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PADRES PADRES QUE FUERON

Transformados en padres orgullosos de sus hijos con quienes supieron forjar vínculos poderosos, para estos hombres la decisión de formar una familia implicó en un primer momento “quedar a la intemperie social” como ex-curas que habían defraudado las expectativas de la comunidad religiosa para empezar una nueva vida lejos de los hábitos.

SEPTIEMBRE

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VITALI noticia -la renuncia y el embarazo-, que pudo pagar la mutual gracias a una inspiración con la Quiniela y que no pudo evitar mentir cuando se encontró con un feligrés en la sala de espera de obstetricia para el primer control.

“Ella se hizo el test el Domingo de Ramos y esa misma noche yo me fui (de la parroquia), en agosto nos casamos y Bruno nació en noviembre”, contó.

Vitali dijo que no se sintió obligado a dejar el ministerio sacerdotal, sino que fue “una decisión absolutamente mía” porque “no quería privarle de mi tiempo ni a mi hijo ni a mi mujer”, a pesar de que esa decisión “conllevaba quedar a la intemperie de la vida social”.

“Yo entré al seminario a los 18 años y la primera vez que me planteé la paternidad fue a los 22, cuando mi hermano tuvo su primer hijo; porque yo era consciente de que estaba renunciando a mi sexualidad pero no que estaba renunciando también a la paternidad”, contó a Télam el cordobés Adrián Vitali, quien fue sacerdote tres años. Pero la vuelta al seminario y sus rutinas despejaron temporalmente esas preguntas que reaparecieron con fuerza cuando, ya ordenado cura, se enamoró de su compañera en la pastoral carcelaria, con la que inició una relación oculta que dejó de serlo cuando ella quedó embarazada.

“Me sorprendió la paternidad porque no fue planificada pero lo vivimos con mucha alegría, más allá de toda la situación que conllevaba que un cura tenga un hijo. No hubo crisis ni culpa ni nada”, dijo Vitali, de 55 años.

En el libro Cinco curas, confesiones silenciadas, que escribió junto a otros exsacerdotes, Vitali cuenta que tardó cuatro meses en juntar el valor para darles a sus padres la doble

“Fue muy duro después encausar mi vida laboral, como nos pasa a todos los excuras”, señaló. Por otro lado, Vitali aseguró que “la Iglesia no se lo hizo fácil” porque intentaron retenerlo ofreciéndole un traslado a Europa y hacerse cargo de la cuota alimentaria “con la condición de que no los vea más” y después tuvo que esperar 10 años para que el Papa le otorgara la dispensa que lo habilitaba a casarse por Iglesia, como finalmente ocurrió en 2007.

Bruno, que nació en 1997, contó a Télam que el pasado de su padre como cura siempre lo vivió “como lo más normal del mundo” y lo mismo dirá su hermano Renzo, de 22 años.

“Cuando en la primaria tenía que hacer tareas de catequesis, le consultaba a él porque siempre supe que fue cura, pero no lo sentía como algo raro. Y en la secundaria tomé conciencia de que era inusual por la cara de asombro que ponían cuando contaba, pero nada más”, dijo este estudiante de abogacía.

Ambos acuerdan también en ver el celibato como algo “absurdo”.

ADRIÁN Auspician SEMANARIO ARGENTINO DE MIAMI

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