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LA INTEGRIDAD DEL CANNABIS A PRUEBA: UN ESPEJO CALIFORNIANO ANTE NUESTRO FUTURO

POR: MR SENS

En el ámbito de la regulación del cannabis, California ha sido históricamente un faro de progreso, iluminando el camino para otros en la normalización y legalización responsable de esta planta. Sin embargo, un fenómeno reciente en la meca del cannabis ha encendido alarmas que resuenan hasta Puerto Rico: la potencia estándar de THC ha disminuido notablemente. ¿Qué significa esto para nosotros en la Isla del Encanto?

En los últimos seis meses, California ha visto una disminución del 7% en la potencia promedio del THC en la flor legal, cayendo de 30.7% a 28.5%. Este cambio no es resultado de tendencias agrícolas ni fluctuaciones del mercado, sino el efecto directo de la implementación de rigurosas regulaciones estandarizadas para pruebas de cannabinoides y una aplicación estricta de las mismas por parte del Departamento de Control de Cannabis (DCC).

Las nuevas regulaciones, adoptadas tras revelarse prácticas de inflación de potencia y la compra de resultados favorables en laboratorios, buscan preservar la integridad de la industria y proteger al consumidor. Pero este esfuerzo por la transparencia y la verdad en la etiquetación no ha sido un camino sin obstáculos: se necesitó de tiempo y una presión considerable, incluyendo sanciones económicas y suspensiones de licencias, para que los laboratorios se alinearan con las normativas.

Puerto Rico, no ajeno a los desafíos de una industria del cannabis en crecimiento, debe tomar nota de estos eventos. La situación californiana no es un mero eco distante, sino una señal de alerta, un presagio de lo que podría sobrevenir en nuestra tierra. La integridad de la industria puertorriqueña del cannabis, en este momento, se encuentra en una encrucijada crítica.

El cierre prolongado de uno de los laboratorios en Puerto Rico por motivos que desconocemos, pero apuntan a lo mismo que estamos hablando, pone de manifiesto la vulnerabilidad de nuestro sistema de control de calidad. ¿Cómo aseguramos que no caemos en las trampas que California está luchando por superar? ¿Cómo fomentamos una cultura de cumplimiento y transparencia que proteja tanto a la industria como al consumidor?

Es imperativo que Puerto Rico observe, aprenda y actúe. Necesitamos un marco regulatorio robusto que no solo esté en el papel, sino que se aplique con la misma firmeza y diligencia que el DCC ha demostrado. La confianza del consumidor y la viabilidad a largo plazo de nuestra industria del cannabis dependen de la capacidad de garantizar productos seguros, confiables y consistentes.

No podemos permitirnos el lujo de ser complacientes ni de subestimar el impacto que unas regulaciones pueden tener en la salud pública y la economía. Mientras que las regulaciones estrictas pueden parecer una carga a corto plazo, la realidad es que son la base para una industria sostenible y respetada que puede prosperar en el escenario global.

Puerto Rico está en una posición única para aprender de los errores y éxitos de otros. El caso de California no sólo es una advertencia, sino también una guía. Aprovechemos esta oportunidad para solidificar nuestra posición como líderes en la industria del cannabis, no a través de la potencia inflada, sino a través de la calidad incuestionable y la confianza indiscutible en nuestros productos.

La hora de actuar es ahora, antes de que nuestras propias deficiencias nos alcancen. Y es que, si está sucediendo en California, no es más que cuestión de tiempo para que suceda en Puerto Rico.

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