ARQUEOLOGÍA VIRTUAL Parque Berrío
Seminario de Estudios Espaciales
minario de Estudios Espaciales
Alcaldía de Medellín Daniel Quintero Calle Alcalde Lina María Gaviria Hurtado Secretaria de Cultura Ciudadana Luis Guillermo Angulo Cardona Coordinador Programa de Planeación del Desarrollo Local y Presupuesto Participativo Secretaría de Cultura Ciudadana Jaqueline María Yepes Corral Apoyo a la supervisión Fortalecimiento al sector cultural, Estímulos y Memoria y Patrimonio Fernando Arcángel Aristizábal Posso Juan Carlos Vargas Castaño Nelson Raúl Suárez Rincón Equipo convocatoria Estímulos PDL y PP Cultura 2020 Secretaría de Cultura Ciudadana Sergio Alexander Hernández García Supervisor Secretaría de Cultura Ciudadana Emanuel Molina Flórez Pablo López Garnica Autores Juan Alejandro Saldarriaga Sierra Asesor académico Andrés Ramírez Vásquez Editor Esta publicación se realiza con recursos públicos priorizados por las y los ciudadanos de la Comuna 10 – La Candelaria, en el marco del programa Planeación del Desarrollo Local y Presupuesto Participativo de la Secretaría de Cultura Ciudadana del municipio de Medellín 2020.
Arqueología Virtual: Hacia una reconstrucción del patrimonio perdido en Parque Berrío
Investigadores/Autores: Emanuel Molina Flórez Pablo López Garnica Asesor académico: PhD. Juan Alejandro Saldarriaga Sierra Edición y diagramación: Pablo López Garnica Emanuel Molina Flórez Auxiliar edición: Andrés Ramírez Vásquez Impresión y encuadernación: @_vasquez_editores_ vasquezeditores@gmail.com vasquezeditores.com Libro hecho a mano Grupos asociados: Límite Atelier @limiteatelier Seminario de Estudios Espaciales @seminario.estudios.espaciales
Versión: Noviembre de 2020 Medellín, Colombia Diseño editorial: Pablo López Garnica Portada: Emanuel Molina Flórez
ÍNDICE
I II III IV V VI VII
Introducción
Pág.
11
Parque Berrío
Pág.
23
Arqueología Virtual
Pág.
41
Metodología
Pág.
49
Resultados
Pág.
61
Conclusiones
Pág.
161
Bibliografía
Pág.
169
Introducción El centro de Medellín es un lugar que representa imaginarios enigmáticos, contradictorios y artificiales que no se ciñen a las miradas tradicionalistas de los estudios socioespaciales que, comúnmente, son abordados desde la institucionalidad. Desde mediados del siglo XX el centro sufrió transformaciones en función de un supuesto mejoramiento de la infraestructura terrestre, la instauración de usos diversos que desplazaron la vocación residencial y la victoria estilística del Movimiento Moderno que alteró el paisaje urbano de toda la ciudad, y que tuvo como epicentro al Parque Berrío como plaza fundacional de Medellín. No obstante, aquellas transformaciones no parecen una novedad propia del contexto local y teóricamente pueden rastrearse en cualquier urbe intermedia o grande alrededor del mundo. Del mismo modo, los cambios de usos relativos a procesos de valorización predial, fueron comunes en diferentes contextos dada la llegada masiva de nuevos habitantes provenientes de entornos rurales, y con ello, la natural expansión de las ciudades. También es un hecho que los principios del Movimiento Moderno llegaron a consolidarse globalmente, por lo que no es extraño encontrar edificaciones que cumplen con sus preceptos desde Argel hasta Toliatti, por lo que Medellín, como la segunda ciudad más importante de Colombia, no sería la excepción en el panorama mundial. Por consiguiente ¿cuál sería entonces el enigma y la contradicción en el centro de Medellín? En primer lugar, se comprende el enigma como aquello que permanece oculto o que representa una dificultad para su entendimiento,
Figura 1. Fotomontaje del edificio del Banco Popular en fotografía antigua. Elaboración propia. Pág. 5. Figura 2. Collage de modelos tridimensionales de Parque Berrío. Elaboración propia. Pág. 9.
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y en ese sentido, la disposición espacial de Parque Berrío, la alteración de la infraestructura, el manejo ambiental y la presunta degradación del espacio en un entorno céntrico que tiene todas las condiciones de un lugar apropiado para el hábitat constituye una problemática irresuelta. Esta afirmación es extrapolable a casi todo el polígono que constituye la Comuna de La Candelaria, dado que las intervenciones urbanísticas están plagadas de cuestiones enigmáticas, que abarcan desde la transformación de la quebrada Santa Elena en una vía arteria, la falta de pragmatismo y rigor técnico para la implantación del nuevo tranvía, la semipeatonalización (que es, paradójicamente, compartida con vehículos en todos sus carriles) en la Avenida La Playa, la siembra temporal de árboles en la Avenida Oriental que luego se verían afectados por la construcción de estaciones de Metroplús, entre varias otras actuaciones inexplicables y cuyos motivos posiblemente se encuentren más próximos al campo disciplinar de la ciencia política que de la arquitectura o el urbanismo. Sin embargo, el enigma no se limita sólo a los cambios que surgieron desde la retórica institucional o las políticas de ordenamiento territorial, sino que también se explica desde la insuficiencia de las teorías, antecedentes e investigaciones alrededor del centro de Medellín, más allá de la recapitulación de testimonios orales o reconstrucciones históricas sumamente valiosas desde la crónica o la literatura, son escasas las investigaciones que aborden los estudios del centro de Medellín -y particularmente Parque Berrío- desde la arquitectura y el urbanismo. En resumen, el imaginario enigmático sobre el centro se explica desde algunas actuaciones inexplicables de la administración pública, la falta de investigaciones que promuevan un debate interdisciplinar sobre el espacio y la carencia de herramientas técnicas (cartografías, informes, planos, entre otros) que permitan una valoración patrimonial coherente con la historia de la ciudad.
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Por otra parte, la noción de contradicción también es recurrente en diferentes escalas de la ciudad, y parece ser más evidente en el centro. Según José María Bravo, Medellín no se ha caracterizado por tener espacios libres amplios debido al espíritu mercantil de sus gentes, que en función de conseguir un mayor lucro económico procuran optimizar al máximo la construcción en zonas abiertas (Bravo, 2007). Con base en esta afirmación, se pueden explicar los fenómenos de ocupación que actualmente imperan en la Comuna 10, y que alcanzan su apogeo en la zona tradicionalmente conocidad como “El Hueco”, cuyos niveles de ocupación del espacio público es alarmante, y sobre los cuales no parecen existir controles por parte de la administración pública. Del mismo modo, los bajos de la Estación Parque Berrío han adoptado el modelo de máxima ocupación y se han establecido mercados informales que exceden la capacidad del lugar. En consecuencia, se puede hallar una primera contradicción en el carácter de la identidad mercantil antioqueña como lugar común y símbolo de masa (Canetti, 2005) y la valoración de sus espacios tradicionales que, al menos en la actualidad, parecen quedar relegados a una consolidación residual en el imaginario popular. Según Oliver Tabares, la identidad antioqueña pasó de ser la relación de arraigo con el símbolo geográfico (las montañas) al desprendimiento de ese carácter para dar paso al imaginario citadino, que excluye su carácter inicial de “montañero” (Tabares, 2019) y rechaza la perspectiva rural de antaño. Este cambio de paradigma es evidente en el centro, y particularmente en Parque Berrío, con la sustitución progresiva de las arquitecturas que representaban la tradición constructiva con tierra y la llegada de edificaciones de marcado estilo internacional, lo que que podría indicar (al menos como hipótesis), que en Medellín tuvo lugar un giro estético marcado desde lo identitario y que todavía 13
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Figura 3. Postal de Medellín ante las entidades encargadas de turismo. Fotografía de Medellín Travel.
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puede darse una evolución conceptual de lo “paisa” que contemple, ya no sólo la noción de urbanita, sino también la de sujeto global. Es decir, lo identitario en el contexto antioqueño puede acontecer y presentarse de nuevas maneras, lo que también tiene implicaciones espaciales importantes y consecuencias simbólicas en el urbanismo. La comprobación de esta hipótesis permitiría comprender cómo la gran mayoría de construcciones edificadas desde la época de la colonia y sus predecesoras hasta mediados del siglo XX desaparecieron para darle lugar a nuevas estructuras que, según Gilda Wolf, se adecuaron los imaginarios de seguridad, progreso y prestigio del citadino (Wolf, 2016). Bajo esta mirada, aparece una segunda contradicción de la imagen actual del centro, donde lugares como Parque Berrío o la Plaza de las Esculturas se muestran como las postales por excelencia sobre Medellín (resalta la fotografía del metro pasando por el viaducto al lado del Palacio de la Cultura), pero en la práctica el centro es percibido negativamente por parte de la ciudadanía, lo que también ha impedido fomentar la vocación residencia, siendo evidente en los indicadores de viviendas por metro cuadrado en la comuna. Por lo anterior, si bien Medellín parece conservar su vocación comercial y el carácter mercantil sigue siendo un factor determinante en los procesos de identificación comunitarios, también existen argumentos para pensar que la contradicción entre arraigo y destrucción en el centro están motivados por influencias externas y cambios globales, y que la identidad paisa no tiene, al menos en términos espaciales, un panorama claro. De alguna manera (contradictoria, si se quiere), la identidad espacial del centro de Medellín ha estado marcada por el eclecticismo de sus estilos y halla cierta originalidad gracias a la anarquía en el ordenamiento urbanístico, cuyo ejemplo más notable es Parque Berrío y la imposición de la infraestructura del sistema Metro, siendo único en su especie. 1. Si bien el término proviene de la etimología francesa pays, de donde surgen también las palabras “país” y “paisaje”, en este contexto es más cercano a lo que se refiere a un habitante de Antioquia o su zona de influencia.
Por lo tanto, la contradicción aparece en los términos discursivos, identitarios y políticos manifestándose en las condiciones espaciales del centro, producto de la incapacidad institucional para consolidar un lugar que no se vea permeado por la influencia retórica del exterior y que esté en capacidad de reconocer los nuevos giros estéticos que permita la adaptación al cambio de paradigmas. En definitiva, existen contradicciones que exceden los alcances de los estudios espaciales pero que requieren una atención urgente para la organización urbana y la valoración patrimonial, con el objetivo de evitar una degradación aún mayor y volver la mirada sobre cómo debe ser una centralidad que refleje el carácter de la historia antioqueña, desde todos sus matices, pensando en lo que Medellín heredará a sus ciudadanos del futuro. Finalmente, el imaginario artificial se refiere a la postura actual sobre el territorio que no está resolviendo las contradicciones y que parece no adecuarse al horizonte de acontecimientos globales que inciden en la ciudad. El artificio, entendido en este caso como la capacidad de simulación, ha generado en Medellín daños irreversibles y nuevas problemáticas cada vez más difíciles de combatir por la sumatoria constante de errores de intervención. El ejemplo más notable en este caso podría referirse a la imposición del Metro sobre Parque Berrío cuya justificación destacaba por una pobreza argumentativa desde la técnica y por sofismas institucionales que describían un supuesto beneficio para la movilidad y el espacio público de Medellín. Este tipo de estratagemas discursivas ha sido una constante en la ciudad, y existe el peligro de que sigan sucediendo a través de supuestos manifiestos urbanísticos contemporáneos. Uno de los casos más recientes se puede atribuir al llamado “urbanismo táctico”, que consiste en la aplicación de acciones concretas e inmediatas sobre un lugar y generalmente desconociendo las dinámicas preexistentes de las comunidades. Este tipo de intervenciones, en su mayoría copiadas del extranjero sin sustento en el contexto local, terminan favoreciendo o replicando espacios residuales que no generan ninguna clase de apropiación y conllevan un gasto público considerable.
Figura 4. Fotografía de intervención de urbanismo táctico en Medellín. Fotografía de Róbinson Sáenz para periódico Qhubo.
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Otro de los instrumentos discursivos de la planeación y ordenamiento se refiere al ambientalismo y la sostenibilidad urbana. Si bien son tópicos de interés, y requieren ser temáticas prioritarias para el futuro de la ciudad, actualmente se están llevando a cabo proyectos que se enfocan en la cosmética de lo “verde”, en lugar del mejoramiento de los indicadores de espacio público y de la consolidación de nuevos espacios para la sustentabilidad ecológica. En el caso de Medellín, los esfuerzos de peatonalización y adecuación de espacios se enfocan en la jardinería y en consolidar una imagen superflua que haga mención a la ecología, sin comprender la multidimensionalidad de la sostenibilidad, tal como ocurrió en la peatonalización de la Avenida La Playa, la ubicación de materas en la Carrera Bolívar y la siembra de árboles en el separador de la Avenida Oriental, que si bien dejaron una estela de comentarios positivos desde el imaginario popular, en términos ambientales su impacto es superfluo. En la misma línea de imaginario artificial se encuentra la narrativa de protección patrimonial en Medellín, que ha sido relegado históricamente a un plano secundario y actualmente parece instrumentalizarse en función de ejercer control sobre los territorios. Es el caso de Prado Centro, que cuenta con 266 Bienes de Interés Cultural declarados, pero que adolece de un marco normativo específico y de voluntad política para la constitución de un Distrito Cultural que le daría herramientas a los pobladores para el mantenimiento y protección del barrio. En lugar de eso, las intervenciones del Estado se reducen a la adecuación de andenes y al mantenimiento de las fachadas de los bienes con el objetivo de conservar la escenografía atemporal bajo un supuesto de “regeneración urbana”, que está aunado con planes a futuro de mercantilización del patrimonio, y que podrían derivar en procesos de gentrificación. En contraste, no parece existir un interés por proteger o explotar el patrimonio de Parque Berrío, y la mayoría de sus intervenciones están mediadas por un interés de renovar la cosmética de procesos urbanísticos, sostenibles y patrimoniales que no cumplen su función y generan nuevos ciclos de enigmas, contradicciones y artificios en la lógica espacial del centro de la ciudad. 16
Ante este panorama de multidimensionalidad de problemáticas alrededor del centro de Medellín, la identificación de conflictos identitarios, políticos y espaciales derivados, la ausencia de investigaciones desde el campo de la arquitectura y el urbanismo y la indeterminación en cuanto al patrimonio futuro, esta propuesta pretende hacer un aporte en términos teóricos y prácticos, delimitando dede la disciplina arquitectónica y la investigación aplicada el objeto de estudio a Parque Berrío, con el objetivo de rastrear todos los cambios espaciales, volumétricos y arquitectónicos desde el año 1875 (primer registro fotográfico de la Plaza Mayor) hasta el año 2018 (inicio de las obras de peatonalización de la Carrera Bolívar) y traducirlos a modelos tridimensionales que permitan constituirse como herramientas para la toma de decisiones en cuanto a la intervención de la arquitectura o el espacio público de la plaza. Para lograr este objetivo, se adoptó la metodología de Arqueología Virtual, que hace referencia a los modelos informáticos que apoyan los estudios y reconstrucciones de patrimonio, y que otorgan una resignificación del tratamiento convencional de los objetos y espacios desde la arqueología tradicional (Rivero, 2011). En otras palabras, la metodología consiste en la reconstrucción digital a través de la consulta de fuentes, registros y huellas del pasado tal como sucede en los mecanismos habituales de la arqueología, pero permite además la posibilidad de viasualizar en tres dimensiones objetos, edificios o lugares que ya no existen. En el caso de Parque Berrío, el principal insumo para la aplicabilidad de la metodología fueron las fotografías del acervo de la Biblioteca Pública Piloto, y que han sido ampliamente difundidas y comentadas en el grupo de Facebook Historia Fotográfica de Medellín (HFM). Cabe anotar que los aportes de los administradores y ciudadanía general motivaron algunas de las reflexiones de este libro, y encaminaron los objetivos de la investigación en función de responder preguntas sobre el patrimonio abordadas en esa comunidad digital. Además de las fotografías, se realizó una construcción cartográfica y planimétrica que permitió identificar los cambios urbanos, y que también 17
posibilitó una reconstrucción fidedigna en lo que se refiere a las dimensiones de los lotes y predios que enmarcan la plaza, y cuyos detalles y características más singulares se encuentran debidamente modelados. El nivel de precisión de cada edificación depende de la visibilidad de las fotografías y la calidad de su conservación. Sumado a lo anterior, esta propuesta recogió las investigaciones más representativas sobre Parque Berrío y también delimitó un estado del arte sobre la aplicación de la metodología en otros centros históricos alrededor del mundo, con el fin de evaluar su pertinencia en el contexto del Centro de Medellín, dado que, según consulta en bases de datos especializadas, este estudio sería el primer ejercicio de arqueología virtual que se realiza en el país. Si bien esta investigación presenta con claridad su limitación temporal y espacial, y no está en posición de responder a las cuestiones inherentes a los enigmas, contradicciones y artificios que engloban la comprensión del centro de la ciudad (así como tampoco podría dar una respuesta totalizadora sobre Parque Berrío), si pretende que a través de una reconstrucción del patrimonio perdido y las reflexiones que suscita su aparición en la modalidad digital, permitan suscitar la urgente discusión sobre el futuro de Parque Berrío y de la Comuna 10 en general. En consecuencia, no sólo se piensa en el componente técnico de la arqueología virtual, sino que también se abordan conceptos que sustentan la investigación o se corresponden con algún apartado de la misma. En el caso del patrimonio futuro (Wolf, 2016) que se define como un conjunto de estrategias que parten desde la valoración institucional del patrimonio, el significado que tiene para una comunidad específica y sus posibilidades de activación para su aprovechamiento cultural, económico y social y que podría tener incidencia en cuanto al entendimiento del patrimonio como aquello que tiene valor y puede heredarse a otros. En función de lo anterior, esta investigación plantea que la información es el primer insumo que permite la toma de decisiones sobre un territorio, y pretende que la metodología pueda ser replicable en otros contextos. 18
Por ende, es importante destacar el papel desde la conceptualización de la apropiación social, en la medida en que permitiría un proceso de transferencia del conocimiento y contribuciones teóricas que puedan derivar en nuevos procesos de producción de conocimiento si existen las condiciones para que la ciudadanía se interese por el patrimonio del centro de Medellín. Es imperativo que las comunidades construyan afectos alrededor de los elementos patrimoniales, ya que la única manera de proteger y/o conservar un territorio específico o paisaje es a través del sentido de pertenencia y la construcción de nuevos relatos valorados desde la memoria colectiva (Groot, 2003). Bajo esta premisa, también se hace mención al concepto de comunidad digital que se define como un nuevo tipo de organización que, haciendo uso de las nuevas plataformas de comunicación informática, se establece en la red a través de intereses comunes que pueden provenir de gustos, cuestiones estéticas o preferencias culturales sin un territorio físicamente establecido. Estas comunidades pueden surgir a través de la consolidación de conversaciones permanentes que generalmente están dispuestas a través de foros virtuales (Siles, 2005). Dado que esta investigación se desarrolla en el marco de la contingencia global por la pandemia de COVID-19, las comunidades digitales juegan un papel clave en medio de las medidas de aislamiento obligatorio decretadas por el Gobierno Nacional, no sólo porque permiten una medición de la incidencia del proyecto, sino porque posibilita discusiones que dificilmente serían posibles en encuentros presenciales y que quedan registradas en el ámbito de las redes sociales, y posibilitando la exploración de ecosistemas virtuales no convencionales. En conclusión, esta investigación realizó un modelo de arqueología virtual que permitió la reconstrucción digital del patrimonio edificado perdido en Parque Berrío, cuyo fin era plantear un debate abierto sobre los enigmas, contradicciones y artificios de la institucionalidad en la ciudad y mostrar la posibilidad de pensar el Centro de Medellín desde una nueva perspectiva. 19
Parque Berrío Pese a que no es objeto de este documento el análisis de la historia de Parque Berrío, y que se conoce el texto de José María Bravo titulado De Plaza Mayor a Parque Berrío, que realiza un estudio riguroso a través de la crónica, los relatos y la literatura, sí es importante resaltar y profundizar en algunos hechos históricos que son de interés para la presente investigación. Por lo tanto, a continuación se describe una breve síntesis de los orígenes de la plaza fundacional de Medellín y se mencionan sucesos que pueden explicar las transformaciones posteriores de la plaza. Cabe anotar que si bien el contexto temporal de la investigación se ubica entre 1875 y 2018, son necesarias algunas precisiones previas, como la delimitación de la manzana que configuró la plaza y la construcción de la basílica menor de La Candelaria para comprender el contexto general. En consecuencia, es menester resaltar que el trabajo de Bravo y otros investigadores locales (como el arquitecto constructor Luis Fernando González) no necesariamente abordan como temática central las transformaciones espaciales de Parque Berrío, por lo que también se hizo necesario un trabajo de interpretación y de relación de sucesos a fin de complementar las indagaciones preliminares sobre las transformaciones que sufrió Parque Berrío, analizando las fotografías, las reseñas históricas y las cartografías de diferentes épocas con el objetivo de construir una línea de tiempo que permitiera señalar los cambios volumétricos y arquitectónicos predio por predio en todos los paramentos. El libro de José María Bravo se constituye como fuente principal de la investigación, aunado con artículos académicos y de la prensa local.
Figura 5. Fachada tridimensional del Banco Republicano. Elaboración propia. Pág. 21.
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Historia
Figura 6. Poste con argolla conocido coloquialmente como “mico” para el castigo público de presidiarios. Ejemplo de ruina en Navarra, España. Fotografía tomada de nabarralde.eus
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Según José María Bravo, es común relacionar la historia de Parque Berrío con la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria que tuvo lugar en 1649 en el sitio de Aná. Si bien se hacen algunas anotaciones sobre la constitución de un cabildo meses después, y la compra de casas y baldíos que se encontraban en los paramentos, no fue sino hasta el año 1675 que el Alarife Agustín Patiño hizo el trazado de las vías y la delimitación de la centralidad a la cual llamó Plaza Mayor. El Alarife también fue el encargado de trazar las nuevas vías y la Villa creció según los parámetros determinados en el acta de fundación, siendo las iglesias y los conventos determinantes en la expansión de la ciudad, dentro o fuera del entramado (Bravo, 2007). El mismo año de 1675 se declaró fundada a Medellín en el antiguo sitio de Aná por parte de Miguel de Aguinaga y se ordenó empedrar la plaza , a la par que se pondría el artefacto denominado “mico”, elemento cuyo objetivo era la humillación y tortura de los presos. Aunado a lo anterior, el gobernador de Antioquia dio licencias para la apertura de tiendas alrededor de la plaza, lo que marcaría una incipiente vocación comercial. La Villa creció de manera natural y lentamente, como las demás fundaciones en Antioquia, y el mercado se instaló en la plaza con toldos destinados al comercio de utensilios y la venta de comidas (Bravo, 2007). En cuanto a la configuración inicial de la plaza, Bravo cita el documento inédito de Rafael Ortíz Arango, Crónicas sobre historia de Medellín, donde se menciona que en el costado occidental de la plaza se ubicaba la cárcel y el concejo, describiendo también las características del artefacto de castigo contra los presos (el mico) como un poste alto con una argolla donde eran azotados. El resto de la plaza estaba configuarada por la Iglesia y casas pajizas alrededor. No hubo transformaciones hasta entrado el año 1700.
Entrado el siglo XVIII se dieron cambios espaciales o de ordenamiento significativos, entre los que se mencionan el cambio de techos de las casas pajizas (dado que según se comentaba, eran proclives a los incendios), la construcción de las primeras casas de dos pisos con balcón, y se prohibió a los pobladores de la Villa que encerraran a los animales en la plaza, particularmente a las cabras dado que se entraban a la iglesia (Bravo, 2007). También se construyó la fábrica real de aguardiente en el costado occidental y por orden de Mon y Velarde se construyó una pila hecha de piedra para el suministro de agua. Por la misma época se enumerarían 292 casas de un piso, 29 casas de balcón y 6 iglesias en el contexto inmediato y se le pondrían nombres a las calles (Bravo, 2007). A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX se construyó una modesta pila de adobes y se realizó el primer plano de la Villa, que se le atribuye al pintor José María Giraldo. Hubo algunas modificaciones menores, pero en términos generales se conservó la estructura y los estilos de casas de un piso y de balcón. En 1803 se construiría el primer colegio de secundaria en el costado noroccidental de la plaza por los padres franciscanos. En 1826 Medellín se convertiría en la capital del departamento, aun cuando tenía unos servicios públicos deplorables y un carácter de pueblo incipiente (Bravo, 2007). En 1830 se incendia una de las casas de balcón de la plaza. En 1835 llegaría la primera carroza de transporte enviada desde Jamaica que agilizaría el proceso de empedrado de las calles. En 1850 se liberan los esclavos y la Plaza Mayor sería el epicentro de la celebración. En 1851 se decreta el mejoramiento del alumbrado público nocturno. En 1853 de cambiaría la pila de piedra por una de bronce. En 1868 se declaró a Medellín como nueva sede diocesana, lo que llevó a la consolidación de una nueva centralidad en el Parque Bolívar, que se conectaría a través de Junín y la construcción de la Avenida La Playa (Bravo, 2007). De 1850 a 1880 se daría en la ciudad un desarrollo acelerado, tanto en términos de expansión territorial como de transición de la época colonial a la época republicana, con fuerte influencia cultural de Inglaterra y Francia. 25
Sucesos (1875 - 2018)
Figura 7. Cartel de anuncio del espectáculo del aeronauta mexicano Antonio Guerrero en Parque Berrío. Imagen tomada del archivo de matacafe.co.
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El primer registro fotográfico que se encontró de Parque Berrío se remite al año 1875, cuando el aeronauta mexicano Antonio Guerrero visitó la ciudad para el espectáculo de elevación de un globo de petróleo en el centro de la Plaza Mayor. A partir de esta primera fotografía, que muestra una serie de edificios de dos pisos con balcón en su mayoría (en la imagen se vislumbra una edificación que parece tener tres pisos), se realizó la recopilación de las imágenes fotográficas que mostraran las fachadas y constitución general de la plaza fundacional. Si bien en el capítulo de la metodología se describe con claridad el proceso de selección y transformación de las fotográfías para la elaboración del modelo de arqueología virtual, y en el capítulo de resultados se exponen los alzados y modelos tridimensionales producto del proceso, en este apartado se mencionan los sucesos representativos identificados por rangos de tiempo más o menos definidos a través de la búsqueda bibliográfica y documental, que pueden ayudar a comprender el significado y la lógica espacial de Parque Berrío. La fotografía del despegue tripulado del globo de Antonio Guerrero también marcaría una tendencia al registro en imágenes de los hechos más representativos del lugar, y también facilitaría la comprensión del contexto urbano-arquitectónico de la época. En 1888 la Iglesia de La Candelaria es convertida en Catedral y en 1890 sonarían por primera vez las campanas de la iglesia. Estos hechos permiten inferir la progresiva transformación de la catedral y su influencia no sólo como elemento arquitectónico, sino también desde el dominio del paisaje y el simbolismo cultural. En 1895 se sustituye la antigua pila de agua de bronce y se erige en su lugar la estatua de Pedro Justo Berrío, diseñada por el artista Giovanni Anderlini. Por este hecho cambia el nombre de la plaza por el que conocemos actualmente y ese mismo año se realizan las obras para convertir la plaza en un jardín cerrado.
En 1898 se instalaría el primer alumbrado público en Medellín, en el Parque Bolívar. Si bien este hecho no tiene una relación directa con la transformación de Parque Berrío, si permite situar, desde una visión del centro como una totalidad en crecimiento interno, la innovación tecnológica que esto simbolizaba para la época. En 1916 ocurre un incendio en el costado norte de Parque Berrío, y posteriormente ocurriría un nuevo incendio en el costado occidental. Los siniestros propiciaron una transformación arquitectónica que daría lugar a edificaciones de estilo republicano, cuyos nombres distintivos serían los apellidos de las familias más prestantes de la época, como el Edificio Olano, el Edificio Gutiérrez, el Edificio Hernández, entre otros. Bautizar las edificaciones con apellidos fue una práctica extendida hasta que el término “rascacielos” y las postales anglosajonas, principalmente las que mostraban la imagen de Nueva York, llevaron a proyectar un nuevo estilo de arquitectura, y el crecimiento de las sociedades anónimas, empresas y compañías dominaría los nombres de las nuevas edificaciones, como es el caso de los edificios Coltabaco, La Bolsa o el Henry, cuya aparición en el paisaje urbano también demostraría el imaginario del progreso comercial. A mediados de la segunda década del siglo XX Gonzalo Mejía en el costado sur construyó una bomba de gasolina. Ricardo Olano trajo el sistema de transporte público con el tranvía eléctrico y los primeros buses. El atrio de la iglesia funcionó como hito y también como terminal y estación de transporte. En 1920 se eliminan las rejas que cubrían los jardines (actualmente se encuentran en un parque de Santa Rosa de Osos), se despoja el parque de arbustos y se conservan sólo algunos árboles. También se construye el pedestal de la escultura preexistente. En 1921, posterior al incendio del costado norte, se tapiarían los lotes. En 1931 la iglesia de La Candelaria dejaría de ostentar la calidad de catedral debido a la finalización de la construcción de la Catedral Metropolitana en el Parque Bolívar. En 1966 se ampliaría la Carrera Bolívar, y la iglesia tendría un nuevo título de Basílica Menor de la Candelaria en 1970.
Figura 8. Estatua de Pedro Justo Berrío en el centro del parque que lleva su nombre. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 9. Escultura El Desafío del artista Rodrigo Arenas Betancourt en Parque Berrío. Fotografía de Edwin Bustamante tomada de elcolombiano.com.
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En 1974 se dio la peatonalización de la Calle Boyacá. En 1981 el artista Rodrigo Arenas Betancourt instalaría su escultura “El Desafío” en Parque Berrío. Esta década de 1980 marcaría uno de los cambios más representativos en la historia de Parque Berrío, que tienen que ver con la construcción de la línea Metro. Si bien existía una propuesta para que la estación de Parque Berrío fuera subterránea, tal iniciativa fue descartaba y la administración pública se decantaría por la línea elevada que conocemos en la actualidad. En 1985 comenzarían las obras, en 1988 se construirían las vigas del viaducto, en 1989 se suspendería su construcción hasta 1992 que se reanudarían obras. Finalmente, en 1995 se inauguraría la línea A del Metro de Medellín. Posterior a la instauración de la estación del metro, que ocultaría casi por completo el paramento oriental de la plaza, los cambios constructivos y morfológicos fueron mínimos, y no sería sino hasta el año 2018 -con la peatonalización de la Carrera Bolívar- que Parque Berrío sufriría una alteración en su configuración, a pesar de que el impacto de tal intervención parece que ha sido mínimo en lo que se refiere al control de la informalidad sobre el espacio público.
Transformaciones espaciales 1c. 6a.
1b. 1a.
1.
3.
2.
5.
4.
6b. 6c.
6.
cra. Palacé 19.
17.
7.
clle. Colombia
18.
clle. Boyacá
19a.
8.
8. 16a.
16.
15.
cra. Bolívar
14.
13.
15a.
9.
12.
11.
10.
N
15b.
Con el objetivo de identificar las transformaciones volumétricas y arquitectónicas de los predios que constituyen los paramentos de Parque Berrío, se realizó el anterior esquema de distribución de loteo sobre un plano de la plaza, lo que permitió rastrear los cambios de cada lote (incluso de aquellos que no conservan la configuración inical), depurar el acervo fotográfico y aplicar la metodología de arqueología virtual en Parque Berrío. En las páginas subsiguientes se despliegan las listas de cambios según lote identificado. O
1O
2O
3O
5O
1OO
Figura 10. Plano de Parque Berrío señalando numéricamente los lotes para la identificación de sus transformaciones. Elaboración propia.
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Costado Sureste 1. Esquina oriental. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y balcón corredor. 1926. Cambia + 1b a un edificio de dos plantas republicano.
2. 1649. Se construye el primer templo católico dedicado a Ntra Sra de la Candelaria, con una primera construcción en madera y techo de paja, por el cura Don Juan Gómez de Ureña. 1712. El templo fue reedificado en tapia por el tercer párroco Don Carlos de Molina y Toledo. 1766. El Cabildo constató que el templo amenazaba ruina y se acordó con el párroco de ese entonces, el padre Juan Salvador de Villa y Castañeda, tumbarlo para levantar uno nuevo. (Diseño de José Varón de Chávez gobernador de la provincia) 1768. Se inició la construcción del nuevo templo, mientras las liturgias se celebraban en la Iglesia de la Veracruz.
1776. Se terminó la construcción del nuevo templo. 1888. Se nombra Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, se terminan las torres que antes estaban adornadas por espadañas.
3. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y balcón corredor. 1900. Banco de Sucre. Edificio de 3 pisos con fachada republicana. 1908. Compañia de L. Mejia S&Ca. ~1926. Se le cambia el remate del edificio y se convierte en el Banco de la República. 1933. Se le agrega un toldo e iluminación eléctrica. 1947. Edificio de la Bolsa.
5. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y balcón corredor. 1908. Commercial Bank of Spanish America, LTD. Edificio Republicano de 3 pisos. 1975. Demolido.
Costado Suroeste 6. Esquina sur. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y balcón corredor. 1908. Edificio La Fama. 1978. Diagonal 50. Se construye un edificio en la carrera Palacé y el Edificio Colpatria en la calle Colombia.
4.
7.
~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y balcón corredor. 1895. Edificio de 3 pisos con fachada republicana 1975. Lote 4 + 5 demolido. Lote vacío. 1978. Edificio Banco Popular.
~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. 1922. Se pintaron las fachadas de las casas. 1968. Demolido. Lote vacío. 1975. Se unen los lotes de toda la manzana. Edificio del Banco de la República.
8. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. 1922. Se pintaron las fachadas de las casas. 1965. Demolido. Lote vacío.
pisos y corredor balcón. 1902. Edificio de L. Mejia S&Ca. Droguería antioqueña. 1921. Edificio de Pablo Lalinde & Ca. 1921. 29 de octubre destruido por incendio. Se divide en 2 lotes.
9.
11a.
~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. 1920. Se pintaron las fachadas de las casas. 1940. Edificio Hijos de Fernando Restrepo & Co. de estilo republicano. 1967. Demolido. Lote vacío.
1925. Lote vacío. 1926. Edificio Miguel Vásquez. 1965. Demolido.
Costado Noroeste 10. Esquina occidental. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. 1949. Edificio del Banco de Colombia (Arq. Federico Blodek)
11. ~1870. Casa estilo colonial de dos
republicana. 1940. Edificio Banco de Bogotá. ~1980. Modificación de la fachada.
13.
1923. Banco Republicano. 1930. Banco de Bogotá. 1944. Banco de Londres. 1975. Edificio Banco de Londres.
~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. 1920. Droguería Central. 1921. 29 de octubre destruido por incendio. 1921. Lote vacío. 1923. Se convierte en un almacénbodega de un solo nivel, de un tal Arango R. 1930. Compañía colombiana de tabaco. Piel Roja. 1963. Lotes 13 + 14. Edificio Coltabaco
12.
14.
~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. 1910. Edificio de Hijo de Pastor Restrepo & Ca. Gran Almacén el Salón Rojo y Droguería H.P.R&C. 1921. Almacén Americano. 1921. 29 de octubre destruido por incendio 1923. Edificio de fachada
1675. La primer casa de Cabildo y Ayuntamiento de la naciente Villa (según reconstrucción de Vieco) ~1870. Ayuntamiento de Antioquia. Edificación colonial de 3 pisos. 1910. Edificio Ángel. Almacén Británico de Ángel, López y Cía. (Arq. Antonio J. Duque)
11.b
1920. Edificio Ángel. Cambios a estilo republicano. 1921. 29 de octubre destruido por incendio. 1923. Edificio Juan Saldarriaga. 1963. Demolido.
Costado Noreste 15. Esquina norte. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. ~1921. Casa colonial de un solo nivel. 1929. Edificio Henry.
16. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. 1922. Edificio Olano (Arq. Enrique Olarte). 1966. Demolido. Ampliación de la carrera Bolívar.
17. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. ~1890. Banco Vásquez. 1916. 27 de marzo destruido por incendio 1917. Edificio Hernández (Arq. Enrique Olarte) 1950. Demolido.
1959. Edificio estilo moderno. ~1991. Demolido. Por obras del techo de la estación Parque Berrío.
18. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. 1913. Hotel América. 1916. 27 de marzo destruido por incendio. 1917. Edificio Gutiérrez (Arq. Enrique Olarte). 1959. Incendio en Everfit edificio Gutiérrez. 1963. Edificio Gutiérrez de estilo moderno. de Everfit.
Figura 11. De izquierda a derecha: edificios Hernández, Gutiérrez y Echavarría. Fotografía de Melitón Rodriguez. Tomada del archivo de la Biblioteca Pública Piloto.
19. ~1870. Casa estilo colonial de dos pisos y corredor balcón. 1890. Hotel Continental. 1895. Villa Botero S&Ca. 1900. Hotel Europa. 1910. Hotel Lusitania. 1916. 27 de marzo destruido por incendio. 1917. Edificio Echavarría (Arq. Enrique Olarte). 1966. Edificio Mariscal Sucre. Colombiana de capitalización seguros patria y Flamingo.
Figura 12. Edificio Mariscal Sucre en 1966. Fotografía de Gabriel Carvajal. Tomada del archivo de la Biblioteca Pública Piloto.
Contexto/Cartografías Más allá de la reconstrucción (aproximada) de las transformaciones y sucesos de interés para la construcción del modelo de arqueología virtual en Parque Berrío, y la identificación de los elementos históricos más sobresalientes, también es importante mencionar el papel de las cartografías y evolución de los planos de la ciudad de Medellín. Más allá de constituir una de las bases que permitieron inferir los procesos de distribución predial, las cartografías también representan un insumo invaluable para estudios posteriores, en la medida en que se podría relacionar los estilos de la arquitectura de Parque Berrío a partir de la expansión y conectividad con otros hitos de la ciudad a través de diferentes épocas. En consecuencia, el cruce de información desde un enfoque interdisciplinar permitiría contrastar censos, cartografías, acervos fotográficos, planos, modelos tridimensionales, testimonios orales, estudios políticos y análisis históricos con el objetivo de reconstruir el paisaje de acontecimientos de la Medellín de hace 30, 50 o 120 años. El registro de los planos y cartografías que se presenta a continuación se realizó sólo desde un enfoque documental. Es decir, que sólo se muestran con el objetivo de ilustrar al lector sobre la tipología, dimensiones y estructura de ciudad en relación con el mapa de transformaciones prediales que se presentó en el subcapítulo anterior. Por lo tanto, también cabe mencionar la necesidad de articular la documentación de la Biblioteca Pública Piloto, el sistema de bibliotecas públicas de Medellín, el archivo del CEHAP de la Universidad Nacional de Colombia, la Fundación Ferrocarril de Antioquia y el Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe. Un diálogo interinstitucional permitiría no sólo optimizar los procesos de consulta de las fuentes cartográficas y/o planimétricas de Medellín, sino que también fomentaría la aparición de nuevos problemas de investigación. 33
Figuras 13, 14, 15, 16, 17 y 18. De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo : Plano de 1675 dibujado por Germán Suárez Escudero. Plano de 1791 atribuido a José María Giraldo.Plano de1770 reconstruído por H. M. Rodríguez / Plano de 1800 reconstruído por Alvaro Restrepo E / Plano de 1847 de Hermenegildo Botero / Plano de 1889 levantado por los alumnos de la Escuela de Minas. Fuente: CEHAP Universidad Nacional de Colombia.
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Figuras 19, 20, 21, 22, 23 y 24. De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo: Plano de 1906 Arreglado y completado por “Tornillos y Tongas” para el “directorio de Medellín” / Plano de 1908 según Schlass Brothers / Plano de 1913 elaborado por el Dr. Jorge Rodríguez Lalinde en colaboración con la Sociedad de Mejoras Públicas / Plano de 1918 propiedad de la oficina de Propaganda Comercial / Plano de 1923 Levantado por la “Casa Person” de Londres y completado después por los ingenieros del distrito / Plano de 1925 cortesía de la Compañía Colombiana de Tabaco. Fuente: CEHAP Universidad Nacional de Colombia.
35
Figuras 25, 26, 27, 28, 29 y 30. De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo: Plano de 1932 elaborado por Henrique Cerezo Gómez / Plano de 1933 por el ingeniero J. Arango / Plano de 1938 elaborado por el departamento técnico del municipio / Plano de 1944 de la dirección de obras municipales / Plano de 1948 elaborado por por la Secretaria de Hacienda y Obras Públicas sección de Urbanismo y Planeamiento / Plano de 1955 de elaboración desconocida. Fuente: CEHAP Universidad Nacional de Colombia.
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Figuras 31, 32 y 33. Primera imagen arriba y luego de izquierda a derecha: Plano de 1956 de elaboraciĂłn desconocida que contiene el desarrollo urbano en diferentes ĂŠpocas / Plano de 1963 dibujado por Alonso Valencia y Jorge Ocampo / Plano de 1981 de elaboraciĂłn desconocida. Fuente: CEHAP Universidad Nacional de Colombia.
37
Arqueología Virtual La arqueología virtual se define como una metodología de investigación/ creación que permite, a través de diversos instrumentos tecnológicos, la visualización computarizada del patrimonio cultural. En el caso del presente estudio, esta metodología se aplica con el objetivo de recuperar el patrimonio perdido de Parque Berrío y modelar tridimensionalmente las edificaciones más representativas desde 1875 hasta el año 2018, no sólo para contribuir técnicamente a la visualización de la plaza en diferentes épocas, sino también para la generación del modelado como instrumento para la planeación municipal y planes de protección e intervención patrimonial a futuro. Sobre este tema, la Carta de Londres del King’s College London persigue fomentar y construir un consenso alrededor de la implementación de estrategias digitales, definiendo principios para el uso de los métodos de visualización computarizada en relación con la integridad intelectual, fiabilidad, documentación, sostenibilidad y acceso (Denhard, 2009). Esta carta constituye el primer documento que se constiituye con el objetivo de establecer principios generales para el uso de metodologías y difusión de resultados desde la arqueología virtual, la realidad aumentada o la visualización asistida por ordenador. Sus principios se basan en proporcionar un punto de referencia para los profesionales en el área disciplinar que hagan uso de la metodología, promover el rigor intelectual y técnico en las visualizaciones digitales del patrimonio, garantizar que los procesos y resultados de la visualización sean comprendidos por los usuarios y posibilitar contribuciones al estudio patrimonial.
Figura 34. Fachada tridimensional del Edificio Olano. Elaboración propia. Pág. 39.
41
Figura 35. Fotografía del Arco de Carnuntum en Austria que muestra un estilo de visualización de la arqueología virtual. Imagen tomada de Wikimedia Commons (Open License).
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Por su parte, los Principios de Sevilla pretenden complementar los preceptos de la Carta de Londres, y añade nuevos principios con que amplían sus condiciones de aplicabilidad en investigaciones académicas enfocadas en la arqueología virtual. Estos nuevos principios son la interdisciplinariedad (como la mirada o vinculación de distintos campos del saber), la finalidad (objetivo general de la investigación), la complementariedad (la visualización digital como complemento pero no como sustitución de otros métodos tradicionales), la autenticidad (mostrar la visualización de manera fidedigna, hasta donde sea posible), la rigurosidad histórica (la visualización debe estar sustentada por documentos técnicos y/o históricos), la eficiencia (usar menos recursos y obtener mejores resultados), la transparencia científica (los resultados pueden ser contrastados) y el principio de formación y evaluación (contribuir a la difusión del patrimonio cultural). Cabe anotar que estos principios definen la arqueología virtual como una disciplina científica que tiene por objeto la investigación y el desarrollo de formas de aplicación de la visualización asistida por ordenador a la gestión integral del patrimonio arqueológico (International Forum of Virtual Archeology, ). Sin embargo, para fines de la presente investigación sobre Parque Berrío, el término de arqueología virtual se limita a su aplicación metodológica, dado que los alcances y el desarrollo del estudio no constituye una incorporación teórica al campo de la arqueología tradicional propiamente. Sumado a lo anterior, si bien se lleva a cabo un riguroso proceso de identificación de las transformaciones a través de textos históricos y fotografías de diferentes épocas, algunos de los principios de la arqueología virtual como disciplina académica implicarían alcances que excederían el propósito del proyecto y que serían inabarcables en términos conceptuales. No obstante, los alcances de la investigación no se ciñen a la mera visualización tridimensional, sino que también plantea reflexiones sobre las actuaciones administrativas y sobre la necesidad de plantear estudios que promuevan la valoración y protección patrimonial de Parque Berrío.
Estudios y aplicaciones Posterior a la delimitación conceptual de la arqueología virtual y la definición alcances, se realizaron algunas indagaciones y revisiones de literatura científica que permitieran una perspectiva ampliada sobre su implementación metodológica y las posibles aplicaciones en variados campos disciplinares. En el artículo “Nuevas tecnologías para difundir el Patrimonio Cultural: las reconstrucciones virtuales en España” de Lucía Gómez Robles y Victoria Quirosa García se realiza un recorrido cronológico por diferentes iniciativas académicas y del sector privado que apostaron por la arqueología virtual como mecanismo de difusión y generación de nuevo conocimiento. En las figuras 36 y 37, referenciadas por las autoras, se muestran dos ejemplos donde el primero de ellos partió desde una institución pública y la segunda fue desarrollado por un encargo privado. Si bien ambas comparten mecanismos de representación similares y muestran imágenes fidedignas según archivos preexistentes, en el primer caso se pretendía un análisis de carácter histórico-documental y en el segundo se trataría más de un apoyo visual que omitiría las cuestiones teóricas. En este sentido, si bien el artículo se refiere a una construcción de un archivo cronológico que se limita a experiencias en España, también muestra que hay iniciativas que han sido validadas a nivel mundial a través de congresos (como el CIPA o el VSSM) o desde lineamientos institucionales como la creación de La Carta UNESCO para la preservación del Patrimonio Digital (Robles & García, 2009). Por otra parte, Fabregat (et al.) nos introduce en el término de anastilosis, que consiste en la técnica de reconstrucción de un monumento a partir de una ruina preexistente con el objetivo de recuperarlo para su uso o para la valoración de su imagen. Para los autores, el proceso de anastilosis es traducible a los entornos digitales a través del uso del software Blender, hallando por tanto
Figura 36. Ilustración de reconstrucción 3D del foro de Balawat en Segóbriga. Tomado de patrimoniohistoricoclm.es.
Figura 37. Ilustración de reconstrucción 3D del Teatro Romano de Mérida. Tomado de Rodel S.L.
Figura 38. Ilustración ejemplar de arqueología virtual con Blender. Tomada de Virtual Archeology Review.
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Figura 39. Reconstrucción digital de una vista aérea de Alorda Park en España en su fase de desarrollo. Tomado de Heritage & Museography (Her&Mus).
Figura 40. Reconstrucción digital de una vista aérea de Alorda Park en España terminada. Tomado de Heritage & Museography (Her&Mus).
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una fuerte conexión con los preceptos derivados de la arqueología virtual y principalmente con la metodología empleada en Parque Berrío. Los autores parten desde la toma de muestras en campo, la recuperación de fotografías antiguas y la realización de un levantamiento planimétrico. Posteriormente describen la importación al software Blender y asuntos técnicos sobre el modelado y el tratamiento de superficies que emulen la antigüedad de la edificación en los que no vale la pena profundizar. Según Tania Martínez Gil y Joan Santacana Mestre, en su artículo “De lo real a lo digital: la arqueología reconstructiva y la obtención de imágenes virtuales para la investigación en la didáctica del patrimonio”, desde el punto de vista de la investigación didáctica actual, ofrecer imágenes del pasado sin plantear los métodos que nos conducen a su elaboración no proporciona conocimiento científico alguno (Martínez & Santacana, 2013), y en ese sentido, plantean una comparación entre el patrimonio simulado digitalmente y el patrimonio reconstruido con técnicas tradicionales cuya base es la investigación histórica y arqueológica. A partir de la comparación, entre los elementos in situ y la simulación en sí misma, realizaron diferentes fases de reconstrucción digital del yacimiento arqueológico denominado como “Alorda Park” en España, donde lograron establecer, con metodologías derivadas de la arqueología tradicional, la representación de una imagen más cercana a la realidad (figuras 39 y 40). Los autores concluyen que cuando se agotan los yacimientos arqueológicos (materiales) como fuentes primarias de la investigación se pueden utilizar instrumentos digitales para ayudar a la percepción del espacio construido, siempre a partir de un levantamiento técnico lo más riguroso posible (Martínez & Santacana, 2013). Esta búsqueda bibliográfica permite comprender no sólo las aplicaciones prácticas de la metodología de la arqueología virtual en diferentes contextos, sino también las dificultades y los debates que persisten sobre su uso como una herramienta que promueva exclusivamente la visualización. La mayoría de
autores coinciden en la necesidad de amparar la construcción digital de imágenes patrimoniales en investigaciones rigurosas que cuenten con información previa suficiente y contrastable entre fuentes, con el objetivo de producir nuevo conocimiento en lugar de mitos sobre lugares de importancia patrimonial. En este sentido, la investigación alrededor de Parque Berrío priorizó las fuentes documentales sobre las cuestiones relativas a la estética del imaginario tradicional. En otras palabras, los productos tridimensionales de la metodología de arqueología virtual empleada se corresponden con los acervos fotográficos y relatos históricos, dejando de lado las suposiciones que pudieran minar la objetividad del proyecto. Más allá de la consulta y recapitulación de los estudios mencionados, también se elaboró un marco teórico alrededor de las aplicaciones y potencialidades de la arqueología virtual desde otros campos del saber. Algunos de los artículos o textos académicos consultados hacen referencia a la instrumentalización del modelado 3D como promotor del turismo patrimonial (Ortega et al., 2014), al mejoramiento de visualización científica a partir de la inteligencia artificial (Barceló & Oriol, 2011), al desarrollo de aplicaciones de visualización en dispositivos móviles (Noguera et al., 2012) y a procesos de apoyo visual y análisis espaciales para una reconstrucción histórico-política fidedigna de un lugar determinado (Rodríguez, 2010), poniendo como ejemplo las dinámicas territoriales de la Roma Antigua (figura 41). En resumen, la arqueología virtual es una metodología y un campo de estudio en sí mismo que puede tener múltiples aplicaciones que no se limitan al campo de las humanidades o de las artes visuales, y que se pueden explorar desde una mirada interdisciplinar. En el caso específico de su implementación en Parque Berrío (y si es posible, su replicabilidad en todo el centro de Medellín) las potencialidades radican en servir como insumo para una mejor comprensión de la historia local, como instrumento para la valoración patrimonial y como precedente (esta sería la primera investigación de esta clase en Colombia) para investigaciones futuras alrededor de los estudios espaciales.
Figura 41. Reconstrucción digital de la Roma Antigua. Tomado del Museo de la Civillta Romana.
45
Metodología La investigación se inscribe dentro de una metodología cualitativa con enfoque documental, que específicamente plantea estudios descriptivos y correlacionales. En el primer caso, se refiere a la descripción que recoge los archivos y las narrativas históricas para la construcción del estado del arte, y en el segundo la correlación de factores que inciden en el planteamiento de una arqueología virtual. Por lo anterior, el problema de investigación se resume como la “carencia de información y herramientas técnicas para la valoración patrimonial y apropiación sociocultural del Parque Berrío en Medellín”. Lo anterior se basa en la evidencia producto de las fuentes documentales consultadas, la observación directa y la información recogida desde los antecedentes teóricos. Existe entonces una problemática de disponibilidad de información, de uso de herramientas técnicas del territorio y dificultades para promover la apropiación sociocultural más allá de las intervenciones urbano-arquitectónicas, y que requieren de estrategias innovadoras que pueden desarrollarse desde el componente técnico y el campo de las artes visuales. Desde la aplicación de una estrategia de investigación analítica-sintética, la metodología de reconstrucción de hechos se presentó como la más acertada, en la medida en que posibilitó una aproximación al objeto de estudio que implica la interdisciplinariedad (historia, arquitectura, diseño, urbanismo, entre otras) para logar implementar un modelo de arqueología virtual en Parque Berrío. Para este fin, no sólo se consultaron fuentes bibliográficas y se delimitó un acervo fotográfico, sino que también se realizó su traducción en
Figura 42. Fachada tridimensional de edificio en Parque Berrío. Elaboración propia. Pág. 47.
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Figuras 43, 44, 45 y 46. Arriba de izquierda a derecha: Fotografías del Edificio Banco de Sucre en 1900 (por Gonzalo Escovar); 1908 (por Rafael Mesa); 1912 (autor desconocido); 1916 (por Melitón Rodríguez). Fotografías tomadas del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto. *Estas fotografías ilustran el proceso de selección y análisis visual previo al modelado.
50
un ecosistema virtual tridimensional que permite la identificación de épocas, hechos históricos y patrimonios perdidos. En este sentido, la metodología para la ejecución de la investigación y la producción de resultados se dio a través de actividades lineales que respondían a los objetivos específicos: construir un estado del arte, diseñar la línea temporal de transformaciones de Parque Berrío, realizar modelos tridimensionales de los cambios y la producción del presente libro. Para alcanzar los fines propuestos, en principio se construyó una base documental para la consulta de literatura científica, artículos de prensa y libros de historia sobre la fundación de Medellín. No obstante, las condiciones de aislamiento obligatorio por la pandemia de COVID-19 dificultaron la búsqueda y limitaron los alcances a las publicaciones digitales, con consultas directas a la Biblioteca Pública Piloto. A pesar de esa dificultad, se logró construir una base teórica sólida, no sólo en términos de reconstrucción de Parque Berrío sino también desde el marco conceptual que permitió hacer énfasis en la arqueología virtual, el patrimonio futuro, las comunidades digitales y la apropiación social.
Es preciso señalar que la información sobre Parque Berrío se encuentra fragmentada inclusive en lo que respecta al material bibliográfico físico. Por ende, se comprende que, más allá de rigurosas indagaciones históricas, existen muy pocos documentos que hayan abordado a Parque Berrío como el principal objeto de estudio, y mucho menos desde los campos disciplinares de la arquitectura y el urbanismo. Paralelo a la consulta documental, se construyó un acervo fotográfico con base en el archivo de la Biblioteca Pública Piloto y la curaduría de los miembros de la comunidad digital del grupo de Memoria Fotográfica de Medellín (HFM). También se identificaron las diferentes cartografías de la ciudad a lo largo de su historia, que permitieron no sólo la identificación de los predios según la época de estudio, sino también el cálculo aproximado de las dimensiones de cada lote, y de esta manera se logró establecer parámetros claros para el modelado tridimensional posterior. Desde el acervo fotográfico se procedió a la selección de fotografías e imágenes que, según cada época de intervención, permitieran visualizar diferentes perspectivas de la misma edificación, con el objetivo de aproximarse a la imagen tridimensional con la mayor fidelidad posible.
Figuras 47 y 48. Arriba de izquierda a derecha: Fotografías del Edificio Banco de Sucre en 1920 (por Melitón Rodríguez) y en 1922 (por Manuel Lalinde). Fotografías tomadas del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto. *Estas fotografías ilustran el proceso de selección y análisis visual previo al modelado.
51
Figura 49 y 50. Arriba de izquierda a derecha: Esquemas de análisis de perspectiva en fotografías (izquierda) y edición fotográfica para lograr una imagen ortogonal previo al proceso de modelado digital (derecha). Fotografías referenciadas y elaboración propia.
52
Luego de la organización bibliográfica y documental, se procedió a diseñar la línea temporal de las transformaciones de Parque Berrío desde 1875 hasta 2018. Esta línea sintetiza la duración de las edificaciones y algunos hechos singulares que terminaron en su destrucción o cambio (como los incendios de principios de 1920). Posteriormente, se procedió con el diseño del sistema metodológico de arqueología virtual, que consistió en la identificación de las morfologías, loteos, dimensiones y superficies de Parque Berrío, y que abarcaba también la edición fotográfica y los cambios de perspectiva, que permitieran redibujar la fachada desde una vista ortogonal. En este punto es pertinente aclarar algunas cuestiones relativas a la arqueología virtual. En primer lugar, esta metodología no ha sido, hasta la fecha, aplicada en Colombia, por lo que este primer acercamiento teórico-práctico es apenas un piloto de las posibilidades que la
metodología puede ofrecer por sí misma. En segundo lugar, que no es posible, desde el acervo fotográfico, que las dimensiones sean completamente exactas, sin embargo, se emplea la escala humana, de puertas y ventanas como referencia para un acercamiento más preciso, así como la comparación entre edificaciones que aún existen y de las cuales se cuenta con más información. En tercer lugar, que es indispensable un registro (pictórico, planimétrico, fotográfico, entre otros) para que pueda darse un proceso de arqueología virtual. Así mismo, que la metodología puede replicarse en contextos similares y a otras escalas. Además, desde la consulta documental también se analizaron experiencias de aplicación de la metodología en diferentes lugares del mundo, que si bien
Figura 51. Modelo tridimensional resultado del proceso de análisis fotográfico y reconstrucción histórica desde la metodología de arqueología virtual. Elaboración propia.
53
Figuras 52 y 53. Fotografías de los bajos de la Estación Parque Berrío desde el sur y el norte respectivamente. Fotografías propias. Pág. 55.
Figura 54. Línea de tiempo de las transformaciones de Parque Berrío. Elaboración propia. Págs. 56 y 57.
54
no cuentan con características similares al panorama de Parque Berrío, si han favorecido la reconstrucción de imágenes de los lugares que desaparecieron por catástrofes naturales o acciones antrópicas, como es el caso de Pompeya en Italia o Palmyra en Siria. Después de diseñada la estrategia de arqueología virtual, se procedió con el dibujo bidimensional de las fachadas y la elaboración de modelos tridimensionales desde Google Sketchup. Es importante destacar que el proceso de modelado sólo abarca la volumetría de cada edificación y no sus planos interiores. Es decir, que no se cuenta con modelos de muros, puertas, mobiliario o demás elementos que constituyen la edificación. Esto debido a que no se cuenta con información planimétrica (sólo cartográfica) de los predios, y que constituiría una labor que excede la intencionalidad de demostrar el ambiente urbano de las diferentes épocas. No obstante, es una posibilidad que podrían explorar futuras investigaciones a través de la búsqueda de testimonios orales o planos arquitectónicos de algunos edificios ejemplares. Finalmente, se llevaron a cabo procesos de difusión y de diálogo de saberes a través de la exposición del proceso de levantamiento de información, construcción de modelos, alcances conceptuales y reflexiones sobre el futuro del patrimonio en Medellín con las comunidades digitales mencionadas previamente. Parte de este proceso consistió en reuniones virtuales sincrónicas, elaboración de pósters, publicaciones en redes sociales y puesta en marcha de una plataforma web de microblogging donde se encuentra todo el material disponible de la presente investigación para su consulta gratuita. Dentro del horizonte de posibilidades para la escalabilidad del proyecto se encuentra la implementación de tecnologías de realidad aumentada de los modelos 3D.
1930
1925
1920
1915
1910
1905
1900
1895
1890
1885
1880
1875 1850. Plaza de Zea 1895. Parque de Berrío 1863. Parque de Berrío 1984. Parque Berrío 1776. Basílica de Nuestra señora de la Candelaría ~~ Casa colonial 1900. Banco de Sucre/ de la República 1948. Edificio de la Bolsa ~~ Casa colonial 1895. Residencia de los Lalinde ~~ Casa colonial 1908. Commercial Bank of Spanish America, LTD. 1977. Edificio Banco Popular ~~ Casa colonial ~~ Casa colonial ~~ Casa colonial/ Edif. Hijos de Fernando Rpo 1974. Edificio Banco de la República ~~ Casa colonial/ Edificio de L. Mejía S&Ca. 1923. Banco Republicano/ Londres 1926. Edificio José María Sierra 1971. Edificio Banco de Londres ~~ Casa colonial. Edif. Hijo de Pastor Rpo & Ca. 1923. Edificio republicano 1940. Edificio Banco de Bogotá ~~ Casa colonial. Droguería Central 1923. Bodega 1930. Compañia colombiana de tabaco 1800. Edificio Ángel/ Gobernación de Antioquia 1923. Edificio Juan Saldarriaga 1965. Edificio Coltabaco ~~ Casa colonial 1922. Edificio Olano ~~ Casa colonial 1917. Edificio Hernández 1959. Edificio Hernández 1997. Pasaje de los murales de Pedro Nel Gómez ~~ Casa colonial 1917. Edificio Gutiérrez 1960. Edificio Gutiérrez ~~ Casa colonial 1917. Edificio Echavarría 1966. Edificio Mariscal Sucre 1995. Metro de Medellín
Construcción Cambio en fachada Demolición Incendio Lote vacío/ cambio
2015
2010
2005
2000
1995
1990
1985
1980
1975
1970
1965
1960
1955
1950
1945
1940
1935
Resultados En este capítulo se muestran los levantamientos planimétricos, fotografías (selección del acervo fotográfico), los modelos tridimensionales y anotaciones de interés derivadas de la metodología de arqueología virtual aplicada donde se pueden hallar puntos de convergencia entre las indagaciones históricas, los análisis de imágenes y los estudios espaciales. En este sentido, los documentos que se presentan a continuación son, más que una mera visualización de las transformaciones arquitectónicas del lugar, una estrategia para rescatar la memoria visual del patrimonio edificado perdido en el centro de Medellín y una herramienta para pensar el futuro de Parque Berrío desde la instrumentalización de los modelos 3D en función de la toma de decisiones de orden político-administrativo sobre el territorio. Según la línea de tiempo construída con base en los cambios prediales de Parque Berrío, y la consulta cartográfica fundamentada en la morfología general, se lograron identificar al menos cinco momentos en los que hubo alteraciones generales de la plaza o una acumulación de sucesos en los predios: 1850 (origen de cambios identificados hasta 1875), 1895, 1963,1966, 1974 y 1995 (última transformación importante hasta 2018). Por lo anterior, la estructura de este capítulo sigue el orden cronológico de 1850 a 1995, donde aparecen primero las fachadas (este, sur, oeste y norte respectivamente) y fotografías de referencia de las mismas. Finalmente, cierra el capítulo los planos de los cambios más significativos en cada época e ilustraciones de todas las edificaciones modeladas tridimensionalmente.
Figura 55. Fachada tridimensional del Edificio Gutiérrez. Elaboración propia. Pág. 59.
61
Figura 56. La entonces Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria. 1873. Fotografía de Pastor Restrepo Maya. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
62
Figura 57. Fachada Este de Parque Berrío. En 1776 se terminó la construcción del templo de la Iglesia de la Candelaría, este es el estado de la Fachada Este en 1875. Elaboración propia. Pág. 63.
Figura 59. Fachada Este de Parque Berrío. En 1888 cambiaron las espadañas de la iglesia por torres. Elaboración propia. Pág. 65.
Figura 58. Plaza de Zea (hoy Parque de Berrío) en la década de 1880. Fotografía de Rafael Mesa. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
64
Figura 60. Estatua de Pedro Justo Berrío. 1898. Fotografía de Melitón Rodríguez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 61. Fachada Este de Parque Berrío. En 1895 se construye la residencia de los Lalinde. Elaboración propia. Pág. 67.
66
Figura 62. Muchedumbre en el Parque Berrío. 1922. Fotografía por Benjamín de la Calle. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
68
Figura 63. Fachada Este de Parque Berrío. En 1900 se construye el Banco de Sucre en el lote junto a la iglesia y en 1908 se construye el banco ‘Commercial Bank of Spanish America’ en el lote de la esquina. Elaboración propia. Pág. 69.
Figura 64. Isométrico Banco de la República, antes Banco de Sucre. Elaboración propia. 70
Figura 65. Fachada Este de Parque Berrío. En 1926 el Banco de Sucre tiene cambios es su fachada y se convierte en el Banco de la República. Elaboración propia. Pág. 71.
Figura 66. Manifestación pro carretera al mar en el Parque de Berrío. 1949. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto. 72
Figura 67. Fachada Este de Parque Berrío. En 1948 se construye el Edificio de la Bolsa diseñado por los arquitectos H.M. Rodríguez y Rodríguez Orgaz. Elaboración propia. Pág. 73.
Figura 68. Construcción del Edificio Banco Popular. Marzo de 1978. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 69. Fachada Este de Parque Berrío. En 1974 demolición y unificación de los lotes de la residencia Lalinde y el ‘Commercial Bank of Spanish America’ por proyecto del edificio del Banco Popular. Elaboración propia. Pág 75. 74
Figura 70. El Desafío, obra en bronce y concreto, realizada por el artista Rodrigo Arenas Betancourt en el periodo 19781980 localizado al frente del Edificio del Banco Popular. Julio de 1981. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 71. Fachada Este de Parque Berrío. En 1977 se inician las obras del edificio del Banco Popular diseño de Esguerra Sáenz y Samper. Elaboración propia. Pág 77.
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Figura 72. Costado sur del Parque de Berrío en 1922. Fotografía de Manuel Lalinde. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 73. Fachada Sur de Parque Berrío. Estado de la Fachada Sur para el 1875. Elaboración propia. Pág. 79.
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Figura 75. Fachada Sur de Parque Berrío. En la década de los 20’s se transformaron los primeros pisos para una mejor respuesta del comercio. El edificio Hijos de Fernando Restrepo tuvo un cambio de fachada para tener un carácter más republicano. Elaboración propia. Pág. 81. Figura 74. Costado sur del Parque de Berrío. 1954. Fotografía de Diego Garcia Galeano. Fotografía de Manuel Lalinde. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto. 80
Figura 77. Fachada Sur de Parque Berrío. En 1974 se finalizó el proyecto del Banco de la República proyectado por los arquitectos Raúl Fajardo, J. Manjarrés, A. posada, F. Ramírez. En el proyecto inicial estaba planteado soterrar la calle Colombia para unir Parque Berrío con la plazoleta del edificio, intención que nunca se llevo a cabo. Elaboración propia. Pág. 83.
Figura 76. Manifestación del candidato a la Presidencia de la República el General (R) Gustavo Rojas Pinilla en el Parque de Berrío, viernes 13 de marzo de 1970. Fotografía por Gabriel Carvajal. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 78. Edificio Banco de la República y Construcción de la Torre del Café. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 79. Fachada Sur de Parque Berrío. En el año 1975 se construyó la Torre del café que con su altura máxima de 160 metros sobrepasa al edificio del Banco de la República y tiene impacto en el espacio público de Parque Berrío. En 1985 se inician obras del Metro de Medellín. Elaboración propia. Pág 85.
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Figura 81. Fachada Oeste de Parque Berrío. Estado de la fachada oeste en 1875. En la esquina de la calle Bolívar con Boyacá (edificio de la derecha) funcionó la Gobernación del Estado de Antioquia en el edificio Ángel. Elaboración propia. Pág. 87.
Figura 80. Día de mercado público en la Plaza de Zea (hoy Parque de Berrío). 1880. Fotografía de Pastor Restrepo Maya. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 82. Droguería antioqueña y Gran Almacén Salón Rojo. 1910. Fotografía de Benjamín de la Calle. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto. 88
Figura 83. Fachada Oeste de Parque Berrío. En la primera década del siglo XX se instauran importantes negocios en los edificios de la fachada oeste como lo son el Gran almacén el Salón Rojo o las droguerías Central y H.P.R&C. (Hijos de Pastor Restrepo y Ca.). El edificio Ángel modernizó su fachada a un estilo republicano con el diseño del arquitecto Antonio J. Duque. Elaboración propia. Pág. 89.
Figura 84. Inauguración del tranvía eléctrico el 12 de Octubre de 1921. Fotografía de Benjamín de la Calle. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 85. Fachada Oeste de Parque Berrío. Se realiza el tercer piso en el Almacén Americano (anterior Salón Rojo) que sería la tercera edificación más alta en el Parque de Berrío, tras la iglesia de la Candelaría y el edificio Ángel. Elaboración propia. Pág. 91. 90
Figura 86. Isométrico Banco Republicano. Elaboración propia. 92
Figura 87. Fachada Oeste de Parque Berrío. El 29 de octubre de 1921 se produjo un incendio que destruyo la totalidad de la manzana oeste. Luego de este incidente las primeras edificaciones en levantarse en el Parque de Berrío fueron el Banco Republicano en 1923 diseño de la oficina de H.M. Rodríguez e Hijos reconocible por su gran arco y coronado por dos aguilas. En el mismo año se levantó un edificio de 3 niveles con estilo republicano sin nombre y en la esquina de Bolívar con Boyacá (derecha de la imágen) se contruyó el edificio Juan Saldarriaga. Elaboración propia. Pág. 93.
Figura 88. Parque de Berrío en la década de los 30’s. Fotografía de Hermann Oppenheimer. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 89. Fachada Oeste de Parque Berrío. En 1926 en la esquina de Bolívar con Colombia se contruyó el edificio José María Sierra. En 1930 se contruyó el edificio de la Compañia Colombiana de Tabaco en el lote faltante configurando así nuevamente la fachada completa desde el incendio en 1921. Elaboración propia. Pág. 95.
Figura 90. Vaca en el Parque de Berrío. 1950. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto. 96
Figura 91. Fachada Oeste de Parque Berrío. En 1940 Se construye el edificio del Banco de Bogotá con características modernas. Elaboración propia. Pág. 97.
Figura 92. Calle Colombia en el Parque de Berrío. 1965. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 93. Fachada Oeste de Parque Berrío. En 1965 se realiza la demolición del edificio José María Sierra a causa de las obras del ensanche de la calle Colombia. En 1965 se inician las obras del Edificio Coltabaco el primer edificio moderno del Parque Berrio con 89 metros de altura, diseñado en conjunto por Darco, Fajardo, Vélez y Cía.y Álvaro Posada P. Elaboración propia. Pág. 99.
Figura 94. Vista de Parque Berrío desde el edificio Banco de la República. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto. 100
Figura 95. Fachada Oeste de Parque Berrío. En 1971 Se terminó el edificio del Banco de Londres diseñado por R. Gonzáles sobre la unificación de los lotes del Banco de Londres y el edificio José María Sierra. Elaboración propia. Pág. 101.
Figura 96. Foto aérea construcción de la estación Parque Berrío. Fotografía de Carlos Mario Morales Castaño. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 97. Fachada Oeste de Parque Berrío. En 1995 se inaugurá el Metro de Medellín obra del diseño del arquitecto César Valencia Duque. Elaboración propia. Pág. 103.
Figura 98. Procesión del Santo Sepulcro en el Parque de Berrío. Principios del siglo XX. Fotografía de Gonzalo Escovar. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 99. Fachada Norte de Parque Berrío. En 1875 se encontraban entre las edificaciones de izquierda a derecha casa colonial, Banco Vásquez, el Hotel América y el Hotel Europa. Elaboración propia. Pág. 105. 104
Figura 100. Incendio en el costado norte del Parque de Berrío el 27 de marzo de 1916. Se observan los daños ocasionados a los hoteles América y Europa. Fotografía de Benjamín de la Calle. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 101. Fachada Norte de Parque Berrío. El 27 de marzo de 1916 un incendio destruyó el Hotel América y el Hotel Europa parte del Banco Vásquez fue destruido para detener el incendio tras esto en 1917 se construyeron los edificio Hernández y Gutiérrez obras del arquitecto Enrique Olarte. Elaboración propia. Pág. 107.
Figura 102. Isométrico Edificio Gutiérrez. Elaboración propia.
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Figura 103. Fachada Norte de Parque Berrío. En 1917 se construyó el edficio Echavarría diseñado por Enrique Olarte. Elaboración propia. Pág. 109.
Figura 105. Fachada Norte de Parque Berrío. En 1922 se contruye el Edificio Olano también del arquitecto Enrique Olarte dando como resultado que la fachada norte sea de estilo republicano. Elaboración propia. Pág. 111. Figura 104. Manifestación de Laureano Gómez en el Parque de Berrío. 1950. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 106. Isométrico Edificio Olano. Elaboración propia.
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Figura 107. Fachada Norte de Parque Berrío. En 1950 es demolido el edificio Hernández. Elaboración propia. Pág. 113.
Figura 109. Fachada Norte de Parque Berrío. En 1959 se contruye el edificio Hernández de estilo moderno como sede del Banco Popular, en su interior en el primer nivel se realizaron murales por el artista Pedro Nel Gómez. Elaboración propia. Pág. 115. Figura 108. Incendio del Edificio Gutiérrez. 1959. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 110. Alumbrado navideño en el Parque Berrío. 1973. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 111. Fachada Norte de Parque Berrío. En 1959 ocurrió un incendio en el edificio Gutiérrez que en aquel entonces estaba ocupado por Everfit, el incendio sólo afectó un predio. En 1960 se terminó la construcción del nuevo edificio Gutiérrez de estilo moderno. Elaboración propia. Pág. 117.
Figura 112. Carrera Bolívar de la Plazuela Nutibara hacia el sur. 1967. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 113. Fachada Norte de Parque Berrío. En 1966 el edificio Echavarría es demolido para la construcción del edificio Mariscal Sucre de estilo moderno, en este edificio en un principio funcionó Flamingo. En este mismo año se realizaron las obras de ampliación de la carrera Bolívar demoliendo el edificio Olano, teniendo como resultado una fachada de estilo moderno. Elaboración propia. Pág. 119.
Figura 114. Foto aérea construcción de la estación Parque Berrío. Fotografía de Carlos Mario Morales Castaño. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 115. Fachada Norte de Parque Berrío. Durante la construcción del metro entre 1985 y 1995 se mantuvo el edificio Hernández hasta su demolición por las obras específicas de la cubierta de la estación Parque Berrío, se realizaron obras de protección a los murales existentes en el primer nivel conservandolos en una nueva obra conocida como el pasaje de los murales inaugurada en 1997 Elaboración propia. Pág. 121.
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Figura 116. Ejercicios militares en la Plaza de Zea (hoy Parque Berrío). 1883. Fotografía de Pastor Restrepo Maya. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 117. Plano de Parque Berrío de 1850 - 1895. Pág. 123.
Figuras 118, 119, 120 y 121. Vistas tridimensionales de las fachadas este, sur, oeste y norte de la época. Págs. 124,125,126 y 127.
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Figura 122. Parque de Berrío. 1918. Fotografía de Rafael Mesa. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
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Figura 123. Plano de Parque Berrío de 1895 - 1963. Pág. 129.
Figuras 124, 125, 126 y 127. Vistas tridimensionales de las fachadas este, sur, oeste y norte de la época. Págs. 130, 131, 132 y 133.
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Figura 128. Panorámica de Parque de Berrío. 1963. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 129. Plano de Parque Berrío de 1963-1966. Pág. 135.
Figuras 130, 131, 132 y 133. Vistas tridimensionales de las fachadas este, sur, oeste y norte de la época. Págs. 136, 137, 138 y 139. 134
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Figura 134. Parque de Berrío. Julio de 1968. Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 135. Plano de Parque Berrío de 1966-1974. Pág. 141.
Figuras 136, 137, 138 y 139. Vistas tridimensionales de las fachadas este, sur, oeste y norte de la época. Págs. 142, 143, 144 y 145.
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Figura 140. Parque de Berrío. Julio de 1975 Fotografía de Gabriel Carvajal Pérez. Fotografía tomada del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto.
Figura 141. Plano de Parque Berrío de 1974-1995. Pág. 147.
Figuras 142, 143, 144 y 145. Vistas tridimensionales de las fachadas este, sur, oeste y norte de la época. Págs. 142, 143, 144 y 145.
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Figura 146. Fotografía de Parque de Berrío. 2018. Fotografía tomada de Wikimedia Commons (Open License).
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Figura 147. Plano de Parque Berrío de 1995-2018. Pág. 153.
Figuras 148, 149, 150 y 151. Vistas tridimensionales de las fachadas este, sur, oeste y norte de la época. Págs. 154, 155, 156 y 157.
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Conclusiones Más allá de la reconstrucción digital de diferentes épocas de Parque Berrío -posible gracias a las tecnologías de modelado y visualización tridimensional actuales- y que se realizó siguiendo los preceptos derivados de la arqueología virtual, esta investigación pretende fomentar el debate y la reflexión acerca de la necesaria puesta en valor del patrimonio en Medellín. La dificultad para conseguir información, la carencia de planimetrías y la mínima aparición de literatura científica en las bases de datos especializadas sobre Parque Berrío (incluso sobre temáticas no necesariamente relacionadas con la arquitectura o el urbanismo) demuestran que existe una problemática que no ha sido abordada a profundidad y merece nuestra atención: contrario a la creencia generalizada, no conocemos Medellín. Y no sólo lo referente a la historia o la arquitectura, sino en términos generales. Existen imaginarios, mitos, costumbres y una suerte de carácter identitario que parece estar sustentado por una cultura basada en tradiciones orales, pero que no se refleja en documentos o productos académicos que permitan inquirir a la historia local en búsqueda de respuestas sobre el porqué somos como somos, hacemos lo que hacemos y habitamos como habitamos hoy día. Por lo anterior, seguir el rastro de la historia espacial de Parque Berrío habría sido una labor titánica de no ser por el libro de José María Bravo, De Plaza Mayor a Parque Berrío, y sus minuciosas descripciones tomadas de múltiples fuentes dispersas sobre los orígenes y evolución de nuestra plaza fundacional, y la labor de la comunidad digital del grupo Historia Fotográfica de Medellín
Figura 152. Fachada tridimensional del Banco de Sucre en Parque Berrío. Elaboración propia Pág. 159.
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(HFM), quienes a través de una extensa curaduría de fotografías de la Biblioteca Pública Piloto (BPP) y foros de participación digital abiertos realizan aportes desde sus propias experiencias y apreciaciones sobre el pasado de Medellín. En este sentido, los tres principales insumos de la presente investigación fueron el libro de Bravo, el acervo fotográfico de la BPP y los aportes de la comunidad digital de HFM. Ante este panorama de incertidumbre teórica y conceptual para abordar a Parque Berrío como objeto de estudio, se hallaron alternativas desde la arqueología virtual y la anastilosis digital, producto de las construcción del marco teórico (que se encuentra en el tercer capítulo de este libro) y la elaboración del estado del arte en nuestro contexto. Todo parecería indicar que esta investigación sería la primera en desarrollar un modelo de arqueología virtual en Colombia -al menos según las fuentes consultadas digitalmente- por lo que no se encontró hasta la fecha ningún producto académico que permitiera una comparación académica en nuestro contexto. En consecuencia, es menester mencionar que si bien se siguieron los lineamientos ideológicos y técnicos de la arqueología virtual (manifestados en la Carta de Londres o los Principios de Sevilla), así como se incorporaron las recomendaciones de metodologías aplicadas en otros contextos geográficos (principalmente en España), el proceso y sus resultados no son infalibles. Con esto, no hacemos referencia a cuestiones procedimentales, sino a los hallazgos que pueden presentar desfases volumétricos en cuanto a las dimensiones originales o algunas cuestiones relativas a los cambios identificados en la línea de tiempo. No obstante, dado que la precisión se basa en una extenuante recopilación y análisis, los márgenes de error puede que no sean significativos en lo que se refiere al proyecto en sus generalidades. Más allá de la observación anterior, los resultados parecen corresponder con los objetivos planteados.
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Entre las cuestiones que se ocuparon en la presente investigación resalta, en primer lugar, la elaboración de un estado del arte, organizado en una línea de tiempo en su componente metodológico, donde se encuentran identificadas todas las transformaciones que sufrió Parque Berrío y se ilustran algunos de los motivos que las suscitaron. Esto no es un asunto menor, si consideramos que la otrora centralidad más importante de Medellín actualmente sólo conserva la basílica menor de la Candelaria como testigo arquitectónico previo a la era decimonónica. Por lo demás, es notoria la fuerte influencia moderna del veinteno, y la ausencia de edificaciones construidas en el siglo XXI. En segundo lugar, la organización y documentación de un archivo tridimensional que permita una consulta histórica para investigaciones posteriores, y que además posibilite un entendimiento ampliado del contexto de Parque Berrío para futuras intervenciones arquitectónicas o urbanísticas. En este sentido, el proyecto puede ser utilizado, por sí mismo, como instrumento de lectura y aplicación en el centro de la ciudad. En tercer lugar, ante el imaginario de inseguridad y la evidente degradación (espacial y discursiva) que atraviesa Parque Berrío, esta investigación hace un llamado a la acción en lo que respecta a la recuperación patrimonial de la centralidad. Este trabajo se justifica entonces en la urgencia de volver la mirada a la historia de Medellín, no con ánimos nostálgicos, sino como evidencia de la tragedia que podría significar para la ciudad la negativa a la conservación de ciertos elementos constitutivos del paisaje del centro, como ocurrió innumerables veces, y los efectos de la improvisación en las actuaciones urbanísticas que amenazan el patrimonio futuro. Finalmente, se reconoce a Parque Berrío como un lugar único en su especie, que posibilita no sólo investigaciones desde los estudios espaciales sino también bajo la perspectiva de múltiples campos disciplinares. Más allá del eclecticismo arquitectónico y los sucesos históricos, la unicidad de sus dinámicas políticas, económicas y sociales podrían tener como base este documento, con el objetivo de construir nuevas cartografías y pensamientos alrededor de Parque Berrío. 163
Sobre la Facultad de Arquitectura Teniendo en cuenta que esta investigación fue realizada por arquitectos e investigadores egresados de la Universidad Nacional de Colombia (Sede Medellín), no se podía dejar de mencionar aspectos que son preocupantes respecto al ejercicio de la profesión a nivel local. Si bien a lo largo del texto se menciona la responsabilidad de la institucionalidad en la toma de decisiones y ejecución de políticas de intervención sobre el territorio, las facultades (y particularmente aquellas que sean públicas) también tienen incidencia en el desarrollo de la ciudad y el país, sea por actuación o por omisión. En el caso del Centro de Medellín, los aportes de la Facultad de Arquitectura parecen reducirse a ejercicios hipotéticos que suelen utilizar a Parque Berrío o la Avenida La Playa como telones de fondo para proyectaciones de dudosa pertinencia. Más allá de lo anterior, las investigaciones no han tenido notoriedad y no aparecen publicaciones relativas a la espacialidad del centro que tengan singular importancia en las bases de datos especializadas. Por si fuera poco, desde la decanatura actual parece haber un nulo interés por cuestiones inherentes al porvenir de la disciplina y se están planteando reformas curriculares donde la investigación y la ética aparecen en los últimos lugares en la lista de prioridades. Por lo tanto, si la Facultad de Arquitectura sobrevive a las nefastas y caprichosas reformas en curso, debe entonces reestructurar sus enfoques internacionalistas y mirar con detenimiento los sucesos y problemáticas del propio entorno. En otras palabras, la academia pública (y la privada, si se quiere) debe volver la mirada hacia el centro, en el sentido figurativo y literal, con el objetivo de incidir en la Medellín del futuro y no aparecer como instrumento superficial y ornamento discursivo en el debate institucional. Aun cuando esa parece ser la postura de quienes dirigen nuestra facultad, debe encontrar resistencia entre quienes no comulgamos con la mediocridad y la apatía. 164
Hacia un Patrimonio Futuro Cuando se habla de patrimonio, más allá de las definiciones conceptuales o la terminología, aparecen dos posturas contradictorias y diferenciadas notablemente. Por una parte, está la visión de que el patrimonio es un bien (material o inmaterial) que debe conservarse con la mayor rigurosidad, con el fin de dejarlo como herencia a las generaciones posteriores tal como se ha percibido desde su concepción. En contraste, se encuentra la postura que aboga por permitir la ruina. Es decir, que el bien (material o inmaterial) se desarrolle orgánicamente y, si es el caso, desaparezca por medios naturales con la mínima intervención del hombre en el proceso. Cuando se reconstruye el panorama de Parque Berrío, en términos históricos y desde los imaginarios del pasado, es común que en la población aflore un sentimiento de nostalgia, aunado con una percepción de rechazo por lo que actualmente es la que otrora era una de las plazas principales del país. En consecuencia, esta investigación plantea la urgencia de pensar Parque Berrío en términos de futuro, no bajo la idealización del pasado pero tampoco bajo el paradigma de la conservación que impera en la institucionalidad. Hablar de Patrimonio Futuro, según las posturas tradicionales, plantea una contradicción de fondo, y es que el patrimonio sólo puede ser protegido en la medida en que sea intervenido. De lo contrario, o será convertido en un objeto cristalizado que no generará apropiación entre las nuevas generaciones, o tenderá a la desaparición a través de las dinámicas urbanísticas y económicas que emergerán en Medellín. Por lo anterior, esta investigación propugna por una valoración patrimonial de Parque Berrío, que permita reinterpretar su carácter simbólico y heredar a la ciudad del futuro una plaza digna de la historia que le precede. 165
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Parque Berrío importa. Más allá del imaginario de inseguridad y la estigmatización discursiva que ha padecido el Centro de Medellín desde hace al menos dos décadas, e importa no sólo por los hechos históricos que marcaron el desarrollo de la ciudad y por las glorias políticas de antaño, sino por lo que constituye hoy día. Única plaza fundacional del mundo donde coexisten múltiples estilos arquitectónicos y donde una extraña estación de infraestructura brutalista configura su paisaje urbano. Esta investigación pretende recuperar el patrimonio edificado perdido desde 1875 (primer registro fotográfico) hasta el año 2018 (peatonalización de la Carrera Bolívar) partiendo de los preceptos metodológicos de la Arqueología Virtual, con el objetivo de pensar la actualidad de Parque Berrío como el patrimonio futuro de Medellín.