Semillero de investigación Agua + Ciudad. Fase II. Universidad Nacional de Colombia

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AGUA + CIUDAD FASE II

SEMILLERO DE INVESTIGACIÓN

Intituto Hábitat Ciudad y Territorio Facultad de Artes Sede Bogotá



AGUA

+

CIUDAD FASE II



AGUA + CIUDAD FASE II SEMILLERO DE INVESTIGACIÓN Henry Valdemar Talavera Dávila Natalia Carolina Acosta Bello Angie Carolina Camacho Gutiérrez Vanessa Alejandra Bolívar Molano | Dennis Natalia Gómez Villarreal | Ismael Ryuhei Kagawa Suárez | Laura Fernanda Pedraza Tamayo | Paula Alejandra Plata López | Laura Catalina Rodríguez Arévalo


Rectora Dolly Montoya Castaño Decano Carlos Eduardo Naranjo Quiceno Instituto Hábitat, Ciudad y Territorio Grupo de investigación Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio - Código Colciencias COL0053358 Semillero de investigación Semillero Agua + Ciudad Fase 2 Director Henry Valdemar Talavera Dávila Co-investigadoras Natalia Carolina Acosta Bello Angie Carolina Camacho Gutiérrez Grupo de trabajo estudiantes Vanessa Alejandra Bolívar Molano | Dennis Natalia Gómez Villarreal | Ismael Ryuhei Kagawa Suárez | Laura Fernanda Pedraza Tamayo | Paula Alejandra Plata López | Laura Catalina Rodríguez Arévalo Diseño y diagramación Natalia Carolina Acosta Bello Impresión Imágenes y Texto LTDA. Primera edición impresa: marzo de 2021 Página web http://artes.bogota.unal.edu.co/arquitectura-territorio https://issuu.com/semilleroaguaciudad Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos. Universidad Nacional de Colombia Facultad de Artes Escuela de Arquitectura y Urbanismo Sede Bogotá 2021


Convocatoria HERMES Código: 46291 Código QUIPU: 204010018691 Proyecto relacionado: 40364

SEMILLERO AGUA + CIUDAD FASE 2 CONVOCATORIA PARA LA FINANCIACIÓN DE PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN E INVESTIGACIÓN - CREACIÓN DE LA FACULTAD DE ARTES MODALIDAD B. Apoyo a la investigación y la investigación-creación que promuevan semilleros de investigación en la facultad de Artes, no financiada por otras fuentes de la Universidad. Fecha Inicio: 03/09/2019 Fecha Finalización: 08/06/2021


CONTENIDO MARCO REFLEXIVO

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Henry Valdemar Talavera Dávila

PROYECTO FUCHA

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Henry Valdemar Talavera Dávila

PROSPECTIVA Y PROYECTO

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Henry Valdemar Talavera Dávila

UTOPÍAS DEL AGUA EN TRES CONTEXTOS DIFERENTES

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Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

BISHAN-ANG MO KIO PARK

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Vanessa Alejandra Bolívar Molano y Laura Fernanda Pedraza Tamayo

KIBERA PUBLIC SPACE PROJECT

128

Ismael Ryuhei Kagawa Suárez y Paula Alejandra Plata López

PARQUES DEL RÍO Y UNIDADES DE VIDA ARTICULADA MEDELLÍN

138

Dennis Natalia Gómez Villarreal y Laura Catalina Rodríguez Arévalo

REALIDADES DEL AGUA EN LA SABANA DE BOGOTÁ

150

Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

POLÍTICAS PÚBLICAS DEL AGUA EN BOGOTÁ

152

Dennis Natalia Gómez Villarreal

GESTIÓN Y USOS DEL AGUA EN LA SABANA DE BOGOTÁ Vanessa Alejandra Bolívar Molano

168


APROPIACIÓN Y CULTURA DEL AGUA EN BOGOTÁ Y SU REGIÓN HÍDRICA

184

Paula Alejandra Plata López

EL ESPACIO PÚBLICO EN LA SABANA DE BOGOTÁ

210

Ismael Ryuhei Kagawa Suárez

VIVIENDA INFORMAL Y SISTEMA HÍDRICO EN LA SABANA DE BOGOTÁ

236

Laura Fernanda Pedraza Tamayo

SISTEMA HÍDRICO Y EQUIPAMIENTOS URBANOS

274

Laura Catalina Rodríguez Arévalo

VALORACIÓN DE LOS INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN

294

Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN EN LA SABANA DE BOGOTÁ

296

Vanessa Alejandra Bolívar Molano, Dennis Natalia Gómez Villarreal y Laura Fernanda Pedraza Tamayo

INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN EN BOGOTÁ

312

Ismael Ryuhei Kagawa Suárez, Paula Alejandra Plata López y Laura Catalina Rodríguez Arévalo

PLANES PARCIALES: EL BOSQUE Y TINTALITO MAZUERA ORIENTAL

324

Vanessa Alejandra Bolívar Molano, Dennis Natalia Gómez Villarreal y Paula Alejandra Plata López

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN ENTRE LA CIUDAD Y EL SISTEMA HÍDRICO

334

Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

COMPILACIÓN DE ESTRATEGIAS PROPUESTAS

340

Ismael Ryuhei Kagawa Suárez, Laura Fernanda Pedraza Tamayo y Laura Catalina Rodríguez Arévalo

EVALUACIÓN DE LAS ESTRATEGIAS

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Equipo Semillero Agua + Ciudad Fase II

REFLEXIONES FINALES Henry Valdemar Talavera Dávila, Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

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EQUIPO NATALIA CAROLINA ACOSTA BELLO Arquitecta Universidad Nacional de Colombia

HENRY VALDEMAR TALAVERA DÁVILA Líder Grupo de Investigación: Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio Arquitecto Magíster en Gestión Urbana. Universidad Piloto de Colombia

ANGIE CAROLINA CAMACHO GUTIÉRREZ Arquitecta Universidad Nacional de Colombia


VANESSA ALEJANDRA BOLÍVAR MOLANO

DENNIS NATALIA GÓMEZ VILLARREAL

ISMAEL RYUHEI KAGAWA SUÁREZ

Estudiante de Geografía

Estudiante de Ciencias Políticas

Estudiante de Arquitectura

Universidad Nacional de Colombia

Universidad Nacional de Colombia

Universidad Nacional de Colombia

LAURA FERNANDA PEDRAZA TAMAYO

PAULA ALEJANDRA PLATA LÓPEZ

LAURA CATALINA RODRÍGUEZ ARÉVALO

Estudiante de Arquitectura

Estudiante de Antropología

Estudiante de Arquitectura

Universidad Nacional de Colombia

Universidad Nacional de Colombia

Universidad Nacional de Colombia


MARCO REFLEXIVO Henry Valdemar Talavera Dávila

PROSPECTIVA Y PROYECTO. EL DISEÑO DEL CAMBIO

AGUA + CIUDAD II

Cómo comprender e incidir en la transformación incierta de la ciudad contemporánea

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La modernidad trajo consigo el deseo de controlar el mundo, tanto en lo que respecta a los territorios como a las personas y sociedades, es el ansia del control el común denominador de todas las formaciones históricas desde los primeros años del siglo XIV, cuando se abre a las sociedades occidentales el reto mayúsculo de conquistar continentes nuevos para beneficio propio. Es decir, el control estuvo en la medula del humanismo y el renacimiento, pero es con el racionalismo extremo del siglo de las luces que este se traduce en estrategia disciplinaria sobre los cuerpos y las ACCIONES de las personas a través de la ciudad como herramienta de represión; en este sentido, el proyecto moderno conceptúa la ciudad como un modelo ante que todo, un modelo ideológico que usa el espacio urbano para acondicionar a otras voluntades; es


La ciudad como represión se define en la sociedad disciplinaria del siglo XIX y está reflejada en los inicios de la planeación urbana o los albores del urbanismo, el pre-urbanismo de Francoise Choay (1983). En el caso de la ciudad de Bogotá, este modelo se instaura, si bien en medio de guerras internas, por voluntad política conservadora desde la constitución del 86 hasta los años 30 del siglo XX , en el que Colombia ingresa a la industrialización del campo (desde el auge bananero hasta el auge cafetero), y prepara el camino para que esta semi-industrialización permita la entrada al gran hermano del capitalismo internacional. La característica de esta etapa es el control de los medios, agentes y factores de producción, por lo tanto, las ciudades dejan de ser entendidas como el centro de la atención sino como espacio de gestión, pues el énfasis es el territorio su explotación y privatización; el control de los cuerpos y acciones urbanas se complejiza con el control de la forma de vivir consumir y trabajar, siendo uno de los más caros aliados la televisión nacional y la publicidad. En Colombia la televisión nacional unifica al país que hasta entonces estaba fragmentado, y se conforma en el espacio público por excelencia constructora de cultura y nacionalidad, si bien manipulada para orientarla hacia una ideóloga

en particular con la intención de unificar una sociedad ensangrentada. En todo caso, esta etapa implicó el debilitamiento del ciudadano como objetivo para definir al consumidor como centro y la planeación de las ciudades se redujo a temas indicativos normativos y abstractos como los índices de construcción y edificación, es el paso de la construcción de ciudad a la producción de espacio urbano; un espacio urbano, sin embargo, amorfo y alejado de la háptica de cada habitante, y más cerca de los intereses económicos de una fuerza privatizante que no termina aún. Las características más importantes de proyecto moderno son, por lo tanto, el control total de la forma de habitar los territorios, traduciendo estos en mapas descriptivos donde la segregación, zonificación, seriación son la norma, es además la forma más clara para instaurar la propiedad como base de la diferenciación entre el espacio de lo privado y el espacio de lo público que en este contexto es sinónimo de Estado-nación+Capital internacional. Siendo esta la mayor de las contradicciones: mientras el país se unificaba a través de medios de comunicación buscando una identidad nacional, esta comunicación era básicamente trasnacional y des-territorializada (aunque la razón medular de la guerra interna fuera el control de los territorios). Por ello los planes urbanos

MARCO REFLEXIVO

en esencia una estrategia de poder.

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son tan ineficientes, por un lado son abstractos (reduciéndose a los usos del suelo y normas) por otro lado perpetua una práctica asimétrica de privatización de los suelos (la cúpula de poder impone sus intereses particulares sobre los interés colectivos) y finalmente, siendo responsabilidad municipal la elaboración de los planes, no existe ninguna reflexión de los valores municipales, locales y eco-regionales que deberían estar en el centro de la descentralización que trae la producción de planeamiento municipal. Sin embargo, el siglo XX trae consigo dos bombas atómicas: la metropolización de las ciudades, producto de la industrialización (aunque sea a medias) y sus nuevas tecnologías de movilidad, que potencian la dispersión edilicia y la atracción desmesurada de los centros urbanos sobre las áreas rurales, es decir, la urbanización como proceso social por excelencia dirigida por una estructura de poder claramente depredadora y privatizante, una vorágine de crecimiento explosivo y asimétrico con base en la especulación como instrumento, que anima a la informalidad de las prácticas y los procesos de invasión. La segunda bomba, es la globalización de los procesos de producción y de control de las almas y los pensamientos de cada sujeto transformado esta vez desde la condición de consumidor al de USUARIO. La metropolización y la globalización son productos inéditos que superan totalmente las

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normas y formas de organizar los territorios que se construye desde la sociedad disciplinaria del siglo XIX . Por ello el fracaso del urbanismo deviene naturalmente, pues este nace como estrategia para construir un territorio a la medida del sociedad capitalista vigente (monopolio y producción en serie, entre el modelo fordista de producción y el tejido financiero que instaura J.P. Morgan), pero cuando este modelo muta hacia uno más flexible e inestable (era de la comunicación y gestión virtual), la razón y la insistencia del control total de las acciones y procesos de habitar son irreales, el control rígido de la planeación indicativa es superando grandemente, reducida a la ilusión del orden y la angustia de la informalidad. Es en este marco que emerge una nueva forma de regular las acciones urbanas, surge a mediados del siglo XX , después del auge la teoría del caos y la dinámica de fluido, y especialmente desde el marco teórico de la cibernética y la auto-regulación, es un campo donde la auto-evaluación y constantes bucles de retroalimentación ingresan a la planeación, ya no es tema de control de espacios sino de tiempos, ya no es asunto de uso de suelo y regulación de edificaciones, sino de gestión dinámica de procesos socio-espaciales. Es la planeación prospectiva, la que trata de ajustarse a los nuevos retos y plantea la proyectación desde los futuros posibles hacia las acciones presentes, es sin duda, un cambio radical de enfoque, y en este sentido el proyecto también se


Espacio público y político Lo urbano es esencialmente político, y no en el sentido contemporáneo del término, sino en el sentido primordial del mismo. El sentido vigente del término política ya viene contaminado con la idea de Estado del siglo de la Ilustración, hasta llegar al gobierno neoliberal contemporáneo, en la que lo público sirve el capital financiero privado. El sentido primordial del término político es anterior a la escisión de Estado y Ciudad, esta fincado en la esencia de las comunidades humanas que establecen dos tipos de ámbitos: uno para el Poder coexistir, organizando la convivencia en conjunto, y otro, para el Saber coexistir, formulando un plano de inmanencia del pensamiento colectivo; el primer ámbito conlleva a la autogestión, aquella que pregonaba Confucio y Sócrates, como condición para cualquier forma de gobierno de las comunidades y cualquier forma de pensarse

como conjunto humano. En las formaciones culturales antiguas, especialmente en las formas de gobierno, la concepción de Ciudad y Estado están íntimamente ligadas, porque la Ciudad es modelo del Estado y viceversa, como lo muestran tres formaciones históricas del más alto interés: la Inca como ombligo del mundo, el Romano como centro del mundo, y Chino como nuestra tierra, en estos tres casos, la incorporación de la territorialidad está imbricada con la concepción Estado-Ciudad; sin embargo, en el siglo de las luces y el siglo de las revoluciones, en la que se forman los modernos Estados Americanos, está relación se diluye y lo urbano y lo político siguen rutas diferentes, uno hacia lo local y otro hacia la consolidación de lo nacional. Igualmente, habría una escisión entre la Ciudad y el territorio, el primero hacia lo construido y el segundo hacia lo rural por construir. Cuando enfatizamos que la Ciudad antes que área construida, es una forma de habitar, estamos obligados a mirar los orígenes de esta singular forma de habitar: esta mirada inicia en los Centros Ceremoniales de la antigüedad. Aún si iniciáramos la reflexión en el período clásico occidental, dejando un momento a los Centros Ceremoniales originales que le preceden, y verificamos conceptos como el de res publica, que enfatiza el domino de lo público y lo colectivo ante todo, y, por otro lado, conceptos como el de democracia, que enfatiza el plano del Poder

MARCO REFLEXIVO

modificaría, hacia las operaciones estratégicas, pues ya no sería el diseño total del presente al futuro, sino, el diseño estratégico para reducir la distancia entre el futuro y el presente. Este cambio estuvo motivado especialmente por tres enfoques inéditos: el concepto de lo público como valor de uso y auto-gestión (Lefebvre), el concepto de ciudadanía como una opción libertaria y creativa (Balibar), y el concepto de estructura ecológica centrada en el tejido hídrico ante todo.

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como organización de los territorios y las personas, las ciudades no se reducen a las áreas construidas, sino a los territorios socio-espaciales que corresponda. Los límites, por tanto, no son preexistentes al espacio del control y del Saber; lo que nos aleja del territorio como delimitación Nacional.

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En este sentido el estudio enfatiza la relación entre ciudadanía y los demás términos haciendo siempre la diferencia entre lo que pertenece al plano del saber (lo comunitario) y al plano del poder (la democracia). Todos estos aspectos son parte del campo comunitario de relaciones intersubjetivas que dan forma al sujeto es decir, son discursos y prácticas que vienen de afuera del campo relacional que una comunidad construye en el tiempo y que da forma al Ser. En otras palabras, el sujeto no preexiste a la comunidad, pero está ligada a esta por constitución del ser.

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“La palabra italiana constituzione (equivalente a constitution en francés o inglés) en alemán sería Verfassung, y en griego moderno, sintagma, lo que pone el acento en la construcción del cuerpo político, la reunión de sus partes y la producción institucional de la unidad o de del interés público. Pero hay grandes posibilidades de que un espíritu de formación filosófica europea se sienta aquí conducido (...) hacia otro termino originalmente forjado por la Grecia antigua: el de politeía, que los latinos “tradujeron” como res publica.”

“Si el polítes es quien participa de la pólis, la

politeía puede ser o bien el vínculo subjetivo del polítes con la pólis, es decir, la manera por la cual la polis como comunidad se distribuye entre aquellos a quienes ella reconoce como sus participantes (la ciudadanía), o bien la organización objetiva de las funciones de gobierno y de administración, en otras palabras, la manera por la cual el poder de la polis se asegura colectivamente (el régimen, la constitución)” “Constitución” en su sentido completo: no solo el de un texto jurídico, sino el de un proceso histórico constituyente, o de una formación social e institucional. Se trata siempre de “formar” o de “configurar” al ciudadano, portador de la acción política, definiendo un conjunto articulado de derechos, deberes y poderes, y prescribiendo las modalidades de su ejercicio.” (BALIBAR , 2012, 21) La especificidad de dos planos, uno para el Poder y otro para el Saber, es necesaria para no confundir dos procesos que sin embargo son interdependientes, pero de naturaleza diferente y que solo pueden ser comprendidas en el marco de una territorialidad, en el marco de una ciudad: el gobierno de una comunidad es a su vez el gobierno de Uno (TECKNE) es la base de la legitimidad de poder ejercer una capacidad de acción sobre otros, es la base de la virtud en la filosofía de Sócrates, de Confucio y del Amauta;


En síntesis, los espacios públicos son esencialmente espacios políticos en la medida que están fuera del control estatal central, son tejidos construidos colectivamente a través del tiempo y capaces de mantenerse a pesar de nuevos saberes y nuevas prácticas. Es justamente lo opuesto a lo que la Ilustración y las modernas republicas americanas (siglo de las revoluciones) llaman lo público y lo político. Este concepto de Ciudad, por tanto, no puede reducirse a lo tangible, porque enfatiza la espacialización de los tejidos de cohesión capaces de resistir y crear un proyecto de ciudadanía que permanece en el tiempo.

La ciudad máquina Un proyecto de ciudadanía contemporánea pasa por superar la formación histórica que dio forma a lo llamamos ciudad máquina y ello

implica una nueva sensibilidad. El acceso a una nueva sensibilidad contempla una variedad de agentes de cambio en varias capas sociales; a inicios del siglo XX , coincidieron dos factores de alto impacto: la revolución científica y la revolución tecnológica. El paso de un universo newtoniano a uno relativista fue una revolución radical, no solo porque Einstein logró darle al pensamiento newtoniano su justa ubicación en el nuevo universo sino, porque implantó una nueva forma de reunir el espacio, el tiempo, la materia y la energía, en un concierto mental impresionante. Mientras en el universo newtoniano donde el espacio es neutro y estático, la materia se explica en sí misma, en el universo de Einstein, la interdependencia y mutua modificación de materia y espacio, además de energía y tiempo, trajo como consecuencia que el infinito, otra vez, esté junto a la vida cotidiana. La relatividad nos devolvió nuestra naturaleza infinita, que luego de un breve lapsus renacentista, lo buscábamos en el espacio Barroco. Contemporáneo a la relatividad emerge la física quántica (Bohr, Schrodinger, entre otros) que plantea, en esencia, un mundo caótico frente al orden de la relatividad. Esta dicotomía orden universal-caos atómico, va a tener un momento magistral del pensamiento científico, al formular una teoría de caos, que hoy es la base del pensamiento complejo, una dicotomía que penetró en lo profundo de la sociedad

MARCO REFLEXIVO

una capacidad de afección que no es obligada, siempre existe la posibilidad de escapar a esta fuerza, es siempre el germen de revolución que no falta en la esencia de la constitución de una comunidad libre. Por otro plano, la ciudad es el conjunto de saberes, imágenes, símbolos, discursos, que una comunidad construye en el tiempo para poder ser parte de una comunidad con identidad que no se basa tan solo, en el lugar de nacimiento, la sangre o la raíz étnica, sino, ante todo en una permanencia orientada al futuro (TELOS).

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contemporánea y el Arte moderno, explorando una nueva forma de expresión: la coexistencia del orden y el caos, en la cual, la abstracción fue el lenguaje preferencial.

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que redujeron esta dimensión a un recorrido funcional.

A mediados del siglo XX , se ingresa a una etapa de mayor complejidad, por un lado, se supera la idea de tiempo reversible de la física relativista y por otro lado, se fusionan dos mundos hasta ahora separados: la física y la biología. La teoría de lo disipativo, de Ilya Prigogine (1997)1, incorpora al tiempo en un flujo irreversible hacia la complejidad y la creación, separándose de la, hasta ese momento, huida a la entropía (homogeneidad absoluta). Esta visión de un tiempo creativo y responsable de la evolución de lo real y de los seres vivos, logra impactar en todas las capas del pensamiento humano, física, biología, sociología e inclusive, arte y filosofía. Aunque la arquitectura tardaría en dejarse influir. El tiempo como flujo creativo, fue significativo en las propuestas de la espacialidad transparente de finales del siglo XX , que son diametralmente diferentes de la transparencia de inicios del siglo: el espacio neutro y sin límites de Mies van der Rohe, claramente abstracto, es superado por el espacio intenso y lumínico de Jean Nouvel, especialmente porque el último incorpora el flujo del tiempo en su espacio transparente, esta temporalidad supera la ingenua cuarta dimensión de las vanguardias artísticas europeas

El descubrimiento del genoma humano, que tuvo sus raíces en el ADN, y en la cibernética de Norbert Wiener2, llevó a un nuevo pensamiento: la biocibernética, que se imbrica con la tecnología informática. Esta etapa se diferencia de la primera y segunda revolución industrial, donde la producción era monopólica, formalizado en las grandes fábricas de transformación y grandes líneas de producción unidas en un solo proceso de gestión (Ford) mientras que la tercera revolución industrial es invisible, se realiza a través de redes múltiples imbricadas y abiertas, donde la fábrica se diluye y las líneas de producción se diversifican aún más y se globalizan, para ello, tienen que fraccionarse y especializarse al máximo; su cohesión se da por la interdependencia y la sinergia de los procesos, algunos (no pocos) de ellos, son automatizados y todo ello es posible solo en el marco de la biocibernética, que apoyado en las redes informáticas, el control de los procesos se hace aún más invisible y a distancia. Esta nueva realidad solo puede ser calificada como maquínica a diferencia de una etapa mecánica (de 1850 a 1950) y es responsable del cambio actual del proyecto arquitectónico realizado en red: donde idea, diseño, anteproyecto, dibujo, desarrollo técnico, gestión, etc. ya no se realiza

1  En el texto El fin de las certidumbres , expone: “la realidad del

2  El texto de Steve J Heims, J. VAN NEUMANN y N. WIENER se

devenir es la condición sine qua non de nuestro dialogo con la naturaleza, y desarrolla una visión temporal inedita de la realidad (1997, p. 173)

expone el rol estratégico que tuvo Wiener en la construcción de la moderna biocibernética.


El impacto de la etapa mecánica trajo como consecuencia la metropolización de las ciudades, y la etapa maquínica, trajo como consecuencia las regiones urbanas en red. La primera de ellas se desarrolló a partir de los nuevos sistemas de transporte, el ferrocarril sin duda modificó la escala del territorio y acercó a los pueblos, redujo los tiempos de desplazamiento y creó una nueva periferia; el suelo rural que hasta ese entonces estaba allende la ciudad, ahora, esta al interior, los límites urbanos se dispersan e incorporan lo natural y rural en su cotidianidad, lo que generó zonas suburbanas. Pero si bien el ferrocarril fue un detonante, el sistema que consolidó la nueva escala metropolitana fue el vehículo privado y luego los transportes intermunicipales e interurbanos, sea de pasajeros como de carga. En síntesis, el paso del ferrocarril a la autopista y luego al aeropuerto modificó estructuralmente los territorios urbanos. En la nueva realidad urbana, las ciudades se enfrentan al cambio de escala de lo regional a lo global (Sasen), saltándose la esfera de las naciones generando, por tanto, ciudades satélites y marginales coexistiendo con ciudades metropolitanas, al interior de un sistema urbano claramente asimétrico y desequilibrado, solo especulación e invasión dirigen los procesos de territorialización en el marco de una sociedad industrial mecanizada.

La fase metropolitana de las ciudades, coincide con el auge del Urbanismo, pues ante una nueva forma de producción del suelo urbano, donde el suelo rural y natural es introducido como bien capital, y en la que solo la urbanización de estos trae riqueza y donde la explotación industrial de los suelos rurales y naturales modifica el estatus de los mismos hacia una periferia urbanizable, se hace necesario una nueva forma de planeamiento y surge lo que Madame Choay llama pre-urbanismo como base de esta nueva praxis que modificaría la estructura de los pueblos y ciudades para adaptarse a las nuevas reglas de producción mecanizada. La reflexión que desarrolla Françoise Choay en su texto L´urbanisme, utopies et réalités en el que define una etapa que llama pre-urbanismo, caracterizado por una búsqueda de alternativas al impacto que las industrias producían sobre los centros urbanos como el higienismo, donde un conjunto de médicos, sacerdotes, funcionarios municipales e inclusive políticos criticaban las malas condiciones de vida de los obreros, como reacción a estos reclamos emergen un conjunto de propuestas teóricas de factura materialista muy importante, pero todavía oscilando entre el modelo y la regla. En esta etapa fundacional se puede ver cuatro sendas:

MARCO REFLEXIVO

en una sola oficina centralizada sino en el marco de redes internacionales descentradas.

1. Un pre-urbanismo progresista donde se da mayor peso a la nueva tecnología y procesos industriales expresados en un recio racionalismo y un funcionalismo primario

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2. Un pre-urbanismo culturalista donde el mayor peso es la ciudad como tradición y con base en la historia urbana de la que se alimenta los conceptos contemporáneos de patrimonio.

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3. Un pre-urbanismo ambientalista, con base en una actitud de recuperar los valores naturales antes que industriales, en la línea de un clasicismo de la École des beaux-arts de Paris, o de una nostalgia naturalista inglesa. Estas sendas tienen prácticas paradigmáticas que sustentan las ideas y proyectos urbanos: en la línea del urbanismo progresista, está la ampliación de Barcelona por Cerda (1859), cuya base es una estrategia infraestructural; en la línea del urbanismo culturalista, están los proyectos de renovación del tejido tradicional pero manteniendo la estructura urbana, en este caso, la renovación urbana de Hausmann (1870) tiene esta característica; como también contempla la búsqueda de prácticas comunitarias que fortalezcan la escala de barrio, por ello la connotación de culturalista es apropiada; y finalmente, en la línea del urbanismo naturalista, los planes del nuevo mundo con base en lo que se llamó city beatiful, como el plan de Chicago de Burnham (1908), y la utopía de la ciudad-jardín de Ebenezer Howard, en ambos casos terminan siendo una extensión de la vieja ciudad-bosque de Le Notre. Sin embargo, existe una cuarta senda, es la

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actitud que toma la arquitectura ante el surgimiento del urbanismo, y en este caso el papel de los CIAM son definitivos, porque en su seno se daría un replegamiento anacrónico, cuando se dedican a la reflexión del objeto arquitectónico como un producto industrial, una línea reflexiva que las vanguardias artísticas de inicios del siglo XX la seguirían el neoplasticismo de Van Dousberg y la propuesta funcionalista de Gropius; si bien estas líneas logran superar la imagen neoclásica (academicista) del siglo XIX y plantean la imagen de la máquina y el industrialismo de moda con maestría, no incorporan con claridad el reto de la urbanización como problema contemporáneo, a pesar del abundante acopio de proyectos de vivienda en serie y en altura, tanto para obreros como para burgueses. La llamada arquitectura moderna, fuente de arduos estudios a lo largo del siglo XX , no es por tanto la expresión de una nueva época, solo el rezago de una arquitectura atada al objeto, que llamamos arquitectura–dispositivo, que inició en la propuesta de Palladio, y luego fue desarrollada por Ledoux, Le-Duc, Loos, y otros. La nueva sensibilidad de la época está en aquella que entendió que los procesos industriales y luego informacionales son la base de una nueva forma de habitar y comunicarnos. Por lo que solo a mediados del siglo XX se encuentra esa actitud, de responder arquitectónicamente a los procesos industriales antes que a los productos, se resalta tres aproximaciones:


2. A manera de resistencia, y con base a un ideario de izquierda las propuestas de Andrea Branci y la ciudad sin arquitectura, las indagaciones de Archizoom y la deriva, son la expresión de una búsqueda más allá del objeto y de la infraestructura industrial. Lo que se conoce como la internacional situacionista. 3. La puesta en valor de la estructura natural, formando parte del diseño urbano, resaltan las primeras utopías de Le-Corbusier en América del Sur, el plan de Punta del Este de Gómez Gavazzo (1935), la propuesta en la bahía de Montevideo de Mendes da Rocha, como también el proyecto de Brasilia de Lucio Costa; en general es la búsqueda de una arquitectura metropolitana de Ludovico Quaroni que incorpore las estructura naturales diferente al romanticismo inglés, al academicismo francés, y al ambientalismo de Gordon Cullen. En general, después de las conferencias internacionales de 1911 la tendencia se orientará en dos corrientes, una hacia el planeamiento

cientificista que absorbería la inicial senda academicista y los aspectos naturales de diluirían en propuestas abstractas y generalistas, y otra hacia la reconstrucción de la ciudad tradicional, y por lo tanto, las estrategias naturales y ambientales desaparecerían. Solo hasta finales del siglo XX , con la evidencia de un impacto rotundo de la urbanización sobre las estructuras ecológicas, emerge la reflexión en torno a un ecourbanismo. Las estrategias donde se imbrican las estructuras naturales y urbanas son básicas para entender este cambio de sensibilidad y episteme, y esta se puede verificar en la forma en que se trata los componentes hídricos y orográficos en los proyectos. Inicia cuando los jardines abren sus puertas y se extienden a la ciudad, como lo expresa Gravagnuolo: “Es bien cierto que en el De Architectura de Vitrubio- y, sobre todo, después en el De Re Aedificatoria de Leon Batista Alberti y en gran parte de los tratados de arquitectura subsiguientes – las reglas de la edificación urbana están dictadas con rigurosa precisión. Pero en el ensayo de Laugier se enuncia por primera vez, con sorprendente claridad, la tesis de la asunción de la pluralidad morfológica como un dato cualitativo, antes aún que inevitable, en la ciudad de nuestro tiempo. Pluralidad que no implica una renuncia a la configuración unitaria y coherente de los nuevos tejidos urbanos, sino más bien la idea de proyectar la ciudad por partes, circunscritas en límites razona-

MARCO REFLEXIVO

1. La búsqueda en torno a poner en valor la infraestructura, el sistema vial y las redes técnicas, como las súper estructuras de Yona Friedman, el metabolismo japonés, las indagaciones sistémicas del TEAM X , el neo-racionalismo italiano, lo que llama Tafuri la internacional de la utopía.

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bles de homología formal y relacionada entre sí por un plan articulado y compuesto. La célebre metáfora de la ciudad-bosque, más allá de la explicita referencia histórica a Le Notre y al arte de diseñar los parques, es rica en implicaciones decisivas para la concepción de la fenomenología urbana, ya decantada de cualquier residuo de alegoría antropomórfica.” (Gravagnuolo, 1998, p. 16) Un texto publicado en 1753, con una notable influencia en los posteriores textos sobre diseño de la ciudad, es claramente un cambio radical de la ciudad barroca, aquella que se constituye en base a trazados monumentales legibles con el ánimo de estructurar toda la ciudad, la que se nota tres novedades muy importantes:

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1. La ciudad no es más un sistema unitario, sino un conjunto de partes que mantienen cada una un carácter diferente y el conjunto es el resultado de esta unión, por lo tanto, no hay un plan general duro que determina las partes.

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2. La idea general es la unión de dos extremos: la ciudad por un lado y el bosque por el otro, dos extremos que hasta ahora estaban una al lado del otro, para pasar a ser un hibrido nuevo donde el carácter azaroso del bosque se imbrica con el carácter riguroso de lo urbano.

3. El inicio de la dicotomía entre lo continuo y lo disperso, en esta tesis de ciudad-bosque las partes pueden estar desligados del trazado que le da coherencia, es decir se cambia, de los ejes de orden a un campo visual boscoso, sin embargo, las partes si están pensadas como conjuntos unitarios y completos morfológicamente. Es a todas luces el anuncio de una nueva sensibilidad donde los trazados de orden sistémico se hacen invisibles y el campo nebuloso del bosque hace presencia, es también el paso de un racionalismo a una fenomenología propia de la época, y el apogeo de las partes completas de ciudad. Lo natural emerge de los jardines y por tanto de lo no-edificado y luego invade las ciudades, sea como hecho disciplinado (boulevares, alamedas, parques etc.) o como hecho selvático (bordes, ríos, cerros, etc.). En la reflexión inglesa y francesa, lo natural es artificioso, es romántico o anecdótico, y esa actitud permite, por tanto, delimitar una nueva visión del crecimiento de las ciudades por partes, la razón básica, es el embellecimiento de dichas partes, o de los nuevos barrios periféricos, que luego serían la base de los nuevos enclaves industriales ingleses y franceses de finales del siglo XIX . El deterioro ambiental que trae la nueva industria en el seno de las ciudades europeas, especialmente inglesas, obliga a que los nuevos enclaves o barrios industriales, sean periféricos y ambientalmente


diferentes, por tanto el abandono del centralismo urbano en plazas, calles, edificios colectivos, etc., se sustituyen por fábricas, barrios obreros y parques urbanos (selvático o disciplinado) con una clara intensión higienista y racional del diseño, es decir, una pretensión de abandonar el diseño de la ciudad desde el arte, para pasar al diseño científico (léase, industrial) de lo urbano. Es la separación de la arquitectura y el urbanismo en el siglo XIX .

colectivos y por lo tanto, la independencia de los valores locales, mientras que la intervención arquitectónica se reduce a los predios privados o edificios significativos al margen del sistema urbano, y el abandono, en el diseño urbano, de los elementos naturales como espacio público. Las primeras ideas desde la ciudad-bosque hasta las últimas referencias a ciudad-jardín, no lograrían sobrevivir al envite de la sensibilidad maquínica del proceso industrial por tres razones:

El divorcio entre la obra artística en la construcción de la ciudad y la pretendida actitud científica de lo urbano sería inevitable a lo largo del siglo XX , y esta separación implicó que la intervención en la estructura urbana se reduzca a temas de normativa y estandarización, con base en la tipificación de los servicios

1. El racionalismo exagerado que queda consignado en el pensamiento normativo que dio forma al urbanismo alemán (Piccinato, 1993) y de allí a todas las normas urbanísticas posteriores, en la cual el elemento natural no estaba incorporado 2. La base de la nueva forma de producción del espacio urbano estaba en el plus valor que implicaba la transformación del suelo rural a suelo urbano, esta trasformación está en la base del capitalismo urbano, por lo tanto, lo natural sin transformación es valor cero y solo en la medida que se cambie la condición natural a urbano se produce flujo de capital y riqueza, esta fuerza económica es tan determinante que todo suelo vacío no puede sobrevivir al futuro edificado de la nuevas construcciones

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“En el mismo siglo XIX , muchos gestos inéditos se funden con formas antiguas. Anacronismos y ambivalencias son los signos más evidentes de esta delicada fase de transición en la que los senderos del proyecto se bifurcan. (…) por un lado, la nueva figura del técnico engagé en el aparato estatal, constructor de las obras públicas y garante del funcionamiento de la maquina urbana; por otro el arquitecto ligado al gran cliente privado, el arquitecto del príncipe o del dandi, creador de formas eclécticamente “sublimes”, clásicas, góticas, exóticas.” (Gravanuolo, 1998, p. 35)

3. La privatización de las ciudades, donde

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estas ingresan a una época negra de especulación e invasión propia de un urbanismo salvaje, cuya única ley es el aprovechamiento empresarial, esta tendencia produciría un conjunto de prácticas jurídicas y sociales que haría muy difícil de controlar.

Un urbanismo salvaje en colombia

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En la mayoría de las ciudades latinoamericanas, la industrialización urbana se inicia en la primera mitad del siglo XX , y solo hasta la década de los años 70 y 80 la mayoría de los países incorporan en sus leyes nacionales la necesidad de la planeación estratégica y operacional de sus metrópolis, y otras, como el caso de Colombia, solo hasta la última década del siglo XX se define al urbanismo como un bien público, después de 70 años de especulación y privatización urbana.

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El caso de la ciudad de Bogotá, es singular, su mapa indígena es territorial, mientras que la consolidación de la fase colonial es fragmentaria y fuertemente rural (lo que mantiene en cierta forma su dimensión territorial implícita) solo la llegada del ferrocarril a finales del siglo XIX inaugura una fase disciplinaria con la constitución del 1986 y el apogeo del gobierno Conservador, es la fase del control extremo, los primeros años del siglo XX , hasta que emerge una política liberal (desde la década de los años 30, en que se inicia francamente una industrialización del país).

Lo que permite decir que el pueblo de Santa Fe de Bogotá entra a un nuevo estado, es entre otros aspectos, la incorporación de una nueva cotidianidad, el inicio de una larga tarea de separar el Estado de la Iglesia (la misión pedagógica alemana 1924.1926 es el inicio de una larga lucha); el inicio de una mentalidad industrial en la estructura del poder aunque esta fuera a medias que trajo a la par la necesidad de comunicarse a escala regional gracias al sistema férreo (en 1925 el eje de la Dorada a Ibagué, el eje Giradot-Facatativá-Bogotá, y el ramal de Bogotá-Sibaté, conformaban un naciente control regional). La construcción del primer sistema de transporte colectivo urbano, el tranvía; la introducción de iluminación pública eléctrica que extiende las horas de uso del espacio urbano, y la canalización del agua a través de tuberías de hierro, pues permitió la cualificación de las calles-caño y su adaptación a calles urbanas peatonales sin interrupción de aguas sucias. Antes de esta experiencia, el recorrido de las aguas lluvias y aguas servidas discurría a cielo abierto y evitaba el pasar de un lado a otro de las calles, la vida urbana no era del todo placentera. Por lo tanto, cuando se construyen las redes de alcantarillado y agua en tubería de hierro y se conduce o rectifica los cauces para tener predios más ajustados a un tejido urbano (alejado de tejido hídrico). Se puede decir que hay la voluntad política y la técnica adecuada para la labor de transformar sus espacios


El proceso de modernización de ciudad de Bogotá tuvo por lo menos tres momentos: un primer momento desde los años críticos del cambio de siglo (en medio de la guerra civil), la ciudad nace como estrategia de control ciudadano, que visto a distancia era la única opción ante la barbarie de una sociedad primitiva y ante la gran cantidad de muertes, tanto por la guerra como por las epidemias, fruto de las condiciones pueblerinas y desaseadas de la ciudad del siglo XIX . Un segundo momento, se evidencia desde la década de los años treinta hasta finales de la década de los años sesenta, en los cuales los recursos económicos fruto de la perdida de Panamá y la oportunidad que ofrecía la reducción de demanda externa obligando a girar la mirada hacia lo interno (como hicieron muchos países en Latinoamérica); la ciudad de Bogotá fue escenario de inversiones, planes y edificaciones buscando afianzar la centralización del poder económico-industrial naciente3. Es la fase donde se consolida el empresario 3  “Con la imposibilidad estructural de inversión en la industria y

en los cultivos de café, pronto se descubrió que la mejor forma de convertir el capital en ahorros, y de preservarlo contra la inflación era invertirlo en tierras «de engorde» que no era necesario hacerlas producir. De esta manera el nuevo tipo de empresario industrial moderno vinculado con el capital financiero se va convirtiendo también en terrateniente”. (Vásquez Rocha, 1985)

seudo-moderno de baja industrialización imbricado con la mezquina actitud de retener la tierra para especular, es la medula de una ciudad que esta entre lo rural y lo urbano, entre lo industrial y lo artesanal, es el gran proyecto de modernización liberal. Hasta que llego el periodo de violencia (que aun dura) y abandono total de regulación estructural del crecimiento urbano, por ello el acceso a la condición metropolitana (evidenciada en la cartografía de 1968) esta caracterizado por la planeación salvaje (Antanas Mockus) y la forma de producción de suelo urbano entre la especulación y la invasión (Luis Carlos Jiménez).Es decir, el salto de una ciudad-disciplinaria y represiva a una vorágine depredadora, donde la metropolización sin planeamiento se toma su hinterland (la sabana de Bogotá) para urbanizarlo irracionalmente, toma tan solo medio siglo. Los agentes de cambio que muestran la transformación a la condición metropolitana de la ciudad de Bogotá están expresadas, por ejemplo, en la avenida el Dorado y el aeropuerto, el parque Simón Bolívar y el complejo deportivo, el centro internacional y los puentes de la calle 26, el centro administrativo nacional, la autopista norte y su encuentro con la autopista sur, pero sin estructura que dé cuenta de la transformación en curso. En general, podemos afirmar que la característica más importante es la desaparición del sistema hídrico del pensamiento de los planificadores y los académicos por una especulación desbordada del suelo

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públicos de naturales a urbanos y una clara intención higienista de tener calles saludables, sin corrientes de agua sucia a la vista, todo ello para organizar una nueva ciudadanía disciplinada para una vida colectiva más ordenada.

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Figura 1. Le Corbusier, Plan para Bogotá (1950): plan Urbano. Montaje digital con la propuesta incluyendo tres funciones: vivienda, trabajo y recrear el cuerpo y el espíritu.

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Tomado de: Archdaily (2017).

Figura 2. Plano de la ciudad de Bogotá 1970. Tomado de: Atlas histórico de Bogotá. Cartografía. 1791-2007 (2007).

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En este contexto llega una nueva forma de planear la ciudad, un nuevo mapa con el sello de Le Corbusier y su estrategia sistémica, el plan piloto de 1950, introduce tres mapas superpuestos dignos de un urbanismo contemporáneo que la praxis y pensamiento local no fue capaz de mantener: 1. Una estructura ecológica basada en el sistema hídrico y con un rol de cultivo del espíritu. 2. Un sistema vial extendido claramente isotrópico diferenciado en siete flujos, y que actualmente es la base del centro metropolitano. 3. Un tejido morfológico a través de sectores urbanos donde se desarrolla la habitabilidad y el trabajo. Sin embargo, esta actitud sistémica tampoco tendría continuidad y la ciudad seguiría creciendo sin plan y fragmentariamente. Como la mayoría de ciudades americanas, el fragmento es la característica de su contemporaneidad salvaje o especulativa, y la falta de estructura territorial su gran defecto. En el caso de la gestión urbana en Bogotá, la introducción de la

empresa planning associates de Wiener y Sert4 modifica y tergiversa el plan piloto para Bogotá, y permite mantener una gestión caracterizada por el control del espacio abierto buscando una escala peatonal ante todo, que se arraigaría en el imaginario de los arquitectos colombianos y se dejaría de explorar la interacción entre lo natural abierto y lo urbano cerrado, para enfatizar la escisión entre estas dos estructuras. Tratando de encontrar una explicación del abandono del Plan Piloto, pues de este solo se mantuvo el plan vial, los sectores urbanos como los concibe Le-Corbusier no se reducen a sectores normativos y urbanización por barrios, como sería la costumbre urbanizadora posterior a esta modificación, y de la estructura ecológica basada en la potencialización del tejido hídrico, no quedó nada, tenemos la hipótesis que el tiempo corto en que el pueblo de Santafé de Bogotá se transforma en ciudad (primera mitad del siglo XX) fue determinante. En los inicios de la trasformación surgen tres inercias que no pudieron ser superadas: 1. El miedo al agua, pues esta estructura sería usada como alcantarilla y quedaría en el imaginario como área residual.

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para desarrollos inmobiliarios e informales propio de una migración explosiva que se inicia junto con este periodo de metropolización.

4  La empresa planning associates , tiene su base en Norteamérica y

trae consigo los defectos de la ciudad tradicional, es decir, el miedo al espacio abierto y natural, así como la urbanización por partes, y es por ello que modifica significativamente las propuestas estructurales del Plan Piloto. Esta visón se extiende a Latinoamérica en Perú, Venezuela, Brasil y Colombia.

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2. La escisión entre lo urbano y lo rural, pues el campesino es visto al mismo nivel del delincuente, el pobre y el enfermo (herencia de la sociedad represiva). 3. La construcción del espacio urbano predio a predio, o barrio a barrio, producto de la disolución de la débil arquitectura-sistema, para dar paso a la arquitectura-dispositivo que se desarrolla en el siglo XIX , y que llegaría a Bogotá a través de arquitectos que viajan al exterior o de extranjeros que llegan a Colombia5.

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En síntesis, la ciudad-máquina está basada en la construcción de un territorio nuevo para el capital industrial y en ese sentido, trae tres sistemas nuevos, que transformarían radicalmente la estructura urbana desarrollada hasta el momento:

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1. Una nueva forma de moverse por la ciudad, desde el ferrocarril a un sistema de transporte colectivo industrializado diferente a la autopista y el vehículo privado (los metros 5  Las tres inercias presentadas explican el divorcio entre dos

prácticas que deberían estar unidas: la urbanización por un lado, y la construcción por el otro, que están consignadas en los acuerdos normativos para Bogotá, siendo el acuerdo 6 de 1970 el más contundente, además, explica la terquedad de las administraciones municipales para urbanizar irracionalmente cada metro cuadrado de vacío natural que tenga la ciudad, como lo muestra la administración de Enrique Peñalosa en su plan de ordenamiento (2018) donde urbaniza la vulnerable estructura de humedales y reservas naturales de la ciudad.

subterráneos), junto al tendido de las redes técnicas (agua, desagüe, electricidad, comunicaciones, video, etc.) a escala regional. 2. Una nueva y aún débil introducción de las estructuras ecológicas en el ordenamiento de los territorios. 3. La organización y diseño de la ciudad por sectores urbanos que terminan siendo áreas morfológicas fragmentarias, fuente de segregación social principalmente. Es una etapa diferente donde la escala es por lo menos metropolitana, cuando menos. “Por tanto, aunque con una lógica rígidamente tecnocrática, el Schema directeur propone a su manera una estrategia para la región parisina que se contrapone de manera decisiva (aunque elemental) a la tendencia a saturar el territorio con edilicia extensiva desordenada. Asumiendo las grandes arterias de los trasportes ferroviarios y del tráfico de vehículos de alta velocidad como ejes portantes de las directrices de desarrollo, Delouvrier diseña un plan regional por así decirlo “en dedos de guante”. Las cuatro directrices principales que parten del perno de la ciudad histórica, encuentran como puntos focales cinco villes nouvelles situadas en un radio de unos 30 kilómetros desde el centro.” (Gravanuolo, 1998, 171)


La ley de reforma urbana plantea la formulación de los planes de ordenamiento local, pero en general cada municipio lo adopta muchas veces sin cumplir con los objetivos de la misma ley, es decir, los instrumentos que definen la producción de espacio urbano en el marco de los planes de ordenamiento son diversos, en el caso de Bogotá, persiste la vocación indicativa que se inicia en la segunda mitad del siglo XX , y se expresa por la falta de figuras estratégicas que la ley plantea, como los megaproyectos, y los proyectos urbanos. Sin embargo, el POT en Bogotá plantea instrumentos como los planes parciales sea de renovación o de expansión, pero solo se aplica en suelo privado, para el desarrollo inmobiliario dejando de lado los

sistemas generales y esto le reduce las opciones al impacto sobre la estructura urbana, igualmente, los planes de implantación o de mejoramiento se desarrollan para los equipamientos pero pensados como reducción de impactos desde los predios hacia su entorno, es decir, se reduce a los edificios colectivos y no se logra impactar sobre las estructura colectivas. Finalmente, los planes maestros, que en principio son una figura de alto potencial si se piensa el equipamiento como sistema integrado, pero como dije, solo se reduce al predio de uso colectivo para definir los estándares constructivos como edificio. Es decir, una pérdida de comprensión de su potencial y en general perdida de oportunidad. Por lo tanto, el urbanismo en Bogotá, adolece de visión estratégica y no logra aprovechar los instrumentos de gestión y ordenamiento a su disposición. Esta es la pregunta más importante: ¿es posible aprovechar los instrumentos vigentes para consolidar una nueva forma de habitar y nueva forma de proyectar la ciudad? Es necesario decir que estos instrumentos son resultado de un siglo de experiencia en el mundo occidental, siendo las primeras reflexiones de Quaroni en torno al urbanismo operativo y el urbanismo operacional francés como plataformas para construir una ley de reforma urbana a finales de siglo en Colombia. Por otro lado, Las sendas construidas por las practicas urbanas en la primera mitad del siglo

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Como dijimos antes, estos tres sistemas que deberían actuar por superposición y complementariedad, dado que son planos sistémicos, no serían continuados en el urbanismo salvaje de Bogotá, pues estas se consolidarían como: un sistema hídrico convertido en tuberías y vías vehiculares, un sistema de sectores urbanos convertido en crecimiento por partes (barrios y conjuntos populares y residenciales), y un sistema vial convertido en fragmentación y segregación urbana. Habría que esperar hasta finales del siglo XX con la ley de reforma urbana 388-97, que se instaura en la normativa las estructuras territoriales, un logro significativo, aunque en el pensamiento contemporáneo la agenda haya cambiado.

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XX , vuelve a manifestarse a finales del siglo,

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pero con nuevas agendas, después de la dicotomía entre progresismo y culturalismo que dominó la discusión prácticamente a lo largo del siglo, se extreman aún más: en un primer caso la globalización y la telemática ha cambiado el discurso, pasó de una agenda mecanicista una informacional o maquínica, cuando menos, es claramente el paso de hardware al software; en un segundo caso, la crisis climática exige una nueva agenda más allá del jardín y del bosque está en juego el planeta como conjunto; y la permanente deuda social expresada en la población informal que se mueve por el mundo en la forma de migraciones y desplazamientos ha vuelto a poner sobre la mesa la lucha cultural.

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Estos procesos ya no son locales, afectan a todo el planeta, y no pueden ser atendidos por separado, el problema es tal, que solo enfrentándolos como complejo, será posible ser parte de la solución; en este sentido, otra vez la arquitectura se encuentra emplazada: ¿será capaz de atender estos retos o volverá a evadirse y dedicarse solo a la construcción de dispositivos? Cabe recordar que estas agendas siempre han estado poniendo en jaque la reflexión arquitectónica, que animan las viejas respuestas disciplinarias: la forma sigue a la función (programa, función, sistema urbano), la forma se integra al contexto (praxis, forma, partes urbanas) y la forma se hace orgánica (topografía, tecnología, paisaje urbano). La escala más adecuada para la condición de ciudad-máquina, producto de la industrialización no es la

ciudad construida, sino, la dimensión regional del sistema urbano, desde la cual se pueda incidir en la estructura del territorio, en la cual, la incorporación de los elementos naturales como ecosistema hace la diferencia. En síntesis, las disciplinas del espacio tendrán que ampliar su plataforma epistémica para incorporar nuevas formas de aproximación, la clásica separación entre la ciencia dura de las ciencias humanas, como también la dicotomía entre la aproximación filosófica y la artística (pensar y hacer), tendrá que ser revisada y, en este caso, el reto que está poniendo el presente a las disciplinas del espacio exige una imbricación de los problemas del hábitat informal, de la asimetría informacional, y del efecto invernadero.

EL ORDENAMIENTO Y EL PROYECTO URBANO El ordenamiento como ajuste de los procesos La aceptación de que la ciudad no es solo el área construida sino ante todo un complejo socio-espacial vivo y por lo tanto cambiante, donde las prácticas y los deseos son tan importantes como las variables económicas del capital global, implica que el ordenamiento se separe de la planeación funcionalista y normativa que impero a lo largo del siglo XX en Colombia, para


Por otro lado, las diferentes prácticas urbanas implican muy complicados intereses de actores y agentes privados (entendiendo tanto los intereses empresariales como los intereses comunitarios) y la necesaria intervención del estado municipal o distrital, que se desarrollan en el tiempo. Los primeros siempre son de largo plazo, mientras que los segundos son cortoplacistas, no por la naturaleza de la tarea sino por la mezquindad de los actores públicos, por ello, los planes de desarrollo económico no coinciden con los tiempos de los planes de ordenamiento, pero que en principio no tiene por qué ser un problema, pues justamente este ajuste temporal es la tarea que debe desarrollar el ordenamiento y la proyectación de los territorios. Pero sin duda se necesita una

modificación de la practica actual de cómo se produce los espacios urbanos (planeamiento, licenciamiento, interventorías, etc.), y como se construye las ciudades (diseño, construcción, gestión, evaluación, etc.), aun también de cómo se transforman los territorios. Tres temáticas diferentes que no son asumidas aún por los arquitectos y urbanistas y menos por los funcionarios públicos y comunidad en general. Sin embargo, la figura estratégica del proyecto urbano está pensado para dirigir y dirimir esta diferencia de procesos, por ello que es multidimensional: estructural, estratégico, arquitectónico y operativo. Es decir, la idea moderna de los proyectos arquitectónicos que se definen en su totalidad al inicio no son eficientes, si bien posee cuatro momentos potencialmente adecuados como el tiempo de la idea (momento de gestión público-privado no aprovechado adecuadamente), el anteproyecto, desarrollo del proyecto y gestión de la obra, estos están reducidos a la construcción de edificios y esta es su limitación más determinante, la construcción de la ciudad exige otros momentos adicionales y modificación de cada una de los antes mencionados, por ejemplo: la construcción del idea de proyecto, exige una construcción de escenario de concertación de escala regional, urbana y tecnológica de la que muchos arquitectos y profesionales no tienen idea.

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asumir un nuevo reto: ajustar los procesos hacía unos indicadores de calidad humana que se construyen socialmente. Es decir, el control total deja de ser la obsesión, para pasar a la función de liderar, promover, animar nuevos procesos urbanos, es también, el paso de los mapas descriptivos del urbanismo a las cartografías complejas (históricas+digitales+sociales) que son incorporadas al quehacer arquitectónico del diseño de la ciudad y los territorios. Esta nueva tarea de director de orquesta que deja la de comandante de policía no es solo el paso de la actitud militarizante a la de artista, sino la de planear en el tiempo antes que en el espacio. Esto trae por consiguiente una pregunta: ¿qué impacto tiene esta nueva actitud en el proyecto arquitectónico?

En general, se hace necesario que la proyectación arquitectónica asuma el rol de transformar 31


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con calidad los territorios tanto regionales como edilicios, y la instauración de la figura del projet urbain (construida en el academia francesa en la década de los años 80) es el más integral que hasta el momento se ha formulado (Patrizia Ingallina); esta figura exige una proyectación flexible, con la incorporación de la multiplicidad de actores y prácticas, donde el ensamblaje de tiempos diversos y diferentes escalas estén formando unidades de proyecto interdependientes con logros muy claros. Es decir: operaciones urbanas que lleven la condición actual a la condición esperada a lo largo de procesos complejos y transdisciplinares, sin duda una nueva forma de pensar el proyecto arquitectónico y que exige, igualmente, una normativa diferente en los planes de ordenamiento.

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Los instrumentos que los planes de ordenamiento, en Colombia, poseen para la transformación de los territorios son insuficientes aunque con altas posibilidades: los planes parciales de renovación y expansión son la única opción que tiene la ciudad para pensarse y construirse en unidades más complejas que los predios (costumbre de siglos), junto con los planes de implantación y de mejoramiento para equipamientos de alto impacto, sin embargo, la ley de reforma urbana del 97, creó otros instrumento de diseño que los planes de ordenamiento no supo incorporar: los megaproyectos, las unidades urbanísticas y los proyectos urbanos.

Otro tema que no se incorporó adecuadamente en los planes de ordenamiento son la diferencia entre norma general y norma específica que la ley 388-97 plantea. La generalidad de las normas implica pensamiento estructural y de orden territorial, por lo menos, como la dimensión regional, intermunicipal y de sostenibilidad de la propia ciudad o municipio, y la especificidad de la norma debería estar pensada para la figura de operaciones urbanas y proyectos pertinentes, pero la practica indicativa del siglo XX mantuvo la inercia y llevó a que la norma general sea una camisa de fuerza para el desarrollo barrial y local como proceso de auto-gestión y apropiación ciudadana, pues esta define desde lo general los usos del suelo, los tratamientos, los índices de construcción, aspectos que no son posible de prever desde la generalidad (sin embargo lo hace). La incorporación de planeamiento flexible exige que se incorporen en este la visión proyectual operacional y este tiene por lo menos cuatro dimensiones: 1. Dimensión estructural, la que se consolida tanto en el descubrimiento de una estructura permanente potencial y presente donde la memoria y las practicas sociales estén claramente identificadas, para poder evidenciar los límites de las acciones del proyecto, y a su vez la formulación de las estructuras posibles que se construye en el marco de una metodología prospectiva,


sociales e identidad local o institucional, en general, es la base de la visualización de los procesos de concertación de intereses y el afianzamiento de los valores sociales y ambientales de la propiedad.

2. Dimensión estratégica del proyecto urbano, que se consolida a través de operaciones urbanas con retos y logros bien definidos y pertinentes, en el marco de la definición del área problema, cuya tarea es reducir la distancia entre lo posible y lo potencial, por lo que estas son diversas y múltiples, cuyos principios básicos son la sincronía y la isomorfía.

4. Dimensión operativa y de manejo del proyecto. Se consolida a través de un modelo de gestión coherente y pertinente, que coloca a la operación en el centro de la proyectación atrayendo hacia si las voluntades de particulares y los valores comunitarios, como también acerca y pone a la voluntad política y la normativa específica en línea, con la dimensión estructural. Es por esto que los proyectos poseen la capacidad de asignar usos de suelo y tratamientos, así como los índices de construcción y ocupación en función de una escala mayor como es la de la operación estratégica y la estructura territorial ante todo.

3. Dimensión arquitectónica del proyecto urbano, se consolida a través de la incorporación de valores espaciales necesarios para la cualificación de los territorios, estos son por lo general del corpus disciplinar de la arquitectura como los aspectos tecnológicos, de representación, de flujos vitales, componentes morfológicos como la porosidad, la transparencia, los intervalos, la intimidad, la volumetría virtual, etc., esta dimensión generalmente ha sido desatendida por la planeación tradicional y funcionalista dejando a la construcción predio-a-predio esta tarea, pero ante la incertidumbre de los procesos y la necesaria acción estratégica de las operaciones hace de esta dimensión la base para los procesos de legibilidad, participación, afirmación de imaginarios

Por lo tanto, el proyecto urbano posee diversos momentos interconectados entre sí: el descubrimiento de una estructura permanente que permita formular una estructura prospectiva posible y a partir de esta contrastación emerge las operaciones urbanas de orden estratégico, para que sean afinadas y desarrolladas en el marco del projet urbain como proceso y sin pretensiones del control total, sino como motivador de nuevas prácticas y condensador de deseos y nuevas formas de habitar y de convivir en medio de una eco-región vulnerable

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esta será ante todo un futuro posible o un campo de posibles que jalona las acciones, es decir, se proyecta del futuro hacia el presente, y no como en la planeación indicativa del presente al futuro.

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(la mayor de las veces) creando escenarios de auto-gestión y auto-evaluación comunitaria, hasta la definición de una arquitectura urbana o territorial de escalas diversas con morfologías flexible, progresivas y transformables (una arquitectura permeable por lo menos) donde los métodos de gestión sean para ajustar, promover, insinuar, antes que discriminar segregar o controlar.

PROYECTANDO UNA ECO-CIUDAD

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Eco-crítica y ecología profunda La aproximación eco-critica se realiza desde los textos y los discursos, antes que desde los hechos y los procesos, por lo que una adecuada organización de estos discursos como los de Luque Valdivia (2004) y Giselle Heffs6 (2013) son imprescindibles, en el primer caso se consolida los textos que tratan de poner en claro el corpus discursivo de la arquitectura de la ciudad, y en el segundo caso, el discurso ecológico; este último es relevante porque enfatiza la posible definición de una tradición crítica regional (del entorno latinoamericano ante todo) diferente a

Constructores de la ciudad contemporánea (2004) y el de Gisela Heffes: UTOPIAS URBANAS, geopolíticas del deseo en América Latina, nexos y diferencias

6  El texto de Luque Valdivia:

(2013), desarrollan este tema con amplitud.

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otras, como el ambientalismo anglosajón o el fundamentalismo ecológico, donde lo natural es considerado como una variable más de lo urbano, y por lo tanto ajustada a las reglas y valores del progreso, o, como una variable extrema intocable y por tanto impensable, respectivamente. Una actitud crítica de la relación progresismo y ambientalismo emerge desde los inicios del siglo XX , en la que los discursos del progreso industrial y científico, la resistencia culturalista defendiendo los valores artesanales y, en forma muy incipiente, un ambientalismo como reacción al efecto desastroso de la industria sobre la calidad de vida de la grandes ciudades, entraron en escena; sin embargo, a lo largo del siglo la tensión se concentró en la lucha entre el progresismo vs el culturalismo (Gonzalez, 2000), por cuanto que lo natural participó como valor asociado antes que como estructura. Diremos entonces, que esta visión de lo natural de los inicios del siglo XXI es inédita y está aún en gestación, siendo el escenario conjunto del eco-urbanismo y la eco-critica donde se realiza tal labor. Las tres sendas más importantes son: 1. Aquella que reduce lo natural a un valor secundario de lo urbano, que se expresa en la ciudad bosque (Le Notre), la ciudad jardín (Howard) y la city beatiful y ciudad verde


2. La senda que considera a lo natural como un escenario equiparable a lo urbano, es decir, dos estructuras iguales con los mismos derechos, son como dos mundos diferentes con procesos independientes, cuya interrelación inclusive es la raíz del desajuste, pero que solo la interacción entre los dos puede corregir los defectos de la relación, es decir, se asume que el pensamiento científico es capaz de comprender lo natural y ajustarlo a un escenario de convivencia con lo urbano. 3. Aquella que se basa en la ecología profunda, donde se considera que el pensamiento científico es incapaz de comprender lo natural, y que solo somos capaces de tocar una dimensión de las múltiples que posee la Tierra, una dimensión que es la que entra en contacto con lo urbano. Este estudio, está más cerca de la tercera senda, en la que lo natural es adaptada a una estructura capaz de ser transformada, por la arquitectura, en la tarea de construir un micro-clima o un hábitat humano, además de ser consciente de que, lo urbano no podrá destruir la Tierra, sino al contrario la Tierra será quien disuelva a lo urbano, si continúa con la tendencia progresista y

capitalista actual. En este sentido, lo urbano se mantiene en una coordenada, donde la tensión inicial progresismo-culturalismo es irrelevante, ambas son imprescindibles, en la línea que planteó Jean-Luc Nancy donde el tema central es un campo de fuerzas entre la cohesión de la Ciudad y la expansión de lo urbano, y construyen en esta interdependencia, un Umbral, un área pasiva y hambrienta que solo puede ser para incorporar en ella, la fuerza de lo natural que deviene de afuera, una fuerza que solo es una porción ajustable al proceso de transformación de la tremenda Holo-esfera que es la PACHA ; es diametralmente diferente al dominio de la naturaleza (pensamiento occidental) y al divorcio irreconciliable entre urbano y natural. Lo urbano como una estructura que posee un umbral donde se establece interdependencia con la estructura ecológica, que solo es una porción de la Tierra, y es posible gracias a que ésta posee, igualmente, un nicho donde permite que lo humano se desarrolle, se ajusta más al pensamiento primordial Inca y China antiguo, donde los discursos se basan en la armonía y la euritmia. Antes que las propuestas de dominio, ideales y utópicas de la civilización occidental. Las raíces de este enfoque están en la incorporación de la eco-región como plataforma de partida en los proyectos arquitectónicos, como los ejemplos paradigmáticos del valle del Cuzco, y singularidades magistrales como Pisac y Ollantaytambo, entre otros.

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(embellecimiento o maquillaje de la ciudad), en la que lo natural posee derechos a la medida de lo urbano.

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Habitabilidad, hábitat, habitar

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La aproximación desde la habitabilidad, implica un actitud donde la estructura territorial sea la línea base de los proyectos y eso modifica la forma de enfrentar cualquier tarea de construir una espacialidad pues necesita poner en juego por lo menos dos procesos creativos; en el origen de la Idea, por un lado, el salto que va del hábito al hábitat, en este caso, se parte del habitar pues el hábito en profundo es memoria, y esta no se sostiene sin rito y sin háptica, para devenir en un nuevo hábitat, pasando sin duda por la constitución de la Idea; por otro lado, el salto que va del plano de organización material al plano de composición, en este caso, la base es geográfica e implica descubrir una estructura potencial para poder poner en valor la fuerza oculta de la Tierra, o al menos la dimensión transformable que es posible de aprehender con la arquitectura, esta puesta en valor implica incorporar un habitar para ser elevada a un plano de coherencia estética, a una armónica, al plano de la Idea por excelencia, que es la condición primera para darle al proceso creativo una transhistoricidad y una permanencia que la constituye en Arte. Los saltos que se enuncian no son lineales, pueden coexistir o tener diferentes inicios, son saltos interdependientes que conforman un complejo creativo eminentemente arquitectónico, una kinesis, una transformación cualitativa que va de lo potencial a lo actual, de la Idea a

la acción, en este caso, la fuente de conceptos y perceptos de naturaleza diagramática se hace esquema para poder construir un proyecto, esta mutación es por definición una tensión entre una prospectiva y una estrategia, un campo vectorial que gestiona y ordena el hábitat para consolidar procesos, flujos de vida y ante todo ergos. Entre el hábitat y el habitar se constituye un axón de tal importancia que sostiene el corpus disciplinar de la arquitectura, cualquier esfuerzo por desligarlos cae en una trampa semiológica o fenomenológica estéril, es un axón entre lo geográfico y lo vital, que además está hoy en el centro de la agenda mundial: el cambio climático y lo biocibernético. En arquitectura conforman dos polos interdependientes que sostienen la proyectación espacial, el tecknos y el teckné. El primero es la estructura tectónica del espacio, entendiéndola como dinámica de la tierra o como telúrica pues su mathema es esencialmente físico-ambiental, es el campo que sostiene lo epicortical y el estar en el mundo. El segundo es la estructura vital del espacio, un campo de acciones y relaciones esencialmente colectivas, que conforman una gestión, es ante todo el gobierno de sí para el gobierno de la ciudad, en otro sentido es el conócete a ti mismo de Sócrates y la virtud de Confucio, aun, es el utilitas romano; pero ante todo, son los procesos comunitarios que definen una ciudadanía.


Dicho de otro modo: el arte como duración, solo al término de un proceso original que impide confundir la duración con una propiedad espiritual de la conciencia humana, sino, la duración, resulta de una arquitecturización (agenciamiento territorial) de la cultura, que asegura a la expresividad de lo vital, una duración equivalente a la consistencia de su hábitat (material) y a la existencia de nuevos procesos y proyectos (agenciamientos) que reactivan sus capacidades expresivas: su habitabilidad.

Las redes colectivas La estructura de poder vigente a lo largo del siglo XX y aún en el siglo XXI mantiene la producción del espacio urbano por partes y la expansión de la urbanización en desmedro de lo natural. Solo en propuestas donde se adopta una actitud de resistencia puede emerger una posición donde el objeto, los límites, los dispositivos y el control social invisible, puedan ser superados, aunque quedan atrapados por las limitaciones que da la actitud de resistir, pues dependerán siempre, de la relación dominio-resistencia, por tanto, no poseen total libertad; pero, pueden aportar a inclinar la balanza hacia una práctica arquitectónica más comprometida y con más sentido académico. En esta línea está la reflexión de Andrea Branzi, como también en la propuesta de las derivas de Guy Devors. “La Internacional Situacionista hay que entenderla en su conjunto de producción artística, fílmica, teórica y política. De hecho estas actividades no se pueden separar claramente ya que, por ejemplo, el libro “La sociedad del espectáculo” tenía como objetivo ofrecer una suerte de manifiesto al movimiento. Por otro lado no existe propiamente una pintura o un cine situacionista, sino un uso situacionista de estos medios. La Internacional Situacionista fue un grupo artístico de vanguardia y por tanto actuaba desde el trabajo cultural. Las estrategias

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Sin embargo, aún falta un componente de la ecuación es la condición de su permanencia, de su duré. Esta capacidad de la arquitectura de hacer pasar de un plano de organización material a un plano de composición espiritual es gracias a la madurez del proyecto, gracias a la IDEA arquitectónica, donde su mathema es esencialmente espiritual, la transhistoricidad se alcanza cuando se adopta una escala cultural más allá del gusto o disgusto individual y el autor se disuelve, pues la permanencia no está en el ser humano sino en la construcción espacial, es en principio, una habitabilidad permanente, una sensibilidad que dura: “El arte animal, ¿se conserva? Esto es muy dudoso, ese arte actúa. Lo que se conserva es el percepto. Así pues, solo en el interior de una cultura, (…) adquiere el arte territorial una consistencia extrínseca, exterior.” (Sauvagnargues, 2006, 154)

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culturales estaban pensadas como instrumentos de transformación radical. O en palabras de Walter Benjamin, como contribuciones a la revolución desde la práctica cultural. La cultura, por tanto, no será sólo un mero reflejo de lo existente sino crítica y prefiguración de formas organizativas nuevas. Básicamente, las estrategias culturales situacionistas se pueden dividir en dos: la deriva y el détournement (desvío).

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“Se trata del proyecto de una ciudad utópica, plasmada en maquetas y planos, que permitiera el nomadismo y el juego masivo. Sobre los planos de ciudades europeas existentes, Constant dibuja grandes megaestructuras tecnológicas que podían ser modificadas a voluntad por los residentes” (Ontañon, 2012)

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Las redes colectivas en la estructura urbana se basa en los encuentros reales e interpersonales que se pueden desarrollar en el espacio abierto de la ciudad; es decir, las plazas, parques, calles y alamedas, son el escenario de los encuentros y de la formación de una sociedad urbana moderna, por ello las características esenciales son: el espacio urbano es esencialmente colectivo (Cerassi, 1990), es el campo de fuerzas que mantiene la memoria colectiva activa (Rossi, 1966) y es la base de la centralidad de lo urbano (Lefebvre, 1972). En ese sentido, la relación entre las emergencias singulares dentro de un tejido continuo, define la estructura de lo urbano, sin embargo, mantiene una relación simbiótica con

la actividad campesina, aunque el comercio se concentra en las áreas construidas este solo es vigente desde los procesos de producción rural, comercialización y gestión del territorio amplio. En la ciudad industrial las relaciones del espacio abierto cambian radicalmente, pues se profundiza la separación entre lo rural y lo urbano, pues los procesos de extracción y transformación son cada vez son más rurales y los procesos de intercambio, gestión y comunicación son cada vez más urbanos, por lo menos concentrados en las ciudades; por ello, la ciudad adopta un rol de gestión del capital industrial (Piccinato) y no más la cohesión social. La escisión urbano y rural es también la escisión de lo público y lo privado, pues lo público se fusiona con el Estado y por ello se concentra al tema de gestión capitalista del territorio, y lo privado se reduce al espacio interior en los predios represivos del tejido urbano que ahora ya no es continuo sino fragmentario (Amendola); las relaciones socio-espaciales ahora son eficientes y altamente controlados, es la base teórica de la planificación urbana y el urbanismo, separando a la arquitectura a la construcción de los predios. Por ello los objetos arquitectónicos solo son expresión del poder vigente, son dispositivos de control y regulación del ciudadano mientras la ciudad se disuelve y se fragmenta, en lo visual pero no en lo virtual, pues mantiene una férrea y especulativa red de control y aprovechamiento económico del suelo. En la consolidación de la estructura urbana


La ciudad-maquina, es la culminación de un proceso que inicia en los dispositivos, ciertamente, pero de las redes espaciales de control a las redes telemáticas hay un cambio de naturaleza: partiendo de las redes invisibles y las emergencias como signos visibles de poder (ciudad industrial de Fourier y modelo Rokefeller-Ford), se llega al poder maligno del modelo bancario de inversionista privado atrapando al Estado (modelo J.P. Morgan), se gesta las base de una entropía financiera cada vez más invisible y cada vez más voraz, con extremos de manipular la intimidad de cada sujeto, que las tecnologías informáticas ligadas al internet, lo permiten. Es, por tanto, la des-territorialización total, donde, gracias a esta condición de poder oculto, la formación de la ciudadanía al necesitar una imagen visible, esta recurre al espectáculo virtual y la imagen mediática, es el simulacro y la máscara, los temas más destacables para poder manipular al nuevo ciudadano. Benjamin ya lo anunciaba cuando enfatizó un nuevo poblador que emerge entre las redes del control, es por definición el verdadero ciudadano de la época de las maquinas: el flaneur, pues este, no estuvo planeado, surge por derecho y

es más auténtico que las imágenes fabricadas de usuarios metropolitanos pegados a celulares y al homo-cibernético. La ciudad-máquina lleva al extremo la virtualidad, y ese es su error, solo por defensa propia los sujetos resisten y conforman fuerzas de choque, son el reflejo actual de las relaciones informales, diagonales (De Soto) y el habitar la calle, nómadas metropolitanos fuera del sistema de control, aunque lo sufren, pero definen los límites del mismo. Un tejido marginal, intersticial e inestable, el poblador urbano por excelencia. Es fruto extremo de una sociedad en crisis de identidad, una sociedad de la decepción (Lipovestky, 2008) y es la base de una nueva estructura urbana que inicia rompiendo la tendencia a la entropía telemática e inclina la balanza hacia la dimensión telúrica y háptica del habitar contemporáneo. Esta mutación es anunciada por Francois Choay (2009) en la muerte de la Ciudad y la llegada de lo urbano, acompañado en esto por Henri Lefebvre con su tendencia a la sociedad urbana como prospectiva; pero, otra forma de verlo es desligando la Ciudad y la ciudadanía, del hecho histórico y la situación local y colocarlo en el plano del Saber (Cacciari y Jean-Luc Nancy), para poder calificar al proceso que va de la ciudadanía a lo urbano, como un proceso de transformación de la ciudad, en otras palabras un proceso de territorialización de la centralidad: el paso de la ciudad-monumento (Hénaff, 2014) a la ciudad-máquina está dentro del

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contemporánea, el proceso que va del dispositivo a la máquina, pareciera ser uno solo, sin embargo, se ha producido una transformación, ¿dónde radica este salto?, en el paso del control sobre los cuerpos y las mentes al control sobre el consumo virtual de la intimidad a escala global.

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macro proceso de la sociedad moderna, aquella que se sustenta en el poder de control capitalista, de factura entrópica, desterritorializante y centrifuga (disolución de la centralidad), enfrentado a un proceso de resistencia que insiste en las fuerzas de cohesión comunitaria, que poseen una doble tensión: hacia lo Local gracias a su geografía (antes que cultural) y hacia lo Global gracias a su proyecto (Jean Luc Nancy). Esta fuerza de resistencia no es la dicotomía local-global, pues posee ambas tendencias en el acto de construcción de una alternativa a la entropía capitalista, y solo puede ser entendido a cabalidad en la adecuada comprensión de una nueva ciudadanía (Arendt) y una nueva estructura territorial (Talavera y Jaramillo).

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Es decir, más que una diferencia entre la ciudad y lo urbano, lo que ocurre es un nivel mayor de complejidad, donde co-existen las fuerzas de entropía desterritorializante (capitalismo telemático) y las fuerzas de cohesión territorial (crítica y creatividad). Eso implica salir de la trampa de el pueblo marxista, y del usuario capitalista, para ingresar al complejo multiplicidad. “¿Cuándo se pasó de la concepción de la multitud en términos de masa que es un término de la física como en Marx, a la concepción de una pluralidad de singularidades? (…) El pueblo y los diferentes regímenes de lo político en Platón o en Aristóteles, el entre que hace inevitable la lucha de todos contra todos en Thomas Hobbes (Leviatan),

la necesidad del contrato en Jean-Jaques Rousseau, quien supone la inexorable existencia de un estar juntos a priori para que los hombres puedan celebrar contrato y entonces la necesidad del lenguaje (el control

social, la masa proletaria y sus relaciones con la conciencia de clase de Marx (…) pero en unos y otros, la consideración de la esencia del hombre siempre precedió la que se refiere al hecho de que una pluralidad es una pluralidad.” (Deotte, 2013, 185) En este caso, cuando se verifica las diferentes concepciones de la pluralidad, desde la polis griega (tejido masculino ante todo con capacidad de gestionar asuntos de los hombres como de los dioses), hasta la civitas romana donde la pluralidad está ligada a la definición de una ciudadanía nueva, el sujeto está por hacerse; sin embargo, desde el renacimiento, donde los encuentros de la diferencia son asunto de jerarquía: el alma sobre el cuerpo (y el alma como europeo, católico y racional), hasta el contrato ilustrado francés (donde lo masculino gestiona el control de los sujetos para evitar la lucha entre todos), la pluralidad se controla se constriñe y está vista como secundaria, es decir, primero los sujetos (terminados) y luego las relaciones ente ellos, para no pelearse (el contrato social) y para no relajarse (contrato laboral); actualmente estamos en las redes sociales donde los sujetos se forman por una voluntad externa, a través del aceptar compartir sus datos íntimos.


“El punto de partida de Arendt no es la subjetividad enfrentada al prójimo (como en Hegel la lucha por el reconocimiento recíproco de las libertades, o en Heidegger la cuestión de la comunidad autentica opuesta al Ser en Ser y tiempo; o en Sartre la cuestión de la mirada objetivadora), sino el “entre”. En entre cada uno. Arendt entonces va a poner el acento en la separación que une.” (Deotte, 213, 186) “Que es un espacio político? Es un espacio donde, dirigiéndose a sus partes, la singularidad no está en una relación de dominio con cualquiera, como en la esclavitud, y en el cuadro de la familia pater familias no sometido a cualquiera. En esta horizontalidad absoluta, originaria, el que actúa toma la palabra. Esta palabra es una acción. Palabra performativa. Esa palabra acción abre cada vez un mundo nuevo.” (Deotte, 213, 191) “Se quiere mostrar de este modo que, si la política es “exterior al hombre”, si “ella nace en el espacio que hay entre los hombres”, entonces este espacio no es cualquiera, pero cada vez debe ser especificado para distinguir épocas de la política que supusieron épocas del espaciamiento.” (,..) El

entre el mit de Mitsein, lo que divide todo ligándolo, no es el “espacio” en general, sino como mínimo un cierto espacio aparatizado: el circulo de los guerreros aristocráticos griegos, el espacio de representación de las ciudades italianas que reinventaron la política, el de las convenciones y plazas revolucionarias francesas, etc. habrá tantos espacios políticos, figuras del “nosotros” como espacios de exposición de singularidades unas en relación a las otras”. (Deotte, 213, 195) “Sin embargo, la idea esencial es la siguiente: no hay sociedad sin espectáculo. (..) Ya no existe la pluralidad de las singularidades y el espacio que las sostendría; es el espaciamiento entre singularidades lo que va a determinar lo que ellas serán, época tras época.” (Deotte, 213, 199) No hay por tanto comunidad sin política -no tiene que ver con la polis griega, es la base del tejido comunitario que inició con el homo-habilis y se ha transformado a través de los tiempos hasta el hoy- como no hay espacio político sin espacio de exposición de la singularidades. El espacio no es un soporte externo a la exposición de las diferencias, al contario las diferencias se consolidan en la medida que interactúan, son todos ambiguos hasta que logran un tejido que las hace hacer época y en esta tarea el espacio no es escenario sino actor. Por ello, las comunidades pueden ser expuestas a través de sus aparatos políticos o de su arquitectura:

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Sin embargo, la pluralidad sigue siendo una cuestión política y esta será siempre un campo de fuerzas que moldea a los sujetos, pues lo colectivo pre-existe a lo individual, desde el homo-sapiens hasta nuestros días.

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los centros ceremoniales de las comunidades mágicas, los yachay-huasi, los tampus, las canchas, etc. en las ciudades andinas; las ágoras, los Foros, las columnatas, en la roma antigua, las plazas, escalinatas, atrios, pliegues, etc. en la ciudad barroca, son diferentes formas de expresar su singularidad horizontal sin dominio solo encuentro entre diferentes. Las primeras son propias de una arquitectura territorial, las segundas de una arquitectura-cosmos, mientras que la ciudad barroca es propia de una arquitectura-sistema, aquella que busca el infinito (marcado una clara diferencia con la arquitectura de la ciudad-disciplinaria del siglo XIX , que constriñe, delimita segrega, en general enfatiza un mundo finito).

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En este sentido el espacio político contemporáneo no está en la red de control invisible, ni en los edificios, sino en los intersticios y bordes marginales de la ciudad represiva, que daría lugar al ser metropolitano por excelencia: el flaneur, el vago, el nómada, el habitante de calle. Como se verá el término espacio político es usado aquí para definir los encuentros sin dominio preferencial, base de la libertad, y no, el uso popular actual que define el gobierno de los Estados. Igualmente usamos el término ciudadanía y lo público.

El espacio y las redes programáticas La condición metropolitana implica la disolución de las actividades colectivas por dispersión edilicia, segregación socio-espacial, debilidad del centro fundacional, etc.; que genera que las fuerzas asociativas pierdan vigencia, frente a criterios pragmáticos y económicos, como lo enfatiza Massimo Cacciari: “La metrópoli es la forma general que adopta el proceso de racionalización de las relaciones sociales. Es la fase, -que supera- el problema de la racionalización de las relaciones de producción. (…) espiritualización y mercantilización se funden en la actitud blasee, con ella la metrópoli crea finalmente su tipo. El dinero es quien ha encontrado aquí su más auténtico portador. (…) El tipo que más se extraña del fenómeno, el que menos dispuesto parece a cualquier experiencia comunicativa, representa del modo más completo la indiferencia del intelecto hacia la calidad de las cosas, hacia su valor de uso”. (Tafuri, Cacciari y Dal, 1972) Sin embargo, la evidencia (cada vez con más contundencia) de que la marginalidad, la dispersión y el deterioro de los centros fundacionales (entre otros) impactan negativamente sobre la competitividad de las ciudades: por la vía de la mala calidad de vida, inseguridad, disminución del turismo, mala calidad ambiental, etc., lleva a que los indicadores de gestión apunten en otra dirección, hacia la recuperación de los valores tradicionales de las ciudades junto con


- La centralidad múltiple de las relaciones socio-espaciales, especialmente considerando que la dispersión urbana trae consigo una tendencia a la descentralización, y la legibilidad espacial de este centramiento, especialmente por la diversidad de caracteres que poseen los centros. Lo que se sintetiza en nuevas centralidades de diferentes escalas. - La permanencia de la estructura territorial, y de allí su condición trans-histórica, particularmente cuando la pervivencia de las estructuras tradicionales no desaparece, sino se adaptan, incorporando en esta pervivencia a las estructuras naturales (especialmente el tejido hídrico) que está en la base de su viabilidad. Lo que se sintetiza en estructuras profundas en huellas que se hacen expresivas y que sostienen su prospectiva.

- La capacidad adaptativa de los espacios públicos, la cual se hace más evidente en procesos urbanos inestables y de alta complejidad. La intensificación de las relaciones colectivas, las diferentes formas de moverse en la ciudad y la euritmia natural-urbana son la nueva naturaleza de lo público. Lo que se sintetiza en nuevos flujos públicos capaces de sostener nuevos acontecimientos. Por ello, ante este juego de fuerzas, la arquitectura no puede darse el lujo de estar al margen, es imprescindible una actitud propositiva pertinente, y esta actitud exige por lo menos pensar como tejido abierto y con alta plasticidad, los enfoques sistémicos y estructuralistas duros no son suficientes, ambos poseen una dependencia conceptual a cerrarse para poder captar su totalidad y a colocar los elementos por sobre las relaciones; el enfoque de estructuras disipativas y de redes, sin embargo, implica que las partes no son determinantes, sino las relaciones inestables, vectores y tensores, cuya extensidad e intensidad son altamente mutables, y estas son abiertas, sin límites, sin escalas, sin piezas, sino justamente lo contrario, los límites dependen de su campo de fuerzas, las escalas se interpenetran y los elementos emergen de las relaciones, no la preexisten: son en esencia redes espaciales sinérgicas.

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estrategias sostenibles de movilidad y producción urbana; esta es, actualmente, la agenda de la mayoría de metrópolis que desean posesionarse como lugares de atracción económica y cultural; es decir, a la disolución de lo público, emerge una nueva agenda, la posibilidad de recuperar la cohesión de la ciudadanía junto a la eficiencia económica. Esta posibilidad es justamente la tarea del proyecto de ciudad, de la visión constructiva del futuro y de la responsabilidad de la arquitectura. Y, se formulan por lo menos en estas tres características:

Las redes espaciales se componen, por lo menos, de una integración territorial de la estructura ecológica (relaciones potenciales de tejidos y emergencias) + la estructura de 43


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centralidades (espacios públicos y ciudadanos) + estructura de conectividad (diversidad de flujos y acontecimientos): EE/EC/EF); es decir, esta imbricación estructural en el formato disipativo es más una Holo-estructura que la suma de ellas. Por ello, es un tejido público solidario y sostenible construida a partir de enlaces, relaciones múltiples, derivas, circuitos, flujos, etc., de diferente naturaleza: hídrico, vegetal, peatonal, movilidad, bienestar, educativo, recreativo, cuando menos.

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El enfoque de redes sinérgicas es, también, un instrumento de planeamiento, diseño y gestión que permite formular directrices y estrategias para la dirección de las operaciones urbanas y proyectos urbanísticos, pues al no ser estática debe ser actualizada para responder a las nuevas necesidades sociales y requerimientos urbanos. Es igualmente un nuevo teckne: articulación de acciones, de agentes públicos, privados y comunitarios porque es entendida como un proyecto de ciudad. La red sinérgica es entendida también como una estrategia para la consolidación del espacio colectivo de la ciudad y el logro del derecho a la ciudad, pues ésta es entendida como un espacio de todos y para todos, lo que lleva a enfatizar la condición de apropiación más que de propiedad; es más un asunto de valores sociales que de valor de cambio, y en ese sentido, es un patrimonio social que compromete a la sociedad urbana en su conjunto, esto implica regular la acción

privada y el interés en el marco de la acción pública7 y el interés colectivo. La propuesta de ARCHIZOOM es más radical y enfatiza las relaciones rurales ante todo, es decir, está enfatizando la estructura ecológica y la estructura de flujos sobre la de centralidades, sin embargo, atemperando la actitud reaccionaria se puede hacer emergen nuevas centralidades pertinentes a su propuesta: “La metrópoli deja de ser un ‘lugar’ para convertirse en una ‘condición’; es precisamente esta condición, de hecho, la que se hace circular de manera homogénea en el fenómeno social a través del Consumo. La dimensión futura de la Metrópoli coincide con la del propio Mercado. (…) “... por el contrario, me interesa introducir la variable del tiempo en la arquitectura y considerar lo efímero como un valor positivo. En Agronica la forma de la arquitectura es variable e indefinida, en el sentido de que es el producto de un sistema abierto que no describe un edificio sino un espacio relacional, circunstancial y mutable, integrado con otras lógicas, como las de la agricultura. “Sus propuestas urbanas pueden inter7  La acción pública no es solo la acción del gobierno de la

ciudad, es más que todo un asunto de gobernabilidad, es decir la concertación (y dirimir conflictos) del poder dominante, el poder de resistencia y el poder de sentido. Bourdieu, 1997


La propuesta de Branzi se ajusta a la evidencia de que los edificios ya no son la base de la construcción urbana, inclusive tampoco los barrios son las unidades de producción urbana capaz de responder a la problemática compleja del proceso de metropolización donde las regiones urbanas son el nuevo campo de referencia de las ciudades; al contrario esgrime su estrategia de redes móviles, programas flexibles, y de dispersión morfológica con fuerte contacto rural que califica como sin-arquitectura, sin embargo, en el marco de las redes sinérgicas,

esta estrategia es claramente arquitectónica. El cambio está justamente en la superación de la atadura de la arquitectura a las formas (edificaciones) compactas y reconocer que el Espacio es, ante todo, la matriz de la arquitectura, y este no tiene por qué ajustarse a las formas duras; por lo tanto, la superación de la dependencia de la Ciudad a la forma, y la atadura de la forma a la función, nos lleva a aceptar que la Ciudad, es más un campo de fuerzas donde las funciones y formas se ajustan al Espacio público; las funciones en el marco de redes trans-programáticas flexibles y las formas en el nuevo terreno de los tejidos y emergencias de naturaleza geográfica y geométrica. La espacialidad como matriz multidimensional de la reflexión arquitectónica, es una Idea en la cual la dimensión vital del espacio y la dimensión geográfica del espacio son imprescindibles y están fuertemente cruzadas. Por ello, la espacialidad adopta una nueva cara donde el programa es más un terreno trans-programático (Tschumi) e incierto, imposible de encasillar y delimitar, pues la aleatoriedad propia de una sociedad democrática y en estado-límite la hace esquiva; las formas no preexisten al espacio, aquellas se deben esencialmente a los acontecimientos y estos son, por definición, de naturaleza vital y espiritual están geo-referenciados ciertamente pero, ante todo, son espacios de intensidad cultural y humana. Inclusive la tecnología contemporánea

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pretarse, así, como versiones de un único metaproyecto, el de una “ciudad sin arquitectura”, que, una vez desencadenado, tiene algo de autónomo y se basa en el paulatino despliegue de unas lógicas ya presentes en la No-Stop City, en la progresiva radicalización de su potencial disolvente para la arquitectura y la ciudad. Del mismo modo que este proyecto llevaba a sus últimas y absurdas consecuencias muchos temas de la modernidad arquitectónica, empujándola a un “estado terminal”, los modelos de urbanización débil parecen hacer lo propio con la posmodernidad y la sociedad posfordista que se anunciaban ya en sus interiores. Mediante la exacerbación de la fragmentación, la heterogeneidad, la flexibilidad, lo evolutivo o lo difuso, Branzi ahonda en la crisis de la disciplina en lugar de mitigarla. (Martínez, 2014)

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modifica grandemente el proceso creativo de la espacialidad arquitectónica, pues antes que entrar al terreno de la ingeniería (estructural, sanitaria, geotécnica, ambiental, etc.) existe una reflexión tectónica desde la arquitectura, que no puede depender (como ya lo hemos afirmado) del edificio, sino, de su condición geográfica: es el tecknos, donde aspectos como telúrica (interdependencia del ambiente y los seres humanos) y tectónica (relativo a la dinámica de la tierra) son incorporados a la reflexión arquitectónica como redes tecnológicas que se imbrican en los proyectos para dotarlos de coherencia material. Los proyectos de Mendes dan Rocha y de Rem Koolhaas son especialmente expresivos en este punto.

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El tecknos presente en el proyecto de la sede social del club de hockey en Goiás-Brasil (1963) anuncia una espacialidad en tensión entre la geografía la construcción y la Idea, que define un umbral entre el suelo y la cubierta de una fuerza magistral, propia de una geo-arquitectura, luego continuaría con esta Idea en el pabellón de Brasil para la Expo´70 en Japón (1969) donde la tensión cielo-suelo es la construcción de un paradigma que inicio en Le Corbusier, pero que el Medes da Rocha se hace cósmico, la ondulación del suelo es una topología que a la vez es heterotrópica pues diluye los recorridos en un campo de opciones públicas impresionante. La escuela infantil en sao Bernardo do Campo (Brasil 1972) y el museo de

esculturas en Sao Paulo (1995) desarrollan esta tensión cielo-suelo otorgándoles una horizontalidad que fuga hacia la naturaleza inventando un acontecimiento publico propio de un plagado del infinito de las culturas indígenas, es simplemente una obra de arte contemporáneo irrepetible, la sección del proyecto muestra una topología boscosa que deviene tensión suelo-cubierta, vuelve a ser naturaleza y se abre al cielo otra vez, un representación entre diagramática y cartográfica que es una constante en su proceso y explica por ejemplo la fuerza implícita del espacio público en el muelle de las artes en Vitória (Brasil 2007) y recuerda el proyecto sobre la bahía de Montevideo de (1998) y hace comprender la espacialidad transparente, abstracta y material del campus de la universidad de Vigo y la propuesta para el concurso de la biblioteca de Alejandría (1988). Proyectos propios de una geo-arquitectura contemporánea excepcional. En síntesis, las redes sinérgicas trascienden las clasificaciones para enfatizar la intensidad (flujos y acontecimientos) y la extensidad (tejidos y emergencias) -el primero en el entorno de la vida y el segundo en el entorno de la Tierra- en la cual pueda descubrirse un campo de fuerzas capaz de dar cuenta de la sociedad en crisis actual. Un campo de fuerzas que, para la arquitectura, es la constitución y descubrimiento de la Holo-estructura profunda que soporta toda una época, más en el sentido de un atractor


Lo anterior implica distinguir dos conceptos que pueden ser contradictorios en el fondo. Por un lado, el desarrollo sostenible definido como el que conduce el crecimiento económico, a la elevación de la calidad de la vida y al bienestar social, sin agotar la base de recursos naturales renovables en que se sustenta, ni deteriorar el medio ambiente o el derecho de las generaciones futuras a utilizarlo para la satisfacción de sus propias necesidades (Ley 99 de 1993, sistema nacional ambiental en Colombia). Y, el de territorio sustentable en el que los derechos a la construcción digna y a la calidad de vida, solo pueden desenvolverse en el marco de la sostenibilidad de su hábitat y este pasa por el reconocimiento del territorio como derecho fundamental, sobre el desarrollo económico inclusive. El territorio como derecho fundamental se basa en el reconocimiento del papel del territorio en la viabilidad de las ciudades y esto pasa por la puesta en valor de la estructura ecológica que además convoca tres variables de alto impacto: 1) la matriz ambiental que caracteriza una eco-región, 2) los diferentes corredores biológicos que aseguran los procesos vitales de la región natural, y 3) el tejido hídrico y su necesario cumplimiento del ciclo de agua. Este

último tema es la base del presente proyecto de investigación, pues recoge cuatro ideas fuerza construidas en los últimos años en el marco de los seminarios internacionales Agua + Ciudad y el Semillero de Agua y Ciudad, fase 1: 1. El agua como ciclo continuo de orden territorial que define en gran medida una eco-región. 2. El agua como patrimonio de interés colectivo y como espacio Público de alto impacto. 3. El agua como estructura ecológica y de allí su potencial de ordenamiento y diseño de la ciudad de Bogotá. 4. El agua como centralidad, como factor de cohesión y espacio colectivo.

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extraño, cuya tarea de la buena arquitectura es trascender la época, gracias a la calidad del espacio proyectado que pueda permanecer.

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REFERENCIAS

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Figura 3. Río Cheonggyecheon

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PROYECTO FUCHA Henry Valdemar Talavera Dávila Equipo proyecto: Sheril Salazar & Camila Gracia

PROCESO Y DISEÑO DEL SISTEMA URBANO El reto El proceso de metropolización de la Sabana de Bogotá implico la desaparición del tejido hídrico y su continuidad, esta desaparición se evidencia en la transformación de la condición de río a la de canal y en algunos tramos del recorrido, su soterramiento, es decir, la física desaparición del cauce.

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Esto tiene un efecto a largo plazo que es irreversible y es la ruptura del ciclo del agua que mantiene el ecosistema natural de la Sabana. Por lo tanto, uno de los repos más significativos es la reconstrucción del espacio hídrico en forma continua y con condiciones más acordes a su rol ambiental. Igualmente, esta reconstrucción del cauce natural solo puede estar enmarcado en una nueva actitud con la región ecológica, es decir, una reconciliación con la tierra y la conformación de sistema sostenible antes que metropolitanos. 50


PROYECTO FUCHA

Figura 1. El reto. Elaboración: Manuel bulla (grupo de investigación en Arquitectura Del Territorio)

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Figura 2. Región ecológica. Elaboración: Manuel bulla (grupo de investigación en Arquitectura Del Territorio).

Figura 3. (Siguiente página.

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Superior) Vulnerabilidad de la estructura orográfica. Elaboración: Manuel bulla (grupo de investigación en Arquitectura Del Territorio).

Figura 4. (Siguiente página. Inferior) Ejemplos vulnerabilidad de la estructura orográfica. Tomado de: Google (2016).

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Vulnerabilidad de la estructura orografica El impacto que tiene el proceso de urbanización en los cerros de la Sabana de Bogotá, es irreversible, no solo se traduce en la perdida de la diversidad natural propia de los bosques naturales, sino, esencialmente incide en el cambio del clima de la región y una presión antrópica sin estructura racional sobre las estructuras orográficas. Por lo tanto, los cerros están en franco proceso de explotación y de urbanización irracional que cambia radicalmente su condición de territorio de interés colectivo para pasar a ser un espacio privado de especulación y aprovechamiento insostenible.

El territorio hídrico está conformado por la cuenca del rio Bogotá y sus condiciones naturales que lo soportan, tanto en el subsuelo como en el clima, y esta condición se ve afectada

PROYECTO FUCHA

Vulnerabilidad de la estructura hidrográfica

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fuertemente por la reducción de los cauces, de las rondas hídricas, cambio del clima de sabana tropical, y por la sustracción de agua de suelo por uso rural e industrial, esencialmente, todo ello incide en la pérdida de la vocación estructural del río Bogotá, donde la contaminación, producto de la urbanización y la industrialización hacen de esta columna estratégica un tema de orden prioritario; sin embargo, las acciones reparadoras sobre esta condición, no logran afectar y regular su deterioro, por lo tanto, cualquier intervención sobre la cuenca del rio Bogotá deberá tener por lo menos tres aproximaciones:

AGUA + CIUDAD II

De orden regional, donde la CAR es el doliente más importante. De orden urbana, donde los planes de ordenamiento de cada municipio son determinantes. De orden local, donde la incidencia de las practicas sobre los tramos del rio y sus canales, es decir, la acción de las comunidades, de la construcción inmobiliaria, la industrial, etc., son estratégicas.

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En este sentido, la intervención en el canal del rio FUCHA es parte de la reflexión estructural de la cuenca del rio Bogotá.


Figura 5. (Anterior página. Superior) Vulnerabilidad de la estructura hidrográfica. Elaboración: Manuel bulla (grupo de investigación en

Figura 6. (Anterior página. Inferior) Ejemplos vulnerabilidad de la estructura hidrográfica. Tomado de:

PROYECTO FUCHA

Arquitectura Del Territorio).

Google (2016).

Figura 7. Proyecto escala Sabana. Elaboración: Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

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Proyecto Sabana. Recuperación del territorio hídrico La alternativa Figura 8. Ecosistemas de la Sabana de Bogotá. Elaboración: Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

Figura 9. Parques regionales y reservas hídricas de la Sabana de Bogotá.

La propuesta que soporta la intervención sobre el rio FUCHA implica la recuperación de la vocación estructural del rio Bogotá, y se afirma en la hipótesis de la condición natural de vocación colectiva de las tres grandes conurbaciones hídricas, aquellas que, además, son de un orden territorial de alto impacto sobre la lógica de la urbanización y los asentamientos tradicionales.

Elaboración: Henry Talavera Dávila.

Figura 10. (Siguiente página. Izquierda) Esquema enfoque

1. La conurbación hídrica del rio Teusaca, el rio Bogotá y el rio que llega desde la laguna de Suesca, espacio entre los municipios de Zipaquirá Y Sopo

de hipótesis, Le Corbusier. Elaboración: Henry Talavera Dávila.

Figura 11. (Siguiente página.

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Der. Superior) Enfoque de hipótesis, Le Corbusier.

2. La conurbación hídrica del rio Bogotá, el rio Frio, que deviene desde el valle de Tabio y pasa por Cajicá, y todo el sistema de humedales y pantanos que se encuentra en esta garganta orográfica de los municipios de Cota, Chía y la localidad de Usaquén

Tomado de: Atlas histórico de Bogotá. Cartografía. 17912007 (2007).

Figura 12. (Siguiente página.

3. La conurbación hídrica del rio Fucha, Tunjuelo y el rio Bojacá, con todo el sistema de humedales de gran escala, desde el humedal el Gualí hasta el salto de Tequendama

Der. Inferior) Enfoque de hipótesis, Le Corbusier. Tomado de: Sanchez Taffur Arquitecto (2011)

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Estas conurbaciones hídricas son en esencia macro-parques regionales que recomponen todos los cauces, tanto de oriente como de occidente.


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PROYECTO FUCHA


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AGUA + CIUDAD II


Figura 13. (Anterior página. Izquierda) Esquema de hipótesis Semillero Agua+Ciudad. Operación estratégica. Elaboración: Henry Talavera Dávila.

Semillero Agua+Ciudad. Operación estratégica. Elaboración: Henry Talavera

Objetivo

Meta

El río Fucha como territorio verde que integra el norte y el sur de la ciudad, así como el oriente orográfico y el occidente hidrográfico, actualmente fragmentado y en deterioro, a través de identificar territorios estratégicos a lo largo de la cuenca del río.

El río Fucha como columna vertebral del eje occidente.

PROYECTO FUCHA

Figura 14. (Anterior página. Derecha) Mapa de hipótesis

Dávila.

Figura 15. Mapa objetivo y meta del proyecto. Elaboración: Henry Talavera Dávila.

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Figura 16. Río Fucha como borde natural (1923). Elaboración: Manuel bulla (grupo de investigación en Arquitectura Del Territorio).

Figura 17. Río Fucha como borde natural (1932). Elaboración: Manuel bulla (grupo de investigación en Arquitectura Del Territorio).

Figura 18. Río Fucha como instersticio urbano (1954). Elaboración: Manuel bulla (grupo de investigación en Arquitectura Del Territorio).

Figura 19. Río Fucha como canal y área residual (1964). Elaboración: Manuel bulla (grupo de investigación en

AGUA + CIUDAD II

Arquitectura Del Territorio).

Figura 20. Río Fucha como territorio de integración (2050). Elaboración: Henry Talavera Dávila y Manuel bulla (grupo de investigación en Arquitectura Del Territorio).

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Figura 21. El caso crítico de la cuenca del río Fucha. El abandono y la invasión. Tomado de: Google (2016).

Figura 22. El caso crítico de la cuenca del río Fucha. El aislamiento y el olvido.

PROYECTO FUCHA

Tomado de: Google (2016).

Figura 23. El caso crítico de la cuenca del río Fucha. La falta de ideas para su uso sostenible. Tomado de: Google (2016).

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Figura 24. El río en su condición natural. Elaboración:

AGUA + CIUDAD II

Henry Talavera Dávila.

Figura 25. Encuentro de los cerros y el río con la ciudad. Elaboración: Henry Talavera Dávila.

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Figura 26. Se pierde contacto directo con el río Fucha. Elaboración: Henry Talavera

PROYECTO FUCHA

Dávila.

Figura 27. Posibilidad de contacto desaprovechada. Elaboración: Henry Talavera Dávila.

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Figura 28. Zona sin desarrollar-proyectos de vivienda a espaldas del río. Elaboración: Henry Talavera

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Dávila.

Figura 29. Desarrollo tendencial de la zona de occidente - vivienda - zona franca. Elaboración: Henry Talavera Dávila.

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PROYECTO FUCHA

Figura 30. Propuesta diagrama río Fucha. Elaboración: Henry Talavera Dávila.

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Figura 31. Cuenca baja del río Fucha. Elaboración: Sheril Salazar y María Camila Gracia

AGUA + CIUDAD II

(concurso río Fucha).

Figura 32. Diagrama cuenca baja del rio Fucha. Elaboración: Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

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Figura 33. Diagrama cuenca baja del río Fucha y eje

Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

Figura 34. Diagrama cuenca baja del río Fucha y centralidades. Elaboración: Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

La propuesta más significativa parte de la intención de integrar dos áreas inmensas de la ciudad de Bogotá, la del norte que posee una alta concentración de dotaciones y servicios urbanos de calidad y el sector del sur que abunda en oferta de vivienda y servicios dotacionales dispersos. Esta condición de fragmentación territorial es una persistencia propia de un desarrollo no planeado, donde el eje de occidente, que fue por definición una traza estructural que dio paso a vía del ferrocarril y de grandes vías regionales, atrajo la localización de industria, que termino actuando como un límite de la continuidad del norte y sur del rio Fucha. Por lo tanto, la sutura de estos “dos territorios” es parte de la tarea que el proyecto Fucha incorpora a su meta.

PROYECTO FUCHA

occidente. Elaboración: Sheril

Figura 35. Diagrama cuenca baja del río Fucha y oferta colectiva. Elaboración: Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

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Figura 36. Diagrama cuenca baja del río Fucha y franjas urbanas estratégicas. Elaboración: Henry Talavera Dávila, Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río

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Fucha).

Figura 37. Diagrama cuenca baja del río Fucha. Elaboración: Henry Talavera Dávila, Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

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Figura 38. Diagrama red verde y franjas transversales. Elaboración: Henry Talavera Dávila, Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río

PROYECTO FUCHA

Fucha).

Figura 39. Esquema tejido ecológico del río Fucha. Elaboración: Henry Talavera Dávila, Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

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Figura 40. Esquema proyecto urbano del río Fucha. Elaboración: Henry Talavera Dávila, Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

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Figura 41. Esquema proyecto urbano del río Fucha. Elaboración: Henry Talavera Dávila, Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

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Figura 42. Esquema proyecto urbano del río Fucha. Elaboración: Henry Talavera Dávila, Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río

PROYECTO FUCHA

Fucha).

Figura 43. Esquema proyecto urbano del río Fucha. Elaboración: Henry Talavera Dávila, Sheril Salazar y María Camila Gracia (concurso río Fucha).

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PROSPECTIVA Y PROYECTO Henry Valdemar Talavera Dávila

APROXIMACIÓN A UNA ARQUITECTURA PERMEABLE

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La pregunta sobre la ciudadania y el habitante de lo público

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En el entorno de la sociedad moderna la indagación sobre la ciudadanía está ligada a la conceptualización de ciudad, especialmente porque la consolidación de un tejido ciudadano está fuertemente asociado a la forma de construcción de la ciudad moderna (Walter Benjamín). ¿Por qué iniciar la reflexión enfatizando la relación entre la ciudadanía y el habitar lo público? Porque cualquier referencia a la ciudad es primero que todo una referencia a las relaciones socioespaciales que permiten la congestión y concentración, es más una reflexión sobre las fuerzas centrípetas que sobre las construcciones. Y, en acto seguido, es gracias a esta singularidad geográfica (Chabot, 1963) o condición central que los espacios devienen en públicos, en escenarios para la alimentación de esas relaciones que permiten su congestión. Un círculo virtuoso donde la condición


A manera de exordio, la forma de habitar la ciudad es la medida del habitar lo público. Pero esta afirmación necesita dos precisiones: la ciudad pervive mientras tenga vigente su poder de atracción, es decir mientras su centralidad sea legible, y, mientras existan escenarios donde todos los habitantes sean visibles y ejerzan las reglas de convivencia que dicha sociedad necesita para mantener su cohesión. Es una interacción inestable que muta cuando este equilibrio se rompe para dar paso a un derrame de urbanización sobre una geografía amplia y donde las fuerzas de cohesión se ven reemplazadas por fuerzas centrifugas marcadamente especulativas (no participativas), lo que trae como consecuencia la pérdida de escenarios de encuentro y la pérdida de visibilidad y continuidad formal del conjunto (Gravanuolo)

y la posibilidad de una retroalimentación. En general es el paso de la construcción de ciudad a la producción de suelo urbano. Máximo Cacciari (2010) hace una reflexión iluminadora cuando se pregunta sobre el germen de la ciudad en la sociedad moderna y especialmente cuando compara la polis griega y la civitas romana; la primera implica la construcción de centros regionales homogéneos y la segunda la apuesta por la construcción de un centro mundial, una centralidad heterogénea capaz de atraer a todo el mundo conocido en la búsqueda de lo global; dando a esta condición el honor de ser la raíz de la ciudad moderna. Esta comparación es determinante para entender la condición urbana de la sociedad capitalista, pues la tensión entre una región urbana definida por polis y una civitas como centro del mundo sigue siendo la textura de la sociedad urbana contemporánea. Más allá de la gestión local y la legibilidad del poder municipal como aspectos básicos para definir una ciudad, su definición implica tres características que están en la raíz de la sociedad moderna: la institucionalidad, la privacidad y el Estado (Habermas, 1998). Es decir, la ciudad moderna se delinea a través de tres procesos de asepsia:

PROSPECTIVA Y PROYECTO

pública entendida como espacio para todos o para empezar a verse como una totalidad (al margen de su escala nacional o local) es más un escenario donde las reglas y códigos de civilización se desarrollan. Esta espacialidad pública visible y háptica la que refuerza la condición de centralidad que es la base para la constitución de las ciudades. Por ello, las referencias a la ciudadanía están fuertemente ligadas la forma de habitar y construir la ciudad como espacio público (allende los espacios privados que no logran concertar a todos los habitantes).

1. La separación clara de lo público y lo

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privado, con ello nace la normativa urbana moderna aquella que se vislumbra en las leyes de indias, cuando se separa con claridad las tierras del monarca español, de los guerreros locales. 2. Separación legible del poder dominante y los dominados, generalmente el primero en el centro de los asentamientos: la plaza como asentamiento del poder religioso, militar, local y justicia.

AGUA + CIUDAD II

3. La separación de la propiedad privada de otros tipos de propiedad, la propiedad privada como valor de cambio, es la reducción de lo público a un tema de propiedad, separándose radicalmente de lo público como valor social.

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Estos tres procesos se modifican radicalmente cuando la sociedad moderna se hace global, no solo porque la globalización sigue la senda abstracta del capital, sino porque la función del triángulo estado-institución-privacidad se ve trastocada cuando emerge una fuerza centrífuga y claramente des-territorializante: la sociedad de consumo dirigido de Lefebvre; pues es esta variable la que modificaría la estabilidad del triángulo anterior, el consumo como centro de la actividad urbana en la que la institucionalidad orbita y es deformada, pues la vocación colectiva con la que inicia se diluye ante la fuerza privatizante y homegeneizante del consumo.

Esta fuerza disociadora del consumo tiene como efecto la disolución de la centralidad tradicional por la debilidad de las fuerzas de cohesión y dará pie a la muerte de la ciudad como lo plantea tanto Cacciari como madame Choay. ¿Cómo se expresa en el territorio esta pérdida de cohesión? Algunos aspectos son más notorios que otros, como la localización de los equipamientos que en la ciudades se ubican en las plazas y calles centrales y con el advenimiento del vehículo (a mediados del siglo en Bogotá) los colegios, las universidades, las clínicas, los centros de ocio, los centros comerciales, etc., se ubican en las afueras de la ciudad, restando al centro la cohesión espacial tradicional; por otro lado, desde la construcción del Centro Administrativo Nacional y el aeropuerto en las afueras la institucionalidad deja de ser legible da pie a un crecimiento exponencial que la normativa (con el surgimiento del distrito capital) permisiva se inclina a un proceso de especulación del suelo francamente desequilibrante. Por ello en la hipótesis de la disolución de la centralidad de la ciudad emerge la certeza de la fuerza centrífuga de lo urbano, y en este corredor, la legibilidad del poder también se modifica, pero lo más importante, lo público se desdibuja. Es en este marco hay que hacer la pregunta sobre la ciudadanía, en la plataforma de la disolución de la centralidad, de la homegenización del consumo y de la debilidad de lo público. Si la ciudanía persiste no es más por la fuerza de cohesión de los espacios públicos, parece que


En síntesis la tensión que Cacciari enfatiza entre una región urbana poli-central y un mundo globalizado mono-central sigue siendo la tensión desde la que hay que hacer la pregunta sobre la ciudanía, que es en esencia la pregunta sobre la pérdida del habitar lo público a partir de la disolución de la centralidad, en otras palabras la mutación de la ciudadanía cohesionada, legible y represiva, donde lo público está ligada a la praxis cotidiana; a una ciudadanía dispersa, invisible y excluyente, donde lo público es abstracto, normativo y no confiable. Solo después cabe la pregunta sobre el rol de la territorialidad marginal en la cohesión (ojalá inclusiva) de las áreas centrales.

De la ciudadanía disciplinaria a la ciudadanía del consumo dirigido La consolidación de Bogotá como ciudad moderna, se inicia en los albores del siglo XX ,

después de la consolidación de las vías férreas a escala regional y en pleno proceso del primer sistema de transporte público, el tranvía, en este periodo (hasta finales de la década de los años 40) Bogotá inicia por primera vez a construirse como ciudad y empezar también por primera vez la constitución de un ciudadano, diferente al campesino (al indio), o al menos un campesino con mayor capacidad económica (gracias al auge cafetero y la internacionalización de los mercados rurales) que desea ser ciudadano, y el surgimiento de los obreros fuente de luchas y huelgas en la tercera década del siglo , por ello su forma de habitar debe ser regulada, los pobladores que no se alinean con la senda de la ciudad son desplazados y encarcelados, es el momento que los pobres son lo mismo que los delincuentes, los borrachos son lo mismo que los enfermos y los campesinos lo mismo que minusválidos, los indios, los guaches los gamines son poblaciones que deben ser reprimidas, por ello la tipología edificatoria de los hospitales, las cárceles, los cuarteles son la misma, y por ello el espacio público es el espacio de la represión y del aconductamiento. W. Benjamín cuando estudia la ciudad de París encuentra en el flaneur (el vago) el escape a la represión, es decir, la ciudanía disciplinaria de la ciudad moderna genera un ciudadano diferente: el caminante, el bohemio, el vago, y por extensión el artista. En el caso de Bogotá de hace un siglo, parece que solo alcanza a generar el vago-urbano y la bohemia-rural. Es

PROSPECTIVA Y PROYECTO

la ciudadanía se ha transformado y está entre dos tensiones, aquella que persiste en el uso disciplinado del espacio llamado público (primera mitad del siglo XX: la ciudad del ferrocarril y el tranvía, como también de las instituciones higienistas en un espacio compacto) y aquella que cede al consumo especulativo del espacio urbano (segunda mitad del siglo XX: ciudad del vehículo y el aeropuerto, como también del derrame de urbanización y crecimiento disperso e infradotado sobre áreas naturales inseguras).

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significativo evidenciar en los primeros 40 años del siglo XX la construcción de los mercados (como estrategia de higiene) los cuarteles periféricos (como estrategia de represión) y los hospitales (como estrategia de aislamiento) como una forma de inventar una ciudanía a medida del poder dominante: sincrética y asimétrica.

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Esta formulación todavía persiste a lo largo de todo el siglo XX , especialmente en los proyectos de renovación y desplazamiento de los indeseables, es la estrategia de la asepsia urbana de hace un siglo, de la represión como fórmula; los procesos de gentrificación de los centros y de aislamiento de barrios de bajos ingresos evidencian que hay una población indeseable y otra a la que se dirige las obras urbanas, y esta separación es la persistencia de la ciudadanía disciplinaria aún en el acceso franco a una urbanización especulativa metropolitana.

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Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX , la fuerza represiva (presencia del estado-militar) se ha trasladado a los campos, fuera de las ciudades, y estas han sido tomadas por la especulación; el ingreso del país a la globalización desde la apertura del periodo Gaviria las fuerzas des-territorializantes del capital internacional se han posesionado en la ciudad y se ha profundizado la segregación socio-espacial; en este marco, la ciudadanía se ha transformado, es el acceso a la sociedad del consumo dirigido que anunció Henri Lefebvre,

en el que la infraestructura urbana esta para el enriquecimiento de la empresa, más que en el aconductamiento disciplinario de la población, ahora este es más elaborado y más sutil, es mediático y altamente subliminal. Los hospitales y mercados no se construirán para regular sino para segregar áreas dotadas y áreas infradotadas, es el abandono de la población a una especie de planeación salvaje (Mockus) y normativa asimétrica (acuerdo 7 y 6 para Bogotá). Las ciudades son estrategias militares a escala nacional para posesionar el capital antes que construcción de ciudanía. La ciudad que estaba naciendo estaba mezclada de ruralidad y de intolerancia en el poder dominante, y después de la revuelta de 1948, esta es vista como un modelo a superar, tal vez más lejano de lo rural pero más cerca de la intolerancia. En este marco la ciudanía se transforma y la forma de habitar lo público pierde vigencia, no solo porque el suelo público se reduce a la mínima expresión (rondas de quebradas, cuerpos de agua contaminada, pendientes extremos de cerros inestables, calles en abandono, residuos del sistema vial, etc.) sino porque no es posible habitar estos espacios por su peligrosidad, la desaparición de las plazas con alta densidad semántica y el incremento de avenidas (espacio privado rodante) son la prueba del abandono del caminar, del bohemio, aun sea como vago, sin embargo, se formó un nuevo tipo de ciudadano: el de las penumbras, el que se desplaza en los intersticios de los tejidos, es un tejido


Por lo tanto, hablar de ciudanía implica una precisión, ¿hablamos de la ciudadanía represiva o de la ciudadanía de la exclusión?, ambos casos no son deseables en el marco de los valores de convivencia que el entorno internacional está construyendo a través de la carta de los derechos humanos, convención sobre los derechos de los niños, los derechos a la ciudad y a un planeta sano, entre otras. Es decir, hablar de ciudanía no-represiva y no-excluyente es hablar de una construcción, de un proyecto, de una prospectiva, de una transducción necesaria en el que antes que todo se hace necesario una política de ciudad, y, antes una política de lo público; pues no es posible pensar la ciudad al

margen de lo público. Los proyectos y programas del siglo XXI , como el parque tercer milenio, la privatización del CAN, la renovación del centro por el traslado de los ministerios, mantienen la fórmula del desplazamiento y la segregación, sigue siendo una estrategia de poder dominante excluyente. Tal vez la conformación de un sistema de trasporte público ( Transmilenio y otras redes) algunos ejercicios democráticos como el incomprendido plan maestro de equipamientos educativos de UNAL-SED, sean el anuncio de una nueva etapa en la ciudad y en la ciudadanía, pero ahora sigue siendo muy insuficiente.

Entre proyecto-ciudadanía y el proceso de territorialización Cuando hablamos de ciudadanía en el marco de los derechos humanitarios y especialmente los derechos de los niños, tenemos que precisar que se trata de una construcción inacabada tanto colectiva como prospectiva (el llamado postconflicto está enmarcado en esta), porque la sociedad de consumo dirigido (Henri Lefbvre) o la sociedad del control (Gilles Deleuze) tiene altos grados de segregación e inequidad (motivos que llevaron al periodo de violencia actual), por ello, la ciudadanía que permita el goce pleno de la equidad, la participación, la salud y calidad de vida básica, es un reto más que una realidad, y este reto se formula en los

PROSPECTIVA Y PROYECTO

socio-espacial en situación-límite. La segunda mitad del siglo XX implico que lo público se planificara racionalmente en busca de una estructura equilibrada -como todo plan urbano inicia- sin embargo, termino siendo un instrumento de segregación, expropiación, invasión y especulación; el urbanismo de la academia y del gobierno se redujo cada vez más a la simpleza de asignar usos del suelo, normativas edilicias generales, y sistemas viales privados (vehículos, buses, mulas, busetas, etc.), con la manifiesta intención de desplazar la áreas tradicionales imagen anacrónica de la vieja ciudad por espacios para el capital: avenidas, puentes, Nueva Santafé, centro internacional, CAN, etc., es decir: renovación de la ciudad para el éxito empresarial a costa de la practicas públicas en las plazas, calles, alamedas, y barrios populares.

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AGUA + CIUDAD II

siguientes términos: a partir de entender que existe una disolución de la centralidad de la ciudad, y enfatizando la resistencia al desborde y derrame especulativo de producción del suelo urbano y a la estrategia excluyente de renovación urbana en los centros, el reto se ubica entre la cohesión espacial de uso colectivo, la inclusión social en el espacio público, en la profundización de las fuerzas de centralidad, y en la lucha por los lugares altamente significativos.

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La cohesión espacial no asegura por ella misma inclusión social, esta última es una deuda del defecto estructural de la segregación socioespacial de las metrópolis, y más vergonzoso aún, una responsabilidad de la normativa permisiva en el mantenimiento de estas prácticas (zonificación y estratificación). Sin embargo, la cohesión espacial puede ser también cohesión social en tanto se construya territorios de inclusión, y estos inician en el carácter del espacio público y su forma de construcción, es decir: enfatizar aquí tiene gran responsabilidad la arquitectura y el urbanismo. Es decir, entre la segregación socio-espacial y la esquiva inclusión urbana se ubica la estrategia de la cohesión espacial de los tejidos colectivos, aquellos que forman la raíz de las relaciones humanas en un proceso que es más de territorialización que de urbanización: no solo aprender a convivir en comunidad, sino, aprender a construir en colectivo (Cacciari), más cerca de la escuela que del cuartel, más cerca de la maloca que del hipermercado; es el paso de una ciudadanía

represiva y especulativa a un ciudadanía social de derechos. El caso inédito de la colindancia del centro de la ciudad de Bogotá y los cerros orientales con su alta densidad de quebradas y suelo natural vulnerable un alto porcentaje de población en extrema pobreza exige un cambio de enfoque: de la urbanización (formal o informal) hacia los procesos de territorialización. Siendo esta mirada una indagación de borde. Especialmente porque conviven tres procesos que no han adquirido todavía un solución de coexistencia en equidad y sostenibilidad; por un lado, la estructura ecológica muy rica en fuente de agua y coyuntura estratégica para la relación hídrica con el parque natural de Chingaza, sin reducir la importancia de su mando boscoso secundario y primario, por otro lado, la urbanización residencial especialmente de bajos ingresos, sobre pendientes de más de 30% y sin acondicionamiento del suelo, con alta amenaza de remoción en masa en periodos de lluvia, y, para completar el problema, los grandes equipamientos aislados y desconectados de su entono; en general, el resultado son áreas urbanas sin centralidad, sin redes peatonales y sistemas estructurados de cohesión y equilibrio urbano-ambiental, es decir, falta grandísima de planeación y proyectación del centro hacia el oriente, el sur y el occidente. Un proceso de territorialización en el marco


Entre la ciudad y el territorio El problema urbano contemporáneo se desenvuelve en medio de la tensión entre la ciudad y lo urbano, entre la centralidad y la dispersión, es un problema prioritario por cuanto que la mayoría de las ciudades están sujetas a un proceso genérico de disolución; de la diversidad de ciudades modernas a la homogeneidad de las grandes metrópolis, el proceso de urbanización se ha desbocado: aproximadamente 30 áreas urbanas de más de 10 millones de personas y

alrededor de 300 grandes ciudades de más de un millón de habitantes. La tensión entre la centralidad de la ciudad y la fuerza centrífuga propia de la urbanización contemporánea es una característica constitutiva de la sociedad occidental. Sin embargo, el desequilibrio de la tensión no se hará evidente sino hasta el advenimiento de procesos de industrialización extrema, tecnologías de movilidad de alta velocidad y formas de comunicación telemática; hacia el desbocamiento de la urbanización como un proceso genérico de disolución de la ciudad. En este sentido, la transformación de las ciudades es significativa, es más una mutación, pues afecta a su estructura socioespacial. La polis como centralidad comunitaria y la civitas como centro del mundo, son coherentes aún con la urbs; sin embargo, la exagerada explotación de recursos naturales y la especulación propia del sistema capitalista vigente, que son fuerzas expansivas por excelencia, han sobrepasado el umbral de equilibrio propio de las ciudades modernas europeas y americanas y se está produciendo un divorcio radical de la ciudad y lo urbano. Este se expresa en una disipación de los encuentros y acontecimientos híper-sensitivos para dar paso al auge de la comunicación hipo-sensitiva y mediática que puede calificarse como des-urbanización.

PROSPECTIVA Y PROYECTO

de la cohesión socioespacial es un locus heterotópico difícil de concebir, pero seguro que empieza con la refundación de espacialidad intensa y de altos grados de relación háptica, más cerca de la multiplicidad (heterotrópica) que la muchedumbre (homogénea). Estas reflexiones tienen una fuerte convicción: no habitamos las casas, habitamos la ciudad (Cacciari); y, la re-fundación de ésta en el marco de los procesos de territorialización, crean oportunidades al cobijo y cuidado de las niñas y jóvenes como hábitat de protección y potenciación. Por lo tanto, no es de esperar que el desarrollo de la infraestructura de IDIPRON se reduzca a la construcción de edificios, al contrario, estos deben estar enmarcados en una estructura territorial, pero antes, debe tomarse una opción política: estar convencidos que la infraestructura de bienestar e integración social puede ser agente estructurante de la ciudad.

La reflexión sobre la condición metropolitana

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AGUA + CIUDAD II

de las ciudades solo puede desenvolverse en medio de la tensión ciudad-urbano, entre la fuerza centrípeta de la ciudad y la fuerza centrífuga de lo urbano, no es suficiente la reflexión morfológica que enfrenta compactación a dispersión, este contraste es parte del problema, sin duda, pero no es la raíz del mismo. La tarea es sacar la discusión de la esfera morfológica y colocarla en la esfera de las relaciones humanas, es decir de las relaciones de dominio-resistencia, relaciones acción-pasión (pathos) en la esfera política por excelencia.

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Por otro lado, la metrópoli contemporánea muestra una situación-limite que exige un replanteamiento de la tesis del crecimiento natural de las ciudades: la relación centro-periferia de la primeros momentos de metropolización, se está disolviendo, hacia la reducción casi museística de los centros históricos o hacia la desaparición morfo-funcional de los centros fundacionales; al contrario, el auge de las periferias que dejan de ser marginales para pasar a ser dominantes, junto con su forma irregular y babosa, son la nueva forma de los procesos de urbanización mundial, y estas muestran en extremo, la depredación del recurso natural, el aislamiento de la habitación, la especulación del suelo rural y la movilidad poblacional a escala macro-regional, no solo en términos fácticos sino también como objeto de consumo y como ámbito de la diáspora contemporánea (dispersión de grupos humanos que abandonan su lugar de origen). Puesto en panorama,

mientras nos acercamos al umbral del 10% de población mundial viviendo en grandes metrópolis, en igual forma, nos acercamos al umbral del 10% de la población urbana sobreviviendo en tugurios o como nómadas urbanos, sin acceso al derecho a la ciudad. (Colombia tiene el 10% de su población en estado de desplazamiento forzado en calidad de víctima todavía sin reparación). Esta situación-limite exige creatividad y alternativas inéditas dado que el crecimiento de las ciudades no son procesos naturales, son esencialmente estructuras de gestión territorializadas. En síntesis, la ciudad más que un área construida es una fuerza de centralidad, y en esos términos se construye una territorialidad. En el mismo sentido el territorio es un campo de fuerzas altamente significativo más que un suelo que soporta las acciones sociales. Por lo tanto, la reflexión sobre la ciudad es la reflexión sobre los campos de fuerza de los procesos de territorialización donde las estructuras ecológicas son estructurantes y donde la ciudad es la fuerza centrípeta por excelencia.

Del derecho a la ciudad a la ciudad de los derechos humanos “El Derecho a la Ciudad es definido como el usufructo equitativo de las ciudades dentro de los principios de sustentabilidad, democracia, equidad y justicia social. Es un


El Derecho a la Ciudad es interdependiente de todos los derechos humanos internacionalmente reconocidos, concebidos integralmente, e incluye, por tanto, todos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales que ya están reglamentados en los tratados internacionales de derechos humanos. Esto supone la inclusión de los derechos al trabajo en condiciones equitativas y satisfactorias; a fundar y afiliarse a sindicatos; a seguridad social, salud pública, agua potable, energía eléctrica, transporte público y otros servicios sociales; a alimentación, vestido y vivienda adecuada; a educación pública de calidad y la cultura; a la información, la participación política, la convivencia pacífica y el acceso a la justicia; a organizarse, reunirse y manifestarse. Incluye también el respeto a las minorías y la pluralidad étnica, racial, sexual y cultural y el respeto a los migrantes. El territorio de las ciudades y su entorno rural es también espacio y lugar de ejerci-

cio y cumplimiento de derechos colectivos como forma de asegurar la distribución y el disfrute equitativo, universal, justo, democrático y sustentable de los recursos, riquezas, servicios, bienes y oportunidades que brindan las ciudades. Por eso el Derecho a la Ciudad incluye también el derecho al desarrollo, a un medio ambiente sano, al disfrute y preservación de los recursos naturales, a la participación en la planificación y gestión urbana y a la herencia histórica y cultural.” (Carta Mundial por el derecho a la ciudad. Artículo 1, 2004) El derecho a la ciudad implica preguntar sobre el nivel de equidad de una ciudad, así como el grado de legitimidad de acción y participación comunitaria. En el primer caso es claramente una pregunta sobre la estructura de la ciudad y el segundo sobre el tejido socioespacial. La pregunta sobre la estructura supera la dimensión fenomenológica y se ubica en la plataforma epistemológica pues debe estar considerando las relaciones geo-históricas qué además de darle consistencia y sostenibilidad le otorga adecuados niveles de permeabilidad y accesibilidad de todos los habitantes a los servicios sociales propios de la civilización urbana y que están además definidos en otros sendos derechos humanos (salud pública, agua potable, energía eléctrica, transporte público y otros servicios sociales; a alimentación, vestido y vivienda adecuada; a educación pública de

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derecho colectivo de los habitantes de las ciudades, en especial de los grupos vulnerables y desfavorecidos, que les confiere legitimidad de acción y de organización, basado en sus usos y costumbres, con el objetivo de alcanzar el pleno ejercicio del derecho a la libre autodeterminación y un nivel de vida adecuado.

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calidad y la cultura), es decir, la pregunta sobre la estructura urbana es por las fuerzas de cohesión que potencia la proximidad y el encuentro, por las fuerzas colectivas que construyen día a día el cuerpo y el alma colectiva de la ciudad, en una palabra su centralidad.

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La pregunta sobre el tejido socio-espacial es también sobre su estructura relacional pero desde los enlaces humanos comunitarios en la medida que apropian el espacio, no es solo la indagación sobre el tejido social como quiere Luhmann, es más que eso, es la pregunta por las fuerzas colectivas que son capaces de organizarse para transformar el espacio, es una mirada diferente al solo uso del suelo, es sobre la forma específica de gestión socio-espacial para producir efectos en el territorio es lo que define el carácter (Agamen). El carácter del territorio como construcción colectiva y no como un problema forma-función.

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Sin embargo, una ciudad que permita la equidad la participación y el logro de los derechos fundamentales no existe en Colombia, la previa definición de la ciudadanía como proyecto nos sirve para sustentar esta afirmación: el solo hecho de tener una institución como IDIPRON y una secretaría de bienestar social y familiar nos permite decir que existe un grueso número de niños y niñas, jóvenes, madres y ancianos en estado vulnerable. La equidad de una ciudad depende de la capacidad de reducir a cero la presencia de población vulnerable.

Por ello decimos que la sociedad de la inclusión y la tolerancia esta por construirse y es a través de fortalecer las acciones alrededor de la cohesión y el re-equilibrio estructural de la ciudad además de profundizar la visión a largo plazo especialmente en la reconstrucción de su estructura ecológica que esta construcción será sustentable y posible. Los derechos fundamentales están siempre del lado de los espacios colectivos de la ciudad: la educación, la salud, la recreación, el bienestar, el agua, la sostenibilidad, etc., asociados a derechos más íntimos como la vida, el trabajo, la alimentación, la libre movilidad, etc.

El ordenamiento del territorio como derecho fundamental Cualquier reflexión sobre la ciudad implica antes una política urbana pues ella es ante todo un problema epistemológico y de gestión. Y esta política urbana en el marco del ordenamiento territorial necesita de una política de lo público. Sin embargo, la política de lo público expresada en la constitución colombiana se reduce en la praxis especulativa del gobierno central a una disolución de la capacidad de autogestión territorial de los gobiernos locales. Por ello la población tiene por derecho fundamental –a conquistar- la construcción de lo público a escala local, y desde allí dar forma al territorio de lo público, para poder habitarlo. La ciudad consolidada en el marco del derecho a lo público


Considerando la Ley 388 de 1997, y especialmente los objetivos de ordenamiento territorial, que se generaliza en la preservación del patrimonio natural y cultural municipal a la vez que se previene los desastres naturales en la población, junto con los objetivos de regulación de la propiedad, el avance en la planeación es significativo, frente a leyes anteriores. Dentro de los avances más importantes está el asignar al derecho de propiedad, dos valores imprescindibles, como son la función social y ambiental de la propiedad. Estos dos nuevos valores modifican radicalmente la forma tradicional de uso y gestión del suelo municipal e inaugura una forma solidaria de habitar los territorios. Esta tarea es competencia de los planes de ordenamiento que los municipios deben adoptar. En ese sentido, los valores ecológicos y sociales de la propiedad ayudan cumplir un mandato constitucional como es el derecho a la vivienda digna ( junto con sus servicios públicos domiciliarios) y el derecho a la educación y bienestar social. No habría forma de lograr este cometido sino se tendría la capacidad de dotar a la propiedad de estos dos valores. En este sentido, entre el derecho a la propiedad y su capacidad de construcción, se ubica dos derechos más: el derecho al equilibrio ambiental y la solidaridad colectiva de toda propiedad. Es decir, el derecho a la

construcción no se adquiere solo por la propiedad del suelo, antes la estructura ecológica de espacios colectivos asigna roles y características a los suelos y las propiedades privadas, y, en ese marco, el derecho a la construcción colabora en la consolidación de los valores ambientales y sociales de la propiedad. Entre la propiedad y la construcción se ubica una nueva tarea inaplazable del municipio: la formulación de directrices de ordenamiento, estrategias (que consoliden estructuras) y proyectos (implicando modelos gestión pertinente). A partir de los principios de la ley 388 de 1997 la función pública del urbanismo es competente para asegurar la función ecológica de la propiedad, distribuir equitativamente las cargas y beneficios, y hacer prevalecer el interés colectivo sobre el particular, así como también, es a partir del concepto de ordenamiento como acción política y de planificación concertada que el POT orienta el desarrollo sostenible del territorio y regula racionalmente su transformación optimizando los recursos. Por otro lado, la orientación del desarrollo sostenible implica tres componentes imprescindibles: desarrollo económico-social, armonía ambiental y preservación del patrimonio, en esa dirección, el concepto de territorio se ve implicado. A partir del enfoque de la ley, el territorio como soporte de las actividades humanas, está siendo superado, para entenderlo como un proceso dinámico sujeto a ordenamiento.

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no es lo mismo cuando esta se organiza para fortalecer el emprendimiento privado.

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Para lograr los objetivos de los planes de ordenamiento territorial, se hace imprescindible definir en la base del trabajo de planeación, una estructura territorial, y, definirla en el marco de un proceso de concertación y participación, pues todo ordenamiento es un conjunto de acciones políticas y de planificación para un reequilibrio y logro de indicadores de equidad y sostenibilidad que no se posee cuando se inicia un plan de ordenamiento. Es decir, el planteamiento de una estructura territorial para todo ámbito de lo público, como la educación, la cultura, la integración social, la protección de los niños y niñas, etc., es primero que todo una estrategia que lleva de una condición actual-desequilibrada a una condición esperada y equitativa; y, estas estrategias son un complejo de directrices, programas y proyectos urbanos antes que todo.

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El equipamiento colectivo más allá del edificio El énfasis en una estructura territorial como estrategia para la consolidación del territorio de lo público y para asegurar una plataforma para el logro de los derechos fundamentales de la sociedad urbana tiene tres consecuencias de alto impacto: 1. La estructura y las redes antes que los edificios.

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2. La ciudad como equipamiento. 3. El espacio público como equipamiento de protección y potenciación.

La estructura antes que los edificios Es un llamado a la arquitectura, pues esta se ha dedicado a la construcción de edificios antes que, a la construcción de la ciudad, por otro lado, la lógica urbana en general se ha reducido a los sistemas de transporte y este terreno pertenece a la ingeniería antes que la arquitectura, y eso es un defecto epistemológico de la más alta preocupación. En la construcción de lo público está implícita la estructura socioespacial en un sentido amplio, refleja tanto la estructura de poder de una sociedad, como la expresión de su legitimidad. La estructura de poder claramente definida por la institución, que actúa como locus de dominio-resistencia y su correspondencia ciudadana; como señala Aristóteles respecto del múltiple y a la vez simple significado de politeia, como unidad viva. Trascendiendo esta lógica de poder, el discurso que atraviesa la construcción de lo colectivo, es la imperiosa y natural necesidad del individuo de ejercer su condición social, necesidad que le convoca al territorio de libertad, llámese calle, andén, plaza, parque, colegio, teatro, y que, por tanto, está forzado a construir.


etimológico, en utópica, es decir, de ninguna parte.” Como afirma Francois Choay. El rol estructural de los equipamientos colectivos implica la comprensión espacio temporal y relacional del tejido social, de su configuración y su dinámica, y por tanto de la forma en que éste debe garantizar su permanencia. La red colectiva por ello es entendida como una estrategia para la consolidación del derecho a la ciudad, como un espacio de todos y para todos, lo que lleva a enfatizar la condición de apropiación-devenir más que de propiedad-construcción; en ese sentido, es un patrimonio que compromete a la sociedad urbana en su conjunto, esto implica regular la acción privada en el marco de la acción pública y el interés colectivo. Por tanto, el equipamiento como hecho social, es más un hecho territorial, más un trazado que una edificación aislada, es un puente, una alameda, un río arquitecturizado, una deriva múltiple: solidaridad, debate, protesta, alegría, intercambio, etc. Así, la transformación de la ciudad debe partir de la proyectación de sus redes colectivas, materializando el derecho a la ciudad a través de abrir oportunidades al acceso de la centralidad pública-colectiva.

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El trasfondo sociológico y político que reviste la construcción de lo colectivo implica el análisis de sus distintos significados en torno al valor del equipamiento urbano, como afianzador de la interdependencia entre el individuo y la sociedad, en diferentes ámbitos sociopolíticos. Por ello el concepto equipamiento trasciende el edificio público para extenderse al tejido público-colectivo. Ahora bien, más allá de la evidente correspondencia socioespacial en su más alta expresión: lo colectivo, la preocupación por su producción y apropiación radica en que asistimos hoy a la construcción aislada de edificaciones públicas como reflejo de la permanente fragmentación de la ciudad. Este repliegue corresponde en gran parte a la construcción de partes cada vez más pequeñas y privadas de producción de espacio urbano, a su aislamiento respecto del entorno inmediato, y a la pérdida de su sentido aglutinante en un ámbito de ciudad más amplio. Por ello, la construcción autista de equipamientos que responden únicamente a reclamaciones de una parte de ciudad, incapacitadas para ampliar su sentido en el ámbito social conducen a un creciente número de edificaciones que no logran atender las demandas ciudadanas y tampoco contribuyen en modo alguno a establecer los vínculos comunitarios, propios del tejido social. “En todos los casos, la ciudad, en lugar de ser pensada como proceso o como problema, es siempre planteada como una cosa, como un objeto reproducible. Es sustraída de la temporalidad concreta y se convierte, en sentido

La ciudad como equipamiento La tesis de Aldo Rossi: la ciudad como arquitectura, trata, por un lado, de enfatizar en la coherencia y el carácter de la ciudad y, por otro

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lado, está retando a que podamos pensar la ciudad como un todo. ¿Es esto posible?, solo si se proyecta las relaciones que dan cohesión al territorio urbano. Estas son –en el marco de lo público- las relaciones de equidad que permiten que podamos pensarnos y vernos como corpus colectivo.

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Es decir, no basta la calidad de los edificios si los espacios públicos están en abandono. Y con la calidad de los edificios no se asegura la calidad de la ciudad, porque el equipamiento es ante todo una red, un sistema y un hábitat y mucho después una edificación. El concepto equipamiento tiene tres acepciones, como dotación, como edificación generalmente representando el poder dominante y como territorio.

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El primer caso es un error enorme, y no vale la pena exponer los argumentos. La segunda acepción, sin embargo, sigue siendo un error monumental, pero si necesita una consideración, y este es producido por defecto de pensamiento, por una mala lectura de la forma como las ciudades se consolidaron para reducir el problema a la construcción de edificios. Es parte de la tesis de la muerte de la ciudad, este enfoque se produce en la mutación de la ciudadanía de la represión a la ciudadanía de la especulación; esta última está asociada a la industrialización de la sociedad y con ella al surgimiento del urbanismo como disciplina para la construcción de la ciudad industrial (Benévolo, 1974), el urbanismo prepara el suelo para el capital industrial y la arquitectura edifica

los espacios del poder dominante (el capital industrial) y ¿los servicios sociales y las redes comunitarias? Solo si están al servicio del capital inmobiliario. Por ello el siglo XX mostró que la construcción de tejido educativo se reduce a la construcción de edificios escolares sin importar las redes urbanas comunidad-escuela-hogar, redes que han mostrado que no se pueden desligar, la experiencia de construcción de mega-colegios en Bogotá mostro igualmente que con la sola construcción de edificios no modifica -sino débilmente- los desequilibrios en el tejido educativo de los jóvenes y niños de la ciudad. Los mismo aplica a la redes de salud y seguridad, el desequilibrio, la segregación y la inequidad no se reducen con la sola construcción de edificios, se hace necesaria la construcción de redes educativas antes que los edificios, las redes de salud y seguridad primero que todo, es decir, el equipamiento como estructura territorial, que es la tercera de las acepciones; que se esquematiza en la formula siguiente: Equipamiento = [estructura ecológica + edificios colectivos + movilidad pública + comunidad + hogar]

El espacio público para la protección la promoción y la potenciación Si consideramos los derechos fundamentales definidos en la constitución colombiana como


La espacialidad pública de las ciudades está formado por tres grandes variables: la estructura ecológica es determinante para la sostenibilidad y el cumplimiento del derecho a un ambiente sano inclusive al derecho a la salud pública, pues está íntimamente ligada a las redes de agua, energía y abastecimiento básico; la movilidad urbana es la segunda gran componente de la espacialidad publica de las ciudades no solo por los criterios de eficiencia y descontaminación ambiental, sino especialmente por que posibilita el cumplimiento de los derechos ligados al acceso de los servicios urbanos básicos además de aquellos ligados a la vivienda y alimentación pues incide en la ruptura de la fragmentación del territorio y el aislamiento de áreas de vivienda; y las redes de equipamientos colectivos, lo que implica superar la lógica predial para entender que la ciudad

es por excelencia un equipamiento colectivo. Lo anterior quiere decir que la estructura territorial está en la raíz de la espacialidad pública y aquella es por excelencia de orden colectiva. Por otro lado, la estructuración de una ciudad es primero que todo la forma de corregir los desequilibrios del mercado, y es la estrategia básica para corregir el proceso de disolución de la centralidad de nuestras ciudades puesto que se constituye en columna vertebral, pero sobre todo es la estrategia para corregir la inequidad. Y en este sentido, la identificación de áreas de riego para su preservación y la identificación de territorios prioritarios forma parte de la espacialidad publica (ley 388-97). La espacialidad publica de la ciudad de Bogotá no se reduce al plano del espacio público del POT, aquella es esencialmente la articulación de la estructura ecológica, la estructura de movilidad y las redes de equipamientos colectivos, en otras palabras, está formada por los ríos, los cerros, las plazas los parques, los humedales, los andenes, las escuelas, los hospitales, las redes técnicas de agua y desagüe, sistemas de transporte público, las sedes de IDIPRON, las sedes de bienestar, etc. Ahora, si consideramos que la ciudad esta desequilibrada, la acción prioritaria y el rol esencial de la estructura urbana es la recuperación de la equidad, lo que implica la cohesión, la inclusión, la solidaridad y la sostenibilidad primero que todo, aun antes que la competitividad y la eficiencia. Este enfoque no es el vigente, pues la planeación está hecha para mantener

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una función pública, entonces los espacios donde se ejerce dicho derecho se constituyen en interés colectivo y de bien público, como el caso de la educación y el bienestar social. Por ello al margen de la gestión público-privada el espacio donde se ejerce el derecho se constituye en público, en el marco de un estado social de derecho el problema de la espacialidad publica de las ciudades colombianas se instaura en estrategia de primer nivel; por dos razones básicas: es la estrategia que asegura un mandato constitucional y la estrategia de ordenamiento más importante, aún más que aquellas que inciden en los indicadores macroeconómicos del gobierno.

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los índices macroeconómicos a costa del desequilibrio local. Por ello somos enfáticos que el ordenamiento primero que todo es para enfatizar los indicadores de sostenibilidad y solidaridad, para aumentar las relaciones colectivas que buscan la equidad, pues no es posible la reconciliación social sino a atreves de la solidaridad, es decir, de aumentar los espacios inclusivos más que insistir en la competitividad inmobiliaria.

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En este marco, la atención a una población ausente derechos fundamentales por estar en situación de abandono (conformando una territorialidad marginal) se ubica en el centro del debate; cualquier ejercicio de ordenamiento al margen de esta población es continuar con la inequidad. La pregunta clave por ello se formula en los siguientes términos: ¿es posible colocar la territorialidad marginal en el centro de la construcción de la ciudad?

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Responder esta pregunta implica entender que la espacialidad publica está para la protección de todos los habitantes, y especialmente aquellos más vulnerables, y desde esta plataforma es también para la potenciación de los valores de solidaridad y sostenibilidad de todos los habitantes y particularmente de los más vulnerables. Esto es así porque los equipamientos colectivos (estructura pública) más que construcción del poder dominante es la construcción de una nueva ciudadanía solidaria, es la construcción de un hábitat de protección,

de un hábitat de promoción y potenciación de valores y capacidades de transformación como cuerpo colectivo que es la ciudad. El espacio público es de todos, tanto de la población especulativa como aquella en estado de abandono, sin embargo, el acondicionamiento de este no está permitiendo la convivencia de ambos extremos del tejido. Por un lado, el espacio de consumo desplaza a los otros y por otro el hábitat marginal se apropia de calles y plazas para poder ser. ¿Es posible construir un espacio de tolerancia en el que puedan acercarse ambas prácticas sin agredirse? Será definitivamente la prueba para una ciudadanía solidaria. Sin duda este es un reto que debemos enfrentar, por ello se hace necesario organizar el espacio público, por lo menos en tres ámbitos ineludibles: 1. El espacio de la protección de los casos de vulnerabilidad extrema que acoja a los niños indefensos y les permita darse cuenta de su rol activo. 2. El espacio de la tolerancia en el que la población marginal interactúe con la sociedad del consumo sin agresión, para que aquella explore sus capacidades y se haga cargo cada vez de pasar de la mendicidad a la participación. 3. El espacio de todos donde se pueda coexistir sin violencia y discriminación.


Territorialidad y territorio El proceso de territorialización no puede entenderse como parte de un campo particular de conocimiento, sea este geográfico o antropológico, sino en medio de los campos, en medio de planos que su interdependencia establece. Un intervalo que sustenta por lo menos dos sentidos, hacia lo geográfico desde lo humano (Lefebvre, 1969), tema de estudio de la transducción, y hacia lo intangible desde lo tangible (Rossi, 1969), tema de estudio de la cualidad de los hechos urbanos. El problema -en el marco de la arquitectura se ubica históricamente en uno u otro, buscando su dimensión geográfica o buscando su dimensión espiritual. Por ello territorilalizacion no es lo mismo que territorio y tampoco sinónimo de territorialidad, pues designa ante todo un proceso de tensión; mientras que territorio define una cantidad (extensión) y territorialidad una cualidad intensiva.

Esta es la propuesta más significativa del pensamiento de Deleuze y es la razón por la que la arquitectura tiene una agenda para el siglo XXI . Un proceso de hacer evidente la territorialidad en la medida que interviene el territorio; una territorilización como única opción para la puesta en valor de la territorialidad y cualificación del territorio. Este proceso de territorialización es la arquitectura. En otras palabras, más allá del suelo que soporta las actividades humanas, territorialidad es un corpus colectivo de consolidación geo-histórica, siendo el proceso constructivo y el espacio construido una sola tarea. Las condiciones geo-históricas del territorio inciden fuertemente en dicha consolidación socioespacial, e igualmente en forma isomórfica el ordenamiento, apropiación, etc., inciden en las condiciones de habitabilidad, sostenibilidad, calidad ambiental, etc., del territorio. Por ello, los procesos de territorialización, que implican esta doble relación territorialidad-territorio, son dinámicos y en constante cambio. Un segundo aspecto, la territorialidad no implica una delimitación jurídica para desarrollarse, es esencialmente una adaptación socioespacial, sin embargo, esta adaptación está ligada a una capacidad de gestión en una específica delimitación y amojonamiento, forma parte de las praxis de ordenamiento más ancestrales, y sigue siendo la base de la construcción de territorios modernos. En ese sentido, proyectar

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Son ámbitos que exigen unas condiciones particulares, como, por ejemplo, la diferencia que geo-históricamente se ha constituido entre la plaza y el parque: La plaza es un espacio visiblemente más transparente, mientras que el parque es un espacio más traslucido que permite cobijos sin aislamiento total. Lo mismo aplica a la calle y la alameda. ¿Qué espacio es aquel que promocionaría la tolerancia, la inclusión y la cortesía?

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un territorio implica incidir en la territorialidad socioeconómica y en las condiciones físico-espaciales. En este marco, un territorio, no es un suelo que soporta pasivamente una actividad humana a través de la propiedad, con su potencialidad de construcción y aprovechamiento económico; por el contrario, el territorio, es una adaptación-transformación en el sentido de apropiación espacial y política que posee de antemano valores geográficos y ambientales de interés colectivo y de sostenibilidad de la vida. Quiere decir que la condición ecológica, su biodiversidad, sus ecosistemas, etc., están en la base del proceso de proyectación.

El hábitat es más que el estudio de los asentamientos humanos o el lugar de condiciones apropiadas para que viva una comunidad, es un campo inestable inmanente a la vida, que se realiza en el tiempo, esta realización está ligada al territorio que ejercen los vivientes, por ello es una potencia que se actualiza en función a los procesos de territorialización. El hábitat como campo potencial e inestable no es la tierra pero tiende a ella. Estos procesos implican por lo menos dos condiciones cuando se refiere a los grupos humanos, son construcciones colectivas que pueden ser pensadas y están cargados de multiplicidad de acontecimientos.

En ese sentido, si algo introduce la nueva tensión tierra-territorio, es el valor ecológico del proceso de transformación de las ciudades. Este valor es invaluable y poco estudiado. En general los estudios sobre las estructuras geográficas y ecosistémicas, tienen dos enfoques extremos, por un lado, para evaluar su capacidad de ser transformada en área urbana, y por otro, la conservación dura, adecuadamente planteada para las áreas de reserva ambiental de la tierra, pero vulnerable en áreas cercanas a las grandes ciudades; como los humedales, ríos, cerros, etc.

La territorialización, no es un sitio, sino un proceso, que además de ser colectivo implica ejercicio de poder (dominio-resistencia-sentido) y de comprensión; por ello no preexiste al acto, sino que se desenvuelve en función a la marca cualitativa o más exactamente al ejercicio de apropiación gregaria, que nace cuando se traza una centralidad. El territorio no es primero con relación a la marca cualitativa; la marca es la que hace el territorio (Deleuze). Por ello el hábitat no es un campo estable, es un ámbito que se territorializa y por ello puede ser modificado inclusive deteriorado; y en síntesis activa, es un agenciamiento, es el paso de la potencia al acto de factura relacional y política, es un proyecto.

Es decir, la reflexión se centra en el intervalo que existe entre la dimensión geográfica y la dimensión urbana, desde este intersticio o territorio de borde tendremos que construir el concepto de hábitat y particularmente de territorio.1 1  www.arquitecturadelterritorio.unal.edu.co

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En ese sentido, se ejerce una transformación que va del topos a la traza, y no como una implantación o delimitación, sino más como una


El territorio conceptuado como campo de fuerzas que potencia y protege la territorialidad cuando es público, exige unas condiciones espaciales diferentes a las construidas en las sociedades de consumo (inclusive en las sociedades disciplinarias) pues posee el reto de potenciar y proteger diferentes territorialidades, es decir, un territorio de inclusión y tolerancia que no hemos construido aún. La ciudad del consumo exageró la homogeneidad y desplazo la diferencia a los intersticios del tejido urbano y al interior de los predios, pues estos poseen los paramentos opacos como forma de invisibilidad. Es decir, los mapas donde los predios y manzanas son oscuros y las calles claras, donde el consumo discurre por los espacios públicos y el paramento esconde otra sociedad sea esta privada o marginal, es la expresión de la segregación, por ello los antejardines solo se encuentran en barrios homogéneos; en los centros de ciudad, altamente

heterogéneos, son los paramentos y las rejas lo que persiste. Esta condición nos exige conceptuar de otra forma el problema del borde. El borde es un término que se asocia al tema de los límites, esta inercia parece que debe ser superada, pues definen dos situaciones muy diferentes; esta identificación borde = límite se explica en el plano morfológico, en el cual los bordes están en las periferias de los sistemas, y por ello cuando los sistemas se cruzan estos forman un área común que por definición debe entenderse como frontera. Sin embargo, cuando la mirada se ubica en el plano de la dinámica, la condición periférica se desmorona. El encuentro entre sistemas se mantiene, pero no necesariamente como contacto en los límites de los sistemas, pues en este caso en la mirada dinámica el encuentro con otros sistemas puede emerger desde los centros, como puede hacerlo en las periferias, por ello, una mirada dinámica exige más una reflexión por superposición que por yuxtaposición. Este cambio es también un cambio epistemológico, pues en la mirada morfológica los bordes son fronteras que pueden ser permeables o impermeables puede por lo tanto justificar estrategias como los cinturones verdes que defienden la ciudad o los antejardines que defiende las casas. Pero, en la mirada dinámica, los bordes no son fronteras. Una aproximación más adecuada es la ecológica en la que se explora los bordes como en intercambio de masa y energía entre ecosistemas por ello este intercambio

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emergencia, un descubrimiento, un hacer-presente la tierra; es también una huella, que no implica edificar, sino todo lo contrario: asegurar que la tierra siga siendo nuestra-morada. Por ello proyectar es una acción en el tiempo más que en el espacio, que tiene por lo menos dos características: su expresividad y su permanencia; expresividad de la tierra potencial (lejos de la expresión individual), y permanencia del hecho urbano más allá de su autor. Un valor constructivo de la puesta en forma expresiva del territorio (Sauvagnargues, 2006).

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puede comprometer a toda la estructura de los sistemas comprometidos. El enfoque dinámico afecta grandemente al estudio del espacio arquitectónico pues este está muy arraigado a la mirada morfológica, y un estudio dinámico (intercambio de masa, energía y significados) implica la disolución de los límites en la medida que se profundiza en los bordes y se enfatiza en el espacio de encuentro y de inclusión.

2. Su extensidad, aquella de posibilita discurrir por él, fluir y apropiarse de la totalidad de su campo. Y, 3. Su habitabilidad, esa condición de hábitat para la vida con sentido, con alta carga semántica que extrañamos.

Por lo tanto, el problema del espacio de inclusión exige tener claridad sobre las dimensiones y atributos del territorio. Las dimensiones están fuertemente ligadas a la territorialidad, y son múltiples: social, cultural, económica y política, pero, generalmente se tiende a separar, la gestión municipal está estructurada con el defecto de la planeación sectorial que es parte del problema. Es decir, la diferencia entre la cultural y lo económico es problemática da pie a la gestión descoordinada (que queremos trascender), igualmente la separación de lo social y lo político es abstracta: no hay acción social que no sea política, por ello las dimensiones del territorio más que sectoriales son complejas y pertenecen a los procesos de territorialidad.

La construcción de un espacio de inclusión debe considerar estos atributos puesto que debe incorporarlos, es decir, no basta la construcción de un edificio (estrategia predial) de inclusión si la movilidad y su extensidad es rugosa y excluyente, si las calles y andenes o, rondas y ríos o, bordes de cerros y alamedas, etc., no están pensadas también como espacios de tolerancia; además la condición de centralidad (intensidad relacional al máximo) no puede estar restringida a los predios, tiene que tener versatilidad necesaria para que la multiplicidad y el cobijo se agencien más allá de los lotes y manzanas, dada la heterogeneidad de la territorialidad extrema que implica la población marginal.

Por otro lado, los atributos del territorio son cualidades que se expresan como espacialidades y ámbitos con carácter, son propiedades que posee el espacio para incidir en la formación de comunidades, y son básicamente tres:

En síntesis, los atributos del territorio (focus, flujo y filium) no puedes estar reducidos al predio son por excelencia espacialidad publica: las plazas parques calles alamedas ríos, quebradas, etc. otra vez: EP=[EE+EC+EM]*

1. Su intensidad, aquella condición del

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territorio que permite la centralidad y atracción,


El problema de la centralidad es la misma de la conformación de núcleos de cohesión e integración ciudadana. Es un espacio de la más alta intensidad relacional que constituye las prácticas en el marco de ritos que dejan huella. Los primeros trazos que permiten una transformación del tejido rural o natural a un tejido urbano son relaciones primarias, relaciones espacio temporal de naturaleza preeminente que da sentido al futuro devenir de la ciudad. Por ello, la estructura urbana no es para nada la forma de la ciudad construida. Es más, son relaciones que emergen de su condición natural, rural o geográfica que al adquirir una condición urbana fundan una estructura territorial que soporta y empuja todo el proceso de transformación de la ciudad. Como afirma Aldo Rosi: “Los elementos primarios no son solo monumentos, como no son solo actividades fijas; en sentido general, son los elementos capaces de acelerar el proceso de urbanización de una ciudad y refiriéndose a un territorio más vasto, son los que caracterizan los procesos de transformación espacial del territorio. Actúan a menudo como catalizadores. Estos elementos tienen, pues, un papel efectivamente primario en la dinámica de la ciudad. (…) Por ahora creo poder afirmar que cualidad y destino distinguen los elementos primarios, entendidos en el

sentido de una lectura geográfica…” y continúa: “Por otra parte, concebir la fundación de la ciudad por elementos primarios es a mi parecer también la única ley racional posible; es decir, la única extracción de un principio lógico en la ciudad para continuarla” El énfasis de Rossi en la construcción de un principio lógico es básico, y lo manifiesta tanto cuando señala la materialización del rito, como en la condición primaria de los elementos urbanos; si partimos de la dimensión territorial de los ritos en la infancia de las ciudades (Coulanges, 1864) y el rol de la primariedad al caracterizar los procesos de transformación espacial del territorio, no es posible un principio lógico de los hechos urbanos y arquitectónicos más allá de su trazado fundacional. Este pedido de un principio lógico al ser de naturaleza mental, solo puede tener vigencia en el actual estado de la filosofía contemporánea, apuntando en la dirección del plano de consistencia que propone Gilles Deleuze. Los trazados de las ciudades solo adquieren sentido desde su dimensión territorial y éste muestra el carácter de una ciudad en la medida que nos muestra una arquitectura del territorio. Más aun pensamos que el germen de los procesos arquitectónicos está en la condición geográfica del trazado. En este sentido hay que entender el trazo de la calle como centro: la arquitectura de la calle.

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La centralidad

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La movilidad Es el problema del recorrido y el caminar, es el ritornello del trazo mágico de las comunidades ancestrales como el devenir contemporáneo de las sociedades marginales. ¿Como asegura el ritornello el transito del medio al territorio? Se pregunta Anne Sauvagnargues, y responde: Por un encadenamiento de signos que codifican materias y relaciones territoriales.

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“El paso de las funciones orgánicas a las expresiones territoriales es el paso del cuerpo al cuerpo colectivo: La carne es demasiado blanda, y la filosofía del arte debe dar cuenta del plano de composición que permite estabilizar la carne (y su pathos) en una forma enmarcante. Esta forma enmarcante y territorializante rebaza a la carne intima en provecho de una virtud socializante siempre colectiva.

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En este sentido el arte es geografía, transformación territorial y expresión de la tierra para Deleuze: Se trata solamente de descubrir el agenciamiento que preside la constitucion del territorio por ritornello, por composicion de hecceidades de materiales tomadas juntas para consolidar un en-casa. La expresividad del ritmo es sin duda condición de la apropiación.

El territorio no preexiste pues al ritornello, es el ritornello el que arranca una territorialidad al medio amorfo constituido por movimientos de territorialización y desterritorialización (…). De modo que el medio no-territorializado es una abstracción que carece de existencia para cualquier viviente, cada uno de los cuales se aloja, por el contrario, en mundo expresivo.” Un mundo expresivo que es base de una habitabilidad de valores, un hábitat que se conforma en la interacción fluctuante de intensidades (centralidad) y extensidades (movilidad).

La habitabilidad Es el problema del campo de fuerzas creativo, es el hábitat de la vida con valores. Es la base de las redes de lo público como estrategia para la infraestructura de IDIPRON.

Un mundo expresivo como umbral humano de la conservación, por ello El arte este ligado al hábitat, no a la vida. El arte es un hábitat expresivo de la que resulta la apropiación, y si esta habitación desprende modos signelécticos y apariencias muy complejas en todo sitio donde haya territorio. Solo al interior de una cultura (aloplástica) adquiere el arte territorial una consistencia extrínseca, exterior.


El hábitat es más que el estudio de los asentamientos humanos o el lugar de condiciones apropiadas para que viva una comunidad animal o vegetal, es un campo inestable inmanente a la vida-consentido, que se realiza en el tiempo, esta realización está ligada al territorio que ejercen los vivientes, por ello es una potencia que se actualiza en función a los procesos de territorialización. El hábitat como campo potencial e inestable no es la tierra, pero tiende a ella. Estos procesos implican por lo menos dos caracteres invaluables cuando se refiere a los grupos humanos: a) son construcciones colectivas que pueden ser pensadas, y, b) están cargados de multiplicidad de acontecimientos.

UNA NUEVA ESPACIALIDAD PARA LA PROTECCIÓN El espacio público (centralidad, fluidez y habitabilidad) entra en resonancia con el cuerpo colectivo especialmente porque este se conforma a través de su extensidad-intensidad, que son en el fondo potencias o grados de potencia (Spinoza) que interactúan

y construyen un campo de enunciados es decir una habitabilidad. Es ese ejercicio de ciudanía diferente, aquella que exige un ámbito para su catarsis y para desenvolver el duelo de su impotencia o de su exagerada pasividad (otra forma de decir su extrema violencia) un ámbito donde se pueda rehabilitar las conexiones con el otro, conexiones que exigen una tolerancia extrema tal vez pero tolerancia al fin; este ámbito no está construido en la ciudad, los espacios donde las funciones son claras (público, privado, residencia, comercio, circulación, solo-bus, solo-cicla, etc.) no son el ámbito adecuado para la tolerancia, pues su asepsia y disciplina y regulación no permiten los diferentes tiempos y diferentes procesos propios de un duelo de tal magnitud: pasar del hábito al hábitat, pasar de la ciudad del dolor a la espacialidad de la catarsis. Por ello el ámbito de lo público para la tolerancia esta por inventar. Este es un reto de magnitud y definitivamente no es el paramento, este ha tenido cuatro momentos, ligados al paso de la ciudadanía disciplinaria a la ciudadanía de consumo: 1. El paramento opaco, aquel que separa radicalmente lo público de lo privado propio de la ciudad moderna, siendo la mayoría de nuestras áreas centrales.

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Este campo expresivo en las poblaciones marginales es borroso, pero solo desde este mundo de valores (esfera de derechos y ciudadanía solidaria) se puede generar apropiación, y esta es la esencia de la arquitectura: el paso del cuerpo al corpus colectivo, el paso del hábito al hábitat.

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2. El paramento con antejardín, aquel que incorpora el elemento natural en forma muy débil y esencialmente para acentuar aún más la separación entre lo público y lo privado (ahora rodeado de naturaleza), es la mayoría de las áreas residenciales, no aplica en las áreas centrales, donde se cocina la nueva ciudadanía.

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3. El paramento poroso, es aquel que permite que el espacio público vea y use los interiores, aunque con actividades controladas, por el comercio, la exposición, el trámite, etc., si bien los grados de relación son más permeables no dejan de ser ámbitos artificiales en el sentido de la catarsis y la construcción de alegría de caminar.

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4. El paramento y el alero, es tal vez la estrategia de mayor posibilidad, pues solo define un micro-hábitat mas no condiciona un control, especialmente en horas de penumbra, esta condición horizontal actúa más como cubierta que como muro, por ello es una débil acción de inclusión aunque en horas diferentes, sin embargo es una espacialidad muy escasa en la ciudad de Bogotá. La búsqueda de una espacialidad para la protección pasa por dos pasos, uno en su extensidad, es decir, es la búsqueda del espacio que permee e integre posibilitando la convivencia, otro en su intensidad, es decir, la búsqueda de un ámbito transicional entre lo público-potencia de las

prácticas y lo público-protección de los cuerpos de los niños y niñas. Los tres ámbitos del espacio público a construir serían: 1. El espacio de lo público donde todos interactuamos, donde se ejerce la acción y la pasión horizontal en pleno ejercicio de libertad. 2. El espacio de lo público donde ejercitamos la tolerancia, el más difícil pues es el pathos como cortesía y solidaridad, es el espacio donde el duelo debe logar que el dolor reduzca sus efectos para poder convivir y aceptar al otro, más allá del consumo y la represión. 3. El espacio de lo público como ámbito de protección donde los niños y niñas en estado de abandono y de incapacidad de actuar, es tal vez el reto más impresionante, lograr que desde la máxima debilidad sin asistencialismo lograr que exijan unos derechos porque se comprende unos valores.


¿Qué es la opacidad? La arquitectura que enfatiza el objeto sobre el entorno tiene raíces en la construcción teórica de Vitrubio, especialmente en el énfasis que hace de las relaciones internas de una construcción, es la base de una práctica maestra en la construcción de edificios, el todo se define por la estricta relación perfecta y armoniza de todas sus partes, dejando por tanto a las relaciones con el exterior como una relación indirecta, es decir el interior se relaciona con el exterior a través de la totalidad del edificio. Esta forma de concebir la obra arquitectónica y urbana se continúa con la trayectoria de Palladio. La obra de este arquitecto italiano es una coyuntura en el tiempo, es la medida de una transformación de una época a otra, Palladio se adelantó a su época y marco los trazos de lo que sería la obra del siglo XVIII y XIX , la arquitectura centrada en el edificio. Los signos de una sensibilidad diferente son: la superficie sigue siendo un tema central, sin embargo, orientado a la construcción de una superficie-limite que envuelve un interior, se cambia la experiencia del muro continuo al muro como forma de la materia, recordando la escultura clásica, deja la vaguedad del plano para buscar la claridad del objeto con limites periféricos; la tensión vertical, como la horizontal

(hacia los planos de fuga) aún se mantiene, sin embargo, los planos de fuga serán visuales, por lo tanto, no buscan el plegado de infinito, sino, el contacto con el entorno, un contacto paisajístico ante todo, como se muestra en la integración al contexto rural de Vicensa y Venecia (Italia) en la obra de Palladio, que se yerge como la raíz de la arquitectura-dispositivo, por dos razones centrales (entre otras): 1. “El objeto centra la experiencia estética, la planta arquitectónica es centrada y el eje de acceso es claramente jerárquico y axial, aunque tenga un umbral como transición interior-exterior, define un acento en la linealidad del muro para tomar partido por la estabilidad en contra de la fuga. Palladio invierte la proporción entre los bloques laterales y el central: ya no son los resultados laterales los que se proyectan hacia adelante, sino que lo hace en el cuerpo central que, además, es destacado por medio de un frontón (…) por primera vez de insinúa la tendencia a acentuar el volumen y a centralizar la planta”. (Wundram, 2009, 10) 2. Los objetos no están sueltos en el territorio rural, están marcando un tejido invisible de un poder burgués en ascenso, el control virtual de un territorio de escala regional (el norte de Italia) es determinante para la estrategia urbana de la ciudad represiva del siglo XIX . “Paladio, entonces, no quiere que sus edificios sean considerados como

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HACIA UNA PERMEABILIDAD

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artefactos desligados del paisaje, sino como creaciones integradas a este. Con este enfoque se comprenden muchas de sus principales obras: la ubicación de la villa Rotonda en lo alto de una colina, la consideración de la situación a orillas del canal de Brenta de la Villa Foscari en malcontenta ante las puertas de Venecia, la disposición extendida de la Villa Barbaro en Maser ante una serie de colinas, la apertura, excepcional entre sus palacios (…) Probablemente la genialidad de Palladio consistía en gran medida en esta sensible respuesta frente a cada entorno particular, conjugada con el uso de elementos arquitectónicos de la antigüedad romana, con lo cual se sustrae además a una imitación meramente formal.” (Wundram, 2009, 12)

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La obra de Palladio es, por tanto, una coyuntura entre dos épocas, la que anuncia es la del control del espacio en forma virtual y visual, oculta una estructura de poder burgués, pues la localización de sus villas no es arbitraria, están pensadas para consolidar un mapa de control territorial y lo hace colocando el énfasis en los hitos y dispositivos arquitectónicos de una calidad magistral. Aquí el termino dispositivo es pertinente porque no es el objeto abstracto separado de una red mayor, es una emergencia física de una red de poder virtual. Pero será igualmente el inicio de un defecto posterior: la separación teórica del objeto y su lugar. Esta separación, queda reflejado en la obra y

teoría del arquitecto francés Viollet Le-Duc, por cuanto las bases de su reflexión vuelven al pasado gótico y su experticia constructiva, en ese sentido refuerza las tesis de la coherencia interna, los principios estéticos que explican y dan soporte a la obra y le da argumento de su permanencia: puede desaparecer la obra, pero los principios persisten; esta es la justificación del restauro en estilo. Por lo tanto, el entorno no es determinante, la coherencia interna de la obra es suficiente: escisión entre la ciudad y los edificios. En este mismo carril están, por tanto, arquitectos como Ledous, Boulle, Adolf Loos, Gropius, entre otros, ¿se desligan totalmente el objeto de la ciudad?, en estos arquitectos, la ciudad es el campo disciplinario que explica toda la restauración y la construcción de la obra arquitectónica, una actitud eminentemente política y simbólica. Esta sensibilidad objetual posee su aparato de representación que es transversal a la época, es la visión axonométrica y la cartografía científica francesa. La diferencia que insiste Deotte (2013) entre dispositivo y aparato es básica para entender la opacidad, en un caso es reducida al objeto arquitectónico, en otro caso es parte de un conjunto semántico transversal a muchas obras, por ejemplo: el panóptico, es la imagen del prisionero, la primera es propia de la arquitectura y la segunda de una época. La fusión entre el panóptico y la axonometría es iluminadora,


¿Qué es lo traslucido? Antes que una definición, es una caracterización, y esta solo puede hacerse con base en una construcción cultural que explore una sensibilidad permeable enfatizando el claro-oscuro antes que los extremos sensibles, en este sentido, el periodo barroco del arte moderno es tal vez un ejemplo significativo. “La arquitectura barroca puede definirse por esa escisión de la fachada y del adentro, del interior y del exterior, la autonomía del interior y la independencia del exterior, en tales condiciones que cada uno de los dos términos relanza el otro. (..) Entre el interior y el exterior, la espontaneidad del adentro y la determinación del afuera, se necesitará un modo de correspondencia completamente nuevo que las arquitecturas pre-barrocas desconocían: Lejos de ajustarse a la estructura, la fachada barroca solo tiende a expresarse a sí misma, mientras que el interior se inclina de su lado, permanece cerrado, tiende a ofrecerse en su totalidad desde un solo punto de vistas a la mirada que lo descubre.” (Deleuze, 1989, 43)

“Lo propiamente barroco es esa distinción y distribución de dos pisos. Conocíamos la distinción de dos mundos en una tradición platónica. Conocíamos el mundo de innumerables pisos (…) el universo en escalera del universo neoplatónico. Pero el mundo con dos pisos solamente, separados por el pliegue que actúa de los dos lados según un régimen diferente, es la aportación barroca por excelencia. Expresa, ya lo veremos, la transformación del cosmos en “mundus”.” (Deleuze, 1989, 44) El plegado que ejerce el barroco tiene varias consecuencias, por un lado, envuelve el interior y el exterior de una inédita forma, uniéndolos en tensión y a su vez separándolos, por otro lado, atrapa en este plegamiento la luz y con ella la materia se disuelve, la tensión masa-luz ya no es más, ahora se construye un espesor que esta entre el plano y el volumen, entre la línea y el plano, donde la luz la sombra, la masa y el vacío interactúan de una nueva forma, es el traslucido del espacio por excelencia, no es transparente-opaco, es una nueva forma de espacialidad. Aun la materia se disuelve y no tanto por el exagerado decorado que muchos hacen énfasis, sino que este decorado es parte de la desmaterialización para llevarla a la textura del plano, y junto al espesor que se adquiere por el plegamiento, hacen de la textura del plano la textura del espacio, es el máximo esfuerzo del arquitecto por construir Espacio y no materias dispuestas en el vacío: tanto

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pues no solo la planta sino su volumetría y la forma de representarla y pensarla son claras de una época donde los límites de los objetos son cerrados y centrados al interior.

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Miguel Angel como Borromini solo pueden ser calificados como escultores del espacio: la luz deviene progresiva, se trasmite por grados, y el claroscuro diluye los límites. Deleuze expone en su indagación sobre el barroco 6 caracteres que son iluminadores: 1. El pliegue, el barroco inventa la obra o la operación infinitas. (…) pues el pliegue no solo afecta a todas las materias, que de ese modo deviene en materias de expresión, según escalas, velocidades y vectores diferentes (las montañas y las aguas, los papeles y los tejidos, los tejidos vivientes, el cerebro), sino que determina y hace aparecer la Forma.

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2. El interior y el exterior, el pliegue infinito separa, o pasa entre la materia y el alma, la fachada y la habitación cerrada. Pues la línea de inflexión es una virtualidad que no cesa de diferenciarse. 3. El despliegue, cuando el pliegue deja de ser representado para devenir “método” operación, acto, el despliegue deviene el resultado del acto, que se expresa precisamente de esa manera, 4. Las texturas, por regla general, la manera de plegarse una materia constituye su textura. (…) a este respecto, el pliegue de la materia o la textura debe ser relacionado con varios

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factores, en un primer lugar con la luz, el claroscuro, la manera en que el pliegue atrae la luz varía según la hora y la luminosidad (…) pero también con la profundidad: como el propio pliegue determina una “profundidad escasa” y superponible. (…) por último, como todas esas texturas de la materia tienden hacia un punto más elevado, punto espiritual que envuelve la forma. 5. El paradigma, la búsqueda de un modelo del pliegue pasa por la elección de una materia. ¿Es el pliegue del papel como lo sugiere el oriente, o el pliegue de tela que parece dominar occidente? Todo el problema radica en que los componentes materiales del pliegue (textura) no deben ocultar el elemento formal o la forma de expresión. La espacialidad traslúcida del barroco refleja una época en la medida que el aparato es transversal a todas las acciones, lo hace operatorio, y esto implica que el plegado no es una condición visual, sino mental y por ello, tanto el arte, la filosofía, la ciencia, están comprometidos en una nueva forma de sensibilidad: el pliegue es la superación de los limites duros de los elementos y las materias, es el inicio de la búsqueda por los bordes como espacio-problema, donde se juega el encuentro entre los diferentes, los exteriores y los interiores, y en ese borde con espesor (disolución de los


En los extremos del mundo, en la estética China del siglo XVII y XVIII , esta intención se expresa en los plegados del papel y la madera, mientras que, en América barroca, se expresa en los plegados de la madera y la tierra, obra aún mucho más difícil, pero eterna, en Arequipa queda expresado el máximo logro de tomar la materia volcánica (el sillar) y desmaterializarla en texturas done filtran la luz y la sombra magistralmente. En Europa es el plegado de la madera y el mármol como lo materializa magistralmente Miguel Ángel. Dado que las columnas y pilares son la base tectónica de la edificación china tradicional, los pliegues en los pisos, terrazas, patios, pendientes, escaleras, techos, pergolados, etc., que son grandes complejos de entramados de madera, son la base telúrica y estética del espacio, por lo que son fugas horizontales ante todo y vectores que se integran a los cerros, ríos, montañas, tanto artificiales como naturales, por ello, las superficies son ante todo

la materia sobre la que la cultura impregna su visión cósmica, en los tejidos, densos o ligeros de los paneles y paredes, como en los pisos y techos, plazas y pergolados, por lo que, es en estos planos donde encontramos la mayor de las artes visuales de una cultura altamente compleja y emocional. Aquí se juega el pliegue del infinito en sus superficies, en la seda, en sus plataformas, en sus fugas horizontales, en el tejido de madera y sus texturas que parecen tener vida expresando las fuerzas ocultas de la madera y el papel hacia una experiencia estética antes que pragmática. Este esfuerzo estético de plegar el infinito, se hace evidente también cuando los arquitectos y artesanos arequipeños logran desmaterializar el sillar, una piedra volcánica muy densa pero a su vez porosa, construyendo en el desierto con un sol inclemente y en medio de tres volcanes, sin duda un territorio agreste difícil para una sensibilidad intersticial donde la luz extrema y así mismo la sombra clara, constituyen la materia prima para arquitecturizar esta tensión luz-sombra y proponer espacialidad-umbral de orden territorial magistral, la sombra anuncia la luz y viceversa, no es posible experimentar los espacios arquitectónicos al margen de esta tensión, que es complementada por la levedad lograda de la pesada piedra volcánica, los muros continuos e inmensos no pesan la luz y sombra enfatiza los poros del sillar y le dan un espesor que a su vez lo difumina, el uso de líneas

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límites claros) se atrapa todas las materias; el paso de los números reales a los grados, o la graduación de los extremos, como el paso de las cosas-en-si a las relaciones de contigüidad de las cosas en bordes inestables y el paso de la ruptura de la escisión entre los edificios y la ciudad, para consolidar un ámbito donde la ciudad y los edificios se conectan sin mezclarse, es la máxima búsqueda de esta época.

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horizontales sutiles (en los zócalos, los aleros y cornisas) logran darle al espacio una tranquilidad y sopor que se confunde con la velocidad en cámara lenta propia de la temporalidad arequipeña; por otro lado, los umbrales de los zaguanes, pergolados, galerías, balcones, etc., inventan un microclima que cobija al paseante del inclemente sol y permite una habitabilidad intermedia entre el afuera y el adentro, entre lo público y lo privado, entre el vacío y la masa. El uso de colores solo aporta una intensidad sensible de ese juego entre interior-exterior, pero lo más significativo, parece ser la textura de los muros continuos, que lo llevan, en promenade, desde el exterior al interior y viceversa sin ruptura, y en gran medida porque las texturas, grabados, esculturas sobre el sillar rompe con la separación clásica de objeto-contexto: es un ejemplo paradigmático de una tensión intermedia, de una Holo-estructura telúrica sin parangón.

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Esta sensibilidad podemos vislumbrarlas en la pintura del impresionismo cuando se pone en valor la materialidad de colores, texturas, manchas, líneas antes que las figuras y formas ligadas a reproducir lo real, no es tanto su inclinación a lo abstracto sino la necesidad vital de plegar el infinito que expresaba Van Gogh; en arquitectura sin embargo, esta sensibilidad llegaría mucho más tarde, después del funcionalismo de la Bauhaus y el industrialismo ingenuo de la arquitectura en la primera parte

del siglo XX en la que el objeto arquitectónico es tratado como objeto industrial.

¿Qué es la transparencia? Si bien el paso del paradigma newtoniano al de la relatividad de Einstein significó, para la ciencia, un salto monumental, para la filosofía, el salto fue menos determinante, pues el peso de Kant y Descartes fue muy profundo, la superación de este determinismo racional extremo y la actitud juzgadora de Kant (empirismo + idealismo), que siguió colocando al sujeto terminado en el centro del pensamiento, no fue nada fácil. En plena época de la ilustración, Spinoza coloca las primeras piedras de la superación del sujeto que pre-existe a las relaciones humanas, con su teoría del cuerpo sin órganos, este llamado de atención no fue escuchado, la llegada de Bergson a inicios del siglo XX , fue otro ladrillo en la pared: la materia como movimiento fue magistral, le dio al sujeto una temporalidad que no poseía anteriormente, por lo tanto, pone en duda la condición de sujeto terminado más al contrario, es un sujeto en formación como proceso VITAL ante todo. Y solo a mediados del siglo XX con Foucault se planteará con claridad la muerte del sujeto. En Arte, igualmente, el paso del episteme disciplinario a un nuevo episteme más virtual y complejo tendrá varios esfuerzos, el inicio


época traería como reto teórico la comprensión de los procesos formativos antes que las formas terminadas y eso implicaba la disolución del objeto, para poner en evidencia las relaciones de producción, las relaciones de consumo y de gestión, así como los tejidos sociales que participan en la producción y consumo de las obras de arte (las casas de exposición y las ferias internacionales). Pero ¿cuál es el aparato que soporta esta nueva sensibilidad?

La arquitectura de vanguardia se entretuvo en la novedad de los procesos industriales, funcionales y homogéneos (Gropius, Mies Van der Rohe), o formas cerradas manteniendo el peso del objeto de la episteme anterior, expresadas en axonometría (Van Doesburg); los que tuvieron mayor sensibilidad a la nueva época fueron aquellos arquitectos que trataron de expresar las fuerzas de una metrópoli industrial explosiva, como las mega-estructuras y el metabolismo japonés, de mediados del siglo. Sin embargo, la atracción por la infraestructura dejó oculta la pregunta sobre el Espacio, porque esta debería estar formulándose en términos de la transparencia que la sociedad industrial planteaba como nuevo paradigma (Bradillard).

Paul Virilio anuncia la estética de la desaparición como sello de la época y coloca al Cine como un aparato básico para la nueva sensibilidad y nuevas formas de exposición colectiva, esta mirada es profunda pues es gracias a la evolución de la imagen-movimiento del cine y sus procesos de montaje que podemos develar la plataforma del siglo XX , es la base además de todas las formas de comunicarse actualmente: una virtualidad que no se podrá comprender sino desde el impacto que tuvo la imagen-movimiento y su temporalidad, en la sociedad moderna. Todas las formas mediatizadas de comunicación, voz y texto se atarán a la imagen digital y daría pie a la moderna forma de mostrarnos como ser humano: el simulacro. Mostramos ante todos lo que queremos ser y no lo que somos, gracias a la tecnología de la imagen (Instagram, photo-shop, etc.) y todo ello inicio en el cine, y, su operatividad del montaje.

La transparencia del fenómeno industrial implica la desaparición de la forma exterior, para adentrarse a la formación interna de los productos, sea como producción en serie o como producción artística (producto y proceso). La

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definitivamente está en VAN GOGH, cuando supera la representación como reproducción del mundo, para buscar hacer hablar al mundo, expresar el infinito oculto de la materia, no copia, sino, promueve un énfasis de las fuerzas latentes de la Tierra a través de un acto creativo. Es una acción háptica más que visual, como la pintura de POLLOK . Esta tarea de hacer expresivo el mundo solo sería continuada por pocos arquitectos.

La transparencia que produjo la imagen-tiempo,

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por lo tanto, no es la sinceridad del ser, sino la formación de un nuevo ser donde la piel ya no es el límite, sino el cuerpo todo es ahora un cuerpo virtual y colectivo: no pensamos como-uno sino en función al me gusta, es una transparencia en simulacro. La línea entre cine e internet pareciera una mutación, sin embargo, el paso de la imagen-movimiento a la imagen-virtual solo implica que la primera posee locus, mientas que la segunda lo disuelve. Como lo expresa Toyo Ito:

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“El objetivo de la arquitectura moderna también consistía en lograr independencia respecto al lugar y a la naturaleza. Mediante la independencia del mundo exterior, aparecería un interior homogéneo y fácilmente controlable. Esto también es cierto en el caso de edificios con una fachada de muro-cortina de vidrio que, a primera vista, parece transparente.” (Toyo Ito, 2006, 10) “Pero una sociedad que ha sufrido la industrialización se transforma en una sociedad de información o de consumo. Por tanto, se trataba de una transición hacia una sociedad donde los valores simbólicos obtenidos mediante la información, más que los valores inherentes a las cosas, son las que fomentan el consumo.” (Toyo Ito, 2006, 12) “Así un cuerpo ampliado por la comunicación dentro de una sociedad interconectada difiere significativamente de aquello

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que había sido el objetivo en los inicios del movimiento moderno. El espacio requerido por ambos cuerpos se llena con transparencia y homogeneidad, pero el espacio característico de los principios del movimiento moderno es una malla cuadriculada que sigue la geometría euclidiana. Se trataba de un espacio transparente de extensión infinita, pero era un espacio visible al que se podía dar forma.” (Toyo Ito, 2006, 19) Toyo Ito está justificando su propuesta de la transparencia a partir de una comparación de los inicios del movimiento moderno atado a la dimensión mecánica de la industria y una segunda fase donde la información digital modifica algunos aspectos del ideario inicial, por ejemplo el énfasis entre lo visible y lo invisible, sin embargo, mantiene la pregunta sobre la condición transparente del espacio, aunque su insistencia en la homogeneidad es contradictoria, pues en su propuesta de incluir la naturaleza y los valores del lugar rompen con la homogeneidad. Mientras que si se mantiene en el plano del consumo informacional (que define como un cuerpo diferente) la homogeneidad es la base del ser genérico que forma esta Holo-esfera digital. En síntesis, si desea mantener la homogeneidad debería aceptar que los lugares y la naturaleza están fuera, pero si insiste en incorporarlos, el resultado es más complejo: transparencia y heterogeneidad. “El nuevo cuerpo también se encuentra más


parte de ella. (…) el cuerpo ampliado mediante la tecnología electrónica abrió nuestros ojos a la existencia olvidada de edificios y ciudades fundidos con la naturaleza y que no estaban completamente en cerrados en sí mismos.” (Toyo Ito, 2006,25)

“A pesar de que el desarrollo de la ingeniería de la comunicación con ordenadores y redes de datos continúa experimentando seros avances, el límite entre el exterior y el interior continuara existiendo inalterablemente. Pero (….) se están introduciendo cambios en este límite debido a los avances dela tecnología informática y de redes. La visualización de la pantalla es información del exterior, pero también una proyección del interior. Ello que se refiere al cuerpo, el límite entre exterior e interior se va desdibujando, y si se intentara definir este límite exactamente, se correría el peligro de invadir el límite del yo.” (Toyo Ito, 2006, 22)

Aquí es donde define su propuesta, por un lado formula una certeza: la ciudad-maquina olvido su contacto con la naturaleza, y, a su vez afirma una hipótesis: el cuerpo ampliado por la tecnología electrónica mostró este divorcio; aquí se necesita ser preciso: lo que mostró la ciudad-informacional es la bifurcación entre la senda que extrema el divorcio, y la senda que a partir de los cambios climáticos y deterioro planetario, decide volver al encuentro con la naturaleza. Parece ser este último, el tomado por Toyo Ito.

“La “ciudad invisible y diferente” requerida por el “movimiento electrónico moderno” esta sin duda menos localizada que la ciudad del “movimiento mecanicista moderno” y por lo tanto un espacio incluso más homogéneo y transparente. Pero, como ya he señalado, es al mismo tiempo un espacio flotante. ¿Es posible hacer visible esta “otra ciudad”? el cuerpo percibido por la experiencia vivida no era una entidad autónoma aislada de la naturaleza, sino que formaba

“El espacio que resulta a partir de la superposición de estas dos representaciones es la “otra arquitectura” y la “otra ciudad”. (…) la fusión de estos dos espacios parecerá más bella cuanto mayor sea su transparencia. Me gustaría describir la fusión de estos dos espacios que han estado contrapuestos mutuamente durante todo el siglo XX de un modo más borroso, y, con sentido de fusión, me gustaría llamar “arquitectura de límites difusos”. (Toyo Ito, 2006, 26)

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allá de la transparencia y la homogeneidad. Requiere una “ciudad diferente e invisible”. (…) Si hay una palabra que para mí podría salvar la distancia entre estas dos ciudades, esta solo podría ser “flotante”.” (Toyo Ito, 2006, 20)

Sin duda para poder realizar esta fusión u otras operaciones donde se involucre la interacción

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con la naturaleza habría que ubicarse a finales del siglo XX , en las décadas donde la exploración estética del tejido natural dejo de ser ambientalista para pasar a ser una materia a la que habría que hacer hablar, es decir, buscar la fuerza potencial que la naturaleza posee en estado latente. Esto implica dos operaciones que inician sin embargo en la primera mitad del siglo XX:

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1. La transparencia como desmaterialización de los límites, el cerramiento del espacio interior a través de la opacidad de los planos no depende de su materia (piedra o vidrio) sino del rol que el arquitecto le asigne a estos, si la tarea de los planos es la separación del interior y el exterior, o, si la tarea de los planos es la expresión de los interiores al margen de los exteriores, estamos frente a la opacidad; por ello, la propuesta de W. Gropius y de Mies Van der Roche son opacas, el primero hace de los planos la expresión del interior y específicamente de la función del interior (forma siguiendo a la función) y el segundo hace que los planos (muros de vidrio) expresen la homogeneidad y abstracción extrema del interior. Sin embargo, si los planos adoptan un rol independiente de la relación interior-exterior para que este explore su espesor, y tienda hacia su desmaterialización, estamos frente a un proceso de transparencia, la búsqueda de planos que expresan sus fuerzas de fuga o los vacíos

internos (porosidad) implícitamente dejan filtrar las tensiones interior-exterior, en esta línea están los planos de La Tourette o Romchamp de Le-Corbusier como también los plegados de Álvaro Siza o Henry Ciriani, que pretenden atrapar espacios intersticiales por las fibras de los planos, al margen de la función de los interiores y alejado de la pretensión de reflejar los exteriores; esta actitud vernácula o contextualista que inicia Venturi, puede ser calificada igualmente como opaca, por cuanto es el complemento de la actitud funcionalista: mantiene un rol dependiente de los planos pero esta vez cediendo al exterior. 2. La transparencia como proceso de desmaterializar las capas geográficas de la Tierra. Develar el valor estético de lo natural, es decir aceptar que lo natural puede tener una dimensión arquitectónica. La búsqueda de las fibras potenciales atrapadas en los planos horizontales o verticales, aun de las líneas y vectores, es por definición una actitud moderna, lo evidencia la pintura de Manet, cuando propone planos que se fugan de los marcos de los cuadros, cuando pone el valor estético, ya no en lo que significan los planos y colores, sino en la expresión material de ellos, y cuando la composición general del cuadro no posee jerarquías de centramiento sino al contrario matrices isotrópicas (Foucault, 2015). Por extensión los planos son geográficos pues


Estas dos operaciones, la porosidad de los envolventes y los intersticios de las capas geográficas, imponen un nuevo rol para los planos: la expresión estética de las fuerzas que laten en ellos, sean que pre-existan en la geografía (agua, bosques, cerros, desiertos, etc.,) o sea que son propuestos por la arquitectura (pendientes, graderías, plataformas, terrazas, pergolados, cubiertas, etc.) lo determinante es la puesta en valor de los poros, los intermedios, los planos de conflicto o conciliación, en general, se constituye un conjunto de mapas y planos relacionales que superan la materialidad para expresar su potencialidad o su posibilidad: transparencia del espacio. Es en este sentido que la virtualidad emerge como vector que entra en tensión con la tierra; no se trata de una arquitectura hecha por el ordenador, eso es diseño gráfico, se trata de la expresión de un cruce creativo entre varios mundos: electrónicos, geográficos y urbanos. Esta búsqueda puede vislumbrarse en la espacialidad ligera de J. Nouvel, como también en la arquitectura de Mendes da Rocha, el primero explorando el valor arquitectónico de lo natural cuando entra en relación con lo artificial, y el segundo cuando explora la dimensión arquitectónica del encuentro entre la geografía y el espacio público:

“Tengo la impresión de que la construcción en sí, la transformación que se ejerce para el asentamiento humano –que va desde la ordenación del propio territorio al saneamiento o la estabilización del terreno (por ejemplo, territorios pantanosos que se transforman en territorios habitables). es la esencia de la arquitectura, la parte esencial de la arquitectura” (Mendes da Rocha, 2011, 63) Esta afirmación es magistral, hace la diferencia con los arquitectos que siguen pensando que la esencia de la arquitectura está en el espacio interior, cuando Medes da Rocha incorpora en la esencia de la arquitectura, la transformación de áreas tan complejas como los pantanos, y el ordenamiento territorial está siendo fuertemente contemporáneo y además brasilero (la gran escala no los asusta). “Por otro lado, esa arquitectura de mercado no es arquitectura. (…) No sé porque la cuestión de la arquitectura no puede, desgraciadamente, plantearse de forma serena, ser de dominio público; porque sería bueno que el conocimiento fuerce de dominio público, cosa que a mí me parece que es la tendencia del género humano (convertirnos todos en sabios). (…) Yo estoy más a favor de la sabiduría popular, que se denomina cultura popular. (…) la cultura popular es la piedra angular del conocimiento, está en el ámbito de los deseos…”

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ya no hay razón para que se detenga en los predios o los objetos, estos, por tanto, son telúricos y topográficos, por ello, la indagación supera con creces los usos del suelo las funciones y los edificios.

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“Lo que puede animarnos un poco hoy, en relación con todo eso, es que si es verdad que la cultura popular es revolucionaria, lo que se denomina cultura popular, actualmente estaríamos frente a una cultura popular mundial, desde el punto de vista de la solidaridad mundial, mejor o peor esbozada. Por ejemplo, la cuestión ecológica, por más degenerada que pueda estar…. Aquí y allí surgen esas ideas sobre la ecología, un tanto excesivamente genéricas; de cualquier modo el foco de la cuestión es la naturaleza, es el planeta, es la existencia, es la permanencia de la existencia futura del género humano en el universo.” (Mendes da Rocha, 2011, 76)

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Son reflexiones donde se supera el objeto industrial como tema central, los retos actuales exigen una evolución disciplinar y Mendes da Rocha hace rato que evolucionó, esta es la base de una nueva espacialidad donde los tejidos sociales, la solidaridad global, como la sostenibilidad mundial, sean parte de quehacer arquitectónico, y con edificios siguiendo las reglas de un urbanismo normativo y especulativo no logramos responder a estas inquietudes. ¿Cómo insertar la transparencia del espacio en estas reflexiones? Pues, justamente en la incorporación de fuerzas de solidaridad y sostenibilidad, la vida y la tierra, a escalas diversas, donde los interiores y los exteriores juegan de manera diferente; es esta la base de una sociedad de la transparencia (Bradillard), que rompe

con los limites individuales aislándose de la ciudad, para transformarse en una sociedad donde lo privado ya no es, sino, un bucle del magma colectivo y geográfico contemporáneo. Aunque ello nos lleve a una decepción generalizada (Lipovestky). Otra aproximación es la de Nouvel, cuando enfatiza la luz en su trabajo: “La arquitectura, en la escala, la forma y el espacio, aspira a crear urbanidad, no urbanismo, El urbanismo es una disciplina sospechosa. Deriva de la sociología, al igual que lo hace la estadística, y no basta por sí solo para crear una ciudad. Lo que sorprende del actual urbanismo es su profunda, prolongada e intencionada amnesia, tanto respecto a la historia como a la geografía. (…) “Todo lo que tiene que ver con la arquitectura, tal y como yo la entiendo y practico, está en vías de desaparición: la interpretación necesaria de las distintas disciplinas, la transversalidad cultural, la continuidad del pensamiento, la irrupción intencionada de la vida. Todo ello ha dejado de existir. Reivindico la exigencia humanista y poética de la arquitectura. Exijo que se relacione con las artes, con el paisaje natural, con el entorno, que se convierta en materia viva, ya sea material o inmaterial. Lo que más desesperadamente falta es sentido poético. (Nouvel, El croquis 183, 10) “El arquitecto parte de lo desconocido y luego hace que el tiempo vibre. Solo me


“Con el tiempo, he acabado viendo la arquitectura como una sucesión de secuencias doblemente articuladas: primero, entre sí; pero luego también con el contexto, con el lugar, con lo que nos cuentan los lugares de su propia historia. (…) Cuando se trata de dar tiempo a la vida, la ciudad es una estrategia.” (Nouvel, El Croquis 183, 22) El espacio transparente, es en esencia, la desmaterialización de los limites tanto como la expresividad de las fuerzas potenciales, la apertura de La Caja De Pandora, la superación de la dicotomía interior-exterior para explorar una nueva dimensión, la intersticialidad; la materia prima de esta tarea es aún un tema de investigación, sin embargo, la Luz es una de las que no podrá faltar, esta es la materia más difícil de arquitecturizar, pero solo ella definirá el éxito o no de una estrategia de desmaterialización de los planos en juego, tanto los planos geográficos como los planos edilicios, solo la interacción de estos, no la superposición y menos la yuxtaposición, la interacción que devele el campo de

fuerzas potencial y prospectivo entre los planos en juego estará en camino de descubrir la transparencia del espacio, y esto implica poner en valor el material en clave abstracta. Los inicios de esta transparencia la intuyo Walter Benjamin cuando descubría Paris, y particularmente cuando evidencia los umbrales, los pasajes, los poros en las fachadas y envolventes2, donde lo público y lo privado se imbrica, es la mirada sobre un nuevo campo de fuerzas, sobre una nueva sociedad moderna y metropolitana con toda su asimetría y tragedia, siendo expresiva en los poros de los planos de la ciudad, planos horizontales (suelo, cielo, calle) como verticales (muros, casas, nichos). “La fantasmagoría colectiva, ese producto del pasaje urbano, ya no está más bajo la determinación de la representación, sino bajo la hiperreceptividad de los afectos y órganos, de la empatía y la absorción”. (…) “La insistencia de esos temas en Benjamin se explica: estamos en el corazón de su concepción política en términos de articulación espacial entre lo privado y lo público, sabiendo que esta articulación está configurada por un aparato.” (Doette, 2013, 177)

PROSPECTIVA Y PROYECTO

siento a gusto cuando estoy dentro de un efecto de claroscuro, en una situación de luz y sombra, de luz obvia –o, mejor de sensación de luz- y de sombra palpable. (…) La penumbra permite el juego, la ilusión. La penumbra asume inmediatamente una connotación erótica. Emborrona las cosas, pero al mismo tiempo presta al objeto la forma de su belleza. (Nouvel, El Croquis 183, 12)

2  La propuesta de Hausmann para el centro de Paris, implicaba

una separación radical del interior y el exterior, especialmente en las fachadas, pues estas son territorio del Estado, donde se aplica férreamente la normativa para asegurar un espacio urbano homogéneo, dejando los interiores como espacio privado donde las reglas son más flexibles y sin control férreo.

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“Este espacio urbano totalmente preperspectivista, como lo era la pintura “internacional” del siglo XVIII donde la membrana, que es el lugar del intercambio y de compenetración por excelencia, es calificada naturalmente como porosidad, no es evidentemente un espacio moderno donde dominaría el vidrio, sino una realidad prehistórica, en el sentido del fenómeno originario: a la vez realidad empírica y una idealidad matricial.” (Doette, 2013, 181) En síntesis, la transparencia no está en el material, por ello no está en la ciudad de vidrio, está en los poros, en los intervalos, que se hacen visibles, es ante todo, en la visibilidad de la marginalidad donde la sociedad contemporánea se hace transparente.

AGUA + CIUDAD II

Espacios y cuerpos marginales

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La arquitectura contemporánea está sustentada en la puesta en valor del cuerpo geográfico, este es colectivo ante todo, y de fuerte naturaleza vital, es decir, que la concepción cultural del proyecto arquitectónico se fortalece, pero no para escindirse de lo natural, sino todo lo contrario, para afianzar la raíz territorial de la cultura, es una geo-cultura o como lo presenta E. Soja una geo-historia; lo que implica que todo proyecto posee por lo menos dos tensiones, una hacia lo universal, donde la Idea toma su esencia y desde la cual se constituye la

prospectiva y la capacidad de descubrimiento ( Telos), y otra tensión hacia lo singular, es el acto de plegamiento de la Tierra, donde la dupla geografía-vida se hace constitutiva, donde emerge la geo arquitectura, aquella que posee alta densidad histórica a la vez que posee intensidad de acontecimientos, tanto los normales como los marginales. La espacialidad contemporánea es expresión de una época en la medida que hace expresiva su informalidad y pone en valor las fuerzas potenciales de lo invisible, de aquello que está entre las fisuras de sus normas y códigos, en la medida que construya espacios de inclusión que superen los defectos de la sociedad disciplinaria y opaca de inicios del siglo XX ; dado que el personaje metropolitano por excelencia fue el flaneur, y se transformó en los nómadas urbanos de las grandes ciudades informacionales que a su vez son duales (Castells): informacional-informal; una altamente conectada y con acceso preferencial a las redes telemáticas y otra hipo conectada y con acceso marginal a la centralidad de las ciudades, la ciudad donde las niñas todavía tienen que levantarse a las cuatro de la mañana y caminar en medio de lo rural inclemente e inseguro para llegar a su colegio a tiempo, o familias rotas que no pueden llegar a tiempo a su emergencia sanitaria por falta de cobertura y falta de movilidad adecuada, así como pueblos que aún no poseen redes de agua limpia y servicios básicos.


Figura 1. Propuesta para una arquitectura permeable en el entorno de la operación estratégica. Elaboración: Grupo de investigación Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio

PROSPECTIVA Y PROYECTO

(s.f.).

Figura 2. Estructura vital, transiciones y umbrales. Elaboración: Grupo de investigación Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio (s.f.).

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AGUA + CIUDAD II

La comprensión en profundidad de las dimensiones del Cuerpo colectivo, un complejo interdimensional vital y geográfico, que se manifiesta entre los ámbitos háptico, topológico y vectorial (por lo menos), exige una aproximación del lado de la Holo-estructura, donde lo disipativo, lo residual, lo marginal, es en esencia el intervalo entre las capas de la Tierra, los nichos de intimidad en medio del mar de transparencia, capaz de atender a lo invisible del tejido socio-espacial metropolitano: tejido pedagógico, redes de bienestar social, tramas creativas y recreativas, huellas hídricas, campos telúricos y capas tecktonicas, nichos ambientales con potencial de ser núcleos de agregación en síntesis, una nueva forma de construir un atractor extraño en la integración de la estructura ecológica y la estructura de flujos (en la ciudad), como también, la imbricación de la estructura tectónica y la estructura vital (en la casa).

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La base humana de la contemporaneidad ya no es más el individuo masculino y europeo del renacimiento, es ante todo, una multiplicad mutante de naturaleza colectiva, inclusiva y mestiza, que teje su textura pública en la dimensión físico-ambiental antes que en las redes sociales de la Web. Por lo que el espacio arquitectónico es ante todo traslucido-transparente, donde emergen los umbrales e intervalos que diversifican las acciones, y que por definición son abstractos, cartográficos y materiales: la cualidad del agua, la sensibilidad de la bruma,

el misterio de la neblina, el calor del sol, el frio de las noches, la penumbra de los bosques, la textura de los páramos, la magia de la penumbra, en general, la arquitectura del territorio.

Transiciones y vacíos El desarrollo urbano en la ciudad de Bogotá se caracteriza por ser irracional dentro del marco del urbanismo salvaje (Antanas Mockus), en el cual los predios rurales se transforman en predios urbanos sin pasar por una estructura urbana de ajuste, si bien el planeamiento debería realizar tal labor, la inercia privatizante y la normativa anacrónica de la ciudad de Bogotá no lo permiten3. Las periferias de la ciudad, por lo tanto, pasan de un estado rural a otro urbano, solo por especulación o invasión, aunque esta última práctica ha disminuido sensiblemente, la primera sigue siendo la regla general para la urbanización de la Sabana; especialmente en las áreas de mayor demanda para la vivienda de estratos altos, o para equipamientos colectivos exclusivos, como ocurre entre el municipio de Chía y la localidad de Suba. En el sector norte de la localidad de Suba se han asentados una gran cantidad de ofertas

El plan de ordenamiento de Bogotá vigente, se reduce a definir usos del suelo (manteniendo la vocación definida en los acuerdos municipales previo a la ley de reforma urbana de 1997), y planes viales; dejando en un limbo normativo sin estructura territorial eco-eficiente a las áreas de expansión urbana, que son las más delicadas estructuralmente por ser espacios de conurbación.

3


Las ideas más relevantes son: 1. Incorporar en un solo proyecto urbano temas calientes en la zona de trabajo, como la vulnerabilidad de la estructura ecológica5, 4  La Universidad Nacional de Colombia, recomendó a la Secre-

taria de Educación del Distrito un plan maestro innovador, bajo la dirección de Henry Talavera Dávila, quedo consignado en el decreto DECRETO 174 DE 2013 ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ D.C. 5  Especialmente frente a la tendencia urbanizadora de la alcaldía

de E. Peñaloza (2016-2020), en la que las áreas de reserva y espacios hídricos son consideradas como “potreros” y espacios “vacíos” para urbanizar.

la recuperación del espacio público y la dispersión de la oferta educativa. 2. La integración en un solo espacio continuo y de calidad toda la oferta educativa del sector y la oferta potencial de espacios naturales con vocación para la educación ambiental de los niños y jóvenes de los colegios campestres. 3. Responder adecuadamente a la solicitud que hace el PMEE en torno a la constitución de nodos pedagógicos de integración ciudadana, donde la comunidad se integre con calidad y seguridad con los estudiantes, así como también, potenciar la relación interinstitucional por complementariedad, compartiendo infraestructura para reducir el déficit de ambientes pedagógicos y los costos de ajustarse a los estándares de calidad espacial contemporáneo. 4. Explorar en un proyecto urbano-arquitectónico la estrategia de transformar espacios marginales en espacios centrales, sin necesidad de expropiación o renovación urbana, sino solo haciendo uso racional de las áreas que la costumbre urbanizadora vigente considera limite, y que el proyecto considera atractor.

PROSPECTIVA Y PROYECTO

educativas privadas, con el formato de colegios campestres, y lo han hecho sin planeamiento integral previo, puesto que siendo área rural no se exigía proyectos urbanos que lo dirijan, a pesar de su impacto sobre la población educativa, como accesibilidad y entornos seguros; por lo tanto, el desarrollo del espacio público y colectivo está reducido a tan solo las vías rurales de difícil acceso. Y este es uno de los temas más importantes en la recuperación del valor estructurante de los espacios colectivos que generan centralidades y cohesión comunitaria: transformar el rol residual y fragmentado del espacio educativo, a un rol de centralidad y atracción de los territorios periféricos. Por ello, recuperar el ideario del plan maestro de equipamientos educativos4 (PMEE, 2014) pero que no se desarrolló en la normativa final (por mantener su inercia edilicia irresponsable), es urgente e imprescindible. Esta última tarea es la que emprende la arquitecta Yeimi Liliana Pinilla en su trabajo de grado.

El impacto que posee diseñar el espacio urbano desde los umbrales es determinante, pues no solo es un inicio diferente a la costumbre y la

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Figura 3. Límite vs. Borde. Elaboración: Grupo de investigación Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio

AGUA + CIUDAD II

(s.f.).

Figura 4. Transiciones. Elaboración: Grupo de investigación Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio (s.f.).

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investigación Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio (s.f.).

normativa vigente, caracterizada por la eficiencia, la reducción y delimitación precisa (nunca cumplida dañado origen a la informalidad), sino que pone en valor la espacialidad para la auto-gestión, para la incertidumbre, la apropiación social cambiante y generalmente amorfa, es por definición, la ciudad de lo poroso que pedía Benjamín y la ciudad de los habitantes de la calle (que debemos ser todos), la ciudad intermedia, donde se define la libertad y la creatividad; sin embargo, esto implica un aumento en el costo de la construcción ciertamente, pero redunda positivamente en la pertinencia y la trasformación socio-espacial justa del hábitat contemporáneo.

Por ello, el diseño en vertical y en unidades urbanísticas complejas, propias de instrumentos como el proyecto urbano y la escala urbano-arquitectónica son las más adecuadas y necesarias, esto se traduce en que los primeros niveles son de mayor intensidad y extensidad pública y de interacción libre en estrecho contacto con las estructuras ecológicas y tejidos hídricos, son por definición, los bordes de la propuesta, que sin embargo emergen hasta las cubiertas, pero en intensidad diferente. Por lo tanto los últimos pisos entran en contacto con el cielo y la lluvia y mantiene su condición de borde pero por la distancia al suelo urbano posee la capacidad de permitir los umbrales, los espacios íntimos y en general, los nichos familiares y colectivos

PROSPECTIVA Y PROYECTO

Figura 5. Umbrales. Elaboración: Grupo de

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Figura 6. Esquema en planta de transiciones, umbrales y bordes. Elaboración: Grupo de investigación Proyecto Urbano y Arquitectura del Territorio

AGUA + CIUDAD II

(s.f.).

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de mayor cuidado, para dejar un intermedio muy diverso y rico en posibilidades siendo por definición la oferta colectica, educativa, de bienestar, etc., pero también una nueva forma de habitar propia de los parques y bosques, que son incluidos en medio del diseño urbano como las huertas, viveros, granjas familiares etc., es la imbricación entre lo rural y lo urbano, asi como lo natural y lo artificial, son unidades urbanas que la arquitectura tiene que explorar para ser contemporánea; muy alejada de la opacidad y pureza del objeto arquitectónico moderno, más cercano a la efervescencia tropical de la arquitectura del realismo mágico y de la permeabilidad.

REFERENCIAS Benevolo, L. (1974) Historia de la arquitectura moderna. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, S.L.. ISBN 84-252-1793-8. Libro Cacciari M. (2010) Barcelona: Gustavo Gili. ISBN: 978-84-9788-777-9. 80 páginas Chabot G. y Beaujeu-Garnier, J. y (1963). Traité de géographie urbaine. Paris: A. Colin Coulanges, F. (1864) De la ciudad antigua. Editorial Porrúa, n° 181, Libro III, pág. 109 Deleuze, G. (1989). Lógica del sentido. Barcelona: Paidós. Deleuze, G. y Guattari F. (1999) ¿Qué es la filosofia? Geofilosofia, Anagrama, 1999, pág. 86 Deotte, J. L. (2013) La ciudad porosa: Walter Ben-


umbrales y bordes. Elaboración: Natalia Villamizar y Pedro Juan Jaramillo Carling (s.f.).

jamin y la arquitectura. Metales pesados. Chile Gravagnuolo, B. (1998). Historia del urbanismo en Europa 1750-1960. Akal Arquitectura Habermas, J. (1998) Facticidad y validez. Sobre el derecho y el Estado democrático de derecho en térmi- nos de teoría del discurso. Trotta, Madrid Lefevre, H. (1969) El derecho a la ciudad. Barcelona: Peninsula [edición original: (1968) Le Droit à la ville, Paris Anthropos]. Ley 388 de 1997 [Congreso de la República] por el cual se establece el Ordenamiento Territorial para Municipios en Colombia. 18 de julio de 1997

Luhmann, N. y Raffaele de G. (1993) Teoría de la sociedad. México, Universidad de Guadalajara I Universidad Iberoamericana I Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente. ONU-Habitat (2004). Carta mundial por el derecho a la ciudad. Revista MEC-EDUPAZ. http:// www.revistas.unam.mx/index.php/mecedupaz/article/viewFile/36443/33018 Rossi, A. (1966). La arquitectura de la ciudad. Editorial Gustavo Gili Sauvagnargues, A. (2006). Deleuze, del animal al arte. Amorrortu Wundram, M. (2009) Palladio (Basic Art Series 2.0). TASCHEN

PROSPECTIVA Y PROYECTO

Figura 7. Esquema axonométrico de transiciones,

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UTOPÍAS DEL AGUA EN TRES CONTEXTOS DIFERENTES Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

“La utopía constituye el motor de la historia. Sin ella la humanidad se hubiera detenido en un pasado ahistórico y la vida de los seres humanos sería un viaje sin norte. Sin utopía en el

AGUA + CIUDAD II

horizonte se impone la barbarie.” (Tamayo, 2017)

En el Semillero Agua + Ciudad Fase II, nos interesa la Utopía entendiendo la doble función que Tomás Moro le asignó: por un lado, implica una “(…) crítica del orden –mejor, desorden– existente (…)”; y por otro, hace referencia a la “(…) propuesta de alternativas transformadoras de la realidad.” (Tamayo, 2017).1 Así pues, al hablar de Utopías del agua, reflexionamos sobre tres contextos diferentes al colombiano en los que se ha creado lo que podríamos llamar una condición novedosa en la relación entre el contexto y el territorio del agua. En cada uno de estos casos, se evalúan las tres premisas propuestas desde el Semillero y se reconocen las estrategias que hacen de cada proyecto un ejemplo de Utopía del agua. 1  Tamayo Juan José. En tierras de Utopía, Cadalso de los Vidrios.

En: La Utopía, motor de la historia simposio internacional con motivo del quinto centenario de «utopía» de Tomás Moro. 2017. Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, S.A. Madrid. Recuperado de: http://sgfm.elcorteingles.es/SGFM/FRA/recursos/doc/ Libros/1712069125_306201791744.pdf

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BISHAN-ANG MO KIO PARK

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Vanessa Alejandra Bolívar Molano y Laura Fernanda Pedraza Tamayo

KIBERA PUBLIC SPACE PROJECT

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Ismael Ryuhei Kagawa Suárez y Paula Alejandra Plata López

PARQUES DEL RÍO Y UNIDADES DE VIDA ARTICULADA MEDELLÍN

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Las tres premisas propuestas son relevantes porque orientan nuestras reflexiones del agua en la ciudad a lo largo de los capítulos siguientes, volviéndose el punto de partida de las intenciones de nuestro grupo. Éstas las premisas consisten en: 1. Reconocer el Agua como elemento conectado y cíclico. Esto implica no solo entender las múltiples condiciones del agua en el territorio, sino sus características, ciclos y relaciones espacio-temporales. La presencia del agua en el territorio tiene multiplicidad de formas, entre ellas: el agua superficial (mares, ríos, quebradas, manglares, lagunas, páramos, humedales, turberas, entre otros), el agua subterránea (hundimientos, recarga de acuíferos), el agua intermitente (agua de lluvia, agua de inundación, agua en evaporación), y la memoria del agua (el trazado del agua y su impacto en la memoria cultural).

2. Aceptar el Agua como elemento estructurante del territorio y de la ciudad. Es decir, asimilar que los cuerpos hídricos deben ser ejes estructurantes del ordenamiento y el desarrollo, que pueden fortalecer el proceso de planeación desde cuatro parámetros: dotando la ciudad de bienes y servicios recreativos, educativos, culturales de diversas escalas; ejerciendo funciones de contención del crecimiento urbano en bordes de la ciudad; conformando un paisaje cultural y regional del agua en las áreas urbanas; y desarrollando ejes de productividad o movilidad en la ciudad.2 3. Resaltar la condición del Agua como proveedor de espacio público, que se da gracias a la colectividad que implica la necesidad primigenia de abastecimiento y las características otorgadas culturalmente de sacralidad y recreación.

UTOPÍAS DEL AGUA

Dennis Natalia Gómez Villarreal y Laura Catalina Rodríguez Arévalo

2  K. Shannon, B. De Meulder. Water Urbanisms. ISBN 978 908 5066

729), 2008

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BISHAN-ANG MO KIO PARK Vanessa Alejandra Bolívar Molano y Laura Fernanda Pedraza Tamayo

AGUA + CIUDAD II

Ubicación Autor Fecha Estado

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Singapur Ramboll Studio Dreiseitl 1988. Renovado: 2012. Construido

Singapur es una ciudad-estado insular ubicada en el extremo sur de la península de Malasia, se encuentra entre los paralelos tropicales por lo que presenta un clima húmedo y un régimen de precipitación de aproximadamente 2.400 mm por año; a pesar de ello, el territorio no ha podido capturar una cantidad suficiente de agua para satisfacer su demanda, por ende su suministro está organizado a partir de 4 estrategias denominadas los 4 grifos: (1)agua importada, (2) captación de agua local, (3) agua desalinizada y (4) agua purificada. El plan de los 4 grifos implica una red de ríos, embalses y vías fluviales que abastecen a la ciudad-estado. Así mismo la mayoría de los asentamientos en Singapur se han desarrollado en función de las fuentes hídricas y los embalses artificiales, en ese sentido las estructuras hidrológicas son


Figura 1. (Anterior página) Vista aérea parque. Tomado de: Asla (2016).

Figura 2. Plano del proyecto. Tomado de: Asla (2016).

Enmarcado en ese contexto, nace el parque Bishan-Ang Mo Kio como una iniciativa de cuerpos gubernamentales e instituciones como la agencia nacional del agua, PUB y NParks que planean una intervención basada en la naturalización y “descanalizacion” del río, integrando el Programa de Aguas Limpias, Hermosas y Activas de Singapur (ABC Waters). El parque no funciona como un proyecto individual sino que, al contrario, se desarrolla en un marco de parques aledaños al caudal, que promueven la aplicación del diseño urbano sensible al

agua. Gracias a la eliminación de los canales, el parque se configura como un hito urbano y sus impactos van más allá del proyecto físico, promoviendo la estructuración de espacios cívicos, una red de proyectos entorno a los otros tramos de las demás cuencas hidrográficas, políticas educativas en torno a la conservación del cuerpo vivo, y todo un movimiento a gran escala en función de la cultura hídrica de la región. Así, la reconstrucción del parque simboliza el proyecto nacional que le apunta a una independencia hídrica al disminuir la cantidad de agua importada a través de actividades y prácticas sustentables ejercidas desde y por la misma ciudadanía.

UTOPÍAS DEL AGUA

entendidas como un eje central en la organización urbana del espacio.

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Agua como elemento conectado y cíclico Comprender el agua como un elemento cíclico y conectado implica la comprensión de otros componentes clave que modifican y/o son modificados por el sistema hídrico, como el contexto fluvial y de precipitación y cómo esto repercutió en la canalización y posterior reconstrucción del parque Bishan-Ang Mo Kio ya que Singapur, al contar con poca oferta hídrica, se ve en la necesidad de promover la concientización del cuidado

Agua como elemento estructurante El parque se enmarca en 3 de las vías principales del distrito de Bishan como lo son Marymount, Bishan road, y Upper Thomson, funcionando como conector urbano entre los distritos de An Mon Kio y Bishan, que antes de la intervención conciben al río como una barrera urbana. El parque representa una estructura ecológica y cultural, que genera un impacto en las comunidades, entorno al entendimiento del cuerpo hídrico como

AGUA + CIUDAD II

Agua como proveedor de espacio público

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El complejo genera una conexión verde con el área residencial de Bishan y Ang Mo Kio, se articula con el sistema de metro de singapur, genera espacios cívicos de recreación y encuentro por parte de la comunidad, así mismo ubica al peatón al nivel del afluente, en función de generar actividades en torno a este y hacer promoción del agua saneada. La riqueza paisajística aproxima al usuario a la rivera e integra el cauce con


Figura 3. El agua como elemento cíclico. Elaboración propia.

del agua, su purificación y reciclaje lo cual se materializó en la reconstrucción del parque y el río Kallang, cuya canalización se pensó en un principio para evitar las inundaciones y conducir su caudal más rápidamente al océano. La concientización generó una transformación en las lógicas de asociarse con el río en las que la ciudadanía y el flujo del río se vuelven actores necesariamente conectados.

Figura 4. (Anterior página) Canal antiguo. Tomado de: Landezine (2012).

Figura 5. El parque como estructurante. Tomado de: Dezeen (2012).

organismo vivo, y se constituye como un sendero estratégico en medio de la ruta migratoria de algunas aves, generando un ecosistema diverso y en contacto directo con la ciudad. Bajo estos principios el parque es un elemento vertebral que articula los usos del sector, genera impacto ambiental, implica mejoras cualitativas sociales, y propicia la organización de planes sostenibles a largo plazo.

el peatón. Tomado de: Landezine (2012).

el tejido urbano a partir de su programa, que incluye: zonas infantiles, puntos de contemplación, pasos elevados, Jardín terapéutico entre otros. Lo anterior responde a los usos de la zona aledaña, generando dinámicas de auto control por parte de la población vecina, quienes se apropian del lugar velando por la seguridad y protección ambiental a través de campañas de pedagogía y una participación activa.

UTOPÍAS DEL AGUA

Figura 6. Vínculo con

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ESTRATEGIAS

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Purificación y reciclaje de agua por bioingeniería. Diseño de la seguridad de las orillas del río

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La purificación se hace a través de la percolación para verter agua limpia en el caudal, este proceso va de la mano con la eliminación de diversas fuentes de contaminación, la provisión de una infraestructura adecuada de alcantarillado y nuevas instalaciones dentro del programa New water. El proyecto utiliza biotipos de limpieza como plantas macrofitas que absorben algunos contaminantes y degradan los compuestos orgánicos. Se utilizan lechos filtrantes que retiran metales pesados y remueven las impurezas, así como tratamientos biológicos mediante bacterias cuyo biotipo es la arena. Otro proceso también utilizado es la ósmosis inversa, la desinfección final del agua del producto con luz ultravioleta y el sistema de alcantarillado de túnel profundo. La transformación del río genera conexión y apreciación de la vía fluvial por parte de los ciudadanos, fomentando el cuidado del mismo. Para 2060 se plantea la dependencia del 50% del agua tratada, en ese sentido el parque Bishan junto a toda la red de estanques convierten a Singapur en uno de los pocos países que recolecta aguas pluviales urbanas a gran escala.


Figura 7. Purificación a través de biotipos. Tomado de: Enviro Pro Green Innovations (2011).

Figura 8. Terraplenes de estabilización. Tomado de: Gooood (2013).

El parque se remodela para atender el aumento de la escorrentía, restaurando 3.200 m de canal, para esto el proyecto aprovecha las técnicas de bioingeniería de suelos y estabiliza las orillas del río, previniendo la erosión. Las técnicas consisten en la implementación de fajinas que ralentizan la escorrentía y favorecen la sedimentación del terreno, se disponen tanto elementos inertes capaces de enraizar y se añaden especies hidrófilas para proteger los bancos de tierra de la cuenca hidrográfica. Así mismo se utilizan lechos verdes con geotextil, gaviones con vegetación que funcionan como presa filtrante y permiten el flujo normal del agua. El meandro del río alargó el cauce del parque de 2,7 kilómetros a 3,2 kilómetros. El curso más largo ayuda a ralentizar el flujo y facilita el tratamiento, filtración y seguridad del agua, por otro lado la prevención de inundaciones es más eficiente, dado que tiene la capacidad de transportar un 40% más de agua que el canal anterior. En respuesta al aumento del cauce y la seguridad, el proyecto cuenta con un sistema de monitoreo con sensores de nivel de agua, para brindar una alerta temprana en caso de aumento del nivel del agua.

UTOPÍAS DEL AGUA

Restaurar la orilla + Bioingeniería

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Educación comunitaria La organización e integración no se limita a la apertura de espacios dentro y alrededor del parque sino también en la generación de programas que interactúan directamente con los actores que se abastecen del agua del río, volviendolos agentes activos a la hora del mantenimiento y cuidado del agua.

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Estas campañas sobre la educación ambiental parten de tres pilares fundamentales: conservar, valorar y disfrutar el agua como bien común. Dentro de estas campañas se encuentran el 10% Challenge y 10-Litre Challenge que invita a las industrias y residentes a utilizar el agua sabiamente al promover el ahorro diario del 10% (para las industrias) y 10 litros (para residentes) del agua usada. Otro programa es el galardón Watermark Award para dar reconocimiento de los individuos y organizaciones que contribuyen al cuidado del agua.

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El programa Friends of Water reconoce igualmente a aquellos actores que promueven la concientización sobre el agua y su consumo sustentable. Finalmente, el programa Our Waters Programme invita a las escuelas y organizaciones a adoptar cuerpos de agua, cuidar de ellos y promover entornos comunitarios.


Figura 9. (Anterior página. Superior) Dinamicas escolares en Bishan AMK park. Tomado de: Landezine (2012).

Figura 10. (Anterior página. Inferior) Campañas

El proyecto se fundamenta bajo los principios de sustentabilidad, por ende se estudian las propiedades inherentes a cada material del canal y se reciclan los materiales de desecho para la reconstrucción del parque, transformando los canales obsoletos en senderos a lo largo del río. El concreto se aprovechó en la construcción de algunos de los edificios del parque, como dos restaurantes y diferentes áreas o así como para construir una plataforma de contemplación escalonada de acuerdo con las características del sitio, llamada Recycle Hill. El mirador emplea las losas de hormigón-contenedores del caudal y se reutilizan como elemento escultórico del montículo, generando espacios de reunión. Por otro lado algunos troncos, piezas de acero y cristales rotos se reutilizaron para áreas de juegos, mesas y elementos de paisaje, las tuberías de alcantarillado se aprovecharon como mobiliario y algunos materiales de la construcción se adecuaron para constituir capas permeables. Lo anterior no solo reduce el consumo de materias primas sino que también evita costos en el transporte y así mismo reduce los efectos contaminantes de su construcción, siguiendo la lógica de concientización sobre los recursos preexistentes.

UTOPÍAS DEL AGUA

Reciclaje de materiales

entorno al parque. Tomado de: The Fascinating World of Forestry (2015).

Figura 11. Recycled Hill. Foto por: Marklin Ang. Tomado de: Southeast-Asia (2021).

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Recuperación de la flora y fauna

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La recuperación del parque y el río Kallang repercutió en la biodiversidad de flora y fauna que incrementó un 30% desde la reconstrucción del parque. El parque cuenta con alrededor de 60 especies de flora silvestre, más de 50 especies de pájaros (con especies tales como la garza imperial, la garceta común o el capuchino punteado) y aproximadamente 20 especies de libélulas junto con algunos mamíferos y anfibios como las nutrias, jabalíes y la rana toro.

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El parque, por ende, no solo significa integración comunitaria sino también integración entre humanos y especies no humanas. Compartir el espacio público con este tipo de actores, en consecuencia, plantea una serie de retos en cuestión a nuevas prácticas educativas que superen la lógica dicotómica entre los humanos y los no humanos y que, por el contrario, generen conciencia sobre la adecuada interacción para mantener ambas partes seguras y saludables. En últimas, el parque ha implicado la reconstrucción del patrimonio natural con el que cuenta Singapur y se convierte en un ejemplo de la adecuada integración entre la infraestructura ecológica y urbana que no se encuentran estrictamente distanciadas sino que permanecen en constante interacción.


Integración del parque-contexto

Tomado de: Singapore Birds (2016).

Figura 13. (Anterior página. Inferior) Nutrias en el parque Bishan. Foto por: Max Khoo. Tomado de: Biophiliccities (2019).

Figura 14. Contexto del parque. Elaboración propia.

Sin embargo, la conexión no se limita a estos dos distritos sino también surge como un proyecto que integra a toda/os la/os ciudadana/os singapurenses y extranjeros por lo que se adapta el parque para integrar actividades y distintos sectores comunitarios; en este orden de ideas, surgen construcciones como el mega complejo de deportes terrestres y acuáticos y espacios para la reconstrucción del patrimonio histórico y natural como método de preservación de la memoria en el espacio público. Consecuentemente, la adaptación del parque a los requerimientos sociales y naturales conlleva a una reorganización de los espacios circundantes; de este modo, se tiene prevista la construcción de nuevos espacios residenciales (como el Kallang Distripark) industriales (como el Kallang Industrial Estate) y comunitarios (como el Kampong Bugis) y el mejoramiento de la infraestructura vial.

UTOPÍAS DEL AGUA

Figura 12. (Anterior página. Superior) Garza en el parque.

La integración del parque con sus ambientes circundantes comienza con el renombramiento del mismo tras pasar de “Parque Bishan” a “Parque Bishan-Ang Mo Kio” haciendo referencia a los dos distritos que lo rodean. Este acto simbólico alude a su vez a la integración material entre estos dos distritos a través de la construcción de vías e infraestructura conectante.

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KIBERA PUBLIC SPACE PROJECT Ismael Ryuhei Kagawa Suárez y Paula Alejandra Plata López

Ubicación Autor

AGUA + CIUDAD II

Fecha Estado

130

Nairobi, Kenia Kounkuey Design Initiative (KDI) 2006 En Proceso

Actualmente, las ciudades en el sub-Sahara Africano están pasando por un rápido proceso de urbanización que conlleva a una gran tasa de asentamientos informales, una pobre planeación de estas, y por consecuencia, la destrucción de los cuerpos verdes y azules que se encuentran en la zona. Un ejemplo de esto, se encuentra en la Ciudad de Nairobi, en el asentamiento Kibera. Rodeado entre el río Ngong y pequeños riachuelos, este asentó en lo que antes era un gran bosque. El asentamiento cuenta con más de un millón de habitantes convirtiéndose en el asentamiento informal más grande de Nairobi y el segundo más grande de África. La gran parte de la población de la zona vive en condición de extrema pobreza. La zona presenta un alto índice de criminalidad gracias al estrés económico generado al interior de las familias que desencadenan problemas sociales


Ubicación de Kibera dentro del Contexto. Tomado de: J. Mulligan (s.f.).

Figura 2. Mapa de Kibera con ubicación de las intervenciones. Tomado de: Anthropocense (s.f.).

el diseño y desarrollo comunitario, Kounkuey Design Initiative decide trabajar junto a la comunidad que se encuentra en la zona para el mejoramiento de este por medio de la generación de una red de intervenciones espaciales puntuales, que ellos catalogan como “Espacios Públicos Productivos“ a lo largo del río Ngong, ya que en dentro de la densa ciudad, estos son los únicos espacios utilizables de forma rentable y sin desplazar a nadie. Estos espacios proporcionaran a los habitantes los espacios de reunión que estos necesitan, respondiendo a sus necesidades sociales, y mejorando su calidad de vida.

UTOPÍAS DEL AGUA

Figura 1. (Anterior página)

como la violencia intra-familiar, depresión, y embarazos a temprana edad. Por su carácter informal y por su localización, esta zona carece de infraestructura para suplir las necesidades básicas del ser humano. Kibera actualmente no cuenta con un sistema de alcantarillado y abastecimiento de aguas óptimo, por lo cual dos veces a la semana, un tanque debe llegar a proveer agua en la zona y periódicamente se generan fuertes inundaciones por la carencia de infraestructura de evacuación de aguas. La zona además, cuenta con un gran problema ambiental por esta falta de infraestructura. Dentro de este contexto tan particular y delicado, la organización sin ánimo de lucro para

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Agua como elemento conectado y cíclico En el diseño de cada uno de los proyectos ha sido imperativa la adaptación de los espacios a las condiciones climáticas del territorio. Los patrones de lluvia en Nairobi han cambiado con los años; durante la última década la precipitación anual ha aumentado pero llega en menos días. Kibera es vulnerable a las inundaciones por lo que las nuevas estructuras incluyen en su diseño las dinámicas del agua, construyéndose a partir del

Agua como elemento estructurante Kibera no cuenta con una infraestructura adecuada, y a falta de un sistema de alcantarillado funcional y sostenible, al igual que el mal manejo de residuos los ríos Ngong y sus riachuelos adyacentes, se han convertido en transporte y almacén de desechos, deviniendo ambos ríos en factores de vulnerabilidad para la comunidad. Sin embargo, al ser objeto de las intervenciones impulsadas por KDI el agua pasa a ser un sujeto de

AGUA + CIUDAD II

Agua como proveedor de espacio público

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El agua representa vida y el acceso adecuado y equitativo a esta puede determinar la calidad de vida de una población. En búsqueda de una mayor sustentabilidad y garantía de servicios básicos en algunos de los sitios KPSP se han instalado tanques de agua y bloques de saneamiento, ambos servicios son utilizados y administrados por la misma comunidad. Al incluir la oferta de agua y saneamiento el espacio convoca a las personas


elemento cíclico y conectado a múltiples escalas. Tomado de: Building Urban Floor Resilience (s.f.).

Figura 4. Espacio Público Productivo No. 05. Tomado de: KKD (s.f.).

conocimiento del espectro del agua, las características del suelo y las necesidades del ambiente en general. Dentro del contexto de Kibera, en donde el río está totalmente desarticulado con las personas, se busca la recuperación de este en términos ambientales para que este funcione como elemento conectado y conector.

transformación del territorio. El agua es parte sustancial de Kibera, los ríos atraviesan todo el asentamiento y el trayecto de los dos ríos ha constituido la ruta del sistema de recuperación y creación de espacios productivos. Así se generaría una estructuración en términos de espacio público y también una estructuración de conexión social.

Figura 5. Esquema para el PPS 07. Tomado de: Jeremy Perrodeau (s.f.).

Figura 6. Imagen de PPS 07 Bajo Construcción. Tomado de:

que en su cotidianidad no cuentan con estos servicios; en esta medida los distintos proyectos, logran reunir a la población en torno al consumo, uso y manejo del agua, y consecuentemente tal reunión por el agua llega a favorecer otras actividades de desarrollo social y económico mejorando integralmente la concepción y uso del espacio público.

UTOPÍAS DEL AGUA

Figura 3. El agua como

AFRITEKT (s.f.).

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ESTRATEGIAS

AGUA + CIUDAD II

The Network

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El Objetivo primordial de KPSP en Kibera es el mejoramiento integral del asentamiento, para esto se propone la creación de una red o “Network“ de diferentes “Espacios Públicos Productivos” que son proyectos espaciales a pequeña escala en puntos estratégicos que luego en conjunto funcionan como uno sólo. Esta estrategia se acerca al concepto de urbanismo táctico que se viene desarrollando actualmente en el mundo. Donde un pequeño gesto genera un gran impacto. Por medio de esta red se busca no solo la creación de una red físico espacial de espacios públicos sino también la creación de una red social donde las personas se puedan conocer y operar dentro de este mismo. La creación de estos espacios públicos ubicados estratégicamente sobre la zona de amenaza de inundación busca solventar las necesidades puntuales del lugar a pequeña escala mientras que a escala de red busca solventar los desafíos y necesidades en términos de asentamiento como son los problemas de inundación, infraestructura, pobreza, contaminación, e inseguridad. Así una proyecto se conecta con el otro para mejorar el todo como uno.


Figura 7. Ubicación de los Espacios Públicos Productivos frente a la zona de amenaza por inundación. Tomado de: KKD (s.f.).

Figura 8. Espacio Público Productivo No. 04. Tomado de KKD (s.f.).

Los Productive Public Space (PPS) o Espacios Públicos Productivos son aquellos que transforman un espacio no apropiado a espacios públicos utilizables. Estas son operadas por sus usuarios locales en colaboración con grupos exteriores que integran el uso de generación económica con el empoderamiento social. Por medio de este se busca revalorar el lugar sin alejar a las comunidades originales. Así, este afrontaría las necesidades primordiales de la comunidad para luego seguir a un mejoramiento integral a mayor escala. Estos espacios se generan a partir de conceptos contundentes para la creación de significado o valor en ellos. Estos espacios se buscan mejorar tres aspectos, el físico, donde se abordan los temas de la contaminación, la reducción de desechos, y el control de las inundaciones. Un segundo aspecto que es el social, donde se busca el ensamble comunal, la recreación pública, y el acceso a la infraestructura para el buen vivir de las personas y finalmente el aspecto económico donde se aborda la generación de ingresos, aseguramiento de comida, y la generación de pequeños negocios.

UTOPÍAS DEL AGUA

Espacios Públicos Productivos

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AGUA + CIUDAD II

Diseño Participativo

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Partiendo de la premisa de “Diseñar con, no diseñar para“, desde la concepción hasta la implementación. El proyecto comienza con sesiones de trabajo activas entre la comunidad y el grupo a trabajar para identificar desafíos y necesidades, para así proponer y priorizar soluciones, y finalmente desarrollar un plan maestro del sitio en cuestión que integre infraestructura, servicios, empresas y programas. Se busca que los residentes vean el paisaje que habitan con nuevos lentes y evalúen las soluciones propuestas para determinar su viabilidad e impacto. Uno de los principales objetivos es que las comunidades se apropien de los nuevos espacios. Kibera tiene unas redes sociales sólidas y entre su población hay muchos obreros, artesanos, pequeños empresarios y grupos comunitarios que están constantemente trabajando para mejorar la infraestructura y los servicios básicos. El trabajo con estas personas fue clave en el desarrollo de cada uno de los proyectos. En etapas finales del diseño de los espacios se mantiene la participación de las comunidades por medio de encuestas, ejercicios de cálculos de costos y de planificación comercial.


La Enseñanza y el Aprendizaje Figura 9. (Anterior página. Superior) Taller participativo

Tomado de KKD (s.f.).

Figura 10. (Anterior página. Inferior) Taller participativo con estudiantes de Colegio. Tomado de KKD (s.f.).

Figura 11. Espacio Público Productivo No. 04. Tomado de KKD (s.f.).

Los sitios PPS buscan crear una red con personas de la comunidad que tengan procesos de liderazgo y/o estén interesadas en aprender y compartir nuevos conocimientos y habilidades relacionadas a la construcción de los espacios productivos y las actividades a realizar en ellos. El PPS No. 1 busca la creación de unos espacios dignos para el aprendizaje en donde las personas se capacitan para luego poder aplicar las técnicas constructivas aprendidas en el lugar o aprendan a cultivar objetos y reciclar material orgánico para

hacer objetos como el compostaje. Así se busca la generación de una micro economía en la zona. Se puede decir así que el enseñar técnicas de vanguardia junto al entendimiento de las dinámicas y técnicas locales, ayudan a la creación de nuevas tecnologías que se adecuan propiamente al lugar dando paso a una innovación sostenible y local.

UTOPÍAS DEL AGUA

para con la comunidad.

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AGUA + CIUDAD II

Proyecto Sostenible

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La sostenibilidad de los espacios públicos productivos se vuelve un tema primordial al hablarse de estos puesto que no solo se busca una sostenibilidad en términos ambientales que logran por medio de la implementación de “infraestructura Híbrida“, se busca también la sostenibilidad en términos económicos y culturales. En este caso, esta sostenibilidad económica se da a través de la generación de espacios que permitan el desarrollo del trabajo y también la generación de espacios para la capacitación de la población. Así esto haría que se genere dentro de la misma zona mano de obra para crear su propio lugar que ayudaría a la apropiación óptima de estos. Además, se plantean talleres en estos lugares para la enseñanza de la agricultura y la creación de artesanía local que ayudará entonces al mantenimiento de la cultura. También, es importante hablar de que se buscan soluciones productivas a los problemas de infraestructura de la ciudad como el reciclaje de material orgánico, la creación de espacios para el saneamiento y almacenamiento del agua (KPSP 02), baños y duchas públicas y también la creación de dispositivos para la captación y tratamiento de agua lluvia para ser utilizado como recurso.


Figura 12. (Anterior página. Superior) Habitantes de

Infraestructura Híbrida

la zona capacitada para la construcción de los PPS.

Figura 13. (Anterior página. Inferior) Habitantes de la zona en una huerta del PPS1. Tomado de: KKD (s.f.).

Figura 14. Instalación de sistema de evacuación de aguas para resolver los problemas de inundaciones. Tomado de: KKD (s.f.).

La implementación de infraestructura híbrida en el proyecto es algo de suma importancia para el buen manejo del agua superficial (ríos) y del aguas intermitentes como la lluvia que generan en la zona grandes casos de inundaciones. La infraestructura híbrida es aquella infraestructura gris (hecha por el ser humano) que trata de adecuarse a la estructura verde o azul (vegetación y agua) para el buen funcionamiento de estos elementos frente a las estructuras creadas por el ser humano. En el caso particular de Kibera, es de suma importancia el poder generar estas infraestructuras para evitar

grandes catástrofes por causa de inundaciones. Por lo cual en cada proyecto de espacio público productivo se dispone de un sistema de drenaje que evita estas catástrofes además del uso de gabiones para aligerar el impacto de los ríos frente a la zona. También, se busca mejorar la conectividad de la zona con la ciudad por medio de la creación de puentes óptimos para así liberar a Kibera del aislamiento.

UTOPÍAS DEL AGUA

Tomado de: J. Mulligan (s.f.).

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PARQUES DEL RÍO Y UNIDADES DE VIDA ARTICULADA MEDELLÍN Dennis Natalia Gómez Villarreal y Laura Catalina Rodríguez Arévalo

Ubicación Autor Fecha Estado

Medellín, Colombia Colectivo 720 2015 En proceso

AGUA + CIUDAD II

“Devolverle la vida al río y el río a la ciudad y a sus habitantes” Anibal Gaviria, alcalde de Medellín.

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Los proyectos urbanos de Parques del Río Medellín y las Unidades de Vida Articulada, (UVA) son ejemplos de escenarios arquitectónicos que buscan la integración del agua, como un elemento fundamental en la formulación del espacio público de la ciudad de Medellín y la región. Desde el año 2014 con la aprobación del Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín se inicia la construcción de la primera fase del proyecto de parques del Río a través del Acuerdo 48 de 2014, en una apuesta institucional “por integrar al Río Aburrá o Medellín como corredor biótico y eje ambiental de la ciudad” (Alcaldía de Medellín, 2014).


Figura 1. (Anterior página) Proyecto Parques del Río Medellin. Tomado de El Tiempo (2019).

Figura 2. Foto aérea del proyecto de las UVA en Medellín. Tomado de: Archdaily (2016).

Así, surge como instrumento de conectividad de la zona urbana central con las zonas de los cerros y el área metropolitana, teniendo en cuenta que según las metas de renovación urbana y desarrollo sostenible contempladas en el POT de Medellín, se intenta disminuir el crecimiento urbano en las zonas montañosas a través de la transformación del Río Medellín en un centro de interconección a niveles de

movilidad, espacio público y recuperación del medio ambiente. Sin embargo, durante los cuatro años posteriores a 2016, con la implementación de las Fases 1A y 1B del proyecto, los retos a niveles de seguridad urbana, conectividad vial, sobrecostos y reforestación han puesto a prueba la capacidad de la obra para responder a las necesidades de espacio público y mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos. Asimismo, esta obra se ha mantenido en la agenda pública de renovación urbana de Medellín y del área metropolitana desde su aprobación en 2014, siendo una de las más significativas para el país durante el siglo XXI.

UTOPÍAS DEL AGUA

De esta forma, el proyecto recorre la ciudad de sur a norte integrando elementos de fauna, flora y equipamientos urbanos que buscan generar nuevas formas de relacionamiento de los ciudadanos con los espacios que históricamente han habitado.

141


Agua como elemento conectado y cíclico Este proyecto busca integrar espacios de contención y canalización del agua a la vida cotidiana de las comunidades, a través de mecanismos de construcción urbana que coinciden con las morfologías naturales que el río mantiene a lo largo de la ciudad de Medellín, las UVAS además intentan contribuir a la protección de espacios de agua que se encuentran invadidos por formas urbanas que riñen con su ciclo natural, al convertirlos en

Agua como elemento estructurante Estos proyectos son ejemplos importantes de una búsqueda por construir una ciudad morfológicamente incluyente con el agua y el Río Medellín, logrando adaptar sus diferentes escenarios, en elementos para la transformación de las relaciones sociales y territoriales en el Valle de Aburrá y la ciudad. Sin embargo, se observa como el agua se encuentra en diferentes estructuras (contenedores de agua, cuenta media canalizada, cuenca alta no canalizada, parque botánico)

AGUA + CIUDAD II

Agua como proveedor de espacio público

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El espacio público no solamente se relaciona con los equipamientos y lugares públicos, simultáneamente, hace referencia a las relaciones de habitabilidad que desarrollan las comunidades con los espacios, sus formas de vida, actividades, etc. Proyectos como parques del Río Medellín y las UVAS son complementarios a la hora de conformar la imagen y estructura urbana. Por un lado, Parques del Río interviene a gran escala la ciudad, mientras que las UVAS permiten intervenciones


Figura 3. Espacio público generado en el parque Tomado de: Archdaily (2013).

escenarios de recreación y esparcimiento. El elemento cíclico aparece en una disputa por su recuperación y mantenimiento en zonas de alto riesgo de contaminación y vertimientos, como lo es la cuenca media del río Medellín, que atraviesa la zona urbana.

Figura 4. (Anterior página)

del río. Tomado de: Archdaily (2018).

Figura 5. Mapa de las UVA y el río Medellín. Tomado de: Archdaily (s.f.).

Figura 6. Esquema del proyecto. Tomado de: Ekoomedia (s.f.).

y a partir de su presencia se construye un modelo de ciudad que la incluye funcionalmente. Dicha inclusión funcional alberga una comprensión del río y del agua, como elementos proveedores de servicios públicos y privados pero también de experiencias para los ciudadanos, en este sentido el agua también está incluida a partir de la utilidad práctica que las comunidades y la ciudad le otorgan, además de la reutilización de espacios históricamente alejados de la comunidad por motivos de miedo, inseguridad o insalubridad.

parciales localizadas en áreas periféricas, que logran además la apropiación de de espacios segregados en las comunidades. En grandes zonas urbanas como Medellín, la construcción del espacio público sigue siendo un elemento en disputa, mientras las formas predominantes de arquitectura mantienen apropiaciones privadas de los espacios, las iniciativas por la recuperación y resignificación de escenarios plantean nuevas formas de construir lo público.

UTOPÍAS DEL AGUA

Mobiliario publico a lo largo

143


ESTRATEGIAS

AGUA + CIUDAD II

Río Medellín como eje desarrollo Urbano

144

El objetivo principal de los proyectos Parques del Río y UVAS, es promover el Río Medellín como un eje ambiental y urbano, es decir como un centro que integre el espacio público, la movilidad, la economía y el desarrollo social de la ciudad en diferentes escenarios disponibles para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes, sensible al medio ambiente. Por otro lado, el desarrollo está orientado en la construcción de una estructura urbana capaz de incluir al Río, en lugar de eliminarlo o apartarlo lejos de la vida cotidiana. Las UVAS por su parte, permiten la intervención en espacios periféricos de la ciudad (barrios populares, comunas) que conjugados con el proyecto a gran escala de parques del Río, logran una transformación de la imagen de ciudad que entra en contacto directo con la ciudadanía, al proveer espacios de cultura, recreación y deporte, esparcimiento, movilidad, seguridad, además de promover el contacto directo con el agua de forma funcional, es decir como un elemento valioso al ser un proveedor de servicios públicos y experiencias.


Figura 7. Render general del proyecto. Tomado de: Ekoomedia (s.f.).

Figura 8. Render general del proyecto. Tomado de: Ekoomedia (s.f.).

Un aporte fundamental de los proyectos de Parques del Río y de las UVAS, es el aprovechamiento de los equipamientos existentes en desuso (tanques de abastecimiento y contenedores de agua), además de la inclusión de la morfología natural del Río Medellín, para la renovación urbana. Estas iniciativas tuvieron en cuenta los escenarios preexistentes en las zonas periféricas (UVAS) y a partir de ellos se transformó el espacio público, es importante resaltar que al hablar de espacio público no solo se habla de lugares de uso público, sino también de las relaciones establecidas entre los habitantes del territorio y dichos espacios. Con la renovación de equipamientos además de la construcción de nuevos espacios multipropósito que respondan a las necesidades de cultura, recreación, deporte, esparcimiento, etc, se cambia también el vínculo de los habitantes con sus zonas aledañas, en este caso las periferias y los barrios populares. Por otro lado, mantener la morfología del Río Medellín como eje de construcción del proyecto incluye funcionalmente al cuerpo hídrico dentro de la renovación arquitectónica, proponiendo además soluciones parciales en temas de movilidad, seguridad, disfrute del espacio público, así como las relaciones productivas.

UTOPÍAS DEL AGUA

Renovación de espacios públicos en desuso

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AGUA + CIUDAD II

Redes de tejido social

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La transformación de los espacios públicos también permite la construcción de nuevas redes de tejido social, es decir, nuevas formas de relacionamiento en las comunidades además del establecimiento de nuevos vínculos con sus lugares de habitabilidad. A niveles periféricos, las UVAS permiten el acceso de servicios públicos y de experiencias a los habitantes de los barrios populares, que históricamente han estado relegados y desvinculados de lugares para el arte, la cultura, el deporte, la recreacióon, la educacióon, etc, ya que estas actividades suelen concentrarse en los centros urbanos, con las UVAS los tejidos sociales periféricos se transforman en relación con las nuevas culturas de apropiación positiva del espacio. Asimismo, el desarrollo de actividades turísticas enfocadas en el reconocimiento histórico y cultural de los parques del Rio, permite además la interacción entre los ciudadanos y visitantes nacionales y extranjeros a través de la experiencia compartida que ofrecen los equipamientos y el agua.


Figura 9. (Anterior página) Acciones de diseño.

Teniendo en cuenta una perspectiva más crítica de los proyectos de Parques del Río y de las UVAS, la inclusión del agua dentro de la renovación urbana se da a partir de lógicas funcionales, es decir el agua ya sea en forma del cuerpo hídrico del río o del recurso de abastecimiento, se hace relevante por la utilidad práctica que tiene como proveedora de servicios públicos o de experiencias para los habitantes de la ciudad, como elementos de atractivo turístico presentes en parques, fuentes, museos, etc. y como elemento de abastecimiento de energía eléctrica, suministro de agua potable y alcantarillado. Sin embargo las problemáticas de contaminación, degradación de los ecosistemas hídricos, deforestación y desprotección para las zonas donde naturalmente existe el agua, permanecen dentro de la arquitectura urbana, si bien es cierto que estos proyectos tienen la intención de lograr articulaciones duraderas entre el agua y el desarrollo urbanístico, la protección del medio ambiente continúa siendo un tema relegado en las agendas políticas, a pesar de estar presente en todos los instrumentos administrativos, públicos y privados de renovación, planeación, gestión etc.

UTOPÍAS DEL AGUA

Inclusión funcional del agua

Tomado de: Archdaily (2014).

Figura 10. Operaciones formales del proyecto. Tomado de: Archdaily (2014).

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AGUA + CIUDAD II

Imaginarios del agua:arquitectura preexistente

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A lo largo de los dos proyectos, el agua y el medio ambiente se plantean como elementos fundamentales para el desarrollo y la renovación urbana, esta estrategia es innovadora en América Latina ya que contempla la inclusión de los cuerpos de agua y del agua en general como un elemento partícipe en la construcción de un modelo de ciudad sostenible. La idea del agua como instrumento de transformación social y del espacio público, crea imaginarios asociados a la vida y al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes, esto permite una mayor aceptación del proyecto entre los ciudadanos, teniendo en cuenta que las intervenciones sobre los espacios afectan en gran medida la vida cotidiana de las comunidades, sin embargo para el caso de las UVAS, el elemento de transformación de los espacios en desuso por parques, bibliotecas, canchas, etc, crea ideas positivas sobre la gestión pública, además de generar articulaciones fuertes entre el territorio y el recurso hídrico como proveedor de servicios y experiencias.


Figura 11. Ubicación tanque de agua Orfelinato. Tomado de: Laboratorio de Arquitectura y Paisaje (s.f.).

Figura 12. Tanque de agua Orfelinato. Tomado de: Plataforma urbana (2016).

Con un costo total de 727.000 millones de pesos (El Tiempo, 2019) la actualmente terminada fase 1 del proyecto de Parques del Río, tuvo una amplia promoción por parte de la Alcaldía de Medellín en su etapa de diseño entre los años 2014 y 2016, permitiendo un acercamiento parcial de los ciudadanos a la obra, sin embargo en su etapa de implementación en años 2016-2019 el proyecto perdió popularidad entre los habitantes de la ciudad de Medellín por diversas razones, entre ellas la promoción de la alcaldía durante el periodo de Federico Gutiéerrez (2016-2019) en donde se mostró erróneamente el proyecto, como una iniciativa de mejoramiento de la movilidad a pesar de ser un plan de renovación urbana y de articulación del espacio público con el Río Medellín, esta “mala promoción” tuvo repercusiones negativas en el vínculo que tienen los ciudadanos con el proyecto ya “se que ve como ineficiente, con sobrecostos y sin una utilidad práctica para la ciudad” (El Tiempo, 2019) lo cual pone en dudas el desarrollo de las nuevas fases de intervención a lo largo del Río Medellín. Sin embargo este es uno de los retos principales en relación con la gestión pública y la implementación del proyecto a niveles administrativo: el establecimiento de vínculos favorables entre la ciudadanía y el proyecto es fundamental para la transformación del modelo de ciudad existente.

UTOPÍAS DEL AGUA

Gestión y promoción pública

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REFERENCIAS

AGUA + CIUDAD II

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Singapur - Bishan-Ang Mo Kio Park

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Medellín - Parques Del Río Y Unidades De Vida Articulada Medellín

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UTOPÍAS DEL AGUA

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REALIDADES DEL AGUA EN LA SABANA DE BOGOTÁ

AGUA + CIUDAD II

Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

El Semillero de investigación Agua + Ciudad, en su primera fase1, exploró el carácter vital del agua y su condición como elemento articulador del territorio que hacía necesaria su comprensión actual morfológica y física dentro de la sabana de Bogotá. En esta segunda fase, además de comprender el sistema hídrico, se involucran, por otro lado, variables urbanas en su relación con la estructura del agua evidenciando problemáticas y potencialidades sobre las cuales se puedan plantear alternativas concretas de actuación urbana. 1  Disponible en: https://issuu.com/semilleroaguaciudad

152

Realidades del agua surge con el fin de comprender la situación del agua en el contexto de la sabana de Bogotá desde múltiples perspectivas, reconociendo la necesaria revisión que disciplinas sociales, físicas y espaciales deben tener sobre esta relación. Se profundiza así en seis temáticas de interés enmarcadas en la visión particular de cada integrante del semillero, de menor a mayor escala se explora: la condición del agua en materia de políticas públicas nacionales y locales, la gestión y usos del agua en la sabana de Bogotá, los matices de la apropiación y cultura bogotana


POLÍTICAS PÚBLICAS DEL AGUA EN BOGOTÁ

152

Dennis Natalia Gómez Villarreal

GESTIÓN Y USOS DEL AGUA EN LA SABANA DE BOGOTÁ

168

Vanessa Alejandra Bolívar Molano

APROPIACIÓN Y CULTURA DEL AGUA EN BOGOTÁ Y SU REGIÓN HÍDRICA

184

Paula Alejandra Plata López

EL ESPACIO PÚBLICO EN LA SABANA DE BOGOTÁ

210

Ismael Ryuhei Kagawa Suárez

VIVIENDA INFORMAL Y SISTEMA HÍDRICO EN LA SABANA DE BOGOTÁ

236

Laura Fernanda Pedraza Tamayo

SISTEMA HÍDRICO Y EQUIPAMIENTOS URBANOS

274

hacia los cuerpos de agua, las consideraciones de propuestas vigentes en la relación entre el espacio público y la estructura hídrica de la sabana, la distribución y vínculo actual de los equipamientos urbanos y los cuerpos de agua y finalmente la complejidad de la relación entre la vivienda de origen informal y los cuerpos de agua. Asimismo, ciertas temáticas incorporan la reflexión de las líneas de investigación: habitabilidad del agua y tectónica del agua detalladas en la fase I del Semillero de Investigación. Siendo así, se ratifica que la región bogotana deberá considerar el agua como su principal

recurso adaptativo en materia de cambio climático, imagen e identidad urbana y ordenamiento territorial desde una perspectiva holística, pues a pesar de las evidentes transformaciones ecológicas a las que ha sido sometido el ciclo hidrológico de la sabana Bogotana, este se mantiene vigente ya sea físicamente o como huella en áreas rurales y urbanas creando en años recientes – si mantenemos una perspectiva optimista – con ayuda de iniciativas, investigaciones y acciones con una visión contemporánea e integral de la estructura del agua en superposición a la estructura metropolitana.

REALIDADES DEL AGUA

Laura Catalina Rodríguez Arévalo

153


POLÍTICAS PÚBLICAS DEL AGUA EN BOGOTÁ Dennis Natalia Gómez Villarreal

Glosario de Términos

CAR: Corporación Autónoma Regional. CECH: Consejo Estratégico de la Cuenca Hidrográfica del Río Bogotá. CONPES: Consejo Nacional de Política Económica y Social es un organismo asesor encargado de asesorar temas respecto al desarrollo económico y social del país. ​ FOCOF: Fondo Común de Cofinanciamiento de Bogotá. GCH: Gerencia de la Cuenca Hidrográfica del Río Bogotá. PAT: Planes Ambientales Territoriales.

Históricamente en nuestro país, la preocupación por la planeación, preservación, cuidado y distribución de los recursos naturales en medio de una creciente contaminación ambiental, proyectos de desarrollo orientados al extractivismo y la paulatina degradación de los ecosistemas, ha implicado una tarea con grandes retos a niveles políticos temporales, territoriales y sociales.

AGUA + CIUDAD II

PGAR: Planes de Gestión Ambiental Regional PNGRH: Política Nacional de Gestión del Recurso Hídrico. POMCAS: Planes de Ordenamiento y Manejo de Cuencas, es el instrumento de planificación, a través del cual se realiza la planeación del uso coordinado del suelo, de las aguas, de la flora y la fauna y el manejo de la cuenca. (SIAC, 2020). Figura 1. (Siguiente página)

POT: Plan de Ordenamiento Territorial.

Políticas públicas del agua en

SIAC: Sistema de Información Ambiental Colombiano.

Colombia. Elaboración propia.

154

Políticas Públicas Del Agua En Colombia

Como herramientas de solución a estas necesidades colectivas, se han planeado una serie de políticas públicas para hacer frente a los retos que ha vivido el país a niveles ambientales; así mismo es válido aclarar que las políticas públicas son “un conjunto de acciones y omisiones que manifiestan una determinada modalidad de intervención del Estado en relación con una cuestión que concita la atención, interés


Políticas Públicas del Agua en Colombia Escalas de planeacion, gestión y ordenamiento público de Agua

Constitución Política 1991 y Plan Nacional de Desarrollo

Nacional

CAR

Regional Escala Sabana

Plan de Desarrollo Departamental

Departamental

Alcaldía Mayor de Bogotá y POT

Local (Bogotá)

Gobernanza del Agua y desarrollo territorial

Relación de continuidad territorial entre Bogotá y Cundinamarca

POMCAS y CONPES

REALIDADES DEL AGUA

Ministerio de Ambiente

155


o movilización de otros actores en la sociedad civil” (Oszlak y O’Donnell, 1995), con la finalidad de resolver problemáticas y brindar soluciones comunes a corto, mediano y largo plazo que mejoren la calidad de vida de una población.

AGUA + CIUDAD II

Con el objetivo de ofrecer un análisis mucho más nutrido de la situación actual del cuerpo hídrico del Río Bogotá así como del territorio bogotano en relación con el agua, ofrecemos una breve recopilación de las políticas públicas que el Estado colombiano ha desplegado durante en la última década: años 2010-2020, para la planeación, regulación protección y cuidado del recurso hídricos, teniendo en cuenta que, a nivel distrital, existen estrategias de política pública enfocadas en atender las problemáticas locales que, lejos de estar separadas de la gobernanza nacional están enfocadas en atender los casos concretos de orden local.

156

Adicionalmente ofrecemos un recorrido por el marco normativo que regula e implementa las estrategias de gestión del recurso hídrico a niveles distrital, regional y nacional, sin perder de vista como el agua aparece como un elemento esencial para la organización, distribución y desarrollo de la vida humana y no humana, la protección de los ecosistemas circundantes y en general para la preservación de la vida en los diferentes espacios en donde hace presencia.

Gobernanza del Agua en Colombia En materia de políticas orientadas a la gestión, protección y acceso al recurso hídrico en Colombia, encontramos un ordenamiento escalonado (Nacional- Regional y Local) que permite la solución de problemáticas colectivas asociadas al agua en cada uno de los territorios, asimismo es importante resaltar que todas estas iniciativas se mueven dentro de dos grandes marcos: El primero relacionado con el Plan Nacional de Desarrollo, en donde se definen las políticas públicas que orientan las acciones y prioridades de gobierno y el segundo; La Constitución Política, como norma de normas que permite la implementación de estos planes, proyectos, leyes y ordenamientos de planeación territorial a niveles normativos, garantiza los derechos de los seres humanos, y su acceso al recurso hídrico, ninguna normativa, proyecto, plan o proceso encaminado al desarrollo territorial, puede reñir con lo estipulado en la constitución política de 1991. Así las cosas, hablaremos de estas políticas públicas y las entidades estatales encargadas de ponerlas en marcha en todo el territorio nacional.


A nivel nacional encontramos que las políticas públicas de gestión, manejo y distribución del recurso hídrico, están orientadas a intentar satisfacer una premisa que reconoce al agua como elemento fundamental y prioritario para la vida, en este sentido, la gobernanza del agua “es una estrategia institucional donde el proceso de gestión ambiental busca la cooperación y coordinación de distintos actores sociales, sectoriales e institucionales en el manejo integral del agua, así mismo, ubica al estado como responsable de acciones concretas que protejan los ecosistemas hídricos, gestionen los riesgos asociados a los mismos, y permitan el acceso al agua de manera responsable equitativa y sostenible (MADS, 2012). Por otro lado, se refiere a las leyes, reglamentos, entidades y unidades administrativas dispuestas en todo el territorio nacional para garantizar esta gestión ambiental, también propone una estructura hidrográfica para la planificación de cuencas nacionales, Decreto 1640 de 2012 (POMCAS). La gobernanza de agua es entonces una forma de gobierno que procura la gestión ambiental coordinada a nivel nacional, regional y local, y que se articula de forma simultánea con lo

establecido en la Constitución Política de 1991 (Art. 8, 58, 95, 63, 79, 80 , 313 y 332) en la Ley orgánica 152 de 1994 del Plan Nacional de Desarrollo (Ley 1955 de 2019) y en los acuerdos internacionales y regionales latinoamericanos de los cuales Colombia, es partícipe: acuerdos de la Conferencia de las Naciones Unidas – Río+20; las CONPES 2015, Visión Colombia II Centenario, 2019, Objetivos de Desarrollo del Milenio – ODM. “(…) que establece como principio fundamental la obligación del Estado y de las personas proteger las riquezas culturales y naturales de la nación (Art. 8); y establece el deber de las personas y del ciudadano de proteger los recursos naturales y de velar por la conservación del ambiente (Art. 95); ii) Se establece que la propiedad tiene una función social que implica obligaciones y, como tal, le es inherente una función ecológica (Art. 58): iii) Se establece que son inalienables, imprescriptibles e inembargables los bienes de uso público, los parques naturales, las tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio arqueológico de la Nación y los demás bienes que determine la Ley (Art. 63); iv) Entre los derechos colectivos y del ambiente se establece que todas las personas tienen ”Derecho a un ambiente sano” (Art. 79) y

REALIDADES DEL AGUA

Nivel Nacional: Gobernanza del Agua y el desarrollo territorial

157


Constitución Política 1991 y Plan Nacional de Desarrollo

Escala Nacional

1 2 Gobernanza del Agua y desarrollo territorial

Planes estratégicos de gestión ambiental

Conferencia ONU Río+20; Visión Colombia II Centenario,2019

La Política Nacional de Gestión del Recurso Hídrico ( 2010-2022)

Plan Hídrico Nacional

AGUA + CIUDAD II

Entidades Publicas: Presidencia MADS y SINA

158

4

Sistema de planeación de las cuencas hidrográficas

3

POMCAS: Planes de Ordenamiento y Manejo de Cuencas

Planes de Gestión Nacional Ambiental y POT

Metas CONPES


En cabeza del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) (Ley 99 de 1993) a nivel nacional se plantean planes estratégicos de gestión ambiental y del recurso hídrico, aquí ubicamos entonces, La Política Nacional de Gestión del Recurso Hídrico (PNGRH 20102022) vigente por 12 años y encaminada en la combinación del desarrollo económico, social y territorial con la protección de los ecosistemas.

Figura 2. (Anterior página) Políticas públicas del agua Escala Nacional. Elaboración propia.

Así mismo, se encuentra el Plan Hídrico Nacional que prioriza las intervenciones sobre cuerpos de agua a nivel nacional, en relación con el cumplimiento legal de los objetivos establecidos en el la Gestión del Recurso Hídrico, no sustituye las intervenciones a nivel local y regional pero sí permite priorizar las necesidades territoriales de intervención estatal, relacionadas con el agua y las comunidades. A partir del 2012 se expide en Decreto 1640/2012 (POMCAS) que logra reglamentar los instrumentos de planeación, ordenación y manejo de las cuencas hidrográficas, acuíferas y cuerpos de agua en

el país; dicho ordenamiento territorial permite la planeación administrativa y técnica de los territorios regionales, desarrolladas a partir de los Planes de Gestión Nacional Ambiental y los POT (Ley 388 de 1997), a nivel regional y local. Todas estas intervenciones están reguladas por autoridades ambientales nacionales reunidas en el Sistema Nacional Ambiental (SINA) y el Ministerio de Ambiente. A niveles nacionales, también se establece un sistema de planeación y zonificación de las cuencas hidrográficas, que subdivididas en Áreas hidrográficas o macrocuencas, Zonas hidrográficas, Subzonas hidrográficas y Microcuencas y acuíferos (Gestionados por los POMCA), permiten una integración interinstitucional entre las autoridades ambientales a nivel regional y nacional. Planeación que está orientada a la preservación y gestión del riesgo de los recursos de agua y tierra.

Nivel Regional Las políticas públicas a nivel regional están orientadas a dar continuidad a los planeado a nivel nacional, teniendo en cuenta que en los territorios regionales deben atenderse necesidades concretas de gestión del recurso hídrico, entre ellas las que históricamente han significado problemáticas colectivas como la contaminación del agua, la reducción de los ecosistemas de páramo, bosque y cuerpos

REALIDADES DEL AGUA

que es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines; v) La Constitución establece como deber del Estado la planificación del manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución (art. 80)” ( CAR, PGA 2012-2023)

159


Constitución Política 1991 y Plan Nacional de Desarrollo

Escala Regional

Contaminación del agua

Reducción de los ecosistemas de páramo, bosque y cuerpos hidricos

Restricciones del mínimo vital

Planeación Nacional PAT

POT

Planes de Gestión Ambiental Regional (PGAR 2012-2023)

Problematica Ambiental

AGUA + CIUDAD II

Escala SCALE Regional

160

POMCAS

Metas de Desarrollo Sostenible

Macrocuencas Microcuencas Acuiferos Humedales

Metas CONPES

CREATES DRAMA

Corporaciones Autónomas Regionales: CAR Decreto 1200 de 2004


A nivel regional, las políticas públicas en torno al recurso hídrico así como los planes, estrategias y programas para su gestión integral están a cargo de las Corporaciones Autónomas Regionales (Decreto 1200 de 2004) quienes plantean los Planes de Gestión Ambiental Regional (PGAR 2012-2023), y los Planes de Acción Trienal, la normativa municipal y distrital que, en consonancia con las políticas públicas nacionales, sirven de herramienta para la elaboración de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) , en relación con los recursos naturales, amenazas relacionadas con ellos y la construcción de culturas de cuidado dentro de la población civil, materializados por las POMCA. Los PGAR, y los PAT son elementos de articulación entre la planificación nacional y regional que promueven el desarrollo sostenible y el cumplimiento de metas específicas orientadas por los CONPES (Ley 140/2011) así como las disposiciones para el tratamiento de acueducto, alcantarillado y saneamiento.

Figura 3. (Anterior página)

Escala Sabana

Políticas públicas del agua Escala Regional. Elaboración propia.

La construcción de la escala sabana se realiza teniendo en cuenta la relación de continuidad territorial establecida entre Bogotá y

sus municipios aledaños pertenecientes al departamento de Cundinamarca, comprendiendo las características complejas, heterogéneas, tensionantes y mixtas presentes en el territorio. Esta categoría se construye además teniendo en cuenta cuatro elementos de continuidad: - La lógica de interdependencia territorial entre los municipios, a pesar de la división político administrativa trazada en los instrumentos de planeación. - Habitabilidad interconectada, permeada por lógicas de centro -periferia a niveles espaciales en relación con Bogotá, es decir una habitabilidad municipal funcional a la ciudad - El agua como elemento conectado que genera relaciones de continuidad territorial a partir de la presencia de fuentes hídricas, ríos acuíferos etc, presentes en el ecosistema de la sabana de Bogotá. - Problemáticas ambientales que se reproducen a niveles locales y municipales, como los índices críticos de contaminación en las cuencas del Río Bogotá, la degradación de los ecosistemas de agua, la problemática político administrativa de gestión y manejo del agua, además de las garantías para la vida y los derechos de los habitantes municipales y bogotanos.

REALIDADES DEL AGUA

hídricos, los asentamientos humanos de alto riesgo, así como la población vulnerable con restricciones del mínimo vital, dichas estrategias se proyectan en función del desarrollo sostenible.

161


Constitución Política 1991 y Plan Nacional de Desarrollo

Escala Sabana

Departamental Cundinamarca Se construye a partir de la relación de continuidad y habitabilidad territorial presente entre Bogotá y sus zonas aledañas en departamento de Cundinamarca

AGUA + CIUDAD II

Representa la continuidad hídrica y la conexión regional directa que existe entre los territorios a partir de la presencia de los ríos y fuentes hídricas.

162

PDD · POMCAS y CONPES

Regional CAR PGAR PAT

Escala Sabana

Problemática ambiental y administrativa

Local Bogotá SDA- PDA - POT-PDD Sentencia 2001- 90479 del C.E.


Nivel Departamental Al igual que a nivel regional a nivel departamental, la gestión del agua está orientada por el Plan de desarrollo departamental de Cundinamarca 2016-2020 (Ley 388 de 1997), enmarcado en 8 componentes en lo correspondiente a la protección ambiental en cuanto al agua, el aumento en la cobertura de acceso de acueducto y alcantarillado así como la protección y descontaminación de las cuencas hídricas más representativas, entre ellas el Río Bogotá, y sus territorios aledaños a través de las POMCAS y CONPES (2005) que establecen los planes de gestión para las microcuencas y acuíferos presentes en Cundinamarca.

Figura 4. (Anterior página) Políticas públicas del agua Escala Sabana. Elaboración propia.

POMCAS: A través del Acuerdo 23 del Decreto 1640 de 2012, establece que: “El Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca Hidrográfica se constituye en norma de superior jerarquía y determinante ambiental para la elaboración y adopción de los planes de ordenamiento territorial”. Esta herramienta permite establecer lineamientos legales y político administrativos para la elaboración de políticas ambientales en los territorios a nivel nacional, regional y distrital.

CONPES: El Consejo Nacional de Política Económica y Social — CONPES — fue creado por la Ley 19 de 1958. Ésta es la máxima autoridad nacional de planeación y se desempeña como organismo asesor del Gobierno en todos los aspectos relacionados con el desarrollo económico y social del país Establece metas de desarrollo sostenible, las políticas públicas de gestión del recurso hídrico deben estar en consonancia con lo planeado por el CONPES, para la planeación, distribución y gestión de riesgo.

Nivel Local (Distrital Bogotá) A nivel distrital se continúan los mandatos nacionales de gestión del recurso hídrico en cabeza de la Alcaldía Mayor de Bogotá y el Concejo de Bogotá , sin embargo las políticas públicas relacionadas con el agua, están consignadas en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y su organismo rector es la Secretaria Distrital de Ambiente (SDA) se regula el tratamiento de temas ambientales a través de los Instrumentos de Planeación Ambiental (Acuerdo 347 de 2008) que establece los lineamientos de política pública de agua en Bogotá, que reglamenta El Plan Distrital de Agua (PDA) 2011-2021 (Decreto 485 de 2011) y los Planes Maestros de Acueducto y Alcantarillado (Decreto Distrital 314 de Agosto 15 de 2006 ) gestionado por el Acueducto de Bogotá y el

REALIDADES DEL AGUA

A continuación, se presenta un breve acercamiento del funcionamiento político administrativo de las dos escalas dentro de la Sabana: departamental y distrital.

163


Constitución Política 1991 y Plan Nacional de Desarrollo

Escala Departamental

Cundinamarca

CAR

Planes de Gestión Ambiental Regional (PGAR 2012-2023)

Planes de Acción Trienal PAT

POT de los Municipios

GOBERNACIÓN

Plan de desarrollo departamental (PDD)

(Ley 388 de 1997)

Micro Cuencas

AGUA + CIUDAD II

PLAN DE DESARROLLO

164

POMCAS Y CONPES

8

Metas de gestión ambiental

Protección y descontaminación de cuencas hídricas

Acueducto y Alcantarillado

Sentencia 200190479 del Consejo de Estado

Aumento en acceso al mínimo vital

Río Bogotá


El agua en Bogotá es gestionada a partir del uso y funcionamiento que tiene dentro del ordenamiento territorial, así mismo aparecen diferentes organizaciones gubernamentales encargadas de su gestión, manejo y distribución en la ciudad. - Distribución: Garantía al mínimo vital: Incluido en el POT y PDD, la empresa de acueducto y alcantarillado de Bogotá, a través del Decreto 190 de 2004, reglamenta las funciones de servicio, manejo, distribución, democracia y abastecimiento del agua en Bogotá, así como el tratamiento de residuos y la conservación de áreas protegidas como humedales, cerros, bosques y cuerpos de agua.

Figura 5. (Anterior página) Políticas públicas del agua Escala Departamental. Elaboración propia.

- Protección y mantenimiento de las microcuencas: En Bogotá, la Alcaldía Mayor de Bogotá, dispone estrategias de recuperación, protección y mantenimiento del recurso hídrico a través de programas de promoción de cultura ciudadana de protección del agua, consumo responsable y manejo de residuos sólidos y de vertimiento, asimismo, dispone ordenamiento para la protección de áreas de recuperación como humedales, linderas de ríos, cerros, páramos, bosques, y espacios bióticos de

agua, así como disposiciones para el control infraestructural de la gestión de riesgo asociada al agua. Uno de los proyectos de recuperación ambiental más representativos en Bogotá, ha sido el proyecto de recuperación y descontaminación del Río Bogotá, la cual se declaró en ordenanza, mediante la Resolución 617 del 22 de noviembre de 2005, la CAR, determinó a partir de un informe de gestión que la cuenca del Río es una Zona Crítica, en cuanto a problemáticas de contaminación del espacio acuático (agua y tierra) y de peligro sanitario (asentamientos humanos), y la catástrofe por vertimientos de residuos, sólidos, no sólidos, tóxicos y mal manejo de basuras en los últimos 30 años.

Sentencia 2001- 90479 del Consejo de Estado Por esta razón el 28 de Marzo de 2014 el Consejo de Estado emite la Sentencia 2001-90479, que obliga al Estado Colombiano y al Gobierno Distrital y municipal, a gestionar programas y estrategias para la descontaminación, protección y restablecimiento de derechos de la ciudadanía bogotana y municipal cohabitante del río, además de ser una ordenanza de obligatorio cumplimiento y de competencia interinstitucional múltiple, articulada a través de las CONPES, POT’s y políticas distritales de agua

REALIDADES DEL AGUA

Plan Quinquenal 2016-2020 (Resolución 3162 2015).

165


Constitución Política 1991 y Plan Nacional de Desarrollo

Escala Local: Bogotá

El Plan Distrital de Agua (PDA) 2011-2021

Instrumentos de Planeación Ambiental Secretaria de Ambiente

Plan Distrital de Desarrollo

Plan de Ordenamiento Territorial (POT)

AGUA + CIUDAD II

166

Plan Quinquenal de Agua 2016-2020

Escala Local: Bogotá Alcaldía de Bogota

Sentencia 2001- 90479 del Consejo de Estado.

Planes Maestros de Acueducto y Alcantarillado

Río Bogotá

Acueducto de Bogotá

Protección y mantenimiento de las microcuencas

Garantía al mínimo vital


Dentro de las acciones de articulación y coordinación institucional, la sentencia ordenó la creación del Consejo Estratégico de la Cuenca Hidrográfica del Río Bogotá (CECH) y del Fondo Común de Cofinanciamiento (FOCOF). El Consejo concibió como un mecanismo transitorio que debe funcionar hasta el momento en que se constituyan la Gerencia de la Cuenca Hidrográfica del Río Bogotá (GCH) así como procesos de veeduría ciudadana articulados alrededor de las mesas de participación local y distrital y proyectos de veeduría del concejo de Bogotá.

Acercamiento Crítico

Figura 6. (Anterior página) Políticas públicas del agua Escala Local: Bogotá. Elaboración propia.

Si bien es cierto que las políticas públicas, así como el andamiaje político administrativo referente al manejo del medio ambiente, los recursos naturales y el agua, está elaborado de forma precisa a niveles legales y jurídicos, la discusión de su implementación y eficacia aun continua; la existencia de normativas robustas en nuestro país, no equivale precisamente a la resolución efectiva de problemáticas. En este caso, el entramado administrativo y legal de las políticas públicas relacionadas con el agua, no logra impactar eficazmente en las graves problemáticas que aquejan a los territorios, en muchos casos por una ausencia de voluntad política por parte de los funcionarios estatales

para darle prioridad a los temas medioambientales promulgados como metas en planes de desarrollo y programas de sostenibilidad. Para el contexto colombiano, existe una disonancia entre lo promovido a niveles político administrativos y la implementación real de estrategias para la protección del recurso hídrico a pesar de la fuerte conexión territorial que se establecen entre los distintos escenarios. Lo cual significa a niveles materiales una paulatina degradación del agua, la destrucción de los territorios aledaños, la rápida desaparición de las formas de vida de los ecosistemas que dependen del agua, además de los problemas sociales relacionados con la violencia por el despojo de tierras y la explotación de recursos naturales. Debido a la fuerte conexión territorial estas problemáticas se esparcen rápidamente por todo el país, dejando en evidencia otras problemáticas altamente complejas relacionadas con la administración pública de niveles nacionales, regionales y distritales, como el mal manejo de programas implementados por entidades públicas y privadas, la corrupción administrativa y en general las acciones negligentes relacionadas con la recuperación y cuidado de los cuerpos hídricos, sus territorios circundantes, así como la garantía de derechos básicos para los cohabitantes de estos sectores.

REALIDADES DEL AGUA

para la garantía del saneamiento del río Bogotá.

167


AGUA + CIUDAD II

A la hora de generar políticas públicas encargadas de gestionar los recursos hídricos y los escenarios cercanos al agua, es urgente comprender a nivel integral las lógicas de interconexión, interdependencia y simbiosis que ocurren en los territorios. Con la intención de construir políticas públicas eficaces, es necesario incluir al agua como un elemento fundamental para la vida, en un plano de habitabilidad del agua, es decir, la construcción de territorios que integren el agua como elemento indispensable para el desarrollo de la vida humana y no humana.

168

La transformación de los territorios en escenarios favorables para la habitabilidad del agua, requieren un compromiso y una voluntad política estricta a la hora de priorizar los elementos sobre los cuales se implementan las políticas públicas, sin una gobernanza capaz de proteger y garantizar el agua, el recurso hídrico y los derechos de las comunidades que cohabitan el territorio, las reformas legales y los esfuerzos políticos de la sociedad civil no podrán impedir la depredación continua del agua y la degradación ambiental y social que deja a su paso.

Referencias Acuerdo 347 de 2008. [Secretaría Distrital de Ambiente]. Por el cual se establecen los lineamientos de la política pública del agua en Bogotá, D.C. 23 de diciembre de 2008 Corporación Autónoma Regional - CAR (2013). Plan de Gestión Ambiental Regional PGAR 2012-2023. http://sie.car.gov.co/handle/20.500.11786/16 Constitución Política de Colombia [Const]. Art. 8, 58, 95, 63, 79, 80 , 313 y 332 de julio de 1991 (Colombia) Decreto Distrital 190 de 2004 [Alcaldía Mayor de Bogotá]. Por el cual se adoptan las disposiciones de ordenamiento territorial del distrito capital en perspectiva regional. 22 de junio de 2004 Decreto 1200 de 2004 [Presidencia de la República]. Por el cual se establecen instrumentos de planificación ambiental a nivel regional. 20 de abril 20 de 2004 Decreto Distrital 314 de 2006. [Alcaldía Mayor de Bogotá]. Por el cual se adopta el Plan Maestro del Sistema de Acueducto y Alcantarillado para Bogotá Distrito Capital. 15 de agosto de 2006 Decreto 485 de 2011 [Alcaldía Mayor de Bogotá]. Por el cual se adopta el Plan Distrital del Agua. 3 de noviembre de 2011 Decreto 1640 de 2012 [Sistema de Información Ambiental de Colombia]. Por medio del cual se reglamentan los instrumentos para


gestion-integral-del-recurso-hidrico/gobernanza-del-agua. Resolución 617 de 2005 [Corporacion Autónoma Regional]. Por la cual se establece la ordenación de la cuenca del río Bogotá. 22 de Noviembre de 2005 Sentencia 2001-90479 de 2014 [Consejo de Estado] que ordena el diseño y la implementación de medidas para descontaminar el río Bogotá y evitar la contaminación a futuro. 28 de Marzo de 2014 Oszlak, O. y O’Donnell, G. (1995) Estado y políticas estatales en América Latina: hacia una estrategia de investigación. Redes, 2(4), 99-128

REALIDADES DEL AGUA

la planificación, ordenación y manejo de las cuencas hidrográficas y acuíferos, y se dictan otras disposiciones. 2 de agosto de 2012 Ley 19 de 1958 [Presidencia de la República]. Por la cual se crea Consejo Nacional de Política Económica y Social. 18 de noviembre de 1958 Ley 99 de 1993 [Congreso de la República]. Por el cual se crea el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. 22 de diciembre 2012 Ley 152 de 1994 [Congreso de la República]. Por la cual se establece la ley orgánica del Plan Nacional de Desarrollo. 15 de julio de 1994. Ley 388 de 1997 [Congreso de la República]. Por el cual se establece el Ordenamiento Territorial para Municipios en Colombia. 18 de julio 18 de 1997 Ley 140 de 2011 [Consejo Nacional de Política Económica y Social]. Por el cual se establecen a nivel nacional metas para el desarrollo sostenible Resolución 3162 de 2015 [Secretaría Distrital de Ambiente]. Por la cual se establecen los objetivos de calidad para el año 2020 y la meta global de carga contaminante de los cuerpos de agua del perímetro urbano de Bogotá, D.C. y las metas individuales de la carga contaminante 2016 – 2020, y se adoptan otras determinaciones. 30 de diciembre de 2015 Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible MADS (2012) La gobernanza del agua. https://www.minambiente.gov.co/index.php/

169


GESTIÓN Y USOS DEL AGUA EN LA SABANA DE BOGOTÁ

AGUA + CIUDAD II

Vanessa Alejandra Bolívar Molano

Figura 1. (Siguiente página)

El crecimiento material de la ciudad de Bogotá, a pesar de no ser reflejado en la formalización de un área metropolitana gracias a varias tensiones entre el gobierno distrital y las alcaldías municipales (Duque, 2014), si se ha evidenciado en múltiples procesos de metropolización como la expansión urbana y las dinámicas de urbanización (Chía y Cajicá), la relocalización de bodegas e industrias (Funza y Cota), el flujo diario de commuters, el aumento de la presencia de centros educativos y comerciales en los municipios aledaños a Bogotá, el fortalecimiento de la infraestructura vial y servicios públicos de transporte, entre otros aspectos (SDP, 2015) que aluden a un intenso proceso de metropolización y ampliación del hinterland de la ciudad de Bogotá. Esta intensa metropolización en la región metropolitana de Bogotá1 (Figura 1)

Región metropolitana de Bogotá y sus respetivas fuentes hídricas superficiales. Elaboración propia.

170

1  La delimitación utilizada para formar la región metropolitana

de Bogotá es establecida por la SDP (2015) al considerar aquellos municipios “más próximos al Distrito Capital con los cuales se construyen estrechas relaciones funcionales derivadas de sus dinámicas urbanas y relaciones metropolizantes“ (SDP, 2015).

conduce a una diversificación en los usos del agua, los cuales, ya no se limitan a satisfacer las necesidades domésticas y comerciales propias de una ciudad como Bogotá y los centros poblados que gravitan alrededor del Distrito Capital, sino que debe comenzar a responder igualmente sobre una demanda para usos heterogéneos como los son agrícolas, industriales, mineros y de expansión urbana, los cuales han proliferado, no solo a su proximidad con el Distrito Capital sino por la amplia oferta hídrica y las favorables condiciones climáticas y geológicas que convergen en la Sabana de Bogotá. Sin embargo, este desarrollo de actividades económicas estrechamente dependentes con el agua ha coproducido igualmente, una serie de problemáticas ambientales cuyos efectos no se limitan a la escala metropolitana, sino que trascienden hasta crear un desencadenamiento de problemáticas regionales y, posteriormente nacionales, demostrando así el carácter


u R. J

an Embalses

Fuentes hídricas secundarias

Humedales

REALIDADES DEL AGUA

Amaril l o

Leyenda Fuentes hídricas principales

Región metropolitana de Bogotá

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AGUA + CIUDAD II

cíclico y conectado del agua. Estas múltiples problemáticas convergen, por ejemplo, en la contaminación de la cuenca del Río Bogotá, cuyos cauces que atraviesan la Sabana, reciben del mismo modo las aguas residuales y grises de las urbanizaciones y cascos urbanos, recogen los lixiviados, fertilizantes y agroquímicos producidos por las amplias extensiones de cultivos, los desechos químicos generados por las industrias, entre otros agentes contaminantes del agua. Esta problemática, junto con muchas otras, revela así un conjunto de problemas de orden institucional asociado a la gestión del agua, ya que si bien hay unos actores y marcos normativos generales y específicos sobre el agua (ya sea como servicio público o como servicio ecosistémico), el Consejo de Estado, en la sentencia 2001-90479 de 28 de marzo de 2014, alude a (1) una precaria integración y coordinación institucional entre los niveles nacional, regional, distrital y municipal, (2) la inexistencia de una política única en relación con la recuperación del río Bogotá, debido a la falta de coordinación y liderazgo del Sistema Nacional Ambiental y (3) incumplimiento de la normatividad ambiental existente (SDP, 2014: 26). Del mismo modo, las múltiples problemáticas se complejizan al tener en cuenta la cantidad de actores (tanto privados como públicos) presentes en la región metropolitana quienes contribuyen a la contaminación hídrica, junto

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a las múltiples municipalidades que plantean sus propias políticas y planes de ordenamiento territorial y ambiental sin plantear una perspectiva regional, poniendo así de manifiesto una concepción del agua como recurso más que como elemento escalar y conectado. Bajo este panorama, a continuación, se propone identificar y problematizar la gestión del agua junto a los múltiples actores que hacen uso de la misma, desde una perspectiva tanto local como metropolitana.

Gestión del agua en la Sabana de Bogotá Tal como lo plantean Swyngedouw, Kaïka y Castro (2002), el manejo del agua tanto en su infraestructura física (captación, potabilización, suministro, tratamiento, entre otros) como financiera (marco tarifario e inversión), ha desembocado en un proceso de re-regularización en países y ciudades donde inclusive se promueven políticas neoliberales de desregularización y privatización. Esta regularización del agua presente en la mayoría de los sistemas de recursos urbanos y nacionales es argumentada por los autores, gracias a la presencia necesaria de un control en los sistemas de suministro hídrico en aspectos tales como la tarifa y precio a cobrar por el suministro de agua, los estándares de calidad, entre otros, y lo cual desemboca generalmente en un cuerpo institucional regulatorio encargado de los aspectos relacionados


De este modo, del mencionado trabajo se recalca que, más allá de las políticas y modelo económico adoptados, en cada ciudad o país se encuentra un cuerpo de instituciones destinado a la gestión del agua. En este orden de ideas, para el caso de Bogotá y sus municipios aledaños, cada uno de estos cuenta con su respectiva empresa prestadora de servicios púbicos —en adelante ESP— que se encarga del suministro del agua; además de ellas, se suman otras instituciones de orden nacional que vigilan y controlan la gestión del agua a escala municipal y urbana junto con otros actores que vigilan la captación y cuidado del agua superficial y subterránea (Figura 2). Respecto a las instituciones de orden nacional encargadas de la vigilancia del agua como servicio público se destaca la Comisión Reguladora de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA), encargada principalmente del establecimiento del marco tarifario que cada ESP ya sea urbana o municipal, debe cobrar a los consumidores finales, junto a las normas que cada ESP debe cumplir. Es así como se establece una interacción entre una institución única de orden nacional y las empresas de servicios público de cada municipio y de Bogotá, las cuales concentran el control en relación con la gestión para el abastecimiento, suministro y tratamiento del agua.

Sin embargo, el cuerpo institucional para la gestión del agua en la Sabana de Bogotá no se limita a las ESP en cada municipio ya que, si bien estas controlan el manejo del agua como servicio público, también se establecen las instituciones que abordan el agua, no como un servicio público sino como un servicio ecosistémico. En este orden de ideas, la gestión del agua también se ve atravesada por actores que velan por el cuidado de las fuentes hídricas partiendo de unas directrices de orden nacional provenientes de instituciones tales como el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (quien establece el programa para el uso eficiente del agua (PUEAA) y el Plan de ordenación y manejo de la cuenca hidrográfica (POMCA)), el Departamento de Planeación Nacional (quien establece los lineamiento de ordenamiento y planificación del territorio) y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (quien otorga las concesiones de aguas superficiales y subterráneas), para facilitar el ordenamiento y planificación de las cuencas. Estos dictámenes para el ordenamiento de las cuencas son implementados por organizaciones regionales (como la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR)) y las municipalidades de la Sabana de Bogotá y el Distrito Capital a través de entidades como la SIGAM, la SDP (Secretaria Distrital de Planeación) y la SDA (Secretaria Distrital de Ambiente).

REALIDADES DEL AGUA

con la gestión del agua.

Ahora bien, es importante se señalar que, si bien es posible identificar y definir las funciones

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Usos, actores y actividades económicas asociados al agua metropolitana

Figura 2. (Anterior página) Cuerpo institucional regulatorio del agua en la región metropolitana de Bogotá. Elaboración propia.

Respecto a las actividades económicas y los fenómenos sociales que se gestan en la Sabana de Bogotá, estas dan cuenta de la intensificación de las dinámicas metropolitanas que han girado alrededor del Distrito Capital, las cuales, además de implicar una transformación en el uso de los suelos y proponer unos retos en relación con la gobernanza y la formulación de políticas metropolitanas, acarrea ciertas alteraciones respecto al uso y gestión de las aguas

potables, subterráneas y residuales. Dentro de estas dinámicas metropolitanas en la Sabana de Bogotá se puede identificar el incremento de áreas urbanas y urbanizaciones, relocalización de las industrias y bodegas y la intensificación de la agroindustria, floricultura y extracción minera, estos últimos asociados al crecimiento económico y demográfico de la ciudad y el potencial geológico de la región. De esta manera, se hace hincapié, en primer lugar, en la demanda creciente de agua potable para uso doméstico, no solo dentro del Distrito Capital sino también en los municipios ubicados dentro de la región metropolitana de Bogotá, especialmente en aquellos municipios que cuentan con grandes proyectos urbanos y residenciales, y lo cual es reflejado en fenómenos tales como el (1) aumento de commuters o personas que tienen un desplazamiento diario intermunicipal y (2) el incremento del número de vivienda construida por municipios (Figura 3) entre el 2005 y 2018, existiendo un evidente aumento en varios los municipios, especialmente en Facatativá, Chía, Mosquera, Madrid, Zipaquirá y Soacha2. Se hace especial énfasis en este último aspecto, ya que el incremento de vivienda y área residencial en la Sabana de Bogotá da pie a considerar igualmente el aumento en la

REALIDADES DEL AGUA

de este cuerpo institucional asociado con la gestión del agua urbana y regional, las particularidades de la región en cuestión a la intensificación de dinámicas metropolitanas y la ausencia de articulación entre los municipios, el Distrito Capital y las entidades existentes, genera, por un lado, un incumplimiento e ineficiencia en la gestión del agua en la Sabana materializado en, por ejemplo, la persistente contaminación del Río Bogotá y, por el otro, un conflicto de intereses alrededor del agua demostrado, por ejemplo, (1) en las tensiones entre vocación ambiental según el POMCA y los usos normativos de las fuentes hídricas establecidas por los POT vigentes de cada municipio y del Distrito Capital o (2) los conflictos por el uso del agua según las actividades económicas, aspecto tratado en el siguiente apartado.

2  El número total de viviendas de Soacha fue excluido de la Figura

3 para la mejor comparación temporal entre los otros municipios a causa del valor atípico con el que cuenta este municipio. Soacha contó con en el 2005 y el 2018 con 97.843 y 234.654 viviendas, respecticamente.

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Figura 3. Número de viviendas total por municipio

demanda de agua potable y de vertimiento de aguas grises y residuales.

de la región metropolitana de Bogotá. Tomado de: DANE

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(2005, 2018).

Figura 4. (Siguiente página) Hectáreas de Fincas Productoras de Flores (FPF) por municipio. Tomado de: DANE (2009) y Gobernación de Cundinamarca (2014).

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Por otro lado, la demanda del agua también se ve representada por otras actividades económicas que se realizan dentro de la región metropolitana de Bogotá asociadas principalmente a la floricultura (Figura 4), — especialmente en los municipios de Madrid, El Rosal y Facatativá—, y otros cultivos agrícolas principalmente de cereales, plantas aromáticas y tubérculos y cuyas fuentes de abastecimiento de agua provienen principalmente del agua que precipita pero igualmente de las aguas superficiales y subterráneas. Sobre las aguas superficiales, las problemáticas asociadas al agua están principalmente relacionadas con

contaminación de agroquímicos y plaguicidas en las fuentes hídricas de la Sabana de Bogotá como el Río Bogotá (Díaz, 2019; Reyes, 2015) a pesar de la normativa vigente expedida por el Decreto Único Reglamentario Del Sector Ambiente Y Desarrollo Sostenible (Artículo 2.2.3.3.4.19) sobre el control de contaminación por agroquímicos. En este orden de ideas, si bien esta actividad no es fruto de las dinámicas de metropolización del Distrito Capital, se caracteriza por sus efectos en las fuentes hídricas superficiales y los centros poblados que se abastecen de las mismas. Respecto a la minería en la Sabana (Figura 5), esta actividad se concentraba principalmente en el sur del área urbana de Bogotá a lo largo


12,1 - 70,74 70,75 - 179,73 179,74 - 299,24 299,25 - 422,05 422,06 - 903,6

REALIDADES DEL AGUA

Leyenda Área sembrada en flores y follaje por municipio en hectáreas

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Leyenda Títulos mineros vigentes Municipios de la región metropolitana


Figura 5. (Anterior página) Cantidad de títulos mineros vigentes por municipio. Tomado de: Tierra Minada (2018).

Con consecuencias similares a las de las actividades mineras sobre las fuentes hídricas, la presencia de curtiembres en el barrio San Benito (Figura 6) —ubicado sobre la ronda del Río Tunjuelo el cual desemboca posteriormente en el Río Bogotá— ha traido efectos negativos sobre el Río Tunjuelo al hacer uso de sus aguas para principalmente el vertimiento de sus desechos, entre los que se destacan metales

pesados como cromo y plomo. Se destaca igualmente la presencia de curtiembres en el municipio de Villapinzón, el cual, a pesar de no entrar dentro de los municipios establecidos al inicio del texto, si se considera como el primer punto donde se localiza la primera actividad contaminante del Río Bogotá. También es importante recalcar que las primeras curtiembres en San Benito fueron instaladas por familias provenientes de Villapinzón hacia la década de los 60 del siglo XX, quienes encontraron en el barrio San Benito la zona propicia para el desarrollo de estas actividades gracias a su cercanía con el Río Tunjuelo. Las consecuencias de esta relocalización de las curtiembres de Villapinzón, desde una perspectiva histórica, trajo una importante transformación en los barrios ribereños al Río Tunjuelo como lo es San Benito, el cual, para mediados del siglo XX, hacía parte de la zona rural de Bogotá y su desarrollo como barrio clandestino los condujo a no contar inicialmente con el servicio de acueducto y alcantarillado, por lo que “las corrientes de agua aledañas fueron importantes para el consumo, la recreación e incluso la alimentación de los habitantes” (Figura 7) (Sánchez-Calderón, 2018).

REALIDADES DEL AGUA

del siglo XX, especialmente en la localidad de Ciudad Bolívar y sobre la ronda del Río Tunjuelo. Ahora se ha presentado una relocalización de esta actividad hacia la Sabana, principalmente hacia municipios como Mosquera, Soacha, Zipaquirá y Subachoque, para la extracción de materiales para construcción, arcillas, entre otros minerales, y cuyos efectos sobre las aguas superficiales destaca principalmente en la intervención de cursos de agua, el vertimiento de aguas mezcladas los residuos, drenajes ácidos provenientes de las minas y lixiviados producidos por la actividad minera. Esta relocalización es un ejemplo de las transformaciones constantes de los usos del suelo y del agua, dejando en las fuentes hídricas del sur de Bogotá y en la ronda del Río Tunjuelo una profunda afectación ambiental fruto de las actividades mineras desarrolladas a lo largo del siglo XX, lugar donde se están planteando nuevos proyectos para la ciudad que no tienen que ver con la recuperación del río Tunjuelo y sus afectaciones ambientales dejando atrás un desarrollo urbano actual, incipiente y predecible.

En este orden de ideas, la relación con el agua para antes de la mitad del siglo XX en el barrio San Benito, configuraba así todo un tejido necesariamente comunitario y ambientalmente responsable dadas las relaciones funcionales

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dirigidas al buen-vivir de los habitantes pero, tal como lo manifiesta Harvey (1996), la urbanización en particular es a la vez un proceso con consecuencias históricas, políticas y ambientales, ya que la legalización y anexión del barrio San Benito a Bogotá transformó la relación de los habitantes con el agua:

Figura 6. Cutiembres de San Benito. Tomado de: El

Espectador (2016).

“La conexión al acueducto de la ciudad supuso un alejamiento del Tunjuelo que se reforzó con la continuación de su función de vertedero. Paulatinamente, el río, al igual que el resto de las corrientes de agua de la ciudad, sufrió un sensible deterioro de sus cualidades físico-químicas” (Sánchez-Calderón, 2018).

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Es de esta manera como se identifican dos hitos importantes que evidencian una ruptura en la relación de los habitantes con el agua en San Benito: (1) la construcción de los acueductos y (2) la presencia de las curtiembres. Este distanciamiento con el agua del Río Tunjuelo junto con el deterioro en la calidad del agua termina por acabar el tejido hidro social y promover una transformación en los imaginarios hídricos de los habitantes del barrio San Benito pasando del agua como un bien común al agua como una cloaca o vertedero. Figura 7. Recreación sobre el Río Bogotá en 1950 antes del Salto de Tequendama. Tomado de: Memorias del Río Tunjuelo (2016).

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Por otro lado, en la región metropolitana de Bogotá se destaca también la presencia de industrias que se relacionan con el agua, ya sea por el consumo directo de ella para


Este aumento en la demanda de agua para usos de distintos indoles, además de ejercer presión sobre las fuentes hídricas superficiales, su respectiva infraestructura técnica y la gestión de los mismos por parte de las ESP, también se ve reflejado sobre el uso de las aguas subterráneas ubicadas en los acuíferos que se encuentran debajo de la Sabana de Bogotá, cuyo uso es

predominantemente doméstico en las cuatro provincias de Cundinamarca correspondientes a la Región Metropolitana (Figura 8) y lo cual se materializa en el volumen anual de agua subterránea extraída para abastecimientos de acueducto en municipios tales como Mosquera, Funza, Tenjo, Madrid, Cota, entre otros (Figura 9) con un total de volumen anual de aproximadamente 10.500.000 m3 para el 2008 (CAR, 2008). Por otro lado, en orden de uso, el agua subterránea presenta un servicio significativo para el riego y uso agrícola y cuya explotación es realizado principalmente por las empresas floricultoras, cuyo protocolo para la explotación y manejo ambiental de los pozos está claramente definido (Montero y Quintero, 2010: 35), pero lo cual no se ve representado en el pago de regalías a los entes estatales por el uso de este recurso, lo que se ve reflejado en la ausencia de una normativa regulatoria frente a estos pagos. Por último, la minería que se desarrolla dentro de la Sabana de Bogotá también representa una de las actividades económicas que se abastece de agua subterránea para su desarrollo, y cuya regulación está ampliamente mediada por unos marcos normativos dictados por entes estatales de múltiples escalas, pero cuya aplicación queda cuestionada por los efectos ambientales que esta actividad ejerce sobre los acuíferos como, por ejemplo, la contaminación del agua subterránea por mezclas con aguas residuales,

REALIDADES DEL AGUA

el funcionamiento de la industria o por el vertimiento de sus residuos hacia las fuentes hídricas principalmente asociadas a la cuenca de Bogotá. De esta manera, sobre el primer aspecto, industrias principalmente de bebidas y alimentos como por ejemplo la embotelladora de Manantial (perteneciente a Coca-Cola-Femsa) en La Calera, Alpina en Sopó o Bavaria en Tocancipá dependen necesariamente de agua potable y de alta calidad para su posterior transformación en los respectivos productos de cada industria; ante esto, surgen algunas problemáticas asociadas a la privatización y acaparamiento, por ejemplo, de acueductos comunitarios y veredales (Castelblanco, 2018). Sobre el segundo aspecto, distintas industrias, a pesar de tener sus respectivas políticas sostenibles sobre el vertimiento de sus aguas residuales, han sido involucradas en múltiples acciones populares (Acción popular 2500023-27-000-2001-90479-01) recolectadas por el Consejo de Estado en el 2014 para poner en relieve su participación en la contaminación de las fuentes hídricas, en este caso, de la cuenca del Río Bogotá y el Embalse del Muña.

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Superior) Usos del agua subterránea por provincia de Cundinamarca encontradas

Conclusiones

dentro de la Región Metropolitana de la Sabana. Tomado de: CAR (2014).

La gestión del agua urbana en la Sabana de Bogotá cuenta con la particularidad de estar coproducida con una serie de dinámicas metropolitanas asociadas a la expansión urbana, la relocalización de industrias como las mineras o de alimentos y bebidas, entre otras actividades económicas, cada una de ellas asociadas al agua, ya sea para el consumo de la misma o para el vertimiento de los desechos producidos por las actividades económicas anteriormente mencionadas. Cada dinámica se relaciona con el agua de manera particular y con efectos locales propios de la actividad; por ejemplo, las urbanizaciones producen el vertimiento de aguas grises y residuales mientras que la minería o las curtiembres se caracterizan por el vertimiento de metales pesados hacia las fuentes hídricas superficiales y subterráneas.

Figura 9. (Anterior página. Inferior) Volumen anual de agua subterránea extraída para Abastecimiento de acueductos en la sabana de Bogotá. Tomado de: CAR (2008, 85-86).

Sin embargo, las particularidades de cada actividad junto con sus efectos situados y locales sobre las fuentes hídricas superficiales y subterráneas cercanas, se reproducen en aquellas partes de la ciudad y municipios que han

experimentado los frutos de la intensificación de las mencionadas dinámicas metropolitanas por lo que es posible una espacialización a nivel regional de los diversos usos del agua. Con base en esa espacialización, es posible decir que los usos del agua, a pesar de estar espacializados dentro de zonas no necesariamente pertenecientes al casco urbano continuo del Distrito Capital y cada uno de los municipios, sí generan afectaciones sobre estas zonas urbanas por lo que se recalca el rol del agua como elemento conectado a todos los ámbitos sociales, naturales y urbanos.

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REALIDADES DEL AGUA

Figura 8. (Anterior página.

desecación y desaparición de acuíferos y manantiales, ya sea por excavaciones subterráneas o por su transformación en botaderos como las canteras en Ciudad Bolivar, la intervención del acuífero del Tunjuelo por explotación de gravas, entre otras problemáticas (CAR 2014, 32-33).

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Figura 10. (Siguiente página. Superior) Vertimento de aguas negras en el río Bogotá. Tomado de: Semana

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Sostenible (2019).

Figura 11. (Siguiente página. Inferior) Fuente hídrica. Tomado de: Cámara de Comercio de Bogotá (2016).

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REALIDADES DEL AGUA


APROPIACIÓN Y CULTURA DEL AGUA EN BOGOTÁ Y SU REGIÓN HÍDRICA Paula Alejandra Plata López

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Agua fluida o Agua estancada

Figura 1. (Siguiente página) Humedal Vaca Sur después de más de 10 años de trabajo comunitario. Tomado de: Diana Castro. Perfil de Facebook (2020).

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En la historia de Bogotá el agua ha sido un elemento que siempre ha estado presente, y la abundancia y potencia de las fuentes hídricas del territorio a día de hoy sigue siendo un factor favorable para la evolución de la ciudad. El clima suave, la fertilidad del suelo y la abundancia de aguas superficiales del territorio históricamente ha estimulado el asentamiento de comunidades humanas en el territorio. Anteriormente el acceso fácil y cercano a fuentes hídricas era esencial para los asentamientos humanos debido a la inexistencia de cualquier sistema de distribución y captación de agua. Las oportunidades hídricas de la Sabana de Bogotá y la Cordillera Oriental en primer lugar fueron acogidas por comunidades indígenas Chibchas, posteriormente, fueron aprovechadas por los

españoles que llegaron al territorio. La relación de los seres humanos con el agua es histórica y así mismo, se ha ido transformado con el paso del tiempo y conforme a las visiones, valores y prácticas que cada actor y grupo tiene. En el siguiente texto se va a presentar rápidamente el contexto histórico de la Sabana de Bogotá, de Bogotá y de lo que posteriormente se constituirá como la región hídrica de la ciudad, con dos objetivos principalmente, se busca mostrar la relación que tenían las antiguas comunidades con el agua y los cuerpos hídricos, e identificar algunos momentos y actores que llevaron a la transformación de dicha relación para terminar donde estamos hoy en día. Investigaciones traídas aquí dan cuenta de que la naturaleza y la cultura no siempre estuvieron en conflicto.


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A continuación se expondrán dos casos, el primero corresponde al nacimiento de la afluente más relevante de la región central del país y por ende de la Sabana de Bogotá y el segundo hace referencia a la región hídrica de Bogotá a razón de mostrar en dos espacios diferentes, la apropiación que ejercen distintos actores y las consecuencias que tales acciones acarrean. En seguida se trata más específicamente la ciudad de Bogotá, presentando una línea de tiempo sobre la configuración del sistema de abastecimiento de agua, una de las formas más generalizadas de apropiación del bien natural, al tiempo que se presenta una reflexión sobre la transformación de los cuerpos hídricos en la ciudad situada, específicamente en los dos ríos fundadores. Finalmente, se trata el caso del río Bogotá y la localidad de Kennedy, ambos, expresiones de la relación que se crea entre la ciudadanía y el agua.

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A lo largo del texto se reconocen principalmente dos tipos de actores en la apropiación del agua, por un lado están las instituciones político administrativas y del otro la población civil. Cada uno de estos juega un rol diferente en la unión o distanciamiento de los humanos, de la sociedad con el agua, es decir, cada acción se entrelaza y moldea cómo y qué tipo de relación se teje con el agua. En este sentido, las concepciones, hábitos y obras que tienen lugar determinan la dirección que se toma con respecto al agua y sus manifestaciones, como lo son los ríos, lagunas, lagos, humedales, y todos

los seres vivos, animales y vegetales que dependen enteramente de ella y sus ecosistemas.

Contexto histórico En el periodo Herrera, exactamente en el año 800 a.C. nativos de la Sabana Cundiboyacense crearon un sistema hidráulico de zanjas y camellones donde hoy está el Humedal Jaboque -la creación de este sistema tuvo como resultado dicho humedal-, en Engativá, sistema que años después sería adoptado por los muiscas (Peñuela, 2018); Los camellones y canales aprovechan y responden a las demandas hídricas del territorio en conjunto con las prácticas humanas, estos tenían como principal función controlar la humedad y permitir la protección de los cultivos contra las heladas, al igual que nutrir de agua los cultivos. La implementación de este sistema demuestra que los antiguos habitantes del territorio tenían conocimientos sobre los ciclos hídricos y las cualidades de los cuerpos acuáticos, del suelo y hasta de los tiempos del planeta, pues se han podido reconocer ejercicios de observación astronómica para la construcción y funcionamiento de todo este sistema (Ruíz en Sierra, 2017, p. 51). Además de la comprensión de la importancia de la acción del agua en la agricultura y por ende en la vida de los asentamientos, para las comunidades indígenas muiscas el agua tomó la figura de la deidad Sie o Sia, diosa


600 d.C. - 1600 d.C. Pasca, Cundinamarca. Tomado de: Banco de la República (2017).

Figura 3. Rana Sabanera, especie endémica de Colombia.

Es importante resaltar que la estrecha relación de comunidades antiguas no se limitaba únicamente al agua como elemento, por el contrario, se extendió a los demás seres que en y por ella habitan, como es el caso de la rana, animal que también llegó a considerarse una deidad. Aprender a convivir, escuchar y entender a las ranas les permitía anticipar el ciclo hídrico y por ende aprovecharlo o proteger de las fuertes precipitaciones a los cultivos (Sierra, 2017). Esto resulta interesante pues da cuenta de una visión más amplia del agua, en la medida en que la comprensión de los modos del agua no se restringía a leer los flujos del agua, como los cauces de los ríos, sino también a escuchar a demás seres que también desarrollan su vida en torno a ella.

REALIDADES DEL AGUA

Figura 2. Balsa muisca (figura de ofrenda) Oro.

del agua. El agua presentada como elemento o personificada en la diosa Sie se encontraba en la vida entera de los muiscas. Habitualmente el agua acompañaba momentos simbólicos de transición, iniciación, final o consagración en la vida humana, como un nacimiento, la pubertad de la mujer, ceremonias político-religiosas, en la muerte de caciques, etc. Incluso las lagunas (Guatavita, Guasca, Siecha, Teusacá y Ubaque) funcionaban como puntos de referencia en recorridos ceremoniales, como lo fue en la Ceremonia de Correr La Tierra (Sierra, 2017), práctica que convocaba a los guerreros de varios asentamientos del territorio.

Tomado de: Fundación Humedales Bogotá (2018).

Al llegar los españoles y apropiarse del

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territorio, las diversas actividades y cultos al agua se vieron condenados. Representantes de la iglesia católica consideraban las prácticas indígenas entorno al agua como cultos y sacrificios al demonio y consecuentemente, cualquier expresión de adoración al agua fue entendida como la persistencia de creencias paganas y por ende castigada; se empezó a constituir una separación de orden espiritual entre el agua y la actividad humana. No obstante, aún cuando se prohibieron muchas prácticas en torno al agua, los nuevos pobladores no desestimaron la importancia del agua para la vida humana. En las Leyes de Indias, (Libro IV, Título XIII, Ley Quinta) se estableció “Que los pastos, montes y aguas sean comunes en las Indias… Mandamos que el uso de todos los pastos, montes y aguas, sean común a todos los vecinos de ellas, que ahora son, y después fueres para que los puedan gozar libremente” (Sierra, 2017, p. 67). La expedición de esta ley pone al agua como bien común y de uso público sin discriminación alguna, y si bien el agua en sí misma es un bien natural y común de todos los seres del planeta, que este constituida de tal manera en una ley, junto con el tratamiento que se le iría dando con el paso del tiempo, da cuenta de la actitud predominante que se tomaría frente a ella, una relación unidireccional, la del consumo, usufructo. Desde la fundación de la ciudad datada entre 1538 y 1539, el río Vicachá (en lengua

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Chibcha significa “resplandor de la noche”, posteriormente llamado río San Francisco y el río Chiguachi (en lengua Chibcha “nuestro monte luna”) o Manzanares posteriormente llamado río San Agustín (Santos, 2015, p. 100), fueron los encargados de suplir de agua la ciudad. Para el año 1557 ya se podía apreciar deterioros en ambos ríos por lo que se establecieron prohibiciones con respecto a la construcción de molinos a las orillas, lavar en estos o arrojar “inmundicias” (EAAB, 1997). A finales de este siglo “el cabildo de la ciudad decidió tomar control de la situación, conduciendo el agua sin contaminación proveniente desde los nacimientos hasta la plaza mayor y estableciendo que desde ese momento el líquido se tomaría de una fuente de piedra conocida como el “Mono de la Pila” (Santos, 2015, p. 105). Esta acción, que representa la separación del agua en contaminada y no contaminada, puede ser uno de los primeros hitos significativos en la relación que se empezaba a tejer con el agua en el territorio bogotano, e igualmente la rápida degradación de dichos cuerpos hídricos expresa una falta de reflexión y comprensión tanto de las prácticas humanas cotidianas del momento, como de las necesidades y cuidados del agua. A falta de un sistema de distribución que llevase el agua a los hogares en estos años, el trabajo de las aguateras o aguadoras era fundamental. Éstas eran principalmente mujeres que recogían agua de las pilas en múcuras de barro, bien fuera para llevarla a las casas o venderla.


en la Plaza de San Victorino, Bogotá, 1824. Tomado de: Colección de Arte, Banco de la República (1824).

Además de ser esta una actividad que las hacía relacionarse de manera más directa con el agua también era la responsable de estimular reuniones entre las mujeres. Casi hasta la mitad del siglo XIX la labor de estas mujeres fue muy solicitada (Santos, 2015). Durante los primeros años de la colonización española y de ahí en adelante el agua cambió su significado sagrado y religioso, y para los nuevos habitantes del territorio, adquirió “un carácter orientado a suplir las necesidades

que los pobladores tenían respecto a la limpieza, el lavado de la ropa, la alimentación y la higiene personal, […] los ríos pasaron a tener una connotación utilitaria y doméstica”. No obstante, el río no perdió su carácter comunitario, paralelamente “se convirtió en lugar de encuentro, de intercambio de información, de entretenimiento en incluso de ocio, en el cual se llevaban a cabo prácticas cotidianas como lavado de ropas, baños y recolección de agua” (Santos, 2015, p. 105).

REALIDADES DEL AGUA

Figura 4. Personas reunidas

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Se narra que en el año 1785 el desaseo de las calles de la ciudad era bastante alarmante y comprometía considerablemente la calidad del agua de los ríos que corrían por las calles de la ciudad, frente a esto le siguieron una serie de prohibiciones más específicas sobre el manejo de desechos; se prohibía arrojar basuras a la calle y caños, el derrame de residuos como el de las chicherías, y la infracción suponía el pago de una multa (EAAB, 1997). Parece que las prohibiciones se constituyeron en la manera de proteger el agua en la ciudad, cuestión que resulta considerablemente infértil en la medida en que no se da precisamente una reflexión entre las autoridades competentes y la población local sobre las prácticas relacionadas con el agua y sus consecuencias, cuestión que se puede observar en la continuidad de las degradaciones del agua; en este sentido, no resulta suficiente el “castigo” o “compensación” monetaria para el cuidado del agua.

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Aun cuando la independencia frente a la Corona Española a principios del siglo XIX significaba un renacer para el territorio colombiano y sus habitantes, esta no significó una transformación en la visión y manejo de los recursos hídricos. Gaspard Théodore Mollien, un cronista de este siglo, dejó por escrito algunas apreciaciones sobre la ciudad. Mollien comenta que según un virrey en Bogotá había cuatro agentes encargados de la limpieza de la ciudad: los gallinazos, la lluvia, los burros y los cerdos. En su visita a la ciudad comprueba esta situación agregándole

que todos los sábados unos indios iban con unas carretas tiradas por bueyes para sacar todas las inmundicias; igualmente observó que al dar las ocho de la noche la incuria de sus habitantes transformaba los arroyos en una cloaca infecta (EAAB, 1997). La limpieza del área urbana da cuenta de que las partes administrativas de la ciudad primero, no tenían un plan de manejo frente al agua, y segundo, por consecuencia, no había mucha reflexión sobre el papel y necesidades del agua en la vida urbana. Que la sanidad de la ciudad y el agua fuese tratada por seres como los gallinazos, los burros, los cerdos, los indígenas -quienes para la época poco eran considerados como ciudadanos- y la misma lluvia, ubica este asunto en un nivel inferior dentro del programa de manejo de la ciudad. Sería interesante contrastar estos ‘cuatro agentes de limpieza’ con los encargados hoy en día de los residuos en la ciudad, cuestión que afecta directamente la calidad y conservación del agua.

Agua en los siglos XX y XXI La transformación cultural que tuvo lugar en todo el territorio a partir del siglo XV y XVI tuvo incidencias directas en el uso y las concepciones frente al agua. La manera de relacionarse con el agua paulatinamente fue cambiando para pasar de un contacto directo con los cuerpos hídricos o en su defecto con las pilas que desviaban el


Para acercarnos a la cuestión de la apropiación del agua en la Sabana y en Bogotá resulta importante observar y analizar las acciones administrativas en torno a esta, entendiendo apropiación como la acción de adueñarse de cierta cosa, bien sea para algún tipo de usufructo o defensa/seguridad. Las acciones administrativas, no en su totalidad, pero en algunas ocasiones, llegan a representar ambos propósitos de apropiación. Para el caso de la región hídrica de la que depende Bogotá y algunos municipios de la sabana, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), es la principal responsable, desde el sector administrativo-institucional de los procesos de transformación y manejo de los cuerpos hídricos para el uso cotidiano de la población civil. Cada acción administrativa se encuentra bajo un proyecto de gobernanza que viene siendo

“los procesos colectivos, formales tanto informales, que determinan en una sociedad cómo se toman decisiones y se elaboran normas sociales con relación a asuntos públicos” (Hufty en Herrera, 2019, p.11). En este sentido, la gobernanza que se ejerce sobre el agua es una expresión cultural en tanto esta se construye a partir de los pensamientos y sentires que se tienen y que le dan forma a cada una de las acciones a implementar al igual que a cada uno de los diferentes instrumentos de planeación que determinan cómo utilizar y hasta organizar los cuerpos hídricos, e implícitamente la manera en que se gobierna, va construyendo la relación humano-naturaleza. La gobernanza del agua incluye algunos procesos que son observables y monitoreables, y que abarcan discusiones políticas, sociales y económicas. Están la toma de decisiones, sistema de decisiones públicas, normas y reglas institucionales, actores que cooperan y entran en conflicto, espacios de negociación, políticas o instrumentos políticos. El modo de demanda actual de agua ha configurado una serie de actores y espacios que se vuelven indispensables para suplir las necesidades humanas. No obstante, tanto como los actores administrativos, públicos y privados, la población civil, a escala ciudad y escala local, ocupa un lugar activo y sustancial en los procesos de apropiación del bien hídrico. En cuanto a la manera en cómo interactúan y el lugar que ocupan los distintos actores en la gobernanza del agua, es compleja

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agua hasta ellas, a la creación de los acueductos que dirigen el agua directamente hasta las casas, el agua siguió, sigue y seguirá siendo indispensable para la vida, especialmente en el ámbito doméstico. Sin embargo, los cuerpos hídricos que están encauzados perdieron la comprensión y relevancia que otrora tuvieron. Los modos de pensar, interactuar y apropiarse del agua en la Sabana y en la ciudad cambiaron y con eso, desaparecieron y aparecieron nuevos actores. Uno de los más relevantes son las entidades administrativas que empezaron a encargarse de la gestión del agua.

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en la medida en que las relaciones que tienen lugar llegan a ser asimétricas entre sector administrativo-institucional y la población civil.

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Escala regional Para suplir la demanda de agua de Bogotá y varios municipios aledaños se ha constituido lo que se conoce como la región hídrica. “La región hídrica será entendida como un concepto de región funcional, la cual se organiza en función del proceso hídrico que sirve al abastecimiento de Bogotá en el Sistema Chingaza: territorios estratégicos, fuentes de captación, almacenamiento de agua no tratada, tratamiento, almacenamiento de agua tratada y las tuberías que componen la red de distribución.” (Herrera, 2019, p.38). La apropiación y gestión de las aguas de esta región por parte de la EAAB tendrá como destino el abastecimiento hídrico de Bogotá, San Juanito y El Calvario (municipios del Meta) y La Calera, Junín, Choachí, Fómeque y Guasca (municipios de Cundinamarca), igualmente “Cajicá, Sopó, La Calera, Tocancipá, Funza, Madrid, Chía y Mosquera son municipios que dependen de la garantía del abastecimiento hídrico desde el Distrito Capital” (Herrera, 2019, p.4). Aunque Bogotá y los territorios mencionados anteriormente se encuentran beneficiados por las acciones administrativas de la EAAB y el Sistema Chingaza, municipios que aún se

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encuentran en la misma región geográfica como la Mesa y Anapoima no cuentan con un servicio de abastecimiento de agua que sea estable y/o garantice este servicio. Lo que ha venido funcionando en ambos municipios es la venta de agua en bloque la cual terceriza el acceso al agua en tanto las entidades encargadas del agua en La Mesa y Anapoima recurren a la EAAB para suplir esta necesidad. Es entonces cuando se hace evidente que la apropiación del agua no se da equitativamente, sino que más bien se han priorizado unos territorios sobre otros. Después de la ley 99 de 1993 -por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente y se organiza el Sistema Nacional Ambiental (SINA)- se crearon 19 nuevas Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) entre ellas la Corporación Autónoma Regional del Guavio (Corpoguavio), la cual entre sus objetivos tiene fortalecer la gobernabilidad ambiental y la participación ciudadana a través de la sensibilización y capacitación de competencias en asuntos ambientales a los diferentes actores que hacen parte de la jurisdicción de Corpoguavio (Gachalá, Medina, Ubalá, Gama, Junín, Gachetá, Fómeque y Guasca) para la administración y protección del patrimonio ecológico y ambiental de los territorios mencionados. Corpoguavio ha trabajado por la reconversión de varios predios que limitan con el Páramo de Chingaza, implementando y capacitando en “acciones enmarcadas en la liberación de áreas


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Figura 5. Mapa del sistema de abastecimiento agua potable de Bogotá. Tomado de: Herrera Peña, R. (2019).

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de páramo, rehabilitación con especies nativas del ecosistema, protección de rondas, restauración pasiva, mejoramiento de pastos, rotación de potreros, instalación de cercas y bebederos” (Corpoguavio, 2020).

Figura 6. Trabajadores de Corpoguavio. Tomado de:

Además de ser Corpoguavio un ejemplo de gobernanza local del agua es también ejemplo de las diferencias administrativas que se presentan en la gestión y apropiación del agua, pues aun cuando esta se constituye como la autoridad ambiental del territorio sus competencias político-administrativas excluyen al sistema Chingaza “[NA2] aunque un porcentaje estratégico del sistema queda en el municipio de Fómeque, la autoridad ambiental competente sigue siendo la CAR[NA3] de Cundinamarca, incluyendo la autonomía para la aprobación y modificación del Plan de Manejo Ambiental y el otorgamiento de las concesiones de agua” (Herrera, 2019, p.31). Corpoguavio ya ha tenido inconvenientes con la EAAB que han terminado en procesos jurídico-penales. A finales del 2019 el Consejo de Estado ratificó una multa que Corpoguavio le impuso a la EAAB por haber captado ilegalmente aguas de los ríos La Playa, Frío y Chuza entre 1988 y 2003 (Asuntos Legales, 2019).

Corpoguavio (2020).

Debido a divisiones administrativas se han presentado conflictos interjurisdiccionales por el agua, en gran medida por la disconformidad entre límites geográficos y límites administrativos, en donde los segundos terminan teniendo

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Una de las expresiones de la gobernanza, son las normas y reglas las cuales por lo general representan la visión de una institución en específico, y se establecen para el manejo y la regulación del agua como servicio. “Las normas pueden determinar el nivel de articulación en las escalas municipal, regional y nacional o pueden establecer las falencias por contradicciones u omisiones en las mismas” (Herrera, 2019, p. 13). El establecimiento físico y político de una región hídrica funcional centralizada ha ocasionado una serie de divisiones que fragmentan el territorio y tienen un resultado desigual en el aprovechamiento del agua. Para los trabajos de apropiación del agua en la sabana, desde un sector político-económico-administrativo, se encuentran los siguientes actores:

- Corporación Autónoma Regional CAR - Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial MAVDT - Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá EAAB - Parque Nacional Natural Chingaza - Mesa de Planificación Regional - Contraloría *Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales IDEAM - Sistema Nacional Ambiental SINA - Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico CRA - Alcaldía de Bogotá - Alcaldías de los municipios involucrados - Gobernación de Cundinamarca Para la región central del país, en donde se encuentra la sabana cundiboyacense, el río Bogotá es uno de los cuerpos hídricos más importantes, tiene lugar en 46 municipios de Cundinamarca y su cuenca responde por el 32% del PIB y 26% de la producción nacional. Además de su importancia en la economía nacional, tiene una biodiversidad amplia; cuenta con 542 especies,

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mayor peso al momento de acceder al bien vital. Estos conflictos están materializados en limitaciones de infraestructura, por ejemplo, prohibiciones para el acceso y consumo del agua. Estos conflictos “reflejan tensión entre objetivos y competencias de las jurisdicciones por falta de correspondencia entre los límites de cuencas hidrográficas y administrativos. Los conflictos institucionales se plasman en la falta de coordinación entre las autoridades del agua y del medio ambiente, ordenamiento territorial, etc., que afecta la gestión del recurso hídrico” (Martín y Justo en Herrera, 2019, p.6).

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aves, mamíferos, reptiles, anfibios y peces (Semana, 2020a). El río Bogotá tiene su nacimiento en el páramo de Guacheneque, ubicado a 80km de la capital en el norte de Cundinamarca en los municipios Villa Pinzón, Machetá, Chocontá, Turmequé y Umbita Boyacá.

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En los terrenos del páramo de Guacheneque, también se desarrollan actividades de agricultura y ganadería que quitan espacio para las especies propias del ecosistema y afectan el suelo, ambas consecuencias afectan directamente el ciclo del agua y pone en peligro numerosas especies. “Aunque la mayoría de sus cultivos son para autoabastecimiento, los grandes productores de papa de la capital y de municipios aledaños son quienes tienen los terrenos en alquiler y realizan siembras extensas y los usan en actividades ganaderas” (Bernal Cuesta en UN Periódico digital, 2017). Las actividades económicas de pequeños y/o grandes empresarios agricultores y ganaderos están ocasionando un desbalance en el ecosistema porque adaptan los suelos propios del páramo -indispensables en la producción de agua- para pastos de ganadería y actividades agrícolas, por otra parte, por las altas cantidades de agua que demanda la agricultura extensiva. “Hay predominio de minifundios (terrenos de 2 a 10 hectáreas), con 282 y 253 predios respectivamente, que en ocasiones han sido el producto de una subdivisión predial originada por procesos de sucesión que tienen varios herederos” (Bernal Cuesta en UN Periódico digital, 2017).

“El páramo de Guacheneque sufrió grandes incendios que dieron inicio a la frontera agrícola y a la ganadería, el ganado tumbaba los frailejones de 5 metros de altura debido a que criaba piojo y los incendios de hace 41 años prendieron candela a 355 hectáreas de bosque andino, lo cual provocó la desaparición del leoncillo, el oso de anteojos y el venado de cola blanca, se cree que los osos emigraron ya que hace dos años fueron vistos rumbo a Gachetá y el más pequeño fue asesinado por un concejal; el páramo al ser tierra de nadie era utilizado para sembrar papa y para mantener a la ganadería en el nacimiento del río Funza o Bogotá.” (Perdomo, 2018, p. 31). Con respecto a los páramos, la profesora María Patricia Rincón Avellaneda de la Maestría en Ordenamiento Urbano Regional de la Universidad Nacional de Colombia, indica que “la única alternativa para llevar a cabo programas y planes coherentes y articulados sería la acción conjunta de todos los municipios que entran en su jurisdicción” (UN Periódico digital, 2017). El hecho de que el páramo de Guacheneque se encuentre dentro de los límites de cinco administraciones diferentes, en vez de ocasionar una unión entre los cinco municipios por el factor en común, ha fragmentado el páramo; las tierras se ven divididas y otorgadas al mejor postor, esta fragmentación también se ve propiciada, como se mencionó anteriormente, por la subdivisión predial. Cabe mencionar que estas divisiones


el Páramo de Guacheneque. Tomado de: Vidal González: el “último guardián del páramo de Guacheneque y el río Bogotá (2020).

no son directa ni sustancialmente el problema, sino que por el contrario esta situación podría convertirse en una fortaleza si cada una de las partes conociera y entendiera las características y necesidades del páramo y además estuviera comprometida con el bienestar de todo el ecosistema. Para el cuidado del páramo de Guacheneque se han propuesto una serie de estrategias que conllevan a la apropiación de este por parte de la población civil, generan conciencia ambiental y apuestan por la liberación de terrenos del páramo en pro del bienestar del ecosistema. Se ha planteado como una alternativa, especialmente para las familias agricultoras habitantes

del territorio, la contribución económica por parte de los ciudadanos a los campesinos por dejar una porción de sus predios con bosque nativo; los corredores ambientales son otra de las estrategias para la conservación regional, la cual consiste en conectar ecosistemas y evitar la fragmentación responsable de la extinción de muchas especies, ambas propuestas han salido de los habitantes de este territorio. El páramo de Guacheneque se encuentra bajo la vigilancia de dos campesinos de Villapinzón, Vidal González y Jairo García. Vidal se convirtió en el primer guardabosque de este páramo en 1991; su trabajo es controlar los incendios y talas de los vergajos, evitar las basuras al río

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Figura 7. Vidal González en

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Funza (río Bogotá), denunciar la minería y liderar caminatas ecológicas con los turistas (Semana, 2020b). Hasta hoy en día Vidal sigue siendo el guardabosques del páramo y su trabajo ha resultado fundamental para la preservación del páramo de Guacheneque, un ecosistema que a pesar de ser el nacimiento de una afluente tan importante como es el río Bogotá, le falta mucha atención y entendimiento. Vidal González hace parte de campañas educativas en las que se les enseña a niños y padres la importancia del páramo y el porqué es primordial aprender a cuidarlo; los colegios y comunidades de los acueductos veredales hacen campañas de plantación de especies nativas de la zona; la alcaldía de Villapinzón está tratando de descontaminar el río desde el pueblo; en 1996 La CAR diseñó un dique donde se comienza a formar el río Funza buscando devolver a la laguna el tamaño que tenía en un principio, este proyecto nunca se realizó; El hombre responsable por la destrucción de 355 hectáreas del páramo [NA7] de Guacheneque plantó once mil (11.000) pinos de los cuales sobreviven aproximadamente 127. Los pinos son propensos para los incendios, desecantes y dañinos para la vegetación propia del páramo, junto con los pinos también sembró retamos espinosos, los cuales son una amenaza ya que son una especie invasiva (Perdomo, 2018, p. 49). Con intenciones similares a las del señor Vidal González, la publicista Mariana Perdomo (2018)

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se acercó al páramo de Guacheneque para realizar su trabajo de grado. El objetivo de su trabajo fue “indagar acerca de la producción de la comunicación persuasiva en los espacios de gobierno local y nacional, cuyo objeto es generar conciencia ambiental para la regulación de las relaciones entre la triada cultura, medio ambiente y desarrollo” (p.9). Sin embargo, durante su visita por los alrededores del páramo se presentó donde a la comunidad y escucho algunas historias sobre este lugar; “La leyenda cuenta que cuando las personas subían a cortar madera para la construcción de casas de bahareque, o a robar alguno de sus encantos como las totumas o los pollitos de oro, la laguna se los absorbía, en 1910 asustados por el poder que esta tenía, fueron en busca de un cura para que les diera la solución al encantamiento o magia de la laguna; Este les dijo que para romper con la magia, amansar y calmar la bravía de la laguna, debían echarle sal vigua extraída de las minas de Nemocón, al verter las siete cargas de sal a la laguna en el alto de la calavera, ésta lentamente fue perdiendo sus encantos y disminuyendo su volumen hasta tener el tamaño de hoy en día y con el cual se ha mantenido desde hace 59 años cuenta don Vidal, por lo que no volvió a ser la misma que era hace 101 años, pasando de ser una gran laguna a varios pozos, en lo cual también influyó el saqueo que le realizaron en la zona norte


del nacimiento donde se encuentra la cueva de la “Altigua”, en esta zona empezaron a abrir un boquete para secar la laguna y de esa forma poder extraer todo el oro que se encuentra en sus profundidades, acabaron con el bosque virgen de la zona por medio de incendios que espantaron a los animales como el venado de cola blanca, el leoncillo y el osos de anteojos que tenían su hábitat en el nacimiento de la laguna, por lo que actualmente el ecosistema se encuentra en recuperación” (Perdomo, 2018, p. 33).

Figura 8. Cascada La Nutria en el Páramo de Guacheneque Tomado de: El “ángel guardián” del nacimiento del río Bogotá (2018).

Los asentamientos humanos se han transformado y evolucionado con el paso del tiempo y así mismo la relación de estos con el agua, elemento indispensable para el desarrollo de la vida. En la segunda mitad del siglo XX se dio una importante transformación a nivel global, la modernización y los avances tecnológicos se volvieron el centro y motor de las grandes urbes, no obstante, algunas cuestiones naturales no dejaron de ser importantes, para el caso de Bogotá “el desarrollo de la ciudad ha coincidido siempre con la ampliación y dotación de nuevas fuentes de agua” (Talleres de Crónicas del Agua, 2011, p.10). Fue el alarmante e incómodo deterioro de los ríos que otrora se encargaban de abastecer de agua a la población asentada, junto con el acelerado crecimiento poblacional lo que situó dentro

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Escala distrital

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Los ríos fundadores de la ciudad, San Agustín y San Francisco, son testimonio de la transformación cultural que tuvo lugar en el territorio. Actividades como la recolección de agua, la recreación y el asentamiento en las inmediaciones de los cuerpos hídricos constituyen implícitamente a los ríos como “ejes naturales y culturales determinantes en la conformación y apropiación del territorio” (Santos, 2015, p. 94), en tanto cada que las personas se reunían o que una casa nueva era levantaba en su cercanía se iba tejiendo el territorio y la comunidad. Consecuentemente, la canalización de ambos ríos es un hito significativo en la evolución de Bogotá pues es representación de la abismal separación entre las personas de la urbe y el agua, aunque esta se haya gestado y tenido lugar años atrás.

Figura 9. (Anterior página) Bogotá y el agua. De los cerros orientales a la región hídrica. Parte 1. Línea del tiempo. Tomado de: Quinaxi y Guhl, E. (2018).

La degradación de los ríos que corrían por la ciudad, además de provocar la canalización de estos, situó dentro de las necesidades urbanas la búsqueda de nuevas fuentes para el abastecimiento de agua de la ciudad. A lo largo del siglo XX se fueron agregando cada vez más cuerpos hídricos al sistema de agua de la ciudad, la mayoría de estos, producto de la manipulación y transformación de las aguas ya existentes como lo son los embalses, los cuales aprovechan y almacenan el agua del territorio en el que se

encuentran ubicados. En este orden de ideas, la relación de las personas con el agua pasó de un contacto directo a estar mediada por un sistema de acueducto que hace llegar el agua a las personas, o en el caso de los ríos encauzados, el cemento terminó de distanciar a las personas de los ríos. Aún cuando el agua siga siendo necesaria y utilizada en la vida cotidiana, quizá aún más de lo que se utilizaba anteriormente por su fácil acceso y cercanía en la llave de agua más cercana, la vida social que en su momento se tejía en cada interacción que tenía lugar en el río o hasta en las piletas se perdió. Las viviendas y las plazas ya no estarían conectadas por los cuerpos de agua fluyendo en su propio trazo, sino que las primeras pasarían a estar conectadas y ser reconocidas en la ciudad por el servicio de acueducto instalado en cada casa y apartamento. Y aunque no podamos saber cómo se hubiera desarrollado la relación sociedad – agua con un contexto histórico diferente y con un tratamiento diferente del recurso, la manera en que esta ha tenido lugar ha demostrado no ser viable para el bienestar del territorio y sus habitantes vegetales y animales humanos y no humanos.

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de la agenda nacional y distrital la creación de un sistema que garantizara el servicio del agua para la capital.

Pensarse los ríos San Agustín y San francisco como patrimonio natural y emblemas históricos de la ciudad, tal y como lo plantea Santos (2015), resulta en el reconocimiento del lugar de los ríos en la historia de Bogotá y sus personas,

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Figura 10. (Anterior página)

de su actividad económica, el río en su paso por Bogotá se ha convertido en el mayor transportador y almacenador del territorio de aguas sucias, desperdicios, y todo tipo de residuos que son arrojados a las calles o directamente en sus aguas. Diariamente recibe 690 toneladas de cargas contaminantes (Semana, 2020a) las cuales terminan en el río Magdalena, siendo el río Bogotá el mayor contaminante de la afluente más importante del país (Monsalve, 2019).

Un punto a resaltar que da cuenta de las diferencias en la apropiación del agua en Bogotá, es el hecho de que los habitantes del sector en donde se cree está el primer punto de canalización del río San Agustín no reconocen a este cuerpo hídrico con este nombre; los habitantes lo conocen como quebrada El Chuscal o Manzanares (Santos, 2015). Esto resulta interesante porque los habitantes no reconocen al río con el nombre que le fue dado por las personas españolas y que a día de hoy sigue siendo su nombre oficial dentro de la institucionalidad que los cobija; los predios en los Cerros Orientales, donde nacen los ríos San Francisco y San Agustín se encuentran bajo tutela de la EAAB.

Ya son varias las medidas que se han tomado para devolverle la sanidad al río Bogotá. En el 2014 el Consejo de Estado emitió la sentencia sobre la descontaminación del río Bogotá con la finalidad de recuperar y conservar el hidrosistema fluvial de la cuenca del río, esto de una manera integral a partir de tres componentes: I. El Mejoramiento Ambiental y Social de la Cuenca Hidrográfica del Río Bogotá, II. La Articulación y Coordinación Institucional, Intersectorial y Económica, y III. La Profundización de los Procesos Educativos y de Participación Ciudadana” (OCGA). La sentencia apela a varias entidades administrativas del gobierno, no obstante, y de acuerdo con el componente tres, es fundamental involucrar a la ciudadanía en la recuperación del río Bogotá.

El río Bogotá es una de las afluentes más importantes de toda la zona central del país, en su cuenca se desarrolla el 32% del PIB y el 26% de la producción nacional, no obstante, además

La cultura expresada en nuestras acciones y en cómo les damos sentido o no, esta en constante reafirmación de sí misma y es definida por todos los actores que se relacionan entre sí y

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y así mismo, propende a la apropiación de estos cuerpos hídricos -y quizás de otros más- por parte de la ciudadanía lo que llegaría a constituir un escenario en el que se recupere el vínculo de las personas con los cuerpos acuáticos. En este sentido “resulta importante demostrar la función que tiene el recurso hídrico en la relación de grupos sociales o comunidades que comparten elementos identitarios, ya que un paisaje es conservado si se comprende su función social y ambiental” (Cano en Santos, 2015, p. 96).

Bogotá y el agua. De los cerros orientales a la región hídrica. Parte 2. Línea del tiempo. Tomado de: Quinaxi y Guhl, E. (2018).

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están ubicados en un mismo espacio y tiempo. Es por esto que resulta importante identificar la responsabilidad de cada actor y plantear soluciones de acuerdo a las capacidades de acción de cada uno de estos. Con respecto a la población civil, es necesario reflexionar sobre las prácticas que se vienen realizando entorno al agua, para así desaprender y desnaturalizar muchas de estas que han demostrado ser absolutamente nocivas para el buen desarrollo de la vida.

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El Centro Nacional de Consultoría (CNC) realizó un estudio para medir la percepción de 1.200 habitantes, 83 industrias y empresas productivas, 20 universidades y organizaciones ambientales y 31 gobiernos locales que hacen presencia en las cuencas alta, media y baja del río Bogotá. La encuesta arroja datos muy interesantes que dan cuenta de ejercicios de reflexión e interés por parte de la ciudadanía frente a este cuerpo hídrico, porque aún cuando no muchos ciudadanos reconocen factores positivos del río Bogotá, la gran mayoría, el 76% cree que puede ayudar en la recuperación de este. Más aún, la encuesta permite entender que la ciudadanía reconoce la importancia de apropiarse del río para el bienestar del mismo y en consecuencia el de todos los seres que lo habitan. En este sentido, las campañas y procesos educativos son indispensables en la transformación de las condiciones actuales por

las que pasa no solo el río Bogotá sino todos los demás cuerpos hídricos del territorio, en la medida en que se hace imprescindible un cambio de pensamiento reflejado en acciones concretas que demuestran un entendimiento de los ciclos del agua y sus demandas. También es fundamental tener una reflexión eficaz frente a prácticas que parecen no estar relacionadas en primera instancia con el agua, como lo son la fabricación de diversos productos, el consumo y el manejo de residuos, pero que directamente se sirven de este producto en una o varias etapas de su ciclo de vida. Cabe resaltar que los procesos educativos y el planteamiento de una transformación cultural no deben ser creados ni mucho menos impuestos de manera vertical y distanciado de los territorios en cuestión. Por el contrario, estos deben construirse desde y con las poblaciones locales nutriéndose constantemente de sus experiencias, apreciaciones y expectativas, pues un proyecto con un proceso inclusivo propicia el éxito del mismo, en tanto el proyecto como tal y sus resultados despiertan en la población un sentimiento y actitud de apropiación. Es importante partir de estas premisas, más aún cuando las mismas poblaciones ya están promoviendo el cambio. La localidad de Kennedy en Bogotá cuenta con la presencia de numerosos cuerpos hídricos, y mujeres y hombres habitantes de este territorio han encontrado en el agua un eje para la


Figura 11. Resultados sobre encuesta de opiniones y percepciones sobre el río Bogotá. Tomado de: Semana.

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(2020a).

Figura 12. Resultados sobre encuesta de opiniones y percepciones sobre el río Bogotá. Tomado de: Semana. (2020a).

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Figura 13. Flyer de encuentro virtual. Tomado de: Techotiva Ambiental. Perfil de Facebook (2020).

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transformación y estructuración de sus barrios, de sus calles y de la vida misma en el sector. Numerosos grupos se han constituido en busca del bienestar ambiental de su localidad, teniendo como premisa la auto gobernanza partiendo del reconocimiento y aprovechamiento responsable de las características de cada uno de los ecosistemas que conforman la localidad.

Environment & Society Portal (2013). Trabajador de la Empresa Municipal del Acueducto de Bogotá instalando un medidor de agua. Recuperado de: http://www.environmentand-

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EL ESPACIO PÚBLICO EN LA SABANA DE BOGOTÁ Ismael Ryuhei Kagawa Suárez

AGUA + CIUDAD II

Este texto tiene como objetivo principal dar una mirada crítica a la relación que tiene el hombre con respecto a su alrededor en términos de espacio público en el marco de los cuerpos hídricos. Esto entendiendo al espacio público como un elemento catalizador de actividades humanas que proporciona el libre intercambio de información entre seres explotando así la vida pública y urbana. Este entonces debería ser producto de la imagen de cómo los seres humanos apropiamos un lugar y también de cómo nos relacionamos no solo con las personas sino con el medio que nos rodea.

Figura 1. (Siguiente página) Interpretación 3D Proyecto Lagos de Torca. Elaboración propia.

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Se busca como primera instancia entender cuál es el valor que tiene el espacio público en la vida humana y porqué siempre ha sido un objeto de estudio desde diferentes campos, dándonos así una noción de que es un objeto material que representa la forma en cómo nos relacionamos.

Luego, se va a analizar por medio de la historia cómo estos espacios fueron mutando con respecto a la relación que el hombre tiene con los cuerpos hídricos para finalmente poder hacer un análisis de cómo estamos moldeando estos espacios. Esto teniendo en cuenta el contexto en el que estamos en donde se está tomando consciencia sobre la protección e integración de estos cuerpos naturales. El análisis de cómo se moldean estos espacios que luego moldearán nuestra forma de relacionarnos se vuelve pertinente pues nos dará una idea de si realmente vamos por el camino adecuado y si no, cómo podríamos acercarnos a estos ideales que darán valor no solo a nuestra vida sino también a los objetos que nos rodean.

Palabras Clave: espacio público, espacio colectivo, apropiación, paisaje, terreno, río, sabana, cultura, productividad, relación.


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REALIDADES DEL AGUA


El espacio público y su importancia

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Dentro de la joven historia del espacio público, se le han dado diversas interpretaciones con diferentes enfoques dependiendo de la disciplina. Como constante de las diferentes disciplinas, a este se lo concibe como un escenario en donde se lleva a cabo la vida urbana del ser humano que está a cargo del Estado pues en principio, no es propiedad de nadie. Pérez y Castellano (2013) lo definen como, “un espacio físico-espacial que no se limita por los derechos de propiedad y es accesible a todos, en donde las personas experimentan un comportamiento colectivo y se expresa la vida pública en sus diversas manifestaciones.” Son entonces aquellos espacios conformados por infraestructura urbana de dominio público, uso colectivo, y multifuncional, los que deberían funcionar y ser diseñados a partir de las necesidades colectivas de los habitantes de la ciudad.

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Ya que estos espacios son de libre accesibilidad, podría decirse que son de visibilidad “generalizada” pues todo acto que se lleva a cabo en estos espacios queda a consideración de todas las personas que lo rodean. Ante este hecho, Delgado (2007) afirma que el espacio público trasciende el doble sentido de exhibición y riesgo, llegando a ser más bien un elemento

como lo propondrían Lefebvre (1976) o Remy (1992), un espacio – tiempo diferenciado por la reunión, que registra un intercambio generalizado y constante de información que se ve vertebrado por la movilidad. Estos espacios se vuelven cruciales para el buen funcionamiento de la sociedad en la que nos encontramos. Aquellos lugares se vuelven cruciales para el buen desarrollo del ser humano como especie, teniendo en cuenta el hecho de que somos un animal social por excelencia (Aristóteles, 384322n a.C.) y que para nuestra supervivencia generamos estratégicamente agrupaciones en forma de familia, comunidad, estado, etc. Así, para el buen intercambio de información entre personas y la buena ejecución de la vida pública en donde se busca la relación interpersonal, es necesaria la creación de diferentes espacios o escenarios que se adecúen a las necesidades de los usuarios que habitan el lugar, y que naturalmente “domesticarán” estas tierras a su favor. De esta manera, se generan diferentes tipos de espacios públicos, semipúblicos, privados, y hasta híbridos que en conjunto crean un paisaje que nuevamente es objeto público de todos los habitantes. A través del tiempo, estos métodos de relacionarse con las personas cambian por el avance de diferentes tecnologías y formas de pensar, es así como va cambiando la forma en la que nosotros, como


sociedad, domesticamos estos espacios para que posteriormente sean apropiados como escenario para llevar a cabo nuestra vida pública entendiendo los factores que valoramos en ese espacio - tiempo.

Figura 2. Parque de los pies

REALIDADES DEL AGUA

En la contemporaneidad, en donde el rápido crecimiento de la ciudad es evidente, la demanda por espacio público se incrementa (Venegas-Gómez, 2011). Ahora más que nunca, se está reevaluando la relación que tiene el ser humano frente a la producción de espacios, teniendo como uno de los valores principales el medio ambiente y la naturaleza. Se busca así dotar estos espacios colectivos estos de cuerpos naturales capaces de ofrecer las condiciones necesarias para garantizar los bienes y servicios ambientales para la sostenibilidad del territorio y del mismo ecosistema.

descalzos en Medellín como espacio público. Tomado de: Gómez (2015).

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El Espacio Público sobre la Sabana de Bogotá, un recuento histórico

Figura 3. Áreas con camellones identificados.

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Tomado de: Rodriguez (2019).

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Es posible decir que el espacio público es un elemento que siempre ha acompañado al ser humano, pero que dependiendo de cómo sean las interacciones humanas y la relación que este tiene con su entorno natural, el espacio empieza a variar dentro de un determinado espacio físico-espacial a favor de los valores que se manejen en el contexto en el cual está circunscrito. Para el buen entendimiento de cómo ha mutado el espacio público en el marco de los cuerpos hídricos a lo largo de la sabana

de Bogotá, se vuelven importantes los valores que se tenían en la época frente a estos cuerpos y cómo se apropiaron frente a dichos valores que representarían la relación del ser humano con los cuerpos hídricos. Los primeros vestigios que se pueden apreciar de espacio público o formas de apropiación del entorno para la vida social en la sabana de Bogotá hacen parte del paisaje agrícola prehispánico. Entendiendo el paisaje como el territorio construido a través del diálogo entre el medio ecológico y los hombres (Balée, 1998), el hombre transformaría el espacio apropiándose de él a través de factores sociales, económicos,


Los primeros asentamientos dentro de la sabana de Bogotá, como se puede evidenciar en la figura 3, se ubican primordialmente en una planicie inundable sobre el río Bogotá. Éstos se expandieron a lo largo de la cuenca, convirtiendo al río en el eje central de los asentamientos. Los habitantes entonces buscaban el control del agua y el aprovechamiento de ésta para su subsistencia, canalizándola con el objetivo de generar una serie de camellones (Waruwaru) con diferentes patrones dependiendo del lugar en dónde se encontraban. Esta sería la primera evidencia física de espacio público construido en la sabana de Bogotá, donde se promovía la vida económica y social de los habitantes. También, estas tribus locales como los Muiscas percibían el agua como parte de su vida. Era de tal importancia que tenían una Diosa del agua llamada “Sie” que acompaña la vida de los muiscas desde la vida hasta la muerte. Se registran que hechos importantes como el parto junto a varios rituales se hacían en torno a las orillas de los cuerpos hídricos (DAMA, 2003) y estos mismos cuerpos hídricos se convertían en el mismísimo espacio público para los muiscas, siendo escenario de ritos, recorridos de bote, y lugar de intercambio de productos. Se podría decir entonces que la relación que se tiene entre los cuerpos hídricos y del hombre era más bien de carácter sagrado, agrícola, y productivo, en

donde se busca la subsistencia del ser humano a través de estos cuerpos hídricos convirtiendo a este mismo como lugar de la vida pública. Esta relación tan estrecha que había entre las personas y los cuerpos hídricos tuvo un cambio en el siglo XVI tras la llegada de los españoles y la fundación de la ciudad de Bogotá en 1538, primordialmente por el cambio de la cultura gastronómica y culinaria donde se priorizaba la creación de nuevos espacios para la ganadería y cultivos, en donde veían a los humedales como obstáculo para el desarrollo agrícola, por lo cual se decidió secar estos espacios para el crecimiento agrícola (DAMA , 2003). Aun así, los cuerpos hídricos, especialmente los ríos, seguían siendo referente de costumbres culturales que agregado a esto también empezaron a ser espacios de esparcimiento (Jiménez citado por Semana, 2018). Su carácter primordial empezó a ser productivo, orientado a la agricultura, pero con connotaciones de espacio público en donde es escenario de actividades de esparcimiento y recreación dejando un poco de lado el carácter sagrado que se tenía anteriormente (Venegas-Gómez, 2011). Se puede decir entonces que, por esta misma forma de adoptar los cuerpos hídricos, la ciudad de Bogotá se asentó entre el río San Francisco y San Agustín, rodeado por quebradas y arroyos que de agua cristalina que descendía de los cerros orientales y que no presentaba inundaciones en época de lluvia (DAMA , 2013). El crecimiento de la ciudad

REALIDADES DEL AGUA

culturales, religiosos, y simbólicos que como consecuencia generan una imagen de la ciudad.

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de forma longitudinal de norte a sur fue para un óptimo drenaje del agua lluvia que desaguaba en los ríos que rodeaban la ciudad con respecto a la pendiente.

Figura 4. Mapa de Bogotá en 1539. Tomado de: Venegas y

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Gómez (2019).

Figura 5. Pintura de las tierras pantanosas de la ciudad de Bogotá por la real audiencia (1614). Tomado de: Wikipedia (2009).

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Para 1580, la población suplía sus necesidades de agua sirviéndose de los ríos San Agustín, San Francisco, Salitre, Fucha, y Tunjuelo, pero las aguas residuales producidas por la ciudad también desembocaban por los mismos ríos, contaminando el agua que consumían. Frente a este hecho, en 1584 se empiezan a tomar medidas para traer fuentes de provisión de agua descontaminada en la Plaza Mayor (actual plaza de Bolívar, este duró ahí hasta 1845) y posteriormente en el chorro San Agustín en 1589, San Jacinto en 1655, y la Pila de las Nieves en 1665 (Hormaza y DAMA . 2003). Así es como en torno al agua se empiezan a formar otros tipos de espacio público frente a la premisa del abastecimiento de este. Los inconvenientes empezaron a ser evidentes en el siglo XX . El primer hecho crucial fue la canalización de ríos importantes como el San Agustín y el San Francisco para lidiar con los problemas públicos que asociaron con la contaminación de estos recursos hídricos. La inmensurable migración a Bogotá por la violencia generó también un descontrol en el crecimiento de la ciudad y por ende un déficit en la infraestructura pública. La alta demanda por vivienda dada por la migración obligó a la ciudad la creación de más espacios para la


Pero, esta relación que se tenía con respecto a los cuerpos hídricos ha tenido un gran cambio desde los inicios de la década de los 90s gracias a la “ola verde” que se estaba experimentando mundialmente sobre el cuidado del medioambiente que se evidencia en la cumbre de Río+20 en 1992. Por tanto se empieza a levantar en la ciudadanía y en las autoridades interés por conservar, preservar, y recuperar estos cuerpos hídricos. La constitución de 1991 fue un punto clave para esto pues gracias a ella en 1993, se crea el Ministerio de Medio Ambiente, se consolidan las CAR (Corporaciones Autónomas Regionales) y las Secretarias Distritales de Medio Ambiente que implementaron una serie de normas, decretos, y leyes que buscan la protección del medioambiente. También, se empezó la recuperación de estos cuerpos hídricos a través procesos y campañas ambientales para su apropiación. Además, en el 2012 se crea el Centro de investigación cooperativa

para las Water Sensitive Cities en Australia que busca cambiar la forma de cómo diseñamos, construimos, y manejamos nuestras ciudades valorando la contribución del agua en términos de crecimiento económico, mejor calidad de vida, y de los ecosistemas de los cuales hacemos parte. Este concepto de Water Sensitive Cities ha tenido gran influencia en países como China, y recientemente en países como México. Esta nueva percepción social de educación ambiental, conservación, y preservación hacia estos cuerpos hídricos es lo que nos compete. Este valor que le damos a los frentes hídricos es a partir del cual debería operar la creación de espacios públicos en torno al agua, para así lograr reapropiar estos cuerpos hídricos en forma de espacio público.

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construcción. Esto implicó la generación de barrios periféricos e ilegales que se asentaban cerca de fuentes hídricas. Por otro lado, se empiezan a secar estos espacios del agua para suplir tal necesidad, este fue el caso del sector del lago, o el lago San Cristóbal. También, las grandes industrias empiezan a llegar cerca a Bogotá y sus desechos no son tratados eficientemente lo cual hace que estos cuerpos hídricos se contaminen y empiecen a darle la espalda a estos, generando una imagen negativa y a groso modo desinteresada ante esta.

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Del ahora al futuro cercano, los espacios públicos en la sabana de Bogotá

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Frente al objetivo de recuperar, conservar, y revalorar los cuerpos hídricos en la sabana de Bogotá, actualmente se están planteando diferentes estrategias. Empezando por campañas de educación por parte de la secretaría distrital del medio ambiente y llegando hasta proyectos físicos a gran escala como lo es el proyecto de “Ciudad río” que se planteó en el segundo mandato del exalcalde mayor, Enrique Peñalosa.

ambiental más largo de Latinoamérica” que está impulsando la CAR. El sendero lineal consiste en plazoletas, esculturas, y embarcaderos. Busca la conexión con los ríos Fucha y Tunjuelo. Pero este tipo de intervenciones a gran escala más que generar un ambiente dual entre el ser humano y los objetos que lo rodean, buscan generar una experiencia “exclusiva” al ser humano al someterse a este. Así es como estos objetos se vuelven más bien objetos de contemplación momentánea más no un objeto de valoración cotidiana por la lejanía en la cual estas se encuentran sobre la ciudad.

El agua desde una perspectiva global en la sabana de Bogotá se puede llegar a considerar actualmente como un bien de producción turística impulsada por entidades como la CAR o el SINAP (Sistema Nacional de Áreas Protegidas) en sus zonas menos contaminadas. Estos además de ser un atractivo de ecoturismo, también buscan garantizar el equilibrio ambiental que se encuentra en la zona por medio de su conservación. Se puede decir entonces que a esta escala hay una forma de espacio público totalmente controlado que busca la apropiación consciente y sensible de esta, pues para llegar a estas zonas se debe hacer un trabajo consciente. Como caso de estudio específico de cómo se está generando y se busca generar estos espacios públicos a futuro en la sabana de Bogotá, se tomará como referencia las intervenciones planteadas sobre el río Bogotá. A escala sabana, se encuentra en el “sendero

Ahora, al hablar sobre las intervenciones dentro de la ciudad a una escala menor y sobre el río Bogotá, primero que todo se puede decir que es un elemento fundador de la capital colombiana, que tiene suma importancia no solo simbólica sino también ambiental pues es articuladora de diferentes cuerpos hídricos que se encuentran dentro de la ciudad. No es un misterio decir que el río se encuentra en gran medida contaminado dentro del marco de la capital. En este contexto, se ha buscado la generación de métodos de recuperación del río por medio de obras de adecuación hidráulicas y plantas de tratamiento (PTAR). También se buscan métodos de apropiación de los cuerpos hídricos por medio de la creación de espacios públicos por parte de la CAR en el río Bogotá. El proyecto más grande sobre el río es la del “Parque lineal río Bogotá” que se crea en el acuerdo No. 37 de 2018. En este mismo documento se


afirma que los objetivos estructurantes de este proyecto son: - Protección de las obras de recuperación y descontaminación del río Bogotá. - Tomar medidas eficaces para la mitigación de riesgos y adaptación al cambio climático. Figura 6. Páramo de Guacheneque, Nacimiento del río Bogotá. Tomado de:

- Ser área para la recreación pasiva y aula ambiental.

Fundación Humedales Bogotá (2020).

- Ser área para la recreación activa. En este mismo documento también se plantean una serie de estrategias, siendo la creación de “Green Way” o parques lineales entendidos como una red de espacios que contienen elementos lineales que son planeados, diseñados, y manejados con múltiples objetivos como los:

- Recreacionales - Culturales - Conectivos

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- Ecológicos

- Estéticos Figura 7. Imagen de parte de

- En pro del uso sostenible del territorio

sendero ambiental. Tomado de: CAR (2019).

- Forma de paisaje urbano útil para hacer frente a nuevas necesidades 221


- Protección del hábitat natural y ecosistemas amenazados en la ciudad

criterio en forma jerárquica siendo el sentido de protección la que debe ser priorizada.

- Protección contra riesgo de inundación, control de erosión

Cabe mencionar que la mayoría de la información o imágenes con respecto a los espacios que se plantean se encuentran en fase de planeación, por lo cual los objetos que se analizarán son imágenes propositivas o renders de estas propuestas.

- Mejoramiento de la calidad del agua

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Todo esto con el fin último de mejorar la calidad ambiental y de vida de las áreas circundantes. Ahora bien, al revisar los planes ejecutados y a futuro que se han implementado en el marco de este proyecto, se puede decir que las intervenciones que se planean hacer en un principio son puntuales, y en su mayoría se trata de la creación de espacio público. La estrategia consiste en la generación de pequeñas intervenciones dentro de un eje estratégico para la creación de un sistema de espacios públicos que tengan impacto a gran escala.

Figura 8. (Siguiente página)

Analizaremos estos planes puntuales y miraremos si realmente se adecuan a los objetivos que ellos mismos están tratando, y que, en términos globales, la población requiere. También, se van a analizar la calidad de estos a través de los criterios que nos plantea el arquitecto Jan Gehl en su libro “Ciudades para la Gente” donde nos da 12 puntos clave para el buen desarrollo del espacio público que son los que se pueden evidenciar en la figura 8.

12 Criterios de Calidad. Tomado de: Gehl, Gemzøe, Kirknæs y Søndergaard (2006).

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Siendo los tres criterios primordiales, la protección, el confort, y el placer que se ordena a mi

Como primera instancia, evaluaremos la adecuación hidráulica de la cuenca media del río Bogotá. La ciudad de Bogotá se encuentra en la cuenca media del río, lo cual significa que esta adecuación hidráulica será la más utilizada a lo largo de la capital. Teniendo en cuenta el contexto de Bogotá, se puede decir que esta intervención puede llegar a ser útil en términos de regulación del cuerpo hídrico dentro de la zona, pero lo preocupante se encuentra en el parque lineal. La implementación de este tipo de acciones puede llegar a ser fructífera en otros contextos donde la brecha social no es tan marcada. Es preocupante pensar en la relación hombre – agua con la información que nos brinda este esquema de la CAR pues no muestra ninguna interacción humana con respecto al agua, sino más bien genera una suerte de barrera en esta relación. Si el río sigue teniendo problemas de contaminación sumado a los jarillones que solamente protegen el agua más no se logra apropiar como espacio público, prácticamente se estaría haciendo la misma operación de darle la espalda al agua. Además,


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Figura 9. Sección típica de la adecuación hidraúlica en la cuenca media. Tomado de:

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CAR (2017).

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que estos mismos jarillones al no hacer parte de un diseño consciente en términos de espacio urbano, probablemente solo se convierta en una pared que llegaría incluso a aumentar los índices de inseguridad sobre estas zonas. Sería necesario tratar de encontrar una serie de diseños que se adecúen entonces no solo al carácter hidráulico del río sino también al carácter social de las personas para garantizar su buen desarrollo y sostenibilidad en términos sociales pues esta interacción agua + hombre es casi nula y con posibilidad de que las playas de estas cuencas sean objeto de apropiación para asentamientos informales como ha pasado hasta ahora en la capital. En la figura 12 se puede evidenciar la posibilidad de creación de diseños íntegros entre jarillones y espacio

público por parte de la firma TOPOTEK 1. Es así como en esta primera adecuación en términos de espacio público, empieza a tener grandes falencias estructurales en términos de seguridad si lo analizamos desde el punto de “protección” que genera una pared inactiva en una zona de la ciudad con puntos ciegos, las experiencias sensoriales no son las más adecuadas dadas las situaciones de contaminación del cuerpo hídrico que conllevan a una desapropiación de este. Pese a que se evidencia una zona para caminar y sentarse, no hay objetos para mirar, tampoco para el juego, ni el ejercicio, que hace que el lugar careza de un uso y programa que atraiga a las personas. Se vuelve necesario en este caso como primera instancia


Figura 10. Render del tramo de la cuenca media. Tomado de: CAR (2012).

Figura 11. Interpretación y análisis 3D de la figura 10. Elaboración propia.

Franja ambiental con poca relación con el usuario. Frentes y parques con poca interacción con el usuario.

Mobiliario urbano que no propone experiencias nuevas.

Nula relación entre el usuario y el cuérpo hídrico.

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Adecuación hidraúlcia en términos técnicos. Pero genera una “pared”

Uso de diferentes texturas de piso.

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la creación de espacios o jarillones permeables a la vista en donde el espacio pueda estar en control de todos para no caer en la delincuencia y que además tenga un carácter traducido en usos y programas que se pueden dar por el buen diseño de estos.

Figura 12. Jarillones integrados por espacio público por TOPOTEK1. Tomado de: Holmes (2017).

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Ahora, traemos a colación el malecón que se plantea a lo largo del río. Dado que no se posee información exacta de la localización en la zona, no se puede dar un juicio estricto frente a los temas que conciernen con la buena accesibilidad de la zona pues como se plantea en el libro entornos vitales (Bentley, 1999) una de las claves para generar una ciudad vital sin brechas sociales marcadas es la pluralidad que se le puede otorgar al sitio donde se vuelve indispensable la accesibilidad a todo público dentro de esta zona. Primero que todo, en el antes y después que se plantea, hay una notoria articulación en términos de espacio público y el cuerpo hídrico por medio de una franja funcional alrededor del río que contiene algo de mobiliario urbano y lo que parece ser ciclovía, llegando hasta a apropiarse del río por medio de viajes en bote sobre este. Se plantean una serie de espacios para la recreación como canchas, pero la incógnita empieza a nacer tras entender que también se busca la expansión de la ciudad. ¿Cómo es que esta nueva expansión de la ciudad tendrá en cuenta al río? En estos primeros renders mostrados por parte de la alcaldía en el 2015, se muestra una serie de tratamientos de espacio urbano (caminos, alamedas, etc.) que


malecón a lo largo del río Bogotá. Tomado de: Enrique Peñalosa (2015, 0m43s).

fomentarían la interacción entre el hombre y el lugar. Pero se pone en cuestión un factor fundamental y es la dinámica de actividad humana que puede haber en la zona. Las edificaciones que se pueden apreciar en estas imágenes tipo collage, nos muestran una nula relación entre los edificios y los peatones que terminan siendo muros ciegos sin fomentar ningún tipo de actividad o interacción. Esto se vuelve problemático ya que el espacio público no se nutre de ningún uso que catalice las acciones sobre este y que mantenga a las personas utilizando y brindando experiencias sobre él. Llegando así a una desapropiación de la zona, pues no existen esos “lubricantes sociales” que ayuden a dar espacio para valorar el mismo sistema hídrico. Otro aspecto por resaltar es el hecho de

que, en el render de después del proyecto, nos encontramos con una vía grande a su costado izquierdo que no se ve conectando con la zona haciendo que este carezca de permeabilidad y por ende se convierta en una zona de carácter un tanto privado con edificios ensimismados. Un objetivo importante de estos nuevos espacios públicos son la pedagogía y el buen vivir de las personas. Este tipo de acercamientos a una zona no garantizaría la pedagogía pues su falta de permeabilidad disminuye la pluralidad de la ciudad y puede hasta a llegar a agravar la desigualdad perceptiva de la ciudad convirtiendo al río por consiguiente un objeto privatizado.

REALIDADES DEL AGUA

Figura 13. Imagen del

Como se mencionó en el primer caso de estudio, se puede decir que el primer paso para el

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Figura 14. Render, tramo del malecón sobre el río Bogotá. Tomado de: Enrique Peñalosa

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(2015, 1m14s).

Figura 15. (Siguiente página) Interpretación y análisis,

buen desarrollo de este malecón como espacio público es la adecuación de este en términos de protección, que a simple vista en los renders se puede ver, aunque dejando la incógnita de la permeabilidad y la posibilidad de gentrificación de esto pues preocupa el alza del precio del suelo y también la discriminación de los habitantes de la zona frente al nuevo proyecto. Las oportunidades para mirar, del juego, de permanecer, caminar, y en general el confort que menciona Gehl se ve evidenciado, pero nuevamente se pone en cuestión la seguridad y también el tema de la escala pues los edificios en altura que se plantean en los renders empiezan a dar un carácter privado en él.

tramo del malecón sobre el río Bogotá. Elaboración propia.

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Siguiendo con los proyectos de expansión

urbana que se encuentran frente a sistemas hídricos, nos encontramos con el proyecto, “Lagos de Torca” planteado en el 2018. Trata de un proyecto de 1803 hectáreas de las cuales 370 serán construibles, 600 recreativas, y 550 de equipamientos. Se construirá también un parque metropolitano de 150 hectáreas. Se busca también la creación de 128000 viviendas de las cuales la mitad será de interés prioritario (Caicedo, 2018). Las imágenes que nos muestra la empresa privada encargada de la construcción y planeación de este proyecto (Amarilo), muestra un diseño de composición orgánica en primera instancia con una serie de edificios con cubiertas verdes. Se resalta que no se evidencian ningún


Diseño de espacios verdes con pocas propuestas de actividad. Fachadas de los edificios con poca relación con el espacio público.

Se propone nuevas dinámicas frente al agua con el puerto de botes.

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Se proponen espacios exclusivos para el ejercicio sin conexión con el agua y generador de experiencias únicas

El mobiliario es puesto al azar. Se puede disponer en base al río.

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tratamiento especial frente al cuerpo hídrico como se veía anteriormente, lo cual deja mucho que decir por la carencia de interacción que se está proponiendo. Por otra parte, en un render con más detalle, se puede evidenciar el tratamiento que se tiene del río frente al espacio público que es prácticamente nulo. Se plantean una serie de canchas a su lado y una franja de corredor peatonal, ciclovía, vía para automóviles, y nuevamente una peatonal. No se tiene una relación con el agua sino solo con estas canchas y el hecho de que hayan planteado un puente sobre él. No se evidencia tampoco ninguna dinámica de equipamientos pedagógicos o actividades que ayuden a interactuar con el agua para garantizar su apropiación, teniendo como hecho principal que este cuerpo hídrico ya está recuperado y sin contaminación que en donde no se pueda asegurar el carácter ambiental de los cuerpos hídricos como primera instancia, es muy complicado la apropiación de esta pues nadie quiere estar al lado de algo contaminado.

Figura 16. Zona del proyecto Lagos de Torca, situación actual (2020). Tomado de: El Tiempo (2020).

230

Mirando las pautas de Gehl, tal vez la protección se pueda dar, pero todas las oportunidades de confort, y placer que este plantea tienen una solución muy monótona y a groso modo, vaga y genérica que no le da carácter a este. No se plantean visuales ni actividades atractivas, solo un objeto genérico que tiene un cuerpo hídrico por añadidura que no se aprovecha, que no se apropia, y que no se mejora.


REALIDADES DEL AGUA

Figura 17. Plan maestro, Lagos de Torca. Tomado de: El Tiempo (2019).

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Figura 18. Perspectiva del proyecto Lagos de Torca.

AGUA + CIUDAD II

Tomado de: Amarilo (2019).

Figura 19. (Siguiente página) Interpretación y análisis proyecto Lagos de Torca. Elaboración propia.

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A groso modo, revisando las imágenes o utopías no tan utópicas que nos brinda los planes, nos damos cuenta de que realmente falta un estudio juicioso y no tan privatizado de los elementos de estudio. Puede que se recupere sus condiciones ambientales, pero si esta no es apropiada por las personas, esta simplemente va a volver a ser la cloaca de la ciudad. Los espacios públicos son la herramienta por excelencia para poder apropiar estos objetos como habitante de una zona y es la que nos dictamina el yo como me relaciono no solo con las personas sino también con los objetos naturales que me rodean. Definitivamente, hay una escasa aproximación de estos objetos como elementos catalizadores de la vida humana, que no proponen nuevas dinámicas por lo menos a

simple vista con los elementos naturales y el ser humano sin llegando a cumplir todas las expectativas planteadas desde un inicio. Esto se puede dar gracias al proceso de licitación de estas obras que son a la orden de las empresas públicas, pero antes de eso, hay problemas estructurantes como la infraestructura, la desigualdad, las oportunidades y pluralidades de las que carecen la ciudad, la falta de pedagogía, que deben ser resueltas para la buena ejecución de esta. Un simple copiar y pegar de referentes no bastaría para esto. Por lo cual se deberá reformular como estos espacios promueven la relación con los cuerpos hídricos naturales y con el agua en general, pudiendo ser esta agua de tipo artificial.


Se propone espacio público para el usuario pero con nula relación con el río.

Pese a proponer espacios para el ejercicio, no se articula con el río.

REALIDADES DEL AGUA

Frentes Activos Dinámica Comercial

Puente como Articulador del Río No Propone Dinámicas Nuevas Multiples Franjas de Paisajismo

233


La Habitabilidad del agua y el espacio público del futuro lejano.

Figura 20. Imagen del Río Bogotá. Tomado de: El

AGUA + CIUDAD II

Espectador (2017).

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Dentro de este contexto, se vuelve necesario tomar acciones para garantizar la buena habitabilidad del agua dentro del espacio público. Se busca una forma de apropiación de esta, dentro del hábitat humano a escala de vida pública. Todo, mientras se resuelven los problemas técnicos del agua con sus cuestiones sociales y de apropiación. Como expresa Michael Hough, en su libro Naturaleza y Ciudad, existen dos categorías de entornos naturales presentes en la ciudad, el primero siendo unos espacios

planeados en la ciudad con doctrinas formalistas, y otro que se refiere a “la vegetación urbana naturalizada y de los lugares inundados tras las lluvias que se pueden encontrar en las partes olvidadas de la ciudad”. Actualmente sobre el eje del río Bogotá, nos encontramos con entornos naturales de la segunda clase que buscan transformarse en la primera siendo domesticados con los valores de la contemporaneidad que implican un fuerte arraigo e interés para sensibilizarnos con estos cuerpos verdes y azules. Que en los planes que se aprecian actualmente, se encuentran desarrollándose de forma precaria pues realmente


Para lograr esa sensibilización, y garantizar la buena habitabilidad del agua por medio de una serie de estrategias, es necesaria la creación de un paso por paso para la creación de espacios públicos sensibles a este, más no un copiar y pegar de un referente extranjero. Se busca así apropiar las pautas de calidad que plantea Jan Gehl, como paso por paso. En donde el objeto primordial que es el primer paso es garantizar la seguridad al usuario. Primero, se debe garantizar la seguridad por medio de estrategias de infraestructura para la recuperación de los cuerpos hídricos, generando diseños de adecuación de estos espacios unidos con métodos de generación de experiencias propias que catalicen la interacción humana. Es acá, donde la técnica y el proyecto como elemento generador de interacciones deben tomarse de la mano para generar un buen resultado. Acá la forma más factible una vez se adecue la relación del agua en términos ambientales es explotar de la mejor forma estos recursos para generar espacios públicos con experiencias únicas que conviertan a estos terrenos en lugares. Se busca la creación de una dinámica variada y versátil frente a estos cuerpos que garanticen nuevamente la pluralidad y la posibilidad de intercambio de conocimiento

en estos. A fin de cuentas, en este mundo contemporáneo donde los objetos tienden a lo genérico, se debe buscar ese punto medio sostenible entre medio natural que se traduce como carácter al ser los cuerpos verdes y azules objetos propios y únicos del lugar, la variedad y versatilidad de estos espacios que tienden a lo genérico, pero a la creación de oportunidades, dentro de un buen desarrollo del medio ambiente en términos globales.

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REALIDADES DEL AGUA

no se están planteando los objetos a escala de peatón y experiencias sino a una escala mucho más genérica y muy poco sostenible.

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AGUA + CIUDAD II

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Un proyecto con conciencia. https://amarilo.com.co/blog/verde/ciudad-lagos-de-torca-un-proyecto-con-conciencia/ Archivo:Pintura de las tierras, pantanos y anegadizos de Bogotá.jpg (14 de enero de 2009). En Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Pintura_de_las_tierras,_pantanos_y_ anegadizos_de_Bogot%C3%A1.jpg Balée, W. (ed.) (1998). Advances in historical ecology. Columbia University Press. Bentley, A (1999). Entornos vitales: Hacia un diseño urbano y arquitectónico más humano manual práctico / Ian Bentley ... [et al.]. Barcelona: Gustavo Gili. Caicedo, S. (2018, 25 enero). Lagos de Torca despega con un plan de 128.000 viviendas. El Tiempo. https://www.eltiempo.com/ bogota/firman-fideicomiso-para-construir-lagos-de-torca-en-el-norte-de-bogota-175198 Corporación Autónoma Regional - CAR. (2012). Adecuación hidráulica y recuperación ambiental del rio Bogotá. https://es.slideshare. net/bluecomando/resultados-c40-en-latinoamrica Corporación Autónoma Regional - CAR. (2017). Proyecto CAR río Bogotá. https://www.slideshare.net/ProBogota/proyecto-car-ro-bogot Corporación Autónoma Regional - CAR. (2019, 17 septiembre). En 2020 estará lista la primera fase del sendero ambiental más largo de Latinoamérica. https://www.car.gov.co/ saladeprensa/en-2020-estara-lista-la-pri-

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237


VIVIENDA INFORMAL Y SISTEMA HÍDRICO EN LA SABANA DE BOGOTÁ

AGUA + CIUDAD II

Laura Fernanda Pedraza Tamayo

Figura 1. (Siguiente página) Vivienda informal y sistema hídrico. Tomado de: El Tiempo (2019).

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Una de las consecuencias de la rápida urbanización ha sido la creación de extensas zonas urbanas en la periferia y en la sábana, algunas caracterizadas por déficit en infraestructura y servicios básicos, estableciendo asentamientos precarios y muchos de ellos en zonas ambientalmente sensibles. Este texto pretende realizar una evaluación a nivel general de la relación entre vivienda informal y el sistema hídrico de la sabana de Bogotá, analizando la vivienda como escenario con carencias, pero así mismo como contexto favorable para el mejoramiento de la estructura ecológica, dado su carácter de intervención que lo diferencia de los barrios formales. Así, el texto hace un esbozo general a nivel de región y de ciudad; en primer lugar, se determina la ubicación de dichos asentamientos, después se presentan algunos casos específicos haciendo una caracterización de las dinámicas de la urbanización y problemáticas, para luego hacer una evaluación de sus

problemas como objeto de un futuro fortalecimiento del recurso ecológico (sistema hídrico). La ocupación informal de los suelos rurales y de conservación ecológica ha crecido en las últimas décadas a través de invasiones, urbanizadores piratas y diversos actores (Tovar, 2007). Ante la carencia de suelo urbanizable, la población busca solucionar la necesidad de un espacio para habitar, ocupando áreas constituidas por ecosistemas, que en la mayoría de los casos se reglamentan como áreas de protección, zonas de aislamiento, áreas de cesión para servicios, o que presentan condiciones de riesgo, representando afectaciones y un alto riesgo para los habitantes de la vivienda, así como para el entorno en el que se dispone la misma. Cabe resaltar que la problemática ambiental responde a una urbanización formal e informal, pero para el presente texto nos centramos en


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REALIDADES DEL AGUA


AGUA + CIUDAD II

esta última dado que presenta un potencial de intervención más alto. En consecuencia, se hace el estudio sobre la cuenca del río Bogotá, dada su jerarquía como el principal cauce de la sabana y teniendo en cuenta que, entorno al mismo se desarrollan gran parte de las cabeceras urbanas; así mismo, se registra que el cuerpo hídrico atraviesa 46 municipios de Cundinamarca, razón por la que se toma para el presente estudio; hacemos énfasis en que el análisis tendra en cuenta sus afluentes y otros cuerpos de agua, partiendo de la premisa del sistema hídrico como un elemento conectado.

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Bogotá y la región experimentan un crecimiento urbano coincidente con variables sociales, económicas y variables asociadas al comportamiento de ciudad dispersa, marcado por procesos urbanos planificados y no planificados con un peso mayor de este último (Tarchópulos y Ceballos, 2003). Las condiciones de accesibilidad urbana empeoran conforme la vivienda se aleja del centro (Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social [CIDS], 2007) por lo que a nivel de Bogotá se toma como zona de estudio algunos sectores periféricos, analizando perspectivas históricas y actuales para el entendimiento global de la problemática; así mismo a nivel de sabana se estudian algunos municipios con predominancia de asentamientos informales y en relación con los cuerpos hídricos. La planificación de la vivienda resulta un elemento de debate, no solo a la hora de comprenderlo en términos de

habitabilidad, sino también como un elemento considerable, dado su impacto en los ciclos naturales. De acuerdo con un estudio realizado por la Subdirección de Información Sectorial de la Secretaría Distrital del Hábitat, en adelante SDH, los asentamientos urbanos periféricos carecen de equipamientos sociales, de redes de transporte, y espacio público adecuado, en comparación a las zonas no periféricas, es así como la calidad de los asentamientos humanos informales que se localizan aledaños al río, puede verse afectada tanto por las condiciones de la urbanización, como por el manejo de la estructura hídrica, impidiendo la interacción con la misma (2017). Los fenómenos de periurbanización1 y conurbación2 han generado una alto crecimiento poblacional en el borde norte y sur occidental de la ciudad (Figura 2), promoviendo una concentración poblacional activa en la sabana y en los municipios aledaños, en ese sentido el río Bogotá entendido como borde, ha sido objeto del rápido crecimiento, que en gran medida se manifiesta en asentamientos no planificados y procesos de ocupación con alto impacto ambiental; por lo tanto estas dinámicas inciden de forma directa e indirecta en los procesos 1 El término se acuña por los sociólogos españoles Mario Gaviria y

Artemio Baigorri entre 1982 y 1984. 2 Ángela María Moreno (2009) cita a Alexiou (2002), quien define co-

nurbación como el proceso por el cual un área urbana crece a partir de su unión con ciudades vecinas, en su mayoría, la ciudad principal se integra a otras menos pobladas, habitualmente este proceso se produce debido a la industrialización y al acelerado crecimiento de la población.


de desarrollo, tal es el caso de la prohibición en la instalación de sistemas de suministro y desagüe, que a pesar de su legalización, generó afectaciones hidrológicas y edafológicas en algún momento histórico, lo anterior va desde la contaminación del recurso hídrico, la adecuación empírica de instalaciones hasta el desarrollo de estados de riesgo en la cuenca. Para entender la problemática de los asentamientos informales se hará una contextualización desde el escenario de la ciudad hasta el nivel de sabana. Analizaremos la relación y el papel que ha jugado la informalidad en el uso directo en el río y en otros cuerpos de agua, así como las actividades indirectas producto de la misma.

Figura 2. Barrios de origen ilegal legalizados y no legalizados. Elaboración propia a partir de datos SDH (2019).

En ese sentido se hará una primera mirada evaluando cómo se localiza la vivienda informal en las diferentes escalas para así luego determinar cuál es el área de estudio y examinar su relación con el río y sus afluentes. De conformidad con el Decreto 190 de 2004, la ciudad de Bogotá cuenta con más de 163 mil hectáreas (23% corresponde a suelo urbano, 1,8% a suelo de expansión, y 75% a suelo rural), de las cuales cerca de 11 mil hectáreas son asentamientos

REALIDADES DEL AGUA

Ubicación de la vivienda informal a nivel de sabana y a nivel de Bogotá en relación con el sistema hídrico

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de origen informal, evidenciando una predominancia en el corredor sur y occidente; así, para el caso de Bogotá consideramos la vivienda informal en estos puntos, dada su ubicación y proximidad con el río Bogotá, humedales y otros cuerpos de agua que comprenden el sistema (Figura 2). Figura 3. Metros cuadrados de vivienda en zonas de origen

Bogotá

informal por localidad. a Elaboración propia a partir de datos censo de edificaciones

AGUA + CIUDAD II

(SDH, 2011).

Figura 4. Crecimiento urbano informal (Hectáreas) 1990-2010 por localidad. Elaboración propia a partir de datos censo de edificaciones (SDH,2011).

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A partir de la segunda mitad del siglo XX las localidades del sur-occidente de Bogotá, han presentado un crecimiento demográfico exponencial, y el desarrollo informal ha aportado un peso importante a esta dinámica. Según Jiménez (1993) en el período comprendido entre 1986 y 1991 la vivienda informal ocupó 2.218,07 hectáreas, a razón de 304,49 hectárea/ año, representando un 41,69 % del total de la expansión territorial, de los cuales, el 94,4 %, se desarrolló en el límite del perímetro urbano. Lo anterior coincide con la presencia en el sur y occidente, de gran parte de los cuerpos de agua, que componen la estructura ecológica de Bogotá, representados en humedales, quebradas y la desembocadura de los ríos Fucha, Tunjuelo, Salitre en el río Bogotá, entre otros; así, podemos evidenciar que la informalidad para el caso de la ciudad, ha mantenido una relación histórica con el recurso hídrico (Figura 2). De acuerdo con Romero (2011) la generación de los asentamientos en occidente y sur occidente ha estado marcada por la concentración de


Según datos de la Secretaría Distrital de Planeación y el DANE para 2011, en el borde occidental, la localidad de Suba encabezaba la lista de localidades con mayor área en metros cuadrados de vivienda informal seguido de Kennedy, Fontibón, Bosa, Engativá (Figura 3 y 4), lo que corresponde a la expansión que vive la ciudad y al fenómeno de periurbanización. Los valores más críticos nos permiten hacer una aproximación, seleccionando algunos sectores específicos en aras de entender las dinámicas de la informalidad en tensión con los cuerpos hídricos. En este caso se analizarán algunos puntos en las localidades de Suba, como uno de los sectores con mayor crecimiento informal y como determinante en la conurbación de occidente4 (Lopera y Moncada, 2018) y se analizará Bosa como sector relacionado a la conurbación sur.

3  “El sector occidental de Engativá y de Fontibón, Kennedy, Bosa,

Tunjuelito, Ciudad Bolívar y Usme, caracterizadas por contener las últimas migraciones de familias y grupos de poblaciones vecinas, con usos comerciales dispersos, puntuales o de corredor; con uso residencial predominante y consolidado y con una tipología de edificación heterogénea” (Romero,2011, p.100). 4  Conurbación con Bogotá

Sabana de Bogotá Los fenómenos y dinámicas de crecimiento en Bogotá manifiestan efectos en la sabana; a partir de la década de 1980, los municipios de la Sabana experimentan un crecimiento acelerado del 6.57% en la tasa de población, en comparación con un crecimiento del 4.28% para el caso de Bogotá (Montañez et al. 1990). Así, las dinámicas demográficas y la falta de planificación, generaron la absorción de los municipios aledaños a la capital, donde la ausencia en las políticas de suelo y vivienda, contribuyeron a la expansión de barrios informales, en municipios como: Cota, Chia, Cajicá en el borde norte; Funza, Mosquera y Madrid en el borde occidente y Soacha en el borde sur (Moreno, 2009). El fenómeno de conurbación ha presentado una relación histórica con el fenómeno de informalidad, donde dicho panorama, asociado al crecimiento acelerado y periférico, aumenta la segregación socioespacial y está interrelacionado con el problema de vivienda y calidad de vida, en los que la necesidad de vivienda excede los patrones de planificación, desconoce el manejo ambiental, así como la condición de zonas no urbanizables. Los procesos de ocupación (formales e informales) y los modos de habitar en la vivienda, generan una serie de impactos directos e indirectos en la estructura ecológica de la sabana, especialmente en el sistema hídrico, interrumpiendo el ciclo y equilibrio hidrológico, en consecuencia estos efectos retornan a la urbanización a través de

REALIDADES DEL AGUA

poblaciones migratorias desplazadas y por una fragmentación económica, donde los barrios se ubican cada vez más cerca del río Bogotá, siguiendo los ritmos de ciudad-región3.

243


diversas problemáticas, y para el caso de la vivienda informal, representan un factor de riesgo mucho mayor.

Figura 5. Número de viviendas subnormales por municipios para 1987, Cundinamarca.

De este modo se hará el análisis a nivel de sabana, evaluando los municipios bajo el parámetro de urbanización informal y déficit de vivienda de forma global, con el objeto de entender el panorama municipal y establecer algunos casos de estudio relevantes para el propósito de la investigación. La Figura 5 muestra algunos de los asentamientos informales que para la década de 19905 se categorizan como vivienda subnor-

Elaboración propia a partir de Planeación de Cundinamarca

AGUA + CIUDAD II

(D.A.P.C) (s.f.).

244

5  Se considera pertinente el dato de los municipios para esa fecha,

dado que demuestra la dinámica que se comienza a desarrollar, objeto de la conurbación.

mal6 en algunos municipios de la sabana. En ese sentido evaluamos el panorama de sabana a través de algunos indicadores, en primer lugar valoramos el número de viviendas catalogadas como subnormales para 1987, teniendo en cuenta que el fenómeno de conurbación tiene un desarrollo exponencial para la época, en segundo lugar evaluamos el déficit habitacional considerando el déficit cuantitativo y cuantitativo, el primero estima la cantidad 6  El Decreto 3735 de 2003 contempla como barrio subnormal

“asentamiento humano ubicado en las cabeceras de municipios o distritos servidos a través del Sistema Interconectado Nacional que reúne las siguientes características’’: asentamientos que presentan condiciones precarias de hábitat, déficit de servicios públicos, viviendas en mal estado y sin título de propiedad.


La Figura 5 muestra los municipios7 que presentaban asentamientos informales para 1987, de los siete municipios que registran asentamientos para la fecha, seis se encuentran en la ronda del río Bogotá y también presentan un sistema hídrico considerable, conformado por quebradas, ríos, lagunas, humedales que en la mayoría de los casos son afluentes del río Bogotá. Cabe destacar el caso de Soacha, que evidencia un número significativo de viviendas catalogadas como subnormales, lo que puede obedecer al

crecimiento demográfico del municipio como ciudad dormitorio. Así mismo la ocupación subnormal que se comienza a desarrollar en la sabana para la época, evidencia el problema en municipios como Sibaté y los municipios del occidente sabanero (Figura 5), que para 2015 presentan un déficit representativo de vivienda (Figura 6). A partir de los datos recopilados (Figura 6), en términos absolutos de déficit habitacional, el caso más representativo es Soacha (SISBEN, 2015), siendo el municipio de la región que muestra la mayor cantidad de hogares en déficit de vivienda (24.134), seguido de municipios como Facatativá con un déficit absoluto8 (6.332), Chía (3.075), Funza (2.498) y Mosquera (2.170), lo que pone de manifiesto la problemática en materia de vivienda que ya se venía dando a finales del siglo XX . Los municipios que presentan los valores más críticos muestran una cercanía con la cuenca del río Bogotá y con el sistema de lagos que es predominante en el altiplano de la sabana (Marín, 1986). Este fenómeno nos permite comprender la problemática de vivienda, como un elemento que no puede desentenderse de la estructura ecológica, y como un fenómeno determinante en su manejo y protección. Los índices más altos de déficit de vivienda también nos permiten hacer un acercamiento para determinar las zonas de estudio, en este caso se considera Soacha como uno de los municipios

REALIDADES DEL AGUA

de viviendas que la sociedad debe construir o adicionar al stock para que exista una relación uno a uno entre las viviendas adecuadas y los hogares que necesitan alojamiento, y el segundo hace referencia al número de viviendas que no cumplen con estándares mínimos de calidad y por ende no ofrecen unas condiciones de vida adecuada. Se hace el acercamiento a la problemática de vivienda informal a través de estos datos, en tanto que la definición de asentamiento informal hace referencia a la legalidad en el proceso de ocupación incluyendo factores característicos como las dimensiones de infraestructura, servicios básicos, y condiciones de entorno (INEC , s.f, citado en Asentamientos informales, 2017). Los datos se ubican sobre la cuenca del río Bogotá, en aras de entender la relación entre el desarrollo de la vivienda informal a nivel sábana y el sistema hídrico allí presente.

7  De un total de 26 municipios que se registran en bases de datos

del Sisbén de Cundinamarca Abril 2015.

8  Déficit cualitativo y cuantitativo

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246 AGUA + CIUDAD II


Aproximación de vivienda informal y el sistema hídrico, a partir de algunos casos de estudio

Figura 6. (Anterior página) Hogares en déficit total de vivienda (cualitativo+cuantitativo) Cundinamarca. Elaboración propia a partir de las bases

Se procede a estudiar los sectores que resultan representativos en el contexto metropolitano y en el contexto de sabana, por ende se toman algunos asentamientos de las localidades de occidente a nivel ciudad y se estudian los municipios mencionados en el apartado anterior, haciendo una caracterización general de la vivienda y su entorno, para comprender la relación y dinámicas asociadas al sistema hídrico. En este sentido, se analizan las diferentes locaciones bajo algunos parámetros que hemos considerado como elementos que condicionan la relación de la vivienda con el río y sus afluentes. Los parámetros de estudio son: afectaciones en la ronda, relaciones físicas y morfológicas y espacio público efectivo, todos ellos, en relación con los cuerpos de agua.

de datos del Sisbén de Cundinamarca (Abril 2015).

Analizamos el parámetro afectaciones en los

cuerpos de agua, relacionadas a la urbanización informal, dado que las mismas condicionan la relación de la vivienda y nos permiten entender la percepción que se ha construido del sistema hídrico en dichos asentamientos. En razón de lo antes expuesto, se tienen en cuenta algunos subparametros, que consideramos representativos en el estudio de varias zonas, (la regulación de residuos, vertimientos,9 y demás afectaciones relacionadas a la ocupación) entendiendo que en muchos casos la población no presentó acceso a servicios de saneamiento y a pesar de que posteriormente estos se instalarán, representa o representó un papel significativo en el impacto de la estructura ecológica. Así mismo en este parámetro se evalúan algunas condiciones o actividades catalogadas como afectaciones,10 que influyen en la articulación de los barrios con el río mismo, en aras de entender cuáles son las limitaciones y proponer alternativas para reducir su impacto.

9  Se analizan estos determinantes dentro del parámetro de eva-

luación, dado que para ciertos asentamientos informales en algún momento histórico, se optó por la instalación de sistemas por parte de los mismos habitantes, (rompimiento de tuberías para la sustracción de agua, pozos sépticos) y otras variables que agudizaron la precariedad y empeoraron las condiciones de vida de dicha población y del río mismo, lo cual ha suscitado efectos directos e indirectos en la actualidad. Camargo (2013) afirma “junto a ese potrero estaba fundándose por Alfredo Guerrero Estrada, otro urbanizador pirata, el barrio con más de 500 lotes, donde los domingos en la mañana brigadas de gente de todas las edades removían la tierra para hacer los alcantarillados, sembraban tubos para el acueducto e instalaban postes para el alumbrado”(p.103).

REALIDADES DEL AGUA

con mayor déficit de vivienda y como municipio determinante en la conurbación del sur (Perez y Sánchez, 2017), y se analiza Chía como punto determinante de la conurbación norte. En ese contexto, se recopila la información de esos municipios en aras de entender la relación de la vivienda, calidad de vida e impacto de la misma en los cuerpos hídricos.

10  En este punto evaluamos las afectaciones que se consideran

pertinentes dado su impacto en la relación de la vivienda con el río. Para fines de la investigación entendemos afectaciones como todo elemento que desarticula el barrio y el cuerpo hídrico (vertimientos, residuos, dinámicas de ocupación etc), diferente a elementos físicos morfológicos (dado que este es otro parámetro).

247


248 AGUA + CIUDAD II


Figura 7. (Anterior página) Ubicación de sectores de estudio. Elaboración propia.

El contexto físico y morfológico de la urbanización genera modos y dinámicas de habitar particulares que condicionan las relaciones humanas. Así, se analiza el parámetro relaciones físicas, estableciendo un enfoque cualitativo, en tanto el interés de la presente investigación

se centra en entender las dinámicas entre la vivienda informal y los cuerpos de agua. En tal sentido este apartado hace una evaluación de algunas particularidades urbanas a partir de la observación de los asentamientos, sin dejar de lado los datos cuantitativos acerca de las características de la vivienda, de las vías o aspectos adicionales, que alimenten la información y nos permitan tener un mejor contexto del área de estudio. Para entender la relación espacial de la vivienda y el sistema hídrico, se tienen en cuenta características específicas de los barrios, producto de un desarrollo espacial no planificado, evaluando elementos como: barreras espaciales, paramentos, trazado,etc., (los aspectos son variables y se analizan dependiendo del asentamiento), a fin de examinar los diversos puntos como posibilidades de intervención y así mismo como instrumentos de mejoramiento en la articulación de la vivienda y el cuerpo hídrico en el marco de habitabilidad del agua.

Bogotá Como mencionamos anteriormente a nivel de Bogotá, se eligen algunos sectores y barrios específicos, partiendo de los datos y el contexto global de ciudad, identificando puntos determinantes en las localidades de Suba y Bosa, en tanto que para el presente texto se considerán escenarios oportunos teniendo en cuenta los valores críticos en términos de

REALIDADES DEL AGUA

Un indicador clave de la calidad de un asentamiento urbano es su nivel de espacio público efectivo, por ende, se estudiará este punto como parámetro determinante en los sectores identificados. De acuerdo con un estudio realizado por la Subdirección de Información Sectorial de la Secretaría Distrital del Hábitat (SDH, 2017), las condiciones de accesibilidad urbana empeoran entre más lejos se está del centro de la ciudad. Esto indica que los asentamientos urbanos ubicados en la periferia, presentan condiciones de acceso a equipamientos sociales, transporte, espacio público (parques) inferior a hogares localizados en zonas centrales en términos porcentuales. Al hacer la relación espacio público efectivo por localidad sobre el área urbana de origen informal, se evidencia una relación decreciente, que implica que, a mayor área urbana de origen informal, menor índice de espacio público, condiciones viales y equipamientos, características que se manifiestan en los asentamientos estudiados. Se analiza este aspecto teniendo en cuenta la relación de la vivienda con el cuerpo hídrico, y se analiza resaltando la ausencia de un espacio público que aproveche la ronda como potencial de interacción y apropiación ecosistémica.

249


vivienda informal y en función de la cercanía que presentan al sistema hídrico (Figura 2).

Bilbao, Suba

AGUA + CIUDAD II

Suba, como localidad, cuenta con una gran cantidad de cuerpos hídricos (río Bogotá, humedal la Conejera, humedal Tibabuyes, humedal Guaymaral y Torca, humedal Córdoba, río Juan Amarillo por mencionar algunos) y uno de los índices de desarrollo informal mas alto a nivel de localidades, según datos del censo de edificaciones (SDH, 2011) a finales del 2010, Suba presentaba un crecimiento informal del 5.27%. Se evalúa el sector de “Bilbao’’ ubicado en el occidente de la localidad, dada su cercanía con el río Bogotá, y dadas las dinámicas que presenta como barrio de origen informal. A modo de contexto el barrio de Bilbao se legaliza en 1999, sin embargo el sector de estudio presenta algunos lotes de carácter ilegal,11 que han sido objeto de conflicto y desalojo. En la zona de estudio se registran 398 viviendas informales12 (no legalizadas), que se ubican sobre el jarillón del río Bogotá (Murillo, 2017). Según la Secretaría Distrital de Salud (2010) el sector

comprende una población representativa de recicladores y víctimas del conflicto armado.13 El barrio es predominantemente residencial. En primer lugar evaluamos el parámetro afectaciones, en aras de entender, cómo se ha venido condicionando la relación de los habitantes de Bilbao con el río Bogotá. Atendiendo a lo anterior, una de las principales afectaciones que ha marcado este asentamiento se ve representada en la remoción de los jarillones para disponer las viviendas informales (Figura 8), aumentando el riesgo de inundación para las mismas (Secretaría Distrital de Gobierno, 2007); adicionalmente, para 2007 el barrio no contaba con la totalidad de redes de alcantarillado,14 presentando deficiencia en la evacuación de aguas negras (SDG, 2007) y a pesar de su posterior instalación, los habitantes del sector manifiestan que en época de invierno, la mezcla de aguas negras con el agua potable, propiciaba el desarrollo de enfermedades, olores y la proliferación de animales (Castiblanco, 2017), lo que posiblemente ha presentado impactos negativos directos e indirectos en la connotación histórica que los habitantes del sector han construido alrededor del sistema hídrico cercano. Cabe resaltar que una de las afectaciones que ha condicionado la relación de la vivienda

11  A pesar de que mencionamos el sector como ilegal (denomi-

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nación que hace el distrito), es preciso recalcar la definición que De Soto (1987) hace, aclarando que sector informal es aquel que funciona con fines lícitos pero utiliza medios ilícitos para conseguirlo, esto para distinguirlo de actos criminales.

13 Karen Poveda (integrante del colectivo local) afirma que la pobla-

12  Las viviendas son de tipo transitorio de carácter improvisado,

14  “Las redes troncales y locales de alcantarillado en el sector se

desarrolladas a partir de plásticos, zinc, cartón, polisombra y elementos reciclados.

encuentran en construcción lo cual genera una deficiencia de drenaje de aguas lluvias y aguas negras” (SDG,2007,p.13).

ción que ha sido objeto de desalojos se compone por una población significativa de víctimas del conflicto armado.


‘’afectaciones’’ Bilbao. Elaboración propia.

con el río, se ve marcada por la presencia de escombros de construcción cerca al jarillón (Parra, 2017), factor determinante que catalogamos como afectación, dado que en muchos casos la presencia de estos, interrumpe la conexión peatonal y con ello la relación de la vivienda y el cauce. Por otro lado, el enfrentamiento entre la fuerza pública y los habitantes del sector ha sido una factor de afectación considerable (Murillo, 2017), dado que en varias ocasiones los

desalojos han generado incendios15 en áreas aledañas al jarillón y con ello una alteración significativa en la relación con la estructura ecológica, así como la pérdida de la vivienda (autoconstruida) y el desarrollo de otras dinámicas de hábitat en la periferia (habitar en los andenes, dormir en lotes baldíos). El panorama

REALIDADES DEL AGUA

Figura 8. Parámetro 1,

15  El 24 de abril de 2017, se presentaron enfrentamientos entre la

fuerza pública y los habitantes, el desalojo terminó en incendio, y 1195 personas se vieron afectadas (IDIGER,2017).

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252 AGUA + CIUDAD II


Se valora la relación física del asentamiento con el cauce, encontrando que, el barrio presenta un trazado uniforme y ortogonal que configura manzanas rectangulares.17 18 En ese sentido dada la morfología del barrio, se generan perfiles viales y conexiones visuales hacia la estructura ecológica del río, no obstante, se crean algunas barreras físicas en los remates de las vías a partir de cartones, costales o diversos residuos, o en otros casos por la ubicación de las vivienda informales (tipo 1), que se disponen en los encuentros de la vías con el área verde, configurando un paramento que limita el paso hacia el cuerpo hídrico (Figura 9). Las viviendas más consolidadas (tipo 3) si presentan aberturas y ventanales en dirección al jarillón en contraposición con las viviendas de carácter informal más reciente (Figura 9), que disponen culatas y fachadas cerradas al río Bogotá. Cabe 16  Se hace referencia al conflicto por desalojo, dado que para fines

Figura 9. (Anterior página) Parámetro 2, relaciones físicas con el cuerpo hídrico, características de las viviendas cercanas a la ronda en el barrio Bilbao. Elaboración propia.

de la investigación se considera como un aspecto de “afectación” que condiciona la relación con el río en el barrio Bilbao. El tema de desalojos no se analiza en los otros barrios dado que no se considera determinante en la relación vivienda-sistema hídrico. 17  Este trazado se diferencia de algunos de los otros barrios estu-

diados que en contraste con Bilbao, se organizan con geometrías más orgánicas siguiendo la morfología de la ronda. 18  Según (Pintus, 2015) los asentamientos informales dan lugar a

organizaciones más libres, en donde el trazado de vías se reduce al vacío que genera la ubicación de las viviendas de forma irregular, alejada de la trama regular tipo cuadrícula.

destacar que el barrio presenta un sendero peatonal que limita con la ronda del río (Figura 10) y en algunos casos presenta vegetación en los costados; sin embargo el recorrido por el corredor no integra la contemplación, dada su ubicación adyacente a la pendiente del jarillón; a pesar de lo anterior, el sendero representa un nodo articulador entre la vivienda y el cauce, generando un acercamiento a la estructura ecológica, que se potencia más en los puntos con arborización. A partir de la observación, las viviendas más cercanas al río presentan 2 o 3 pisos de altura, elemento considerable que puede permitir la integración visual del sistema hídrico en el desarrollo programatico de las unidades (terrazas, miradores, actividades culturales o productivas en últimos niveles, que generen permanencia y enmarquen el sistema hidrico como elemento proyectual). Para la UPZ en la que se localiza el asentamiento de estudio (UPZ 71), se registra un Indicador de espacio público efectivo de 3,85 m por habitante (frente a los 15 metros cuadrados por habitante exigidos por el decreto 1504 de 1998, artículo 14). La relación de vacíos o áreas libres es baja y a pesar de que observamos zonas verdes en la periferia no se encuentran articuladas con la vivienda, sino que se disponen como lotes baldíos, no obstante, se destaca la particularidad de los puntos con arborización en el corredor periférico, donde la comunidad se apropia de

REALIDADES DEL AGUA

anterior también suscita otra serie de desafíos16 para relacionarse con el cuerpo hídrico, sin embargo también representa puntos a considerar, en aras de articular la vivienda y el ecosistema de forma integral a partir de las afectaciones.

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Figura 10. Parámetro 3, Espacio público, rió y vivienda

AGUA + CIUDAD II

Bilbao. Elaboración propia.

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los mismos, generando espacios de huertas. En estos puntos también se observa una menor presencia de residuos en comparación con otros puntos del mismo asentamiento que no presentan vegetación; por lo tanto el sector presenta zonas de articulación que pueden integrarse a las dinámicas del barrio. El sendero anteriormente descrito que se localiza en la periferia (Figura 10), ofrece potencialidades que se pueden desarrollar a partir de un planeamiento paisajístico estratégico, proyectando instrumentos, dinámicas para permanecer, estrategias para caminar, generación de visuales,

o espacios, que promuevan la interacción de los habitantes con las zonas y en consecuencia el acercamiento al cuerpo hídrico.

San José II, Bosa En Bosa se presentan altos niveles de vivienda informal, exponiendo dinámicas que evaluaremos más adelante; según datos de la Secretaría Distrital de Planeación para 2014 el 9,7% de hogares en el sector, manifestaron que su vivienda estaba cerca de basureros o tiraderos de basura


El sector San José II se ubica cerca al río Tunjuelo, el humedal Tibanica, el humedal Isla y el río Bogotá, en el sector hay una predominancia de vivienda autoconstruida dadas las dinámicas de la población que ocupa la zona. A modo de contexto, el barrio ha estado habitado por algunas comunidades indígenas y actualmente presenta algunos cabildos19 (Bernal, 2014) y la comunidad menciona una alta presencia de recicladores que habitan el asentamiento.20 Así mismo, el área es predominantemente residencial. Al evaluar el parámetro de afectaciones encontramos una alta presencia de residuos en la ronda del río; en las inmediaciones del humedal la isla, los escombros generaron la desecación del cuerpo hídrico producto de la dinámica de urbanización y de las actividades pecuarias (Bernal, 2014). Dado lo anterior se presentan varios lotes baldíos con alta presencia de residuos tanto en los predios cercanos al humedal como 19  Cerca a San José se ubica la Ciudadela Muisca Iguaque, en

las últimas décadas las comunidades indígenas han luchado por recuperar zonas que los tierreros y urbanizadores informales han ocupado (Puentes, 2019). 20  La comunidad menciona que hay una gran población de reci-

cladores en el barrio en relatoría Taller 2. Construcción participativa Política de Salud Ambiental. Hospital Pablo VI Bosa. 2010 (SDS, 2010, p.42).

en los predios cercanos al río Tunjuelo (Figura 11), así como los vehiculos de traccion animal que confluyen a la zona generan corrales, entre otras dinámicas de ocupación. Otra de las afectaciones al cuerpo hídrico que se registra, es el relleno de los jarillones con escombros para evitar la inundación. Se analizan las anteriores afectaciones, dado que las mismas pueden haber construido una relación nociva con el cuerpo hídrico y han afectado la calidad de vida de sus habitantes, por ejemplo la comunidad señala que ‘’existen recicladoras de plástico, quema de madera y quema de llantas, generando olores, además de los ya provenientes de las fuentes hídricas contaminadas y del alcantarillado que ocasionalmente se rebosa’’ (SDS, 2010, p.20). Gran parte de los habitantes se dedican al reciclaje, por lo que el desarrollo programático de la vivienda, presenta espacios en los que el habitante convive con los residuos sólidos en una misma unidad y en algunos casos los mismos residuos son el material de autoconstrucción. En ese sentido la afectación es un parámetro que evidentemente condiciona y dificulta la integración con el cuerpo hídrico, altera la calidad de vida en la vivienda e incide en el entorno urbano.

REALIDADES DEL AGUA

(2017c). Se evalúa la zona de “San José II’’ dada su cercanía con el río Bogotá, varios cuerpos hídricos, y teniendo en cuenta la legalización, que es de carácter reciente (El barrio se legaliza en 2005).

Respecto a la relación física del asentamiento y el río, varias viviendas se construyeron sobre las inmediaciones de la ronda, algunas de ellas,

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AGUA + CIUDAD II

Figura 11. Parámetro de afectaciones a la ronda San José II . Elaboración propia.

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se asientan sobre el área de protección del río, paramentándose a partir de muros en tejas de zinc, plásticos, madera o ladrillos ; los muros no presentan aberturas que permeen visualmente la vivienda. Así mismo en el costado sur del afluente, las viviendas se desarrollan en un nivel inferior al del jarillón dificultando la permeabilidad visual por el mismo (como la mayoría de las viviendas son de uno y dos pisos el jarillón representa un barrera visual considerable). Cabe destacar que en algunos sectores del barrio se presentan vías no pavimentadas en la parte superior del jarillón (Figura 13), las cuales funcionan como corredor peatonal y como ciclovía, generando una relación visual más directa con el río. En el costado occidental del barrio se presentan numerosos parqueaderos (Figura 12) y lotes baldíos dispuestos como botaderos (Figura 11), que se organizan en la periferia del río limitando las relaciones humanas. Por otro lado las vías presentes en la manzanas, son productos del vacío de la vivienda y la organización que asignan los habitantes al momento de asentarse. En ese sentido las vías no presentan una articulación con el trazado vial existente (resultan como residuo de la vivienda), de tal forma que no generan afluencia cerca a la ronda (no se genera afluencia dado que no hay una conexión que genere recorridos por la zona), asimismo, se observa que la mayoría de vías existentes rematan en un parqueadero o en un botadero, desaprovechando el potencial perfil de contemplación (Figura 12).


REALIDADES DEL AGUA

Figura 12. Parámetro relaciones físicas, relación de la traza urbana con el cuerpo hídrico y paramento. Elaboración propia.

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258 AGUA + CIUDAD II


Figura 13. (Anterior página)

con el cuerpo hídrico, características de las viviendas (San José II) cercanas a la ronda. Elaboración propia.

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Parámetro relaciones físicas

Figura 14. Parámetro espacio público, rió y vivienda San José II. Elaboración propia.

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AGUA + CIUDAD II

Finalmente, se evalúa el parámetro de espacio público (en este caso también se toman algunas zonas verdes no consideradas como espacio público, en aras de analizar el potencial de área no urbanizada que puede servir a la vivienda). Se observan algunas canchas y zonas verdes dado que el asentamiento está en la periferia y hay zonas amplias rurales (Figura 14); sin embargo, la mayoría del espacio no urbanizado corresponde a la zona de los jarillones y a lotes baldíos, sin función alguna. El indicador de espacio público por unidad de planeamiento registraba menos de 3 metros cuadrados por habitante para 2017 (teniendo en cuenta que el decreto 1504 de 1998 considera como índice mínimo de Espacio Público Efectivo 15 metros cuadrados). De acuerdo a lo anterior las zonas libres desaprovechadas (como los parqueaderos y lotes baldíos que se utilizan como botadero) representan un punto de aprovechamiento dadas las necesidades insatisfechas de la vivienda,21 al mismo tiempo que fomenten la relación directa o indirecta (pero en todo caso positiva) con los cuerpos hídricos.

Sabana de Bogotá Para la selección de los puntos de estudio a nivel de sabana, se consideraron los municipios 21  Necesidades propias de la vivienda informal, accesibilidad,

equipamientos sociales etc.

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mas representativos en déficit de vivienda y se valoraron los municipios decisivos en las dinámicas de conurbación, teniendo en cuenta la relación de este fénomeno con el establecimiento de barrios informales; por lo tanto se analiza solo un asentamiento en Chía, tomando en consideración la cercanía al sistema hídrico de la sabana y el papel determinante en la conurbación norte; no obstante, además de la zona analizada, se mencionará a grandes rasgos el contexto de Soacha como uno de los puntos críticos en la problemática de vivienda. En la figura 5 se puede observar que los municipios presentaban altas tasas de urbanización y vivienda subnormal, valoración pertinente para la elección de los escenarios de evaluación.

Fonquetá, Chía Chía presenta abundantes fuentes hídricas, quebradas, chucuas, escorrentías y lagunas, las cuales incluyen fauna silvestre y flora (en el casco urbano confluyen el río Bogotá y río Frío). En las últimas décadas la periurbanización y la conurbación de la sabana producto de diversos agentes ha generado un crecimiento demográfico exponencial en el municipio, transformando el uso del suelo para la construcción de viviendas y con ello un desarrollo de la vivienda informal progresivo. Se evalúa el asentamiento de Fonquetá dada su cercanía con el río Frío (afluente del río Bogotá) y dado su carácter de asentamiento no legalizado.


Figura 15. Parámetro de afectaciones a la ronda rio Frío. Elaboración propia.

A modo de contexto la vereda representa el 7.55% de la población en el municipio y

presenta un alto índice de población indigena22 (Alcaldía Municipal de Chía, 2016). Cerca al sector de estudio podemos encontrar cuerpos hídricos como la chucua la Fagua, la quebrada Tiquiza en el límite con la vereda de Fonquetá y el río Frío. 22  Esta característica resulta pertinente para la investigación dado

que la autoconstrucción es una práctica recurrente en la población indigena. ‘’En el año 2013 mediante Resolución 315 del 12 de noviembre, fue reconocido el resguardo indígena de Chía por el INCODER y de la información aportada por la comunidad se identificaron 722 personas al interior del territorio, 313 familias, y 1398 en las veredas de Cerca de Piedra y Fonquetá’’(Alcaldía Municipal de Chía, 2016, p.43)

REALIDADES DEL AGUA

El río Frío atraviesa las veredas de Tiquiza, Fagua y Fonquetá; las veredas hacen parte del área con índices representativos de informalidad y autoconstrucción a nivel del municipio (Quiñonez, 2019). En razón de lo expuesto, el asentamiento de estudio se ubica al suroriente de la vereda de Fonquetá, sobre la carrera 12 (Figura 15).

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Figura 16. (Siguiente página) Parámetro relaciones físicas con el cuerpo hídrico, características de las viviendas cercanas a la ronda. Elaboración propia.

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Se evalúan las afectaciones como primer parámetro de estudio, encontrando que, en el sector de Fonquetá se presentan recurrentes inundaciones, fenómeno que responde a una serie de factores naturales, geográficos etc., mas sin embargo para la presente investigación se profundizan los valores que tienen alguna relación con el desarrollo de la vivienda informal. Según Quiñonez (2019) en la vereda se ha presentado interrupción del flujo de agua por la disposición de escombros. La presencia de residuos genera nodos que alteran el curso del cuerpo hídrico y como consecuencia provocan aumento en el cauce, lo que genera riesgo de inundación, o en otros casos traslado de los mismos escombros hacia la estructura ecológica. Dado lo anterior la afectación que se produce proveniente de la vivienda, genera una relación de exposición y tensión entre los dos elementos (vivienda-cuerpo hídrico), así como una connotación negativa por el riesgo, es preciso señalar que la disposición de residuos se ha mitigado, dado que los habitantes de otras urbanizaciones perimetrales (formales) a la ronda de el río Frío, hacen mantenimiento frecuente y esto tiene implicaciones positivas en el punto del asentamiento informal estudiado. Hernan Poveda (habitante del municipio) menciona que la presencia de residuos en las inmediaciones del río, ha generado en muchos casos reflujo de aguas negras, lo que así mismo genera un contacto negativo entre el cuerpo y los habitantes. Poveda también menciona que en las campañas de recolección comunitarias

se encuentran principalmente desechos de carácter doméstico (Liga de televidentes de Chia, 2020).23 Entendiendo lo anterior, el desarrollo de la vivienda informal en inmediaciones de la ronda, si representa un factor negativo en la relación, dado que la invasión del área de protección, no solo genera afectaciones por la actividad de la vivienda, sino que también la existencia de construcciones a una distancia tan próxima (Figura 16), reduce la sección útil para que la estructura ecológica realice el drenaje natural y en consecuencia puede representar una amenaza para los residentes de la vivienda (posibles inundaciones). Así, el manejo de las distancias, taponamientos y demás afectaciones, es un punto considerable y preciso en la relación vivienda informal - afluente. La relación física del asentamiento y el cuerpo hídrico se ve marcado por distintos elementos formales, tales como la organización individual de los lotes y la configuración del conjunto de viviendas; en ese sentido la morfología de la manzana es difusa (Figura 16) y aunque el costado oriental se dispone como un plano vertical, que en ciertos puntos sigue el perímetro de la ronda, la morfología del bloque de viviendas no se relaciona con este, así, el paramento sobre el río se ve marcado por culatas, las viviendas se abren hacia el sur y el occidente, generando 23  Cabe aclarar que los residuos provienen de la vivienda formal

e informal del casco urbano, más sin embargo esto presenta afectaciones representativas en la estructura de viviendas informales, dado su carácter de vulnerabilidad, por ende se hace hincapié en esta última.


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REALIDADES DEL AGUA


Figura 17. Espacio público, rió y vivienda. Elaboración

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propia.

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mayor relación con la vía y no con la estructura ecológica (Figura 16). Entre el cauce y la vivienda se organiza una barrera de vegetación, que limita la visibilidad del rio, sin embargo a pesar de lo anterior se dispone un corredor peatonal aledaño a la barrera de árboles, generando puntos de conexión entre el habitante del asentamiento informal y el afluente, en ese sentido para efectos de la investigación, la generación de vegetación en la inmediaciones del río se considera un elemento paisajístico que puede articular la relación de la estructura ecológica

y la vivienda, potenciando la habitabilidad. El corredor peatonal mencionado, parte de la carrera 12 y remata en un botadero descubierto. El tratamiento del remate en función del escenario hídrico es un factor sustancial en el desarrollo y articulación del contexto inmediato. Cabe destacar que el patio24 es un espacio representativo en el programa de las viviendas del asentamiento, siendo un espacio potencial de reunión que al integrarse con el cuerpo 24  Patios internos y externos, algunos presentan actividades

productivas


Al evaluar el tercer parámetro espacio público, encontramos que el espacio a nivel de vereda y del municipio, presenta condiciones heterogéneas, así pues, Chía registra un déficit cuantitativo y cualitativo de espacio público de 4.31 metros cuadrados por habitante, (frente a los 15 metros cuadrados por habitante exigidos por el decreto 1504 de 1998, artículo 14), promedio que dista del valor encontrado para el sector de estudio. Yency Contreras hace una clasificación por sectores en el municipio, a partir de los patrones en espacio público (como la morfología, año de desarrollo y tipología predial), allí la autora menciona que la zona en donde se localiza el asentamiento que estudiamos, presenta 0 metros cuadrados (2017, p. 234) de área pública por habitante, en comparación con el valor promedio municipal. A pesar de ello en el análisis del asentamiento puntual25 se observan zonas extensas verdes dado que la vereda de Fonquetá tiene un gran porcentaje de área rural (Figura 17); el espacio público aledaño al asentamiento se constituye por la ronda, algunas áreas verdes a través de la carrera 12, y como se mencionaba en el parámetro anterior, algunos corredores peatonales no pavimentados. Sin embargo el sector carece de andenes tanto en la vivienda como en la vía, 25  El análisis que se realiza desde la investigación del semillero,

parte de recorridos virtuales y observación de imágenes a partir de diversas fuentes.

y se presenta en mayor medida la presencia de cercas que limitan la relación del habitante con las áreas verdes disponibles. En ese sentido la integración de estos asentamientos al tejido urbano se puede dar a partir de la generación de recorridos que integren al peatón con la urbanización (andenes, espacios de caminabilidad para observar la estructura ecológica) o la vinculación de áreas verdes a partir de la eliminación de vallados, de tal forma que se articule el río y la vivienda misma.

Soacha La urbanización en el municipio de Soacha se ha caracterizado por la ocupación en zonas no urbanizables, en zonas de riesgo y en suelo de protección, como es el caso de los barrios que se consolidaron a partir de humedales, bosques inundables, entre otros afluentes del río Bogotá y el río Soacha, lo anterior en respuesta a la conurbación del sur, el crecimiento migratorio, la rápida expansión de barrios hacia la periferia y el papel que asume el municipio como ciudad dormitorio. El humedal Neuta, el humedal Tierra Blanca, y el río Soacha, son claro ejemplo de los ritmos de invasión y crecimiento informal que ha vivido el municipio, donde los vertimientos producto de la carencia de servicios óptimos, o las disposición de basuras, es recurrente. Las dinámicas que se han venido construyendo

REALIDADES DEL AGUA

hídrico puede generar dinámicas de apropiación y mejoramiento de la vivienda.

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durante las últimas décadas, han representado un impacto en el manejo ambiental caracterizado por el relleno de los cuerpos hídricos a cargo de tierreros y la desconexión de algunos humedales producto de la acelerada urbanización, muestra de ello es el humedal Neuta, que perdió la conexión con el canal Canoas por el desarrollo de vivienda, generando una desconexión en la estructura natural, perdida de fauna y flora, contaminación y una ruptura en las actividades humanas relacionadas con el cuerpo hídrico, así como una desconexión en las dinámicas proyectuales de la vivienda. Según Aldana y Chindicue (2014) en los últimos 65 años, el humedal Neuta ha reducido cerca de un 43% en área, ya que en 1941 poseía una extensión de 36.5 hectáreas y en el 2010 era de 20.9 hectáreas. Los cuerpos de agua se convierten en escenarios caracterizados por fallas en el saneamiento, malos olores, alto contenido de sustancias químicas resultantes de la actividad domiciliaria y alta carga de residuos sólidos (humedales de Tierra Blanca y Neuta), cabe mencionar que esta situación responde a las dinámicas de urbanización tanto formales como informales, pero la incidencia en la cotidianidad, en los modos de habitar y en la salubridad de los habitantes de asentamientos informales es mucho mayor. Así mismo la relación de las viviendas con los humedales se ve obstruida por plantas invasoras que crecen en el cuerpo de agua, sumado a las bajas alturas de la vivienda, lo que impide una conexión visual con el

ecosistema, así como una interacción física con el mismo.

Relación de la vivienda informal con los cuerpos de agua Ante el déficit de suelo urbanizable y ante una serie de problemáticas, la población decide ocupar áreas libres obviando su condición de riesgo, de protección así como su potencial ecosistémico. La localización de dicha población no solo contribuye al aumento de situación de riesgo sino a su vez estas zonas se convierten en factores generadores de contaminación para la estructura ecológica. El fenómeno de periurbanización y deterioro de la cuenca está marcado por una serie de elementos como el acceso a servicios, la calidad de las vías y evidentemente la dimensión física de la vivienda; el impacto en los cuerpos hídricos de forma directa e indirecta a corto y largo plazo, genera un deterioro en la calidad de vida de sus habitantes y crea una barrera entre la urbanización y el río, impidiendo en muchos casos la conexión, cuidado y potenciación del mismo. Cabe destacar el factor calidad de agua a nivel de Bogotá, donde se muestra que las zonas de estudio con predominancia de asentamientos informales se asocian también a la baja calidad de agua en los ríos; en este sentido las áreas


En muchos de los asentamientos informales el servicio de acueducto y alcantarillado llegó de forma tardía y esto también se relaciona a la adecuación de redes de forma empírica. Se puede entender que la carencia o deficiencia de una red de saneamiento en la urbanización presenta impactos en el ecosistema hídrico, entendiendo que ante el déficit de servicios se presentan vertimientos sin tratamiento previo o se disponen residuos sólidos en ríos, quebradas y otros cuerpos de agua que desembocan en la cuenca. Así también muchos asentamientos disponen los residuos en el recurso hídrico, paralelo a un sistema de aseo municipal precario.26 A partir de lo anterior se entiende el impacto de las condiciones y dinámicas de la urbanización no planificada, que a finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI, generan un impacto directo e indirecto en el río a través de su desarrollo. Las concentraciones de residuos y vertimientos no permiten la autorregulación natural del cuerpo hídrico y limitan el desarrollo

26  “Aproximadamente el 50% de las aguas negras del municipio

(Villapinzón) se vierten directamente a acequias y por lo tanto no llegan a las lagunas de oxidación. En el costado occidental de la Autopista Bogotá-Tunja, los negocios y viviendas existentes vierten sus aguas negras directamente a la vía férrea’’ (Valencia y Reyes, 2010, p.32).

biótico de la zona incluyendo la vida acuática. Existen diversas fuentes de contaminación asociadas con el urbanismo, tales como desechos de áreas productivas, disposición de aguas servidas de uso doméstico, contaminantes y metales pesados presentes en la escorrentía, contaminantes relacionados con el tráfico, erosión de las áreas permeables, recolección y disposición de desechos sólidos (basuras), y disposición de desechos vegetales orgánicos, ganaderos y agropecuarios. Durante el período de construcción de los asentamientos, los efectos se reflejan como grandes pérdidas de suelo o casos en los que el cuerpo hídrico desaparece para dar paso a la urbanización. En cuencas fuertemente urbanizadas parte de los sedimentos que transportan las corrientes, pueden provenir por efecto de la vivienda, el mal estado de las vías, o el drenaje insuficiente, que evidentemente facilita el transporte de residuos contaminantes en la escorrentía, aspectos que a largo plazo segregan aún más a los habitantes del asentamiento. En este sentido se evidencia un factor recíproco que afecta la calidad de vida de los habitantes así como la calidad del río y sus afluentes. La problemática asociada al aporte de sedimentos en las redes de sanemiento genera un alto grado de colmatación de las mismas y generan inundaciones o encharcamientos de considerable magnitud, que evidentemente suscitan perjuicios en la comunidad, la infraestructura , el desarrollo

REALIDADES DEL AGUA

estudiadas en occidente presentan un grado mayor de vulnerabilidad, lo que a largo plazo no solo implica una serie de problemas de saneamiento sino que vincula aún más la vivienda informal con una ronda contaminada.

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normal de la zona urbana y desde luego el ecosistema. Al realizar el estudio de las viviendas, a través de los parámetros que se propusieron, se pueden evidenciar algunos patrones; los sectores de estudio presentan un déficit de espacio público efectivo y aunque algunos presentan mayor índice, las condiciones del espacio público para la vivienda (áreas verdes, parques andenes) se encuentra en condiciones deficientes, por lo que la comunidad no presenta apropiación del mismo. Muchos de los espacios libres encontrados en el análisis barrial, se reducen a parques de bolsillo o canchas de concreto que no incorporan ni fortalecen el sistema hídrico.

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Articulación río y vivienda informal Los aspectos anteriores permiten dar una mirada general de la interacción de los asentamientos con el río y sus afluentes, es por esto que se requiere una articulación urbana de la vivienda con el ecosistema, que a partir del tratamiento puntual en los aspectos anteriormente descritos fomente la apropiación del entorno ambiental, generando transformaciones sociales y estimulando la vitalidad urbana acorde a las dinámicas de la población. Es fundamental que los procesos de ordenamiento de las cuencas de los ríos, aparte de

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definir el tratamiento de los suelos de protección, incluyan el mejoramiento integral de las zonas y la vivienda, valorando las características específicas de los asentamientos espontáneos y definiendo unas normas concretas de intervención, garantizando la sostenibilidad del territorio, la incorporación de los bordes urbanos al sistema de ciudad y en el sistema de espacio público. El tratamiento urbanístico puede dirigirse e integrarse a los vacíos urbanos, predios disponibles y la articulación de la estructura ambiental.27 Se deben generar acciones que vayan encaminadas a mejorar las condiciones del espacio en pro de la comunidad, en pro de la vivienda y en pro de los afluentes hídricos. En este sentido podemos ver como muchas de las urbanizaciones cercanas a las fuentes hídricas le han dado la espalda y no se ha convertido en un borde sino en una barrera, es así como se propone un desarrollo integral que a partir de acciones de mejoramiento de la cuenca, pueda generar impactos en la calidad de vida de los habitantes de los asentamientos informales. Cabe destacar que la presencia de residuos y vertimientos es una problemática que condiciona la relación con el ecosistema, atrae roedores e insectos, genera malos olores, impide la circulación, contamina los espacios públicos y es una dinámica presente en los barrios estudiados. 27  Teniendo en cuenta el alto número de lotes baldíos en la peri-

feria y en los alrededores de la ronda que se utiliza como botadero y centro de depósitos.


Así mismo la inclusión urbana es un tema prioritario en la vivienda informal, y comprende desde la recuperación de espacios urbanos para las comunidades hasta la disposición de redes óptimas, que fomenten las relaciones con el río y que contribuyan al saneamiento de la zona con la finalidad de hacer accesible la oferta ambiental y con ello dar paso a una oferta cultural y social (con las que muchos asentamientos informales no cuentan). La adecuada calidad de vida como pilar se alcanza posibilitando la participación de los diferentes actores para hacer un aprovechamiento real y 28 En muchos de los sectores estudiados, el barrio de origen in-

formal contaba con el servicio de recolección de basuras, mas sin embargo los puntos con lotes no legalizados no presentaban la misma condición, sin embargo la propuesta comunitaria también requiere una intervención distrital.

sostenible de la riqueza hídrica y que así mismo, se permita a los residentes de estos espacios elevar su desarrollo humano. En los sectores estudiados también se entiende que dado el carácter de urbanización no planificada hay un déficit en equipamientos y espacio público, la mayoría de las áreas libres presentan una delimitación por el río, es por esto que se plantea la necesidad de corredores, espacio público y equipamientos que funcionen como nodo generador y estructuren las relaciones entre habitante y río potenciando su habitabilidad. Es así como el espacio público puede ser un rehabilitador de las múltiples actividades productivas pero así mismo puede construir la identidad del sistema natural mientras se articula con la vivienda. Por otro lado, a pesar de que no se registra en el apartado anterior, en el municipio de Chía se lograron identificar 3 cuerpos de agua que se encuentran mejor conservados por protección de la ronda hídrica29 a pesar de que existen algunos asentamientos no planificados (el flujo superficial de algunos tramos de ciertas quebradas de los Cerros Orientales, se infiltra en el subsuelo para abastecer los acuíferos de la zona, generando una zona de recarga hídrica subterránea así como un desarrollo de fauna y flora) caso que puede servir de referente para el tratamiento integral de otras zonas informales.

REALIDADES DEL AGUA

Por ende la apropiación sensorial del asentamiento y de sus recursos, debe partir de la generación de redes de recolección adecuadas, donde se hace necesario adoptar una perspectiva comunitaria que involucre a los vecinos como agentes de cambio y asi mismo como constructores de hábitat, mejorando el saneamiento en punto críticos;28 por otro lado cabe destacar la alta presencia de lotes baldíos que funcionan como bodegas o como zonas de reciclaje, en comparación con las zonas no periféricas, así, la ronda hídrica no debería ser contemplada como residuo para ubicar las bodegas que no se disponen en la ciudad, sino al contrario como zona de aprovechamiento distante de estas dinámicas.

29  Asentamientos cercanos a chucua La Fagua

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En muchos de los asentamientos estudiados a nivel de sabana se presenta una relación con el río más provechosa dado que la vivienda configuraba huertas entorno a la ronda a partir de especies y plantas benéficas para la misma.

AGUA + CIUDAD II

Teniendo en cuenta las variables y dinámicas propias de la vivienda informal es necesario abordar temas como la seguridad alimentaria, el transporte y el empleo, adoptando posibles sistemas programáticos en la vivienda que permitan el desarrollo productivo sostenible y que generen nodos de interacción con el sistema hídrico. El ecosistema aledaño a los cuerpos de agua es ampliamente diverso y ofrece muchas posibilidades, es asi como tambien es necesario generar estrategias que aporten a la concepción de espacios colectivos especialmente espacios verdes conectados, que respondan a los usos predominantes de los barrios, ofreciendo una solución integral tanto para la vivienda como para la ronda hídrica de tal forma que se potencie la periferia y se aborden las dos problemáticas.

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Siendo así, la articulación de la vivienda y el río requiere la construcción de redes sanitarias y pluviales en zonas rurales y cabeceras, el manejo de los residuos como un tema prioritario para la calidad de vida y para el bienestar del ecosistema, la generación de equipamientos y espacios comunitarios que satisfagan las necesidades de la vivienda informal, la articulación

táctica que vincule al peatón con la ronda hídrica, el aprovechamiento de la periferia como corredor ecosistémico, la integración programática y arquitectónica de las unidades habitacionales con los cuerpos de agua a partir de los programas de mejoramiento integral y la disposición adecuada de recursos, en función de mitigar el impacto de la vivienda en la estructura ecológica, al tiempo que mejora la calidad de vida de sus habitantes.

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SISTEMA HÍDRICO Y EQUIPAMIENTOS URBANOS Laura Catalina Rodríguez Arévalo

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Esta exploración tiene como principal objetivo tratar temas referentes a la relación existente entre el sistema hídrico de la sabana de Bogotá y los distintos equipamientos urbanos que se ubican en torno al río Bogotá y como estos equipamientos urbanos poseen o podrían poseer características específicas que permitan que la relación que se busca sea provechosa tanto para las comunidades adyacentes como para el sistema hídrico.

Figura 1. (Siguiente página) Mapa del sistema hídrico de la sabana de Bogotá. Elaboración propia.

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Se tratarán temas como la problemática actual del río Bogotá, así como sus fortalezas y potencialidades en función de poder integrar este cuerpo hídrico con las comunidades cercanas por medio de equipamientos urbanos. Para ello se debe entender de manera clara que es un equipamiento urbano y cuál es su función dentro del lugar donde está implantado. Una vez se comprenda este concepto, se abordará el tema central de cuáles y cómo están dispuestos los equipamientos urbanos a lo largo del recorrido del río Bogotá por la sabana de

Bogotá. Para lograr entender de una manera más clara y concisa a que se hace referencia al hablar de equipamientos urbanos que tengan una relación directa con el río Bogotá y generen a su vez una integridad con la comunidad, es preciso mostrar ejemplos existentes de casos, ya sean locales o internacionales, de equipamientos que tengan un tratamiento de agua idóneo, que desarrollen actividades específicas y a su vez permitan una adecuada integración de las comunidades adyacentes con el elemento del agua. Por último y siguiendo la línea de investigación planteada en el Semillero de investigación Agua + Ciudad en su primera fase, se hablará de la tectónica del agua y cómo este concepto se aplica en las diferentes propuestas para la implementación de equipamientos urbanos entorno al río Bogotá en la sabana. Palabras clave: río, sabana, equipamientos, ciudad, comunidad, relaciones, tectónica, agua, región, integración, cultura, municipios.


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REALIDADES DEL AGUA


El río Bogotá es una fuente hídrica de gran importancia dentro del ecosistema de la Sabana de Bogotá y en general uno de los ríos más importantes de Colombia.

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Se escogió este río como objeto de estudio principalmente por su relación con las distintas comunidades de la sabana y a su vez por su actual problemática que ha impedido un mejor desarrollo urbano que permita integrar el río con las distintas comunidades que se ubican en sus cercanías. La relación histórica del río con la sabana y sus habitantes ha sido en su mayoría una relación distante y carente de una conciencia general respecto a su importancia; esto se debe en parte a la ubicación que posee el río con los principales centros urbanos, ya que, al estar en el límite de los municipios y de la ciudad de Bogotá, no ha sido visto como un elemento articulador de la comunidad y en cambio es visto como un contorno natural. Con esto se hace referencia a la carencia de la cultura del agua en torno al río Bogotá que mantiene la mayoría de la población de la sabana. Históricamente, el río ha sido utilizado como una solución poco adecuada al tema de las basuras y aguas negras que se generan en los distintos centros urbanos y a su vez se le ha restado importancia como un elemento parte del la estructura ecológica y como ecosistema vital para el equilibrio ambiental e hidrológico de la región.

Según la Chamorro (2014), la cuenca del río Bogotá cuenta con una población total de 1.297.752 habitantes, de los cuales el 75% corresponde a población urbana y el 25% restante a población rural, lo cual puede contribuir a la diferencia en la relación con el sistema hídrico de la Sabana entre los habitantes de la ciudad y los habitantes de los municipios. Es importante reconocer y entender las principales problemáticas del sistema hídrico de la sabana, el cual, no se compone únicamente del río Bogotá, sino que está conectado con distintos elementos hídricos (arroyos, quebradas, lagunas, humedales y ríos) que se distribuyen en toda la sabana, para asimismo poder encontrar o proponer las relaciones idóneas entre los equipamientos urbanos y el agua. Las principales problemáticas del río Bogotá según Mónica Chaparro (2016), por las cuales actualmente tiene un grado de contaminación tan alto, se pueden distribuir de la siguiente manera: - Desarrollo de actividades agrícolas, ganaderas, mineras y procesos de transformación industrial que están muy presentes en toda la región de Cundinamarca. - La invasión de llanuras aluviales para la urbanización y la construcción de industrias, sin tener en cuenta el impacto que provoca en el equilibrio de los ecosistemas. - Destrucción de la cobertura vegetal y

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procesos erosivos que afectan los ecosistemas locales.

Elaboración: Angie Carolina Camacho Guitérrez.

- Vertimientos y residuos domésticos e industriales, a falta de una concientización respecto a la importancia del río. - Conflictos de uso: acueducto, energía, riego, otros. El crecimiento descontrolado de las ciudades y el desarrollo de actividades económicas de distinta índole, así como las políticas de desarrollo que no toman en cuenta la protección de los recursos naturales, han colocado al río Bogotá en una lista indeseable, la de los ríos más

contaminados del mundo. La contaminación de la cuenca del río Bogotá ha puesto en peligro la integriwdad de los ecosistemas que sustenta. La relación que existe entre la ciudad y los cuerpos de agua de la Sabana de Bogotá, ha ido cambiando gracias en gran medida al crecimiento desordenado y acelerado que ha sufrido el territorio de la sabana. El río Bogotá por ejemplo, tiene hoy en día una interacción mucho más directa, por su cercanía, con la población y gracias a esto - al menos- la gravedad de su estado actual es un tema que se ha posicionado como uno de las principales determinantes a tener en cuenta para el futuro desarrollo socioeconómico de la región.

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Figura 2. Municipios que colindan con el río Bogotá.

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¿Qué se entiende por equipamiento urbano?

ciudad que son pensados para tener una actuación directa sobre el lugar de implantación.

Un equipamiento urbano, se puede entender como un conjunto de instalaciones en donde se pueden realizar actividades distintas al trabajo y la vida y que permite o propicia el desarrollo de la vida en comunidad. Según López y Martínez:

Además, son de gran importancia dentro de las comunidades, porque permiten la interacción de una manera más directa y objetiva que a su vez propicia el desarrollo e integridad de la misma.

“El espacio público y los equipamientos son elementos de suma importancia para la construcción de colectividad urbana ya que brindan la oportunidad de crear y consolidar espacios de encuentro, ocio y demás actividades, que tienen la función de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Cumplen también la función de hitos o nodos urbanos que le dan una pauta a la ciudad para estructurarse de forma ordenada en torno a ellos. En la actualidad las ciudades de países en vía de desarrollo y por lo general latinoamericanas se han caracterizado por restar importancia a la construcción de edificaciones y espacios de carácter público que sirven para estructurar la ciudad. Se hace evidente la ineficacia de la gestión pública en torno a estas temáticas debido a la carencia de planificación urbana en las ciudades.” (2009)

“Así mismo, para que cumplan con su función social, es necesario que se tengan en cuenta cuatro criterios: 1) no deben ser, obligatoriamente, generadores de recursos económicos, pues de esta forma pueden garantizar la cobertura, por igual, de necesidades básicas que algunos ciudadanos no estarían en capacidad de pagar; 2) deben ser concebidos como una propiedad colectiva, reconocida como tal por el Estado y las comunidades; 3) su distribución debe ser homogénea en el territorio, de tal manera que se conviertan en soportes complementarios de las nuevas centralidades y garanticen equidad, y 4) tienen que ser flexibles para cubrir rápidamente necesidades producto de momentos de crisis.” (Franco y Zabala, 2012)

Los equipamientos urbanos pueden ser de diferentes escalas y tener diversas funciones dependiendo de la intención con la que se planean dentro de un proyecto más general, ya que estos hacen parte de un proyecto de 280

Los equipamientos urbanos se pueden clasificar de distintas maneras, sin embargo, para esta exploración se hará énfasis en aquellos equipamientos urbanos cuyas características se consideran en mayor medida compatibles con el sistema hídrico y el contexto urbano de la sabana de Bogotá.


del río Bogotá, se proponen los siguientes usos de equipamientos urbanos que pueden aportar una actividad y un espacio que sea beneficioso para recuperar y cambiar la relación de la comunidad en torno al río Bogotá y los distintos cuerpos de agua de la sabana. Estos equipamientos pueden ser de diversos usos entre los cuales se encuentran:

Un ejemplo de lo anterior, es el caso de la casa museo Tequendama ubicada en el salto del Tequendama. Inicialmente, esta edificación tenía un uso destinado al sector hotelería y al turismo, era un gran atractivo de la zona. Este equipamiento es un ejemplo de la mutación que han sufrido las distintas actividades en torno al río ya que el hotel fue abandonado en los años de 1990 en gran medida por los fuertes olores que desprendía el río Bogotá fruto de su alta contaminación. Actualmente, se ha reformado y recuperado este equipamiento para que hoy en día pueda funcionar como una casa museo cuya principal actividad es concienciar a las personas de la contaminación del río Bogotá y como este problema afecta, no solo a los habitantes de la región, sino en general a varias actividades tanto económicas como culturales de la sabana. Gracias a su historia y ubicación, este museo cuenta con un gran interés por parte del público además de ser un hito y poder considerarse en este caso como un equipamiento del agua.

- Educativos, como colegios, museos, universidades o distintos centros de formación que puedan permitir un espacio dentro de su programa académico para poder desarrollar temática relacionada a los cuerpos de agua y la comunidad.

Conociendo el estado actual de los diversos cuerpos de agua que componen el sistema hídrico de la sabana, en especial el estado actual

- Culturales, tales como bibliotecas, centros comunitarios, galerías, teatros, auditorios, etc. Los equipamientos con

- Recreativos o culturales, como bibliotecas, ludotecas, miradores, hemerotecas, etc., que puedan promover una actividad de gran interés público y llegar a distintos sectores de la población con espacios que brinden un espacio pensado para crear o mejorar la cultura ciudadana en torno a los cuerpos hídricos de la región. - Deportivos, como centros deportivos, canchas múltiples, coliseos, estadios, etc. Estos espacios pueden permitir que, desde el desarrollo de actividades físicas se pueda relacional las actividades deportivas al agua.

REALIDADES DEL AGUA

Se considera que los equipamientos urbanos que se dispongan en relación al río o en sus inmediaciones, deben tener un carácter más allá de lo formal o paisajístico, debido a que se deben relacionar a la estructura hídrica de una manera idónea, ofreciendo algo en pro de la integridad del sistema hídrico de la sabana y a su vez de su entorno inmediato.

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Figura 3. (Derecha) Casa museo Salto del Tequendama Ubicación: San Antonio del

estas actividades tienen una versatilidad y atractivo social que permite el interés de un sector amplio de la población y además que se puedan desarrollar diversas temáticas que promuevan la cultura en torno al agua.

Tequendama , Colombia. Diseño y construcción: 1923.

AGUA + CIUDAD II

Tomado de: Desde abajo (s.f.).

Figura 4. (Izquierda) Campus Universitario de la Sabana Ubicación: Chía , Colombia. Diseño y construcción: 1979. Tomado de: Oracle (2020).

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Los anteriores tipos equipamientos tienen un uso y diversas actividades que pueden ser más útiles a la hora relacionarse directa o indirectamente con el sistema hídrico de la sabana; tienen en común que pueden ser espacios que promuevan la educación y concientización del estado actual del ecosistema de la región y de esta manera poder generar una cultura en torno al agua que sería de gran ayuda para cambiar la mirada y percepción general que históricamente se tiene de las fuentes hídricas de la sabana.

Como afirma el arquitecto Jorge Arditti de la importancia del diseño de los edificios en relación con su entorno “El diseño de los edificios y las ciudades puede contribuir en gran medida a la problemática del agua, a través de construcciones que ayuden a concienciar y educar a la ciudadanía” (Arditti, 2018). Por otro lado, es preciso tomar referentes que den muestra de la integración existente de diversos equipamientos urbanos con el agua en sus distintas formas; es importante aclarar que al referirnos a la relación entre equipamientos urbanos y agua no hablamos simplemente de una relación de ubicación o cercanía; en cambio, hay diversas maneras en las que esta relación se puede connotar. El tratamiento del agua dentro de un equipamiento puede tener diversos fines y maneras de proceder, algunas


Diseño y construcción: marzo de 2014 - noviembre de 2015. Tomado de: Archdaily (2016).

Figura 6. (Izquierda) Edificio 225 - Posgrados de Ciencias Humanas Ubicación: Bogotá, Colombia. Diseño y construcción: 1985. Tomado de: Pinterest (s.f.).

En los distintos proyectos arquitectónicos que utilizan el agua como elemento de diseño, se le da la importancia necesaria para que esta

relación se pueda notar a simple vista, pero esto no implica que el agua sea usada como un elemento netamente físico y que se ve, porque cada tratamiento de este elemento dentro de la arquitectura corresponde a un conjunto de decisiones proyectuales que tienen un fin específico dentro del proyecto.

Disposición de los equipamientos urbanos en la sabana de Bogotá y entorno al río Bogotá

REALIDADES DEL AGUA

Figura 5. (Derecha) Tanque Orfelinato Medellín, Colombia.

pueden ser meramente formales o con una intención estética más que nada. Sin embargo, la morfología del agua no es siempre el único factor que influye en la relación existente con los diferentes equipamientos, se pueden presentar relaciones sonoras, espaciales y de recorridos que son posibles ya que el agua es un elemento muy versátil de manejar e integrar. En las imágenes se presentan algunos referentes de equipamientos urbanos que tienen una relación con el agua más allá de su cercanía a un cuerpo hídrico. Cada uno de estos equipamientos tiene un concepto diferente en lo que respecta al uso del agua en su diseño y así mismo las experiencias que buscan generar son igual de diversas.

A lo largo del recorrido del río por la sabana de Bogotá, es posible encontrar distintos equipamientos urbanos, que, si bien no tienen relación entre sí, dan muestra de un intento de aproximar la vida cotidiana con la normalidad

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del río y su entorno. Se puede observar, cómo estos equipamientos tienen mayor presencia en los municipios aledaños a la ciudad, esto en parte, por la manera en que se da la relación del río con estos poblados.

AGUA + CIUDAD II

El crecimiento acelerado de la ciudad ha dejado sin mucho espacio libre para la construcción a la capital, por lo que muchas construcciones de carácter de vivienda, entre otros usos, se han ido desplazando hacia los centros poblados aledaños que cuentan con una población muy inferioy a su vez con menos limitaciones para ejecutar obras de construcción y predios disponibles para estos proyectos.

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La población de la sabana de Bogotá ha aumentado exponencialmente en los últimos años principalmente en los municipios aledaños a la capital. Según el Dane (citado por Cigüenza, 2019), la población total del país creció a un ritmo de 12,5% en los últimos 13 años. Sin embargo, el número de habitantes de municipios vecinos de Bogotá se elevó por encima de esta cifra. De acuerdo con Oviedo “En concreto, 17 de los 19 municipios que integran la llamada Sabana (Centro y Occidente) aumentó el número de residentes. Aparte de Mosquera y Cajicá, los habitantes se elevaron en otros lugares cercanos como Madrid (75,72%), Tocancipá (63,19%), El Rosal (62,10%), Cota (60,07%), Gachancipá (52,79%), Funza (48,02%), Chía (32,41%), Zipaquirá (27,67%) o Facatativá (26,61%). Por su

parte, cada vez son más los capitalinos que prefieren pernoctar en Soacha (60,50%) o La Calera (19,91%).” (Oviedo citado por Vanguardia, 2019,). Estos municipios han tenido, en su mayoría, un desarrollo acelerado que no ha permitido una correcta planificación, es por esto que existe una carencia de distintos equipamientos urbanos que son necesarios en cualquier comunidad. Según la revisión realizada, los equipamientos existentes en las inmediaciones del río Bogotá, carecen en su mayoría de una relación con el río más allá de la cercanía que tienen con este o el uso habitual que tiene en la mayoría de su recorrido, la cual se centra en la industria y la agricultura. Sin embargo, al conocer las actividades que tienen lugar en estos espacios, se puede evidenciar cómo los equipamientos de carácter educativo como lo son las universidades y colegios, pueden ser más propensos a tener una intención de integridad con el río. A lo largo del recorrido del río se han encontrado distintos centros de carácter educativo que intentan relacionarse físicamente con el río Bogotá, algunos de manera más notoria que otros, como es el caso de la Universidad de la sabana. Las distancias que existen entre cada equipamiento son de más de 100 km en su mayoría y adicionalmente sus actividades son, en gran parte, diferentes entre sí. Con lo anterior, se puede asumir que no hacen parte de un plan


regional o que tenga una intención de generar interrelaciones en la escala de la sabana de Bogotá. Son en cambio de carácter y uso privado en su mayoría y no logran cumplir con todas las necesidades de la comunidad, ni están pensados en una población mayoritaria de estos municipios.

Figura 7. Límites geográficos de la Sabana de Bogotá. Elaboración Propia.

Al analizar los distintos equipamientos urbanos que se encuentran en la sabana de Bogotá, se puede observar como la mayoría de estos están principalmente en la ciudad capital, esto responde a la demanda que tienen la población en la ciudad.

A continuación se presenta la disposición de cada uno de los equipamientos que se consideran que podrían llegar a tener una relación directa con los cuerpos de agua de la sabana, esto con el fin de conocer, de una manera más precisa la lógica espacial de los equipamientos de carácter educativo, recreativo, cultural y deportivo en los municipios de la sabana de Bogotá.

REALIDADES DEL AGUA

Los equipamientos que se encuentran en los municipios de la sabana no parecen tener una relación directa con las fuentes hídricas de la región. Se encuentran dispersos y no parece que tengan una relación entre sí y en su lugar responden al municipio donde se ubican.

Figura 8. Ubicación de las universidades en la sabana de Bogotá. Elaboración propia.

Al analizar los equipamientos de carácter educativo se tomaron en cuenta las universidades y colegios de la sabana, sin importar si son de 285


AGUA + CIUDAD II

carácter público o privado. Se puede observar en la Figura 8 como son pocos los municipios de la sabana que cuentan con una institución de educación superior. Las universidades que sobresalen se encuentran principalmente al norte de la sabana en los municipios de Chía y Cajicá; esto puede deberse a la cercanía con la ciudad y la facilidad que supone un desplazamiento entre estas poblaciones. La universidad con mayor oferta académica de la sabana, sin incluir la ciudad capital, es la Universidad de la sabana ubicada en Chía, luego se encuentra la Universidad militar que se ubica en ese mismo municipio. Hacia el sur de la sabana se encuentran sedes de otras universidades como la universidad de Cundinamarca que se ubica en Soacha, Fusagasugá y otros municipios, pero estas sedes son pequeñas y no tienen una amplia oferta académica. La ciudad de Bogotá cuenta con distintas universidades distribuidas en toda la ciudad y con una amplia oferta académica que permite que la región de la sabana en general este entre las regiones que poseen mejor educación en el país según la Secretaria de Educación de Cundinamarca. Según el blog Educaedu en Bogotá hay 87 universidades mientras que en Cajicá hay 2 y en Facatativá hay 1, los demás municipios cuentan con sedes universitarias que no son los campus principales. En el caso de Bogotá las universidades se ubican principalmente en dos zonas, en el barrio

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Candelaria que se encuentra en el centro de la ciudad y en la localidad de Chapinero ubicada al noroccidente de la ciudad. Estas zonas presentan una alta concentración de población estudiantil y en general son sectores de la ciudad en donde conviven diversos aspectos económicos y sociales. En ambas zonas hay una fuerte presencia de los cuerpos hídricos de la ciudad; un ejemplo de esto son las diferentes quebradas y ríos como el río san Francisco, la quebrada la Vieja, la quebrada las Delicias, el Chulo y Morací entre otros. entre otros afluentes que descienden de los cerros orientales. A pesar de la gran presencia de cuerpos hídricos en estas zonas, los equipamientos educativos al parecer no presentan una relación directa o indirecta con estos sistemas más allá de una interacción social por parte de los usuarios de estos equipamientos. En el caso de los colegios y escuelas de la sabana se puede observar en la Figura 9 como ocurre un fenómeno similar al de las universidades, pero su diferencia radica en que cada municipio cuenta con al menos un colegio o escuela oficial que garantiza la educación hasta el grado bachiller. Así mismo no se evidencian relaciones directas con los cuerpos de agua más allá de la cercanía al agua de algunos de estos equipamientos. Al analizar los equipamientos de carácter cultural, como las bibliotecas (Figura 10), se puede observar que si bien no existe una en cada municipio si hay una cobertura amplia


Figura 9. Ubicación de los colegios y escuelas en la sabana de Bogotá. Elaboración propia.

Si bien, las bibliotecas en su mayoría no se relacionan con los cuerpos de agua de la región, si es posible evidenciar el uso del agua como elemento arquitectónico en algunas de estas, como es el caso de la biblioteca Virgilio Barco de la ciudad de Bogotá. Es importante reconocer la sensibilidad hacia el agua que se presenta en los distintos equipamientos a pesar de que no busquen crear una integridad con los ecosistemas locales, esto debido a que son diferentes estrategias que pueden ser útiles a la hora de adaptar morfológicamente un equipamiento de tal manera que sea compatible y presente una sensibilidad hacia el agua.

Principales equipamientos urbanos en las cercanías del río Bogotá Figura 10. Ubicación de las bibliotecas públicas en la sabana de Bogotá. Elaboración propia.

REALIDADES DEL AGUA

de la red pública de bibliotecas en el departamento. En total en Cundinamarca se cuenta con 154 bibliotecas públicas, de las cuales 80 se encuentran en la región de la sabana de Bogotá (excluyendo las bibliotecas de la ciudad por ser un distrito capital). Estos equipamientos culturales aparentemente no mantienen una relación directa con los cuerpos de agua de la región.

El campus de la Universidad de la sabana es un ejemplo de un intento arquitectónico de lograr integrar el sistema hídrico de la sabana con el campus universitario. Sin embargo, su

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implementación no se puede considerar exitosa porque es evidente cómo no se respetó el espacio que necesita el río en sus diferentes periodos y ciclos. Esto se hace más notorio en la temporada de lluvias de la sabana en la cual el río Bogotá crece y ocupa mayor terreno en comparación a otras temporadas climáticas de la Sabana. Aun con el conocimiento de las distintas temporadas y fenómenos climáticos que modifican periódicamente el caudal del río, se ideó un campus universitario en las cercanías del río que no cumple con la tectónica del agua idonea para su implantación.

AGUA + CIUDAD II

Es por esta razón que este equipamiento educativo ha sufrido varias inundaciones a lo largo de su historia, dentro de las cuales se encuentra la inundación que ocurrió en el año 2011; una ola invernal generó graves inundaciones en la sabana, siendo una de las afectadas la Universidad de la sabana, ya que provocó el derrumbe de un Jarillón en el lado oeste, inundando más de 100 hectáreas del Campus universitario y las edificaciones cercanas.

Figura 11. Principales equipamientos urbanos de la sabana de Bogotá ubicados en torno a las cercanías del río Bogotá desde el municipio de Chía hasta el municipio de Soacha. Elaboración propia.

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La solución propuesta es que la Universidad de la Sabana aprovechando su localización sobre el río, implemente estrategias de manejo ambiental que disminuyan la contaminación del río Bogotá y realizar obras de bioingeniería que eviten las inundaciones tanto en sus instalaciones como en las edificaciones cercanas


La tectónica del agua y los equipamientos urbanos “La arquitectura además de ser espacial, es también musical. Esa música es interpretada por el agua. Las paredes crean silencio, el agua hace música y nos rodea.” Luis Barragán 1980. El agua puede crear recorridos, vistas, perspectivas, sensaciones, sonidos, distanciamientos y una amplia variedad de experiencias que al articularse a la arquitectura resultan en una experiencia de ser y habitar un espacio. Al referirnos a la tectónica del agua, se hace referencia al agua como un elemento que forma una morfología en el espacio en donde se encuentra, al reconocer que la libertad de creación del agua responde a un movimiento

natural que se adapta al contexto físico en donde se encuentra, por lo cual su implementación se hace de manera correcta. Según Carlos Pérez: “No existe otro elemento en la naturaleza que represente mejor los conceptos de fluidez, transparencia, permeabilidad y dinamismo que el agua. (...) En su interacción con el espacio y la luz, este elemento genera mundos virtuales a través de la reflexión, la refracción y el movimiento.” (Pérez, 2015, p.4) Por eso, el agua siempre ha sido un elemento recurrente e importante en la arquitectura como generador de imágenes, símbolos, sentimientos y emociones, pero también como límite físico y como elemento de transición que depende en gran medida de lo que se pretenda generar al usar este elemento. Sin duda alguna, es un reto el integrar equipamientos urbanos con actividades y estrategias tectóncias que sean beneficiosas tanto para los cuerpos de agua que conforman el sistema hídrico como la comunidad que se encuentra en sus cercanías. Se deben tener en cuenta diferentes factores que influencian tanto el espacio geográfico como a la población que se encuentra en él. Con referencia a los cuerpos hídricos se pueden crear relaciones de lugar, de materiales, de perspectivas y recorridos, que conformen el diseño de los equipamientos y sean un complemento de las actividades que

REALIDADES DEL AGUA

sin impedir la relación física entre el campus y el río. Son este tipo de casos los que permiten entender y ser críticos con los requerimientos y características específicas específicas que debe tener cualquier equipamiento que se quiera integrar o relacionar al sistema hídrico de la sabana. Para ello es indispensable conocer y entender las características físicas y morfológicas de los ecosistemas que se desarrollan en torno al sistema hídrico de la sabana, para poder generar una cohesión acertada que pueda ser provechosa para los distintos actores de la ciudad a través de los equipamientos urbanos.

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Figura 12. Hipódromo los Andes, Chía, Cundinamarca. Tomado de: OpenStreetMap (2020).

estos presten a la comunidad. Se proponen a continuación dos tipos de relaciones que se podrían crear entre los equipamientos urbanos y el sistema hídrico a partir de la tectónica del agua:

Figura 13. Universidad Militar Nueva Granada, Cajicá, Cundinamarca.

Relaciones con el lugar

Tomado de: OpenStreetMap (2020).

Figura 14. Universidad de la Sabana, Chía, Cundinamarca. Tomado de: OpenStreetMap

AGUA + CIUDAD II

(2020).

Figura 15. Planta de tratamiento de aguas residuales El Salitre Bogotá, Cundinamarca. Tomado de: OpenStreetMap (2020).

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Al tener una cercanía con un cuerpo hídrico, se deben respetar las el área que requiere el cuerpo hídrico en cada uno de sus ciclos para evitar daños al ecosistema o posibles afectaciones como inundaciones. Conocer la fauna y flora local para poder implementarla en el proyecto sin repercutir en el equilibrio del ecosistema local también permite una adaptación del proyecto al sistema hídrico. Según Villalba, la sabana de Bogotá cuenta con un tipo de vegetación andina, aparecen aquí las selvas andinas o bosques de niebla, y otro de páramo, con vegetación característica como hierbas, pequeños bambúes y frailejones. En la propia sabana existen bosques en zonas relativamente bajas, donde su nivel de base es en algunas áreas inferior al de los ríos, recibiendo por infiltración gran cantidad de agua.

Relación con los materiales La tradición y el uso de los materiales propios de la sabana crecen junto con un sistema cultural e histórico complejo que desarrolla una población que intenta darle respuesta a los problemas cotidianos de su entorno. Según afirma Carolina González citada por Actiu: “Debemos ajustarnos al paisaje sobre el que construimos, a través de una gestión del agua ya incorporada en la forma de la arquitectura, que consiga que esta funcione como una infraestructura a pequeña escala” (2018). Los materiales de construcción predominantes en la región son los utilizados en la arquitectura Bahareque la cual es predominante, no solo en la región de la sabana de Bogotá, sino en general en la mayoría del país. La arquitectura campesina del Bahareque fue una de las primeras tecnologías constructivas sismos resistentes en Colombia. “Hoy en día el bahareque es una de las técnicas tradicionales que se intenta implementar para disminuir el déficit de vivienda en Latinoamérica. Mientras su practicidad la convierte en una arquitectura de tipo colaborativo, integrando a sus comunidades


equipamientos urbanos es de gran importancia para implementar dentro de las comunidades una concientización y cultura en pro de cuidar y conocer los diversos ecosistemas que existen en torno a las fuentes hídricas de la región.

Conclusiones

Existe una precariedad en cuestión de equipamientos urbanos a nivel regional de la sabana, los equipamientos que existen, sin incluir los equipamientos de la ciudad de Bogotá, se encuentran dispersos y sin relación entre si que permita crear una unidad a nivel regional en pro del progreso de la sabana. Las distancias entre equipamientos y su implantación en cada zona denota la carencia de una idea de comunidad que sobrepase los limites políticos y administrativos que actualmente dividen la región en municipios y centros urbanos. Se puede aprovechar de una manera más eficaz el hecho de que las características tanto físicas, climáticas, económicas, políticas y de población son similares en casi todos los municipios que conforman la sabana de Bogotá para idear proyectos arquitectónicos que se adapten con facilidad a los distintos lugares de la sabana y aun así conserven unas características en común.

El sistema hídrico de la sabana de Bogotá es de gran importancia para el desarrollo económico y social de la región por lo cual es indispensable comenzar a pensar el futuro de la región en torno a este sistema, ya que mejorando la relación existente entre el agua y las comunidades se puede lograr una mejor calidad de vida para los habitantes de la Sabana. Es indispensable cambiar la visión y el concepto general que se tiene de estos cuerpos hídricos para que se acentúe su importancia y valor dentro de la sociedad. Actualmente no existe un plan de equipamientos de orden regional que tengan coherencia y relación con otro sistema regional que es el sistema hídrico que intente integrar los distintos municipios de la sabana y a pesar de que existen varios equipamientos urbanos a lo largo del recorrido del río Bogotá no se conoce ninguna relación entre estos. Es importante comenzar a pensar en la sabana como una región integral que comparte distintas características tanto físicas como culturales que facilitan la integración de sus comunidades. Aprovechar los espacios y actividades de los

Los equipamientos predominantes en la mayoría de la sabana son de carácter educativo, sin embargo, la mayoría son colegios y escuelas públicas que aseguran, como máximo, una educación secundaria. Esto sumado a la carencia en varios municipios de equipamientos de educación superior denota el poco interés que existe

REALIDADES DEL AGUA

en el proceso constructivo, denominada como “bioarquitectura” ya que reduce las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.” (Rivera, 2018).

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a nivel estatal de brindar una educación de calidad que supere el nivel básico de bachillerato académico. De esta manera se crea una dependencia de la región hacia la ciudad capital, la cual cuenta con la mayor oferta y demanda de este tipo de equipamientos educativos. El uso de equipamientos urbanos que podrían adaptarse de mejor manera para integrarse con el sistema hídrico de la sabana de Bogotá son aquellos de carácter educativo, social, recreativo y deportivo. Esto no significa que otros equipamientos no puedan ser implementados dentro del ideal de articulación entre poblaciones y cuerpos de agua de la sabana, sin embargo, los equipamientos que se mencionan anteriormente son de un carácter masivo y disperso que permiten una mayor acogida y uso por parte de la población.

AGUA + CIUDAD II

Finalmente, se reconoce que es importante conocer no únicamente los ecosistemas se encuentran habitando los cuerpos hídricos de la sabana, sino que se debe entender el ciclo hidrológico como tal y a su vez sus características. Esto con el fin de posicionar el ciclo del agua como un elemento de integración dentro del territorio y dentro de la formulación de proyectos de equipamientos ya que es indiscutible su papel fundamental tanto morfológico como social dentro de la región. Figura 16. Universidad de la Sabana, Chía, Cundinamarca Tomado de: Mapio (s.f).

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Figura 17.Universidad de la Sabana, Chía, Cundinamarca Tomado de: Mapio (s.f)

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REALIDADES DEL AGUA

Figura 17. Parque de España, Rosario, Santa Fe. Tomado de:

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VALORACIÓN DE LOS INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN

AGUA + CIUDAD II

Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

Luego de la revisión general de las políticas públicas, la gestión y los usos, la apropiación y la cultura, el espacio público, la vivienda informal y los equipamientos, todo en torno al agua en parte de la región Sabana y Bogotá, se hace evidente la necesidad de analizar de manera crítica cómo se está regulando y llevando a cabo la planeación urbana en esta región. Para ello, se hace un acercamiento a los instrumentos de gestión y planeación con ánimo reflexivo y crítico que permite entender a grandes rasgos de qué manera se logra o no, considerar la estructura hídrica desde la complejidad que las premisas abarcan: El agua como elemento conectado y cíclico, el agua como elemento estructurante y el agua como proveedor de espacio público. Se determina entonces si a nivel general en la región (o al menos en la parte de ella que se

analiza), se está realizando el ejercicio consciente de valorar la riqueza ecosistémica con la que cuenta el territorio, estudiada previamente en el Semillero Agua + Ciudad Fase I1 . Sin embargo, se hace evidente la desarticulación entre planes de ordenamiento, políticas, entidades de gestión, entre otros actores involucrados, haciendo más profundo el distanciamiento entre las remanencias hídricas y el hábitat humano. Al aproximarnos al distrito capital, resaltan los planes parciales de desarrollo como el instrumento principal a partir del cual se han ido construyendo las áreas no urbanizadas de la ciudad por los últimos 18 años (Secretaría Distrital de Planeación, 2020). A pesar de los logros que este instrumento pueda implicar, como la “(…) definición de reglas claras que concretan el sistema de reparto de cargas y beneficios 1  Disponible en: https://issuu.com/semilleroaguaciudad

296


INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN EN LA SABANA DE BOGOTÁ

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Vanessa Alejandra Bolívar Molano, Dennis Natalia Gómez Villarreal y Laura Fernanda Pedraza Tamayo

INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN EN BOGOTÁ

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Ismael Ryuhei Kagawa Suárez, Paula Alejandra Plata López y Laura Catalina Rodríguez Arévalo

PLANES PARCIALES: EL BOSQUE Y TINTALITO MAZUERA ORIENTAL

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entre los propietarios del suelo y la ciudad (…)” (Secretaría Distrital de Planeación, 2020); el poco énfasis y sensibilidad que proponen o del cual carecen ante el contexto ecológico, ha consolidado una relación muy ingenua con las dinámicas hídricas del territorio, que no contemplan el sistema hídrico en su complejidad y en la integración total de dinámicas como por ejemplo, las del agua superficial, el agua subterránea, el agua lluvia, la temporada se sequía, las aguas negras y grises, el agua de contemplación, el agua como hábitat de fauna y flora y en general, toda la complejidad que la estructura del agua implica, más allá de la mera cobertura de las necesidades básicas humanas. Haciendo énfasis en la ciudad capital, se toman dos ejemplos de planes parciales de desarrollo cuya localización respecto a la estructura hídrica es estratégica, uno por estar en el corazón de la

conexión ecológica cerros orientales-Río Bogotá (Plan parcial El Bosque), y el otro por colindar el río Fucha y estar en estrecha cercanía con el Río Bogotá y los humedales Capellanía y Techo (Plan parcial Tintalito Mazuera Oriental). En este sentido, es de es de esperar que cada uno de estos planes parciales incluya una propuesta contundente de cara a la fuerte influencia de la estructura del agua que padece.

Referencias Secretaría Distrital de Planeación (2020). Planes parciales, instrumento fundamental de planeación y desarrollo. Viernes 30/10/20 por mdelahoz. Disponible en: http://www.sdp. gov.co/noticias/planes-parciales-instrumento-fundamental-de-planeacion-y-desarrollo

INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN

Vanessa Alejandra Bolívar Molano, Dennis Natalia Gómez Villarreal y Paula Alejandra Plata López

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INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN EN LA SABANA DE BOGOTÁ

AGUA + CIUDAD II

Dennis Natalia Gómez Villarreal Vannessa Alejandra Bolívar Molano Laura Fernanda Pedraza Tamayo

Figura 1. (Siguiente página) Instrumentos de ordenamiento nivel sabana. Elaboración: Dennis Natalia Gómez Villarreal.

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En este apartado, revisaremos algunos de los instrumentos de planeación y ordenamiento territorial, empleados a niveles político administrativos para la gestión del recurso hídrico, el uso del suelo y la habitabilidad de los municipios y el distrito capital. Realizaremos además un acercamiento crítico a dichos instrumentos de planeación, articulando la habitabilidad del agua como elemento fundamental para el análisis.

Estas relaciones de continuidad territorial se encuentran en una disputa constante con el sistema de ordenamiento territorial colombiano que define normativa y administrativamente los instrumentos para la planeación municipal, muchas veces insuficientes para implementar políticas eficaces que solucionen las problemáticas territoriales como la gentrificación, la falta de cobertura de servicios básicos y protección del medio ambiente:

La construcción de la escala sabana se realiza teniendo en cuenta la relación de continuidad territorial establecida entre Bogotá y sus municipios aledaños pertenecientes al departamento de Cundinamarca, comprendiendo las características complejas, heterogéneas, tensionantes y mixtas presentes en el territorio.

A partir de la ley 388 de 1997 en Colombia, se estableció el Ordenamiento Territorial como un instrumento de planeación territorial orientado al desarrollo municipal organizado en tres categorías: 1. Planes de ordenamiento territorial (POT): aplicables por periodos de 12 años


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INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN


en municipios con poblaciones superiores a 100.000 habitantes, usualmente grandes ciudades con dinámicas de alto crecimiento poblacional y alta demanda de servicios públicos y vivienda, movilidad e infraestructuras. Cuentan con objetivos de desarrollo sostenible, crecimiento económico, y protección del medio ambiente, entre otros. (Bogotá, Soacha, Facatativa, Chia, Zipaquira).

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2. Plan Básico de Ordenamiento Territorial (PBOT): Aplicables en territorios medios (30.000 a 100.000 habitantes) como algunos municipios aledaños a Bogotá, su elaboración intenta responder necesidades singulares de cada municipio. Tienden a modificarse por la expansión paulatina de la población (Mosquera, Madrid, Funza, Cajicá, Sibaté, Tocancipá y Tabio) y mantienen objetivos de crecimiento económico, desarrollo sostenible y simultaneidad con la política regional y nacional.

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3. Los Esquemas de Ordenamiento Territorial (EOT) para municipios menores a 30.000 habitantes, usualmente pertenecientes a zonas rurales, contrario a los anteriores municipios, estos territorios no se enfrentan a la densidad poblacional, sino a la precariedad del campo, la deficiencia de servicios públicos, subdesarrollo económico, y deficiencia de equipamientos como vivienda, vías e infraestructura. (Sopó, La

Calera, Cota, Tenjo, El Rosal, Gachancipá, Bojacá). Los Planes parciales por otro lado “son instrumentos que articulan objetivos del ordenamiento territorial con las metas de gestión y uso del suelo en zonas específicas, determinando las condiciones técnicas, jurídicas financieras, así como el sistema de tiempos de implementación, buscan asegurar condiciones de habitabilidad y protección ambiental” (SDPGOV, 2020). Asimismo, estos planes de ordenamiento territorial deben cumplir con particularidades dispuestas en la Ley 388 de 1997 como “ (i) La función social y ecológica de la propiedad; (ii) La prevalencia del interés general sobre el particular y (iii) La distribución equitativa de las cargas y los beneficios, y la “función pública” (DNP, 2016). Esto con la intención de otorgar un rango de capacidad a la administración pública para actuar sobre elementos prioritarios como el desarrollo urbano, además de integrar en sus disposiciones el componente rural y urbano en el modelo de ocupación del territorio. En todo este proceso de planeación, financiación y gestión es obligatoria la participación ciudadana como elemento de democracia, veeduría y retroalimentación de la gestión pública.


Teniendo en cuenta la función social y ecológica que deben cumplir los planes de ordenamiento, los diferentes instrumentos interpretan el sistema hídrico con base en las disposiciones contempladas en la Ley 388 de 1997; se incorporan elementos como áreas de reserva, medidas de protección, áreas de conservación de los recursos naturales como determinantes en la relación con los cuerpos de agua y ecosistemas vinculados. En primer lugar, los planes de ordenamiento parten de un reconocimiento de la oferta y demanda hídrica, teniendo en cuenta que los municipios deben establecer y caracterizar las áreas de importancia ambiental. Los páramos y humedales se organizan como áreas protegidas de superior jerarquía y se establecen los insumos (cartografías, mapas de riesgo) como primera acción de acercamiento. Los POT municipales (Soacha, Chía, Facatativá, Zipaquirá) evalúan el sistema hídrico en función de la caracterización biofísica, la descripción de factores de riesgo, y el análisis de las áreas de protección en torno al cuerpo. Así mismo la interpretación de los ríos y cauces se evalúan en función del consumo e integración al sistema de acueducto, así como los usos de la estructura ecológica en cada municipio. Una de las acciones que se establece para el manejo de los cuerpos de agua, es el

saneamiento del recurso hídrico, por consiguiente mencionamos la Sentencia 2001-90479 del 28 de marzo de 2014, que ordena la implementación de medidas en los entes territoriales aferentes a la cuenca del río Bogotá y en toda la estructura ecológica que lo integra. La sentencia modifica los instrumentos de ordenamiento, en aras de fortalecer la gestión integral de los residuos sólidos (PGIRS), planes maestros de desagüe, esquemas de pago por servicios ambientales1 para la conservación del recurso hídrico (hace referencia a todos los recursos naturales definidos en el Decreto 2811 de 1974 y las zonas de protección tales como páramos, sub páramos, nacimientos de agua y zonas de recarga). La implementación de políticas y estrategias en torno a estos ecosistemas en los municipios de la sabana, se subordina a la sentencia, entendiendo que el fallo modifica los POTs, PBOT y EOT de acuerdo con los términos que el ordenamiento jurídico ha establecido. Así mismo los planes de desarrollo en los diferentes municipios contemplan el manejo de la cuenca del río Bogotá en su normativa, estableciendo zonas y delimitaciones para el mantenimiento de la estructura ecológica, enfocándose principalmente en la definición de los planes maestros de alcantarillado asociados al manejo de los vertimientos.

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El sistema hídrico a nivel Sabana en el marco de los instrumentos de ordenamiento

Por otro lado los páramos y humedales se organizan como áreas protegidas de superior 1  Ley 1450 de 2011 - artículo 210 – y el Decreto reglamentario 953

de 2013

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jerarquía, en tal sentido, la delimitación y la regulación de los mismos en los instrumentos de planeación en la sabana de Bogotá, está relacionada con la reforma del Código de Minas (Ley 1382 de 2010), teniendo en cuenta que a pesar de que la reforma se declara inexequible, los planes nacionales de desarrollo (2010-2014 y 2014-2018) han mantenido vigentes las políticas especiales de protección de estos ecosistemas como la reglamentación para disminuir progresivamente las actividades mineras ya existentes y la prohibición del desarrollo de nuevos proyectos; los planes de desarrollo realizan modificaciones tanto en las actividades prohibidas, reguladas, como en la definición cartográfica para su aplicación. En ese sentido se definen los tratamientos del suelo rural de acuerdo a lo establecido en la Ley 99 de 1993, artículo 61, declarando la sabana de Bogotá, sus páramos, nacimientos de agua y valles aledaños como zonas de interés ecológico, cuya destinación prioritaria es agropecuaria y forestal. Es el caso de la Ley 2 de 1959 enfocada fundamentalmente a la protección de los suelos, aguas y vida silvestre; en la cual se señala que “los nevados y las áreas que los circundan se declararán como parques nacionales naturales” y además estableció algunas zonas del territorio Colombiano, como zonas de Reserva Forestal, en las cuales se encuentra muchos de los ecosistemas de páramos de Colombia. Pese a lo anterior el sistema hídrico y el agua como elemento estructurante son objeto de licencias urbanísticas, y de explotación, como

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es el caso del páramo de Rabanal que ha sido objeto de algunas actividades mineras por deficiencias en los EOT en cuanto a usos, o el caso de Sumapaz que en 2017 fue objeto de debate dado que la Agencia Nacional de Hidrocarburos propuso algunas zonas del ecosistema para fracking, ignorando su papel ecosistémico en la estructura hídrica, la propuesta no se dio, más sin embargo si evidencia vacíos normativos en la regulación de usos permitidos. Por otro lado en muchos casos algunas zonas cercanas a los cuerpos de agua se declaran como zonas de uso múltiple en los planes de ordenamiento, dando paso a actividades, como la urbanización, que deterioran de forma directa e indirecta los cuerpos de agua, lejos de una reglamentación específica que priorice actividades múltiples, pero en pro del cuidado, preservación y articulación del sistema hídrico. Zonas como los valles aluviales, los bosques altos andinos y los ecosistemas relacionados no presentan una normativa precisa y determinante en los planes de ordenamiento,2 entendiendo que aunque en muchos casos se mencionan, su tratamiento normativo y articulación con los cuerpos de agua no es evidente, cabe aclarar que estos ecosistemas son pieza clave en el ciclo del agua y en los procesos vinculados a la función social y ecológica que deben cumplir los diferentes instrumentos.

2  En Soacha se presentan fuertes procesos de deforestación en las

microcuencas de ríos y quebradas con el fin de extender la frontera agrícola y establecer áreas de cultivos y ganadería. Igualmente se ha producido el relleno de humedales localizados en la planicie aluvial de inundación con fines urbanísticos


Entendiendo lo anterior se procede a hacer un análisis a grandes rasgos de algunos POT y PBOT en 3 municipios de la sabana de Bogotá, en aras de considerar los elementos que condicionan la articulación de la estructura ecológica determinando su eficacia en la aplicación al contexto territorial.

Chía El POT del 2000 de Chía establece disposiciones de acuerdo al tratamiento, manejo y articulación de la estructura hídrica en el municipio.

A partir de lo anterior se definen zonas para la protección del sistema hídrico (Artículo 36), planes de protección y recuperación del sistema hídrico urbano (Artículo 45), definición de los ecosistemas y el plan de tratamiento (Artículo 90) entre otras especificaciones. En ese sentido se definen los usos relativos a estas zonas, permitiendo uso agropecuario tradicional (Artículo 20), zona forestal de amortiguación, y así mismo se permiten zonas de recreación tipo pasiva o contemplativa y turística en las zonas de preservación de los cuerpos de agua. El literal c del art 211 del POT, define las especificaciones correspondientes para el tratamiento de protección del sistema hídrico. El artículo reglamenta los usos de las áreas de ronda y las precisiones de su manejo, impidiendo que se desarrollen urbanizaciones o usos que impliquen construcciones permanentes en áreas de riesgo e inundación, delimitando distancias mínimas según el cuerpo de agua. Así, se define un aislamiento de 75 metros a lado y lado del río Frío, y 150 metros en el caso del río Bogotá. Sin embargo en las veredas de Fonqueta, Tiquiza y Fagua (aledañas a río Frío), las distancias de la vivienda al cuerpo hídrico (de carácter autoconstruido) son muy inferiores a lo estipulado, las inundaciones en estas veredas son recurrentes y representa una de las principales problemáticas que afecta al municipio.

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Los humedales se interpretan como zonas de protección urbanas, rurales y suburbanas en la regulación del sistema hídrico en la mayoría de los planes de ordenamiento; estos prohíben actividades o rellenos en los mismos, y se mencionan como elemento cruciales en la estructura ecológica principal, se categorizan y se definen como zonas objeto de protección y conservación, pese a lo anterior no han sido identificados por la autoridad ambiental ni por las administraciones municipales, lo que dificulta su conservación y manejo, por ejemplo en el municipio de Soacha, varios humedales requieren de una intervención por parte del estado, no obstante se urbanizan, presentan vertimientos y rellenos (Aldana y Chindicue, 2014). La mayoría de estos ecosistemas se encuentran en un alto riesgo de desaparición debido a los impactos producidos por la urbanización y el crecimiento demográfico.

Teniendo en cuenta las condiciones de la cuenca Alta del río Bogotá y sus microcuencas y dadas las dinámicas por alta suburbanización y mal manejo de vallados y quebradas en el 303


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municipio, las principales problemáticas que enfrenta el instrumento de planeación se concentran en la formulación de elementos y acciones para mejorar y mitigar los problemas de la cuenca y los mecanismos de manejo y cooperación con los municipios vecinos, a fin de controlar los efectos derivados de la temporada invernal, evidenciados en el aumento de los flujos torrenciales y la ocupación de rondas y zonas de manejo ambiental del Río Bogotá, dado que a pesar de que se establecen unas cotas de inundación en el POT, gran parte de las zonas ubicadas cerca a cuerpos hídricos se ven afectadas por ello, teniendo en cuenta la pérdida de retención del suelo producto de la urbanización masiva.Por otro lado el POT reglamenta los usos previstos en zonas de protección (art.179 y 180 POT municipal de Chía) en chucuas, lagunas y quebradas, haciendo referencia a la chucua la Fagua, y las quebradas (Tiquiza, Yerbabuena, Fusca) prohibiendo la localización de áreas de cesiones urbanísticas, en sectores que pertenecen al recurso hídrico del municipio. El documento plantea acciones para el tratamiento ambiental del sistema hídrico que van desde sanciones, hasta el tratamiento paisajístico (cercas vivas, manejo de residuos, propuestas para la preservación de la fauna y flora), sin embargo la rápida urbanización y los planes parciales coaccionan la aplicación de lo dispuesto, dado que se disminuyen algunas zonas de amortiguamiento a partir de Figura 2. Inundaciones Chía. Tomado de: Semana (2020)

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Herrera junto a la zona minera del Municipio de Mosquera. Elaboración propia a partir de Google Earth (2020).

la definición de suelos urbanizables y se realizan proyectos inmobiliarios y de parcelación destinados a vivienda campestre en zonas de preservación y conservación, lo cual va en contravía a lo establecido en el POMCA de la cuenca del Río Bogotá, afectando de esta manera el aprovechamiento de estos recursos naturales por parte del colectivo social a cambio de la generación de beneficios particulares.

Mosquera El PBOT de Mosquera del 2013 (Concejo Municipal de Mosquera, 2013) contempla en múltiples artículos a lo largo del documento, el ordenamiento de la estructura ambiental urbana y rural del municipio con base en pilares estructurantes como el POMCA del Río Bogotá (Artículo 72), a partir del cual se establece la

zonificación ambiental del municipio a partir de cuatro categorías: - Áreas de conservación (Laguna de la Herrera, Ciénaga del Gualí y todos los humedales dentro del municipio) en las que se establecen las rondas y restricciones de construcción sobre las mismas. - Áreas de restauración (Humedal de la Tingua) en que se plantea la recuperación de zonas afectadas por actividades antrópicas. - Áreas de protección (Río Bogotá, Río Balsillas, Río Bojacá, Río Subachoque y Vallados) en que se establece el cuidado de zonas ambientalmente estratégicas para el equilibrio ecosistémico.

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Figura 3. Laguna de la

- Áreas de producción (Distrito de Riego y

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drenaje de la Ramada, Áreas de reserva forestal, Áreas de restauración morfológica y rehabilitación) destinadas al desarrollo de actividades económicas agropecuarias, industriales, mineras y socioeconómicas.

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A estas cuatro categorías que zonifican los usos y tratamientos del suelo ambientalmente estratégico, se añade la zonificación de las áreas por inundación (Artículo 96) y del uso del suelo acorde a los procesos de expansión de suelo urbano (Artículo 55) y aumento en la demanda de zonas industriales (Artículo 129 en el que se establece la nueva zona industrial) pero que a su vez responda con mitigación en los impactos ambientales y manejo de residuos. Igualmente, el PBOT ofrece una estructura hídrica clara para cada una de las actividades antrópicas tanto de la zona urbana como rural, como por ejemplo, el planteamiento de la mitigación de los daños ambientales causados por la extracción de materiales de las canteras (Artículo 332). A pesar de ello, es posible identificar la desconexión que el PBOT plantea ante la realidad; si se retoma el artículo 332 sobre la mitigación de los daños ambientales a causa de las canteras, la contaminación persistente de la Laguna de la Herrera producto de la minería y su cercanía con las zonas de explotación minera (veáse Figura 3) es un ejemplo de la poca viabilidad con la que se pueden cumplir los respectivos lineamientos del PBOT. Está misma inconcordancia entre lo planteado en el PBOT y el uso del suelo real

dentro de las zonas protegidas es evidenciado entre el artículo 349 (por el cual las áreas de conservación y protección se deben restringir de cualquier clase de acción antrópica) y el uso del suelo actual de la zona de conservación de la Laguna de la Herrera (donde el 90% está destinado al uso agrícola (CAR , 2006).

Soacha El POT del 2000 de Soacha plantea una serie de artículos y secciones dedicadas a la estructura hídrica y ambiental de la zona urbana y rural del municipio. Dentro de estos artículos se destacan componentes tales como la protección de las fuentes hídricas superficiales y subterráneas (Artículo 27 y 31), la prohibición de vertimiento de desechos a todo cuerpo hídrico (Artículo 44) y el nombramiento de las zonas de Conservación, Protección y Amenaza y las Zonas de Protección Ambiental (ZPA). Respecto a las Zonas de Conservación, Protección y Amenaza, su presencia en el POT se limita al Artículo 220 y 221 haciendo referencia exclusiva a las rondas del Río Soacha, Bogotá y las lagunas Neuta, Tierra Blanca, Maiporé y el embalse Terreros junto con los cerros presentes dentro del municipio, sin hacer mención, por ejemplo, del humedal Tibanica que limita con la localidad de Bosa. Sobre las ZPA , su mención en el POT se concentra entre los artículos 261 al 263 donde se nombran, más no se delimitan, las características


Frente a los elementos que se consideran como estructurantes dentro del municipio a través del POT de Soacha, se da prelación al sistema vial y las Unidades de Integración de Desarrollo Social de Soacha (Capítulo III del título I y II: Localización y dimensionamiento de elementos estructurantes), más no hace referencia directa ni indirecta a las ZPA y las fuentes hídricas. Sobre estas últimas, la formulación del soporte técnico del POT de Soacha plantea la búsqueda de fuentes hídricas alternas a las superficiales ya que: “A pesar de que las aguas superficiales representan la primera alternativa para el suministro de agua para consumo humano, también es cierto que son la fuente más vulnerable frente a los procesos de contaminación. En este sentido, las aguas subterráneas constituyen una muy buena opción en el municipio de Soacha, que por sus características de menor exposición son menos vulnerables, pero que requieren de un manejo apropiado para garantizar su óptima calidad. Además de

su uso para consumo humano, las aguas subterráneas de menor calidad pueden ser utilizadas para la industria y la agricultura, representando una alternativa importante para aquellas zonas en las que el déficit del recurso hídrico superficial limita el desarrollo normal de estas actividades. [...]. Las aguas subterráneas en comparación con las superficiales se caracterizan porque son menos susceptibles a la contaminación, se presentan en grandes cantidades y contienen menos componentes patógenos” (Alcaldía de Soacha, 2000: 12). Ante este panorama, junto a la escasa presencia dentro del POT sobre un plan de recuperación de la estructura ecológica e hídrica del agua superficial, se hace evidente que no se contempla el agua como un elemento estructurante dentro de la ordenación territorial de Soacha. Esta ausencia y poca claridad de la estructura ecológica e hídrica dentro del POT es reflejada en la precaria mención y zonificación en humedales tales como el humedal Tierra Blanca y el Tibanica. En este orden de ideas, el vacío ambiental dentro del POT se materializa en problemáticas tales como la contaminación desmedida de las fuentes hídricas dentro de cada municipio (Río Soacha) de las cuales es consciente de la alcaldía y ciudadanía (veáse Figura 4) o el uso del suelo en zonas correspondientes a las rondas hídricas.

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de los espacios que deberían integran las ZPA , junto con la mención específica de los Cocli y Santa Isabel. Dentro de estos artículos también se acota que estos espacios hacen parte de la estructura ecológica del municipio más no le brinda una sección o artículo a la delimitación de la misma.

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Figura 4. Contaminación

Problemáticas

del Río Soacha. Tomado de:

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Reverdecer (2019).

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Desde la implementación de la ley 388 de 1997 se han presentado problemáticas persistentes en cuanto a la implementación eficaz de los POT. Bogotá y sus 17 municipios aledaños no han sido la excepción, pues, los POT Y PBOT y EOT no han logrado adaptarse para responder a las dinámicas de constante cambio de los territorios, esto, acompañado de tensiones político-administrativas que impiden la continuidad temporal (12) de su implementación, además de una participación ciudadana restringida, han dejado “obsoletos en vigencia” (normativamente vigentes pero de implementación deficiente) dichos instrumentos. Un panorama preocupante, ya que a partir del POT, PBOT y EOT se definen aspectos significativos para la construcción territorial, entre ellos la

afectación y protección del medio ambiente, así como la aplicación de estrategias de movilidad, vivienda, salud, infraestructura, desarrollo económico etc., que deben ser simultáneas al Plan Distrital y Municipal de desarrollo. Por otro lado, en relación con la planificación de las fuentes hídricas superficiales, según el Instituto de Estudios Ambientales para el Desarrollo (IDEADE, 2015) una de las problemáticas recurrentes en el ordenamiento de las cuencas hidrográficas responde al conflicto entre autoridades ambientales de diferentes escalas. En ese sentido algunos entes distritales (secretarías, departamentos administrativos, unidades ambientales adscritas metropolitanas) limitan su gestión a los centros urbanos actuando exclusivamente sobre los afluentes que atraviesan el perímetro, mientras las corporaciones


3  “El Plan Nacional de Desarrollo 2010- 2014 (ley 1450 de 2011)

precisó que los entes ambientales urbanos en materia de gestión del recurso hídrico no tendrán en su potestad la elaboración de los planes de ordenación y manejo de cuencas hidrográficas [POMCAS] (Art. 214; en la ley 99 de 1993 se les asignó las mismas funciones que las CARs); su competencia se relegó a las sub-zonas hidrográficas que atraviesan el perímetro urbano” (IDEADE, 2015, p.11).

posible evidenciar un conflicto de interés sobre las zonas en cuestión. Sin embargo, también es importante aclarar que la desactualización de los POT son un factor que agrava la problemática, ya que los POT publicados antes del año en el que entra en vigencia el POMCA de la respectiva cuenca. Por ejemplo, el POMCA del río Bogotá del 2006 no tiene la posibilidad de integrarse con los POT publicados en años anteriores. A pesar de lo anterior, se puede destacar la presencia y estructuralidad que algunos POT le dan a los POMCA como el caso del PBOT de Mosquera donde el planteamiento de la estructura ecológica le da protagonismo al POMCA del Río Bogotá. Sin embargo, es posible identificar otra problemática asociada a la aplicación y factibilidad de los planes de ordenamiento. Al retomar el caso de Mosquera, a pesar de que la estructura ecológica gira en torno al Río Bogotá y sus otras fuentes hídricas, es posible identificar que los usos de suelo real no concuerdan con los deseos, lo cual se materializa, por ejemplo, a través de algunas fincas de Mosquera como la expuesta por el Observatorio Regional Ambiental y de Desarrollo Sostenible del Río Bogotá (ORARBO. s.f.) donde el uso del suelo de dicho predio es incompatible con el del POT; además de ello, dentro del mismo predio se ejercía una actividad de tipo industrial cuya dinámica vertía al río Bogotá el agua sin tratamiento que produce la finca. En este orden de ideas, una problemática que rodea los instrumentos de planificación es la desconexión entre el ordenamiento territorial

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regionales tienen competencia en los territorios no urbanos del mismo municipio donde ejerce la autoridad ambiental urbana. El conflicto entre las mismas frenaría la participación financiera de algunas ciudades en los cuerpos hídricos.3 Pese a lo anterior, el Art. 213; en la ley 99 de 1993 menciona que cualquier ente puede financiar proyectos en cuencas o afluentes de su interés, sin embargo la contradicción en la normativa exige una ley ordinaria que abogue por una financiación compartida en aras de una mayor protección del recurso hídrico teniendo en cuenta que los cascos urbanos presentan mayor demanda del mismo. Bajo este mismo panorama, la tensión entre el ordenamiento de las cuencas hídricas y los instrumentos de planificación territorial se materializan en una desarticulación entre los POT/PBOT/EOT y los POMCA (Gomez, 2019). Uno de los argumentos es ejemplificado por la Secretaria Distrital de Planeación de Bogotá (SDP, 2015) al zonificar los usos del suelo que proponen los POMCA para la cuenca del río de Bogotá (acuerdo del 2006) versus el uso del suelo que le destina cada municipio a las rondas hídricas de los ríos que cruzan por su jurisdicción. Al poner en diálogo los usos planteados por dos instrumentos de planificación de distinta naturaleza, es

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Figura 5. (Anterior página) Principales problematicas de instrumentos de ordenaminiento nivel Sabana. Elaboración: Laura Fernanda Pedraza Tamayo.

Referencias Alcaldía de Soacha. (2000) Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio de Soacha: Documento técnico de Soporte - Formulación. Soacha. Alcaldía de Chía. (2000) Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio de Chía. Documento técnico de Soporte - Formulación. Soacha. Aldana, C. A. & Chindicue, C. A. (2014). Análisis multitemporal humedales Tierra Blanca y Neuta municipio de Socha sector Compartir. http://hdl.handle.net/10654/11888. CAR (Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca). (s.f.) “Río Soacha.” http://oaica.car. gov.co/vercaso2.php?id=178 CAR (Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca). (2006) “Acuerdo N. 23 del 17 de Julio de 2006: Por el cual se declara Reserva Hídrica el Humedal de la Laguna de la Herrera, se establece su franja de protección y se adoptan otras determinaciones”. https:// www.car.gov.co/uploads/files/5f38535c9eeff.pdf Concejo Municipal de Mosquera (2013). “Acuerdo N. 32 del año 2013: Por el cual se adopta la revisión y ajustes del Plan Básico de Ordenamiento Territorial del municipio de Mosquera - Cundinamarca.” Mosquera. Decreto reglamentario 953 de 2013 [Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible] por el cual se reglamenta el artículo 111 de la Ley 99 de 1993 modificado por el artículo 210 de la Ley 1450 de 2011. Mayo 17 de 2013

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deseado y el que se presenta en la realidad y su viabilidad para poder aplicar los usos de suelo planteados dentro de cada POT. Adjunto a esto, se presenta una concentración en la aplicación del ordenamiento territorial ambiental y las normas específicas del mismo sujeto en las ciudades más pobladas, lo que deja por fuera a la gran mayoría de centros urbanos. (Pinzón, 2018, p.4) a raíz de la jerarquización de los planes de ordenamiento territorial por número de habitantes. Por otro lado, en relación con las fuentes hídricas, su naturaleza cíclica y conectada implica que estas adquieren una espacialización que no se limita a la municipalidad donde nace, fluye o yace la fuente hídrica, por lo que invita a pensar el recurso hídrico desde una mirada sistémica. A pesar de ello, el alto grado de municipalismo que se presenta en la Sabana, dificulta la articulación entre los planes de ordenamiento territorial de cada municipio y el Distrito Capital. Esto se materializa, por ejemplo, con el Humedal Tibanica, humedal que se ubica entre el municipio de Soacha y la localidad de Bosa. La tensión surge en la manera como cada POT concibe el uso del suelo del respectivo humedal; Soacha comprende el uso como recreacional activo mientras el POT del Distrito Capital lo concibe como uso de recreación pasiva (SDA, 2003).

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Decreto 2811 de 1974 [Presidencia de la República] Por el cual se dicta el Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Pro-

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tección al Medio Ambiente. Diciembre 18 de 1974 Departamento Nacional de Planeación (DNP) (2016) Componente General del POT Moderno. Programa de POT modernos. KITOT, Colombia. Disponible en https://portalterritorial.dnp.gov.co/KitOT/Content/uploads/ Componente%20general.pdf Departamento Nacional de Planeación (DNP). (2016). Ley 388 de 1997 [Congreso de la República] por el cual se establece el Ordenamiento Territorial para Municipios en Colombia. Julio 18 de 1997 Gomez Dominguez, Javier Alejandro. (2019) “Formulación de una propuesta para la articulación de los POMCA y los POT” Tesis de especialización en Planeación ambiental y manejo de recursos naturales, Universidad Militar, Bogotá. Instituto de Estudios Ambientales para el Desarrollo (IDEADE) (2015). Análisis de instrumentos de ordenamiento y planeación territorial en las tres ventanas de estudio; ciénaga de la virgen, ciénaga de zapatosa y complejo de humedales paz de ariporo, hato corozal. Instituto Humboldt. http:// repositor y.humboldt.org.co/bitstream/ handle/20.500.11761/9594/3221%20Analisis%20sobre%20Ordenamiento.pdf?sequence=1&isAllowed=y Ley 388 de 1997 [Congreso de la República] por el

cual se establece el Ordenamiento Territorial para Municipios en Colombia. Julio 18 de 1997 Ley 1382 de 2010 [Congreso de la República] por la cual se modifica la Ley 685 de 2001 Código de Minas. Febrero 9 de 2010 Ley 99 de 1993 [Congreso de la República] por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el Sector Público encargado de la gestión y conservación del medio ambiente y los recursos naturales renovables, se organiza el Sistema Nacional Ambiental, SINA y se dictan otras disposiciones. Diciembre 22 de 1993. Ley 1450 de 2011 [Congreso de la República] por la cual se expide el Plan Nacional de Desarrollo, 2010-2014. Junio 16 de 2011. Observatorio Regional Ambiental y de Desarrollo Sostenible del Río Bogotá (ORARBO). (s.f.). “Afectación Río Bogotá-finca Los Cristales Ltda.” Casos de conflicto. https://www. orarbo.gov.co/es/casos-de-conflicto/afectacion-rio-bogota-finca-los-cristales-ltda/ matriz-dofa-de-conflictos Pinzón Botero, M, V. (2018). “Retos ambientales para los Planes de Ordenamiento Territorial modernos o de segunda generación: el caso de los municipios intermedios de Colombia.” El Ágora USB, 18(2). 426-445. DOI: http:// dx.doi.org/10.21500/16578031.3223 Secretaria Distrital de Ambiente (SDA). (2003) Problemáticas ambientales. Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá. http://ambientebogota. gov.co/documents/10157/3f9f9c95-b2f2-


INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN

4e08-8b12-9dc78391b520 Secretaria Distrital de Planeacion (2020) Que son los planes parciales. Articulo 190 de 2004, POT. Recuperado de: http://www.ambientebogota.gov.co/web/sda/planes-parciales-de-desarrollo Secretaria Distrital de Planeación (SDP). (2015) Aproximaciones a las implicaciones del Fallo del Consejo de Estado sobre el Río Bogotá. Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá. Secretaria Distrital de Planeación. (SDP- GOV) . (2020) Planes Parciales de Desarrollo. Generalidades. Disponible en: http://www.sdp. gov.co/gestion-territorial/planes-parciales-de-desarrollo/generalidades Semana. (2020, 18 septiembre). Imágenes de inundaciones en Chía. Semana.com. https:// www.semana.com/imagenes-inundaciones-chia/269936-3/ Sentencia 2001-90479 de 2014. [Consejo de Estado] que ordena el diseño y la implementación de medidas para descontaminar el río Bogotá y evitar la contaminación a futuro. 28 de Marzo de 2014 Reverdecer. (2019, 24 octubre). Contaminación con residuos sólidos en el rio Soacha. Reverdecer Ingenieros Consultores S.A.S. https:// w w w.reverdeceringenierosconsultores. com/post/contaminaci%C3%B3n-con-residuos-s%C3%B3lidos-en-las-fuentes-h%C3%ADdricas

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INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN EN BOGOTÁ Ismael Ryuhei Kagawa Suárez Paula Alejandra Plata López Laura Catalina Rodríguez Arévalo

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Este texto tiene como objetivo principal revisar y evaluar dos de los instrumentos de planeación y ordenamiento territorial de Bogotá, con relación a la gestión y manejo de los cuerpos hídricos que se encuentran bajo la jurisdicción del distrito, el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y los Planes Parciales de Desarrollo. Se realizará una síntesis crítica sobre las disposiciones establecidas en los documentos normativos con el fin de encontrar fortalezas, vacíos y falencias en la incorporación del agua en sus diferentes presentaciones con toda la estructura de servicios, movilidad y espacio público de la ciudad.

Figura 1. (Siguiente página) Esquema Ordenamiento a partir de un cuerpo hídrico. Elaboración: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez.

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El plan de ordenamiento territorial es un instrumento técnico y normativo para orientar y administrar el desarrollo físico del territorio y la utilización del territorio. Según la ley 388 de 1997 se fundamenta en la buena función social y ecológica de la propiedad tomando como principio el interés general al particular, y la

distribución equitativa de cargas y beneficios. Son una serie de leyes que dan pautas para el buen desarrollo de la ciudad que se vuelven objeto material por medio de los planes parciales. Todo esto con el objetivo de generar unas leyes que ordenen el suelo urbano y rural con el fin de consolidar un modelo de ciudad y diseñar así instrumentos y mecanismos que contribuyan a su desarrollo. El POT define normas urbanísticas, las cuales buscan regular el uso, la ocupación, y el aprovechamiento del suelo que se jerarquiza de la siguiente forma: 1. Normas Urbanísticas Estructurales: aseguran el cumplimiento de los objetivos y estrategias fundamentales del plan de ordenamiento territorial. 2. Normas Urbanísticas Generales: establece los usos y su intensidad del suelo. También es el encargado de las actuaciones, tratamientos, parcelación, urbanización, y


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INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN


construcción del suelo para el desarrollo de la ciudad.

Figura 2. Etapa de los planes parciales. Elaboración: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez. A partir de : Secretaría Distrital

AGUA + CIUDAD II

de Planeación (2016).

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3.

Normas Complementarias: dictaminan cómo actuar, programar, y desarrollar los proyectos planteados.

Todo esto teniendo como elementos ordenadores de la ciudad (en el caso de Bogotá), la estructura ecológica principal que está compuesta por el sistema de áreas protegidas, reservas forestales, parques urbanos, corredores ecológicos, y las áreas de manejo especial, entre otros. La estructura funcional y de servicios que se conforma por los sistemas de movilidad, equipamientos urbanos, servicios públicos, y espacios públicos. Y finalmente la estructura socio-económica y espacial que se construye por medio de las centralidades que concentran las diversas actividades económicas y de servicio que garantizan la integración de la ciudad a diferentes escalas.

Entonces, teniendo en cuenta que los planes parciales según la ley 388 de 1997, son los instrumentos mediante los cuales se desarrollan y complementan los planes de ordenamiento para áreas determinadas del suelo urbano, estas se ponen en acción mediante unidades de actuación urbanística, macroproyectos, u operaciones urbanas regionales lideradas por la Secretaría de Planeación siguiendo las directrices del POT. A la fecha se han desarrollado 53 planes parciales de desarrollo en la capital (Castiblanco, 2020). Es así cómo se materializan los proyectos de expansión o mejoramiento urbano en la ciudad de Bogotá. Pese a todo ello, los planes de desarrollo son instrumentos que tienen un margen de error dependiendo del caso pues no todos los aspectos están dictaminados, por lo cual se puede volver un objeto de carácter subjetivo dependiendo de la interpretación que se le dé.


El Plan de Ordenamiento del Recurso HídricoPORH es el instrumento de planificación que permite en ejercicio de la autoridad ambiental, intervenir de manera sistemática los cuerpos de agua para garantizar las condiciones de calidad y cantidad requeridas para el sostenimiento de los ecosistemas acuáticos y los usos actuales y potenciales de dichos cuerpos de agua. Este plan está ligado a los distintos planes de ordenamiento territorial a nivel nacional ya que sus características y objetivos dependen de la definición de un área de estudio sobre la cual se pretende emprender la ordenación del agua, la primera aproximación a la descripción del territorio se logra a partir de la revisión detallada y objetiva de la información disponible a escala regional o escala ciudad. Es por esto que las memorias de atlas regionales, planes o esquemas de ordenamiento territorial (POT o EOT), planes de ordenación y manejo de cuencas hidrográficas (POMCA), planes departamentales del agua, estado de los recursos naturales y del ambiente, bases de datos de concesiones, cartografía, entre otros; constituyen información fundamental para lograr una primera identificación de las características generales del territorio, para establecer el orden de las dinámicas a seguir y para hacer algunas consultas con actores clave de la región que manifiesten su conocimiento o expectativas acerca de lo

que esperan de un PORH. La Guía técnica para la formulación de planes de ordenamiento del recurso hídrico, contiene los lineamientos básicos con los que las Autoridades Ambientales competentes llegarán a consolidar la propuesta programática y el plan de monitoreo y seguimiento con horizonte mínimo de diez años a lo largo de los cuales se buscará mejorar la disponibilidad y la calidad del recurso. En esta guía se recogen los aportes e insumos técnicos proporcionados por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales – IDEAM - y las Autoridades Ambientales que participaron en diferentes procesos de construcción y reflexión entre los años 2011 y 2013, así como los aprendizajes de la formulación de cuatro ejercicios piloto impulsados por la Dirección de Gestión Integral del Recurso Hídrico – DGIRH - del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible - MADS - y realizados durante el año 2013 en diferentes regiones del país. Como resultado de una síntesis de los principales interrogantes surgidos en las mesas regionales lideradas por el MADS para la construcción de la guía durante el año 2012, en esta guía se aborda la relación entre el PORH y otros instrumentos vigentes de planificación y administración del recurso hídrico.

INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN

El sistema hídrico a nivel de Bogotá en el marco de los instrumentos de ordenamiento

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Definición del Ordenamiento El ordenamiento del recurso hídrico es un proceso de planificación que realiza la Autoridad Ambiental competente, con el que se contribuye al control de la contaminación y al uso eficiente del recurso hídrico superficial en el país. Con este plan, que se elabora para un periodo de mínimo diez años y el cual se elabora teniendo en cuenta los distintos planes de ordenamiento territorial, se garantizan la administración y el manejo de la cantidad, la calidad y el uso del agua, considerando aspectos como el riesgo al desabastecimiento. Entiéndase como ordenamiento del recurso hídrico, el proceso de planificación del mismo, mediante el cual la Autoridad Ambiental competente:

7. Establece el programa de seguimiento al recurso hídrico con el fin de verificar la eficiencia y efectividad del ordenamiento del recurso.

4. Establece las normas de preservación de la calidad del recurso para asegurar la conservación de los ciclos biológicos y el normal desarrollo de las especies. 5. Determina los casos en que deba prohibirse el desarrollo de actividades como la

Este documento también plantea una serie de políticas que pretenden ser los lineamientos de

2. Fija su destinación y sus posibilidades de uso, con fundamento en la priorización definida para tales efectos en el artículo 41 del Decreto 1541 de 1978. AGUA + CIUDAD II

6. Fija las zonas en las que se prohibirá o condicionarán, la descarga de aguas residuales o residuos líquidos o gaseosos, provenientes de fuentes industriales o domésticas, urbanas o rurales, en las aguas superficiales, subterráneas, o marinas.

Dentro de las definiciones del POT está el control y manejo de la expansión urbana con el fin de evitar la conurbación de la ciudad con los municipios vecinos. Esta se piensa lograr mediante la protección, recuperación y mantenimiento de sus bordes: cuenca del río Bogotá, Cerros Orientales y zonas rurales del sur y del norte (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004a, pp. 8). Para el caso del río Bogotá, dentro de estos lineamientos se entiende el cuerpo hídrico como un elemento que marca los límites de la ciudad, esto implícitamente reafirma las condiciones ecológicas del territorio y paralelamente reconoce la importancia de la acción institucional en las zonas fronterizas de la ciudad para su adecuado desarrollo.

1. Establece la clasificación de las aguas.

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pesca, el deporte y otras similares, en toda la fuente o en sectores de ella, de manera temporal o definitiva.

3. Define los objetivos de calidad a alcanzar en el corto, mediano y largo plazo.


Dentro del plan de ordenamiento se ha definido que la Estructura Ecológica Principal debe ser planificada y manejada atendiendo a su funcionalidad ecológica y utilidad ambiental a tres escalas: dentro de cada área componente, dentro de cada cuenca hidrográfica y en el contexto de la Estructura Ecológica Regional (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004a, pp. 85). Esta definición por una parte resulta pertinente pues reconoce el carácter local, distrital y regional que tienen los cuerpos hídricos, sin embargo, la dualidad entre la función ecológica y la utilidad ambiental de los elementos de la Estructura Ecológica resalta una división entre la existencia de orden plenamente ecológico de estos elementos y el uso o no uso que se les da dentro de la actividad de la ciudad; esto

es problemático en tanto lo segundo llegue a superponerse sobre lo primero, además de que en sí misma, esta división manifiesta una diferenciación entre la naturaleza del agua y la manera en que es aprovechada en el entorno urbano. La Estructura Ecológica Principal comprende todos los elementos del sistema hídrico, compuesto por: 1. Las áreas de recarga de acuíferos. 2.

Cauces y quebradas.

rondas

de

nacimientos

y

3. Cauces y rondas de ríos y canales. 4. Humedales y sus rondas. 5. Lagos, lagunas y embalses. (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004a, pp. 87) Todo este sistema se ha planteado como principal elemento conector de las diversas áreas pertenecientes al sistema de áreas protegidas y se considera una pieza clave para la conservación de la biodiversidad y de los servicios ambientales que estas áreas le prestan al distrito, a razón de esto, se establece como prioridad las acciones de recuperación de estos ecosistemas, priorizando al río Bogotá (Ibid., pp. 88). No obstante, el mismo documento plantea la posibilidad de la modificación del cauce de un

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las acciones a ejecutar. Dentro de lo que nos compete en este texto, la política de hábitat y vivienda define velar por la investigación y definición de programas para promover que las viviendas y los barrios mejoren sus condiciones ambientales, sanitarias y de ecoeficiencia; la política de dotación de servicios públicos sitúa especial énfasis en las soluciones que minimicen el vertimiento de aguas servidas a los cauces naturales y canales del sistema hídrico de la Estructura Ecológica Principal; la política de espacio público propone recuperar como espacio público las rondas de los cuerpos de agua. Son estas tres las políticas del POT que hacen mención a asuntos ambientales, cada una sino igual, de similar importancia para el bienestar ambiental del territorio.

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AGUA + CIUDAD II

curso hídrico (Ibid., pp. 88) aun cuando la desviación de un río genera “alteraciones al flujo natural de sus aguas, cambios en la pendiente del cuerpo de agua, cambios en la sedimentación del cauce (MAVDT, 2007, pp. 2). Por otro lado, esta acción alude a un desarrollo urbano que no siempre ha de integrar orgánicamente los cuerpos hídricos.

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Los Corredores Ecológicos son una figura importante dentro del POT, este los define como “zonas verdes lineales que siguen los bordes urbanos y los principales componentes de la red hídrica y la malla vial arterial como parte del manejo ambiental de las mismas y para incrementar conexión ecológica entre los demás elementos de la Estructura Ecológica Principal” (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004a, pp. 102). A pesar de estas intenciones por constituir al sistema hídrico como elemento estructurador de la ciudad las mismas definiciones del POT ponen a los corredores ecológicos como subalternos frente a la estructura vial, pues los primeros se rigen por las normas del sistema de movilidad (Ibid., pp. 87). En este orden de ideas, la prioridad no es el componente ecológico de la ciudad, la estructura de la malla vial predomina sobre este componente específico de la Estructura Ecológica, en esta situación la mitigación de los impactos ambientales y la conectividad de todo el sistema ecológico del territorio no se priorizan pues al regirse por las normas de movilidad los corredores ecológicos pierden su condición de ser suelo de protección.

En cuanto al espacio público parte de la Estructura Ecológica se ha definido que este será de recreación activa, conjunto de actividades lúdicas, artísticas o deportivas que tienen como fin la salud física y mental; para estas se requiere una infraestructura destinada a alojar concentraciones de público, equipamientos como albergues, estadios, coliseos, canchas y deportes motorizados. Por otra parte, se busca promover la recreación pasiva, actividades contemplativas dirigidas al disfrute escénico y la salud física y mental, para estas se requieren equipamientos de mínimo impacto ambiental y paisajístico, tales como senderos para bicicletas, senderos peatonales, miradores, observatorios de aves y mobiliarios propio de actividades contemplativas. Las características de los ecosistemas de agua de la ciudad han hecho necesario la definición por una parte de la ronda hidráulica de los cuerpos hídricos, zona de protección ambiental e hidráulica no edificable de uso público, constituida por una franja paralela o alrededor de los cuerpos de agua destinada principalmente al manejo hidráulico y la restauración ecológica. La zona de manejo y preservación ambiental es la otra parte fundamental para el balance ecológico y la conectividad de ecosistemas, esta es una franja de terreno de propiedad pública o privada contigua a la ronda hidráulica, destinada principalmente a propiciar la adecuada transición de la ciudad construida a la estructura ecológica, la restauración ecológica


Figura 3. Parque Colsubsidio en el humedal Tibabuyes. Tomado de: Semana (2020).

Figura 4. Vista aérea del Plan Parcial La Laguna. Tomado de: Secretaría Distrital de Planeación (2004).

A pesar de las intenciones de dichas definiciones la situación de los ecosistemas hídricos, tales como los humedales de la ciudad, no se ve favorecida por las obras de espacio público, por el contrario, se han constituido como una amenaza para el equilibrio de estos espacios y por ende el bienestar de los seres que los habitan. En 2019 la EAAB inició obras para la construcción de un sendero ecológico elevado de peatones y bicicletas con 5,5 km en el Humedal Jaboque de Engativá, y aunque estas actividades están permitidas dentro de la normatividad, según la Secretaria Distrital de Ambiente (SDA) buena parte de la obra tiene concreto, material que afecta gravemente el ecosistema en tanto impermeabiliza el suelo (Semana, 2020). Si bien el POT en sus diferentes planteamientos busca la recuperación y el mantenimiento de los ecosistemas naturales pertenecientes al distrito, a día de hoy obras como la del humedal Jaboque no materializan dichas ideas, por el contrario terminan afectando más los cuerpos hídricos. En una situación similar se encuentra el humedal Tibabuyes o Juan Amarillo, este ecosistema ha sido objeto de múltiples obras de construcción, como la construcción de un puente elevado con 117 columnas en concreto en el sector sur, 1,2 km de hasta seis metros de ancho, además del material totalmente perjudicial para el suelo de

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y la construcción de la infraestructura para el uso público ligado a la defensa y control del sistema hídrico (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004a, pp. 89).

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la zona, los senderos están ubicados dentro de la ronda hidráulica del humedal (Semana, 2020). Más allá de las definiciones aquí expuestas, el POT no presenta medidas especiales o específicas para el manejo orgánico del agua en la ciudad. Las propuestas no presentan especificaciones con respecto a el diseño y construcción de por ejemplo los parques urbanos, estos no se muestran concebidos para la articulación del agua con la infraestructura de los mismos, asimismo, no describe qué tipo de estrategias específicas planea realizar para cumplir los objetivos ambientales que abandera.

AGUA + CIUDAD II

Plan Parcial La Laguna

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Está ubicado en la localidad #6 - Tunjuelito la cual hace parte de las Piezas Tejido Residencial Sur y Ciudad Sur, en la Unidad de Planeamiento Zonal (UPZ) #42 - Venecia.. El Decreto 379 de 2004 determina que el objeto del Plan Parcial La Laguna es consolidar la zona residencial y dotacional definida por el POT, el cual establece que los usos y tratamientos del sector son de actividad industrial (el predio no precisa esta actividad), actividad dotacional - zona de equipamientos colectivos y área urbana integral - zona residencial. La zona a intervenir está rodeada por meandros del río Tunjuelo y tiene contacto directo con este cuerpo por el costado occidental.

El Departamento Técnico Administrativo del Medio Ambiente (DAMA), a través del oficio radicado con el No. 1-2002-08798 del 28 de marzo de 2002, determinó como lineamiento ambiental a tener en cuenta el Parque Ronda del Río Tunjuelo, de recreación pasiva, y recomendó que este se conectara a la Av. Jorge Gaitán Cortés mediante un corredor verde peatonal paralelo. Este plan contempla la integración de los elementos de la estructura ecológica principal (sistema hídrico) y determina como áreas no urbanizables y/o de reserva los terrenos del agua que son el 26.63% de la totalidad del predio, los cuales constan de: Sistema Hídrico, Ronda Hidráulica Río Tunjuelito, Redes de servicios públicos, Canal San Vicente, Ronda Canal San Vicente. Aunque una parte considerable de la zona corresponde a cuerpos hídricos la propuesta que tiene el Plan Parcial frente a estos está basada básicamente en la construcción de una cicloruta, a parte de esto, la relación que se teje con el río, según lo mencionado en el documento del plan parcial, es la de respeto por su ronda. Esta situación se puede deber a que los usos del suelo definidos por el POT para este terreno no incluyen el de espacio público o de protección ambiental, a pesar de que el río tunjuelo es parte importante de los corredores ecológicos de la ciudad. A día de hoy podemos ver que la zona fue utilizada como parqueadero de buses de Transmilenio y que no se han hecho más construcciones en el predio. En cuanto al río se


Plan Parcial “La Roca La Laja” Delimitación del área de planificación del Plan Parcial. El área delimitada para la formulación y adopción del Plan Parcial de desarrollo “La Roca La Laja” ubicado en la localidad de Usaquén, corresponde a un globo de terreno con un área bruta 167.848,86 m2 (16,78 ha) aproximado, calculado en medio digital. Anexo a la presente respuesta se adjunta el Documento Técnico de Soporte de la delimitación preliminar del Plan Parcial, en el marco de las disposiciones contenidas en el Decreto Distrital 190 de 2004 (POT), y según las pautas del Proceso Institucional M-PD-157. La formulación del Plan Parcial “La Roca La Laja” se rige actualmente por las disposiciones del Decreto Distrital 190 de 2004 “Por medio del cual se compilan las disposiciones contenidas en los Decretos Distritales 619 de 2000 y 469 de 2003”, y sus decretos reglamentarios, primordialmente el Decreto Distrital 327 de 2004 “Por el cual se reglamenta el Tratamiento de Desarrollo Urbanístico en el Distrito Capital”, y el Decreto Distrital 436 de 2006 “Por el cual se dictan disposiciones comunes a los planes parciales en tratamiento de desarrollo, y se establece la metodología para el reparto equitativo

de cargas y beneficios.”. Visto lo anterior, es preciso indicar que, el área de planificación se encuentra al interior de la UPZ N° 10 – LA URIBE, cuya reglamentación otorga el siguiente tratamiento urbanístico, áreas y zonas de actividad al ámbito delimitado para el Plan Parcial de desarrollo “La Roca La Laja”.

Referencias Ministerio del Interior y de Justicia. (2000). Plan Parcial La Laguna. Disponible en: http://www. sdp.gov.co/sites/default/files/dts_1.pdf Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. (2014). GUÍA TÉCNICA PARA LA FORMULACIÓN DE PLANES DE ORDENAMIENTO DEL RECURSO HÍDRICO. https://www. minambiente.gov.co/images/GestionIntegraldelRecursoHidrico/pdf/Plan-de-ordenamiento-del-Recurso-Hidrico/GUIA_ TECNICA_PORH.pdf Alcaldía Mayor de Bogotá. (2004b). Decreto 379 de 2004. Disponible en: https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1. jsp?i=15267 Departamento Administrativo de Planeación. (2003). Concepto de Viabilidad del proyecto de Plan Parcial LA LAGUNA. Disponible en: http://www.sdp.gov.co/sites/default/files/15._ofc_2-2003-25179_viabilidad.pdf Camara de comercio de bogotá (2017). Plan de Ordenamiento territorial. Disponible en: https://www.ccb.org.co/Transformar-Bogota/

INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN

observa que si bien se mantiene una pequeña distancia con la ronda no hay tratamiento particular o interacción alguna con este cuerpo.

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324 AGUA + CIUDAD II


La Laguna. Elaboración: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez. A partir de: Google Maps (2020).

Figura 6. (Anterior página. Inferior) Predio Plan Parcial La Roca la Laja. Elaboración: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez. A partir de: Google Maps (2020).

Figura 7. La actualidad de la relación agua y ciudad en el barrio la pradera norte. Elaboración: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez.

Gestion-Urbana/Ordenamiento-territorial/ Plan-de-Ordenamiento-Territorial Castiblanco, Cindy (2020), Los planes parciales de desarrollo han beneficiado a millones de personas. Disponible en https://bogota. gov.co/mi-ciudad/planeacion/planes-parciales-de-desarrollo-en-bogota El Congreso de la República Colombia (1997), Lery 188 de 1997. Disponible en: https://www. minenergia.gov.co/documents/10180//2351 7//22687-Ley_388_de_1997.pdf Semana. (2020). Cuatro humedales bogotanos sucumben ante las basuras, cemento, ruido e incendios. Recuperado de: https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/ articulo/cuatro-humedales-bogotanos-sucumben-ante-las-basuras-cemento-ruido-e-incendios/49524

Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial - MAVDT. (2007). Resolución No. 1303. Recuperado de: http://portal.anla.gov. co/sites/default/files/res_1303_190707.pdf Departamento Nacional de Planeación (DNP). (2016). Ley 388 de 1997 [Congreso de la República] por el cual se establece el Ordenamiento Territorial para Municipios en Colombia. Julio 18 de 1997

INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN

Figura 5. (Anterior página. Superior) Predio Plan Parcial

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PLANES PARCIALES: EL BOSQUE Y TINTALITO MAZUERA ORIENTAL Vanessa Alejandra Bolívar Molano Dennis Natalia Gómez Villarreal Paula Alejandra Plata Lopez

AGUA + CIUDAD II

En el siguiente texto ofrecemos una breve síntesis crítica que analiza los planes parciales de El Bosque (POZ Norte Ciudad Lagos de Torca) y Tintalito Mazuera Alsacia Oriental (Localidad de Kennedy) (Figura 1) dispuestos como instrumentos de renovación urbana y desarrollo territorial en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Bogotá. Adicionalmente el análisis está orientado a partir de las premisas de investigación relacionadas con la habitabilidad del agua: 1. El agua como elemento conectado y ciclico. Figura 1. (Siguiente página) Localización de los Planes

2. El agua como elemento estructurante.

Parciales estudiados. Elaboración: Vanessa Alejandra Bolívar Molano.

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3. El agua como proveedor de espacio público.

Plan de Ordenamiento Zonal Norte, Ciudad Lagos de Torca: El Bosque Contexto A través del decreto 653 del 30 de Octubre de 2019, la Alcaldía Mayor de Bogotá, adoptó las disposiciones generales públicas y privadas para la implementación del plan parcial perteneciente al POZ norte, Ciudad Lagos de Torca (El Bosque), con la intención de brindar ampliaciones urbanísticas para superar el déficit de vivienda y movilidad en la zona norte de Bogotá, asimismo, tiene como objetivos “controlar el crecimiento informal de vivienda en el borde


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INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN


Figura 2. Delimitación del Plan Parcial ‘El Bosque No. 26 - Lagos de Torca‘. Tomado de:

AGUA + CIUDAD II

Google Earth (2021).

norte de Bogotá, a través de la construcción de proyectos de hábitat sostenible, articulando programas de vivienda de interés social, áreas de mediano comercio y servicios públicos, además de la adaptación del medio ambiente y el uso del suelo para el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos” (Alcaldía Mayor de Bogotá, Decreto 653, 2019). En este sentido el proyecto tiene objetivos de modificación del suelo urbano para usos residenciales, comerciales y de servicios públicos en la zona delimitada entre la localidad de Suba, la cuenca del Río Torca, la UPZ Guaymaral y el municipio de Chía (Figura 2). Sin embargo, es importante resaltar que

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el proyecto Lagos de Torca y sus 34 planes parciales, ha sido ampliamente criticado por mantener propuestas de desarrollo urbano, en áreas cercanas a zonas ambientales protegidas, como las 1.400 hectáreas de la reserva Thomas Van Der Hammen y los cerros orientales. Asimismo, para el plan parcial El Bosque, existen críticas por las disposiciones del uso del suelo, ya que comprende la afectación de 9 predios para uso privado y solo 1 para uso público, además de la afectación de áreas naturales, como el humedal Guaymaral, el humedal Torca, el canal del río Torca y los parques ecológicos, en la ampliación de las avenidas Boyacá y Guaymaral y la Longitudinal de Occidente, la adecuación de transmilenio, además de los proyectos de vivienda.


Habitabilidad del Agua 1. Agua como elemento conectado y cíclico Como se menciona anteriormente, los cuerpos de agua y las zonas naturales, si están incluidas dentro del plan parcial El Bosque dentro de la estructura ambiental y ecológica como elementos de delimitación del espacio de desarrollo urbano, sin embargo en los proyectos no se especifica la implementación de estrategias de recuperación de los espacios hídricos, que garanticen su posterior integración con el desarrollo de los proyectos. Asimismo, el agua

se encuentra limitada en espacios aislados con fuertes problemáticas de contaminacion, deforestacion, degradacion del suelo y baja presencia de fauna y flora como el Humedal Torca y el canal del río Torca, por lo tanto, el ciclo y la conexión del agua con los territorios se ve afectada por las limitaciones artificiales construidas en los sistemas de drenaje, contención y canalización

2. El agua como elemento estructurante Dentro del plan parcial El Bosque, el agua está incluida funcionalmente como elemento en espacios de contención (tanques, canales, y áreas de inundación) y como recurso de abastecimiento para los planes de vivienda; asimismo, aparece como estructurante en el único predio de adecuación de carácter público, en donde funcionará la Ronda Hidráulica Chincua Guaymaral orientada a la gestión y abastecimiento del recurso hídrico a cargo de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá. Por otro lado los espacios naturales pertenecientes al ecosistema, como los humedales de Torca y Guaymaral así como el canal del río Torca, se mantienen sin intervenciones positivas relacionadas con su recuperación o descontaminación, en este sentido, el agua no se gestiona como un eje ambiental fundamental, a partir del cual se implementa el desarrollo

INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN

Si bien es cierto que el plan parcial, contempla la estructura ambiental de la zona, además de disponer instrumentos de planeación y protección de estas zonas ambientales, esto no es una garantía estricta para minimizar el impacto ambiental que tienen los proyectos de desarrollo urbano sobre el espacio físico, sobretodo a la hora de contemplar las cargas a mediano y largo plazo que representan por ejemplo, los proyectos de vivienda en cuanto a drenaje y manejo de aguas residuales, así como el efecto contaminante de los residuos sólidos, o la degradación en la calidad del aire producto de la ampliación de avenidas principales, además de la paulatina deforestación y secado de los cuerpos de agua como los humedales.

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urbano, sino que aparece únicamente como un servicio público de acueducto y alcantarillado que no establece relaciones significativas con el territorio ni sus habitantes

3. El agua como proveedor de espacio público Figura 3. (Siguiente página. Superior) Delimitación del Plan Parcial ‘Tintalito Mazuera Oriental‘. Tomado de: Google

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Earth (2021).

Figura 4. (Siguiente página. Inferior) Estructura ecológica del sector. Tomado de: Plan Parcial Tintalito Mazuera Sector Alsacia Oriental (2017).

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Teniendo en cuenta que el agua no es un eje estructurante alrededor del cual se plantea el proyecto de desarrollo urbano, la proyección del espacio público está orientada a la satisfacción de las necesidades de recreación, deporte, esparcimiento, movilidad y vivienda, en este sentido, los cuerpos de agua y los espacios donde hace presencia, se mantienen en condiciones problemáticas de contaminación y aislamiento, desconociendo la oportunidad de integrar los cuerpos de agua como escenarios esenciales para la vida en los territorios. Adicionalmente, dado que, la construcción del espacio público, no solamente se relaciona con los espacios físicos, sino también con los vínculos de habitabilidad que establecen las comunidades con su entorno mas proximo, mantener al agua relegada, separada, siendo utilizada únicamente como frontera natural para separar lo habitable de lo No habitable, significa restringir la posibilidad de construir tejidos sociales sensibles al agua que permitan relaciones saludables entre los ciudadanos y los ecosistemas, perpetuando así las problemáticas de depredación y degradación del agua.

Tintalito Mazuera Alsacia Oriental Contexto El proyecto Tintalito Mazuera Alsacia Oriental aprobado a través del decreto 799 de 2018, por medio del cual se aprueban las disposiciones planteadas dentro del documento de soporte técnico del Plan Parcial radicado en el 2016, da paso al cumplimiento de los objetivos planteados dentro del documento donde se busca la construcción de un proyecto urbanístico destinado al desarrollo de actividad residencial, dotacional, comercio y servicios de escala urbana y metropolitana (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2018). El polígono (Figura 3) donde se ubica el proyecto se encuentra en la UPZ 78 - Tintal Norte dentro de la localidad de Kennedy. Ahí, el plan parcial limita al norte con el Parque de la Planta de Tratamiento del Río Fucha, la Zona de Manejo y Protección Ambiental (ZMPA) del mismo río y la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO); por el Oriente con el Frigorífico San Martín de Porres y la Avenida Centenario; por el Sur con la Avenida Cali y al sur de la misma con zonas mixtas comerciales e industriales y vivienda combinada; y por el Occidente con la ZMPA del Canal Alsacia. Además de ello, el Plan Parcial está rodeado


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INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN


AGUA + CIUDAD II

de elementos de la estructura ecológica de la ciudad como lo son el Sistema de Áreas Protegidas del Distrito Capital (Humedales La Vaca, El Burro y Techo); parques urbanos (Planta de Tratamiento del Río Fucha); corredores ecológicos (canales Alsacia, La Magdalena y Castilla); y el Área de Manejo especial del Río Bogotá.

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Respecto a la ocupación del suelo preexistente dentro del Plan Parcial, este se puede clasificar entre urbano y ambiental pese a que el POT de Bogotá, clasifique el suelo de esta zona como suelo urbano y suelo de expansión urbana, exclusivamente. En relación con el uso urbano se destacan predios relacionados al culto (centro misionero de la Iglesia Bethesda) y parqueadero de buses de tranporte público urbano (SITP), por lo que la zona está ligada a actividades de comercio y servicios, especialmente de transporte. Sin embargo, bajo el panorama de abundancia hídrica anteriormente mencionada, previo a la formulación del Plan Parcial, el polígono contó legalmente con un grupo de humedales los cuales, durante la formulación del documento, fueron determinados por la CAR , el EAB y la SDA como “encharcamientos” temporales (Trayectoria S.A.S., 2017: 7) producto del agua lluvia, por lo que el uso del suelo preexistente perdió su calidad ambiental y adquirió la factibilidad de ser urbanizable.

Habitabilidad del agua 1. Agua como elemento conectado y cíclico El terreno comprendido por el Plan Parcial está rodeado por cuerpos hídricos, el Canal Alsacia, Canal Cundinamarca y el Río Fucha, cada uno definido como componente de la Estructura Ecológica Principal de la ciudad definida por el POT de Bogotá (Figura 4). No obstante, y aun cuando el Plan Parcial se plantea como objetivo el desarrollo ambiental y espacialmente equilibrado, junto con el mejoramiento de las condiciones de habitabilidad de los actuales ocupantes del sector -mediante la creación de un espacio público suficiente, con facilidades de recreación y cultura, y la articulación con los sectores de empleo y servicios-, el proyecto no articula ninguno de los cuerpos hídricos al proyecto de manera directa ni tampoco propone una interacción entre los tres canales. El espacio público a construir no se ve conectado con los cuerpos de agua; será ubicado en el centro de la zona, el punto más distante al canal Alsacia y al río Fucha, y en cuanto al ciclo del agua, la construcción de todo el complejo altera las condiciones hidrológicas del suelo, pues algunos terrenos bajos han requerido de rellenos para su utilización con usos urbanos.


Uno de los objetivos del Plan Parcial es lograr el desarrollo de un proyecto urbanístico que considere un uso más eficiente del suelo de conformidad con su vocación, sin embargo y como se venía mencionando no realiza alguna propuesta innovadora que integre al agua dentro de los usos del espacio a pesar de que esta es parte sustancial del territorio. El carácter de frontera e inhabitabilidad que tienen las canalizaciones de los cuerpos hídricos no se ve perturbado con la excepción del establecimiento de una ciclo ruta que tomará parte del recorrido del río Fucha y el canal Alsacia como trazado vial. El proyecto desconoce parcialmente la naturaleza hidrosensible del territorio, propia de la zona de influencia de un afluente, el 8 de mayo de 2011 la CAR emitió el informe Técnico No. 075 donde conceptuaba sobre la presencia de tres humedales en el área del Plan Parcial, después de esta determinación el Plan Parcial requirió la realización de nuevos estudios ambientales que finalmente definieron la inexistencia de cuerpos de agua o cualquier indicio de zona extremadamente anegada. Sin embargo, de acuerdo con consideraciones del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER), se plantea la necesidad de (1) contemplar un diseño de drenajes que eviten las inundaciones y (2) realizar estudios geotécnicos para definir la cimentación más conveniente para habilitar zonas urbanizables.

3. Agua como proveedor de espacio público. Como se mencionó anteriormente, el espacio destinado para la socialización estará en el centro del territorio, este dispondrá de canchas múltiples, ciclo ruta, senderos peatonales y zonas de descanso, todo en medio de una nutrida arborización que pretende contrarrestar la dureza, congestión y ruido de la Av. Ciudad de Cali. Además de la conformación de una red de andenes amplios y arborizados que busca estimular la circulación peatonal, no se ha propuesto alguna intervención en las cercanías de los cuerpos hídricos o que integre al agua como actividad con la comunidad local. La sensibilidad del espacio público frente al agua está enfocada principalmente en la determinación del material adecuado para la construcción de los equipamientos y en las disposiciones de espacio para un sistema de drenaje; en las zonas verdes de cesión pública a destinar por lo menos el 70% del área será construida como zona permeable, diseñada como zona blanda que permita la infiltración y minimizar los requerimientos de alcantarillado pluvial. En este orden de ideas, el Plan Parcial, contrario a proponer la generación de espacio público articulado al abundante paisaje hídrico (especialmente de caracter pluvial) encontrado en el sector, propone la canalización del agua lluvia (Trayectoria S.A.S., 2017: 40) dada la alta

INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN

2. Agua como elemento estructurante

333


Figura 6. (Siguiente página. Superior) Render propuesto

probabilidad de inundaciones por desbordamiento según lo formulado por la IDIGER en su estudio técnico. Esta canalización, por el contrario, no genera espacio público verde, sino que promueve el aumento de percepciones negativas asociadas al agua como la inseguridad, acumulación de desechos cerca a ríos y arroyos y perdida de las funciones ecológicas de los cuerpos de agua (Jacobi, Silva-Sanchez y Fracalanza, 2015; Orozco Roa, 2016).

para el Plan Parcial“El Bosque No. 26 - Lagos de Torca”. Tomado de: Secretaría Distrital

Referencias

AGUA + CIUDAD II

de Planeación (2019).

Figura 5. Foto aérea de parte del área del Plan Parcial ‘Tintalito Mazuera Oriental‘. Tomado de: Inmoblex (2019).

334

Alcaldía Mayor de Bogotá (2018) “Decreto No. 799 de 2018. Por medio del cual se adopta el Plan Parcial de Desarrollo “Tintalito Mazuera Alsacia Oriental”, ubicado en la localidad de Kennedy y se dictan otras disposiciones”. http://www.sdp.gov.co/gestion-territorial/ planes-parciales-de-desarrollo/planes/tintalito-mazuera-alsacia-oriental Alcaldia Mayor de Bogotá (2019) “Plan parcial Numero 26: El Bosque, Documento técnico de soporte”. Tomado de: http://www.sdp. gov.co/gestion-territorial/planes-parciales-de-desarrollo/planes/bosque-no-26-lagos-de-torca Inmoblex (2019). Espectacular Venta de Lote en Tintalito [Imágen]. Tomado de: https://app.inmoblex.com/propiedad/espectacular-venta-de-lote-en-tintalito/88726 Jacobi, Pedro Roberto, Silva-Sánchez, Solange y Fracalanza, Ana Paula (2015). “Gobernanza

del agua en la ciudad de São Paulo: actores sociales, degradación socioambiental y acciones públicas innovadoras.” América Latina Hoy (69):35-51. Orozco Roa, Paula Andrea (2016) “Alternativas para el manejo de aguas pluviales en medios urbanos. Estudio de caso : implementación y manejo de los canales pluviales en las cuencas del Salitre y Tintal en el marco del proceso de recuperación Río Bogotá 20002014“ Tesis de pregrado, Universidad del Rosario. Trayectoria S.A.S. (2017). Plan Parcial Tintalito Mazuera Sector Alsacia Oriental. Tomado de: http://www.sdp.gov.co/sites/default/files/ dts_tintalito_oriental_09052017.pdf


335

INSTRUMENTOS DE PLANEACIÓN


ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN ENTRE LA CIUDAD Y EL SISTEMA HÍDRICO

AGUA + CIUDAD II

Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

336

Como se ha visto a lo largo del documento, la relación de la estructura urbana y la estructura hídrica del territorio implica una reflexión multiescalar y multidisciplinar que tiene tantas incógnitas como posibles soluciones. Desde una perspectiva regional es imperativa la comprensión y tratamiento del agua formas como elemento conectado, cíclico, conformador y estructurante del territorio mientras en una escala local hace falta incorporar y explorar con acciones concretas el papel del sistema hídrico como proveedor de experiencia en el espacio urbano, público o privado.


COMPILACIÓN DE ESTRATEGIAS PROPUESTAS

340

Natalia Carolina Acosta Bello, Angie Carolina Camacho Gutiérrez, Ismael Ryuhei Kagawa Suárez, Laura Fernanda Pedraza Tamayo y Laura Catalina Rodríguez Arévalo

EVALUACIÓN DE LAS ESTRATEGIAS

350

En el presente semillero se aborda esta relación desde la perspectiva de la posibilidad, razón por la cual, una vez revisadas algunas de las problemáticas del sistema hídrico con relación a las estructuras urbanas (tangibles e intangibles) nos enfocamos en revisar las estrategias: recolectadas, supuestas, o imaginadas, que podrían favorecer la relación agua – ciudad en el contexto colombiano. Así pues, en primer lugar, se plantean como estrategias aquellas encontradas en el semillero de investigación en los ejercicios anteriores,

acciones tales como: restaurar la orilla por medio de técnicas de bioingeniería (Utopías del agua) se reconocen como posibles de implementación para los cuerpos hídricos de la sabana de Bogotá.Por otro lado, y para expandir esta matriz de posibilidades se traen a discusión un concepto que incorpora esta misma reflexión que, considerando el porcentaje de población urbana de los países latinoamericanos y del caribe – 82% - (World Bank, 2018), debería estar llevándose a cabo para las urbes latinoamericanas en general.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

Natalia Carolina Acosta Bello, Angie Carolina Camacho Gutiérrez, Vanessa Alejandra Bolívar Molano, Dennis Natalia Gómez Villarreal, Ismael Ryuhei Kagawa Suárez, Laura Fernanda Pedraza Tamayo, Paula Alejandra Plata López, Laura Catalina Rodríguez Arévalo

337


Water Sensitive Cities El Centro cooperativo de investigación para las ciudades sensibles al agua (CRCWSC) explora respuestas interdisciplinares a problemáticas del agua. A partir de su experiencia problemas tales como la variabilidad climática, crecimiento poblacional y el cambio climático, sumado a la condición de las ciudades como áreas dramáticamente alteradas tienen como resultado problemas tales como sequías (Chile), inundaciones (Colombia), hundimientos (México), avenidas torrenciales (Perú) entre otros relativos al agua. Es por esto, y bajo la premisa de la necesaria interacción de las ciudades con los ciclos hidrológicos que el CRC afirma que las ciudades deben propender a ser sensibles al agua, reconociendo estas como: - Ciudades que proveen acceso al agua para la prosperidad social y económica a través de su uso eficiente.

AGUA + CIUDAD II

- Ciudades que mejoran y protegen la salud de sus fuentes de agua y humedales, cuencas que los rodean, costas y bahías. - Ciudades que mitigan el riesgo y daño producto de inundaciones u otros fenómenos relacionados al agua. Figura 1. (Siguiente página) Urban Water Transitions Framework. Tomado de: CRCWSC (2021).

338

- Ciudades que crean espacios públicos que

recolectan, limpian y reciclan el agua. - Ciudades resilientes, habitables, productivas y sostenibles. Como se evidencia, existe una relación cercana entre las premisas del semillero, esto considerando que el CRCWSC se enfoca en soluciones concretas para ciudades globales. Para permitir la transición a las ciudades sensibles al agua, el CRCWSC menciona que los análisis de costos y beneficios deben considerar y cuantificar los valores – no comerciales - de los servicios del agua entendidos a partir de los beneficios económicos y ambientales. Así, las intervenciones deberían basarse en la opción con mayor valor que incorpore mayor número de valores, comerciales o no comerciales, así como aquellas guiadas por preferencias ciudadanas. La visión de una ciudad sensible al agua es así un concepto aspiracional donde la gestión y el manejo del agua en su encuentro con la ciudad soporta y apoya a la ciudad en su habitabilidad, sostenibilidad, resiliencia y productividad. El CRCWSC sintetiza la transición que tendría una ciudad de un sistema e infraestructura centralizados (exclusivamente en el abastecimiento del agua) a un sistema descentralizado que integre el agua en todas sus formas reconociéndose


339

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN


AGUA + CIUDAD II

como parte de la estructura ecológica y como potencial dentro de las comunidades. Así identifican en el Marco de transiciones del agua urbana (Urban Water Transitions Framework) seis estados sobre los cuales las ciudades pueden encontrarse y avanzar hacia una ciudad sensible al agua.

340

Dentro de este marco propuesto de etapas, que tienen una lógica temporal de aplicación, es posible ubicar a la sabana de Bogotá y sus asentamientos urbanos entre la etapa 2 - Ciudad del alcantarillado y la etapa 3 – Ciudad de los canales/drenajes, ambas etapas con mayor auge en el siglo XX . Es oportuno, en ese sentido, orientar las actuaciones del presente siglo a alcanzar las posteriores etapas, que sin necesidad de ser llamadas como tal, incorporen en toda el área urbana el reconocimiento del agua como un servicio social que debe ser protegido (Etapa 4), un elemento diverso con múltiples propósitos que debe ser restaurado o usado con eficiencia (Etapa 5) para finalmente ser un sistema adaptativo, multifuncional que refuerce valores y comportamientos urbanos en pro de la resiliencia, equidad y adaptabilidad al cambio climático La experiencia y aprendizajes del CRCWRS fueron retomadas en el contexto latinoamericano por el Gobierno de la Ciudad de México para llevar a cabo una propuesta de soluciones dadas las

condiciones particulares de su relación actual e histórica de la ciudad con el agua. Así, logran un catálogo de posibles estrategias de articulación del espacio público con el agua (agua lluvia) y que acá se retoman trayendo algunas estrategias que pueden ser consideradas – al menos – en el contexto bogotano. Por consiguiente, para la recopilación de estrategias se recogen algunas para el posterior ejercicio de evaluar en qué medida estas estrategias son aplicables en el marco de los instrumentos de planeación más usados en la ciudad de Bogotá; reiterando, que no son las únicas posibles ni tampoco necesariamente las más adecuadas y que es necesario adaptar al territorio dichas posibles Es de resaltar que la idea de ciudades sensibles al agua no es la única que incorpora la reflexión de la relación agua y la ciudad, muy por el contrario, recientes discusiones como aquellas entorno a las soluciones basadas en la naturaleza, aquellas relacionadas con la idea de paisaje como elemento regional que incorpora el sistema hídrico o discusiones de la naturaleza en la ciudad destacan hoy en día y con algo más de esfuerzo en las agendas públicas o privadas podrían ser implementadas bajo el principio de la relación integral y provechosa de las estructura hídricas y urbanas.


Referencias

CRCWSC (2021).

Cooperative Research Centre for Water Sensitive Cities Ltd (2021). Benchmarking and decision-making. Disponible en: https:// watersensitivecities.org.au/collaborate/ collaborating-with-industr y/benchmarking-and-decision-making/ Cooperative Research Centre for Water Sensitive Cities Ltd (2021). Practising integrated urban and water planning: framework and principles. Guiding integrated urban and water planning Cooperative Research Centre for Water Sensitive Cities Ltd (2021). Water sensitive cities index

https://watersensitivecities.org.au/solutions/wsc-index/ De Urbanisten (2018) Hacia una ciudad de México sensible al agua. El espacio público como una estrategia de gestión de agua de lluvia. Disponible en: https://www.o-ru.mx/ World Bank (2018). World Development Indicators: Urbanization. http://wdi.worldbank.org/table/3.12

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

Figura 2. How sensitive is your city?. Tomado de:

341


COMPILACIÓN DE ESTRATEGIAS PROPUESTAS

AGUA + CIUDAD II

Natalia Carolina Acosta Bello, Angie Carolina Camacho Gutiérrez, Ismael Ryuhei Kagawa Suárez, Laura Fernanda Pedraza Tamayo y Laura Catalina Rodríguez Arévalo

Figura 1. (Siguiente página) Descripción de la matriz de

Al realizar el compendio de estrategias, se proponen en total 76. Su principal fortaleza es la pertinencia que tienen ante las necesidades del contexto bogotano, de cara a la relación entre el territorio del agua con el contexto humano y urbano.

3. La índole disciplinar a la cual pertenece la estrategia.

Para organizarlas, la totalidad de las estrategias se organizan en una matriz (como se indica en la figura 1), a partir de:

ᐁ Agua lluvia

1. A cuál de las tres premisas del Semillero Agua + Ciudad fase II responde principalmente: Agua como elemento conectado y cíclico, agua como elemento estructurante y agua como proveedor de espacio público.

estrategias. Elaboración: Natalia Carolina Acosta Bello.

342

2. Cuál ha sido el referente en que se ha inspirado cada una de las estrategias.

4. La dimensión del agua que regula o a la que se acerca (clasificación que se realiza en el listado de estrategias, mas no en la matriz):

ᐁ Agua en general ᐁ Agua superficial ᐁ Agua de inundación


343

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN


1. Agua como Elemento Conectado y Cíclico México, una Ciudad Sensible al Agua

3. Agua como Proveedor de Espacio Público

AGUA + CIUDAD II

Semillero Agua +Ciudad

41

38

17

37

México, un Sensible

23 43

50

22

44

34

48 49

71 19

73

29

12 76

13

16

32

28

14

4

E. Urbano arquitectónica (U-A) 344

Water Sensitive Cities (WSC)

1

2. Agua como Elemento Estructurante

1. Agua como Elemento Conectado y Cíclico

Semillero Agua +Ciudad

2. Agua como Elem

31

5

56 69

30

E. Gubernamental- normativa (G-N)

E. Cultural- educativa (C-E)

11

E. Tecnológica

E. (U-A) -


mento Estructurante Water Sensitive Cities (WSC)

México, una Ciudad Sensible al Agua

Water Sensitive Cities (WSC)

39 66

40

46

4

- Tecnológica

Semillero Agua +Ciudad

70

45 15

47

26

7

42 53

25

75

57

18

9

51

52

76

27

24

10

72

33

54

20

62

26

60

59

8

58

6

21

55

2

68

E. (U-A) - (C-E)

63

61

35

64 65

36

3

74

E. (U-A) - Gubernamental

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

na Ciudad al Agua

3. Agua como Proveedor de Espacio Público

67

E. (G-N) - (C-E)

E. (G-N) - Tecnológica

E. Mixta premisa 1,2 y 3 345


Figura 1. (Anterior página)

Estrategias

Estrategias de diversas fuentes enmarcadas en las premisas Semillero Agua + Ciudad

1. Diseñar métodos para la purificación y reciclaje de agua. ᐁ

Fase II. Elaboración: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez, Laura Fernanda Pedraza Tamayo

2. Restaurar la orilla por medio de técnicas de bioingeniería. ᐁ

y Laura Catalina Rodríguez Arévalo.

3. Incluir campañas y planes de educación comunitaria en torno al agua. ᐁ 4. Promover un cambio de paradigma frente a la imagen -o imaginario- del agua en la ciudad (participación ciudadana, campaññas). ᐁ

AGUA + CIUDAD II

5. Incentivar la enseñanza y el aprendizaje ambiental a través de la inclusión de la comunidad a lo largo del proyecto, realizando jornadas de aprendizaje en torno a estos cuerpos “azules”. ᐁ 6. Reciclar materiales ya usados en el entorno urbano. ᐁ 7. Promover acciones para la recuperación de la flora y fauna. ᐁ 8. Repensar y renovar los espacios en desuso en torno a los cuerpos de agua , integrando los cuerpos hídricos y el contexto urbano a partir de espacios públicos de diferentes escalas. ᐁ

346

9. Fomentar el diseño participativo en la planeación urbana, especialmente en los proyectos en torno a cuerpos hídricos, impulsando redes de tejido social en las intervenciones relacionadas al sistema hídrico. ᐁ 10. Propiciar proyectos sostenibles, tácticos y conscientes del contexto natural acuático, partiendo de una noción funcional del agua en todas sus formas (proveedor de experiencias, atractivo turístico) dentro de las intervenciones urbanas. ᐁ 11. Involucrar proyectos de infraestructura híbrida que se adecúen a la estructura “verde” o “azul” y dialoguen con el contexto urbano construido. ᐁ 12. Reconocer los cuerpos de agua como ejes de desarrollo urbano de la ciudad. ᐁ 13. Realizar una gestión y promoción pública de las intervenciones con relación al sistema hídrico que impulsen la culminación efectiva de los proyectos. ᐁ 14. Crear mecanismos para lograr el manejo del cuerpo hídrico como elemento natural dentro de la ciudad mientras se generan soluciones espaciales entorno a este. ᐁ 15. Replantear los jarillones a través de la multtifuncionalidad de estos, por ejemplo con


parques u otras actividades incorporadas. ᐁ

aún sin que el ser humano los intervenga. ᐁ

16. Diseñar mecanismos de captación de agua lluvia en el espacio público para su posterior tratamiento y utilización. ᐁ

24. Hacer de los flujos de circulación urbana, espacios predispuestos a contemplación del ecosistema. ᐁ

17. Inspirar la creación de huertas productivas en la vivienda (espacio privado) y vegetacción depuradora. ᐁ ᐁ

25. Gestionar el aprovechamiento del parramento y las culatas sobre los cuerpos hídricos (actividades lúdicas, cine, etc). ᐁ

18. Formular espacios productivos o comercio de bajo impacto que promueva recorridos entorno o sobre los cuerpos hídricos. ᐁ

26. Estimular la creación de mobiliario público en torno a la contemplación del agua. ᐁ

20. Proponer espacios públicos y privados donde el agua sea un elemento proveedor de experiencias únicas. ᐁ 21. Incorporar el agua como elemento para la producción de bienes en espacios públicos generando así espacios públicos productivvos. ᐁ 22. Promover el agua como elemento generrador de proyectos conscientes del paisaje local y regional acuático. ᐁ

27. Incentivar la creación de zonas donde se encuentre la actividad humana con el agua, como elemento lúdico. ᐁ 28. Asegurar la retención de agua lluvia a través de plazas. ᐁ ᐁ 29. Reforestar o revegetalizar en torno a los cuerpos de agua para ralentizar la escorrrentía, prevenir la erosión y fortalecer el ecosistema. ᐁ 30. Implementación de pavimentos porosos.

ᐁᐁ 31. Favorecer la creación de terrazas para infiltración. ᐁ ᐁ

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

19. Asegurar la conectividad del sistema hídrico (conectividad de todas las formas de agua: lluvia-superficial-subterránea) sin limitar la conectividad en la ciudad. ᐁ

32. Introducir el uso de jardines pluviales. ᐁ ᐁ 23. Reconocer y valorar el sistema hídrico como proveedor de servicios ecosistémicos,

33. Diseñar parques lineales en calles

347


sobredimensionadas- (bioretenedores). ᐁ 34. Implementar un sistema interconectado de calles inteligentes inundables que permmitan la retención y absorción de aguas lluvias al subsuelo. ᐁ 35. Aprovechar lotes baldíos como bioretenedores, generando oasis urbanos y espacio para la comunidad (parqueaderos, zonas aledañas a cuerpos hídricos inutilizadas). ᐁ ᐁ 36. Diseñar e implementar mobiliario urbano que integre el agua en sus diferentes formmas (esculturas, bancas, fuentes). ᐁ 37. Optimizar el uso y aprovechamiento de las aguas pluviales. ᐁ

AGUA + CIUDAD II

38. Gestionar de manera integral el agua potable, pluvial y servida. ᐁ 39. Resaltar la importancia del bienestar del río para su aprovechamiento en la regulación del clima, el esparcimiento, protección de la biodiversidad. ᐁ ᐁ ᐁ 40. Administrar el agua urbana como un eje de desarrollo a través de los planes de gesttión y ordenamiento territorial (cuencas). ᐁ ᐁ 41. Intercambiar y compartir conocimientos entre ciudades que sean ejemplo y sirvan de

348

inspiración para la creación de soluciones para responder y adaptarse a la variabilidad del entorno hídrico y climático de la ciudad; sin olvidar las diferencias y particularidades de cada territorio y contexto. ᐁ 42. Realizar una revisión de planes de ordennamiento y políticas públicas del agua en otras ciudades. ᐁ 43. Incluir un estudio de proyectos de inclussión del agua en el entorno urbano en otras ciudades y que puedan ser aplicados en Bogotá. ᐁ 44. Considerar la historia de la ciudad para alcanzar un mejor entendimiento de su condición hidrológica actual. ᐁ 45. Realizar actividades o talleres con la intención de relacionar el contenido y el proceso del proyecto con la comunidad y el contexto histórico del lugar (reconocimiento y creación de narrativas sobre la construcción de la ciudad y su relación con el agua). ᐁ 46. Integrar un análisis sistemático regional para el entendimiento de cómo funciona el ciclo hidrológico actualmente y cómo podría optimizarse. ᐁ 47. Integrar el agua con otros sectores de la ciudad (energía, comida, desechos, transporte, ambiente construido, entre otros). Ej.


La purificación del agua genera nutrientes provenientes del agua residual que pueden irrigar los cultivos de comida. ᐁ ᐁ ᐁ

54. Evaluar económicamente los costos y benneficios de la implementación de proyectos de desarrollo urbano sensibles al agua. ᐁ ᐁ

48. Promover una infraestructura para la recolección, tratamiento y almacenamiento de este tipo de fuentes alternativas (agua subterránea, agua lluvia y aguas residuales), consciente del contexto. ᐁ

55. Apoyar un discurso político de equidad e igualdad expresado en una relación de calidad - ubicación del proyecto y del ecosistema hídrico a intervenir. ᐁ

50. Gestionar los cuerpos de agua como ejes ambientales fundamentales para la conservación de la biodiversidad, la regulación del cambio climático y el acceso democratico al agua. ᐁ 51. Plantear disposiciones normativas urbanas para la gestión del suministro de agua, y la no depredación de los ecosistemas -aún existentes- vinculados al agua. ᐁ

56. Ofrecer a la comunidad local la oportunidad de formar parte del proceso creativo proveyendo un programa orientado al reconocimiento y valoración de los cuerpos de agua. ᐁ 57. Fomentar plataformas digitales de participación y colaboración para promover el empoderamiento de las comunidades para adoptar las prácticas sensibles al agua. ᐁ 58.Enseñar y desarrollar la capacidad individual y colectiva para impulsar un cambio, promoviendo y apoyando la acción de líderes y acciones colectivas que buscan transformar la manera de relacionarse con el agua. ᐁ

52. Recuperar la sanidad de las fuentes hídricas y permitir la restauración de los ecosistemas entorno al sistema hídrico de la sabana. ᐁ

59.Incluir el concepto de equidad intergenerracional en el acceso y disfrute del agua y del sistema hídrico. ᐁ

53. Garantizar el adecuado suministro de agua potable para las poblaciones. ᐁ

60. Administrar el costo del agua a partir de su valor social y ambiental. ᐁ

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

49. Capacidad tecnológica y operacional para planear y monitorear en tiempo real el sisttema integrado de agua, energía, comida, etc. ᐁ

349


61. Implementar iniciativas educativas para sensibilizar a la población respecto al agua y su importancia en la ciudad. ᐁ 62. Gestionar visiones unificadas entre el sector público y privado para la generación de políticas públicas adaptables y flexibles, favorables al agua. ᐁ 63. Trabajar con especialistas en el entendimiento del agua y el diseño e integración de esta en la formulación de los planes parciales y de ordenamiento. Realización de talleres para explorar soluciones de diseño sensible al agua aplicables en una diversidad de espacios públicos. ᐁ ᐁ

AGUA + CIUDAD II

64. Introducir el concepto de Ciudad Sensible al Agua como posibilidad de actuar de manera directa, a escalas pequeñas pero replicables, con el propósito de reforzar conductas sensibles al agua. ᐁ

68. Incorporar huertas urbanas que integren a la comunidad, fortalezcan la seguridad alimentaria y permitan el uso de agua (pluvial almacenada) en un uso productivo comunal. ᐁ ᐁ ᐁ 69. Asegurar y propiciar la diversidad ecológica local en el área urbana (en áreas públicas y privadas), de manera tal que se fortalezca y se entienda el ecosistema “verde” y “azul” más allá de los aspectos meramente estéticos u ornamentales. ᐁ 70. Crear ecosistemas del agua ‘artificiales’ que complementen (en su función ecológica y potencial de integración urbana) los ecosistemas y cuerpos de agua existentes (Humedales artificiales, bosques urbanos).

ᐁᐁᐁ

65. Estimular la apropiación del proyecto por parte de la comunidad integrando los valores y conocimientos de los locales en su planeación. ᐁ

71. Reconocer los cuerpos hídricos como estructura potencial y complementaria de otras estructuras urbanas: estructura de movilidad, centralidades urbanas, etc. ᐁ

66. Reconocer los servicios ecosistémicos que brinda el cuerpo hídrico a la comunidad y a la ciudad. ᐁ

72. Crear un área de transición que integre actividades urbanas ‘pasivas’ y actividades ‘naturales’ entorno a los cuerpos de agua sin afectar el sistema hídrico o su ecosistema, pero permitiendo una aproximación a este. ᐁ

67. Brindar a la comunidad la oportunidad de aprender sobre los problemas y soluciones

350

que se están considerando en torno al agua y su habitabilidad. ᐁ


74.Reconocer en su totalidad los espacios con potencialidad de conexión biológica como complemento a la EEP normativamente definida para su integración con el sistema hídrico (parques vecinales, parques de bolsillo, separadores, antejardines). ᐁ 75. Proponer entorno a los cuerpos hídricos una red de equipamientos ‘verdes’ y ‘azules’ cuya función sea dotar a la ciudad de servicios y a su vez favorecer su vinculación con los cuerpos de agua a través de las actividades incorporadas ( jardines botánicos, piscinas, senderos, acuarios, museos, miradores, bosques urbanos, etc). ᐁ 76. Contemplar características de la vivienda acordes a la relación con los cuerpos hídricos naturales: bajas alturas que permitan relaciones visuales y procesos ecosistémicos, espacios públicos abiertos y ‘verdes’ en primeros pisos, espacio para huertas y jardines en el espacio privado, etc. ᐁ

Referencias De Urbanisten (2018) Hacia una ciudad de México sensible al agua. El espacio público como una estrategia de gestión de agua de lluvia. Disponible en: https://www.o-ru. mx/ Grupo de investigación Proyecto Urbano y Arquitectura del territorio (2019). Producto Semillero Agua + Ciudad [Fase I]. Universidad Nacional de Colombia. Disponible en: https://issuu.com/semilleroaguaciudad Water Sensitive Cities. (2020). CRC. Case studies. Recuperado de: https://watersensitivecities. org.au/solutions/case-studies/

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

73. Crear un área de transición entre el área construida y el área no construida a partir de los cuerpos de agua limítrofes de las áreas urbanas donde el cuerpo de agua sea también un elemento de contención del crecimiento urbano expansivo. ᐁ

351


EVALUACIÓN DE LAS ESTRATEGIAS Natalia Carolina Acosta Bello, Angie Carolina Camacho Gutiérrez, Vanessa Alejandra Bolívar Molano, Dennis Natalia Gómez Villarreal, Ismael Ryuhei Kagawa Suárez, Laura Fernanda Pedraza Tamayo, Paula Alejandra Plata López, Laura Catalina Rodríguez Arévalo

AGUA + CIUDAD II

Las estrategias recuperadas de los diferentes referentes mencionados anteriormente se consideran un insumo clave para la visión idónea de la integración agua y ciudad que se promueve desde el Semillero de investigación. La diversidad de abordajes incluidos en los ejercicios anteriores permitió contar con una serie de acciones gubernamentales, arquitectónicas, urbanas, tecnológicas y participativas que desde múltiples escalas dieran preponderancia al ciclo del agua y la estructura hídrica sin desentenderse estos de las posibilidades con las que cuentan dentro del entorno urbano de una región urbana como Bogotá en términos de colectividad, sostenibilidad y funcionalidad. Figura 1. (Siguiente página) Escenario de inundación regenerativa, aplicando el concepto de Water Sensitive Cities. Tomado de: CRCWSC (2021)

352

Para la evaluación específica de las estrategias se tuvieron en cuenta 15 de estas, esto con miras a que en futuras reflexiones se puedan evaluar la totalidad de las estrategias encontradas, así como su posible implementación en el contexto local y nacional. Para efectos

del presente texto, las estrategias escogidas abarcan las tipologías, disciplinas y escalas de interés; así pues, se examina, para cada una, tres criterios de implementación: en primer lugar, se reconoce si las estrategias fueron total o parcialmente aplicadas dentro de los planes parciales de estudio; por otro lado y en segundo lugar, se cuestiona porque razón dicha estrategia no es implementada a cabalidad dentro del plan parcial o que limitación encuentra dentro del Plan de Ordenamiento Territorial vigente; finalmente, se aspira a encontrar algún caso existente, nacional o internacional donde dicha estrategia haya sido aplicada con éxito y bajo qué programa, iniciativa o proyecto logró su consolidación. Este último punto se resalta pues permite identificar, más allá del contexto normativo de los asentamientos urbanos de la sabana de Bogotá, que expectativas y proyectos de ciudad se desarrollan entorno a la discusión del sistema hídrico y su condición idónea con relación a la estructura territorial urbana.


353

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN


Estrategia 2

AGUA + CIUDAD II

Restaurar la orilla por medio de técnicas de bioingeniería

354

Estrategia Tecnológica (T)

Agua como elemento conectado​y ciclico

ᐁ Agua en general


La estrategia no se aplica directamente dentro de los planes parciales ya que agua no es un eje estructurante alrededor del cual se plantea el proyecto de desarrollo urbano, si bien el plan parcial contempla los sistemas hídricos dentro de la estructura ambiental y ecológica como elementos de creación y limitación del espacio urbano,en los proyectos no se especifica la implementación de estrategias de recuperación de estos cuerpos hídricos ni se plantean estrategias que busquen su recuperación y posterior integración a las actividades que se contempla. Por lo tanto no existe una intención de restaurar el espacio de las orillas para generar una utilidad como espacio público. ¿Por qué no se aplica?

Texto: Laura Catalina Rodríguez Arévalo.

Figura 1. (Anterior página) Esquema: Restauración de la orilla del cuerpo hídrico por medio de técnicas de bioingeniería. Elaboración: Laura Catalina Rodríguez

Esta estrategia no se aplica directamente en los proyectos propuestos, debido en gran medida,al aislamiento en el que se encuentran los distintos cuerpos hídricos del sector. Esto se debe por la problemática actual de contaminación,deforestación, degradación del suelo y baja presencia de fauna y flora que existe en la actualidad. Así mismo las posibles integraciones de los cuerpos hídricos se ven afectadas por todas aquellas limitaciones artificiales que se han construido como medida de canalizar y convertir en sistemas de drenaje a estos cuerpos hídricos ya que aún en la actualidad la visión que se tiene con respecto a las fuentes

hídricas presentes en este sector siguen siendo erróneas y sesgadas al relacionarlas, en su mayoría, a caños y sistema de alcantarillado. Otro uso común al que se destina estos cuerpos hídricos son funcionalmente como elemento en espacios de contención, ya que en el plan parcial El Bosque la mayoría de los sistemas hídricos están destinados a ser tanques, canales, y áreas de inundación que tienen la prioridad de ser recurso de abastecimiento para las viviendas que se contemplan a futuro dentro del plan. ¿Cómo se aplica en otros contextos?

Un buen ejemplo de estos frentes de transición que incorpora este ámbito puede ser el parque Bishan-Ang Mo Kio en Singapur que surge como un Iniciativa de la agencia gubernamental e instituciones nacionales planificación de agua, radiodifusión pública y NParks la cual tiene como objetivo la la naturalización y la “deslocalización” de los ríos de la ciudad. En este proyecto se utilizan las técnicas de bioingeniería de suelos y estabiliza las orillas del río, previniendo la erosión. Las técnicas consisten en la implementación de fajinas las cuales son elementos formados por ramas y vegetación ligera que se apila para crear muros cuya función es proteger las orillas cercanas a un cuerpo hídrico de las corrientes de la erosión, o para estabilizar terrenos pantanosos.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Se aplica en Plan Parcial?

Arévalo. 355


Estrategia 3

AGUA + CIUDAD II

Incluir campañas y planes de educación comunitaria en torno al agua

356

Estrategia gubernamental - normativa y cultural - educativa (G-N-C-E)

Agua como proveedora de espacio público

ᐁ Agua en general


¿Cómo se aplica en otros contextos?

Ninguno de los dos planes parciales presenta propuesta alguna para fortalecer y/o promover el entendimiento y valoración del agua en la ciudad. La articulación de la comunidad con los cuerpos hídricos no se constituye como un objetivo dentro de los proyectos, ni conceptualmente, pues no se presenta como objetivo generar vínculos entre la comunidad y los cuerpos de agua, ni tampoco desde lo arquitectónico, en tanto no se crean equipamientos que presten servicios para el entendimiento y o desarrollo de conocimientos sobre el agua.

En 2019 el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (Cider) de la Universidad de Los Andes, realizó la Escuela Internacional de Verano Acueductos Comunitarios y Sustentabilidad Territorio en Ibagué, Tolima. Este curso tenía en objetivo de propiciar un dialogo de saberes entre la academia, las instituciones gubernamentales y gestores de acueductos comunitarios de diferentes zonas de Colombia que contribuyera al análisis y el intercambio de experiencias sobre la gestión de agua y el rol de los acueductos comunitarios como agentes sociales de cambio en torno a la ocupación de los territorios y gestores de la sustentabilidad territorial.

¿Por qué no se aplica?

Texto: Paula Alejandra Plata López.

Figura 2. (Anterior página) Esquema: Inclusión de campañas de educación comunitaria en torno al agua. Elaboración: Laura Catalina Rodríguez Arévalo.

Cada uno de los planes parciales tiene unos objetivos determinados y en ninguno se presenta como prioridad la integración del agua y sus cuerpos más allá de los servicios de abastecimiento y drenaje que prestan. A pesar de que el POT plantea la necesidad de proteger y recuperar los cuerpos hídricos, asimismo, de fortalecer las relaciones comunitarias alrededor del agua desde la educación, no presenta un plan de acción detallado sobre esta estrategia ni tampoco la concibe como obligatoria. Más aún ninguno de los dos planes reconoce la importancia y/o función de los cuerpos hídricos que les corresponden en el equilibrio ecológico del territorio, estos están enfocados en crear las condiciones necesarias para el levantamiento de las obras residenciales y de servicios planteadas.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Se aplica en Plan Parcial?

357


Estrategia 21

AGUA + CIUDAD II

Incorporar el agua como elemento para la producción de bienes en espacios públicos con el objetivo de crear espacios públicos productivos

Estrategia urbano - arquitectónica y gubernamental (U-A-G)

Agua como elemento estructurante + Agua como proveedora de espacio público

ᐁ Agua en general

358


Esta estrategia no se aplica directamente en los proyectos propuestos ya que el proyecto no articula en ningún caso los cuerpos hídricos al proyecto de manera directa ni tampoco sugiere una interacción entre los distintos sistemas hídricos que se ubican dentro del plan parcial. El espacio público a construir no se ve conectado con los cuerpos de agua. La proyección del espacio público que se contempla se realiza en la zona más distante al canal Alsacia y al río Fucha. Esto para efecto del plan parcial Tintalito Mazuera Alsacia Oriental, en el caso del Plan de Ordenamiento Zonal Norte, Ciudad Lagos de Torca: El Bosque el espacio público no se contempla en relación a los cuerpos hídricos que se encuentran en ese sector debido a que se prioriza los proyectos de vivienda e industria. ¿Por qué no se aplica?

Texto: Laura Catalina Rodríguez Arévalo.

Figura 3. (Anterior página) El agua como elemeto para la creación de espacios públicos productivos. Elaboración: Laura Catalina Rodríguez Arévalo.

Esta estrategia no se aplica directamente en los proyectos propuestos, debido en gran medida, a que el plan parcial Lagos de Torca: El Bosque contempla la proyección del espacio público en función de satisfacer necesidades básicas de la comunidad como lo son recreación, deporte, esparcimiento, movilidad y vivienda. Debido a esto y al estado actual de los cuerpos hídricos del territorio, no se contempla una integración directa de los espacios públicos que puedan relacionarse con el sistema hídrico presente y a su vez esto genera un mayor aislamiento por

parte de la comunidad en torno a los cuerpos hídricos. Para el caso del plan parcial Tintalito Mazuera Alsacia Oriental el espacio destinado para la socialización está previsto para ser ubicado en el centro del territorio y aún no se ha propuesto alguna intervención que se relacione con cuerpos hídricos o que integre al agua como elemento generador de actividad con la comunidad local. La utilidad del espacio público frente al agua está enfocada principalmente en la determinación del material adecuado para la construcción de los equipamientos y en las disposiciones de espacio para un sistema de drenaje local. ¿Cómo se aplica en otros contextos?

Un buen ejemplo de la integración de los elementos hídricos con la comunidad para generar espacio público productivo a nivel internacional es el proyecto River Walk de San Antonio en Estados Unidos. Este proyecto se caracteriza por su interés en la recuperación del ecosistema perdido y poder integrarlo amenamente a las distintas actividades de la comunidad. El proyecto consiste en edificar viviendas u oficinas, hasta hoteles y espacios de entretenimiento que se desarrollarán para servir a los residentes y a los turistas.Con esta integración el Paseo del río San Antonio genera un nuevo espacio ecológico que logra revivir los diversos ecosistemas de la ciudad y ser reconocido como sede del proyecto de restauración más grande del ecosistema urbano en Estados Unidos.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Se aplica en Plan Parcial?

359


Estrategia 39

AGUA + CIUDAD II

Resaltar la importancia del bienestar del sistema hídrico para su aprovechamiento en la regulación del clima, el esparcimiento, protección de la biodiversidad

Estrategia gubernamental - normativa y cultural - educativa (G-N-C-E)

Agua como elemento conectado y cíclico + Agua como elemento estructurante

ᐁ Agua en general + ᐁ Agua lluvia + ᐁ Agua de inundación

360


Según lo contemplado en los planes parciales de El Bosque, y Alsacia Oriental , la estructura ecológica principal si es tenida en cuenta dentro la planeación de las zonas intervenidas, según lo establecido en el Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá (POT) los planes parciales son “instrumentos que deben articular los objetivos de transformación de los espacios urbanos con estrategias de gestión de uso del suelo para asegurar la protección de la estructura ecológica principal además de garantizar condiciones de habitabilidad y protección del medio ambiente” (Artículo 31 del Decreto 190 de 2004 POT). ¿Por qué no se aplica?

Materialmente a la hora de evaluar la importancia que se le da al bienestar del sistema hídrico dentro de estos planes de desarrollo urbano, como un elemento fundamental para la vida, la regulación del clima, el esparcimiento y la biodiversidad, es de carácter mínimo.

Texto: Dennis Natalia Gómez Villarreal.

Figura 4. (Anterior página) Importancia del bienestar del sistema hídrico. Elaboración: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez.

Si bien es cierto que estos instrumentos están orientados a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de estrategias de optimización de uso del suelo para movilidad y vivienda, ninguno de estos dos planes, plantea estrategias de recuperación, descontaminación o preservación que contribuyan al ciclo natural del agua o al mejoramiento de la calidad del agua presente en zonas de intervención como el humedal Guaymaral o las cuencas del río

Torca y el Río Fucha. En estos instrumentos, el agua se incluye como una frontera natural del espacio o como un recurso de abastecimiento y alcantarillado, que no establece relaciones significativas con el territorio ni sus habitantes. Adicionalmente, el agua presente en las zonas de inundación, microcuencas y acuíferos, está expuesta a una constante degradación producto de la carga contaminante que ejercen los proyectos de movilidad y vivienda que además, alteran y paulatinamente eliminan la diversidad de fauna y flora endémicas del ecosistema. ¿Cómo se aplica en otros contextos?

Una de las premisas fundamentales de los proyectos de ciudades sensibles al agua es la importancia del bienestar del sistema hídrico en conjunto. Teniendo en cuenta que el agua es un elemento conectado y cíclico, de su bienestar depende la producción de espacios provechosos para la vida humana y no humana en los ecosistemas. En el parque BISHAN-ANG MO KIO en Singapur, la integración del agua al desarollo urbano ha apostado por la recuperación de la calidad de vida del ecosistema, a través de estrategias de recuperación del agua, como la purificación y reciclaje de las aguas lluvias, la restauración de las cuencas naturales de los cuerpos de agua, y la articulación de agua como un eje de desarrollo urbano, lo cual permite el rescate de espacios naturales y la construcción de espacios artificiales interconectados para dar respuesta a necesidades de cultura, esparcimiento y preservación de la biodiversidad.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Se aplica en el plan parcial?

361


Estrategia 40

AGUA + CIUDAD II

Administrar el agua urbana como un eje de desarrollo a través de los planes de gestión y ordenamiento territorial (cuencas)

362

Estrategia gubernamental - normativa (G-N)

Agua como elemento conectado y cíclico + Agua como elemento estructurante Cuerpo Hídrico

Desarrollo a Partir del Cuerpo Hídrico

Red Interna

ᐁ Agua superficial + ᐁ Agua lluvia


De acuerdo con lo estipulado en la Constitución Política de 1991 (Art. 8, 58, 95, 63, 79, 80 , 313 y 332) en la Ley orgánica 152 de 1994 del Plan Nacional de Desarrollo (Ley 1955 de 2019) la gobernanza del agua “es una directriz nacional que pone al agua como elemento prioritario a la hora de plantear los planes de gestión y manejo territorial, en este sentido, la gobernanza del agua coordina diversas instituciones del Estado colombiano para garantizar la integridad de los cuerpos de agua, la diversidad del ecosistema y la gestión de riesgo en los territorios” (MADS, 2012). Los planes parciales de El Bosque, y Alsacia Oriental a nivel normativo integran los objetivos de la gobernanza del agua presentes en el Plan de Ordenamiento Territorial, al tener en cuenta en sus documentos oficiales la estructura ecológica principal de las zonas de intervención. ¿Por qué no se aplica?

Texto: Dennis Natalia Gómez Villarreal.

Figura 5. (Anterior página) Agua urbana como eje de desarrollo. Elaboración: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez.

Los planes parciales están orientados al desarrollo urbano en función de la vivienda y la movilidad, sin embargo no están diseñados para administrar el agua como un eje ambiental alrededor del cual se construyan proyectos articulados a los espacios naturales; si bien es cierto que cumplen a niveles normativos, las intervenciones en estas zonas no tienen en cuenta los cuerpos de agua preexistentes como el río Torca o Fucha como ejes ambientales para el mejoramiento de la calidad de vida del ecosistema o la protección del medio ambiente. Por el contrario, se encuentran separados de las zonas residenciales sin ningún tipo de intervención positiva como programas de recuperación o descontaminación.

Así mismo, y a pesar de que las directrices de la Alcaldía Mayor de Bogotá, promueven el cuidado del agua, la realidad de contaminación, depredación de los territorios del agua, así como la pérdida de las especies de fauna y flora nativas, dan cuenta de la ausencia de voluntad política por parte de las administraciones zonales y locales por proteger y priorizar al agua como un eje de desarrollo, dentro de los proyectos de ordenamiento territorial más allá de ser tenida en cuenta como un recurso de abastecimiento en el sistema de acueducto y alcantarillado de la ciudad. ¿Cómo se aplica en otros contextos?

Un ejemplo de la administración del agua como un eje de desarrollo urbano es el Plan Territorial Parcial de Llodio por el cual se implementa el proyecto del parque Lineal del Nervión en Bilbao, País Vasco, España. Desde el año 2006, este plan parcial busca “articular los 33 kilómetros del río Nervión como un triple eje natural de desarrollo territorial: viario, ferroviario y fluvial, al Bilbao metropolitano que posee al menos 1 millón de habitantes en zonas residenciales cercanas a la rivera del río” (Gobierno Vasco, 2012). En este proyecto el eje ambiental del río Nervión, también incluye los cuerpos de agua cercanos a la riviera principal en sus estrategias de recuperación territorial. “Asimismo, entender al río como un elemento definitorio del territorio que aporta múltiples servicios” (Gobierno Vasco, 2012). ya que al intervenirlo positivamente a través de la descontaminación, y “recuperación de sus aguas, el canal, se convierte en un corredor fluvial de conectividad ecológica apto para la adecuación de zonas de infraestructura, comunicación, turismo y residencias tradicionales” (Gobierno Vasco 2012).

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Se aplica en el plan parcial?

363


Estrategia 47

AGUA + CIUDAD II

Integrar el agua con otros sectores de la ciudad (energía, comida, desechos, transporte, ambiente construido, entre otros). Ej. La purificación del agua genera nutrientes provenientes del agua residual que pueden irrigar los cultivos de comida

Estrategia urbano - arquitectónica y tecnológica (U-A-T)

Agua como elemento estructurante​+ Agua como elemento conectado y cíclico​

ᐁ Agua lluvia + ᐁ Agua de inundación + ᐁ Agua en general

364


Si bien cada plan parcial tiene específicamente diseñada una estrategia por cada sector de la ciudad, no se evidencia una articulación entre estos. Por el contrario, se piensa en la gestión de la energía, aguas negras, aguas pluviales, transporte, entre otros, como ámbitos independientes entre sí, es decir, que no se piensan en conjunto para una planificación que promueva estos vínculos. ¿Por qué no se aplica?

Por un lado, se debe tener en cuenta el ambiente físico como limitante o potenciador de la articulación de los sectores, como por ejemplo entre las aguas grises y pluviales y cultivos. El plan parcial ‘Tintalito Mazuera Oriental’, por ejemplo, no cuenta con los alrededores necesarios para la implementación de cultivos ya que se rodea principalmente de ambiente ya construido y la ronda del río Bogotá, Fucha, entre otros ríos.

Texto: Vanessa Alejandra Bolívar Molano.

Figura 6. (Anterior página) Integración del agua urbana. Elaboración: Laura Fernanda Pedraza Tamayo.

Por otro lado, el plan parcial ‘El Bosque’ se encuentra rodeado de ambiente construido y la reserva forestal Thomas Van der Hammen. Sin embargo, no solo el ambiente circundante es un agravante sino también las disposiciones del espacio público y privado dentro de cada plan parcial para la creación de huertos urbanos. Entre estos aspectos físicos, también es necesario considerar las posibles limitaciones

técnicas y tecnológicas junto a los costos de la implementación de las mismas. Sin embargo, los aspectos físicos no son los únicos limitantes. También es necesario considerar la falta de integración entre actores, desarticulación evidente desde la normativa de escala nacional hasta la local y lo cual se refleja en la poca fomentación de toma de medidas conjuntas. Lo anterior se ve reflejado en una falta de integración interinstitucional y entre actores privados y públicos como por ejemplo entre la EAB y la ENEL (empresa privada de energía) o entre la EAB y el sistema de transporte Transmilenio. ¿Cómo se aplica en otros contextos?

El distrito urbano Maxvorstadt, en Munich, Alemania, es un ejemplo de la aplicación de la estrategia a través de la integración entre los sectores del agua, energía y comida. Con base en la modelación de datos de este distrito, se puede concluir, por ejemplo, la generación de biogás a partir de aguas residuales puede ahorrar el 20% del consumo eléctrico.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Se aplica en Plan Parcial?

365


Estrategia 48

AGUA + CIUDAD II

Promover una infraestructura para la recolección, tratamiento y almacenamiento de este tipo de fuentes alternativas (agua subterránea, agua lluvia y aguas residuales), consciente del contexto

366

Estrategia urbano - arquitectónica y tecnológica (U-A-T)

Agua como elemento conectado y cíclico​

ᐁ Agua en general


La estrategia se contempla parcialmente en los planes de estudio, se menciona la necesidad de sistemas de drenaje urbano sostenible (SUDS), que aprovechen la infiltración con un minino de 30% del volumen de escorrentía (plan Tintalito), estableciendo periodos y tiempos de drenaje así como la necesidad de tanques de almacenamiento en espacio privado para aprovechamiento por parte de la comunidad. Pese a lo anterior aunque se definen áreas como separadores, andenes, franjas de control ambiental como zonas de infiltración y retención, no se evidencia un diseño urbano articulado que fomente el posterior tratamiento, reutilización y almacenaje, dado se establece como responsabilidad de los entes privados, la vivienda y las edificaciones vecinas y no como un sistema integro de ciudad, y a pesar de que se hace referencia a ello, se plantea como infraestructura desarticulada del sistema hídrico y del contexto preexistente, limitando el aprovechamiento de fuentes alternativas de agua como si lo pueden hacer otros ecosistemas, desde humedales, hasta corredores de vegetación depuradora, etc. Texto: Laura Fernanda Pedraza Tamayo.

¿Por qué no se aplica?

Figura 7. (Anterior página)

Pese a que los planes hacen un esbozo de las zonas permeables, la estrategia no se aplica del todo, debido a que se contemplan zonas como elementos aislados y no como una red

Integración del agua urbana. Elaboración: Laura Fernanda Pedraza Tamayo.

conectada que pueda satisfacer las demandas del contexto, promover espacio público y reciclar el agua de forma eficiente; la reglamentación se limita al drenaje (cunetas y ciertas zonas verdes) sin contemplar especificaciones de tratamiento y posterior almacenaje. Así mismo organizaciones como la Fundación Humedales de Bogotá y la Veeduría de la Reserva Van der Hammen afirman que la problemática se concentra en la reducción de la zona rural y de infiltración natural, que será destinada a la zona de corredor autopista Norte y a procesos urbanos e industriales. Los espacios destinados para retención podrían convertirse en espacios depuradores con filtros naturales (vegetación) de tal forma que una vez limpia el agua pueda filtrarse en el lecho poroso rocoso, con base en una serie de especificaciones y acompañamiento de estudios (IDIGER, SDA, CAR) que integren la zona de infiltración con otras zonas de la ciudad, planteando una red de espacios que mitiguen los efectos de la urbanización y apoyen el agua como elemento cíclico. ¿Cómo se aplica en otros contextos? ORU en CDMX , plantea una serie de estudios integrales que zonifican las áreas de la ciudad de acuerdo a su potencial de retención, almacenamiento, y reciclaje de tal forma que se promueve una red articulada en torno al aprovechamiento y reutilización del agua en toda la ciudad a través de múltiples elementos de diseño urbano.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Se aplica en Plan Parcial?

367


Estrategia 54

AGUA + CIUDAD II

Evaluar económicamente los costos y beneficios de la implementación de proyectos de desarrollo urbano sensibles al agua

368

Estrategia gubernamental - normativa (G-N)

Agua como elemento estructurante​

ᐁ Agua en general + ᐁ Agua lluvia


En Colombia, existen al menos cuatro estrategias de administración pública que permiten la financiación e implementación de proyectos orientados a la gestión y manejo del agua en los territorios. La primera se establece a través del Plan de Desarrollo que dispone que los entes territoriales dediquen un porcentaje no inferior al 1% de sus ingresos corrientes en la conservación del medio ambiente. La segunda, presente en la ley 142 de 1994 que establece el pago de tarifa por consumo de servicios públicos en el país, la tercera, tiene que ver con Los fondos de Agua para promover proyectos protección hídrica, y la cuarta es producto de las “transferencias del Sistema Nacional de Participaciones que dispone un 5.4 % de su presupuesto para el sector de agua” (DNP, 2020). ¿Por qué no se aplica?

Texto: Dennis Natalia Gómez Villarreal.

Figura 8. (Anterior página) Evaluación económica de costos y beneficios de proyectos sensibles al agua.

Los planes parciales de El Bosque y Alsacia Oriental, no están planteados para incluir al agua como un elemento estructurante dentro del desarrollo urbano, sin embargo, como dichos instrumentos están inmersos en la financiación nacional y local (Artículo 39 de la Ley 388 de 1997), sus cargas presupuestales son asumidas por alianzas público-privadas.

En este sentido para la adecuación de la estructura ecológica principal, en el plan parcial El Bosque se otorgan únicamente 399,226.000 (COP Miles) del total de 127,047,525.80 (COP, Miles) invertidos en el proyecto (plan Parcial el Bosque, 2019) es decir un total de 0.32% del presupuesto. Asimismo, el Plan Parcial de Alsacia Oriental dispone para el control ambiental unos 502.529.800 (COP Miles) del total presupuestal de 76.208.141.675 (COP Miles), un 0, 66 % de todo el dinero contemplado para su implementación. (Plan Parcial Tintalito Mazuera, 2017) Por un lado, los Planes Parciales contemplan el control ambiental como parte de un proceso de adecuación del suelo encaminado a suplir necesidades de recreación, esparcimiento y deporte, a través de la construcción de parques multipropósito en las áreas residenciales y comerciales, dejando por fuera del estimado presupuestal a los cuerpos de agua y al agua urbana natural presentes en las zonas de intervención. Y por otro, las acciones de protección o descontaminación de las microcuencas, acuíferos y humedales como los ríos Torca y Fucha, y el humedal Guaymaral, no están contempladas en este presupuesto, ya que hacen parte de las responsabilidades que deben ser asumidas por la administración distrital, según lo señalado en las metas del Plan de Ordenamiento Territorial y el Plan Distrital de Desarrollo.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Por qué aplica?

Elaboración: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez.

369


Estos datos pueden parecer excesivos, pero representan la poca participación que tiene el agua y la estructura ambiental principal como elementos estructurantes en el desarrollo urbano, ya que la carga presupuestal está orientada a satisfacer costos financieros y bancarios para la adecuación residencial, comercial o vial.

de 5 ayuntamientos. respecto a los costos, se registraron inversiones en la adecuación de equipamientos sensibles al agua de aproximadamente $4,100 por una vivienda individual y una vivienda de ocupación doble $3,900 $6,927 para una extensión a una sola vivienda y $1,300 por unidad para un desarrollo multi-residencial” (CRC Water Sensitive Cities, 2018)

¿Cómo se aplica en otros contextos?

Al tener en cuenta la evaluación de los costos y beneficios de los proyectos sensibles al agua, es importante determinar el tipo de necesidades satisfacen, las poblaciones hacia las cuales están dirigidas además del tipo de ecosistema intervenido.

AGUA + CIUDAD II

A continuación un ejemplo retomado del CRC Expansion of stormwater quality requirements in the City of Moonee Valley Local Planning Scheme, for Water Sensitive Cities (2018):

370

“Desde el año 2012, en la ciudad de Moonee Valley en Australia, se aplica la enmienda C108 del plan local para la gestión del agua pluvial en áreas residenciales y comerciales de 50m2, que incluye la adecuación de equipamientos (pavimentos, techos jardines, y suelos porosos) para el aprovechamiento del agua lluvia. Dicha estrategia trajo beneficios relacionados con el fortalecimiento de la gobernanza a nivel local, el máximo aprovechamiento de las lluvias, la ralentización del proceso de inundación y drenaje, además de la colaboración económica

En estas iniciativas, se reconoce el rol fundamental que ejerce la administración pública para facilitar procesos de transformación, educación y adecuación de la vida cotidiana, en espacios sensibles al agua, además de tener mayores capacidades financieras y logísticas para brindar apoyos a las pequeñas y medianas iniciativas de recuperación, descontaminación y promoción del cuidado del agua. Sin embargo, en Colombia, es urgente que existan voluntades políticas reales que permitan la transición de las ciudades, a territorios sensibles al agua, que permitan la construcción de vínculos significativos entre la ciudadanía y las fuentes de agua, además de mejorar la calidad de vida de los ecosistemas y sus habitantes.

Referencias Alcaldía Mayor de Bogotá (2019) Plan parcial Número 26: El Bosque, Documento técnico de soporte. Recuperado de: http://www.sdp. gov.co/sites/default/files/190227_dts_el_ bosque_vf.pdf


DNP Departamento Nacional De Planeación. (2020). SGP-42-2020 DISTRIBUCIÓN DE LOS RECURSOS DEL SISTEMA GENERAL DE PARTICIPACIONES. Recuperado de : w w w.dnp.gov.co/programas/inversiones-y-finanzas-publicas/Paginas/Sistema-General-de-Participaciones---SGP.aspx Gobierno Vasco, (2012). Parque Lineal del Nervión. Documento técnico. Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca. LKS. Recuperado de: www.. eus/gobierno-vasco//contenidos/informacion/plinealnervion/es_1672/adjuntos/Presentación%20 PLN%20oct2012%202.pdf Ley 152 de 1994 [Congreso de la República] por la cual se establece la ley orgánica del Plan Nacional de Desarrollo. 15 de Julio de 1994. Ley 142 de 1994 [Congreso de la República] por la cual se establece el régimen de los servicios públicos domiciliarios. Julio 11 de 1994. Ley 388 de 1997 [Congreso de la República] por el cual se establece el Ordenamiento Territo-

rial para Municipios en Colombia. Julio 18 de 1997 Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS). (2012) La gobernanza del agua. Disponible en: https://www.minambiente. gov.co/index.php/gestion-integral-del-recurso-hidrico/gobernanza-del-agua. Referencias: Trayectoria S.A.S. (2017). Plan Parcial Tintalito Mazuera Sector Alsacia Oriental. Tomado de: http://www.sdp.gov.co/ sites/default /f iles/dts _tintalito_oriental_09052017.pdf Water Sensitive Cities. (2018). CRC. Expansion of stormwater quality requirements in the City of Moonee Valley Local Planning Scheme. Recuperado de: https:// watersensitivecities.org.au/wp-content/ uploads/2018/10/14-Moonee-Valley_FINAL. pdf

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

Constitución Política de Colombia [Const]. Art. 8, 58, 95, 63, 79, 80 , 313 y 332 de julio de 1991 (Colombia) Decreto 190 de 2004 [Secretaría Distrital de Planeación] Art. 31 Planes Parciales. Plan de Ordenamiento Territorial, Bogotá. 2004. Disponible en w w w. ambientebogot a .gov.co/ web/sda/planes-parciales-de-desarrollo

371


Estrategia 62

AGUA + CIUDAD II

Gestionar visiones unificadas entre el sector público y privado para la generación de políticas públicas adaptables y flexibles, favorables al agua.

Estrategia gubernamental - normativa (G-N)

Agua como elemento estructurante​+ Agua como elemento conectado y cíclico​

ᐁ Agua en general

372


Dentro de los dos planes parciales, si bien se puede identificar un énfasis especial en los actores privados (inversionistas y proveedores privados para el plan parcial ‘Tintalito Mazuera Oriental’ y diseño de vías a través de las asociaciones público privadas (APP) o gestión social para el plan parcial ‘El Bosque’), estas APP no se reflejan en proyectos de inversión para el desarrollo de infraestructura, ya sea para el mantenimiento o creación de estructura ecológica e hídrica natural o artificial o la gestión de otros tipos de agua distintas a la potable como la pluvial o la residual.

Texto: Vanessa Alejandra Bolívar Molano.

Figura 9. (Anterior página)

Si bien los dos planes parciales garantizan el acceso a la infraestructura hídrica primaria (acueducto y alcantarillado) a través de un necesario vínculo con la EAB (empresa público-privada encarga del control del suministro del agua potable y alcantarillado en todo Bogotá), los planes parciales no hacen explicita cualquier intensión de asociación con alguna empresa privada o mixta que proponga o realice consultoría relacionada con aspectos tales como edificaciones hídricamente sostenibles, creación de ambientes hídricos artificiales o algún otro proyecto de escala zonal para la gestión integral del agua urbana.

Visiones unificadas entre el sector público y privado.

¿Por qué no se aplica?

Elaboración: Laura Fernanda Pedraza Tamayo.

Si bien el POT de la ciudad de Bogotá y la

reglamentación de los Planes Parciales promueven la participación de entes tanto privados como estatales11, el decreto no especifica que su articulación debe estar asociada a proyectos relacionados a infraestructura hídrica. Esta ausencia se ve reflejada en los dos planes parciales estudiados, ya que tanto el plan parcial ‘Tintalito Mazuera Oriental’ como el plan parcial ‘El Bosque’ no cuentan con APP que giren en función al sistema hídrico (1) preexistente o (2) pos-urbanizado a través de, por ejemplo, ecosistemas hídricos artificiales, el manejo de las aguas lluvias o la construcción de infraestructura vial sostenible, especialmente en el plan parcial ‘El Bosque’ el cual plantea la construcción de dos vías dentro del equipamiento público próximo al Parque Ecológico del Humedal Guaymaral. ¿Cómo se aplica en otros contextos?

La estrategia ha sido aplicada en Shanghai, ciudad que previo al siglo XXI, contaba con deficiencias en el sistema hídrico urbano enmarcadas dentro de una gestión exclusivamente estatal. Las APP en el sistema hídrico de Shanghai generó la financiación y construcción de proyectos vitales dentro de dicha ciudad. 1  Entre las funciones de los planes parciales según el POT de

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Se aplica en Plan Parcial?

Bogotá, se encuentra, por un lado, el de establecer el desarrollo o consolidación de los usos urbanos o de renovación urbana articulado con los programas de inversión de distintas entidades públicas y privadas; por otro lado, entre las funciones se encuentra establecer las condiciones de participación de los propietarios de suelo, entidades del Estado e inversionistas o promotores privados cuando los propietarios no tengan la capacidad financiera y técnica de acometer directamente el desarrollo del respectivo proyecto.

373


Estrategia 66

AGUA + CIUDAD II

Reconocer los servicios ecosistémicos que brinda el cuerpo hídrico a la comunidad y a la ciudad

Estrategia cultural - educativa (C-E)

Agua como elemento estructurante + Agua como elemento conectado y cíclico

ᐁ Agua superficial

374


La estrategia no se aplica para ninguno de los planes parciales, el agua en cada uno está presente de manera superficial y precaria. Para el caso del Plan Parcial El Bosque la presentación del agua funcionalmente se ve en tanques, canales y áreas de inundación, todos espacios de contención, adicionalmente, los cuerpos de agua son manejados como limites del espacio a intervenir. Este plan parcial no manifiesta visión una visión transformadora de las relaciones humanas/urbanas con el agua y similar ocurre con el Plan Parcial La Laguna. En este plan se busco directamente desconocer el cuerpo de agua del territorio, lo que da cuenta de una situación de negación y desentendimiento de las propiedades del agua y las oportunidades que esta puede otorgar. ¿Por qué no se aplica?

Texto: Paula Alejandra Plata López.

Figura 10. (Anterior página) Reconocimiento de los servicios ecosistémicos.

Aunque el POT promueve la restauración, protección y mantenimiento de los cuerpos hídricos de la ciudad, lo hace casi como una sugerencia, más no lo constituye como deber ser de la ciudad. Los objetivos de ambos planes parciales están enfocados en un desarrollo urbano enfocado en los usos residenciales y en la construcción de la red vial, usos que se llegan a proyectar económicamente. Ninguno de los dos Planes Parciales muestra interés en

reflexionar sobre el concepto de ciudad que se construye, desde cómo se dispone o no el espacio y cómo este se integra con el territorio natural en el que se encuentra, en tanto el agua y todos los componentes de sus ecosistemas no son presentados como agentes activos del desarrollo urbano, sino que por el contrario, tienen un papel pasivo y problemático. ¿Cómo se aplica en otros contextos?

En Melbourne, Australia, existe el proyecto de paisajes terapéuticos del Queensland Children’s Hospital, este trabajo reconoce el valor estético y beneficioso que tienen los espacios con vida natural. Este sostiene que una infraestructura verde además de mejorar la calidad de las aguas pluviales y por ende la conectividad de los seres naturales de un territorio, también proporciona beneficios curativos para los pacientes del hospital en cuestión. Esta visión comenta es aplicable también en las ciudades para el bienestar y la salud de la ciudadanía.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Se aplica en Plan Parcial?

Elaboración: Laura Catalina Rodríguez Arévalo.

375


Estrategia 68

AGUA + CIUDAD II

Incorporar huertas urbanas que integren a la comunidad, fortalezcan la seguridad alimentaria y permitan el uso de agua (pluvial almacenada) en un uso productivo comunal

376

Estrategia gubernamental - normativa y cultural - educativa (G-N-C-E)

Agua como proveedora de espacio público

ᐁ Agua lluvia + ᐁ Agua superficial + ᐁ Agua de inundación


¿Se aplica en Plan Parcial?

¿Cómo se aplica en otros contextos?

Ambos predios están ubicados en zonas con un alto potencial agrícola, se encuentran en terrenos de abundante agua, sin embargo, los planes no proyectan una actividad comunitaria de este estilo. Las actividades que proponen son las convencionales y ya bien explotadas en la ciudad, parques enfocados en la recreación y actividad deportiva, prácticas y espacios que no involucran al agua, no interactúan más allá de la posible contemplación, con el ecosistema hídrico.

Hace poco más de una década en Madrid se vienen desarrollando los huertos urbanos de carácter comunitario. Estos se han impulsado por asociaciones vecinales, colectivos sociales y ecologistas las cuales construyen un discurso político sobre la sustentabilidad urbana. Estos huertos se han constituido como un tejido de experiencias de reflexión e intervención participativa sobre la ciudad, sobre el espacio público, las entidades colectivas, de la mano con la preocupación de responder a la soberanía alimentaria.

Texto: Paula Alejandra Plata López.

Figura 11. (Anterior página) Huertas urbanas que integran a la comunidad y fortalecen la seguidad alimentaria.

Las propuestas del POT no incluyen la creación de huertas comunitarias, ni siquiera incluye actividades comunitarias a desarrollar que ayuden a construir tejido en torno al agua en la ciudad, en cambio estas zonas ricas en agua han sido concebidas como sitios de amenaza, amenaza de inundación. Los planes parciales han definido unos objetivos que no se adecuan a las condiciones naturales de los terrenos a intervenir, sin embargo, son estas condiciones las que se presentan por ellos mismos, como un problema, las zonas ricas en agua son clasificadas como zonas de riesgo y en este sentido el agua se convierte en una amenaza, lo que visto con otro ángulo podría ser considerado una ventaja y/o fortaleza de la zona.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Por qué no se aplica?

Elaboración: Laura Catalina Rodríguez Arévalo.

377


Estrategia 70

AGUA + CIUDAD II

Crear ecosistemas del agua “artificiales” que complementen (en su función ecológica y potencial de integración urbana) los ecosistemas y cuerpos de agua existentes (Humedales artificiales, bosques urbanos)

Estrategia gubernamental - normativa (G-N)

Agua como elemento estructurante​+ Agua como proveedora de espacio público

ᐁ Agua lluvia + ᐁ Agua superficial + ᐁ Agua de inundación

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La estrategia se aplica parcialmente en el plan parcial ‘El Bosque’ ya que, si bien no propone un nuevo ecosistema hídrico artificial, sí plantea estrategias de infraestructura verde asociado al agua. Una de ellas es la zona de amortiguamiento entre el Parque Ecológico del Humedal Guaymaral según los lineamientos de la autoridad ambiental para los Planes Directores para parques.

Texto: Vanessa Alejandra Bolívar Molano.

Figura 12. (Anterior página) Ecosistemas “artificiales” que complementen los

Por otro lado, el documento del plan parcial ‘El Bosque’ hace un énfasis detallado en la implementación de los Sistemas Urbanos de Drenajes Sostenibles – SUDS –. Entre estos se mención de la posible implementación de un pondaje (habitat artificial con vegetación y agua permanente), alcorques sumideros, cunetas verdes o jardines de bioretención. A pesar de ello, es importante recalcar que el documento del plan parcial estructura los lineamientos de los SUDS, siempre recalcando que se propendería por su implementación más no por una garantía de su construcción, termino que si es utilizado a la hora de hacer referencia a los alcantarillados pluviales. Además de ello, la ausencia de cualquier tipología de los SUDS dentro de los planes propuestos en el documento del plan parcial, afianzan la noción de posibilidad más no de garantía de este tipo de estructuras.

ecosistemas y cuerpos de agua existentas. Elaboración: Laura Fernanda Pedraza Tamayo.

Respecto al plan parcial de ‘Tintalito Mazuera Oriental’, este no propone la creación de algún

ecosistema artificial hídrico. Si bien si propone la creación de cinco parques, estos se limitan a un uso de suelo recreacional más no planteados con un diseño en función al agua; a pesar de ello, la creación de espacios en función del agua cobran vital importancia en este plan parcial, especialmente ante los posibles “encharcamientos” y zonas de inundación que se puedan generar durante la temporada invernal o tormentas. En concordancia con lo anterior, el estudio técnico emitido por la IDIGER (Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático), clasificó gran parte del plan parcial con una amenaza media por inundación. Pese a ello, la formulación del plan parcial no contempla un ecosistema hídrico artificial; igualmente, este eventual riesgo en temporada invernal no es contemplado en la sección del documento donde se señala la mitigación de riesgos tras la construcción del plan parcial. Sin embargo, siendo conscientes de las advertencias de la IDIGER por el riesgo al inundamiento, el plan parcial ‘Tintalito Mazuera Oriental’ dentro del equipamiento de servicios públicos ofrece tres propuestas: la reutilización del agua lluvia en actividades que no requieran potabilización; la implementación de Sistemas Urbanos de Drenajes Sostenibles – SUDS – para mitigar la cantidad y calidad de aguas de escorrentía urbana, para así minimizar los impactos del desarrollo urbanístico y maximizar la

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Se aplica en Plan Parcial?

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integración paisajística y ambiental; la creación de una infraestructura de drenaje pluvial según las normas de los técnicos de la EAB. Si bien el plan parcial menciona la implementación de SUDS, no hace énfasis en una tipología concreta aplicable a la zona de desarrollo urbano. Por el contrario, hace énfasis en los drenajes y alcantarillados de agua pluvial en el apartado donde se especifica el sistema de alcantarillado sanitario y pluvial, teniendo en consideración las advertencias de la IDIGER . ¿Por qué no se aplica?

AGUA + CIUDAD II

Si bien la legislación de la gestión ambiental nacional promueve el desarrollo sostenible al obligar a incorporar el crecimiento físico y económico con base en criterios de sustentabilidad basados en la oferta y demanda ambiental, es posible identificar una ausencia directa de la planeación de ecosistemas de agua artificiales bien estructurados dentro de los planes parciales.

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Sin embargo, la ausencia no se limita dentro de los planes parciales sino que también se remite al documento del POT de Bogotá donde, a pesar de encotrarse una reglamentación respecto a los ecosistemas naturales dentro y proximos al Distrito Capital, no se evidencia una promoción de ecosistemas artificiales como método para la mitigación de los efectos negativos de las urbanizaciones sobre el sistema hídrico.

Por el contrario, si se puede encontrar una reglamentación por parte de la EAB y dentro del POT relacionados con el manejo de drenaje y alcantarillado del agua, por ejemplo, pluvial y de escorrentía urbana por lo que es posible remitirse a la busqueda de medidas para mantener otro tipos de agua -distintos a la potable- alejadas de las zonas urbanizadas, más no a la implementación de lineamientos que permitan una interacción con el habitat construido y los ecosistemas hídricos. Finalmente, y en relación al plan parcial ‘El Bosque’, que a pesar de que el POT de Bogotá no haga énfasis en los ecosistemas hídricos artificiales, el Plan de Ordenamiento Zonal (POZ) Norte - Ciudad Lagos del Torca si lo hace al afirmar que “se construirán humedales artificiales antes de las entradas de los vallados y los colectores de agua lluvia” dentro de los lineamientos del Plan de Manejo Ambiental del humedal Torca-Guaymaral, aspecto que si bien esta señalado dentro del POZ, no se refleja en el plan parcial ‘El Bosque‘. ¿Cómo se aplica en otros contextos?

Los ecosistemas hídricos artificiales han sido una estrategia utilizada en Melbourne, Australia con la finalidad de: mitigar los efectos negativos de la expansión urbana sobre el entorno natural; vincular los paisajes hídricos con el entorno construido; y almacenar y purificar el agua producto de las tormentas para evitar


inundaciones.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

Un ejemplo de este tipo de ecosistemas en la ciudad de Melbourne es el Royal Park el cual, así como los otros ecosistemas hídricos artificiales, cuenta con tres zonas específicas (1. Ensenada artificial; 2. Zona de plantas acuáticas; 3. Canal de alto flujo) con las que, a través de cada una de ellas, se espera la absorción de contaminantes del agua por un medio físico (plantas), biológico (microorganismos) y químico (tratamiento ultravioleta). Además de la purificación del agua, los ecosistemas del agua artificiales impulsan las funciones ecológicas dentro de la ciudad al acoger flora y fauna lo cual se refleja en el avistamiento de aves asociadas a cuerpos de agua en Melbourne.

381


Estrategia 72

AGUA + CIUDAD II

Crear un área de transición que integre actividades urbanas “pasivas” y actividades “naturales” entorno a los cuerpos de agua sin afectar el sistema hídrico o su ecosistema, pero permitiendo una aproximación a este

Estrategia urbano - arquitectónica (U-A)

Agua como elemento estructurante​+ Agua como proveedor de espacio público

ᐁ Agua superficial

382


¿Se aplica en Plan Parcial?

¿Cómo se aplica en otros contextos?

La estrategia se aplica parcialmente dentro de los planes parciales. En los dos casos se plantean franjas de amortiguamiento frente a estos cuerpos hídricos que se complementarían con franjas ambientales para fortalecer la conexión ambiental entre la ciudad y el cuerpo. Específicamente en el plan parcial del bosque se encuentran una serie de estrategias formales entre el cuerpo hídrico que lo rodea para su buen manejo ambiental (Vallados, Jarillones, Rampas y puentes peatonales). Pese a ello, no se plantea esa área de transición entre la vida urbana pasiva y las actividades naturales del cuerpo hídrico para la apropiación de este y la generación de experiencias únicas y sostenibles frente a estos cuerpos.

Un buen ejemplo de estos frentes de transición que incorpora este ámbito puede ser el plan maestro para la ciudad de Iskandar en Malasia por parte de Sasaki arquitectos. Que realizan dentro de este frente una serie de diseños que promueven la vida entre estos dos mundos por medio de caminos naturales con piscinas públicas por una parte y posibles plazas, o espacios públicos frente a este con pequeñas actividades comerciales que potencialicen a la relación entre el hombre y el agua.

Texto: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez.

Figura 13. (Anterior página) Área de transición que integre actividades “pasivas” y “naturales”. Elaboración: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez.

Se puede decir que este es una falencia con respecto al POT y el alcance de los planes parciales, quien da unas directrices muy leves y vagas frente al manejo de estas fronteras, donde solamente se realiza el estudio de un área de amortiguamiento y manejo de estos espacios no más. No se busca la integración armónica entre estos dos ámbitos por medio de una actividad o diseño de transición entre estas. Para que luego en el plan parcial se logre efectuar estrategias de diseño y espaciales más contundentes siguiendo una directriz más estricta del POT.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

¿Por qué no se aplica?

383


Estrategia 75

PISCINAS

AGUA + CIUDAD II

MUSEOS

JARDINES

Proponer entorno a los cuerpos hídricos una red de equipamientos “verdes” y “azules” cuya función sea dotar a la ciudad de servicios y a su vez favorecer su vinculación con los cuerpos de agua a través de las actividades incorporadas (jardines botánicos, piscinas, senderos, acuarios, museos, miradores, bosques urbanos, etc)

Estrategia urbano - arquitectónica (U-A)

MIRADORES

Agua como elemento estructurante​+ Agua como proveedor de espacio público

ᐁ Agua superficial

384


Figura 14. (Anterior página) Red de equipamientos públicos “verdes“ y “azules”. Elaboración: Ismael Ryuhei

¿Por qué no se aplica?

La estrategia se ve parcialmente aplicada dentro del plan parcial No. 26 El Bosque. Se puede citar que hay dos equipamientos que se encuentran en directa colindancia con el Parque Ecológico Distrital del Humedal Torca y Guaymaral. Según este mismo texto, este pretende estar en conexión a cuerpos verdes y azules que según ellos va a tener una alta calidad urbanística y ambiental con una grande accesibilidad. Como tal aún no se ha planteado el uso específico de estos equipamientos pero se nota que hay una intención de integrar estos equipamientos con dichos cuerpos. Pese a ello, también se destaca una gran desconexión con el cuerpo azul, pues no se propone ningún tipo de mecanismo de integración entre estos dos a esta etapa de planeación. Además, se constata que se van a respetar los 15m de franja de protección ambiental como se había planteado desde un inicio lo cual deja mucho que pensar con respecto a la relación que se va a tener con este cuerpo y deja intuir que probablemente estos equipamientos no vayan a proporcionar nuevas experiencias frente al agua, sin lograr revalorizarlo y reapropiarlo. Además, tampoco se propone nociones básicas de cuáles serían las características de estos equipamientos con respecto al recurso natural. Pese a que textualmente se plantea una relación entre los parques y los equipamientos, esta relación no se específica.

Se podría decir que esta estrategia aplica parcialmente pero ya que el desarrollo de estos equipamientos no se encuentra completo, es complicado dar una opinión clara. Lo cual llega a ser una falencia pues no se dialoga como tal cuáles son las características ambientales y espaciales de estos equipamientos. En ese orden de ideas se encuentra un problema en el marco del alcance del plan parcial pues el planteamiento de esta no contempla las características espaciales y ambientales de una forma más palpable sin dar lugar a un diálogo para el diseño íntegro con incorporación de nuevos mecanismos ente este. ¿Cómo se aplica en otros contextos?

La buena integración de los cuerpos verdes y azules dentro de un equipamiento que dota la ciudad mientras relaciona el usuario con estos mismos se puede ver como ejemplo en el Waterplein Square Benthemplein en Rotterdam, países bajos de la firma De Urbanisten que consiste el a generación de espacio público que mientras almacena agua, se genera un lugar de encuentro para las personas que muta con respecto a la época en la que estén llenando la pileta cuando llueve mucho y al secarse funcionando como parque.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

Texto: Ismael Ryuhei Kagawa Suárez.

¿Se aplica en Plan Parcial?

Kagawa Suárez.

385


Estrategia 76

AGUA + CIUDAD II

Contemplar características de la vivienda acordes a la relación con los cuerpos hídricos naturales: bajas alturas que permitan relaciones visuales y procesos ecosistémicos, espacios públicos abiertos y “verdes” en primeros pisos, espacio para huertas y jardines en el espacio privado, etc.

Estrategia urbano - arquitectónica (U-A)

Agua como proveedor de espacio público + Agua como elemento estructurante

ᐁ Agua superficial

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Figura 15. (Anterior página) Área de transición que integre actividades “pasivas” y “naturales”. Elaboración: Laura Fernanda Pedraza Tamayo.

¿Por qué no se aplica?

La estrategia se desarrolla someramente, como una de los lineamientos de eco urbanismo representada en la priorización de la circulación peatonal, la creación de zonas verdes arborizadas, y áreas de cesión perimetrales a las manzanas destinadas a vivienda. Si bien el plan contempla áreas verdes integradas a las zonas recreativas estas se organizan de forma desarticulada a los cuerpos hídricos, y aunque pueden representar conexión con los proyectos de vivienda no generan un umbral entre el proyecto y la estructura hídrica que especifique espacios para interacción; en el plan de Tintalito, las zonas verdes se encuentran ubicadas al interior del polígono y no interaccionan directamente con el río Fucha o el canal de Alsacia, y en el plan del bosque no se especifican directrices para garantizar la recuperación y relación de los proyectos inmobiliarios con los cuerpos hídricos.

Se puede afirmar que la estrategia no se establece del todo, debido a que si bien se contempla la premisa de que el uso residencial se relacione con el componente ecológico, no se garantiza la protección y preservación de la estructura hídrica como pilar de diseño urbano, los planes disponen zonas que pueden satisfacer las demandas de la vivienda, sin embargo no generan una articulación con el ecosistema preexistente. En ese sentido en el marco de influencia de los planes parciales no se contemplan criterios puntuales para el manejo futuro de algunos espacios por parte de inmobiliarias y entes privados (como es el caso del concepto de ‘’huertas’’).

El espacio para huertas puede categorizarse dentro del espacio antejardín dispuesto por los planes, donde se exige la arborización de los mismos, más sin embargo el concepto de huerta dista de las condiciones ofrecidas por este último. Por otro lado los planes contemplan la vivienda en altura, que aunque se puede integrar visualmente con los cuerpos de agua, no cuenta con precisiones para el diseño proyectual de estos, desde la estructura hídrica.

¿Cómo se aplica en otros contextos?

Un referente de la integración de la vivienda a los cuerpos hídricos es el desarrollo de ‘‘La Nueva ciudad de Liangzhu’’ en China, que integra aldeas, y el patrimonio arqueológico a lo largo de los ríos, a partir de la permeabilidad del ecosistema en las tipologías arquitectónicas, integra usos mixtos en edificaciones de uso residencial de tal forma que genera intersticios para la interacción y recorridos en los cuerpos de agua, así mismo la urbanización sigue la tectónica del agua con espacios amplios,recreativos y culturales que estimulan el diálogo de los habitantes de la vivienda con la estructura hídrica.

ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN

Texto: Laura Fernanda Pedraza Tamayo.

¿Se aplica en Plan Parcial?

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REFLEXIONES FINALES

AGUA + CIUDAD II

EL PROYECTO URBANO INTEGRAL COMO ALTERNATIVA

388

387

Henry Valdemar Talavera Dávila

SEMILLERO AGUA + CUIDAD FASE II Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

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EL PROYECTO URBANO INTEGRAL COMO ALTERNATIVA Henry Valdemar Talavera Dávila

en el principal problema de deterioro de las estructuras naturales. La práctica urbanizadora en Colombia tiene tres procesos que, pudiendo ser uno solo, se separan para empeorar el escenario de la transformación de los territorios, estos son los de parcelación, urbanización y construcción. El primero se basa esencialmente en la subdivisión de los predios rurales para poder absorber nuevos usos urbanos; el segundo implica el acondicionamiento de los suelos de expansión con servicios urbanos, entre ellos, las redes técnicas de agua, acueducto, energía, etc., y principalmente las vías de acceso; el tercero, el proceso de construcción, es llevado a cabo por empresas inmobiliarias del Estado y del sector privado. Estos tres procesos que podrían realizarse en

REFLEXIONES FINALES

El reto de incorporar los territorios hídricos en la proyectación de la ciudad implica cambiar la forma de producción del espacio urbano, esta se basa en la dicotomía entre la estructura natural y la estructura urbana, siendo la primera un soporte neutro que permite una expansión de la urbanización en el territorio; para ello, el urbanismo moderno, que se constituyó a inicios del siglo XX , introduce la praxis constructora en las reglas del capitalismo industrial, cuya médula es la transformación del suelo a través de la práctica urbanizadora. En el caso de Colombia y en Bogotá específicamente, esta práctica urbanizadora se consolida con la internacionalización de la economía en los años 30 del siglo pasado, pero no es hasta la formulación de planes indicativos de mediados del siglo XX, que la urbanización se convierte

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AGUA + CIUDAD II

una lógica lineal e interdependiente, no lograron consolidarse en la normativa colombiana, además, dos prácticas irracionales arremeten en el escenario y trastocan esta lógica interdependiente, la primera es la parcelación informal que llega muy pronto a la construcción ilegal, sin tener antes las redes urbanas extendidas, o peor aún, la construcción en suelo natural sin parcelación ni urbanización, este proceso sería la praxis más común en las áreas periféricas de Bogotá. La segunda práctica irracional es especulativa por el abuso de la expropiación, esta praxis modifica la lógica anterior pues realiza re-integración inmobiliaria que modifica la parcelación y construye, sin atender antes, los requerimientos de urbanización, como cubrir los déficit de servicios urbanos y los nuevos requisitos de servicios públicos que nacen con la nueva densidad poblacional que implica el proceso de construcción. Esta matriz problemática solo puede ser atendida desde un marco teórico y metodológico diferente a la actual formulación de los instrumentos de gestión implementados en los planes de ordenamiento territorial de la ciudad de Bogotá, pues esta no incorpora una opción normativa que supere esta tendencia a la urbanización salvaje, que se constituye en tradición cultural desde mediados del siglo XX . Los diferentes planes de ordenamiento de Bogotá desde las primeras versiones (decreto 619 de 2000) han explorado algunos instrumentos 390

como expresión de la ley 388 de 1997, sin embargo, todas las directrices y objetivos de la ley no se incorporan adecuadamente, pues el ordenamiento territorial, para la nueva ley de reforma urbana, tiene ante todo unas intenciones de equilibrio y solidaridad, como la defensa de los recursos naturales, la calidad de vida de los ciudadanos, la definición de áreas prioritarias, el énfasis especial en la atención a los espacios públicos y espacios colectivos, entre otros, pero, los instrumentos urbanos que se desarrollan en los planes de ordenamiento, aún mantienen no solo las viejas prácticas de planeamiento indicativo y funcional, sino también económico que se formula desde la segunda mitad del siglo XX . Los temas más delicados de esta distorsión son tres: 1. Las normas estructurales de la ley 388 de 1997, conocida como la Ley de Desarrollo Territorial, se traducen en normas para los sistemas generales y los usos del suelo, así como para los tratamientos, lo que supone una incoherencia debido a que las definiciones de usos y tratamientos son de orden local (en el marco de las ciudades metropolitanas contemporáneas) y no de orden estructural, pues la complejidad de relaciones socioespaciales exige una pertinencia normativa flexible y estratégica, por lo que lo general solo atiende lo estructural y lo específico atiende lo local. Esta tarea de diferenciar lo general y lo específico de


2. La actuación urbanística mantiene la costumbre urbanizadora depredadora de los planes indicativos (acuerdo 6 para Bogotá), es decir, la separación del proceso de urbanización y el de construcción, lo que no permite la acción integral, necesaria para la incorporación de las estructuras ecológicas en los procesos de crecimiento de las ciudad, pues esta exige integralidad e inter-escalaridad; los planes parciales que instaura el POT, en el marco de acciones urbanísticas para gestionar la plusvalía y repartir las cargas, son un logro importante frente a la gestión privatizante anterior, sin embargo, mantienen la lógica inmobiliaria sobre todo, pues la integración predial que realizan, la hacen para separarse de las directrices de los sistemas generales (estructura ecológica ante todo), por lo tanto, no incorporan el tejido hídrico siendo así la mayor de las limitaciones de los instrumentos vigentes. En esa dirección, la miopía residencial de los planes parciales olvida la incorporación de las redes de equipamientos colectivos que los planes maestros

trataron (sin éxito), de implementar1, y con ello incrementan los déficit de equipamientos colectivos en áreas de expansión y aun en áreas de renovación, pues al incrementar la población aumenta la demanda sobre los servicios de educación, salud, recreación y bienestar que el plan parcial no atiende, es debido a esto que la praxis y renovación de la ciudad mantiene la separación de procesos de urbanización y construcción y solo atiende la variable vivienda, dejando de lado la incidencia en la estructura urbana y la estructura ecológica. 3. Los planes de ordenamiento parecen olvidar que la ley 388 de 1997 tiene una figura capaz de aceptar el reto de la integración de la estructura ecológica y la estructura urbana, en el marco de una ciudad más sostenible y solidaria. Y es la actuación urbana integral que se desarrolla por proyecto urbano o macro-proyecto, y que posee las siguientes características básicas: a. La inter-sectorialidad, es decir la concurrencia de varios sectores de la gestión pública. b. La inter-escalaridad, es decir la estrategia de gobernabilidad donde el Estado, la

REFLEXIONES FINALES

los usos del suelo y los tratamientos no se encuentra desarrollada en los POTs de las ciudades en Colombia. Basta ver un mapa que intenta representar la estructura ecológica de manera fallida, pues tan solo es un inventario de áreas verdes discontinuas y segregadas, muy alejado de la intención de proteger los ciclos del agua, afirmar los ecosistemas, los corredores biológicos, etc.

1  El plan maestro de equipamientos educativos y el de bienestar social,

son los únicos planes que plantearon una red territorial para desarrollar su servicio público, pero en la formulación del decreto correspondiente, esta red queda relegada a los principios generales mas no en los instrumentos específicos y estándares finales.

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región y el municipio pueden participar, asimismo una adecuada gobernanza del agua puede incidir en la estructura ecológica desde la intervención local. c. La alianza público-privada, como mecanismo de financiación, e incluso, de diseño participativo.

AGUA + CIUDAD II

d. La integración de la estructura territorial (estructura urbana y estructura ecológica), con la estructura local de cada barrio o zona de planeación.

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Además, el proyecto urbano o macro-proyecto, permite la interdependencia de los procesos de integración inmobiliaria, la definición de servicios públicos, sistemas de transporte, equipamiento colectivo y estructura ecológica, a la vez que define la arquitectura del espacio urbano, es decir, la dimensión arquitectónica del proyecto urbano que asegura la integración del proceso de la construcción al de urbanización, un logro de alto impacto en una ciudad que crece sin derrotero estructural prospectivo, como la suma de las partes sin rumbo ni solidario ni sostenible. En síntesis, los instrumentos de planeación que el POT define, son ineficientes, no solo para atender la incorporación de la estructura ecológica, y específicamente el tejido hídrico en el ordenamiento, sino también, son ineficaces para atender los desequilibrios y el deterioro territorial actual; el plan parcial es tal vez el

instrumento menos indicado, pero igualmente los planes maestros de equipamientos colectivos y las unidades de planeación zonal (UPZ), dos instrumentos de ordenamiento que podrían gestionar el encuentro hídrico-urbano, no lo logran, y la razón es la misma que para el plan parcial: la terquedad normativa de unificar toda la metrópoli en un solo territorio homogéneo y reduccionista, sin aceptar que la diversidad y carácter local de los territorios no se regulan de arriba hacia abajo sino al contrario, son esencialmente problemas de gobernanza (poder horizontal) y solo en el manejo adecuado de estas dos direcciones de planeación, la que deviene de las regiones hacia los barrios y las que van de las unidades urbanas locales hacia la estructura territorial, se podrá incidir acertadamente en este encuentro problemático: ecológico-urbano. Los planes maestros fueron instituidos en los POT como la forma de territorializar la oferta colectiva de la ciudad, sin duda un gran acierto, mas aún cuando entendemos que la estructura urbana no se logra con planes viales, sino con lugares centrales integrados y complementarios, como lo propuesto por Lefebvre, Cerasi o Cacciari, para quienes los equipamientos colectivos son los espacios de centralidad ciudadana por excelencia2. Por lo tanto, los planes maestros, primero que todo, formulan una red de la oferta colectiva articulada con 2  El POT define la centralidad desde una visión económica y la limita a

los lugares de concentración de trabajo, siendo que la centralidad, es un término muy amplio, que no incorpora exclusivamente estas áreas.


Las unidades de planeación zonal, nacieron con la intención de comprender y estructurar la ciudad a partir de una escala más cercana, reconociendo que la ciudad tiene partes muy complejas y diferentes que deben ser atendidas en el marco de lo local, integradas adecuadamente con las estructuras metropolitanas en forma racional, sin embargo, el peso de la inercia normativa y la miopía de ver la metrópoli como una masa homogénea, sujeta a la especulación y privatización del suelo, imperó y redujo las propuestas de las UPZs a planes viales intermedios, usos del suelo ajustado obligatoriamente a los usos definidos en la norma general (desconociendo por lo tanto la especificidad zonal) y sectores normativos, que si bien reconocen mejor la singularidad de los barrios, traen un problema adicional: la pereza jurídica de aceptar los nuevos criterios morfológicos en lugar de los antiguos, terminó en dos ajustes, uno, el viejo sistema que se aplica cuando el nuevo (sector normativo emitido por la UPZ) no dice nada en específico, y dos, el ajuste que la UPZ trae como novedad, ambos en ciertos casos, se contradicen y reducen los predios a una camisa

de fuerza de dos lógicas3, esto como causa de la dificultad jurídica de aceptar que en lo local las normas edilicias pueden modificarse en el marco de un proyecto zonal. Este es el gran fracaso de las unidades de planeación zonal: no lograron estructurar lo zonal. Por ello, la alternativa que tienen las ciudades colombianas y la ciudad de Bogotá, es la incorporación de la figura del proyecto urbano integral en la formulación de los planes de ordenamiento territorial, dejando que estos espacios estratégicos exploren una nueva forma de gestionar los encuentros problemáticos de la estructura ecológica y la estructura urbana en forma sostenible, solidaria y contemporánea. Siguiendo la pista a dos experiencias de alto interés donde se aplican los proyectos urbanos como estrategia básica: el plan maestro de equipamientos educativos (PMEE) y el plan de manejo y mejoramiento de la infraestructura de IDIPRON (PMMI) formulado por el grupo de investigación en proyecto urbano y arquitectura del territorio de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, no como los respectivos decretos formulados por la administración Distrital.

REFLEXIONES FINALES

los sistemas generales (estructura ecológica, sistema vial y redes técnicas), pero terminan en la vieja costumbre de construir al margen del tejido urbano edificios aislados para fines colectivos, esta es tal vez, la mayor de las miopías de la planificación en Bogotá, reducida a los planes de implantación, que son en esencia planes de accesibilidad a los edificios, una vergüenza mayúscula.

3  Uno de los casos más comunes, es cuando un sector con valor morfo-

lógico, posible de mantenerse, se encuentra restringido en su desarrollo porque la UPZ mantiene la altura edificatoria actual, para preservar el valor urbano del barrio, pero permitiendo ampliación horizontal, mientras que la norma anterior restringe la ampliación horizontal (sin razón pertinente) y permite la densidad en altura (por una “razón general” de aumentar las densidades en la ciudad), una clara contradicción, que al final se traduce en la inmovilidad edilicia e incapacidad de los predios, para adaptarse a la transformación ineludible de la metrópoli.

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SEMILLERO AGUA + CUIDAD FASE II Natalia Carolina Acosta Bello y Angie Carolina Camacho Gutiérrez

AGUA + CIUDAD II

La necesidad de hablar de tres premisas del agua como base para abordar el entendimiento del territorio, se reforzó a partir de la revisión de los referentes en en el primer ejercicio Utopías del agua. En ellos se vió el potencial enriquecedor, no solo ecológico sino socioespacial que tiene el agua en el territorio cuando el hábitat urbano se piensa desde el cuerpo hídrico y desde las necesidades particulares de la población local, hacia su contexto.

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Es de resaltar que la constante en los tres referentes fue la integralidad de usos y consideraciones multidisciplinares que se contemplaron para hacer del agua el centro de cada proyecto. Esto implica llevar a cabo acciones que van más allá del mero abastecimiento o protección del agua (punto en el que parecen estar estancadas muchas intenciones locales en torno a los cuerpos o fuentes hídricas), y trastocan mayor variedad de dimensiones para impactar de mejor manera el contexto natural y humano.

Algunos de los puntos a resaltar, enmarcados en las premisas del Semillero, fueron: 1. Agua como elemento conectado y cíclico. Se reconocieron estrategias tales como: la purificación y reciclaje de agua utilizando bioingeniería y diseño paisajístico, se restauran las orillas del río y se consolidan como áreas seguras (Parque Bishan-Ang Mo Kio, Singapur); la conexión entre proyectos que se relacionan con el agua desde diferentes dimensiones y escalas (Parques del Río y Unidades de Vida Articulada, Medellín). 2. Agua como elemento estructurante. Las estrategias que resaltaron fueron: la recuperación de la flora y fauna como parte de los objetivos y acciones del proyecto (Parque Bishan-Ang Mo Kio, Singapur); la comprensión de los periodos de inundación y sequía del cuerpo hídrico y, por consiguiente, implementación de técnicas de manejo sostenible de aguas superficiales e


3. Agua como proveedor de espacio público. En la cual se identificaron estategias como: la integración del cuerpo hídrico al plan de educación pública del área para el apoyo de la educación ambiental y liderazgo en niños y adultos (Parque Bishan-Ang Mo Kio + Proyecto de espacio público Kibera, Nairobi); la creación de una red de espacios públicos (productivos o no), en torno a la fuente hídrica, apropiados por la comunidad local que refuerza los lazos sociales y afianza los espacios cotidianos en relación al agua (Proyecto de espacio público Kibera, Nairobi + Parques del Río y Unidades de Vida Articulada, Medellín). Posteriormente, con el segundo ejercicio, el acercamiento desde varias disciplinas a la realidad del agua en la Región Sabana y en Bogotá, puso en evidencia la poca o nula implementación de estrategias que relacionan la estructura hídrica con el hábitat, como las estudiadas en Utopías del Agua. Así pues, fue urgente el acercamiento a los instrumentos de planeación a través de los cuales se ha consolidado la muy diluida relación entre la estructura urbana y el agua.

Desde este punto, se hizo visible la baja efectividad que implican los actuales instrumentos de planeación de cara a las necesidades territoriales ecosistémicas que apremian y el gran impacto que ha tenido y sigue teniendo, al menos para la ciudad de Bogotá, el plan parcial. El acercamiento a este instrumento se realizó desde el análisis específico de dos de los planes parciales considerados estratégicos por el Semillero, en términos de relación y conectividad con las redes hídricas remanentes. Por un lado, se estudió el Plan parcial “El Bosque” del proyecto Lagos de Torca, que, caracterizado por colindar con el extremo norte del Humedal Torca, se halla en un área estratégica y amenazada donde aún se conecta (débilmente), la estructura hídrica desde los cerros orientales hasta el río Bogotá. Por otro lado, se estudió el Plan parcial “Tintalito Mazuera Oriental”, enmarcado por el río Fucha y cuya localización estratégica se da por la cercanía con el río Bogotá, el humedal Capellanía y el humedal de Techo. Con el objetivo de orientar el análisis de esta muestra y de lo que implica un plan parcial para el entorno natural y urbano, se recopilaron 76 estrategias específicas que posteriormente permitieron evaluar en qué medida el instrumento de planeación en cuestión está respondiendo con sensibilidad y sensatez a la riqueza del contexto hídrico en el que se encuentra.

REFLEXIONES FINALES

intermitentes (Proyecto de espacio público Kibera, Nairobi); y el reconocimiento del cuerpo hídrico como eje de desarrollo urbano (Parques del Río y Unidades de Vida Articulada, Medellín).

En este ejercicio, la revisión de las estrategias

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AGUA + CIUDAD II

recopiladas y la manera como estas se aplicaban a los planes parciales estudiados, dieron a entender que las propuestas en relación con la estructura hídrica, entendida como cuerpos de agua y como ciclo hidrológico, son mínimas. Se reconoció la condición en la cual los planes parciales acogen los elementos de la estructura ecológica para su protección, pero, además de esto, no propician ninguna relación con los cuerpos de agua o el agua en sus diversas formas. Por otro lado, aunque hay apartados que hacen alusión a los drenajes urbanos sostenibles, estos no se desarrollan al punto de especificar cuál es su aprovechamiento o impacto y cómo se evidencian más allá de superficies porosas. Es de resaltar que según lo trabajado en el Semillero y gracias a los referentes estudiados, la relación integral del agua y la ciudad debe darse bajo los principios de multifuncionalidad y aprovechamiento del potencial social, público, recreativo y educativo del recurso hídrico, podría incluso reconocerse como bien económico en la medida en que propicie, por ejemplo, espacios públicos productivos. Así, dado que actualmente los planes parciales, a consideración del Semillero Agua+Ciudad Fase II , no incorporan estrategias que propicien la integración de la estructura urbana y la estructura hídrica, se proponen algunas sugerencias a tener en cuenta dentro de este u otros instrumentos de planeación urbana. Como se mencionó anteriormente, los planes parciales definen detalles específicos como 396

los índices de construcción mientras omiten consideraciones estructurales como la relación naturaleza-ciudad, es por esto que, dada esta libertad de actuación, por ejemplo, en las tipologías edificatorias, la formulación de este tipo de instrumentos debería estar orientada, o acompañada por una entidad que construya y brinde lineamientos en su formulación en relación al agua. Dichos lineamientos tendrían que ser parte de la agenda pública y su construcción podría ser producto de un trabajo colectivo entre instituciones académicas y gubernamentales. Para la construcción de dichos lineamientos sería necesario reconocer y poner en valor los servicios que se puedan obtener de la integración de los cuerpos hídricos y el ciclo hidrológico con la estructura urbana, para ello haría falta retomar aprendizajes producto de, por ejemplo, el concepto de soluciones basadas en la naturaleza o del ya mencionado concepto de Water Sensitive Cities; el paso a seguir sería identificar, distinguir y, si se quiere, hacer seguimiento a tales beneficios. De ser necesario, podría integrarse esta valoración realizando un análisis de costos y beneficios que incorpore (y cuantifique) valores no existentes en el mercado tales como los beneficios sociales, culturales y ambientales de la protección e interacción con los cuerpos de agua, también llamados servicios ecosistémicos; o, por otro lado, desarrollando una nueva metodología de valoración no cuantitativa de dicha relación a través de la cual se privilegie el financiamiento,


Cuando se hace referencia a estos lineamientos, se reconoce la dificultad que puede significar su formulación, por ejemplo, en la definición de escalas de actuación (regional – urbana – arquitectónica) y, aunque no se sugiere que estas sean manejadas diferencialmente, pues se ve mayor valor en la interescalaridad de las propuestas urbanas, si se pueden ver complementadas por orientaciones más específicas, por ejemplo, con la formalización de un nuevo código de construcción orientado a la construcción sostenible que daría pistas de consideraciones tipológicas y estructurales de aquellas construcciones (residenciales o dotacionales) en su relación con el agua y los cuerpos hídricos. En términos de estructura de ciudad, por otro lado, y haciendo referencia a los planes maestros, se considera que los lineamientos mencionados no pueden ser exclusivos de un plan maestro en específico, tal es el caso del plan maestro de acueducto o alcantarillado o del plan maestro de espacio público, pues este es un tema inherente a los planes maestros de equipamientos, tanto como lo es a los planes maestros estructurantes y a los planes maestros de espacio público.

Bajo el principio de la diversificación de la implementación de los instrumentos de planeación urbana una de las posibilidades de transformación se podrían concentrar en el marco de los proyectos urbanos, que son definidos a partir de una visión de ciudad, y no de una ejecución, y reconociendo valores como la multi escalaridad, los efectos de las intervenciones más allá de su área de influencia y la cohesión de aspectos sociales, culturales, ambientales y económicos (y no puramente espaciales). O bien con la implementación de macroproyectos urbanos, definidos en la Ley 388 de 1997 como acciones orientadas a la ejecución de operaciones urbanas a gran escala, a través de la vinculación de diversas instancias públicas y privadas y siguiendo por ejemplo la experiencia de ciudades como Medellín con la implementación de los Macroproyectos del Río. En definitiva, la necesidad de entender e incorporar al sistema hídrico como estructura territorial y ordenadora, dentro de los instrumentos de planeación generales y locales de las áreas urbanas de Colombia es indispensable y va más allá de su mero reconocimiento dentro de la lógica actual de construcción de ciudad. Se advierten con optimismo las actuaciones e intervenciones realizadas a nivel nacional e internacional en materia de la integración los cuerpos hídricos y se invita a esta y todas las reflexiones necesarias para aprovechar en todo sentido la posible relación entre agua y ciudad.

REFLEXIONES FINALES

o se reconozca como operaciones estratégicas aquellos proyectos urbanos o actuaciones urbanísticas que ejecuten acciones concretas en pro de la conectividad, aprovechamiento, restauración y multifuncionalidad de los cuerpos hídricos en las áreas urbanas.

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Las fuentes tipográficas utilizadas fueron : Ancizar Sans, Helvética, Gadugi y Rockwell.

Este libro se imprimió en Bogotá - Colombia. Marzo de 2021



El presente documento surge como la continuación de la reflexión inmersa en el marco del semillero de investigación AGUA+CIUDAD, ahora en su FASE II, en el que se explora el papel del territorio hídrico en el proceso de transformación de las ciudades contemporáneas. Los avances realizados permitieron definir una temática general en el plano de las políticas que regulan el territorio urbano, de cara a una posible integración con los cuerpos hídricos en su carácter cíclico, estructurante y como proveedor de espacio público. Esto implica una gama amplia de reflexión que define una agenda de investigación con múltiples frentes de inicio, como lo son la dimensión de la gestión, políticas, espacio público, vivienda, equipamientos e incluso de la cultura del agua en el área urbana. Esta investigación es notable pues aborda la relación del sistema hídrico y el área urbana entendida desde múltiples perspectivas: arquitectónica, normativa y humana brindando posibilidades de acción en diversas escalas frente al problema principal de la conexión agua y ciudad.


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