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Semanario Comunión Edición 1158

La Comunicación, hace la Comunión

No. 1158 Año 23 | 3 de mayo de 2020

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San José Obrero, o también Queremos trabajar

Este viernes la Iglesia celebra la fi esta de san José Obrero, este mismo día celebramos el día Mundial del Trabajo, pero no tenemos trabajo, es el clamor de mucha gente en nuestro entorno.

La fiesta fue instituida por el Papa Pío XII en 1955, ese día rezaba el Santo Padre: “el humilde obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sea también el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias”.

El trabajo es fuente de ingreso y sustento, pero camina a la par con su dignidad que se encuadra en la co-creación divina donde cada hombre contribuye con su esfuerzo al plan de Dios encontrando sentido a la creación y a la propia existencia. Así decía San Juan Pablo II en su encíclica a los trabajadores “Laborem exercens”: “mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido ‘se hace más hombre’”.

Nuestra realidad inmediata es que el trabajo escasea, más allá de los indicadores nacionales del desempleo donde parece que “tienen otros datos”, la experiencia propia, de familiares y amigos es que mientras que a algunos les ha aumentado el trabajo por el especial rubro que desarrollan, los más han sido despedidos o “descansados” con goce de sueldo o disminución de salario. Otros, los que son independientes, han visto reducida la demanda y aumentada la preocupación cuando tienes trabajadores a su cargo.

La refl exión en torno al tema se antoja amplia y variada puesto que los daños colaterales que ha provocado el COVID y otros que apenas se están asomando pasan por panoramas de hambre y necesidad, de violencia y robo, de angustia y desesperación.

Rogamos al Señor san José para que la historia sea otra, la que queremos escribir es la de una comunidad familiar, parroquial, diocesana y mundial donde se viva la solidaridad, el esfuerzo compartido, la comunicación de bienes… y todo aquello que habla de la presencia del Reino de Dios entre nosotros, para eso será necesario construir con mucho trabajo la dignidad humana que nos ofrece un amplio horizonte donde san José sea nuestro modelo y patrono.

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