Las almas se convierten en una estrella en el cielo Por Mauricio Ríos – Shivachar ya Mohan Giri Maharaj
Existen historias, leyendas y mitos que relacionan alguna estrella con personas, héroes y dioses. Cuando estudiamos las culturas antiguas vemos como hay una constante en cuanto a la deificación y el puesto en escena en el cielo de cada uno de estos seres sobresalientes. Los griegos pusieron en el cielo a Hércules, los Romanos a Júpiter, los egipcios a Ra, los hindúes a Chandra Deva. Si analizamos haciendo un estudio comparativo de Astrologías, todos nombraron las luminarias, planetas, estrellas y constelaciones visibles con nombres de sus reyes, santos y dioses. La relación inició por la importancia del personaje, los actos que realizó, los símbolos que le representaban en la tierra, los colores que usaba en sus vestimentas y rituales practicados. Las constelaciones se prestan para la geometría sagrada para imaginar formas, al unir ciertos puntos en el cielo, se dibujaban todo tipo de figuras, que luego eran exaltadas y relacionadas con sus mitos y leyendas. También los tamaños de planetas y estrellas y los colores emitidos, permitían a los astrólogos armar un tejido con sus imaginarios colectivos, dando importancia a los más grandes y brillantes. El planeta Marte se ve rojo y se asocia con la sangre y la guerra, el planeta Júpiter es muy brillante y se asocia con la luz espiritual, así cada uno de los planetas y cada una de las estrellas. El Sol se relacionó con lo real y por eso el nombre de Surya para los hindúes, que luego generaría la dinastía Solar de reyes santos y la Luna se ha asociado con la maternidad, al lado de Selene. Luego viene lo que aconteció naturalmente, que el movimiento de la bóveda celeste empezó a verse como algo relacionado con ese personaje estelar y al relacionar unos y otros eventos astrológicos, fue naciendo la astrología con todos sus vaticinios y predicciones, enseñanzas y secretos revelados a la humanidad.
