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Gráfico 10. Empresas en la jurisdicción por tamaño (2020

De acuerdo con las cifras del proceso de renovación de matrículas mercantiles de la Cámara de Comercio de Santa Marta para el Magdalena, a 31 de diciembre de 2020 la jurisdicción contaba con 27.259 empresas matriculadas y renovadas. De este total, el 97.5% corresponden a microempresas, el 1.7% a pequeñas empresas, el 0.6% a medianas y el 0.2% a grandes empresas. Por macro sector, las actividades de servicios con el 53.5% son las de mayor participación porcentual, seguida por el comercio con el 37.8% y la industria manufacturera con el 8.7%, este último incluye las actividades agropecuarias.

Gráfico 10. Empresas en la jurisdicción por tamaño (2020).

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Microempresas Medianas Pequeñas Grandes Gráfico 11. Empresas en la jurisdicción por macro-sector (2020).

Manufactura; 8,7%

97% 1% 2% 2%

0%

Comercio; 37,8% Servicios; 53,5%

Fuente: Elaboración propia con base en datos CCSM (2021).

En el macro sector servicios, las actividades con mayor participación son las alojamiento y servicios de comida (28%), las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación (19%), las actividades de servicio y apoyo administrativo (9%) y las actividades profesionales, científicas y técnicas (8%). Por el lado del comercio, el total de empresas corresponden al comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos y automotores y motocicletas.

La industria manufacturera está compuesta por un 64% en actividades propias de manufactura, 34% en actividades relacionadas con agricultura, ganadería, caza silvicultura y pesca, el restante porcentaje lo componen las actividades de explotación de minas y cantera. Por organización jurídica, el 76% son empresas constituidas como persona natural y el 24% por organizaciones jurídicas.

Del mismo modo, la masa empresarial se encuentra concentrada en las subregiones Santa Marta y Norte, del departamento, albergando el 83,2% de las empresas, principalmente en el Distrito de Santa Marta, y los municipios de Ciénaga, Fundación, Aracataca, Zona Bananera, Algarrobo, El Retén y Puebloviejo (CCSM, 2021).

Gráfico 12. Empresas en la jurisdicción por municipio (2020)

Fuente: Elaboración propia con base en datos CCSM (2021).

De acuerdo con la Encuesta de Micronegocio del DANE, en el departamento del Magdalena existen 178.518 Micronegocios, de los cuales 13.746 (7.7%) cuentan con registro mercantil ante una Cámara de Comercio, es decir se encuentran en condición de formalidad de entrada según el CONPES 3956 que establece la política pública nacional con relación a la Formalización Empresarial (DNP, 2019). Mientras que restante 164.772 (92.3%) no cuentan con registro mercantil ante una Cámara de Comercio, es decir, se encuentran en condiciones de informalidad. Los Micronegocios del Magdalena en su mayoría se desarrollan en contextos de alta informalidad, en mercados poco desarrollados e incompletos, registran bajas tasas de productividad, ausencia de habilidades gerenciales, persisten desafíos en materia de inclusión financiera y condiciones habilitantes limitadas para promover su crecimiento en el territorio, afectando sus posibilidades de crecimiento y su consecuente inserción en el aparato productivo formal (CCSM, 2021).

Gráfico 13. Micronegocios por tenencia de Registro Mercantil.

100% 92%

80%

60%

40%

20%

8%

0%

Sin registro Registrados

Fuente: (CCSM, 2021).

Los Micronegocios generan el 86,39% del empleo en el departamento y contribuyen con el 60% del PIB departamental (DANE, 2019). Cifras que demuestran que los Micronegocios son uno de los más importantes motores de desarrollo económico del departamento, razón por la cual, el Gobierno Departamental, está realizando esfuerzos para crear, fortalecer y hacer sostenibles este tipo de unidades productivas.

La crisis económica a raíz de la emergencia sanitaria por el COVID-19 que inició en el mes de marzo de 2020 y que persiste actualmente, ha dejado consecuencias negativas para la estructura económica del Magdalena. Pues la crisis del COVID-19 encontró una estructura económica conformada casi en pleno por Micronegocios, los cuales presentan problemas estructurales de liquidez y acceso a financiación, tanto por el cumplimiento de requisitos legales (oferta), como por la mentalidad empresarial y confianza del empresario (demanda), que generan dudas al momento de acceder a productos financieros, esta última causa seguramente se ha visto agudizada por la incertidumbre que ha generado la emergencia sanitaria.

Por otra parte, la alta propagación del COVID-19 obligó a que las autoridades tomaran medidas extremas con respecto al relacionamiento social, decretando durante un período prologado el aislamiento obligatorio y las posteriores fases de cuarentena inteligente. Esta situación, vigente aún, ha perjudicado aquellos sectores económicos que requieren de una alta aglomeración o relaciones interpersonales para su desarrollo, tal es el caso de actividades como el comercio, hoteles, restaurantes, actividades artísticas, de entretenimiento y recreación.

El Magdalena es el segundo departamento de Colombia en donde mayor aporte de empleos depende de sectores previstos como los más afectados por la crisis actual y el cuarto que más depende económicamente de los sectores previstos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe –CEPAL , como los más afectados con la pandemia; el turismo, la industria cultural tradicional, el comercio, la reparación de bienes, los restaurantes, el transporte, la moda, la industria manufactura, entre otros, y son precisamente esas fuerzas productivas las que aportan el 23,7% del PIB departamental y el 42% del empleo de esta zona del país. (CCSM, 2020).

Lo anterior, sumado al hecho de que la vocación productiva del departamento se encuentra dentro de los sectores más vulnerables a los efectos de la emergencia sanitaria, resulta motivo de preocupación para la el sector público, pues la mayor contribución en términos de empleabilidad para el departamento del Magdalena se concentra en la rama de comercio, hoteles y restaurantes, la cual contribuye con el 34,6% de ocupados, destacándose como la mayor fuente de empleo en el territorio (Gobernación del Magdalena, 2020).

Gráfico 14. Generación de empleo por sectores.

Fuente: Cámara de Comercio de Santa Marta (2020)

De acuerdo con el informe sobre el Impacto Económico del COVID-19 desarrollado por la Cámara de Comercio de Santa Marta para el Magdalena (CCSM, 2021) , el 96% de los Micronegocios consultados se han visto muy impactadas por la coyuntura que vive el territorio, 2.211 negocios del departamento han tenido que cerrar de manera indefinida, ocasionando con ello la pérdida de al menos 3.403 empleos, lo que representa el 7% del empleo formal del Departamento. En el mismo informe, se señala que el 69,2% de los Micronegocios vieron afectadas sus ventas por efectos de la Pandemia, registrando pérdidas entre el 80% y 100%, siendo sectores como el turismo, comercio y el transporte los más afectados por la pandemia de COVID-19 y las medidas adoptadas para contener la expansión del virus.

En este sentido, la coyuntura enfrentada a raíz de la actual pandemia afecta de manera negativa a este segmento empresarial, al punto en que para el 2020 el índice de cancelación de empresas alcanzó el 128%, esto como posible consecuencia del a la crisis económica del COVID-19. Del mismo modo, se registró una disminución del 21% en la creación de unidades productivas, siendo el sector agropecuario el más afectado con una reducción del 44,4%, seguido del sector servicios con un 39,6% y el sector industria y comercio con un 38,2% (CCSM, 2021).

En un estudio reciente, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe –CEPAL-, clasificó a los sectores económicos en tres categorías (Fuerte, Significativo y Moderado) de acuerdo con el impacto por la crisis económica; para ello, tomó como criterio principal la aglomeración y cercanía física que requieren para desarrollar sus actividades (CEPAL, 2020).

Figura 4. Actividades económicas categorizadas según impacto.

Fuente: Cámara de Comercio de Santa Marta (2020) Alrededor del 50% del PIB departamental depende directamente de actividades categorizadas con impactos fuertes y significativos por el estudio de la CEPAL; a su vez, más del 60% de los empleos son generados por estos, concentrándose gran parte en el distrito de Santa Marta, donde la actividad agropecuaria (impacto moderado) no genera más del 2% del total de empleo, a diferencia del resto del Magdalena donde los empleos dependen de esta actividad en aproximadamente 17% (CCSM, 2020)

El Magdalena (23.4%) ocupa la quinta posición entre los 33 departamentos del país incluyendo a Bogotá y la primera en la Región Caribe con relación a la dependencia de las actividades con impacto fuerte según la clasificación de la CEPAL solo es superado por San Andrés Islas - SAI- (57.5%), Amazonas (30.1%), Vaupés (25.2%) y Bogotá (24.4.%).

La crisis producida por el COVID-19 profundizó e hizo más notorios los problemas estructurales que afectan al sector productivo y su capacidad para generar crecimiento alto y sostenible. Además, afectó directamente el aparato productivo por medio de una contracción de la demanda y de la oferta de productos y servicios de las empresas. Las empresas reportaron una disminución de la demanda del 69,1 % (DANE, 2020), situación que ha generado dificultades de abastecimiento de insumos para siete de cada diez empresarios y restricciones de acceso al financiamiento en el 28,3 % de las empresas (Confecámaras, 2020). Así mismo, se ha presentado una reducción significativa en el número de unidades productivas creadas, cayendo en un 26,3% al comparar los periodos enero-junio de 2019 y 2020. Industria y comercio han sido los sectores más afectados al reportar respectivamente 74,8 y 81,3 %, y el 59,7 y 61,2 % de las empresas una disminución en el flujo de efectivo en abril y junio de 2020. Esto sugiere una lenta recuperación en los ingresos a pesar de la apertura inteligente.

Como respuesta a las actuales y futuras afectaciones del COVID-19 sobre el tejido empresarial Departamental, la Cámara de Comercio, el Comité Intergremial y la Comisión Regional de Competitividad e Innovación del Magdalena, han adelantado gestiones conducentes a mitigar los impactos de la crisis en las empresas del departamento. Dentro de las estrategias consolidadas, se creó la Agenda de Reactivación Económica post COVID-19 denominada ‘Magdalena Avanza’ de la cual hacen parte una serie de estrategias de corto y mediano plazo para lograr objetivos relacionados con la activación de ventas, el trabajo seguro, la transformación digital y las nuevas oportunidades de negocio.

Esta hoja de ruta concertada con los sectores económicos del Departamento contiene un pliego de solicitudes dirigidas al Gobierno Nacional y las autoridades locales para atender las necesidades más urgentes con las que se pueda ajustar la oferta de proyectos del Estado. Busca también brindar insumos para la formulación de políticas públicas y la reestructuración de planes de desarrollo municipales, distrital y departamental, además de su inclusión en el plan de trabajo de la Comisión Regional de Competitividad.

La recopilación de la información para la Agenda de Reactivación Económica se realizó a través del análisis de los resultados de la encuesta de Impacto Económico del COVID- 19 en el Magdalena, la revisión de buenas prácticas a nivel nacional e internacional, los aportes ciudadanos por medio de la iniciativa ‘Una Idea Productiva’ en la que se recibieron 90 ideas; así como el desarrollo de mesas sectoriales en las que han participado más de 60 representantes de entidades públicas y privadas.

En ese sentido y con el fin de dar respuesta al sector del Magdalena, el presente proyecto constituye una gran oportunidad para que los Micronegocios fortalezcan su oferta de valor, se recuperen progresivamente de los efectos negativos generados por esta pandemia y se continúe apoyando en la contribución a la sostenibilidad y generación de empleo y así como de ingresos para los magdalenenses.

El efecto negativo de la crisis ha sido generalizado en todo el país y para la mayoría de los sectores, viéndose afectado principalmente las actividades como el comercio, servicios de comida, alojamientos y recreación por su alta dependencia de la aglomeración y relaciones interpersonales para su desarrollo, de modo que, resulta menester convertir las debilidades encontradas durante el proceso de reactivación económica, en fortalezas e incluso ventajas competitivas. Pues la emergencia sanitaria nos deja grandes retos, pero también importantes enseñanzas, como la necesidad de invertir en tecnología y de aplicarla a

las diferentes actividades que realizamos, la innovación que debe estar permanentemente presente en todos y cada uno de los productos y servicios que se ofrezcan, la mejora continua y la adaptabilidad al cambio deben adaptarse a los principios de los empresarios.

Por lo tanto, se debe hacer énfasis en fortalecer los siguientes aspectos:

a) Frágil estructura empresarial.

Alrededor del 97,5% de las empresas en el departamento son de tamaño micro, las cuales se caracterizan por tener bajos niveles de liquidez y una estructura financiera dependiente en gran parte de las ventas del día a día. Según (CCSM, 2020), a un Micronegocio en el Magdalena su efectivo le dura alrededor de 20 días, en el caso que no logré vender nada, y entendiendo que el confinamiento obligatorio duró más de dos meses y las ventas se han ido reactivando lentamente, el resultado fue más de 5 mil empresas cerradas de manera indefinida generando una pérdida de alrededor de 11 mil empleos formales y más de 50 mil informales (DANE, 2020).

b) Baja digitalización empresarial.

Actualmente, más del 70% de las MiPymes ya están conectadas a internet, pero de acuerdo con información oficial se estima que sólo el 25% están adoptando una estrategia de transformación digital.

El estado del equipamiento de dispositivos electrónicos con el que contaban los Micronegocios antes de la pandemia, y de cierta forma poder inferir sobre la capacidad de respuesta que hoy tienen estas unidades de negocios para el desarrollo del e-commerce y el marketing digital en esta época de distanciamiento social es bastante baja.

Solo el 9.9% poseen computadores o tabletas portátiles, mientras que el promedio llega al 17.2%, lo cual muestra una brecha en este indicador de 7.3 p.p.-. El dispositivo más utilizado son los computadores de escritorios (60%), seguido por los portátiles (54%), por último, están las tabletas con un 7%. Por el lado del uso de los celulares la situación es otra; el porcentaje de uso llega a 53.5% y a 68.9% en el resto de las ciudades capitales, no obstante, la brecha acá se amplía a 15.5 PP. En el caso particular de los teléfonos celulares inteligentes (Smartphone) la brecha disminuye a 9.4 PP.

Con relación a las razones para no usar dispositivos electrónicos o teléfonos móviles, el 82% de los propietarios de los Micronegocios manifestaron no necesitarlos, lo cual refleja el bajo nivel de adopción de las tecnologías de la información, de igual forma, el 16.7% considera que son muy costosos y el 1.4% dice que el personal no está capacitado para usar estas herramientas. Estudios como el de (Bejarano, 2014) confirman que la baja adopción de las TIC en empresas está asociado a los altos costos que estas generan, especialmente en el mantenimiento; pero también resalta el miedo al robo de información por parte de la competencia o personas ajenas a la organización, así como el mito que las tecnologías van a reemplazar la mano de obra y eliminar empleos.

c) Bajo acceso a financiamiento

Los cierres en diferentes sectores productivos durante la pandemia han generado que las empresas, especialmente MiPymes, tengan problemas para el cumplimiento de sus obligaciones financieras, ocasionadas principalmente por la falta de liquidez. De acuerdo con la ANDI (2020) la liquidez de las empresas les permite operar entre 1 y 8 días al 20,6 % de ellas, entre 9 y 15 días al 10,8 %, y entre 16 y 30 días al 26,3 %. De acuerdo con la Superintendencia de Sociedades (2020), entre enero y junio de 2020 se han admitido 448

solicitudes de insolvencia, reorganización y liquidación de empresas, lo que representa un incremento del 45 % respecto al mismo periodo en 2019 (310 solicitudes). Adicionalmente, el 78 % de las personas considera que continúa siendo impactada financieramente por la pandemia, y el 17 % que reporta ser dueño de un pequeño negocio que tuvo que cerrar o ha visto reducidas sus ventas.

d) Problemáticas asociadas a la población vulnerable

Se hace necesario profundizar en la situaciones que enfrenta la población en situación de vulnerabilidad del Departamento, (se entenderá por población vulnerable en el presente documento a las víctimas de conflicto armado, jóvenes rurales, jóvenes, personas con discapacidad, adultos mayores, indígenas y personas en situación de pobreza, debido a que por su naturaleza o determinadas circunstancias se encuentran en mayor medida expuestos a sufrir maltratos contra sus derechos fundamentales; o requieren un esfuerzo adicional para incorporarse al desarrollo, a la exclusión, la pobreza y los efectos de la inequidad y la violencia de todo orden, Observatorio del Caribe Colombiano) puesto que si bien es cierto muchas de ellas afectan su calidad de vida y son las que acentúan cada vez más el desempleo y la informalidad laboral, lo cual incide de manera directa en el aumento de la pobreza.

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