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5 actitudes que debe tener un confesor
Por: Almudena Martínez-Bordiú, 23 de marzo de 2023
sin ninguna reserva, para ejercer el ministerio de la reconciliación”.
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Actitudes evangélicas
Para el Santo Padre, “la disponibilidad del confesor se manifiesta en algunas actitudes evangélicas”.
Entre ellas destacó la capacidad de acoger a todos sin prejuicios, “porque sólo Dios sabe qué gracia puede obrar en los corazones, en cualquier momento”.
Después, señaló que es indispensable “escuchar a los hermanos con el oído del corazón, herido como el corazón de Cristo”.
Otra actitud “evangélica” del confesor debe ser “absolver a los penitentes, dispensando generosamente el perdón de Dios”, así como “acompañar el camino penitencial, sin forzarlo, siguiendo el ritmo de los fieles, con paciencia y oración constante”, indicó el Papa.
Además,elPontíficeexplicóque “el sacerdote en el confesionario ama el silencio, es magnánimo de corazón, sabiendo que cada penitente lo interpela en su condición personal: ser pecador y ministro de misericordia”.
Según el Santo Padre, “esta conciencia hará que los confesionarios no queden abandonados y que a los sacerdotes no les falte disponibilidad”.
“La misión evangelizadora de la Iglesia pasa en gran parte por el redescubrimiento del don de la Confesión, también con vistas al próximo Jubileo de 2025”, señaló el Papa Francisco.
Facilitar el sacramento de la Reconciliación
Siguiendo esta línea, el Sucesor de Pedro animó a que, en los planes pastorales de las Iglesias particulares, el servicio sacramental de la Reconciliación nunca carezca de un lugar propio.
También invitó a que en cada catedral y en las penitenciarías se dé “la presencia regular de un confesor, con horarios amplios, en cada ámbito pastoral, así como en las iglesias atendidas por comunidades religiosas, para que haya siempre un penitenciario de guardia”.
“Si la misericordia es la misión de la Iglesia, hay que facilitar al máximo el acceso de los fieles a este ‘encuentro de amor’, cuidándolo desde la primera Confesión de los niños y extendiendo esta atención a los lugares de cuidado y sufrimiento”, subrayó.
“Cuando no se puede hacer mucho para curar el cuerpo -enfatizó el Papa-, ¡se puede y se debe hacer mucho por la salud del alma!”.
El Santo Padre aseguró asimismo que “en la Confesión individual, Dios quiere acariciar personalmente a cada pecador con su misericordia: el Pastor, sólo Él, conoce y ama a las ovejas una por una, especialmente a las más débiles y heridas”.
Por ello, afirmó que “las celebraciones comunitarias deben potenciarse en determinadas ocasiones, sin renunciar a la Confesión individual como forma ordinaria de celebrar el sacramento”.
“Cristo siempre vence”
Durante la audiencia, el Papa Francisco también señaló que ante los “focos de odio y venganza” que hay en el mundo, los confesores deben “multiplicar los focos de misericordia”.
“No olvidemos que estamos en una lucha sobrenatural, una lucha que parece particularmente virulenta en nuestro tiempo, aunque ya conocemos el resultado final de la victoria de Cristo sobre los poderes del mal”, indicó.
Para el Papa, “esta victoria se realiza verdaderamente cada vez que se absuelve a un penitente, nada ahuyenta y vence más al mal que la misericordia divina”.
Porúltimo,invitóalospresentes “a redescubrir, profundizar teológicamente y difundir pastoralmente esa extensión natural de la misericordia que son las indulgencias, según la voluntad de nuestro Padre celestial de tenernos siempre y sólo con Él, tanto en esta vida como en la eterna”.
La Asociación de Peregrinas de la Diócesis de Querétaro al Tepeyac realizó el sábado 18 de marzo, el sorteo de grupos para la próxima Peregrinación a la Basílica de Guadalupe.
¿Cuáles son las fechas?
Viernes 7 de julio 08:00 a.m. Salida de Neblinas para las peregrinas.
Sábado 15 de julio 04:00 a.m. Salida de la Congregación de Querétaro para peregrinas.
Domingo 23 de julio Llegada a la Basílica de Nuestra Señora Guadalupe..
A continuación, te presentamos el orden por Decanatos en el cual estarán los 171 grupos.
Sorteo Diocesano Femenil 2023
Fuente: Peregrinos de la Diócesis de Querétaro al Tepeyac
DECANATO
DECANATO
En aquel tiempo, se encontraba enfermo Lázaro, en Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta. María era la que una vez ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera. El enfermo era su hermano Lázaro. Por eso las dos hermanas le mandaron decir a Jesús: “Señor, el amigo a quien tanto quieres está enfermo” Al oír esto, Jesús dijo: “Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”. Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Sin embargo, cuando se enteró de que Lázaro estaba enfermo, se detuvo dos días más en el lugar en que se hallaba. Después dijo a sus discípulos: “Vayamos otra vez a Judea”. Los discípulos le dijeron: “Maestro, hace poco que los judíos querían apedrearte, ¿y tú vas a volver allá?” Jesús les contestó: “¿Acaso no tiene doce horas el día? El que camina de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo; en cambio, el que camina de noche tropieza, porque le falta la luz”. Dijo esto y luego añadió: “Lázaro, nuestro amigo, se ha dormido; pero yo voy ahora a despertarlo”.Entoncesledijeron sus discípulos: “Señor, si duerme, es que va a sanar”. Jesús hablaba de la muerte, pero ellos creyeron que hablaba del sueño natural. Entonces Jesús les dijo abiertamente: “Lázaro ha muerto, y me alegro por ustedes de no haber estado allí, para que crean. Ahora, vamos allá”. Entonces Tomás, por sobrenombre el Gemelo, dijo a los demás discípulos:
“Vayamos también nosotros, para morir con él”. Cuando llegó Jesús, Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro. Betania quedaba cerca de Jerusalén, como a unos dos kilómetros y medio, y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas por la muerte de su hermano. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas” Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió: “Ya sé que resucitará en la resurrección del último día”. Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree
Meditaci N Del Texto
5° DOMINGO CUARESMA
Jn 11,1-45
26 de marzo de 2023 CICLO A
en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?” Ella le contestó: “Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo” Después de decir estas palabras, fue a buscar a su hermana María y le dijo en voz baja: “Ya vino el Maestro y te llama”. Al oír esto, María se levantó en el acto y salió hacia donde estaba Jesús, porque él no había llegado aún al pueblo, sino que estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado. Los judíos que estaban con María en la casa, consolándola, viendo que ella se levantaba y salía de prisa, pensaron que iba al sepulcro para llorar allí y la siguieron. Cuando llegó María adonde estaba Jesús, al verlo, se echó a sus pies y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”. Jesús,alverlalloraryalverlloraralos judíos que la acompañaban, se conmovió hasta lo más hondo y preguntó:
“¿Dónde lo han puesto?” Le contestaron: “Ven, Señor, y lo verás”. Jesús se puso a llorar y los judíos comentaban: “De veras ¡cuánto lo amaba!” Algunos decían: “¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego de nacimiento, hacer que Lázaro no muriera?” Jesús, profundamente conmovido todavía, se detuvo ante el sepulcro, que era una cueva, sellada con una losa. Entonces dijo Jesús:
“Quiten la losa”. Pero Marta, la hermana del que había muerto, le replicó:
“Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días”. Le dijo Jesús: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Entonces quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo ya sabía que tú siempre me escuchas; pero lo he dicho a causa de esta muchedumbre que me rodea, para que crean que tú me has enviado”. Luego gritó con voz potente: “¡Lázaro, sal de allí!” Y salió el muerto, atados con vendas las manos y los pies, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: “Desátenlo, para que pueda andar”. Muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él..
Palabra del Señor
Repasar El Texto Le Do
¿Quién era Lázaro y qué le sucedió? vv.1-2 ¿Qué mandaron decir a Jesús las hermanas de Lázaro?
v.3 ¿Qué respondió Jesús cuando le avisaron? v.4 ¿Por qué se alegra Jesús de no haber estado con Lázaro antes de morir? v.15 ¿Qué dijo Marta a Jesús cuando éste llegó?
vv.21-22 ¿Cómo se autoproclama Jesús? vv.25-26 ¿Qué le dijo María a Jesús cuando lo vio? v.32 ¿Qué sucedió a Jesús cuando la vio llorar? v.33 ¿Qué dijeron los judíos cuando vieron llorar a Jesús?
v.36 ¿Cuál fue la oración de Jesús al Padre? vv.41-42 ¿Qué dijo Jesús con fuerte voz y qué sucedió? vv.4344 ¿Qué sucedió con muchos judíos cuando vieron lo que Jesús hizo?
v.45
Explicaci N Del Texto
Este texto se encuentra en la sección 11,1-12,50, con la que el evangelista san Juan concluye la primera parte de su evangelio. Aquí se presenta el último y mayor de los signos especiales que realiza Jesús “la muerte y la vida”.
Este milagro cumple lo que había enseñado Jesús en 5,28: “Llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz”. Es un signo de la resurrección final y de la resurrección del pecado a la gracia que tiene lugar en el alma del creyente.
Dado su carácter de signo de este milagro, Lázaro aparece en todo momento no sólo como una figura histórica, sino como representando al cristiano, al que cree en Cristo, lo mismo que el discípulo al que Jesús amaba. San Juan explica que no es la falta de amor a Lázaro o a sus hermanas lo que hizo retrasar el momento de que Jesús acudiera a ellos, el resultado de esta enfermedad no será la muerte sino la gloria de Dios. Jesús no se alegra por la muerte de Lázaro, sino porque sirve de ocasión para confirmar la fe de los discípulos.
Cuatro días en el sepulcro explican la efectividad de la muerte de Lázaro. Una creencia judía contemporánea afirmaba que el alma del muerto permanecía tres días en la vecindad del sepulcro y luego partía. Este signo tiene lugar el séptimo día después del anuncio de la enfermedad de Lázaro, lo que significa que inicia una nueva creación.
En su oración, Jesús, da gracias al Padre para destacar la verdad de que en sus obras no es él simplemente un hombre investido de poderes milagrosos, sino un enviado del Padre de la vida.
(Cada uno comparte su reflexión)
Jesús va camino a Jerusalén, sube a la celebración de la pascua, ya no de la pascua Judía, sino de la pascua personal, se acerca la hora de pasar de este mundo al Padre con el sacrificio de su propia vida. A la luz de esta palabra y en compañía de Jesús, la enfermedad y la muerte no tienen la última palabra. Ambas son superadas por el autor de la misma vida, que es capaz de curar al enfermo y de despertar al que duerme. Los peligros de la vida no son graves si se camina durante el día, caminando en la luz de Cristo. La obra salvadora de Jesús es glorificación del Padre. La glorificación es el reconocimiento de la acción de Dios a través de su Hijo y la respuesta de aceptación del hombre por medio de la fe en el Hijo. El creyente entra en la posesión de la vida, en la plenificación vital que Dios, autor de la vida, regala a los creyentes, en el momento de aceptar la fe en su enviado, y la consumación de la misma a partir del instante de su muerte. El creyente posee desde ahora la vida eterna o verdadera, la muerte física en nada le puede afectar realmente.
Estamos destinados no al aniquilamiento con la muerte, sino a la comunión con el Hijo y el Padre. Jesús el Hijo de Dios ha vivido su muerte violenta como donación de la propia vida a los hermanos: en él nos es ofrecida ahora la posibilidad de ser libres del miedo de la muerte, que nos mantiene esclavos en el egoísmo, para vivir como él, en el amor.
Compromiso Personal Y Comunitario
Mirar con caridad al hermano que está fallando o viviendo en la muerte del pecado y acercarme para compartir de la vida de Dios.
Nunca rechazar a una persona por el hecho de que está en una situación de pecado, al contrario compartir la alegría que se experimenta vivir con Cristo.
Trabajar por la comunión de la pequeña comunidad o la familia, evitando las acciones que van contra la vida del otro.
Tomar conciencia de la necesidad de la misión para anunciar a Jesús misericordioso que quiere dar vida eterna a los alejados.
Organizar una obra de caridad llevando alimento a los más necesitados.