© César Guzmán
| Sergio Masté |
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riundo de Campeche, eligió vivir en Cancún desde el año de 1988 e inició su camino en los medios periodísticos en 1991 como secretario de redacción (o editor) en Novedades de Quintana Roo. En los últimos 25 años ha laborado en La Crónica de Cancún, Por Esto! Quintana Roo y Diario de Quintana Roo, fungiendo en diversos puestos, primero como diagramador, diseñador y reportero, después como jefe de diseño, jefe de información, jefe de redacción y subdirector. Ha participado en la elaboración de diferentes revistas, como Semanario Péndulo, Foro del Cambio. Popular, Sucesos de Quintana Roo, Pioneros de Quintana Roo y Contrastes. Desde hace 14 años labora en Grupo Contrapunto, es fundador del semanario Contrapunto. Inició en el periodismo con la selección de noticias, con tipómetros, con esquemas, con revelado de fotografías en blanco y negro en el cuarto oscuro, con impresión de titulares para confeccionar las páginas en sendos bancos con luz transparente, donde el cutter era infaltable. Todo ello fue reemplazado por complejos sistemas electrónicos que utilizan las computadoras para almacenar información; los reporteros y editores laboran con teclados conectados a las computadoras; los diseñadores distribuyen pruebas de texto e imágenes en sus pantallas de cómputo. A lo largo de un cuarto de siglo ha participado en infinidad de talleres de periodismo, cursos de lectura y redacción, estudios de diseño gráfico y editorial.
Sergio Masté
Por ningún motivo dejes de ser periodista Esbozo histórico del periodismo en Quintana Roo 1972-2006
Tomo I
Por ningún motivo dejes de ser periodista I. Esbozo histórico del periodismo en Quintana Roo 1972-2006 © 2016 Sergio Masté © 2016 Grupo Contrapunto Calle Sac-Xib #29, manzana 6, lote 14, supermanzana 26 entre avenida Xel Ha y Diagonal Itzamna. CP 77509. Cancún, Quintana Roo Primera edición: 2016 Edición y corrección: Héctor Cobá Coedición: Francisco Cervera “Pico de Gallo” Diseño, formación y corrección tipografía: Manuel Cruz Ilustración de portada: Manuel Cruz Comentarios sobre la edición y el contenido de este libro a: redaccionmaste@gmail.com Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público.
Impreso en México / Printed in Mexico
Para: Kenya Karime Jeshua
Índice Capítulo 1 Los primeros periodistas en Cancún 1972-1989 Ernestina Mac Donald. Pionera del periodismo en Cancún.................................................. 16 Fernando Martí Brito. Tenemos un periodismo mucho más vacío, más frívolo.................. 22 Jorge González Durán. Moriré siendo reportero.................................................................... 28 Cecilio Balam Yciau. Un personaje único e irrepetible.......................................................... 33 Tomás Álvarez Montiel. Con el arte en sus genes.................................................................. 38 Lorenzo Pacheco. Más de medio siglo en la trinchera............................................................ 43 Felipe Aké. Una vida en la radio............................................................................................... 56 Román Martínez. Siempre tenemos que prepararnos más..................................................... 60 Justo May. De la vieja guardia, fascinado navegante de la red............................................... 64 Nicolás Durán de la Sierra. Su mundo son las letras............................................................. 70 Emilio Carrasco. Un periodista combativo............................................................................. 73 Juan Manuel Hernández Hurtado. He cumplido mis sueños.............................................. 79 Javier Ugalde. Cancún no es el mismo después de “Gilberto”............................................... 83 Julio César Silva Cetina. Mirando desde su Palco................................................................. 88 Capítulo 2 Las guerreras de la nota Tony Salmerón. Su destino, el periodismo.............................................................................. 96 Olivia Vázquez. El periodismo, un trabajo de lo más vulnerable.........................................100 Gina Velázquez. Ser periodista es un gran orgullo................................................................105 Ruth Sansores. Ejemplo de superación y tenacidad.............................................................. 110 Gabriela Ruiz. Fortaleza y sensibilidad................................................................................ 115 Cecilia Solís. Guerrera de la nota roja....................................................................................121 Gaby Escamilla. Comprometida con su profesión................................................................124 Zuleyka Cáceres. Cada día es un aprendizaje.......................................................................127 Sandra Romero. El periodismo no admite filias ni fobias....................................................130 Capítulo 3 Rendidos ante la seducción de las imágenes Jesús Tejero. Cinco lustros tras la cámara..............................................................................136 Jesús Ricardo Escribano Torres. Comenzar desde abajo...................................................139 José Luis López Soto. Cronista de la vida cotidiana.............................................................144 Pedro León †. Maestro de la caricatura.................................................................................149 Víctor Ruiz. Artista nato de la lente.......................................................................................154
Capítulo 4 Algunos cercanos a la reporteada cultural de Cancún David Sosa. De la cultura a las patadas..................................................................................168 Francisco Verdayes. El periodismo y Quintana Roo, sus grandes amores..........................172 Héctor Cobá. Un periodista en aprendizaje permanente.......................................................176 Capítulo 5 Entregados a la pasión de la fuente deportiva Sixto López. En su haber 22 ediciones del Super Bowl........................................................184 Francis Marín. Voz, pasión y experiencia.............................................................................188 Armando Castillo. Si volviera a nacer, sería periodista otra vez..........................................193 Miguel Portillo. Nostalgia por la ausencia del reportero por vocación................................197 Alberto Salazar. El deporte en el corazón.............................................................................201 Capítulo 6 Seguidores de la rigurosa preparación de antaño Alberto Aguilar. La pasión por ayudar..................................................................................206 Ricardo Méndez. Periodismo en el ojo del huracán.............................................................212 Jonathann Estrada. Ser periodista no es sencillo.................................................................218 Esteban Torres. Estrella por mérito propio............................................................................223 Lino Sarmiento. Ejemplo de perseverancia..........................................................................228 Cliserio Cedillo. El periodismo, un vicio que no se puede dejar..........................................235 Carlos Águila. Falta capacitación a las nuevas generaciones de periodistas........................243 Capítulo 7 Desde Chetumal para Cancún Nicolás Lizama “Colinas”. Millonario en amistades...........................................................250 Javier Chávez Ataxca. Pionero del periodismo digital en Quintana Roo............................255 Óscar González Ortiz. De la filosofía al periodismo............................................................259
Introducción Este libro de entrevistas a protagonistas del periodismo, Por ningún motivo dejes de ser periodista I, resulta un esbozo histórico que va del año 1972 al 2006, trabajo de Sergio Efraín Masté Pantí, donde reúne las voces (inicia con Ernestina Mac Donald y concluye con Carlos Águila) que abarcan lo vivido por los 46 entrevistados dentro del quehacer periodístico, recuento desde cuando Quintana Roo sólo era Territorio Federal. Por su importancia esta obra se une a los libros que todo buen quintanarroense debe de leer; y el que no lo es también; posee el talante de la novela Cancún todo incluido y Crónicas Urbanas I de Carlos Hurtado (QEPD); de la investigación periodística Diccionario de Cancún para cancunenses de Ismael Gómez Dantés, de los relatos incluidos en Recuerdo de Cancún de Gabriel Vázquez, y el trabajo periodístico Cancún visto desde Cancún de Héctor Aguilar Zaldívar (QEPD), así como El colapso del tiempo, editado en España, del novelista cancunense Mauro I. Barea, referentes necesarios para la novel historia de Cancún, tal es la prosapia de Por ningún motivo dejes de ser periodista I. Esbozo histórico del periodismo en Quintana Roo 1972-2006. Los entrevistados más del verdadero oficio que licenciados en periodismo o ciencias de la comunicación, incluidos, vierten lo vivido desde el naciente Cancún hasta hace nueve años, de 1972 a 2006, diversas son las personalidades consignadas, en una comunidad donde conviven personas de todo México y de más de 100 países, por ello sobresale la única entrevistada nativa de Cancún, ante tan polimorfo entramado de redactores. Voces diferentes que convergen aun en la cotidiana distancia entre uno y otro, de que el aprendizaje es inherente al quehacer cotidiano de quienes hacen periodismo, en la ciudad de Cancún, en el municipio Benito Juárez, en el estado de Quintana Roo para consumo local, nacional e internacional. Sobresalen testimonios trascendentales como vivir la prehistoria de la confección de un periódico antes de la tecnología digital; el reportero que además de escribir, tomaba fotos y las revelaba él mismo; el fotógrafo que vio Cancún antes de Cancún, desde el aire, mar azul y arena blanca. Imágenes nostálgicas en este tiempo de dependencia tecnológica. Otro redactor que le tomó fotos al cerebro de Luis Donaldo Colosio. Algunos en su diario quehacer han sufrido levantones. Tan diversa e intensa es la actividad periodística, que la Enciclopedia Barsa, incluye casi 80 páginas para definir el concepto de periodismo. Y diversas son las opiniones que encierran estas páginas de los trabajadores de medios impresos (de las redacciones en periódicos y revistas), locutores
y conductores en radio y televisión con su inevitable paso a los (pioneros en) medios de comunicación digital, donde lo mismo hallamos reporteros, editores, caricaturistas, locutores; camarógrafos, fotoperiodistas y fotógrafos; de las diferentes fuentes informativas: autores de libros, vigilantes de lo cotidiano, educadores, cronistas obligados por su labor, voluntarios e involuntarios; parte del personal y responsables de las oficinas de comunicación social de los inicios de Cancún, de su desarrollo, y de su hoy. Los entrevistados por Masté Pantí son trabajadores con formación empírica, el mayor número; claro su profesión ya existía antes que aparezca la licenciatura en periodismo o ciencias de la comunicación, con sus inevitables derivados; en su mayoría originarios de la Ciudad de México, Yucatán, Veracruz y Quintana Roo; aquí llama la atención que sólo una entrevistada es cancunense nativa; otro número menor proviene de los estados de Campeche, Tabasco, Guerrero, Coahuila, Morelos y Chiapas. La nostalgia impregna las páginas de esta novedad al recordar los entrevistados, gracias a su tejido cultural una aproximación al panorama periodístico realizado y que se realiza en Cancún, fragmento de la historia de una ciudad que este 2016 cumple 46 años, número igual a las entrevistas incluidas en esta primera parte. Sobresale la entrevista a Lorenzo Pacheco, inevitable referencia del periodismo mexicano y regional, decano de la prensa en el estado quintanarroense, dueño de más de medio siglo de experiencia, quien a sus 82 años es una persona lucida, fuerte, y se le recuerda como formador de reporteros (una decena de sus pupilos desfilan en este libro), iniciador de periódicos, gestor de agencias informativas, innovador en programas de radio, y crítico permanente de las debilidades y fortalezas de la comunicación digital, digno epígono de un ilustre nativo campechano de raigambre universal. Un dato importante difícil de olvidar: las inevitables ausencias de quienes ya fallecieron y no pudieron ser entrevistados, una cantidad considerable de protagonistas del periodismo cancunense que no pudo dar sus impresiones del antes y después del tema apasionante que trata este impreso que tiene el lector en sus manos. De verdad que es amplia la cantidad de protagonistas en la prensa cancunense, algunos ya no radican ni en el municipio ni el estado, otros sí, aún es posible incorporar su voz en las siguientes entregas de Por ningún motivo dejes de ser periodista, entre ellos destacan Virgilio Caballero Pedraza, Luis Hernán Escribano, Eduardo Sánchez, Lilia Arellano, Luis Castillo, Mario Renato Menéndez Rodríguez, Elder Vega, Eduardo Ochoa Guerrero, Jorge Cach Uc, Pío Quinto Hernández, Víctor Hugo Guzmán, Luis Ángel Cabañas Basulto, Gloria Palma, Antonio Coral, Rudy García, Eduardo Ri-
vadeneyra, Alejandro Malpica, Alfonso Reyes, Lizandro Coronado, Jaime Vargas, Francisco Cervera “Pico de Gallo”, Ismael Gómez Dantés, Mariana Orea, Mauricio Conde, Eleazar Ortegón, Guillermina García, Oscar Meza y Norma Anaya. Incluidos algunos políticos hoy, que antes también se dedicaron al periodismo: Heberth Carrillo, María Eugenia Córdova, Pedro Reyes, Beatriz García Villanueva y Delia Alvarado. Muchos más también son todavía posibles de entrevistar, como Diana Alvarado, María Isabel Olivier, Enrique Velasco, Alejandra Pérez Grobet, Carlos Mimendi, Óscar Sárquiz, Jorge Munguía, Mara Lezama, Teresa Yah, María Luisa Vázquez, Santos Us Aké, Javier Cano Balam, Rafael Martínez Cristo, Antonio Callejo, Eugenio Diosdado, Susana Mariscal, Fanny Cruz, José Luis Martínez, Guillermo Arce, Carlos Pérez, Marleny Magaña, Erick Galindo, Ramón Uresti, Renán Moguel, José Arenas, Alejandro Ruz, Arturo Medina, Oscar Cadena, Gastón Alegre López, David Romero Vara, Fernando Núñez, Tony Povedano, Alberto Veana, Juan Carlos Rubio, Óscar Camacho, Juan Novelo, Renán Castro, César Córdova, Sergio Caballero, Jorge Acevedo, Hugo Zúñiga, Raúl Caballero, César Meneses, Martín Iglesias, Manuel Beuch y José Pinto Casarrubias. Testimonios faltantes en este trabajo de investigación son los de algunos que ya nos dejaron, QEPD: Andrés García Lavín, Juan Emilio Caltzontzin, Jorge Cifuentes, Andrés Núñez, Héctor Aguilar Zaldívar, Álvaro Mellado, Alberto Ugalde, Zita Finol, Raciel Román Valerio, Rafael Solís, Juan Bautista Reinhardt, Daniel Gurza, Francisco Hernández, Alberto Velázquez, Arturo Vázquez Tinoco, Humberto Aguilera, Joaquín Paredes, Gonzalo Subirats, Ofelia Núñez, Carlos Hurtado, Leopoldo Creoglio, Manuela Méndez Huicab, José Luis Galán, Federico de León y Rafael del Pozo. Son muchos los nombres, sí, son tres párrafos inevitables, al menos para citarlos y recordarlos. Este volumen 1 de Por ningún motivo dejes de ser periodista I. Esbozo histórico del periodismo en Quintana Roo 1972-2006, es apenas el comienzo, falta una cantidad considerable de protagonistas del periodismo cancunense en activo, más las inevitables ausencias de quienes ya fallecieron y no pudieron ser entrevistados. Trabajo periodístico, fragmento histórico valioso de Sergio Masté por donde se le quiera ver.
Héctor Cobá Cancún, Quintana Roo; abril, 2016
Prólogo
¿Quiénes de ustedes quieren ser periodistas? -preguntó el veterano maestro con aire retador-. Unos cuantos en la clase levantaron la mano y yo esperé cauteloso para ver hacia dónde iba. Los periodistas -dijo con aire solemne- vivimos siempre de prisa. Sufrimos gastritis crónica, somos propensos a infartos desde muy jóvenes debido a la constante presión laboral. Soportamos a jefes histéricos. No tenemos horarios fijos, ni días feriados. Somos muy mal pagados y no tenemos vida propia. ¿Seguros que quieren ser periodistas? -Insistió-. Cursaba el primer año de la carrera de ciencias de la comunicación a principios de los 80, y en buena medida a partir de esa terrible advertencia decidí mejor encaminar mis pasos universitarios hacia las áreas de publicidad y producción televisiva. Sólo que, al término de mis estudios, el universo tenía otros planes para mí. Porque la primera vez que por azares del destino estuve frente a una cámara de televisión y con un micrófono en la mano, supe que lo mío, lo mío, era justamente aquello de lo que aquel maestro universitario me hizo rehuir. Y sí. En parte aquel hombre tenía razón. Muchos de quienes a esto nos dedicamos, tenemos el estómago irritado, la vida complicada y el corazón fatigado. Mas de lo que no habló el profesor aquella vez, y que quizás me habría hecho tomar por aquel rumbo desde ese día, fue de las delicias del periodismo. Del olor a tinta. De la adrenalina que nos invade al cubrir una asignación especial. De ganar una exclusiva. De lograr la entrevista “imposible”. De llegar antes que los demás al lugar de los hechos. De ver publicados nuestros artículos en “la de ocho” o de escuchar y ver al aire nuestras notas abriendo los espacios informativos en medios electrónicos. No. Tampoco se refirió a la inigualable satisfacción que nos da a los periodistas el ser testigos, ojos y oídos de nuestros lectores, radioescuchas, televidentes o cibernautas, en eventos que a la postre serán históricos.
Los relatos que leeremos en esta magnífica recopilación, son precisamente las de aquellas y aquellos que amamos nuestra profesión por encima de todo. De quienes si volviéramos a nacer, seguramente desearíamos recorrer de nuevo este mismo camino empedrado que nos ha traído al paraíso que es Quintana Roo. Las anécdotas que hemos venido acumulando a lo largo de nuestras carreras y muchas de las cuales quedarán plasmadas para siempre en esta obra, están cargadas de hieles y mieles. De momentos chuscos, sorprendentes y reveladores. Nos gusta compartir esas historias porque son parte fundamental en nuestras vidas. Y que nadie nos venga a decir que el periodismo es abnegación. El periodismo, para cada uno de nosotros, es una bendición.
José Martín Sámano Titular de Noticias Azteca Quintana Roo Conductor de Panorama Informativo Cancún ACIR
| Capítulo 1 |
Los primeros periodistas en Cancún (1972-1998)
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Ernestina Mac Donald Pionera del periodismo en Cancún
Testigo y cronista del devenir de este polo turístico, soñaba con ser arqueóloga o antropóloga, pero el destino la llevó a una profesión que le ha dejado muchas satisfacciones y la oportunidad de contribuir a forjar un lugar maravilloso, al que ha visto crecer desde 1972
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l nombre de Ernestina Mac Donald es, en Quintana Roo, referencia de periodismo pionero, luego de toda una vida transmitiendo el acontecer de este polo turístico, al que ha visto crecer a través de los años; recuerda que Ceromenoscero se llamó el primer periodiquito que realizó en el incipiente Cancún, de tamaño media carta, y su contenido eran puros temas literarios; después, con un grupo de amigos fundaron La Voz del Caribe, una publicación tabloide que salía quincenalmente. La trascendencia de su trayectoria es tal, que la Asociación de Mujeres Periodistas del Estado de Quintana Roo (Ampeqr) propuso al gobierno de Quintana Roo una iniciativa para bautizar con su nombre un premio estatal de periodismo. Su padre fue un médico militar con grado de teniente coronel; su madre, de origen escocés, ejercía como ginecóloga. María Ernestina Carral Mac Donald vio la luz un 7 de noviembre, en un rancho conocido como “Los Conejos”, a 45 kilómetros de Veracruz, donde disfrutaba de la naturaleza con sus siete hermanos; soñaba con ser arqueóloga o antropóloga, pero el destino la llevó a una profesión que le ha dejado muchas satisfacciones y la oportunidad de contribuir a forjar un lugar maravilloso, al que ha visto crecer desde 1972, año el que decidió establecerse en este paraíso.
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Raíces quintanarroenses
Su abuelo era de Isla Mujeres, Miguel Ángel Carral, y su padre fue el primer juez de instancia en Chetumal, Ángel Carral, gracias a la amistad que tenía con Miguel Alemán, presidente de la República de 1946 a 1952. Incluso, dos de sus hermanas nacieron en lo que era el territorio de Quintana Roo, antes de que su padre regresara a Veracruz para dedicarse a la comercialización de cítricos, por lo que Ernestina tiene hondas raíces quintanarroenses. “Mi madre, preocupada por mi educación, me mandó a estudiar la secundaria en el Colegio de las Vizcaínas, en la Ciudad de México, después la preparatoria, y al terminar decidí casarme, a los 16 años, con Víctor García Rojas, un oaxaqueño que estudiaba medicina militar. Decidimos regresarnos a Veracruz, después él fue enviado a realizar su servicio a Ciudad Juárez y ahí nació nuestro primer hijo: Israel. “Después de recibirse, le ofrecieron trabajo a mi esposo en México y nos regresamos, pero ya no nos adaptamos y decidimos retornar a Veracruz. No pasó mucho tiempo cuando decidí regresar a mis orígenes, además mi padre tenía unos terrenos en Bacalar, por lo que regresé a tomar posesión de ellos, en el año de 1969 o 1970. “Un día Guillermo Águila (QEPD), un amigo de mi esposo (también fallecido) nos visitó en Bacalar y nos platicó de Cancún, decidimos venir a conocer y me gustó tanto que decidí quedarme a vivir aquí. No había casi nada, sólo estaba la avenida Tulum, que era una brechita, Fonatur (Fondo Nacional del Fomento al Turismo) y estaba el parque que llegaba hasta donde está ahora la Plaza de la Reforma y era todo lo que había de Cancún, todo lo demás eran árboles nativos. “Conocer la zona de playas en estado virgen fue impresionante, una cosa maravillosa, quedamos fascinados. Primero vivimos en un camper y después compramos una casita, que seguramente pertenecía a algún empleado de un rancho, pero Fonatur nos la vendió, y estaba por la subestación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Aquí nació mi segundo hijo: Christian”.
La exigencia la llevó a titularse
Pese a que se había casado, decidió continuar su preparación académica, así que se inscribió en la Universidad de Veracruz y cuando ya vivía en Bacalar viajaba constantemente a realizar sus estudios hasta que logró graduarse como licenciada en periodismo, aunque no se titularía sino hasta 1986, “cuando Televisa me lo exigió para seguir trabajando”. Mientras estudiaba realizó colaboraciones con El Dictamen, de Veracruz, y al poco tiempo de llegar a Cancún, “un día platicando con un grupo de amigos decidimos sacar un periodiquito que se llamó Ceromenoscero, era de tamaño media carta y su contenido eran puros temas literarios porque aquí a Cancún llegaban muchos personajes invitados por Fonatur para darle promoción a Cancún, y yo estaba muy impactada por todos los que llegaron. “Cancún no se fundó con gente mayor, se fundó con gente como de 28 años, el más grande tendría 35 o 40 años. Después hicimos La Voz del Caribe, en 1973, ahí escribía una columna de sociales, ahí estábamos puros pionePor ningún motivo dejes de ser periodista I
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ros, los originales”. Le acompañaban en esta aventura el célebre taxista número 22, Ernesto Gómez Morales ‘El Tunas’, además de Víctor García Rojas, Ricardo Rangel y un reportero tabasqueño que sólo firmaba como Macario. Culminó el ciclo poco antes de las elecciones donde resultó ganador Alfonso Septiembre de 1978. El presidente municipal, Felipe Amaro Alarcón Morali como Santana (QEPD), acompañado de Ernestina Mac Donald, primer presidente del diputado Salvador Pérez Blas; de Juan Caballero Corral, municipal, del trienio secretario del Ayuntamiento; de Antonio Cuevas León, tesorero, y de Jorge Acevedo Torres (QEPD), director de Seguri1975-78. dad Pública. “Luis Ramírez Aznar, jefe de información del Novedades de Yucatán, me recomendó con Andrés García Lavín y así comencé a realizar colaboraciones, cuando Cancún lo habitaban 40 familias, y así empezó primero un cuartito de información en Novedades de Yucatán y después una página. “En el 74, cuando inicia Novedades de Quintana Roo, en Chetumal, don José C. Pereira Lizárraga, ‘Don Pimpo’, fue su fundador y primer director y continué colaborando hasta 1976, un poco después de la llegada de esa casa editora a esta ciudad”. Pero ya había emprendido su halagador camino en el quehacer periodístico, aunque ella lo minimice y lo considere como “mera suerte”. Así, fue corresponsal de Excélsior por seis años, de unomásuno y Associated Press.
Ingreso impensado a Televisa
Su ingreso a Televisa le llegó de manera fortuita, pero su prolongada permanencia se debe a su ardua labor, entrega y profesionalismo, aunque en algún momento la tacharon de mal informar, pero su estabilidad en el Canal de la Estrellas demuestra lo contrario. “En 1980 hubo unas pequeñas inundaciones y pasé la información por teléfono a unomásuno; no había fax, a Televisa le gustó y averiguaron sobre mí en el periódico. Me habló el señor Navarro, de la sección Internacionales, porque no había Nacionales todavía, para preguntarme si podía pasarles la nota, pero que yo las leyera y me pasaron a grabación. Tenía la noción de la escuela pero en la práctica no lo había realizado, me atreví, vencí mi temor e hicimos la grabación de la nota. “Ese fue el inicio de mi relación laboral con Televisa, primero fue esporádica; luego, durante la asistencia de Jacobo Zabludovsky a la Reunión Cumbre Norte-Sur, en octubre de 1981, me lo topé y me dijo que ya trabajaba para ellos, aunque fue de manera informal, seguía mandando información 18
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de todo lo que ellos solicitaban. “En 1984 recibí de nuevo la llamada del señor Navarro, quien me dijo que viajara a México para formalizar la relación laboral, así lo hice; acordamos el pago de 200 pesos por nota, pero la información que pasaban era eventualmente. En 1988, con el paso del huracán ‘Gilberto’, este polo turístico toma relevancia a nivel nacional e internacional, es cuando se generan más notas; luego vinieron conflagraciones y la realización de Miss Universo”. Ernestina Mac Donald en la avenida Tulum del Pero tras ese boom informaincipiente Cancún. tivo, la fuente decayó de nuevo, por lo que Ernestina Mac Donald pensó incluso en mudarse de Cancún. La oferta de irse a laborar en Londres con la Associated Press la emocionó, lo platicó con la familia y acordaron cambiar de aires. Con boletos en mano y las maletas listas, recibió esa mañana una llamada de Televisa donde la cuestionaban porque no había estado mandando notas. Ella respondió que siempre había mandado pero que no les interesaba nada, que no pasaban al aire sus noticias, aunado a que no le pagaban. La respuesta fue la reestructuración de jefaturas, la creación de corresponsalías en cada estado, y la promesa de mejoras en todos los aspectos. “Me entusiasmó la idea, y tras un examen de conciencia decidí pedir una prórroga de seis meses para irme a Londres, pero con el paso del tiempo me fui olvidando de la oferta y me he dedicado en cuerpo y alma a Televisa, porque la televisión es muy absorbente y ahora le dedico todo mi tiempo”.
La titulación
Se preparaban las elecciones presidenciales de 1988, y la Secretaría de Gobernación le exigió a Televisa los títulos de los corresponsales y Ernestina no tenía el suyo aún. “Me encanta mi trabajo, así que con sacrificio y todo el dolor de mi alma me fui a Veracruz; por fortuna el director de la Universidad había sido uno de mis maestros de la carrera, y conté con su apoyo. En menos de un año, tras presentar los exámenes, logré titularme y cumplí con ese requisito ante la televisora”.
Anécdotas
En tantos años de quehacer periodístico recuerda como su más amarga experiencia la agresión que sufrió a manos de unas lideresas de colonia por el rumor que corrió sobre la utilización de imágenes de archivo en las notas que transmitía Televisa. “Les aclaro que nunca he utilizado el archivo para ilustrar mis noticias, soy una profesional y amo este lugar que he visto Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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crecer, por lo que nunca lo dañaría; al contrario, desde la trinchera que desempeño hago todo lo posible para que este maravilloso lugar esté cada día mejor y tengan todos una mejor calidad de vida”. En una entrevista al periodista Francisco Verdayes*, recordó: “Un día que estaba en la playa vi a dos jóvenes con sus En el Club Alpino Mexicano (CAM), con un grupo de motos, de las que rentaamigos. ba Guillermo Águila, y yo muy ecologista que voy y les digo: ‘Oigan, ¿qué les pasa? ¿No saben que está prohibido andar en moto aquí?’, y uno de ellos me respondió: ‘No, no está prohibido porque no hay ningún letrero que lo diga…’ Pues sí está prohibido, pero la verdad es que sí me hicieron meditar y les dije, ‘bueno, tienen razón’. ‘¿Y qué hacen aquí?’, pregunté y me respondieron que habían venido con su papá, pero ¿a dónde si aquí no hay ni hoteles? Me explicaron que las motos las había rentado en la incipiente ciudad, pero que su papá estaba hospedado en la Casa de Visitas ‘¿Casa de Visitas?, pero si yo los conozco a todos, a ver ¿quién es tu papá?’, ‘Bueno, mi papá es el presidente de México, Luis Echeverría’… No lo podía creer, eran los hijos de un presidente, sin escolta, tan sencillos, en completa libertad y en un Cancún seguro, fueron épocas muy lindas”.
La mejor recompensa
Uno de los momentos más hermosos de su carrera, considera, sucedió cuando logró que regresaran a México a un grupo de cubanos que habían sido repatriados, pese a su negativa. “Los de Migración no me permitieron entrevistar a ninguno de ellos, pero logramos ingresar hasta la pista. Me habían dicho que los antillanos deseaban regresarse a su tierra, por lo que al verlos bajar les pregunté: ‘¿Por qué quieren regresar a Cuba?’, con un grito desgarrador, Gilda, desde el fondo de corazón, dijo que no se quería regresar, que estaban siendo llevados a la fuerza. “A esos gritos en video se aunó su dramática historia, pues habían llegado en una lancha hechiza enfrentando todo tipo de adversidades y en el camino habían muerto varios de ellos. Tras cerrar la puerta y despegar el avión, empecé a redactar la nota y editar el video, lo transmitieron en el horario de las dos de la tarde y fue un bombazo a nivel internacional. Eso permitió que trajeran de nuevo a esos cubanos que habían sufrido, primero en altamar y después al regresarlos a su país, de donde venían huyendo”. También la profesión le permitió conocer, entre otras personalidades, al actor Anthony Quinn, su ídolo, a quien nunca imaginó entrevistar; Mijaíl Gorbachov, último dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéti20
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cas, quien cobraba por entrevistas, fue la persona a quien más trabajo le costó acercarse, pero finalmente logró realizar su encomienda periodística. Ernestina exhorta a quienes inician en el oficio “a que por ningún motivo dejen de ser periodistas, que se las ingenien para cumplir con sus objetivos, es una bonita profesión que se convierte en un vicio, pero es satisfactoria”, incluso sus dos hijos se han Con sus hijos Christian e Israel y su nieta. involucrado en el periodismo; en cuanto a las redes sociales, tan en boga, “son una gran plataforma, siempre y cuando exista estilo, capacidad y forma”. El 22 de enero del 2016, 20 de los 30 corresponsales de Noticieros Televisa fueron citados en el área de la dirección de información de corresponsales nacionales, a cargo de Eduardo Lugo, la mayoría mayores de 50 años, y el área jurídica de la compañía les pidió firmar su “retiro voluntario” sin ninguna indemnización. Ernestina estaba entre ellos, hoy continúa ejerciendo la profesión pero por cuenta propia, de manera independiente.
* Francisco Verdayes. El periodismo y Quintana Roo, sus grandes amores, en la página 172 de este libro
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Fernando Martí
Tenemos un periodismo mucho más vacío, más frívolo
Autor de un libro imprescindible, que narra la historia de la fundación de la ciudad: Cancún, fantasía de banqueros; ha fundado revistas y diarios, pero nunca dejó de lado su labor como reportero, su primera pasión, que lo llevó a cambiar su futuro como abogado; en la actualidad promotor del Foro Nacional de Turismo y Cronista de la Ciudad de Cancún
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scritor, periodista, cronista y empresario de medios de comunicación, además de trotamundos, catador y golfista, convertido en un especialista de los temas de la industria turística, Fernando Martí Brito es un verdadero impulsor de la primera actividad económica de Quintana Roo, que en la actualidad se desempeña en tres cargos distintos -de los que “no desearía ninguno”, por las responsabilidades que conllevan, comenta-: cronista de la ciudad, director fundador del Foro Nacional de Turismo (que en sus inicios se llamó Foro Nacional de Turismo y Medios de Comunicación) y presidente de la Sociedad Andrés Quintana Roo, filial de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Con más de 40 años en el mundo del periodismo, es un personaje complicado, exigente “como lo es el oficio”, comprometido con las letras, generoso, amante del habano; siempre ha pensado que las empresas periodísticas son empresas “totalmente descabelladas”: “tienes 200 o 300 gentes que trabajan para poner en una hoja de papel lo que aconteció un día y 24 horas después ya no sirve”. Su padre, Ramón Martí Morales, fue periodista y pintor; su madre, Espe-
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ranza Brito, fundadora del Movimiento Mundial de Mujeres y directora de la primera revista feminista en América Latina, Fem, ejerció el periodismo por 44 años. Nació en la ciudad de México el 3 de diciembre de 1952, y es el mayor de los seis hijos de la familia Martí Brito: Maru, Adriana, Laura, Beatriz, Ramón y Fernando. Vivió una infancia divertida y alegre, sin carencias, por algunos años vivió en Sinaloa, con visitas a familiares en Tabasco y San Luis Potosí, por lo que tuvo contacto con la provincia mexicana. “El contacto con el campo siempre era deslumbrante, eran horas de libertad y tranquilidad; fue una motivación para luego elegir vivir en Cancún”.
Inicios en el periodismo
Se inició en el periodismo sin proponérselo; aspiraba a estudiar la carrera de derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y quería trabajar. Por casualidad fue a pedir trabajo en Novedades de la Ciudad de México en 1972. “Me pusieron en la redacción y me fascinó, seguí estudiando derecho pero ya quería ser periodista, me maravilló el funcionamiento de cómo se elaboraban, se captaban, se producían las noticias, cómo se organizaban para hacer un periódico, eso fue lo que más me gustó. En una entrevista con Mariana Orea refiere: “Mi formación periodística es totalmente empírica. Empecé a trabajar como hueso -ayudante de redacción-, y de ahí brinqué a reportero. Estuve algunos años, como todos los reporteros, formándome en distintos medios. Pasé por el periódico unomásuno en su primera época, por la revista Contenido y después fui director de un par de revistas: Caballero-Playboy y Hoy. Después me convertí en editor, empresario de la edición, pero nunca dejé de lado las labores de reportero. “Aunque tenía otro trabajo hacía reportajes especiales para periódicos. Me gustaba, realmente era lo que más me apasionaba: buscarle todos los ángulos, todas las facetas a un tema”.
Un Cancún lleno de selva, selva, selva, etcétera
En 1976 pisa por primera vez Cancún como reportero, enviado por Novedades de la Ciudad de México a cubrir la Asamblea Anual de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se realizaba por segunda ocasión en la República Mexicana; “tuvo lugar en el antiguo Centro de Convenciones, que era un globo inflable”. Al llegar al aeródromo de Cancún se subieron a un autobús e iniciaron el recorrido, “era una carretera de dos carriles y recuerdo que pensé ‘qué lejos construyeron el aeropuerto’, ya que sólo se veía selva, selva y más selva; al llegar a los Kukulcanes (la fuente en el cruce del bulevar Kukulcán y la avenida Bonampak) doblamos a la derecha y otra vez selva, selva, selva, hasta que llegamos al hotel Presidente. Vi el mar turquesa, obviamente me deslumbré, la playa blanca y el agua caliente, quedé impresionado”. Regresó en 1978 para cubrir la visita de los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, quienes descendieron del avión al pequeño y moderno aeropuerto de Cancún, una bella localidad veraniega que pretendía en aquellos años competir con Acapulco, no hubo ni honores militares ni recepción de rango de Jefe de Estado, fue una ceremonia simple. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Integrantes de la familia Martí Brito.
En 1980 se casó y eligió Cancún para pasar su luna miel. “El lugar me encantaba, me fascinaba”. En 1984 regresó en un viaje con el entonces director de unomásuno, Manuel Becerra Acosta, y el secretario de Turismo, Antonio Enríquez Savignac, quien “empezó a contar la historia oculta de Cancún, una epopeya fantástica, porque la habían creado en escritorios y después la habían convertido en ciudad, una hazaña en toda la extensión de la palabra, y Becerra Acosta ahí mismo me dijo: ‘Quédese en Cancún y escriba la historia de la fundación de la ciudad’”. Así, el texto que terminaría por convertirse en el libro Cancún. Fantasía de banqueros, en un principio fue la sucesión de 14 trabajos periodísticos sobre la historia de la fundación del polo turístico, con la visión de los protagonistas que hicieron el proyecto, y los primeros que iniciaron construyéndolo, para hacerlo realidad.
El primer libro sobre la fundación de Cancún
“Por los reportajes publicados, en 1985 me invitaron a una comida para conmemorar los 15 años de Cancún. Los pioneros me dijeron que tenían las fotografías de todo lo que había escrito, ya que no había tenido ilustraciones. Me las enseñaron y las encontré fantásticas, una isla totalmente desierta que va creciendo en base a rellenos, y cómo se van construyendo los primeros hoteles, cómo se van trazando las avenidas, deslindando lotes, construyendo una ciudad. Me pareció entonces que era una buena idea hacerlo libro, y se publicó ese mismo año”, le mencionó a la autora del término cancuniqué. De 1985 a 1990 se la pasó entre México y Cancún. 24
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“Todos los capitalinos teníamos la idea de salirnos de la Ciudad de México porque era calamitoso vivir allí por el intenso tráfico, la inseguridad y la contaminación, y creo que Cancún ya formaba parte de mis posibilidades”, por lo que en 1990 decidió mudar su lugar de residencia a Cancún. Ya en esta ciudad empezó por fundar Cancún Magazine, una revista muy parecida a Mi Ciudad, que había hecho en la capital del país, una revista bimestral de corte metropolitano, de reportajes y entrevistas sobre temas cancunenses. En 1992 fue nombrado cronista de ciudad, “un gran honor, llevo 23 años en el cargo, ha sido una labor muy gratificante porque me ha permitido conocer las raíces de todos los intersticios de la historia de mi ciudad adoptiva. Es una labor vinculada a la historia y el periodismo, es historia testimonial de personas”.
La Crónica de Cancún, periódico tabloide moderno
Mariana Orea también registra en la entrevista: En 1994 “pensé que Cancún necesitaba un medio de comunicación que mostrara mayor nivel de crítica y de apertura, que no se limitara a informar, y hablé con amigos empresarios, los invité a participar en la idea, y 14 fueron los que me acompañaron en esa aventura”. El 20 de abril de 1995 sale a la luz pública La Crónica de Cancún, un periódico moderno de cancunenses, de tamaño tabloide, coincidiendo con el aniversario número 25 de la ciudad. Se sumó a los medios impresos de esa época: Por Esto! Quintana Roo, Novedades de Quintana Roo y Diario de Quintana Roo. Al año fue dejado fuera de su propio proyecto, en una maniobra oscura del gobernante en turno. El medio fue cerrado en el año de 2002. “De ahí siguió otro libro: Cancún, el paraíso inventado, sobre arquitectura y urbanismo. Después colaboré en Novedades, donde escribía una página que se llamaba Dominguillo; luego escribí otra durante unos meses que se llamaba Espantapájaros, que también se volvió libro. En 1999 me volví a embarcar en otra aventura periodística con un diario, Cancún Voz del Caribe, que a la vez tenía a The Miami Herald Cancún, ahí estuve prácticamente tres años, hasta el 2002”. En 2003 arrancó dos proyectos que subsisten hasta la fecha: Latitud 21 y el Foro Nacional de Turismo (llamado en sus inicios Foro Nacional de Turismo y Medios de Comunicación), que se ha convertido hoy en un escaparate fundamental para la Península de Yucatán y que trae beneficios directos a varios estados del Sureste y, por supuesto, al país entero. En 2006 publicó su tercer libro vinculado a la historia de Cancún, con el título 60 horas con Wilma. En el 2008 publica el primer número de Brújula.
Premios y libros
La fascinación por los reportajes especiales lo ha llevado a realizar más libros y a recibir varios reconocimientos: en 1979, el Premio Internacional de Periodismo EFE por el trabajo “La mordida, vergüenza de México”; en 1981, el Premio Nacional de Periodismo; en 1999, el Premio Estatal de Periodismo; en 2005, el Premio Estatal de Periodismo y en 2014, el Premio Nacional de Educación Turística. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Publicó dos libros de crónicas, previa a la de 1985, Cancún, fantasía de banqueros: uno sobre Lecumberri y el otro, titulado El increíble Carlos Balmori; después en 1986, Cancún, el paraíso inventado; en 1996, El espantapájaros; en 2006, 60 horas con Wilma; y en el 2015 participó con el prólogo y uno de los artículos del libro Fundación de ciudades en México, una recopilación de la vida de cada ciudad, narrada por los cronistas de las mismas, integrantes de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades de México.
El periodismo de ayer y la tecnología de hoy
Martí reconstruye el pasado: “Las redacciones y el periodismo Fernando Martí, una labor vinculada a la eran distintos antaño, el actual no historia y el periodismo. tiene mucho que ver con el de hace tres o cuatro décadas. Los periódicos eran templos del periodismo, y la radio y la televisión eran seguidores de la prensa escrita; esa pasión se ha revertido: ahora la radio y la televisión por su inmediatez, son ahora los medios donde se cocina el periodismo más moderno. También por esa rapidez se han sacrificado las fases del periodismo, la evaluación, la verificación y la reflexión. “Hace 40 años el periodismo era más veraz, más preciso, más exacto y más profundo de lo que es ahora. La televisión no toma en cuenta ni la veracidad, ni la profundidad, ni la exactitud, ni la precisión de las noticias, solamente las transmite. Por las grandes audiencias que tiene ha arrastrado a los periódicos, que cada vez se parecen más a ella, sin tener los elementos para competir. Ahora tenemos un periodismo mucho más vacío, más frívolo. “La televisión ha convertido la noticia en un asunto presencial, ya no es importante que el periodista transmita el qué, dónde, cuándo, cómo y por qué sucedió; lo importante es que esté en el lugar de los hechos y en tiempo real, haciendo al espectador partícipe de la noticia. “El internet ha convertido a todo el mundo en periodistas, ha permitido que cada cual desde su trinchera, su casa, su cama o donde se encuentre, pueda opinar y llegar a un auditorio tan amplio como su talento sea capaz de convencer a las personas de que lo que dice es verdad, esto ha venido a provocar un resquebrajamiento de las estructuras tradicionales del periodismo. “También ha creado una importante cantidad de basura, celebridades que tienen millones de seguidores pero no dicen nada, no producen nada, no 26
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aportan nada, sin ideas originales, los lees durante varios días y luego te preguntas: ¿por qué tiene millones de seguidores?, realmente no aportan nada. La tecnología es igual que la radio y la televisión, en los medios impresos las innovaciones tecnológicas permiten llegar a más gente, dispersar, distribuir y acrecentar tus redes de acción, pero al final de cuentas el conocimiento sigue siendo el privilegio o campo de acción de nosotros”. Pide a las nuevas generaciones de periodistas leer, estudiar y escribir mucho, sobre todo “entender que ser periodista es un privilegio, no puede reducirse a recibir prebendas o dinero, a final de cuentas todo se va decantando y es muy fácil confundir la labor periodística, que debe ser reservada, reflexiva, propositiva y con destinatario, de los privilegios del poder. Lo bueno del periodismo cuando funciona es que actúa como la voz de la sociedad y cuando no, es la voz de las autoridades, del gobierno”.
Iniciativas positivas
Durante su desempeño como cronista de la ciudad ha organizado y participado en numerosos ciclos de conferencias, talleres y seminarios relativos a la historia de Cancún y Quintana Roo, y como director del Foro Nacional de Turismo en cada edición ha logrado reunir a lo más destacado de la industria turística, para conocer la opinión de los especialistas en el rubro. Además, en 1993, con sus pares municipales, participó en la creación de la Asociación de Cronistas de Quintana Roo, siendo promotor de la iniciativa para incluir la figura de los cronistas en la Ley de los Municipios de Quintana Roo (artículo 242 y siguientes). En 1997 coordinó la instalación del Museo Casa Maya en la réplica de la casa de visitas de Fonatur, en el Parque Ecológico Kabah. En el año 2002 propuso al ayuntamiento la creación del archivo histórico de Cancún y fue promotor de la construcción de la primera réplica de la antigua torre del aeropuerto, sobre el cruce de las avenidas Kabah y Tulum (ahora Luis Donaldo Colosio). En 2008 propuso al Gobierno del Estado la creación de la Medalla al Mérito Turístico Antonio Enríquez Savignac, que en su primera edición fue conferida a uno de los más destacados fundadores de Cancún, Ernesto Fernández Hurtado. Otra iniciativa digna de mención fue la imposición del nombre de Antonio Enríquez Savignac a la biblioteca de la Universidad del Caribe, así como las gestiones conducentes a la donación de los archivos sobre la fundación de la ciudad, tanto del propio Enríquez Savignac como de otros pioneros notables.
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Jorge González Durán Moriré siendo reportero
Colaborador y director de numerosos periódicos y revistas y desde hace 15 años conduce su respetado programa radiofónico: Desde el café. Testigo y protagonista a la vez del nacimiento y desarrollo de Cancún, fue el primer jefe de prensa del Ayuntamiento de Benito Juárez; es autor de varios libros sobre la historia de Quintana Roo
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orge González Durán cumple con su vocación desde 1968; una década después sentó raíces en este polo turístico, en el que ha sido testigo y protagonista del devenir no sólo de Cancún sino del estado entero, desde su trinchera. Ha escrito libros, colaborado y dirigido periódicos y revistas y desde hace tres lustros rige y conduce el programa radiofónico: Desde el Café. Nació en Chocholá, Yucatán, el 14 de febrero de 1950, y se define como una persona que se presta a equívocos, de muchas dimensiones pues no tiene un solo perfil, o una sola imagen: “no soy portador de una verdad, porque no creo en las verdades únicas, absolutas; creo que hay muchas verdades”. Formó parte de una familia de nueve hermanos, junto a la cual creció humildemente; se recuerda en su infancia jugando trompo, kimbomba y beisbol en las calles, sobre todo como un apasionado del atletismo, como lo sigue siendo hasta ahora. Por cuestiones de trabajo, su familia se mudó al estado de Campeche: “Yo me quedé un tiempo a vivir con mi abuela, con quien aprendí la lengua maya, ahí asistí a la primaria, después entré a la Normal de San Diego Tekax, era un internado. Ahí fue donde tuve mi primer contacto con el pe28
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riodismo, por unos cursos que nos impartían Franklin Alonzo, reportero del Diario de Yucatán, y Mario Menéndez Rodríguez, destacado periodista que causó conmoción con su libro Yucatán o el genocidio”.
Periódicos murales, el inicio
“A partir de esos talleres me hice cargo del periódico Cancún, 1979. Jorge González Durán con María de mural de la escuela, me guslos Angeles Valle Cortés, Señorita Quintana Roo y taba escribir y en esa época semifinalista en Miss México de ese mismo año. conocí a un gran amigo, Felipe Amaro Santana (QEPD). Además pegaba fotografías y textos en el palacio municipal y edificios públicos. Estudié para profesor en la Normal Rural de San Diego Tekax, Yucatán, no ejercí porque durante el año en que me debía recibir, al concluir la carrera, se organizó una huelga en la escuela, coincidiendo con los sucesos del 68. “Ante la invitación de Felipe Amaro y un grupo de quintanarroenses radicados en Mérida para realizar un periódico en Chetumal, decidí trabajar, ya que al salir de la escuela quería titularme, pero mi familia no tenía recursos”. El primer medio en el que participó fue La Voz del Quintanarroense, una publicación semanal en la que escribía notas, hacía ventas y se encargaba de llevar el periódico desde Mérida (donde se imprimía) hasta Chetumal, una ciudad que lo atrapó y que fue el primer lugar de Quintana Roo en el que decidió radicar. Con el paso del tiempo su amigo incursionó en la política y él continuó en el periodismo. Después participó en la fundación del Diario del Caribe y La Verdad de Quintana Roo, semanario en el que estuvo al frente por tres años. Más tarde fue uno de los reporteros fundadores del “periódico que nació con el estado”: el Novedades, en donde le tocó vivir la transformación de Quintana Roo, de ser territorio libre a convertirse en una entidad federativa más del país. A González Durán, más que un testigo, le correspondió ser amigo de los protagonistas de esta etapa de la historia
Cronista de Carrillo Puerto
De 1975 a 1978 vivió en Felipe Carrillo Puerto. “Me fui a trabajar en los asuntos culturales del primer ayuntamiento que ahí se tuvo; cuando se crea el estado los primeros ayuntamientos se crean en el 75, y del 75 al 78 yo viví en Felipe Carrillo Puerto; el presidente municipal era Sebastián Estrella Pool y ahí escribí mi libro sobre la guerra de castas: La rebelión de los mayas; antes ya había escrito uno, en el 74, que era sobre el Quintana Roo chiclero, las historias de las cooperativas, el chicle fue la principal actividad económica productiva del territorio de Quintana Roo en ese entonces”. Ahí mismo colabora en la participación de un periódico bilingüe, maPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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Febrero de 1979. Inauguración de la hemeroteca Fernando Benítez de Cancún, ilustre periodista que asistió a la inauguración del recinto cultural que llevó su nombre y que albergaba un importante acervo histórico. En la gráfica lo acompañan el edil Felipe Amaro Santana, el cronista Raúl Pavón, el secretario de la comuna Juan Caballero Corral y Jorge González Durán.
ya-español, que se llamaba Ut’aan Kaah (La Voz del pueblo). A principios del 78 se realizó en Cancún la Segunda Reunión de Cronistas de ciudades mexicanas, que motivó al entonces gobernador Jesús Martínez Ross a nombrar cronistas en los municipios, avalados por los cabildos, para participar en el evento, y ese título recayó en el maestro Jorge González para el municipio de Carrillo Puerto, cargo al que renunciaría después, por invitación de su amigo Felipe Amaro Santana, para participar en su trienio (1978-1981) en el área de comunicación.
Primer jefe de prensa del Ayuntamiento
Es así como González Durán llega a este polo turístico e inicia sus raíces. “El primer presidente municipal, Alfonso Alarcón Morali, no tuvo jefe de prensa, creo que porque no hacía falta, había un periódico, Novedades, no había ni una estación de radio, entonces no necesitaban a ningún jefe de prensa. Felipe Amaro, con quien me había iniciado en este mundo de la información, me invitó a ser su jefe de prensa, fui el primero de Cancún y Felipe Amaro tuvo la iniciativa de fundar Radio Ayuntamiento. También inició transmisiones la primera radiodifusora privada en ese entonces, se llamada la XEYI, del poeta, compositor y locutor Ricardo López Méndez”. Participó en la creación de los acervos hemerográficos y fotográficos de Cancún, ayudando a crear la primera hemeroteca en el trienio de Felipe Amaro. En 1981 fundó el periódico semanal Presencia, cuya estadía en el mercado finalizó en 1984; a la par participó en la creación del primer noticiario radiofónico en la estación XEYI. Además fue jefe de prensa en los trienios de Joaquín González Castro (1984-1987) y José González Zapata (1987-1990); director del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS), co30
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laborador del Diario de Yucatán, editor del Diario de Quintana Roo, director de La Crónica de Cancún. Y desde entonces hasta ahora sigue en la prensa escrita con sus columnas tan leídas y buscadas, reconocidas como certera referencia política, que publica en el Quequi; además, participa en el programa televisivo: Estado de los Estados, con Lilia Arellano; y en su programa radiofónico: Desde el Café, que se transmite desde hace más de 15 años, da voz a los que no la tienen, siempre tratando de ayudar a los demás. Cigarro en mano, con un humeante café y frutas frescas en la mesa, rememora un pasaje de su vida al arribar a esta ciudad: “Cuando llegué a Cancún era una maravilla, es una cosa que uno El maestro y escritor con su hijo Jorge. guarda en la memoria del corazón, porque ver cómo se desarrolla, cómo se desenvuelve una ciudad, ser testigo de ello, creo que es un privilegio para los que llegamos en esa época, fuimos testigos y de alguna manera protagonistas también, del devenir de esta ciudad. “Uno ha crecido a la par de la ciudad, quizá con todas sus virtudes y defectos, porque la hemos gozado y también la hemos padecido, pero haber vivido en Cancún desde esa época es un privilegio que ha marcado nuestras vidas”.
Poema a la historia
La historia ha inmortalizado una de las frases de su poema “Aquí los congregó la aurora”, en el monumento a la Historia de México, obra hecha por el escultor cubano José de Larra, con quien colaboró como asesor en temas históricos, para determinar qué imágenes y textos tenían que ir en ese trabajo escultórico. Su libro Quintana Roo Chiclero fue prologado por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano; La Rebelión de los Mayas le trajo muchas satisfacciones personales, se trata de un libro sobre la insurrección indígena más importante del siglo XIX; también es autor de Memorias de la guerra vieja, basada en hechos históricos de la guerra de castas y ahora tiene prácticamente listo un trabajo Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Antonio Callejo, Jorge González Durán, José Luis Heredia, Javier Ugalde y Jorge Acevedo.
con fotos y textos sobre Cancún que tentativamente quiere llamar Memorias de una ciudad. “Soy una persona que se presta a equívocos porque no creo tener solo un perfil, una sola imagen; los seres humanos no debemos ser unidimensionales, sino tener muchas dimensiones y es bueno prestarse a equívocos porque confundes, y más que aclarar, como muchos periodistas, muchos compañeros que escriben comentarios, editoriales, columnas, que se asumen como portadores de una verdad, yo no creo ser portador de una verdad”.
Vivir, hacer y cumplir
“Yo no creo en las verdades únicas, absolutas, creo que hay muchas verdades y uno da su opinión, pero das una opinión hoy y mañana puedes cambiar, la realidad cambia. Yo me asumo como un reportero, periodista es una cosa muy amplia, muy grande, yo soy un reportero porque el reportero es el que va buscando la información y la presenta y la comenta. “Pero reportear no sólo se refiere a los hechos de hoy si no que también podemos reportear el pasado, investigando en las fuentes documentales, en los textos, en la historia, eso es lo que más he hecho como tarea, como historiador, y las satisfacciones que me ha dejado durante estos 47 años el periodismo son las de vivir, hacer y cumplir mi vocación. “Estoy cumpliendo mi vocación, no exenta de sinsabores, pero estoy haciendo lo que siempre he querido hacer, yo creo que una vocación nace contigo y la vas desarrollando, yo la encontré desde muy joven y no la he cambiado; a estas alturas puedes cambiar de pareja, puedes cambiar de ideas, pero no cambiaría mi vocación, creo que voy a morir siendo reportero”.
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Un personaje único e irrepetible
Decano de los fotoperiodistas quintanarroenses, Cecilio Balam Yciau inició en el mundo de la imagen cuando Quintana Roo era aún Territorio Federal; hoy, cámara en ristre, amuletos al cuello, su inconfundible figura destaca en todo tipo de eventos noticiosos, políticos, deportivos y sociales, y no falta quien afirme que tiene el don de la ubicuidad
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ecilio Balam Yciau, originario de Felipe Carrillo Puerto, es un fotógrafo empírico, que inició en el mundo de la captura de imágenes y la inmortalización de momentos en el tiempo, lavando fotos en blanco y negro en el estudio de Álvaro Hernández en Payo Obispo (hoy Chetumal), cuando Quintana Roo todavía era Territorio Federal. Emigró de su lugar de origen buscando superarse en la vida, y ahora es todo un personaje, tanto en el medio periodístico como en la política y en la sociedad. Ha visto la transición de la fotografía de escala de grises a colores y a la captura digital, pero siempre se ha actualizado para no quedarse atrás en la tecnología. Casi siempre ha trabajado solo y por su cuenta, pues no le gusta atarse a las empresas, donde le han limitado sus aspiraciones. Apoyó en el primer periódico de Cancún: Diario del Caribe, fue el primer fotógrafo de Novedades de Quintana Roo, siguió Diario de Quintana Roo y Por Esto!, pero casi siempre se ha dedicado a la venta de fotografías a políticos y desde hace nueve años tiene su propia revista: Un Nuevo Quintana Roo, que le ha funcionado. Es un trabajador incansable, y su inconfundible figura suele verse en todo tipo de eventos -sin importar que sean prácticamente simultáneos y distantes uno del otro, por lo que no falta quien le atribuya el don de la ubicuidad-, cámara
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en ristre, numerosos amuletos colgándole del cuello y en las muñecas “para alejar las envidias”.
Humilde infancia
Nació el 22 de noviembre de 1952, de extracción humilde, con unos padres que se dedicaban al cultivo de la tierra y al cuidado de la casa; dejó el terruño a los 12 años porque no le gustaba el campo y se fue rumbo a Payo Obispo (ChePedro Noh, Cecilio y Cristian Balam, entre otros. tumal), donde realizó sus estudios básicos en una escuela militarizada; allí conoció a Álvaro Hernández, quien lo llevó a su estudio fotográfico como ayudante. En su época de estudiante participó en un concurso nacional de oratoria en Nuevo León, sobre la vida y obra de Benito Juárez, certamen que ganó gracias a que en el tema libre habló de sus raíces y el porqué de su admiración al Benemérito de las Américas, pero en lengua maya. “Tras mi triunfo, el mismo mandatario me fue a recibir en el aeropuerto”, dice. Recuerda que en aquel entonces David Gustavo Gutiérrez era el gobernador del Territorio de Quintana Roo, y también ejerció el mandato de manera provisional tras promulgarse la Constitución Política del Estado libre y Soberano el 12 de enero de 1975. Escuchó hablar de la formación del primer Congreso local con carácter de constituyente, para la creación del estado. “Inicié cargando equipo fotográfico para la campaña a gobernador de Jesús Martínez Ross, cámaras con rollo y fotos en blanco y negro. Los compañeros me decían: ‘así se hace, observa, tienes que hacer esto y lo otro, no sólo te vas a dedicar a lavar fotos’”.
Click al primer gobernador
Así, se hizo presente en la toma de protesta del primer mandatario de Quintana Roo como Estado Libre y Soberano, ya tomando fotos. De esa manera comienza a inmortalizar momentos con un click de la cámara, además de que entabla relación con numerosos funcionarios y personajes de la política. Conoció a Felipe Amaro Santana (QEPD) cuando fue magistrado y posterior titular del Tribunal Superior de Justicia, y fue él quien lo invitó a mudarse a Cancún porque iba a iniciar su campaña para la presidencia municipal y necesitaba a un fotógrafo. Ya conocía el lugar, era un desarrollo turístico incipiente, lo había visitado en algunas ocasiones esporádicas, pero a principios de 1978 viene a trabajar y conoce a los primeros fotógrafos de Cancún: Sergio Güemez, José Colorado y “Richard”. “Después de la campaña me dijo Amaro Santana, quien gobernó de 1978 a 1981: ‘Balam, ponte un estudio porque dices que eres fotógrafo y tu maestro 34
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fue Álvaro Hernández’. Así que instalé mi laboratorio y pedí el material que necesitaría para tomar fotografías para el ayuntamiento. “Recuerdo que mis primeras fotos de aquí, y eso era nuevo para mí, era tomar gráficas en los accidentes, y de ahí que me cotorreen de que se me mueven los muertos, era que en el momento de tomar las imágenes tenía unas manos temblorosas y pues las fotos salían ‘movidas’”.
El Diario del Caribe
Participó en el primer periódico de Cancún, Diario del Caribe, que salió a la luz pública el 10 de abril de 1978, de Don Federico de León Quezada, pues “me pidió Amaro Santana que les echara la mano, ya que él no tenía muchos eventos. En ese lapso conocí a doña Lilia Arellano, encargada de relaciones públicas del ayuntamiento, pero también era quien veía todas las cosas de prensa del alcalde en turno. “‘Quihubo chamaco, ¿qué haces?’, me dijo doña Lilia Arellano, y le contesté: ‘aquí ayudando a don Bus en el Diario del Caribe’. Y me dijo que los fotógrafos independientes no le estaban respondiendo, por lo que habló con el presidente municipal y me fui con ella a trabajar, y ya había más campo para la información en la comuna. Terminó Amaro Santana y entró José Irabién Medina (1981-1984), y me dijo que traía su propio fotógrafo, por lo que me liquidan”. Regresó a Chetumal cuando Pedro Joaquín Coldwell acababa de tomar posesión de la gubernatura del estado, y se dedicó a tomarle fotografías en sus eventos. Y así siguió con Miguel Borge, quien “me aprecia mucho y un día me dice: ‘Balam, ya hemos visto tu desempeño, que te has superado, y quiero que ahora seas mi mensajero para llevar mis papeles a la representación en México’, y así empiezo mi nueva labor con más ahínco y entusiasmo que nunca. “En mis viajes a México conocí a Mario Villanueva como senador, cuando iba a la CNC (Confederación Nacional Campesina) o al PRI (Partido Revolucionario Institucional); también conocí a muchas artistas del momento; en uno de esos viajes me percaté de que había fotografías a color, por lo que solicité que me compraran los rollos y equipo adecuado para tomarlas porque sabía que les iba a gustar. Es así como llego a Quintana Roo con las fotos a todo color, era una novedad”.
Collares de protección
“Cuando Mario llegó a la gubernatura continué trabajando, era su fotógrafo. Con él fue mi primer contacto con los santeros cubanos, y ellos me dijeron que tenía un don, por lo que me sugirieron empezar a utilizar collares para protegerme de las envidias”. A la mitad del sexenio de Villanueva Madrid regresó a Cancún y ya había encontrado la fórmula para subsistir: tomando fotografías en eventos políticos para después venderlas, no le gusta estar “amarrado” con un medio; fue también colaborador de varias revistas, hasta que decide fundar la suya: Un Nuevo Quintana Roo, que mes con mes ha salido desde su aparición. La fotografía le ha dejado grandes satisfacciones y le ha abierto las puertas a innumerables amistades, además le ha permitido conocer varios estaPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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Amante de la música y de los buenos palomazos.
dos de la República Mexicana, incluyendo toda la geografía quintanarroense y, en el extranjero, Cuba y Nicaragua. “Imagínate el hecho de pasear por todos lados, sólo tomando fotografías, que no desembolses un peso, porque estás cumpliendo con tu trabajo”.
Anécdotas
“En mis inicios laborales empecé a juntar mi dinero, por lo que llegué a tener un buen fajo de billetes, que guardaba en el interior de un tronco. Pasado un tiempo fui a checarlo y me voy percatando de que el comején le había hecho agujeros. Me senté a llorar y no faltó quien me viera y me acompañó a un banco, donde afortunadamente me cambiaron los billetes”. Durante sus viajes a la capital del país para llevar documentos conoció a muchos artistas de renombre en los cafés de la Asociación Nacional de Intérpretes y la Asociación Nacional de Actores (ANDA), como Cantinflas, José José, Emilio “El Indio” Fernández y Raphael. “No lo vas a creer, pero cuando se reportó el hallazgo de unos duendes de barro por Puerto Aventuras yo dudé en ir, a última hora acudí junto con otro fotógrafo, pero cuando sacan los objetos, yo no hice la oración, saqué la cámara y empecé a tomar fotos, pero les dije que esos no eran aluxes porque yo ya los había visto. Juntos fuimos a revelar las imágenes, las de mi compañero salieron bien claras y las mías completamente blancas. “En otra ocasión, cuando viajaba hacia Mérida, casi por donde están los soldados, apenas estaban construyendo por ese sitio, un motociclista reba36
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só un volquete pero más adelante fue atropellado y la unidad pesada le pasó encima de la cabeza. Lo increíble fue que el cuerpo se levantó y empezó a golpearse entre los autos, inmediatamente me puse a tomar fotos porque son de esas cosas increíbles que suceden y en ese momento yo estaba ahí y lo pude captar. “También me ha tocado no poder tomar Cecilio Balam y Gonzalo Subirats (QEPD), unas fotos, pese a que la siempre al pie del cañón. gente me lo está pidiendo; por ejemplo en un accidente, la unidad estaba incendiándose y los sujetos estaban gritando, ahí no pude, eran gritos desgarradores y no podíamos hacer nada para ayudarlos”. Balam Yciau es un gran padre y un excelente abuelo, que supo salir del medio donde nació, que aprendió a superarse y formar una familia que ha sacado adelante con el click de sus cámaras. Sus hermanos se quedaron en Felipe Carrillo Puerto, él conoció los vicios y las drogas pero nunca los probó; dice: “no necesitas tener a tu papá y a tu mamá junto a ti para educarte o superarte, hay que pensar correctamente y escuchar consejos de las personas mayores y maduras”. En su haber tiene varios cursos de Kodak, tanto nacional como internacionalmente.
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Tomás Álvarez Con el arte en sus genes
El amor a la fotografía y la música le vienen de familia; cuenta tras de sí con una brillante carrera de más de 30 años, durante los cuales ha obtenido innumerables reconocimientos, entre ellos el Premio Estatal de Fotografía en el año 2000
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n el fotoperiodismo pasas de un momento a otro del polvo de las regiones al glamour de la zona hotelera, en una labor única y de riesgo, considera Tomás Álvarez Montiel, quien se enamoró de Cancún cuando lo conoció desde las alturas, a bordo del avión presidencial que traía a Luis Echeverría Álvarez a una gira de trabajo. Fue uno de los primeros fotógrafos en Cancún que empezó a revelar e imprimir fotos a color. Cuenta tras de sí con una brillante carrera de más de 30 años, durante los cuales ha obtenido innumerables reconocimientos, entre ellos el Premio Estatal de Fotografía en el año 2000. Es originario de Orizaba, Veracruz y nació en 1955. Inició en el mundo de la fotografía a los 19 años, con unos parientes que tenían estudios fotográficos; con ellos aprendió a elaborar químicos, la emulsión de fotografías, a revelar diapositivas, revelar en blanco y negro, en alto contraste, a grano fino, revelar a color. Unos profesionales bien preparados que continuamente eran comisionados por la compañía Kodak para tomar cursos en diversas partes del mundo.
Técnico en máquinas y herramientas
Terminó su carrera de técnico en máquinas y herramientas, y desde pequeño soñaba con ser ingeniero para laborar en una de las grandes empresas que se encuentra en su estado. Es también un apasionado del deporte, 38
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Cubrió la fuente de la Presidencia de la República, que albergaba en aquel entonces a Luis Echeverría Álvarez.
mientras estudiaba para técnico, fue seleccionado de la escuadra de futbol para representar al Tecnológico y ahora es integrante de la Selección Estatal de Veteranos. Al crecer en un ambiente con necesidades económicas tuvo que alternar el estudio con la música, se dedicaba a la “artisteada”, ya que en sus genes lleva la música: su padre laboraba con Los Dandys y Los Panchos. Pero el fotoperiodismo le ganó, incluso en su familia, una de sus cinco hermanos tiene su propio estudio fotográfico. Inició su carrera en el periódico El Dictamen, de Veracruz, después se fue a la capital del país, donde ingresó a El Heraldo de México y cubrió innumerables eventos, y por su sagacidad en la lente y profesionalismo fue designado por el medio para cubrir la fuente de la Presidencia de la República, que albergaba en aquel entonces a Luis Echeverría Álvarez, en su último año en el poder, a quien acompañaba en sus giras por todo el país. Fue así como conoció Cancún, pero desde las alturas, ya que venía cubriendo una gira de trabajo del mandatario mexicano. “Es un paraíso”, se dijo asombrado al mirar el paisaje. Ya en la presidencia José López Portillo, fue cambiado de fuente y continuó laborando para El Heraldo hasta 1980, año en que, cansado de viajar de un lado para otro y sin tener el tiempo suficiente para su familia, Álvarez Montiel decidió sentar raíces en este polo turístico. Ya en Cancún, continuó trabajando como corresponsal para el diario capitalino, en el que en varias ocasiones les impartieron talleres de redacción y periodismo; incluso al acontecer la explosión de San Juanico, en 1984, haPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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bía asistido a un curso a la Ciudad de México. “Cuando nos avisaron tomé mi cámara fotográfica y me lancé para allá. Era impresionante el lugar, lleno de fuego y cadáveres, incluso cuando terminé la jornada hallé piel humana en las suelas de mi zapato, fue desgarrador e impresionante”. En 1986 se desligó completamente de El Heraldo.
Trabajo fotográfico de primera
Un aventurero y deportista.
A su llegada como aventurero en Cancún, consiguió una concesión para instalar su propio estudio de fotografía en la avenida Tulum, a la que le denominó Foto México; ahí realizaba fotografías de todo tipo, incluso a color y fue todo un hit. Su trabajo fotográfico fue conocido en el ámbito político, muchos incluso le fueron a pedir que les tomara imágenes en sus eventos, labor que realizaba a la par con su negocio. Tras 15 años de laborar por su propia cuenta, decidió regresar al medio periodístico y tras una serie de pruebas fue contratado como laboratorista para la impresión de fotografías en grano fino, pero decidido a retomar su labor como fotoperiodista y voluntarioso como es, decidió además salir a tomar imágenes en las calles para el medio impreso. En 1998, en busca de mejores condiciones laborales y para el bienestar de su familia dejó ese medio para incorporarse al Novedades de Quintana Roo, donde actualmente se desempeña como fotógrafo y editor.
Bondades y retos en el fotoperiodismo
“El oficio del fotoperiodismo ha sido uno de las cosas más bonitas que me ha pasado en la vida. He conocido a grandes personalidades como por ejemplo a George Bush, Nelson Mandela y François Mitterrand. “El ambiente en las giras presidenciales es tenso, hay que buscar en todo momento la buena foto y mandar lo antes posible. Debía imprimir mis imágenes en los baños de los hoteles y en ocasiones me tocaba revelar a color para mandar los rollos de negativo. Es un ambiente muy tenso y estresante”. En una charla por demás amena, Tomás narra que muchas veces tuvo que improvisar para poder revelar sus rollos. En Guaymas, Sonora, en la intemperie, la oscuridad y bajo unas mantas y sarapes realizó su labor para sacar sus fotografías, y aquí en Cancún en Noches Mexicanas, en Tropical Caribe, unos fotógrafos le entregaban los rollos y él hacía su trabajo.
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Un volcho como cuarto oscuro
“Habilité mi volcho como laboratorio, le puse cortinitas para que no entrara la luz para revelar, y con una extensión y las charolas con químicos puestas en el asiento de atrás, con mi ampliadora, imprimía las fotos; siempre les cumplí, en menos de una hora estaban listas siempre alrededor de 120 imágenes a color impresas de cinco por siete pulgadas”. Con el paso de los años en el oficio había obtenido una tremenda habilidad, labor que ya le rendía frutos. La tecnología sólo ha beneficiado en tiempo a los periódicos, afirma, ya que ahora la foto, tras tomarla, en un santiamén se encuentra en la redacción. En su época rocanrolera, cuando pertenecía En miles de ocasiones ha presioa una banda de música. nado el obturador de una cámara, pero sólo algunas de ellas se han quedado en el recuerdo para no olvidarse. “En un incendio de una palapa, allá por las avenidas Chac Mool y Talleres, una madre fue por uno de sus hijos a la escuela y dejó a los otros dos en la casa con la estufa encendida. No sé cómo pasó, pero las llamas devoraron la casa, al entrar logré ver a los niños ya calcinados pero tomados de la mano. Sentí debilidad y flaqueza en su momento, fue muy fuerte el impacto”.
Un oficio con peligro
En su haber tiene centenares de anécdotas, comparte sólo un par de ellas. “En una temporada de incendios, me tocó ir a tomar fotos y a Víctor Flores realizar la nota, pero aventurados como éramos y deportistas, queríamos estar cerca de la conflagración para captarla. Se nos atravesaban las víboras y otros animales que escapaban del fuego, y nosotros seguimos adelante, hasta llegar al frente. “Bien emocionados en el momento, no nos percatarnos de que nos rodeó el fuego y no podíamos salir. Nos subimos a un árbol, con el paso de los minutos que nos parecieron eternos, el calor de las llamas y el humo sofocante nos avasallaba. Pensé que ahí moriríamos, ya no veíamos nada y nos costaba respirar “De pronto sucedió un milagro o la suerte, no sé, llegó un helicóptero con agua, uno que habían traído de Canadá, que le llamaban ‘Libélula’ y tenía agua en la panzota, y tira el agua alrededor de donde estábamos, y se fue. Nosotros gritábamos pero nadie nos escuchó, regresó de nuevo y volvió a echar agua en la zona y partió de nuevo. Ya en la tercera ocasión decidí lanzarle flashazos para que nos viera, y sí alcanzó a mirarnos, por lo que al retornar con agua nos la avienta sobre el árbol. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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“El golpe fuerte del líquido nos hizo caer del árbol, como cuatro metros de altura, nuestro equipo de trabajo quedó inservible y nosotros bien golpeados. Nos tiraron una escalerilla para sacarnos de la zona, primero subió Víctor y después yo. Al llegar al helicóptero imagínate cómo nos recibieron, recibimos una tremenda regañiza por no seguir las instrucciones y nos fueron a tirar al aeropuerto”.
Levantón por cumplir su trabajo
Además sufrió un levantón por tomar fotografías a los drogadictos en las calles de Puerto Juárez. “Me encargaron imágenes para ilustrar un reportaje sobre drogadicción, entonces fui a Puerto Juárez y le pedí chance a los adictos de documentar gráficamente todo el procedimiento que realizan para drogarse. Me lo permitieron y tomé muchas fotos. “Al salir del lugar y a dos cuadras de llegar a mi carro varios sujetos me sujetaron, me vendaron los ojos y me introdujeron a una camioneta. Me llevaron a la zona continental de Isla Mujeres, en el trayecto me golpeaban y me cuestionaban por las fotos. Les dije que era fotógrafo y sólo cumplía con el trabajo que me había encargado el medio en que laboro. Tras una brutal golpiza y borrar todas mis fotos, me fueron a tirar por el manglar. “El oficio tiene sus riesgos, más ahora, con la situación actual han incrementado, ya no cualquiera se deja retratar por las calles como antes. En un evento puedes tomar imágenes, pero corres el riesgo de que a alguien no le guste y te reclame, mínimo”. Se declara deportista y cruzazulino de corazón, asistió infinidad de veces a verlos jugar en el estadio Azteca, pero vio y disfrutó el campeonato que obtuvieron ante el Atlante, por la vía de los penales, en el Torneo Copa MX en el 2013. Además Tomás Álvarez ha participado en exposiciones grupales, siempre se ha distinguido por su labor dentro del oficio y su compañerismo en el deporte; siempre listo para captar momentos únicos para inmortalizarlos con un click.
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Lorenzo Pacheco
Más de medio siglo en la trinchera
A lo largo de su carrera, pletórica de anécdotas que podrían llenar varios volúmenes como éste, ha recibido por igual incontables reconocimientos y amenazas de muerte; decano y formador de numerosos periodistas de Quintana Roo y Chiapas que hoy brillan en los medios de comunicación; siempre ha preferido trabajar con mujeres, “porque no son borrachos, son puntuales, entregadas y disciplinadas”
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s periodista, sexólogo, psicólogo, ingeniero civil, piloto aviador y conferencista; no fuma, ni bebe, ni consume drogas. Lorenzo Pacheco González, con más de medio siglo de trayectoria periodística, ha fomentado el periodismo independiente y formado a muchos comunicadores en Cancún y Tuxtla Gutiérrez; ha sido director de periódicos diarios, revistas, programas televisivos y noticieros radiofónicos en Chiapas, Campeche y Quintana Roo, y siempre ha preferido trabajar con mujeres “porque no son borrachos, son puntuales, entregadas y disciplinadas y con ellas sentí el éxito de mi realización”. Entre sus anécdotas recuerda haberle dado un derechazo al entonces gobernador Juan Sabines Gutiérrez (79-82) -tercer mandatario en un mismo periodo constitucional de Chiapas, el de 1976-82, iniciado por Jorge de la Vega Domínguez y seguido por Salomón González Blanco-, en un desencuentro motivado por sus notas. Lamenta que en la actualidad ese “periodismo escrito, con dolor de nuestro corazón, es una especie de extinción, el nivel académico es muy bajo, la gente que lee es mínima”. Fue ganador de innumerables reconocimientos a lo largo de su vasta ca-
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rrera, entre ellos los premios a la trayectoria periodística “Manuel Buendía Frontera Sur” y el Nacional de Comunicación “José Pagés Llergo”; lo mismo ha recibido incontables amenazas de muerte, pero eso no lo ha amilanado; al contrario, lo han fortalecido desde que inició en el bello oficio de informar, que ha pasado del linotipo, máquinas de escribir, computadoras hasta la actual era tecnológica. “El que huele la tinta está cabrón que lo deje”, afirma el decano periodista.
Orígenes campechanos
Nació el 29 de febrero de 1934 en la capital de Campeche, hoy San Francisco de Campeche, pero su padre lo registró el 21 de febrero de 1940 porque tenía otra familia en la Ciudad de México, fue hijo único, aunque su papá Joaquín Pacheco Ortega tenía otros dos vástagos, al igual que su mamá María Dolores González, cuando se conocieron y lo engendraron. Creció en un ambiente de unidad familiar tal, que nunca se percató que los otros eran sus medio hermanos; su padre lo enseñaba en casa, y empezó a asistir a la escuela directamente en quinto grado. “Una tía en Campeche, María Pacheco Blanco, autora de la Geografía de Campeche, me instruyó en todo a los 11 años de edad; en su casa me sentaba frente a ella y me decía ‘léete un libro’. “Leía el libro que ella ya se sabía de memoria, me indujo a la lectura y me explicaba todo. Un día me dijo: ‘escribe una carta y se la diriges al director del Diario de Yucatán porque el gobernador tiene en su plan modernizar Campeche, pero hay muchos edificios que son coloniales y es una lástima que tiren esas construcciones y no poder conservarlas, como niño debes mandarle una carta al director del periódico, pidiendo que no demuelan esos edificios coloniales’. “Realmente ella hablaba y yo escribía, mandé la carta y la publicaron en el Diario de Yucatán, mi papá recortó el escrito, lo enmarcaron y lo colgaron en la sala de mi casa; yo creo fue un impacto psicológico para mí a esa edad, yo sentía muy bonito, a los chamaquitos yo les presumía, les decía: mira, lo que escribí lo publicaron”. Desde esa edad a Pacheco González se le metió la idea de escribir y empezó a involucrarse en el periodismo estudiantil, en sexto de primaria; en la secundaria hizo un periódico estudiantil; en los carnavales se acostumbraba sacar un periódico sobre el testamento de Juan Carnaval y ese periódico era tradicional, y lo empezó a realizar, eran dos hojitas, ese fue el inicio de una carrera en los medios de comunicación que sigue hasta la fecha, pero siempre actualizándose para no quedar en el limbo.
Ingreso a la radio
Al terminar la preparatoria, durante la cual continuó escribiendo notas y mandándolas a diferentes periódicos, decidió irse a la Ciudad de México a seguir sus estudios en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), en donde estudió ingeniería civil, pues “no había carrera de periodismo”; sus notas en la prensa escrita le permitieron ingresar a la radio, primero como aficionado y después como invitado para hablar de diferentes temas, ahí se fue fogueando, con base en la experiencia. 44
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Los caminos que recorrían para sacar la nota en Chiapas.
A los 25 años, al terminar la carrera de ingeniería civil decidió irse a Coatzacoalcos, Veracruz, donde empezó a trabajar en un negocio de aluminio y vidrios, pero “enfrente había un periódico, un tabloide de un periodista istmeño, de Oaxaca, y fui hablar con su propietario, don Andrés Siu Hernández (QEPD), descendiente de inmigrantes chinos que vio en Coatzacoalcos una oportunidad de vivir y establecerse en el puerto. “Le dije: ‘deme chance, a mí me gusta escribir, deme chance’, y me respondió: ‘yo lo que necesito es un reportero pero de tiempo completo, si puedes ven, pero no hay sueldo, tú consigue las notas y vamos a mitía’ (mitad y mitad); le dije: ‘pues sí’; hablé con el ingeniero y le expliqué: ‘el periodismo es mi pasión, en la ingeniería yo creo que no la voy hacer, me gusta más escribir, deme chance, yo le sigo haciendo los dibujos, no sé a qué horas pero le cumplo, sólo deme chance de que yo pueda venir aquí a la oficina’, me dio permiso, entonces así me las ingeniaba para comer y ahí comencé”. No fue un inicio fácil, pues eran los finales de los años 50, una época donde el cacique de Veracruz, Amadeo González Caballero, ponía y quitaba a gobernadores y presidentes municipales, era sobrino de Miguel Alemán González, primo de Miguel Alemán Valdés, tío de Miguel Alemán Velasco. “Yo empecé a escribir contra el edil Mariano Moreno por todas las irregularidades que veía, pero el poder detrás de él era el cacique más célebre que haya existido en el sur de Veracruz durante el siglo XX; entonces le pidió a Siu Hernández que fuera yo a hablar con él. Llegué a su casa, era lujosa, Amadeo González Caballero se encontraba sobre un sillón con una de sus botas estiradas, le estaban dando grasa, y por otro lado el peluquero cortándole el cabello. A sus espaldas había colgadas en la pared unas cabezas disecadas de toro y de venado. “Cuando me vio dijo: ‘utaaaaaa, pensé que eras más grande, eres un chavo ¿tienes mujer?’, le contesté que sí y que también tenía una hija. Se me Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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quedó viendo y me dijo: ‘mira, pa’ pronto, deja esa chingadera y te hago administrador de mis autobuses, ¿o te vas enfrentar a mí?, ¿sí sabes quién soy, verdad?’. Le contesté que sí”.
Huye ante amenazas de cacique
Esa fue la primera ocasión en la que Lorenzo Pacheco salió prácticamente huyendo para evitar ser golpeado o baleado, como en su momento le había pasado a don Andrés Siu Hernández por su periódico crítico y veraz. Fue a parar a El Dictamen, de Veracruz como reportero y por primera ganó un sueldo: un salario mínimo. Pero fue en Chiapas donde armó una revolución periodística en los años 70, donde es apreciado hasta hoy un día. “Yo andaba por Chiapas vendiendo equipo de soldadura y cumpliendo contratos de fumigación como capitán piloto aviador, porque del periodismo no se vive, pero también exponía mi vida en las alturas porque a cada rato se caían las avionetas por mal mantenimiento ante la falta de insumos, era temerario, porque en cualquier momento irías al hospital o al cementerio. “Estando ahí me enteré que saldría un periódico tamaño tabloide de 24 páginas de color, de los señores Figueroa, entonces me presenté en una oficina de La República de Chiapas, ahí les entregué mi pequeño currículum, comencé a laborar como reportero, entramos sin ganar nada, nos pagaban por nota publicada pero no sueldo, nos daban una miseria y pues así entramos, fue una época de periodismo combativo y fue sensacional”.
De la calle a la redacción
Recuerda con nostalgia las redacciones de antaño, ruidosas, sucias, impregnadas de tinta y grasa, donde la vida iniciaba por las noches, con la llegada del linotipista, el técnico en impresión y el ayudante. No pasó mucho tiempo cuando Pacheco González se apropió de la redacción por méritos propios, una labor que no deseaba al principio pero que con el paso de los años se apoderó de él y permanece inamovible. “Se fue el jefe de redacción y el licenciado Figueroa me mandó a buscar y me dijo: ‘tú eres el que tiene mejor ortografía de los reporteros, ayúdanos con la redacción’; le contesté: ‘no, padezco claustrofobia’; me dijo: ‘ahí sí vas tener sueldo, ahí ya no es por nota’. Asentí diciéndole ‘pero no me vaya a dejar mucho tiempo ahí porque me vuelvo loco, a mí me gusta estar en la calle’, acepté más por deber moral, porque me había tratado bien”. Al iniciar la circulación del periódico unomásuno, el 14 de noviembre de 1977, Lorenzo Pacheco se convirtió en uno de sus corresponsales, “ahí si te pagaban por nota publicada y era mejor billete”; también fue corresponsal de La Jornada; en la redacción aprendí muchísimo, yo creo que soy uno de los mejores maestros de redacción en semántica, ortografía y estilo, al principio sufrí mucho porque había licenciados de filosofía y letras y maestros que estaban mal preparados y en la redacción no me funcionaban”. Leía diccionarios de sinónimos y antónimos porque se sentía inseguro y “fue ahí donde realmente me doctoré, porque andaba con los libros a cada rato, no me gustaba que saliera un error en el periódico y la verdad es que el medio informativo se volvió un éxito, es el mejor en la historia de Chiapas”. 46
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Lorenzo Pacheco con Miguel de la Madrid, presidente de Méxido en el sexenio 1982-1988.
Preparación periodística en folletos
Esa incesante labor suya en la redacción, la cual había convertido en su búnker, casi las 24 horas del día, donde comía tacos y dormía poco, fue vista por los directivos que optaron por correr al director y hacerlo responsable editorial del medio informativo. Una carrera vertiginosa donde la cereza en el pastel fue que por primera vez en la historia el taller del periódico fueron puras mujeres, “empecé a meter mujeres a la producción, el tiraje, ellas manejaban la prensa. “No son borrachos, hay menos ausencias, son más disciplinadas y desde entonces me acostumbré a trabajar con mujeres, la mayor parte de la empresa eran mujeres y pues había diferencia en eso porque son muy puntuales y entregadas, entonces ahí fue donde yo sentí el éxito de mi realización”. Teóricamente se preparó con los folletos del Manual de Periodismo por correspondencia, de Carlos Marín y Vicente Leñero, curso que le sirvió para poder formar reporteros, “después salió el libro y aún conservo los folletos, están enteros con dirección y todo”. En 1980 tuvo que salir huyendo de Chiapas por problemas con el entonces gobernador Juan Sabines Gutiérrez, a quien señaló de haber mandado a balear el frente del periódico. Complicaciones que se acentuaron con las publicaciones a raíz de la matanza de campesinos tzeltales en Wololchán (castellanizado como Bololchán o Golonchán), perpetrada por civiles armados al servicio del propietario del rancho Golonchán y por un destacamento de soldados federales, el domingo 15 de junio de 1980. “Estaba en el periódico cuando me avisaron a la media noche de la masacre de indígenas, del periódico agarré carcacha y me fui a San Cristóbal de las Casas, luego una avioneta, después un caballo y caminatas hasta llegar al municipio de Sitalá, donde estaba Golonchán; llevaba mi grabadorcita, la Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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encendí y la oculté para que los testigos me hablaran sin miedo ni tapujos. “El presidente municipal de aquel lugar me soltó toda la información, había campesinos muertos y otros cadáveres con uniformes de soldados, otros más hospitalizados; regresé al periódico, en ese entonces estaba en El Heraldo de Chiapas y tenía mi programa de radio que se llamaba Bitácora 77, fue el acabose para mí porque solté toda la información recopilada que no les gustó nadita”. El día que salió la nota en portada llegó un jeep de la policía a la redacción a buscarlo: “–Señor don Lorenzo, el gobernador quiere que usted vaya a platicar con él. “–Dígale al señor que no soy empleado del gobierno, yo no trabajo con él. ¿Traen orden de aprehensión? “–No. “–Entonces díganle que cuando yo termine en la redacción, porque tengo un jefe, y saque la edición, si él todavía está dispuesto yo voy a verlo, pero ahorita no puedo salir. Los policías se retiraron. Más tarde le telefonearon para decirle que el mandatario Juan Sabines Gutiérrez lo esperaría en la Casa de Gobierno.
Derechazo a gobernador
Al terminar su labor se subió a su vochito y se dirigió al lugar al que había sido citado, al llegar vio movimientos y le dijeron que estaba todo el gabinete encerrado. “El policía me hizo pasar y al fondo de lugar había un privado, ahí me dijeron que me metiera y que esperara, no pasó mucho tiempo cuando se asomó y estaba muy exaltado y ebrio. Sentí el olor del alcohol, me gritó y con el periódico en la cara casi me pega en la cara”. “–Don Juan, yo vine por respeto a su investidura, no soy su empleado ni su hijo. Yo estoy loco y usted no me conoce. “–Yo soy la autoridad, qué te crees, por qué publicas mentiras. Y siguió espetando y gritando, por lo que lo sacó de sus casillas, y Lorenzo le dio un derechazo en la barbilla, mandándolo al sillón, sin mostrarle el casete que llevaba como prueba de que todo lo publicado era verdad. “Salí de ahí todo temeroso, mis piernas eran como de trapo, la salida se me hizo larguísima, pensé: ‘ya me cargó la chingada’. Llegué a mi vochito y me subí todo temeroso hasta llegar a la casa; el señor no hizo nada pero posteriormente me hizo la vida imposible”. Todo cambió, el dueño del diario cambió la línea editorial porque le empezaron a cerrar negocios. Era una situación muy difícil por las amenazas constantes, por lo que optó por dejar Tuxtla Gutiérrez para irse a Campeche, su ciudad natal. Al llegar a la ciudad amurallada lo primero que hizo fue ir a ver a su padrino de bautizo, el gobernador Eugenio Echeverría Castellot, que estuvo en el periodo constitucional 1979-1985, a quien le platicó todo el problema en Chiapas con el mandatario Juan Sabines Gutiérrez. Pero también el gobernador campechano tenía planes de realizar un periódico, iniciar desde la raíz, desde levantar el edificio, ahí puso en práctica lo que aprendió en la carrera de ingeniero civil. Pero los cafetólogos se en48
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teraron cuando todo estaba listo para iniciar, ya con maquinaria y personal, y empezaron a golpear al gobernador Echeverría Castellot, quien optó por no sacarlo a la luz pública. Le pidió a Lorenzo Pacheco que se fuera a Mérida para venderle todo el proyecto al Novedades de Andrés García Lavín (QEPD) o a los Menéndez, del Diario de Yucatán; éstos últimos se interesaron pero con la condición que él lo dirigiera junto con Carlos Castillo Peraza (QEPD), a lo que se negó rotundamente: “Yo con ustedes no trabajo, aunque me paguen el triple por la línea que manejan”, les dijo. Al final acabaron comprando el proyecto y lanzaron el Diario de Campeche, un tabloide hecho por 40 chiapanecos, campechanos y yucatecos que Lorenzo Pacheco había preparado para tal fin.
Diagramación de una página de periódico.
De Campeche a Chetumal
Ingresó a la redacción de Tribuna, donde hacía su columna y el editorial, además participaba en los noticiarios en la radio. No pasó mucho tiempo cuando de nueva cuenta salió huyendo, ahora por problemas maritales: su ex mujer, la madre de sus cuatro hijos, Selegna, Joaquín, Rita y Oznerol, quería más pensión al saber que ya le iba mejor económicamente. Ya había sido demandado y al enterarse decidió marcharse. “Fui a mi departamento, saqué mis cosas y llené con gasolina el tanque de un Spirit que mi padrino me había regalado, mi idea era irme a Tuxtla Gutiérrez, no venir a Cancún, pero me acordé que mi amigo Javier Zamora Cisneros (QEPD) era el director de Comunicación Social del incipiente inicio del sexenio de Pedro Joaquín Coldwell (1981-1987), por lo que me dirigí a Chetumal”. En el carro venían con él Guillermina García y Maricarmen, dos chiapanecas que había llevado a Campeche para el proyecto periodístico; llegaron a Chetumal y se entrevistó con su amigo, a quien ayudó en su labor y en la XEROO, que era la única radiodifusora en la capital, hicieron sus primeros trabajos, que fueron “unos spots de la Constitución Política, a dos voces, una femenina y una masculina”, lo cual fue innovación en ese tiempo. También se involucró en la revista de Raymundo González Ibarra (QEPD); dormían por el malecón en el coche, y sus necesidades fisiológicas las reaPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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lizaban en la radiodifusora o en la terminal de autobuses. “Las muchachas traían cámara y nos íbamos a los campos deportivos a tomar fotografías, luego revelábamos y se las llevaban a vender; eso nos dio de comer una temporada. Un día estábamos comiendo en una fondita cuando llega un tipo gritando mi nombre: ‘Don Lorenzo Pacheco’, me espanté y pasó por mi mente: ‘¿será enviado de Juan Sabines?’, mientras las patas me temblaban. “–Que pasó, don Lorenzo, le ando siguiendo la pista, quiero que se venga a trabajar conmigo. ¿No sabe usted quién soy? “–No, no tengo el gusto “–Soy Efedele, Federico de León, articulista del Excélsior, vivo en México; tengo un periódico con maquinaria completa, tengo camionetas, volchos, bicicletas, motocicletas, pero el pinche director se me fue y lo dejó abandonado. Usted es mi salvación, vámonos para Cancún. “–Este viejo está pedo o marihuano”, pensé. “–Te voy a dar departamento con aire acondicionado, vas a vivir bien.
Efedele lo convence de ir a Cancún
Las palabras y las propuestas, sumado a las incomodidades con las que vivían en Chetumal convencieron a Lorenzo para mudarse a Cancún y dirigir el Diario del Caribe en el año de 1982. “Al llegar a Cancún me llevé una sorpresa, la maquinaria estaba echada a perder, el lugar abandonado y lleno de cucarachas; los vehículos que decía tener estaban todos en ruinas”; llegó “convencido por las palabras del señor Federico de León quien me dijo que pagaría el salario mínimo y ‘de la publicidad que consigas vamos a la mitad’, esa era la ganancia”. Levantó el periódico y consiguió contratos gubernamentales, “fue el lugar donde más había ganado en la vida”. Lo hizo fuerte, tanto que tenía mayor venta de ejemplares que Novedades de Quintana Roo, de donde lo mandaron a buscar en 1984 para dirigirlo. Alfonso de la Peña es quien lo contactó por órdenes de don Andrés García Lavín para llevarlo a platicar con él. Después de unas pláticas y negociaciones se incorporó al medio informativo. Ahí inició una era que terminó con la muerte del dueño de los Novedades, el 9 de julio de 2007, víctima de las lesiones que sufrió el domingo 29 de enero del 2006, cuanto el toro Pajarito cayó encima de él en la Plaza México, a la que había asistido por primera vez. Modernizó el periódico y lo convirtió en el líder en ventas, 60 planas con cuatro secciones a color y llegó a tener un tiraje de 30 mil ejemplares; primero fue director, después asesor y al final director general del Grupo Sipse. Lo último que realizó en el consorcio fue la reingeniería de los periódicos, incluido el de Quintana Roo, después de haber sido entrenado por Peter Drucker, considerado padre de la administración moderna, y quien afirmó que “todas las organizaciones deben estar preparadas para abandonar todo lo que hacen”.
Formador de reporteros
En su época de Novedades también formó a muchos reporteros, varios de los cuales hoy son destacados en los medios de comunicación. “Me ha gus50
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tado enseñar porque es gente que se entrega, más comprometida, agradecida, porque se dan cuenta del esfuerzo con que se le enseña, no es fácil, sobre todo a la gente que no tiene la vocación, pero cuando la tienen sólo basta pulirlos y están listos. “Cuando salieron las primeras generaciones de licenciados en periodismo yo estaba dirigiendo aquí en Novedades y fue cuando empezaron a llegar de diferentes estados, pero eran un fracaso, eran las dos o tres de la mañana y se ponían a llorar, no podían hacer una nota; en cambio los otros, varios de ellos sólo con primaria, redactaban su notas sin mayores problemas”.
De Péndulo, Don Péndulo y cancúnpendulo.tv
Pedro Joaquín Coldwell , gobernador de Quintana Roo en el sexenio 1981-1987, con el ahora decano periodista. Al fondo Román Martínez, que fungía como jefe de prensa en la zona norte.
Desde el año 1974 comenzó a escribir su columna Péndulo, que denominó así porque es un cuerpo sólido, con equilibrio determinada por un punto fijo del que está suspendido, y puede oscilar libremente, primero hacia un lado y luego hacia el contrario; tuvo tanto éxito en Chiapas que llegó un momento en que era más conocido como “Don Péndulo”, que como “Don Lorenzo”. Ya en Cancún, en Novedades lo siguió publicando, conteniendo datos duros y precisos, pero lo firmaba como Don Perfecto Obesso, inspirado en el jurista y articulista campechano don Perfecto Baranda Berrón, quien fue responsable del Juzgado de Distrito con sede en Mérida. En 1993 sacó su Semanario Péndulo; un año después, a raíz del levantamiento del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) se marchó al estado sureño, y con ayuda de empresarios y periodistas funda Péndulo de Chiapas, que hasta hoy subsiste; le siguió Péndulo Radio; en el año de 1996, viendo el crecimiento del internet, que ya había entrado al dominio público en el año de 1993, cuando la Organización Europea para la Investigación Nuclear (nombre oficial), comúnmente conocida por la sigla CERN, entregó las tecnologías de forma gratuita para que cualquiera pudiera utilizarlas, decidió lanzar por la red de redes www.cancunpendulo.com El portal informativo se convirtió en uno de los primeros en Quintana Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Roo, con todas las limitantes que existían en ese momento, de laborar horas y horas en cafés-internet, que empezaron abrirse en la ciudad. El internet evolucionó tan aceleradamente, que a la década de abrir el sistema noticioso, la cantidad de navegantes de la red en todo el mundo pasó de 559 millones a 2 mil 270 millones de personas. Hoy en día Internet es necesario en la vida, ya que la sociedad está envuelta en un mundo cibernético, y don Lorenzo Pacheco lo sabe; es por eso que su portal informativo lo cambió a www.cancunpendulo.tv, que sigue vigente al gusto del público, evolucionado cada día, dándole oportunidad a nuevos talentos y se ha posicionado, no sólo a nivel estatal. “Las páginas web ya pasaron a la historia, son de perder el tiempo, la gente no va andar buscando en las páginas web, no hay tiempo; ahora se informan en el teléfono, con el Facebook, el Instagram y otras redes sociales, hay que darles la información digerida, el futuro es en video, en redes sociales, mientras más corto sea mejor, todo lo demás es un esfuerzo inútil, se está perdiendo tiempo”, considera. Además por muchos años Canal 10 transmitió sus programas de Amor y Sexo, en los que todos los días tenía una conductora diferente, asistían especialistas y estudiantes, un programa que promovía el debate y la reflexión sobre desde la pluralidad y diversidad de realidades, con el fin de fortalecer conductas de autocuidado y de responsabilidad.
La guerra de papel
“Roberto Borge Martín quiso hacerle competencia a Barcos México o Transcaribe de José Trino Molina, en el cruce Cozumel-Playa del Carmen y viceversa, a mediados de la década de los 80, al constituir la Naviera Turística de Quintana Roo SA de CV, empresa que tuvo problemas financieros en 2004 que la colocaron en virtual bancarrota, pero que resurgió meses después, apoyado por su hermano Miguel Borge Martín que era senador en aquel entonces. “Don Andrés tuvo problemas económicos y el que lo apoyó, lo respaldó, y le echó la mano fue don Trino Molina, a quien luego lo consideró su hermano por haberlo apoyado cuando más lo necesitaba. Entonces me habló don Andrés y me explicó el caso y había que apoyar con todo a don Trino. “Fueron largos meses de periodicazos contra el senador; el señor venía y me buscaba, yo nunca he sido afecto a andar detrás de un político, ni a las invitaciones a comer o celebraciones, soy alérgico a esas relaciones, no me gusta perder mi tiempo; cuando iniciaba su candidatura a gobernador me buscó telefónicamente y le dije: ‘conmigo no tiene nada que ver, en lo absoluto, yo soy un gato, el dueño se llama Andrés García Lavín, búsquelo a él, conmigo no va a arreglar nada’. “El señor se iba resentido por mis respuestas, pero yo le decía la verdad, no estaba en mis manos frenar las notas; fueron varios años de golpeteo, pero siempre insistía en buscarme porque sabía que don Andrés no iba a ceder, entonces me buscaba a mí para negociar y que le suavizara a la información. “Cuando eres un periodista crítico es muy fácil tener información, me llovía la información, me llovían los expedientes, me llovía toda clase de datos 52
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Alguno de los participantes de la marcha sur-sureste, entre ellos Luis Enrique Tuz, Mario Liu, Felipe Hernández, Ricardo Escribano, Armando Castillo y Tirso Esquivel.
y elementos suficientes para hacer notas contra el ya entonces tercer gobernador constitucional de Quintana Roo. Con su doctorado le dimos con todo porque era falso, engañó al pueblo. Incluso una noche me habló su esposa Rosalía Janneti, estaba hospedada frente al ADO (Plaza Caribe) y me dijo: ‘Don Lorenzo, yo he llorado mucho, no es justo lo que se le está haciendo a Miguel’, le contesté: ‘Mire, señora desde el principio le dije que le hablara directamente al señor Andrés García Lavín, pero él no ha querido hablar, no va a verlo’. “Le recalqué que yo era un gato, que no podía entenderse conmigo, tenía que hablar con don Andrés, con sollozos en el teléfono, debo decir que me enterneció, porque por más duro que seas unas lágrimas te vulneran; llegó un momento en que no podía responderle, y me hizo sentir mal. Pero Miguel nunca fue a ver a don Andrés”.
Las negociaciones
Con el paso del tiempo esa inquina llegó a denominarse “guerra de papel”, por los pliegos y pliegos de escritos sobre el tema. La negociación fue en niveles altos. Don Andrés García Lavín recibió una llamada para que asistiera a México a una reunión con Fernando Gutiérrez Barrios, secretario de Gobernación designado por el presidente Carlos Salinas de Gortari, cargo donde trató de recomponer las relaciones del gobierno después de la crisis posterior a la “caída del sistema”, deber que dejó el 4 de marzo de 1993. “Antes de entrar a la oficina, don Andrés me habló y me consultó sobre qué debería hacer; le dije: ‘entre y espere a ver qué le dice, después me habla, me dice y lo analizamos’. Entró, salió, me marcó y me dijo: ‘me están ofreciendo tantos millones, televisora y una FM en Chetumal’. Le dije que no aceptara y esperase, me contestó que lo estaban amenazando mucho al igual que a su familia, que lo estaban presionando; le recomendé que aguantara porque el siguiente paso sería una llamada de más arriba”. Dicho y hecho: no pasó mucho tiempo cuando fue llamado por Otto GraPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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nados Roldán, quien era el director general de Comunicación Social y portavoz de la Presidencia de la República de México (1988-1992). Aumentó la oferta por la “cabeza” de Lorenzo Pacheco, pero pasó lo mismo y las mismas recomendaciones: ‘aguante, aguante, hasta que le hablen por la Presidencia, que es ahí donde tiene que negociar’. Llegó el momento esperado, y ahí negociaron el término de la “guerra de papel”. “Don Andrés García Lavín recibió a cambio las concesiones de la Autopista Mérida-Cancún, que fue inaugurada el 23 de diciembre de 1991, la Televisora de Cancún, Canal 13 TVCUN, que entró en funciones en 1992; la radio FM en Chetumal y un chingo de millones de pesos”. A cambio, Lorenzo Pacheco, a los pocos meses, después de imaginar que no le tocaría un pedazo, fue llamado por Andrés para que se fuera a Mérida. Ahí le dijo al contralor que lo acompañara a una agencia de autos y le pagara el automóvil que eligiese. Después lo hospedó en el hotel Mérida, y lo llevó a dirigir el Novedades de Yucatán (hoy Milenio Novedades), y a Guillermina García la dejó a dirigir el Novedades de Quintana Roo. “El contralor además me dio un cheque, en mi vida había tanto dinero en mis manos, ni después de; bueno después sí, tuve uno pero lo devolví, no lo acepté -dice entre risas-; a mis cuatro hijos les abrí cuentas en un banco para que se comprasen un auto pero ellos decidieron construirle una casa a la mamá; además les tramité visas y pasaporte y los llevé a Las Vegas; me gasté la lana con la familia y dándole a la gente que lo necesita”. La marcha del sur-sureste realizada en el 1992 fue el colofón del pleito con Miguel Borge Martín, porque empezó a reprimir a los reporteros: “metieron a la cárcel y golpearon a Ovidio López en Isla Mujeres; amedrentaba a todos los que trabajan conmigo”. Encabezados por Lorenzo Pacheco recorrieron varios estados de la República hasta llegar a la Ciudad de México, en protesta por los agravios que había sufrido en su labor, trasgrediendo la libertad de expresión.
Celulares y Niurka
Cuando iniciaba el uso de celulares fue uno de los primeros que tuvo uno; “eran muy grandes”; “Carlos Joaquín González (hoy candidato a gobernador por la coalición PAN-PRD) vendía celulares en Mérida, Yucatán, y estaba promocionado el uso de los aparatos y trajo dos a Quintana Roo, uno le regaló al gobernador Miguel Borge Martín y el otro me lo dio a mí”. En un viaje a La Habana, Cuba, vio bailar a Niurka en El Tropicana, y decidió traerla como imagen de Grupo Sipse en el incipiente TVCUN. “Después se la llevaron a Mérida, ahí fue donde la vio el productor Juan Osorio, quien fue hablar con don Andrés. Él me habló y me preguntó: ‘¿qué hacemos con Niurka?, se la quieren llevar a México’, yo le dije: ‘métale, que se la lleven’. Y se la llevaron”. Con esa barba que le caracteriza desde joven, continúa enseñando y preparando a jóvenes, sigue apostando a la vocación, impregnando esa pasión que lo hace inconfundible, ha vivido la transformación del periodismo, de plomo caliente (linotipo) a máquinas de escribir, después computadoras, del sistema caliente al híbrido (ofset) después al caliente. “Tenemos que adaptarnos al videoperiodismo, es el futuro”, recalca. 54
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El alcoholismo
“A mí el alcohol me acabó, yo estudié varias carreras menos periodismo, que fue la que me apasionó, pero no había la carrera en ese entonces; durante la época, en Coatzacoalcos me dio por tomar bastante, era recién casado, todavía no tenía niños. En una ocasión unas personas me recogieron de una carretera, cuando estaba tirado, con medio cuerpo en la maleza (tronco), medio cuerpo en el asfalto (pies). “Pasó una carcacha y en la oscuridad vieron tirado un cuerpo, pensaron que había sido atropellado, aparcaron, atravesaron la cinta asfáltica y vieron que estaba ahogado de alcohol, sin zapatos, greñudo, piojoso, fue una caída vertiginosa en mi vida. “Las personas que me recogieron estaban empezando a formar un grupo de Alcohólicos Anónimos denominado Nueva Vida, me apoyaron, me dieron un cuarto para vivir, me llevaron a un médico y de no haberlo hecho me hubiera muerto porque tenía una temblorina del carajo, era peor que el Parkinson. Me adoptaron. “Durante seis meses me arroparon, me apapacharon, me compraron ropa, me llevaban al grupo y me les escapaba e iban por mí, me regresaban al lugar. Por eso yo quiero mucho a Alcohólicos Anónimos, ahora soy un patriarca, viajo por todo el mundo, brindando conferencia porque soy de los que han trabajado muy duro por Alcohólicos Anónimos. “Aquí en Cancún tengo como 12 grupos de AA que nacieron en la casa y después les busco un local, los echo andar y después que tienen gente ya los dejo. Soy pionero de Alcohólicos Anónimos, formé distritos y comités estatales. Si viajo mucho no es porque tenga mucho dinero, sino porque me invitan a dar mi testimonio al ser uno de los mayores de edad y me pagan todo”. Don Lorenzo Pacheco tiene las dos clases de vivencias: las malas y las buenas, pero no al 100 por ciento, diría, porque “está cabrón”, porque “somos seres humanos imperfectos”; es también uno de los pioneros en sellar sus columnas con frases específicas, que siempre se repiten y les dan personalidad, como la que suele cerrar sus escritos: “Mi perenne gratitud por sus comentarios, sugerencias y críticas, incluso: ¡bienvenidas toda clase de ‘recaditos’ y amenazas! -¡nos valen Wilson!-”. ¡Aburrr!..
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Felipe Aké
Una vida en la radio
Las circunstancias lo llevaron a ser uno de los más destacados profesionales de la radiodifusión en Cancún, con más de 30 años de carrera tras la consola de operaciones, un oficio que lo apasiona y en el que, considera, siempre hay algo nuevo por aprender
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u nombre es mencionado todos los días al principio de varios de los programas de Radio Caribe, en la Frecuencia Modulada 106.7, es de esas personas que hacen posible la trasmisión, “que no se ven pero bien que existen”, como diría el extinto periodista Juan Emilio Caltzontzin. Felipe Aké Cahum se desempeña como operador de audio desde hace más de 30 años, ha sido testigo de los cambios que se han suscitado, tanto en las administraciones de la estación como en la tecnología que emplea. Gruperísimo 860 y Viejitas pero bonitas son dos de los programas que ha conducido en su efímero paso por la locución. La humildad, el profesionalismo y el empeño laboral son características que lo distinguen, siempre dispuesto a apoyar al prójimo. Nunca se imaginó laborar en la radio, pero siempre ha sido un fan de las radiodifusoras, en su pueblo natal escuchaba la QW de Mérida, La Poderosa, La Rancherita de Tizimín, Yucatán: “Siempre me ha fascinado escuchar la radio pero ni en sueños me imaginé laborar en una de ellas”, confiesa. Se manifiesta orgulloso de haber nacido cerca del castillo de Chichén Itzá, en Pisté, Yucatán, el 5 de febrero de 1964. Es hijo de Porfirio Aké (QEPD) y Eulalia Cahum. Vivió una infancia “padrísima”, afirma, entreteniéndose con el trompo, el yo-yo, jugando kimbomba, papalote, canicas, entre otros pa-
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satiempos de antaño en la Península de Yucatán. Estudió la primaria en su tierra natal y la secundaria en Cenotillo. A los dos o tres días de su graduación, “después de la pachanga”, empacó maletas y tomó el autobús para este polo turístico, lugar que había conocido un año antes y que le había gustado para vivir.
Los grandes equipos en los inicios de la radio.
Nuevos horizontes
Llegó a Cancún en busca de nuevos horizontes en 1982, el 4 de julio, el día de la independencia de Estados Unidos, y realizó varios oficios en la zona hotelera. “Me desempeñé en varias actividades en la hotelería, en aquel entonces estaba llena de oportunidades y no importaba que no conocieras el ramo, ya que te adiestraban para que te desenvolvieras laboralmente, pero lo turístico no fue de mi agrado”, dice. La partida de su padre cambió todos sus planes, pues mientras laboraba en una farmacia le avisaron del deceso de su progenitor y a los 20 años se hizo cargo de su madre y dos hermanas menores, asumiendo esa responsabilidad porque sus hermanos ya casados tenían sus propios compromisos, por lo que se dedicó de lleno a trabajar para sacar adelante a la familia. Los sueños se desvanecieron. Tenía en mente estudiar la preparatoria y después la carrera de licenciado en derecho, para regresar a las comunidades y ayudar a la gente. “Voy a prepararme para evitar que abusen de estas personas”, imaginó de niño, pero no pudo cumplir su deseo; en cambio, ahora es un destacado operador de audio.
De la farmacia a la radio
“El trabajo donde duré más tiempo fue en una farmacia que estaba frente al Palacio Municipal, fue en ese lugar donde conocí a un gran amigo, Arturo Dzul, que trabajaba en Radio Ayuntamiento y él me invitó a un curso de capacitación para operadores de audio, me interesó y lo tomé, con la promesa de que si en algún momento había una vacante sería considerado. “Fue a principios de 1985 cuando me llamaron y empecé a laborar en Radio Ayuntamiento como operador de audio, y ese año especial lo tengo bien grabado en la mente porque fue cuando sucedió el terremoto de la Ciudad de México y en la radiodifusora había muchos compañeros que eran originarios de ese lugar y se mostraban muy preocupados “El equipo de trabajo era totalmente distinto al que tenemos hoy, era un tornamesa, una consola Harris, eran cosas muy sencillas. Crisol musical era un programa que tenía mucha audiencia y era conducido por Rafael del Pozo, un español al que le fascinaba la música mexicana; me gustaba mucho la transmisión de salsa con Álvaro Mellado (QEPD); Delia Alvarado tenía su Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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programa que se denominaba: Un momento para ellas; y un programa que sigue hasta hoy vigente: Radio Ayer, con Alejandro Malpica, una biblioteca andante del rock and roll”.
De 860 AM a 106.7 FM
Al iniciar operaciones Radio Caribe, en la frecuencia 860 de AM fue invitado a participar, cuando Virgilio Caballero Pedraza fungía como director del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS). Por algunos meses se estuvo desempeñando en ambas radiodifusoras, pero llegó un momento en que tuvo que elegir y decidió quedarse en esta última cuando amplió su horario de transmisión, una vez superada la etapa de prueba. Así, Aké Cahum empieza su camino laboral en 1986, en donde ha sido testigo de los tres cambios de cabina que se han hecho a lo largo de 28 años. “María Isabel Olivier, Enrique Velasco, Alejandra Pérez Grobet, Carlos Mimendi y Óscar Sárquiz eran algunos de los conductores de aquella época cuando entré a Radio Caribe, y la mayoría venía de Radio Educación; en aquel entonces se decía que la estación era elitista por el tipo de música que se transmitía: bossa nova, clásica, jazz y reggae. “Con la llegada de Enrique Velasco Garibay como director de la Radio dio un giro de 180 grados, un cambio En una gráfica del recuerdo con los total con música integrantes del Grupo Bronco. pop, la que se escuchaba a finales de los ochenta; pero al sustituirlo otro director nuevamente hizo cambios, la quiso hacer más cultural y con más música mexicana. Pero así es esto, con los cambios de directrices los que llegan implementan sus propias estrategias y nosotros acatamos las órdenes. “He aprendido a sobrevivir a los cambios, me he adaptado; además, he tenido la fortuna de conocer a muchas personalidades, tanto políticos como deportistas y gente del espectáculo. La labor en la radio consiste en no perder de vista al público y ser agradables. Todo lo que pasa en el aire durante mi jornada laboral es mi responsabilidad, ya que estoy frente a la consola. “La tecnología nos ha facilitado el trabajo totalmente, es maravillosa; en mis inicios la radio era casi artesanal. De las cartucheras hemos pasado a los mini disc, y ahora todo es a base de las computadoras”. Aké Cahum es un apasionado de su trabajo, le gusta lo que hace y lo disfruta: “En alguna ocasión le escuché decir a Enrique Velasco: ‘todos los días 58
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hay algo nuevo que aprender en la radio, nunca va a ser igual’, y yo en aquel entonces con mis dudas, me preguntaba ‘¿será?’, porque tenía algunos años laborando y no me había percatado de ello. Y ahora con el paso del tiempo estoy completamente de acuerdo con ese señor, todos los Una transmisión a control remoto, donde la improvisación era el pan de cada día. días son distintos y hay algo nuevo que aprender en la radio”.
La valía de la amistad
“Las horas se pasan volando y no hay espacio para el aburrimiento; a los compañeros que tengo en esta radiodifusora los considero mi segunda familia, aquí es el lugar donde paso más tiempo después de mi casa”. El profesionalismo de Felipe no ha pasado desapercibido para la competencia, incluso ha sido tentado para irse a otras empresas, pero se mantiene firme y leal con Radio Caribe 106.7. “La radio me ha permitido conocer muchas cosas y a personas que no me imaginé nunca”. Le ha tocado laborar más de 16 horas seguidas, en transmisiones a control remoto, pero siempre con una sonrisa, siempre dispuesto a hacer ameno su trabajo. Además ha compartido sus conocimientos con infinidad de personas, a través de talleres a jóvenes que empiezan en el camino de los medios de comunicación, quienes al final se convierten en sus amigos. “Tengo amistad con las personas que conozco, cuando nos topamos en las calles nos saludamos afectuosamente y eso es padrísimo, es mucho mejor que tener dinero en la bolsa”.
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Román Martínez
Siempre tenemos que prepararnos más
Otro de los pioneros del periodismo quintanarroense, destacado por su profesionalismo, compañerismo y entrega a su labor, rememoró algunas de las anécdotas de su agitada vida; cambió su amor por el futbol profesional para ser “los ojos, los oídos y la voz del pueblo”
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omán Martínez Martínez ha reporteado por 38 años, ha pasado por la máquina de escribir, el teletipo, el fax, hasta llegar a la computadora e internet, es un pionero del quehacer periodístico en Cancún, un deportista, un emprendedor que cumplió su sueño de tener un restaurante, “El Ricachá”, sobre todo un ser bondadoso dispuesto a ayudar al prójimo, conducta que asegura haber heredado de su padre, un líder de billeteros que, con apenas la primaria terminada, conoció a grandes personalidades políticas y siempre consiguió beneficiar a su agremiados. Nació en la Ciudad de México el 22 de julio de 1956, sus padres Enrique Martínez Martínez y Magdalena Martínez Tufiño. Protagonista de mil batallas, recibió clases de Manuel Buendía Girón, Miguel Ángel Granados Chapa y Julio Piñón, y eligió la carrera de periodismo y ciencias de la comunicación para ser “los ojos, los oídos y la voz del pueblo” aun a costa de abandonar las canchas profesionales del futbol, aunque se quedó con el bonito recuerdo de haber estado en las reservas del América y del Atlante, haber jugado con el Neza y tener de compañero a Carlos Reynoso. Tuvo su primer contacto con los periódicos a los siete años, cuando ayudaba a su papá a distribuirlos: “Mi padre colaboró con la revista Siempre!, repartió diarios y los fines de semana me iba con él a la calle de Bucareli para que nos dieran los paque60
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tes de las diferentes secciones del periódico para luego formar uno solo, los poníamos en una bicicleta y nos íbamos a la ruta de Masaryk, allá por Polanco, a entregarlos en las casas de ricos y algunas residencias”. Desde siempre Martínez Martínez ha tenido doble actividad en su vida laboral, y siempre tamCon José Isidro “Pipino” Cuevas, excampeón mundial bién ha destacado por su de boxeo en la división de Peso wélter. profesionalismo, compañerismo, puntualidad y entrega. Continúa con sus recuerdos: “Salí del CCH (Centro de Ciencias y Humanidades) Vallejo, donde por cierto pude haber sido líder estudiantil de la generación porque conseguimos todo para la fiesta de los estudiantes pobres, porque hubo dos versiones: la de los estudiantes ricos con diplomas, etcétera, y en el caso de nosotros los pobres, con una carta que nos dio la dirección pudimos conseguir todo”. Recorría diario 80 kilómetros para estudiar en la Ciudad Universitaria (CU): “Mi familia fue de muy escasos recursos y con mi primer vochito, que me llegué a comprar ya en el segundo semestre, me iba a estacionar donde se paraban los peseros y les cobraba lo mismo a mis compañeros que cabían en el carro y que iban para CU y con eso sacaba para mi gasolina y para mi desayuno; además vendía pantalones y camisas, que mis clientes se probaban en el interior de mi auto y se los daba en pagos”. Con orgullo dice ser Puma de corazón, y asegura que vio al equipo coronarse en 1979; “soy egresado de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) de la generación 76-80 y mi número de cuenta es 7323841-4, terminé con un 9 mi carrera y nunca reprobé ninguna materia”. Su inicio en una redacción fue como “hueso”, revive: “Estando en el primer semestre de la UNAM, el maestro Armando Rojas Arévalo, que escribía para el Diario de México, nos invitó a los que quisiéramos ir a hacer nuestros pininos en ese periódico. Me incorporo al periodismo empezando, como se le llamaba en ese entonces, de ‘hueso’, que era el ‘traidor’, por aquello de ‘tráite las tortas, tráite el papel revolución, tráite el papel carbón’”, ríe. Y más adelante realiza sus primeras notas para la sección deportiva. Ingresó a El Día, de donde salió para trabajar en Ovaciones, ahí realizaba sus notas deportivas al igual que tomaba nota de los corresponsales, con teléfono y máquina mecánica. De ahí pasó a El Universal y después al Canal 11 de México, actividad que compaginaba impartiendo en el Colegio de Bachilleres las materias de Redacción y Redacción 2, y Comunicación en primero y segundo semestre. Estando en Notimex, como reportero de guardia, “mientras esperaba si salía un evento ayudaba en la redacción a recibir las notas de los corresPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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ponsales de provincia, lo que me sirvió para agarrar velocidad en el uso de las máquinas de escribir, lo que a la postre me ayudó a relacionarme amistosamente con el corresponsal de Cancún, quien un día me invitó a conocerlo. Vine por 15 días a pasear, pero me gustó tanto que decidí regresarme a vivir, más animado porque conocí Con Ricardo Antonio “Turco” Mohamed, en esos días a los dueños en el estadio Cancún ‘86. de un noticiario que me dijeron que ‘ganaría lo que yo quisiera’, mas nunca me dijeron que para lograrlo tenía que vender, cobrar y reportear”. En 1984 llegó a Cancún con lo poco que pudo traer. Inició labores poniendo todo su empeño y experiencia para sacar adelante el noticiario televisivo de lo que ahora es el Canal 10. Sobre esas épocas dice: “Me costó muchísimo conseguir la primera publicidad, más de un mes, y fue la del circo de enfrente del Jacinto Pat, cuando antes era un baldío; esa fue la primera publicidad y yo tenía que repartir el pago en tres partes: para los hermanos Aldama, para el dueño de la producción, Toledo, y la otra parte para mí”. El medio lo ayudó a conocer grandes estrellas del espectáculo, porque ya conocía a las deportivas cuando llegó a este polo turístico. También se hizo amigo del entonces gobernador de Quintana Roo, Pedro Joaquín Coldwell, a quien conoció en su labor diaria de vendedor, cobrador, reportero, conductor y camarógrafo del canal, entre otras actividades.
Ingreso al gobierno
Ante Justo May*, Eugenio Diosdado, Nicolás Durán de la Sierra*, Heberth Carrillo y Jorge González Durán*, Eduardo Sánchez Hidalgo, quien sucedió a Javier Zamora Cisneros en la dirección de prensa del estado en el sexenio 1981-1987, presentó a Román Martínez como responsable de la coordinación de la Zona Norte de la Unidad del Vocero, lo que significó su ingreso al trabajo en el gobierno. “Al terminar Pedro Joaquín me quería como secretario de prensa del estado el doctor Roberto Borge Martín y yo no me quise ir a Chetumal, preferí quedarme en la coordinación por tres años más, pues luego renuncié por motivos personales”. Trabajar en aquel entonces era totalmente diferente: “Había que tomar las fotos y las notas, yo solo prácticamente; me iba a la central camionera y al primer chofer que veía le decía que se llevara el material a Chetumal, y de inmediato hablaba al Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS) para decirles el número de autobús y el nombre del chofer con quien enviaba la información. Iba a las redacciones a dejar boletines, no como aho62
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ra que con el internet llega todo, también iba a revelar las fotos y elegirlas”. El primer fax para la coordinación lo recibió de manos del oficial mayor, Diego Rojas Zapata, en el sexenio de Miguel Borge Martín. Participó en el inicio del noticiario de TVCUN, con Jorge Munguía y Mara Lezama, donde fue delegado sindical, pero por luchar por los derechos de sus compañeros los dueños decidieron hacerlo a un lado. Regresó a la fila de los burócratas en la dirección de Comunicación Social durante el período de Carlos Cardín (1993-1995), trienio que culminó Edmundo Fernández (1995-1996), en donde permaneció durante los ciclos de Rafael Lara Lara (1996-1999) y Magaly Achach (1999-2002), al mismo tiempo que trabajaba para Radio Pirata, estación radiofónica en la que laboró desde el primero hasta el último día.
Sale de la fila gubernamental
En el primer trienio que gana la oposición, con Juan Ignacio García Zalvidea, Román Martínez, quien tiene dos hijos mayores, Roxana y Luis, deja de laborar para el ayuntamiento para incorporarse a trabajar en el Diario de Quintana Roo, a la par como jefe de prensa de la CTM (Confederación de Trabajadores de México) en Benito Juárez, en el primero ya no continúa, y en el segundo sigue con su labor cotidiana. Recuerda que en una entrevista a Cuco Sánchez le empezó a preguntar sobre su historial pero el cantante se enojó mucho, “y terminó diciéndome: ‘no me preguntes mi historia, apréndete mi historia’ y que los periodistas debíamos tener un archivo para poder escudriñar al político o al artista, e ir previamente preparados. Es por eso que siempre tenemos que prepararnos más, porque vivimos en un país donde hay mucha riqueza pero también hay mucha pobreza”. Lamenta la falta de unidad en el gremio, pero considera que es algo que han provocado los empresarios periodísticos; “por eso la gran mayoría carece de prestaciones, aunque paradójicamente en su trabajo en ocasiones denuncien las irregularidades laborales”. Remata: “Cancún sigue siendo una tierra de oportunidades, pero como dicen, ‘Cancún o te adopta o te aborta’; lo difícil es el primer año porque extrañas a tu familia, tu entorno social, en el que te has desarrollado, pero cuando le agarras el gusto y ves que respiras aire fresco y te das cuenta que no hay tanta contaminación -por ejemplo para mí que vengo de la Ciudad de México que es tan caótica, hay puentes por todos lados ahí, no vives una adecuada calidad de vida- y comparas, y dices: ‘estoy en el paraíso’”.
* Jorge González Durán. Moriré siendo reportero, en la página 28 de este libro * Justo May. De la vieja guardia, fascinado navegante de la red, en la página 64 de este libro * Nicolás Durán de la Sierra. Su mundo son las letras, en la página 70 de este libro
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Justo May
De la vieja guardia, fascinado navegante de la red
Hace más de tres décadas arribó a Cancún; corresponsal de El Universal por 30 años, directivo y colaborador de numerosos medios de comunicación, es un ejemplo de superación permanente: “El periodismo es hermoso porque te da la madurez necesaria en esta vida y la riqueza que se lleva en este oficio es de conocimiento, porque es mal pagado”
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l es una referencia del periodismo en Cancún, que se forjó con la enseñanza de los más experimentados, con la lectura de libros y periódicos, entre seminarios, talleres y con ese olfato, visión y deseos de cumplir metas trazadas desde su época de estudiante, cuando practicaba el boxeo y deseaba ver su nombre escrito en El Universal, sueño que se cumplió el 1 de octubre de 1978, mismo día que el citado diario celebraba su aniversario número 62. “La prueba era sólo por 30 días, pero se convirtieron en 30 años”, dice. En un ejemplo de superación permanente, preocupado por mantenerse actualizado con los avances tecnológicos, incluso estudió por ocho años en el Instituto de Computación con el objetivo de tener a la vanguardia su página www.enbocaspalabras.com.mx, para una actualización constante y un diseño de primera. Justo May Correa es un navegante de la vida que avanza avizorando puertos, cumpliendo sueños. Originario de Valladolid, Yucatán, nació el 30 de julio de 1954 y desde la primaria y secundaria ya pasaba por su cabeza ser comunicador; además
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de practicar el boxeo en el gimnasio, le gustaba escribir sobre ello. Disfrutaba mucho leer los periódicos y las columnas del Diario de Yucatán y de Novedades de Yucatán, cuando salió a la luz pública en 1965. Fueron los dos medios escritos que entraban en la casa de sus papás, Bertha Correa Basto de May y Justo May Aké (QEPD), quienes les inculcaron a sus 10 hijos ejemplos y escala de valores.
Ávido lector
Pero también le fascinaba leer el periódico deportivo Sus inicios en la locución. Esto, Excélsior, El Heraldo, la revista española Blanco y Negro, Life en Español, Selecciones del Reader’s Digest; escuchaba estaciones de radio internacionales como La Voz de los Estados Unidos de América, Radio Rebelde y Radio Reloj, le gustaba comparar las versiones de un mismo hecho. Sin embargo, por encima de los periódicos mencionados el que más captó su atención fue El Universal, de la Ciudad de México. “Pensé que algún día me gustaría trabajar en él. Ver mi nombre impreso en las páginas de tan importante medio de comunicación”. Al terminar la secundaria se fue a la Ciudad de Mérida para prepararse como locutor, meta que consiguió al presentar su examen el 27 de noviembre de 1971, en la televisora de Yucatán, de don Andrés García Lavín (QEPD), cuando por vez primera los sinodales de la Dirección General de Educación Audiovisual y Divulgación de la SEP realizaban una prueba fuera del Distrito Federal. Fueron dos días de examen: el primero escrito, el segundo oral y entre la veintena de aspirantes que aprobaron estaba Justo May Correa.
Inicia en la radio
La radio marcó el inicio de su caminar en los medios de comunicación: “La emoción de poner un disco para complacer a los amigos y las amigas que nos estuvieran escuchando me llenaba mucho; pero era una emoción que sentía que podrían ser cinco o años y después podría combinar el periodismo con la radio, o dejar la radio para abrazar el periodismo como mi principal actividad. “Poco a poco se me han ido cumpliendo las metas y proyectos de vida que pensaba cuando era estudiante, en mi mente siempre veía lo que me gustaría ser: tengo una familia maravillosa compuesta por Charito, con quien cumplí 40 años de matrimonio, y tres hijas: Betty, que abrazó la carrera de Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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periodismo; Genny, licenciada en enfermería e integrante del Ballet Folclórico de Mérida, Yucatán; y Margarita, licenciada en educación preescolar. “Lo que me queda de enseñanza es que uno debe trabajar en lo que quiere, realizando una buena calidad en el trabajo, en mi caso una buena redacción, una buena ortografía, buscar unos buenos maestros de periodismo, tratar de aprender lo mejor de ellos, desechar lo malo porque nadie es perfecto. Lo importante es la vida es trazarse objetivos razonables que poco a poco te irán llevando al lugar que uno quiere. Somos navegantes de la vida y si avizoramos puertos, podremos llegar a feliz término”.
Decir mucho en pocas palabras
Justo May en los años 70.
Se fue a laborar a La Voz de Campeche, cuando era dirigido por Óscar Díaz Peniche -su último director, porque luego cambió su nombre a Tribuna de Campeche- y el subdirector era Pedro Pacheco; allí asistió a talleres de periodismo, redacción, todo sobre los géneros periodísticos, además que tenía en su haber la enseñanza propia de lector ávido de revistas extranjeras, analizando escritos y “aprendiendo cómo, en pocas palabras, expresar una idea”. Sus maestros Virgilio Soberanis, Jorge González Valdez y Soqui Quijano Villanueva lo hicieron partícipes de los noticiarios de Tribuna en la radiodifusora XERAC en la ciudad de Campeche. En poco tiempo Justo May Correa era jefe de corresponsales en el Tribuna de Campeche y tenía secciones a su cargo. Pero inquieto como es, buscaba cumplir otra meta. “Fui analizando qué medios nacionales no tenían corresponsales en el estado y me percaté que El Universal carecía de ello, por lo que decidí hablar y ponerme a sus órdenes; al principio no me hicieron caso, porque son organizaciones muy exigentes y de buena calidad y era difícil entrar, pero no me di por vencido e insistí, hasta que alguien me dijo: ‘a ver, mándeme sus notas, mándelas como si fueran a publicarse’”. Durante una semana mandó notas que pasaron por un escudriño total. “A la semana recibí una llamada y me dijeron: ‘Don Justo, le vamos a dar la oportunidad de que nos represente ahí en el estado de Campeche y usted será los ojos y la vista del El Universal, ya vimos su trabajo y nos parece adecuado, por lo que lo pondremos a prueba un mes’. 66
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“Mi primera nota en El Universal se publicó el 1 de octubre de 1978, ese día el periódico cumplía 62 años de vida y mi mente no estaba en la alegría de la primera nota, si no en la fiesta de aniversario que se estaba celebrando por tal motivo en la sede del rotativo en la ciudad de México, en la que deseaba participar próximamente. “En los años subsecuentes fui convocado como corresponsal en Campeche y Justo May con su hija Bety, otra destacada periodista, luego en Cancún a toda una su esposa Charito y la abuela de la familia. semana de actividades que incluía seminarios de altísimo nivel para hacernos técnicamente mejores periodistas. Durante 30 años este sueño se cumplió en uno de los mejores periódicos de México, donde reporteé acontecimientos que merecieron ocho columnas”.
De vacaciones a un hogar
En el mes de julio de 1984 vino de vacaciones a Cancún y decidió llamar por teléfono a Jorge Cach Uc, “Cachito”, un paisano que meses antes había venido a abrir la plaza de Tribuna, para saludarlo. Pero “Cachito” ya no trabajaba para Tribuna, era el director del Diario del Caribe, primer periódico de Cancún, puesto que había dejado Lorenzo Pacheco* para irse a dirigir Novedades de Quintana Roo. Acordaron verse al día siguiente, y una vez reunidos, Jorge Cach le preguntó si le gustaría ocupar el puesto de subdirector. “Yo estoy de vacaciones y estoy muy bien en Tribuna”, le contestó. Pero “Cachito” fue más allá al proponerle el doble del salario que ganaba en el vecino estado. “Déjame pensarlo”, fue su respuesta. Al regresar a Campeche decidió hablar con Virgilio Soberanis, director del medio de comunicación, y le planteó la propuesta tentadora que le habían hecho. “No hay problema, Justo, tómate un mes, y si no te va bien te regresas y ocupas el mismo puesto con el salario que tienes ahora”, le dijo el directivo. Es así como en agosto regresa a Cancún y se incorpora como subdirector del Diario del Caribe; este año (2016) se cumplen 32 años del día en que llegó, acompañado de su familia, a este polo turístico. No pasó mucho tiempo y “Cachito” dejó el barco, por lo que don Justo asumió la dirección del periódico, pero al año siguiente es invitado por Lorenzo Pacheco como jefe de información de Novedades, medio al que se incorpora y donde presta sus servicios durante los siguientes nueve años. “Fue una época muy bonita y de grandes realizaciones, por la apertura Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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informativa de ese medio escrito gracias a Lorenzo Pacheco*. Además dábamos clases de periodismo, y entre aquellos que lo tomaron están Julio César Silva*, Gabriela Ruiz Serna*, Teresa Yah, María Luisa Vázquez, Armando Castillo (Montejo)*, entre otros, todos ellos hoy son periodistas exitosos, que brillan con luz propia”.
El periodista y la tecnología
Los comunicadores deben actualizarse con las nuevas tecnologías, aprovechar lo que ofrece esta nueva era para enriquecer el conocimiento y la valía del ser humano, considera. “Tengo mi página web, pero cuando la empecé a realizar me topé con muchos embrollos: no había empresa alguna que realizara los cambios diariamente e hiciera modificaciones al diseño, por lo que tomé la iniciativa de estudiar diseño gráfico, construcción de páginas web y todo lo relacionado con la computación, para subsanar esa carencia que había en el medio, quería hacer de mi página lo que yo quisiera y así lo logré. Estudié por ocho años”. Tras dejar la jefatura de información de Novedades se dedicó a concretar otro sueño, el de ser escritor, y hoy día lo ha hecho posible con varios libros: CIApaz, un libro de investigación que previo a su publicación se llamaría “Verano ardiente” y después, “Colosio de Rodas”, que versa sobre el levantamiento de Chiapas y el asesinato del entonces candidato presidencial Luis Donaldo Colosio; Juego Mortal, una novela policiaca; y 10 Crónicas, una recopilación de sus trabajos publicados en Novedades; todos impresos en 1996. Y 18 años después reeditó CIApaz en formato electrónico. May Correa ha colaborado en Radio Ayuntamiento en los últimos 25 años, desde hace una década participa con su comentario en el programa de televisión: Encadénate con Oscar Cadena; continúa colaborando en la página editorial del Novedades de Quintana Roo, así como escribiendo y reeditando libros y trabaja en su propia página web. Es un incansable de la pluma y el quehacer periodístico de Cancún.
Anécdota
El periodismo de investigación es filón del cual hay mucho que picar. “En una epidemia de dengue hemorrágico las autoridades de salud campechanas la negaban a todas luces, por lo que decidimos ir al pueblo donde sabíamos que hubo fallecimientos; de entrada hallamos algunos encargados de salud que nuevamente nos lo negaron, así que nos dirigimos al cementerio y para nuestra sorpresa nos encontramos como con 15 entierros recientes, llenos de flores, todos con fechas cercanas, de ahí nos fuimos al Registro Civil para corroborar causas de muerte y luego a visitar a los familiares de los difuntos. “Regresamos a Campeche, elaboramos el reportaje y al día siguiente salió a ocho columnas. Se armó tremendo escándalo pero ahí estaban las pruebas, fotografías, actas de defunción y declaraciones de los deudos; el gobierno acabó aceptando el problema. Eso para mí fue una anécdota porque el periodista debe tener olfato, sentido común, interés, curiosidad, deseos de hacer las cosas, entre otras, porque ahí se destapó la epidemia que ocultaban las autoridades sanitarias”. 68
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Con sinceridad dice: “el periodismo me ha permitido conocer mucha gente y ha sido satisfactorio estar en el mismo día en el infierno y la gloria, me refiero a cubrir un evento donde están las mejores viandas y bebidas, y luego estar en una de las colonias más marginadas de este polo turístico. El periodismo es hermoso porque te da la madurez necesaria en esta vida y la riqueza que se lleva en este oficio es de conocimiento, porque es mal pagado”.
* Lorenzo Pacheco. Más de medio siglo en la trinchera, en la página 43 de este libro * Julio César Silva Cetina. Mirando desde su Palco, en la página 87 de este libro * Gabriela Ruiz Serna. Fortaleza y sensibilidad, en la página 110 de este libro * Armando Castillo (Montejo). Si volviera a nacer, sería periodista otra vez, en la página 193 de este libro
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Nicolás Durán Su mundo son las letras
Descendiente de periodistas, forjado en las aulas de la escuela de periodismo “Carlos Septién García”, luego de cubrir la revolución nicaragüense halló en Cancún, de manera inesperada, el que ha sido su hogar por tres décadas, donde permanece navegando entre el periodismo y el quehacer literario
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e define como un periodista, escritor, editor y buen hombre, que proviene de una familia de periodistas -es hijo de la laureada escritora y periodista Zita Finol (QEPD)-, y desde pequeño tuvo contacto con las letras. Nicolás Durán de la Sierra nació el 20 de enero de 1960 en la Ciudad de México y es un ejemplo del quehacer periodístico y literario de Quintana Roo. Ha sido galardonado con el Premio Estatal de Periodismo 1987 y con el Premio Nacional de Periodismo en 1988, por la cobertura realizada sobre el huracán “Gilberto”, cuando se desempeñaba como corresponsal de El Universal, y el Premio Estatal de Periodismo en 1989. “Un tío mío fue fundador de la Editorial Novaro. Mi vida ha trascurrido entre libros y la palabra escrita”, comenta. Llegó a Cancún hace 30 años (1985) de regreso de Nicaragua, país al que había acudido para cubrir la revolución sandinista, entró por Belice, llegó a Chetumal y de ahí al polo turístico a vacacionar, pero se encontró con una española que lo motivó a quedarse para sentar raíces. Empezó a trabajar en Novedades de Quintana Roo, después fundó la corresponsalía del Diario de Yucatán, y fue los “ojos y oídos” de El Universal en la entidad; después se incorporó al Grupo Turquesa, donde tenía a su cargo
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la elaboración de los noticiarios. Laboró eventualmente en la revista Contrapunto.
Un apasionado de la lectura
Desde hace varios años publica su columna El Minotauro en la revista Estos Días, de José Hugo Trejo y realiza colaboraciones radiofónicas en Radio Fórmula. Además es editor de la Gaceta del Pensamiento, revista cultural que incluye una plaqueta en cada número donde promocionan al arte por medio de la literatura en sus vertientes líricas, narrativas y ensayísticas conjuntándolo con la pintura, el dibujo y otras manifestaciones. “Laboré poco tiempo en Novedades como editor; EugeLa poetisa Dolores Castro y Nicolás Durán. nio Diosdado y yo fuimos los primeros en entrar a trabajar como profesionistas en ese medio, éramos egresados de la Carlos Septién García y de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, respectivamente”. Una de las grandes satisfacciones que le ha dejado el periodismo a Durán de la Sierra es vivir decorosamente del oficio, además de conocer a mucha gente: “es una de las formas de la riqueza del periodismo realmente inquieta, pues hablas con gobernadores, científicos, artistas, en fin, muchas personalidades”. Desde pequeño le gustaba mucho la lectura y empezó con las series de Sandokan y Tarzán, las novelas de Julio Verne, los clásicos juveniles de esa época. Estudió periodismo en la “Carlos Septién García”, con cursos externos de filosofía e historia de la literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y de Economía en la Universidad Autónoma de Madrid, España. Nicolás Durán fue argumentista de la revista Los Supermachos y a los 21 años publicó su primer libro: D.F, Zona de desastre: ¿Moriremos asfixiados bajo montones de basura?: ¡Salvemos a nuestra ciudad! La Editorial Edamex fue la empresa que lo envió como corresponsal para cubrir la Revolución Sandinista, que le dejó como experiencia que la “guerra es una idiotez”. Su segundo libro se lo publicó la Universidad del Caribe, y se titula Esta noche Stanley duerme, una recopilación de cuentos. “En total he hecho 24 libros, pero dos de autoría propia”. Presidió en el 2014 el jurado del Premio Nacional de Poesía de Isla MujePor ningún motivo dejes de ser periodista I
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En su participación en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
res, y en 2015, el Premio Internacional Caribe-Isla Mujeres poesía. Como editor, ha publicado la Memoria política de Quintana Roo, del Grupo Reforma, y los libros: Divinos negocios, de Juan José Morales; El viento entre los sauces, de Ramón Iván Suárez Caamal; Dos tesis para México, de Miguel Borge Martín; Wilber el ilustre, de Jorge Durán de la Sierra; y el poemario Cantos de agua, de Zita Finol, dentro de la Serie Los Cuadernos de la Gaceta.
Sus textos, en varios idiomas
La primera vez que vio uno de sus poemas traducidos al francés le llenó de orgullo. Además, un reportaje sobre el Banco Chinchorro fue publicado en inglés por National Geographic, por el que recibió un vale por 80 dólares, “cheque que andaba dando vueltas y al final de cuentas se me perdió y no lo cobré”. Con gran sonrisa, detrás de un escritorio y con sus infaltables cigarrillos a un lado, Nicolás comenta que bebió muchas cervezas cuando vio por primera vez sus escritos publicados en otro idioma. “Las primeras veces apantalla, cómo fregados no”. Pero ahora se la ha hecho tan común que se ha vuelto rutinario. Su Gaceta del Pensamiento circula en Cuba y Europa. Del periodismo en Quintana Roo dice, sin dudar, que “salvaría al 10 por ciento, porque hay gente en muchos medios que sólo hacen lo que les dicen, con niveles de redacción muy ínfimos acorde a los estándares y una gran pobreza ideológica e idiomática”. Exhorta a los jóvenes que inician en el medio a leer, a realizar los trabajos lo mejor que puedan y no medrar con el oficio. “Es vergonzoso saber y constatar que muchos de los que están actualmente en el medio no leen ni lo que escriben”.
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Emilio Carrasco Un periodista combativo
Se inició en el oficio en Veracruz cuando aún era estudiante de ciencias de la comunicación, llegó a Quintana Roo en 1985 para trabajar en el incipiente Sistema Quintanarroense de Comunicación Social; no ceja en sus esfuerzos para lograr la unidad del gremio periodístico
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on tres décadas de experiencia y una extensa preparación académica -cursó la licenciatura en ciencias de la comunicación, una maestría en periodismo político e infinidad de diplomados-, Emilio Carrasco Hernández ha persistido en sus esfuerzos para unir al gremio a través de la extinta Unión de Periodistas Democráticos (UPD) y luego por medio de actividades deportivas, sin lograr hasta ahora su propósito. Nació el 31 de diciembre de 1962, aunque en su acta de nacimiento fue registrado el día 30, para que tuviera oportunidad de festejar su cumpleaños. Aunque tiene un carácter temperamental, sin duda es un buen amigo, con una gran calidad humana. Vio la luz en el puerto de Veracruz, y llegó a Chetumal a finales de 1985 a trabajar para el incipiente Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS), en Radio Chetumal, donde estuvo por varios meses y luego regresó a su estado natal. Pero la propuesta de unos amigos lo hizo regresar a Quintana Roo, esta vez a Cancún, en la sucursal del Diario de Quintana Roo, tres meses antes de que saliera a la luz pública, el 4 de noviembre de 1986.
Ingeniero electricista
Tuvo una niñez tranquila, y su mayor sueño en aquellos años era llegar Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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En 1989 un avión de Aerocaribe cayó en un pantano cercano al aeropuerto, que venía de Chichén Itzá, traía a bordo a 17 turistas, sólo uno resultó herido.
a ser ingeniero electricista; estudió la primaria en una escuela urbana con calificaciones sobresalientes, mérito que le permitió estrechar la mano del entonces presidente de México, Luis Echeverría Álvarez (1970-1976). Destacó además en los deportes, en el volibol, básquetbol y futbol. Su secundaria la cursó en Boca del Río. Al terminar sus estudios de bachillerato se inscribió en el Instituto Tecnológico de Veracruz con el fin de cumplir su sueño de infancia, pero dos meses le bastaron para darse cuenta de que no era lo que se había imaginado: “Nada que ver con las materias, pero aún estaba a tiempo de inscribirme en el propedéutico de la Universidad Veracruzana y así lo hice. Ahí conocí a un compañero que era periodista y me explicó el plan de estudios de la carrera de ciencias de la comunicación y realmente me encantó. Me di cuenta que esa era mi vocación, con materias como fotografía, redacción, producción, historia, política, entre otras”. Estudiaba el segundo semestre cuando fue invitado a cubrir la fuente de educación en el periódico El Sol de Veracruz, donde cobró su primer sueldo, que ascendía a 15 pesos. Cuando culminó la carrera, Emilio Carrasco ya había colaborado también en los medios El Dictamen, de Veracruz y Radio Pantera, y se desempeñaba en El Universal de Veracruz, donde cubría la fuente política.
Llega a Quintana Roo en 1985
“Estando en El Universal de Veracruz, un compañero que ya estaba en Chetumal, José Segoviano, me invitó a venir a trabajar en el Sistema Quinta74
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narroense de Comunicación Social, que estaba a cargo de Virgilio Caballero, a finales de 1985. Pero sólo fueron pocos meses y me regresé a Veracruz. “María Eugenia Córdova y Luis Castillo me invitaron a regresar a Quintana Roo, pero ya en Cancún, para crear la sucursal de lo que sería el Diario de Quintana Roo, cuya matriz está en Chetumal. Me ofrecieron un buen sueldo, comida y hospedaje, no lo pensé dos veces, y traje conmigo a Raciel Román Valerio, quien después se establecería en Isla Mujeres, donde falleció en mayo de 2015. “En el Diario de Quintana Roo trabajé tres años porque aprovecharon que salí de permiso para darme de baja, ya que estaba formando la Unión de Periodistas Democráticos (UPD) en Quintana Roo. Técnicamente no era una baja, era un cambio de sitio de trabajo a Chetumal, un ardid que utiliza esa empresa periodística siempre para no liquidar a sus empleados. “En ese tiempo se conjuntaron tres casos: el mío, por el Diario de Quintana Roo; el de José Segoviano, por haber entrevistado a Cuauhtémoc Cárdenas; y el de Raymundo Martín, que había sido corrido de Notimex por petición de autoridades de gobierno. Con Lorenzo Pacheco* se fraguó la primera huelga de hambre de periodistas de Cancún en 1988, la primera en el país; fueron 16 días de ayuno, yo estuve por 14 días, para que nos pagaran lo que por ley nos correspondía. Fue un escándalo nacional e internacional, vinieron colegas de distintas partes del país, de Miami, de Argentina, entre otros lugares”. Tras manifestaciones y protestas por la libertad de expresión, lograron ser liquidados conforme a la ley.
Medios donde ha laborado
Tras ese tropiezo, Carrasco Hernández ha acumulado experiencia, su desempeño y profesionalismo laboral lo han palpado los medios que ha representado. Hace el recuento: Ediciones Feloma, Canal 10, TVCUN, Quequi, Luces del Siglo, la corresponsalía de Tabasco Hoy y el Diario Imagen, donde trabaja actualmente; además, en Radio Turquesa y como corresponsal de Radio Educación, Cadena Rasa y Grupo Acir, con Guillermo Ochoa, Lourdes Ramos y Lolita de la Vega. En 1999, durante la campaña política de Magaly Achach le presentó un proyecto para reestructurar Radio Cultural Ayuntamiento, convertirla en una emisora cultural y darle voz a todos, plan que fue aceptado, por lo que fue nombrado director de la radiodifusora al iniciar el trienio de la primera alcaldesa de Benito Juárez. “En el 2006 me independicé y fundé mi periódico quincenal, Quintana Roo Gráfico, hasta hace unos cuatro años que me invitaron a participar en dos proyectos: adiario Quintana Roo y Diario Imagen. En el primero trabajé por corto tiempo pues no le visualizaba futuro y me incorporé al segundo, donde laboro hasta el día de hoy, a la vez que continúo con mi periódico de manera digital –www.quintanaroografico.com, uno de los primeros en la web–y como corresponsal de Cadena Rasa”.
Entre líneas, la nota
Entre sus satisfacciones en mundo del periodismo está la de dar a conocer las noticias a la gente de la manera más veraz posible, tal y como son, Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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“aunque con eso de la censura, en ocasiones se tiene que dar entre líneas o al final de la nota, pero con la experiencia, siempre busca uno la forma, que sea lo más objetivo”. Considera que el gremio periodístico es uno de los más difíciles de unir por los intereses que existen, y además así le conIntegrantes de la Unión de viene a las autoridades en Periodistas Democráticos (UPD). turno. “Con la Unidad de Periodistas Democráticos en Quintana Roo logré conjuntar sólo una parte, y siempre parcialmente, pese a los eventos que se organizaban con el objetivo de convivir. Formé parte del Comité Nacional de la UPD, y fui subcoordinador regional. Al final la asociación desapareció”. Emilio Carrasco no se conformó con la licenciatura de ciencias de la comunicación si no que tiene en su haber una maestría en periodismo político, diplomados del Tecnológico de Monterrey, de la Universidad Veracruzana, de la escuela de periodismo Carlos Septién García, entre otros estudios de especialización.
Golpiza como recuerdo
Cuenta entre sus anécdotas: “Durante la campaña de ‘Greg’ Sánchez a la gubernatura fui con Ruth Sansores* a cubrir una conferencia de prensa -que por cierto se cambió la sede de última hora-; cuando estaba dando la vuelta observé que estaba Juan Ignacio García Zalvidea ‘Chacho’ con un grupo de seguidores y del otro lado a otro grupo de personas que no parecían de la región. Le dije a Ruth: ‘mira, esos son golpeadores, te lo puedo asegurar’, sin imaginarme que más tarde lo comprobaría en carne propia. “Me percaté que atacaron a un joven y luego a simpatizantes de ‘Chacho’, y en eso se me acercó la reportera Susana Mariscal y me dijo: “–Me quisieron golpear y quitarme la cámara. “–¿Quiénes? “–Esos son– respondió, señalándolos. “Tomé mi cámara y empecé a tomar fotos cuando estaban ingresando al lugar donde se daría la conferencia de prensa; después entré para cubrir el evento, y me cerraron el portón. Unos 10 o 15 sujetos se me abalanzaron para golpearme y quitarme la herramienta de trabajo, al final lo consiguieron porque los trancazos estuvieron fuertes; incluso a Ruth la sujetaron del cuello y la golpearon. Fue un escándalo a nivel nacional, ya que fue registrado por un compañero del Diario de Yucatán”. También comparte tres experiencias más, cuando realizaba su huelga de hambre: “Estando en el ayuno en la Plaza de la Reforma, una señora se acercó y nos dejó un pastel para que comiéramos, pero cómo hacerlo si pre76
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Plantón realizado en el monumento a la historia, en la que aparecen Ernestina Mac Donald y Emilio Carrasco.
cisamente estábamos sin probar nada; nos quedamos con la duda si fue por maldad o por inocencia. “Además, un día descendió un helicóptero frente al ayuntamiento, los huelguistas nos pusimos nerviosos porque imaginamos que nos desalojarían, incluso la misma población nos arropó para que no pasara nada, pero los vientos que generan las aspas nos botó nuestros campamento y mantas. Solo fue una falsa alarma, bajó un elemento castrense para ir a visitar al alcalde en turno. “Y por último, iniciando la huelga de hambre llegó mi familia, y mi hijo cumplía años en esos días y en medio del ayuno se celebró la fiesta para mi hijo”. Ese pequeño que en aquellos momentos tenía apenas dos años, Emilio Carrasco Santander, hoy es licenciado en relaciones internacionales y domina el inglés y polaco, lenguas que le han servido para prepararse mejor. Su hija Selene Carrasco Santander es egresada de la Universidad de Quintana Roo como licenciada en turismo alternativo.
Los huracanes
En 1988 asistió a un congreso de la UPD en Oaxtepec, Oaxaca, y ya de regreso pasó a visitar a sus padres en Veracruz, donde se enteró que pegaría un huracán en este polo turístico. “Sin pensarlo, tomé un autobús y llegué a Chetumal, pero de ahí ya no había transportes para Cancún. Decidí abordar un carrito que pasaba con rumbo a (Felipe) Carrillo Puerto, y al llegar al municipio ya se sentían los primeros vientos del ciclón ´Gilberto´. Alcancé a divisar frente al palacio municipal una camioneta de prensa que se dirigía a Cancún, encabezando Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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una caravana de apoyo, así que me pegué con ellos, pero en el camino se sentían muy fuertes ya los estragos del ciclón, con caídas de árboles. Llegamos a Puerto Morelos. Ahí pasamos el ojo del huracán, nos tiramos en el piso para tomar fotografías porque si permanecías de pie el aire te movía del lugar. Así llegamos a esta ciudad y nos topamos con la primera manifestación de albañiles que habían sido abandonados en un edificio. Encontramos una ciudad desolada y con mucha destrucción”. En el “Wilma” las cosas no fueron mejores. “Cerramos edición con la llegada de los primeros embates de la naturaleza y le eché un raid a un amigo, y ya de regreso a mi casa, mi vocho ya no pudo más y lo dejé abandonado. Fueron como ocho cuadras que tenía que caminar para llegar a mi casa, pero esas calles fueron una eternidad para caminar, con los fuertes vientos y las calles inundadas. Me las vi negras”, sonríe. “Ante el saqueo, decidí a salir a tomar fotos, pero lo que más me sorprendió en una de las ferreterías que vaciaron, es que fueron unos soldados quienes abrieron el lugar y mientras la gente se llevaba las cosas ellos tomaron las computadoras. Una rapiña total”. A quienes inician en el oficio los exhorta a buscar la nota, a conducirse con ética profesional, a no caer en algunos abusos propios de esta era digital, donde abundan las noticias sin contenido; no bastan las cifras, hay que conocer las razones, concluye.
* Lorenzo Pacheco. Más de medio siglo en la trinchera, en la página 43 de este libro * Ruth Sansores. Ejemplo de superación y tenacidad, en la página 105 de este libro
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Juan Manuel Hernández Hurtado Del carrete abierto al USB
De adolescente ya trabajaba en una cabina de radio en el Distrito Federal, y desde su llegada en 1986 ha tenido un fructífero paso por los medios electrónicos de Quintana Roo. De manera literal, Cancún representó para él una segunda oportunidad de vida, pues aquí fue operado de un tumor en el cerebro que amenazaba su existencia
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a visto crecer la ciudad de Cancún prácticamente desde sus inicios, pues fue en 1974 cuando por primera vez la visitó para vacacionar y relajarse tras una serie de cirugías que enfrentó como consecuencia de una caída desde un balcón, y en 1986 Juan Manuel Hernández Hurtado la eligió para quedarse a vivir, un año después de haber recibido su licencia de (la Dirección de) Radio, Televisión y Cinematografía. Pero el amor por la locución lo trae en las venas. Mucho antes de recibir la anuencia ya laboraba en Televisa Radio, en Grupo OIR, donde realizaba traducciones y doblajes. “Un día, imitando la voz de un compañero que realizaba comerciales, me escuchó uno de los productores y justamente ese día el amigo había faltado a la radio por enfermedad, así que acabé dando las promociones en el micrófono; imitaba tan bien la voz, que el mismo camarada me habló para felicitarme”. Hernández Hurtado nació en la Ciudad de México el 19 de mayo de 1967, y viene de una familia pequeña. Tiene estudios de licenciatura en admiPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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Locución, una labor apasionante para Juan Manuel.
nistración turística y de periodismo en la Carlos Septién García; en 1985 recibió su licencia de locutor, pero ya se desenvolvía desde cinco años atrás en el medio, incluso había colaborado en los programas de Juan Calderón “El Gallo” y Jaime Almeida -ambos fallecidos ya-, y en algún momento llegó a realizar el doblaje de la voz de Benito Bodoque, el popular personaje de la serie de caricaturas: Don Gato y su Pandilla.
La caja con voz
Desde su infancia le llamó la atención que a través de una caja saliera una voz: “Desde chavito ponía la radio para escuchar los programas infantiles y siempre había una voz que te animaba a ir a la escuela, te decía cómo estaba la vialidad, el clima, cómo estaba la situación del país”. Con la excusa de entrar a la cabina de la radio, continuamente participaba en los concursos. “Eso me motivaba para ganar premios, en realidad era el pretexto para entrar a una estación de radio a recogerlos, que al final era lo que menos me interesaba porque gracias a eso conocí las diversas áreas involucradas en la realización de los programas radiofónicos, desde la producción, la dirección, y todo ello me permitió conocer el mundo de la radiodifusión”. Además, en su familia tiene un tío que trabajaba en cine, en los estudios Churubusco, era locutor y le dio tips sobre la impostación, tesitura y manejo de la voz para trabajar en una cabina de radio. A través de Televisa Radio conoció Televisa Chapultepec, donde compañeros le enseñaron el movimiento con las cámaras, lo relativo a producción, post producción y todo ello lo motivaba para continuar adentrándose en el mundo de la comunicación. Conoció el naciente Cancún en 1974 cuando llegó de vacaciones, por recomendación de un familiar, para relajarse. “A los siete años aproximada80
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mente, en una época de superhéroes, emulando a mi ídolo El Hombre Araña, me aventé del balcón de la casa y caí boca arriba, y una coladera me quedó como almohada. Tiempo después vinieron las consecuencias y por ello tuve que pasar una serie de operaciones, pues esa caída me provocó un tumor en el cerebro. Y me empezaron a traer a Cancún para distraerme y alivianarme del problema que padecía. Así que continuamente venía a Cancún. “En 1986, la inflamación cerebral era tanta que decidí venir a vivir a Cancún y esperar el desenlace fatal, pero el oficio me permitió encontrarme a muchos amigos que me apoyaron en cuestión médica, tanto llevándome a diferentes hospitales como trayendo médicos, lo que al final desembocó en una operación para extirparme el Su labor en un foro de televisión. tumor y quedar bien. Aunque el accidente me dejó secuelas, hierba mala nunca muere”, dice entre risas. La experiencia le enseñó a disfrutar cada día, a echarle ganas con actitud positiva y trata de contagiar a la gente para generar cosas buenas, tanto para él como para su entorno.
Comunicación y turismo
A su llegada a Cancún en 1986 empezó a laborar en el aeropuerto como relacionista público de la empresa Chaac Mool. “Pero poco tiempo después comencé a trabajar también para el Canal 6 (hoy Canal 10), después para Radio (Cultural) Ayuntamiento como locutor y productor. Así empieza mi caminar en los medios de comunicación en Cancún, además de continuar laborando en hotelería. “En 1992 me enteré de la llegada de la televisión en el Grupo Sipse, TVCUN, a través de un productor que se hospedaba en el hotel donde laboraba, y que yo conocía de Televisa México. Comencé a investigar donde iba a estar ubicado, y me presenté con el que sería el director, Víctor Mercado. “Ahí inicié mis labores desde que la empresa televisora estaba en obra negra, comenzamos a realizar spost promocionales, cortinillas, entradas, salidas, etcétera, y me convertí en la voz oficial del canal de TVCUN durante casi una década. Decidí dejar la hotelería para dedicarme al 100 por ciento al medio de comunicación en el área de producción, después me pasé a noticias en la edición, en las cámaras, haciendo de todo porque aprendí desde cómo jalar un cable hasta dar una noticia”. Haber crecido en los medios de comunicación le ha permitido conocer los cambios que ha ocasionado el avance de la tecnología: “En radio me tocó Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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conocer la grabadora con carrete abierto, las cartucheras, los discos de long play, de pasta, de vinil, hasta llegar al CD (disco compacto), con formatos wav, mp3 y mp4, y luego los USB, las formas de grabación y las transformaciones que han sufrido las cabinas; en la televisión con la cámaras que pesaban 40 kilos, que con todo el equipo llegabas a cargar 80 kilogramos aproximadamente”.
Más proyectos
Se ha desempeñado en Mix FM, que antes era Radio Festival XYI; Radio Caribe; Radio (Cultural) Ayuntamiento, en diferentes administraciones; Marianne Bahnsen, Kate del Castillo, Juan Manuel en Radio Pirata; y en prensa y Leticia Calderón. escrita participó efímeramente en el periódico Kukulcán. Desde hace siete años tiene en sociedad una revista en línea, www.cancunstyle.com, donde evitan tocar notas rojas y amarillistas, enfocándose a información propositiva en materia de cultura, turismo, vida marina, deportiva, entre otros temas; además de impulsar a talentos cancunenses. “Ser parte de un medio de comunicación es una responsabilidad muy grande porque somos los ojos de la sociedad; somos afortunados al poder contribuir con diversas acciones para que los ciudadanos se protejan, desde dar a conocer las prevenciones en caso de huracanes hasta una liberación de tortugas. “He cumplido con los sueños que tenía desde chavito, además me ha tocado contribuir con compañeros que le han tomado amor al oficio, aunque existan aflicciones, como por ejemplo cuando fui levantado en vilo por los guardaespaldas de un gobernador por haberlo corregido durante una entrevista, además se me prohibió acercármele por casi seis meses. “Lamento haber visto que arrojaran una colección de discos de vinil a la basura, tras haber pasado la música a unos CD. La persona que estaba al frente del medio de comunicación no tenía idea de lo que hacía, no tenía conocimiento alguno, pero lo más inverosímil es que se rodeó de personas que al igual que ella tampoco tenían experiencia en medios, y lo peor es que eso sigue pasando”. Hernández Hurtado tiene en mente más proyectos personales, además de continuar impulsando su medio online para en un futuro posicionarlo entre los mejores en el país.
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Javier Ugalde Cancún no es el mismo después de “Gilberto”
Siempre había libros, revistas, novelas y periódicos en su casa que lo aficionaron a la lectura y lo llevaron a cursar la licenciatura en periodismo y comunicación colectiva; llegó a Quintana Roo en abril de 1985 para emprender una destacada carrera en diversos medios radiofónicos e impresos
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ras ser contratado para laborar en el naciente Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS) como reportero-guionista, llegó a Chetumal, Quintana Roo, a finales de abril de 1985 Javier Ugalde García, lo que lo libró de enfrentar el temblor que en septiembre de ese año arrasó la Ciudad de México -de donde es originario-, pero no de sentir la implacable fuerza de la naturaleza con los impactos de “Gilberto” y “Wilma”. En 1986 Radio Caribe inició transmisiones en Cancún, y Javier externó a sus superiores el deseo de radicar en ese polo turístico, por lo que fue enviado para encargarse del primer noticiario de esa estación, en un principio acompañado por María Eugenia Córdova, pero después lo hacía de manera individual. “Yo reporteaba, escribía y conducía”, rememora. Ejerce el periodismo desde 1982, entre prensa escrita y radio, lo que le ha dejado muchas experiencias, satisfacciones, sinsabores, alegrías, amigos, anécdotas, etcétera.
Su niñez
“Tuve una infancia muy feliz, muy alegre, sobre todo porque crecí en una Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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La familia Ugalde García.
unidad habitacional, Lindavista Vallejo, donde salía de mi casa y todo era patio, todo eran jardines, campos deportivos, no tenía que lidiar con coches, tenía ahí todo para poder andar, hacer y deshacer con la palomilla; sobre todo, las interminables ‘cascaritas’. Jugaba mucho futbol con los vecinos, además de participar en juegos como ‘bote pateado’ o uno al que le decíamos ‘hoyos’, porque teníamos que patear la pelota y meterla en unos hoyos. Le entré a la moda del patinaje y al tenis”. Nació el 9 de diciembre de 1961 y es el tercero de los nueve hijos que tuvo su padre, y creció con la música disco, pero se identificó más con el rock and roll por la influencia de su consanguíneo Alberto (QEPD), quien fue muy buen músico y también ejerció el periodismo en Quintana Roo. “Yo aprendí a tocar guitarra solo, tenía a mi hermano para que me pudiera enseñar, le dije un par de veces y me mandó muy lejos; entendí el mensaje y pues aprendí por mi propia cuenta”. Revela que había pensado en estudiar arquitectura o ingeniería, pero en su casa siempre había libros, revistas, novelas y periódicos. Su padre leía mucho y fue muy crítico de los medios de comunicación. “Creo que es algo que influyó en mí para que al final determinara la carrera que elegí”. Estudió la prepa en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) en el plantel Vallejo y “en el último año elegí la materia de ciencias de la comunicación, y tuve un profesor de quien me agradaba la forma en que explicaba el fenómeno de la comunicación, y como que me reafirmó esa tendencia de mi padre”. Cursó la licenciatura de periodismo y comunicación colectiva en la UNAM ENEP (Escuela Nacional de Estudios Profesionales) Aragón, “una 84
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carrera que estudié no por querer ser periodista, yo no me había visto en absoluto como periodista, la estudié porque creo que me atraía el fenómeno de la comunicación de masas”. Antes de que terminara su carrera ya colaboraba con la revista musical Acústica, donde realizaba entrevistas colectivas, ahí fue donde tuvo su primer contacto con Con Salma Hayek. figuras del espectáculo: Alex Lora, Guillermo Briseño, Luis de Llano, Enrique Velasco, entre otros.
Quintana Roo
“Al poco tiempo de terminar la carrera se abre la posibilidad de venir a Quintana Roo, al Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS), en 1985. Me entrevistaron en la Ciudad de México y llegué contratado como reportero-guionista, pues se supone que tenía que reportear y hacer el guión de algún programa en particular, conforme a las necesidades del Sistema; yo quería irme más bien a la cuestión de producción pero me jalaron más a la cuestión reporteril, porque algo han de haber visto los que estaban ahí para que hayan dicho que era mejor reportero que guionista”. Javier Ugalde con su trabajo, en Chetumal, pronto logró destacar y en un abrir y cerrar de ojos ya cubría las actividades del gobernador de aquel entonces, Pedro Joaquín Coldwell, lo que le permitió conocer la geografía quintanarroense.
Radio Caribe
En varias ocasiones, aprovechando sus días de asueto, llegaba a Cancún a visitar a una de sus hermanas que radicaba en ese polo y le fascinó el lugar, por lo que cuando tuvo la oportunidad expuso a sus superiores su inquietud de mudarse. “En 1986 inició transmisiones Radio Caribe y me mandaron a Cancún para realizar el primer noticiero, que hicimos María Eugenia Córdova y yo, pero al poco tiempo ella se fue a laborar al Diario de Quintana Roo, que abrió sus oficinas en esta ciudad, por lo que me quedé solo. Como seis meses hice solo el noticiero, yo reporteaba, escribía y conducía por 30 minutos, creo que era de 7:00 am a 7:30 am o de 7:30 am a 8:00 am”. En 1987, cuando asume la gubernatura Miguel Borge Martín, queda José Luis Galán (QEPD) al frente del área de noticias del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social y “llega con un ímpetu muy amplio, a mí me dio la impresión de que no quería que estuviera con él, de que él quería meter a alguien más, así que renuncié”.
Medios escritos
Fue así como se incorporó al Diario de Quintana Roo, la primera de las Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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tres ocasiones en que ha estado en ese medio. De 1987 a 1991 laboró primero como reportero y después se quedó al frente de la oficina del diario, tiempo también en el que se desempeñó como corresponsal de El Nacional y Radio Chetumal. En ese último año fue invitado para ser director de noticias de la estación radiofónica, aunque duró corto tiempo, ya que al ser nombrado Salvador Montenegro como director de Comunicación Social lo invitó a incorporarse como subdirector, propuesta que aceptó, y en ese puesto culminó el sexenio de Miguel Borge. En 1993 ingresó a trabajar como reportero para el Diario de Yucatán, y ahí permaneció nueve meses, pues por razones sentimentales regresó a la Ciudad de México e ingresó a trabajar en El Nacional, donde había sido corresponsal desde Cancún. Pero ya no se adaptaba a la vida agitada y rápida que se vive en la ciudad del smog, así que decidió regresar a Cancún. “Estaba cocinándose la creación de La Crónica de Cancún, con Fernando Martí, en 1994 y entré a trabajar, hasta que llegó Enrique Velasco, al que yo había entrevistado años atrás en la Ciudad de México, y me invitó a participar en el noticiero que tenía en aquel entonces Radio Pirata, entonces dejé La Crónica, en donde estuve los primeros cuatro meses, y me fui a la radio; ahí estuve casi 10 años al frente del noticiero”.
Doble labor
A la vez que laboraba en la radio regresó a La Crónica como editor de la sección turística, después como reportero del Diario de Quintana Roo, en los años de 1997 a 1999, y después en el Quequi, que en aquel entonces se llamaba Que Quintana Roo se Entere. En el 2004 Radio Pirata fue vendida y se quedó sin trabajo, aunque por corto tiempo, ya que Antonio Callejo, otro destacado periodista, lo invitó a participar en un proyecto en el Diario de Quintana Roo, donde permaneció hasta el 2012, y también ya colaboraba en la revista Estos Días y para el programa radiofónico: Desde el Café, que conduce el maestro Jorge González Durán*, donde se hace cargo de las redes sociales por iniciativa propia. Tras breves participaciones en los diarios El Quintanarroense y Respuesta, fue llamado “a trabajar en Pirata FM, (de donde salió en enero del 2016), y al igual mantengo mis colaboraciones en la revista Estos Días y en el programa: Desde el Café”.
Sus anécdotas
Trabajar en el medio periodístico le ha permitido conocer a personajes de la política y del poder. “Yo llegué a saludar de mano a Vicente Fox en la Universidad del Caribe, no es algo que debiera presumir pero me agrada decirlo; me tomé una foto con Salma Hayek y en ese entonces no tenía la ‘pechonalidad’ que ahora tiene, eso sí, siempre ha sido una mujer muy guapa; también conocí de cerca a Fernando Valenzuela, entre otros protagonistas”. De su primera etapa en Cancún recuerda que un grupo de compañeros de Cancún formaron la Unión de Periodistas Democráticos, que lideraba Eduardo Valle “El Búho”, líder del movimiento del 68, pero hubo quienes se quisieron aprovechar de la organización, y al final de cuentas se quedaron 86
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con el membrete. Recuerda que a la primera celebración de la Libertad de Expresión que asistió, un 7 de junio, cuando Joaquín González Castro era el presidente municipal de Benito Juárez, “cabían todos en dos mesas, funcionarios y periodistas”.
Huracanes
Vivió en carne propia En la Torre Eiffel; paseo por París. el paso de los dos huracanes que más han dañado Cancún. “Las playas después de ‘Gilberto’ jamás volvieron a ser las mismas, porque antes la arena era muy fina, parecía talco, y la arena que ha llegado a reponerse es más gruesa”. Antes de que Joaquín González Castro terminara su gestión como presidente municipal había dicho que a Cancún nunca iba a entrar un huracán, “yo no sé en qué se basaba pero era una especie de concepto místico, entonces cuando ocurre y pega pues nos dimos cuenta de que fuimos muy afortunados, que pudo haber sido peor. “La diferencia entre ambos es que ‘Gilberto’ pasó muy rápido, como en ocho horas, y ‘Wilma’ tardó tres días. El primero fue un monstruo, los ruidos que provocaba eran peores que el segundo. Con ‘Gilberto’ la noche fue eterna, y al día siguiente el desastre, muertos y desolación. Con ‘Wilma’ era la desesperación y la lamentable rapiña que después se suscitó”. Ugalde García, padre orgulloso de dos adolescentes, Iván y Aranza, se siente satisfecho con la labor periodística que ha realizado a lo largo de todos estos años en prensa escrita, radio y efímeramente en la televisión. Se ha dado a sí mismo la oportunidad de evolucionar como profesional del periodismo, y además es unos de los primeros que inició en un programa de radio el uso de las redes sociales.
* Jorge González Durán. Moriré siendo reportero, en la página 28 de este libro
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Julio César Silva Mirando desde su Palco
Se desempeña por igual, con el mismo profesionalismo, en prensa, radio y televisión; tras 25 años de carrera, ahora encabeza su propia agencia de noticias, participa en los programas radiofónicos: Desde el Café y Contrapunto Radio y, en televisión por cable, en Fuego Cruzado
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s uno de los pocos periodistas que se pueden dar el lujo de laborar a la vez en prensa, radio y televisión, y se manifiesta orgulloso de lo logrado a través de su carrera, que inició como reportero hasta llegar a ser director editorial adjunto de un medio periodístico en el que trabajó por 20 años y seis meses. Julio César Silva Cetina decidió a partir del año 2014 sacar adelante un proyecto personal, con base en la experiencia conseguida, a lo largo de más de 25 años en el medio periodístico, y que rápidamente ha logrado posicionar en la carretera virtual como una alternativa de información puntual y eficiente. Incansable e inquieto, se ha vuelto un referente para los políticos con su columna Palco Quintanarroense, que comenzó a escribir en 1995, y ahora encabeza su propia agencia de noticias con ese mismo nombre; colabora en la radio en los programas: Desde el Café y Contrapunto Radio y en la televisión en el programa: Fuego Cruzado. Todo ello, con el apoyo y empuje de una hermosa familia, conformada por su esposa Gabriela Meneses y sus tres hijos: Daniela, Frida y Joaquín, que son el motor diario en su vida para continuar creciendo y dejar un legado importante en su oficio.
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Llega a Cancún en 1979
Nació el 27 de junio de 1969 en Chetumal y después de peregrinar por varios lugares de Yucatán, su familia decidió sentar raíces en 1979 en este polo turístico. Su infancia tuvo carencias, pero fue feliz, recuerda: “Llegamos a Cancún cuando yo tenía 10 años de edad, en aquella época la avenida López Porrillo era de un solo carril y la avenida Tulum vivía una época de mucho auge y movimiento que no se ve más. Veía la televisión sólo de lejos, hasta que una noche llegó mi papá con una sobre el hombro, pero como no había energía eléctrica en la colonia donde vivíamos, por la Ruta 7, utilizábamos un acumulador para verla, como lo hacían en la región”. Se entretenía con el futbol y soñaba con ser un gran jugador, con ser la estrella del equipo Pioneros en el Cancún 86, oncena de la que sigue siendo un fiel aficionado hasta la actualidad. Es poseedor de gráficas únicas del equipo de futbol de antaño y del inmueble recién inaugurado. Pero conforme fue pasando el tiempo los sueños fueron cambiando, y ahora es un destacado periodista. Cursó en Cancún la educación primaria, secundaria y preparatoria, aunque por diversas razones se complicó la continuidad de sus estudios, y a los 19 años decidió buscar un empleo formal, ya que durante la época de vacaciones escolares siempre laboraba “para no quedarme de vago, como decía mi papá; trabajaba con amigos de él que tenían tiendas de ropa y en alguna ocasión como encuestador de la Secretaría de Finanzas”.
Inicia un camino prometedor
“Novedades de Quintana Roo solicitaba muchachos que tuvieran buena redacción, buena ortografía y que les gustara el periodismo. Desde muy niño me gustaba leer los periódicos y en la secundaria tenía ciertas inquietudes, animado por un profesor de educación física que ya falleció, Juan Bautista Reinhardt, quien era cronista de radio. Viéndolo a él, que en su momento era el único cronista deportivo de Cancún, yendo al futbol a ver jugar a los Pioneros observaba a los reporteros y fotógrafos que andaban por la cancha, eso me llamaba mucho la atención. “Animado por todo ese contexto respondí al llamado de Novedades de Quintana Roo el 4 de marzo de 1988, y tras unas pruebas al día siguiente ya estaba trabajando en ese medio. Hacía dos cosas: seleccionar información que llegaba de las agencias informativas y formar el periódico, que por esos años se elaboraba como un rompecabezas. Se utilizaban tiras que se iban pegando para darle forma a la página de información, en columnas y con sus títulos; además me enseñaron a revelar fotografías. “A la primera semana ya estaba reporteando notas deportivas con Sixto López Casamadrid*, que era el jefe de deportes. Él me llevó a mi primera entrevista con el director técnico de los Pioneros de aquel entonces, en el estadio Olímpico; además esquemaba y seleccionaba información, fueron las primeras actividades que realicé en un periódico. “A los tres o cuatro meses me cambiaron a información general. Ahí continué desarrollándome en el campo laboral y periodístico en los siguientes dos años, hasta julio de 1990, cuando estalla un movimiento interno contra el Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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director, que deriva en una huelga de hambre y se da mi salida del periódico”.
Exámenes como en la NASA
Decidió solicitar empleo en el Diario de Yucatán, un medio en el que es difícil ingresar, y máxime cuando Julio César venía de un movimiento pro sindical. Pasaron semanas Entrevistando a Hugo Sánchez. investigando y solicitando referencias sobre su persona, pero al final lo contrataron. “Empecé a laborar el 21 de agosto de 1990, ahí el jefe de la oficina era Jorge Acevedo Marín y él me ayudó para poder ingresar, no sin antes pasar varias pruebas. Decía una amiga después que entrar al periódico era como entrar a la NASA, porque eran pruebas de tres o cuatro horas, de conocimiento y psicométricos, entre otras. Y así lo sigue haciendo hasta ahora el Diario de Yucatán”. Inició como reportero, y cuando en 1995 Acevedo Marín dejó la plaza para dirigir La Crónica de Cancún, Silva Cetina asume el puesto. “Al comenzar a expandirse el Diario de Yucatán en Quintana Roo me nombraron coordinador editorial; con el paso de los años le agregaron otro producto, que era La I, un periódico de corte popular, del que fui nombrado director editorial. “En el 2008 me aplicaron una prueba, cuya razón ignoraba, y resulta que era para ocupar dos plazas de director editorial adjunto que estaban vacantes a nivel corporativo. Un compañero de Mérida y yo aprobamos el examen, fuimos los elegidos, por lo que nos llamaron y nos ofrecieron el puesto. “En mi caso fue un choque, porque toda mi vida estaba en Cancún, crecí en Cancún y creía que siempre me desarrollaría en Cancún. Porque a pesar de la importancia y responsabilidad del cargo tenía mis dudas, más bien se trataba de mis miedos a cambiar de residencia. Pero tras platicarlo con mi esposa acordamos irnos por dos años, pasara lo que pasara. Y así me integré al corporativo en Mérida, Yucatán, por ese lapso”. Pasado el tiempo impuesto a sí mismo como objetivo, Julio César deja de laborar para el Diario de Yucatán, tras 20 años y seis meses, donde inició como reportero y su carrera fue en ascenso, hasta terminar como director editorial adjunto.
Dirigió otros periódicos
Regresó a este polo turístico a mediados del 2011 y entró a dirigir La Verdad de Quintana Roo, y al culminar su ciclo fue invitado a participar en El Quintanarroense, diario en el que permaneció hasta que finalmente cerró; entonces decidió seguir por cuenta propia en el medio periodístico a través de su agencia de noticias Palco Quintanarroense, que lleva el nombre de 90
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la columna política que escribe desde1995. Además, se asoció con un amigo para fundar un semanario impreso y digital que lleva el nombre de Siete Días, el medio social de Quintana Roo, donde fungió como director editorial. Pero a la vez que ha logrado el éxito en el quehacer periodístico escrito, Silva Cetina también ejerce la profesión en la radio.
“Bubusilva” y el miedo al micrófono
“Mi ingreso a la radio fue algo chistoso, pero era algo que también me llamaba la atención. Yo iba de ‘colado’ con los amigos que tenían a su cargo la narración de los partidos de Miguel Borge, Andrés Rodríguez, quien había futbol de los Pioneros de Canderrocado al dictador Alfredo Stroessner, en Paraguay, entrevistado por Julio César Silva y cún. En un partido importante, María Luisa Flores. que era entre el líder y el sublíder, Pioneros contra Tijuana, en 1990, Pepe Arce, Daniel Gurza (QEPD) y el uruguayo José Luis Martínez me invitaron a participar y estábamos afuera del estadio realizando un programa previo. Todos saludaban a la audiencia y cuando me dieron el micrófono por primera vez sólo atiné a decir ‘bu…bu..’ y desde entonces Pepe Arce me puso ‘el Bubusilva’. “Para darme confianza, los amigos me encargaban entrevistas grabadas que transmitían durante el partido, para no estar en vivo. Después, al ir incursionado más en información general, en política y cuestiones empresariales, me invitó Justo May Correa* a participar en la radio por las mañanas, y tras finalizar su ciclo empieza el programa que ahora se llama Desde el Café, que tenían a su cargo en su inicio Jorge González Durán* y Jorge Acevedo Marín, dos buenos amigos que conozco desde 1990, y con la buena relación que existe con ellos, al principio solamente los acompañaba y después poco a poco fui integrándome, y ahora puedo decir que se perdió el miedo al micrófono”.
Notas trascendentales
Con el paso del tiempo, Julio César se ha vuelto un referente del tema político en Quintana Roo, y con una experiencia de más de 25 años en el medio, ahora participa en foros y programas políticos, tanto en radio como en televisión. “Me ha tocado entrevistar a dictadores, presidentes, gobernaPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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dores, artistas y deportistas famosos; una de las entrevistas que más recuerdo es la que le hice a Andrés Rodríguez Pedotti, quien había derrocado al dictador Alfredo Stroessner, en Paraguay, la primera entrevista que dio tras el hecho. Venía de una Cumbre de las Américas en Guadalajara Charla con Rafael Lara, presidente municipal de Benito y lo encontré en uno de Juárez en el trienio 1996-1999. Al centro Tony Salmerón. los pasillos del hotel Camino Real, acompañado del gobernador Miguel Borge Martín”. Al estar muchos años al frente de un periódico considera que la nota principal siempre debe ser la que trascienda, pero que esté completa y que contenga diferentes puntos de vista para que el lector se forme su propia opinión, pues “la gente es inteligente y no se le engaña fácilmente”, aunque también es cierto que en ocasiones se va una nota al no dársele el valor adecuado, considera. El periodismo le ha permitido desarrollarse profesionalmente, ya que aunque no estudió la carrera ha participado en seminarios, talleres y foros de periodismo, que le han permitido superarse en todos los ámbitos.
Anécdotas
En sus inicios reporteriles vivió en carne propia una agresión. “Cuando cubría un evento en el PRI municipal, llegaron las huestes de Magaly Achach a tomar el edificio y nos agredieron. No les había gustado el enfoque que le habíamos dado a una nota que se había suscitado un día anterior. Se fueron contra mí, me rompieron la camisa; Gloria Palma entró a defenderme y resultó arañada. Fue una mala experiencia, pero salimos vivos”. Fue testigo de la llegada de la era de las computadoras a las redacciones, un cambio trascendental para el ejercicio periodístico. “Un día llegamos por la mañana a Novedades de Quintana Roo para las órdenes de trabajo y estaban las máquinas de escribir y al regresar por la tarde había computadoras; estaban los técnicos instalándolas y nosotros sin saber nada… “–¿Y nuestras máquinas de escribir? “–Ya no están, ahora escribirán en esas. “–Y ¿qué son esas? “–Son computadoras. “–Oiga, pero nosotros no sabemos utilizarlas. “–Pues tienen que aprender. “–¿Y por qué no nos capacitaron? “–Porque si los capacitaban se iban a hacer tontos e íbamos a desperdiciar varios días. Así que de una buena vez comenzamos”. El medio periodístico ha crecido enormemente en Quintana Roo, dice; 92
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“recientemente hallé una foto que lo puede ejemplificar, en la imagen aparezco solitario entrevistando al gobernador Miguel Borge Martín en la Plaza de la Reforma, cerca de la avenida Tulum, y ahora en una entrevista a cualquier político aparece a su alrededor una nube de micrófonos y grabadoras; además, hace años ibas El escritor Carlos Fuentes, Julio César Silva y el exgoberal aeropuerto y entrabas nador Félix González Canto. y podías entrevistar hasta al controlador de vuelos, pasando pasillos y terminales, ahora no llegas ni a la primera puerta. Los tiempos cambian”.
* Jorge González Durán. Moriré siendo reportero, en la página 28 de este libro * Sixto López. 22 ediciones de Super Bowl a cuestas, en la página 184 de este libro * Justo May. De la vieja guardia, fascinado navegante de la red, en la página 64 de este libro
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Las guerreras de la nota
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Tony Salmerón Su destino, el periodismo
En Cancún terminó labrándose una destacada trayectoria como reportera en diversos medios impresos y radiofónicos, y como vocera del sector público. Siempre quiso ser reportera, y el tiempo se lo concedió; contra los deseos de su madre, y tras haber cursado la carrera de ecología marina en Acapulco
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los 16 años deseaba ser policía investigadora de carrera, pero su mamá le decía que “esa es una carrera para hombres” y que mejor estudiara otra cosa; su siguiente elección era ser periodista, pero en su natal Acapulco no había esa posibilidad, por lo que al ingresar a la Universidad Autónoma de Guerrero optó por cursar turismo, pero a los tres meses se cambió para estudiar ecología marina… Finalmente, el tiempo y el universo conspiraron para que a Antonia Salmerón Méndez se le cumplieran sus deseos. Hoy, a más de 25 años de radicar en Cancún, donde es ampliamente reconocida por su destacada labor en los medios de comunicación y como vocera en el sector público, y madre de dos hijas (“Melissa y Zulemy, que son el motor de mi vida”), comparte su historia. Tony Salmerón nació el 13 de junio de 1966 e hizo sus pinitos en el periodismo cuando aún estudiaba en la universidad. “Un compañero de la escuela escribía sobre ecología y un día me acerqué a él y le pregunté qué hacía; me dijo que escribía una columna en el Novedades de Acapulco y me preguntó a su vez si me gustaba el periodismo. Le conteste que sí, y desde entonces me encargaba cositas qué investigar y las anexaba a su columna, y así comencé”. 96
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Con la ilusión de escribir de manera profesional algún día, “leía muchos libros para aprender a ser periodista, por ejemplo en aquel tiempo leí a Vicente Leñero, aunque no sabía quiénes eran los principales, yo cualquier libro de periodismo que veía, lo leía”. Julio César Silva, Tony Salmerón y Francisco HernánAl salir de la universidez (QEPD). dad ejerció su carrera efímeramente. “Realicé algunos trabajos en el ayuntamiento de Acapulco, en el área de acuacultura, donde visitaba comunidades para ver si era factible realizar cultivos de tilapia; además, en mi servicio social estuve en campamentos tortugueros y realizamos pruebas de contaminación de las aguas en la bahía. En realidad mi carrera me gustaba mucho para ejercerla y no se pudo dar porque aquí en Cancún no hubo la oportunidad”.
Su llegada al paraíso del Caribe
Llegó a Cancún un año después del paso del huracán “Gilberto”, en 1989, pero siempre se imaginó estar en el Caribe Mexicano. “Llegué aquí casada y con mi hija Zulemy, que iba a cumplir tres años; mi esposo terminó primero la universidad y vino a trabajar en un museo en Puerto Aventuras, y como a los tres meses lo seguí”. Pero como le pasa a la gran mayoría de los recién egresados al buscar un empleo vinculado con su profesión, tocó puertas y puertas, le pedían experiencia y cartas de recomendación y carecía de ambas. Así pasaron varios meses, sin hallar algo que le gustara, ejerció de cajera en dos ocasiones pero el trabajo no la convenció. Un día, esperando el transporte urbano en una parada junto a la tienda del Issste -Instituto de Servicios y Seguridad Social para los Trabajadores del Estado- (ahora ya cerrada), una muchacha le preguntó cómo llegar a la avenida Tulum, y le contestó que cualquier autobús que pasara por esa zona la dejaría ahí. Subieron juntas al camión. “–¿Puedo sentarme contigo?– fue el segundo cuestionamiento de aquella joven mujer. “–Sí – contestó Tony Salmerón “–¿A qué te dedicas? “–Estoy buscando trabajo, acabo de salir de la universidad y tengo como ocho meses en la ciudad. “–¿Qué carrera estudiaste? “–Ecología marina. “–Qué raro”. Enseguida Tony inició sus propias interrogantes: “¿A qué te dedicas?, la cuestioné y su respuesta me sorprendió, me dijo Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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que era periodista y lo primero que le dije es que a mí me gustaba esa profesión y le empecé a platicar lo que había estudiado y leído. “Me dijo que si quería ir a una entrevista con ella y pues le contesté que en ese momento no podía, porque tenía que ir a ver a mi hija, pero quedamos en vernos al otro día, ella se llama Fanny Cruz. Al día siguiente nos vimos y fuimos a una entrevista en el Diario de Quintana Roo, cuyo director era en aquel entonces Jorge González Durán*, y ahí comencé junto con Fanny, estuve una semana a prueba, me llevaban entrevistas y me preguntaban qué le entendía al texto y me decían En labor de campo. que hiciera una entrada o una nota, hasta que finalmente me dijeron que estaba bien, que tenía lo básico, que ya con eso estaba contratada. “Después de pasar la prueba, me mandaron a una semana de capacitación con Gloria Palma, quien también trabajaba en el diario, y pasado ese tiempo me declararon lista para ejercer el trabajo, y me asignaron la fuente policiaca. Lo primero que pregunté es ¿qué es eso?, les dije que yo no conocía Cancún. La respuesta fue que tenía que ir conociendo la ciudad y tenía que visitar los ministerios públicos para que me dieran información; así visitaba el de la región 94 y el de ‘la Cuchilla’”. Es así como hace 26 años Tony Salmerón inició en el medio periodístico, en una fuente en la que no había mucha nota, pues aún eran los tiempos del Cancún tranquilo, aunque a su pareja nunca le pareció la profesión que había tomado. “Me gustaba mi labor y no había trabajo de la carrera que estudié”.
El caminar en los medios
En el Diario de Quintana Roo permaneció un año y ocho meses; luego ingresó al Por Esto! regional como corresponsal, puesto en el que se mantuvo durante dos años. “Cuando inició la campaña de Carlos Cardín como candidato a la presidencia municipal me invitaron a participar como reportera y después ingresé al área de comunicación social del municipio como jefa de prensa, y Toño Cervera era el director. Posteriormente fui directora de comunicación, en el área de relación con los medios, durante el trienio de Rafael Lara. Más tarde me invitaron a participar como jefa de prensa en el PRI municipal, donde estuve por tres años. “Por cierto, es esa época fue donde conocí a Jonathann Estrada*, un chavo que tenía buena voz y participaba en los eventos culturales; además estaba muy pegado al PRI y siempre con la avidez de aprender, ya que en muchas ocasiones se acercaba a mí para preguntarme cómo hacer una nota. “También laboré en Enfoque Radio, Radio Mix, Radio Fórmula, en el 98
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área de comunicación social de la Sedetur y desde hace ocho años como vocera de la Procuraduría General de Justicia de Quintana Roo en la zona norte”.
Algunos de sus recuerdos y anécdotas
Cuando su madre, Julia Méndez Robles (QEPD), se enteró de que Tony trabajaba Olivia Vázquez, Sandra Rodríguez, Tony Salmerón, como reportera “decía que no Laura Ortiz y Virginia Próspero. es posible, que precisamente estaba trabajando en lo que ella no quería que estudiara, porque es peligroso, decía que mataban a los periodistas, mi mamá estaba angustiada. Y cuando llego a la Procuraduría y se lo anuncio, me dijo que ella no quería que fuera policía ni que terminara ahí ‘y ahí estás’, y yo le decía que pues eran cuestiones del destino”. Aprovechó todas las oportunidades que le ofreció el periodismo. El trabajar como reportera por 12 años, cubriendo casi todas las fuentes, le abrió puertas con buenas ofertas de trabajo. “Extraño reportear, pero ahora tengo que mantener una línea institucional. Entre mi vida personal y mi trabajo en la Procuraduría busco un equilibrio emocional para mantenerme jovial y en plenitud”. Recuerda una de sus anécdotas en la Radio: “En Radio Mix con Arturo Vázquez Tinoco (QEPD), él daba una nota y yo otra, pero el inicio me marcó por el pánico escénico, en la primera nota estaba tranquila, pero en la segunda se me fue la voz, no podía hablar; salí de la cabina muerta de risa pero no podía controlarme, estaba temblando”. Sus únicas experiencias negativas en la calle como reportera eran los reclamos de las líderes de colonias, pero fuera de ello todo resultó fascinante para Tony Salmerón, le dejó cosas interesantes, tanto que hoy forma parte de su vida. Gloria Palma y Fanny Cruz la moldearon bien. Su carácter le ha permitido conservar sus amistades en la fuente en que se desempeña, pese a que en algunas ocasiones se crispe la relación por algún suceso inesperado, en la que tenga que tomar parte como funcionaria pública. “Me siento feliz con mi trabajo y me siento feliz de estar en Cancún”, culmina Tony Salmerón, sentada detrás de una mesa en una charla amena en la que se evocó al pasado.
* Jorge González Durán. Moriré siendo reportero, en la página 28 de este libro * Jonathann Estrada. El difícil sendero del éxito, en la página 218 de este libro
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Olivia Vázquez Un espíritu intrépido
Por sus entrevistas y crónicas ganó el Premio Estatal en dos ocasiones; llegó de paseo a Cancún y aquí ya lleva más de 25 años de destacada carrera; se entrega con igual dedicación a los dos oficios que ama: el periodismo y la crianza de su pequeño hijo Gael
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Cancún llegó con la idea de quedarse por tres meses y ya lleva 25 años en este polo turístico, donde la atraparon el trabajo periodístico, el amor y su hijo; se trata de Olivia Vázquez López, dos veces Premio Estatal de Periodismo, en los géneros de entrevista y crónica; antes vivió una infancia muy feliz en la Ciudad de México, de donde es originaria. Nació el 21 de julio de 1969 y es la menor de los tres hijos de la pareja formada por Samuel Vázquez y Olivia López, y sus hermanos Ángel y Samuel siempre jugaban con ella de una forma ruda, sin tomar en cuenta que era mujer, pero eso no le importaba, al contrario: exigía igualdad en su familia. Su vida actual la compara con sus años de infancia: “Mis papás trabajaban en esa época, entonces nuestra existencia era muy al ritmo de la que llevo ahora con mi propio hijo; mi mamá salía y compraba comida hecha, no teníamos muchos espacios con ellos para la convivencia cotidiana, pero cada vez que había vacaciones o algún fin de semana nos íbamos a pasear, casi siempre íbamos a Acapulco”. Recuerda una anécdota de su infancia, con una gran sonrisa: “En mi casa siempre nos trataron como a tres hijos varones, no como a una mujer y dos hombres; yo iba y les echaba bronca a otros niños y luego le decía a mi hermano que me defendiera, y como mi hermano, el más grande, no lo hacía, yo acababa escudándolo”. 100
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La familia Aguilera Vázquez.
Sus estudios
Con gran sentido del humor, recuerda que tres meses después de que empezó sus estudios en una escuela técnica de la Ciudad de México se enteró de que estaba preparándose para ser periodista: “Yo elegí el periodismo por equivocación, porque en la prepa empecé a tronar y me decía: ‘¿qué diablos voy a hacer?’, porque llevaba materias para bióloga, y de ahí a que pasara las materias pues estaba verde continuar con lo que había elegido. “Mi mamá tenía algunos contactos en la Secretaría de Educación Pública (SEP) y le dijeron que había espacios para las técnicas de ciencias de la comunicación, y yo decía: ‘pues lo que sea, pero que no deje de estudiar’ y pues me meten a la escuela sin hacer examen y yo empiezo a ir a clases, y como a las dos semanas me entero de que tengo una clase de fotografía. Me sorprendí y me pregunté: ‘¿qué estoy estudiando?’ y como a los tres meses me doy cuenta de que estaba estudiando periodismo, pero era ciencias de la comunicación”. Analizando las cosas se dio cuenta de que la carrera le atraía y se sentía como pez en el agua, por lo que “le metió todos los kilos” al estudio, a tal grado que a partir del segundo semestre fue becada por sus conocimientos y así terminó la carrera, con uno de los más altos promedios de su generación. Al salir de la escuela, con la ayuda de sus papás decidió poner una microempresa de filmación de videos, pero al poco tiempo se fue a pique, por lo que decidió preparar sus maletas en busca de nuevos rumbos.
Cancún, en la mira
En el mes de mayo de 1991 decide venir a este polo turístico, a invitación de una amiga que ya residía en este lugar. “Mi plan era venirme aquí unos dos o tres meses para pachanguear y Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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ver qué posibilidades de trabajo había; cuando llegué empecé a revisar los medios y decidí ir a Radio Caribe a solicitar trabajo pero no me lo dieron porque estaba muy verde. Fui a Comunicación Social del ayuntamiento y ahí conocí a la que era la directora de Canal 10, María Eugenia Córdova, quien me dijo que le hacía falta un reportero, así que al otro día ingresé a trabajar en ese medio. “Pero esa noticia tan feliz para mí, para mi familia fue triste, pues al informarles que ya había encontrado empleo se pusieron tristes y afligidos. ‘Mínimo me quedo seis meses’, pensé. Y así empezó mi caminar en los medios de comunicación”. Durante un año trabajó por las calles de Cancún, realizando sus entrevistas: “En ese tiempo no había celulares, no había computadoras, se redactaba en máquina de escribir y había que programar muy bien tus entrevistas. Era más complicado que ahora, en ocasiones caminábamos de Puerto Juárez hasta el Hospital General, y de ahí al ayuntamiento, eran días pesados”. Impulsiva, con iniciativa y deseos de aprender, incursionó en el trabajo de producción y al poco tiempo se vio recompensada: le ofrecieron la gerencia del departamento en el Canal 10 y empezó a tener bajo su cargo una decena de programas, que iban desde el género infantil hasta noticiarios. Así se pasó otro año.
Tecnología, su nueva meta
“Llegó un momento en el que me dije que ‘ya estuvo bien, voy a regresar a México, renuncio y me quedo una semana a pasear’, pero en ese inter me ofrecieron empleo en el diario Por Esto!, y entonces decido ingresar a trabajar como reportera”. Su regreso a México lo había pospuesto. En esa época comenzó a despuntar la tecnología en ese medio y le llama la atención el manejo de computadoras, por lo que se propone aprender y al final de cuentas se queda en el puesto de diseñadora de páginas, además de ocupar el scanner para que a través de programas de retoque diera color, nitidez y brillo a las fotografías. Renunció al Por Esto!, al recibir una invitación para formar parte del área de diseñadores de un periódico que estaba por salir a la luz pública. Aventurera como era, se integró a La Crónica de Cancún, donde estuvo durante un tiempo en el área a la que fue invitada a participar, hasta que en una plática con el director de aquel medio salió a relucir que había estudiado ciencias de la comunicación, por lo que una vez más fue enviada a la calle a reportear; allí permaneció hasta que “finalmente nos corren por una cuestión ahí media rara”. De ahí se fue a trabajar al Diario de Yucatán, pero nuevamente es invitada a integrarse al cuerpo de reporteros del Por Esto!, donde permanece desde hace 11 años, a excepción de un año que acompañó a la Ciudad de México a su esposo, el también periodista Humberto Aguilera (QEPD), en su combate contra una enfermedad que finalmente lo arrebató de su lado, dejándola con un hermoso recuerdo llamado Gael, y es el motivo principal para que decidiera regresar a radicar en Cancún.
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Reconocimiento a su labor periodística.
Premios
Durante su ya prolongada trayectoria periodística le ha tocado cubrir diversas fuentes y también ha vivido grandes satisfacciones, como el recibir dos premios estatales por sus entrevistas y crónicas, en los años 2000 y 2001, trabajos que marcaron época en su momento; sobre uno de aquellos premios recuerda: “aparte del trofeo me dieron 10 mil pesos, que ocupé para comprarme una lavadora”. Olivia Vázquez sigue reporteando, pero ahora además de su profesionalismo y entrega como periodista destaca en el no menos arduo trabajo de fungir como “supermamá”, ya que a raíz de la partida de su compañero de vida cumple los roles de mamá y papá de Gael. Un día normal para ella inicia a las 5:30 de la mañana. “Hago el desayuno para Gael, salimos de mi casa a las 6:15, pues entra a las 7 a la escuela, lo dejo, de ahí me echo un taco en el camino, y empiezo a revisar los periódicos, escucho la radio; a las 9 me reporto en el periódico para las órdenes de trabajo y de ahí a la calle. A la una de la tarde ya tengo que haber realizado cuatro entrevistas o cuatro notas para regresar a mi casa o al periódico y escribir, a más tardar a las 4 de la tarde; en ese inter tengo que hacerme un espacio para ver si alcanzo a hacer de comer o si compro comida; estoy por Gael en la puerta de la escuela a las 4 en punto, vamos a la casa a comer y si tengo que regresar al periódico por alguna orden o algo que quedó pendiente me llevo a Gael; de ahí a las 5 de la tarde lo llevo al club donde toma beisbol y natación; lo espero o si tengo trabajo regreso al periódico a terminarlo; después nos vamos a la casa, cenamos, hacemos tarea, se baña y a dormir a las 9 de la noche, y ya cuando se duerme empiezo con el quehacer del hogar, los trastes, la trapeada que quedó pendiente, la Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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lavada de ropa, los uniformes y me vengo acostando como a las 12 o una de la mañana para iniciar al día siguiente la misma rutina”.
Sus anécdotas
Cuando estaba soltera no medía las consecuencias ni el peligro que enfrentaba, siempre intrépida, siempre al pie del Entrevista a pie de calle. cañón. Así realizaba recorridos por las áreas protegidas, acampando en medio de la selva, o se subía a un helicóptero para sobrevolar los incendios forestales, con la aeronave envuelta por el humo. “Cuando se hizo la recuperación de playas, luego del huracán ‘Wilma’, no dejaban pasar a la prensa local y yo le gritaba al presidente (Vicente) Fox, que estaba en ese momento, y recuerdo que él volteó al escuchar mis gritos, se regresó a las vallas donde estábamos los reporteros y me preguntó: ‘¿qué pasó?’ y le contesté que no nos dejaban entrar y que nosotros estábamos haciendo nuestro trabajo, entonces el señor dio la orden y así pudo ingresar toda la prensa local a donde estaba todo el asunto”. Finaliza la charla con una opinión sobre el oficio al que ha dedicado más de 20 años de su vida: “El periodismo es muy bonito, pero todos sabemos que no tenemos ninguna seguridad, es uno de los trabajos más vulnerables que hay; hoy puedes estar muy bien y mañana puedes estar en la calle y por lo general no cuentas con seguridad social, yo sí tengo todas las prestaciones, pero la mayoría de los compañeros están trabajando de free lance, es mejor asegurarse en un negocio”.
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Gina Velázquez
Ser periodista es un orgullo
El suyo es uno más de los casos de quienes terminan seducidos por el embrujo de una redacción de periódico, aunque estudió la carrera de contador privado; una mujer independiente que ha logrado sus objetivos con base en sacrificios, trabajo y profesionalismo, y ahora se ha propuesto lograr la licenciatura en ciencias de la comunicación
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eorgina Velázquez Aguilar aprendió el oficio empíricamente, pero a lo largo de su fructífera carrera ha tomado infinidad de cursos, y con el propósito de lograr la licenciatura en ciencias de la comunicación ahora está estudiando su preparatoria; es una mujer independiente que ha logrado sus objetivos con sacrificios, trabajo y profesionalismo. Inició como recepcionista en el Diario de Quintana Roo en 1991, una labor que realizaba pese a haber terminado la carrera de contador privado, pero el oficio que terminó por seducirla fue el periodismo. Nació en Chetumal el 28 de febrero de 1970 -es la menor de 11 hermanosen la colonia Barrio Bravo, donde se ubica el Teatro Constituyentes, antes CREA, cerca del bulevar Bahía. Con una infancia muy difícil porque al año de haber nacido perdió a su mamá y su hermana mayor se hizo cargo de ella, al casarse, la “adoptó” otra de sus consanguíneas. Su papá, un obrero fuerte, se preocupó por darle estudios y preparación académica, “pero nadie me dijo ‘estudia para salir adelante’, yo solita sabía que tenía que hacerlo. Llegaba de la escuela y me ponía a estudiar, me preparaba bien para los exámenes”, explica. En su cuenta de Facebook en el 2014 publicó un emotivo comentario que vale la pena retomar: “Quiero compartirles una hermosa experiencia. Anoche, por primera vez, después de 43 años conocí a mi madre en sueños. Es
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algo especial y maravilloso para mí y le doy gracias a Dios por haberme permitido sentir y haber podido depositar un beso en la mejilla de mi madre, a quien no conocí o no recuerdo, porque ella partió con Dios cuando apenas yo era una niña de un año de edad. Me siento benCésar Romero, Alberto Góngora (QEPD), Gina Velázquez, decida y doy una vez Justo May y Guillermina García, entre otros, en un curso más gracias a Dios por de periodismo y redacción. existir”. Por ser la menor de su familia llegó a convivir de manera muy cercana con sus sobrinas, con las que jugaba mucho, en especial “pesca-pesca en la mata de uva de mi papá”, recuerda risueña. Georgina Velázquez es una persona a quien le gusta luchar por lo que quiere y ganarse a pulso un nombre en el medio. Desde la escuela ha sido siempre independiente.
Trabajó en Diconsa
A los 18 años se graduó como contador privado, profesión que desempeñó un año en las oficinas de Distribuidora Conasupo (Diconsa), y luego decidió tomarse un año sabático en Morelia, Michoacán, gracias a la invitación de una amiga que conoció en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en Chetumal, cuando realizó su servicio social. Al regresar entró a trabajar como asistente del padre Rafael Ruiz Padilla, y a los 21 años perdió a su papá, un golpe muy fuerte que tardó mucho tiempo en poder superar. “Al lado de la casa donde vivía en Chetumal habitaba la periodista Sandra Romero*, que en aquel entonces trabajaba para el Diario de Quintana Roo como secretaria y le dijo a una amiga en común que en el periódico necesitaban un recepcionista por las tardes. Así que salía de la escuela y me iba a laborar en el Diario. “En ese entonces estaba como director don José ‘Pimpo’ Pereira Lizárraga (QEPD), y permanecí como recepcionista tres o cuatro meses. Pero por la buena recomendación que tenía del padre Ruiz Padilla, doña Elsa María Medina, encargada de la sección de Sociales, me integró a su plantilla. Primero empecé acompañando a Carmen Durán y Fátima Vázquez a sus eventos sociales, y cuando ambas renunciaron, primero una y luego la otra, el director me ofrece el puesto de reportera. “Yo les dije que no sabía nada de periodismo, pero ellos confiaban en mí y se ofrecieron a enseñarme. Me ayudó mucho la carrera que terminé, ya que llevé materias de redacción, ortografía y aprendí a escribir a máquina. Entré en abril al Diario como recepcionista y en septiembre de 1991 empecé a tomar fotos y realizar textos para la sección de sociales. Manuel Collí era mi fotógrafo y yo la reportera”. 106
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Curso de fotografía
“Al iniciar en este oficio, lo primero que me pidió mi jefe de información, que era Luis Ángel Cabañas Basulto, fue que tomara un curso de fotografía, que en ese entonces era en blanco y negro, y el jefe de fotografía era Jorge Cohuó. También cubría los eventos de espectáculos, uno de los primeros a los Gina Velázquez, Alberto Peláez, Míriam López y Victoria Escareño, en una celebración de aniversario de que asistí fue la presentaNovedades Quintana Roo. ción del grupo Bronco, y mi primer revelado de fotos fue cuando cubrí la escenificación de la comedia musical ‘Cats’ y al llegar a la redacción no había nadie para que lo hiciera, así que tuve que entrar al cuarto oscuro para encargarme yo misma. Aún recuerdo mi gran satisfacción, al ver las fotos publicadas al día siguiente en una página completa”. En 1994, con la llegada de Ernesto Zedillo Ponce de León a la Presidencia de la República, los reporteros del Diario de Quintana Roo se vieron beneficiados con un alto incremento salarial, pero “al ser una fuente ‘light’, sin menospreciar, a los compañeros no les pareció y le pidieron a mi jefa de sociales que me pasaran a generales, entonces yo me apaniqué. Pedí que me cambiaran a la redacción como editora, donde Pedro Reyes era el jefe de información, pero no había plazas; entonces me cambiaron a capturista y trabajaba con Victoria Escareño y Miriam López, donde transcribíamos las notas de los compañeros y ahí fue donde aprendí cómo redactar una noticia”. En ese tiempo conoció a Alberto Góngora y a César Romero, quienes habían sido enviados a Chetumal por Novedades de Quintana Roo, ante la salida de varios de sus reporteros que habían decidido apoyar a Lorenzo Pacheco, quien había fungido como director de ese medio, en una marcha a México denominada sur-sureste. Fue así como Gina, Victoria y Miriam recibieron la invitación para pasar a formar parte de las filas de Novedades de Quintana Roo, cuya responsabilidad editorial recaía en Guillermina García. Ahí permaneció por dos años, primero cubriendo sociales, después la fuente policiaca y luego dependencias federales. Su ya prolongada carrera periodística está llena de elogios y reconocimientos por su labor y profesionalismo. “Ser periodista es un gran orgullo”, afirma.
A Cancún en 1997
En 1997 llega a Cancún para continuar su carrera, invitada para formar parte de la plantilla laboral del Diario de Quintana Roo. En el año 2000 ingresa a Por Esto!, donde cubrió la fuente de medio ambiente. Esa época es calificada por Gina como una etapa maravillosa de su vida, Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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donde siempre estaba la adrenalina al tope, por la competencia leal con sus compañeras para ver quién se llevaba la de ocho columnas (en el argot periodístico así se le conoce a la nota principal del día). En el 2002 de nuevo es llamada por Novedades de Quintana Roo Reconocimiento por su asistencia a un taller periodístico. para ingresar a sus filas, trabajo que aceptó por un mejor sueldo y mejores prestaciones, pero la fuente que le asignaron, educación, no llenó sus expectativas y decidió incorporarse a La Crónica de Cancún, donde permaneció efímeramente, debido a los problemas que se suscitaron cuando una mañana no dejaron entrar a ninguno de los reporteros, por órdenes de la dirección. Tras una serie de marchas y manifestaciones les fueron pagadas sus liquidaciones. Se quedó sin laborar por lo menos tres meses, pero acabó regresando al lugar donde había iniciado: el Diario de Quintana Roo. A los pocos meses de estar laborando allí recibió una invitación de Tony Salmerón* para incorporarse al Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS), donde fungía como directora de noticias Karla Romero, trabajo que desempeñó a la par por varios meses. El día menos pensado le ofrecieron una plaza en el SQCS, pero la condicionaron a renunciar al Diario de Quintana Roo; así lo hizo, y desde hace ya más de una década presta sus servicios profesionales allí, donde se desempeña con objetividad e imparcialidad.
Anécdotas
“En un recorrido por la Zona Continental realizado por Francisco Garibay, quien fungía como titular del Registro Agrario Nacional (RAN), para constatar la invasión de pescadores con terrenos de empresarios, fui con el fotógrafo Gonzalo Subirats (QEPD). Yo llegué al trabajo con falda, blusa y unos zapatos con tacones, sin pensar que me mandarían a un sitio lleno de mangle y agua. Y entre checando, aquí y allá, se me quebró uno de los tacones”. Regresó del sitio con el glamour perdido, pero con la nota cubierta. Otra anécdota que recuerda con muchas risas aconteció en una reunión de trabajadores de la Semarnat, donde su delegado estatal José Luis Sánchez Cataño afirmó que “no habría más incendios forestales en Quintana Roo”. Entonces se escuchó un “ajá” incrédulo, era de Gina y todos los presentes lo percibieron perfectamente, por el silencio que imperaba en la sala; y para completar el momento la también reportera Olivia Vázquez* exclamó: “¡Aaay, Gina!”. Un caso inolvidable. 108
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Satisfacciones
En su larga carrera ha obtenido infinidad de logros, el principal de ellos es que las personas reconozcan su trabajo, “es un gran orgullo; una vez una familia me habló para decirme que un familiar muerto había sido abandonado en un rincón de una oficina, no era un Semefo porque era un lugar sencillo. Al llegar al lugar de los hechos pude observar el cuerpo, que incluso ya estaba inflado. Saqué la nota al día siguiente, y gracias a ello, primero le entregaron el cuerpo a la familia porque iban a arrojarlo a una fosa común y poco tiempo después se inauguró el Servicio Médico Forense”. Además, se precia de haber obtenido una infinidad de exclusivas gracias a su profesionalismo, que es bien valorado por los funcionarios, y en reconocimiento a ello muchas veces le hicieron llegar notas con alto valor periodístico.
* Sandra Romero. El periodismo no admite filias ni fobias, en la página 130 de este libro * Tony Salmerón. Su destino, el periodismo, en la página 96 de este libro * Olivia Vázquez. El periodismo, un trabajo de lo más vulnerable, en la página 100 de este libro * Jorge González Durán. Moriré siendo reportero, en la página 28 de este libro
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Ruth Sansores
Ejemplo de superación y tenacidad
Lo suyo es la calle, salir cada día a ganar la nota, por una circunstancia fortuita, a los 17 años se involucró en el medio periodístico, y aunque estudió contaduría privada regresó al oficio que le apasionó desde el primer momento
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e define como reportera, como gente de la calle, que sale en busca de la nota, del reportaje, de la crónica, de la nota de color. María Ruth Lucía Sansores Osorio, como se llama en realidad, es una experimentada periodista, especialista en la fuente política, aguerrida, con cuestionamientos que incomodan al entrevistado, llenos de ética, honradez y profesionalismo. Originaria de la ciudad de Chetumal, donde nació el 8 de febrero de 1973, y adoptada por Isla Mujeres por más de una década; estudió contaduría privada pero la atrapó el oficio del periodismo, que pese a los sinsabores que le ha dejado le ha permitido cumplir sueños. “Me gusta más andar en la calle buscando la noticia que detrás de un escritorio y una computadora haciendo números”. “Soy una persona que decidió superarse, no conformarse, hacer mi vida adulta diferente a mi niñez, una infancia con carencias por las condiciones que me tocó vivir. Mis padres, Luciano Sansores Castillo, de origen beliceño, y Manuela Osorio Cervantes, de Tekax, Yucatán, se separaron y mis dos hermanos –Vannesa y Edgar– y yo nos quedamos con nuestra madre, y por ser la mayor me tocó apoyarla, porque como buena yucateca no le aceptó nada a mi padre”. Jugaba a la comidita y a la tiendita, como la gran mayoría de las niñas de la Península de Yucatán a finales de los 80. “Nuestra niñez con mi mamá
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fue muy productiva, nos daba tiempo para jugar, para ver la televisión, pero primero siempre que realizáramos nuestra tarea escolar. Y después nos enseñaba a realizar artesanías como tejer, costurar y bordar, entre otras actividades”.
Romper tradiciones
“Yo decidí estudiar para salir adelante, aunque la tradición en la Península es que la mujer no estudie sino que aprenda los quehaceres del hogar para cuando se case, pero yo no seguí los patrones. Siempre conté con el apoyo de mi madre para estudiar y terminé la carrera de contador privado, aunque fue en Miguel Alemán, Tamaulipas, ciudad a la que acudí porque mi padre trabajaba ahí, era agente de Migración, y en un momento de la vida me ofreció irme a vivir con él”. Ahí en la escuela le impartieron la materia de redacción, que a la postre le serviría para ejercer el periodisSus inicios en el Diario de Quintana Roo. mo. Pero su primer contacto con el medio periodístico fue fortuito: “A los 17 años, una vecina que trabajaba en el Diario de Quintana Roo, en la sección de sociales y espectáculos, me invitó para apoyarla debido a que se saturaba de trabajo. Así que inicié con ella tomando fotografías, colocando el tripié y presionando el obturador. “Un día me llevó a las oficinas y observé cómo se hacía el periódico, las grandes placas que se tomaban para realizar los negativos de las páginas. Ese mismo día entré con ella en el cuarto oscuro de fotografía, y me enseñó a revelar e imprimir y recuerdo que me dijo: ‘apréndelo por si algún día decides dedicarte a esto’. Y eventualmente les apoyaba con alguna nota o evento que ellos me solicitaban, a medida que podía, porque estaba estudiando en aquel entonces”.
En busca de superación
De regreso a su ciudad natal, las pocas ofertas de trabajo la orillaron como a muchos chetumaleños a buscar nuevos horizontes en el “gigante del norte”, aunado a una invitación de unas primas para hallar empleo pronto, empacó maletas y vino a este destino turístico en el año 1992. Ese “buscar empleo” tardó un año, se convirtió por 365 días en una niña de sala, mientras sus parientes le buscaban una ocupación, cosa que no sucedió. “Después de haber paseado y conocido Cancún, y al ver la pasividad Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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de mis primas, decidí buscar trabajo por mi propia cuenta, de lo que fuera, ya que estaba desesperada y sabía varios oficios. Así que me puse a revisar los periódicos y encontré un anuncio del Diario de Quintana Roo que solicitaba reporteros en Cancún. Decidí presentarme y Ariel “Picho” Magaña (QEPD), Joaquín Hendricks y Ruth sin ningún problema Sansores. entré, ya que tenían conocimiento de mi persona”. Como muchos reporteros empíricos se inició en la nota roja, en las denuncias ciudadanas, en la problemática de las colonias populares.
Primeras redacciones
Recuerda dos de las primeras notas que cubrió: “Mi primera nota redactada fue sobre un accidente que se suscitó en la avenida Tulum, donde murió un jovencito y la segunda sobre una turista lesionada al estrellarse contra el cristal de una de las salas del aeropuerto de Cancún”. Con el paso del tiempo la mandaban a cubrir Isla Mujeres, municipio que por su tranquilidad y la calidez de sus habitantes la atrajo y la arropó. Incluso, cuando renunció al Diario de Quintana Roo continuó como corresponsal de La Crónica de Cancún en la ínsula. Casi por una década estuvo cruzando todos los días para realizar sus notas, donde conoció a todos los políticos de ahora e hizo muchos amigos. “Mis compañeros de cruce a la Isla eran Marlene Magaña, Erick Galindo, Gonzalo Subirats (QEPD), Ramón Uresti, Renán Moguel, entre otros”. Al cerrar La Crónica de Cancún, el titular del Centro de Salud de Isla Mujeres le ofreció una plaza para ejercer su profesión. “La tomé pero no me gusta estar encerrada, pese a que en el oficio del periodismo no se tienen las prestaciones mínimas, las únicas satisfacciones que se tienen son las de trabajar en el medio”, así que sólo trabajó allí durante unos meses. “Después logré entrar al Sistema Informativo 7, que fue un nuevo reto para mí, porque nunca había trabajado para medios electrónicos, lo asumí y cumplí. Nunca me reclamaron nada por hacer mal las cosas, ya que fue una nueva forma de laborar. Cubríamos todas las secciones en toda la geografía de Benito Juárez”. Un año después ingresó al Quequi, en la que califica como “su mejor época”, de muchas satisfacciones laborales porque “el grupo de reporteros y jefe de información hicieron química y resaltaban mucho el valor humano”. Además laboró en el semanario Luces del Siglo, Quintana Roo Gráfico, El Quintanarroense y actualmente se desempeña como editora en Diario Imagen. 112
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Notas polémicas
Rememora que a su paso por el Quequi la entonces dirigente del PAN (Partido Acción Nacional), Patricia Sánchez, protagonizó en el palacio municipal de Benito Juárez una defensa bizarra en favor de Juan Ignacio García Zalvidea “Chacho”, “con unos tragos de más”; el hecho fue consignado en su crónica como que la dirigente política estaba “en estado inconveniente”; sin embargo, el editor lo cambió por “borracha”. Su valía y su conocimiento de la política local fueron aprovechados por el falleciEn Isla Mujeres con José Lima Zuno (QEPD). do periodista Joaquín Paredes en Luces del Siglo, medio para el que llevó a cabo varios reportajes que levantaron ámpula, como el de un pederasta, líder de la CTM (Confederación de Trabajadores de México) en la Ciudad de México, que tenía su residencia de playa en Isla Mujeres, donde llevaba a cabo lujosas fiestas que se convertían en bacanales. También fue suya la polémica nota de la grabación de un grupo de militantes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en la cual se escuchaba a su entonces dirigente, Marisol Ávila Lagos, jactarse de tener “agarrado de los huevos” al entonces gobernador del estado, Félix González Canto.
“Wely” amenazó con golpearla
Tras el fallecimiento del periodista Joaquín Paredes se unió al periódico quincenal Quintana Roo Gráfico, ahí encontró espacio para ejercer plenamente su libertad de expresión, donde publicó una serie de reportaje que dejaban al descubierto las trapacerías y corrupción de la entonces presidenta municipal de Isla Mujeres, Manuela “Wely” Godoy González, quien le envió un recado con un emisario: “Donde te vea te voy a golpear”. También se integró en Cancún al desaparecido periódico El Quintanarroense, alternado su trabajo en el semanario Luces del Siglo.
“Greg” Sánchez pidió su cabeza
Ruth Sansores recuerda su amarga experiencia cuando fue golpeada junto con el periodista Emilio Carrasco Hernández* por “guaruras” al servicio del entonces candidato del PRD (Partido de la Revolución Democrática) a la presidencia municipal de Benito Juárez, Gregorio Sánchez Martínez. Relata que uno de los golpeadores le aplicó una “llave china” que la inmovilizó y le provocó un esguince de cuello, mientras golpeaban a su compañero Emilio Carrasco para que entregara su cámara fotográfica. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Refirió que interpusieron su denuncia por los hechos y realizaron manifestaciones, y con el paso del tiempo el caso quedó archivado a pesar de que había todos los elementos para proceder en contra de la gente de “Greg” Sánchez. Meses después, ya en el poder Sánchez Martínez, trató infructuosamente de “pedir su cabeza” en El Quintanarroense, pero el entonces director, Guillermo Vázquez Handall, respaldó su trabajo y se negó a cumplir el capricho del otrora presidente municipal.
La tecnología
La llegada de la tecnología le ha facilitado la labor, afirma; admite que le ha costado trabajo pero lo ha logrado. “En la secundaria aprendí a utilizar las máquinas de escribir y en el bachiCambió los números por las letras. llerato (CBTIS 214) mi especialidad fue informática administrativa contable, pero realmente muy pocas veces utilizamos la computadora”. Ahora se desenvuelve “como pez en el agua” en las redes y programas de cómputo que se utilizan para la edición del Diario Imagen, donde pone a flote su experiencia en el periodismo, que inició a los 17 años por azares del destino.
* Emilio Carrasco. Un periodista combativo, en la página 73 de este libro
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Gabriela Ruiz Fortaleza y sensabilidad
Desde la secundaria supo que quería ser periodista, de carácter aguerrido, forjado en la difícil fuente policiaca, en la que se ha ganado a pulso varias exclusivas a lo largo de más de 20 años de carrera; lamenta la deshumanización que se vive en la actualidad, y que las generaciones nuevas de profesionales de la comunicación carezcan de la preparación adecuada
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on más de dos décadas de ejercer el periodismo en medios escritos, radiofónicos y televisivos, Gabriela Ruiz Serna se ha destacado por su carácter fuerte, aguerrido, combativo pero siempre con la veracidad por delante, “sacudiéndose” -en sus propias palabras- las lenguas que la señalaban de llevarse las primicias “por usar minifalda”; por el contrario, han sido logros bien ganados, gracias a las buenas fuentes que posee y al profesionalismo con el que siempre ha desempeñado su labor de informar. Ha sido una “piedrita en el zapato” para varios responsables de la seguridad pública en Benito Juárez; incluso en el 2009 demandó ante la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo al general Urbano Pérez Buñuelos, quien la empujó y le propinó un codazo pretextando la aglomeración de comunicadores que había, además de que días antes había mandado a su personal a seguirla y fotografiarla, tras haber publicado notas que exhibían la inoperancia del militar al frente de las corporaciones policiacas.
Dos hermanos
Ruiz Serna es originaria de Poza Rica, Veracruz, y tiene dos hermanos, uno mayor y otro menor que ella. Vivió una infancia tranquila, aunque por Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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azares del destino perdió a su padre cuando tenía seis años de edad, así que los tres hermanos fueron criados por su mamá con la ayuda de los abuelos y tíos maternos. Recuerda que la mayor parte de los juegos en que participaba eran “de hombres”, ya que además de sus hermanos tenía dos primos varones, “pero Raúl “Ratón”Macías y Gabriela Ruiz. también jugaba a la comidita”, dice sonriente. “Jugaba con mis muñecas y hacía comiditas para mis hermanos, entraba a la casa por mis cazuelitas y mi abuelita me las llenaba de arroz y yo se las daba a mis hermanos; pero también me gustaba mucho subir a los árboles, a cualquiera, para bajar frutos, sin importarme que muchas veces tenían gusanos”. Desde pequeña se destacó por ser muy observadora, muy perspicaz, y ya en la secundaria decidió estudiar para periodista, nunca dudó que ese sería su oficio. En su ciudad natal estudió la primaria y la secundaria en un colegio de monjas, pero ya en la preparatoria le pidió a su mamá que la inscribiera en un colegio mixto, y después ingresó a la Universidad Autónoma de Tampico para estudiar la licenciatura en ciencias de la comunicación, pese a que pretendieron inscribirla en una institución privada, se empeñó en estudiar en esa pública.
De Veracruz a Tampico
“Recuerdo que tras presentar el examen no salí en la primera lista de aprobados, tampoco en la segunda, así que mi mamá me dijo: ‘si no sales en la tercera lista te vas a una universidad privada’; entonces tomé la decisión de hablar con el líder de la facultad y le dije: –Yo quiero entrar a la universidad, ya hice el examen pero no he salido en las listas. –¿De dónde vienes? –De Poza Rica. –Ya hay muchos de Poza Rica. –No importa, yo soy la última, se lo prometo. –¿Segura? –Segura. Y salí en la tercera lista”. Recuerda sus años de universidad como algo “muy padre”. Ahí estaba cuando detuvieron al líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, La Quina, el 10 de enero de 1989. “Fuimos a su casa, que se volvió para todos los tampiqueños una visita obligada, y estaba rodeada de militares, se notaban los bazucazos en la pared y las puertas destruidas. En la escuela se suspendió la aplicación de un examen porque el grupo de ‘porros’ fue a sacar a todos 116
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los varones para llevarlos al aeropuerto y tratar de impedir que se llevaran a don Joaquín”.
La Quina y su apoyo a la Universidad
“La Quina era muy amigo de la Universidad, le daba obras a la Facultad de Ingeniería y apoyaba a los alumnos, por lo que decidieron apoyar el movimiento, pero a don JoaCarlos Girón, medallista olímpico quín ya lo habían llevado de Moscú ‘80, y Gabriela. a México, DF. El edificio de Pemex (Petróleos Mexicanos) estaba custodiado y pasamos por ahí y todo estaba en silencio, muy tétrico. Fue algo impactante porque el señor era muy conocido y si bien lo acusaron de corrupción y de muchas otras cosas, también ayudó a mucha gente y muchos estaban agradecidos con él”. Ese suceso se quedó muy grabado en la mente de Gabriela Ruiz por la magnitud de los hechos y lo que representó ese golpe para Tampico. “En Poza Rica realicé mis prácticas en Pemex y toda mi familia, mi mamá y mis tíos son jubilados de Petróleos Mexicanos, mis hermanos trabajan en cuestiones relacionadas con Pemex, pero yo no deseaba trabajar en eso”.
En 1993 llega a Cancún
A los dos años de haber terminado su carrera, ya de regreso en Poza Rica, se desempeñó en una tienda departamental en la que laboró por cerca de 12 meses, hasta que una amiga que había estudiado en Tampico con ella, María Luisa Vázquez, la invitó a venir a este polo turístico en el año de 1993, a finales del sexenio de Miguel Borge Martín. “Fue un duro golpe para mi mamá, porque soy la única mujer entre sus hijos”. A su llegada se instaló con unos amigos en la zona habitacional militar de Puerto Juárez, pero lamentablemente en aquellos momentos no había plazas laborales en el Novedades de Quintana Roo, donde ya laboraba su amiga, por lo que decidió emplearse como recepcionista en “La Bodega del Teniente” -uno de los grandes centros comerciales del Cancún de antaño, ya desaparecido-, mientras llegaba la oportunidad para ingresar al medio periodístico. “Sólo un mes trabajé allí porque se abrió una plaza en el Novedades y fui a solicitarla. Me aceptaron y fui a la última gira que realizó (Miguel) Borge Martín en Cancún antes de entregar la estafeta a Mario Villanueva, aunque no me tocó escribir la nota ahí estaba presente” Inició cubriendo la fuente de sociales y espectáculos. “Me tocaba cubrir eventos en la zona hotelera y después me iban a buscar al periódico para llevarme a cubrir fiestas en palapas en la franja ejidal, que apenas estaba empezando a ser habitada”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Fuente policiaca, sus mejores éxitos
Después fue enviada a cubrir la fuente policiaca, donde se sintió a gusto y ha obtenido las mayores satisfacciones personales y profesionales; además allí ha destacado por sus primicias, gracias a su tenacidad, atrevimiento, carácter, sagacidad y entrega. Aunque también ha cubierto notas generales, empresariales, políticas, deportivas, turísticas, financieras, etcétera. Tras un lustro en el periódico Novedades, decidió ingresar al Diario de Yucatán, donde laboró un buen tiempo y conoció a mucha gente, colaboró para documentales de cadenas televisivas estadounidenses, también prestó sus servicios para los rotativos Diario de Quintana Roo, Cancún. Voz del Caribe, El Quintanarroense y El Periódico, para la televisora Canal 10, Milenio, y en la radio colaboró para Radio Ayuntamiento y Radio Mil. Rememora una de las numerosas primicias que ha logrado a lo largo de su fructífera carrera periodística, pese a que en su momento muchos colegas adujeron que se las ganó “sólo porque usa minifalda”. “Era una fuente sexista, yo era la única mujer y les dolía saber que les había ganado la nota”.
Sus primicias
Narra que recibió un “pitazo”, “así que le dije al fotógrafo ‘acompáñame’, y nos fuimos a la casa del señor que era el responsable de la seguridad en el aeropuerto. Al llegar vimos la casa rodeada de militares y Carlos Pérez se bajó a tomar fotografías; de pronto se aproximaron dos soldados y le pidieron que se retirara del lugar, yo me acerqué y les dije que si no querían que aparecieran sus rostros en las fotos mejor nos dieran las espaldas, porque nosotros estábamos cumpliendo con nuestro trabajo. “De pronto miré a la puerta y vi a un hombre que salía y entraba constantemente, y lo identifiqué como el que había detenido al ‘Mochaorejas’ en agosto de 1988, entonces me acerqué y lo encaré: “–Yo lo conozco. “–¿De dónde? “–Usted detuvo al ‘Mochaorejas’. “–¿Cómo sabe? “–Yo lo vi en la televisión “–¿Sabes cómo me llamo? “–No me acuerdo, pero lo conozco, y llegué primero, así que tiene que darme la información. Yo merezco la nota “–¿De dónde vienes? “–Soy Gabriela Ruiz y vengo del Diario de Yucatán. “–¿Estás segura? “–Segura estoy. “–El Diario de Yucatán es el único de aquí que entra en la síntesis de información de la Presidencia de la República. “–¿Entonces? “–Soy Samuel González Ruiz, titular de la SIEDO (hoy SEIDO, Subprocuraduria Especializada en Investigacion de Delincuencia Organizada), y pásate. Entré a la casa y vi todo lo que estaban haciendo, me dieron la información y saqué una súper nota. Los compañeros de la fuente llegaron después, 118
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A la caza de las noticias cotidianas.
pero ya no los dejaron pasar”. Esa seguridad y atrevimiento ante el titular de la entonces Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) le permitió ganarse su amistad y una fuente confiable en varias de sus notas. Ruiz Serna charlaba y se emocionaba al recordar cada uno de sus logros y cómo fue cambiando su carácter, “de pedir ‘por favor, ¿me puedes comunicar con tu jefe para una entrevista?’ a decir ‘a ver, cabrón, necesito esto’”, ríe.
Sensibilidad a flor de piel
Pero ese perfil tosco sólo es una máscara para poder realizar su trabajo y hacerse respetar; su sensibilidad está a flor de piel, al relatar un suceso lamentable que le tocó vivir, sus ojos se humedecieron y su voz se volvió suave: “El dolor de los demás se siente también. El primer muerto que me tocó ver fue un adolescente. Estaba en la Policía Judicial cuando dicen ‘un 51’, y el elemento me pregunta si quiero ir y por supuesto que dije que sí. Me subí a la camioneta y nos fuimos a la zona hotelera. Llegamos a una playa y vimos a un niño tendido en la arena, de 14 o 15 años. “Junto al cuerpo otro niño, de unos 12 años, lloraba, moviéndolo y diciéndole que se despierte. Nos enteramos que son hermanos y ese día no tuvieron clases y se les hizo fácil irse a la playa. El mayor se lanzó desde el muelle y se golpeó la cabeza con una roca. Observé que los paramédicos ya no estaban haciendo nada y al ver que el niño lloraba y sacudía el cuerpo, mi instinto fue tocar el cadáver. “Me viré y le dije a los paramédicos: ‘oigan, este niño no puede estar muerto, está tibio’. ‘Está muerto’, me contestaron y mis lágrimas empezaron a correr. Esa vivencia me marcó para siempre”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Continuó relatándonos otro caso: “Una madre llevó a su pequeño al kínder y dejó encerradas a dos niñas, Sumadir y Yesenia, en una palapa forrada de papel de regalo. Se suscitó un incendio y las niñas gritaban pidiendo ayuda, la vecina entró en crisis porque no las podía ayudar porque estaban encerradas; se fueron acercando otros vecinos, pero alguien gritó que había un tanque de gas en el lugar y todos se alejaron. Las niñas murieron, cuando por fin lograron tirar la puerta, los cadáveres estaban junto a ella, abrazados. “Sus papás, muy jóvenes, quedaron en shock. No tenían dinero y cuando les entregaron los cadáveres en una cajita, el papá se la puso en el hombro y se fue caminando por las calles para llevarlas a velar. Los vecinos ayudaron en lo que pudieron”.
Fortaleza y satisfacciones
Son experiencias difíciles que le ha tocado vivir, de ahí la fortaleza que ha obtenido con su labor, pero también atesora grandes satisfacciones, tan sólo con escuchar un “gracias” de algunas de las personas que ha apoyado con sus notas. En su larga trayectoria únicamente le han mandado dos cartas aclaratorias, pero ambas las desmintió con pruebas y grabaciones. Es una periodista preocupada por la deshumanización que se vive en la actualidad, y se lamenta que las generaciones nuevas de profesionales de la comunicación no tengan la preparación adecuada y carezcan de valores, sobre todo, que los ciudadanos tomen como verdadero todo lo que se publica en las redes sociales, sin mayor averiguación, “muchos piensan que con escribir un párrafo y publicarlo en internet o tomar una foto con un celular es un periodista o fotoperiodista, respectivamente”, deplora. Gabriela exhorta a la gente a leer, a informarse para formarse un criterio y no irse con la primera versión de las cosas; la madurez y la experiencia le ha dado armas para realizar su trabajo profesionalmente, pero también para demostrar su preocupación por el México actual. En noviembre del 2014, Gabriela Ruiz se regresó a su natal Poza Rica, Veracruz, pero dejó una honda huella en el periodismo cancunense.
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Cecilia Solís
Guerrera de la nota roja
Luego de una prolongada carrera en el medio periodístico, aspira a cursar la licenciatura en ciencias de la comunicación; se confiesa “hambrienta de aprender y de saber, porque yo no estudié una carrera, pero me apasiona mi trabajo”
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eriodista de vocación y entrega, las 24 horas del día, Reyna Cecilia Solís Marín no tiene un título universitario en la sala de su casa; es la tercera de cuatro hijos del matrimonio compuesto por Luis Solís Escalante (QEPD) y Guadalupe Martín Rodríguez, pareja yucateca dedicada al comercio y una de las pioneras en llegar a este polo turístico. Su personalidad es risueña, coqueta y “con sangre ligera”, lo que le ha permitido abrirse puertas en este oficio, máxime cuando casi siempre se ha desempeñado en la sección policiaca, que la ha hecho fuerte y valiente, por los riesgos que se corren en esa fuente informativa, que pese a lo que se diga, son latentes. Nació en Mérida, Yucatán (el 22 de noviembre de 1972), donde asistió al kínder, pero sus padres se mudaron a Cancún para ser partícipes del naciente proyecto turístico cuando ella tenía cuatro años. Vio crecer Cancún. Sonríe al recordar que su primer transporte era un burro, porque solo existían pequeñas brechas por donde se transitaba. Rememora con alegría su niñez, porque en aquel entonces era un paraíso muy natural, todos se conocían y se apoyaban. Estudió en la primaria Alfredo V. Bonfil, la secundaria en la Técnica Número 11 e inició el bachillerato en el CBTIS 111, nivel de estudios que no terminó porque “salió embarazada”, pero recientemente lo culminó y entre
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sus metas próximas está la de estudiar la licenciatura en ciencias de la comunicación. Soñaba con ser maestra de baile y siempre ensayaba y practicaba, pero su gestación le cambió la vida y sus ilusiones. Con una hija a cuestas, la responsabilidad creció. Del salón escolar pasó a ser una empleada de su papá, en una de las tiendas de discos que tenía, pero no se conformó y empezó a tomar diversos cursos.
Su ingreso al periodismo
Brillan sus ojos cuando recuerda cómo llegó a trabajar en los medios de comunicación. “Un día, hojeando el periódico Novedades, en el año 1993, en la sección de clasificados encontré un anuncio que decía ‘¿Quieres ser periodista?, ¿Te gusta leer?, ¿Eres extrovertido?, acércate, aquí te enseñamos’ y resultó que el mentor era Lorenzo Pacheco*, un periodista decano y muy reconocido desde aquellos tiempos. “Me acerqué y empecé con ellos y pues le agradezco a Pacheco porque todo lo que sé es gracias a él, por los cursos y la enseñanza que nos daba en aquel tiempo a un grupo de personas que iniciamos en este oficio”. Cecilia Solís, quien luce unos tatuajes tribales en su cuerpo, que siente que la liberan y la hacen única, inicia su contacto con las noticias con el conflicto armado en Chiapas y la aparición del Subcomandante Marcos. “Apenas empezaban a salir las computadoras y por el fax nos llegaba un montón de hojas de Chiapas, del conflicto que había en ese tiempo y pues teníamos que transcribir todo eso y con ello fui aprendiendo; y de ahí nos fuimos a trabajar en Cancún Péndulo, una agencia de noticias”. Ver publicadas sus notas la emocionaba pero aún no aparecía su crédito, pocos sabían que ella las escribía. Participó en la creación del diario El Popular, una filial del periódico Novedades, que estuvo a cargo en sus inicios de Lorenzo Pacheco y al final de José Arenas y Alejandro Ruz. Ahí fue ubicada en la sección policiaca, donde la exigencia era bastante pero a la larga fue fructífera, aprendió el oficio de manera empírica y fue mejorando con el paso del tiempo. Muchas veces ha sido felicitada por los diferentes jefes que ha tenido, porque a pesar de no haber estudiado la carrera entrega sus notas a tiempo y con las características que le solicitan, cumpliendo con profesionalismo sus encomiendas. Trabajó brevemente en la campaña de Magaly Achach Solís a la presidencia municipal, pero ya se desempeñaba como reportera en Radio Fórmula, de la mano de Arturo Medina, quien también le ayudó a integrarse a la plantilla de trabajadores de TVCUN, donde cumplió con creces su trabajo. Oscar Cadena fue uno de sus jefes. Después, Mara Lezama la invitó a trabajar en Radio Turquesa, donde renunció para integrarse al grupo de Enfoque Radio, noticiero en el que permaneció por cinco años. Siempre en la sección policiaca, donde se siente como “sirena en el agua”, ya que conoce a la tropa, a los que verdaderamente tienen la información. Regresó a Radio Turquesa, donde continúa en la actualidad, y al paso del tiempo ha visto desfilar directores y locutores. A la par ejerce su profesión 122
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para el Diario de Quintana Roo, desde hace cinco años, en su segunda etapa.
Buenos y malos recuerdos
“Actualmente es muy difícil conseguir una exclusiva muy buena. Ahora si tienes un dato es mejor compartirlo, que todo el mundo lo saque por la inseguridad que ahora vivimos, y no sólo los que cubrimos la fuente poli- Joaquín Hendricks, Cecilia Solís y Carlos Hermosillo. ciaca, ya que hemos recibido amenazas, nos han hecho de todo, nos han ponchado las llantas del carro, nos han rayado los carros, nos han roto parabrisas y pues hay veces que tú ni te metes de lleno en contra de algún funcionario porque si a alguien le estás estorbando te agreden, y es mejor que todos lo publiquen, para que ya no lo vean como algo personal”. Comparte una anécdota que vivió durante la invasión a unos predios atrás de la Donceles 28, en el trienio de Magaly Achach: “Estábamos haciendo guardia, porque sabíamos que a los invasores los iban a desalojar de los edificios, pero el ingreso de los policías se dio por el lado del mangle, con el director de seguridad pública a caballo. Al ir caminando en penumbras no me percaté de una coladera abierta y caí en ella, en el agua puerca; fue todo un show porque acudieron los bomberos para sacarme del sitio y fui a parar en el hospital para que me desinfectaran el cuerpo con alcohol”. Bautizada en su familia como “la chismosa” por trabajar en los medios de comunicación, y “Dory” por los compañeros de prensa, como la pez protagonista de la película “Buscando a Nemo”, porque es “muy despistada durante el cotorreo”, Cecilia Solís es madre de cuatro hijos: Yurisma, Alexander, Naomi, y Karla, con quien, reconoce, “aprendí a ser mamá”, porque antes de ella estaba más enfocada laboralmente y su familia ocupaba el segundo plano, todo lo contrario de ahora. Sus hijos también la han convertido en una joven abuela: tiene tres nietos, Eduardo, Gabriel y Canon, con quienes comparte bellos momentos y trata de recuperar el tiempo y las alegrías que se perdió “por tener hambre de aprender y de saber, porque yo no estudié una carrera; sin embargo me gusta mucho mi trabajo, me apasiona, a mí me reportan un robo o un accidente y me desespero, quiero ir, quiero ser la primera en saber y reportar la nota”. Culmina la entrevista con Cecy Solís, quien lucía desesperada por la hora, se le iban las notas y el tiempo para cumplir con su labor diaria.
*Lorenzo Pacheco. Más de medio siglo en la trinchera en la página 43 de este libro
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Gaby Escamilla
Comprometida con su profesión
Aunque estudió ciencias políticas en la UNAM, el destino la encaminó a la carrera de la comunicación; cancunense por decisión desde 1993, es un claro modelo de mexicana comprometida y ejemplar tanto en su profesión como en su vida cotidiana, como dedicada madre de familia
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Qué tal, muy buenas tardes, es un placer saludarles, este día les saluda con muchísimo gusto Gabriela Escamilla, a nombre de este gran equipo que hace posible llevar las noticias y los hechos más relevantes que se registran hasta estos momentos...” Es así, con su voz cálida, como la periodista entra en los hogares de lunes a viernes a través de las diferentes estaciones del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS), donde cumplió ya 15 años de labores y funge como titular del noticiario Enfoque Radio de las 2 de la tarde, es co-conductora de la emisión matutina y subdirectora de información. Gabriela Escamilla Arroyo es una reconocida periodista que recibió de manos del entonces gobernador del estado, Félix González Canto, un merecido reconocimiento a su labor en favor de las mujeres durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, celebrada en el Congreso del Estado el 8 de marzo de 2010.
Del DF a Cancún
Originaria del Distrito Federal donde vio la luz el 10 de diciembre de 1967, Gabriela es la menor de cuatro hermanos de una familia de clase media; estudió en escuelas públicas, salvo la secundaria, y egresó de la carrera de ciencias políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México 124
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(UNAM), de la generación 87-90. Se declara una romántica empedernida, y se encuentra casada desde los 17 años de edad con Mario Sánchez de la Barquera, y como fruto de ese amor existen tres hijos: Mariana, Carlos y Tabata, quienes incluso la han convertido en una joven abuela. Sonríe al recordar que Gabriela Escamilla en los albores de su carrera. su camino inicial no era ser periodista, sino que su mirada estaba puesta en el área de producción. Rememora: “Inicialmente entré a estudiar comunicación no con la intención de ser periodista, yo más bien estaba enfocada en el área de producción. A mí me gustan los medios electrónicos pero por azares del destino me topé con personas que me llevaron por el camino del periodismo. “Entré a realizar mis servicios en la Televisión Universitaria, TVUNAM, y de ahí empezó a gustarme incursionar en el área de noticias y empezamos en esta carrera del periodismo, con los compañeros que te ayudan a caminar, te enseñan cómo hacer una entrevista, un reportaje, en una televisora que no tenía un canal propio, sino que se transmitía a través de Imevisión. Ahí inició esta carrera que me fue gustando”. La joven pareja fue adoptada por Quintana Roo en el año 1993: “Llegamos a Cancún prácticamente por el trabajo de mi esposo, a él le ofrecen un buen puesto en el área comercial, nada que ver con los medios de comunicación, y decidimos trasladarnos del Distrito Federal a esta ciudad, donde empezamos a construir algo aquí en Quintana Roo”.
Su anécdota, como reportera de televisión
Ingresa a TVCUN como agente de ventas, allí permanece por seis meses y posteriormente empieza a trabajar con Jorge Munguía, como reportera del noticiero de Antena 13, donde perdura por tres años, y tuvo algunas oportunidades para estar en la conducción, “yo no estudié para ser conductora pero por azares del destino también te llevan a esos puntos”. Es aquí precisamente donde recuerda una de sus anécdotas inolvidables: “En una de las convenciones bancarias, que se realizaban en el Centro de Convenciones de Cancún (hoy Cancún Center), observé en una de las escalinatas a Carlos Ruiz Sacristán, secretario de Comunicaciones y Transportes (1997-2000), y le dije a mi camarógrafo: ‘vente, vamos corriendo, ahí está el secretario de comunicación, vamos a entrevistarlo’, y estaba hasta el final y no había nadie más y me dije: ‘ya nos vamos a llevar la exclusiva’; llegué y le lancé una pregunta y se me quedó viendo y me dijo: ‘yo no soy secretario’, y yo todavía le dije: ‘no es cierto, cómo no va ser el secretario’, y me dice: ‘no, soy su hermano gemelo (Gabriel)’, y dices, pues ya ni hablar”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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De TVCUN se va a TV Azteca, donde inicia el proyecto Hechos Quintana Roo, con Juan Emilio Caltzontzin (QEPD), quien “de alguna manera igual me abre las puertas a Televisión Azteca, ahí logramos hacer algo con esfuerzo porque apenas empezaba. Inicialmente me invitan para participar en el programa de apoyo social de Jorge Garralda, donde Su paso en la televisión con llevamos algunos de los exJuan Emilio Caltzonzín (QEPD). pedientes de los casos difíciles”. “En Hechos Quintana Roo funjo como jefa de información y logramos alcanzar los niveles que tenían las demás televisoras. Logramos que Quintana Roo tuviera presencia en los noticieros nacionales”, añade, con satisfacción.
Su salto a la radio
De igual manera, es gracias a su profesionalismo y pasión por las noticias que llegó a Radio Pirata, en su primer período, invitada por Javier Ugalde*, en el noticiero del medio día y también “como reportera, en edición, entrevistas, bueno de todo, fue una bonita experiencia. Saltamos del noticiero de la radio a realizar algo más amplio y de revista, lo que nos pedían, y posteriormente después de dos años y medio me abren las puertas en Enfoque Radio, donde permanezco hasta el día de hoy”. Considera que a lo largo de su trayectoria periodística, Porfirio Muñoz Ledo es la persona que más se le ha dificultado entrevistar: “Es un hombre impresionante, con una gran inteligencia y mucha agilidad para salir de los temas, creo que fue una de las entrevistas más difíciles porque te atrapa y sabe darse la vuelta”. De domingo a viernes se dedica al noticiario, pero el sábado disfruta de la familia, se relaja, ya que no hay presiones. “Desayuno con los hijos, les preparo el desayuno, lo que ellos quieran; me gustan los días que estoy libre, comer en casa, ver películas y, claro, también cumplir algunos compromisos”. Gabriela Escamilla es un claro modelo de mexicana comprometida y ejemplar en su profesión, en un México lleno de obstáculos en el desarrollo profesional de las mujeres.
* Javier Ugalde. Cancún no es el mismo después de “Gilberto”, en la página 83 de este libro
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Zuleyka Cáceres Cada día es un aprendizaje
Esta cancunense de cepa con 20 años en el periodismo, considera a los integrantes del gremio como seres afortunados, porque el oficio “te da la oportunidad de ayudar, de conocer a muchísima gente, incluso en el periodismo si no sabes de leyes te obliga a conocerlas”
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eriodista cancunense de raíces, nació el 28 de abril de 1977 en este polo turístico, que inició su caminar en el medio en el año 1996 como asistente de producción y actualmente se desempeña como jefa de información y conductora de Notivisión. Sus padres, enfermera y maestro, pidieron su cambio de adscripción laboral de Yucatán hacia este incipiente sitio turístico en 1975, buscando la tranquilidad y disfrutar de las hermosas playas.
Su infancia
Extraña el Cancún tranquilo. Suspira: “Vivía con mi mamá en la supermanzana 27, antes era puro monte, no había departamentos, era totalmente terracería y era maravilloso porque no había tanto tráfico. Recuerdo La Bodega del Teniente, la zona de El Crucero no es nada actualmente de lo que era en el pasado, ahí empezaron a surgir las primeras casas; me acuerdo que Puerto Juárez no tenía nada”. Debido a la vida laboral de sus padres, la abuela era casi siempre la que la cuidaba. Viajaban constantemente a visitar a la familia en la ciudad de Mérida, pero las playas le atraían mucho, primero su belleza y después la libertad con la que se movía de un lado a otro en los arenales. Ahora con tristeza y melancolía dice: “nos cerraron las mejores playas, se las quedaron los hoteles, ahora los cancunenses ya no podemos disfrutar de las hermosas aguas del mar Caribe”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Ingresó a la Universidad La Salle cuando ya ejercía la profesión, para estudiar la carrera de periodismo, pero “por circunstancias del trabajo y mi hijo -en fin, por muchas cosas- se me complicaron y seguí trabajando en lo mío; pero ahora es una de mis metas, culminar la carrera”.
Su ingreso al medio
Sus padres tenían suscripción con el “periódico que nació con el estado”, Novedades de Quintana Roo, y siempre hojeaba las páginas y veía los noticieros, tenía conocimientos generales de lo que sucedía en su entorno. “Hace 20 años me inicié en esto de la comunicación, primero por ganas y después por las circunstancias; era un objetivo que tenía pero La familia Vargas Cáceres. no pensé que se diera ni tan rápido ni en la forma en la que se dio. “Empecé a trabajar primero en TVCUN como asistente de producción, ahí le comenté a una amiga periodista: ‘cuando haya chance en radio o donde estés me avisas, porque me interesa mucho trabajar y ya no estar como asistente de noticias’; curiosamente ella le preguntó a Juan Emilio Caltzontzin (QEPD) y fue ahí el inicio de mi carrera y uno de los mejores momentos que he tenido en el periodismo. “Mi amiga me lo presentó y él me dijo que en ese momento no había ninguna vacante pero que en cuanto hubiera me avisaría. A la semana siguiente me marcó y me preguntó: ‘¿te interesa trabajar?’, sin pensarlo le respondí que sí, pero le dije que sólo había estado como asistente de noticias y me dijo que no me preocupara, que me iba a enseñar y gracias a Juan Emilio, la verdad, es que yo aprendí muchas cosas; hicimos muy buen equipo en Radio Turquesa y en Informativo Turquesa y de ahí me dedique a cubrir la política, gobierno y ayuntamiento”. Desde aquel entonces Zuleyka ha laborado en diversos sectores de la comunicación, tanto privados como públicos, como Cancún. Voz del Caribe, TV Azteca, Quequi, Enfoque Radio, en campañas y partidos políticos, el Ieqroo (Instituto Electoral de Quintana Roo), en el trienio de Francisco Alor y desde hace más de dos años como como jefa de información y conductora del noticiero en el Canal 10. En la radio todos los lunes se transmite su programa “En voz de la mujeres”, en el 106.7, de Caribe FM. También preside la Asociación de Mujeres Periodistas del Estado de Quintana Roo (Ampeqr) que surge de la necesidad de que a las periodistas se les valore, “actualmente un periodista no goza de las prestaciones que la ley le ofrece a otras profesiones; es un medio donde existen muchas carencias y lo que pienso hacer en la asociación es contribuir a erradicarlas” 128
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Noticias las 24 horas
En automático, prende la tele o la radio y busca las noticias por las mañanas, antes de salir y después de llegar: “Me preguntan que si no me fastidio de estar en las noticias todo el día y les digo que no porque ya es parte de mí”. Revela que el periodismo le ha dejado buenas y malas experiencias: “Somos muy afortunados de estar en esta labor porque además de aprender algo todos los días, tienes la oportunidad de ayudar, de conocer a muchísima gente, incluso en el periodismo si no sabes de leyes te obliga a conocerlas”. Pero se lamenta que “quienes trabajamos en esto no tengamos la seguridad ni estabilidad social, y que cada vez que un compañero está en un hospital o enfermo o le pasó algo todo el gremio está buscando cómo apoyar, haciendo coperacha o gestionando apoyo”. Aunque siempre ha cubierto política, confiesa que la primera sección que lee en los medios impresos es la policiaca, se le hace interesante; y la que menos lee es la de deportes.
Anécdotas y objetivo
“Cuando el exgobernador Mario Villanueva fue detenido me tocó estar en la delegación de la PGR (Procuraduría General de la República) y cuando se lo llevaron me impresionó ver a las líderes llorando, me di cuenta lo que puede significar un político para mucha gente; y en un evento del PAN con la presencia del ‘Jefe’ Diego Fernández de Cevallos, me acerqué y le dije que si me regalaba dos minutos pero para una nota exclusiva. Los compañeros lo vieron y se estaban acercando. Entonces alzó una mano y les dijo: ‘permítanme, porque la estoy enamorando’, la verdad no me pude contener la risa en ese momento. Es un grato recuerdo de un personaje que impone”. Los últimos acontecimientos sobre el bullying a nivel nacional la han llevado a reflexionar y tomar una decisión: iniciar una campaña con chavos e ir a las escuelas para contrarrestar la violencia; ya trabaja en ello y pronto dará a conocer los pormenores, cuando lo tenga bien definido. “La violencia ha crecido y lo que sucedió en Tamaulipas fue una cosa terrible. Cuántos niños estarán padeciendo el abuso escolar y la verdad, uno que tiene hijos, piensa ¿qué pasaría si fuera mi hijo? Me parece ya una grosería, una barbaridad que ya ni en las escuelas puedan estar tranquilos, entonces yo creo que la educación y el respeto empieza desde la casa”. Zuleyka Cáceres se toma el tiempo para pasarla con su familia compuesta por su pareja Marco Vargas y sus tres hijos: Arath, Emiliano y Santiago, y es una reconocida profesional del medio: polémica, honesta, altruista y hace unos años inició una revista impresa, que en los últimos tiempos mantiene exclusivamente como medio digital: www.revistaencontraste.com. “Soy tan honesta que a veces me meto en problemas con políticos y gobernantes, pese al tiempo de estar en la fuente me cuesta ser política, pero lo intento. Y si hay algo que en verdad me molesta es la pobreza y la desigualdad que vemos todos los días en este país y que nada ni nadie ha podido revertir. Espero que las cosas cambien para dejar atrás esta grave descomposición social”, finaliza. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Sandra Romero
El periodismo no admite filias ni fobias
Llena de amor y vocación inició su carrera reporteril, se asume como reportera de calle, en apasionada búsqueda de la nota diaria, actividad en la que prosigue, ya que es la mejor etapa de su vida, tras su llegada a los 18 años a Chetumal, oriunda de Tuxtla Gutiérrez; llegó a Cancún hace 15 años, donde ha realizado una carrera ascendente
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Si quieres saber el pulso de la noticia tienes que estar en la calle para vivir el momento, y no esperar a que te lo vengan a contar”: expresa con firmeza Sandra Elizabeth Romero Gamboa, periodista, columnista y comentarista de programas de radio, originaria de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, con más de 20 años de ejercer el periodismo en Quintana Roo. Por circunstancias del destino llegó a los 18 años a Chetumal, ya que su papá por su trabajo recorría la República Mexicana, tuvo una niñez feliz e inolvidable, que se nubló ante la repentina partida de su madre. Nació el 23 de febrero de 1971, es hija de Antonio Romero Flores y Rosa Lidia Gamboa Martínez (QEPD) y tiene tres hermanos: Maritza, Daisy y Amílcar. La familia se instaló en Chetumal y ella entró a trabajar en el Diario de Quintana Roo, en los tiempos en que don José “Pimpo” Pereira Lizárraga era el director, y posteriormente con David Romero Vara, con quien cubría las fuentes de sociales, cultura y espectáculos, y más tarde se avocó a la fuente política. Comenzó a colaborar en la sección de Chetumal del Novedades de Quintana Roo en 1998, y su primera portada en ese periódico fue la declaración del exgobernador Mario Villanueva Madrid en el sentido que era investigado por la Procuraduría General de la República (PGR) y se dijo perseguido político. 130
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Eso ocurrió antes de que concluyera su mandato y desapareciera, sin acudir a la ceremonia de cambio de poderes.
Administración pública
Incursionó en la administración pública como coordinadora de prensa en el DIF (Sistema del Desarrollo Integral de la Familia) municipal de Sandra Romero y Rocío Dúrcal (QEPD). Othón P. Blanco, durante el gobierno de Enrique Alonso Alcocer (1996-1998), experiencia que recuerda como “muy bonita”, y supo de primera mano lo que es el trabajo social, ayudar al que menos tiene, recorrer comunidades y testificar las condiciones en las que viven muchas personas de las comunidades. Esa experiencia la ayudó mucho, y desde entonces aprendió a no perder la sensibilidad, como ocurre a muchos en el gremio, ante muchas situaciones difíciles que se viven en el oficio del periodismo. Retornó al medio periodístico tres años después, pero decidió irse a Cancún, donde ya radicaba una de sus hermanas, Daisy. En abril del año 2000 llegó al polo turístico, ya con empleo, como corresponsal del Diario de Quintana Roo, aunque fue por pocos meses, ya que fue invitada a integrarse a Cancún. Voz del Caribe, donde laboró durante varios años, hasta el cierre de ese medio de comunicación, tras el paso del huracán “Wilma” en el 2005. En el 2002 empezó también a trabajar en Radio Turquesa, donde fue invitada por don Gastón Alegre López para formar parte del equipo. La experiencia del ya difunto Juan Emilio Calzontzin en radio fue fundamental para ella. Ahí laboró cerca de ocho años. Luego trabajó en El Periódico y en Enfoque Radio. En el 2011 decidió que era hora de estar cerca de su familia nuevamente y dejar de viajar cada 15 días para estar con ellos, y es cuando retornó a la capital del estado como corresponsal de Enfoque Radio y del periódico La Verdad de Quintana Roo. “Estoy convencida de que el periodismo se tiene que practicar sin fobias y sin filias, y que los compañeros deben conocer y entender el peligro al que se enfrentan al presentar una información no precisa, sobre todo en la fuente policiaca”, dice. En 2016 regresa a Cancún y actualmente se desempeña como subdirectora del diario Quintana Roo Hoy.
Anécdotas
Como encargada de la fuente de cultura y sociales en el Diario de Quintana Roo hubo experiencias muy agradables, una de ellas fue conocer a la Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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cantante española Rocío Dúrcal, (QEPD), a quien recuerda como una mujer muy sencilla y amable, y disfrutó sobremanera cuando entonó algunas líneas de su canción preferida. Fue una excelente experiencia, que equipara a la vivida cuando conoció a Los Tigres del Norte. El oficio le ha dejado también experiencias desagradables, como el paso del huracán “Wilma”: “fue una situación complicada y ves la desgracia que viven todos los demás, pero me puse el chip de reportero y a darle, porque te olvidas de que también eres un ciudadano, y tienes que trabajar, y pues no me quedó más que dejar mi casa y anduvimos caminando. “Estuve pegada al presidente municipal, que era Francisco Con dos de los integrantes de los Tigres del Norte. Alor Quezada, y fuimos a recibir al presidente Vicente Fox y en las noches permanecí a la espera a lo largo de prolongadas reuniones, y bueno, a veces te aburres y dices que ya estás hasta el gorro, pero pues si tú eres un comunicador y te gusta tu oficio le das la vuelta y buscas siempre la forma de presentar lo mejor de la información”. Admite que por momentos se ha decepcionado de la profesión, al grado de decir “esto no es lo mío, por los intereses de las empresas, pero sólo son lapsos, se me pasan porque me gusta lo que hago y por eso sigo acá; otro tema es el Seguro Social, muchos reporteros no lo tenemos, hay casos de compañeros que mueren y la familia queda desamparada; la gran mayoría tienen doble o triple trabajo para sobrevivir”.
Gremio desunido
Lamenta la falta de unión en el gremio, razón por la que en el sur “un grupo de periodistas hemos trabajado en la conformación de una asociación, Periodistas del Caribe, que busca precisamente esa coalición. La preside Javier Chávez Ataxca* y participo como tesorera. “El objetivo de esta asociación es, como en todo colegio o asociación, la profesionalización de los compañeros, con cursos y talleres de periodismo sobre diversos temas. “Ya organizamos un taller de titulación, con base en el artículo 286 de la Secretaría de Educación Pública (SEP), con invitación a todos los compañeros. Tuvo muy buena aceptación en el gremio y vamos por más eventos de ese tipo. 132
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“Muchos compañeros corren riesgos o se exponen porque no conocen hasta dónde pueden llegar como reporteros, porque el ser reportero no significa que tienes inmunidad para hacer lo que quieras, como todo ciudadano debes cumplir la ley”. Sobre las redes sociales opina que son un Pasión por el periodismo. arma de doble filo, porque por un lado puedes tener acceso a mucha información que ahí se maneja, pero precisamente ese es también el peligro porque ahora cualquiera, sin el menor conocimiento de lo que es el oficio, se pone a grabar, tomar fotos y subirlas a una página de Facebook. “Además que con ello cualquier noticia exclusiva se acabó, yo soy muy celosa de la nota exclusiva, porque, insisto, hoy cualquier persona ya sube los datos o fotos a las redes. A nosotros nos queda hacer notas más trabajadas, investigación en algunos casos, porque el evento diario está en las redes sociales”. Con todo, reconoce que el oficio de periodista “ha sido muy satisfactorio para mí y me veo, en los próximos días, haciendo lo mismo. No estoy de acuerdo con algunos compañeros -no todos, claro- que dicen que a mi edad ya estoy para trabajar en la redacción, no; para mí la reporteada, el andar en la calle, la nota diaria creo que te da el pulso de lo que ocurre. ¡Que no le digan, que no le cuenten, hay que estar presente!”. Admira como periodista y escritor a Gabriel García Márquez y su libro preferido, cuya lectura siempre recomienda, es la colección de relatos de ciencia ficción Crónicas Marcianas de Ray Bradbury. Su música preferida es de los ochentas y noventas, tanto en inglés como en español y, sobre todo el rock en español. “Todo lo que sea música del siglo pasado es lo mío”. Considera que actualmente vive la mejor etapa de su vida, pues “me siento plena y con mucho agradecimiento a Dios por todo lo que me ha dado, disfruto a mis amores, es decir, mi familia, mi pareja y mi sobrina, Karla Cortés Romero, a quien considero una hija”.
* Javier Chávez Ataxca. Pionero del periodismo digital en Quintana Roo, en la página 255 de este libro
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| Capítulo 3 |
Rendidos ante la seducción de las imágenes
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Jesús Tejero
Cinco lustros tras la cámara
El periodismo en video se convirtió en su pasión y modo de vida; es reconocido en el medio por su seriedad, eficiencia y responsabilidad; aunque terminó la carrera de contador público
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erio, tímido, trabajador, responsable, amigo, buen padre, excelente hijo, son algunos de los adjetivos que caracterizan a Jesús Eduardo Tejero Esquivel, un camarógrafo con más de dos décadas de experiencia, que proviene de una familia numerosa, compuesta por nueve hermanos -dos mujeres y siete varones-; es el quinto de ellos, justo a la mitad. Ya ha integrado su propia familia, junto a su esposa Deymi Marrufo Sánchez y sus dos hijos Christopher Jesús y Leilani, ya mayores de edad, quienes brillan con luz propia. Chucho Tejero, como es mejor conocido en el medio periodístico, nació el 26 de enero de 1967 en Torreón, Coahuila, pero cuando tenía siete u ocho años su familia se mudó a Valladolid, Yucatán, de donde era originario su padre. Ahí terminó la primaria, estudió la secundaria y terminó la carrera de contador público. Ejerció efímeramente su profesión en un restaurante de la zona hotelera de Cancún, a donde vino primero de vacaciones y después decidió sentar raíces; allí inició como cajero y después desempeñó el puesto de auxiliar contable. Fue en el año 1985 cuando a través de un amigo, Manuel Beuch, ingresó a trabajar en el Canal 10 (antes Canal 6) por una oportunidad que surgió. Le atraía la forma de hacer televisión, ahí empezó la fructífera carrera de camarógrafo que ha ejercido hasta la fecha, a excepción de seis años durante los cuales fue a laborar a Estados Unidos.
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Chucho ha desempeñado una labor noble, callada, con eficiencia y profesionalismo, un oficio al que pocas veces se le da el crédito merecido, pero que realiza con todo empeño. Una función en que la que se fue preparando a través de cursos y talleres, pero también con el apoyo de amigos que lo ayudaron: “En su momento un argentino llamado Mario Strukel, ‘El Samo’, me enseñó unos trucos de edición, editábamos en tres cuartos, fue mi maestro en la edición. Me pasó varios tips que con el paso del tiempo me han servido para hacer mejores trabajos”, comenta.
De Cancún a Estados Unidos
Una familia muy unida. Durante ocho años laboró para el Canal 10, la primera televisora local, después se incorporó a la administración pública en el trienio de Carlos Cardín Pérez (1993-1996), desempeñando el puesto de editor y camarógrafo en el departamento de Comunicación Social y permaneció en el puesto con la llegada de Rafael Lara Lara. Con la llegada al poder de Magaly Achach (1999-2002), Chucho Tejero fue despedido, pero con la experiencia adquirida no se le hizo difícil hallar empleo. “Me incorporé a TVCUN por seis meses como editor de video”. A Chucho Tejero también lo atrapó el sueño americano: “Aproveché la invitación de un cuñado para ir a trabajar en un rancho de Estados Unidos, ya que tengo conocimiento del idioma inglés y además era una buena paga”. Durante seis años estuvo laborando en el rancho y a través de una compañía colaboraba en el mantenimiento de las áreas verdes del aeropuerto internacional “John F. Kennedy”, de la ciudad de Nueva York. A su regreso, una vez más se incorporó a laborar en Comunicación Social del ayuntamiento, durante el trienio de Francisco Alor Quezada (2005-2008), como editor y camarógrafo, pero el siguiente trienio lo ganó la oposición y otra vez fue despedido.
Más de un lustro en el SQCS
No tardó en ingresar en el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS) con el mismo puesto, que hasta la fecha conserva, desempeñándolo apasionadamente y sobre todo con respeto a todos los compañeros del medio. “Es un trabajo donde lo más satisfactorio es que te reconozcan tu labor. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Me han hablado de Chetumal para decirme ‘oye, muy buena imagen, buenas tomas’ y eso me llena de orgullo, porque sé que se valora mi esfuerzo y mi trabajo”. Tejero Esquivel ha visto la transición de la tecnología. “Ahora es más práctico con el equipo que usamos en la actualidad, ya todo está digitalizado. Descargar el material filmado a la computadora es muy rápido ahora. Cuando inicié se grababa en casete de Bematax, luego VHS, 8 mm, después a minidvd y ahora sólo requieres un chip de memoria, la tecnología sin duda alguna nos ha simplificado el trabajo”.
Con el actor Danny DeVito.
Oportunidad de ayudar
El trabajo le ha traído consigo muchos amigos y la oportunidad de estar presente en eventos importantes, como la COP 16, giras presidenciales, el concurso Miss Universo en 1989, y también le ha permitido conocer a infinidad de personalidades, particularmente de los medios deportivo, político y espectáculos, como Willie Colón, Danny DeVito y Salma Hayek. En su larga trayectoria de 25 años grabando y editando videos, se dice satisfecho de su labor porque también le permitido ayudar a la gente. “Durante el huracán ‘Wilma’ a la par que filmaba las inundaciones en la Lombardo Toledano ayudaba a la gente a salir de sus casas, llevarlos y subirlos a los camiones para que salieran del lugar”. Para él el medio periodístico es un grupo unido, que suele brindarse apoyo, pero la libertad de expresión no existe al 100 por ciento.
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Jesús Ricardo Escribano Torres Comenzar desde abajo
Hasta hace tres años retornó a su amado quehacer periodístico, como reportero gráfico de Por Esto! Quintana Roo. Empezó trabajando en la limpieza de las rotativas de Novedades, y ascendió al departamento de fotomecánica; vivió en carne propia la extinción de oficios en los medios impresos como consecuencia de los avances tecnológicos, que lo obligó a dedicarse a la fotografía de eventos sociales por su cuenta
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oñaba con ser veterinario pero heredó de su padre el gusto por la fotografía, y la enseñanza que le dio la tiene bien presente: “El ojo humano es como la lente de una cámara, en la luz cierras los ojos y en la oscuridad los abres de más, lo mismo en una cámara”; empezó a trabajar en la limpieza de las rotativas en el ya lejano 1990 y con el trascurrir del tiempo ha visto y vivido en carne propia la desaparición de oficios en los periódicos, como consecuencia de los avances tecnológicos. Desde hace nueve años cambió la cámara vertical del cuarto oscuro para utilizar una que carga al hombro y desde hace tres años se desempeña como fotoperiodista en el Por Esto! Quintana Roo. Jesús Ricardo Escribano Torres nació el 8 de octubre de 1969 en Mérida, Yucatán, es el mayor de sus siete hermanos, es una persona trabajadora y responsable. Su madre Carmen Torres lavaba ajeno para complementar el gasto; pasó una infancia de carencias pero llena de detalles inolvidables. Estudió hasta el segundo semestre en el CBTA (Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario) de Xmatkuil pero tuvo que abandonarlo porque las
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matemáticas “lo asfixiaron”. Y como desde adolescente ayudaba a su tío en la albañilería decidió seguir trabajando en ese oficio, y después en un taller de litografía.
Su pasión por el futbol
Como un apasionado del balompié recuerda que su llegada a Cancún se dio en julio de 1990, y como referencia tiene las semifinales del Mundial de Futbol en Italia. “Mi primer trabajo fue en Novedades de Quintana Roo, ahí entré gracias a que mi papá, Luis Hernán Escribano, se desempeñaba en ese lugar como jefe de prensa, era un trabajo nocturno, pero él me colocó en las mañaEn el lavado de negativos. nas para ayudar en la limpieza de las máquinas, después de la impresión del periódico y dejarla lista para comenzar de nuevo el proceso por la tarde. “Mi preparatoria fue trunca y no tenía conocimiento del oficio, pero ahí me fueron enseñando los compañeros, que eran muy solidarios con los de reciente ingreso. Con el paso del tiempo me fui haciendo un experto, dejaba limpias las unidades y con la tinta lista para la impresión en la rotativa, pero siempre tuve la curiosidad de saber cómo se hacían los periódicos. “Siempre miraba al segundo piso, donde estaban la redacción y los departamentos de fotomecánica y formación, e imaginaba el proceso, pero tuvieron que pasar tres años para que subiera. Un día regresé por la noche y le pedí a mi papá que me enseñaran la labor de fotomecánica, me dijo que sí pero sería como aprendiz y tenía que doblar turno, o sea laborar en la mañana en la limpieza de la rotativa y en la noche en fotomecánica.
Primero, las camarotas
“No lo dudé, enseguida acepté. En el primer día me mostraron el planaje, los negativos, la cámara vertical, el cuarto oscuro donde se procesaban las láminas. Ahí el compadre Reyes Collí me enseñó la labor: iniciando con el dummy, el número de tiros (secciones), la compaginación, etcétera. En la mesa de claraluz había un machote para poder centrar las páginas, y dejar las pinzas para el doblez de las láminas”. Ricardo Escribano conoció el proceso antaño, cuando todo era mecánico, desde armar las planas de los periódicos hasta insertar las fotos en los negativos previos a pasarlos a las láminas ya sensibilizadas. El periódico se imprimía en blanco y negro y sólo llevaba un cintillo de color azul abajo del logo, que se hacía también de manera mecánica, con papel de china y tapan140
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do y cerrando espacios. Recuerda el proceso como si hubiera sido ayer, aunque ya han transcurrido dos décadas, y narra emocionado esos momentos: “Utilizábamos 45 láminas para todo el tiraje, había que poncharlas (perforarlas) y sensibilizarlas. Después había que secarlas y ponerlas encontradas para que no se rayaran, eran un En el área de fotomecánica. trabajo de mucho cuidado y apasionante. A los seis meses de práctica me cambiaron de puesto”.
Curiosidad y ganas de aprender
“En los tiempos muertos de la edición, acicateado por la curiosidad iba a los otros departamentos, como publicidad, donde se hacían las propagandas de manera artesanal; a formación, ahí a través de las mesas de claraluz armaban las páginas de las secciones, con cúter cortaban las impresiones y las pegaban en un machote, era un rompecabezas que armaban; y a redacción, donde escribían los reporteros pero también estaban los correctores, secretarios (de redacción, lo que ahora son los editores), capturistas, fotógrafos y demás. “En el cuarto oscuro entraba a trabajar las fotos de los reporteros, con tipómetro en mano, ampliábamos o disminuíamos la imagen, según el tamaño que se utilizaría. Se ponía la foto en la portaoriginal y tras ponerle la medida, que podía ser estándar, de 7, 14, 21, 28 y hasta 35 picas, se retrataba con la cámara vertical. “De ahí se revelaba y se ponía en la máquina secadora. Después se pegaba con masking tape a la plana del periódico, a la que previamente le habían dejado los espacios para las fotos, pero se hacía al revés para proteger la emulsión, ya que de lo contrario a mitad del tiraje la imagen desaparecería, eso era conocido como ‘punto falso’”.
Extinción de oficios
“Después de tener el negativo a mano, se ponía sobre la lámina y se colocaba en la insoladora, y se quemaba. Después se revelaba a mano, le poníamos el líquido a la lámina y con una esponja se aplicaba en forma de círculos primero, después de izquierda a derecha, hasta que aparecía todo el contenido de la página. Después se enjuagaba y con otra esponja la secabas, y al final con papel, para al final poner goma sobre la lámina para que no se manchara con grasa. “Así se hacía el procedimiento a cada una de las láminas, y después cuando ya estaba completa una sección se llevaba a prensa y allá, tras colocarlas en las unidades que se utilizarían se procedía a imprimir”. En 1993 inició el ingreso de la tecnología a la redacción del Novedades Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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de Quintana Roo, entonces trajeron las primeras computadoras para armar las páginas del periódico, a través del programa Quark Press, se capacitó a los secretarios de redacción, incluso otros empezaron a ser adiestrados en el uso de Photoshop y al departamento se le conoció como escáner. En 1995 el diario empezó a imprimirse a todo color, primero algunas páginas y con todo aquel avance, algunos oficios empezaron a extinguirse. En 1997, primero desapareció el departamento de formadores de páginas y después los formadores de publicidad, pues ya se diseñaban las páginas y las publicidades en las computadoras. Luego ya el deparPreparando negativos para las láminas. tamento de escáner imprimía los negativos para quemar en láminas y disminuyó el trabajo de fotomecánica, pero con el paso del tiempo la tecnología permitió imprimir láminas de polietileno, que van directo a prensa.
“Gracias”, después de 14 años
Laboró durante 14 años en el departamento de fotomecánica y llegado el momento, cuando la tecnología lo alcanzó, la empresa donde laboró decidió “darle las gracias”, pese a que les insistió y les pidió que lo colocaran en otro departamento por el amor y el cariño que sentía por la empresa, todo fue en vano. Así, en el 2004 se quedó sin trabajo, pero sólo por un mes, ya que gracias a la experiencia obtenida encontró acomodo en el Por Esto! Ahí, con el paso del tiempo llegó al puesto de jefe de pre prensa, pero sólo por dos años. Al quedar desempleado, su padre; ahora jubilado, quien había sido fotógrafo de Novedades de Yucatán, después prensista y luego enviado a Cancún como jefe de área en la apertura de Novedades de Quintana Roo en 1974; le regaló una cámara y le dijo que contaba con los elementos básicos para ser un buen fotógrafo y que se dedicara a ello, ya que el uso de la cámara vertical en los cuartos oscuros se asemejaba a ello. Y le dijo: “–La lente de la cámara es como el ojo humano, ¿qué pasa cuando sales de un lugar oscuro a un lugar muy claro? “–Pues entrecierro los ojos para mirar bien. “– ¿Y qué pasa cuando entras a un lugar oscuro? 142
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“–Pues abro bien los ojos para tratar de mirar bien. “–Exactamente es lo mismo: la lente de la cámara así trabaja. Más velocidad en la luz y menos velocidad en la oscuridad. “Ya con ese tip, entre otros, me salí a la calle en busca de eventos. En la primera ocasión tomé fotos durante una primera comunión, fueron 15 los niños y pese a que al principio mis manos sudaban y el nerviosismo estaba presente en mí, logré hacerlo. Así, por más de seis años me dediqué de lleno a la fotografía de eventos sociales y con el paso del tiempo fui mejorando, también gracias a los consejos de otros fotógrafos”.
De regreso a los medios
“Pero yo tenía el gusanito de regresar a los medios periodísticos. Y hace tres años recibí la oportunidad de ingresar al Por Esto!, como fotógrafo, y ahí los compañeros me han ayudado mucho y hasta hoy les he cumplido. Trato de captar en todo momento lo que la reportera plasmará en su nota. “La prueba que me pusieron para entrar fue ir a la zona hotelera a tomar imágenes, de todo lo que se moviera. Llegué a Playa Tortugas y me fui caminando hacia Playa Gaviotas, siempre tomando fotos, de ahí regresé y continué a pie hasta Playa Langosta. Llevé mi tarjeta de la cámara a la recepción y más tarde me habló el jefe para decirme que unas 10 fotos se publicarían en el periódico al día siguiente. A los pocos días me volvieron a llamar para decirme que el puesto era mío”.
Anécdotas
“Soy una persona con iniciativa, pero en una ocasión por ignorancia cambié en el proceso el color del cintillo que tenía como soporte el logo del periódico Novedades, decidí ponerlo en rojo en lugar del azul, que era el color distintivo del periódico. Al comienzo de la impresión el jefe de talleres lo vio y le fue a decir al gerente, quien detuvo la rotativa y lo impreso fue desechado. A mí me explicaron que el color azul era el que utilizaban en el periódico y no se podía cambiar por una ocurrencia”. Escribano Torres se ha desempeñado en su vida laboral de manera empírica, aprendiendo en el camino. Orgulloso de ser uno de los pocos en el medio que conoce el proceso completo de un periódico, es un persona de retos, con miedo a lo desconocido, pero que enfrenta llegado el momento y sale siempre avante con el apoyo de su familia: su esposa Verónica y sus cuatro hijos, Griselda, Tania, Ricardo y Génesis, las dos primeras lo han convertido en un bisoño abuelo.
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José Luis López Soto Cronista de la vida cotidiana
Enamorado del buceo, llegó a radicar a Cancún hace 20 años, pero luego de lograr la certificación de instructor, un accidente en motocicleta lo indujo a otra de sus grandes pasiones, herencia de familia además, pues pertenece a una dinastía de fotógrafos profesionales
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esde muy pequeño conoció el arte de la fotografía, pues su padre y su abuelo son fotógrafos de estudio, vivió y conoció el proceso físico-químico que involucra el uso de un material fotosensible activo (aplicado sobre placas de vidrio o sobre una película flexible de material traslúcido, actualmente plástico) y su estabilización (revelado), para la obtención y el procesado de las imágenes. Originario de la ciudad de México, nació el 28 de marzo de 1968 en la colonia Roma y es el penúltimo de los cuatro hijos de la pareja conformada por Félix López Rodríguez y Rogelia Sabina Soto García: José Luis López Soto, quien ya cumplió más de dos décadas de feliz matrimonio con Marcela, y cuyo fruto son Joshua y Mitzi. Labora desde hace tres lustros para el periódico nacional La Jornada, y hace 10 años en Enfoque Radio; discreto y experto en el ramo en que se desempeña, el fotoperiodista e instructor de buceo José Luis confiesa: “Si me hubieran dicho antes que me especializara en alguna rama de la fotografía hubiera sido la de deportes, pero la vida me llevó por el camino de la fotografía política, que es la que menos me gusta pero es con la que económicamente y profesionalmente me ha ido bien”. Estudió en la Universidad Valle de México “hasta segundo semestre en la carrera de ciencias de la comunicación, no terminé por huevón; me fui a 144
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Estados Unidos porque quería bucear, ahí me quisieron hacer marino pero la verdad no me gustó y me comentaron de Cancún, así que vine a este polo turístico”.
Buzo instructor
Llegó a Quintana Roo hace 25 años de vacaciones por primera vez, a Isla Mujeres: “me gustó mucho y regresé a vivir acá a los tres años, en Marina del Rey, que estaba en el CREA -donde incluso vivió- aprendí a bucear, me certifiqué; nunca he certificado a nadie pero soy instructor de buceo, después tuve un accidente en moto y fui al doctor y me dijo que para trabajar de buzo lo veía complicado porque iba a tener problemas con mi rodilla y me puse a pensar qué haría, y decidí dedicarme a lo que sabía y era en los medios”. En los medios impresos inició sus pinitos en la colonia Roma, en la capital del país, en una revista llamada Porfiria, que ilustraba toda la historia del rumbo; de ahí pasó a Novedades Editores, donde después de nueve meses a prueba, trabajando todos los días en el laboratorio fotográfico, lo contrataron. “Pero yo ya trabajaba, de hecho cubrí los acontecimientos por el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, entonces secretario general del PRI (Partido Revolucionario Institucional) el 28 de septiembre de 1994, ahí en Reforma, por el Monumento a la Revolución; me acuerdo que estaba en el periódico y monitoreábamos la televisión y me salí corriendo y alcancé a llegar cuando apenas estaba yendo la patrulla con el muchacho que le disparó (Daniel Aguilar Treviño) y por falta de experiencia no lo retraté, pero tomé el carro donde lo balearon”. Tras su llegada a Quintana Roo y su lesión en la rodilla, retornó a lo que sabía hacer. Entró a Novedades de Quintana Roo y fue enviado como corresponsal en Isla Mujeres, lugar donde por ocho meses captó con su cámara los momentos y lugares más importantes. Luego lo enviaron a Cancún y permaneció en el medio impreso hasta que fue contratado para formar parte del equipo de comunicación social del entonces gobernador Mario Villanueva Madrid, y trabajando allí culminó el sexenio. Con la llegada de Joaquín Hendricks “no me quedé porque no me gustó y me salí; entonces puse una revista propia de deportes: Tulaka Baxal -o sea, ‘Todo Deporte’-, y la verdad no me fue muy bien. La tuve que cerrar y de ahí trabaje para agencias como Associated Press, Reforma y Notimex”.
Era tecnológica
Para José Luis, un fotoperiodista tiene la obligación de ser objetivo; él, con cámara en mano se convierte en los ojos de la gente, con una sensibilidad especial ante las diferentes situaciones que se viven a día a día, y desde hace 18 años con un click ha registrado los acontecimientos más trascendentales. Ante los actuales avances tecnológicos confiesa: “Hay ocasiones en que me pongo a imaginar qué pensaría mi abuelo si hoy pudiera ver la tecnología y la forma tan fácil de hacer la fotografía, porque cuando yo era chico, el proceso era casi de alquimia, de tener que preparar los químicos, tenías que entrar a un cuarto oscuro con una lucecita roja, era como más romántico y más artesanal y actualmente es un medio más práctico para captar Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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momentos, de ir narrando tu vida día a día como lo hace la gente en el Facebook, lo que te pasa lo subes”. López Soto capta desde el momento mismo la imagen periodística, su cerebro después de tantos años trabaja en automático. “Yo voy por las calles de Cancún y me pierdo, no encuentro las colonias, yo no sé llegar a la 228, pero sin embargo te puedo decir detalles; Un amante de la velocidad. por ejemplo, un perro café con manchas blancas que estaba en la esquina de un puesto de tacos y te lo puedo dibujar”. Recuerda al padre de la fotografía: “Louis Daguerre contaba que la fotografía surge porque él no era muy buen pintor, así que llega al proceso de la fotografía por ese motivo; entonces él dice que los fotógrafos somos pintores frustrados”.
Anécdotas y recuerdos
“Un hecho que me marcó para siempre en mis inicios aquí en Cancún fue cuando se incendió una palapa. Me daba por corretear ambulancias, patrullas o bomberos y una vez veo unos bomberos que salen por la Tulum y se van todo derecho, cruzan por el Cancún 86, antes toda esa parte era puro camino, de tierra, las casas eran palapas y llegamos a una casa que se había incendiado y había unos bomberos y los de la Cruz Roja, y les pregunte qué había pasado y me dijeron que se incendió la palapa y que adentro habían dos gemelitas, como de cinco o cuatro años y sí olía, y es que la verdad un cuerpo cuando se calcina es un olor que percibes y yo todavía alcanzaba a sentir el aroma y pregunté que si ya se las habían llevado y me dijeron que no, que ahí estaban: estaban a dos metros de mí, en el piso, pegadas a una esquina de la palapa que quedó calcinada y estaban abrazadas. “La imagen fue tan impactante que no la pude tomar, la verdad; la mamá se caía, la levantaban y la señora se tiraba para atrás, la verdad sí fue muy impactante y yo no pude tomar fotos. Vi en el lugar una vela con una imagen de la Virgen y unos zapatitos quemados y la palapa incendiada, entonces me tiré al piso, agarré la vela, los zapatitos y la palapa y para mí esa era la foto; en eso llegó Gonzalo Subirats (QEPD), entonces fotógrafo del Por Esto!, bajó del carro y se puso a tomar fotos de cerca a las bebés y a la mamá; me sorprendió porque no preguntó, se dedicó a realizar su trabajo. “En la noche llegué al periódico, pasé las fotos y los directivos me mandaron a hablar y me preguntaron sobre las fotos de las niñas calcinadas y les dije que no las tomé y me cuestionaron el por qué no lo hice, que mi obligación era tomarlas y les dije que porque de todos modos ellos no las iban a publicar y me contestaron que no importaba, pero que para la próxima ocasión las tomara. “Pero el director me dijo que lo esperara, que quería hablar conmigo. Me 146
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invitó a cenar y me dijo que yo soy su amigo, pero que la próxima vez me iba a correr; yo le dije que tenía que haberlo visto para que comprendiera, y me contestó que, si a la niña en ese momento se le caía el ojo, esa era la foto”. Tras esa experiencia amarga viajó a la ciudad de México, donde visitó a Pedro Valtierra, fundador de la agencia y revista Cuartoscuro, un fotógrafo al que admira y respeta mucho, a quien le platicó la historia vivida. “Todavía no le terminaba de comentar y me preguntó que si no tomé la imagen y le respondí que no; entonces me dijo que si él fuera mi jefe me hubiera corrido, aunque sea su amigo, porque ahí te das cuenta si estás hecho para el fotoperiodismo o no. La verdad duré como dos o tres días sin dormir y tenía presente la imagen de las niñas abrazadas, fue muy fuerte”. A los pocos días el destino lo volvió a poner en el camino de otra tragedia. “Al regresar de las vacaciones, en la carretera a Playa del Carmen, que antes era de un solo carril, me informaron que una pipa se estampó contra un camión de la línea Mayab, me subí al carro, llegué y había gente que se salía de la ventana pero ya muertos, me puse a tomar fotos, terminé y me fui, entregué mi material y me fui a cenar y dormí como rey. A estas alturas del partido te puedo decir que he visto descuartizados, gente sin cabeza, quemados, ejecutados, lo que me digan yo ya lo he visto. “Con los años en el oficio ya no me impacta casi nada, pero sí hay que tener respeto porque hay gente que tiene familia y pues tú lucras con el dolor de ellos, ese es nuestro trabajo, entonces tienes que tener el tacto para hacer esas cosas, pero sin causar incomodidad”.
“Wilma”, el huracán inolvidable
En la segunda semana de octubre de 2005, una gran y compleja zona de bajas presiones se desarrolló sobre el Atlántico oeste y el este del Caribe con varias zonas de tormenta eléctrica. Se gestaba “Wilma”, el huracán más intenso registrado en el Atlántico. José Luis trabajaba en el trienio de Francisco Alor Quezada, para el extinto periódico Voz del Caribe y para La Jornada. “Tenía como cuatro o cinco pares de tenis y zapatos, pero como llovió una semana y salíamos a ver refugios yo me la pasé mojado fácil una semana y ya ni tenía zapatos y me los ponía de nuevo pese a estar humedecidos. Trabajamos hasta el mero día que era el huracán y yo tenía mi hija pequeñita y también estaban mis suegros, que vivían en un departamento, pero ese día se quedaron en mi casa por el huracán. “Recuerdo que salí del Palacio Municipal y Juan, un chavo que era mi chofer, me dio un aventón hasta Plaza Las Américas, que es hasta donde pudimos llegar porque el viento estaba muy fuerte y no había luz y yo traía mi impermeable y mis cosas debajo. Me fui por la banqueta, y si abrías los ojos se sentía un resplandor rojizo, no veías casi nada, entonces me fui por la banqueta tocando la banqueta por donde es la Nichupté y escuchaba cómo volaban letreros, se rompían vidrios, pero yo tenía que llegar a mi casa. “Yo ya había cumplido con el trabajo, pero aún debía llegar a mi casa porque ahí estaban mi hija, mi esposa y mis suegros y tenía que estar con ellos; de hecho tenía que quedarme en el trabajo pero les dije que no, que primero estaba mi familia, la verdad fue muy fuerte y no pude dormir en toda la noche”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Prosigue: “A las cinco de la mañana que paró la tempestad, me acuerdo que en la parte de atrás de mi casa hay como un patio y estaba inundado como unos 30 centímetros y no se metía el agua porque tenía una bardita y como yo guardaba muchos botes de pintura que uso como macetas, los agarré todos y los llené Karim Moisés, Luis Soto y Armando Angulo. de agua, junté como 25 botes llenos de agua porque aquí para el baño y entre otras cosas se va a necesitar, le dije a mi familia; con todo, no me había dado cuenta de la magnitud de lo que pasó. “Me fui a trabajar porque me empezó a dar angustia pensar si me llegaba a quedar sin empleo, entonces salí, caminé y empecé a ver cómo estaba todo, llegué al ayuntamiento y el Ejército iba a empezar a hacer recorridos para rescatar gente y la verdad me fue muy bien en cuanto a imágenes, me publicaron muy bien en México, en La Jornada, imágenes muy dramáticas de rescates de viejitos con agua hasta el pecho, una cobertura bastante buena y me acuerdo que me metí a Plaza Las Américas y la estaban saqueando, me enojé porque era un momento delicado y la gente en vez de ayudar estaba robando y la verdad fue muy decepcionante. “Tengo unas fotos de Vicente Fox -entonces presidente de la República(porque yo cubrí todo, sólo me zafé como unas seis o siete horas que fue lo más fuerte del huracán), cuando fue a La Parrilla, ya en la noche y era ‘ley seca’, y él quería echarse sus chelas y tengo las fotos donde está tomando sus tequilas y escuché que le dijeron que había ‘ley seca’ y él contestó que a partir de ese momento se acababa la ‘ley seca’ y me acuerdo que le tomé una foto enseñándome una playera que tenía una frase referente al huracán ‘Wilma’”.
Exposiciones
Ante las buenas imágenes logradas propuso realizar un libro, que en su momento no fue apoyado, y aunque meses después se llevó a cabo él fue excluido del proyecto, situación que le dolió y que hasta hoy lamenta mucho. La fotografía le ha permitido conocer Europa y Cuba, y ha participado en varias exposiciones colectivas y siete individuales. López Soto lamenta que actualmente más del 70 por ciento de los reporteros carezcan de seguro médico, pese a los riesgos que se corren y sin la certeza de alguien que los proteja. Por eso a manera de chascarrillo, afirma que está analizando la posibilidad de lanzarse a laborar a la BBC. Y la pregunta obligada en coro de un compañero y su servidor fue: “¿A Londres?”. Suelta la risa y contesta: “Bodas, Bautizos y Cumpleaños”. 148
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Pedro León
Maestro de la caricatura
Su mayor preocupación, a más de 40 años de una trayectoria llena de reconocimientos, es que el oficio está en decadencia, tanto por la carencia de espacios en los medios actuales como por la falta de interés de las nuevas generaciones
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l caricaturista Pedro León Martínez tiene una amplia y destacada labor de 40 años en el medio periodístico, durante la cual ha laborado en más de 50 medios impresos y recibido varios premios y reconocimientos; le preocupa que el oficio que practica va en decadencia por la falta de espacios en los periódicos y revistas, y por la carencia de jóvenes periodistas que se dediquen a la crítica a través de sus dibujos. El humorismo tradicionalmente ha jugado un papel de gran relevancia dentro de los medios de comunicación, gracias a que muchas personas encuentran en la caricatura y en los programas humorísticos de radio, televisión o internet una forma de escape de la realidad que vive el país y que se ve reflejada a diario en los noticieros y periódicos; frente a esta realidad, la tradición del humor está muy ligada al tratamiento y caricaturización del conflicto, afirma.
Diseño y decoración
Nació el 9 de agosto de 1939 en la Ciudad de México, DF; estudió hasta el nivel preparatoria y por muchos años se dedicó al diseño y decoración de interiores y también al montaje de exposiciones en ferias; desde pequeño tuvo el gusto por las cámaras fotográficas y el paso del tiempo le permitió hacer Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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un mejor uso de ellas por el oficio en el que se desempeñaba. En 1970 viajó a Tapachula, Chiapas, para montar la primera exposición agrícola y comercial que se celebró en aquella ciudad y muy cerca donde se alojó había un periódico, El Diario del Sur, y por curiosidad se acercó al lugar donde estaban trabajando. “Hice amistad con el personal y muy pronto empezaba a revisarles las galeras, verificaba la ortografía antes de la prueba final. Además dibujaba, porque hacía proyectos, y entonces me pidieron que hiciera algunos dibujos Premio Estatal de Caricatura. para el periódico. “Eran ejemplares de puro texto, de vez en cuando mandaban a realizar unos grabados en la Ciudad de México, para incluirlos en la edición. Entonces elaboré unos anuncios publicitarios que fueron los primeros que se incluyeron en ese periódico, ese fue mi comienzo en el mundo del periodismo y me llamó fuertemente la atención”.
En 1977 inicia de lleno en el oficio
Sólo fue un corto tiempo, ya que después siguió ejerciendo la labor a la que por años se había dedicado, el diseño y decoración de interiores; sin embargo, en 1977, tras un incidente familiar y por obra del destino, recibió una llamada telefónica para solicitarle unos dibujos para un periódico semanario. “Asistí a la cita al medio, que se llamaba El Instante, se editaba y se distribuía en el Estado de México, tras una breve charla sobre los dibujos que requerían, me preguntaron sobre la cámara que tenía en el hombro. “Les dije que me apasionaba la fotografía, además que la utilizaba para realizar mis labores de diseño y decoración, y me dijeron ‘¿no le gustaría trabajar con nosotros tomando fotos para el periódico?’. Les contesté que sí me interesaba, por lo que inicié realizando dibujos para la publicidad y tomando gráficas para el semanario. “Ahí fue donde me entregaron mi primera charola de metal, y créeme que de esa fecha hasta ahora nunca he hecho mal uso de ella. Aunque en esos tiempos realmente la prensa era un cuarto poder, servía de equilibrio entre la sociedad y las autoridades. Ese fue mi comienzo como fotógrafo en los medios. “De ahí fui invitado a laborar en el periódico nacional El Diario de México, donde cubría información general y ahí también me enseñaron a escribir notas y me mandaron a Ciudad Nezahualcóyotl, ahí cubrí notas de todo tipo, de sociales, pasando por política hasta las invasiones; además colaboraba para una revista de espectáculos. Fue una labor maravillosa donde me 150
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desenvolvía con el mayor profesionalismo, nos entregaban los rollos de película y al regresar por la tarde después de revelarlos, explicaba a los editores cada una de las tomas y ellos seleccionaban cuáles necesitaban. Así me desempeñé por varios años como fotógrafo y reportero, todo el tiempo tratando de aprender más del oficio”.
En su estudio.
Caricaturista a partir de 1987
Tuvo como maestro al periodista Eduardo Deschamps, “un jefe de información con conocimiento de todo; me mandaba a tomar fotos y me explicaba cómo las quería, siempre sin flash, a excepción cuando no había otra opción por la falta de luz; me mandaba con un reportero a una entrevista y me decía ‘tú también intervienes, la cosa es sacar la mayor información posible, ya después depuramos’”. Durante una década se dedicó al noble oficio en varios periódicos y revistas, pero una tarde, en 1987, un amigo le sugirió realizar caricaturas periodísticas. “‘¿Por qué no haces cartones?, tienes habilidad para hacerlos, Pedro’, me dijo un compañero. Y así empecé a realizar trazos. Pero fue el caricaturista Rutilio Moreno, quien firmaba como ‘Rumor’, quien me mostró dos o tres estilos que no se parecían en nada, y ahí sacamos una revista de caricaturas y la llamamos Timo”. A partir de ese año ha elaborado ya miles de cartones, ya van 27 años de hacer trazos con mensajes críticos pero constructivos, contribuyendo con su pluma para una sociedad con igualdad de derechos para todos y logrando innumerables premios y reconocimientos. “Un justo equilibrio es importante en los medios”, afirma.
Anecdotario
Recuerda que durante el último año del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, en la celebración del Día de la Libertad de Expresión, recibió una invitación de Los Pinos para una cena de gala en los jardines; y ya en el lugar el presidente se paseaba entre las mesas, cuando llegó a donde se encontraba. “–Buenas noches, Pedro, ¿cómo estás? “–Bien, señor presidente, gracias. ¿Y usted? “–Igual, Pedro, un gusto verlos reunidos aquí. “–Señor presidente ¿usted guarda las caricaturas que le hacen? “–Claro, por supuesto que sí. “–¿Las tiene colgadas en una pared de su casa? “–Sí las tengo, pero a quienes quisiera tener colgados son a los caricatuPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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El presidente Ernesto Zedillo dibujando una caricatura a petición de los “moneros” en una celebración del Día de la Libertad de Expresión, en Los Pinos.
ristas” (se dio la vuelta y se marchó). En otra ocasión, pero ya con el presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, asistió a otra celebración, y al estar juntos en una mesa, Pedro le dijo: “–Señor presidente, por qué no dibuja algo. “–Qué triste es para un hombre no poder expresarse a través de un dibujo, y yo soy uno de ellos. “–Haga algunos patitos, como en su infancia. “Y sí, el Presidente de México hizo algunos garabatos en una hoja de papel”.
Cancún en 1997
Antes de llegar a residir a Cancún, a donde uno de sus dos hijos ya se había mudado, don Pedro había viajado a ese polo turístico en cuatro o cinco ocasiones y ya había logrado relacionarse con varios periodistas en la ciudad. En el año de 1997, animado por su vástago, decidió cambiar de aires, de la Ciudad de México a Cancún. Pero unos días antes le avisaron que había obtenido otro premio: “Presea Estado de México 1997”, que le fue entregado por el entonces gobernador César Camacho Quiroz. Desde su llegada a Cancún ha colaborado en diarios, revistas y medios electrónicos: nueve años en Novedades de Quintana Roo, luego en Respuesta, adiario Quintana Roo, Luces del Siglo, Quintana Roo Gráfico, Canal 10, Caribe Inversión, Macronews, entre otros. Ya en este lugar se ha dedicado a elaborar sus caricaturas donde señala lo que está mal, las malas actitudes de las personas, de las autoridades, pero 152
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sin denostarlos, sólo con el afán de criticar constructivamente, todo ello con base en la información diaria, conocimientos y sobre todo su experiencia, logró obtener premios por caricatura editorial y el “Mascarón de Kohunlich”, que otorga el Grupo Xcaret.
Reconocimiento de periodistas a periodista
A 17 años de radicar en este polo turístico, sorpresivamente fue llamado por el Club Primera Plana para la XXII Edición de la Entrega de Reconocimientos por Trayectoria a lo más destacado de los comunicadores a nivel nacional, premio entregado por periodistas a periodistas y con base en un sondeo que se realiza a nivel nacional. Además, en Puebla, la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, integrada por más de 79 agrupaciones que aglutinan a más de 20 mil periodistas, le hizo el honor de galardonarlo con el “Premio México de Periodismo 2014”. Pedro León Martínez lamenta que en la actualidad los medios impresos no le han dado el debido valor periodístico al cartón, ya nos los utilizan. “En Quintana Roo somos pocos los caricaturistas: Nicolás Lizama “Colinas”, Marcelo Jiménez ‘D’Santos’, Benjamín Morales ‘In-Morales’, Carlos Varela, ‘Pico de Gallo’ y tu servidor, pero además no hay espacios para publicar los trabajos, que contienen la mezcla con la noticia, la información o la actualidad; además ya no hay jóvenes que sigan nuestro camino, es un oficio en decadencia”. Ha expuesto sus obras en los bajos del Palacio Municipal de Nezahualcóyotl y también ha hecho exposiciones callejeras, pero aquí en Cancún hasta el momento no ha hecho ninguna. Además sus cartones están incluidos en el Diccionario Biográfico Ilustrado de la Caricatura Mexicana, que incluye a caricaturistas de 1837 a 2000. El maestro Pedro León falleció el 22 de diciembre del 2015, en Cancún.
* Nicolás Lizama “Colinas”. Millonario en amistades, en la página 250 de este libro
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Víctor Ruiz
Artista nato de la lente
La calidad de su trabajo lo ha llevado a formar parte del equipo de fotógrafos de la prestigiada agencia internacional Reuters, ya que la cámara era su compañera desde su más tierna infancia; enemigo de las injusticias laborales, optó por fundar su propia empresa de fotoperiodismo desde hace varios años
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los cuatro años tenía ya tenía una cámara en mano, pero hasta los 21 años aprendió a vivir de ella, no sin antes haber ejercido una serie de oficios con el objetivo de decidir a qué se dedicaría; Víctor Gerardo Ruiz García es un especialista en la fotografía de hechos que ilustran las noticias de un medio de comunicación, anda siempre bien preparado, en su mochila y bolsa siempre carga su equipo de trabajo. Enemigo de la injusticia laboral, circunstancia que lo llevó a fundar desde hace varios su agencia fotográfica, Reflex AF, aunado a la infinidad de fotos que conserva en su archivo. Ruiz García es inquieto, un amigo leal, muy apegado a la familia y a sus dos grandes amores, su esposa Tere y su pequeña hija Azul, y siempre buscando aumentar sus conocimientos a través de la lectura y de la práctica, pues aprendió el oficio de fotorreportero de manera autodidacta, actividad que desempeña con pasión y entrega desde hace casi ya tres lustros.
Llega a Cancún a los seis años
Nació en la Ciudad de México el 21 de agosto de 1977, pero sus padres lo trajeron a vivir a Cancún en el año de 1983, en busca de mejores condiciones de vida; no vinieron a ciegas, sino gracias a la invitación de un tío que ya residía en este polo turístico desde 1975. 154
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Víctor se dice afortunado de haber conocido, a sus seis años, “un Cancún paradisiaco, totalmente distinto al que vemos ahora. Llegamos a vivir en la supermanzana 26, en el primer cuadro de la ciudad. “La fotografía viene de familia: mi abuelo, mi mamá, mi tío, todos eran aficionados a la fotografía. A los cuatro años de edad yo ya tenía una cámara, pero para mí era un juego. En la prepa, en los trabajos que realizábamos regularmente era el fotógrafo, en lugar de realizar recortes del tema que se trataba, me iba a tomar las imágenes para ilustrar el trabajo escolar”. Los problemas en su entorno familiar impidieron que terminara su nivel medio superior; recuerda que en esa etapa de su vida “la verdad es que no sabía qué chingados iba hacer. Trabajé de todo, de lavacoches, cargando tanques de gas, vendiendo ropa en la Harley Davidson, de mesero, de cantinero, y aún estaba con la preocupación de a qué me iba a dedicar”.
La cámara, sólo como hobby
“No me había dado cuenta de que toda mi vida había tenido una cámara a mi lado, siempre ahí había estado pero yo nunca lo había visto como un negocio sino como un hobby. Salía el anuncio en el periódico en el Por Esto!, donde solicitaban fotógrafos pero especificaba que debían ser originarios de la Península, y al ver el anuncio siempre decía ‘chin, no puedo ir porque no soy originario de la Península’. “Y así continué ejerciendo oficios diversos, hasta que entré a laborar como capturista de datos en una gestoría social, una asociación externa que apoyaba la campaña a la gubernatura de Joaquín Hendricks, que realizaba brigadas médicas. Un día observé que durante las campañas médicas se tomaban fotografías con una cámara pequeña, entonces me acerqué y dije: ‘yo tengo una cámara más grande y si quieren pues yo tomo las fotos’. “Así comencé a tomar gráficas en los eventos y me convertí en el capturista y fotógrafo de la asociación de apoyo. Un día hubo un evento de futbol en el (estadio) Cancún ‘86 entre artistas nacionales y futbolistas retirados, entonces decidí ir al programa pero solamente tenía un gafete de informática en el cuello, y no estaban dejando pasar a nadie al terreno de juego, por lo que se me ocurrió sujetar el gafete y acercarme a la puerta de acceso gritando ‘prensa, prensa, prensa’, pero en todo momento moviendo la credencial para que no la leyeran, y así pasé”.
En la mira de un maestro de la fotografía
Esa ocurrencia a principios de 1999 le permitió ingresar al campo y tomar gráficas, pero también le abrió las puertas para ingresar a los medios de comunicación. Sus movimientos en el terreno de juego con la cámara, su paciencia y su sentido de la oportunidad para inmortalizar los momentos más apasionantes no pasaron desapercibidos para un maestro de la lente: Gonzalo Subirats (QEPD), quien se desempeñaba como jefe de fotógrafos del Por Esto! Quintana Roo. “Al terminar el juego se realizó una conferencia de prensa, y ahí se me acercó un señor de bigote blanco, cabello canoso y con cola y me preguntó: “–¿En dónde trabajas? “–En Gestión Social. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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“–¿No te gustaría trabajar en el Por Esto!? “–Pues sí. “–Órales. Me puedes dar tus fotos y las checo. Mañana te hablo. “Al día siguiente: “–Preséntate mañana a trabajar, están muy bien tus fotografías.” Así, Víctor Ruiz inicia su caminar en los medios como fotógrafo, pero con la ayuda de sus compañeros de labores y con el ímpetu en todo momento, con el paso del tiempo se convirtió en fotoperiodisEn acción. ta. “Mis maestros en el oficio fueron Gonzalo Subirats, Fernando Núñez, Tony Povedano, Carlos Hurtado Barón, Alberto Veana, Juan Carlos Rubio y Óscar Camacho, porque yo tenía las nociones básicas de fotografía pero de periodismo nada y ellos se encargaron de apoyarme en todo momento y me dieron infinidad de consejos. Me decían lo que debía y no debía de hacer”. Se ha desempeñado con profesionalismo en todos los medios en los que ha laborado, así como también en la administración pública y agencias fotográficas, por mencionar algunos: Por Esto!, Quequi, Voz del Caribe, La Verdad, en la administración de Francisco Alor Quezada, en la campaña y trienio de Juan Ignacio García Zalvidea, Notimex, Procesofoto y desde hace más de una década labora para Reuters. En 2011 decide fundar su propia agencia de fotografía, Reflex AF, junto con Juan Novelo. “Después de seis meses de trasnochadas, buscando programas adecuados, el diseño y el gestor de archivos, arranqué mi propia agencia por dos razones: La primera, por la injusticia laboral que existe en el mercado, y segunda, para aprovechar las fotos que se quedan en el archivo, ya sea por falta de espacio en el periódico, por falta de cultura visual y relevancia en el medio”.
Aventurero en busca de un sueño
Su ingreso a Reuters, una agencia de noticias con sede en Reino Unido, que suministra información y fotografías a más de 201 ciudades de 94 países, se dio en el año de 2003. “Previo a la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Cancún, decidí viajar a la Ciudad de México para ofrecer mis servicios a las diversas agencias como free lance. Fui al Independiente, Idartax, AFP y la verdad no quería ir a Reuters porque tenía miedo que me botaran. “Al final tomé la decisión de ir y curiosamente fue donde mejor me trataron, me presentaron al jefe de fotografía y le planteé mi propuesta. Lo que 156
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le llamó la atención es que yo había viajado expresamente para ofrecer mis servicios y le agradó, pero me dijo: ‘los que estamos aquí en el DF vamos a cubrir el foro de la OMC, así que en la cobertura fotográfica estamos completos, pero nos puedes ayudar en algo, te hablamos para que nos eches la mano con ciertas cosas’. “Pero lo que siguió fue pura talacha, me hablaban para que les averiguara los lugares de los campamentos y horarios de marchas de los globalifóbicos. Y pues me tocó picar piedra, así estuve un año, apoyándolos con logística y datos que necesitaban, hasta que en 1994 me pidieron realizar unas imágenes porque no había podido venir nadie y ahí empezó a hacerse realidad uno de mis sueños, que era ver algún día Siempre con el dedo en la cámara. que Reuters me publicara una fotografía. “Ese fue el comienzo de mi labor en la agencia, primero les mandaba las fotografías al Distrito Federal, donde las editaban y las mandaban a Singapur, pero ahora yo las mando directamente. Ahí en Reuters he aprendido también, me marcaron las líneas y me señalaban mis fallos, observaciones que iban acompañadas de la solución”. Viendo y preguntando fue la manera en que más aprendió el oficio, ya que sólo tomó un par de cursos y alimentó sus conocimientos a través de libros de fotografía. “Ver mucho las fotografías de personas profesionales te ayuda mucho, porque educas a tu vista a mirar de cierta manera, a cuidar la imagen, a realizar una composición”.
Añoranza del pasado
Víctor Ruiz reconoce que “la tecnología nos ha alejado del compañerismo que se disfrutaba en los cuartos oscuros: el café, los cigarros y las charlas mientras revelábamos y se imprimían las fotografías. Ahora la mayoría trabaja desde su casa o en un cibercafé. Aprendí a revelar en el Por Esto!, era genial el ambiente, se hacían bromas a los de recién ingreso. “En una ocasión un compañero de mayor experiencia le dijo a uno nuevo: ‘prueba el químico para saber si aún sirve para revelar’ y el otro le preguntó ¿cómo?, y le respondió: ‘introduce el dedo y lo pruebas’ y le mostró cómo hacerlo, metió en el recipiente con líquido el dedo índice pero se metió en la boca el dedo de en medio, sin que lo percibiera su interlocutor. Y le dijo: ‘si lo sientes muy amargo es que ya no sirve’. Entonces va el amigo y mete su dedo y lo prueba y casi empieza a guacarear ahí adentro”, cuenta entre risas. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Además nos compartió otro par de anécdotas: “En un incendio forestal, acudimos José Pinto como reportero y yo, pero nos descuidamos porque la hierba agarró fuego al cambiar el viento de dirección y el humo nos impedía la visibilidad, pero acostados en el suelo íbamos avanzando hasta que mis dedos tocaron la manguera de un bombero y tomé de la mano a Pinto y seguimos la manguera hasta salir del embrollo”.
Renuncia ante su negativa
Pese a que le gusta tomar fotos policiacas se enfrentó a una situación en la que no pudo apretar el botón de la cámara. “Atropellaron a una señora con su hijo enfrente de Plaza Cancún 2000 (hoy Plaza Las Tiendas) y al llegar al sitio vi al infante tendido y su madre herida a su lado, esa imagen me impactó, no pude tomar la foto así. Entonces esperé que le tendieran una sábana al cuerpo y encontré la manera de inmortalizarlo pero de una manera suave: el reflejo del cadáver cubierto con la sabana en la portezuela de la camioneta de la funeraria Jardines de Paz. “Pero en la noche en el hospital me encontré a la mamá llorando y me ordenaron tomar la foto y me negué rotundamente y expliqué mi razón: es bastante dolor el que está sufriendo por la pérdida de su hijo como para que se le exhiba en esas condiciones. La respuesta de mi jefe fue: ‘tomas la fotografía o renuncias’ y respondí: ‘pues renuncio’. Al día siguiente no me presenté a laborar y como a las 10 de la mañana me llamó para que me presentara a mi trabajo y me dijo que había entendido mis razones aunque no las justificaba, pero como nadie había preguntado por esas fotos podía seguir en la chamba”. Ruiz García ha participado en cuatro exposiciones colectivas y en un libro sobre el paso del huracán “Wilma” en Cancún, y prepara una exposición personal de fotoperiodismo, sobre sus años de trayectoria, una labor sobresaliente que ha realizado con esmero y profesionalismo.
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Fraternidad reinante entre el gremio periodístico La convivencia social entre los comunicadores de Cancún siempre ha sido una constante, que ha servido para entrelazar amistades más allá del campo de trabajo; los deportes y los cumpleaños siempre han sido el pretexto ideal para reunirse y disfrutar de momentos agradables. Una serie de imágenes de diversos autores y de distintas épocas constatan la fraternidad que se vive en el gremio periodístico, más allá del glamour y la opulencia, más allá del abandono social y zonas irregulares, donde desempeñan su labor. Retratos en diferentes lugares, como redacciones, salas de prensa, campos deportivos, cafés, entre otros, son los que encontrará en las siguientes páginas; además de una gráfica que inmortaliza la superación personal de un grupo de periodistas empíricos, que finalizaron sus estudios superiores.
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Juan Emilio Caltzonzin (QEPD), Marlene Hernández, Lucas Varela, Daniel, Nicolás Durán, Gina Domínguez, Javier Ugalde, Silvia Rojas, Julio César Silva, Norma Anaya, Eugenio Diosdado, María Eugenia Córdova y Luis Castillo.
Ricardo Vallejo, Tony Salmerón, Gina Velázquez, Ángel “El Chino”, Emilio Carrasco y Gaby Fierro.
Tony Salmerón, Sauceda, Jesús Tejero, Román Martínez, Mari Chi y María Luisa Vázquez.
Andrés Núñez (QEPD), Eugenio Diosdado, Niza Puerto, Nicolás Durán de la Sierra, Antonio Callejo, Sergio Caballero, Alberto Ugalde (QEPD), Julio César Silva y Sergio Cárdenas.
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Blanca Estela Fuentes, Armando Castillo, Tony Salmerón, Gabriela Ruiz, Nelson Rodríguez, Emilio Carrasco, Hugo Zúñiga, Mary Chi, Teresa Yah, Gabriela Meneses, Julio César Silva, Héctor Águilar Zaldívar (QEPD), Ricardo Méndez, Román Martínez, Raúl Gamboa, Miguel Hernández, Christian García Rojas, Sergio Masté, Guillermo Arce, Lucero Rodríguez, Gonzalo Subirats (QEPD), entre otros.
Emilio Carrasco, Guillerno Ojeda Castro, Francisco Medina (QEPD) y Teresa Yah.
William Alcocer, José Luis Soto, Olivia Vázquez, Rony Pech, Susana Pérez, Jesús Flores, Tony Salmerón, Francisco Medina (QEPD) y Beatriz García.
Eric Galindo, Alberto Ugalde (QEPD), Tony Povedano, Javier Ugalde, Sixto López, Antonio Ortiz y Víctor Galván.
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Alejandra Boites, Teresa Ramírez García, Gabriela Lino Sarmiento, Gabriel Alcocer y Rafael Solís Ruiz y Mario Vázquez. (QEPD).
José Juárez Gil, Justo May, Tony Salmerón, Leopoldo Creoglio (QEPD), Jorge Acevedo, Héctor Aguilar Zaldívar (QEPD), Alvaro Mellado (QEPD) y William Alcocer.
Alberto Veana, Juan Carlos Rubio, Angélica Madera, Antonia Rusca, Verónica Ocampo, Carlos Hurtado Barón, Oscar Camacho, Víctor Ruiz, Gabriela Cruz, Fernando Núñez y Eva Murillo.
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Tony Povedano, Gabriel Alcocer, Víctor Galván, Juan Carlos Rubio, Gina Velázquez, Olivia Vázquez y Javier Ugalde.
Andrés Núñez (QEPD), Alberto Ugalde (QEPD), Lupita Ledezma, Humberto Aguilera (QEPD), Olivia Vázquez, Itzel Vázquez, Daniel Blanco y Jesús Flores.
Luz María del Carmen, Javier Ugalde, Norma Anaya, Teresa Yah, Alejandra Moncisbays, Alfredo Vázquez, Jesús Flores, Susana Pérez y Sauceda.
Francisco Caamal, Javier Ugalde, Alicia Villavicencio y Esteban Torres.
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Eduardo Santoyo, Jorge Cifuentes (QEPD), Lizandro Coronado, Tirso Esquivel, Jesús Tejero, Tony Salmerón, Jesús Flores, Gabriel Alcocer, Mimí Pacheco, Emilio Carrasco y Gabriela Ruiz (de espaldas).
José Pinto Casarrubias y Angélica Pool.
Francisco Gabourel, Emilio Carrasco, Pepe Arce, Armando Castillo, Sergio Masté, Eduardo Santoyo y Vicente Carrera, entre otros.
Elizabeth Ruiz, Marte Rebollar, Alejandra Boites, Juan Novelo, Sergio Orozco, Francisco Gabourel y Alonso Cupul.
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Luciano Núñez, Mayela Sánchez, Zuleyka Cáceres, Cliserio Cedillo, Neshlie Silva, Cristina Perera, Santos Us Aké, Ovidio López, Javier Vite, Carlos Gasca, Lanry Parra, Víctor Galván, Gustavo Flores, Rafael García Colmenares y Martín Chi.
Humberto Aguilera (QEPD), Neshlie Silva, Paty Vázquez, Raimon Rosado, Antonio Ortiz, Santos Gabriel Us, Andrés Silva, Alberto Veana, Félix Canul, Claudia Hernández, Susana Pérez, Wendy, Alejandro Cahuich, Valerio Canché, Juan Carlos Mendoza, Juan Novelo, Javier Vite, Patricio Montero, Alonso Cupul, Felipe Aguilar, Jorge Alí, Hayr Zumaya, entre otros.
Eleazar Ortegón, Tomás Álvarez, Raúl Caballero, Omar Terrazas, Gabriel Alcocer, Sahid Domínguez, David Reos, Rafael López Saavedra, Emanuel Demarquez, Joshua Orestes, Rodolfo Villicaña, Moisés Castañeda, Rafael García, Manuel García, Fausto Adrián, Ángel Mazariego, Raúl Parra, Francisco Méndez, Francisco Gálvez, entre otros.
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| Capítulo 4 |
Algunos cercanos a la reporteada cultural de Cancún
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David Sosa
De la cultura a las patadas
Desde pequeño soñaba con ser periodista o futbolista; al final se decidió por lo primero, aunque de forma curiosa en su vida profesional terminó vinculando ambas profesiones, ya que desde hace ocho años forma parte del equipo de prensa del Atlante
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a adversidad ha sido una constante en la profesión que eligió en la vida, y por eso mismo, tras enfrentarla y superarla con dignidad y coherencia consigo mismo, las satisfacciones han sido mayores para David Sosa Flores, quien es originario de Cuautla, Morelos, pero siempre vivió en el Distrito Federal; estudió en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), y aunque no se tituló sí terminó la carrera. Nació el 29 de diciembre de 1970, es el segundo de seis hijos -tres hombres y tres mujeres- de la pareja conformada por Juan Sosa López y Eulalia Flores Alarcón. Desde pequeño soñaba con ser periodista o futbolista, es un fiel seguidor de los Pumas de la UNAM, pero en los últimos ocho años ha laborado con los Potros del Atlante, donde vivió su descenso a la Segunda División, además colabora con los Tigres de Quintana Roo en el beisbol y en la edición del diario Luces del Siglo-Reforma. Actualmente también presta sus servicios para Novedades de Quintana Roo. En su momento, cuando el Potro se tambaleaba en la Primera División Mexicana, dijo: “Ahora que el Atlante está en la zona de descenso, de no lograr salvarse, pienso que sería un golpe tremendo en lo anímico, en lo moral, y también sería un golpe para mí. El equipo siempre ha padecido por problemas económicos y ojalá no descienda, todos confiamos en que no sea 168
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así, porque de lo contrario no tendría los suficientes recursos para pagarnos a los empleados, reduciría al mínimo su plantilla”. Su familia está compuesta por la también periodista Alejandra Moncisbays y sus hijos Iñaki y Emiliano. “De mi primer matrimonio tengo una hija que vive en el DF que está estudiando Filosofía y Letras y se llama Renata”, remarca.
Llegada a Quintana Roo
Sosa Flores llegó a Quintana Roo en el año 1991, formaba parte del equipo que realizaba el Festival de Cultura de Caribe. “Vine aquí trabajando con la gente del Programa Cultural de las Fronteras, que organizaba dos festivales, el que se hacía aquí en Quintana Roo en noviembre y el otro en marzo que se llamaba el Festival de la Frontera Norte que hacían ahí en Tijuana; en seis meses organizaban uno y en seis meses el otro, y es así como llego aquí”. Una propuesta de trabajo del Programa Mundo Maya lo encantó para quedarse en tierras cancunenses, “un proyecto muy ambicioso porque eran varios países que participarían, como México, Guatemala, Honduras y Belice y varios estados, como Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Chiapas, y pues renuncié a mi otro trabajo y decidí quedarme”. En la campaña de Carlos Cardín Pérez por la presidencia municipal de Benito Juárez y Mario Villanueva por la gubernatura, se incorporó a la plantilla laboral del primero, donde pese a ganar no siguió trabajando para él en Comunicación Social del ayuntamiento. “En diciembre, en plena campaña, se abrió una oportunidad a través de Román Martínez* en TVCUN, me comentó que había espacio para trabajar ahí porque estaba empezando y no lo pensé dos veces. Entré como camarógrafo pero hacíamos de todo: era editor, reportero, etcétera, ahí estuve unos años y fue bonito porque aprendí de todo. “Tiempo después me fui al Por Esto!, llego contratado por Leopoldo Creoglio (QEPD) y ahí conocí a Renán Castro, Víctor Hugo Guzmán, César Córdova, y fue un excelente equipo, muy divertido. Ahí estuve algún tiempo y después me fui como cuatro meses porque conocí a una chica, empezamos a andar y me fui persiguiéndola al DF, pero la verdad no me hallaba en esa ciudad”.
La llamada
A finales del año 1994 se gestaba el proyecto de La Crónica de Cancún, que sacó a la luz pública su primer ejemplar el 20 de abril de 1995. “A través de una llamada telefónica me contactaron Sergio Caballero y Jorge Acevedo para invitarme a participar en el proyecto de La Crónica, con Fernando Martí*, y me regresé. Ahí permanecí hasta que tronó, cubriendo diversas fuentes, como política, policiacas, entre otros. Y de nueva cuenta volví al Por Esto!, pero también logré entrar como consejero del IFE (Instituto Federal Electoral hoy Instituto Nacional Electoral -INE-), donde estuve tanto en comicios locales como federales”. A la mitad del trienio de Juan Ignacio García Zalvidea (2002-2005) fue invitado a colaborar en el departamento de Comunicación Social, donde vivió el “minigolpe de Estado” en el cual se nombró a Marisol Ávila como presiPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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denta de un efímero Concejo Municipal. “Cuando lo sacaron yo tenía como dos meses trabajando ahí, me salí durante el ‘miniperíodo’ de Marisol Ávila Lagos y cuando la Suprema Corte de Justicia ordenó la restitución de ‘Chacho’ retorné a Comunicación Social para terminar el trienio con el interinato de Carlos Canabal”.
La búsqueda de chamba
Laborar con la oposición le cerró las puertas en varios diarios locales, por lo que pasó por su mente partir hacia Querétaro, pero… “Renán Castro me ofreció trabajar para Pioneros, era el presidente del patronato que manejaba un equipo de Tercera División, uno de Segunda División y uno de básquetbol, y ahí en prensa conocí al fotógrafo Gonzalo Subirats (QEPD), también estaba Francis Marín* de reportero, luego entró Gerardo Reinoso, La familia Sosa Moncisbays. allá conocí a Manolo Cruz y estuve como dos años en Pioneros”. Ante el anuncio de la llegada del Atlante en Quintana Roo, el equipo de prensa de los Pioneros realizó toda la cobertura: antes y después; así continuó por varios meses. Un día, al independizarse los equipos, David Sosa Flores fue invitado por el Atlante a trabajar en su área de prensa, ya que era la persona que siempre redactaba sus notas para los medios y era el idóneo para el puesto; pero lo pensó dos veces. “Ante la propuesta del Atlante no me sentía cómodo porque Renán fue el único que me echó la mano y me sentía en deuda con él y hasta que me sentí seguro hablé con él y me dijo que no había problema, que si me quería ir para Atlante que pues adelante, y desde el 2007, como a finales de la primera temporada de Atlante donde fue campeón hasta ahora, soy parte del equipo de Comunicación Social”. 170
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El convivir con los jugadores profesionales del futbol también le ha dejado gratas enseñanzas y experiencias, ya que independiente del trabajo periodístico, apoya a los extranjeros con los trámites ante el Instituto Nacional de Migración (INM).
Satisfacciones
“Mi mayor satisfacción al ser periodista es haber conocido a muchas personas de la sociedad de los diferentes estratos sociales, reflejar la realidad del periodismo y que le dimos voz no sólo a la gente en el poder y a empresarios o políticos, sino también a entes de todos los sectores y que esa voz, digamos, se vio reflejada en la invitación a participar en las elecciones como consejero”. Por último manda un exhorto a los jóvenes que inician en esta noble profesión: “A los chavos que apenas comienzan les doy el consejo de que se involucren en el oficio, que se documenten, que investiguen, que no sólo se valgan de la declaración y que corroboren lo que les declaran”.
* Román Martínez. Siempre tenemos que prepararnos más, en la página 60 de este libro * Fernando Martí. Tenemos un periodismo mucho más vacío, más frívolo en la página 22 de este libro * Francis Marín. Voz, pasión y experiencia, en la página 188 de este libro
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Francisco Verdayes El periodismo y Quintana Roo, sus grandes amores
Además de su larga trayectoria periodística, tanto en la iniciativa privada como el sector público, es el orgulloso organizador del desfile que cada año conmemora la fundación de Cancún, el cual será, junto con la minuciosa recapitulación de los más trascendentes episodios en la historia del estado, “uno de los granitos de arena que voy a dejar para el estado”
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la edad de 15 años inició en los medios de comunicación de manera empírica, a continuación estudió la licenciatura en periodismo en la escuela Carlos Septién García de la Ciudad de México. Además es locutor de radio y televisión categoría A, acreditado ante la Dirección General de Publicaciones y Medios de la SEP (Secretaría de Educación Pública). Francisco Verdayes Ortiz nació el 15 de noviembre de 1965 en Chetumal, Territorio Federal de Quintana Roo, aunque dos años más tarde su familia se estableció en la isla de Cozumel. Por lo que se considera cancunense (con todo y sus raíces familiares de la Ciudad de México, de Asturias, España, y de Cozumel), agradece sea aceptado, “porque aunque nací en Chetumal, nunca viví ahí más que por razones de trabajo, de enero a junio del 1994”. Hijo único de Francisco Verdayes Sapién (QEPD) y María Susana Ortiz Prado, originarios de la Ciudad de México; la pareja llegó a Quintana Roo a principios de los años 60 en un arranque de aventura, conduciendo desde el Distrito Federal un vehículo Lincoln Continental, propiedad del hermano de él, Gustavo, quien les dijo que Chetumal estaba “adelantito de Villahermosa”. Venían por una semana y se quedaron de por vida. 172
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Verdayes Ortiz desde la infancia jugaba a ser locutor y realizaba entrevistas, a los 15 años ya colaboraba en la radio y escribía notas de manera profesional, lleva en la sangre genes periodísticos, algo que él mismo ignoraba. Un día, hurgando en una caja de madera descubrió varias credenciales de prensa de su paPeriodista de cuarta generación. dre, quien fue fundador de la televisión mexicana, y en Chetumal trabajó como fotógrafo oficial de los gobernadores Aarón Merino Fernández, Rufo Figueroa y Javier Rojo Gómez. Es periodista de cuarta generación, su padre fue corresponsal de la NBC de Estados Unidos en México, su abuelo (Gustavo Verdayes Gutiérrez de Velasco) era fotógrafo y durante la Revolución Mexicana muchas veces cubrió el frente de batalla. Y su bisabuelo (Francisco Verdayes) tuvo un periódico en Guanajuato y editaba libros, entre otras cosas.
Idealista
Es autor de los libros Los retos del periodismo (1997), 1974-1999, edición especial de Novedades de Quintana Roo, (1999), Cancún antes de Cancún (2010) y El radiorreportaje histórico como medio de exaltación nacional en Cozumel (1994), que fue su tesis profesional. En fechas recientes se desempeñó como coordinador general de redacción de Quintana Roo Hoy, articulista de la sección “Historia e identidad” del semanario La Voz de Quintana Roo y autor de la columna “¿Cuánto sabes de historia?”; además, es catedrático de la Universidad del Sur, la Universidad Tecnológica de Cancún y la Universidad Humanitas. Considera que el periodismo ofrece la oportunidad para plasmar y hacer sentir a los ciudadanos aquello que no pueden ver, y como buen periodista es idealista. “La profesión te deja eso, saber que estás luchando por la justicia, por el bien común, y enfrentando a los poderosos y a los malandros”, pero lamenta que “los malandros muchas veces son los dueños de los medios de comunicación, y te hacen sentirte usado”. Con el paso de los años él se convirtió en un referente de los medios de comunicación, que ha trabajado por igual en prensa escrita, radio, televisión e internet; se desempeñó como director editorial de cancundigital.mx, periódico en línea de información general. En el 2003 se convirtió en conductor y productor del programa sabatino de radio: Pioneros de Quintana Roo, transmitido durante cuatro años por Radio Caribe FM. Además ocupó la jefatura de noticiarios de TVCUN, donde también fue conductor y productor del programa En Exclusiva; en Novedades de QuinPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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tana Roo ocupó la coordinación en Chetumal, donde al poco tiempo comenzaron a lograr primeras planas en este medio impreso, además de meter orden dentro de los trabajadores, los que ocupaban los vehículos de la empresa para ir a tomar cerveza, mismo que dejaban estacionado frente al En entrevista a Gabriel Garrido “Gabuch”. establecimiento, a ellos, los reporteros les dijo, no hay problema porque tomen después de su jornada de trabajo, pero el auto del periódico se queda estacionado, vayan sin automóvil; el poner orden con los reporteros y ganar más primeras planas en Chetumal, llamó la atención de los directivos de Novedades de Quintana Roo, quienes lo trajeron a Cancún, en junio del año de 1994. Luego tuvo la jefatura de información, la subdirección editorial y finalmente la dirección editorial, cargo en el que se mantuvo hasta el año 2000. “Aunque me resistía a dejar Chetumal -aclara-, debido a que es una ciudad tranquila, podía ir a trabajar en short y en chanclas, tras huir del ajetreo de la Ciudad de México, esa tranquilidad sólo duró desde enero hasta que llegué a Cancún”. Y en la Ciudad de México fue subjefe de redacción, lo que hoy es un editor, además de hacer investigaciones especiales, así como algunas veces quedarse en la guardia del periódico El Día; secretario de redacción del periódico Ovaciones y director de información de la revista Universitas.
Pioneros, su aportación a Quintana Roo
Al dejar la dirección de Novedades de Quintana Roo, al inicio del siglo XXI, decidió realizar una publicación sobre los pioneros de Cancún; con su finiquito adquirió un escáner y una computadora Mac, y al ver que el dinero era insuficiente para hacer lo que tenía en mente, comenzó a vender publicidad. Al acercarse al Gobierno del Estado, en lugar de comprarle espacios lo contrataron como vocero. Y guardó su proyecto. Dos años después desempolvó su plan, y el 3 de diciembre 2002 salió a la luz pública Pioneros, pasado y presente de Quintana Roo, un periódico mensual de tamaño tabloide, donde se relataban las historias de cada rincón del estado, una publicación especializada en identidad e historia de la Quintana Roo, que Verdayes Ortiz destaca como “uno de los granitos de arena” que va a dejar para el estado. Después de diversos cambios y ajustes promovidos por la Asociación de Pioneros de Cancún, con la intención de hacer cada año una conmemoración digna de la fundación de la ciudad, en el 2010 fue nombrado cronista oficial de la agrupación, hecho que asumió con responsabilidad, “y año con 174
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año se suman más ciudadanos a las fiestas del aniversario; eso es algo que va a quedar como una tradición para los cancunenses”, asegura.
Cancún, tierra de oportunidades
Aficionado al futbol -presume ser un chiva de corazón-, orgulloso de su familia y de sus raíces, detalló que de sus amores Con sus padres, Francisco Verdayes Sapién (QEPD) y el más incondicional es el María Susana Ortiz Prado. de su madre, María Susana Marcela Rudey Ortiz y Prado. Tiene tres hijos: Mariana Graciela Verdayes Vidal, con una maestría en psicología; Carlos Francisco Verdayes Vidal, estudiante de turismo; y Aarón Verdayes Martínez. Además de su paso por los medios de comunicación, como docente ha impartido conferencias en diversas institutos, talleres en el Colegio de Bachilleres de Cozumel, en el Instituto Quintanarroense de la Cultura y en el 2014 se estrenó como académico universitario en la Universidad del Sur, la Universidad Tecnológica de Cancún y la Universidad Humanitas, impartiendo las materias de Opinión Pública, Persuasión, Géneros Periodísticos, Periodismo Avanzado y Comunicación Intercultural, y Expresión Oral y Escrita. Afirma que Benito Juárez se ha convertido para muchos en tierra de oportunidades, “es un municipio que da para todos y al que es un honor servirle”. Su esmerada labor no ha pasado desapercibida, y la locutora-empresaria cancunense Annie Cardona le rindió un pequeño homenaje al integrarlo en el menú del Café Cardoni, que denomina sus platillos y bebidas como algunas de las personas con más representatividad en el quehacer cultural del estado; en su caso, el smoothie de maracuyá fue bautizado con su nombre. Francisco Verdayes exhortó a las nuevas generaciones de periodistas a prepararse porque el oficio lo requiere, además de estar permanentemente actualizado, no sólo en lo que respecta a información sino también en sus herramientas. “Cuando nos sentimos muy ‘uyuyuy’, muy ‘verdad de Dios’, quiere decir que vamos para abajo”.
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Héctor Cobá
Un periodista en aprendizaje permanente
Aunque con marcada preferencia por el quehacer cultural, fuente en la que se encuentra “en su lodo”, ha pasado por toda clase de responsabilidades como reportero, articulista, corrector de estilo, editor; docente y agente capacitador; su columna Del torvo morral, en la que “desnuda y desmenuza” a los políticos peninsulares y nacionales, es muy leída en donde se publique
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u trato sencillo y humilde, su corpulencia, la bolsa de cuero que siempre cuelga al hombro y el papel impreso bajo el brazo -ya sean periódicos, alguna revista o un libro-, son las características distintivas de Héctor Emilio Cobá Romero, quien arribó a Cancún en el año 1997 en busca de nuevas oportunidades, pero ya con un currículum envidiable. Aquí ha participado en el nacimiento de tres periódicos: Foro del Cambio Popular, dirigido por Lorenzo Pacheco*; Cancún. Voz del Caribe, dirigido por Fernando Martí*; y La Verdad de Quintana Roo, dirigido por Carlos Hurtado (QEPD); en responsabilidades como reportero, articulista y corrector de estilo, además de participar como docente en varias instituciones escolares e impartir cursos en dependencias públicas. Es originario de Campeche, Campeche, donde vio la luz el 9 de octubre de 1960, de padres profesores, y culminó la licenciatura en ciencias Políticas y administración pública, y la especialidad en docencia de ciencias sociales, en la Universidad Autónoma de Campeche (UAC); cursó el diplomado Narrativa del Caribe del siglo XX en el Instituto de Cultura de Campeche, hoy Secretaría de Cultura. Sus trabajos han sido publicados en revistas culturales y políticas, nacionales y en el sur-sureste del país.
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Influencia de sangre
Disfrutó su niñez sin castigos, pero sí reprimendas, como parte de su formación. A su casa llegaban los periódicos Excélsior y El Universal, en cuyas páginas se publicaban artículos que escribía su abuelo, don Manuel Romero Cerón, quien escribía por afición ya que se desempeñaba como capitán de faro. Además las revistas Time-Life, Sucesos, Su labor en comunicación social de Seguridad Ja-Ja y Siempre, que valga la rePública. dundancia siempre estaban en la sala de su vivienda. La vocación de Héctor Cobá es de sangre. “Me acuerdo que pese a no saber leer (a los cuatro años) me ponía a hojear las revistas y periódicos. A los siete y ocho años, ya ponía atención a las secciones de sociales, espectáculos y caricaturas. Culminé la primaria en Tabasco, porque a mi madre Josefa Romero Reyes (QEPD) le dieron su plaza rural en ese estado; después la secundaria en el estado de Campeche y mi prepa en el Colegio de Bachilleres de Tabasco; donde por un tiempo laboré en una tienda Conasupo, en Villahermosa, en la recepción de mercancía”. Fue en la preparatoria donde tuvo su primer contacto con el periodismo, sin pensar que en el futuro sería parte esencial de su vida. “Un amigo tabasqueño decidió realizar una revistita cultural, Inquietudes, de tamaño media carta, cuatro páginas, y me nombró como jefe de redacción”, recuerda con sonora carcajada. Años después de esa época acrecentó su gusto por la lectura, “pero era muy reacio a escribir, no quería hacerlo. Durante un viaje a la Ciudad de México me encontré con unos amigos en una reunión con reporteros de cultura de El Universal, El Financiero y Excélsior. Ante el cuestionamiento de uno de ellos les dije que no estaba preparado para ello; tuvieron que pasar dos o tres años, cuando un cuate poeta me lo pidió, tras un curso donde asistió la crema y nata del periodismo del país, en los diversos géneros periodísticos”.
Hallar erratas en un libro le permitió ingresar a una redacción
“Mi primera inclusión a una redacción se dio en 1988 porque un amigo (Jorge Augusto Martínez Lugo, director de Comunicación Social de la Secretaría de Educación y Cultura de Quintana Roo) me regaló un libro de Juan de la Cabada, editado por el Gobierno del Estado -de Campeche- y le encontré 26 erratas. Mi amigo era gente cercana a los que editaban los libros, y le comenté de los yerros. A las dos semanas me dijo: ‘oye, no quieres trabajar de corrector de estilo en los Talleres Gráficos del Estado’. “Ahí conocí el tipómetro y las formas en que se hacían los periódicos. A la par de mi trabajo ya estudiaba la licenciatura en ciencias políticas y administración pública y después cursé la especialidad en docencia de ciencias Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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sociales en la Universidad Autónoma de Campeche y más tarde un diplomado en narrativa del Caribe del siglo XX en el Instituto de Cultura de Campeche”. Ya conocía Cancún porque su esposa trabajaba en este polo turístico, había venido ocasionalmente. Incluso asistió a la inauguración de la Casa del Escritor en esta ciudad por invitación del escritor y periodista Carlos Hurtado (QEPD), a quien contactó vía teleRoosevelt Ortiz y Hector Cobá en algún lugar de Tabasco. fónica. Asistió e inició su amistad con Carlos, y ya de regreso a Campeche empezó a colaborar en La Crónica de Cancún, donde Carlos Hurtado era jefe de la sección cultural.
Cancún, su segundo hogar
En 1997, en busca de nuevos horizontes, llegó para sentar raíces a este polo turístico y laboró en el Por Esto!, La Crónica de Cancún, Foro del Cambio Popular, Cancún. Voz del Caribe, Quequi, La Verdad de Quintana Roo y De Peso, ya sea como reportero, articulista, corrector de estilo y editor; además ha colaborado en diversas revistas locales y nacionales, tanto políticas como culturales, con sus reseñas y artículos, y en algunas ocasiones ha dirigido alguna o ha formado parte de la redacción. Su columna Del torvo morral es muy leída en donde se publique, ahí “desnuda y desmenuza” a los políticos. A la par de laborar en medios periodísticos, ha ejercido en el ámbito docente impartiendo materias relativas a las ciencias sociales y talleres de lectura y redacción en diversas instituciones. Incluso, recuerda, parte de su formación y labor se dio en una área de información y propaganda de un partido político, lo cual más adelante lo lleva a tomar el curso organización de oficinas de comunicación social, en la Fundación Manuel Buendía AC, en el año de 1991, donde por cierto comparte enseñanzas y conoce a David Sosa*; hace pocos años, aquí en Cancún fue coordinador operativo de la Subdirección de Comunicación Social, en la que hoy se llama Secretaría Municipal de Seguridad Pública de Benito Juárez. El año 2014 Héctor Cobá laboró en el mundo del internet en el portal Público.mx, y se han ido incrementando sus cursos, gracias a su imparable preparación profesional, pues ha demostrado con creces estar muy bien capacitado y ya quedó certificado como agente capacitador externo, y agente multiplicador de la capacitación, avalado por la delegación estatal en Quintana Roo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS). 178
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Satisfacciones
En la ponencia “Periodismo cultural en la frontera sur”, que leyó en 1993, durante el III Foro de Periodismo de la VII Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la segunda de mayor importancia en el mundo cultural y literario, “puse un epígrafe de uno de los periodistas que considero mi ídolo, Manuel Blanco, que era columnista de El Nacional: ‘El periodismo es una maldita aventura de la que no deseamos prescindir’. “Con esto me refiero a que el periodismo me ha dejado una enseñanza amplísima en querer ser mejor cada día, a que nunca terminamos de aprender, he leído muchos libros de periodismo y sigo leyendo porque me sigue nutriendo y me alimenta para hacer mejor mi trabajo; además de vivir medianamente bien. “Una de las desilusiones que tengo es que continúa el planteamiento de hace mucho, las revistas siguen pidiendo colaboraciones y no te pagan con el cuento de que te están dando fama, eso me incomoda, no me gusta. En esta profesión lo que sí te puedo decir es que deja más satisfacciones que decepciones”.
Sus tres libros preferidos
Un devorador de libros nato también tiene sus consentidos, por lo que Héctor Cobá dice que El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, que versa sobre la identidad de las mujeres y la diferencia sexual desde los puntos de vista de la psicología, la historia, la antropología, la biología, la reproducción y la relación afectivo-sexual, es uno de ellos, “y ha sido el más caro que he comprado en mi vida, me costó 40 mil pesos, antes que eliminaran los tres ceros, y son dos tomos. Un libro que me marcó mucho. “Otro que influyó en mí como ser humano y profesional es La era del vacío: ensayos sobre el individualismo contemporáneo, de Gilles Lipovetsky, habla de una manera filosófica y sociológica sobre cómo nos deshumanizamos con la moda, con la televisión, con el consumo de equis producto, etcétera; y el otro es Santuario, de William Faulkner, que habla de un lugar polvoso y sientes el polvo en el rostro mientras lo lees. Me gustan mucho porque te exigen mucha atención”. A Cobá, reconocido animador cultural, le fascina la organización de presentaciones de libros, escritores, y revistas; el lugar es lo de menos, puede ser en un bar, una casa de la cultura, hasta en una discoteca. Su amigo, poeta y maestro Raúl Renán le dedicó unas palabras en un escrito: “… de su vida intelectual (Héctor Cobá), obedeciendo a su obsesión por las revistas culturales, su puerto de arribo es Entre Letras”. A lo que él le contestó “sólo puedo señalar que es uno de mis puertos de arribo, porque en la vida uno tiene varios puertos de arribo. Me gusta la literatura, me gusta el periodismo, me gusta la capacitación, me gusta la docencia, ahí ya tengo cuatro puertos de arribo”.
Anécdotas
Pareciera increíble, pero a 10 años en el medio en aquel entonces, sólo le faltaba escribir notas para complementar los géneros periodísticos, y ese día llegó cuando laboraba en 1998 en el Foro del Cambio Popular. “En mi Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Héctor Cobá, José Luis Peraza, Héctor Aguilar Zaldívar (QEPD), Xavier Camacho, Pedro León (QEPD), Cliserio Cedillo y Andrés Núñez (QEPD).
segunda época en El Popular, ante el llamado de su entonces director Pepe Arenas para ser reportero, me dio un poco de miedo, pero le entro, porque nunca había escrito una nota. “Así comencé mi andar en el gremio realizando mis notas. A los pocos días asistí por gusto, ya que no era mi fuente, a una conferencia de Elena Poniatowska en una visita a Cancún, incluso no apunté dato alguno. Pero en la sesión de preguntas, mi amigo David Sosa* insistía que yo haga una pregunta, le hice caso, la cuestiono si con su ‘bolita de cristal’ sabría si los mexicanos nos merecíamos un gobierno corrupto o un futuro presidente de la República corrupto, ante las elecciones presidenciales en puerta. “Llegué a la redacción y escribí mis notas del día, luego realicé una crónica de lo que me acordaba de la visita de Elena, dije que iba escribir una nota de memoria- está de testigo la excelente reportera Susana Mariscal, que lo vio y escuchó-, se la mandé al director y me marché. Más tarde de regreso a la casa; vivía a la vuelta del periódico; luego que me tomé unos tragos. Pasadas las 10 u 11 de la noche regresé a la redacción y el director me vio, y como sé los diversos oficios de la redacción me puso a esquemar, pues iban atrasados en la edición. Tras la ayuda brindada, me senté frente a la computadora. Todavía estaba en el sitio cuando veo que imprimen el testigo de la portada y la principal decía: ‘Candidatos corruptos’, la que había escrito sin apuntes era la portada. “Elena me había contestado que si bien era cierto lo de Roberto Madrazo, no había que perder de vista a Vicente Fox que con sus botas brillantes y su cinturón piteado es el que más ponía en peligro los recursos de México por su relación con las transnacionales y la Coca-Cola. Esa noche me fui contento a descansar y satisfecho”. 180
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En esta profesión no hay fecha de retiro
En una ocasión que viajó a Campeche, un amigo lo invitó a ir a Ciudad del Carmen por la visita de Cuauhtémoc Cárdenas a esa ciudad. “Fuimos al evento y en determinado momento les dije mientras hablaba Cárdenas: ‘esa es la nota’, y el enviado de El Universal, José Luis Flores dijo lo mismo. Al término del suceso mi amigo me pidió que le escribiera la nota para su portal En Línea, me dio el boletín y con lo que había escuchado inicié la nota, aún sin tener experiencia sobre el género. “Después de realizar mi entrada de la nota, el corresponsal en Campeche de El Universal lo leyó y me dijo ‘está muy poética’, entonces se acercó el enviado del mismo periódico y tras leerla dijo: ‘puta, está mejor que la mía’. En ese momento me sentí periodista, esa fue mi graduación”. Gracias a un reportaje sobre el tianguis de Cancún se hizo una amistad sólida con Melitón Ortega, líder de los tianguistas. Así que Héctor Cobá tiene mucho por delante, en sus planes a largo plazo está escribir un libro, al que denominaría Del torvo morral, en tanto sigue impartiendo sus cursos-talleres en dependencias estatales, continúa ejerciendo la docencia y capacitación, organizando tertulias y presentaciones de libros, etcétera, “porque en esta profesión no existe fecha de retiro, se disfruta lo que se hace mientras se continúa aprendiendo”.
* Lorenzo Pacheco. Más de medio siglo en la trinchera, en la página 43 de este libro * Fernando Martí. Tenemos un periodismo mucho más vacío, más frívolo, en la página 22 de este libro * David Sosa. De la cultura a las patadas, en la página 168 de este libro
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| CapĂtulo 5 |
Entregados a la pasiĂłn de las notas deportivas
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Sixto López
En su haber 22 ediciones del Super Bowl
Experto en futbol americano, es una “enciclopedia viviente de ese deporte”; después de un lustro de luchar por ser acreditado a una final de la NFL, lo logró y la noche que recibió el fax de confirmación, por irse a celebrar dejó de estudiar para el examen que tenía al día siguiente, lo que a la postre le valió el recursamiento
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eportero entusiasta que ha tenido la oportunidad de estar en el medio deportivo más de un cuarto de siglo, durante el cual ha estado en varios medios escritos; no se jacta de ser el único en el sureste mexicano que ha asistido a 20 ediciones del Super Bowl seguidas, y “porque todo lo bueno se detiene por momentos”, en el 2014 la NFL no lo acreditó para la edición XLVIII y lo vio en la sala de su casa, acompañado de su esposa y unas sabrosas palomitas. Pero en el 2015 y 2016 sí cubrió las finales del deporte por excelencia de los Estados Unidos. Su pasión por el futbol americano es por herencia de su padre, ya que a él le tocó vivir una época importante del deporte en México, había mucho auge, “incluso del equipo que se formó en México con gente estadounidense, muchos de ellos vivieron en la casa de huéspedes que tenía mi abuela. “Ahí vivían y mi papá convivió con ellos, le tocó ir a sus juegos y le gustó el futbol americano desde que era adolescente y en su momento me empezó a platicar e inculcarme ese deporte, a los seis o siete años de edad; empezó a enseñarme y los fines de semana, viviendo en México, todos los primos nos íbamos a jugar futbol americano en un parque atrás de la escuela donde estudiaba; y los domingos desde media mañana yo me sentaba a ver en futbol americano en la tele”. 184
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Su memoria está llena de fechas, partidos, jugadores y marcadores de juego. Recuerda: “mi papá no me pudo llevar a aquel juego de la NFL que hubo en México, el 5 de agosto del 78, en el que Nueva Orleáns le ganó a Filadelfia, pero dos años después me llevó a un juego en Estados Unidos, al último juego de la temporada regular, el 22 de diciembre de 1980, que jugaron en San Diego los Acereros, mi equipo, contra los Cargadores, perdieron y no pasaron a playoffs“.
A los 16 años llega a Cancún
Originario de Distrito Federal, nació el 15 de agosto de 1969 y llegó a Cancún en 1985, a los 16 años, debido a que a su mamá le ofrecieron un mejor trabajo, y “de repente surge la oportunidad de empezar a escribir sobre futbol americano en Asiduo a los Super Bowl. el periódico Novedades de Quintana Roo y de ahí se van dando los cosas en el medio deportivo”. Siempre soñó con ir a más juegos de la NFL, y al darse la oportunidad de laborar en un medio escrito inició los trámites. No fue fácil, durante cinco años estuvo mandando cartas a gente de la NFL en Nueva York, al área de relaciones públicas, y nada, “porque había demasiadas acreditaciones”, revela. Pero todo cambió en la edición XXVIII del Super Bowl. “Meses antes hice todo el proceso de acreditación normal, que es muy diferente a como es hoy en día y para mi suerte esa vez sí me acreditaron”. –¿Qué pasó por tu mente por ese momento? –Pues lástima por el examen de química que tenía al día siguiente, porque la noche que me llegó el fax donde me autorizaban la acreditación, adiós estudio de química, a festejar lo que se había logrado; al menos por esa noche no me volví acordar del estudio, lo que a la postre me llevó a recursar la materia”. Antes de terminar la preparatoria ya había asistido a su primer Super Bowl, al encuentro de Dallas Cowboys contra Buffalo Bills; la segunda ocasión seguida que los Cowboys y los Bills se enfrentaron por el campeonato, y la segunda victoria de los Cowboys. Los Bills se convertirían en el único equipo de la NFL en disputar cuatro Super Bowl de forma consecutiva y perder los cuatro, detalla. Con libreta en mano, portafolio y una revista de futbol americano, platica: “cada Super Bowl tiene partes muy atractivas, sería un error elegir uno en especial. Realmente cada año se viven cosas muy interesantes por lo que Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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vive uno como periodista y por lo que tiene uno la oportunidad de ver para expresarlo a través del periódico, o través de la radio o la televisión, quienes también tendrán muchas anécdotas por contar; a uno como miembro de la prensa escrita le toca vivir muchas cosas interesantes que hay que transmitirle al que le Su labor en la semana previa al Super Bowl. gusta el futbol americano, y siempre hay experiencias muy buenas, ya sea en los espectáculos del medio tiempo o a lo largo de la semana previa al juego”.
Gastos, casi siempre, por su cuenta
Con la mente llena de anécdotas y experiencias de convivencia con ex jugadores de la NFL, ahora comentaristas, recuerda que para viajar a cubrir esos eventos su mamá era quien lo apoyaba económicamente, porque en los medios en que trabajaba, a excepción de los últimos años, los gastos corrían por su cuenta. “De repente por ahí uno de mis primos me decía ‘¿cuánto gastaste en el Super Bowl?’ y le decía que no tenía idea y que ni me importaba porque vale la pena, porque estás invirtiendo en algo que te deja enseñanza y te permite platicar anécdotas, ya sea con los periodistas, con tus amigos y a la vez también estás haciendo tu trabajo y disfrutando lo que te gusta”. Prosigue: “Mira, alguna vez que me preparaba para ir a uno de los Super Bowl, mi mamá me decía: ‘¿ya tienes para el hotel?’, ‘¿ya tienes el boleto de avión?’, ‘¿y llevas para comida?’ y yo le contestaba que eso era lo de menos, yo iba a conocer; además en la sala de prensa de cada Super Bowl ponen área de descanso y ponen atención a los camarógrafos, reporteros y toda la prensa acreditada tiene comida y refresco gratis”. De la edición XXVII a la XLVII estuvo presente, en algunas ocasiones con su tío Gerard Rullon, un fotógrafo profesional; otras con Jesús Romero, coach de futbol americano, una vez con Guillermo Arce, colega deportivo; pero su en mayoría asistió solo. Pero la edición XLVIII fue diferente: la NFL no lo acreditó, argumentó que eran demasiadas las solicitudes y esa vez no se pudo. Cuenta: “en mis inicios eran como 350 acreditaciones, ahora son cerca de 7 mil”. Con un dejo de tristeza pero tomándolo de manera filosófica, considera: “Simplemente dices: ‘bueno, me hubiera gustado estar ahí, no se pudo, vamos a disfrutarlo en la tele’, porque además todo pasa por algo, sabíamos que en Nueva York iba hacer muy frío y lo fue durante toda esa semana y 186
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yo venía arrastrando cuestiones broncopulmonares; no es que esté muy mal, pero pensé: ‘bueno, Dios me está haciendo el favor de no ir para no exponer mi salud más de la cuenta o simplemente para darme la oportunidad de ver el juego en la tele en compañía de mi esposa Elsa María Duarte’”.
“No se supone que yo debería estar ahí”
Reconoce que durante la semana previa de conferencias al Super Bowl que no asistió, le tocó ver algunas por televisión, se decía a sí mismo: “¿No se supone que deberías estar ahí?”, pero reflexionó: “por muchos años me tocó el privilegio y este año le habrá tocado a otro que no había teUna gráfica de su asistencia a uno de los Super nido ese placer, y si me vuelve Tazones, realizados en Estados Unidos. a tocar el año que entra pues igual qué bueno y si no, pues la experiencia ya no me la quita nadie”. En las ediciones XLIX y L del Super Bowl de nueva cuenta Sixto López cubrió la fiesta deportiva, el no haber asistido en el XLVIII sólo fue una pausa en su carrera periodística. Continúa su labor como editor en el Novedades de Quintana Roo con ese esmero y pasión que le caracteriza. Durante sus más de dos décadas de asistir al Super Bowl, le tocó ver en cuatro ocasiones al equipo de sus amores, los Acereros: dos victorias y dos derrotas y “las dos que perdieron no me las recuerdes porque apareció el aficionado, e hice bastantes cosas, aunque desde la parte periodista lo escribe uno igual”. Aficionado a las hamburguesas, la Coca Cola y los Choco Roles, Sixto López es un buen y noble compañero, siempre dispuesto a brindar su apoyo y exhorta a los reporteros que inician esta profesión a aplicarse en hacer las cosas lo mejor posible, tratar de conseguir entrevistas exclusivas, evitar errores y hacer las cosas con gusto. “No es ningún secreto que cuando se trabaja con gusto uno trabaja mejor que aquellos que sólo van nada más por cumplir; cuando lo haces con gusto todo sale bien y a seguir disfrutando el momento”.
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Francis Marín Voz, pasión y experiencia
Desde pequeño, cuando veía a sus ídolos por televisión, supo que se dedicaría a la crónica deportiva; hoy es la voz oficial de los Tigres de Quintana Roo; residente de Cancún desde 1993, ha pasado por prensa escrita, radio y televisión, y cumplió ya dos décadas como narrador en la Liga Mexicana de Beisbol
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u voz y la pasión con la que vive el “rey de los deportes” son características inigualables de José Francis Marín Lemus, autor de la columna deportiva: Toma, tira y saca, y cronista oficial de los Tigres de Quintana Roo, quien cumplió dos décadas de forma ininterrumpida narrando juegos de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB); de hecho, entre la gente dedicada a esa actividad en Cancún y Quintana Roo es “el más longevo en estos menesteres”. Afrontó con valentía un episodio oscuro de su vida cuando se fracturó la cadera, producto de una caída, y le diagnostican osteosarcoma (cáncer en los huesos); no se dejó vencer y se trasladó a la capital del país para ponerse en tratamiento y combatir su mal. “Bendito sea Dios, que tras muchas pruebas y exámenes, en el hospital de la ciudad de México, el 30 de diciembre de 2013 me dan una buena noticia, que el diagnóstico de cáncer había sido una falsa alarma”. Vio la luz por vez primera el 13 de agosto de 1970 en la Ciudad de México; es el mayor de los tres hijos de la pareja integrada por José Rogelio Marín Bauza y Juana Margarita Lemus Córdova. Vivió una infancia feliz, recuerda
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que le encantaban los juegos de mesa, como turista, lotería, maratón y dominó, y en los deportes el beisbol, el futbol y la natación. Desde pequeño sabía a qué se dedicaría: “A raíz del noticiario 24 horas de la tarde, que era justo el que veía cuando regresaba de la escuela, y por mi gusto por los deportes comencé a admirar a Fernando Schwartz, y desde ahí dije: Una enfermedad no le impidió realizar su pasión. ‘yo quiero ser cronista deportivo’, situación que se acrecentó a raíz de la ‘Fernandomanía’ en 1981 y de mi pasión por el beisbol; mis ejemplos a seguir eran don Jorge “Sonny” Alarcón, don Pedro “Mago” Septién y un joven Antonio de Valdés”.
Vino de vacaciones y sentó raíces
Fue en agosto del año 1993 cuando conoció Cancún, dos días después de su cumpleaños 23: “llegué de vacaciones por una semana, y fui convencido por mi tío Alejandro Lemus Córdova, quien ya radicaba en esta ciudad, de quedarme a hacerle compañía y buscar nuevos horizontes; aunque no fue difícil persuadirme, porque me enamoré a primera vista de este lugar maravilloso y paradisiaco”. Por la mudanza a Cancún no pudo terminar la carrera de comunicación, que cursó hasta el segundo semestre, en el Centro de Estudios de Comunicación Social (CECS) de la Ciudad de México. Ha laborado para prensa escrita, televisión y radio. Inició en La Crónica de Cancún y siguió en la Cancún. Voz del Caribe y De Peso; en televisión su primer trabajo pagado fue en TVCUN, como encargado de la sección deportiva del noticiario conducido por Jorge Munguía, y en Canal 10. También pasó por Radio Pirata, Radio Cultural Ayuntamiento, Radio Fórmula, Radio Caribe, y actualmente colabora en Radio Turquesa. También narra los juegos en casa de los Tigres de Quintana Roo en el beisbol de la LMB para SKY Sports. En 1996 se dio la noticia de que el destino turístico más importante del país estaría en la palestra de la pelota caliente nacional, con el nacimiento de los Langosteros de Cancún. En aquel entonces Francis Marín apenas llevaba dos años trabajando en los medios de comunicación cancunenses, ya involucrado de lleno en la reseña de las actividades de las ligas estatales y regionales de beisbol, por lo que la oportunidad de comenzar a laborar con un equipo profesional le llegó como caída del cielo. A partir de ese momento muchos personajes influyeron en su trayectoria profesional dentro del beisbol, como su compañero y amigo José Guillermo “Pepe” Arce, así como Víctor Manuel Castillo, quien en aquel entonces era el cronista oficial del equipo Langosteros; la directora de prensa del gobierno estatal, Niza Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Puerto; y Ariel “Picho” Magaña (QEPD), “quienes siempre confiaron en que podría cumplir con el reto de reseñar los partidos del beisbol profesional”. Con los Langosteros Marín vivió seis temporadas de mucho aprendizaje, y aunque los resultados deportivos no fueron los mejores, allí comenzaron a surgir para él las siguientes oportunidades, en busca de proseguir su crecimiento en el mundo del “rey de los deportes”. Así llegó el 2002, año en el que emigró a Puebla, con los Pericos, gracias a gente como Samuel Lozano Molina, David Vélez Zapata y don Enrique Montero Ponce, “donde se puede decir, en términos escolares, que me gradué en este bendito trabajo”. Ahí pasó cinco maravillosos Con la Copa del Rey en sus manos. años, acompañando a la novena y narrando sus encuentros por todas las plazas del circuito. Es ahí donde, considera, “empecé a remarcar un estilo propio que hasta la fecha trato de seguir acrecentando”. Pero sin lugar a dudas que las mayores alegrías para Francis en esta noble profesión “han llegado con mi regreso a Cancún, en el 2007, con el ‘equipo que nació campeón’, los Tigres, donde desde el principio conté con el respaldo de don Cuauhtémoc Rodríguez Meza, así como de Francisco Minjarez García, y todos mis compañeros de oficina. Llegaron las primeras series finales, van ya tres campeonatos, así como muchas ceremonias inaugurales tanto de temporada regular como de playoffs”. Confiesa que en su niñez no apoyaba al club para el cual trabaja, sino que le iba a su archirrival, los Diablos Rojos de México. “En mi etapa de niño cuando asistía al parque del Seguro Social, me llamaba mucho la atención el color rojo y me convertí en un fan de los Diablos”. La afición por los escarlatas continuó, incluso durante su etapa como profesional trabajando para otros equipos, hasta que durante su estadía en Puebla se dio cuenta de ciertas cosas que hicieron cambiar su opinión acerca de los Diablos, dice sin entrar en detalles.
Premios y reconocimientos
En 1999 Grupo Xcaret otorgó los premios “Mascarón de Konhunlich” a las distintas ramas del periodismo en Quintana Roo, y fue premiado en la categoría de mejor cronista deportivo de radio; “un premio muy valioso, ya que los votos fueron hechos por los mismos compañeros de los medios”. 190
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En 2014, la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos (Femecrode) le otorgó el reconocimiento “Fray Nano” por 20 años de trayectoria en esta profesión; además que de forma colectiva con el club de beisbol Tigres de Quintana Roo ha recibido tres anillos de campeón como jefe de prensa, por los títulos logrados en el 2011, 2013 y 2015. Marín Lemus es sobrino-nieto del profesor Constancio Córdova, hermano de su abuela materna -ambos ya difuntos-, quien Narración con un estilo propio. fue considerado el mejor entrenador mexicano de baloncesto en la historia, y que narró muchos juegos de la NBA en Canal 13, junto al también finado José Roberto Espinoza, y Enrique Garay.
Experiencias inolvidables
Muy emocionado recuerda lo que le permitió valorar su trabajo, y que se suscitó en el estadio “Alberto Romo Chávez”, la casa de los Rieleros de Aguascalientes, mientras laboraba como cronista de los Pericos de Puebla. “Fue en el 2004 cuando me tocó compartir cabina con la transmisión local, y por mi forma de narrar me fueron a decir que le bajara al volumen de mi crónica, situación que evidentemente por mi estilo, me era imposible, así que solicité a la directiva local salir de ahí y acomodarme en un palco que estaba desocupado. “Los aficionados hidrocálidos que estaban debajo del palco local se mudaron hacia donde yo estaba para escucharme porque mi transmisión se les hacía mejor que la que realizaban los de casa, y ya se imaginarán: cené y bebí gratis”. Otra situación inolvidable es haber cubierto para La Crónica de Cancún el juego inaugural de Ligas Mayores fuera de los Estados Unidos, en 1988 en el Palacio Sultán, con el duelo entre Padres de San Diego y Rockies de Colorado. Y recientemente, en marzo de 2015, la entrevista exclusiva que le concedió la estrella dominicana Robinson Cano para el programa de radio: Agárrate con los Tigres, en Peoria, Arizona, desde el campo de entrenamiento de los Marineros de Seattle.
Un sueño hecho realidad
Marín Lemus ha cumplido con el sueño que tuvo desde niño, ser cronista deportivo y de beisbol, oficio que le ha permitido conocer a muchos de sus ídolos y el acceso a muchos eventos en los que, de no trabajar en el medio, jamás habría estado, “pero lo más importante es el aprecio de muchos lecPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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tores, radioescuchas y televidentes, que han aceptado mi estilo de crónica”. Lamenta que en un medio tan competido y cerrado a veces “las envidias y tropezones de algunos colegas te dejan un mal sabor de boca, y sin que se lea como ambición, el poco aprecio en salarios a esta noble y bella labor de comunicar algo tan padre como el deporte”. Exhorta a las nuevas generaciones de reporteros a tener conocimiento de lo que se quiere hablar, no tratar de ser “todólogos”; tener pasión por la profesión y entender que hay que estar preparados día a día. “Ser apasionado, pero siempre objetivo; ser crítico, pero con bases sólidas; y buscar un estilo personal que sea identificado de inmediato como propio por parte de lectores, radioescuchas y televidentes” Sin duda alguna, marca estilo y huella en su andar periodístico, basta con escuchar algunas de sus frases que han sido bien aceptadas por los aficionados en sus crónicas de beisbol, como: “No quiero ver…pero tengo que ver”; “Le dio en el hocico al perro…salió ladrando gua, gua; a zona mala”; “La pelota rompe costuras, va tomando altura, se va deshilando, deshilando poder, homeeeee runnnnn”; “Ataca, toma, tira y saca en la inicial”; “Espera, captura, consuma”; “Muchas gracias que la pasen muy…pero muy bien”; y “Recuerden que ¡en Quintana Roo, nos rayamos con los Tigres!”.
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Armando Castillo
Si volviera a nacer, sería periodista otra vez
Se formó empíricamente y hoy, detrás de una destacada carrera durante la cual ha sido pionero en varios rubros, aspira a titularse: “me ilusiona terminar la carrera, ya se lo prometí a mis hijos”
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rmando Castillo Montejo arrancó en la actividad periodística en 1991, y a partir de 1993 se dedica de lleno a la fuente deportiva; aprendió el oficio empíricamente, con el paso del tiempo sus deseos de aprender y superarse han dignificado la loable labor de informar, y desde hace más de una década preside la Asociación de Cronistas Deportivos de Quintana Roo, además es delegado estatal de la Copa Telmex NBA y presidente de la Asociación de Baloncesto del Estado de Quintana Roo, afiliada a la Federación Mexicana de Baloncesto (FMB). Oriundo de Cárdenas, Tabasco, donde nació el 23 de enero de 1973, llegó a Cancún a los 16 años, en 1989; fue el primero en Quintana Roo en narrar un Campeonato Mundial Juvenil desde Australia y tiene también en su currículum la cobertura del primer campeonato mundial del CMB (Consejo Mundial de Boxeo) para el estado, que se consiguió en Fukuoka, Japón, merced a los puños de Rodolfo “Rudy” López. Es el mayor de cuatro hermanos -Lilí, Jesús Manuel y Nayeli-, quienes quedaron huérfanos cuando él tenía seis años de edad: “fue una infancia triste y rebelde”, comenta. Creció al cuidado de sus abuelos, pero cuando tenía nueve años conoció a un ángel guardián, un chofer de una línea de transporte que lo llevó a vivir con su familia y lo adoptó como un hijo más: “Pero lo más sorprendente es que a los suegros de mi amigo les caí como anillo Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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al dedo, me arroparon, me cuidaron y me apreciaron mucho. Tengo una deuda moral con ellos, desde que vine a Cancún ya no volví a saber nada de esa familia”. A los 13 o 14 años se regresó a vivir con sus abuelos, “pero ya pasado un tiempo me hago de buenos amigos, y un día de la nada se nos ocurre decir ‘vámonos a Cancún’ y sin más un grupo de adolescentes, de entre 15 y 17 años, nos venimos a este lugar turístico”.
Luis Villicaña, José Sulaimán (QEPD), Armando Castillo y Amador Gutiérrez.
El sueño cancunense
Llegó a Cancún a principios de 1989 con aquel grupo de amigos, con sólo la primaria terminada y la ilusión de trabajar, “buscando una oportunidad laboral, como todos, y después regresarme a mi tierra. Mi primer día en Cancún dormí en la zona hotelera, pero en una obra, en la construcción del hotel Casa Magna; aquella noche llovió como nunca y nosotros la pasamos acostados en unos cartones. Al día siguiente nos trasladamos a Puerto Juárez, donde residía una señora que nos conocía desde chamacos en Cárdenas y vendía antojitos; vivimos en su casa como dos meses, durmiendo en el suelo”. Ya han transcurrido más de 25 años, y Castillo Montejo sigue aquí. “Ha pasado el tiempo y me he dado cuenta de que Cancún es como un imán, ya he sentado raíces en esta bella ciudad, acompañado de mi pareja Blanca Estela y de mis hijos, Monserrat Aletse, quien me ha hecho abuelo, y Andrew Armando”. Recuerda que su primer empleo fue de ayudante de albañil, “después fui agente de seguridad, steward en lo que era el Club Las Perlas, donde pasé a la cocina -demostrando sus aptitudes culinarias- y estuve a un pelo de ascender a cocinero A. Ahí tuve una oportunidad de irme a trabajar a Canadá con un chef que me invitó a viajar con él, pero no acepté porque ya tenía una pareja sentimental y eso me detuvo”.
El medio periodístico
“En 1991, en mi andar laboral conocí a una persona que estaba en Novedades de Quintana Roo y un día me preguntó: ‘¿no te gustaría entrar a trabajar como ayudante de formador?’. Mi respuesta fue ‘no sé nada de ese rollo, pero si me capacitan le entro’. Así que me llevó a las instalaciones del periódico y me presentaron al jefe Alfonso Reyes, enseguida ingresé a trabajar, en esos años abundaba el trabajo en Cancún. “En aquel entonces el periódico no se hacía en computadoras, se formaban las páginas manualmente, recortando impresiones y pegando en una hoja encima de un enorme vidrio que tenía una luz abajo para hacerlo co194
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rrectamente y después llevarla a fotomecánica. Así me inicié en el medio periodístico”. Para Castillo Montejo fue el inicio de una carrera fructífera. “Me gustó el trabajo, leía todos los días y así me fui adentrando en los laberintos de la información. Poco tiempo después la tecnología se hizo presente en la redacción del medio y fui invitado a Con el boxeador Oscar de la Hoya. participar en las capacitaciones para el uso del escáner -aparato eléctrico que explora o permite “escanear” o “digitalizar” imágenes o documentos, y lo traduce en señales eléctricas para su procesamiento y, salida o almacenamiento en una computadora-, además de editar toda clase de archivos de imagen a través del programa Photoshop. “Cuando yo era niño quería ser abogado y al conocer la labor del periodismo comparo ambas actividades y me di cuenta de que se podía ayudar a la gente en este oficio, y es así que me metí de lleno. Un día, Guillermina García, quien era la encargada de la dirección en ese momento, me dijo: ‘Armando, hay una oportunidad para entrar de reportero, ¿te aventarías?’. ‘Sí’, contesté inmediatamente, sin pensarlo dos veces. Ahí comencé mis pininos, así que me iba a reportear en las mañanas, cubría todas las fuentes, nada en específico, y en las tardes entraba a trabajar en la redacción. Así permanecí durante tres meses hasta que me dieron mi cambio de plaza laboral como reportero policiaco”. Sin embargo, no pasó mucho tiempo, pues renunció y tomó parte en la marcha por la libertad de expresión que encabezó Lorenzo Pacheco*, denominada sur-sureste, “ahí asesinaron a un periodista en la Ciudad de México, y por poco y nos toca a nosotros. Cuando regresábamos nos balearon el autobús. Fue una experiencia bonita pero peligrosa”.
De policiaca a deportes
Participó en la creación del Semanario Péndulo, donde fue ubicado en la sección policiaca, “pero ahí sucede una cosa extraña porque Ricardo Méndez* cubría deportes, así que intercambiamos fuentes. Fue la primera ocasión que cubría deportes y me encantó, me fascinó, me apasionó”. Al cerrar ese medio de comunicación se incorporó al Por Esto! Quintana Roo en 1993, ya como reportero de deportes; desde entonces y hasta la fecha Armando Castillo Montejo ha cubierto por 23 años todo tipo de eventos deportivos, y entrevistado a figuras de la talla de Ronaldo, Julio César Chávez, Diego Armando Maradona, Romario, Lionel Messi, Cuauhtémoc Blanco, entre otros. Tras su salida de Por Esto!, ha laborado en el Quequi, el Diario de QuintaPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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na Roo, El Quintanarroense, el semanario Siete Días, semanario Aspectos y por algún tiempo dirigió la revista Only Sport. En Cancún estudió la secundaria, está en el proceso de culminar la preparatoria y con el acuerdo 286 de la SEP busca titularse, “es mi deseo, me ilusiona terminar Con Romario de Souza, astro del balompié brasileño. la carrera de periodista. Ya les dije a mis hijos que antes de los 45 años debo tener mi título de periodista. Lo más bonito que he conocido es el periodismo, si volviera a nacer lo volvería a elegir con los ojos cerrados”. El periodismo le ha dejado grandes satisfacciones, entre las que cuenta el haber participado en la creación del premio al Mérito Deportivo en el género crónica, narrar un campeonato desde el extranjero y haber conocido varios países. Con gusto recuerda dos anécdotas, una en sus inicios y otra a últimas fechas: la primera, una demanda legal interpuesta por la esposa de un abogado que se molestó por una publicación y la otra, la agresión que sufrió por parte de unos colegas por unos comentarios que realizó sobre la ética periodística. Además, Armando Castillo ha ocupado la cartera de Acción Juvenil dentro del Comité Ejecutivo Nacional de la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos (Femecrode) y actualmente forma parte de la Comisión de Honor y Justicia de la agrupación -es, de hecho, el único periodista quintanarroense dentro del CEN (Comité Ejecutivo Nacional) de la Femecrode-; fue organizador del Congreso Nacional de Cronistas Deportivos en el 2003, así como de “la Fiesta Más Grande de la Historia del Deporte” en el 2013, que conmemoró a los primeros deportistas de Cancún, y de la Asamblea Nacional y entrega de los Premios “Fray Nano” de la Femecrode que se celebró en Quintana Roo en el 2014, entre algunas de las actividades que ha desempeñado como parte del oficio que tanto le apasiona.
* Lorenzo Pacheco. Más de medio siglo en la trinchera, en la página 43 de este libro * Ricardo Méndez. Periodismo en el ojo del huracán, en la página 213 de este libro
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Miguel Portillo Nostalgia por la ausencia del reportero por vocación
Desde la adolescencia deseaba ser periodista deportivo, sueño que cumplió gracias a su persistencia y profesionalismo, aunque estudió contaduría para complacer a sus padres; en el 2006 fue distinguido con el Premio Municipal de Deporte
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na persona entusiasta, a quien le gusta superarse y enfrentar retos en la vida; José Miguel Portillo Castillo nació el 21 de diciembre de 1958; originario de Mérida, Yucatán, y proviene de una familia muy unida. Sus padres Miguel Portillo Ceballos y Suemi Castillo Guerrero -ambos difuntos ya- lo criaron, al igual que a su única hermana, con valores éticos y morales, proporcionándoles una educación que Miguel inició en la primaria Vicente Guerrero, del barrio de Santiago; luego la secundaria técnica y de ahí al colegio San Agustín, donde estudió la carrera de contador privado, que nunca ejerció. Fue en la secundaria donde Miguel se percató de su gusto por los deportes, sus ídolos eran, en la lucha libre, Santo y Blue Demon; en el box José Ángel “Mantequilla” Nápoles y Raúl “el Ratón” Macías; y en el beisbol apoyaba a los Leones de Yucatán; ahí nació la espinita por la comunicación -evoca-, pero sus padres insistieron en la carrera que terminaría por estudiar “porque ahí estaría su futuro”. Les cumplió, pero ha ejercido el periodismo deportivo a lo largo de los últimos 25 años, donde se fue fogueando con el paso del tiempo y su gusto por la lectura de los periódicos para estar informado. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Su primera oportunidad
Cuenta que traía en la mente ingresar a un periódico para conocer las formas y fondos de un medio escrito, y hojeando un día el Diario de Yucatán leyó que estaban buscando a una persona para que capturara las notas de los corresponsales de los municipios. Es así como entra a la empresa periodística, donde transcribía en computadora las notas que enviaban, ya sea vía fax o mecanografiadas, las corregía y las pasaba a redacción. Pasado el tiempo asume un nuevo reto: reportear noticias deportivas, pero se topa con que en Mérida había pocas oportunidades para ello, por lo que aceptó la inviCon el futbolista Cuauhtémoc Blanco. tación de un amigo para mudarse a Cancún. Es así como en marzo de 1990 Portillo Castillo llegó a este polo turístico, pero empezó trabajando como agente de seguridad, una labor que tenía que realizar para subsistir, a la espera de que saliera una oportunidad para ingresar al único medio escrito de ese tiempo: Novedades de Quintana Roo.
Reto a la vista
Compraba el periódico y revisaba ávidamente la sección de clasificados todos los días. Fue así como en septiembre de 1990 su corazón dio un vuelco cuando leyó que estaban solicitando correctores de estilo. Cumplía con los requisitos: excelente ortografía y disponibilidad para trabajar. Sin pensarlo dos veces asistió al departamento de recursos humanos, donde le hicieron las pruebas pertinentes y se quedó con el puesto. Una meta que se había propuesto la había logrado, ya trabajaba para un periódico de Cancún, pero la razón de dejar su natal Mérida era reportear noticias deportivas. Cuenta: “Ya entré, ya estoy aquí, ahora voy por una oportunidad para salir a la calle, ‘quiero ser reportero de deportes’, me dije. Así que inicié en el periodismo corrigiendo notas, pero ya con un nuevo reto en la mente”. En la primera oportunidad que tuvo planteó su propuesta, pero la plantilla de la sección deportiva estaba completa, Ricardo Méndez* y Hugo Zúñiga como reporteros y Raúl Caballero como editor. No quitó el dedo del renglón e insistió hasta que le dieron la oportunidad. “Un día me dijeron que hiciera unas notitas y estadísticas para ver cómo estaba mi escritura, mi redacción y sintaxis. Fue así como los fines de semana, independientemente de trabajar en la redacción, asistía a cubrir pequeños eventos. Así inició mi andar en este mundo lleno de información deportiva. La primera vez que vi mi crédito en una nota, fue una emoción indescriptible”. 198
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Sin duda estaba camino a cumplir otro sueño, a dos meses de haber entrado a laborar al “periódico que nació con el estado”. “Una noche, después del trabajo de la redacción, me mandaron a buscar de la dirección: ‘mañana te presentas a las 9 de la mañana, te vas como reportero’, me dijeron. Me tomó por sorpresa pero yo estaba listo, sólo que me enfrenté a otro reto: no conocía bien Cancún, pero me aventé sin temor. Sabía que lo lograría”. Así comenzó su vida en el mundo deportivo.
Suceso lamentable
No todo fue miel sobre hojuelas para Portillo Castillo. En los primeros meses de 1993 le avisaron que su padre estaba muy enfermo, y tomó la decisión de renunciar al trabajo para regresar a su ciudad natal cuando le avisaron que había fallecido, con la responsabilidad de velar por su madre. Al presentar su obligada dimisión laboral le propusieron una opción, en vista de su entrega y profesionalismo: “Mira, hay una oportunidad para trabajar en Novedades de Yucatán”, le dijeron, y sin pensarlo aceptó. Pero desafortunadamente, a los 15 días de la muerte de su progenitor, su mamá también falleció. Se quedó a trabajar en el vecino estado porque ahí acompañaba a su única hermana, mientras duraba el trance del luto, tras perder a sus dos seres queridos. Luego de un tiempo pertinente, en 1994, Miguel Portillo decidió regresar a Cancún, ya conocía los lugares y sitios deportivos en Cancún, y empezaba a forjarse un nombre en la información deportiva, pero esa vez regresó solo, con la idea de traer después a su familia. Empezó a trabajar en el Por Esto!, pero con la idea y reto de regresar a las filas de Novedades, porque “ahí me formé, ahí me capacité, ahí aprendí el oficio”. Después formó parte de los que iniciaron el proyecto Cancún. Voz del Caribe, trabajó en el Quequi y desde hace cinco años es el coordinador deportivo del diario De Peso, filial del Novedades, “pero eventualmente salgo a reportear para no extrañar la calle”.
Premio deportivo
En el 2006 fue distinguido con el Premio Municipal del Deporte como mejor cronista deportivo, aunque considera como su mayor galardón el haber conformado una bonita familia, e incluso dos de sus hijos laboran en medios escritos: Guadalupe Pool es su compañera de vida y sus vástagos son José Miguel, coordinador de empresas de préstamos; Ricardo de Jesús, diseñador; y Norma Leticia, editora de deportes. El oficio le ha dejado muchos amigos, la convivencia se ha vuelto camaradería. “Es emocionante estar en el mismo sitio donde hay grandes personalidades del deporte, como Diego Armando Maradona, Pelé, Julio César Chávez, entre otros. Ver a tus ídolos de cerca es fascinante, es un sueño que jamás habría sido posible de no ser por este oficio noble de informar”. Entre sus pasatiempos, Miguel Portillo gusta de recolectar algunos de los recuerdos de su ya prolongada carrera: “Tengo guardadas todas las acreditaciones que me han dado para cubrir eventos deportivos a lo largo de mi trayectoria periodística, las he coleccionado, las guardo como un gran tesoro. Es mi ‘egoteca’”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Palmo de narices
Como buen yucateco, afirma que pese a que hay ciertos deportistas que se niegan a conceder entrevistas, es persistente y en la mayoría de las ocasiones lo ha logrado. “Pero los que me dejaron con un palmo de narices fueron Hugo Sánchez y Ricardo ‘Tuca’ Ferreti, esos dos ni voltean a ver a los periodisTinieblas, Blue Demon, Miguel Portillo tas de provincia, sólo atieny Súper Muñeco. den a los reporteros de televisión o prensa nacional, pero a diferencia de ellos Julio César Chávez es un gran ser humano y muy accesible a los medios”. Lamenta, con su experiencia, la falta de un verdadero apoyo a los deportistas: “La disciplina que más se apoya es la que más le gusta a la autoridad deportiva en turno, no existe apoyo deportivo en general”. Continúa: “Es increíble que habiendo muchos que practican el beisbol sólo exista un campo oficial para la práctica de ello, el ‘Toro’ Valenzuela, no hay campos para entrenar; caso contrario del futbol y básquetbol, que se apoyan actualmente con todo. Faltan verdaderas ganas de apoyar al deporte”.
Era tecnológica
Considera que la era tecnológica ha traído “muchas mañas” a los reporteros, extraña aquellas tardes en las que se metía al laboratorio para revelar e imprimir sus fotos. “Llegábamos al cuarto de revelado, cortábamos nuestro rollo, lo revelábamos en blanco y negro con nuestros líquidos, blanqueador, fijador y agua; luego a colgarlo y pasarle el secador. Después la impresión, grande o pequeña, con sombras; salías del laboratorio con olor a químicos y en muchas ocasiones con la ropa manchada; ahora todo es fácil para los fotógrafos, toman muchas imágenes y eligen unas cuantas para pasarlas en programas de computación para edición de fotos”. Prosigue: “Los reporteros de ahora sólo meten la grabadora y listo, se distraen o hacen otras cosas en tanto; anteriormente hacías tus anotaciones básicas y siempre te concentrabas en el entrevistado para tener en la mente lo que estaba diciendo. 10 por ciento lo escrito en tu libreta y el 90 por ciento está en la mente”. El oficio es apasionante, es una labor de tiempo completo, donde no existen horarios para comer, pero lamenta mucho que existan personas que desacrediten la labor de informar con sus acciones.
* Ricardo Méndez. Periodismo en el ojo del huracán, en la página 213 de este libro
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Alberto Salazar
Con el deporte en el corazón
A lo largo de cuatro décadas de carrera periodística ha recibido incontables reconocimientos, el más reciente de ellos, el “Fray Nano”, que otorga la Femecrode. Oriundo de Tabasco, llegó a Cancún en 1995 con una destacada trayectoria desarrollada en medios de la ciudad de México y Villahermosa
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n los 40 años que lleva de dedicarse a la información, sólo ha trabajado en cinco medios, lo que habla de los elevados niveles de lealtad y profesionalismo que caracterizan a José Alberto Salazar Cadena, quien se dedica en cuerpo y alma al periodismo, especialmente y de manera particular al de la fuente deportiva; alejado de los reflectores, opta siempre por disfrutar de su familia, que inició hace casi medio siglo, cuando apenas tenía 15 años cumplidos y tres de haber quedado huérfano. A lo largo de su larga y exitosa trayectoria ha recibido innumerables reconocimientos locales y nacionales, ha entrevistado a decenas de deportistas mexicanos y de otros países, además de integrantes de la farándula, por lo que fue distinguido con la presea “Fray Nano”, que otorga la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos (Femecrode). Nació en Villahermosa, Tabasco, el 15 de noviembre en 1953. Pasó una niñez difícil, socorrida por sus abuelos maternos y paternos, tras el deceso de su progenitora; a los tres lustros de vida decidió formar su propia familia y se casó con Leticia Reyes, quien contaba con 13 años; el 6 de marzo del 2015 cumplieron 45 años de matrimonio, que fructificaron en tres hijos: Sergio Alberto, Julián Armando y Jorge Arturo, quienes los han hecho abuelos de cinco nietos; además, tienen ya una bisnieta.
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“Cuando me casé aún no entraba en el ámbito del periodismo, en ese tiempo trabajé en la zapatería de un tío, y mi tía me ayudó a conseguir un crédito para poder tener lo básico en el cuartito que alquilaba: una cama, un refri, una estufa... “Trabajaba en las tardes y por las mañanas iba a la secundaria; después de la Entrega de reconocimiento por su apoyo al deporte popular. zapatería estuve trabajando en el Seguro Social, en el área de créditos y cobranzas, hasta que comencé con el periodismo, y esto lo traigo de herencia porque mi padre era periodista, sólo que él se dedicó al ámbito político. Laboró para el Diario de México y el Diario de Tabasco”.
Principia su camino en el periodismo
“En 1974 me fui a la ciudad de México e inicié laborando indirectamente en la segunda edición de Últimas Noticias de Excélsior, estuve con Samuel Cantón; en 1980 me incorporé al diario Avance, y aunque en un principio sólo era colaborador me pagaban, mientras tanto continué mis estudios hasta terminar mi preparatoria. “Desde un principio me atrapó el deporte: en la infancia jugué futbol y llegué a participar en la liga semiprofesional, tuve la fortuna de fundar una liga de balompié, incluso llegué a ganar el título de goleo”, pero una lesión en la columna lo obligó a retirarse del futbol. “También me gustan la motonáutica, el beisbol y el softbol, pero casi siempre me ponchaban”, recuerda sonriente. En 1985 fue invitado a integrarse a las filas de Tabasco Hoy, periódico recién abierto, donde inició como fotógrafo y laboratorista, porque tomaba y revelaba sus propias gráficas. Con el paso del tiempo se sumó al cuerpo de reporteros, cubriendo la fuente deportiva. “Ahí comencé a querer más esta profesión, porque me tocó ponerme los periódicos bajo el brazo para repartirlos y que se conocieran en la comunidad deportiva; y en donde más énfasis tuve en mi trabajo fue en la lucha libre, tuve la fortuna de entrevistar a todos los grandes de aquella época: Mil Máscaras, El Hijo del Santo, El Hijo de Blue Demon, los Tinieblas, Máscara Sagrada, los Brazos, entre muchos más”. Con el paso del tiempo don Beto fue ascendido a subcoordinador de deportes y espectáculos, tarea que desempeñó simultáneamente para el diario vespertino La Extra de Tabasco Hoy, hasta el año 1995.
Cancún, por amor a la familia
En ese año, por cuestiones familiares dejó su natal Villahermosa, dejando atrás todo lo que había conseguido, trabajo y casa, y arribó a Cancún en el mes de octubre. 202
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“Nacho” Ambriz, Abraham Nava, Jorge Campos, Beto Salazar y Juan Carlos Chávez.
Llegó a tocar puertas en varios periódicos de aquella época, pero Novedades de Quintana Roo se las abrió y lo aceptó como reportero B de la fuente general. Repasa su primer encargo: “Me mandaron a hacer un reportaje sobre la contaminación en la laguna Nichupté, una entrevista con el director de Fonatur y gracias a Dios, dos notas se fueron para portada y una a interiores, así que al día siguiente pasé a reportero A”. Se adaptó a las circunstancias y rápido dio cuenta de su entrega, conocimiento y profesionalismo. Con el paso del tiempo fue trasladado como editor de la página de sociales, y pronto se vio al frente de la jefatura de información del llamado “periódico que nació y crece con el estado”. Fue una época de aprendizaje constante, ya que participó en constantes cursos y talleres, que a su vez aplicó durante su estadía en el medio. En el año 2000, con la llegada del nuevo siglo, don Beto fue invitado a formar parte de un proyecto periodístico con raíces tabasqueñas, la nostalgia y la amistad lo hicieron sumarse al naciente Que Quintana Roo se Entere, donde junto con 10 o 15 amigos de antaño iniciaron la aventura el 7 de junio, y hasta el momento continúa ahí desempeñándose profesionalmente. Salazar Cadenas es el coordinador del área de deportes del Quequi y ocupa la jefatura de prensa de Cancún Boxing. “Para mí ha sido lo máximo porque trabajo en lo que me gusta y hacerlo por partida doble es mejor, pues tengo mi trabajo en el área de deportes y estoy involucrado en el boxeo que es tan apasionante, tan bonito, aunque habrá a quien no le guste, que es una opinión muy respetable”. Se ha hecho de un nombre y un prestigio bien ganado en el ámbito periodístico deportivo, y sobre el oficio opina: “todos saben que la profesión del periodismo es a veces ingrata, quizá a veces no se gane mucho, sobre todo en Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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el área de deportes, pero te deja muchas satisfacciones y también muchos amigos”.
Anécdotas
Muy pocas veces se le observa en un evento, es muy discreto, prefiere compartir el tiempo libre con sus hijos, nietos y bisnieta, pero eso no lo hace imperceptible para la genEntrevistando a Mil Máscaras, te. Nos comparte una par una leyenda de la lucha libre. de anécdotas: “Cuando regresé de Torreón, donde recibí el premio ‘Fray Nano’, por trayectoria deportiva, observé una fila de empleados de las arrendadoras, y de pronto alguien rompió la columna y se me acercó para felicitarme por el reconocimiento obtenido. “Siendo honesto yo no sabía quién era, mi esposa me dijo que por qué no le preguntaba, y le contesté que era penoso para mí no saber de quién se trataba y que seguramente en un periódico había leído lo de mi premiación. Fue muy satisfactorio saber que mucha gente te conoce, incluso en el Facebook recibí decenas de felicitaciones, y les correspondía con algunas palabras de agradecimiento”. Recuerda también muy vívidamente que una ocasión, en Villahermosa, “un piloto que se llama Carlos Mayo, quien corría en la categoría más pequeña de la motonáutica, me dijo: ‘Beto, súbete, vamos a dar una vuelta’, pero después de cinco minutos le pedí que me bajara porque ya no aguantaba; era tan intenso que no lo soporté, aunque es un deporte que me gusta mucho”.
La más difícil y el más pedante
La entrevista más difícil que realizó en el medio deportivo fue al luchador Mil Máscaras, “que es una persona muy inteligente, sabe varios idiomas y es muy culto, tenía que pensar muy bien los cuestionamientos; El hijo del Santo no es muy accesible, y hace algunos años intenté entrevistar a Federico Vilar y no pude, se portó muy mal”. Don Alberto Salazar, con la experiencia adquirida, durante años de plasmar su opinión y conocimientos en las páginas de los periódicos, afirma sin titubear: “Yo creo que el deporte necesita mayor apoyo y mayor difusión, hay que darle más soporte a los niños, los jóvenes y las mujeres porque son el futuro del deporte en México”.
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| Capítulo 6 |
Seguidores de la rigurosa preparación de antaño
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Alberto Aguilar Tesón y dedicación a la actividad periodística
Hace 25 años arribó a Cancún para integrarse al equipo de la naciente Radio Turquesa; tras trabajar en diversos medios radiofónicos e impresos, se sumó a la brigada de Topos Quintana Roo, labor altruista que lo ha llevado a ser distinguido por el presidente de la República en la Cámara de Senadores
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eportero en Quintana Roo, paramédico de Protección Civil, comandante de la Brigada de Rescate Mexicano (Topos Quintana Roo) y miembro de Amnistía Internacional, Alberto Aguilar Cárdenas nació el 29 de agosto de 1973 en la clínica de Pemex de Ciudad del Carmen, Campeche, pero fue registrado en Macuspana, Tabasco. Su pasión por el periodismo lo llevó a descubrir una más: el rescatismo, labor por la cual ha recibido la Medalla al Valor de manos del entonces presidente Felipe Calderón, en la Cámara de Senadores, y firmar el Libro Dorado, donde figuran los nombres de las personas que han puesto a México en alto. Con 25 años de residir en Cancún ha integrado una bonita familia, conformada junto a la profesora Wendy Otolaza Balam y sus hijos Alberto e Ivonne Alejandra. Su infancia la dividió entre los dos municipios, ya que su padre Joaquín Aguilar Eufrasio trabajaba en las plataformas petroleras. En el municipio carmelita estudió la primaria y secundaria, y cuando su única hermana -son siete consanguíneos, una mujer y seis varones- se casó con un trabajador de Petróleos Mexicanos (Pemex) y se fue a radicar a Monterrey, Nuevo León, 206
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le pidió a su mamá, Josefina Cárdenas León (QEPD), que le permitiera llevarse a Alberto para vivir con ella. Ingresó al primer año de preparatoria en el Tecnológico de Monterrey, recomendado por su cuñado y su papá, con la intención manifiesta de ser médico, pero en realidad soñaba con trabajar como fotógrafo Rescatismo, su otra gran pasión. para un periódico, porque un actor en una telenovela que solía ver interpretaba ese papel “y me atrapó”, recuerda. Se lo comentó a su progenitor y éste le contestó: “Estudia para médico porque como fotógrafo te morirás de hambre”.
Primeros contactos
A los pocos meses de haber iniciado sus estudios conoció a unos locutores de la estación de radio La Poderosa, quienes hacían un programa cada jueves en el Tec de Monterrey; ese fue su primer contacto con los medios de comunicación. “Me enamoré de la forma en que hablaban frente a los micrófonos y su interacción con los ciudadanos. Fue cuando decidí que quería ser locutor, y todas las semanas asistía con ellos a la cabina. “Yo les preguntaba todo lo referente a cada cosa que hacían, estaba ávido de aprendizaje. Y con el paso del tiempo me tomaron aprecio, igual que yo a ellos, por la convivencia y enseñanza. Un día me dijeron: ‘Sabes qué, nos vamos a Cancún porque nos contrató una estación radiofónica que acaba de iniciar. ¿Te quieres ir con nosotros?’. Les contesté que no, porque estaba estudiando. Pero me sembraron la semillita en la mente y estaba intranquilo. Decidí hablar con mi hermana y le planteé la situación. Y ella me dijo: ‘adelante, vete’”. Fue así como, con la venia de su consanguínea, a los 16 años, Alberto Aguilar se unió al grupo de locutores que llegó a trabajar en la naciente Radio Turquesa, que había iniciado transmisiones el 21 de noviembre de 1989.
Locución en Cancún
“Ahí inicié como asistente en la cabina. Contestaba el teléfono, les daba la hora, entre otras actividades. Ahí empecé a enrolarme en el mundo de la locución, y me apasioné. Luego empezaron a transmitirse cápsulas informativas, fue entonces cuando conocí a los periodistas Nicolás Durán de la Sierra* y Eugenio Diosdado, y como ellos no tenían quién diera los deportes me encargaron esa sección, no sin antes enseñarme cómo escribir una nota, fueron mis primeros maestros. El señor César Meneses me abrió los micrófonos y así inició mi aventura radiofónica deportiva”. Tras un tiempo considerable en la radio fue invitado a formar parte del periódico El Mundo de Cancún -ya extinto-, de la familia Arroniz, como rePor ningún motivo dejes de ser periodista I
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portero de deportes. Ya tenía experiencia y sabía de qué se trataba. Ahí, el jefe de fotografía le impartió cursos sobre fotoperiodismo, el revelado, la impresión de las imágenes en blanco y negro. Aprendió lo que es la prensa escrita, conoció la forma en que se hacían los periódicos en aquel entonces, de manera casi artesanal, armándolos a través de recortes, y se recibía el material nacional e internacional a través de los télex. “Fue una etapa maravillosa”, recapitula. Aunque el destino le tenía preparada una aventura inigualable, que sin duda terminaría por forjar el tesón con el que habría de dedicarse a la actividad periodística. El 1 de enero de 1994 amaneció con la noticia internacional de un levantamiento armado en Chiapas, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) había salido a la luz pública, declarándole la guerra al gobierno de México.
En el alzamiento zapatista
“Nos enviaron a Chiapas a Renán Castro y a mí a cubrir la rebelión armada, cinco días después de iniciada. Me tomó por sorpresa, pero nos fuimos. La pasamos muy mal. Imagínate un reportero deportivo y otro político en un conflicto armado. Nunca encontramos a Marcos, como pretendíamos, y nos asaltaron los zapatistas. A la semana regresamos, pero eso sí, nos recibieron como héroes, pues habíamos sido los únicos reporteros de Quintana Roo que fuimos hasta Chiapas para cubrir el evento”. Cuando El Mundo de Cancún cerró sus puertas, ingresó al Diario de Quintana Roo, donde permaneció sólo unos meses, ya que “Renán me llamó para trabajar con ellos en el Por Esto! Quintana Roo, al igual que a Lizandro Coronado. Ahí comenzamos una nueva etapa, donde se te exigía y se te enseñaba; ahí comencé a elaborar notas generales. La vida me ha sonreído, he contado con buenos amigos y gente que ha tenido la paciencia para enseñarme”. Muchos de los reportajes que hicieron ahí causaron bastante escozor, incluso a nivel nacional, y el medio de comunicación fue tomado como referencia, por lo que se decidió ya no firmar las notas principales, que se acreditaban a “La Redacción”. Un reportaje sobre la llamada Casa Magna en Sian Ka’an, propiedad del difunto narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria, y varias denuncias fuertes contra el crimen organizado, son algunos ejemplos. “Me salí del Por Esto!, por temor y me refugié brevemente en Novedades, ya que después regresé al Diario de Quintana Roo. Ahí laboré otros cuatro años, hasta que recibí invitación de Julio César Silva* para integrarme al Diario de Yucatán, donde viví otra etapa maravillosa porque ahí constantemente nos daban cursos y nos pulían para ser mejores. Ahí fue un crecimiento profesional y personal en todos los sentidos”. Además, durante un tiempo pudo combinar su labor escrita con la radio, realizando enlaces noticiosos y también estaba en un programa de corte romántico.
Denuncias ciudadanas
En el momento de la debacle del Diario de Yucatán en Quintana Roo decidió salirse e ingresó a trabajar con Oscar Cadena en el programa Cancunámomos, donde realizaba denuncias ciudadanas infraganti. Duró un año 208
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en esa actividad y por invitación de Víctor Flores se sumó al equipo del Quequi. Ahí inició su sección Ciudad desnuda, un trabajo que realizó por tres años y contribuyó al aumento de circulación del diario. Allí, siguió trabajando dos años más en el medio como reportero general, pero su “olfato periodístico” le permitió plantear una nueva En plena actividad en Haití. propuesta: cubrir eventos en universidades y escuelas. Terminado su ciclo, decidió sumarse al periódico Respuesta, que se edita en Playa del Carmen, y queda como coordinador en Cancún, donde pasado un tiempo, debido a una serie de cambios internos quedó fuera de la empresa. Regresó al Quequi pero ya no encajaba, por la modernización y nuevos proyectos de la empresa, por lo que aceptó una invitación de Martín Iglesias para sumarse al Diario Imagen, donde actualmente se desenvuelve profesionalmente.
Cómo y por qué nace la idea de ayudar
En su andar periodístico se dio cuenta de la tardanza en el arribo de los servicios médicos a los lugares de los accidentes, por lo que por decidió tomar un curso de primeros auxilios en la Cruz Roja, y posteriormente los apoyaba. Los de Protección Civil lo invitaron a tomar más cursos, que gustosamente aceptó, y fue creciendo su satisfacción por ayudar a los ciudadanos. En el 2005, cuando se realizaban los trabajos de construcción de la Gran Plaza de Cancún, del empresario Eduardo Solís Preciat, una parte de la estructura del edificio se vino abajo, al parecer por excesiva carga, y provocó la muerte de dos trabajadores. Ahí se presentó Alberto Aguilar a cubrir la nota, y vio a unos tipos de overol rojo, con un perro. Sorprendido, se les acercó y les preguntó su oficio y la respuesta fue: “somos Topos”. “Pensé en ese momento que habían llegado a bordo de un avión especial, como pasa en las películas, pero no fue así. Después me enteré que había un grupo aquí en Cancún, que entrenaban, que eran pocos pero se preparan continuamente. Entonces decidí hablar con el comandante para incorporarme, y fui aceptado tras una serie de pruebas. “Al entrar a formar parte de los Topos se me cayó la venda porque siempre pensé que el rescatismo sólo se llevaba a cabo en accidentes, choques o desastres naturales. Y no sólo participaban a nivel nacional si no internacional. Eso me sorprendió. La primera misión a la que asistí fue a Chiapas, tras el paso del huracán ‘Stan y después nos pegó aquí ‘Wilma’”. Tras esas experiencias se dio cuenta de que le fascinaba el rescatismo, y se dijo: “wow, es lo que quiero ser”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Haití, fresco en su memoria
Sin duda la experiencia que marcó su vida, por los recuerdos de vivencias que mantiene frescas en su memoria y que le permitieron adoptar una visión diferente de la vida, fue cuando acudió a brindar auxilio luego del terremoto que sufrió Haití en el año 2010. Refresca, en primer lugar, la odisea en busca de apoyo para transportarse al Siempre listo para ayudar. país devastado. “Las autoridades nos negaron el apoyo. Y acudimos a Cáritas, que preside monseñor Pedro Pablo Elizondo. Ahí mismo, en su oficina, le habló al empresario hotelero Fernando García Zalvidea (QEPD) para solicitarle su ayuda. Generoso y altruista como fue siempre en su vida, nos puso su propio avión para trasladarnos al país caribeño. Una escena dantesca, muertos y escombros por doquier. “Llegamos al aeropuerto y tuvimos que caminar cinco kilómetros para llegar al campamento de Cáritas en Puerto Príncipe. Desolación y llanto por todas partes. En el camino mi vista se posó en una niña que estaba junto a su madre, pero era una mujer que ya estaba muerta, y nadie se había percatado, todos estaban en shock. Entraba la noche y la pequeña se acurrucaba al cadáver, que ya estaba inflado. Eso me pegó mucho y mis lágrimas salieron. Un compañero Topo me dijo ‘tranquilo, porque vas a ver cosas peores’, y eso fue bien cierto. “Entre otras cosas, vimos un perro comiéndose el cadáver de un bebé, al que nosotros correteamos y decidimos envolver el cuerpo y enterrarlo entre los escombros y la monja que iba con nosotros rezó una plegaria. Me estrujó el corazón”. Durante ocho días se entregaron al máximo con picos y palas logrando diversas acciones benéficas, venciendo la barrera del idioma para ayudar. Por los protocolos de la ONU (Organización de Naciones Unidas), tuvieron que dejar el país y regresar a México, donde tuvieron un recibimiento inolvidable por parte de familiares y amigos.
Reconocimiento
A principios de febrero de ese año fueron notificados por la Presidencia de la República de México que recibirían un homenaje en la Cámara de Senadores por la ayuda brindada en Haití. A cada uno de los ocho Topos de Cancún les fue entregada la Medalla al Valor por el mismísimo presidente Felipe Calderón, quien llegó de sorpresa al recinto, y también fueron conducidos a un sitio donde está el Libro Dorado, que guarda los nombres que han puesto a México en alto, donde asentaron sus nombres y huellas digitales. 210
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“Soy un afortunado en ayudar, no soy héroe por todo lo que he hecho, soy sólo un Topo, es una pasión que me llena y me satisface, después del periodismo”. Además, tras pasar una serie de exámenes, los Topos de Quintana Roo han nombrado a Alberto Aguilar Cárdenas como su representante en Amnistía Internacional, un movimiento global que defiende los derechos humanos y promueve el altruismo. Asistió a Indonesia tras sufrir un devastador tsunami, a donde llegó con la bandera de los Topos en una mano y en la otra la de Amnistía Internacional, como un embajador de la paz y el altruismo. “Una experiencia y una responsabilidad enormes”, afirma. Salazar Cárdenas tiene en mente realizar ahora sus estudios en ciencias de la comunicación, en octubre de 2014 se recibió como Técnico en Urgencias Médicas y diplomado en Protección Civil.
* Nicolás Durán de la Sierra. Su mundo son las letras, en la página 70 de este libro * Julio César Silva Cetina. Mirando desde su Palco, en la página 87 de este libro
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Ricardo Méndez
Periodismo en el ojo del huracán
Su empeño y profesionalismo le valieron sobresalir como uno de los mejores reporteros de investigación en Quintana Roo, labor que lo llevó a ganar un Premio Estatal en 1997, aunque admite que ingresó al medio por necesidad y no por vocación
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l campechano Ricardo Gabriel Méndez Huicab es uno de los reporteros de investigaciones especiales en este polo turístico, y varios de sus trabajos causaron escozor entre los involucrados; por mencionar algunos, la inversión del expresidente Carlos Salinas de Gortari en Cancún, a través de su cuñado Luis Yáñez de la Barrera; el incesto en una secta religiosa; las prácticas irregulares en la congregación religiosa La Luz del Mundo y en La Casita, por el caso de sustracción de infantes, a través de la secta La Sagrada Familia. Sus trabajos han sido resaltados en los diversos medios en los que ha laborado; Méndez Huicab se formó en las redacciones. Fue en las calles donde agudizó el olfato periodístico y su perseverancia. Aprendió a no conformarse con la nota de la rueda de prensa o entrevista de banqueta, lo que lo ha llevado a destacar en el gremio. En 1997 ganó el Premio Estatal de Periodismo, reconocimiento que luce en la sala de su casa. Nació el 11 de septiembre de 1968. Es el menor de los cinco hijos de la pareja conformada por Domingo Ramón Méndez Ramayo y Ada María Huicab, cuatro varones y una mujer, Manuela, la mayor, (QEPD). Se sincera: “Yo fui muy rebelde, mis papás trabajaban, y por consiguiente casi siempre estábamos en la calle. Pasé una infancia muy difícil, pero gracias a muchas carencias, ahora valoro las cosas que he logrado y obtenido a lo largo de mi vida”.
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Tres carreras truncas
Después de culminar su bachillerato, estudió tres carreras que dejó truncas: La primera: al ser su papá un trabajador de planta de Pemex, decidió estudiar ingeniería petroquímica en Ciudad del Carmen, Campeche; en la Unacar, pero por no ser nativo de ese municipio carmelita, aunado a su carácter rebelde, se enfrentó a unos pandilleros que lo asaltaron y lo mandaron al hospital. Perdió el ciclo escolar y lo regresaron a la capital campechana. El segundo intento: ingresó a la Universidad Autónoma de Campeche (UAC) para instruirse en ingeniería civil. A la vez que estudiaba, ya laboraba para solventarse sus Con Miguel “Ojitos” Meza. estudios en la Secretaría de Programación y Presupuesto (SSP), donde tenía un horario de 7 de la mañana a 13 horas, entraba a la escuela a las 2 de la tarde y salía a las 10 de la noche. Al llegar a casa tenía que realizar sus tareas, que casi siempre terminaba alrededor de las 3 de la madrugada. Dormía poco, era demasiado agotador, pero aun así continuó hasta que un día decidió pedirles apoyo a sus padres: “O dejo la escuela o dejo el trabajo”, les dijo, para poder continuar estudiando. No recibió el soporte. Lo intentó, pero al final acabó reprobando sus materias de dibujo. La tercera es la vencida, dice un adagio popular, por lo que comenzó a estudiar comunicaciones marítimas, pero “ahí lo que me saca de la carrera fue algo más agradable, un poco más complicado, pero más agradable: mi novia se embaraza y en esos tiempos los papás te decían: ‘o terminas o te pones a trabajar’, entonces las circunstancias fueron muy difíciles”.
Llega a Cancún en el año 1991
Su consanguínea, que ya se le ha adelantado en el camino, le extendió la mano. “Mi hermana me ofreció vivir con ella en Cancún en el año 1991. Pero no creas que venía con un trabajo asegurado, no; tenía que buscar empleo”. Fue así como Méndez Huicab llegó a este polo turístico, solo, su pareja estaba encinta y decidió primero tener algo seguro para poder traerla; pasaron tres meses y no hallaba un empleo. Su hermana, directora de Novedades de Quintana Roo en aquel entonces, decidió apoyarlo contratándolo como secretario de redacción. Era un puesto “de ‘hueso’, el que hacía cabezas, el que bajaba los cables informativos, esperaba los resultados de los partidos de beisbol, hasta ir por los refrescos, Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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tenía que ir a buscar los cafés”. Relata: “A mí no me nace la espinita del periodismo, yo fui totalmente improvisado por la necesidad de hallar trabajo y por la primogénita que esperaba, y mi hermana sabiamente me inició en un puesto bajo, para aprender todo el proceso de una redacción, de un periódico, de cómo se elaboraban las noticias”. A los tres meses de estar trabajando en el “periódico que nació con el estado”, prácticamente luego de medio año de estar en Cancún, su ángel de la guarda fue enviada a trabajar en Novedades de Campeche. “Ya que tuve trabajo vino mi esposa, pero al sexto mes mi hermana se fue y me dejó, afortunadamente con trabajo en Novedades, donde pude crecer”.
De secretario a reportero
En el medio de comunicación donde inició su vida laboral periodística trabajó como secretario de redacción, esquemador, reportero de deportes y de policía. Pero sufrió una historia de castigo, al tomar parte en una manifestación que se conoció en aquel entonces como “la guerra de papel”, entre el entonces gobernador Miguel Borge Martín y el decano periodista Lorenzo Pacheco*. “No les gustó que yo apoyara una manifestación y me pusieron entre la espada y la pared, y me mandaron a cubrir las notas más importantes de Chiquilá y cuando regresé, renuncié y me fui a un periódico que se llamó Péndulo, proyecto que fracasó por muchas razones que no vale la pena mencionar”. Pero el hecho no lo amilanó, sino que lo tomó sabiamente. “Me tomo un descanso de dos meses y me voy a Campeche; ahí, mi hermana estaba coordinando la vocería del Gobierno del Estado y me llamó para la campaña política del entonces candidato Antonio González Curi, quien iba para gobernador, y me dijo que yo coordinara la fotografía. “Ahí me hice de otro grupo de amigos, y aunque González Curi ganó la gubernatura yo siempre dije que no iba a quedarme, que sólo venía a descansar, así que terminé regresando a Cancún, pero con el apoyo del gobernador de Campeche, para abrir una revista deportiva, que al final fracasa”. Ese episodio marca un parteaguas de la vida periodística de Ricardo Méndez, entre el antes y el después, el no ser nadie y el ser reconocido.
Investigaciones especiales
“Ingresé al Por Esto! y luego de un corto tiempo me dieron la oportunidad de ser reportero de investigación, un trabajo difícil, pero era una oportunidad que debía aprovechar. Es muy fácil criticar pero muy difícil llegar al fondo de las cosas, lo más importante es la documentación, la que no tiene vuelta atrás, la que no puede decir ‘no, yo no lo dije’, pero ahí está escrito y firmado. “El primer trabajo de investigación que me dio Renán Castro, como jefe de información del Por Esto!, fue vincular las inversiones de Carlos Salinas de Gortari en Quintana Roo: lo logré. Encontré un hilito que jalé y pude comprobar que era a través de su cuñado Luis Yáñez de la Barrera, y con 214
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documentos, hallé la firma del cuñado y ahí encontramos la hebra de esa nota, la que le dio muchas portadas a ese medio de comunicación”. El hecho de ser constante en las principales portadas de ese periódico llamó la atención de otros directores de medios. Y a los ocho meses de laborar Ricardo Méndez junto a dos Hugos, Sánchez y Zúñiga. en el Por Esto! recibió una invitación de La Crónica de Cancún para adherirse a sus filas. “Primero -confiesa-, intenté por todos los medio quedarme en el medio que había confiado en mí; hablé con los responsables y les dije: ‘no me dupliques el sueldo, que no estábamos hablando de la misma cantidad, sólo auméntame algo’, pero lamentablemente no fue así, no había presupuesto o por x o por y, no fue posible. “Tomé la decisión de entrar a La Crónica pero me dijeron que al día siguiente me incorporara con ellos, y yo hasta ese momento escribía en el Por Esto! Entonces, ya trabajando en La Crónica, la portada del Por Esto!, de aquel día era mía. Esa tarde, cuando todavía salió la portada del Por Esto! con mi nombre, llegó Jaime Vargas, responsable de ese medio, y sin preguntar, como es su costumbre y sin voltear a ver la redacción, subió corriendo las escaleras, gritando: ‘¡Que Ricardo venga a verme a la oficina!’ y le respondió el reportero Rafael Martínez: ‘¡Nada más que le vayas a llamar a La Crónica, hermano!’, y todos en la redacción se murieron de la risa”. En la extinta Crónica de Cancún ganó más experiencia. Ahí se dedicó de lleno a las investigaciones especiales. “Descubrí a una familia que tenía sectas aquí en Cancún, La Luz del Mundo, encontré que mantenían prácticas nocivas, incestos, daban miedo, y se presentó a la redacción toda una familia, esposo, mujer y como nueve hijos, todos de blanco y había niños en brazos y pues, la verdad, ¿cuándo ves a un niño tranquilo?, sólo cuando está enfermo o cuando no puede, porque la falla de alguna facultad mental no se lo permite, y no, los hijos de esa familia estaban todos callados, en silencio. Esta nota causó varias manifestaciones, una de ellas en la redacción y otra en el Instituto Nacional de Migración (INM), donde gente que sabía de las prácticas de estas personas pedían que fueran detenidas. Finalmente Gobernación tomó una salomónica decisión: expulsarlos del país, situación que fue publicada en medios tanto locales como nacionales. Recuerdo muy bien que la cosa se puso peligrosa, si no que lo platique Gloria Palma, a quien tuvieron que ponerle escolta, luego de que fanáticos la comenzaron a seguir a todas horas del día, incluso en la madrugada. “A mí también me siguieron, pero la verdad no me daba miedo, bueno, hasta que comenzaron a pasar cosas en mi domicilio; primero se metieron, Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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revolvieron todo, se llevaron documentos y negativos fotográficos, pero no paró ahí la cosa, pues dejaban montículos de tierra en la entrada de mi casa, como una especie de brujería, y para colmo comenzamos a ver animales mutilados, vivos, pero sin alguna de sus extremidades, y no era sólo uno. En fin, nosotros Premio Estatal de Periodismo en 1997. lo que hicimos fue encomendarnos a Dios y seguir nuestra vida. Casualmente todo se terminó cuando expulsaron a esa gente de México”.
Premio Estatal de Periodismo
Pronto llegó otro escándalo por una investigación sobre la secta La Familia, que surgió de una nota común y corriente que se fue engrandeciendo conforme llegaron a la redacción testimonios de víctimas de las prácticas irregulares que ahí realizaban. Ese trabajo lo llevó a obtener en 1997 el Premio Estatal de Periodismo. El galardón también le significó un cambio de medio. Regresó a donde había iniciado su labor periodística, como periodista investigador. Y no pasó mucho tiempo cuando surgió la oportunidad de ser jefe de información. Cumplió con creces esa labor y desde esa fecha ha fungido con ese cargo en los diversos medios a los que ha sido invitado después. “La segunda ocasión que trabajé en Novedades fue muy buena, hicimos mucha bulla periodística, crónicas, reportajes, entrevistas, y sobre todo, noticias; se ganaron muchos premios, fue muy chingón”. Del Novedades de Quintana Roo pasó a formar parte de la sucursal del Reforma en Cancún, conocida como Cancún. Voz del Caribe, donde también dejó una huella profunda por su investigación del albergue infantil La Casita, que acarreaba varias denuncias por sustracción de infantes, publicación que incluso derivó en el cierre del acceso a la zona hotelera por una manifestación en apoyo a la polémica organización. Con el paso del huracán “Wilma”, en el 2005, el medio impreso decidió cerrar sus puertas, pero el trabajo realizado por Ricardo Méndez no pasó desapercibido, por lo que Enfoque Radio lo llamó para integrarse a sus filas y desde ahí sigue apoyando y enseñando a las nuevas generaciones de periodistas. Su familia, compuesta por su esposa Blanca y sus hijos Christian Alejandra y Abraham Gabriel, ha sido el motor principal de su superación personal y profesional, que le ha permitido dejar huella en el medio periodístico. Indudablemente son muchas las anécdotas que ha vivido a lo largo de su andar en los medios, como las peripecias que vivió junto con otros compañeros durante el rescate de unas personas que fallecieron al estrellarse una 216
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avioneta, incendios forestales, varios huracanes, manifestaciones con gases lacrimógenos y demás situaciones que, afirma, han hecho su vida “muy interesante”. “En Novedades un día casi se nos quema el trasero al fotógrafo Tomás Álvarez*, al reportero Alberto Núñez y a mí; fuimos a un incendio y se nos terminó el camino. Tomamos las fotos de una palapa que fue alcanzada por las llamas, y no nos dimos cuenta de que el viento había cambiado y que otro frente de incendio ya nos había alcanzado, eran las tres de la tarde y el humo no nos dejaba ver nada. El calor era infernal. Así que tomé el volante y nos introdujimos al camino que en ese momento era devorado por las llamas, no había otra forma de salir, y pues luego de algunos minutos, que nos parecieron eternos, pudimos salir. El volcho quedó inservible, se le quemaron los neumáticos y se le voló el cárter, se desbieló, pero seguimos vivos”. Apasionado del futbol y de la pesca, Ricardo Méndez admite sentir nostalgia de su trabajo como reportero de calle: “extraño mucho el contacto con la gente”, pero ahora está cumpliendo, como siempre lo ha hecho, con profesionalismo y entrega su labor de jefe de redacción de Enfoque Radio.
* Lorenzo Pacheco. Más de medio siglo en la trinchera, en la página 43 de este libro * Tomás Álvarez. Con el arte en sus genes, en la página 38 de este libro
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Jonathann Estrada Ser periodista no es sencillo
Cancún Channel & Radio es un innovador proyecto que integra medios impresos, redes sociales, radio y televisión por internet, que lanzó el presidente del Grupo Contrapunto, quien trocó el camino de la política por el periodismo, en el que se ha forjado una exitosa carrera, tras concluir sus estudios de psicología y una maestría en programación neurolingüística
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l regresar a Cancún, ya David Jonathann Estrada Castillo tiene estudios de psicología y una maestría en programación neurolingüística. Sus principios en la sociedad son políticos pero su esencia siempre ha sido periodística, oficio en el que se profesionalizó. “El periodismo es algo que siempre me ha gustado, desde que tengo uso de razón; componer, escribir pensamientos, poemas, comedias, cuentos, es algo que tengo en la sangre. Tuve la oportunidad de estudiar psicología y, al paso de los años, de escribir en el diario La Crónica de Cancún. Esa fue mi escuela porque ahí aprendí de los mejores y al paso del tiempo el escribir se hizo hacer parte de mis hábitos y con suerte y esfuerzo lo he podido desarrollar en el ámbito profesional”. Desde 1995 fue columnista en La Crónica de Cancún, colaborador editorial del noticiero de Radio Turquesa, co-conductor del programa Desde el Café, editorialista en los periódicos Diario de Quintana Roo, Justo Medio, Quequi y Respuesta, así como director editorial del ya desaparecido diario El Quintanarroense. Es presidente del Grupo Contrapunto, que conjunta medios impresos -con el semanario Contrapunto y las revistas Máax y Happening- y electrónicos con Cancún Channel & Radio, un proyecto innovador, con tecnología de 218
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punta, que se hace presente en la red de redes con programación propia las 24 horas en www.cancunchannel.tv; así como con su propia app para smartphones, tablets y SmartTV; además de la agencia informativa Contrapunto Noticias, que difunde a lo largo de todo el día la información más relevante, tanto en su página web www.contrapuntoPrincipios políticos y esencia periodística. noticias.com, como a través de las redes sociales más importantes. Además, conduce el programa de opinión Contrapunto Radio, que va por su tercer año y se transmite por el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS) y Radio Cultural Ayuntamiento. Además, este año puso en marcha su portal personal, www.jonathannestrada.com, donde da conocer sus opiniones personales sobre temas políticos.
Contrapunto, producto del esfuerzo
Todo lo que ha conseguido es producto del esfuerzo, el inicio fue titubeante, fueron largas noches de desvelo y noches de reflexión. “En el trayecto de esta lucha por hacer crecer Contrapunto, por crecer profesionalmente, de alguna manera perdí un matrimonio, pero también me ha dado la oportunidad de volver a encontrar otra pareja maravillosa, por ello nada es más fructífero y reconfortante que conocer la sabiduría del tiempo”. Inició Contrapunto por recomendación de Jorge González Durán*, “sus palabras me convencieron de que yo era capaz de hacer mi propio periódico y dirigirlo yo mismo”. Los recuerdos de los difíciles primeros tiempos hoy le arrancan una sonrisa: “En un principio sólo teníamos una computadora para hacer el periódico y teníamos que salir a un café internet para descargar la información que nos enviaban, después enviar la edición terminada de la misma forma o ‘quemarla’ en CD -disco compacto- para llevarla a impresión. “En muchas ocasiones se sobrecalentaba la máquina donde se formaba, y se bloqueaba, por lo que teníamos que empezar de nuevo. Invertí todos mis ahorros, incluso llegué a deshacerme de las pocas pertenencias con las que contaba porque tenía fe en mi proyecto. En el camino de Contrapunto me encontré a Francisco Cervera ‘Pico de Gallo’, con quien escribía, formaba y distribuía el periódico, eran tiempos muy difíciles, de trabajo pesado, pero al final todo tiene su recompensa. “Hoy, Contrapunto, a 14 años de haberlo fundado es reconocido, pero pocos saben la historia detrás de ello, por lo que me siento orgulloso de haber logrado su estabilidad y su crecimiento. Ya se ha dicho mucho que ser periodista no es sencillo. Yo siempre he pensado que ser lo que sea o quien sea no es cosa fácil. Lo cierto es que cualquier cosa que quieras ser te será más Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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fácil si amas lo que haces y por muy complicado que sea nada te resultará difícil. Hay que ser paciente para conseguir llegar a la meta, resistente para no claudicar y persistente para continuar avanzando y forjarse nuevos objetivos”. Hombre fuerte, valiente y bien relacionado, con muchos amigos y conocidos, muchas amigas también, pero cree que uno de los grandes riesgos de cualquier figura pública es el parecer para los demás alguien que realmente no es. “Me han robado, defraudado y traicionado, pero ninguna de esas circunstancias se han sobrepuesto a otras más importantes como el haber hallado a una mujer maravillosa, compañeros de trabajo que nos resJoven emprendedor. petamos y admiramos, amigos que velan por mí como yo por ellos, hijos que respetan y aman a su prójimo, negocios que dan frutos, salud y fortaleza”.
Lucha y esfuerzo
Estrada Castillo se define como alguien alegre, desenfadado, exitoso, sin tapujos de índole alguna, es un hombre que siempre desempeñó un espíritu de crecimiento en su vida. Su desarrollo humano tuvo muchas vertientes. Es hijo de una familia que cruzó por muchas fronteras de la vida. Su familia pobre lo vio crecer en un ambiente de lucha y esfuerzo, su madre fue su bastión; su tío abuelo fue su modelo y Cancún fue su cuna, su nicho, su mejor aprendizaje. Jonathann viene de una cultura de costumbres morales como las de las familias de buena educación y principios recatados, pero su influencia ariana lo representa en su preponderante forma de vislumbrar la vida de manera extrovertida, osada y próspera. Es un hombre que controla sus múltiples pasiones desbordadas. No es moralista pero considera la moral como un baluarte y la educación como un elemento fundamental en el buen vivir. Fue “niño de la calle” de los 13 a los 16 años, en Cancún, y salió adelante por el deseo de ser una persona digna y por los principios que su madre le inculcó. David Jonathann no es quizás un modelo a seguir, pero bien podría ser un buen amigo y un excelente aliado. “Provengo de una familia michoacana. La familia Estrada -según cuentan los más ancianos que aún viven-, procedemos de una familia de adinerados usureros que habían hecho una fortuna con el negocio de préstamos y que 220
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en la Revolución, cuando Zapata y Villa, tuvo que cambiar el verdadero apellido que tenía mi tatarabuelo -originalmente se apellidaba Bernabé- para esconder su identidad de los revolucionarios y adoptó el apellido Estrada”, relata. Nació el 9 de abril de 1976 en Acapulco, Guerrero; es hijo de Ana María Castillo Alcalá y Ernesto Estrada Arreola, quienes se conocieron en la Ciudad de México y contraCon su hermana Jacqueline. jeron nupcias en 1967; tiene tres hermanas -Janet, Jacqueline y Maritza- y un hermano -Ernesto-. Aunque “podría decir que yo tuve tres padres: el biológico, mi abuelo materno y mi tío abuelo. El biológico tuvo la desgracia de quedar huérfano de madre a muy temprana edad y se casó con mi madre muy joven. Nunca supo afrontar grandes responsabilidades, aunque las llegó a tener, como el ser padre de cinco hijos. Nos abandonó a todos desde que yo tenía ocho años y dejó a su suerte a mi madre, quien nos trajo a Cancún en los años 80, cuando Cancún era tierra de oportunidades y apogeo. “Mi abuelo materno, David Castillo Raya, se unió a mi familia cuando vio la separación de mis padres y fue el apoyo masculino de mi madre para cuidarnos. Él siempre fue alcohólico pero era un viejo trabajador y muy bragado. Filósofo popular y muy valiente. Aprendí muchas cosas de él, hasta que murió cuando yo tenía 15 años de edad. Años antes había caído en desgracia pero se recuperó con valentía para recibir con honor la santa muerte. “El que me inspira, mi tío abuelo, Raymundo Estrada Martínez, es también mi padrino de bautizo y maestro de bel canto. En los registros de mi memoria siempre ha estado entre nosotros pero es a los 16 años cuando él me adopta. Vivió toda su vida en el DF (Distrito Federal, hoy Ciudad de México). Un hombre bondadoso, generoso y humanista. De carácter recio y castrense pero ‘corazón de pollo’. Siempre tuvo palabras, dinero y atención para quien lo necesitara”.
Sueños cumplidos
Además “he cumplido muchos sueños que tenía desde muy niño; por ejemplo, siempre soñé con dar a mis hijos todo lo que les pueda ayudar a ser buenas personas, y más allá de la educación humana y moral también me refiero a algunas cosas materiales que son fundamentales, como poder pagar una buena escuela, pues desafortunadamente no cualquiera tiene ese acceso, esa es una de las satisfacciones muy importantes. Otra en lo personal es el poder recorrer el mundo; he tenido la oportunidad de viajar por varios lugares gracias a que he hecho una buena administración en la empresa y así he podido destinar algunos fondos para darme ese lujo”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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También desea que se le recuerde como un gran periodista, el mejor, “ese es uno de mis grandes objetivos. Yo me considero un periodista con mucha ética y suficiente solvencia moral y social para poder decir las cosas y además con buenas fuentes para poder informar a la ciudadanía”. Además, él se ha aventurado en el mundo de los negocios de la vida nocturna, como un apasionado de las fiestas, como una manera de distraerse un poco de todo el estrés que conlleva su vida profesional. El Bar de Moe, We Social Club, Happening Night Club y La Finiquera fueron algunos de sus exitosos proyectos, que cumplieron su ciclo, y siempre se caracterizaron por el compañerismo y la entrega de sus empleados, quienes eran considerados como de la familia. Esa es precisamente la visión que procura permear entre el personal de todas sus empresas: “Todos juntos como uno valoramos, cuidamos y protegemos nuestro trabajo como lo que es: nuestra mina de oro. Todos venimos de la cultura del esfuerzo y todos buscamos lo mismo, finalmente. Y los estímulos para seguir creciendo son mis hijos, Celeste y Jonathín; mi esposa Alondra, mi familia y principalmente mi equipo de trabajo, los que componen el Grupo Contrapunto”.
* Jorge González Durán. Moriré siendo reportero, en la página 28 de este libro
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Esteban Torres Estrella por mérito propio
Una personalidad destacada similar a los integrantes del mundo de la élite al que ha dedicado su trayectoria profesional, a 20 años de haber incursionado en los medios de Cancún. Un consejo materno lo decidió a estudiar periodismo, ya que estuvo a punto de dedicarse a la medicina
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steban Torres Pérez es originario de la Ciudad de México, donde nació el 16 de octubre de 1967. Estudió la licenciatura de ciencias de la comunicación en la UNAM por recomendación de su mamá, Lucía. A un día de firmar su pase automático en la universidad para estudiar la carrera de medicina, con la intención de llegar a ser un cirujano plástico, porque le atraían las “manitas de gato” que se realizan las celebridades para verse mejor, le dijo: “Creo que lo mejor que puedes hacer es estudiar periodismo porque te gusta andar por todos lados, seguramente te gustaría viajar y conocer otros lugares, gente, artistas”. Esas palabras sabias de madre fueron escuchadas y México perdió seguramente un gran médico pero ganó un magnífico reportero de sociales. Durante la entrevista fue saludado por no menos del 80 por ciento de la gente que pasó al lado, hecho que lo confirma, Esteban es una persona muy conocida y muy apreciada por los cancunenses, pues con su calidad humana, su don de gente y su humildad se ha ganado un buen lugar en la sociedad. Asegura que siempre quiso laborar en el área de sociales, de las relaciones públicas, muy vinculado al aspecto humano de la sociedad, ser un observador de ella sin llegar a ser un personaje central.
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Más amigas que amigos
La niñez de Esteban Torres se desarrolló “muy entre mujeres, en mi grupo de amistades era más fuerte el de mujeres que el de hombres, desde ahí conocí el mundo de las féminas y me gustó muchísimo porque me sentía como pez en el agua oyéndolas, platicando, etcétera. Después, en mi adolescencia se me acercaron muchos chavos como amigos, pero era con el fin de que les presentara a todas mis amigas. Y realmente en el área de sociales las mujeres son más divertidas, platicando de modas y todo lo que ocurre en la sociedad”. Desde sus años de formación escolar siempre buscó la forma de ir más allá. Su primera entrevista Con Celia Cruz (QEPD). a una gran actriz fue a Pilar Pellicer: “Tenía una atracción especial por ella, se me hacía una mujer interesante, poco explotada y sostuve una plática con ella muy interesante, como parte de mis últimos trabajos en la universidad”, dice. También recuerda con cariño a Juan Carlos Torres, el compañero con quien narró su primera crónica deportiva y de color en el centro histórico de la Ciudad de México.
Cancún, un sueño y un pequeño amor
Su arribo a este polo turístico se dio en 1996, “un 3 de febrero, lo tengo bien presente. Hay dos fechas que marcan a la gente que llega a Cancún, su cumpleaños y el día que llegaron porque están convencidos y satisfechos con una nueva vida. “Había una vez un pequeño amor que me trajo hasta acá, pero también debo decirte que fue como el pretexto perfecto para cumplir un deseo de infancia y de adolescencia, de vivir junto al mar y lejos del Distrito Federal (hoy Ciudad de México). Mi relación fue de alrededor de año y medio, pero yo ya tenía decidido quedarme a vivir en este paradisiaco lugar. “Elegir sentar raíces aquí ha sido mi mejor decisión, pero a la vez se sacrifica mucho porque el resto de la familia está lejos, aunque también he ganado muchas amistades, me he labrado un nombre, una trayectoria, una reputación, pero sobre todo he ganado una experiencia que en otro lugar no hubiera sido tan satisfactoria, ni tan padre”. A los tres días de haber llegado a Cancún le dijeron de una vacante que existía en el periódico Novedades de Quintana Roo, una reportera había salido de incapacidad en los días previos a las elecciones locales que hubo ese año. “Ellos necesitaban reportero y yo necesitaba la chamba y dije ‘de aquí me agarro’, y tanta fue mi tenacidad que la primera nota que cubrí fueron 224
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los comicios donde quedó electo como alcalde Rafael Lara Lara”. Así pues, su primera nota redactada y publicada en Cancún fue de política. Su primer trabajo lo convenció de que todo se puede, ya que después de ello cubrió varias fuentes, menos la que él quería: sociales. “Cubrí áreas que nunca imaginé hacer pero lo cumplí preparándome e informándome para sacar la información que necesitaba”. Su carácter contribuyó Con sus padres, Lucía Pérez y Fausto Torres. a logar una buena química con los compañeros de los medios, y con todo y ser recién llegado a la ciudad y conocer a muy poca gente, se convirtió en el chofer de sus colegas en el vochito que la empresa les proporcionaba para salir a trabajar, y al final de la jornada lo apoyaban con sus encargos laborales.
Carisma, un gran bautizo
“Un domingo en la redacción me entregaron un texto que había llegado por fax para transcribirlo y me dijeron: ‘te lo tomamos como nota del día también’. Tras pasarlo a la computadora pregunté: ‘¿cómo se llama la columna?’ y me dijeron que le pusiera nombre y que era de Mara Lezama. Yo ya la había entrevistado para una sección de negocios y se me hizo una mujer con mucho carisma, por lo que inmediatamente lo relacioné y lo bauticé con ese nombre: Carisma. Y hasta hoy lleva ese nombre”. Pero en ese medio nunca pudo reportear completamente para el área de sociales; eventualmente lo hacía, pero esos trabajos no pasaron desapercibidos para otra gran periodista, Mariana Orea, quien en el momento menos pensado lo mandó a buscar para incorporarlo de lleno a la sección de sociales en La Crónica de Cancún, un diario que desapareció en el 2003. Ese evento marcó el inicio de Esteban Torres en el área de sociales en los medios de comunicación cancunenses, donde ha trabajado por 20 años: en la revista Cancunissimo en diferentes épocas, en el diario Cancún. Voz del Caribe, las revistas Brújula, Élite Magazine, y por más de ocho años mantuvo su columna semanal El Círculo en el desaparecido El Periódico. Realizó un proyecto para TV Azteca que se quedó en el tintero pero que posteriormente retomó para el Canal 10, donde estuvo al aire durante18 meses con el programa Al Límite; Javier Ugalde lo invitó para realizar cápsulas al final del noticiario de Radio Pirata y así marcó época con El Lavadero. En el 2014, además de laborar de nuevo para la revista Cancunissimo ha ingresado al Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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periodismo en las redes sociales, además de dedicarse a la coordinación de eventos. “Realmente aquí en Cancún es donde conozco los diferentes medios que existen, prensa escrita, radio y televisión”, confiesa.
Grandes satisfacciones
“Son muchas las satisfacciones que me ha dejado el periodismo, la primera, haber accedido a un mundo que para mí era visible a través de las revistas y la televisión. He conocido a mucha gente tan valiosa y tan interesante como Carolina Herrera, Oscar de la Renta, la familia Benetton, entre otros. Mi oficio me ha permitido viajar a varios países”. De sus anécdotas recuerda la época universitaria en la que estudiaba idiomas y el francés lo pasó porque la maestra le dijo un día, Buscando el mejor ángulo. al ver su desesperación los viernes para irse de pachanga y echar mucho relajo en el aula: “–¿Cuánto quieres sacar? “–Sólo quiero acreditar el idioma. “–Te lo acredito ahora, nos vemos el fin de año. “Cumplió mi deseo, pero cuando empecé a viajar el primer país que conocí fue Francia y ahí fue cuando pagué mi capricho porque en ese lugar sólo quieren hablar su idioma. Ahí me quedó de lección cuántas oportunidades se pierden cuando no se sabe aprovechar lo que se tiene y la moraleja es: lo que tienes que aprender, apréndelo porque no sabes en que momento de la vida lo puedes necesitar”. Vivió una aventura memorable en el concierto de Luciano Pavarotti en Chichén Itzá, en abril de 1997: “No había acceso para la prensa en la cena VIP, pero nosotros queríamos saber quiénes estaban presentes; en la entrada vi a Lupita D’Alessio y sé que ella es una mujer temperamental por lo que me acerqué, y cuando a ella no la dejaron pasar armó un relajo, yo aproveché ese momento para colarme diciendo: ‘va mi novia adelante’, y que me dejan pasar. Me beneficié con el temperamento de una artista para poder acceder a un evento de gala”, cuenta, riendo.
Por algo se empieza, ¿no?
Mientras estudiaba realizó sus pinitos en El Nacional, después entró a un banco para tener experiencia laboral y después en El Sol de México. Salió en octubre de la escuela y en mayo ya trabajaba. 226
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Recuerda que cuando trabajaba en el banco le dijo a su jefa: “Voy a tomarme mis vacaciones pero ya no regreso; ya tenía un cita con el jefe de sociales de El Sol de México, donde me pusieron a prueba una semana. Al regresar para entregar mi renuncia al banco les dije que ya se los había advertido. Y la jefa me preguntó: “–¿Y dónde vas a trabajar ahora? “–En El Sol de México, en sociales. “–Ahhh, por algo se empieza. “–No, no es así porque un reportero puede ser tan bueno en sociales como en cualquier área de la información, no voy a empezar por algo, sino que yo me quiero dedicar a eso. “–Perdón, no era para que te ofendieras. “–La información es muy seria en cualquiera de sus vertientes, y el área de sociales no es la sección donde empiezan los reporteros. “–Ahhh, bueno. Ok”. Para finalizar, remata: “Con el paso del tiempo te das cuenta que así es la vida, uno ha decidido un camino, por lo que debe profesionalizarlo y convertirlo en su verdadera vocación. Se equivocaron en hacer de menos al reportero de sociales, ni mucho menos es el principio de la carrera de un reportero. En el DF (hoy Ciudad de México) las revistas de sociales Caras y Quién se comen todo el mercado publicitario del país, y comercializan pura gente y las celebridades son ahora complemento del contenido; en Cancún no ha tenido el impacto que se merece, pero por ahí vamos”.
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Lino Sarmiento Ejemplo de perseverancia
Un día decidió tomar el camino de la superación personal y cursó la carrera de periodismo, oficio al que se ha entregado con pasión y dedicación; después de laborar como vendedor de bazar y guardia de seguridad
E
l desdén de una profesionista le hizo comprender que debía estudiar para ser alguien en la vida. Pasó de trabajar como vendedor de bazar y guardia de seguridad a concluir la licenciatura en periodismo; hoy, gracias a su constancia es un destacado editor, tras ejercer durante una década como reportero en varias fuentes, más en la policiaca. Su primera aventura fue en una revista de rock llamada Galería 21, después estuvo en TV UNAM y TV Azteca. Aquí en Cancún estuvo en Por Esto!, antes de ingresar a Novedades de Quintana Roo, donde sigue laborando. Lino Amado Sarmiento Flores es un periodista que disfruta el oficio de informar, de manera objetiva y veraz. Nació en la Ciudad de México, el 13 de septiembre de 1968 y es el sexto de 12 hijos de la pareja formada por David Sarmiento y Juana Flores, de Sinaloa y Guanajuato, respectivamente. Aunque de extracción humilde, pasó una infancia feliz. “Fuimos muy pobres, con muchas carencias, vivíamos en las faldas del Ajusco, en el bosque, en un jacal. Se carecía de los servicios elementales, pero ahí a los 11 años no entendía qué era ser pobre, estábamos todos unidos y para mí todo era normal, como traer agua de los ríos y la escasez de alimentación. “Éramos bastantes felices; entre mis hermanos y los que vivían en esa zona precarista, íbamos al río a nadar, a pescar, a explorar el bosque, de campamento, etcétera. Percibo la pobreza cuando empieza a llegar más gente a la colonia a bordo de automóviles. Se crean las diferencias sociales y me percato de ello”.
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Inocencia rota
La modernidad rompió con su inocencia, al darse cuenta de que la gente nueva que se integraba a su colonia tenía aparatos eléctricos, transporte y juguetes para los niños. Pero también se percató de algo que lo marcó para siempre y lo ayudó en su formación: “Mi padre era de muchos valores, iba a ser sacerdote y pertenecía al Movimiento Nacional Sinarquista, el antecedente de lo que fue el Partido Demócrata Mexicano. Tenía mucho valor y convicción y en una ocasión vio a su padre defender su pedazo de tierra, enfrentándose a unos sujetos armados. Se paró frente a ellos y les pidió que se retiraran y fue amenazado de muerte. Mi papá les dijo: ‘a mí me matan pero a mi familia no la dejan sin nada’, ofrendó su vida por nosotros pero afortunadamente llegó la policía y no pasó a mayores. “Él siempre nos decía: ‘ustedes tienen que dar la vida por su familia’; eso me marcó, aunado a un sinfín de enseñanzas, como el valor del trabajo, la honestidad y la rectitud. Eso ha contribuido en mi labor como periodista”. Al terminar la secundaria entró al Instituto Politécnico Nacional (IPN) a estudiar la preparatoria, pero no por iniciativa propia, si no por seguir al corazón. Ingresó a la Vocacional, que son las prepas del Politécnico, en la primera oportunidad. En la recta final una decepción amorosa y el fallecimiento de su padre lo llevaron a la depresión y abandonó los estudios. Por un tiempo se dedicó, al igual que sus hermanos, a la venta en los tianguis.
Seguridad, cumpleaños y “Gilberto”
“En marzo de 1988 decido venir a trabajar a Cancún, donde vive mi hermano desde 1980. Me desempeñé como guardia de seguridad en un hotel de la zona de playas en mi primer trabajo, pero desde el inicio, en el período de contratación, una vivencia me selló. Una chica entabló una plática amena conmigo mientras esperábamos turno para la entrevista final laboral, que era a puertas abiertas. Pasé primero y les dije mi nombre, mis estudios y el puesto que ocuparía, seguridad. “En su turno, ella pasó y dijo: ‘me llamo fulanita de tal, soy licenciada en administración de empresas y estoy por el puesto de asistente personal del director general del hotel’. Quedé sorprendido por el puesto al que aspiraba, y al salir quise de nuevo platicar con ella y ya no me dirigió la palabra. Empecé a laborar en el hotel; en alguna ocasión la vi llegar en su coche y me acerqué para abrirle la puerta y ni las gracias me dio. Nunca más me dirigió la palabra”. Ese episodio sirvió para que se percatara de que tenía que seguir estudiando, si quería ser alguien en la vida. Pero no le puso fecha, se lo dejó al tiempo… el tiempo llegó. “Mi hermano y yo nos preparábamos para celebrar mi cumpleaños cuando nos enteramos por la radio que llegaría un huracán. Mi brother me decía que los ciclones no llegaban tan fuertes, así que el 13 de septiembre de 1988, el día de mi cumpleaños, me tocó vivir el inicio de la llegada de ‘Gilberto’, un fenómeno meteorológico que golpeó a Cancún como nunca el 14 de septiembre. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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“Mi hermano se quedó sin trabajo, y yo al contrario, tenía el puesto asegurado, ya que me tocaba cuidar el hotel destrozado por los fuertes vientos del huracán, pero con la mente ya puesta en regresar a México. Me quedé por un tiempo apoyando a mi consanguíneo, y cuando vi que él ya estaba bien, empaqué maletas y me regresé a la capital”.
Estudia por voluntad para superarse
A los 20 años, Lino Sarmiento tenía en claro que tenía que estudiar, pero tuvieron que pasar tres años para que lo hiciera. En 1991 decidió presentar examen en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de la UNAM, y lo aprobó. Fue una época maravillosa porque estudiaba por voluntad propia, con el deseo de superarse. Compaginaba los estudios con la venta en el bazar de sus hermanos; “me hice un experto en las ventas, aprendí métodos de comercio, incluso podría vender piedras si lo decidiera”, narra sonriendo. “Ya en la prepa, al salir me dieron a elegir la carrera a seguir, y me pregunté: ¿para qué soy bueno?, ¿qué es lo que más me gusta?, me fascina leer, así que primero pensé estudiar filosofía y letras, pero también pasó por mi mente ¿de qué voy a vivir?, el campo laboral es escaso, y en los planes de estudio estaba el periodismo, y analizando recordé que tenía un familiar que era periodista y nunca me había detenido a razonar sobre esa profesión. “Era una carrera en los medios de información, se lee todo el tiempo y existen oportunidades laborales en radio, televisión y prensa, así que taché la opción ‘licenciado en periodismo’. Estudié en la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM. Por cuatro años me trasladé del Ajusco, donde vivía, hasta Texcoco, por donde estaba la escuela. Me levantaba a las cuatro de la mañana, y aunque durante los primeros meses siempre llegaba tarde, con el tiempo y trabajo extra, logré salir avante en la universidad”. Desde pequeño le gustaba leer, tomaba los libros de su papá y hojeaba los periódicos, sin pensar que en el futuro las letras serían su “arma” para ayudar a la sociedad. En la facultad, junto con unos amigos sacaron cinco números de una revista de rock denominada Galería 21, ahí reporteó espectáculos. Entrevistó a Alex Lora y a algunos de los integrantes de Caifanes y Maldita Vecindad, entre otros grupos de la época.
Opta por la televisión para no escribir
“En 1998, al terminar la carrera, entré a TV UNAM porque me especialicé en televisión, le huía a las letras. Yo era muy malo en ortografía y optaba por escribir todo con mayúsculas”. De ahí se fue a TV Azteca y ocupó diversos puestos, desde cabina, en piso, en guardarropa, jalando cables, en utilería, en locaciones, entre otros: Ventaneando, Evidencias, El Diario de la Noche y A quien corresponda, fueron los programas donde Lino Sarmiento laboró. De ahí se fue a trabajar en el INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática) para el censo nacional, que se efectuó del 7 al 18 de febrero del 2000. Después empezó a trabajar en el IFE (Instituto Federal Electoral), por las elecciones nacionales que se llevaron a cabo el 2 de julio del mismo año; tenía a su cargo un distrito electoral de la Ciudad de México. Dos empleos temporales que le dejaron buenos dividendos. 230
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Cancún por segunda ocasión
“Cuando terminó el trabajo en los comicios, les dije a mis amigos: ‘vamos a Cancún de vacaciones’, y todos aceptaron, así que nos venimos en el Tsuru de uno de ellos. Venimos puebleando, fue un viaje que disfrutamos enormemente a finales de julio del 2000, así regresé a Cancún”. Por varios días Lino Sarmiento y sus amigos se divirtieron y conocieron lugares turísticos de Cancún y sus alrededores, pero un accidente le cambió el destino. “Nos fuimos a Playa del Carmen, de regreso pasamos a un centro nocturno, pero ya era de madrugada. Decidimos regresar a Cancún, y no supe en qué momento me quedé dormido, desperté cuando el vehículo en En su época universitaria. que nos transportábamos estaba dando vueltas. Mi amigo se durmió en el volante y nos volcamos. “Fue un accidente terrible, el más lastimado fui yo. En el brazo aún tengo un pedazo de vidrio encarnado como recuerdo. El cuero cabelludo del lado derecho lo tenía levantado, gracias a mi hermano que pagó un cirujano plástico ahora no se nota tanto. Con el percance se acabaron las vacaciones, mis amigos se regresaron a México y yo me quedé convaleciendo”. Un día, mientras leía los periódicos se sorprendió al ver publicado un anuncio para ocupar una plaza como reportero, pero la empresa que la ofrecía no le dio la oportunidad. No se dio por vencido y decidió entregar solicitudes a todos los medios impresos que circulaban en aquel ya lejano año 2000, pero primero intentó ingresar a TVCUN. El Por Esto!, le dio la oportunidad y por vez primera escribió una nota informativa, ayudado por otros compañeros de la profesión. La fuente policiaca lo albergó y durante tres años laboró, destacando en su encomienda. Ahí encontró a su pareja.
A las calles de la Ciudad de México
“Todo marchaba de maravilla hasta que un día uno de mis hermanos me habló para decirme que en Cuernavaca había un puesto para mí, con mayor remuneración y con más prestaciones. Así, en el año 2003 me mudé para allá con mi familia y con todos los muebles. Pero jamás me dieron el trabajo, al paso de los meses me regresé a México y de nuevo a las calles en los tianguis. “Tenía lo justo para pasar el día, vendíamos almohaditas, compraba y Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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vendía. Hasta que un día en un operativo se llevaron todo lo que vendía, aunque les decía que no era fayuca los federales cargaron con todo. Fue un momento de incertidumbre y con el paso del tiempo vinieron la depresión y el estrés, y con ellos las dificultades familiares. “A principios del 2004 recibí una llamada salvadora de David Sosa*, quien trabajaba como subdirector de Comunicación Social en el trienio de Juan Ignacio García Zalvidea. Me ofreció trabajo para regresar a Cancún, así que no lo pensé dos veces, empaqué las maletas y retorné a Cancún solo. Ya después vinieron mi esposa y mis hijos”.
La fuente policiaca le quitó el sueño
Entró a trabajar en la administración pública efímeramente, ya que unas semanas antes del “mini-golpe” de Marisol Ávila, cuando se instaló un Concejo Ciudadano que gobernó brevemente el municipio, en julio del 2004, se había topado con Lizandro Coronado, jefe de información del Por Esto!, quien le sugirió que regresara a la empresa editorial. Su segunda época en el matutino duró un par de años, hasta el 2006, ya que la fuente policiaca le provocó estrés, sobresaltos e insomnio. Novedades le abrió las puertas para desempeñarse como reportero de la fuente del ayuntamiento y después otras más, porque en ese medio rotan constantemente a su gente. En todas esas fuentes Lino Sarmiento se desempeñó con alto sentido de responsabilidad, preparándose arduamente y dando su mejor esfuerzo en el trabajo diario. Ya en el 2010 lo incorporaron a la redacción, como editor. “Yo lo solicité porque deseaba estar más tiempo con mi familia, pero para ello, tuve que dominar aquello que siempre rehuí. Leí todos los libros sobre redacción y gramática que tuve a mi alcance. Aprendí las reglas de ortografía y puntuación. Ahora en mi lugar de trabajo, a un costado tengo mis libros y recurro a Wikipedia cuando tengo alguna duda, pero esté donde esté siempre me aplicaré y daré lo mejor de mí mismo”.
Anécdotas
El quehacer en los medios periodísticos le ha dado infinidad de satisfacciones, muchas de ellas valiosas, de gran riqueza humana. “Recuerdo uno de los casos que viví y al que contribuí con mis notas para que todo saliera bien. A un mesero del bar Cats lo acusaron de asesinar a otro sujeto, y cuando empecé a averiguar y me tocó entrevistarlo me convenció de su inocencia, lo vi a los ojos, por la experiencia vivida en otros casos sentí que me hablaba con la verdad, su voz se escuchaba serena y segura. “Seguí realizando mis investigaciones, haciendo notas, pero siempre imparcial y objetivamente, dando la voz al encarcelado y al Ministerio Público que seguía el caso. Así pasó un año. El abogado pidió la reconstrucción de los hechos, tomando en cuenta al declarante que dijo haber visto al mesero Martín sacando el cadáver. Pero se desmoronó el caso porque el testigo mentía: al celebrarse la reconstrucción de hechos, otra persona cargó al ‘muerto’ a la distancia que el testigo dijo haber visto al indiciado y repitió todas las acciones que constaban en la declaración; a lo largo de todo el procedimiento, el testigo aseguró en todo momento que ese era Martín, cuan232
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do en realidad se trataba de alguien más. Una argucia del abogado. “Liberaron a Martín y a la semana me mandó a buscar, yo ya conocía todo su entorno familiar cercano, me dio las gracias y me invitó a comer con su familia. Al final de la comida, su esposa se fue a la cocina y sus hijos se retiraron del comedor. Viendo los ojos de Martín le lancé la pregunta a bocajarro: ‘dime la verdad, ¿tú lo mataste?’, y mirándome fijamente me dijo llorando: ‘No, yo no lo maté’, y me contó de nuevo cómo había pasado todo. “Para mí ese momento fue emocionante y muy satisfactorio, pero le pregunté porque quería tener la certeza, sin una pizca de duda, de su inocencia, que no había ayudado a liberar a un criminal. Me regaló un lapicero que tiene mi nombre, que él hizo en la cárcel y lo conservo como recuerdo de esa ocasión. Martín se regresó a Con su esposa Verónica Fajardo. Oaxaca, huyendo de Cancún como consecuencia de la experiencia vivida”. Además, como a la mayoría de los reporteros policiacos, pese al temple obtenido en su profesión, hay momentos que lo marcan y lo impactan. “Un infante salió intempestivamente de su casa y un carro distribuidor de agua le pasó encima, las partes del cuerpo quedaron regadas a lo largo de 50 metros. Como la zona de Rancho Viejo no estaba pavimentada, el chofer pese al bamboleo de la unidad nunca supo que pasó sobre un cuerpecito. Yo al llegar y ver la escena, sentí que el corazón se me estrujaba, no pude tomar fotos; los peritos juntaron las partes del cuerpo y encima le colocaron una sábana blanca. Ahí, aún, pensando en cumplir con mi labor, apunté con la cámara cuando subían el cuerpo a la camioneta de la Semefo –Servicio Médico Forense-y un sujeto se volteó y me dijo: ‘qué, ¿no tienes corazón?’, y me detuve y ya no tomé la foto. Ese hecho me marcó y me provocó muchas pesadillas”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Exclusiva a Premio Nobel de Ecología
También, por sus trabajos periodísticos sobre ecología fue invitado por la Asociación Nacional de Periodistas Ambientales y la Organización Mundial de Periodistas a un seminario sobre la explotación sustentable de la madera, en Oaxaca, en el 2008. Al final de los talleres le tocó entrevistar en exclusiva al ganador del Premio Ambiental Goldman, equivalente al Premio Nobel de Ecología: Jesús León Santos, de 42 años, un campesino indígena oaxaqueño que realizó un excepcional trabajo de reforestación en su región, convirtió tierras áridas en zonas de cultivo y arboladas en la Mixteca alta. El secreto de Lino Sarmiento es “no creerse que soy el mejor, siempre hay mejores delante de mí, así que tengo que esforzarme para aprender todos los días; ser humilde y echarle muchas ganas al aprendizaje, pero siempre ir más allá de la simple declaración”. Y hoy día sigue dando su máximo empeño en la redacción del periódico que “nació y crece con el estado”, pero extraña la calle. Su familia ha sido su invaluable apoyo y motivo de mejoramiento: su esposa Verónica Fajardo y sus hijos Brandon y Aura.
* David Sosa. De la cultura a las patadas, en la página 168 de este libro
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Cliserio Cedillo El periodismo, un vicio que no se puede dejar
Apasionado del reportaje, considera que este género periodístico en el que se ha especializado debe causar polémica, si no, no sirve; en el oficio al que ha dedicado cuatro décadas terminó por ganarle a su otro gran amor, el campo y la naturaleza
U
n hombre que ha hecho del reportaje un estilo de vida y sigue en el periodismo porque es “un vicio interminable”, pero al mismo tiempo es un placer sano y satisfactorio; Cliserio Eleazar Cedillo Godínez tiene cuatro décadas en el medio periodístico, sólo tres meses ha sido reportero, y “de policía”; siempre ha trabajado en vastos reportajes, que debido a lo rigorista de los datos utilizados y el estilo que les imprime han causado polémicas, con críticas en ambos sentidos. Es técnico en comunicaciones electrónicas, pero intentó ser veterinario y técnico agropecuario, y administrador de granjas, para cumplir su sueño de ser ganadero. Ha desempeñado distintos cargos en los periódicos en los que ha laborado, pasando de reportero redactor, jefe de redacción, jefe de información, coordinador general, director editorial, hasta presidente y director general; por su liderazgo fue nombrado secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del periódico El Nacional; es un mexicanista, un libre pensador que disfruta su trabajo, ama sus raíces y sigue escuchando el canto de los pájaros por las mañanas, allá en Leona Vicario, ubicado a 42.5 kilómetros de Cancún, donde eligió vivir por ser un amante del campo y de la naturaleza. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Raíces humildes y familia numerosa
Nació el 23 de septiembre de 1953 en Cuautepec, Barrio Alto, delegación Gustavo A. Madero, Distrito Federal. Proviene de una familia numerosa, es el octavo de los 11 hijos -tres hombres y ocho mujeres- que tuvieron Cliserio Cedillo García y Esther Godínez, hoy viuda de Cedillo. Un emocionado Cliserio recuerda que su hermano mayor lo cuidaba, “era el bebecito”; en el pueblo donde vivían jugaban a fabricar pequeños tabiques de lodo, a competir en carreteritas con cochecitos de madera. “Mi hermano ya jovencito trabajaba en una platería y luego nosotros tratábamos de derretir la plata en una corcholata”. Su padre tenía granjas de pollos, y como aventura “nos dormíamos en los gallineros cuidando a los pollitos; jugaban con la pelota e íbamos a recoger troncos de maguey para traerlos encima de la burra ‘Nicolasa’, que usaba mi mamá para hacer la fogata y hacer las tortillas”. Una infancia muy feliz y llena de momentos especiales. “En mi niñez una vez vi la fotografía de mi abuelo materno, un líder de campesinos en Tula, Hidalgo, vestido de charro y montado en un caballo, que me pareció el más bonito del mundo, la imagen se me quedó grabada en la mente. ‘Cuando sea grande tendré muchos caballos’, pensé en aquel entonces”. En la primaria lo tenía muy claro: quería ser ganadero, pero siempre ha sido un líder nato, al que seguían sus compañeros, era el jefe de grupo; en la secundaria hacía los periódicos murales, es ahí donde se da cuenta de que le gustaba el periodismo. En la vocacional 6, de Ciencias Médicas Biológicas, su liderazgo lo lleva a ser secretario de prensa del Comité Directivo Estudiantil, lo que lo iba perfilando a los medios de comunicación. “La profesión del periodismo me parecía extraordinaria porque escriben lo que la gente platica, se van al fondo de las noticias y lo dan a conocer, y me llamó la atención”. Continúa: “Yo apenas tenía cuatro años cuando murió Carlos Septién García, ocurrió en 1957, un destacado periodista, político e intelectual, cuya desaparición física estremeció al país entero”. Se convirtió en su ídolo, leía mucho sobre él, Septién García vivió intensamente su carrera, murió siendo centro de la noticia, sigue presente en el periodismo actual por las ideas visionarias de sus escritos sobre esta profesión.
“Susana”, su primera vaca
Sonríe el recordar que fue consentido por sus padres. “Con la meta puesta de ser ganadero, un día pedí dinero para comprarme una vaca y empezar ese camino, mi papá me los dio a regañadientes de mi madre. Tenía 16 años cuando compré con nueve mil pesos a ‘Susana’, era blanca y lechera. Me prestaron un lazo para llevármela de la colonia Progreso Nacional a Santa Teresa, había que cruzar el río Tlalnepantla. “Yo feliz con mi vaca iba caminando cuando de pronto comienza a llover y a relampaguear, el animal se pone nervioso; a punto de cruzar un puente, el animal exacerbado se pone a correr, se mete al río y me arrastra por las aguas negras y vamos a salir por Ticomanco, a cinco kilómetros del sitio 236
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inicial, pero nunca solté a mi vaca. El animal ya cansado empezó a caminar atrás de mí, salía vapor de su cuerpo, de lo caliente y mojado que estaba. Llegué con ella a la casa, sin camisa y zapatos, sólo con pantalones raídos. “Saqué costales y tapé a la vaca, temía que se muriese. Al día siguiente me levanté temprano, lavé una cubeta y me puse a ordeñar por primera vez, aunque nunca lo había hecho sí había visto cómo se hace. Ese fue el principio. Llegué a tener 47 vacas y nueve becerras de la raza Holstein, algunas daban hasta 40 litros de leche”. A la par que estudiaba en la Vocacional Reconocimiento por toda una vida en el periodismo. atendía su ganado, borregos, cerdos y gallinas. Después se inscribió en una escuela de Tlalnepantla para estudiar Técnico Agropecuario y Administrador de Granjas. Ahí me llevaba a todo el grupo a practicar con las vacas, desde inseminar hasta inyectar al ganado”. Pero el día menos pensado, con el fallecimiento de su padre, a Cliserio Cedillo se le acabó el deseo de seguir en la ganadería, su motivación se había ido. Decidió vender todo, cuando tenía 20 años, y le dio una parte del dinero a su madre. Cayó en un bache de la vida, del que una mujer le ayudó a salir. Esa que estaba junto a él, leyéndole libros mientras ordeñaba sus vacas años antes. “Ella me va a sacar de una pulquería de mala muerte y me reprende: ‘¿qué haces aquí?, estás echando a perder tu vida, tienes todo como para estar desperdiciando tu tiempo’. Me lleva al Ayuntamiento de Tlalnepantla, Estado de México, ahí me buscó trabajo en el departamento de Comunicación Social”. En ocasiones iba montado sobre ‘Palomino’, un caballo que le había quedado de su aventura ganadera, que por cierto un día se le escapó y causó destrozos a su paso, incluyendo el interior del mercado de Tlalnepantla.
Inicia en el quehacer periodístico
A los 22 años es cuando Cliserio Cedillo comienza su camino en el periodismo. Inicia como ayudante de archivo en el año 1975, además le tocaba ir por los refrescos, tortas y chicles para los reporteros. “Empecé a leer y uno de los primeros libros fue Periodismo trascendente, de Salvador Borrego”. En 1976 comienza a reportear, en el trienio de Cuauhtémoc Sánchez BaPor ningún motivo dejes de ser periodista I
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rrales en el Ayuntamiento de Tlalnepantla. “Eran unas grabadoras gigantescas, y los compañeros me pidieron que grabara todas las actividades del edil. Cumplo la instrucción al pie de la letra, siempre tenía puesto el equipo frente a él, hasta que un día me dijo: ‘ya, por favor, ya quita eso de mi cara, ya no lo soporto”. Reflexionó y le dio pena ese momento. Desde entonces jamás volvió a utilizar la grabadora, sus entrevistas las realizaba cuadernillo y lapicero en mano. Su trabajo fue valorado y al año y medio ya era el coordinador de prensa de la Dirección General de Comunicación Social, no sin antes haber pasado por la jefatura de información. Fue uno de los primeros en utilizar las “jirafas” de Servicios Públicos para hacer las tomas aéreas en los informes de gobierno. Con Yo Periodista, Historia de más miserias que grandezas, un libro de José María Amilibia, un español que daba su vida por el periodismo, pero que siempre terminaba mal, entendió que al escritor no le había ido bien con el periodismo “porque él había decidido hacer así su vida, y pensé ‘yo no debo ser así, al contrario; el periodismo es más que bares y prostitutas’”. Sus reportajes quedaron registrados en El Sol del Valle, Rumbo de Querétaro, El Sol de Valle de México, El Sol de Toluca, El Sol del Centro, El Sol de Cuautla, El Sol de Cuernavaca, El Heraldo de Toluca, El Nacional, Cambio, Multimedios, Primero México; coordinador de producción del Diario Oficial de la Federación y Ciudad Capital, donde fue presidente y director fundador. Además por ocho años fungió como secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del periódico El Nacional, fundado en 1929, cargo al cual renunció siete días antes de que la Secretaría de Gobernación decretara el cierre definitivo de ese diario, el 29 de septiembre de 1998. Además ha colaborado con artículos y comentarios editoriales para las revistas Telegrama Político y Análisis Político, entre otras; es autor del Manual para Corresponsales, en el estado de Querétaro; autor y escritor de las columnas Con Permiso, Quinto Sol y Panorama Mexiquense.
De ciudad de oro a matanza de campesinos
Recuerda sus inicios en el camino de los reportajes, en los que siempre tiene en cuenta que deben causar polémica; se da como plazo hasta las 11 de la mañana del día en que fueron publicados, si no pasa nada no cumplieron con los objetivos por los que fueron escritos. “Con seis meses en El Sol del Valle, en los años 80, al hojear la Segunda de Ovaciones leo en un cintillo el titular ‘Hallan ciudad de oro’, sigo leyendo y me entero que es en San Felipe Orizatlán, Hidalgo. Voy con mi director y le digo que quiero ir a ese lugar a realizar un reportaje, con fotos y más datos precisos, ya que el que habían publicado no tenía imágenes y el texto era muy pobre. “Me dan los viáticos y me asignan a un fotógrafo de nombre Pablo, que acababa de salir del ejército. Nos vamos y llegamos a Huejutla de Reyes, y qué mejor lugar para obtener información que en una taberna, por lo que entramos a una y le pregunté al cantinero mostrándole el periódico donde había salido publicada esa información. “Me contesta que no era cierto, que era de San Felipe Orizatlán y no había nada. Nos recomendó que no fuéramos porque estaba la guerrilla alzada, 238
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era peligroso y había muchos muertos. ‘Está sitiado el pueblo’, nos dijo. “Al calor de las copas, ya el cantinero era mi cuate. De pronto me dice: ‘la verdad es que mi hermano está organizando la guerrilla allá, es maestro y trabajaba en el Distrito Federal, pero tuvo problemas maritales y salió huyendo. Te voy a dar un papelito para que te atienda él pero a ver si pueden llegar porque los camiones no llegan En el corte del listón de las oficinas de su semanario hasta ahí’. Nos fuimos a la Ciudad Capital. terminal y abordamos el camión que nos dejó hasta Jaltocan. ‘Hay muchas matanzas de campesinos’, nos dijo el chofer. Decidimos caminar hasta San Felipe Orizatlán “Al llegar en la tarde nos encontramos con un pueblo de bardas de piedra, casas de piedra y muy pocas de material, un lugar aparentemente pobre pero en el centro tenía su iglesia y su atrio. Pero conforme caminaba por las calles no me encontraba persona alguna, de pronto vimos a un niño asomar por la barda pero que corrió al vernos. Le gritamos que buscábamos al maestro, y nos contesta que es su tío. Nos dijo que lo siguiéramos para llevarnos a él. “Llegamos a una casa que nos señaló y tocamos la puerta. Le explicamos que íbamos a ver al maestro. Nos pasó a la casa y sacó unas sillas, que colocó a espaldas de la puerta y comenzamos a platicar. Cotorreamos como grandes amigos, nos traducía palabras en español a náhuatl, carcajeábamos con las ocurrencias. “Como a las nueve de la noche el señor se levanta y cambia de actitud totalmente. Nos pide que nos levantemos y nos revisa totalmente, al voltearnos nos sorprendemos porque estábamos siendo apuntados con rifles por cuatro personas y en medio estaba el maestro. Nos presentamos y les mostramos nuestras identificaciones de periodistas, le dijimos que llegamos al lugar para hacer un reportaje de la ciudad de oro y si nos podían ayudar. “No nos creyeron y mandó a que nos encierren en la torre de la iglesia. Ahí acurrucados uno y el otro pasamos una noche fría. En la mañana nos sacan y nos interroga el maestro: ¿qué hacen aquí?, ¿quiénes son?, ¿de dónde vienen?, fueron algunos de los cuestionamientos, nos mantuvimos en nuestro dicho. No nos creían, el aspecto del fotógrafo no nos ayudó en nada, imaginaron que éramos soldados y éramos espías. Nos vuelven a mandar en la torre, sin agua ni comida. “Al comenzar la tarde nos manda a traer y nos vuelve a interrogar. Insistimos en que éramos periodistas y fuimos a realizar un reportaje de la ciudad de oro, nos respondió que en esa zona no había nada que brillara y era una Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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mentira lo que le decíamos, e insistió que éramos unos espías. Nos dieron de comer frijol, tortillas y agua, de nuevo a encerrarnos bajo llave en la torres. “En la noche nos volvió a mandar a traer y de nuevo el sondeo. Al escuchar que nuestras respuestas eran las mismas, nos dijo que nos habían engañado, que no hay ciudad de oro, pero sí debajo de nuestros pies había túneles, que se habían hecho durante la Revolución, y era por donde los guerrilleros huían ante la represión militar. “Nos llevó a su casa, y nos dirigimos al baño, levantó la taza del baño y por ahí descendían a los túneles. Y nos muestra una cabecita prehispánica de barro y nos dice que es lo que únicamente ha encontrado. Nos mandan de nuevo al encierro a la torre de la iglesia, pero en el transcurso de la noche se escuchaban balazos y ráfagas de fuego. “Ya en la mañana nos manda a buscar el maestro y nos empieza a platicar la situación que estaban viviendo. ‘Aquí iniciamos una lucha porque en los cafetales y tabacales han explotado a los campesinos, los golpean, los asesinan, no les pagan, hay tiendas de raya y no es posible que esta época los estén tratando así, por esa razón es nuestro levantamiento armado y hay más pueblos unidos por la misma razón. Estamos sitiados por el ejército´. “Nos permitió tomar fotografías del pueblo, de la iglesia y de otras zonas. Nos platicó todo lo que estaban viviendo y yo realizaba mis apuntes. En la tarde nos pidió que nos fuéramos de la zona y que escribiéramos lo que nos había revelado porque quizá el Ovaciones no pudo publicarlo pero sí mandó un mensaje cifrado, con su invento de la ciudad de oro”.
Del júbilo al desencanto
Salieron por la noche y caminaron por horas, atravesaron dos barrancos, cafetales y tabacales, que por cierto se les hizo fácil tomar una hoja de tabaco que estaban secando y enrollarlo para llevársela a la boca y sacar humo. Caminaron hasta llegar a la carretera Panamericana, donde vieron aparecer un camión, “tuvimos miedo de que fuera el ejército, pero no fue así, era uno que venía lleno de naranjas. El chofer nos dijo que cómo era posible que estuviéramos en ese lugar a esas horas de la noche porque sólo se podía con un salvoconducto, ‘los campesinos están levantados y el ejército lo está aplacando’, nos dijo”. Los subió al vehículo no sin antes advertirles que de toparse con los soldados ni se conocían. “Llegamos a Huejutla de Reyes y el camionero siguió su camino. Ahí esperamos el amanecer en el kiosco del pueblo, cuando de pronto escuchamos el repicar de las campanas, y nos percatamos de que a lo lejos parecía venir lo que era una peregrinación, con camionetas y altavoces, eran simpatizantes del Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Llegaron al centro del pueblo y empezaron a bajar de las unidades féretros de madera, rústicos, llegamos a contar 62. “Le digo al fotógrafo: ‘súbete a la torres y toma gráficas, pero ten cuidado que no te vean porque los pobladores se pueden ir contra nosotros’. Cumplió con su labor mientras realizaban una misa a los difuntos, eran parte de los campesinos alzados”. Con el material ya conseguido, se subieron a su autobús rumbo al Dis240
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trito Federal. De ahí a la redacción de El Sol del Valle, en Naucalpan, y se lo presentan al director Adolfo Olmedo, quien lo escuchó y vio las fotografías. “Es extraordinario el material que conseguiste”, le dijo, pero antes de publicarlo tenía que consultarlo con el presidente de la Organización Editorial Mexicana (OEM), Mario Vázquez Raña, porque era un tema muy delicado. “Escribe el reportaje y me lo entregas con todo el material fotográfico para llevarlo”, le dijo. Se emocionó más aun cuando le dijeron que podría publicarse en todos los periódicos de la organización, que en aquel entonces eran 49. “Ya me veía con ese súper reportaje, con el Premio Nacional de Periodismo”, sonríe. Pero pasaron los días y nada. Hasta que un día le dijeron que su material no sería publicado. “Me molestó mucho, les dije que eso no se valía porque pusimos en riesgo nuestras vidas, estuvimos secuestrados, vimos la crueldad que se vive en aquella zona hidalguense, la matanza de campesinos”. Le dijeron que no insistiese porque era imposible. “Publicarlo pondría en riesgo la estabilidad del país, no podemos publicarlo, definitivamente”, le dijeron. Fue ascendido de puesto.
Reconocimientos y errores
En 1990 fue nombrado cronista municipal oficial de Ecatepec de Morelos, municipio número 33 del Estado de México. Además, guarda decenas de reconocimientos en el cajón y tiene muchos otros colgados en las paredes de su casa. En 2015 el Club Primera Plana, que desde hace 56 años agrupa a periodistas destacados, actualmente de 24 estados del país, y que es miembro de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap) y de la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (Fapermex), ha otorgado un justo reconocimiento a Cliserio Cedillo por su actividad periodística ininterrumpida durante 40 años en diversos medios de comunicación. En 1999 funda Ciudad Capital, un periódico semanal, con un grupo de colaboradores que laboraban en El Nacional, que tenía una impresión real de 15 mil ejemplares, duraron 188 semanas hasta que cometieron un craso error: apostar todo a Francisco Labastida Ochoa, quien se convirtió en el primer candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional en perder una elección presidencial, siendo su opositor el exgobernador de Guanajuato, Vicente Fox Quesada, quien ganaría la elección. Al ser considerados antipanistas, ya no tenía los convenios necesarios para subsistir, y el semanario tuvo que cerrar sus puertas. Lo intentó de nuevo al fundar Realidades, una nueva opción periodística, pero no funcionó. Es así como en el año 2001 acepta la invitación de su hermano para laborar a Cancún en el área de telecomunicaciones. Pensó dejar el periodismo pero no pudo, “es un vicio que no se puede dejar”.
Cancún, la nueva opción
Una mañana, leyendo el periódico se enteró de que el Que Quintana Roo se entere hoy Quequi solicitaba un reportero. “Decidí hablar y sacar una cita para una entrevista laboral y el responsable de la información en ese entonces era Mauricio Conde, al hablar con él me reconoce, puesto que habíamos Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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trabajado juntos en El Nacional y conocía mi trabajo. ‘Vente para acá y ponte a trabajar’, me dijo. Es así como empieza sus labores periodísticas en este polo turístico. Trabajó en el Quequi por unos años; siguieron la revista Luces del Siglo, Diario Respuesta y el periódico adiario Quintana Roo, donde fue director; regresó al Quequi, donde hasta ahora se desempeña como coordinador general de información de la zona norte de Quintana Roo y elabora investigaciones y reportajes especiales, con ese entusiasmo y agudeza periodística que lo caracteriza, pese a que con sus trabajos ha sufrido amenazas y en otros casos ha tenido que involucrarse a fondo, incluso arriesgando su vida; tiene cicatrices en el pecho que son muestra de ello.
Periodismo deshumanizado
“En mis 40 años de labores me ha tocado ver la incorporación de la tecnología a los periódicos, antes se formaban las páginas sobre cristales, incluso teníamos un dicho: ‘donde como punto y donde punto fuera’; recuerdo unas palabras de mi director Mario Ezcurdia Camacho (QEPD), mi director en El Nacional al que le aprendí mucho: ‘Cliserio, ojalá que lo último que dejaras sea tu máquina de escribir porque gracias a ella somos mejores redactores; el alma de los periodistas está en la máquina de escribir’. “La invasión de las computadoras ha desembocado en un periodismo deshumanizado, de gente floja que hace su labor desde su casa, que no está en el lugar de los hechos, se ha perdido el contacto con las fuentes, los sentimientos, ya no hay pasión; hay mayor cobertura e información, pero es un periodismo deshumanizado”. Añora el periodismo combativo y guerrillero. El periodismo nos permite darle voz a los que no la tienen, pero se abusa cuando se cree tener la verdad, afirma, y lamenta que en la actualidad se venda el criterio y no el espacio en los medios informativos. Cliserio es un romántico del periodismo, disfruta y vive lo que hace, con una familia unida, compuesta por cuatro hijos, cuatro nietos y su compañera de vida, que desde hace 14 años vive en Leona Vicario, donde al principio “durmieron en tiendas de campaña mientras construían la casa”, pero hoy disfrutan de su hábitat, criando pavos, gallinas y cerdos, cumpliendo sueños y metas de la infancia.
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Carlos Águila Soñador y guerrero
Las nuevas generaciones de reporteros carecen de la rigurosa preparación de antaño; deplora el oriundo de Veracruz, donde recorrió varios de los oficios relacionados con el quehacer periodístico, y luego se estableció en Tijuana; ahí tuvo tan destacada labor cubriendo la fuente policiaca que tuvo que salir huyendo, tras sufrir dos levantones; radica en Cancún desde el 2006
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unque originalmente pretendió dedicarse a la biología marina, hoy es un destacado comunicólogo, oficio que lleva en la sangre, y que le ha dejado grandes satisfacciones a lo largo de las tres décadas que lo ha ejercido, aunque también algunas experiencias desagradables; Carlos Águila Arriola fue el primer periodista en ver en un frasco parte del cerebro de Luis Donaldo Colosio, nota que fue replicada infinidad de veces. Eso sí, también ha sufrido dos levantones y arrastra una añeja dolencia por cubrir un evento en el que fue baleado. “Es bien bonita la profesión, pero mal pagada”, dice. Se define como un soñador que con los años ha ido despertando para darse cuenta de que la gran mayoría de los medios de comunicación no cumplen con la función de servir a la comunidad; “la profesión se prostituyó desde el momento en que los empresarios tomaron el control”, afirma categórico.
De Veracruz a México
Nació el 2 de mayo de 1965 en Orizaba, Veracruz; a los tres meses se lo llevaron a vivir a la Ciudad de México, ahí realizó sus estudios básicos. A los 18 años regresa a Veracruz con la idea de estudiar biología marina en el Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (Cetmar); por dos años estudió la carrera, Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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aunque no la pudo terminar “porque de algo tenía que comer”. Águila Arriola es integrante de una familia de cuatro hermanos, tres mujeres y él, el mayor, y su padre una vez le había dicho: “el día que ya empieces a salir con la novia y tengas gastos extras, tendrás que ver cómo hacerle porque con cuatro, yo sólo puedo darte dinero para la escuela y pequeñas cosas, pero para tus gustos tendrás que ganártelo; eso sí, te traeré trabajo para que hagas”.
Herencia de sangre
Carlos Águila y Alejandro Jiménez en su época en el Canal 10.
El padre del ahora periodista es un destacado trabajador de las artes gráficas, quien además de cumplir con los dos empleos que tenía llegaba a su casa a revisar las tareas escolares de sus hijos; era un hombre muy estricto, y si al revisar las libretas hallaba una palabra mal escrita, el autor del desliz tenía que repetirla 100 veces; eso sin duda contribuyó para que sus hijos tuvieran una excelente gramática, incluso Carlos obtuvo el segundo lugar a nivel nacional de un concurso de ortografía, cuando cursaba la secundaria. “Mi papá hacía revistas, desde el sistema frío, con cera, pegaba galeras con cemento de dos o tres metros y después las cortaba para hacer las columnas; entonces yo aprendí ese oficio y nunca me imaginé que eso me serviría para comer y vivir prácticamente de ello hasta la fecha”. Su carrera profesional en forma inició en 1984, en la redacción de El Universal en Veracruz. “Un día vi el letrero del periódico y me acerqué a pedir trabajo como corrector, tenía conocimientos generales y de ortografía ni se diga”. Fue aceptado inmediatamente y por cuatro años laboró en ese lugar, hasta el último día que ese diario permaneció en Veracruz; para entonces ya había ascendido hasta subjefe de redacción, luego de desempeñarse como reportero; incluso le tocó cubrir partidos del Mundial de Futbol en 1986.
“¿Quieres aprender?, te vamos a enseñar”
De ahí viajó a Coatzacoalcos y entró como reportero en el Diario del Istmo; ahí empezó a cubrir la fuente policiaca, y recuerda que debió pulirse más que nunca, porque el jefe de redacción le hizo ver su suerte: “Llegué de cubrir mi primera nota y me instalé en la máquina de escribir, puse las hojas con sus respectivas hojas de papel carbón para las calcas, ajusté el doble renglón para la corrección de estilo, y me puse a teclear. Pasado un 244
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rato, llegó mi jefe y me jaló la hoja, la leyó y me dijo: ‘empieza de nuevo la nota, está mal’; y así sucesivamente sucedió en varias ocasiones. Ya molesto me levanté y le pregunté de qué se trataba. Me observó y me dijo: ‘si quieres aprender, te vamos a enseñar, si no quieres ahí está la puerta’. “Hasta el séptimo intento finalmente me dijo: ‘está más o menos, pásala’. Así fue como se publicó mi primera nota policiaca que fue de un accidente vehicular, con mi nombre, porque además hace años pasabas de tres a cuatros meses reporteando hasta que te hacías merecedor de ponerle tu firma a la nota”. Después se fue laborar por año y medio en El Sol de Orizaba y El Sol de Córdoba, en el primero como reportero de la fuente del ayuntamiento y en el segundo como jefe de la sección deportiva.
De Veracruz a la frontera, en tren
Junto con un compañero se le metió el gusanito de irse en pos del sueño americano. “Tenía una prima trabajando en El Diario de Los Angeles, en español, y me dijo que me fuera para allá. Decidimos irnos y viajamos por tres días en tren hasta la frontera (Mexicali), a donde llegamos sin dinero. Después nos trasladamos a Tijuana el 19 de noviembre de 1990, día en que no laboraban los periódicos, ahí nos dormimos en la plaza, y al día siguiente fuimos a pedir chamba en El Sol de Tijuana, con la confianza de saber varios oficios en el quehacer periodístico”. Aunque únicamente iba de paso, en camino a Los Ángeles, ahí se quedó a laborar los siguientes nueve años, pues pagaban mejor. Sólo pasó a Estados Unidos cuando el medio en el que trabajaba mudó sus oficinas a Chulavista, una población de San Diego, así que diario cruzaba y regresaba a México, a lo largo de nueve meses. Laboró en El Heraldo, en El Diario de Baja California, donde también considera que se pulió, donde le enseñaban, donde tenía que aprender para destacar, tenía que realizar periodismo de investigación, “había que competir con 50 periodistas. Ahí la nota no eran las ejecuciones, sino la cifra”.
Crímenes sonados
Tras el homicidio del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en el aeropuerto de Guadalajara, el 24 de mayo de 1993, las investigaciones y desenlaces también tuvieron lugar en Tijuana, y con ello cubrió material y notas policiacas en forma cotidiana que lo hicieron crecer profesionalmente. También estuvo presente en el suceso que cimbró a México, el 23 de marzo de 1994: el asesinato de Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas, una colonia popular de los muchos asentamientos irregulares existentes en la ciudad de Tijuana. “En el medio en el que trabajaba me mandaron a cubrir el evento del candidato presidencial en Lomas Taurinas, había adelantado la edición, que sería especial por la visita del candidato. Llegamos con el fotógrafo y pronto se empezó a llenar la explanada; al terminar su discurso bajó del templete y caminó entre la gente, de pronto se soltaron los demonios, fue una pandemónium total. Viví y escribí todos los operativos que se realizaron con ese magnicidio; además ese evento me marcó mucho”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Huyendo del peligro
Además, con su trabajo periodístico tocó muchas veces fibras sensibles, ya que contaba con fuentes confiables que le posibilitaban hacer reportajes e investigaciones especiales, que cimbraban a la sociedad, a los “malosos” y a las autoridades. Varias veces fue llamado por las autoridades para interrogarlo sobre sus encabezados principales, para indagar sus fuentes, para saber quiénes le brindaban información. En el año 2000 salió La camaradería previa a una cobertura informativa. huyendo de Tijuana, tras haber sufrido dos levantones y ser amenazado de muerte. Regresó a la Ciudad de México y por año y medio no publicó nada; “tenía miedo de sacar la cabeza”. Ya en la Ciudad de México trabajó en las mesas de redacción en Novedades, después en Tribuna y La Crisis, y luego se fue como corresponsal a Oaxaca, para cubrir el movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), y ahí entró a laborar en el diario El Tiempo. Tras unos años regresó a la Ciudad de México, pero esta vez atravesó una crisis para hallar trabajo, pues la edad se volvió un impedimento: desfiló por las oficinas de Reforma, El Universal y Excélsior en busca de empleo. En Notimex le dieron esperanzas pero tenía que esperar cuatro meses para que se abriera una plaza. Después de un tiempo de espera alguien le comentó que en Cancún estaba Alejandro Vargas, un amigo a quien sólo había conocido por teléfono en La Crisis. Le marcó y Vargas le ofreció trabajo, así que llegó a la ciudad en el verano de 2006 para incorporarse a La Verdad de Quintana Roo, en la mesa de redacción primero, después como reportero; posteriormente laboraría en Luces del Siglo, La Voz de Quintana Roo, Radio Turquesa y Diario Contrapunto; en el Canal 10, y es actualmente corresponsal de La Jornada, donde se desempeña con el profesionalismo y sagacidad que lo caracteriza, además de trabajar en proyectos personales.
La nota de su vida
Al año de la muerte de Luis Donaldo Colosio, “ya tenía mi propia revista, y un día me hablaron del Hospital General para decirme que me tenían una nota importante, llegué a la oficina y el director me preguntó: “–¿Te interesaría tomar fotos al cerebro de Colosio? 246
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“–¿Cómo? “–Aquí lo tengo. “–No manches, pues claro que me interesa. “Entré y a tomar fotos, el cerebro estaba en un frasco, y lo iban a estudiar porque al parecer Colosio tenía un coeficiente superior al normal. Publiqué la nota primero en mi revista, después la mandé a Notimex, donde era corresponsal y de ahí la replicó la gran mayoría de los medios nacionales y varios internacionales”. Carlos Águila es un luchador por naturaleza y le preocupa que “a las nuevas generaciones de periodistas les hace falta capacitación; no basta con estudiar, hay que enseñarles el oficio, la práctica es muy diferente a la teoría, y es lamentable que estén desapareciendo oficios en las mesas de redacciones y que se estén desperdiciando experiencias y calidad por juventud e inexperiencia”.
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| Capítulo 7 |
Desde Chetumal para Cancún (1984-1987)
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Nicolás Lizama “Colinas” Millonario en amistades
La caricatura es mal pagada; “no te hace rico, pero te abre muchas puertas y haces muchos amigos”, admite el oriundo de Mérida, con más de 30 años dedicado a la noble labor de hacer “monos” de cuanto acontece en su entidad adoptiva; deplora la falta de interés de las nuevas generaciones por dedicarse al oficio
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us trabajos han sido difundidos en incontables medios de comunicación, incluyendo la televisión, a lo largo de más de 30 años de trayectoria; sus trazos picarescos y rebosantes de humor lo han convertido en un referente del humor político en Quintana Roo, y aunque no es una actividad que posibilite una holgura económica, y no a todas sus “víctimas” les gusta verse plasmadas en una caricatura, eso no le ha impedido a Nicolás Lizama Cornelio, quien firma sus obras como “Colinas”, seguir realizando lo que más le gusta: la caricatura, a la que suma, en el quehacer escrito, su popular columna Cotidianerías. El monero, como se autonombra, inició sus trabajos periodísticos en 1984, pero la afición por dibujar la trae desde que recuerda; se ha desempeñado en diversos medios de comunicación en los estados de Colima, Campeche, Tabasco y Quintana Roo; a lo largo de su vida ha coleccionado infinidad de amistades, con quienes disfruta de una buena bebida, un café, el futbol y la gimnasia. Nació el 22 de julio de 1962 en Mérida, Yucatán, pero fue registrado en el poblado de Buctzotz por sus padres Nicolás Lizama Lizama y Dolores Cornelio Salazar, y es el mayor de ocho hermanos. A los siete años fue llevado a vivir a Nicolás Bravo, Quintana Roo, donde estudió el nivel básico. Recuer-
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da una infancia viajera, ya que su padre trabajaba de una ciudad a otra, por lo que cambiaba de escuela continuamente. “No hay nada más espantoso que llegar a un salón a medio curso y que todos te estén viendo como bicho raro; me la pasé un buen tiempo de esa forma hasta que llegamos a Nicolás Bravo y ahí sentamos cabeza, es un poco feo, porque es como si no se tuviera identidad; llegas en la noche a algún lugar y sales en la mañana como perrito sin dueño a ver qué hay alrededor; esa fue parte de mi infancia”.
Mejor escuchar que hablar
“El ser parte de una familia de viajeros irredentos no me permitía socializar demasiado; entonces, finalmente uno se va quedando con algunas características, pues te vas a adaptando y yo tengo ese problema: que no soy muy sociable, ni tengo el don de la palabra, cuando estoy con personas que hacen gala de esa gran cualidad prefiero escuchar que hablar”. Al terminar la secundaria viajó a Chetumal para entrar a estudiar su bachillerato, tras concluir se incorporó a la vida productiva. Para entonces ya era consciente de que saber dibujar tenía sus ventajas: “Les hacía caricaturas a mis amigos y maestros de la escuela, yo anhelaba ser caricaturista de manera formal. Un día en el salón teníamos un maestro que era apetitoso para la caricatura, entonces elaboré un dibujo de él y lo metí en mi libreta. “Mi compañero vio la caricatura y en un descuido la agarró y se la mostró al maestro. La verdad yo me aterré, pero cuando el maestro la vio se empezó a reír y preguntó quién la había hecho, y le dijeron: ‘Nicolás’. Se acercó a mí y me felicitó y me dijo que era muy buena. “Desde ese momento empezaron a mejorar mis calificaciones, el maestro me llamaba por mi nombre y pensé que tenía sus ventajas el ser caricaturista, y desde ese entonces me esforcé aún más, porque yo no sabía de periódicos ni nada de eso, pero me quedó la idea de que algún día podría hacer algo interesante con la caricatura”. Empezó a trabajar en el Diario de Tabasco como corrector de estilo, pero ahí, como aún se laboraba con linotipos no le fue posible publicar ningún “mono”. Por entonces empezó a circular Novedades de Tabasco, con maquinaria moderna, así que fue el medio en el que por vez primera se publicaron sus trabajos gráficos; por cada caricatura ganaba “la fabulosa cantidad de 20 pesos”, rememora. Ese fue el inicio de una brillante carrera en los medios de comunicación Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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como caricaturista, reportero y cronista, un oficio totalmente autodidacta que con el tiempo ha perfeccionado, en cuyos inicios su inspiración era el cartonista Rogelio Naranjo, y con el tiempo ha creado un estilo muy propio, de característica finura tanto en los trazos como en los contenidos.
No se vive del oficio, pero se disfruta
Después siguieron El Mundo, de Colima; Tribuna de Campeche, Novedades de Quintana Roo, Diario de Quintana Roo y Canal 10; además, infinidad de revistas le han publicado sus crónicas y caricaturas. Durante siete años publicó su En una exposición de sus caricaturas. propia revista Monosapiens, en sociedad con Antonio Muñoz Collí “Muca” (QEPD), Marcelo Jiménez Santos y Charly, de Isla Mujeres. Y También desde hace años entró a la red de redes con el portal www.monoerectus.com, que cientos de cibernautas visitan y disfrutan cada día. “Fui reportero, pero me faltó la audacia, por eso mejor me dediqué a la crónica porque para ello sólo hay que estar muy pendiente de todo, sin que te vean, incluso; se me facilita más dibujar, escribir es un poco más delicado pero me gustan ambas cosas, se siente cuando estás haciendo algo que le has dado al clavo, lo disfruta uno; igualmente cuando de plano no hubo inspiración terminas y lo percibes de igual forma, en esta actividad estamos en contra del tiempo, y sabemos cuándo algo no salió bien, pero me fascina tanto dibujar como escribir”. Confiesa que es difícil vivir de la caricatura, por lo que hay que combinarla con otras actividades para subsistir. Lo primordial, opina, es saber dibujar, pero hay otros que han triunfado sin ser grandes dibujantes, como Abel Quezada, Magú “y algunos más que son grandes maestros pero ha encontrado su estilo muy peculiar e inconfundible y eso es excelencia; dicen que un buen texto nunca va a salvar a un buen cartón político, pero un buen dibujo sí lo rescata. “Leí un libro que decía que los caricaturistas somos hombrecitos verdes, porque de un millón de personas sólo hay 10 caricaturistas; creo que la caricatura es un tanto complicada, pues debes tener una combinación de aptitudes para dedicarte a ella, aparte siento que es muy mal pagada”.
Anécdotas
Durante un encuentro regional de caricaturistas al que asistió Rogelio 252
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Naranjo, “en una convivencia el yucateco Eliseo me decía: ‘ya viste a este cabrón (Naranjo), es un crítico cabrón del gobierno, dime si debería estar comiendo del gobierno’. “Al calor de las copas Eliseo le dijo a bocajarro a Naranjo que si no se sentía mal criticando al gobierno y luego ir a participar en festines Un apasionado del futbol. que el gobierno daba, hasta la peda se me bajó ante el cuestionamiento al considerado en aquel entonces el rey de la caricatura. Muy serio, don Rogelio respondió: ‘a mí me invitaron, y estoy aquí porque quiero convivir con los caricaturistas de la Península’. “Además nos dijo que para ser un caricaturista en forma era necesario invariablemente irse al Distrito Federal y preguntó que quién de nosotros quería irse para allá y que se publicasen sus trabajos, y se ofreció incluso a conseguirnos dónde estar; o sea, con guante blanco nos abofeteó, así que mejor nos callamos. Fue un caballero; otro, siendo el mejor, nos mandaría al carajo. Mis respetos para Rogelio Naranjo”. Pero sus “monos” también han herido susceptibilidades, “aunado a que Chetumal es un lugar pequeño donde todo mundo se entera de lo que sucede”: “En una ocasión le hice una caricatura a Ariel Cruz Carrillo, que era director de deportes, un mono que tenía la cabeza entre las manos y con un parche en el pie; un día estábamos reunidas cinco personas, entre ellos él y yo, pero él no sabía que yo era quien hacía las caricaturas. “Ahí preguntó si alguien había visto la caricatura que el cabrón de ‘Colinas’ le había dibujado y por ello el gobernador le había hablado y regañado; el que estaba a mi lado sí me conocía, pero con señas le dije que no dijera nada, pero creo que finalmente Cruz Carrillo se percató; al día siguiente me lo volví a topar y me ofreció una disculpa preguntándome si no lo había ofendido y le dije que no. Así como ese caso me pasaron varios, cuando todavía no me conocían; pero después llega la fama y popularidad, pero ahora ya entiendo que es mejor guardar un perfil bajo y que sea el seudónimo el que se respete”.
Premio Estatal
Desempolva entre sus recuerdos la ocasión en que le fue entregado el Premio Estatal de periodismo, “en 1985 o 1986”, y tenía que dar un discurso en la ceremonia. “Pimpo” Pereira (QEPD) había sido el ganador el año anterior y recurrió a él para que lo ayudara a elaborarlo, “me dijo que me daría el que hizo en su momento para que me fuera basando, me lo dio y lo leí. “Una noche anterior me junté con unos cuates y nos fuimos de parranda, Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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recuerdo que al día siguiente era la ceremonia a las nueve de la mañana. Me levanté todo crudo y me preparé para ir, salí de la casa a las 9:15 para el salón Bellavista, al llegar me percaté que la ceremonia ya había empezado, entré y había un amigo político en la entrada, lo estaba saludando cuando escuché decir por el micrófono que ya había llegado el caricaturista Nicolás Lizama ‘Colinas’, y al que estaba saludando me preguntó que si en verdad era yo el tal ‘Colinas’. Fuimos al presídium e inició la ceremonia con retraso porque no había llegado el premiado, y el premiado estaba medio pedo”.
Visión social
Exhorta a las nuevas generaciones a estudiar y realizar caricaturas porque “la caricatura es lenguaje gráfico y periodístico, que transmite de manera concreta una situación actual en donde el caricaturista muestra su visión acerca de la vida social, cultural, religiosa, económica y política de su entorno”, pero que hay que combinarla con otros trabajos para que económicamente pueda ser solvente. La tecnología ahora “ayuda demasiado, porque ahora si haces un análisis frío sólo es tuya la firma, porque todo lo demás lo fuiste tomando de otras personas, como son ideas, fotografías, escritos y consejos”; lamenta que no haya muchos caricaturistas más para que exista la sana competencia, lo que lo ha vuelto aburrido, porque no hay forma de hacer comparativos. Así, el gran caricaturista, presidente honorario de “San Caralampio” -poblado ficticio, reflejo del Chetumal de ayer y hoy, que es escenario de su columna Cotidianerías-, Lizama Cornelio, afirma que han sido muchas las satisfacciones que ha obtenido por su trabajo, “principalmente muchos aplausos”, porque “la caricatura no te hace rico, pero te abre muchas puertas y haces muchas amistades”.
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Javier Chávez Ataxca
Pionero del periodismo digital en Q. Roo
Apasionado del periodismo, en el que dice haber caído por accidente, y que tiene la peculiaridad de que, al contrario de otras disciplinas que obligan a quien las practica a permanecer como un mero espectador, permite hacer muchas cosas por la sociedad y contribuir a transformarla
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s, en sus propias palabras, “un aventurero en busca de oportunidades que arribó a Chetumal en julio de 1988 y fue atrapado por el periodismo, al que cayó por accidente”; Javier Chávez Ataxca, un destacado analista político, es además pionero de las páginas web de noticias con su portal www.periodistasquintanaroo.com. Con más de un cuarto de siglo de experiencia en los medios de comunicación, dice: “es un oficio ideal para decir muchas cosas, hay disciplinas que te obligan a permanecer como espectador pero aquí puedes, incluso, hacer muchas cosas”. Nació el 17 de julio de 1965 en la localidad de Juan Díaz Covarrubias, municipio de Hueyapan de Ocampo, Veracruz, y es hijo único de la pareja que constituyeron Elías Chávez y Julia Ataxca (ambos QEPD); pasó por una infancia feliz, ante la inexistencia de inseguridad en aquellos años: “iba yo al kínder solito, había una calle en la parte trasera de mi casa y eran unos 150 metros hasta la escuela”, recuerda. Sus estudios de primaria y secundaria los realizó en su ciudad natal, y en Xalapa su preparatoria y la facultad, donde cursó la carrera de ingeniero agrónomo, en la generación 1983-1987. “Terminé la carrera pero no concluí lo del título, no hice la tesis, la tengo pendiente, es de esos pendientes que dices que este año vas a hacer pero lo dejas de lado porque tienes otras prioridades y también influyen otros factores que te desvían del camino”.
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Primero Cancún, después Chetumal
Con 23 años a cuestas cargó su maleta y arribó a Cancún como aventurero, buscando una oportunidad laboral en esas tierras: “A los dos meses de haber llegado no encontré empleo y decidí irme a Chetumal. Me desempeñé como proCompañeros de Proceso Sur. fesor en el Instituto Cumbres por un ciclo escolar. “Un día, por azares del destino, caminando por las inmediaciones de Plaza Chactemal como a la una de la tarde, me encontré a un amigo llamado Juan Manuel, que estudió también la carrera de agronomía en Xalapa, y aunque en ese entonces no tuve gran cercanía o amistad con él, cuando estás fuera de tu tierra a quien te encuentres de allí le dices ‘mi amigo’, ‘mi cuate del alma’, el único lazo al que te aferras. “Estaba haciendo un trabajo de evaluación de los daños del huracán ‘Gilberto’ en el hotel Los Cocos, que en ese entonces tenía otro nombre; me ofreció incorporarme para hacer ese estudio y apoyarlos, la paga era poca pero daban la comida ahí en el hotel, y pues sobre todo yo podía hacer lo que me gustaba”.
De la agronomía al periodismo
“A un costado había unos talleres, donde se hacia el semanario El Clarín y ahí se juntaba la crema y nata del periodismo de ese entonces, varios de esos grandes compañeros siguen en activo, otros ya están en el reino de los cielos, unos más se han ido de Chetumal, algunos a Cancún. “Me interesó mucho el proceso de elaboración de la revista, e hice amistad con Eugenio Morelos Valdovinos, quien era el director de El Clarín, y estaban otros aprendices como Sergio Caballero Alonzo, José Luis Galán (QEPD); me involucré directamente con ellos y empecé a colaborar en la revista. Mi primer texto fue un artículo sobre el balance del huracán ‘Gilberto’ en la agricultura, lo tuve ahí bien guardado, hasta enmarcado, hasta que en una de esas mudanzas frecuentes que tuve en esos años perdí ese documento que era mi orgullo porque fue mi primera colaboración. “Tras el naufragio de ese proyecto hice examen en el Diario de Yucatán, a principios de noviembre de 1990, y lo aprobé, mi jefe era Eduardo Ochoa Guerrero, un gran periodista, de mucho nivel, un maestro del periodismo. Ahí estuve seis años, ya luego siguieron otros medios de comunicación, y uno va saltando y acumulando experiencia”. Ese fue el inicio de Javier Chávez Ataxca en el apasionante mundo del periodismo, donde ha destacado por su profesionalismo y entrega en cada de una de las encomiendas que se le han otorgado: las coordinaciones de La Crónica de Cancún y de El Quintanarroense, la corresponsalía de La Jorna256
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da de 1996 a 2014 y la jefatura de noticias del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS), entre otras. A principios del 2000 se involucró en la radio con el programa Desde el Café, donde cerró su ciclo en el 2011; en el 2013 inició el proyecto de Radio Sipse Café, programa que culminó a principios de mayo del 2014.
Sergio Caballero, Javier Chávez y Martín Morita (QEPD).
Más de 12 años con portal de noticias
Actualmente coordina su portal de noticias, que inició el 15 de octubre de 2003, y la sección de columnas de Novedades de Chetumal, donde se publican sus artículos de lunes a viernes. Los sábados aparece Pena Capital, una columna más extensa, que abarca toda la agenda política de la semana, con temas de seguridad y reclamos ciudadanos, entre otros. “Agradezco a Novedades de Quintana Roo la oportunidad de realizar el periodismo que me interesa, el hacer columnas es una de mis pasiones, es un medio que posibilita dar opiniones y generar que fluyan los datos; la comunicación con los lectores por las redes sociales es vital, ya que te van señalando algunos excesos en ciertas cuestiones, te corrigen”.
Anécdotas
Chávez Ataxca va más allá de lo superficial, la experiencia lo obliga a ir más allá: “Lo político es lo que me apasiona, pero también los reportajes de mucho impacto social, son las fuentes que más me interesan, y sobre todo el periodismo de investigación, donde hay que ir más adelante de donde se quedaron los medios estancados, que a veces te dejan las películas a medias”. Recuerda, como uno de los momentos más memorables de su carrera que “a principios de octubre del 2000, cuando el huracán ‘Keith’ amenazaba al sur de Quintana Roo, había mucha expectación, mucho nerviosismo por la posible llegada de ese fenómeno. Nos valimos de un engaño para cruzar la frontera con Belice, que estaba cerrada, e hicimos un reportaje que me llena de orgullo porque llegamos hasta la capital de Belice, después de cruzar un puente donde la altura del agua era impresionante. “Fue la sagacidad y la experiencia del camarógrafo Otoniel y del chofer Luis Fernando, que nos permitieron realizar unas tomas impresionantes y testimonios de primera mano; por supuesto que fueron solicitados por otras cadenas, pero uno por las prisas no les pone la marca de agua a las imágenes y pues muchos las agarraron y las presentaron como propias, y finalmente no se reconoció el trabajo. Sin embargo, me queda esa satisfacción”. Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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Incomunicados, pese a ser comunicadores
Chávez Ataxca encabeza también la asociación civil Periodistas del Caribe, para ayudar a los compañeros del gremio. “A veces las decepciones son frecuentes en la cuestión laboral; ciertos medios no recompensan el trabajo realizado, otros te cierran las opciones para Javier Chávez, Julio Scherer García (QEPD) y Juan Roque desempeñes tu traba- dríguez Méndez, en un aniversario de la revista Proceso. jo, a veces cuando un medio esta incómodo con tu trabajo te va cerrando las puertas e incluso te cambian de fuente. “Es importante cerrar filas y poder blindarnos, muchos compañeros no tienen seguridad social, pasan por serios apuros si hay algún problema, en un accidente quedan expuestos, sus familias quedan en el desamparo; es un gremio desprotegido, y sobre todo hay una paradoja: nos dedicamos a la comunicación pero estamos incomunicados y distanciados por la desconfianza, cada uno quiere resolver sus asuntos por su cuenta, pero es muy complicado porque cuando hay una tragedia o una situación adversa, uno queda sin margen de maniobra. “Es un desafío, pero hay posibilidades de abrir el abanico y juntar más compañeros, ya somos poco más de 50 periodistas, la mayoría son de Chetumal, hay de José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto, algunos de Cancún, pero no nos hemos extendido del todo, vamos por etapas; lo primero fue afianzarnos en la capital del estado para luego poder ir creciendo y sobre todo convencer a los colegas sobre las bondades de esta asociación”.
Familia maravillosa
Formó una familia con Elvira Moguel Morales el 21 de julio del 2001, y tienen un hijo, Javier Elías Chávez Moguel, quien es su principal crítico. Es amante de la lectura y admirador del ya difunto periodista Julio Scherer García, por “todo lo que ha representado para el periodismo mexicano, con todos los vicios y puntos nebulosos que puede tener, que sin duda los tiene, porque nadie tiene la perfección, pero lo admiro por haber enfrentado al poder del entonces presidente Luis Echeverría, en ese entonces apabullante y aplastante, y por tener la visión de fundar la revista Proceso”. Javier exhorta a las nuevas generaciones de reporteros a prepararse, a leer, a asimilar cultura y dominar las herramientas que van a utilizar, saber escribir y estudiar buenos reportajes para aprender.” Hay que enamorarse de este oficio, para ilusionarte, seducirte y apasionarte”.
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Óscar González Ortiz De la filosofía al periodismo
Un “economista frustrado que estudió filosofía o filósofo frustrado que estudió economía”, se considera, luego de que, de manera inesperada, a los 19 años, un maestro de la facultad recomendó uno de sus textos para el suplemento cultural de El Nacional, que marcó el inicio de una exitosa carrera en los medios de comunicación y lo han convertido en uno de los más destacados periodistas políticos de Quintana Roo
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mante de la pesca, apasionado de la cocina, fiel seguidor de los Pumas de la UNAM y “economista frustrado que estudió filosofía o filósofo frustrado que estudio economía”, Óscar González Ortiz comenzó en 1985 su actividad periodística en El Nacional, en la Ciudad de México, pero a lo largo de su vida ha tenido que elegir entre el bienestar económico y la satisfacción profesional. Es autor de la columna Café Negro, que inició en 1997 con un seudónimo y versaba sobre temas policiacos, y hoy es un puntal del análisis político. Se ha desempeñado en prensa, radio y televisión como reportero, editor, jefe de redacción, publicista, conductor, editorialista, director, entre otros cargos. Es originario de la Ciudad de México, y nació en la colonia San Pedro de Los Pinos, el 10 de mayo de 1964; su madre, Marta Ortiz Munguía, fue una destacada maestra de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y su padre, Óscar González Palomo (QEPD), un comerciante incansable y trabajador. Es el cuarto de seis hermanos -tres mujeres y tres varones-, y creció en ese pequeño barrio lleno de palacios; los domingos se daban el lujo de cePor ningún motivo dejes de ser periodista I
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rrar la calle Patriotismo para jugar futbol, además de cuidar los coches de las personas que llegaban a ver la corrida en la Plaza de Toros, que estaba a sólo seis cuadras de donde vivía. “Al segundo toro nos dejaban entrar a ver la corrida, y al terminar La familia González. salíamos y nos parábamos junto al auto para esperar nuestra propina y nos íbamos a comprar helados; aún conservo amigos de esa época”, rememora.
Independencia a los 17 años
Estudió su primaria y secundaria en La Salle -aunque se declara “completamente ateo”- y desembocó en la Facultad de Filosofía y Letra de la UNAM. A los 17 años se independizó de sus padres, por el deseo de tener su propio espacio. Sus progenitores “fueron padres preocupados por darnos herramientas, por inculcarnos valores de vida, a pesar de que yo soy el único ateo de todos mis hermanos, aunque hice mi primera comunión y canté en el coro de la iglesia, asistía a la iglesia con mi abuelo materno porque al salir me compraba helados, dulces y juguetes”. Su incursión en el periodismo se dio a los 19 años, en el primer semestre de la Universidad: “Un trabajo en la materia de Estética, un ensayo sobre la primera novela de Milan Kundera, una crítica más que un ensayo, le llamó la atención a mi profesor Joaquín Sánchez y me mandó con un amigo suyo, Salvador Reyes Nevares, quien era director de la Revista Mexicana de Cultura en El Nacional. Me lo publicaron y me pidieron un artículo semanal, por el que me pagaban 50 pesos. “Una vez toda la redacción asistió a una fiesta y no llegaron a trabajar, de casualidad pasaba por el lugar y el jefe de redacción me llamó para preguntarme si sabía escribir y corregir, le contesté que sí y me sentó a trabajar, eran unas galeras con sistema compugraphic, primero en corrección de ortografía y estilo y a la semana en redacción”. También colaboró sucesivamente como articulista en unomásuno, como editor en la revista Mira de Miguel Ángel Granados Chapa y como director editorial de la revista Chrysler Club. González Ortiz conoce todo el país; “sólo hay una capital estatal que no conozco, La Paz, pero conozco Los Cabos, que está a unos cuantos kilómetros -revela, con orgullo viajero-. Llegué a esa ciudad laborando como redactor de artículos para las enciclopedias de la Editorial Salvat, donde me percaté que gente sin preparación ganaba mucho más que yo, por lo que pedí la oportunidad de ser vendedor. “Me dieron el chance de ser distribuidor mayorista, no como vendedor de puerta en puerta, cambié el gusto por las letras por la necesidad de dinero; esa fue una época donde me fue económicamente muy bien”. 260
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Una estafa le hizo llegar a Mérida
En 1992 arribó a Mérida víctima de un fraude; le dijeron que sería representante de una importante empresa en el sureste y le pidieron un depósito, que hizo pensando en un futuro prometedor: “Me dijeron que me iba a hacer rico vendiendo cacahuates, pero para eso tenía que darles un depósito, y pues me robaron. Con mi hijo de un año, que ahora es el mayor, me encontré en Mérida sin trabajo y lo único que sabía hacer era vender y escribir. “Fui al puesto de periódicos y compré todos, en ese entonces básicamente sólo existían el Diario del Sureste, Novedades, Por Esto! y el Diario de Yucatán. Decidí ir al Por Esto! y ya estando en la redacción ni siquiera me dejaron decir que si me podían dar trabajo, me sentaron frente a una computadora y me dijeron que me pusiera a editar. Ese fue mi inicio en el periodismo en la Península de Yucatán”. Después se regresó a México para laborar como publicista, otra etapa en la que le fue muy bien económicamente, pero no era su vocación, y no duró mucho tiempo, ya que Mario Renato Menéndez Rodríguez, director general de los Por Esto! le llamó para pedirle que regresara al medio impreso. “Conocía mi trabajo como editor y me trajo para un puesto sin título, que finalmente era el de jefe de redacción en el Por Esto! regional; ahí trabajé hasta 1999, en medio de un aprendizaje intenso, a él lo reconozco como uno de mis verdaderos maestros en el periodismo”. Pero viendo que ya no tenía posibilidad de crecimiento, y ante la invitación de Elder Vega, recién nombrado director del Diario de Quintana Roo, habló con don Mario y le explicó sus razones, y aunque fue exhortado a quedarse, observó a su alrededor y vio a gente de mucha edad trabajando que no había mejorado sus condiciones económicas, así que decidió cerrar un ciclo más.
A Chetumal, por invitación
“Llegué a Chetumal en la noche, Elder Vega fue por mí y nos fuimos a dar una vuelta, a tomar una chela y después al Diario de Quintana Roo, donde fungí como jefe de redacción y entré a trabajar por vez primera en sandalias”. Ese fue el principio de la fructífera carrera periodística de Óscar González Ortiz en Quintana Roo, donde a la fecha se ha desenvuelto como coordinador-fundador del diario Que Quintana Roo Se Entere (hoy Quequi) en Chetumal y director editorial de El Quintanarroense de 2005 a 2007; corresponsal en Quintana Roo del noticiero Enfoque de Núcleo Radio Mil con Leonardo Curzio, Adriana Pérez Cañedo y Raúl Sánchez Carrillo; conductor en el programa radiofónico Visión Ejecutiva y en el programa televisivo de análisis Vórtice, además de colaborador en las revistas radiofónicas El Periódico de Ayer y En Voz Alta. También dirigió el semanario Café Negro, de circulación estatal. Además desde hace 17 años publica cotidianamente la columna política Café Negro en distintos diarios de circulación estatal, es conductor y director de la revista televisiva Café Negro TV, dirige el portal de internet Radio Maya Internacional y la revista A Fondo, es colaborador del noticiero radiofónico Informativo Turquesa y participa en el programa “Estado de los Por ningún motivo dejes de ser periodista I
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En el foro de su programa Café Negro.
Estados” de Lilia Arellano, que se transmite en el Canal 10. Actualmente combina su trabajo del periodismo con asesorías en comunicación, corrección de trabajos de textos para libros y compilaciones, estudios para la iniciativa privada que incluyen trabajos o reportes para la toma de decisiones; es realmente de lo que vive, aunque se dedica al periodismo, enfatiza.
Origen de Café Negro
“Me parece curioso su origen, porque fue hace muchos años, en mis tiempos del Por Esto!, en 1997, cuando era editor de la sección de policía había que llenar diariamente 16 páginas, y yo tenía que trabajar en la línea editorial del periódico, y había litigios con muchos intereses, por lo que pedí escribir una columna pero no con mi nombre, sino firmada por el Padre Brown, un personaje de ficción creado por el novelista G. K. Chesterton, de apariencia ingenua, pero cuya agudeza psicológica lo convierte en un formidable detective. “Mientras estuve en el Por Esto! hubo una columna que se llamaba Café Negro, después llegué al Diario de Quintana Roo y Elder Vega me pidió seguir haciendo la columna pero ya no quería hacerla policiaca, ahora quería hacerla política y así empecé; desde entonces he publicado ininterrumpidamente, prácticamente en todos los periódicos”. Su carrera de filosofía le exigía leer, por lo que se le quedó como una costumbre, pero además practicó futbol americano, esgrima y alpinismo. La cocina le apasiona, gusto que le ha heredado a uno de sus tres hijos -Oscar y León, que viven con él en Chetumal, y Monserrat, quien radica en Mérida, Yucatán, con su mamá-; el mayor estudia gastronomía, el segundo tiene el interés de seguir los pasos de su padre en el periodismo, y la pequeña desea ser escritora, “tiene talento”, sonríe con orgullo. La pesca deportiva es algo que le fascina a Oscar González y a sus dos hijos, les permite una sana convivencia, por lo que dos veces al mes la practican, gracias a los buenos amigos que ha hecho es esta profesión, “donde se gana poco, pero más que de profesor en la UNAM”.
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Agradecimientos Mi gratitud eterna por su invaluable apoyo en la elaboración de este libro a Héctor Cobá, a Francisco Cervera “Pico de Gallo”, a Manuel Cruz y a Jonathann Estrada, por hacer posible un sueño; y por supuesto a los colegas que proporcionaron las gráficas que ilustran esta obra, todos ellos valiosos amigos... Muchas gracias
Por ningún motivo dejes de ser periodista I Esbozo histórico del periodismo en Quintana Roo 1972-2006 de Sergio Masté Impreso en los talleres Diario Respuesta Editorial Millastro Oficinas Primera Sur, manzana 227, lote 2, Colonia Ejidal. CP 77710; Playa del Carmen, Solidaridad, Quintana Roo. Teléfono 984 206 20 00
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Esbozo histórico del periodismo en Quintana Roo 1972-2006
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s casi como un mandato el mensaje que refiere el título. Algunos quizá sugieran una condena. Es por mucho una sentencia para el apasionado trabajador de este oficio que podría contarse entre los más antiguos del mundo. Aunque con ello se equipare al más famoso de ellos y que en una extrema comprensión podría suponer las mismas tentaciones, sacrificios, dedicación y entrega. El periodismo es un trabajo que integra sentimientos, vidas, historias, pasiones y sinergias. Es un trabajo que lo refiere todo por magnánimo o simple que sea. Ser periodista es de lo más sencillo aunque conlleve factores nada fáciles de aplicar. Es una responsabilidad ineludible e inalienable. Por ningún motivo dejes de ser periodista I. Esbozo histórico del periodismo en Quintana Roo 1972-2006, es la recopilación de historias, anécdotas, hechos tangibles y crudos de algunos de los más reconocidos periodistas de Quintana Roo sin bagajes, estigmas o niveles que por lo regular se refieren en el gremio. Esta antología sin sentimentalismos pero sí con el reconocimiento absoluto del esfuerzo y labor de cada uno de los que presenta mi socio y amigo Sergio Efraín Masté Pantí, es una colección de oro que merece ser leída y atesorada por todas las generaciones. Porque muy pocos periodistas encuentran en el mismo gremio esa venerable presea al trabajo cumplido que, sin tener que ser otorgada o recibida, sin duda es bien merecida. Este es un primer tomo de varios que el compañero periodista Sergio Masté realizará con el auspicio de Grupo Contrapunto. La idea es presentar e inmortalizar a diversas generaciones del gremio periodístico. Todos los géneros y sus distintos estilos plasmados en los libros que remiten su principal mensaje: Por ningún motivo dejes de ser periodista. Jonathann Estrada Presidente de