Semillero de investigación Agua + Ciudad. Fase I. Universidad Nacional de Colombia

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AGUA + CIUDAD SEMILLERO DE INVESTIGACIÓN

Intituto Hábitat Ciudad y Territorio Facultad de Artes Sede Bogotá



AGUA + CIUDAD



AGUA + CIUDAD SEMILLERO DE INVESTIGACIÓN

Henry Valdemar Talavera Dávila Natalia Carolina Acosta Bello Angie Carolina Camacho Gutiérrez Valentina Castillo Bejarano Daniela Carolina García Rojas


Rectora Dolly Montoya Castaño Decano Carlos Eduardo Naranjo Quiceno Instituto Hábitat, Ciudad y Territorio Semillero de investigación Agua + Ciudad Director Henry Valdemar Talavera Dávila Grupo de trabajo Natalia Carolina Acosta Bello Angie Carolina Camacho Gutiérrez Valentina Castillo Bejarano Daniela Carolina García Rojas Diseño y diagramación Natalia Carolina Acosta Bello Angie Carolina Camacho Gutiérrez Impresión Imágenes y Texto LTDA. Primera edición impresa: diciembre de 2020 Página web http://artes.bogota.unal.edu.co/arquitectura-territorio https://issuu.com/semilleroaguaciudad Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial. Universidad Nacional de Colombia Facultad de Artes Escuela de Arquitectura y Urbanismo Sede Bogotá 2020


Convocatoria HERMES Código: 40364 Código QUIPU: 204010028025

SEMILLERO AGUA + CIUDAD CONVOCATORIA PARA LA FINANCIACIÓN DE PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN Y CREACIÓN ARTÍSTICA DE LA FACULTAD DE ARTES Modalidad B: Apoyo a la investigación y la investigación-creación, que promuevan semilleros de investigación, no financiada por otras fuentes de la Universidad. Fecha Inicio: 01/02/2018 Fecha Finalización: 15/05/2019


CONTENIDO PRESENTACIÓN

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INTRODUCCIÓN

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PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

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PRIMERA APROXIMACIÓN

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TERRITORIO PROBLEMA

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DIRECTRICES DE ORDENAMIENTO

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TRABAJOS DE GRADO 2018-I

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HUMEDAL LA CONEJERA COMO BORDE INTEGRADOR Y ESTRUCTURADOR DE BOGOTÁ

60

Henry Valdemar Talavera Dávila Henry Valdemar Talavera Dávila

Henry Valdemar Talavera Dávila

Valentina Castillo Bejarano Valentina Castillo Bejarano

Angie Carolina Camacho Gutiérrez y Daniela Carolina García Rojas

HUMEDAL Y VIVIENDA

Natalia Carolina Acosta Bello

COHESIÓN PERMEABLE DEL FRAGMENTO URBANO TIBABUYES - RÍO - HUMEDAL Valentina Castillo Bejarano y Angie Paola Sánchez Morales

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LÍNEAS TEMÁTICAS DE INVESTIGACIÓN

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PRESENTACIÓN DE LAS LÍNEAS

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CARTOGRAFÍA DEL AGUA

180

TECTÓNICA DEL AGUA

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HABITABILIDAD DEL AGUA

200

REFLEXIONES FINALES

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Henry Valdemar Talavera Dávila

Angie Carolina Camacho Gutierrez Daniela Carolina García Rojas

Natalia Carolina Acosta Bello


GRUPO DE TRABAJO

HENRY VALDEMAR TALAVERA DÁVILA Arquitecto Magíster en Gestión Urbana. Universidad Piloto de Colombia Líder Grupo de Investigación: Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio.


NATALIA CAROLINA ACOSTA BELLO

ANGIE CAROLINA CAMACHO GUTIÉRREZ

Estudiante de Arquitectura Universidad Nacional de Colombia

Estudiante de Arquitectura Universidad Nacional de Colombia

VALENTINA CASTILLO BEJARANO

DANIELA CAROLINA GARCÍA ROJAS

Arquitecta Universidad Nacional de Colombia

Arquitecta Universidad Nacional de Colombia


PRESENTACIÓN

AGUA + CIUDAD

Henry Valdemar Talavera Dávila

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El Instituto Hábitat Ciudad y Territorio es un ámbito académico que promueve la investigación de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia en temas ligados al hábitat, la ciudad y el territorio. Busca la articulación de los grupos de investigación con pares internacionales para la consolidación de redes de investigación académica en torno a los grandes problemas contemporáneos y coyunturas nacionales imprescindibles de pensar. El objetivo general es desarrollar, promover y visibilizar la investigación de la Facultad de Artes en torno a los grandes problemas del territorio y las ciudades especialmente en la precisión de la inestabilidad del hábitat contemporáneo en el marco político nacional e internacional (como una nueva territorialidad en solidaridad y reconciliación), a través del fortalecimiento, estimulo de la coherencia y pertinencia de los procesos de investigación.

El grupo de investigación en Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio estudia el proceso de transformación de la tierra que genera la dispersión de la ciudad, no solo en el sentido de llevar la urbanización a las áreas naturales, y por lo tanto el efecto de urbanización del planeta, sino la transformación de la tierra a partir de la presión antrópica y especialmente urbana. En ese sentido los grandes temas que atiende su estudio implica una aproximación multidimensional pues la ecología urbana contemporánea, la nueva geografía de las regiones, la crisis ambiental de los territorios, la marginalidad y disipación de la urbanización, la vulnerabilidad de las áreas naturales, los procesos críticos de desertización, inundación, extracción, contaminación, entre otros aspectos, son procesos complejos que no pueden ser atendidos desde las certezas disciplinares actuales, sino desde el terreno de la interdisciplinariedad. Igualmente, estudia el proceso de transformación de las ciudades especialmente desde el impacto de la industrialización hasta el presente.

PRESENTACIÓN

Grupo de Investigación

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El estudio de la transformación de la ciudad tanto al interior de ella como al exterior, implica estudiar los procesos de descentramiento, pérdida de legibilidad de las áreas centrales, fragmentación y segregación socio-espacial, deterioro del hábitat urbano, destrucción de la estructura ecológica principal, déficit endémico de espacio público y colectivo, lentitud e ineficacia de la movilidad urbana, etc., cuando son expuestos a situación-límite como es la etapa de post-conflicto que tendrá en los territorios y las ciudades el laboratorio para su éxito o su fracaso. En ese sentido, tanto el hábitat como las ciudades son planos complementarios de un problema epistemológico que el Instituto hábitat, ciudad y territorio debe abordar. Este hilo tensado entre las fuerzas de cohesión espacial históricamente consolidadas que están en peligro de disolverse, y la situación de la tierra como hábitat inestable de la sociedad contemporánea, son transversales al problema de una arquitectura del territorio. Este no es un problema que se pueda atender desde una plataforma disciplinar predominante, es un problema transdisciplinar por excelencia.

Lineas de investigación del grupo Semillero Agua + Ciudad

AGUA + CIUDAD

Objetivo General Evaluar el papel que tiene la estructura ecológica, específicamente el sistema hídrico de los humedales, en la consolidación urbana de las periferias de la ciudad, frente al rol marginal que el crecimiento inmobiliario le asigna a este territorio; para precisar la capacidad del sistema hídrico de estructurar los territorios urbanos comprometidos; a través de la formulación de proyectos urbanos inclusivos y de escala pertinente.

Objetivos Específicos • Explorar una forma de habitar los entornos de los humedales con criterio equilibrado entre el habitar la protección de la estructura ecológica • Formular una estructura espacial que explore nuevos tejidos donde la relación del sistema hídrico y el desarrollo urbano implique la fortaleza de ambos procesos

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Red internacional Arquitectura del territorio La red internacional en arquitectura del territorio es un ámbito de investigación conformada por profesionales, académicos y estudiantes de diferentes disciplinas y de diferentes latitudes involucrados en la investigación y exploración sobre la construcción del hábitat urbano, los territorios y las ciudades contemporáneas. El objetivo principal de la red es indagar acerca del problema de la dimensión arquitectónica del territorio, un concepto que se origina en el antiguo debate académico y disciplinar sobre la relación entre arquitectura y ciudad pero lo actualiza a la inédita relación entre arquitectura y hábitat. Constituye un esfuerzo contemporáneo para avanzar en el debate sobre el papel de la arquitectura en la construcción y transformación de la tierra, que implica necesariamente un “entrecruzamiento” de la condición arquitectónica del AGUA Y LA CIUDAD.

Seminario-Taller Agua + Ciudad Los seminarios-taller AGUA+CIUDAD son un escenario académico desarrollado en conjunto con los talleres de arquitectura de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, para introducir a los estudiantes de ambas facultades a la investigación sobre un tema de alta relevancia como es la interacción entre dos estructuras una ecológica y otra urbana, en la convicción que ambas no pueden tratarse separadas pero tampoco ninguna es subsidiaria de la otra. El proceso inicio en el año 2013 en el que cada años se realizó dos talleres, uno en Bogotá y el otro en México. Actualmente se han realizado 12 versiones del mismo con un alto reconocimiento por parte de los estudiantes y ha servido para definir una agenda reflexiva sobre el tema de impacto formativo que podemos resumir en el siguiente cuadro:

PRESENTACIÓN

Esta red está conformada actualmente por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), a través del grupo de investigación en Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio y del Instituto Hábitat Ciudad y Territorio, además a través de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma

de México (UNAM), la Universidad Ku Leuven de Bélgica con su línea de investigación “water urbanism”, la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa-Perú con el grupo de investigación en suturas urbanas, y la Facultad de Arquitectura de la Universidad San Martín de Porras sede Sur de Arequipa, Perú.

Figura 1. Cuadro proceso formativo Seminarios-Taller AGUA+CIUDAD. Elaboración: Henrý Valdemar Talavera Dávila

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INTRODUCCIÓN

AGUA + CIUDAD

Henry Valdemar Talavera Dávila

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El presente documento surge de una reflexión iniciada en el 2013, en el marco de los seminarios internacionales de AGUA+CIUDAD, realizados en coordinación constante con la facultad de arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, y con la participación de otras academias de la red de investigación en arquitectura del territorio (www.arquitecturadelterritorio.unal.edu.co), en la que se explora el papel del territorio hídrico en el proceso de transformación de las ciudades contemporáneas.

Igualmente, frentes de inicio que van desde la comprensión del rol público del agua hasta la condición privada y familiar del mismo, tocando por ello todas las prácticas sociales de factura urbana y rural; más allá de su papel tecnológico el agua como problema de investigación supera grandemente el plano de la infraestructura (siendo sin embargo determinante en la construcción de las ciudades) y toca plenamente el plano de la estructura urbana y arquitectónica. Lo anterior se precisa por cuanto se hace evidente que las aproximaciones hasta ahora desarrolladas en el ámbito académicos no han tocado aun la medula del problema en la conexión agua y ciudad, los enfoques desarrollados en general son de dos tipos, por un lado la condición tecnológica de regulación del flujo del agua como el control de de los ciclos de inundaciones que son básicamente infraestructura, y por el otro lado, su condición paisajística donde el agua es factor pasivo para efectos de ambientación ante todo (espejos de agua, plazas de agua, canalizaciones en el espacio público, o fuentes recreativas). Aun las experiencia en litorales y costas marítimas o ríos caudalosos, la

INTRODUCCIÓN

Los avances realizados en los seminarios internacionales han permitido definir con cierta claridad una temática general en el plano de una posible integración proyectual del territorio urbano y el aspecto de carácter estructural pero también de orden cotidiano, lo que implica una gama amplia de reflexión que define una agenda de investigación con múltiples frentes de inicio, como por ejemplo la definición del territorio del sistema hídrico que afecta directa e indirectamente a la conformación de las ciudades.

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separación entre agua y ciudad es la base de tal relación (malecones, miradores, etc.). La experiencia de los seminarios internacionales agua+ciudad mostraron nuevos aspectos que superan grandemente los temas tecnológicos y paisajísticos y se pueden agrupar en tres: • El territorio del agua y su rol estructural • El agua como espacio público y colectivo • La habitabilidad del agua

AGUA + CIUDAD

La pregunta sobre EL TERRITORIO DEL AGUA, implica la indagación sobre el campo geográfico ligado al ciclo del agua y su interdependencia con el suelo, lo que muestra la necesidad de recurrir a otras disciplinas para aclarar esta pregunta, este contempla no solo la cuenca hídrica, sino su fuente y su orografía asociada como la paramos y los valles, en este aspecto, el reto de descubrir que el agua no se reduce al elemento como el rio, el humedal o la laguna, sino el sistema, el flujo y su campo geográfico, inclusive el clima; además de hacerse urgente un “enfoque arquitectónico” para atender este tema. En otras palabras, se necesita una mirada (diferente a la de la edificación) para comprender una eco-región y de ella enfatizar un territorio hídrico y colocarlo en el plano del problema espacial. Ligado a esta territorialidad emerge un problema de la mayor importancia, es cuando el territorio del agua muestra su papel en la estructuración de los territorios. Es decir, la pregunta se formula en la dimensión estructural del agua y específicamente su papel en el ordenamiento del territorio; plantearse este tema implica recurrir al concepto de estructura ecológica como también al de territorio vulnerable, que está contemplado en las normativas para el ordenamiento urbano, y en ese sentido la relación interdependiente entre la estructura urbana y la estructura ecológica se formula con claridad en términos urbanos mas no en términos arquitectónicos. Muy cercano a esta temática emerge una de las preguntas más difíciles, y es la comprensión del agua como espacio público y especialmente como espacio público-urbano. Al introducir la dimensión geográfica del agua en la proyección de las ciudades a través de las anteriores dos variables: por un lado la territorialidad regional del agua y por el otro el rol estructural del mismo, la proyectación de las ciudades dejan de ser definidas por su suelo construido. Y este no es un logro

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menor, es de una implicancia de alto impacto por cuanto, lo urbano se desliga de lo construido como quería H. Lefebvre desde la década de los 60, y la condición de espacio público entra en escena. Al sacar al espacio público de su cárcel “de lo construido” que lleva a la reducción del mismo a andenes, calzadas y parques (aunque estos hacen parte del concepto de espacio público) este exige una compresión más compleja de lo público que implica una plataforma teórica múltiple desde gobierno de ciudad (muy cercano a la esfera de Estado y de territorio) hasta uso social del espacio, cercana a la autogestión de las ciudades y su territorialidad, pasando por la condición publica del territorio y su interdependencia con el planeta, mas cercano a procesos de territorialización en el marco eco-regional del problema. En síntesis, el agua como espacio público va más allá de los frentes de agua de los malecones de los jarillones, de las plazas y andenes, de borde de humedales (aunque los contiene) es ante todo un tema de valor público del territorio hídrico, que posee por tanto varias escala de aproximación, regional, humana e institucional, por lo menos. En la dirección anterior la pregunta se completa con la búsqueda de la vocación colectiva del agua en la formación de ciudadanía, es decir, el agua como estructura urbana. Este paso del agua como estructura ecológica al de estructura urbana no implica perder su dimensión geográfica, por cuanto la tendencia cuando se recurre a lo urbano es bajar la escala a los lotes y puntos de encuentro, no es un problema de escala, es un tema esencialmente de estrategia. Al tomar en cuenta que la base de la estructura urbana son los espacios de cohesión social y especialmente los que concentran capital humano en el marco de flujos de movilidad, la pregunta que emerge es sobre la dimensión colectiva del agua; es decir, si es posible hacer del agua un factor de centralidad o de conducción de flujos. Este tema abre otros muchos, como cuando se verifica que el agua puede ser un factor de segregación y deterioro antes que todo, por eso la pregunta es vital, pues en este caso la pregunta esta sobre los límites del agua para ser centralidad y sobre la esencia de la ciudad, como fuerza de cohesión y expansión, como latido territorial que contiene una idea de civilización y ciudadanía. En este caso la sola condición natural del recurso hídrico no basta, se hace necesario integrarlo con los espacios de construcción social y cohesión comunitaria en la hipótesis de una nueva singularidad geo-urbana. Un tercer tema enfatiza el rol del agua como hábitat residencial, como lo muestra la mayoría de las poblaciones ligada a


los ríos y mares, pero la pregunta se hace en la dimensión metropolitana del asentamiento, por un lado, sobre el papel constructor del sistema hídrico en la actividad cotidiana de los pobladores, su papel productivo y económico, más allá de los servicios ambientales, y por el otro, sobre las buenas prácticas comunitarias arraigadas a la memoria colectiva y recorridos tradicionales que ponga en valor el territorio del agua, específicamente su huella. Este tema va tomando cada vez más una inusitada importancia, es la pregunta sobre la memoria construida que está presente a pesar del olvido de su población, es decir la memoria construida es más profunda que la memoria de las sociedades, y de esta huella es que nacen nuevos y renovados caminos reflexivos.

instrumento de mirada como el artefacto de transformación son imprescindibles pues esta íntimamente ligado a la representación del proyecto de arquitectura.

En síntesis de estos temas, que no agotan la agenda de una investigación a largo aliento, emergen de una ciudad en mutación (de ciudad tradicional a metrópoli o región) donde el territorio del agua y la memoria hídrica, son los más vulnerables, pero a su vez no es posible consolidar una nuevas estructura urbana (sea metropolitana o sea regional) sin tomar en cuenta el ecosistema de la sabana y esta no es posible sin el ciclo del agua vigente y fortalecido como estructura de la ciudad por venir.

Agenda de investigación, construida a partir de desarrollar los temarios más importantes surgidos en los seminarios internacionales de AGUA+CIUDAD. Esta agenda se construyó a partir de los tres temas básicos planeados anteriormente con el uso de los referentes como estrategia para insertar la pregunta de exploración que atienda cada punto de la agenda.

Primera aproximación académica, que se presenta en el formato trabajo de grado de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Artes de la UNAL. En la que se formula un problema territorial concreto y a partir de unas directrices generales de ordenamiento que dan paso a proyectos de diferente escala para atender el especifico tema de la articulación entre el territorio del agua y la estructura urbana. Son tres experiencias académicas exitosas que sirve de referente para otros procesos de igual factura.

Conclusiones del proceso y reflexiones finales que abren un camino de investigación antes que cerrarlo.

Línea base, que se plantea a partir de especificar las certezas vigentes y de allí perfilar la incertidumbre actual de la relación agua+ciudad. Para esta tarea se pone en evidencia las reflexiones sobre el papel constructor de la geografía en la construcción teórica del proyecto arquitectónico ante todo, así como las búsquedas en torno a la superación disciplinaria del objeto arquitectónico como centro y limite de la arquitectura, sino como un factor mas de una tarea olvidada: la arquitectura del espacio humano.

INTRODUCCIÓN

Tomando en consideración este temario básico el presente documento organiza su texto en cuatro grandes partes, buscando partir de un proposito donde se plantea la pregunta de investigación y un texto, donde se desarrolla los argumentos básicos del problema de la relación agua y ciudad, se formula una conclusión donde de perfila la agenda de investigación, como lo detallamos:

La hipótesis, que define la pregunta central del problema y especialmente aquellas que permiten seguir una senda reflexiva y que a su vez construye un enfoque. Esta tarea se adelantó con base en una mirada contemporánea definida gracias a los aportes de la filosofía de fin de siglo XX y el arte crítico de los primeros años del siglo XXI, en este caso el

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PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

AGUA + CIUDAD

Henry Valdemar Talavera Dávila

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Antecedentes En este punto se desarrollarán de manera sucinta y cronológica las exploraciones que se fueron develando a lo largo de los talleres internacionales.

Primer taller (2013)

Incursionamos en el concepto de ‘territorio’ buscando aclarar los factores que determinan este y permitió definir el termino con mayor detalle, puesto que se hizo evidente que se exportan términos de otras disciplinas sin tener claro que la aproximación arquitectónica tiene una particularidad y es que no solo contempla la fase de diagnóstico sino también una fase creativa que la separa de la mayoría de las disciplinas que estudian el territorio. Las aproximaciones más importantes fueron los enfoques que vienen de la geografía, la antropología y la ecología. En la primera, la actitud hacia la objetividad es notoria, donde los aspectos físicos priman sobre los aspectos intangibles aun cuando los incorpora pero dentro de una lógica científica ante todo. En este sentido el territorio es visto como un espacio que se puede acotar y controlar. Por otro lado, la aproximación antropológica es complementaria, esta parte de la evidencia de una sociedad que se orienta hacia un territorio para apropiarlo, transformarlo y hacerlo parte de su constitución, por ello el término mas adecuado a este enfoque es territorialidad donde el énfasis es en la cualidad de la relación antes que definir las condiciones físicas de la misma; es decir, el territorio se construye socialmente y en el tiempo, este no esta dado de ante mano sino es resultado de prácticas humanas donde los aspectos cualitativos priman sobre los objetivos, es marcadamente una mirada importante para el reto que

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

Siendo el inicio de la experiencia académica sobre la relación entre la ciudad y el “agua” la pregunta se enfocó en precisar un conjunto de términos que son usados por diferentes investigadores y académicos sin tener necesariamente el mismo contenido semántico. Aun mas se fueron detectando.

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nos ocupa. Mientras que las aproximaciones de la geografía y las ciencias humanas se complementan, la ecología trae otra mirada, una que busca ante todo la comprensión de los procesos de formación y transformación de los territorios, donde las fuerzas, las estructuras y las acciones humanas son parte de un problema temporal ante todo, por ello los conceptos de matriz ambiental, ecosistema, resiliencia y sostenibilidad son especialmente temporales, la mirada ecológica es muy compleja y pertinente al problema de la relación del agua y la ciudad. Es por ello que el término más adecuado para ello es el de hábitat, no solo como problema de habitación sino ante todo como modo de habitar y estado de habitabilidad dos extremos donde el territorio es el centro de la indagación. Si bien la mirada objetiva de la geografía, junto con el enfoque cualitativo de las ciencias humanas y la mirada holística de la ecología son imprescindibles no son suficientes para dar cuenta de la aproximación arquitectónica. La arquitectura necesita de una coordenada proyectual que no poseen los disciplinas anteriores y esto trae como resultado una aproximación inédita, puesto que exige tanto una estructura espacio-temporal de la reflexión como una estrategia representativa pertinente, es

decir un TELOS y un TECKNE adecuado a la proyectación del territorio. La estrategia desarrollada en formato experimental fue deslindar diferentes aspectos de la geografía y uso social del espacio para tratar de acercarse al tema con el mayor rigor académico posible, esto implico dos pasos: el primero corresponde a deslinde de capas para poder evidenciar la complejidad de la tarea, como las capas hídricas, orográficas, telúricas, viales, asentamientos, infraestructuras, centralidades, etc., y el segundo, el mas importante, ligarlos a través de preguntas con intención investigativa para poner en evidencia las tensiones entre los componentes; esto trae consigo evitar la actitud mecánica de la sola superposición de capas para tener un resultado más analítico. La intención es definir un territorio problema a partir de preguntas de investigación que ponga en evidencia la tensión entre las capas que conforman un territorio (geológicas, geomorfológicas, vegetales, culturales, urbanas, etc.), hacerlas explicitas y poner en valor las fuerzas potenciales que están siempre en la memoria de los lugares, la intención es la necesidad de entender el territorio como una estructura crítica antes que como un sitio o como una práctica, ante todo un hábitat inestable y un problema epistemológico.

Caso de estudio En este taller el estudio de caso fue la cuenca alta del Río Bogotá, especialmente el área comprendida entre la unión de los ríos Teusaca, Bogota y Suesca, hasta el nuevo nudo hídrico formado por un amplio meandro del río Bogota y la desenvocadura del río Frío, este último fue el espacio escogido para explorar los proyectos entre el tejido hídrico y la ciudad de Chía.

AGUA + CIUDAD

La pregunta central del taller estuvo en torno a descubrir la estructura ecológica que soporta el valle, entre dos sistemas orográficos que reciben agua de otros dos valles el de Teusaca y el de las antiguas minas de sal, el valle del río Bogotá desde Zipaquira hasta Chía tiene una conformación muy especial porque actúa como bisagra de la cuenca alta y media del rio, asi como también es bisagra de la sabana centro y occidente, lo que lleva a plantar como una directriz básica la consolidación del papel de bisagra natural antes que urbana, además de enfatizar en la defensa de la continuidad vertical de los ecosistemas: páramos, cerros, planicie y río.

Figura 1. Área de estudio Taller 2013. Elaboración del taller

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En ese contexto la directriz pretende poner en tensión el sistema urbano actual definido por asentamientos discontinuos


En síntesis, este tema inicia planteando ambas estructuras la ecológica y la urbana en coordinación ninguna subsidiaria de la otra, sino buscando complementariedad, este de por si ya es una diferencia con el urbanismo y la planeación territorial. Y por ello obliga a plantear el problema en el plano estructural antes que coyuntural.

Segundo Taller (2014) El segundo concepto que emergió como no coincidente entre los participantes al los talleres fue el de ciudad, en este caso, la mirada de los urbanistas e historiadores se hace presente, sin embargo, ambas tienen limitaciones que fueron más una traba que una virtud, el urbanismo define ciudad como un área construida generalmente compacta donde se asientan funciones y sistemas de movimientos, entre otros, los aspectos cualitativos como los espacios de encuentro y socialización que para muchos estudiosos de la ciudad son la base de esta, en el urbanismo, tienden a ser considerado como aspectos indicativos que se resuelven con regulaciones y normativa, como los usos del suelo y estandares urbanísticos; esta forma de aproximarse al tema de la ciudad no permite comprender un espacio de borde como el que nos ocupa, porque el tratamiento del agua siempre es marginal, eso explica porque los proyectos en torno al agua son para desaparecer o para canalizar o el mejor de los casos para regularlo. En síntesis, la conceptualización de la ciudad ameritaba una revisión en la que el agua pueda ser pensada de la misma importancia como se piensa la estructura urbana y debería permitirnos entender tanto las raíces del proceso como el proyecto de ciudad. Es en este escenario que se plantea el problema del encuentro hídrico-urbano como espacio público. A partir de considerar las múltiples relaciones territoriales que operan en proceso de contacto hídrico-urbano (desde su geomorfología hasta las manifestaciones propias de la vida), el AGUA emerge como fenómeno geo-histórico (Soja), y por ello es esencialmente de la esfera de lo social y del espacio público ante todo. El espacio público es por excelencia el que define un campo vital y sintagmático desde el cual emergen las redes colectivas de apoyo, protección, socialización, etc.,

que están en la base las ciudades, por ello, más allá de la visión de estructura ecológica prioritaria en ordenamiento de los territorios el territorio del agua está llamado a consolidar el carácter colectivo de una ciudadanía en disolución y en mutación.

Caso de estudio El segundo taller tomo como estudio de caso, la cuenca media del río Bogotá, específicamente desde el municipio de Chía hasta el municipio de Mosquera, en el cual se hacía evidente nuevos retos hídricos como los humedales y la fuentes subterráneas, esto nos llevó a ampliar grandemente la mirada sobre el territorio del agua más allá del cuerpo de agua. Considerando que toda intervención debe hacerse desde la puesta en valor de la estructura territorial fuertemente ligada a la geografía de la cuenca media del rio Bogotá, donde actualmente se juega el futuro urbano de la región central (un área suburbana inundable, de alto potencial rural en detrimento, invadida de desarrollos inmobiliarios en suelo de alto riego, actividad industrial insostenible, oferta de servicios de bienestar social desarticulados, servicios de ocio de accesibilidad vehicular privada, entre otros), el reto no puede limitarse a la construcción de edificios y equipamientos;

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

a lo largo del río cruzado por bandas verticales de orden natural, evitando uno de los escenarios criticos mas nefastos, la conurbación entre los tres municipios, la desconexión de los pisos ecológicos y la ruptura de la continuidad entre el sistema orográfico.

Figura 2. Área de estudio Taller 2014. Elaboración del taller

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al contrario es una condición donde la geografía hídrica es el equipamiento territorial por excelencia. La hipótesis desarrollada en este marco fue la re-construcción de una ciudadanía de escala territorial. Explorar el umbral mágico que se esconde en una tensión sin solución entre la región ecológica y el río Bogotá, será la excusa para la reconstrucción de un programa de vida, una reconquista de sentidos que solo se puede hacer desde las raíces geográficas, desde el contacto con la tierra y el agua. En ese sentido la comprensión del potencial rural y ambiental de la sabana occidente fue significativo, pues mostro tres aspectos de alto interés que entran en juego en la proyectacion del territorio: 1. La condición hídrica de la sabana, no solo por el sustrato acuoso del suelo, sino por la compleja red de humedales y ríos que la conforman integrando los valles de Subachoque, el valle Tenjo y el sistema orográfico de Factativa, incluyendo la vulnerabilidad hídrica del municipio de Madrid y Mosquera; 2. La riqueza productiva del área es muy alta y toda ella aun está en fase primaria, de cultivo y explotación básica, mas allá de los riesgos de los agroquímicos, aun no es una área rural en fase de agroindustria, lo que implica un potencial enorme de desarrollo rural limpio, y 3. El peligro

Tercer taller (2015) El tercer concepto que se atendió es la comprensión adecuada de lo que queremos decir cuando decimos AGUA. A partir del tercer taller se hizo evidente que el problema del encuentro entre el agua y la ciudad pasa por definir el encuentro como un espacio público, que necesita ser identificado. Esta tarea exige la formulación de una mirada al término agua en esta investigación, y no es solo el cuerpo líquido de los ríos y humedales, sino es todo el ciclo del agua y los componentes del mismo. Esta es el más importante descubrimiento, pues el ciclo del agua integra tres conceptos tomados de la ecología, la matriz ambiental como el ecosistema preponderante en la región, el corredor biológico como la unión de fuentes naturales vírgenes o de alta importancia biológica, y el de estructura ecológica (Van der Hammen), que junto con el de ciclo del agua definen un cuerpo teórico básico que permite definir al agua como una generalidad que tarta de exponer un territorio hídrico mas complejo, donde las directrices mas importantes son: la continuidad física del ciclo del agua, la integración de los ecosistemas naturales mas estructurantes, la conservación del ambiente que permite que el ciclo se conserve y mantenga altos grados de resiliencia.

AGUA + CIUDAD

Por lo tanto, la definición del encuentro agua+ciudad como terreno de lo público unido a una visión estructural del mismo donde territorio es ante todo un proceso de transformación continua, ciudad, un campo de fuerzas construidas colectivamente y en el tiempo y agua una hábitat de vida, trae consecuencias en varios frentes, especialmente en la connotación de lo público y en la tarea de su proyectación.

Figura 3. Propuesta Taller 2014. Elaboración del taller

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de la urbanización dispersa y fragmentada que deviene de la voracidad económica del país y de Bogotá, en este caso la (mala) enseñanza de la disolución de los ríos del lado oriental del río Bogotá (Tunjuelo, Fucha y Salitre) anuncia lo mismo con los humedales de Gualí, la Florida y el sistema rizomático de rio Subachoque, Bojaca y Tenjo.

Lo público no se agota con la esfera del gobierno de la ciudad y el país, este factor se reduce a una variable de poder dominante, pues contempla también como uso social del espacio y como imaginario colectivo de resistencia, pero también contempla el proceso de territorialización como agenda central de lo público donde la Tierra y su sostenibilidad es de interés colectivo por


varias generaciones, siendo en ultimas un cuerpo de valores humanos inéditos y en algunas esferas como una nueva utopía necesaria. Otra consecuencia de poner el encuentro de las estructuras ecológica y las estructuras urbanas como problema público es que se constituye en esencia un borde tanto teórico como espacial, un borde que es ante todo un campo de fuerzas, donde la construcción de una ciudadanía contemporánea (Arendt Hannah) está en juego, es decir, lo público como espacio colectivo (o privado) del encuentro (o aislamiento) y la inclusión (o la exclusión), no solo de personas sino también de espacios. Este tema es de la mayor importancia, pues hace evidente que el problema solo puede ser acotado en el marco estructural y no coyuntural.

problema de la COHESION + INCLUSION. La cuenca del río Tunjuelo integra varios ecosistemas de alta vulnerabilidad como bosques primarios con abundante fuentes hídricas en la cordillera oriental, el paramo de Sumapaz, y, la producción agrícola de la zona rural de la localidad de Usme. Sin embargo, las cuencas media y baja tienen un compromiso ineficiente y delicado con el tejido urbano de la ciudad. Este contacto se ha extremado en los últimos 40 años y ha demostrado la irracionalidad y el fracaso del urbanismo y la arquitectura. Esta fractura ha incidido en la consolidación de DOS CIUDADES: el centro metropolitano de Bogotá al lado norte del río y Ciudad Bolívar, una localidad infradotada y con altos índices de violación a los derechos fundamentales de los niños y jóvenes.

Es decir, el espacio de encuentro entre lo natural y lo artificial (urbano) es también un espacio de encuentro entre lo colectivo y lo íntimo (Van Eyck) y es en definitiva un territorio de conflicto, el reto por tanto es conceptuar este campo de fuerzas como un magma donde lo público emerge como problema epistémico, sacándolo de su natural predio: la esfera del poder. En síntesis, cuando decimos agua nos referimos ante todo a un ecosistema integrado (matriz ambiental, corredores biológicos, estructura ecológica, etc.) que entra en contacto con otros ecosistemas urbanos, para definir en el encuentro agua+ciudad en esencia un campo reflexivo, que supera la evidencia práctica de relaciones de poder (que lo es) a través de considerar este como un territorio-problema donde se juega la posibilidad de construir una nueva ciudadanía.

Figura 4. Área de estudio Taller 2015. Elaboración del taller

El Taller CARLOS LEDUC de la Facultad de arquitectura de la UNAM atenderió un territorio problema en la ciudad de México D.F., la Gentrificación/ Inclusión/ Sustentabilidad-Agua en el proyecto nuevo Aeropuerto. Para lo cual la pregunta guía es: ¿Cómo construir un proyecto incluyente, que evite la especulación urbana y la gentrificación, que recupere los antiguos vínculos naturales con el agua?

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

Caso de estudio

El Taller de énfasis en proyecto urbano de la Facultad de Artes de la UNAL atendió un territorio comprometido con el río Tunjuelo de la ciudad de Bogotá como factor de fragmentación espacial y segregación social. Por ello la temática central es el

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Cuarto Taller (2016) El cuarto taller implico un avance en las discusiones anteriores, porque permitió precisar con mayor claridad la pregunta de investigación, y expuso por lo menos tres dimensiones: en primer término la relación a+c tiene un componente altamente estructural, en segundo término es fuertemente un tema de cohesión ciudadana y por último mostró un rostro imprevisto al inicio, y es la dimensión íntima y familiar del encuentro, es decir, la relación como problema que va del habitar al hábitat.

AGUA + CIUDAD

El problema es estructural ante todo, pues a partir de la consideración en la que el territorio es ante todo un proceso de territorialización y la ciudad y el agua no se reducen a sus áreas específicas -el agua es primero que todo un hábitat que incorpora la tensión tierra- agua y la ciudad es mas que su área construida, es ante todo un tema de fuerzas de cohesión y intercambio y de construcción de ciudanía, que tiene tendencia a permanecer en el tiempo no solo como memoria colectiva sino también como imaginario. La aproximación necesita de una instrumento reflexivo capaz de integrar en él la variedad de elementos que entran en juego y esta es más que sistémica es ante todo una visión de conjunto donde las relaciones de soporte las que otorgan consistencia interna así como pertinencia es la aproximación estructuralista (Dorfles), que

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permita desde esta dar el salto hacia su mutación en el sentido de estructuras abiertas del tipo disipativo (Prigogine). No es posible por tanto estudiar la estructura urbana al margen de su proceso constructivo, en este ejercicio la forma en que se transforma una geografía para devenir espacio urbano es parte del tema y justo en ese momento la pregunta sobre la permanencia o cambio del tejido hídrico emerge como determinante, es también la pregunta sobre la memoria y el olvido de su raíz telúrica y aun es la pregunta sobre la dimensión territorial de la estructura urbana.

Caso de estudio El centro del problema en esta versión de los talleres internacionales AGUA+CIUDAD organizados por el grupo de investigación en proyecto urbano y arquitectura del territorio del Instituto Hábitat Ciudad y Territorio, y el taller RAMON MARCOS NORIEGA de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, es el caso de la cuenca del río Fucha. Es de alta importancia porque en este caso se evidencia la disolución del tejido hídrico a partir de la consolidación del área central de la ciudad de Bogotá y, a su vez se produce un franco proceso de disolución Figura 5. Propuesta Taller 2016. Elaboración del taller


El taller explora dos temáticas complejas, por un lado la preocupante disolución de los centros urbanos tradicionales, asociada a la dispersión rural de los servicios colectivos (salud, educación, recreación, etc.) que conformaban la estrategia de cohesión del espacio urbano y que concentraba una tarea que la arquitectura atendió a lo largo del siglo XX; por ello, su praxis, incidía en la estructura colectiva de las ciudades, tanto en el marco de la ciudad-monumento como la ciudad-máquina (culturalista y progresista); puesto que la arquitectura construía los espacios colectivos de las ciudades. Pero, ante la disolución de la centralidad, esta capacidad se ve afectada radicalmente y los arquitectos no sabemos aún cómo reaccionar. El otro aspecto del problema es la verificación de un cambio en la agenda de desarrollo urbano para este siglo: se está pasando de la dicotomía centro vs flujo (propio de la metropolización de las ciudades) por una tensión aún más compleja, aquella que pone en un extremo, la ciudad-informacional con las consecuente mutación de la forma de comunicarnos, y por el otro, la crisis ambiental del planeta que pone en duda la viabilidad de las ciudades en este contexto de inestabilidad. Esta nueva tensión, (que lejos de desplazar la anterior, la complejiza) hace evidente fuerzas antagónicas: la primera es esencialmente fuerza centrífuga, que tiende a lo genérico (Koolhaas), una entropía motivada por un capitalismo financiero irresponsable. Mientras que la segunda, es una fuerza centrípeta, se basa en la regeneración de los ecosistemas, en la conservación de los hábitats de vida capaces de generar singularidades y autopoiesis, y la crisis ecológica actual afecta esta capacidad de regeneración a escala global. Este tema exige evaluar el impacto que tiene la estructura ecológica en la restructuración de las ciudades, ante el rol marginal que las estructuras naturales como el sistema hídrico han tenido en la producción del espacio urbano. Para lo cual la pregunta gira en torno a si es capaz, la estructura hídrica de estructurar los territorios urbanos contemporáneos. La incorporación de la variable geográfica a la arquitectura modifica el episteme tradicional de la misma, y le exige ampliar sus marcos teóricos y sus estrategias operativas, además, modifica el rol tradicional del PROYECTO, parece que debemos aceptar que la creatividad inicia cuando descubrimos, cuando enfatizamos el orden pre-existente, cuando buscamos estructuras geo-históricas para comprender tejidos socioespaciales presentes.

Quinto taller (2017) La segunda dimensión del problema de la articulación hídricourbana (además de la estructural) es su rol de centralidad. A partir de las premisas antes expuestas, como la condición publica de dicho campo relacional y de allí su vocación colectiva que está en el meollo del asunto, la dimensión de centralidad de este espacio intersticial donde lo natural y lo artificial entran en complementariedad, por ello la pregunta sobre si el tejido hídrico es capaz de soportar relaciones humanas intensas o al menos de carácter socializador sin perder en su condición natural gracias a formar parte de una estructura ecológica siempre vulnerable, es sumamente pertinente. Esta condición intersticial es ante todo un problema de espacio umbral o de transición que se sustenta en las reflexiones de W. Benjamin sobre los umbrales de la ciudad contemporánea y continuados por S. Stravides en su texto sobre la “ciudad de umbrales”, apoyado con la conceptualización de los espacio heterotópicos de M. Foucault se construye un marco teórico suficiente para pedirle a las disciplinas que atienden esta pregunta sobre la condición central del tal espacio problema. En el caso de la arquitectura el problema es central. La ciudad+agua vista como arquitectura, no es una mirada morfológica; si la mirada arquitectónica enfatiza la transformación espacial, lo que implica un estado pre-existente de cosas y un estado esperado de las mismas, en el cual este se alcanza a través de un plano de coherencia arquitectónico que permita que el nuevo estado posible pueda sostenerse por-simismo; entonces, la comprensión del proceso es dinámica por excelencia. Lo anterior exige perfilar cuatro conceptos de alta importancia y relevancia cuando se pretende una estructura potencial: la matriz ambiental, que se define a partir de poner en valor el ecosistema predominante o el proceso eco-sistémico que estructura a los demás y generalmente es el que define el carácter de una eco-región. El concepto de corredores vitales, que se define tratando de integrar en un solo continuo uno o varios ecosistemas estratégicos para el mantenimiento de un valor natural especial.

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

del rol de centralidad del centro tradicional de la ciudad, un doble proceso de des-territorialización.

El concepto de estructura ecológica que solo puede ser formulado como relación de procesos y ecosistemas estratégicos diversos que en su continuidad e interdependencia está la clave de su cohesión, tiene por tanto la tarea de integrar

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diversidad y retroalimentación, no es posible definir una estructura ecológica sin temporalidad. Por ello solo puede ser formulada como estructura posible.

municipios de Cota y Funza, la unión del rio Chucú de Tenjo, el lago-humedal La Florida, el humedal el Gualí y toda su territorialidad rural, industrial y urbana asociada.

El concepto de tejido hídrico, es el agua que se compromete por cuenta de las acciones humanas, el tejido hídrico que desaparece, se ensucia o se entuba, para y por, el desarrollo urbano y rural; en otros términos, es la definición de un territorio de presencia-cero, o donde la integralidad natural es una ausencia sentida pero que es relevante en la disposición y conformación espacial, y esta definida en cuanto una potencialidad, es decir, puede ser formulada también como estructura potencial. En este tejido se imbrica el territorio rural no solo como área productiva sino especialmente como futuro del desarrollo territorial.

LOS HUMEDALES como problema teórico es de un orden mayor por cuanto son los espacios-umbral más significativos de nuestro tema, tiene tres dimensiones imbricadas difíciles de develar, lo que lo convierte en un espacio heterotópico por excelencia, la primera es por ser parte de una estructura ecológica pero en medio de la estructura urbana, la segunda, es un espacio biótico donde la tierra y el agua son híbridos por contextura natural, y tercero, es un espacio de vocación pedagógica como ninguno, por ser un laboratorio vivo de un hábitat en peligro y a su vez es un espacio atópico, marginal e inseguro.

El territorio rural exige por lo tanto un tratamiento diferente a la sola mirada producción-consumo, es ante todo una estructura posible que incide en otra forma de tratar lo urbano, tal vez en la línea de «lo débil» (Andrea Branzi) o en la línea de una estructura disipativa (Prigogine), pero en todo caso es un componente activo para la definición de nuevos sentidos de desarrollo (junto con lo natural). En síntesis el planteamiento de centralidad al encuentro problemático entre agua+ciudad (léase estructura ecológica+estructura urbana) implica colocar al espacio umbral e intersticial del encuentro (situación de marginal a otra nueva condición axial y radicalmente diferente que exige un marco conceptual a la altura.

AGUA + CIUDAD

Caso de estudio El sistema de humedales de los municipios de Funza, Cota y Bogotá son de la mayor importancia estratégica por cuanto constituyen un territorio hídrico altamente vulnerable tanto para el futuro de la estructura ecológica como la transformación radical del sistema urbano si se desarrolla la tendencia a la conurbación; por lo tanto, la defensa de este sistema es también la defensa de un modelo de ciudad. Por ello, la atención al área proyecto siempre estará referido a la totalidad del proceso, sin embargo, es menester la definición de un área que amerita una intervención estratégica para la consolidación a largo plazo de la prospectiva esperada; el área proyecto en cuestión, se ubica en el entorno de TIBABUYES: en la localidad de Suba y Engativá, incorpora el humedal Juan Amarillo, el Jaboque y el humedal la Conejera, y en los

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Figura 6. Afiche Taller 2017. Elaboración organizadores del taller


La tercera dimensión del encuentro problemático entre agua y ciudad es la línea tensada entre el habitar y el hábitat. En una primera aproximación pareciera estar planteada como lo privado hacia lo público, sin embargo, nada más alejado de la intencion. El planteamiento de lo privado exige una plataforma de ordenamiento contemporánea que permita superar el marco positivista del siglo XX, es decir, el derecho a la propiedad; si bien este derecho es inviolable el reconocimiento de los deberes asociados no lo hace menos, al contrario lo fortalece. Lo privado afecta a dos derechos igual de inviolables, el derecho a la comunidad y el derecho a un ambiente sano, por lo tanto, los deberes asociados al propiedad son valores sociales y ambientales aun más importantes que la sola propiedad, al contrario, en la medida que se aseguren estos dos valores la propiedad se fortalece. En ese marco, el habitar implica un mapa, una geografía inventada por cada recorrido o ruta de vida que una comunidad construye en el tiempo, no es el problema de la habitación o de la vivienda, es ante todo el problema de un territorio y una territorialidad, y desde allí la arquitectura de un hábitat. El recurrir al mapa (Sauvangage) para poder atender el habitar pasa por entender que este no es una descripción funcional de vías y sendas, al contrario, es primero que todo líneas de fuerza, de trazos de tensiones que forman bucles, rizomas y otros, que la cartografía social da algunas luces y que la cartografía digital aun esta muy lejos de esta tarea. Una línea de fuerza nace como directriz del desarrollo y demanda una acción estratégica para que se territorialice, esta por lo tanto es siempre singular y constituye los tejidos que entran en colisión o complementariedad gracias al proyecto, pero derivan hacia la cualificación de los umbrales e intervalos de los diferentes tiempos y espacios en juego, y buscan su arquitectura, su carácter espacial que solo es posible tenerlo en el plano de coherencia artística o plano de composición que logra darle consistencia y hacerlo durar, formularlo como arquitectura ante todo. Por ello el encuentro entre la ciudad y el agua es ante todo el encuentro entre fuerzas centrípetas que pliegan el cosmos y fuerzas centrifugas que fluyen hacia la tierra-toda. La capacidad de materializar este encuentro es la base de la pregunta contemporánea sobre el proyecto arquitectónico, antes que definir delimitar o cuantificar, la pregunta está en la directriz, la estrategia y la cualificación de las fuerzas que mueven los

cambios en las ciudades, barrios y campos, por ello, las olas del mar primero fueron oleajes y antes fueron MAR, y en ese sentido, primeo son los campos de fuerzas, luego los tejidos intersticiales y luego las emergencias y singularidades.

Caso de estudio El sistema natural entre la ciudad de Bogotá y los municipios de Chía y Cota, compuesto por los humedales La Conejera, Torca y Guaymaral, la Reserva Thomas Van Der Hammen,el cerro de Suba, el cerro del Majuy y el río Bogotá, entra en conflicto con el desarrollo inmobiliario de la ciudad de Bogotá y, perfilan un territorio problema, donde se define la consolidación de un crecimiento depredador del medio ambiente o la conservación de una estructura ecológica de La Sabana. Ambos extremos tienen en común el reto de pensar un territorio público ante todo. El objetivo es pensar el conflicto socio-espacial entre dos territorios, el natural (definido por la estructura ecológica) y el urbano (definido por la estructura urbana), especialmente en el área de fricción entre ellos, entendido como borde azul, que gestiona el futuro de dicho conflicto. Para explorar alternativas creativas y responsables que creen y consoliden el espacio público del área en conflicto, a través de proyectar una arquitectura de un territorio de transición. El área de estudio para este Seminario Taller se encuentra enmarcada en un espacio expuesto a la presión urbana, en donde se encuentra el linde del perímetro urbano, limitando aquí la expansión de la ciudad de Bogotá, lo que ha derivado en la urbanización de municipios vecinos. Este espacio adicionalmente tiene un papel crucial en términos ambientales para La Sabana dada la función de espacio de conexión y de interacción ecosistémica a nivel regional en donde el agua es un hilo conductor de interrelación espacial. De esta forma se toma como punto central de estudio la Reserva Thomas Van Der Hammen para evaluar desde allí la importancia de la misma, inserta en una red eco sistémica e hídrica que da soporte a La Sabana. De esta forma se contempla el territorio comprendido no solo por la Reserva sino por los humedales de Torca y Guaymaral, los cerros de Suba y del Majui y por supuesto el río Bogotá como elemento natural que integra o desarticula territorialmente a Bogotá.

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

Sexto taller (2018)

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2.Certezas e incertidumbres Las ideas básicas La experiencia de articular el territorio del agua y el territorio urbano dió como resultado un conjunto de ideas que diferentes pensadores desarrollan en torno al tema en forma directa o indirecta y actúan como boyas en medio de este maremoto. Esta tarea de organizar un marco teórico se lleva a efecto a través de tres planos que se entrecruzan constantemente, el primero está en la tensión tierra-territorio, acercándonos entre los conceptos de territorio y hábitat; el segundo plano se define en la tensión ciudad-urbano, entre la tensión que ejerce la ciudad y su prospectiva a lo urbano; y el tercer plano se desenvuelve en torno a la contemporánea reflexión de proyecto especialmente en los temas frontera que atiende el problema del locus y los mapas.

El territorio como proceso,

AGUA + CIUDAD

implica definir primero que todo el proceso de territorialización tal como es definido por el pensamiento francés después del abandono del estructuralismo en la línea de los llamados “filósofos de la sospecha” (este nombre nace especialmente por que ponen en duda las certezas terminadas y completas que el estructuralismo y el pensamiento dialéctico del siglo XX construyen con un marcado euro-centrismo), como base conceptual de partida. El cambio más significativo es el paso de una mirada estructural estable a una en proceso de mutación continua, más aun, es el cambio constante lo que caracteriza esta mirada, para lo cual tienen una marcada relación con los avances de la ciencia del caos (Prigogine) y las ultimas muestras de un universo inestable (Hawking) lo que influye fuertemente en esta organización reflexiva. Por ello, desde esta plataforma los procesos de transformación son en esencia los marcos contemporáneos para acercarse a cualquier intención de comprender nuestro mundo. En esta línea, la investigación proyectual que nos proponemos exige tener una plataforma teórica acorde a esta mirada mutante antes que el enfoque completo y estable con reglas predecibles. Por ello, las base teóricas se fundan en la propuesta de G. Deleuze en torno a la “línea tensada entre tierra y territorio”

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y su propuesta de “proceso de espacialización”, igualmente la propuesta de I. Prigogine en torno a su idea de “estructuras disipativas”, en las cuales los espacios intermedios o marginales son fuente positiva de conocimiento y más aun, es en este incierto dominio de fuerzas inestables que se produce los cambios estructurales mas significativo.

Lo urbano como perspectiva, es una propuesta desarrollada inicialmente por H. Lefebvre en su texto “revolución urbana” como un fuerza social contemporánea antes que una característica de una área construida, es decir, supera la visión centrada en la ciudad para llevarla a un escenario de tendencia mundial, en la que no pone al capitalismo financiero como base de esta tendencia, sino a una nueva sociedad global mas equilibrada, su tesis de la “transducción”, el “derecho a la centralidad” y la autogestión de las comunidades lo muestran. Igualmente, los avances en torno a una sociedad mutante (Riviere) que permite pensar en la instauración de una nueva ciudadanía constitutiva (Arendts) con mayores grados de creatividad (Balivar) que si bien centradas en las ciudades tiene un campo de acción global en las que los territorios y grandes regiones naturales (amazonas, desiertos, polos, lagos, etc.), son parte constitutiva de lo urbano que así se constituye en un nuevo cuadro de derechos humanos, donde el derecho a la ciudad y los servicios públicos, se integran con los derechos al agua, al medioambiente sano, a una tierra sostenible.

La ciudad como umbral, Nace de las reflexiones que inicia W. Benjamin cuando estudia la metropolización de Paris, especialmente cuando delinea los habitantes de una nueva condición urbana: los flaneurs, que son escindidos del fenómeno de la muchedumbre; esta última muy usada en esta fase del desarrollo del estudio de las ciudades, el momento en que las ciudades pasan de un estado tradicional a uno metropolitano. En este contexto, los estudios que definen la ciudad como un fenómeno concreto en tiempo y espacio concreto, no son adecuados para este estudio; sino los que trascienden los tiempos y sociedades específicas para colocarse en el marco de proyecto de civilización mundial (Jean-luc Nancy), donde se necesita un marco teórico diferente, que no enfatice los hechos urbanos definidos por su presencia física, si


Por ello los conceptos que son centrales a esta tarea provienen de la heterotopía de M. Foucault, la ciudad de umbrales de S. Stravides y el devenir nómada de W. Benjamin.

El locus como estructura, Es una reflexión contemporánea que tiene dos vectores, la primera de ellas es la definida por A. Rossi cuando pone en evidencia un complejo formado por geografía, construcción y memoria para definir el locus y con ello logra darle a la construcción del espacio una triple dimensión: cualitativa (memoria colectiva), geográfica y presencial (hecho construido), y en esa misma dirección atada al término forma los valores del locus. Esto tiene una consecuencia de alto impacto, todos los acercamientos hacia entender la forma como un problema visual de los dos últimos siglos es anacrónica, y más aún, cuando se pretende definir los límites de la forma a los límites de la materia como hace la tesis del “objeto” arquitectónico. Cuando A. Rossi inicia la aventura mental de formular los hechos urbanos en el plano racional está moviéndose en el contexto estructuralista del pensamiento por ello cuando define la ciudad como una construcción colectiva en el tiempo, no está definiendo una ciudad en concreto sino la ciudad en el plano epistemológico, esta aventura tiene además una propuesta magistral: la permanencia de los hechos urbanos, la que se define cuando se formula la estructura permanente en la coordenada temporal antes que en la espacial. En este sentido el locus es en esencia esa estructura persistente y esa es la conceptualización de la forma a diferencia de los estudios fenomenológicos que insisten equivocadamente en la experiencia visual y paisajista, pues confunde la materia con la forma. Un segundo vector proviene del estructuralismo (G. Dorfles) cuando trasciende el termino forma clásico del moderno concepto de estructura, para construir un marco más complejo donde tres estructuras co-existen en el mismo

concepto, aún en su proceso de des-estructuración. Las tres estructuras parecen ser la visión contemporánea de las primeras reflexiones griegas pero sin el componente “mágico”, sino exagerando el componente racional: la estructura como principio formal (Gestaltung) marcadamente ligado a un proceso histórico especifico, la estructura como principio holístico (Gestalt) muy dependiente de la percepción como una totalidad, y la estructura como proceso en formación y transformación donde las relaciones internas son la base de esta dimensión. Esta propuesta tiene su raíz en los albores de la filosofía occidental y esta puede ser su limitación: desde la separación entre forma y materia como gran logro del pensamiento griego hasta el pensamiento de Arsitóteles, la forma como concepto racional construyo tres acercamientos, el primero fue la forma como principio de orden matemático (Pitágoras) que luego sería desarrollado por Platón en la forma como arquetipo total y completo trascendente a la materia y finalmente magistralmente sintetizado en Aristóteles: la forma como proceso inmanente (Kinesis, un “arduo proceso de desarrollarse”) que va de lo potencial (dinamys) a lo actual (energeia). En síntesis, el locus no es un caso singular sino la estructura potencial de los hechos urbanos y esta tiene cuando menos tres dimensiones: una en el plano de las ideas, otra en el plano holístico y otro en el plano dinámico.

El mapa como proyecto, es un campo de investigación contemporánea que tiene por lo menos dos aproximaciones, la primera deviene de la aventura de la modernidad cuando las cartografías se constituyen en los instrumentos para ver un nuevo mundo, es un ejercicio de representarse un mundo que escapa a su control y pretende ser regulado a través de los mapas, es ante todo la construcción de un proyecto moderno con toda la carga de utopía que la modernidad del renacimiento puede desarrollar, en este caso los mapas tiene una componente técnica que se refleja en los códigos usados para representar los mares, ríos, costas, continentes y asentamientos, para definir los dominios de poder territorial que desean y un componente imaginario de alta carga subjetiva porque también se representa lo desconocido. Esta línea de trabajo en la que las cartografías son proyectos sociales ante todo es definida en los estudios de Pizzigonni y Motta cuando postulan la maquina cartográfica.

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

no, los hechos urbanos en proceso de definición o de disolución, para entender el preciso estado de cohesión-expansión de cada proceso. Es decir una mirada de campo que privilegie los umbrales, los márgenes y los bordes; pues en estos espacios se gesta una nueva sociedad anti-represiva, anti-capital, en la línea de la “sociedad de la decepción” (Lipovesky) o la estética de la desaparición (Virilio), aún, línea con la ciudad de los “habitantes de calle” que estudia el Grupo de arquitectura del territorio en su estudio umbrales de vida (PMMI-2015).

Una segunda aproximación deviene de la filosofía y específicamente de la geo-filosofía que construye G.

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Deleuze, cuando define principios para entender la multiplicidad, si bien esta búsqueda la inicia Benjamin cuando diferencia a su flaneur de la muchedumbre, especificando que el flaneur se mueve entre el conjunto y lo individual sin ser nunca ninguno de los dos, mientras que la muchedumbre es ante todo conjunto, si se divide en individual desaparece la muchedumbre, la propuesta de Deleuze está en línea con Benjamín cuando enfatiza esa condición de estarentre (el conjunto y lo individual sin ser nunca ninguno de ellos) sin embargo, da un paso más, y es que cada vez que la multiplicidad aumenta o disminuye sus contactos entra en mutación. Los principios que desarrolla (en torno a su concepto de multiplicidad) son: 1. El de conexión y heterogeneidad, por una relación entre diferentes; 2. El de multiplicidad positiva, que cambia la vez que modifica sus relaciones azarosas por fluctuación; y 3. El de cartografía, cuando enfatiza que “los procesos reales son del tipo mapa y no del tipo calco” como dice Sauvagnargues, pertenece al plano epistemológico, y son ante todo expresión de una territorialización que marca el umbral del habitar. Es decir, es el paso del hábito como contracción pasiva o defensiva a la habitación activa y expresiva (hábitat) cuando se agencia un territorio; y esta tarea se evidencia en el plano del conocimiento a través de los mapas.

AGUA + CIUDAD

Agua + Ciudad como hábitat híbrido, Es ante todo una búsqueda de un espacio intersticial, por cuanto no es la mirada de la ecología y tampoco la mirada del urbanismo, ambas tienden a ser excluyentes, es la búsqueda de una conexión heterogénea, que va cambiando a partir de sus grados de relaciones y es casi siempre inesperada por ello la definición de las capas del agua o los mapas hídricos deben ser esencialmente indefinidos o con altos grados de modificación. No existen argumentos desarrollados en este sentido que puedan ser exportados al proyecto arquitectónico en forma directa, es decir todavía no se ha construido el instrumento de proyectación que dé cuenta de campo de fuerzas entre el agua y la ciudad. En este sentido el marco de referencia actual es muy débil, sin embargo, existe dos reflexiones de alto impacto una proviene de la crítica al urbanismo que realiza Andrea Branzi y la otra deviene de la puesta en claro de los límites del proyecto moderno y las nuevas herramientas conceptuales que explora la geo-arquitectura y el eco-urbanismo. En el primer caso, Branzi conceptúa la ciudad sin arquitectura, cuyos espacios se hallan en proceso permanente

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de reprogramación, que trasciende la división entre lo urbano y lo rural. En el segundo caso, se plantea la conexión entre lo natural y lo artificial como un espacio que tiene por lo menos cuatro escenarios, el primero lo define la ecología como un borde, donde las fuerzas fluyen de un ecosistema a otro y conforman uno propio con reglas propias, donde no aplica las estrategias de lo ecológico ni de lo urbano; un segundo escenario es cuando estos dos ecosistemas definen una continuidad donde los límites de ambos de borran y solo puede ser definido en el marco de una graduación, en esencia un espacio transicional, que los urbanistas tiende a llamar suburbano; un tercer escenario es cuando el encuentro entre estos dos ecosistemas son separados por un tercero que tiene la tarea específica de separarlos, como por ejemplo, los “cinturones verdes”; y, un cuarto escenario, es cuando el encuentro entre estos dos ecosistemas están sujetos a un campo mayor que los Figura 7. Propuesta Taller 2017. Elaboración del taller


Las incertidumbres La mayoría de las incertidumbres están del lado de la arquitectura, pues siendo que por milenios transformo los territorios y construyo hábitat humanos de alta calidad desde el siglo XIX, y su positivismo aunado al conservadurismo de su estrategia de poder, la dedicación a la construcción de edificios (dejando de lado su tarea principal) emergen varios temas medulares a la arquitectura, como los de la representación, la proyectación y la espacialidad.

El problema de la representación, es uno de los mas estratégicos, pues esta ligado a la herramienta o instrumento tanto de lectura como de proyectación, pues las dos herramientas construidas en la modernidad muestran un agotamiento y anacronismo que cada vez es mas pesado, por ello más allá de la perspectiva (centrada en el control visual y racional del mundo en la escala humana) y la axonometría (enfatizando la visión de conjunto del objeto arquitectónico), la cartografía que nace aun antes del renacimiento (siendo de alto valor la cartografía oriental) emerge actualmente como “nueva” forma de leer y proyectar los territorios. La construcción cartográfica posee sus reglas y sus códigos y se modifican en función cambie los epistemes de las sociedades, por ello una precisión de los epistemes que dan luz la cartografía histórica desde el descubrimiento del “nuevo mundo” hasta la objetividad extrema de las cartas francesas del siglo VIII y XIX marcan una época donde lo subjetivo y lo objetivo co-existen; mientras que la cartas geográficas construidas a inicios del siglo XX particularmente en América hasta antes del apogeo de la fotografía aérea marca otro periodo donde la objetividad se extrema de acuerdo a la visión de la época, aunque lo subjetivo no está presente, sí esta la intención motivada, por ejemplo la terquedad de borrar los elementos naturales al momento de dibujar las ciudades es significativo de un época en la que la dicotomía campo-ciudad estaba en su apogeo. Esta intención motivada sin embargo, le quita objetividad a los mapas pero le otorga una condición importante: la intención de construir una

visión de mundo y esta actitud, en el marco de la modernidad, es un proyecto. Pero aun así, esta construcción tiene limitaciones, no recoge con claridad los trazados fundacionales porque estos pertenecen a un plano de composición que le es extraño dada la presencia de la memora construida que solo será revalorada a mediados del siglo XX. Otra ausencia significativa son los imaginarios y prácticas sociales leves y superficiales que solo será incorporado levemente en el marco de las cartografías sociales de fin de siglo. En el estado actual de la cartografía digital la forma de representa el mundo escapa a la escala humana y al énfasis al objeto, es un construcción por capas que se imbrican y producen modelos digitales que pretenden dar cuenta de un tema o un problema, es una forma diferente de representar, y es la búsqueda actual de la arquitectura contemporánea: los mapas digitales de P. Eisenman y Z. Hadid, los mapas diagramáticos de R. Koolhaas y J. Nouvel son muestra de una nueva forma de representar las ideas y los espacios arquitectónicos. La superación del “ojo central” y el “objeto observado” desde arriba pasan a ser instrumentos menores de una nueva forma de construir los proyectos, y donde las viejas formas de dibujar las ideas se cruzan con nuevas exploraciones “pictóricas”; los esquemas, bocetos y garabatos son aun más expresivos que los clásicos planta-corte-fachada (autocad), estos hacen en escena contemporánea desde Le-Corbusier, T. Ando, Mendes da-Rocha, etc., bocetos que rompen la escala objetual para poner en evidencia tensiones territoriales ante todo. El reflote de la estrategia pictórica muestra el valor revolucionario de las vanguardias pictóricas europeas, estas surgen como exploración creativa que pretende poner en evidencia las fuerzas ocultas del mundo y allí justamente está su pervivencia, tanto desde la expresividad de Van Gogh, la madurez de las tres tendencias básicas: anamórfica (Miró, Klee), isotrópica (Mondrian), explosiva (Malevich, Kandinski), hasta las estrategias de borrado de E. Bacon, como los mapas “sin orden” de Archizoom y Sejima. Por ello la puesta en valor del mapa de fuerzas que sostienen nuestro mundo y que es objetivo del diseño arquitectónico, es la mayor de las apuestas.

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

integra que adopta, por tanto, un rol estructurante a los dos anteriores, este pertenece a una reflexión de orden regional que la arquitectura del territorio prefiere privilegiar. Este último escenario supera la visión del paisajismo y de lejos la del urbanismo fuerte o débil aunque se acerca más a los procesos de trasformación que la ecología urbana está desarrollando.

Siendo, la representación ante todo un proyecto, la pregunta en torno a un mundo mutante, cuyas estructuras están imbricadas y en constante indefinición exige un plano de composición acorde a esta inestabilidad y ese es el mayor de los retos contemporáneos.

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El problema de la espacialidad,

AGUA + CIUDAD

Es ante todo el tema que va desde la espacialidad como textura de la tierra, más en el sentido telúrico que el geográfico, y el espacio vital; esta tensión es vieja, viene desde la condición trascendente de la forma (frente a la materia) frente a la condición inmanente de la forma-en-la-materia, es decir, en el primer caso el espacio se formula como un arquetipo inmutable, frente al espacio como un proceso que va de lo potencial a lo actual. Ambas propuestas definen el espacio como una aventura del pensamiento antes que como una percepción sensible y este es uno de los logros de civilización que no podemos abandonar, aunque sea por la promesa de un goce sensual de la moderna cultura de la imagen efímera contemporánea (Riviere), como lo hace el paisajismo y la arquitectura del objeto (de consumo). Esta vieja tensión sin embargo se mantiene en el fondo de la discusión actual, cuando se plantea el espacio como una totalidad u organismo que se mantiene por una constate interacción con sus elementos constitutivos (efecto de los avances de la biología moderna, pero igual está en línea con el universo de la supersimetría) donde las partes adquieren un “plus” por pertenecer al conjunto (principio de sinergia) y donde el conjunto actúa como campo gracias a la existencia de las partes. Es claramente una reflexión holística. Y por el otro lado, el espacio como un proceso geo-histórico (…) que se desenvuelve en el tiempo y adquiere características de este flujo, siendo por lo tanto una reflexión que privilegia la dinámica y lo singular, esta es inicialmente la base para que arquitectos de la segunda mitad del siglo XX elijan el termino lugar como contrario al de espacio, al que consideran muy abstracto, sin embargo, el cambio de nombre no da cuenta de la condición “historial” del espacio, en línea con el universo nolineal y los procesos biológicos creativos, por lo que no es una estrategia reflexiva adecuada. En síntesis, el espacio posee aun dos tensiones, una hacia lo telúrico y otra hacia lo vital. En este marco, el espacio vital es una de los mayores retos de la arquitectura contemporánea porque está entre la estética del “sockh” que platea W. Benjamín y la estética de la desaparición que plantea P. Virilio, la primera altamente háptica y la segunda virtual, hacia la digitalización del experiencia y por tanto cada vez más hipo-sensitiva (a pesar de llamarse híper-realidad). La introducción de la reflexión estética al problema del espacio es determinante porque esta nace como ciencia de la

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experiencia más que como experiencia personal, por lo tanto, el espacio es una espacialidad cuando promueve acciones humanas y nuevo sentidos sociales; si bien, es ante todo un problema epistemológico y de conocimiento está orientado al mundo de los hechos urbanos, al mundo de las acciones y la territorialidad. Es hoy un escenario de investigación de la más ata importancia.

El problema de la idea de proyecto, se desenvuelve transversal a la tensión anterior, pues esta esencialmente en el plano de inmanencia de una cultura donde el corpus de conocimiento de una sociedad es la base de esta construcción reflexiva, está en línea con los paradigmas de T. Khun y los epistemes de M. Foucault, y pertenece a los principios de orden históricamente determinados (gestaltung) este plano por lo tanto, esta ligado a la ciencia y la filosofía pero toma cuerpo gracias al Arte, es por ello que la arquitectura es un actor imprescindible en la consolidación de proyectos sociales no solo por la capacidad de crear sentidos sino esencialmente por que construye hábitat acorde a las ideas de su tiempo. Vasta poner en perspectiva la hipótesis pitagórica de las ideas como el mundo de las matemáticas, hasta el pensamiento moderno (siglo XVII y XVIII) como un mundo geométrico, y luego, el mundo abstracto y entrópico del imaginario positivista del siglo XIX y XX, para preguntarnos sobre el plano contemporáneo de las ideas, donde las cuatro fuerzas que se disputan el honor de ser las razones de nuestro tiempo son: la teoría del Caos, aquella que inaugura H. Poncairé; la ciencia de la vida y la bio-cibernética, aquella que inaugura N. Wiener; y la tecnología de lo virtual, aunque esta aún está en formación y no estamos seguros que se conforme como un plano de inmanencia por la facilidad con la que cede a la estructura de poder dominante (capitalismo financiero), sin embargo, es actualmente un vector que está modificando la forma de comunicarnos y es necesario tomarlo en cuenta; igualmente, otro vector que está en formación son las ciencia de la tierra, que por su estado en crisis promete ser un escenario reflexivo de la mayor importancia, igualmente no es posible aún ponerla como plano de inmanencia, como quisiera Jaime Toro y como estamos convencidos que debe ser un marco epistémico del siglo XXI: PACHA-MAMA. En este sentido, la idea de proyecto no puede eludir esta discusión y tiene que reflejar este momento, por ello, las ideas de proyecto que no emergen de la incertidumbre, la mutación y la vida, son ante todo anacrónicas y es desde este plano


La pregunta Alberti plantea con claridad el ámbito de acción de la arquitectura en la construcción de las sociedades y la historia, su idea de construcción supera con creces la actual actitud reduccionista de la edificación como límite de la arquitectura y la instala en los procesos de territorialización. ¿Para que recordar ahora los carros, los molinos, los graneros, y las demás invenciones menores de esa suerte que todavía tienen una gran importancia en la vida de todos los días? Tampoco recordaré las masas de agua extraídas de profundas y escondidas cavidades y dispuestas de manera variada y rápida para su utilización; ni los trofeos ni los santuarios, las capillas, los templos y los edificios de ese género que la arquitectura ha hallado para el culto de la religión y para la utilidad del porvenir. Tampoco, diré finalmente, de qué manera cortada las peñas agujereados los montes, rellenados los valles, vencidos los lagos y los mares, saneadas las marismas, construidas las naves, rectificados los cursos de los ríos, adaptados los estrechos, fabricados los puentes, y los puertos, no solo se proyectó a la utilidad de los hombres, sino que se abrió además el camino a todas las provincias del mundo. (…) En efecto, si se pudiese preguntar , a aquellas ciudades que desde los tiempos más antiguos cayeron después de un asedio bajo la potestad de otras, quien las venció y sometió, creo que responderían que lo fueron por el arquitecto. (León Batista Alberti, De re aedificatoria, Argentorati, 1541). Si consideramos el renacimiento como el germen de la sociedad moderna y de la arquitectura como disciplina académica, en los tiempos en que el Arte y la Ciencia eran fuertemente interdependientes (Leonardo Da-Vinci), y verificamos, después de la Ilustración y el acceso a la industrialización, como la sociedad contemporánea migró a un pragmatismo extremo, evidenciamos un panorama lamentable en que la arquitectura ha reducido su campo de pensamiento, de acción y de impacto en los procesos de territorialización. El abandono del arquitecto de su objeto de investigación consolidado por milenios (la construcción de ciudades, territorios, y culturas), es preocupante; la tendencia a la profesionalización y la subdivisión del trabajo, llevó a la especialización extrema y que otras prácticas absorbieran los

campos de acción constructoras de sentido en la sociedad de la información actual: la ingeniería absorbió el domino de los territorios, la política el domino del uso del suelo, y la tecnología el domino de los sentidos y los imaginarios. La pereza de los arquitectos a pensar más allá de los lotes y las normas, llevo a que esta sea prescindible, aún la construcción de edificios es hoy terreno de la ingeniería industrial y el diseño informático. Sin embargo, es la filosofía contemporánea quien le dá a la arquitectura un salvavidas necesario, cuando hace notar que la construcción de territorios es una tarea prioritaria más allá del funcionalismo y pragmatismo salvaje, una tarea que necesita apoyarse en una plataforma epistemológica para consolidar un plano de inmanencia (diferente al capital) donde la innovación y la creatividad dirijan este procesos de pensamiento, esto exige una actitud prospectiva que solo la arquitectura (milenaria) tienen esta sus raíz. El arte empieza tal vez con el animal, o por lo menos con el animal que delimita un territorio y hace una casa (ambos son correlativos o incluso se confunden a veces con lo que se llama un hábitat). Con el sistema territorio-casa, muchas funciones orgánicas se transforman, sexualidad, procreación, agresividad, alimentación, pero no es esta transformación lo que explica la aparición del territorio y de la casas, seria más bien la inversa: el territorio implica la emergencia de cualidades sensibles puras, SENSIBILIDAD que dejan ser únicamente funcionales y se vuelven rasgos de expresión, haciendo posible una transformación de las funciones.

El arte no empieza con la carne, sino, con la casa; por este motivo la arquitectura es la primera de las artes. Es en este sentido que el semillero AGUA+CIUDAD afronta un programa de investigación cuando enfatiza el encuentro entre estructuras de orden territorial y se orienta a darle a este encuentro la atención del caso. La pregunta sobre la dimensión arquitectónica de los procesos de territorialización implica preguntarse antes, si ¿es posible que los espacios intersticiales, propios de encuentro entre estructuras naturales y artificiales tengan un rol de cohesión socio-espacial y de inclusión humana con prospectiva capaz de requerir una arquitectura? En otras palabras, ¿un proceso de territorializzción (agua+ciudad) puede adoptar un rol de construcción ciudadana y si es así, este rol solo se logra a través de adquirir un plano de composición y coherencia artística capaz de generar sentido y hábitats de vida que solo la arquitectura puede construir?

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

que se necesita pensar, representar y comprender el mundo a trasformar y el proyecto transformador que se proponga.

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AGUA + CIUDAD

PRIMERA APROXIMACIÓN

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36

DIRECTRICES DE ORDENAMIENTO

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TRABAJOS DE GRADO 2018-I

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HUMEDAL LA CONEJERA COMO BORDE INTEGRADOR Y ESTRUCTURADOR DE BOGOTÁ

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Valentina Castillo Bejarano

Semillero Agua + Ciudad

Angie Carolina Camacho Gutiérrez y Daniela Carolina García Rojas

HUMEDAL Y VIVIENDA

Natalia Carolina Acosta Bello

COHESIÓN PERMEABLE DEL FRAGMENTO URBANO TIBABUYES - RÍO - HUMEDAL

100

PRIMERA APROXIMACIÓN

TERRITORIO PROBLEMA

142

Valentina Castillo Bejarano y Angie Paola Sánchez Morales

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TERRITORIO PROBLEMA Henry Valdemar Talavera Davila Valentina Castillo Bejarano

Condición hídrica de la sabana de Bogotá

AGUA + CIUDAD

Las características orográficas del territorio de la ciudad de Bogotá y su sabana lo hacen un foco especial para albergar una fuente de agua gran magnitud y de especial importancia por permitir la formación de numerosos humedales, los cuales son elementos clave para la regulación del ciclo del agua y el desarrollo abundante de vida. Numerosos estudios, entre ellos la Fundación Humedales, (2011) afirman que la distribución de los humedales del Distrito, hacen evidente la importancia de ellos en el cumplimiento de funciones ecológicas estratégicas dentro de la dinámica hidrológica regional, en el desplazamiento de la fauna, en su migración altitudinal, en la diversidad ecosistémica local, y como elementos importantes dentro de la red de conectividad de la Estructura Ecológica Principal y Regional de la Sabana. Entre las principales funciones que los humedales cumplen para la ciudad, según la fundación Humedales (2009), se encuentran: ser reguladores del ciclo hídrico, mejorar la calidad del aire, Figura #1. Humedales interiores de Colombia. Tomado de IGAC (2015).

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A pesar del gran valor de los servicios ecosistémicos que ofrecen los humedales, persiste a nivel mundial la degradación y reducción de estos debido a prácticas agrícolas intensivas, extracción de agua para uso doméstico, urbanización, desarrollo industrial y contaminación; para el caso bogotano la urbanización, contaminación y desarrollo industrial se encuentran entre las principales razones que han afectado drásticamente este ecosistema. El crecimiento urbano de la ciudad, especialmente, ha afectado notablemente los humedales rompiendo su unidad hidrológica, gran parte de estos se encuentran hoy extintos, reducidos o intensamente intervenidos. El proceso de fragmentación de humedales en Bogotá se ha caracterizado por el dragado de drenajes y profundización de cauces además del relleno con escombros, material de excavación y basura; esto, como afirman Venegas & Gómez (2011) transforma el paisaje del humedal en un lugar insalubre y peligroso, foco de inseguridad o indigencia para su población. La conservación del ciclo del agua como valor natural en el territorio del agua en la región de la sabana de Bogotá implica entender el sistema completo, pues hace parte de grandes territorios íntimamente ligados, desde los páramos, las lagunas, las quebradas, los ríos, los humedales y los canales de irrigación (inclusive las aguas subterráneas). Así como el reconocimiento y estudio de los factores de desequilibrio y ruptura del ciclo hídrico, como la canalización, la explotación agroindustrial, deforestación de las montañas, y presión urbana. Toda intención de ordenar un territorio nace de la comprensión de su región, es decir que así como la región estratégica que se define con base en relaciones económicas productivas socioculturales de interdependencia (la Región Central contempla la integración de cuatro centros económicos como Yopal-TunjaSogamoso, Villavicencio, Girardot-Ibague, y, Puerto Salgar-La Dorada) es el marco obligado para la viabilidad de la ciudad capital; la región ecológica es de igual manera, esta contempla: territorio del agua, el sistema de páramos y los ecosistemas, por lo menos. La importancia que toma la definición de la estructura ecológica, además de su vulnerabilidad y potencial efecto sobre la viabilidad de las ciudades comprometidas, están equiparadas con la viabilidad económica de los centros urbanos y el desarrollo integral del sistema urbano comprometido, y esto

se evidencia cuando se verifica que el sistema urbano se ha consolidado unido a la estructura territorial casi literalmente, es decir la lógica de ocupación hasta los últimos años del siglo XX es esencialmente natural, basta con ver los centros poblados de la sabana de Bogotá y su sistema hídrico. Esta lógica de ocupación muestra dos ejes territoriales de alta importancia: 1. El eje poblacional a lo largo del río Bogotá, de Sogamoso a Girardot, complementado por la relación de Zipaquirá a Suesca y aún a Chiquinquirá. 2. El eje transversal de Facatativá al complejo FomequeUbaque-Choachi, complementado por la relación hacia UsmeVillavicencio y la relación La Vega y el río Magdalena. A su vez, este eje es altamente asimétrico en la densidad poblacional dándole al modelo territorial una vulnerabilidad preocupante cuando verificamos el crecimiento metropolitano como opción irracional de las formas de producción de suelo urbano. Esta condición metropolita explica la presión que se ejerce sobre los estructuras naturales y también evidencia el mantenimiento de los dos ejes de ocupación pues la franja potencial que se forma desde el centro metropolitano de Bogotá hacia el aeropuerto y hacia el “dorado 2”, en Facatativá refuerza un eje centenario, así como la pretensión de urbanizar los municipios cercano a Bogotá, explica los procesos de conurbación con Chía y Mosquera. En síntesis, la condición metropolitana fiel a su inercia, consume irracionalmente los suelos rurales y naturales sin consideración de la vulnerabilidad eco-sistémica de su región que a su vez es la que aseguraría la viabilidad de su territorio, esta actitud casi suicida es propia de la costumbre especulativa y exageradamente competitiva de los gobiernos y élites financieras vigentes. Sin embargo, solo muestra una incompetencia e ignorancia de lo que una acertada proyectación territorial puede proponer.

TERRITORIO PROBLEMA

proveer espacios de conservación biofísica, y ser espacios de contemplación.

Es decir, los índices de crecimiento económico pueden mantenerse sin necesidad de afectar las estructuras ecológicas, solo basta, abrir los oídos a investigaciones serias y creativas que las academias y su grupo de investigación en arquitectura del territorio exploran.

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El crecimiento de la ciudad El territorio colindante a la ciudad de Bogotá se caracterizó en sus inicios por sus actividades agrícolas impulsadas primordialmente por la capacidad de abundancia de riegos, muchos de estos terrenos han sido colonizados por la urbanización masiva y son ahora territorio estrictamente urbano, este mismo desarrollo se ha seguido dando a través del tiempo, ahora fuera del límite político de la ciudad representado por el río Bogotá. Bogotá en los últimos años ha atravesado procesos de transformación territorial acelerado en sus áreas periféricas asociadas a las dinámicas de la globalización, evidenciando el efecto de las transformaciones espaciales debido al crecimiento demográfico y por ende la dispersión urbana. Esta dispersión se ha venido consolidando como centros urbanos periféricos a la ciudad, definidos por la concentración de una oferta de servicios ligados a las líneas de los flujos de transporte.

Una oportunidad de desarrollo equilibrado La lectura del territorio norte de la ciudad de Bogotá muestra una tendencia peligrosa que se manifiesta en tres procesos desequilibrantes: la conurbación, entre los municipios de Cajicá, Chía, Cota y la localidad de Suba, la ruptura del ciclo del agua, a través de la urbanización de los cerros orientales y los cerros de Chia y Cajica, reduciendo los cauces hídricos que llegan a los ríos Bogotá y Frío a canales de agua sucia, y finalmente la especulación, donde los suelos de alta caída

AGUA + CIUDAD

Figura #2. Corte territorio. Elaboración propia.

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agrológica se transforman en suelo a urbanizar sin ninguna estructura ni urbana ni ambiental. Estos tres procesos juntos constituyen un escenario crítico que elevará a la sabana centro y especialmente los municipios en el eje norte (constituida por los municipios de Cota, Chía, Cajica, Zipaquirá, Tocancipá y Sopó), a una senda irreversible de inviabilidad y pérdida de competitividad, pues si bien la tendencia es a la urbanización se cruza también con la industrialización, especialmente por la localización de grandes empresas en Cota, el sector de Siberia y Tocancipá, produciendo un escenario de urbanización caótica y “salvaje”. Estos procesos afectan especialmente a la estructura hídrica por cuanto la contaminación, la reducción de territorio y la ruptura de la relación vertical de sus ecosistemas, son nefastos y depredadoras. Por ello, se hace necesario evaluar nuevas formas de desarrollo territorial que mantenga los ecosistemas a la vez que no detenga el crecimiento urbano, eso implica un terreno de investigaciones y propuestas contemporáneas que las empresas inmobiliarias y las prácticas distritales no poseen.

Figura #3. Gráfico Naturaleza endémica de los Humedales de la Sabana de Bogotá. Elaboración Semillero Agua+Ciudad. Figura #4. Gráfico Principales afectaciones sobre los Humedales de la Sabana de Bogotá. Elaboración Semillero Agua+Ciudad.


Afectaciones sobre los Humedales de la Sabana

TERRITORIO PROBLEMA

Naturaleza endémica de los Humedales de la Sabana

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Area de Estudio El sistema natural entre la ciudad de Bogotá y los municipios de Chía y Cota, compuesto por los humedales La Conejera, Torca y Guaymaral, la Reserva Thomas Van Der Hammen, el cerro de Suba, el cerro del Majuy y el río Bogotá, entra en conflicto con el desarrollo inmobiliario de la ciudad de Bogotá; y, perfilan un territorio problema, donde se define la consolidación de un crecimiento depredador del medio ambiente o la conservación de una estructura ecológica de La Sabana. Ambos extremos tienen en común el reto de pensar un territorio público ante todo.

Objetivo general Pensar el conflicto socio-espacial entre dos territorios:, el natural (definido por la estructura ecológica) y el urbano (definido por la estructura urbana), especialmente cuando entran en contacto, entendido este como un territorio de borde, donde se expresa un conflicto. Para explorar alternativas creativas y responsables que pongan en valor el espacio público ante todo, a través de proyectar la dimensión arquitectónica del territorio de transición.

Objetivos específicos

AGUA + CIUDAD

• Explorar la forma en que se ha tejido el borde urbano– natural del norte de la ciudad de Bogotá, la forma en que se presenta el desarrollo urbano, rural y suburbano actual y a partir de ello, explorar un tejido alternativo de desarrollo sustentable. • A partir de evidenciar el impacto de las decisiones de desarrollo urbano inmobiliario de la administración de Bogotá y de los municipios de Chia y Cota frente al territorio del agua y de reserva natural, formular con una actitud crítica un del borde azul que potencie la dimensión natural y territorial pertinente que mitiguen y resuelvan los impactos. • Explorar alternativas proyectuales tanto territoriales como arquitectónicas al desarrollo inmobiliario en el territorio de transición donde las estructuras naturales y urbanas entran en conflicto. Figura #7. (Derecho) Diagrama Territorio del agua. Elaboración propia.

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Figura #5. (Arriba) Diagrama agua y ciudad 1970. Elaboración propia. Figura #6. (Abajo) Diagrama agua y ciudad actual. Elaboración propia.


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TERRITORIO PROBLEMA


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AGUA + CIUDAD


El área de conflicto se encuentra en un espacio que está expuesto a la presión urbana dada la limitación de suelo urbano para la expansión de la ciudad de Bogotá que ha venido siendo acogida por los municipios vecinos. Este espacio tiene además un papel crucial en términos ambientales para la Sabana dada la función de espacio de conexión y de interacción ecosistémica a nivel regional en donde el Agua es un hilo conductor de interrelación espacial. De esta forma se toma como punto central la Reserva Thomas Van Der Hammen para evaluar desde allí la importancia de dicho elemento que se encuentra inserto en una red ecosistema e hídrica que da soporte a La Sabana. Se contempla el territorio comprendido no solo por la Reserva sino por los humedales de Torca y Guaymaral, los cerros de Suba y del Majuy y el río Bogotá como elemento natural que integra o desarticula territorialmente a Bogotá de su Sabana.

Problemática específica El territorio natural de la sabana norte de Bogotá es de gran importancia ecosistema para la región central de Colombia ya que aloja ecosistemas y recursos que articulan diferentes regiones eco-sistémicas. Dentro de estos ecosistemas el valor que tiene el recurso hídrico es vital para dar soporte al desarrollo no solo de la vida ecosistémica sino también para el desarrollo de actividades humanas tanto rurales como urbanas. El recurso hídrico en La Sabana es un sistema que conjuga varios elementos que están íntimamente ligados y que a partir de visiones de planificación enfocadas en la urbanización ha sido desarticulado y desconectado para verse actualmente como un diverso numero de elementos diferenciados, estos elementos son los humedales de Torca y Guaymaral, la reserva Thomas Van Der Hammen, asi como los cerros de Suba y del Majui, el río Bogotá y por supuesto no se puede dejar de lado las aguas subterráneas que también hacen parte de estos ecosistemas. El territorio comprendido por estos elementos naturales, es una región de trabajo que vincula más de un municipio y que pone en interlocución diferentes visiones de planificación y de ciudad que pueden o no ser coherentes con la realidad espacial. En este territorio se encuentran conviviendo tanto los elementos naturales como los factores producto del desarrollo Figura #8. Diagrama Area de conflicto. Elaboración propia.

como la urbanización, la industrialización, la explotación agroindustrial que intervienen de forma directa e indirecta en los procesos naturales generando alteraciones en el recurso hídrico y desequilibrios ecosistémicos importantes. En correspondencia a lo anterior, el conflicto se define como una presión irresponsable y especulativa de la industria inmobiliaria sobre los suelos rurales y naturales que están entre los municipios de Cota, Chía y la ciudad de Bogotá. Esta presión implica la pérdida de la continuidad de la estructura ecológica y la paulatina transformación de suelo rural a suelo urbano disperso, de baja densidad; el área de contacto entre estas dos estructuras son conceptuadas como una área de transición que es ante todo un territorio público, la no comprensión de esta condición genera una lucha desequilibrada donde la industria inmobiliaria está ganando la batalla. El poco o nulo interés de pensar este conflicto genera desequilibrios territoriales que luego son visibles de forma aguda en la estructura publica de los mismos. De esta forma el reto no es la conservación de una estructura natural solamente sino es la construcción de una ciudad sostenible que no tenemos aún.

Bibliografia DAMA. 2000. Historia de los Humedales de Bogotá: Con énfasis en cinco de ellos. Bogotá D. C., Colombia. Ramsar. (2013). Manual de la Convención de Ramsar. Guía a la Convención sobre los humedales 6° edición (Ramsar, Irán, 1971). Santiago Villa, H. M. (2012). Importancia histórica y cultural de los humedales del borde norte de Bogotá (Colombia), Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales U.D.C.A., Revista U.D.C.A. Actualidad & Divulgación científica. (15 (1)). Tomado de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_ arttext&pid=S0123-42262012000100018

TERRITORIO PROBLEMA

Área de conflicto

Venegas E. Manuela M. & Gómez O. Tatiana (2011). Reconstrucción histórica del proceso de fragmentación de los humedales de Bogotá y su relación con la percepción social para la generación de una propuesta de manejo, lineamientos y protección de los humedales

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AGUA + CIUDAD

DIRECTRICES DE ORDENAMIENTO

Directriz estructura ecológica 46

Directriz de flujos y movilidad

Directriz borde de río

Directriz de vivienda


Las directrices de ordenamiento territorial muestran a diferentes escalas los elementos e intenciones sobre el territorio que se tuvieron en cuenta en los proyectos de trabajo de grado y en las líneas de investigación propuestas.

Escala regional

Dentro del Semillero Agua + Ciudad se consideró necesario definir algunas ideas-fuerza que se constituyen en directrices de ordenamiento de la zona norte de la ciudad de Bogotá y se expresan en los siguientes temas: 1. Evitar la conurbación, especialmente de los municipios de Cota y Chia con la localidad de Suba, esto implica la defensa de la zona rural y la estructura hídrica. 2. Asegurar la conexión altitudinal de los ecosistemas, especialmente el contacto continuo y directo de los cerros con las laderas hídricas y los causes de los ríos, unidos a las zonas de protección vegetal estableciendo así corredores biológicos de alto impacto en el mantenimiento de la matriz ambiental de la sabana. 3. Definir una estructura alternativa que pueda dirigir la presión antrópica sin menos cabo de la estructura ecológica. Esto implica un proyecto territorial, que a su vez exige un proyecto para el río Bogotá por ser el eje hídrico de la región ecológica. 4. Formular un proyecto territorial que tenga por lo menos cuatro componentes estratégicos:

Escala sabana

• Un modelo de ocupación concentrada de media densidad en los centros actualmente constituidos, integrados en redes urbanas masivas, que reduzca la especulación del suelo rural. Escala zonal

• Potenciar la constitución de un modelo poli-central de oferta colectiva de educación, salud, recreación, etc., sobre las centralidades actuales, las que estén proceso de consolidación y los grandes ejes de movilidad regional. • Desarrollar una estrategia creativa para las áreas de conflicto llamadas en este estudio como bordes donde las estructuras ecológicas se cruzan con las urbanas, o suburbanas, generalmente en las vías regionales, en los territorios hídricos, bosques de protección, etc., estas últimas con mayor porcentaje de deterioro.

DIRECTRICES DE ORDENAMIENTO

• Un tejido conectivo de movilidad limpia y masiva que reduzca el desarrollo vial a partir de autopistas para vehículos particulares, alternativas como tren o tranvías regionales que aseguren la permeabilidad sostenible de la sabana.

Directriz de industria 47


Figura #1. Directriz ambiental Escala regional. Elaboración Semillero Agua+Ciudad.

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Directriz ambiental A nivel de ecosistema natural, la sabana de Bogotá está fuertemente marcada por el ciclo del agua, pues son cuatro los páramos que alimentan las fuentes hídricas de esta región, conduciendo el agua por ríos de escala intermedia desde los cerros hasta el río Bogotá, el cual lleva posteriormente el agua

hasta la cuenca del río Magdalena, donde es conducida al mar. Es dentro de este ciclo que se encuentran los humedales que, así como los páramos y ríos de diferentes escalas, cumplen un rol único, pues son medios donde gracias al balance entre tierra y agua, se dan condiciones de alta biodiversidad, de control del clima, limpieza del agua, entre otros.

DIRECTRICES DE ORDENAMIENTO

Figura #2. Directriz estructura ecológica Escala sabana. Elaboración Semillero Agua + Ciudad.

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Figura #3. Directriz movilidad. Escala regional. Elaboración Semillero Agua + Ciudad.

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DIRECTRICES DE ORDENAMIENTO

Figura #4. Directriz movilidad. Escala sabana. Elaboración Semillero Agua + Ciudad

Directriz de flujos y movilidad La ciudad de Bogotá genera interdependencias económicas con la sabana y su producción. Esto ha generado que las vías de comunicación entre los dos lados del rio Bogotá presenten deficiencia con el tiempo. Sin embargo, estas mismas han conntribuido con la expansión de espacios periurbanos que

aumentan cada vez más su tamaño en la sabana de Bogotá. Se requiere un tejido conectivo de movilidad limpia y masiva que reduzca el desarrollo vial a partir de autopistas para vehículos particulares, alternativas como tren o tranvías regionales que aseguren la conectividad sostenible de la sabana.

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Figura #5. Directriz borde de rio. Escala sabana. Elaboración Semillero Agua + Ciudad.

Directriz de borde de rio Sobre el borde del rio actúan varias fuerzas. La presión de la vivienda muchas veces no regulada y de autoconstrucción sobre los cuerpos de agua y directamente construida sobre territorio inundable es una de ellas, por otro lado, la franja de industria que amenaza y ha amenazado al rio directamente

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DIRECTRICES DE ORDENAMIENTO

Figura #6. Directriz borde de rio escala zonal. Elaboración Semillero Agua + Ciudad.

con sus residuos e impacta el territorio de los humedales, y por último el aeropuerto y las proyecciones para su ampliación, ubicado también en zona inundable.

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Figura #7. Directriz de vivienda. Escala sabana. Elaboración Semillero Agua + Ciudad.

Directriz de vivienda El desarrollo de la ciudad ha fomentado la aglomeración de vivienda formal e informal en las inmediaciones de los cuerpos de agua, esta, genera una serie de problemas sobre la estructura ecológica y por tanto sobre el territorio. Frente a ello se presenta desde el Semillero la importancia de tener en cuenta la vocación residencial existente en todo el borde occidental

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de la ciudad y por lo tanto en el borde de los cuerpos hídricos para así mismo hacer propuestas habitacionales coherentes en torno a ellos. Las propuestas deberan fomentar la relación del ciudadano con el agua, manteniendo al límite el crecimiento de la mancha urbana y promoviendo estrategias que incluyan -no exclusivamente- la redensificación y revitalización de barrios.


DIRECTRICES DE ORDENAMIENTO

Figura #8. Directriz de vivienda Escala zonal. Elaboración Semillero Agua + Ciudad.

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Figura #9. Directriz industria Escala sabana. Elaboración Semillero Agua + Ciudad.

Directriz de industria La des-industrialización de la ciudad de Bogotá y su aumento en las zonas periféricas de esta es uno de los fenómenos crecientes en la sabana de Bogotá. No obstante, esto supone, en terminos ambientales una fuerte afectación, especialmente cuando los diferentes parques y nodos industriales no

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reconocen la existencia y relación con cuerpos hídricos de la sabana. La intervención y manejo de la industria debe formalizarse considerando la importancia de la estructura ecológica y en función de los ejes de conexión y desarrollo actual de la ciudad-región.


DIRECTRICES DE ORDENAMIENTO

Figura #10. Directriz industria Escala zonal. Elaboración Semillero Agua + Ciudad.

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AGUA + CIUDAD

TRABAJOS DE GRADO 2018-I

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HUMEDAL LA CONEJERA COMO BORDE INTEGRADOR Y ESTRUCTURADOR DE BOGOTÁ

HUMEDAL Y VIVIENDA Natalia Carolina Acosta Bello

COHESION PERMEABLE DEL FRAGMENTO URBANO

TRABAJOS DE GRADO 2018-I

Angie Carolina Camacho Gutiérrez y Daniela Carolina García Rojas

TIBABUYES-RÍO-HUMEDAL Valentina Castillo Bejarano y Angie Paola Sánchez Morales

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AGUA + CIUDAD

HUMEDAL LA CONEJERA COMO BORDE INTEGRADOR Y ESTRUCTURADOR DE BOGOTÁ

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Angie Carolina Camacho Gutiérrez Daniela Carolina García Rojas

HUMEDAL Y RESERVA

* Proyecto ganador de la versión XXVIII-2019 del Concurso Mejores Trabajos de Grado de pregrado de la Universidad Nacional de Colombia en el programa curricular de Arquitectura, Sede Bogotá.

Figura portada. Humedal La Conejera. Fundación Humedales de Bogotá. Jorge Emmanuel Escobar.

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Aproximación El crecimiento de la ciudad de Bogotá ha fomentado la ocupación dispersa del territorio y ha otorgado un carácter marginal, residual y de límite a los cuerpos de agua, tales como quebradas, lagos, humedales y ríos. El papel vital del agua en la Sabana de Bogotá no se ha considerado dentro de la planeación urbana y por lo tanto no se reconoce como un elemento notable dentro de la construcción de ciudad.

1) ; se localiza al occidente de la ciudad, entre la Localidad de Suba, al sur, y la Reserva Forestal Thomas van der Hammen, al norte. Se orientó esta investigación en el entorno de estos dos elementos de la estructura ecológica de la Sabana, Humedal y Reserva, con el fin de proponer una alternativa que vincule y permita la reinterpretación de la arquitectura en relación con el territorio.

El presente análisis y propuesta urbano-arquitectónica busca argumentar y apoyar esta necesidad, fomentando el interés en estudiar el Territorio del agua y su potencial influencia en la planeación de una Arquitectura del Territorio. Para ello se toma un área de estudio y un cuerpo de agua concreto presente en el área urbana de Bogotá y cuya situación actual se considera de especial atención: El Humedal La Conejera.

Por lo tanto, se considera necesario en este proceso, reflexionar y estudiar la forma actual de habitar en torno a los elementos que conforman la estructura ecológica de la Sabana de Bogotá, especialmente en torno al humedal de estudio y reconocer la manera en que este ecosistema puede fortalecerse con la implementación de nuevas y más sostenibles formas de ocupación socio-espacial mientras contribuye al adecuado desarrollo urbano de la localidad de Suba, la ciudad y los municipios aledaños.

El Humedal La Conejera, es uno de los más de 20 humedales existentes en la Sabana de Bogotá, y es, además, el límite entre el área urbana y el área rural de la ciudad (Ver Figura

AGUA + CIUDAD

Figura 1. Situación actual de límite Humedal La Conejera. Google Street View, 2018.

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Figura 2. Matriz Metodológica. Elaboración propia.

La investigación y propuesta urbana se desarrollaron en tres grandes etapas: la caracterización del territorio, el marco conceptual y el desarrollo proyectual (Ver Figura 2). La caracterización del territorio incluye un breve estudio de la ocupación socio-espacial y el desarrollo urbano en la Sabana de Bogotá, allí se reconoce que la ciudad no ha tenido una consideración en su desarrollo y crecimiento frente al ecosistema; mientras que por el contrario hay una condición de marginalidad frente a ellos, incluyendo el Humedal La Conejera. Tras identificar el problema, se hace una caracterización, diagnóstico y análisis del área de estudio; dentro de la caracterización se hace énfasis en la condición actual e histórica de límite que tiene el humedal La Conejera y en la presión inmobiliaria que ha venido afectando su condición natural. Para el diagnóstico se hace un reconocimiento de las actuales condiciones en términos de ocupación y desarrollo y finalmente se hace un análisis en donde se identifican las fortalezas, potencialidades, debilidades y amenazas dentro del área de estudio.

A continuación, dentro del marco conceptual se propone un concepto aplicable al ámbito espacial que pueda resolver el problema planteado dentro del área de estudio. Se propone así la hipótesis que, apoyada en el concepto de ‘borde’, permitiría la consolidación de una estructura urbana de integración y conciliaría el ecosistema humedal con el proceso de desarrollo urbano de la ciudad fortaleciendo su importancia a través de la formulación de nuevas formas de ocupación. En este sentido, en la etapa del desarrollo proyectual se plantea la estrategia urbana que permitiría implementar el concepto espacialmente a diferentes escalas. Se propone una estrategia a escala ‘Estructural’ que comprende el norte de la ciudad; una intervención escala ‘Zonal’ para la Localidad y finalmente un Proyecto de escala ‘Urbana’. Para culminar el desarrollo proyectual se propone una estrategia de ocupación donde se incluye la reflexión acerca de la vivienda y donde se introduce además un elemento estructurante como componente espacial, estructural y programático del proyecto.

HUMEDAL Y RESERVA

Metodología

Este proceso de estudio concluye en un proyecto urbano multiescalar que, teniendo en cuenta la estructura ecológica como directriz del trabajo, proponga una estrategia donde el humedal La Conejera configure una estructura urbana y que además suscite nuevas formas de ocupación socio-espacial en torno a este.

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Caracterización del Territorio Se realizó una caracterización del territorio a dos escalas, en la primera, se incluye una caracterización escala ‘sabana’ a través de un estudio de la ocupación socio-espacial y el desarrollo urbano en relación con la Estructura Ecológica durante cuatro periodos de tiempo. En segundo lugar, se hace una caracterización escala ‘zonal’, en la cual se insiste en el caso de estudio del humedal La Conejera y la manera en que se ha visto afectado por los fenómenos de ocupación y desarrollo urbano en la localidad de Suba.

Caracterización del territorio, Escala Sabana Ocupación y desarrollo histórico en la Sabana Con el fin de comprender la manera como lo urbano ha afectado la estructura ecológica de la Sabana de Bogotá, se muestra a continuación una serie de análisis donde se identifican las variables de estudio: Ocupación socio-espacial y Desarrollo urbano, así como su afectación directa sobre los ecosistemas durante cuatro períodos de tiempo: Territorio muisca, periodo anterior a la conquista; siglo XVII, periodo postconquista; año 1980, un fuerte crecimiento demográfico y 2018: Bogotá hoy.

AGUA + CIUDAD

Territorio muisca, precedente a la conquista A partir del año 1200 a.C. se reconoce la presencia de grupos pre-muiscas en la sabana de Bogotá; estos asentamientos, cuya ocupación fue dispersa se localizaron cerca a la orilla del río Bogotá: “En la sabana, los asentamientos más antiguos parecen estar cerca a la orilla del río y luego la gente colonizó áreas más alejadas” (Boada, 2006 citado por Santiago 2012). Los humedales, por otro lado, parecían ser lugares secundarios en el proceso de ubicación de los asentamientos, no obstante, estos suministraron fuentes de alimentación para los grupos humanos allí asentados. Más adelante, entre el siglo I a.C. y el siglo VIII d.C. los humedales se convirtieron en sitios visitados permanentemente por los muiscas a causa de su biodiversidad, de esta manera se obtenía de estas áreas alimentos producto de cacería, siembra de plantas y cría de peces. Cabe aclarar que hubo una intervención ‘pasiva’ por parte de los grupos indígenas hacia el ecosistema, explícito, por ejemplo, en la construcción de camellones y canales como

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sistemas de producción agrícola. La relación de los Muiscas con los humedales y con el agua en general es innegable en el sentido de que se abastecían de estos por los recursos que ofrecían, pero adicional a ello, porque se convirtieron en lugares sagrados que explicaban en la cosmogonía muisca, el origen de la vida u otros acontecimientos como la fertilidad, lo terreno y lo pagano. Se reconoce, entonces, que hay una fuerte relación entre los asentamientos indígenas previos a la conquista y los cuerpos hídricos de la Sabana de Bogotá, entre ellos los humedales; esta relación se da a través del abastecimiento de alimentos, pero también a través de la cosmogonía y tradiciones muiscas. Por lo tanto, aunque el ecosistema humedal se vio desde ese entonces intervenido físicamente por elementos de desarrollo agrícola, el equilibrio ecosistémico no se vio drásticamente afectado, entre otros factores, por la estrecha relación y el valor cosmogónico que tenía para los grupos indígenas.

Siglo XVII, post conquista Tras el proceso de conquista y durante la colonia se dejó de lado el legado simbólico y la cosmovisión indígena del agua, no obstante, la fundación de los municipios de la Sabana sí estuvo estrechamente ligada a los asentamientos indígenas ya existentes, varios de ellos como Suba o Cota en las inmediaciones del río Bogotá. La ciudad de Santa fe, por su parte, tras 50 años de fundación no sobrepasó durante el siglo XVII los 8000 habitantes (Vargas & Zambrano, 1988), el crecimiento urbano se mantuvo entre el río San Francisco y el río San Agustín sin interferir, por lo menos no en su área urbana con los humedales y pantanos del occidente de la ciudad. No significa esto que no se hayan visto afectados, pues los humedales, que tuvieron una importancia a nivel económico, territorial y religioso, pasaron a ser designados con nombres diversos según los intereses de encomenderos y colonos. Según Santiago (2012), durante los siglos XVIII y XIX los humedales fueron invisibles y sobre ellos se desarrollaron procesos de expansión con la conformación de haciendas; varios de los humedales quedaron inmersos dentro de estas haciendas sufriendo procesos de desecación. En la Sabana de Bogotá este proceso inició con cultivos de eucalipto como medio para desecar los cuerpos de agua y convertirlos en zonas agrícolamente aptas. Resumiendo, durante el periodo posterior a la conquista existe un cambio radical en la percepción de los humedales


Figura 3. Corema 1: Ocupación y desarrollo histórico de la Sabana siglo XVII - 1700. Elaboración propia con datos de: Bogotá 450 años: Retos y realidades (Vargas & Zambrano, 1988) Elaboración propia.

dentro del territorio, así como una afectación sustancial en su extensión y vocación dada no por la ocupación urbana, pero sí por la ocupación ‘agrícola’ a través de las grandes haciendas que se conformaron en el territorio de la sabana. Por lo tanto, aunque el ecosistema humedal en la sabana, se vio desde ese entonces intervenido físicamente por elementos de desarrollo agrícola, el equilibrio ecosistémico de este no se vio drásticamente afectado, entre otros factores, por la estrecha relación y el valor cosmogónico que tenía para los grupos indígenas (Ver Figura 3).

1980, un fuerte crecimiento demográfico

Suba, que se convirtió entonces en Localidad del Distrito Especial de Bogotá, recibió una gran cantidad de población sin dejar de albergar usos rurales como fincas y cultivos. Para 1971, el Humedal La Conejera y su ronda se mantenían en buenas condiciones, aunque se habían talado varias hectáreas de bosque nativo, en su ronda solo se localizaban haciendas ganaderas que se abastecían del humedal para riego. Es hasta la década del 70 cuando inician procesos de parcelación de las haciendas y de construcción de viviendas aisladas. Ya para 1989 las viviendas unifamiliares construidas sobre terrenos ilegales afectaban un área de 2 km sobre el costado sur del humedal (En Colombia, 2014).

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Hacia la segunda mitad del siglo XX se presenta en Bogotá un crecimiento poblacional y una expansión urbana sin precedentes, producto en gran medida de la anexión de seis municipios y la conformación de un Distrito hacia 1954. Esto permitió un cambio paulatino de los usos de suelo y un acelerado crecimiento urbano que afectó profundamente los humedales de la Sabana, especialmente aquellos del suroccidente de la ciudad. (Ver Figura 4)

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Figura 4. Corema 2: Ocupación y desarrollo urbano histórico de la sabana 1980. Elaboración propia con datos de: Censo de Cundinamarca 1928 (Departamento de Cundinamarca, 1928),

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Figura 5. Corema 3: Ocupación y desarrollo urbano histórico de la sabana 2018. Elaboración propia con datos de: Los años del cambio. Historia urbana de Bogotá, 1820-1910 (Pavony, 1999).


2018, la sabana de Bogotá hoy Para principios del siglo XXI Bogotá alcanza los diez millones de personas en su área metropolitana. Las mayores densidades de población se encuentran en los barrios informales del occidente de la ciudad, entre ellos algunos barrios de Suba, esta alta densidad está asociada a construcción de bajas alturas. Para los humedales esta presión inmobiliaria representa un problema pues sus terrenos son ocupados y secados con fines constructivos. Por otro lado, en términos de desarrollo urbano la ciudad desarrolla conexiones viales en sentido norte-sur, que, aunque necesarias no tienen consideración con los humedales y cuerpos de agua. Se puede afirmar, a partir de esto, que en la actualidad las afectaciones urbanas sobre el ecosistema humedal están presentes en gran medida a causa de procesos de ocupación socio-espacial, como construcción de vivienda formal e informal, así como elementos propios del desarrollo urbano como los son las grandes vías y transporte colectivo sobre el nivel de suelo. Por supuesto estas dos variables están estrechamente vinculadas y no en todos los casos es posible determinar si la ocupación trajo consigo el desarrollo o viceversa. (Ver Figura 5)

2018, Suba - Humedal la Conejera

Lo que hoy se conoce hoy como Suba tiene su origen y primeros asentamientos desde la época precolombina, no obstante, la afectación urbana sobre el ecosistema humedal se presentó desde la segunda mitad del siglo XX a medida que se parcelaron y urbanizaron las grandes haciendas del lugar. La ocupación urbana es por lo tanto muy reciente, extensiva y es la principal causa de disminución y fragmentación del ecosistema humedal en el caso de La Conejera. El desarrollo urbano, por otro lado, se considera ineficiente en términos de accesibilidad y transporte público; hay múltiples centralidades históricas y comerciales que no alcanzan a suplir las necesidades de los habitantes del sector. (Ver Figura 6)

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A partir de los esquemas realizados, donde se superponen las variables de ocupación socio-espacial y desarrollo urbano, se obtiene la primera aproximación al área de estudio seleccionada: Suba y el humedal La Conejera.

Figura 6. Corema 4 y 5: Ocupación y desarrollo urbano actual en Suba. Elaboración propia.

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Caracterización del territorio, Escala Zonal Proceso histórico Suba Históricamente el territorio que hoy es la Localidad de Suba albergó grupos indígenas, probablemente con ocupación dispersa, desde el 3500 a. C.; sin embargo, se reconoce la existencia de grupos pre-muiscas en la zona hacia el año 1200 a.C. Boada (2006, citado por Santiago, 2012) plantea que para el periodo del 300 a.C. al 200 d.C. los asentamientos encontrados en la zona de Suba y Cota fueron extremadamente dispersos y la mayoría de menos de una hectárea estaban localizados a ambos lados del río Bogotá. Estos asentamientos se registran muy cerca de los humedales o chucuas, sin embargo, el acceso a los recursos estuvo más orientado hacia el río que hacia los humedales.

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Este asentamiento tenía por nombre zhu-ba: mi cara, mi rostro, mi piel en lengua muisca y hacía parte de la organización muisca sobre el Altiplano Cundiboyacense y la Sabana de Bogotá, eran una sociedad fundamentalmente agrícola. Para ese entonces: “contaban con un rico entorno natural donde se destacaba la riqueza hídrica con abundantes cursos de agua y humedales y la riqueza forestal en los cerros de Suba que representaba una fortaleza ecológica con una biodiversidad favorable al desarrollo de estos grupos étnicos” (SDP, 2011). En este sentido no se reconoce para ese entonces una ocupación urbana, pero si se identifica una relación importante entre la comunidad indígena y el entorno natural de Suba, relación que se ha perdido con el tiempo. Tras la llegada de los españoles inicia un periodo lento de poblamiento hasta principios del siglo XX. Suba se caracterizó por ser un pequeño centro urbano colonial comunicado por estrechos caminos de herradura con Bogotá y los municipios de Cota, Chía, Engativá y Usaquén (Ver Figura 7). Su localización geográfica entre los humedales La Conejera y Juan Amarillo - norte–sur - y los cerros de Suba y el río Bogotá - oriente–occidente - lo han hecho un lugar aislado desde entonces. Durante el periodo colonial se conformaron grandes dominios territoriales, como la Hacienda de La Conejera que posteriormente, tras una expropiación, fueron puestas en subasta pública. “Fue así como fueron adquiridas por particulares que han venido distribuyéndolas por herencia o por venta pública” (SDP,2011). Para principios de siglo XX se realiza en Suba la primera gran

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Figura 7. Caminos de Suba a la sabana sobre mapa grabado de la sabana de Bogotá 1906 Tomado de: Atlas histórico de Bogotá. Cartografía. 1791-2007. Tomado de: Sanchéz & Pajoy, 2007 Figura 8. Suba, 1920 (arriba) y Suba, 1952 (abajo): grandes haciendas y posterior ocupación del territorio. Se reconocen para 1952 la hacienda de Santa Inés, Tibabuyes, Sta. Bárbara, La Conejera, Las Mercedes y El Salitre. Tomado de: Cartografías de Bogotá (Universidad Nacional de Colombia, 2016)

El 17 de diciembre de 1954 se realiza la anexión de seis municipios al creciente Distrito Especial de Bogotá, entre ellos Suba, esto supone para el antiguo municipio una subordinación frente al necesario crecimiento urbano de la ciudad. Es así como a partir de 1960 Suba, cuya característica rural era aún predominante, reflejado en las haciendas existentes (Santa Inés, Tibabuyes, San Ignacio, Arrayanes, La Conejera, Santa Bárbara) fue cediendo ante la demanda de tierra para construcción de vivienda y el uso agroindustrial, cambiando así las dinámicas económicas y sociales del territorio. (Ver Figura 8). En las décadas de 1970 y 1980 se da en la ciudad un fuerte fenómeno de migración de familias procedentes de otros municipios de Cundinamarca, Boyacá, Santander y Tolima. Suba se ve afectada por procesos de construcción y autoconstrucción promovida en ese entonces por programas de gobierno en lotes con servicios, este fenómeno se da especialmente en el límite sur de la localidad, al norte del humedal Juan Amarillo. El límite norte de Suba, al sur del Humedal La Conejera, por otro lado, se ha visto ocupado durante las últimas dos décadas en su mayoría por construcción de vivienda formal o vivienda en serie. El continuo crecimiento poblacional y déficit habitacional supuso para la actual localidad de Suba cambios radicales en su área urbana hasta la presente década que afectan y amenazan radicalmente el entorno natural del territorio y por ende los humedales.

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obra de ingeniería para suministrar agua a la población. Hacia 1930 el municipio de Suba contaba con ocho veredas, alrededor de 2000 habitantes y sus principales actividades económicas eran la agricultura y la comercialización de productos agrícolas que se llevaba a cabo entorno a la plaza, hoy parque principal. Sin embargo, esta vocación agrícola comienza a disminuir hacia 1940 cuando se inician nuevos procesos de inmigración de familias de Bogotá, quienes buscaban un entorno tranquilo alejado de la ciudad.

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Figura 9. Panorámica del Humedal La Conejera, Elaboración propia con imágenes tomadas de: Visor de Secretaría de Ambiente de Bogotá D.C. (Secretaría de ambiente, 2018)

Humedal La Conejera

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Se ha comprobado a lo largo de la investigación que hay una afectación general a causa de la ocupación y el desarrollo urbano sobre los humedales de la Sabana de Bogotá. Como se afirmó anteriormente, para la realización del proyecto se optó por escoger el Humedal La Conejera como caso de estudio, pues está inscrito en una localización particular y estratégica de la ciudad (Ver Figura 9). El Humedal La Conejera se encuentra en la localidad de Suba, y es hoy el límite entre el área urbana de Bogotá, al sur, y la Reserva Forestal Thomas van der Hammen, al norte. El principal afluente del humedal es la quebrada la Salitrosa, hoy canalizada, que nace del cerro La Conejera (Ver Figura 10). El humedal contribuye a la capacidad de regulación del río Bogotá minimizando inundaciones, aunque en la actualidad esta capacidad se ha visto afectada por la desecación de sus afluentes primarios (Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá D.C., 2018). Las afectaciones directas de la ocupación y desarrollo

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Figura 10. Humedal La Conejera. Elaboración propia.

El costado norte, por su parte, presenta un fenómeno completamente diferente cuyo futuro esta inscrito en debates contemporáneos de la ciudad de Bogotá; allí se encuentra la Reserva Thomas van der Hammen, establecida por la CAR (Corporación Autónoma Regional) y no reconocida aún por el Distrito. Es esencial para este trabajo proyectual establecer una postura frente a esta y frente a los proyectos especulativos y de urbanización que se están proponiendo dentro del área de reserva. Por lo tanto, y tras el reconocimiento de la estructura ecológica de la ciudad se reconoce en este trabajo la importancia de conservar el área de reserva como corredor fundamental de la estructura ecológica de la sabana de Bogotá y se plantea el proyecto en función a ello.

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urbano sobre este humedal se dieron a partir de la década de los 70, a partir de la cual se ha densificado, con vivienda formal e informal, el costado sur del humedal. No obstante, la urbanización no tiene relación directa con el humedal y su disposición hace de este, un lugar abandonado e inseguro con relación a las viviendas.

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Figura 11. Tipos de Ocupación en el norte de Bogotá. Elaboración propia.

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En términos de ocupación En cuanto a la Ocupación socio-espacial, se profundiza en los tipos de ocupación desarrollados históricamente en la Sabana y sobre todo en el área de estudio, se habla así de patrones de formalidad, dispersión, densidad y morfología. La identificación espacial de tales tipos de ocupación permite reconocer para el área de estudio las categorías más presentes en el entorno del ecosistema humedal y la manera como se relacionan con este. Así mismo y tras identificar los tipos de ocupación se propuso, para el caso del área de estudio, tipologías de forma de habitar, con el fin, nuevamente de examinar la relación, si la hay, de las formas de habitar y el humedal. Se realizó un reconocimiento detallado de los tipos de ocupación, para ello se establecen cinco tipos que estarían presentes en el área de estudio: urbanización informal, crecimiento suburbano, manzana en serie, condominio y polígono en altura (Ver Figura 11). Cada una de estas categorías presenta densidades, morfologías y disposiciones diferentes,

Figura 12. Tipos de Ocupación entorno al Humedal la Conejera. Elaboración propia.

las variaciones en la forma de habitar es por lo tanto diferente también. La urbanización informal, por ejemplo, tiene una más diversa vida urbana, y mayor accesibilidad, pero cuenta con menos espacios públicos y ocupación directa, en algunos casos ilegal, sobre el humedal. Los polígonos en altura, por otro lado, cuentan con una vida urbana limitada, aun cuando tienen altas densidades; la disposición de estos no está relacionada con el trazado de la ciudad y no se relacionan con ella, la relación con el humedal es nula. Es de resaltar, además que, aunque el límite del Humedal Juan Amarillo presenta en su mayor parte vivienda informal, el límite del Humedal La Conejera presenta una gran variedad de tipos de ocupación, al oriente y cerca a los cerros de Suba principalmente informal, pero hacia el occidente se encuentran manzanas en serie, polígonos en altura e incluso crecimiento suburbano en el área de reserva y al occidente del río Bogotá (Ver Figura 12). Esto permitiría inferir múltiples dinámicas en el entorno inmediato del humedal y además múltiples, pero no demasiado diferenciados, niveles de vida entre los habitantes del sector. Todos los tipos de ocupación coinciden en ‘rechazar’ la existencia de humedales a través de cerramientos o de su propia disposición en el espacio.

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Diagnóstico

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Figura 13. Desarrollo Urbano y centralidades en el norte de Bogotá. Elaboración propia.

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En términos de desarrollo En Bogotá se han planteado proyectos estratégicos que den respuesta a la condición de un modelo de ciudad generadora de capital. Sin embargo, Bogotá en su extensión administrativa, que comprende un 30% de zona urbana y un 70% de zona rural, logra concentrar su mayor inversión en la zona urbana, desfavoreciendo el potencial ambiental, social, cultural y productivo que tiene el área rural, para el sostenimiento de la ciudad industrializada. Por otro lado, el crecimiento urbano ha impactado en la estructura ecológica debido a la expansión de proyectos de vivienda y sobretodo de movilidad. Por lo tanto, es necesario reconocer los modelos de desarrollo urbano que han afectado al ecosistema humedal y a los elementos en su entorno que hacen parte de la estructura ecológica de la Sabana - Suba rural, Reserva Thomas van der Hammen, Río Bogotá, para este caso de estudio -, y preguntarse por lógicas más equilibradas de habitabilidad, ocupación y dotación, que impliquen el desarrollo de Bogotá como ciudad-región.

urbano-rural, presenta una desventaja de infraestructura considerable respecto a otras áreas de la ciudad. Esto entendido en términos de conexión vial, dotaciones y servicio y funcionalidad. En los gráficos realizados, se buscan resaltar dichas falencias y desventajas, pues no hay accesos importantes al área y los sistemas de transporte masivo son inexistentes (Ver Figura 13). A su vez, el entorno próximo al humedal adolece de servicios urbanos y en cambio en zonas de protección se encuentran equipamientos privados y de grandes extensiones que interrumpen la función ambiental de ellas. Finalmente, en cuanto a funcionalidad, entendida como la presencia, o no, de centralidades, se puede observar que no hay gran presencia de elementos estructurantes de las funciones urbanas en el área de estudio (Ver Figura 14). Algunas zonas comerciales, educativas y de transporte existen en los alrededores más lejanos, que potencialmente, podrían configurar un sistema de centralidades que provea servicios tanto metropolitanos, como ambientales, no sólo al área de estudio específica sino al área urbana de influencia que se estudió en esta escala.

Figura 14. Centralidades. Elaboración propia.

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Actualmente, el área de estudio, que hace las veces de límite

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Análisis Fortalezas

Debilidades

- Reconocimiento de un área delimitada por la CAR como Área de Reserva Forestal.

- Uso extensivo del suelo rural para Cultivos de flores en invernaderos.

- Usos rurales predominantes y grandes extensiones de espacio ‘verde’ al costado norte del humedal La Conejera, dentro y fuera de la Reserva Forestal Thomas van der Hammen.

- Ocupación suburbana presente en área de reserva y a lo largo de las vías de conexión Suba-Cota.

- Permanencia del último bosque andino bajo nativo de la ciudad: el Bosque de las Mercedes. - Áreas protegidas por el Distrito en la Zona de ronda de protección del río Bogotá, Parque ecológico Distrital Humedal La Conejera, Reserva Forestal Protectora Productora (Cerro La Conejera y Cerros de Suba) y finalmente Corredor ecológico Quebrada la Salitrosa. - Actual conexión ecológica Cerros de Suba - Río Bogotá - Cerros de Cota dada a través de cuerpos hídricos como el Humedal La Conejera o el río Chicú. - Vocación residencial presente en el costado sur del Humedal La Conejera. - Equipamientos metropolitanos existentes en la localidad.

y

centralidades

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- Equipamientos educativos localizados en el eje nortesur paralelo al cerro de Suba. - Suba.

Centralidad histórica y área de Interés patrimonial de

- Vías de conexión a escala metropolitana: Av. Suba y Av. Ciudad de Cali.

- Ocupación tipo condominio en área de Reserva. Necesita grandes áreas y maneja bajas densidades. - Ocupación informal dispersa en el costado sur del Humedal La Conejera y sobre el Cerro de Suba que se ve modificada paulatinamente a causa de la presión inmobiliaria, se considera debilidad pues el tipo de ocupación que la sustituye generalmente son ‘cerrados’. - Ocupación extensiva formal e informal del Cerro de Suba - que hace parte de la estructura ecológica. - Actual límite físico existente entre los distintos tipos de ocupación estudiados y el Humedal, especializado generalmente con una reja. - Desaparición, desecamiento, contaminación y canalización de fuentes hídricas, entre ellas el desecamiento paulatino del Humedal o la canalización de su principal fuente hídrica la Quebrada la Salitrosa. - Existencia de vías superficiales - Av. Ciudad de Cali, Carrera 92 - en sentido norte-sur que afectan y fragmentan el Humedal La Conejera y su afluente principal la quebrada La Salitrosa. - Sistema de transporte colectivo Transmilenio, que no abastece la totalidad del área urbana de la localidad, ni resuelve la conexión Suba-región. (Ver Figura 16)

- Área libre ‘Avenida Longitudinal de Occidente’ se reconoce como fortaleza al ser hoy un espacio público de los habitantes de occidente. (Ver Figura 15) Figura 15. Fortalezas identificadas en el área de estudio (arriba). Elaboración propia. Figura 16. Debilidades identificadas en el área de estudio (abajo). Elaboración propia.

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Oportunidades - Establecimiento y conformación de la Reserva Forestal Thomas van der Hammen como área protegida fundamental dentro de la estructura ecológica de la sabana de Bogotá. - Creación de conexiones viales de nivel regional como la Vía Tabor al Occidente. - Fortalecimiento de la centralidad existente según el POT: Centralidad de Suba. - Barrios de mejoramiento integral de intervención estructurante y de intervención complementaria que dan cuenta de áreas potenciales de actuación. (Ver Figura 17)

Amenazas - La propuesta de Ciudad Norte, planteada durante la presente administración en la que se propone la urbanización de casi toda el área norte del Humedal La Conejera, tanto dentro como fuera de la actual área de reserva. Y sin consideración frente al corredor ecológico oriente - occidente que se vería irremediablemente afectado. - Troncales de Transmilenio, un servicio de transporte superficial, no limpio, que afectaría y fragmentaria tanto el humedal como el área de reserva. - La creciente industria dispersa presente en el corredor industrial de la Calle 80 que puede afectar las fuentes hídricas. (Ver Figura 18) Figura 17. Oportunidades a futuro identificadas en el área de estudio (arriba). Elaboración propia. Figura 18. Amenazas a futuro identificadas en el área de estudio (abajo). Elaboración propia.

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Marco Conceptual A través del marco teórico se reconocen algunas de las teorías y estrategias expuestas por el urbanismo contemporáneo para integrar la estructura ecológica y la estructura urbana, especialmente aquellas que profundicen en la reflexión del agua como posible elemento estructurador en la planificación de la ciudad o aquellas que ahondan en el tema de borde urbano natural. Esto último teniendo en cuenta que el área de estudio - Humedal La Conejera - se encuentra en el actual límite urbano de la ciudad de Bogotá y por ello presenta fenómenos particulares dignos de ser tratados con detalle. Históricamente, el urbanismo ha tenido dos aproximaciones, una como ciencia de la ciudad y otra como herramienta que direcciona el desarrollo racional de la ciudad, es decir que la documenta e interpreta (De Meulder & Shannon, 2008). La ciudad, como objeto de estudio complejo que interactúa con el ser humano y define su habitar, han evolucionado a la par y así, el urbanismo redirige su mirada a distintos temas y problemáticas según los intereses o agendas públicas y

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políticas del momento. La naturaleza en la planificación de la ciudad ha sido vista como un embellecimiento superficial, como un lujo en lugar de una fuerza esencial que permite su existencia; el agua no ha tenido mejor suerte, pues, durante los dos últimos siglos, ha tenido un rol hidráulico y en muchos casos residual. No obstante, el agua ha aparecido recientemente (re) conquistando la agenda del urbanismo, pues en la era del calentamiento global, es absolutamente pertinente atender las consecuencias de este, como el aumento del nivel del mar, distribución desigual los recursos hídricos, así como la alteración o afectación de cuencas hidrográficas, contaminación, riesgos de sequía o inundación, etc. (Swynegedouw, 2004). Se habla de reconquista porque, aunque en el siglo XX los cuerpos de agua tuvieron una observación marginal (Unwin, 1909), las tradiciones antiguas vieron en la estructura del agua, artificial o natural, una piedra angular de la estructura urbana construida. La lógica común de las ciudades y el agua son evidentes: fuentes de agua limpia, posibilidades de transporte, agua como mecanismo de defensa, receptor de tormentas, etc.


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En este sentido, haciendo referencia al ecosistema humedal desde su función, como superficies terrestres que se inundan permanente o intermitentemente, son evidentes los beneficios que trae consigo la conservación de este ecosistema dentro de la ciudad, pues el equilibrio ecosistémico hace posible el mantenimiento de los ciclos de vida, incluyendo el humano. De ahí que los humedales tengan la posibilidad de suministrar agua, formar suelos fértiles, proveer alimentos, preservar fauna y vegetación y garantizar regulación hídrica y climática en el territorio. Sin embargo, el manejo de estos cuerpos de agua han hecho que no sean parte de la conciencia colectiva de los ciudadanos aun cuando se encuentran presentes en la ciudad o en su morfología (De Meulder & Shannon, 2008). En el caso bogotano, proteger el territorio del agua en la región ecológica de la Sabana implica la conservación del ciclo de agua como valor natural estratégico, que incluye entornos profundamente relacionados, desde páramos, lagunas, quebradas, ríos, humedales, canales de irrigación, aguas subterráneas, así como los factores de desequilibrio y ruptura del ciclo hídrico como la urbanización, la canalización, la explotación agroindustrial hasta la deforestación de las montañas y bosques; y este reto de proteger el territorio del agua todavía no ha sido reflexionado adecuadamente desde la arquitectura.

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La ausencia de programas de investigación para la incorporación del ciclo de agua en la proyección arquitectónica es un vacío académico por llenar. Es sin duda la tarea más delicada en todo proyecto urbano donde el elemento hídrico esté presente como elemento central del proyecto, superando la costumbre de ser tratado como contexto. A este vacío académico se le suma la desmedida especulación del suelo rural y la falta de perspectivas que, a la vez que potencien el desarrollo urbano, aseguren la sostenibilidad de su hábitat. Tal es el caso de los planes actuales para urbanizar la reserva Thomas van der Hammen, los proyectos inmobiliarios en la cuenca del río Tunjuelo y la urbanización dispersa del borde occidental del río Bogotá en Funza y Mosquera (Talavera, Jaramillo, 2014). Es por esto es necesario nuevas miradas en las cuales el crecimiento de las ciudades vaya de la mano con el mantenimiento de la calidad del ciclo del agua en la Sabana. En el caso del Humedal La Conejera, hay un problema de límite en el que se trata diferenciadamente todas las actividades urbanas, por un lado, y todas las ‘naturales’ por el otro. El habitante promedio no interactúa y en algunos

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casos no conoce sobre el humedal y por lo tanto no hay un reconocimiento o apropiación de este, lo que hace que sea aparentemente ‘adecuado’ proponer proyectos que fraccionen o cambien la vocación ecológica de estas áreas en función de la necesidad inmobiliaria que podría ser planteada de otras múltiples formas. En el presente trabajo se aborda una de esas posibilidades, y es hacer del Humedal La Conejera un borde y no un límite.

Noción de Borde Existen varios términos como periferia o borde, empleados para hacer alusión a aquellas áreas que están catalogadas como de expansión urbana; en esencia, las distintas acepciones se refieren a la misma porción de territorio que rodea, circunscribe o conforma el margen de las ciudades. Estas áreas suelen estar en constante proceso de urbanización, en ciertos casos ocupando lugares de valor ambiental; para el caso de Bogotá están directamente relacionadas con la disminución y deterioro de la Estructura Ecológica. “El crecimiento de la población urbana y su expansión sobre el territorio generan periferias transitorias causantes de límites fragmentados, rondas hídricas alteradas, así como poblaciones afectadas que se encuentran a lado y lado de los cuerpos hídricos” (Cabrera Silva, 2016) El Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá, Decreto 469 de 2003, en su artículo 91, define el Corredor Ecológico de Borde como una franja de 50 a 100 metros, de ancho en suelo rural, contiguo y paralelo al perímetro urbano. Por otro lado, en el Decreto 619 de 2000, enuncia que deben cumplir las áreas periféricas, suburbanas y rurales las siguientes funciones: - Contener procesos de conurbación de la ciudad con las cabeceras municipales circundantes. - Cumplir una función de elemento articulador de la ciudad región. - Incorporar la escala regional para el desarrollo y planeación de los equipamientos e infraestructuras. - Consolidar un modelo de ciudad-región, posiblemente de carácter policéntrico o sistema de ciudades, basado en la


diversificación y especialización de funciones. - Precisar su valor paisajístico y ambiental reconociendo su función como proveedora de servicios ambientales. Sin embargo, el concepto de borde, en el marco del urbanismo contemporáneo, no es sólo un término legal, sino un “paradigma epistémico” (Talavera, 2018) tangible, como territorial en sí mismo, y objeto de estudio para los procesos de habitación de la ciudad. Por lo que es a través de este concepto que se propone y fundamenta el proyecto urbano propuesto. Para ello, los bordes deben ser vistos como espacios de encuentro y articulación, que vinculen y no que separen; deben ser áreas con mayor potencial de intervención de diferente tipo: social, ecológica, funcional, más aún en territorios que tienen grandes desigualdades como es el caso de Bogotá. El borde se debe pensar como una oportunidad para generar intervenciones a partir de la generación de nuevas centralidades, con áreas de vivienda, equipamientos y espacio público.

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Por lo tanto, teniendo en cuenta la situación del Humedal La Conejera como actual límite urbano de Bogotá, se considera que un cambio de paradigma en el modo de desarrollo de la ciudad contribuiría a la consolidación de La Conejera como elemento estructurante de la Sabana. En este sentido, la noción de borde urbano, como hecho territorial tangible en sí mismo, sería una estrategia física de control del crecimiento urbano de Bogotá y contribuiría al vínculo de la estructura ecológica con la urbana.

Figura 19. Esquema conceptual de límite (arriba). Elaboración propia.

Figura 20. Esquema conceptual de borde: integrador y estructurante (abajo). Elaboración propia.

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Proyecto Durante este proceso de investigación se reflexionó sobre cómo se está habitando actualmente en torno a la estructura ecológica de la Sabana, especialmente entorno al Humedal la Conejera y se reconoció la manera en que este ecosistema puede fortalecerse con la implementación de nuevas y más sostenibles formas de ocupación socio-espacial mientras contribuye al adecuado desarrollo urbano de la localidad, la ciudad y los municipios aledaños que constituyen un región ecológica en la Sabana. A su vez, a lo largo del trabajo se hizo una aproximación multiescalar que partió de la Ocupación y del Desarrollo urbano en la Sabana de Bogotá en relación con el ecosistema humedal; más adelante se optó por un área más específica de estudio que permitió desarrollar la propuesta urbana; el lugar de intervención y estudio está ubicado en el costado norte de la Localidad de Suba en Bogotá. Se situó en este, por la relación que presenta con el Humedal La Conejera y por los debates generados sobre el rol de la Reserva Van der Hammen.

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Escala Estructural En un primer momento se analizó y se hizo una propuesta a nivel Estructural (Sabana), que abarca el norte de Bogotá y cuyo objetivo es posicionar el Humedal La Conejera y la Reserva Thomas van der Hammen como elementos fundamentales de la estructura ecológica de la Sabana y conformadores del corredor oriente - occidente, Cerros Orientales - río Bogotá - Cerros de Cota. Para ello se hizo una propuesta donde se evidenciaran claramente las tres estructuras de principal interés para esta investigación: la estructura ecológica, la estructura urbana – centralidades - y la estructura de movilidad. En el marco de esta estructura ecológica se propusieron varias áreas que fortalecen el equilibrio ambiental de la Sabana además de la Reserva Thomas van der Hammen, que permitirían la conexión oriente-occidente entre cerros apoyándose en humedales y otros cuerpos hídricos; en la estructura de movilidad, por su parte se plantearon nuevas conexiones regionales Suba-Occidente y Suba-Norte que sean consecuentes con la estructura ecológica y que por lo tanto manejen sistemas de transporte limpio obligatorio, al menos en las áreas de preservación ambiental. . 82

Figura 21. Esquema Escala Estructural (arriba). Elaboración propia. Figura 22. Propuesta Escala Estructural (derecha). Elaboración propia.


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Escala Zonal La Escala Estructural se ubicó en el territorio comprendido entre los Cerros de Suba y los cerros de Cota. Así como en la escala inmediatamente anterior, en esta se realizó una propuesta para la estructura ecológica, una aproximación a la estructura de movilidad y una propuesta para la estructura urbana. Esta escala es relevante en la medida en que es aquí donde se evidencia por primera vez el territorio propuesto como ‘Borde’, (líneas punteadas naranjas) es decir el área donde se integrarían los servicios actuales con el fin de reconocer el ecosistema del humedal y de la Reserva. En segundo plano este estaría ejerciendo la función de controlador del crecimiento urbano, objetivo que se persigue con este proyecto. En la propuesta para la estructura ecológica se reconocen, nuevamente, las áreas delimitadas de la Reserva Thomas van der Hammen y el Humedal La Conejera como áreas de conservación donde no se podrían llevar a cabo actividades residenciales o industriales, pero sí dotacionales y de recreación, siguiendo el concepto de borde.

Figura 23. Esquema conceptual de propuesta Escala Zonal (arriba). Elaboración propia.

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Además de esto, dentro de la misma estructura se propone la ampliación del bosque nativo existente y la conformación de una nueva área protegida en los espacios no ocupados del los Cerros de Suba; para terminar, se propuso un tejido de áreas verdes urbanas que, a través de redes, conecte los parques existentes y suscite nuevas áreas de esta vocación. Para la estructura urbana se propusieron dos ejes dotacionales en sentido norte-sur que se apoyan en equipamientos existentes. Un eje sería por lo tanto ‘eje de equipamientos metropolitanos’ donde se encuentran actualente centros comerciales y el portal de Transmilenio y donde tendrían lugar otros equipamientos del mismo nivel de influencia; el otro eje sería el ‘eje educativo’, que ya es un área de múltiples instituciones actualmente. El fortalecimiento de estos ejes dotaría a la localidad y a sus habitantes de los servicios metropolitanos adecuados, hoy insuficientes.

Figura 24. Propuesta Escala Zonal (derecha). Elaboración propia.

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Escala Urbano-arquitectónica A continuación, se escogió un área aún más próxima que comprendería el ‘Borde’ en su totalidad, es decir es en donde se localizarían los servicios ambientales que dotarían la Localidad de Suba al norte. En esta escala, es posible reconocer ya aspectos puramente morfológicos y por lo tanto se puede hacer una propuesta de carácter urbano. Como en las propuestas anteriores, se ubicó lo que sería la estructura ecológica, la estructura urbana y la estructura de movilidad como ejes principales del proyecto; sin embargo, la movilidad y la estructura ecológica al ser variables regionales son más fáciles de representar y entender en escalas menores. Aquí se da especial énfasis a la estructura urbana presente en los barrios próximos al Humedal: Villahermosa, Tuba Baja, Salitre Suba, Las Mercedes y Rincón de Santa Inés.

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Para empezar se ubicó en el área de estudio las áreas potenciales de intervención (Figura 25), estas se seleccionaron por razones tales como: ser barrios de baja densidad o baja altura con posibilidad de ser densificados, ser barrios informales de alta densidad cuya espacio no permite la provisión de servicios urbanos y ambientales, ser infraestructuras de alto impacto (bodegas, hospitales) dentro del área de la Reserva Thomas van der Hammen o finalmente ser áreas residenciales que suponen un peligro para el Humedal o la población por su proximidad a este.

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Más adelante, con el fin poder actuar en función al trazado urbano de la zona de estudio, se hizo un reconocimiento de los ejes y direccionalidades que organizan la ciudad en esta área (Figura 26). Se pudo notar, que hay un trazado regular y unidireccional en el costado sur oriental del humedal, el norte del humedal por otra parte presenta una división predial igualmente unidireccional pero diferente al anterior. De esta manera el humedal supone o supuso un quiebre en la división predial de estos terrenos evidente hasta hoy. Teniendo en cuenta los anteriores aspectos se realiza, como propuesta, un tejido urbano de áreas verdes y azules (cuya vocación se explicará más adelante); este tejido tendría como eje principal un parque lineal localizado en los terrenos baldíos de la hoy Av. Las Mercedes y partir de allí se ubicarían ejes paralelos y transversales que conecten espacios públicos existentes y que generen nuevos tipos de espacios a su vez, la condición principal de tales espacios conformadores del tejido es hacer parte de la vinculación Ciudad – Humedal – Reserva y ser proveedores de servicios ambientales. Es así como este


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Figura 25. Aerofotografía con potenciales áreas de intervención (Izquierda - arriba). Elaboración propia. Figura 26. Aerofotografía con trazado urbano existente (Izquierda - abajo). Elaboración propia. Figura 27. Esquema propuesta Escala Urbana. Tejido programático verde y azul. El púrpura hace referencia al tejido residencial (derecha). Elaboración propia.

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Figura 28. Propuesta y programa Escala Urbana. Elaboración propia.

tejido no estaría conformado solo por espacios públicos ‘descubiertos’, sino que estaría acompañado de una serie de equipamientos que, por sus programas, niveles de ocupación o vocación, podrían catalogarse como equipamientos verdes o azules (Figura 27). Por otro lado, siendo la estructura urbana la más relevante a esta escala, surge un nuevo tipo de intervención que es la intervención residencial. Uno de los objetivos iniciales del proyecto era resolver problemas de ocupación en torno al Humedal La Conejera, para ello se consideró necesario realizar

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procesos de renovación y de redensificación en áreas hoy problemáticas para el humedal, debido al riesgo de inundación, a mal aprovechamiento, a las bajas alturas y densidades, o con posibilidades de intervención, o barrios de mejoramiento integral. Por lo tanto se plantearon proyectos de ocupación (púrpura) teniendo en cuenta las áreas de intervención determinadas anteriormente y el trazado como estrategia morfológica a seguir; se realizó un trazado coherente con los edificios existentes que permitió la disposición de los diferentes ejes, equipamientos y viviendas (Figura 28).

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Área de intervención Finalmente para poder desarrollar una parte de la propuesta de manera más específica se hizo un último acercamiento al área de estudio, este acercamiento se denominó área de Intervención; si bien en las anteriores escalas se abordaron temas de ciudad, y se propuso la conformación del humedal como un ‘Borde estructural’ es en esta escala donde se retoma uno de los primeros intereses del proyecto que era realizar una propuesta integral donde se trabajara el desarrollo urbano al tiempo que la ocupación socio-espacial, así se trabajó en función de la espacialidad residencial y dotacional en el entorno inmediato del humedal.

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Para esta escala se adoptó una estrategia estructural, morfológica y programática: una rejilla volumétrica de luces de 10m x 10m que permitió organizar tanto la red urbana compuesta por equipamientos verdes y azules como la vivienda y la movilidad. La rejilla permitiría además dotar a las edificaciones existentes de nuevas funciones posibles en sus cubiertas y facilitaría un eventual crecimiento en altura al no estar estructuralmente ligada a los cerramientos de la vivienda.

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La disposición de los equipamientos promueve, en gran parte de los casos la relación indirecta con el Humedal. Como se hablo anteriormente, este es un ecosistema delicado cuya intervención debe evitarse al máximo, sin embargo una de las estrategias del proyecto y del ‘Borde’ es dotar toda esta área de equipamientos que permitan el acercamiento, conocimiento y relación visual de las personas con el Humedal; esto fomentaría su cuidado y evitaría en gran medida la ocupación entorno a su área de inundación (fenómeno actual), es decir, a gran escala contendría el crecimiento urbano promoviendo la redensificación de áreas ya ocupadas.

Figura 29. Esquema organizativo área de Intervención. Espacios verdes y azules. Circulación y movilidad. Equipamientos y vivienda (Abajo). Elaboración propia. Figura 30. Planta baja, área de intervención y espacio público (Derecha). Elaboración propia.


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Figura 31. Esquema de edades y ocupación propuesta (Arriba). Elaboración propia. . Figura 32. Planta intermedia, área de intervención (Derecha). Elaboración propia.

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Figura 33. Corte longitudinal área de intervención norte-sur. Elaboración propia.

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Figura 34. Corte transversal, área de intervención (Derecha). Elaboración propia.

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Conclusiones En resumen, tras el análisis y el ejercicio proyectual se concluyó que en términos territoriales Bogotá ha tenido un modelo de desarrollo disperso y no ha sido planificada como región. Es necesario entender la región que actualmente conforman Bogotá y los municipios colindantes a través no solo de su población sino del territorio del agua que la estructura. Los humedales en la sabana de Bogotá cumplen funciones ecológicas estratégicas dentro de la dinámica hidrológica regional, en el desplazamiento de la fauna, en su migración altitudinal, en la diversidad ecosistémica local, y en la red de conectividad de la Estructura Ecológica Principal y Regional por lo cual es imperativo conservarlos e incorporarlos al ámbito urbano, por su ubicación en el área urbana. Por otro lado, haciendo referencia a la planeación y ordenamiento de la ciudad se reconoce que se ha descuidado la forma en que la vivienda, la movilidad, la industria y el comercio se disponen en el territorio y sobre todo la manera como estos se relacionan con la estructura ecológica; razón por la cual es

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necesaria la acción conjunta entre autoridades urbanas, entes de control, entidades ambientales y ciudadanos para planificar de manera cooperativa y cohabitar respetuosamente con los cuerpos hídricos de Bogotá. Aunque además se admite que no solo es una falla en la planeación puesto que tradicionalmente, (incluso en la informalidad) la ocupación urbana de Bogotá ha tratado residualmente los cuerpos hídricos presentes en la ciudad, por lo que son ocupados ilegalmente y vistos como límites marginales. Es por esto por lo cual las autoridades competentes deben profundizar sobre los territorios hídricos, para que sean tenidos en cuenta dentro de los planes urbanos de Bogotá no solo como elementos de protección ambiental sino como proyectos de interacción e integración de los ciudadanos. Profundizando más en el área de estudio se concluyó que es necesario mantener vínculo ambiental del Humedal La Conejera y la Reserva Thomas van der Hammen; esta última por su parte


Finalmente, y tras la propuesta Urbano-arquitectónica se llego a la conclusión de que puede posible cohabitar con los humedales dentro del área urbana, concibiéndolos como espacios de protección, de recreación ambiental y de estructuración de la región.

su desarrollo y crecimiento vial e industrial. Además, la creación de equipamientos abiertos y de vocación ambiental y pública en torno a esta zona de manejo y preservación, asociados a vivienda de baja altura abierta al espacio público urbano en los primeros pisos, son la alternativa a la que llegó este proyecto para conseguir la consolidación del Humedal La Conejera como un Borde que estructura e integra el noroccidente de la ciudad.

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no debe ser intervenida (como propone la administración actual de Bogotá) pues es una conexión ambiental de los ecosistemas presentes en la Sabana de Bogotá, además, hoy en día controla la expansión y dispersión urbana hacia el norte de la ciudad.

En el caso específico del Humedal La Conejera, garantizar la preservación total de su ronda hidráulica (área inundable) y de la zona de manejo y preservación ambiental (área no inundable) además de una adecuada intervención urbana (residencial o de servicios) próximo a la zona de manejo, garantizarían el vínculo entre Bogotá urbana y la zona rural norte, sin que está última esté desconectada de la ciudad ni se vea afectada por

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Figura 35. Foto máqueta propuesta Escala Urbano arquitectónica. (Arriba) Elaboración propia.

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Figura 36. Foto máqueta propuesta Escala Intervención (Abajo). Elaboración propia.


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Figura 37. Foto 2 maqueta propuesta Escala Intervención. Elaboración propia. 99


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Figura 38. Perspectiva Proyecto Borde. Humedal La Conejera. Elaboración propia.


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Natalia Carolina Acosta Bello

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Aproximación

Escala sabana

Escala estructural

El proyecto “Humedal y Vivienda” propone una estructura que busca el equilibrio entre el hábitat urbano y la presencia del Humedal Juan Amarillo (HUJA), en el noroccidente de Bogotá, partiendo de que la situación actual del habitar en las cercanías de este ente natural, omite la realidad ecosistémica inmediata y causa la desarticulación entre entorno urbano y natural. El desarrollo de esta propuesta nace del análisis del lugar a varias escalas, que permiten entender el proyecto de vivienda como un elemento urbano multiescalar y no como un objeto aislado de su realidad inmediata.

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La zona en torno al Humedal Juan Amarillo (HUJA) es de gran interés porque se trata del humedal más grande de la ciudad de Bogotá, está muy cerca de la cuenca del río Bogotá y se encuentra dentro de una zona privilegiada a nivel ecosistémico de la sabana, donde aún hoy, los humedales implican una fuerte presencia ambiental. Paralelo a esto, factores como el crecimiento de la ciudad de Bogotá y los asentamientos que la rodean, la proliferación de cultivos de flores y la presencia de industria marcan fuertemente otra realidad de la región, donde la intervención del hombre ha ido acaparando, modificando e interviniendo el territorio natural sin reflexionar en muchas ocasiones sobre la importancia del ciclo del agua y de la conservación de sus partes. Es por esto que surge la pregunta sobre la relación ente natural–ente urbano que ha suscitado este proyecto y que se concentra específicamente en la relación humedal-vivienda.

Figura 1. Portada del capítulo. Vista aérea del Humedal Juan Amarillo en sentido suroriente-noroccidente. AeroScanTech. 2017. Tomada de: https:// twitter.com/aeroscantech/status/842772203921989637

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Figura 2. Vista del Humedal Juan Amarillo desde el Cerro de Suba. Tomada de: Cartilla de la UPZ 28- El Rincón.


Esc. urbano-arquitectónica

Metodología El proyecto se desarrolla en tres fases: Estudio, diagnóstico e hipótesis y proyecto. La fase de estudio tiene dos momentos: el primero es un trabajo realizado en conjunto para los tres proyectos adjuntos al semillero de investigación (expuesto en un capítulo previo) y el segundo consiste en el acercamiento al lugar de trabajo específico. En este sentido, en la primera parte de la fase de estudio, se realiza el análisis del territorio a escala Sabana, se identifican las variables a desarrollar a lo largo del proyecto y se plantean las directrices generales, a esta misma escala, que guían los tres trabajos de grado. En la segunda parte de la fase de estudio se justifica la escogencia del lugar partiendo de las conclusiones a las que se llegan a escala Sabana. Se revisa entonces la escala estructural, de tal forma que el estudio y caracterización se hace más específico, acercándose al Humedal Juan Amarillo (HUJA) y su contexto. En la fase de diagnóstico e hipótesis se plantea el marco teórico que da carácter al desarrollo de la propuesta y se determinan las estrategias que dan respuesta a las problemáticas identificadas, éstas, direccionan el proyecto urbano y arquitectónico en sus diferentes escalas. Posteriormente, en la fase de proyecto se plantea un sistema regulador que desarrolla el concepto planteado desde la escala estructural, hasta la propuesta esquemática de vivienda. Es así como a lo largo del proyecto se trabajan cuatro escalas de estudio o propuesta que son: escala sabana; escala estructural, abarca al Humedal Juan Amarillo y su contexto inmediato; escala zonal, que hace referencia a una porción del humedal y su contexto inmediato hacia norte y sur; y escala urbanoarquitectónica, que va desde el momento en que se enfoca el desarrollo del proyecto sobre el tercio medio del humedal hasta el acercamiento a la propuesta esquemática de vivienda, que enmarca el mayor acercamiento de la propuesta.

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Escala zonal

Figura 3. Escalas trabajadas en el proyecto. Elaboración propia.

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Figura 4. Matriz metodológica. Elaboración propia.

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Caracterización del territorio A continuación, se contextualiza el territorio de trabajo a escala sabana y a escala estructural, de tal manera que se hace hincapié en la realidad del Humedal Juan Amarillo, estudiando su contexto urbano, natural y social.

Estructura natural y Estructura urbana

Los humedales, que cumplen un papel primordial dentro del ciclo del agua de la Sabana, al ser zonas anfibias que permiten la inundación en época de altas precipitaciones, aportan al control del clima, llevan a cabo procesos de limpieza del agua y por su condición albergan gran cantidad de diversidad de fauna y flora -dentro de la cual se encuentran especies endémicas-, y son hogar temporal de aves migratorias, lo que implica que estos espacios ecosistémicos son importantes a nivel local, regional e internacional. Actualmente, la concentración más importante de humedales en la Sabana de Bogotá, se encuentra en el tercio medio del río Bogotá, es decir, en el tramo en que el río bordea la ciudad.

En este sentido, de este grupo de humedales, nos llaman la atención aquellos que se encuentran al interior de la ciudad porque son los que han resistido con mayor intensidad, las fuerzas del crecimiento de la estructura urbana. El estudio se enfoca entonces en el Humedal Juan Amarillo -alimentado por el río Salitre- que desde la segunda mitad del S. XX, ha perdido terrenos por la paulatina invasión informal y la poca planeación urbana de la época, ha soportado la presión urbana y aun así, hoy en día es uno de los humedales más grandes de la Sabana.

Para el año 1650 d.C., Bogotá contaba con 5000 hectáreas de cerros y humedales, pero para el año 2015, 365 años después, este territorio cuenta únicamente con 700 hectáreas de cerros y humedales.

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La Sabana de Bogotá, localizada en el centro geográfico del país, cuenta con una singular riqueza ecosistémica gracias a que en este territorio se hallan importantes nacimientos de agua que dan pie a la vasta red hidrográfica que se extiende por la región. Paralelo a esto, actualmente es en la Sabana de Bogotá, donde se encuentra “la aglomeración más grande del país” (El Espectador, 2016), y a lo largo del acelerado proceso de ocupación que ha tenido este territorio, las fuentes hídricas han pasado de ser valoradas por la cultura precolombina como una variable importante del territorio, a ser consideradas elementos residuales para la ciudad, de tal manera que algunos ríos se han canalizado, otros han desaparecido con el tiempo y los humedales han ido perdiendo terreno a tal punto que hoy en día el ecosistema de la sabana de Bogotá se ve altamente amenazado por la estructura urbana.

Basado en: https://www.elespectador.com/vivir/llego-hora-de-frenar-bogota-articulo-615151

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Figura 5. Territorio ocupado por ríos y humedales en época de mayor precipitación para el año 1650 d.C. Elaboración propia, a partir de: https://www.elespectador.com/vivir/llego-hora-de-frenar-bogota-articulo-615151

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Figura 6. Territorio ocupado por la estructura urbana en la sabana de Bogotá para el año 2015 en contraposición con el territorio de la estructura natural. Elaboración propia, a partir de: https://www.elespectador.com/vivir/llego-hora-de-frenar-bogota-articulo-615151

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Figura 7. Acercamiento a la parte norte de la concentración de humedales en el tercio medio del río Bogotá. Elaboración propia.

Humedal Juan Amarillo, entre Suba y Engativá

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Para principios del S XX. el Humedal Juan Amarillo hacía parte del municipio de Suba y dado el aumento poblacional que vivió la ciudad de Bogotá y sus alrededores, dicho municipio, como otros, fue conurbado a la ciudad de Bogotá, de esta forma, hoy en día, administrativamente el Humedal se encuentra al interior de la localidad de Suba.

Área actual del Humedal Juan Amarillo

Figura 8. Humedal Juan Amarillo en relación con Bogotá, año 1945. Tomado del Mapa “Bogotá y sus alrededores y hoyas hidrográficas de su propiedad y por adquirir” Por Francisco Wiesner Rozo - IC

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Figura 10. Humedal Juan Amarillo y su contexto en el año 1976. Tomado de: Plano de la ciudad de Bogotá. Ministerio de hacienda y crédito público. Instituto “Agustín Codazzi”.. Subdirección cartográfica. 1976.

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Figura 9. Humedal Juan Amarillo y su contexto en el año 1970. Tomado de: Plano de la ciudad de Bogotá. Instituto Geográfico “Agustín Codazzi”.1970

Figura 11. Humedal Juan Amarillo y su contexto en el año 1998 Tomado de: Departamento administrativo de la Secretaría Distrital dePlaneación.

Figura 12. Aerografía. Humedal Juan Amarillo y su contexto en el año 2019 Tomado de: www.mapasbogota.gov.co

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Suba Usaquén Engativá

Usme

Barrios unidos Chapinero Teusaquillo

Bosa

Kennedy Santafe Puente Aranda Mártires La Candelaria Tunjuelito Ciudad Bolivar

Antonio Nariño Rafael Uribe San Cristobal

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Figura 13. Densidad poblacional Bogotá y alrededores . Elaboración propia. A partir de la información de: Boletín 69. Proyecciones de población por localidades para Bogotá 20162020. Secretaría distrital de planeación de Bogotá.

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Bogotá se divide en 20 localidades y cada una de ellas implica una realidad urbana en sí misma dados los procesos de ocupación históricos. En este contexto, las localidades relacionadas directamente con el Humedal Juan Amarillo son Engativá y Suba. Por un lado, Suba, donde la vivienda informal ha tenido fuerte presencia, es una de las dos localidades con mayor población y se espera que siga creciendo a causa de la migración nacional e internacional que recibe la ciudad. Por su parte, Engativá, aunque se ha consolidado más formalmente,

Tunjuelito

se encuentra en el segundo grupo de las localidades con más población, lo cual es importante mencionar porque se puede inferir entonces, que el uso con mayor presencia en torno al Humedal de estudio, es el de la vivienda. Así pues, el proyecto Humedal y Vivienda es una respuesta a la necesidad de pensar cómo se deberían expandir estas localidades, respondiendo a las necesidades actuales y las futuras, sin ocupar más territorio y poniendo en el centro de la conversación la estructura natural.


Por su dimensión espacial, el HUJA tiene carácter de límite entre la localidad de Suba y Engativá y ya que la realidad urbana del lugar está desarticulada respecto a dicho ente natural, el humedal es hoy en día sinónimo de inseguridad, rejas y atracción de desechos, pues es recurrente la “descarga de basuras y escombros por parte de comunidades recolectoras (…)” (D. Braussin, C. Lozano, C. Rodríguez. 2013) La definición e interpretación del territorio se lleva a cabo a través del estudio a escala estructural las debilidades, problemas, fortalezas y oportunidades del ente urbano en relación con el Humedal Juan Amarillo, a los que se les da respuesta a lo largo de la propuesta.

Figura 14. HUJA y sus alrededores escala estructural. Elaboración propia.

El Humedal Juan Amarillo abarca 220 hectáreas de terreno, se encuentra en relación directa con 4 UPZ´s del noroccidente de Bogotá, está rodeado por 35 barrios, tiene 4.2 km de longitud y 0.4 km de ancho, en promedio, e implica un perímetro cercano a los 13 km.

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Estudio DOFA

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Debilidades y problemas

- Déficit y/o mal estado de equipamientos

Los tres tipos de equipamientos que se identifican en torno al HUJA, son: los parques y espacios verdes (en color verde), los equipamientos educativos (en color fucsia), y equipamientos relacionados con servicios de salud (en color morado).

Imagen desde el tercio oriental del Humedal Juan Amarillo, con vista al cerro de Suba y los cerros orientales en el fondo, en sentido occidente - oriente.

Respecto a los parques y zonas verdes se notan dos realidades importantes, por un lado, se reconocen los sectores nororiental (barrios El Rincón, Rubí, El Jardín, El Japón, entre otros), y occidental (barrios Lisboa, San Pedro, Tuna y Santa Cecilia), como las zonas con déficit parcial o absoluto de parques. Por otro lado, en las áreas donde hay presencia de este tipo de equipamientos, se presentan problemas de mala calidad espacial, deterioro, poco mantenimiento y/o total abandono de parques. En términos de equipamientos educativos, en ambos costados del Humedal hay gran cantidad de oferta educativa, pero al ver de cerca, muchas de las instituciones identificadas, no cuentan con las instalaciones adecuadas para cumplir sus funciones.

Imagen desde el tercio medio del Humedal Juan Amarillo, en sentido norte - suroccidente.

Los equipamientos de salud son los que tienen menor presencia en la zona en torno al Humedal Juan amarillo y se identifican en mayor medida consultorios pequeños por especialidades.

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- Ocupación de territorios vulnerables y de inundación

Imagen desde el extremo occidental del Humedal Juan Amarillo, sobre Ciudadela Colsubsidio, en Engativá, en sentido occidente - oriente.

Figura 15. Aerofotografías del HUJA. Tomadas de: Humedal Juan Amarillo o Tibabuyes, Drone AeroScanTech. https://www.youtube.com/ watch?v=5tUq_5Dyo20

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De forma natural, los humedales no tienen un límite definido, pues al ser espacios anfibios, se inundan en temporadas de altas precipitaciones según sea necesario. Sin embargo, dado que los territorios que rodeaban el Humedal Juan Amarillo fueron ocupados paulatinamente de forma irregular, los barrios que están asentados bordeando el humedal, hoy en día son altamente propensos a las inundaciones -identificado con el tono azul oscuro en el grafico-, o medianamente propensos a las inundaciones -identificado en tono azul claro, en el gráfico-. De igual manera, en el cerro de Suba -identificado en tono verde- existen áreas vulnerables a deslizamientos que hoy en día están ocupados por dinámicas, en su mayoría, informales, estas áreas se identifican en el gráfico, de color café.


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Figura 16. Izquierda.Déficit y/o mal estado de equipamientos.Elaboración propia. Figura 17. Arriba. Foto Colegio Van Leeuwenhoek. Tomada de: Google steet view.

Figura 18. Izquierda.Ocupación de territorios vulnerables y de inundación. Elaboración propia. Figura 19. Arriba. Foto riesgo de inundación por temporadas.

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Vivienda planificada Vivienda planificada cerrada Vivienda autoconstruida Áreas residuales

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Figura 20. Derecha.Falta de cohesión de la estructura urbana. Elaboración propia. Figura 21. Arriba. Relación nula Humedalestructura urbana. Barrio Villa Cristina. Tomada de: Humedal Juan Amarillo o Tibabuyes, Drone AeroScanTech. https:// www.youtube.com/watch?v=5tUq_5Dyo20

Figura 22. Plan vial que fracciona el humedal y la estructura urbana. Elaboración propia.

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- Falta de cohesión de la estructura urbana

- Falta de cohesión de la estructura urbana En tonos amarillos, se identifica la fuerte presencia de vivienda en torno al humedal en tres grupos: Vivienda planificada, vivienda planificada cerrada y vivienda autoconstruida. A través de esta imagen se caracteriza el borde norte y la mitad oriental del borde sur del HUJA, como un borde en esencia autoconstruido, en contraposición con la mitad restante del borde sur, donde la vivienda es en su totalidad planificada. Estas diferencias podrían dar a entender que la relación vivienda-humedal permite la interacción de la estructura natural y la urbana de manera más adecuada en la zona de vivienda planificada, pero no es así. Aunque en el borde donde se encuentra la vivienda planificada se pensaron distancias de aislamientos con el Humedal -tema que no existe en el borde donde está la vivienda autoconstruida-, la relación ente natural-ente urbano es igual en ambos casos: vivienda-áreas de estacionamientos-rejas-humedal; lo que implica un nivel nulo de relación.

Adicional a esto, se identifican las áreas residuales, entendidas como áreas que fragmentan la estructura urbana por su dimensión, su falta de programa o ser enclaves y no tener relación alguna con lo que sucede en su entorno.

- Plan vial que fracciona el humedal y la estructura urbana En torno al Humedal Juan Amarillo se han consolidado dos pasos vehiculares y peatonales que permiten la conexión norte-sur. El primero se encuentra en el extremo occidental y el segundo en el extremo oriental -este último, fraccionó la condición original del humedal que abarcaba incluso el hoy llamado Humedal Córdoba, ubicado al oriente del Juan Amarillo, quitándole territorio, en aras de la conexión y el desplazamiento-. Sin embargo, las dimensiones del HUJA y la nula relación que existe con su entorno a causa de los procesos históricos de ocupación, han dado pie a un problema de movilidad, entendido para efectos de este proyecto no como el desplazamiento vehicular, sino como conexión y desplazamiento de personas en diversos tipos de transporte. A causa de esto, este humedal se concibe como un enclave, un límite y para algunos un “obstáculo” cuando se habla de reforzar la conexión entre el costado norte y sur del humedal. La problemática no se limita a conectar las personas de Suba a Engativá y viceversa, pues es un tema que abarca desde la escala Sabana a la Urbano-Arquitectónica. A escala Sabana se ve con claridad que los ejes que conectan la ciudad de Bogotá en sí misma y con el resto de la región en sentido norte-sur, están dispuestos hacia el oriente, de tal forma, que se necesita con urgencia un eje norte-sur, hacia el occidente de la ciudad.

Figura 23. Izquierda. Necesidad de un eje de desplazamiento en el occidente de Bogotá. Escala Sabana. Elaboración propia.

HUMEDAL Y VIVIENDA

Figura 24. Arriba. Corte de proyecto actual para la ALO (Avenida Longitudinal de Occidente. Elaboración propia.

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AGUA + CIUDAD

Figura 25. Derecha. Las UPZ’s con mayor densidad en las localidades de Suba y Engativá están en torno al HUJA. Elaboración propia. Figura 26. Arriba. Vista del Humedal Juan Amarillo desde el Cerro de Suba. Tomada de: Cartilla de la UPZ 28- El Rincón.

Se ha hablado desde hace muchos años de un plan para dicho eje, llamado la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO). Este plan, aunque está sustentado en los argumentos que acabamos de exponer, no revisa los problemas de fraccionar la estructura urbana, ni toma en cuenta la existencia del grupo de humedales en el occidente y noroccidente de Bogotá -de sur a norte: Humedal Capellanía, Humedal Jaboque, Humedal Juan Amarillo y Humedal La Conejera-, pues plantea construir una avenida de 100 metros de ancho, cuyo trayecto se muestra en línea amarilla en la figura 23, sin tomar en cuenta los graves problemas ecosistémicos que implicaría destruir o fragmentar los Humedales ya mencionados.

- Las UPZ’s con mayor densidad en las localidades de Suba y Engativá están en torno al HUJA Cada localidad se subdivide en Unidades de Planeación Zonal (UPZ), Suba cuenta con 12 UPZ´s y Engativá con 9. Al hacer el análisis de densidad poblacional en estas dos localidades, se encuentra que las dos UPZ´s más densas de Suba y la segunda UPZ más densa de Engativá, están en relación directa con el

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Humedal Juan Amarillo. Se plantea la teoría de que esto se debe a la alta presencia de vivienda autoconstruida y/o de origen informal en estas zonas.

Fortalezas y oportunidades

- Intervenciones consolidadas de borde del Humedal. Desde la segunda mitad del siglo XX, se han realizado intentos de responder a la estructura natural desde la urbana, con intervenciones al borde del Humedal. En la mitad occidental del borde sur, se plantea un área de distanciamiento amplia entre las edificaciones y el límite del humedal, con zonas verdes, parqueaderos y ciclorrutas; y en la mitad oriental del borde norte, pasados los años 2000, se intervino el humedal, para evitar la contaminación con aguas negras y se hizo un tratamiento de piso para intentar consolidar espacio público.


HUMEDAL Y VIVIENDA

Figura 27. Izquierda. Intervenciones consolidadas de borde del Humedal. Elaboración propia. Figura 28. Arriba. Intervención del borbe del HUJA, carrera 91. Tomado de:

Figura 29. Izquierda. Ejes y puntos claves de desplazamiento. Elaboración propia. Figura 30. Arriba. Eje de desplazamiento norte-sur costado occidental del Humedal Juan Amarillo. Tomado de: Google street view. 119


AGUA + CIUDAD

Figura 31. Derecha. Barrios de mejoramiento integral o reestructurante por ley. Elaboración propia. Figura 32. Arriba. Vista aérea del barrio Gaitana. Tomada de: www.mapasbogota. gov.co

Figura 33. Derecha. Centros barriales consolidados. Elaboración propia. Figura 34. Arriba. Centro comercial de Suba Rincón. Tomado de: Google street view.

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- Ejes y puntos claves de desplazamiento.

Se identifica en la figura 29, en línea continua gris, los ejes de desplazamiento vehicular y peatonal consolidados hoy en día que permiten la conexión entre las localidades de Suba y Engativá; en línea discontinua rosada se recalcan los ejes de ciclorruta, como un punto a favor; y por último, el triángulo rojo muestra la ubicación del Portal 80, punto neurálgico del sistema de transporte público en la zona.

- Barrios de reestructurante por ley

integral

De este proyecto se rescatan tres estrategias: 1. El área total se divide en tres zonas según la etapa de construcción y programa, y sin embargo, las partes funcionan como un todo.

o

2. Cada parte del proyecto responde a las necesidades específicas de los barrios colindantes.

Los sectores identificados en color naranja, son barrios con posibilidad de mejoramiento integral y los identificados en amarillo, son barrios con posibilidad de reestructuración. Esta delimitación de áreas da a entender que estos sectores son los que mayor atención necesitan y refuerzan la idea de la necesidad de pensar la relación Humedal con su contexto.

3. El proyecto es resiliente en la medida en que se adapta a los agentes climáticos, pues da frente a las mareas, y sin importar las condiciones externas, permite diferentes formas de ocupación y uso.

mejoramiento

torno a Manhattan desde la 54 sur-este, rodeando el parque Battery y hasta la parte alta de la calle 40 este, que fue abatida previamente por el Huracán Sandy.

- Centros barriales consolidados

Gracias al comercio, se han consolidado centralidades y ejes que dan respuesta a las necesidades barriales de escala más cercana y dinamizan el programa de vivienda que se expande en el territorio.

Marco Conceptual El marco teórico se constituye de dos partes. En la primera parte, se analizan tres estudios de caso que tratan la relación entre ente natural y urbano, revisando las estrategias utilizadas en cada uno. En la segunda parte, se expone el concepto que da forma al proyecto a lo largo de sus partes.

Estudios de Caso

- The Big U

Autor del proyecto: Bjarke Ingels Group | Año: 2014 Ubicado en Nueva York, Estados Unidos, se trata de un proyecto urbano de 1’000.000 m2 que ganó el concurso del año 2014, para la reconstrucción y revitalización de la bahía en

- Parque Humedal Xiajiadang, Changde, China Autor del proyecto: Nengshi Zheng (China) Con diploma en Arquitectura del Paisaje, Universidad de Leibniz, Hannover. | Año: Primavera 2008 (patrocinadores: Antje Stokman & Markus Boller) La ciudad de Changde, ubicada en la parte centro-oriental de China, es un área rica en recursos naturales con presencia de humedales y monzones. El Humedal Xiajiadang, en el área suburbana de la ciudad, hace parte del grupo de corrientes fluviales que son usadas como canales de aguas negras, pues no hay sistema de alcantarillado. Según el plan maestro del año 2020, este espacio se transformará en un corredor verde, sin intenciones ecológicas, productivas y sin conexión a la planta de tratamiento de aguas residuales. Ante esta realidad, este proyecto de investigación propone la recuperación del humedal creando un sistema integral y multifuncional que no solo rescate el humedal como parque y espacio ecológico, si no que aporte a la ciudad a través del cultivo, el almacenamiento de aguas lluvias y de procesos de limpieza del agua.

HUMEDAL Y VIVIENDA

De este proyecto se rescatan dos estrategias: 1. Este proyecto de parque es un resultado de investigación que propone “(…) demostrar cómo los sistemas de drenaje y purificación del agua, construidos como una infraestructura híbrida, con funciones ecológicas y espacio

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público verde pueden servir como componentes fundamentales para el cambio del paisaje urbano.” (Stokman) 2. Se piensa como un sistema resiliente, funcional en cualquier temporada climática del año.

- Estructura Territorial (r)Evolucionaria

Grupo: OSA + WIT + PROAP en colaboración con el Instituto de Planeación Urbana y Rural (NIURP), de Hanoi, Vietnam | Año: 2008. Segundo puesto. Este estudio de caso lo llamamos así gracias al capítulo del libro “Water Urbanisms”, de la Universidad Católica de Leuven, donde se ha expuesto. El proyecto surge en agosto 2007, luego de que la Tan Thuan Industrial Promotion Company, empresa del estado vietnamita, organizara una competencia internacional con el objetivo de diseñar el plan maestro para el “Área Urbana del Puerto Hiep Phuoc” de 3600 ha de extensión. Área comprendida entre sur de la capital vietnamita de Ho Chí Minh City y el mar del este, incluyendo la desembocadura del río Soai Rap y en el borde del Bosque Manglar Can Gio. La propuesta es ante todo una alternativa de planificación ante los estragos que ha implicado el esquema de zonificación urbana e implementa el desarrollo urbano “site-by-site”,

AGUA + CIUDAD

Figura 35. Arriba.Izquierda. Concepto de THE BIG U. Elaboración propia. Figura 36. Arriba.Derecha. Imágenes de THE BIG U. Tomadas de: https://big. dk/#projects-hud Figura 37. Centro.Izquierda. Concepto del Parque humedal Xiajiadang Elaboración propia. Figura 38. Centro.Derecha. Imágenes del Parque humedal Xiajiadang. Tomadas de: Water Urbanisms. Master of urbanism and strategic planning. Catholic University of Leuven. Figura 39. Abajo.Izquierda. Concepto del Plan para el Puerto Hiep Phuoc, Vietnam. Elaboración propia. Figura 40. Abajo.Derecha. Imágenes de la propuesta ganadora del segundo puesto en el concurso para el Plan del Puerto Hiep Phuoc. Tomadas de: Water Urbanisms. Master of urbanism and strategic planning. Catholic University of Leuven.

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que hace referencia a planear los asentamientos según su realidad y contexto, de tal manera que este plan entrelaza las dos realidades del lugar, el agua y los asentamientos, respondiendo balanceadamente a necesidades las ecológicas y urbanas. Ecológicamente, tiene en cuenta el balance natural, los periodos de incremento del nivel del mar, las inundaciones por temporadas y el tratamiento de aguas contaminadas; y urbanamente, responde a necesidades económicas, políticas, de desarrollo y transporte que implica el puerto. De este proyecto se rescatan dos estrategias: 1. El proyecto aborda varias escalas simultáneamente, de tal manera que desarrolla la propuesta desde la escala XL, la regional, pasando por la escala L, S a la escala XS, con mayor cercanía al peatón. 2. Se tienen en cuenta los procesos naturales ecológicos del contexto, proponiendo el balance perfecto entre la urbanización, industrialización y el frágil contexto ecológico del delta.

Concepto El encuentro de dos cuerpos, en este caso, del Humedal Juan Amarillo y la estructura urbana, implica el fin de uno de los elementos y el comienzo del otro, de tal manera que, al proponer la interacción de ambos entes, se debe pensar en lo que implica el tratamiento de un borde. El encuentro de dos cuerpos, en este caso, del Humedal Juan Amarillo y la estructura urbana, implica el fin de uno de los elementos y el comienzo del otro, de tal manera que, al proponer la interacción de ambos entes, se debe pensar en lo que implica el tratamiento de un borde. La ciudad de Bogotá se ha planeado y desarrollado bajo la teoría de la zonificación de la ciudad por usos y esto ha afectado directamente el intento de entrelazar lo urbano y lo ecológico de tal manera que el HUJA se ha tratado como un límite en todas sus escalas y es por esto que actualmente en torno al humedal se encuentran tantos problemas urbanos y sociales.

HUMEDAL Y VIVIENDA

Figura 41. Arriba.Izquierda.tratamiento de borde como límite definido entre estructura ecológica y urbana. Elaboración propia. Figura 42. Arriba.Derecha. Tratameinto de borde como Transecto entre la estructura ecológica y urbana. Elaboración propia.

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Al identificar esto, surge el interés por aplicar la teoría del Transect o Transect como metodología proyectual en todas y cada una de las escalas del proyecto. El Transecto es un término proveniente de la geografía, que “consiste en la ejecución de cortes transversales sobre una región o lugar geográfico, con el fin de identificar los distintos ambientes o hábitats que a lo largo del mismo se generan” (Sánchez, 2011) y se introdujo al urbanismo gracias a Andrés Duany Y Elisabeth Plater- Zyberk.

AGUA + CIUDAD

En el caso del proyecto Humedal y Vivienda, el Transecto se trabaja como la descomposición paulatina de dos elementos hacia su encuentro, en cualquier escala, con el objetivo de borrar los límites.

Figura 43. Maquetas de conpeto proyectual: Transecto. Elaboración propia.

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Proyecto La propuesta se trabaja a tres escalas: Estructural, Zonal y Urbano-Arquitectónica, de tal manera que el proyecto se va detallando en la medida en que se acerca a la escala más pequeña. En la fase de Escala Estructural, se exponen las estrategias propuestas como respuesta al estudio previo del lugar; desde la escala zonal de desarrolla el concepto de Transect, con la propuesta de un sistema de ejes verdes y azules combinados que, combinados con programa, entrelazan la realidad urbana-ecosistémica; y por último en la escala urbanoarquitectónica se desarrolla el proyecto sobre el tercio medio del humedal hasta el acercamiento a la propuesta esquemática de vivienda.


Escala Estructural

1. Fortalecimiento del corredor ecológico entre los Cerros de Oriente y el Río Bogotá: La conexión cerros orientales-Río Bogotá, es ecológicamente muy importante para la Sabana, pues una de las fuentes de agua de la región está en los páramos ubicados hacia dichos cerros. En este sentido, el Humedal Juan Amarillo, hace parte importante de esta conexión natural y esta primera estrategia pretende consolidar con mayor fuerza la persistencia de esta conexión natural.

2. Eje de la “ALO” como corredor ecológico entre los

Figura 44. Página anterior. Estrategias propuestas con relación al desplazamiento y la actual Avenida Longitudinal de Occidente. Escala Sabana. Elaboración propia. Figura 45. Derecha. Estrategias propuestas Escala Estructural. Elaboración propia.

humedales Jaboque, Juan Amarillo y La Conejera: Como se comentó antes, pensar un eje de conexión norte-sur para el occidente de Bogotá, es indispensable, pero la propuesta acá planteada, dista de lo que actualmente los entes gubernamentales desean hacer. Se considera entonces que se debe mantener el eje norte-sur (en color morado, figura 44) y apoyarlo con otro eje que ya existe en el mismo sentido, pero externo a la ciudad (en color amarillo, figura 44), de tal manera que el eje al interior de la ciudad implica un corredor ecológico que conecta los humedales occidentales de la ciudad y la reserva Van Der Hammen, y al mismo tiempo, se dota de transporte público sostenible. Por otro lado, el eje que pretende consolidarse con la US-21 (color amarillo, figura 44), es de carácter vehicular y de tráfico pesado. 3. Anillo vial consolidado: A escala estructural, se consolidan dos anillos de conexión identificados en la figura 45, pues se pretende fortalecer los ejes vehiculares principales

HUMEDAL Y VIVIENDA

Ante la realidad encontrada en el estudio del Humedal juan Amarillo y sus alrededores, se proponen ocho puntos estratégicos, de los cuales se trabajarán más unos que otros, según nos acerquemos a la escala urbano-arquitectónica. Dichos puntos clave son:

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AGUA + CIUDAD

Figura 46. Izquierda. Estrategias propuestas Escala Zonal. Elaboración propia. Figura 47. Abajo. Convenciones de las estrategias para escala Sabana, Estructural y Zonal. Elaboración propia. Figura 48. Siguiente página. Corte de estrategias propuestas Escala Zonal. Elaboración propia.

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4. Humedal permeable que permite la conexión surnorte, sin dejar de ser un área protegida, donde no interviene el ser humano, en figura 46. 5. Humedal como ente natural que impacta su entorno, relacionándose con los centros barriales aledaños. 6. Consolidación de una estructura de poli centralidad barrial interconectada, en figura 46. 7. Fortalecimiento de la red de transporte público metropolitano, dado por un eje de transporte público sostenible que además conecta el Portal Ochenta y Portal Suba de Transmilenio. 8. Ejes de conexión oriente-occidente paralelos al Humedal Juan Amarillo que además integren las intervenciones consolidadas de borde existentes, en figura 46.

Escala Zonal A esta escala y a partir del concepto de Transect, la propuesta toma forma de sistema de ejes a cinco escalas, que nacen desde el Humedal y se adentran en la estructura urbana, reaccionando al entorno a partir de cuatro variables, según las necesidades que éste implique (ver figura 50). Las cinco categorías de ejes son: Eje de reserva, anillo umbral, corredor de conexión ecológica, eje zonal y eje barrial. Ya que el Humedal, ecológicamente implica agua y tierra, en los ejes de reserva, zonal y barrial, hay dos variaciones según se adapte mejor a su contexto que son: ejes verdes, de carácter natural terrestre y ejes azules, de carácter natural acuático. Por otro lado, las cuatro variables que se contemplan en cada una son: vocación, escala de influencia, carácter terrestre o acuático y transporte. El eje de reserva es el de mayor escala, se dispone en las zonas donde hay presencia natural que debe conservarse y, por tanto, se tratan como zonas que no se intervienen. El anillo umbral es el que media entre lo determinado como reserva y lo urbano, a escala más grande. El corredor de conexión ecológica es el que conecta sentido norte-sur los humedales del occidente de Bogotá y su carácter implica la conexión ecológica y el desplazamiento humano de baja huella ambiental. Los corredores zonal y barrial son estructuras naturales que se filtran en la urbana a las escalas más cercanas. Conjugado con este sistema, se dispone el programa de equipamientos educativos, económicos, culturales, ecológicos, de recreación y deporte, de salud y de desplazamiento, las necesidades específicas de cada lugar identificadas previamente en el estudio de los alrededores del Humedal Juan Amarillo y según las características dadas por los ejes verdes y azules.

HUMEDAL Y VIVIENDA

preexistentes (en línea continua) de escala metropolitana (en color rojo) y de escala barrial (en color naranja).

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ECOLÓGICO

CULTURA

ECONÓMICO

EDUCACIÓN

Descripción del sistema de ejes propuesto

SALUD DESPLAZAMIENTO RECREACIÓN Y D.

RECREACIÓN Y DEPORTE

AGUA + CIUDAD

Figura 49. Sistema y programa propuesto a escala zonal. Elaboración propia. Figura 52. Abajo. Flujos existentes y propuestos a escala zonal. Elaboración propia.

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Figura 50. Descripción de ejes del sistema propuesto. Elaboración propia. Figura 51. Abajo. Casos de los tres tercios del Humedal Juan Amarillo. Elaboración propia.

Escala Urbano-Arquitectónica Se estudia la zona a escala urbana con mayor detalle y a partir de la morfología de manzanas existentes, se propone una morfología de mayor altura y densidad para el lugar, de tal manera que al reemplazar la estructura existente, la oferta de vivienda no solo permita que aquellos que viven en estos barrios permanezcan, si no que se reciba un mayor número de habitantes.

HUMEDAL Y VIVIENDA

Dentro de este sistema y programa propuestos, se identifican tres puntos claves para el proyecto que son cada uno de los tres tercios en los que se dividen el humedal. Allí se han propuesto pasos de conexión norte-sur sobre el humedal y por esto, llaman más la atención, de tal manera que a continuación se desarrolla con mayor profundidad la propuesta sobre el tercio oriental del humedal.

Primer caso donde el sistema conecta norte y sur. Tercio occidental del HUJA

Segundo caso donde el sistema conecta norte y sur. Tercio medio del HUJA

Tercer caso donde el sistema conecta norte y sur. Tercio oriental del HUJA

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Vivienda

Parques, espacios públicos

- Autoconstruida en su gran mayoría - Unifamiliar/ Multifamiliar - De dos a tres pisos de altura - Poca apropiación de borde urbano-natural

- En su mayoría consolidados - De escala barrial y zonal - Disposición desigual de éstos en el sector - No hay variedad en la oferta de recreación 25 . 00

1 5 .0 0

25 . 00

1 5 .0 0

da

Educación dd

eC

ali

C

- Cuatro colegios consolidados de escala zonal - Ausencia de colegios escala zonal en el sector occidental - Ausencia de centros educativos técnicos o universitarios - Baja oferta de servicios de jarindes infantiles o maternales

Av c

iud

C’

de

Ca

li

B

- Ausencia de equipamientos de salud - gran cantidad de doguerías de barrio

Salud

ad

B’ Vivienda Parques o espacios públicos Equipamientos educativos Equipamentos de salud

Humedal Juan Amarillo

Humedal Juan Amarillo

Figura 53. Situación actual en el tercio oriental del HUJA, escala urbana. Elaboración propia.

9 .0 0

1 8 .0 0

2 0. 0 0

5 5 .0 0

55 .0 0

1 10 . 00

50

100

5 5 .0 0

55 .0 0

5 5 .0 0

0 10 20

50

100

0 10 20

50

100

D

AGUA + CIUDAD

0 10 20

D’

Figura 54. Desarrollo de la propuesta en el tercer caso del sistema propuesto en que se conecta norte y sur. Tercio oriental del HUJA. Escala urbana. Elaboración propia. 130


Corte B - B’ Borde de humedal intervenido actuualmente

Corte C - C’ Límite entre la estructura natural y urbana

HUMEDAL Y VIVIENDA

Tropicario - Vivero

Corte D - D’ Propuesta: Borde como transecto entre estructura natural y urbana

131


Eje de conexión ecológico Eje zonal de conexión entre estaciones de Tramway Tropicario - Vivero y eje de transporte público

AGUA + CIUDAD

Azul reserva Verde reserva/ecológico Azul público Verde público Verde de conexión Verde privado Azul privado

Tropicario - Vivero y eje de transporte público

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Eje de conexión ecológico

Eje zonal de conexión entre estaciones de Tramway


Esta morfología se estructura a partir de los ejes propuestos en el sistema anteriormente y el resultado es una configuración donde el ente urbano se desvanece en sentido norte-sur o sur-norte (dependiendo de si se trata del borde norte o sur del humedal), en la medida en que se acerca al humedal, y la estructura natural se desvanece hacia el interior de la estructura urbana.

La morfología propuesta se clasifica en tres categorías: La de mayor densidad, de media densidad y de baja densidad, organizándose en relación al Humedal Juan Amarillo de tal forma que la más densa es la más lejana y la menos densa, la que está más cerca.

HUMEDAL Y VIVIENDA

Adicionalmente, el eje de conexión sur-norte/norte-sur que pasa sobre el Humedal Juan Amarillo, se consolida como un paso peatonal y de transporte público sostenible (tramway) acompañado de tropicario y vivero que no toca la estructura natural existente.

Figura 55. Página anterior. Axonometría de la propuesta morfológica para el tercio oriental del Humedal Juan Amarillo. Elaboración propia. Figura 56. Arriba. Foto de la maqueta: Porpuesta morfológica para el tercio oriental del Humedal Juan Amarillo. Sentido sur-norte, desde el tropicariovivero. Elaboración propia.

Figura 57. Foto de la maqueta: Morfologías propuestas en planta. Elaboración propia.

133


H

AGUA + CIUDAD

Descripción del campo morfológico de mayor densidad de vivienda

E

H’

Figura 58. Lógicas de relación estructura urbana y estructura natural. Escala urbana. Elaboración propia.

134

E’ Planta de ocupación de noveno piso. Esc 1.750

Planta de ocupación de primer piso. Esc 1.750

Corte E - E’. Esc 1.450

Condición estructural y formal

Figura 59. Descripción del campo morfológico de mayor densidad de vivienda. Elaboración propia.


G

Planta de ocupación de primer piso. Esc 1.750

Planta de ocupación de noveno piso. Esc 1.750

Corte F - F’. Esc 1.450

Condición estructural y formal

Figura 60. Descripción del campo morfológico de media densidad de vivienda. Elaboración propia.

G’ Planta de ocupación de primer piso. Esc 1.750

Planta de ocupación de noveno piso. Esc 1.750

Corte G - G’. Esc 1.450

Condición estructural y formal

HUMEDAL Y VIVIENDA

F’

Descripción del campo morfológico de menor densidad de vivienda

Descripción del campo morfológico de media densidad de vivienda

F

Figura 61. Descripción del campo morfológico de menor densidad de vivienda. Elaboración propia.

135


Figura 62. Corte longitudinal H-H’. Elaboración propia.

Parte A. Corte longitudinal H-H’. Elaboración propia.

AGUA + CIUDAD

Parte B. Corte longitudinal H-H’. Elaboración propia.

Parte C. Corte longitudinal H-H’. Elaboración propia.

136


Parte A

Parte B

Parte C

Norte

HUMEDAL Y VIVIENDA

Sur

137


I

I’

Figura 63. Plata programática de primer piso en el caso: Baja densidad, al norte del Humedal Juan Amarillo. Elaboración propia.

SALUD

ECOLÓGICO

ECONÓMICO EDUCACIÓN

CULTURA

RECREACIÓN Y DEPORTE

AGUA + CIUDAD

VIVIENDA

Figura 64. Plata programática de noveno piso en el caso: Baja densidad, al norte del Humedal Juan Amarillo. Elaboración propia.

Figura 65. Corte programático en el caso: Baja densidad, al norte del Humedal Juan Amarillo. Elaboración propia.

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DESPLAZAMIENTO


Figura 66. Localización del programa descrito en figuras 63, 64 y 65. Elaboración propia.

Figura 68. Granjas urbanas. Elaboración propia

Figura 69. Humedal artificial para tratamiento de aguas grises. Elaboración propia.

HUMEDAL Y VIVIENDA

Figura 70. Tratamiento de spacio público más cercano al humedal. Elaboración propia.

Figura 67. Planta de espacio público en el caso de menor densidad y cercanía al humedal. Elaboración propia. 139


El concepto del Transect se lleva desde la interacción de los dos entes protagonistas de este proyecto (natural-urbano), en planta y en alzado, hasta la escala urbano-arquitectónica cercana, de tal manera que el programa propuesto es el Transect entre los usos privados y los más públicos, en planta y alzando. En las figuras 63, 64 y 65, se muestra la distribución programática en el borde norte del tercio oriental del Humedal Juan Amarillo, ejemplarizando el caso de menor densidad morfológica. Por último, se especifica la configuración del espacio público a escala más cercana y se deja sobre la mesa una primera aproximación a la configuración de un módulo de vivienda para el caso de menor densidad y cercanía al Humedal Juan Amarillo.

Conclusión

AGUA + CIUDAD

El proyecto Humedal y Vivienda propone la planeación del territorio y la arquitectura de la ciudad, desde el balance entre la estructura natural dada por el lugar y la estructura urbana desarrollada por los habitantes o planeada por entes gubernamentales, evitando caer en la homogeneización y zonificación del territorio que omitiría realidades de gran importancia ecológica para priorizar temas netamente de funcionamiento urbano. Es así como se plantea un proyecto que se desarrolla a diferentes escalas para llegar a una propuesta diagramática de vivienda que surge del lugar a pequeña escala tanto como de su contexto regional. La implementación del concepto Transect como metodología proyectual para cada una de las escalas de la propuesta, permite disolver la concepción del Humedal Juan Amarillo como límite y acerca de manera sustancial, la realidad urbana y social, con la ecológica.

Figura 71. Foto de la maqueta: Porpuesta morfológica para el tercio oriental del Humedal Juan Amarillo. Vista desde el humedal hacia el norte de la propuesta. Elaboración propia.

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HUMEDAL Y VIVIENDA

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Figura 72. Foto maquetas de campos morfológicos y su materialidad. De arriba a abajo: Campo morfológico denso, campo morfológico de densidad media y campo morfológico de menor densidad Elaboración propia.

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AGUA + CIUDAD

COHESIÓN PERMEABLE DEL FRAGMENTO URBANO TIBABUYES-RIOHUMEDAL

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HUMEDAL Y RÍO

Valentina Castillo Bejarano Angie Paola Sánchez Morales

https://twitter.com/EnriquePenalosa/status/962666081285533697

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Figura 1. Densidad poblacional. Elaboración propia.

El problema

AGUA + CIUDAD

El foco principal de esta investigación es la zona urbana de Lisboa tibabuyes, la cual se encuentra en un punto clave para la continuidad del territorio del agua de la cuenca del rio juan amarillo y el rio Bogotá.

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Suba se incorporó administrativamente a Bogotá en 1954 mediante el Decreto-Ley 3640. Su pasado rural deja vestigios hoy en día en su trazado y permite una lectura de la importancia de su centro fundacional. La avenida Tibabuyes, actualmente la Cll 139 mantiene un estatus de cohesión pertinente para la zona occidental de Suba. Las UPZ Suba, Tibabuyes y el Rincón, son zonas particulares de nuestro interés debido a sus características físicas. Este polígono de fragmento urbano se encuentra inscrito dentro de cuatro barreras naturales; los cerros de suba y la Conejera en el oriente, el río Bogotá en el occidente, el humedal Juan amarillo en el sur, y el humedal la Conejera en el norte. Estos elementos lo hacen susceptible a un serio problema de desintegración hacia el resto de la ciudad, y un causante del hostigamiento de densidad urbana hacia el territorio del agua sobre el cual está construido.


HUMEDAL Y RÍO

Figura 2. Diagrama metodología. Elaboración propia.

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Marco real Valoración de la estructura: marco histórico

AGUA + CIUDAD

En la época agrícola, Suba (alrededor del año 1960) era ocupada por la Hacienda Santa Cecilia - tibabuyes, la cual, posteriormente en 1991 sufrió una drástica transformación debido a su venta fraudulenta de lotes. Los primeros barrios en ser legalizados por el Distrito fueron, en 1994 El barrio Tibabuyes y el barrio Santa Cecilia en 1998. Para el año 2002 El acueducto construye el alcantarillado y redes de servicios complementarios, terminando así la consolidación administrativa del sector. El Decreto 190 de 2004 asignó Tratamiento de Mejoramiento Integral en las modalidades de Complementaria y Reestructurante a las áreas ocupadas por desarrollos legalizados y Tratamiento de Consolidación Urbanística a las áreas que conforman un corredor de movilidad.

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Figuras 3-7. mapas históricos de bogotá. Tomado de: http://cartografia.bogotaendocumentos.com/


HUMEDAL Y RÍO

Figura #9. inicios de lisboa. Elaboración propia.

Figura 8. evolución histórica. Elaboración propia.

Figura 10. línea de tiempo. Elaboración propia. 149


Valoración de la estructura: estado actual Tibabuyes se identifica actualmente con un tipo de vivienda Unidades Tipo 1, que corresponde a un uso residencial predominante de urbanización incompleta. Los ejemplos más contundentes son las viviendas más cercanas a la ronda del río Bogotá. Tibabuyes mantiene una densidad estimada de 306 habitantes por hectárea y un déficit de equipamientos de salud, recreación y deporte, abastecimiento de alimentos, administración, seguridad, defensa y justicia; con un indicador de 12 equipamientos por cada 10.000 habitantes en contraste con el indicador promedio de la ciudad de 19 equipamientos por cada 10.000 habitantes. El punto que hemos identificado como el más crítico es el conjunto de barrios Santa Rita - Santa Cecilia - Lisboa - San Pedro, ubicados en la UPZ tibabuyes, y centro actual de la hipótesis. Hoy en día, en el territorio conformado por estos cuatro barrios habitan 41.202 habitantes aproximados, siendo Lisboa el barrio con mayor número de habitantes dentro de la zona demarcada (13.446 habitantes) con una densidad de 225,4 hab/ha. Esta zona está caracterizada por su bajo índice de espacio público, con un 0,82m2 por habitante, espacio que en un 52% ocupa zonas de riesgo delimitadas como ZMPA1 . Sus calles son angostas con un ancho aproximado de no mayor a dos metros, y en la mayoría de casos, con andenes inexistentes, dando acceso a viviendas de dos y tres pisos de estrato dos, en donde habitan uno o dos hogares. La red de alcantarillado es combinada, lo que aumenta en gran medida la problemática de contaminación en los cuerpos de agua. La superficie de su suelo urbano está ubicada dentro del polígono de riesgo medio de inundación destacando la gran problemática que genera la falta de espacios libres. AGUA + CIUDAD

La condición del cuerpo de agua frente a la ciudad es una condición de zona residual en la que no hay una relación coherente con las viviendas inmediatas, algunas de estas zonas representan inseguridad y por lo tanto son rejas lo que separa el cuerpo de agua de las calles y andenes. La fuerza de la ciudad densa impacta directamente en la continuidad de la estructura ecológica, desconocida para los ciudadanos. El hombre somete a la naturaleza, es así como está consolidado el proceso de urbanización. Cuando la naturaleza recobra fuerzas por medio de inundaciones, la calidad de vida de estos sectores se ve afectada. 1. ZMPA Decreto 190 y 364

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Figura 11. fotos actuales de Lisboa. Tomado de: https://www.google.com/maps/@4.767744,-74.0491264,13z


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Figura 12. Tibabuyes en datos. Elaboración propia.

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AGUA + CIUDAD

Figura 14. Tratamientos urbanísticos. Elaboración propia.

Figura 13. espacio público en Lisboa. Elaboración propia. 152


Figura 16. movilidad Tibabuyes. Elaboración propia.

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Figura 15. Riesgo de inundaciones. Elaboración propia.

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AGUA + CIUDAD 154

Figura 17. permeabilidad existente. Elaboración propia.

Al hacer un análisis sobre las relaciones entre espacio público y tipologías de vivienda, encontramos sectores, en los que la actividad del espacio publico se da a lo largo de parques o pequeñas alamedas que permiten una permeabilidad peatonal y configuran un sistema de desplazamiento peatonal independiente del vehicular. A pesar de ser espacios de gran valor para los habitantes de la zona, resultan terminar en algún punto sin ninguna continuidad ni conexión con otras zonas. Es decir, dichos elementos se encuentran desarticulados y contenidos en fragmentos de vivienda que no logran

relacionarse entre sí. Durante el reconocimiento de la zona, encontramos distintos espacios “verdes” aislados en un mar de concreto, algunos responden a equipamientos (representando una oportunidad de desarrollo y generador de vínculo para nuestro proyecto), otros son una simple cancha de deporte en concreto representada en el mapa como espacio público verde o parque, pero no contribuye de ningún modo a la estructura ecológica; y en otros casos son espacios residuales en mal estado llenos de desechos, o potreros sin ningún tratamiento que causan


sentimiento de inseguridad en los ciudadanos. A estos últimos podría catalogarse como obstáculo a una escala de peatón.

Dicho sistema se plantea con el fin de tener una red general sobre tibabuyes coherente con la escala macro, como base para la aproximación local.

HUMEDAL Y RÍO

Figura 18.espacios verdes . Elaboración propia.

De acuerdo a esto hacemos una caracterización de los espacios verdes y los clasificamos por sus condiciones actuales. Definimos las líneas de conexión posibles e identificamos los elementos potenciales de conexión que actualmente juegan el papel de obstáculo.

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AGUA + CIUDAD

Figura 19. espacios verdes clasificación. Elaboración propia.

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Figura 20. Elementos verdes cualificación. Elaboración propia.

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Marco conceptual El límite es un concepto que puede abarcar desde la escala de detalle arquitectónico hasta la escala urbana. Partiendo de la exploración del límite como condición, posibilidad e integración, nos cuestionamos ¿Cómo hacer uso del límite para generar integración y equilibrio? El límite en el ámbito arquitectónico es generalmente entendido como el plano entre el hombre y su entorno, la concepción de tal elemento es el reflejo de su forma de habitar y de apropiarse del territorio. Da a entender la relación que busca con el territorio, los beneficios que obtiene de él y los elementos que desea evitar.

AGUA + CIUDAD

El proyecto se basa en la indagación del límite desde la connotación contraria a lo que determina, no como una separación si no como una zona de integración; en entender las diversas relaciones de sus propias características, en configuraciones tales, que permita generar integración pero a su vez diferencia. Cuando el límite deja de ser plano bidimensional para ser espacio, abre oportunidades de relaciones entre elementos de carácter aparentemente opuestos, posibilidades de articulación de sistemas complejos con funciones marcadas que no por conectarse con otras disminuyen su fuerza. Tal vez, a partir de aquellas conexiones se pueda generar un punto particular, una centralidad, o simplemente un eje.

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Eugenio Trías 1 expone en su filosofía del límite, la noción ontológica triplemente articulada, en la que se definen tres ámbitos; el cerco del aparecer (el fenómeno, lo cognoscible), el cerco hermético (lo que no cabe conocer, el misterio) y el cerco limítrofe (el espacio de relación entre los dos cercos opuestos). La articulación hace referencia a que es por medio del cerco limítrofe por el cual se comunican los ámbitos que separa. Para Trías, el ser humano es un ser fronterizo, dado que no solo es consciente del evento fenomenológico si no que lo interpreta, lo dota de significado. Por medio de la moral y la estética genera representaciones simbólicas que enlazan los dos ámbitos opuestos. Es en esa frontera donde se unen y a la vez se separan dos elementos a través de un agente que actúa a través de su pensar-decir. “Sin ese territorio liminar o fronterizo ni siquiera sería posible la experiencia de los otros dos, pues en su propia definición entra en juego la referencia al límite: cerco del aparecer es aquello que se muestra más acá del límite; cerco hermético, lo que se sustrae o repliega más allá de él. Respecto a ambos, el límite encama la ambivalencia de la línea fronteriza, a la par trazado que delimita y separa


territorios, y lugar de tránsito entre ellos.” 2 La integración es uno de los aspectos más importantes en el diseño del espacio fronterizo, el límite, entendido desde la concepción fronteriza de Trias, permite que los dos ámbitos permanezcan dentro de una unidad de conjunto, en la que existe un equilibrio de fuerzas e influencias. El límite no desliga un mundo del otro, este permite la unión de ellos en respuesta a una visión macro de conjunto. Así pues, estudiamos el concepto de límite-borde 3 entendido no como separación sino como ámbito 4 de relación que nos lleva a situar las intervenciones sobre las periferias urbanas en planteamientos integrales de ciudad. La reflexión se centra en entender las dinámicas que se generan a partir de un territorio de carácter ecológico, fragmentado por la urbanización. Esto, con el fin de plantear un proyecto urbano dentro de una lógica regional que responda al concepto del límite integrador. Límite entendido como espacio de posibilidades. Dentro de cada ámbito, existen múltiples redes superpuestas permitiendo que se generen puntos de inflexión en los que se potencian ciertas fuerzas que influyen sobre el territorio de forma simultánea. Un espacio fronterizo tiene en cuenta dichas tensiones y cumple la función de destacar sus diferencias, pero a la vez las pone en juego y en relación directa por medio de canales de comunicación.

HUMEDAL Y RÍO

Un espacio de posibilidades, hace referencia a un espacio que se mantiene en constante cambio en función de las necesidades variables del lugar y la sociedad que lo habita. Un espacio que potencia las relaciones entre los dos ámbitos y que genera posibilidades de interacción fluida, para evitar que su rigidez compita con las tensiones existentes.

1. Trías, E. (1999) La razón fronteriza. Destino. Barcelona 2. El borde refiere al extremo u orilla de algo. Diccionario online en Internet de la Real Academia. Ver http://buscon.rae.es/diccionario/drae.htm. 3. En arquitectura el término borde se asocia no sólo con la idea de un cerramiento que deslinda campos con precisión, sino también con un estado o situación intermedia entre dos áreas o regiones adyacentes. Figura 21. maqueta conceptual. Fotografía a. 159


Hipótesis Enfoque y concepto Entendemos entonces que los espacios verdes pueden llegar a ser la respuesta a una zona permeable, a una zona de conciliación entre las dos entidades. El verde como estructura en donde urbanidad y territorio del agua se logren integrar. Ninguna de estas dos entidades está actualmente en función de la otra, son diferentes. No se superponen porque su sentido de ser es opuesto. Sus lenguajes son distintos, sus fuerzas no se complementan, y actúan de forma muy diferente. Sus flujos se oponen y la permanencia del uno, indica el atrofio del otro. Sin mediador, la ciudad es un campo constante de colisión entre dos fuerzas imponentes. Por lo tanto la cobertura vegetal como estructura puede ser el elemento principal de la zona mediadora entre la entidad agua y la entidad ciudad, generando canales de comunicación entre una y otra a través del flujo peatonal y la relación directa con el ciudadano. El distinto tratamiento de dicho elemento puede proporcionarnos parámetros de comunicación e intervención en el territorio del agua respondiendo a sus características y necesidades.

AGUA + CIUDAD

Dimensión estructural Existen en la zona dos ejes de gran importancia, en primer lugar un eje horizontal primordial para la conexión de todo tibabuyes rematando directamente en Lisboa, y un eje vertical que conecta dos relaciones importantes, la ciudad-Rio Bogotá y, la ciudad-Humedal Juan Amarillo. Sobre los cuales está inscrita nuestra primera aproximación de propuesta estructural.

Figura 22. Diagrama de concepto. Elaboración propia.

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HUMEDAL Y RÍO

Figura 23. clasificación equipamentos. Elaboración propia.

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Figura 24. red estructural. Elaboración propia.

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Dimensión urbana El proyecto urbano toma forma sobre la franja vertical mencionada anteriormente. En esta franja está catalogada por el distrito como zona de tratamiento de Mejoramiento integral reestructurante, lo que nos permite desarrollar un proyecto urbano desde ceros. Existe un nodo en su unión con la franja horizontal, la cual tiene un peso histórico y social importante por los ejes de riegos sobre las haciendas que ocuparon la zona en sus inicios y porque sobre este mismo eje se encuentra aún hoy en día el mercado principal en donde los habitantes hacen sus compras de productos cosechados, los fines de semana.

El proyecto consiste en un tejido de circulaciones a diferentes niveles, principalmente una estructura base (rejilla) de circulación peatonal a segundo nivel que sostiene un sistema de franjas programáticas de espacio público e integra una nueva estrategia de vivienda coherente con el planteamiento y una red de manejo de agua subterránea, a nivel y recolección de aguas lluvia en un segundo nivel. Todo esto teniendo en cuenta la circulación vehicular a nivel (las rutas principales de acceso para el sistema de transporte público), ciclorutas, y peatonal (a nivel y segundo nivel).


Figura 26. permeabilidad propuesta. Elaboración propia.

HUMEDAL Y RÍO

Figura 25. conexión ambiental. Elaboración propia.

Figura 27. tejido peatonal elevado. Elaboración propia. Figura 28. sistema de cintas. Elaboración propia.

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Dimensión arquitectónica La densidad actual de la zona permite calcular el número de viviendas planteadas, para evitar el desplazamiento de los habitantes actuales. Los módulos básicos de vivienda son concebidos dentro de un módulo de 4x4 viviendas como base con una altura de tres o dos módulos. Dichos módulos permiten cierta permeabilidad con el fin de conectarse directamente con el sistema de circulación en segundo nivel.

AGUA + CIUDAD

Lo que dota de cohesión al proyecto son las franjas programáticas de espacio público, cada una con diferentes dinámicas, directamente relacionadas con la coherencia de la continuidad ambiental y sobre las cuales se plantean diferentes equipamientos de distintas escalas con relación hacia las viviendas.

Figura 29. axonometría explotada. Elaboración propia.

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HUMEDAL Y RÍO

Figura 30. flujos propuestos. Elaboración propia.

Figura 31. esquema de vivienda. Elaboración propia.

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Figura 32. axonometría de cintas y agua. Elaboración propia.

AGUA + CIUDAD

Figura 33. zoom equipamiento. Elaboración propia.

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HUMEDAL Y RÍO

Figura 34. axonometría completa. Elaboración propia. Figura 35. zoom vivienda. Elaboración propia.

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AGUA + CIUDAD

Figura 36. planta. Elaboración propia.

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HUMEDAL Y RÍO

Figura 31. zoom cintas. Elaboración propia.

Figura 37. Programa. Elaboración propia.

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AGUA + CIUDAD

Figura 38. esquema a. Elaboración propia.

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HUMEDAL Y RÍO

Figura 41. maqueta conceptual. Fotografía b.

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AGUA + CIUDAD

Figura 42. maqueta de proyecto urbano. Fotografía.

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HUMEDAL Y RÍO

Figura 43. maqueta de agrupación de módulos de vivienda. Fotografía.

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AGUA + CIUDAD

Figura 44. maqueta de capas del proyecto. Fotografía a.

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HUMEDAL Y RÍO

Figura 45. maqueta de capas del proyecto. Fotografía b.

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AGUA + CIUDAD

LÍNEAS TEMÁTICAS DE INVESTIGACIÓN

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CARTOGRAFÍA DEL AGUA

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TECTÓNICA DEL AGUA

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HABITABILIDAD DEL AGUA

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Henry Valdemar Talavera Dávila

Angie Carolina Camacho Gutierrez

Daniela Carolina García Rojas

Natalia Carolina Acosta Bello

LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

PRESENTACIÓN DE LAS LÍNEAS

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PRESENTACIÓN DE LAS LÍNEAS

AGUA + CIUDAD

Henry Valdemar Talavera Dávila

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1. Dimensión cartográfica de la relación agua+ciudad 2. Dimensión tectónica y publica de la relación agua+ciudad 3. Dimensión colectiva de la relación agua+ciudad La dimensión cartográfica parte de la certeza de que esta es una expresión cultural que está ligada a una época, no solo por la capacidad que tiene la praxis cartográfica de inscribir en los materiales y las superficies, una visión histórica contemporánea, sino porque, la cartografía es capaz de sostener otras formas de saberes y prácticas culturales, tanto vigentes como tradicionales, es decir, tiene la capacidad de superponer diferentes tiempos y épocas y por ello, es un instrumento de diseño como también una plataforma para consignar un Saber, un conocimiento. Por lo tanto, el diseño cartográfico incide en el proceso de análisis urbano y de proyectación del espacio arquitectónico, como el artefacto cartográfico que contempla la comprensión de la estructura actual, como la formulación de un proyecto urbano.

La dimensión tectónica de la relación es ante todo una relación pública por cuanto pone en juego superficies donde la sostenibilidad del territorio está en juego, no solo por el impacto sobre amplios sectores de la población (acueductos, redes sanitarias, higienes, etc.) sino también por ser un territorio de riesgo máximo (inundaciones, contaminación, salud pública, etc.), por ello, la dimensión tectónica no contempla solo la fabricación de los proyectos urbanos en torno a las áreas de contacto directo, sino ante todo, la viabilidad tecnológica y racional de la estructura ecológica y la sustentabilidad regional donde la población urbana y rural se desarrollan. Es por tanto una línea de exploración de lo más estructural y sistémico posible. La dimensión colectiva de la relación explora los ámbitos residenciales y sus espacios comunitarios, cuando estos entran en contacto con los tejidos hídricos, que culturalmente han sido tratados como residuos urbanos y áreas de basurales, o zonas peligrosas cuando menos, por ello esta dimensión implica partir de la premisa que de que el agua puede conformar lugares de reunión y de contacto social, donde las familias puedan estrechar lazos de ciudadanía, que permitan aumentar los grados de solidaridad en medio del espacio público

PRESENTACIÓN DE LAS LÍNEAS

La relación AGUA+CIUDAD posee (por lo menos) tres dimensiones muy significativas que son parte del programa de investigación del semillero y que se resaltan tanto en los trabajos de grado como en las siguientes reflexiones.

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CARTOGRAFÍA DEL AGUA Angie Carolina Camacho Gutiérrez

La Cartografía para el Proyecto Urbano Una de las mayores inquietudes presentes en la reflexión de la Arquitectura del Territorio es aquella entorno a los mapas o a las diferentes representaciones cartográficas y su fin dentro del proceso proyectual o dentro del proyecto mismo.

AGUA + CIUDAD

¿De qué manera la cartografía es una herramienta para el proceso proyectual? Esta es la pregunta base de la reflexión, y aunque el objetivo no es responderla enteramente, si se pretende justificar el amplio uso de esta herramienta dentro del trabajo desarrollado por el Semillero de Investigación. Para esto, se retoma el concepto de algunos autores, quienes a través de su perspectiva proponen una serie de posibilidades de la cartografía, entre ellas reconocerla como herramienta pero también aceptarle como fin del proyecto.

Definición de Cartografía Si se busca con cuidado, se encuentra que la palabra cartografía cuenta con múltiples definiciones, cuyo enfoque esta dado por la mirada de quien la precise. Desde el punto de vista

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científico, la cartografía es definida como la ciencia y técnica de representar, modelar y analizar la realidad y su entorno geográfico (Siabato, 2018), se hace hincapié en la palabra realidad, y la capacidad que tendría este instrumento para representarla con fidelidad. No obstante, si se entiende desde la filosofía, se encuentra con una definición igualmente válida, aunque contraria, y más cercana a aquello que la arquitectura tendría que entender por cartografía. Deleuze y Guattari (como se citó en Motta y Pizzigoni, 2008) hablan de la cartografía como una ‘máquina abstracta’: “Una máquina es abstracta, cuando no funciona para construir concretamente o para representar la realidad tal como es, sino cuando muestra una potencialidad, construye la representación de una tendencia, sugiere un movimiento, una realidad en devenir, en sustancia, cuando construye un nuevo tipo de realidad. El mapa es una máquina abstracta porque produce siempre un mundo nuevo, ” (p.116) Ninguna de las anteriores definiciones niega el principio de representación de la cartografía, mas el segundo, adopta y afirma su capacidad de transformación y su evidente diferencia con la realidad objetiva presente en la primera definición. Por otro lado, y retomando la esencia representativa de la


Figura 1. Mapa de la Sabana de Bogotá y sus alrededores (1584). Tomado de: https://losreinosdelasindias.hypotheses.org/category/mundus-alter

De esta manera, la cartografía comprende formas de representación tales como los mapas, cartas, planos, y, según Foucault, los diagramas. Foucault , define la cartografía y, por ende los mapas, apoyándose en el concepto de diagrama; afirma que todo diagrama es una multiplicidad espacio-temporal, y que existen tantos diagramas como campos sociales en la historia (Deleuze, 1986). Según él, el diagrama o el mapa expresan imperativamente relaciones de fuerzas que son a su vez: microfísicas, estratégicas, difusas, y singulares del campo social. Valdría la pena, entonces, tomando como partida la reflexión de Foucault, preguntarnos: ¿Cómo el mapa o el diagrama encuentra lugar en lo difuso, en lo micro físico, en lo estratégico y en lo singular del campo social? Asumiendo claro, que estas fuerzas, o fenómenos, como los trata Motta y Pizzigoni (2008), deben ser reducidos a una expresión gráfica, y sin dejar de ser tratados en la arquitectura como hechos trascendentales en la construcción del proyecto.

Cartografía y Proyecto La cartografía como herramienta para el proceso proyectual es un tema que ha sido tratado con anterioridad por ciertos profesionales del oficio, para quienes esta necesita un reconocimiento particular. Motta & Pizzigoni (2008) por su parte, no dudan en afirmar que los productos cartográficos deben estar incluidos entre las diversas ‘máquinas’ para la construcción del proyecto. En su libro ‘Máquina de proyecto’ dedican el segundo capítulo a la construcción de mapas, que, en sus palabras, es también una construcción de proyecto, y no solamente una reproducción o representación del territorio. Talavera (2016) igualmente, afirma dentro de su reflexión que: “Cartografiar es representar y por ello es proyectar”. (p.49) Con esta reflexión no se trata de negar la función con la cual otras disciplinas como geógrafos y cartógrafos presentan los mapas, en cuyo caso son con frecuencia un instrumento objetivo, científico y verdadero; sino por el contrario de reconocerlos a través de sus múltiples posibilidades, Harley (como se citó en Motta y Pizzigoni, 2008) afirma que: “los mapas son inevitablemente un sistema cultural cuyas metáforas y retóricas es necesario buscar allí donde otros solo encuentras medidas y topografía.”

CARTOGRAFÍA DEL AGUA

cartografía, Motta y Pizzigoni (2008) la definen como un instrumento de comprensión del mundo, alternativo y superior a otro tipo de instrumentos como la representación perspectiva y de paisaje tan importantes en el periodo clásico.

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Según Motta y Pizzigoni (2008) el interés de un mapa es deconstruirlo con el fin de quebrar la relación unívoca de este con la realidad. Deconstruir es definido como reconsiderar la naturaleza de texto del mapa y leerlo, en todo el sentido de la palabra, de otra manera.

AGUA + CIUDAD

La lectura de los mapas podría hacerse como la lectura del lenguaje mismo propuesta por Foucault, quien propone que sea, técnicamente hablando, un punto medio entre la formalización y la interpretación. La formalización, consiste en extraer una proposición lógica que funcione a modo de sentido manifiesto; la interpretación por el contrario consiste en buscar el sentido oculto detrás de tal proposición; así pues, de estas técnicas, una extrae lo sobre-dicho, y la otra extrae lo no-dicho. Estas dos actitudes son rechazadas por Foucault quien reclama que el enunciado, en este caso, el mensaje del mapa, es a la vez no-visible y no-oculto; y por lo tanto un punto medio entre ambas técnicas. (Deleuze, 1986) Una lectura del mapa implicaría entonces analizar no lo que el mapa representa literalmente, sino además lo que deja decir con sus formas de representación, en los modos de su construcción, para ello es necesario, según Motta & Pizzigoni (2008), introducir elementos de intencionalidad que lo transformen en un instrumento para proyectar, en la expresión de un proyecto. Harley (2006), propone en este sentido, entender los mapas como un producto cultural, contemplando tres elementos dentro de su interpretación, el contexto del cartógrafo (o creador del mapa), el contexto de los otros mapas y el contexto social; la consideración de estos elementos permitiría, encontrar la intencionalidad del mapa y las formas de llevarlo a cabo. En ambos casos es de resaltar la necesidad de introducir una intencionalidad por medio de la representación. Harley distingue además la necesidad de evidencias las ausencias dentro un mapa, que, aunque no son necesariamente intencionadas, harían parte de la cultura del creador del mapa, quien no ve más allá de su propia interpretación o que no tiene otra visión del espacio representado. Talavera (2015) por su parte, propone hacer una revelación, tanto en la construcción como lectura de mapas, de los factores de escala, textura y geometría de los elementos que lo componen; pero, además, dentro de su reflexión hace referencia a valores como la expresividad, el trazo, la temporalidad, la proporción e incluso la autenticidad de estos. Por lo tanto, resumiendo, se podría cuestionar: además de las metáforas, el contexto y las ausencias, traído por Harley; de la deconstrucción del mapa, propuesta por Motta y Pizzigoni;

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de las fuerzas intrínsecas, entendidas por Foucault; y de las variables geométricas del mapa, descrito por Talavera, ¿cuántos valores más sería necesario evaluar, revelar y tener en cuenta a la hora de hacer un mapa, o a la hora de interpretarlo? O Incluso, ¿cuántos valores inherentes al mapa quedan por fuera de esta reflexión?

La superposición como estrategia La superposición puede ser una de las estrategias de construcción o deconstrucción del mapa; imbricar los mapas es, según Talavera (2016), función del arquitecto; pero necesita una intención que le dé sentido (en el presente o en el futuro). Raposo y Valencia (2002), por su parte reafirman la necesidad de recurrir, en la cartografía, a múltiples lógicas de representación que puedan reconocer escenarios plurales y operar con superposiciones y traslapos, con trayectorias, flujos, evoluciones, simultaneidades, incertidumbres y además con relaciones interescalares e intertemporales. Por consiguiente, el ejercicio de superposición puede ser una de las múltiples estrategias de creación cartográfica, sin ser un ejercicio limitante y por el contrario deberá profundizar en la adopción de variables multi temporales, multi escalares y multi culturales en la representación misma.

Cartografía y Campo social Michael Foucault, afirma que un diagrama es una máquina abstracta, es el mapa y la cartografía que ocupa todo el campo social (Castro, 2008). Una estrategia, que se considera potencial para la comprensión del territorio y para la posible representación de fuerzas, tensiones y procesos socio-espaciales que lo conforman podría ser la cartografía social. La cartografía social es entendida como una propuesta metodológica y práctica de elaboración colectiva de mapas a través del acompañamiento a grupos y procesos sociales en diversas comunidades; dicho ejercicio permite el reconocimiento territorial y con ello una visión temporal y espacial de las relaciones sociales que allí se desarrollan (Andrade, 2000). Esta metodología tiene un carácter dialogante y participativo, Piza (2009) lo explica como una práctica que posibilita la acción transformadora de un territorio a partir de la previa construcción de conocimiento colectivo del mismo; así pues, la cartografía social implica una comprensión y conformación de la concepción territorial previa o paralela a la creación del mapa o diagrama que expresaría la intencionalidad frente a este.


Relación agua y ciudad. Bogotá SXIXSXX El agua siempre ha jugado un papel esencial en la configuración de los asentamientos humanos, y en el caso de Bogotá, no es la excepción. Sin embargo, se considera que hubo un cambio dramático en la relación de Bogotá y sus cuerpos hídricos que tuvo lugar entre el siglo XIX y XX y que a su vez modificó la manera de representarla, comprenderla e inevitablemente de incorporarla dentro de la ciudad y sus espacios públicos. La cercanía y disponibilidad de fuentes hídricas influyeron fuertemente en la ubicación de las primeras manzanas de la ciudad e incluso determinaron los límites de esta, a manera de barrera natural. En la época de la Colonia, el agua se obtenía directamente de los ríos o pilas públicas donde los sirvientes acudían para llevar el agua a las viviendas; los desechos, por otro lado, fueron un problema ‘manejable’ a través de la construcción de acequias entre las calles empedradas.

Para ese entonces, Bogotá, en su proceso de transición entre ciudad colonial y ciudad republicana desarrolló un deplorable estado sanitario, y una precaria situación en materia de salubridad. Hacia finales de los años 80 del Siglo XIX, sólo unas pocas casas de Bogotá tenían conexión con el acueducto de hierro; prácticamente todas las casas se proveían del ‘acueducto de las 3 b’, el del bobo, el burro y la botija (Villegas y Jiménez,2003). La ubicación estratégica de la ciudad que le permitió disponer de diversas fuentes de agua se transformó en uno de sus mayores problemas (Torres, 2015) pues los ríos y quebradas disminuyeron su caudal, generando desabastecimiento de agua en la ciudad y estancamiento de desechos a las orillas de los ríos. El problema que subyace al manejo de desechos en la época fue la contaminación de los diferentes cauces que servían y atravesaban la ciudad, pues las acequias llegaban directamente a estos. Los ríos contribuyeron al deplorable estado sanitario de la ciudad, pues además de ser focos de enfermedades concentraban actividades de la ciudad,

CARTOGRAFÍA DEL AGUA

La relación directa de la ciudad de Bogotá y sus fuentes hídricas tuvo un cambio radical a partir de finales del siglo XIX, pues es entonces cuando se cambió la manera de eliminar las basuras, mediante el paso de las acequias al alcantarillado público subterráneo.

Figura 2. Grabado Río San Francisco. Tomado de: El agua en la Historia de Bogotá. (2003)

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propias de todas las clases sociales. Las vertientes, quebradas y ríos, según lo expone Fonseca, citado por Torres, eran al mismo tiempo lugares de baño, lavaderos públicos, mataderos, letrinas e incluso cementerios. “Estas aguas así recargadas de inmundicias recogen un poco más abajo los residuos de las carnicerías, y unidas ya con las de los otros ríos, forman una masa nada despreciable, que en su curso tortuoso…” (Villegas y Jiménez, 2003)

AGUA + CIUDAD

Este inconsciente uso de las fuentes hídricas se vio empeorado con la disminución del caudal de los ríos como consecuencia de la deforestación de los montes; la reducción del caudal, a su vez, incrementó la acumulación de residuos en las orillas de los ríos, que como el San Francisco y el San Agustín se convirtieron en focos insalubres (Torres,2015). Para este entonces hay una estrecha y lamentable relación entre el agua, la salud pública y la basura. “Todo esto dio lugar a un cambio en la representación que se daba a los ríos que atravesaban la ciudad, es decir, que pasaron a ser considerados como cloacas cuya cercanía representaba enfermedad (Torres, 2015)”. La contaminación de las fuentes hídricas contribuyó, en gran medida, a la propagación de enfermedades como la disentería, la fiebre tifoidea, entre otras. Las acequias perdieron su función pues no contaban con la capacidad de arrastrar los desechos que le arrojaba la ciudad y se propuso así la construcción del alcantarillado subterráneo. No es de extrañarse que el proceso de modernización de principios de siglo incluyera fuertes transformaciones en la infraestructura de servicios públicos, tales como el acueducto y el alcantarillado; incluyendo en este la canalización de quebradas y ríos, y la obtención de agua potable de fuentes más lejanas. Es así como el trazado urbano de Bogotá promovió desde mediados del siglo XIX una transformación de los cauces hídricos con la modificación y rectificación de algunos de estos, se pasó de ríos y quebradas a caños y canales (Talavera, 2015). No obstante, el alcantarillado fue un proceso desordenado, y hasta 1906 se hizo un proyecto integral de alcantarillado para Bogotá, con el fin de recoger aguas lluvias y residuales para darles salida fuera de la ciudad. Este nuevo enfoque modificaría radicalmente la relación de la ciudad y sus cuerpos de agua, y es en cierta manera, el enfoque mantenido hasta la actualidad. Ligeros cambios de principio de siglo, como la disponibilidad Figura 3. Fotografía Acequias en Bogotá Tomado de: El agua en la Historia de Bogotá. (2003)

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del cemento, fueron claves para los posteriores procesos de canalización de los ríos San Francisco y San Agustín en la década de los 20. “Debido a que en Bogotá se adoptó el sistema perpendicular de alcantarillado, las aguas servidas llegaban a los ríos con una carga elevada de todo tipo de residuos que ponían en riesgo la salud de la población, desde entonces la representación de estos ríos cambió, pues al convertirlos en cloacas se ocultaron dentro del paisaje urbano. Motivo por el cual, no solo era necesario cubrir las alcantarillas hacia occidente, también fue inevitable que dentro del perímetro de la ciudad se cubrieran los ríos” (Torres, 2015) Esto implicó por lo tanto un cambio aún más radical en la relación de la ciudad con el agua, pues, ya a lo largo del siglo XX se privilegió el cambió de canales abiertos a tuberías subterráneas, haciendo que el rol público de los cuerpos hídricos se perdiera, y además que su trazado fuera aún menos visible en la ciudad. En palabras de Talavera (2015): “el paso de pueblo a ciudad deviene en la disolución del tejido natural e hídrico” (p.46).

A lo largo del periodo estudiado hubo varios cambios el rol y uso de las fuentes de agua en la ciudad, estas pasaron de ser un bien de uso colectivo a ser un bien de uso institucional y privado. Por otro lado, a principios del siglo XIX se consideraban bienes de primera necesidad, al proveer de agua a la población mientras que en la actualidad dicha función la cumplen fuentes hídricas más lejanas no inmersas en el paisaje urbano. Por otro lado, se resaltan también algunos aspectos, no necesariamente positivos en los cuales la función y rol de los cuerpos hídricos se mantuvo, por ejemplo, el considerar su curso como división entre un barrio o sector u otro es un aspecto que perdura desde el siglo XIX; o el manejo dado como evacuador de aguas residuales es sin lugar a dudas una función otorgada que se mantiene hasta hoy.

CARTOGRAFÍA DEL AGUA

Se expone de esta manera el cambio abrupto que hubo en la relación de los ciudadanos y las fuentes hídricas desde finales del siglo XIX hasta hoy, pues, de manera general, pasó de ser una relación de necesidad, a una de insalubridad y más adelante una relación de invisibilidad o negación de los cuerpos de agua dentro de la ciudad.

Figura 4. Fotografía Canalización río San Francisco Tomado de: El agua en la Historia de Bogotá. (2003)

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Referentes

Giancarlo Motta y Antonia Pizzigoni : La ciudad y el parque fluvial en Turín

A continuación se presentan algunos ejemplos de mapas o diagramas que se consideran remarcables para la cartografía como diagrama de proyecto.

La investigación hecha por Motta y Pizzigoni (2008) se resume en un trabajo cartográfico que entrevé la articulación entre dos tipos de espacio aparentemente contrarios, el río y la ciudad. Por un lado, el río con su irregularidad y dirección cambiante y por otro la ciudad, como el espacio ordenado y geométrico.

Da Vinci: Desviación del río Arno Da Vinci, además de su notable producción artística, implementó novedades y sistemas de representación gráfica en los numerosos dibujos de sus códices, que incluyen levantamientos cartográficos, topográficos y urbanos menos estudiados (Hidalgo & García, 2017). Además la admiración de Leonardo por el agua se manifestó así mismo en sus notas y obras; es de esta admiración que surge, tal vez el proyecto más ambicioso de dicha naturaleza: el proyecto de desviación del río Arno, representado en el diagrama siguiente. El proyecto hidráulico consistía en la desviación del río con el fin de que fuese navegable hacia Florencia, y así hacer de Florencia una ciudad puerto, con salida directa al mar. Aunque este proyecto no se llegó a realizar, su representación cartográfica permanece, y hoy, por lo menos para efectos del Semillero Agua + Ciudad se considera un diagrama ejemplar y una representación con una clara intencionalidad proyectual y regional.

AGUA + CIUDAD

Figura 5. Proyecto de desvWWiación del río Arno. Leonardo da Vinci,1504. Tomado de: https://www.researchgate.net/publication/224830946_ Flood_Risk_Management_in_Rivers_and_Torrents/figures?lo=1&utm_ source=google&utm_medium=organic

“La relación con el río que se traduce en un devenir río de la ciudad, en un devenir ciudad del río.” (Motta y Pizzigoni, 2008, p.129) Esto afirman los autores, para quienes la relación existente entre los dos tipos de espacio no es suficiente, por lo que es necesario crear una máquina de transformación, la máquina abstracta, el mapa. Gracias a la relación, mezcla e integración que se presentan entre esas dos espacialidades, mapas son, en palabras de los autores, un constante, difuso y múltiple devenir río de la ciudad y al mismo tiempo un devenir ciudad de río. La imagen que se presenta como referente es un conjunto de tres láminas, constituidas cada uno por tres mapas, que tienen por área de representación el trecho del río Po que en la ciudad de Turín va del puente Reina Margarita al puente de San Mauro. Cada una de las láminas representa un tema, arriba las aguas, al centro el verde, y abajo lo que denominan recintos monofuncionales. Viéndolo en sentido vertical, el mapa de la derecha es siempre un esquema, donde se muestra el paso del orden geográfico al geométrico y la variación gráfica que actúa sobre el diagrama, por ejemplo, en el grosor o intensidad de los elementos. Los mapas de la izquierda por su parte están construidos sobre referencias geográficas, en donde el río y su cauce se relacionan con otros sistemas tales como lo edificado, o los recorridos. En pocas palabras el conjunto de las láminas muestra la naturaleza diagramática de la cartografía y los mecanismos que actúan en el mapa respecto a la construcción de los proyectos; muestra las múltiples posibilidades del mapa, así como sus posibles interpretaciones. El incluir el río como materia de estudio dentro de la ciudad, y la incorporación tres variables de interés (agua, verde, recinto urbano) dentro de la posible construcción de un proyecto perfecciona las láminas y da cuenta de la visión de ciudad e intención contenida dentro de los mapas, condición que se considera indispensable dentro de los trabajos aquí presentados.

Figura 6. La ciudad y el parque fluvial de la parte nororiental de Turín. Cartas temáticas e interpretativas . Tomado de: Motta y Pizzigoni, 2008.

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CARTOGRAFÍA DEL AGUA


Fabrice Clapiès - Geo-Graphique Fabrice Clapiès con su proyecto Geo-Graphique es el tercer referente escogido, a partir de su trabajo se resalta el valor representativo y propositivo de la cartografía, aún cuando el medio representado no intente evocar la realidad del espacio geográfico. Geo-Graphique presenta varias de los esquemas en acuarela creados por Fabrice inspirados en distintos tipos de mapas, la relación de los mapas con la ciudad es evidente, y su intención con cada uno de ellos es atractiva pues a través de los títulos de sus obras muestra sin lugar a duda una realidad espacial. Algunos de los títulos de sus esquemas son: Torsión, congestión y conjunción (Torsión, congestion & conjonction), La probabilidad de una ciudad (The probability of a city), Geometría del agua (Water’s geometry) y Territorio (Territoire).

AGUA + CIUDAD

En el proceso de creación de los esquemas, el autor buscó semejanzas y elementos comunes en la disposición y organización de las ciudades para así preguntarse acerca de la legitimidad de dicho ordenamiento y de los derechos sobre el espacio (Clapiès, 2015). De esta manera los esquemas no plasman lo que podría entenderse como un trazado urbano actual o propio de una ciudad, es más bien un trazado o un ordenamiento posible. Por otro lado, a pesar de que podrían deducirse sistemas en cada uno de sus mapas, no es posible afirmar con certeza la cualidad de cada uno de los elementos representados, tal vez solo el agua se identifica claramente, los demás gráficos pueden ser interpretados como avenidas, jardines, parcelas, barrios, cruces, etc. Múltiples variables en la representación podrían dar pie a nuevas descripciones de cada uno de los sistemas, tal como la proximidad de los elementos dibujados, un indicio de mayor densidad; su color o su tamaño; incluso la regularidad o irregularidad del trazo podrían indicar nuevas intenciones o declaraciones de su interpretación.

Figura 7. Water’s Geometry / Géométrie de l’eau. (2014). Geo-Graphique. Tomado de: http://geo-graphique.tumblr.com/

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Mathew Rangel: Matthew Rangel es actualmente profesor de Arte-DibujoPintura y Litografía en la Universidad de Sequoias en Visalia, California. Dentro de su obra incluye una monografía llamada Jornadas tras la margen: Expandiendo los límites de la cartografía (Journeys beyond the Neatline:Expanding the boundaries of cartography), publicada por la Universidad de Alberta. La propuesta realizada por el artista es interesante pues justamente tiene por interés explorar, desde su perspectiva y profesión, algunas de las posibilidades de la cartografía.

No obstante, resaltan en sus litografías dos tipos de representaciones: la imagen en perspectiva o vuelo de pájaro y el plano o mapa bidimensional. Una de las razones que explicaría la razón de que en su obra se superponga el plano bidimensional y la imagen en perspectiva, sería que cada uno de estos representa de manera más clara ciertos elementos. Frente a esto, Motta y Pizzigoni (2008), reconocen en su reflexión la insuficiencia de la imagen en perspectiva al privilegiar unos elementos del paisaje sobre otros y resaltan eso mismo como virtud del mapa. De esta manera, si se observa con cuidado la litografía presentada (Figura x) se entiende con claridad el río y su curso a través del plano (mapa), mientras que por otro lado, el relieve, el concepto y la imponencia del valle no es tan claramente perceptible como si lo es con la perspectiva superpuesta; el paisaje y el plano conforman el mapa. Aunque Rangel aparentemente no presenta interés particular por representar edificaciones o ambientes urbanos, el ejercicio que él realiza podría ser imaginado para la representación de la ciudad y su estructura ecológica; con la virtud, nuevamente de reconocer no solo su existencia dentro de la ciudad, sino además de capturar el paisaje que esta produce en ella. Nuevamente, tal aproximación gráfica podría y debería ser usada para visiones futuras del territorio, siendo una alternativa más completa e incluso más fácilmente interpretable en sus intenciones.

CARTOGRAFÍA DEL AGUA

Sus litografías suelen incluir varios gráficos superpuestos, entre perspectivas, detalles, anotaciones y planos bidimensionales que retratan el territorio desde distintos puntos de vista, poniendo en juego la versatilidad y complejidad de varios tipos de representación en una misma imagen. “La producción de Rangel mezcla características cartográficas tradicionales, en su mayoría secciones y planos, con anotaciones, fotografías y otros dibujos para producir documentos narrativos ricos y con múltiples capas” (TYS, 2017).

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AGUA + CIUDAD

Figura 8. Due East over Shadequarter Mountain. Litografìa (2010). A Transect - Due East. Tomado de: https://www.rangelstudio.com/images/due-east-down-elmonte-way#PhotoSwipe1549505000692

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Bibliografía

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Mountain - Litografía. A Transect - Due East. Tomado de: https://www.rangelstudio.com/images/due-east-down-elmonte-way#PhotoSwipe1549505000692 Raposo, A., & Valencia Palacios, M. A. (2002). Cartografía temática arquitectural. Notas sobre investigación en arquitectura. Universidad Central de Chile, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Paisaje, Centro de Estudios Arquitectónicos, Urbanísticos y del Paisaje. Siabato, W. (2018). Cartografía General. Notas de apoyo en clase. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá DC, Colombia. Talavera Dávila, H. V. (2016). Dimensión arquitectónica de la huella hídrica en el centro tradicional de la ciudad de Bogotá. Instituto Hábitat, Ciudad y Territorio. Grupo de Investigación Proyecto urbano y arquitectura del territorio. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Artes. Escuela de Arquitectura y Urbanismo. Bogotá, Colombia. Torres Latorre, M. C. (2015). El alcantarillado subterráneo como respuesta al problema sanitario de Bogotá, 1886 - 1938. In S. Gallini (Ed.), Semillas de historia ambiental (Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Historia. Jardín Botánico José Celestino Mutis. ed., pp. 269-291). Bogotá. Villegas Jiménez, B., & Rodríguez Gómez, J. C. (2003). El agua en la historia de Bogotá. Bogotá.

CARTOGRAFÍA DEL AGUA

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Rangel, M. (Producer). (2010). Due East over Shadequarter

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TECTÓNICA DEL AGUA Daniela Carolina García Rojas

AGUA + CIUDAD

Reflexiones de partida El agua, materia primigenia, material natural e indispensable para el desarrollo de la vida y de cualquiera de sus manifestaciones, es fuerza creadora de las formas que se encuentran en el territorio. El agua es uno de los elementos estructurantes de la topografía y geometría del territorio, así como de la creación de los distintos hábitats en los que se sucede la vida, incluso la urbana. Los humanos, ha respondido según las necesidades vitales, protección, cobijo e incluso emoción, mediante la construcción y generación de espacios. ¿Y cómo ha incluido allí a este material esencial? ¿Realmente en la construcción de estos espacios ha abrazado los comportamientos de la naturaleza como reglas con las que se diseña, crea y construye arquitectura? El agua es principio rector de las formas. Cuando el agua está presente en la arquitectura (¡y cuándo no lo está!) debería dictar la manera en que se construye en el territorio, y ya que genera formas y recorre caminos, muchas veces indomables, hay lecciones, de las que se puede retomar la forma en que se convive en y con un territorio. El territorio del agua es la vez contexto y territorio.

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Referentes Tradiciones Prehispánicas La hidráulica de los Zenú : Jarillones y canales de riesgo Los Zenú son un grupo aborigen del Caribe colombiano, que como muchos grupos amerindios basaban su economía en la agricultura, que se beneficiaba de su situación en tierras inundables. Dicha situación, localizada dentro de un área bañada por ríos constituyó una civilización absolutamente hidráulica. La región de los Zenú comprende la zona bañada por los ríos Sinú, San Jorge, Cauca y Nechí. Es decir que se ubicaron, al lado de grandes ríos, lo cual facilitó la comunicación, los cultivos, las reservas alimenticias y posibilidades de intercambiar con grupos humanos de regiones más apartadas. La constitución de una relación territorial en las zonas inundables de este valle, el bajo San Jorge, fue un proceso paulatino de más de dos mil años, estrechamente relacionado la cultura Zenú y a la progresiva construcción, adaptación y acondicionamiento de su complejo sistema hidráulico. Actualmente se encuentran


los vestigios de la obra hidráulica prehispánica de los Zenú en las ciénagas de Depresión Momposina, en el curso bajo del río San Jorge. Este sistema hidráulico precolombino fue construido para controlar el agua de las inundaciones y aprovechar la zona para la agricultura. Dicho sistema estaba formado por una compleja red de canales artificiales de distintos tamaños que cumplían las funciones de encausar, desviar, drenar, comunicar, y regar las tierras para la agricultura.

Dichos canales funcionaban, y los que funcionan aún, evacuando el exceso de agua en las épocas de lluvia para evitar su desbordamiento, conduciéndola a las ciénagas, o distribuyéndolo en áreas de cultivo extensivo. En las temporadas secas, estos mismos canales devolvían el agua desde las zonas más bajas hacia los caños, para facilitar la evacuación de las ciénagas, evitando así inundaciones y protegiendo los valles, donde se construían los poblados zenúes. Al evacuar las aguas de los caños principales se mantenían estable el curso del agua, que de otra manera eran variables e impredecibles. El movimiento de tierras causado por la construcción, reacondicionamiento y fertilización de los jarillones, mejoraba la estructura de los suelos, que permitió el desarrollo de la cultura Zenú, su convivencia armónica con el territorio.

Figura 1. Jarillones del Sinú. Tomado de: https://www.elheraldo.co/regioncaribe/sistema-hidraulico-de-antiguos-zenues-evitaria-inundaciones-en-lamojana-403121

TECTÓNICA DEL AGUA

Los canales principales de desagüe en la zona Momposina fueron los ejes fundamentales de este complejo sistema de drenaje. En sentido este - oeste el agua fue controlada a lo largo del curso antiguo del río San Jorge y de los caños Rabón y Mojana. A lo largo del curso de estos canales se hicieron canales artificiales perpendiculares a sus cursos, generalmente con 10 metros de separación entre sí, comenzando en la parte más alta de los diques.

Tectónica 1. adj. Perteneciente o relativo a los edificios u otras obras de arquitectura.

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La tierra sobre la laguna: Chinampas en el Valle de México La palabra chinampa, proviene del náhuatl “chinampan”, que significa “en la cerca de cañas”. Las chinampas son una forma de cultivo característica de los pueblos mesoamericanos para ampliar sus asentamientos térreos sobre el territorio del agua en lagos y lagunas del Valle de México. En las chinampas se cultivaban flores y hortalizas. Actualmente se conservan chinampas en Xochimilco, zona al sur de la Ciudad de México que da cuenta de los últimos restos del extenso sistema de transporte por canales y cultivo que crearon allí los indígenas. La chinampa es entonces un sistema artificial de cultivo, construido en zonas donde el agua gobierna el territorio y donde es el principal recurso disponible. La chinampa se construye sobre el agua, es un cultivo flotante que no solo permitió los asentamientos humanos en torno al lago Texcoco sino el desarrollo económico de dichos asentamientos sobre el lago.

AGUA + CIUDAD

Hoy en día, las chinampas no solo representan una herencia prehispánica sino que siguen impactando en la productividad del mercado local mexicano, y además constituyen un sistema que conserva áreas lacustres que, permite a su vez, proteger el ecosistema que beneficia y contribuye a la mejor de la calidad del aire de la Ciudad de México.

Figura 2. Arquitectura de las chinampas. Tomado de: https://www. scoopnest.com/es/user/diario24horas/837147452117413888

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¿Qué se ha hecho en Colombia? Tradiciones regionales: Vivienda palafítica en el Pacífico En el Pacífico colombiano, con su clima húmedo tropical, los cursos del agua constituyen la única forma de comunicación y desplazamiento eficiente. En torno a los cauces de sus ríos, a las orillas de las costas, o alrededor de los cuerpos de agua en general, se han organizado los asentamientos humanos, no hay posibilidad de asentarse lejos de un cuerpo de agua. La vivienda tradicional del Pacífico es una forma de adaptación a este territorio del agua de clima hostil. Los asentamientos humanos que habitan estructuras palafíticas, imitan la lógica de la selva tropical de cuya vegetación, además, se obtienen todos los materiales para la construcción de las viviendas. Estas viviendas tradicionales constan de: 1. Un parasol vegetal hecho de hojas, localizado en la parte superior, haciendo las veces de cubierta y que disminuye la temperatura el interior de la vivienda. 2. Estructura, pisos y muros de madera, que proviene de la selva. 3. Horcones: La estructura palafítica propiamente dicha que asienta la casa sobre los suelos húmedos y blandos.

Lo sencillo de la estructura de estas viviendas contrasta con el basto conocimiento sobre el territorio que han de tener sus pobladores para lograr cohabitar con él de manera armónica. “La vivienda tradicional palafítica del Pacífico no rompe con el paisaje, se integra a él con elementos vegetales de escasa transformación, contrarrestando así el exceso de humedad con el diseño palafítico, que logra una circulación de aire debajo, disminuyendo el calor”. (Osorio, 2016).

TECTÓNICA DEL AGUA

Como los materiales utilizados en la construcción de la vivienda tradicional del Pacífico, son propios de la región, no irrumpen con el medio

Figura 3. Estructura de la vivienda palafítica. Tomado de: http://www. saebogota.unal.edu.co/DIRACAD/catedras/2018_I/gaitan/documentos/ sesion3/lectura3s.pdf

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La Arquitectura Flotante del Siglo XXI El caso holandés

AGUA + CIUDAD

Vivir sobre y en contacto directo con el agua es algo inherente a los Países Bajos. No solo es una manera de cohabitar popular porque la gente se siente atraída por el entorno, sino también por el nuevo enfoque del gobierno y de los planificadores urbanos para cooperar con las problemáticas de sumergimientos ante el aumento del nivel del agua en un área que se ha batallado tradicional e históricamente la tierra con el mar. La mayor parte de los Países Bajos se encuentra por debajo del nivel del mar, por lo cual para proteger los terrenos y ciudades contra las inundaciones se han construido diques y dunas, y cada vez se siguen construyendo más. Actualmente nuevos problemas están aumentando debido al cambio climático; los grandes ríos que entran a los Países Bajos traen más agua cada año y la precipitación está aumentando. Debido a que el nivel del mar es más alto en la mayoría de los lugares, el agua no tiene más forma de desviarse ni evacuarse que inundando la tierra. Además de diques y grandes cuencas de agua, una forma de control para las inundaciones han sido los desarrollos urbanos sobre el agua. Es decir, se está incentivando desde las políticas territoriales holandesas, la construcción de viviendas flotantes, sobre sus canales y costas. Esta no es una forma de invadir el territorio del agua, sino de controlar y convivir con el que ya se tiene dentro de las ciudades. Para hacer construcciones flotantes, hasta ahora en los Países Bajos se han utilizado “potones”, que consisten en la construcción de una plataforma en materiales más ligeros que el agua y que por ende floten, o, recientemente, cajas de hormigón hueco abierto en su parte superior y, a modo de caja abierta, por lo cual dichas cajas pueden flotar. Figura 4. Róterdam, Países Bajos. Fotografía de elaboración propia. (23/08/2016)

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Formulación del tema

La enorme expansión demográfica de las últimas décadas y los movimientos migratorios hacia las grandes ciudades han causado una gran presión territorial con la que gobiernos y planificadores aún no han podido lidiar. “Entre 1990 y 2015, la población urbana del mundo creció un 73 %, mientras que la población rural creció solo un 11%” (BID, 2016). ¿Cómo responder a los nuevos retos territoriales? ¿Qué se puede aprender de quiénes han tenido que vivir “con el agua hasta el cuello”? ¿Es posible vivir en un mundo desarrollado y globalizado, pero en armonía con el territorio? Las preguntas derivadas de los retos que se deben enfrentar y superar debido al cambio climático son eje fundamental de cualquier objeto de estudio hoy en día, y como se ha visto en este capítulo, es posible habitar un territorio del agua sin dañar su ciclo natural. Es imposible pensar que los asentamientos urbanos no alteran la naturaleza del territorio, pero se trata de gestionarlo, no de domarlo, se trata de vivir en él y con él, aprovechándolo, siendo conscientes que para seguir habitando

este debe existir y en buenas condiciones. Entonces habitar el mundo no se trata de gobernarlo, sino de convivir con él y con sus elementos. Ante las alertas ambientales, es vital entender que los cuerpos de agua son el sistema circulatorio del territorio, que se necesitan dentro del desarrollo urbano. En un marco investigativo nace entonces la idea de profundizar en la manera en que se construye sobre el agua pues, aunque es un tema técnico que debe resolverse a cabalidad, es ante todo un reto de planificación estratégica y de gestión del ambiental y del territorio, tanto humano como natural, que hoy en día, en gran parte del planea, constituyen un único territorio. Los casos aquí citados dan cuenta de que es posible convivir con el agua, que es posible no quebrantar el paisaje, y que hoy, con muchas más posibilidades y tecnologías que las usadas en la arquitectura prehispánica y tradicional, la arquitectura y por qué no, las ciudades flotantes, son todo un campo para investigar, explorar y construir. La arquitectura es de las disciplinas que tiene mayor poder de transformación del territorial, y si no es capaz de gestionar los recursos naturales disponibles en el territorio, se convierte en un acto de deterioro y artificialización. Entonces una nueva mirada a la arquitectura: urbano-regional, territorial y global, hace que los objetos arquitectónicos y sus relaciones sean instrumentos para gestionar el territorio del agua.

TECTÓNICA DEL AGUA

Frente a procesos que parecen irreversibles, como la acelerada urbanización, sobrepoblación y densificación de ciudades, o la cada vez mayor escasez de áreas libres y espacios públicos, e incluso la disminución de zonas rurales, los arquitectos han de responder mirando más allá de la tierra firme sobre la que tradicionalmente se han asentado las civilizaciones. El cambio climático y el consecuente aumento de los niveles del mar, hacen necesaria una reconsideración urgente de la relación entre la arquitectura urbana y el agua, haciendo de las construcciones flotantes un prometedor ámbito investigación y creación técnica, ambiental, urbana y arquitectónica.

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AGUA + CIUDAD

Figura 5. Silodam sobre el río Ij, Ámsterdam, Países Bajos. Fotografía de elaboración propia. (11/08/2018)

Figura 6. Edificaciones en torno al río Ij en Amsterdam Noord, Ámsterdam, Países Bajos. Fotografía de elaboración propia. (11/08/2018)

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HABITABILIDAD DEL AGUA Natalia Carolina Acosta Bello

AGUA + CIUDAD

A lo largo de la evolución del hombre, el agua ha tenido un papel primordial, y una muestra de esto es que en el caso de los antiguos asentamientos, los pueblos se fundaban en cercanía o relación directa con el agua, pues “(…) tal como Mumford ha señalado, no podían crecer más allá de los límites del abastecimiento de agua y de las fuentes de alimentos, hasta que se mejoraron los transportes y la administración se hizo más compleja” (Hough, 1998). Incluso para ciertas culturas fue tal la importancia que tuvo este líquido vital, que se adoraba o se hacían fiestas en su honor. Aún hoy en día, el agua es tan relevante en el diario vivir, que se encuentra de cada una de las escalas de las que somos parte. Desde la escala más pequeña de nuestra vida como en el caso de un vaso de agua o una ducha, pasando por escalas intermedias como la lluvia, los páramos, los ríos y humedales; hasta las escalas más grandes, como los océanos o el agua que se transporta en la atmósfera. Sin embargo, dado el desarrollo al que hemos llegado como sociedad, nos hemos acostumbrados a conseguir el agua fácil y rápido a través del sistema de alcantarillado y el grifo, y no somos conscientes de que además de la importante presencia que aún hoy tiene el agua en nuestro diario vivir, detrás hay 200

un proceso natural muy importante que debe ser preservado. Como bien expresa McHarg “Necesitamos la naturaleza tanto en la ciudad como en el campo. Para resistir debemos conservar el legado de este tesoro que hemos heredado. No cabe la menor duda de que debemos reflexionar profundamente sobre los valores que poseemos” (McHarg, 2000), en este caso, los valores ecológicos que nuestro contexto o territorio de trabajo nos propone. En el caso de la Sabana y la ciudad de Bogotá, los cuerpos hídricos y el ecosistema que los contiene, han sufrido problemas a causa de los procesos de ocupación que ha experimentado la ciudad a lo largo de su historia, pero hoy en día “(…) el problema ecológico deja de suponer única y sencillamente la contaminación del medio ambiente y demás efectos negativos de la actividad económica del hombre en la tierra; hoy implica la necesidad de sustituir la influencia espontánea de los hombres sobre la naturaleza por una interacción del hombre y su medio natural, que se desarrolle de manera consciente y bien orientada con arreglo a un plan.” (Guerásimov, y otros, 1983). Por tanto, a lo largo de este texto, se pretenden exponer ideas y plantear preguntas que abran la posibilidad de reevaluar las oportunidades de incorporar el agua en el hábitat humano y guíen esta línea de investigación que acá toma forma.


Michel Hough, en su libro Naturaleza y ciudad habla de dos categorías de entorno natural presentes en la ciudad y que nos interesa aterrizar en el caso de estudio que es la Sabana y la ciudad de Bogotá. Así, él identifica el contexto natural formalista y el contexto natural ecológico. El primero implica los espacios naturales planeados en la ciudad que en su mayoría implican zonas de diseño público, “El paisaje cuidado del césped cortado, los lechos de flores, los árboles, las fuentes (…)” (Hough, 1998), es un diseño que no toma en cuenta el lugar, porque tiende a ser genérico y guiarse principalmente por “las doctrinas de diseño formalistas” (Hough, 1998). Y el segundo paisaje, se refiere a “la vegetación urbana naturalizada y de los lugares inundados tras la lluvia, que se pueden encontrar en partes olvidadas de la ciudad” (Hough, 1998). Qué mejor ejemplo para estas dos categorías que uno relacionado con el agua, y ubicado en la Sabana de Bogotá: el Humedal Juan Amarillo, cuyo tercio oriental sería un entorno natural formalista y los dos tercios occidentales implicarían

Figura 1. Frente: Tercio oriental del Humedal Juan Amarillo, al fondo, entorno natural ecológico del Humedal Juan Amarillo. Tomado de: https:// miradas.co/2018/11/19/humedal-juan-amarillo-la-mayor-reserva-ambientalpara-aves-migratorias-de-bogota/

un entorno natural ecológico. Esto no es del todo positivo, porque se trata de dos paisajes contrastados con más diferencias ecológicamente hablando, de las que se podría creer a primera vista, pues el entorno natural formalista “tiene muy poca conexión con la dinámica de los procesos naturales, y sin embargo, ha sido considerado socialmente como una expresión de esmero, valor estético y espíritu cívico” (Hough, 1998); por su falta de biodiversidad y poca atención a los valores ecológicos, son espacios donde difícilmente hay más de “(…)cuarto o cinco especies de plantas y no (se) sostiene vida salvaje alguna.” (Hough, 1998) y el entorno natural ecológico, a pesar de ser considerado socialmente como residuo o basurero ,“(…) representa la vitalidad de los procesos naturales (…)” y en el caso del Humedal Juan Amarillo, con una basta biodiversidad de fauna y flora.

HABITABILIDAD DEL AGUA

El Agua y El Hábitat Humano

En este sentido, surgen varias preguntas: ¿Cómo deseamos

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Figura 2. Intervenciones de espacio público en torno al Río Arzobispo carrera 20. Google Street View (2018)

seguir tratando nuestros espacios de agua y naturaleza en la ciudad? ¿Como paisaje formal-estético o como contexto determinante cuya potencia se basa en el valor ecosistémico tanto como en el valor social?

AGUA + CIUDAD

¿Habitabilidad del agua?

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Dos grandes vías Al hablar de “Hábitat”, de manera muy general, podemos hablar de dos clases: el hábitat de mayor escala, de condición pública y el hábitat de menor escala, de condición privada. En el caso de la Sabana de Bogotá, es el hábitat de condición pública en el que se ha tratado más frecuentemente la relación hábitat y agua, configurando espacios públicos que mal o que bien que intentan responder a esta realidad. Se pretende ahondar entonces la relación hábitat y agua a la escala más cercana, de condición privada, la vivienda, con el objetivo de

que a través de lo que se logre a pequeña escala, se construya la gran escala, de la vivienda hacia la ciudad. Identificamos dos posiciones desde donde se podría hablar de esta relación, desde la perspectiva técnica y la perspectiva proyectual. La perspectiva técnica implica la gestión de recursos, la producción de éstos, el reciclaje y basuras y soluciones de índole técnico que permiten la relación entre agua y ciudad. La perspectiva proyectual, hace referencia al diseño y desarrollo de acciones proyectuales que permitan que la relación hábitat y agua se dé, integrando las variables ecológicas, sociales, económicas, culturales, entre otras, que le implican desde el contexto específico a trabajar. De estas dos perspectivas, la que interesa en mayor medida a la línea de investigación es la proyectual, de manera tal que el ámbito técnico, se tenga como una herramienta de apoyo si es necesario. Conociendo de antemano realidades de vivienda en relación con el agua del tipo palafítico, como en el pacífico colombiano o el barrio de Macoco en Lagos, Nigeria, surgen preguntas como: ¿Qué tipologías de vivienda en relación con el agua existen? ¿A qué necesidades en relación con el agua se adaptan? ¿Podríamos imaginar nuevas tipologías de relación agua y


hábitat? ¿Podemos rescatar conceptos de la naturaleza como el transecto (explicado en capítulos anteriores) para implementar en la relación agua y vivienda? ¿Cuáles serían las variables del agua que nos interesan rescatar (lluvia, almacenamiento, dotación, desechos, entre otros)? Y por último ¿qué estrategias proyectuales se puede proponer para cada una de las variables antes mencionadas?

Pues bien, con más interrogantes en mente, lo aquí expuesto es solo el abrebocas de lo que pretende la línea de investigación “Habitabilidad del agua”, con el objetivo final de estudiar las posibilidades y vías que nos podrían ayudar a configurar los espacios de nuestro hábitat en función de nuestro contexto ecológico y su actor principal, el agua.

Referentes

Hough, M. (1998). Naturaleza y Ciudad. Planificación urbana y procesos ecológicos. Barcelona: Gustavo Gili. McHarg, I. L. (2000). Proyectar con la naturaleza. Barcelona: Gustavo Gili. Pinto, A. D. (20 de mayo de 2015). Lavozdelmundo. Obtenido de Así es la vida en la ‘Venecia de los pobres’, un barrio nigeriano llamado Makoko: https://lavozdelmuro.net/asi-es-la-vidaen-la-venecia-de-los-pobres-un-barrio-nigeriano-llamadomakoko-2/

Figura 3. Arriba. Vivienda pensada desde su contexto acuático, barrio Makoko, Lagos, Nigeria. Tomada de: http://ruta-33.blogspot.com/2014/04/makoko-unpobre-barrio-marginal.html Figura 4. Abajo. Vivienda pensada desde su contexto acuático, barrio Makoko, Lagos, Nigeria. Tomada de: https://lavozdelmuro.net/asi-es-la-vida-en-lavenecia-de-los-pobres-un-barrio-nigeriano-llamado-makoko-2/

HABITABILIDAD DEL AGUA

Guerásimov, I., Gvishiani, D., Kolbásov, O., Laskorin, B., Sidorenko, I., Jachatúrov, T., . . . Ursul, A. (1983). La sociedad y el medio natural. URSS: Progreso.

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AGUA + CIUDAD

REFLEXIONES FINALES

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La pregunta en torno a la relación entre las ciudades y sus estructuras hídricas, necesita ser planteada desde una plataforma estructural, porque, no basta con el estudio de las áreas de contacto directo ente el tejido urbano y los humedales, ríos o lagunas, pues este tema está atendido por otras áreas de la arquitectura como el diseño del paisaje y el diseño urbano, y esta intervención localizada, solo atiende una parte reducida del problema, además de no poseer un corpus teórico que involucre la ciudad como un todo y la estructura ecológica como una holoesfera vulnerable. Por ello, el semillero AGUA+CIUDAD explora esta relación considerando que tanto la ciudad como la estructura ecológica son dos territorios complejos que pueden imbricarse -a pesar de que el urbanismo desarrolló toda su praxis en marcar una diferencia con lo natural, en considerarla como un “vacío” que debe ser “llenado” con urbanización- partiendo de esta premisa: ciudad y agua son dos estructuras territoriales que cada vez más se presentan como interdependientes y complementarios, donde las variables ambientales afectan significativamente el espacio público y viceversa. En ese sentido, la relación AGUA+CIUDAD posee (por lo menos) tres dimensiones muy significativas que son parte del programa de investigación del semillero: 1. Dimensión cartográfica de la relación agua+ciudad 2. Dimensión tectónica y publica de la relación agua+ciudad 3. Dimensión colectiva de la relación agua+ciudad Este proceso académico mostró que ya no es posible dar la espalda al problema de la sustentabilidad ambiental de las ciudades y que esta tarea empieza con el reconocimiento del papel estratégico que poseen los tejidos hídricos, y a su vez, del papel estructurante que tiene la relación agua+ciudad, especialmente en el mantenimiento del ciclo del agua que mantiene vigente el ecosistema regional donde las ciudades persisten. Además, es una línea de trabajo que cada vez tiene más relevancia en el marco del nefasto impacto que está teniendo la práctica urbanizadora actual y la desidia de los arquitectos ante el problema de lo hídrico en la construcción de nuestro espacio vital.

El énfasis que se realiza sobre la relevancia del espacio vital en la holoestructura (Gilo Dorfles) que emerge entre las fibras del tejido hídrico y urbano, tiene una intención de fondo: la necesaria valorización de los aspectos vitales sobre los aspectos económicos y reduccionistas (funcionalistas) del pensamiento arquitectónico del último siglo en Colombia, y se orienta a colaborar en el fortalecimiento de la reconciliación de un pueblo que se desgarró por medio siglo. Por ello, cuando tratamos de entender la relación entre la arquitectura y el territorio del agua, nos encontramos con un problema epistémico de alto impacto, por cuanto implica superar algunas convenciones normativas (planeación sectorial de los servicios sociales), algunas prácticas irracionales (producción del espacio urbano predio a predio o parte a parte), y muchas costumbres profesionales (“miedo” a lo natural), entre otros temas, para poder insertar nuevas variables antes no consideradas. Las “costumbres” que debemos superar, son las que reducen el problema a la dialéctica entre la arquitectura como edifico y el territorio como “lo demás”; como también los que reducen el problema de la arquitectura como “lo construido” y el territorio lo “no construido”. Para realizar esta tarea se necesita superar la dicotomía disciplinar “vs” profesional, por cuanto esta se basa en la separación de la esfera del Saber de la esfera del Poder, y el estado actual del desequilibrio territorial del país (y la evidencia de una crisis de la ingeniería colombiana) exige que el conocimiento arquitectónico sea más incisivo en la esfera política, y solo podrá hacerlo si los procesos de investigación logran incidir en los procesos de construcción de los territorios, más aún, cuando la complejidad del problema urbano contemporáneo anuncia la ineficacia de los limites disciplinares a favor de tejidos epistémicos transdisciplinares y escenarios multiactoral en la resolución de conflictos. Es decir, si sacamos de la ecuación aspectos secundarios como la separación cuantitativa de las escalas (pequeño-grande) que la cartografía digital evidencia como anacrónica, las dicotomías morfológicas (construido/no-construido) que el territorio de lo público muestra como irrelevante, y, tendencias a la privatización del espacio que la articulación agua+ciudad muestra como irracional, entre otros, tendremos un terreno más integral para enfrentar una relación estructural inédita: una holoestructura vital entre la estructura urbana y la estructura ecológica.

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Las fuentes tipográficas utilizadas fueron: Ancizar Sans, Helvética, Gadugi y Rockwell. Este libro se imprimió en Bogotá - Colombia. Diciembre de 2020



El presente documento surge de una reflexión inmersa en el marco del semillero de investigación AGUA+CIUDAD, en el que se explora el papel del territorio hídrico en el proceso de transformación de las ciudades contemporáneas. Los avances realizados permitieron definir una temática general en el plano de una posible integración proyectual del territorio urbano y el cuerpo hídrico en su carácter estructural y dentro del orden cotidiano, lo que implica una gama amplia de reflexión que define una agenda de investigación con múltiples frentes de inicio, como lo son la dimensión colectiva, técnica, habitacional y diagramática del agua en la ciudad. Esta investigación se destaca porque se aproxima al problema principal de la conexión agua y ciudad más allá de la condición tecnológica de regulación del flujo o de su condición paisajística, tomando como caso de estudio e intervención un territorio intrínsecamente ligado al agua: la sabana de Bogotá.


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