Piña colada: ¿ Y qué tal si las estrellas...?

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Piña Colada

¿Y qué tal si las estrellas…? (Me gustó esta font haha)


Además del item principal, necesitaba un escudo para poder defenderme del jefe final. Eso decía hiyori, de 8 años, jugando a la NES en su habitación, intentaba hacerse la idea de que la navidad que pasarían sería bastante más triste que en otros años. Le parecía imposible que en su corta edad, aquel hombre que ella asume como su padre ya no esté con ella. No han querido decirle la verdad, pero ella la sabia, no había que ser tonta ni tener 8 años como para no darse cuenta que su padre nunca volvería. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no estuvieron separados él y su madre para comenzar? Así por ultimo ella no hubiera nacido y no habría experimentado tan desagradable sensación, quería morir, sin embargo no era lo suficientemente estúpida como para atentar contra su propia vida. Solo estaba ahí, con el incómodo control en sus manos, pretendiendo que el tiempo no pasaba el tiempo. Deseando que existiera un punto de guardado el cual podría usar para volver.

Por otro lado, en otra habitación, se encontraba otra chica. De similar edad y de una apariencia que haría pensar a cualquiera que es la hermana de aquella otra chica. Solo se encontraba jugando con muñecas. Ella tampoco la ha tenido fácil, supongo. Hace solo dos días que ha estado viviendo así. A pesar de su corta edad, puede comprender lo que está sucediendo, supongo que no es fácil saber que su madre no volverá jamás. Al contrario de la otra chica, que la muerte de su padre fue tan sorpresiva que recién lo está asimilando, hiyori tuvo bastante tiempo para prepararse. Aunque todo esfuerzo es insuficiente. Cáncer. “Es solo cosa de tiempo, a mí también me duele, con el tiempo se acostumbraran”


‘Como si eso fuera cierto’, pensaba. Yumeko se limitaba, al igual que su ahora hermanastra, a pretender que nada ocurría. Que el mundo de muñecas que ella creaba era el verdadero. Que su alma puede ser sacada y ser depositada en esas simples muñecas de trapo, y vivir una vida normal. Una buena vida con un padre y madre legítimos. Está bien que dos personas vuelvan a encontrar el amor, no hay nada de malo en ello, supongo. Sin embargo, ¿Por qué es tan difícil? Dejando las muñecas de lado y con un leve apretón en su estómago, la pequeña niña se levanta y se dirige a la habitación de su hermanastra. “¿Quieres algo para comer?” Dijo Yumeko, asomándose por la puerta. “Vete” Frio… A pesar de que se encuentran protegidas del nevazón que ocurre afuera, Yumeko tenía frio. No había adultos en la casa. ¿Por qué en nochebuena? Volviendo a su habitación, ahora con una rodaja de pan en sus manos, comienza a notar que algo anda mal. Antes de que alcanzara a reaccionar, una oscuridad total la envolvía por completo. Una oscuridad tan persistente que no podía ver ni a 5 centímetros frente a ella. La calefacción, fue su primer pensamiento. Sin embargo, aquella oscuridad la hizo sentir tan miserable que la hizo pensar que nada valía la pena. Solo quería sumergirse en su miseria, que el frio de su corazón comparta el frio exterior de su cuerpo, para así poder sumergirse en los cálidos brazos de la muerte. Así al menos podrá reunirse con su madre.

… …


¿Cuánto habrá pasado? ¿Una hora? Yumeko temblaba, pero no le importaba, incluso si su escasa ropa que tenía puesta intentara protegerla de aquel frio. ¿Qué sentido tenia? Ya nada valía la pena como para intentar hacer algo. Solo sería cosa de tiempo para que su pequeño cuerpo sucumbiera al gélido frio que logró colarse por la casa. Le estaba dando sueño. ¿Sería ese el final? El deseo de dormirse era demasiado tentador. No le importaba su padre, después de todo siempre se la pasó trabajando y nunca lo vio muy seguido. Su madre para ella era su vida. Sin ella simplemente no hay vida, eso pensaba Yumeko. Dándose por vencido, relajo su cuerpo, solo unos minutos y todo terminaría. Sin embargo un gran estruendo llamo su atención, acompañado de una voz que resonaba por los corredores de la casa. “¡Oye niña! ¡No te quedes ahí y ven acá!” Atraída por la voz, no tuvo otra que salir de su habitación. No entiende como, pero sentía que debía seguir esa voz. Acostumbrada a la vista vio a través del pasillo. No sentía sus piernas, le costaba caminar, sin embargo sus ojos funcionaban bien. Al final del pasillo podía ver un resplandor color ámbar que se asomaba. “¡Deprisa!” Lentamente fue caminando hacia aquel resplandor, con cada paso sentía que el calor aumentaba y la sangre volvía a circular por sus extremidades. Llegando a final del recorrido, pudo ver a su hermanastra sentada, cubierta completamente con muchas mantas en una divertida escena la cual solo podía ver sus ojos. Había una chimenea prendida y unas tazas de brebaje. “Ven, acércate rápido, esto suele suceder por lo que si no te proteges pronto podrías…”


Aquella mirada maliciosa en los ojos de hiyori que estaba en un comienzo pasó a una mirada de terror al observar que su hermanastra estaba tan pálida como la muerte. No alcanzo a pasar unos segundos hasta que su frágil cuerpo, el cual estaba de pie frente a la chimenea, se desvaneciera completamente. Provocando un aterrador sonido al golpear el suelo. . . . . . Está caliente. A pesar de no poder moverse había un sentimiento cálido mientras poco a poco recobraba la conciencia. Estaba apresada en todos los sentidos. Intentó moverse sin éxito, sin embargo siguió revolviéndose intentando zafarse. Su mano palpaba algo suave y blando, cosa que la desesperaba más. “Hey, ¿cuánto tiempo más seguirás acariciando mi muslo?” Asustada de muerte salto en su lugar tan fuerte que creyó que su corazón saldría por su garganta. Con los ojos completamente abiertos se dio cuenta donde estaba y quien estaba a su lado. Frente a la chimenea, y bajo la montaña de mantas y frazadas, junto a hiyori. “¿En que estabas pensando? Estuviste casi una hora sin protección. ¿Sabes que pudiste haber muerto?” “Eso quería” Respondió tristemente Yumeko. “¿Qué?” “Solo quería desaparecer, ya nada vale la pena” “Tonta” El tiempo paso tristemente mientras Yumeko lloraba en silencio, era el único consuelo, llorar. Drenando la tristeza como podía.


“Dicen que…” La suave voz de hiyori la trajo de vuelta. “las estrellas de los árboles de navidad en algún tiempo fueron estrellas fugaces, que durante las generaciones han ido aterrizando en cada pino adornado que se encuentre en vísperas de navidad. Y gracias a su brillo santa puede guiarse por la noche”. “¿En serio?” “¿Quién sabe? Pero sería divertido, ¿No lo crees? Deberíamos esperar alguna vez para observar su caída.” “¿Tú crees?” “¿Y tú? ¿Qué crees que sean las estrellas de los árboles de navidad?” “mmh bueno pues…”

Mucho tiempo conversaron, hasta que Yumeko olvido incluso el por qué estaba triste. Hiyori es una chica bastante rara, pensaba, sin embargo. ¿Por qué esa chica le hacía sentir esta paz? “¡Exacto!, entonces si poner la pelota en...” “¿Por qué me estás hablando?” “mmh… no lo sé, supongo porque estoy aburrida ya que no puedo jugar en mi consola” “Ya veo…” “Pero mentiría” “¿huh?” “sinceramente… pensé en no llamarte y dejar que simplemente murieras. Pero estando acá tuve tiempo para pensar… No soy la única chica desgraciada en esta época. Tú tampoco la debes estar pasando bien. ¿No es así?... supongo que, como a partir de ahora seremos familia, la idea sería apoyarnos. ¿No?” Yumeko nunca lo había pensado así, hiyori es una chica rara, por lo tanto sus pensamientos también son raros… sin embargo, es extraño para


Yumeko que tamañas palabras le hicieran tanto sentido. ¿Sera que está siendo muy cerrada? “Vi a mi madre morir, ella era mi único apoyo. Si ella no está conmigo yo no debería estar en este mundo, ni siquiera tu madre puede reemplazarla”. “Mi madre es genial ¡No vuelvas a decir nada malo de ella!” “¡No lo haría jamás! Pero…” “Sin embargo” “…” “Podrías apoyarte en mi si gustas…”


“Y así lo hiciste, ¿no es así, Yumeko?” “Supongo que si hahaha” “Sin embargo me sorprende, en esta época, y pidiéndome tan suplicantemente que pasara la noche contigo. ¿Acaso te estas poniendo nostálgica?” “¡Cállate! Solo fue por conveniencia” “¿Ah sí? ¿Y recordando algo como nuestra primera navidad junta? Realmente te contradices seguido” “…” “Recuerdo muy bien esa vez” “Eres como un disco duro, envidio tu memoria” “Mamá y papá regresaron a eso de las 11 de la noche, nos contaron que nos encontraron dormidas frente a la chimenea completamente empapadas de sudor debido a que la electricidad había vuelto. Si bien nos dormimos en un principio, al final terminamos desmayadas hahaha.” “Por favor no me recuerdes eso, que vergüenza” “He he he, esa fue una noche bastante tranquila, han pasado 10 años desde ese entonces”. “Así parece” “Sin embargo la que acabamos de pasar no fue precisamente tranquila. Eres cada día más suave, yume” “¡N-no me digas cosas así como si nada!” “Como si no lo hubieras disfrutado” “…” “Feliz navidad, Yume <3” “…Tonta”. Fin.


Hola gente, sushi al habla. ¡Así comienza piña colada, señores! Me pareció interesante iniciarlo en épocas navideñas, como que le da un ambiente a este tipo de cosas, creo yo xD. Esa es la razón por la que no subí nada sobre estas dos chicas hasta ahora, suena bastante infantil pero quería cumplir mi capricho, espero entiendan. No tengo mucho que decir, crear historias es muy divertido, y este tipo de formato realmente me gusta, ¡espero que tengan la paciencia suficiente para leerme y ojala les guste! ¡Descansen, pueden retirarse!

A. Sushi


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