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Semanario Comunión edición 1157
No. 1157 Año 23 | 26 de abril de 2020
El "después" de la pandemia
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El mundo, nuestro mundo, nuestros ojos, están contemplando escenas que parecen sacadas de una película de ciencia fi cción, de suspenso o incluso de franco terror. Las estadísticas con sus datos duros nos ofrecen panoramas desoladores en algunas partes del planeta, calles vacías, trabajadores de la salud llorando de impotencia ante el invisible virus que se propaga de forma inexorable, aunque su llanto se debe también a otras causas como la falta de equipo para atender a los contagiados sin contagiarse ellos mismos o ante la incomprensión e insultos de quienes los consideran los propagadores o negligentes de estos escenarios donde el COVID 19 es omnipresente.
La situación no se resolverá pronto, es más, se complicará todavía más si pensamos en que el virus afecta varios frentes y no solamente el de la salud. Uno de los panoramas más alarmantes que se vislumbran es el de la economía.
Hasta este párrafo parece que la actual pandemia es absolutamente negativa, pero si la crisis no es el fenómeno en sí sino la manera en que reaccionamos, entonces podemos contemplar otros horizontes contrapuestos: a la violencia la comprensión y el respeto, al hambre y los saqueos la generosidad que comparte de los propios bienes para sentirnos saciados… al aislamiento que nos ha impuesto el posible contagio, la cultura del encuentro en la propia casa y a través de las redes sociales que posibilitan la comunidad virtual.
Y aunque nosotros no controlamos el clima o las enfermedades o, como sucede hoy, las consecuencias de una epidemia que se transformó en pandemia, sí podemos, como dice el poeta, ser “arquitectos de nuestro propio destino” cuando optamos por tomar la adversidad como un reto para crecer en la fe, el amor y los valores que se convierten en las piedras efi caces para edifi car la “civilización del amor” en “el después de la pandemia”.