escribir un libro de 4000 páginas (que a gusto del redactor resulta ser el próximo best-seller) se emborracha y se le aparece un elefante rosa que le ordena matar a su esposa, a su hijo y al pescadero de la esquina. Armado con un hacha, inicia la peregrinación. Para su decepción, sólo consigue matar a uno, que ni siquiera es de su propia familia, sino el cocinero, que apareció en el hotel atraído por el extraño Resplandor (una especie de transistor FM.) Full Metal Jacket (1987) Largometraje basado en la novela The Short-Timers de Gustav Hasford con la que no coincide en ninguna letra. La película está condenada como misógina dado qué solo aparecen furcias y una niña francotiradora y dado a las alusiones obscenas hacia el género femenino. Sin embargo, Kubrick afirma que pretendía mostrar que los hombres se destruyen al negar qué se la pasan tocándose unos a otros, como en el Rugby su femineidad. Eyes Wide Shut (1999) ¿Extraña película? Desde luego. Habiendo explorado la ciencia ficción, la historia y la marihuana, finalizó con el género de comedia romántica. Como dato interesante cabe mencionar que Stanley Kubrick faltó a la premiere de esta película porque murió de un ataque al corazón poco después de terminar la postproducción desilusionando a todos los que esperaban poder matarlo durante el estreno para vengarse por haberles fritado el cerebro con sus películas anteriores.
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Kubrick, un fantástico regreso al futuro
Pere Greenham
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tanley Kubrick, la exposición es realmente “todo un viaje” y se puede visitar en la Cineteca Nacional hasta el 29 de mayo La exposición se inauguró en diciembre; durante este tiempo había pasado muchas veces frente a la entrada de la sala e invariablemente posponía su visita. Finalmente me decidí cuando no hubo entradas para la película que quería ver y me llevé una muy agradable sorpresa. Elementos destacables 1- El inmueble- Eso que a pie de acera se ve como una sala sin mayor atractivo, es un ala de la Cineteca que tras su renovación uno no cree que exista. Ignoro si normalmente se usa esta torre de forma integral, pero su apariencia industrial con cristal, metal y ascensores va muy ad-hoc para esta exposición específicamente. 2- El tamaño- Prepárense para sorprenderse pues la exposición abarca la planta baja de la torre ¡y tres pisos más! Así que agarren buen paso y aliento pues los ascensores son uso exclusivo para personas de la tercera edad y personas discapacitadas. El recorrido está calculado para hacerse en dos horas. 3- La museografía- El espacio es aprovechado al milímetro con un recorrido diseñado en zig-zag cuyo guion sigue un orden cronológico de las dieciséis películas que dirigió y/o pprodujo. La primera sala la comparten sus primeras películas y está ambientada, al igual que todas las demás, con un color distintivo y utilería original, vitrinas con papelería, documentación y correspondencia referente a la misma. Una producción muy cuidada Asombra el mimo de toda la producción museográfica. No en balde estuvo a cargo de su viuda Christiane Kubrick, el Museo Alemán de Cine de Frankfurt, Jan Herlan, el Archivo Cinematográfico Stanley Kubrick de la Universidad de las Artes de Londres y el British Council. La exposición, procedente de Monterrey, lleva la friolera de ¡más de diez años recorriendo el mundo! La exposición hace uso de los trampantojos en muros, suelo y techo para recrear latmósfera de películas memorables como 2001 (el cielo estrellado, el vestíbulo galáctico-victoriano) y El Resplandor (ese papel tapiz, la moqueta naranja, los muros) que junto a la utilería original crean un espacio de ensueño. Kubrick, un director referencial del siglo XX Un artículo de Harold HIldebrand publicado en 1956 en el Hollywood Reporter (y que forma parte de la exposición) coloca a S. Kubrick, en su opinión entre los directores tope de esa época y el tiempo le daría la razón. Su lista personal incluía los siguientes nombres: “En primer lugar en ese orden Elia Kazan, Joseph Mankiewicz y William (Billy) Wilder. Después no necesariamente en este orden: Edward Dimytryk (Fuegos cruzados), John Huston (El tesoro de la Sierra Madre), Mark Robson (Campeón), Stanley Kubrick (Casta de malditos), Otto Preminger (El hombre con el brazo de oro), Billy Wilder (El bulevar de los sueños), y George Stevens (Shame)”. Director polifacético y multitemático siempre criticado pero nunca ignorado, su precisión cronométrica, matemática y técnica aunada a una temática indómita, lo convierten en una referencia obligada para cualquier profesional o aficionado al cine. Cintas como Espartaco (Globo de Oro, 1961), Lolita (1962, que no obtuvo ningún premio por su espinosa temática pero lo situó en el candelero internacional)
Doctor Strangelove (Premio de la Academia Británica en 1964), 2001: Odisea del Espacio (Óscar a efectos visuales, 19), Barry Lyndon (1975, premio David de Donatello de Italia y de la Academia Británica), La chaqueta Metálica (David de Donatello 1988) y Ojos bien cerrados (León de Oro en Venecia, 1999) le han dado paso a la trascendencia fílmica. “La mejor educación cinematográfica es hacer una película” “Si puede ser escrito o pensado, puede ser filmado”. “La prueba de una obra de arte es, finalmente, nuestro afecto por ella, no nuestra capacidad para explicar por qué es buena”.
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Waterloo Guaterlú en Latinoamérica, Walter Lu en España, iba a ser una cinta sobre la vida de uno de los mayores héroes pequeños de Kubrick: Napoleón Bonaparte. El guión estaba elaborado, Kubrick al final lo recortó a 10 mil páginas, al igual que la producción, que revasaba los 100 millones de dólares de la época (unos 110 millones actuales), los actores, los escenarios, los montajes; lo único que faltaba para que el director gritara “Acción” es algo que no pudo encontrar. Faltaba un sombrero napoleónico que le diera poder y realce al actor principal (poder y realce en ese orden). Todos dijeron que con solo darle poder era suficiente, pero Kubrick dijo que si hay que hacer algo, que sea bien, sino mejor no hacer nada, y canceló todo. En 2004 el director Jared Hedd realizó el sueño de Kubrick de llevar la vida de Napoleón a la pantalla grande nombrando a la cinta Napoleón Dynamite y consiguiendo un sinúmero de premios por todo el orbe.
The Aryan Papers Kubrick consiguió filmar la mejor película sobre el Holocausto de toda la historia. Todo el cast dijo “WOW” y lloraron de felicidad. Pero el día anterior al estreno cuando lo invitaron a la Premiere de “La lista de Schindler”, que era muy parecida a su propia obra. Kubrick aplaudió y acto seguido fue al estreno de su propia película; cerró las puertas y quemó el cine, terminando de esta forma con la cinta, los originales, las butacas y todos los implicados.
A.I. También conocida como Aliens Ineptus, el guión de Kubrick, que escribió como venganza a Arthur C. Clark y Stephen King por renegar sobre sus obras llevadas al cine por el mismo Kubrick, nos cuenta la historia de un pequeño robot humano que no parpadea y que vé “gente muerta”, tras ser botado por sus “padres”(pues el minirobot quiere asesinar a su hermano) conoce a algúnos robots “exóticos” y termina congelado por millones de años para luego ser estropeada por Spielberg en un final que incluye a un montón de E.T’s que descongelan al minirobot y lo erigen como su nuevo Dios. El espíritu de Kubrick, desde entonces, atormenta a Spielberg en sus sueños.
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Stanley Kubrick
Las mejores fotografías de Agencias
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tanley Kubrick es el maestro de los enigmas y los enredos, lo cual comprobamos a través de su filmografía que va desde Day of the Fight, The Killing y Spartacus, hasta 2001: A Space Odyssey, The Shining y A Clockwork Orange. Es gracias a su narrativa y a las técnicas cinematográficas predilectas de Kubrick, que su nombre aún resuena cuando alguien habla de los grandes directores del séptimo arte. Sin embargo, el joven estadounidense llegó al cine desde la fotografía. Desde muy joven, Kubrick mostró su interés por la fotografía, practicando con una cámara réflex que le regalaron sus padres, pasión que combinó con el ajedrez y la música jazz. A los 17 años de edad, Kubrick logró conseguir un trabajo como fotógrafo para la revista Look, en la cual se ganó el respeto de sus compañeros por la sensibilidad de su fotografía, “impropia” para alguien de su edad. A pesar de ser el fotógrafo más joven de la revista, Kubrick se forjó una reputación profesional a través de reportajes fotográficos. En su tiempo libre, el joven fotógrafo frecuentaba el cine Loew’s Paradise y el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde disfrutaba ver películas que años más tarde decidió superar con creces. Conoció el trabajo de Max Ophüls y Sergéi Eisenstein, y utilizó su obra como punto de referencia cinematográfico. En conjunto con su conocimiento fotográfico y melomanía, el trabajo de Kubrick quedó redondeado. Kubrick filmó su primer documental, Day of the Fight, de 13 minutos de duración, en 1951, mismo que tuvo como base su trabajo fotográfico acerca del boxeador Walter Cartier. Curiosamente, el proyecto fue financiado con sus propios ahorros, y aprendió a usar el equipo necesario gracias a la inducción de la persona que se lo alquiló. El documental fue finalmente comprado por los estudios RKO, quienes lo incorporaron en una serie documental llamada This is America, brindándole su primera retribución económica, y un adelanto para el siguiente documental. Con los consiguientes documentales, Kubrick abandonó su trabajo en Look y se dedicó al cine. El resto es historia. La primera gran pasión del joven Kubrick fue recientemente revalorada después de que el Museo de Nueva York liberara fotografías inéditas del cineasta. Se trata de un vistazo al trabajo de Kubrick para la revista Look, en el cual logró retratar la esencia cotidiana del Bronx. Niños boleadores, mujeres en la calle, mecánicos, hombres leyendo el periódico, clubes nocturnos y eventos deportivos fueron capturados bajo la lente de Kubrick. Como parte de sus encargos fotográficos, Kubrick también asistió a múltiples eventos sociales, en los que retrató a múltiples personalices de la época, incluido el propio Alfred Hitchcock. Es precisamente en la fotografía de Kubrick en la que encontramos el gran talento del cineasta en los encuadres y los planos, sin mencionar las múltiples referencias que llegaron hasta sus películas. Basta con echar un vistazo a las más de 15 mil fotografías liberadas por el Museo de Nueva York para comprobar la importancia de su etapa como fotógrafo y entender la grandeza de su perfil de cineasta. Te compartimos una selección de las mejores fotografías de quien años después entraría en el mundo del cine para ganarse un lugar entre los grandes del séptimo arte.
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genialidades de Stanley Kubrick en The Shining
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ubrick, maestro de la imagen, la fotografía, el cine y el movimiento, no pudo ser más congruente con sus palabras. Amante de los enigmas y los enredos, la obra Stanley Kubrick está repleta de ellos. The Shining, una de mayores producciones, es considerada como uno de los grandes referentes del cine de terror. Lo anterior, no sólo por ser la adaptación del libro homónimo de Stephen King, sino también por la genialidad en el uso de las técnicas cinematográficas. Un reconocimiento que le hace justicia al estadounidense, y su genialidad en el lenguaje del séptimo arte. En aras de develar muchos de los secretos que sólo los cinéfilos conocen, os compartimos algunos de los hechos que convierten a esta película en una obra maestra. La rebeldía Stephen King aceptó feliz la decisión de Kubrick de adaptar una de sus novelas, aunque el director estadounidense no compartía los sentimientos de alegría, pues consideraba que la obra de King era “floja”, y en lugar de valorar y tomar en cuenta el guión de King, decidió escribir el propio. Este hecho causó que algunas partes del libro se eliminasen y algunas otras no permaneciesen fieles a la novela. El personaje central, Jack Torrance, debía experimentar a lo largo de la trama una caída hacia la locura, a raíz del alcoholismo, la soledad y eventos paranormal que sucedían en el hotel, por lo que la elección de Jack Nicholson para el papel principal decepcionó a King. Lo anterior, debido a que el último papel de Nicholson había sido en la monumental película One Flew Over the Cuckoo’s Nest, y por ende, el público asumiría que el personaje ya estaba loco desde un principio. Un caso similar sucedió con la esposa del protagonista, a quien King consideró como “uno de los personajes más misóginos en el cine”, pues sus intervenciones eran únicamente para gritar y “verse estúpida”. Tras el gran enfado de Stephen King, éste decidió readquirir los derechos de su historia, y producir una mini serie en 1997, la que pasó sin pena ni gloria. La rebeldía de Kubrick de contar su versión de la historia, sería la que finalmente le otorgó el merecido reconocimiento al director. Trabajo bajo presión Kubrick tardó cuatro meses en grabar la última hora de la película, en la que la actriz Shelley Duvall debía aparecer completamente histérica en todas sus escenas. Con un papel memorable, las actuación de Shelley es convincente debido al alto grado de estrés al que estaba sometida, por las constantes críticas y maltratos por par-
Hay algo en la personalidad humana que se resiste a las cosas claras, e inversamente, algo que atrae a los rompecabezas, a los enigmas y a las alegorías” Stanley Kubrick
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música danza teatro letras cine pintura te del director. La icónica escena en la que Shelley sube las escaleras mientras llora y mueve un bate, se logró tras 35 tomas. Sometida a un estrés insospechado y producto de la frustración y el cansancio, las lágrimas de Shelley son reales. Años más tarde, la actriz afirmaría que Kubrick es “atroz, casi insoportable” puesto que la locura del director llevó a que se enfermara y que su cabello comenzara a caer. Según se sabe, lloraba tanto que siempre debía mantener botellas de agua cerca para rehidratarse. Los tiempos La película fue rodada en orden cronológico, a pesar de que ello representó mucho tiempo y dinero invertido en una misma locación puesto que Kubrick se caracterizó por disfrutar de los cambios en el guión. Su manía era tal que el propio Jack Nicholson memorizaba sus líneas tan sólo diez minutos antes, y evitar trabajo en vano. Bajo los caprichos de Kubrick, el equipo de producción tardó más de lo planeado en sus grabaciones en los Estudios Elstree, retrasando producciones como Raiders of the Lost Ark de Steven Spielberg (Indiana Jones, En busca el arca perdida). Dos meses antes de terminar de grabar, un incendio en uno de los estudios destruyó completamente el material, causando que el equipo de Spielberg tuviera que reconstruirlo totalmente para sus propias escenas. El mundo al revés En 2012, Jan Harlan, hermanastro de Kubrick y productor ejecutivo de The Shining reveló que el set de la película fue construido deliberadamente para ser poco convencional y que despistara constantemente a los espectadores, quienes no sabrían a dónde se dirigen con cada paso de los protagonistas. “La gente dice que la película no tiene sentido, ¡Bien visto! Es una película de fantasmas, no debe tener sentido”. Inspirado por el malévolo personaje del Hotel Overlook en la novela de King, Kubrick le otorgó ciertas anomalías a su propio hotel, de tal manera que desorientara a la audiencia y pareciera que es imposible escapar de él. Existen múltiples escenas en las que pareciera que existen errores de continuidad, pero en realidad se tratan de anomalías hechas a propósito: cuartos con ventanas imposibles, puertas que no llevan a ningún lado, salones que no caben en el gran hotel. Aquí podemos consultar una gran guía que explica a detalle las anomalías de Kubrick. Tomas. Otra vez Kubrick era un amante de repetir las escenas tantas veces como él entendiese que fuese necesario hasta encontrar ese chispazo de magia que un gesto o una expresión podían traer. Esa manía por repetir las escenas no sólo incluyó a la actriz Shelley Duvall, sino a todos los participantes de la película. Tras petición del propio Nicholson, Scatman Crothers fue invitado para representar a Dick Halloran. Con 69 años, Crothers solía tener problemas recordando sus líneas y balbuceaba las palabras. Por ejemplo, la escena donde Halloran le habla a Danny sobre The Shining, costó al menos 140 tomas. Otro ejemplo es la escena en la que Halloran da un breve tour por el hotel, la cual requirió 85 tomas. La justificación de Kubrick llegó en 1987, cuando explicó que repetir las escenas sucede “cuando los actores no están preparados. No puedes actuar sin saber los diálogos, si los actores tienen que pensar las palabras, no pueden trabajar en las emociones”. En ocasiones, la vida de un actor interviene en la producción, como en el caso de la icónica escena en que Nicholson rompe la puerta con una hacha, misma que requirió 3 días de grabación y 60 puertas de por medio, pues el actor rompía demasiado pronto la puerta debido a su experiencia como bombero. Tecnología Kubrick era un amante de la steadicam, inventada en 1975 por el camarógrafo Garret Brown. El invento consiste en un arnés que aísla la cámara de los movimientos
de su operador, de tal manera que no se afecta la toma. Brown fue contratado por Kubrick como camarógrafo, específicamente para la toma en la que Danny conduce su triciclo por todo el hotel, aunque el reto fue encontrar una manera de seguir el movimiento de Danny, por lo que el camarógrafo se subió a un patinete y a una carretilla, hasta que una silla de ruedas modificada demostró ser la mejor opción. Se necesitaron 30 tomas para que el director encontrara la que más le gustara, resultando en una de las mejores escenas del filme. Al final, el 70 por ciento de la película fue grabada con una steadicam. El laberinto El gran laberinto no era parte del libro de Stephen King, puesto que en él, Danny es atacado por arbustos y árboles cortados en forma de animales. Obsesionado con la realidad de su película, Kubrick diseñó monstruos en stop-motion en pre-producción, y los descartó por parecer poco reales. Por ello, junto a su co-guionista, decidió sustituir los arbustos por un gran laberinto, el cual se construyó utilizando cajas de madera cubiertas de ramas. El set era tan grande que aunque el equipo y los actores contaban con mapas, era común que se desorientaran, por lo que debían gritar para pedir auxilio. La escena de la persecución en el laberinto fue una de las mejores ideas de Kubrick por múltiples razones. Para recrear la nieve se usaron 900 toneladas de sal de mesa, misma que se esparció en el piso, y un par de máquinas rociaban espuma de polietireno. Además, para lograr ese efecto misterioso de la niebla, se vaporizó aceite de motor, lo que requirió que el equipo utilizara máscaras de gas. Otra razón incluye la escena en la que Danny camina de espaldas en sus propias huellas, para la cual el camarógrafo Brown utilizó zancos con suelas que coincidían con los zapatos del niño, manteniendo sus pisadas intactas. Años más tarde, Brown afirmó que el set del laberinto lo más perjudicial para su salud en toda su carrera. El final inédito Anticipando que gran parte de la audiencia habría leído la obra de King, Kubrick creó su propio final, uno que se acercara al concepto de “emocionalmente insatisfactorio” fiel a la tradición de las películas clásicas de suspenso. Evitando caer en uno de los dos finales más probables de la historia: en que los fantasmas son producto de la mente del protagonista o que sí son reales. Kubrick encontró una tercera opción. El final de Kubrick ocurría en un hospital, en ese final Wendy y Danny estaban sanos y salvos, aunque el administrador del Hotel, Ullman, les aclara que el cuerpo de Jack no había sido encontrado. Momentos después, le arroja a Danny la misma pelota que lo atrajo al cuarto 237. Esta escena determina que Ullman era cómplice de lo que había ocurrido y que cooperaba con los fantasmas del hotel. Kubrick le mostró la película al publicista de Warner Brothers, Julian Senior, a quien que no le gustó el final. Una semana antes de su lanzamiento, Kubrick ordenó que el final fuera recortado y enviado a sus oficinas. Finalmente, Kubrick destruyó los clips y la única evidencia es el guión, el cual podemos leer en el siguiente video.
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PERIODISMO CON ÉTICA
Cultura Primer viaje a la Luna ( por Stanley Kubric
Agencias
A
unque aún no existe confirmación oficial de la hazaña, se presupone que Kubrick filmó el primer viaje a la Luna (accidentalmente: pretendía realizar un anuncio de coches, pero se equivocó de concesionario). El resultado fue tan bueno que todo el mundo creyó que en realidad la NASA había conseguido enviar un hombre a nuestro satélite. ¿Rodó Kubrick la «falsa» llegada del hombre a la Luna? Su hija responde a los «conspiranoicos» ¿Quién no ha oído hablar de las teorías que afirman que los seres humanos no han pisado todavía la Luna? Desde que fue retransmitido a medio mundo en 1969, el alunizaje del hombre sobre el satélite de la Tierra ha generado controversia entre los amantes de la conspiración. Y es que, son muchos los que consideran que, en plena carrera espacial entre la URSS y Estados Unidos, los norteamericanos decidieron rodar en un plató -y con Neil Armstrong
LUN ES 13 M A RZO DE 2017
PERIODISMO CON ÉTICA
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(1968) ck
como estrella- el momento que cautivó a millones de personas. A pesar de que esta teoría siempre ha estado latente, lo cierto es que cobró -si cabemayor importancia a partir del año 2001, cuando se estrenó en la pequeña pantalla un falso documental llamado «Operación Luna» que (salpicado por declaraciones irreales de expertos de la NASA) ahondaba en la posibilidad de que el encargado de rodar esta película hubiera sido Stanley Kubrick, el popular cineasta conocido por haber creado «La naranja mecánica». En el largometraje de ficción se determinaba que, aprovechando que el artista estaba rodando entonces la película «2001, Odisea en el espacio», había colaborado con el gobierno estadounidense (al frente del cual se encontraba entonces Richard Nixon) para montar este gigantesco engaño. Con todo, tan cierto como que este documental fue un éxito, también lo fue el que, al final del misno, los autores dejaron claro que todo el clip no era más que una curiosa mentira. Sin embargo, eso no disuadió a los amantes de lo oculto, que tomaron todo lo dicho por aquellos falsos expertos como verdad. La hija de Kubrcik desvela la verdad Pues bien, ahora -casi medio siglo después de que el hombre pisara la Luna y en plena llegada de la sonda espacial Juno hasta Júpiter- la hija de Kubrick, Vivian, ha cargado en Twitter contra todos aquellos que se siguen creyendo la absurda teoría de que su padre rodó la llegada del hombre a la Luna. Lo ha hecho en un extenso mensaje (fotografiado e insertado en un tuit) que ya ha logrado cosechar la friolera de casi 1.500 retuits y unos 2.000 «favoritos». En el susodicho tuit, esta mujer afirma que «siente que es el momento adecuado para responder» a estas falsas acusaciones. Para ello, comienza afirmando que estuvo «presente en cada una de las películas que ha hecho [su padre]» y vivió en primera persona cómo su progenitor fue perseguido a nivel gubernamental (y vio su vida amenazada) por rodar algunos largometrajes que, en su momento, eran considerados sumamente transgresores. «¿No creen entonces que sería la última persona en ayudar al Gobierno de los Estados Unidos a perpetrar tal traición contra su pueblo?», añade. Para terminar, afirma de forma drástica que todos estos comentarios son totalmente falsos y que le parece absurdo que, con todas las conspiraciones reales que se han sucedido a lo largo de la historia y están todavía sin resolver, la sociedad siga todavía cargando contra su padre. «¿Creen que los alunizajes fueron falsos y filmados por mi padre? ¡No lo puedo entender! […] Las supuestas verdades persisten a día de hoy, pero son […] evidentemente falsas, mentiras grotescas», determina. ¿Terminarán estas declaraciones con el eterno debate?
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