Canope (subpoemas) - Sergio Mattano

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Edici贸n digital: Agosto, 2014


CANOPE, DESVELO DE LA PALABRA Ya desde el título del texto de poemas de Sergio Felipe M attano, puede avizorarse una línea de lectura y composición de su poética. Canope, esa “ Copa sagrada donde se depositan las vísceras de los muertos” , es uno de los elementos de la compleja materia prima que conform a el cuerpo de los poemas. Las “ vísceras de los muertos” no son únicamente material abyecto, sino órganos corroídos por la asim ilación de una tradición innovadora en el arte de la palabra. Las vísceras son la imagen y el r esultado fáctico de todo lo vivido, nada más alejado de la materia inerme, nada más cercano al “ polvo serán, más polvo enamorado” de Quevedo. Si nos preguntáramos con mayor exactitud, qué otros elementos constituyen la materia prima de Canope, sin lugar a dudas deberíamos recurrir a los presentes en la ecléctica mezcla de tendencias y estéticas de casi todos los tiempos, que reaparecen en la poética de M attano, con ecos imprevistos y resonancias inusuales. Porque no está su mayor logro en crear nuevos objetos poéticos, ni en poetizar elementos sorprendentes; no persiguen estos poemas la novedad escandalizadora de algunos de sus referentes, sino que la riqueza y el desafío estético, y por lo tanto ético, se encuentra en las fracturas de las poéticas anteriores, que la filosa mirada de Mattano se anima a poner en diálogo, a veces consigo mismas, interpelando sus contradicciones o exaltando el mundo del pensamiento, y, en ocasiones, modelando a tr avés de la imaginación encuentros que son capaces de interceptar las barreras del tiempo y el espacio. Allí reside una parte del valor de la propuesta de Canope: un concentrado, muy cuidadosamente destilado, de modos de tensionar y contorsionar el lenguaje, y con esto quiero decir formas lingüísticas y pensamiento poético, que solo un artesano, suspendido, susurrándose a sí mismo a causa de la emoción estética, puede lograr. El hecho de nominar “ subpoemas” a sus producciones advierte sobre el lugar que el autor se dará a sí mismo en la intrincada y amplia textualidad a la que se incorpora, a la


herencia que recibe como poeta, a la estancia que se procura en una declaración de su modo de estar en el mundo: “ por debajo de” y “ en vías de” , siempre expulsado de la ex –sistencia, en la continua prosecución del poema, en la inacabable estructura del poema; podría decirse, entrampado en una experiencia vital con forma poética. De allí, la incorporación de uno de los epígrafes del texto, perteneciente a Esteban M ontaldo: “ ¿Cómo te voy a explicar un poema?...” . La explicación, de cualquier cosa, está determinada por un despliegue que requier e un punto final, que en el caso de los “ subpoemas” está en movimiento, siempre en el “ hacerse” , que por una parte impide domesticar la palabra poética con un discurso tranquilizador, racional, comprensible, y, por otra parte, posibilita la creación poética de un eterno enamorado de las singladuras emanadas del mundo, las emociones y sus intentos por dar cuenta de ellos, sin clausurar el misterio creativo. Por eso, como anuncia la “ Advertencia” : “ dentr o del poema hay un hombre” . Por eso, el poeta de Canope es un “ cachorro de una luna que se aleja para darme penas y rencor de ya no ser luz” . En una infancia poética presentida como estado o modo de ser, ante la enorme herencia recibida, y de la que es especialmente conciente el yo de estos poemas, en la casa del poema, en ese oikos que se prefigura como domicilio, pero al que es imposible r egresar del todo, por que la existencia conlleva la errancia del ser , siempre se está fuera del ser, allí, se construye una de las ser ies que indaga el texto, me refiero a la serie identitaria. Toda una red semántica que se esparce por el texto y los epígrafes que acompañan los poemas: vísceras, bilis, infecto estómago, pudre bajo tierra, barro, entre muchas otras expresiones, da cuenta de la concentración que señaláramos como constitutiva de la materia prima del texto y de la postura estética de los subpoemas, pero también de la materia con la que se modela ese hombre que vive en el poema, que mora responsablemente, de cara a su posición en el mundo, para esgrimir esa identidad, construida de una herencia que conjuga la renovación formal de las vanguardias artísticas europeas y latinoamericanas de principio de siglo XX con las poéticas posteriores de las


décadas del 40 y del 50 en nuestro país. Ahora podrá percibirse m ejor, el valor que la concentración, como “ m arca en el orillo” , define la propuesta de Canope. Todo el flujo imaginativo y pr ovocativo de Huidobro y Girondo, toda la emoción de Jorge Luis Borges, alejada por completo del confesionalismo, aquella ilegibilidad de Tristán Tzara que desafiaba los poderes de la razón, el ingenio mordaz de M acedonio Fernández; pero, además, la ser iedad y la sensibilidad social de César Fernández M oreno y Leónidas Lamborghini _en especial el Lamborghini de El solicitante descolocado_ descubren otras series: la política y la poética. De este modo, podr ía advertir se que la concentración se encuentra como principio constructivo, producto de un triple cruce de fuerzas que se propone en primer término la empresa de leer “ en diagonal” la linealidad inherente de una sucesión histórica que no r emite a avances o progresos, sino a modos de hacer y comprender la huida imposible del poema, que remata la “ Advertencia…” . De las múltiples interr ogaciones que incluyen los diferentes poemas de Canope, una es central, y quizás resuma de un modo contundente al resto: “ ¿Qué canto profesa la boca entrelazada?” (“ Canto I” ). Podría entenderse que todo el poemar io es una búsqueda de respuesta a esta interrogación que en sí misma asevera la estancia de un decir entre decires: prisión y oikos del poeta, que persigue la ser ie identitaria y que opera como una versión en positivo del poema inicial del texto, “ Non ego sum” : el ego sum tiene como corr elato esa pregunta que incluye la morada de la identidad que el segundo poema, “ Canto I” , extremará a lo largo del poemario, trabajo que la “ boca entrelazada” desplegará en esas otras dos series, la política y la poética. Pero la concentración no está solo relacionada con las ser ies que señalamos, ni con el variado universo referencial del mundo cultural que emerge en los poemas, sino con la polifonía, que va en aumento a medida que “ transcurren” los poemas del texto. La voz del diccionario, que abre el texto con la definición de “ canope” , inicia un camino hacia la conformación de voces que pertenecen a distintos ámbitos y géneros, no solo textuales, sino subjetivos. Un ejemplo de ello es el tercer poema: “ Tragedias (trípticos


tristicop)” . Como adelanta el título, está dividido en tres partes, yo diría mejor, fases, en las cuales varios sujetos de la enunciación provenientes del mundo oriental, M éret, y del occidental, Casandra, dialogan con la voz del poeta de la tercera fase del poema. M éret, que significa “ la amada” , opera como contrapunto de la no bienamada Casandra. M éret, diosa egipcia, dual, cantora, música y danzarina, era considerada la portadora de la apertura de los ojos y la boca de los difuntos en la vida de ultratumba. M éret es Issis y Neftis, “ las dos amigas” , quienes seducían a través del canto y la danza. El poema de M attano enfrenta dos mundos, dos destinos alejados en tiempo y espacio, que retoman el dilema humano de la correspondencia, o no, en la relación amatoria. Casandra (también conocida como Alejandra, lúcida y original m anera de incluir a Pizarnik, sin caer en los estereotipos de otras propuestas poéticas, que mencionan a la que perdió su nombre) es hermana gemela de Héleno, ambos tienen _y padecen_ la visión profética; a su vez Casandra engendrará gemelos con Agamenón. Nadie escuchará los presagios certeros de la joven Casandra, nadie amará, en verdad, a la torturada visionaria, quien intenta salvar a los suyos de múltiples desgracias, en muchas oportunidades. De este descuido en la audición, de esta ignorancia de Occidente, habla el poema de Sergio Felipe M attano, empleando el contrapunto de la gracia del buen oído frente a la petulancia de la boca cuando no está entrelazada a los decires: Casandra, hermana oscura y postergada de todos los poetas, de Rimbaud, antes de Baudelaire, fundadora de una casta acallada. Tal vez este tercer poema del texto, que no casualmente se presenta como tríptico, resulte el mejor ejemplo entre las tres series en tensión. Y, nuevam ente, el poema siguiente, “ Canto II” , opera como continuidad y respuesta del anterior , en el cual la serie identitar ia reaparece con mucha fuerza, a modo de homenaje, a “ la dama sepia” que “ Deglute pájaros” y “ me desea/ me inventa/ me recorre” . La poesía, ese objeto tan extraño, lleva un signo femenino, un contorno de mujer, una curva sensual y sinuosa, que los poemas de Mattano asumen en la multiplicidad de voces que dialogan en su texto y forman parte de una identidad


propia, que se anima a desatender la arrogancia característica de la intelección dialéctica, tan expulsiva como atropellada en sus posiciones. “ Asma” , es un poema más vinculado con la ser ie política y social, está “ tocado” por las poéticas del 40 y del 50: denuncia, mueve la conciencia, declara un lugar comunitario de pertenencia que reaparece, por ejemplo, en “ Desmigarnos” , aunque la presencia de Olivero Girondo, su tono elegíaco, existencial y comprometido, se presenta como síntesis de estéticas. Aquí está el M attano lector, el mejor recolector de distintas tradiciones, el crítico, el analista. Pero, tal vez, “ La máquina de facer churizos” resulte el poema que más cabalmente se proponga indagar e interpelar en qué consiste el oficio de hacer poemas significativos socialmente. Y en este punto es necesario percibir la “ aspereza” histórica que conecta la serie política con la poética. Construido casi en su totalidad por interrogaciones, el poema crece a partir de la reflexión, producto de lo actuado en los poemas precedentes. Todo lo que este poema interroga ya ha sido explorado en los anteriores, por eso puede entenderse como lugar de inflexión dentr o del poemario, debido a que “ La máquina de facer churizos” (churizos, versos en serie, pr oductos del mercado, versos como estatuitas a bajo precio que cualquiera podría hacer y consumir r ápidamente, y dicho sea de paso, olvidar) se plantea cóm o seguir adelante sin caer en el pozo ciego de la autofiguración, por cierto, estéril, de los mercaderes de poemas. El poema responde _no podría no responder _ con el silencio, puesto que el silencio dis- curre, también es discurso. En ese preciso momento, la apuesta se centra en la mirada, no de algún objeto, sino del nombre, la m irada mir a el nombre: “ mirar/ nombrar dos palomas/ que en el acto desaparecen/ y no decir/ que las palabras/ inventan / la nada” _como tantas veces se ha dicho. Por eso es un poema signado por la serie política en el sentido más pleno y positivo de la expresión “ política” , entendida como comunidad a la que no puede perderse de vista, por tal motivo hay que “ mirar” y “ no decir” .


M ás cercanos a la serie poética están “ Canto Cinco” , “ Recetario del poema” , “ Endogénesis” y “ Disolución” , mientras que otros poemas como “ Canto Xesto” , “ Alter ego (esquizofrenia)” , “ Congreso de poetas” y muy especialmente el poem a final, “ M anifiesto” , se dedican a explorar la serie identitaria. “ M anifiesto” lleva un epígrafe de Niezstche: “ los poetas mienten demasiado” . Podríamos leer este poema final a partir de la ambigüedad discursiva y referencial del yo que tan firmemente se presentó en otros poemas. Podríamos conjeturar que quien dice en el primer verso “ El que escribe es un ególatra” es Niezstche, o bien, cualquier sujeto que escribe, incluyendo al poeta de Canope. Ese borramiento de las fronteras del sujeto de la enunciación es en verdad una nueva y última interrogación encallada en el último verso: “ decidor de mierda” : espacio subterráneo de los subpoemas, del desperdicio visceral al que alude el título del texto, a las heces, material abyecto entre otros sublimes, con los que se construye el texto de Mattano, pero, fundam entalmente, el “ M anifiesto” devuelve a la praxis vital el ejercicio del poeta y reclama la renovación de un origen comunitario, tradicionalmente propio de la tarea del poeta, pero desmitificado de la beatitud inmaculada, espacio etéreo, ya inoperante, que algunos cr een portar, cuando de hacer poesía se trata. Sergio Mattano concentra en Canope una estética de la que no podrá salir incólume, debido a los desafíos retóricos que ha asumido y al lugar que ha construido para sí mismo (podrá variar, pero no retroceder ). Rodeado de riesgos, de voces con las que ha decido dialogar, definidas sus preocupaciones y su una postura, que si bien está encabalgada ideológicamente _diría seducida por praxis esteticistas y otras más existenciales_ apuesta con mayor firmeza a la experiencia comunitaria religada con el cuerpo social, desvelo de su palabra, copa profana en la que se depositan objetos extraños, com únm ente llamados subpoemas. Julia Inés M uzzopappa


PSEUDOPRÓLOGO Decir que Sergio M attano no es un poeta convencional, que no se conforma a las embaldosadas concepciones de lo que es o no es poesía, no constituye una novedad. Tampoco el hecho de que este intento de prólogo sea, como en la mayoría de los poemarios, un mer o adorno que muchos de los lejanos cazadores de poemas esquivan para ir dir ecto a sus presas. Pero dadas las circunstancias presentes, intentaré aproximarles un esbozo de opinión al respecto. Atinadamente, el poeta, nos permite conocer al inicio del libro la definición del término Canope, a saber: "Copa sagrada donde se depositan las vísceras de los muertos" . Concordaremos, de seguro, en que no sería pertinente inquirir del autor el porqué de la elección de un título relacionado con el Egipto faraónico y la momificación, cuando el mismo M attano se cuida de cualquier explicación racional a lo Descartes, mediante un aviso poético que es casi "una trom pada en el estómago" de la lógica. Y... adicionalmente, ¿le preguntaría usted a un "esbirro de la escritura automática" , a un "enamor ado de Tzara, Artaud y Breton", qué quiso decir exactamente? Eso me recuerda a la contestación de un grande del cine fr ancés, Jean Luc Godard, cuando ante semejante dislate de la prensa contestaba: "quise decir, pero no exactamente". Ahora bien, afirman los arqueólogos e historiadores, que los vasos canopes eran cuatro: uno para el estómago, uno para el hígado, y los dos restantes para los intestinos y los pulmones. He llegado a la conclusión de que todos los poemas de este particular ísimo libro, van a parar -de acuerdo con la víscera con que se trabajó cada texto- a una de esas cuatro ánforas. Así, por ejemplo, "Recetario del poema" nos remite claramente al estómago, cuando expresa "firmo el acta con garabatos/ sello al pie con un buñuelo aceitoso/ y m e sigo a la calle, nos mezclo entre las gentes" . Hay poemas hepáticos, biliares diría, a la manera de "Congreso de poetas", donde la ira hipocrática aflor a apenas morigerada para denunciar a quienes compiten,


presas de una histeria púber, para "ver quién la tiene más grande". Cuando el lector se acerque a " Manifiesto", seguramente entenderá porqué es un canope ideal para los intestinos. Por último, "Asma". ¡Ah, qué tema este! Dicen los yoguis de la India, que esta enfer medad es característica de los auténticos poetas y pintores. Dice Sergio que debido a ella "duele cada centímetr o cúbico de aire/ y por lo general nunca alcanza" ¿No es este un canope pulmonar por excelencia? Resumiendo: no los culparé como lectores si soslayan esta aproximación a la escritura del poeta. Sí lo haré, si después de aguantarme, no se toman el trabajo de introducirse en cada vaso, en cada víscera ofrendada por este esmerado sub-creador, como a él le gustaría que lo llamen, par a compartir el milagro de un nuevo libr o; la apetencia de un obstinado hacedor de poemas; por dejar una marca -una rayita de vida-; tan valiosa como una mastaba, ante los vislumbres apenas contorneados de la eternidad. Eduardo Espósito


CANOPE



“ Canope: Copa sagrada donde se depositan las vísceras de los m uertos.”



ADVERTENCIA (W ARNING! M A NON TROPO): “ ¿Cóm o te voy a explicar un poema? Es com o que te pegue una piña y después te explique por qué” Esteban M ont aldo. M e declaro esbirro de la escritura autom ática, del viejo cáliz surrealista que libera del polvo al inconciente. M e declaro enamorado de tzara, artaud y bret on… y ya se va entendiendo todo. Si quiere, desguace el poema, pero soporte las manchas de sangre: dentro del poem a hay un hom bre. Alquitrán, alcohol y am or: tres nocivalgias que inundan estas calles que el verso ha elegido. Después ni suspire que yonoleavisé. Soy cachorro de una luna que se aleja para darm e penas y rencor de ya no ser luz, si quiere espíe el infect o est óm ago de este despojo tísico de alegre cantar y bébase un café para olvidar la últ ima lágrim a que vivirá enredada por la eternidad junt o al bilis que se pudre bajo t ierra: nada más, usted dirá que no es poesía, y a m í ya no me im portará. He recorrido sus caminos tam bién, lustrando palabras para enceguecer y enceguecerme, y no m e gustó. No le


voy a recitar un Ars poetiké en est a mañana fresca en que la resaca aún m e permite t rasladar los t orpes dedos por unas teclas manchadas de dios. Pero si de entre el barro usted alza la mirada, sepa: el arte sana. Y aquí m e voy despertando todavía, gracias al poem a. Una últ im a arcada: hay m ucha poesía que denuesta las magnolias y las boinas de poeta: estam os en el subpoem a por elección y aquí nos quedam os… tras la huida de ella


NON EGO SUM “ Est e siglo será el del comienzo del noser por Arte, que desvalorizando por entero los psiquismos “ ser” , “ no-ser” y sus verbas, nos volverá a la casa del vivir inmortales.” M acedonio Fernández. en un vacío de piedra un fant asm a ahoga sus versos el ot ro fantasma

-que trauma en carne-

tiene nombre y memoria lo olvidan las palabras desconócenlo los ojos que no miran. aire, som bra y la gris sensación de No-ser y poder nom brar todas las flores regarlas de arom a


crear el m undo en derredor

(el otro)

el mundo no lo ve y es libre; su cuerpo vomit a la piel para Non-ser arráncase las uñas deshoja la testa cierra los cuencos alas luz. Habit ado de vientos, bendit o sea. el cant o se t orna ser luz es

(no ser)

flor es poema… Non ego sum sueña libre.

(no ser) (no!)


CANTO I Desnudarme en la esquina siguient e de t us ojos, para dejarm e en sem illa por siempre a tu vera.soltarme el pelo y mudarme a t u sábana arriarte en verbos hacia la pat ria del no-ser.nada nos debemos y sin embargo mis luces se apagan en ti para alum brar(te)(m e) y sin embargo mil luces se encienden para mostrar(nos) ¿Qué río naufragan dos poetas desnudos? ¿qué versos se hallan en el fondo de la piel? Verso de piel m arm órea de t orre rubeniana; verso de piel oscura de poem a de rimbaud.¿Qué canto profesa la boca ent relazada? ¿Qué dios incoherente dio espacio a este nuevo Ser? ¿y que nomenclatura tiene un verso cuando se penet ra


y se goza y se perdura en una noche estival de gat os am ĂĄndose en los techos?


TRAGEDIAS (TRÍPTICOS TRÍSTICOP) 1- TRAGEDIA DE M ÉRET, DIOSA DE LA LUZ, EL SEXO Y LA LIBIDO SURREAL (LUZ).

Nadie me am a, Méret. M e poseen desnuda, me transform an en luz de sus egos. Nadie, Méret, nos ama. 2- TRAGEDIA DE CASANDRA. ¿No quisieras ent ender m enos? ¿Ser m ás estúpido? ¿No quisieras ver nada y callar las palabras sublevadas en las entrañas? Quizás me crean / piensa/ y profesa. Pero es gris la canción y hasta las m ariposas se am put an los colores / pero nadie oye/ …


ellos sabrán bienm orir. Casandra m adream ant e mis besos beben penas: ¿No quisieras que m is manos te ahorquen, madre? ¿No quisieras sobrevivir las m udas canciones, los sordos oídos, los aullidos que se aproximan, el ham brepeste, el grit o del niño que m uere? La tragedia de Casandra m e habita. Quizás me crean …pero es gris la canción. 3- TRAGEDIA DE CASANDRA, LUEGO MÍA.

Cruel destino de profet a: nadie t e am a nadie aprecia tus aullidos: ¡Gloria, Casandra! Tú eres mi m adre.


(...pero soy tu hijo y amante...) ÂĄGloria, Edipo! TĂş debes ser mi padre.


CANTO II Los habitantes de la noche pĂĄjaros de alas sangrantes me despiertan me seducen me atorment an me vuelven ave forma clĂ­tica del pronombre escudo cont ra espolones que el rostro desfiguran cordero de dios que quit a el pescado del mundo. Tras las torres se alza hambrienta una dama sepia Deglute los pĂĄjaros me desea me inventa me recorre Luego yo, desnudo / anquilosado respet ando las comas atrapado por las cicat rices


de sobrevivient e diciendo yo creyendo ser yo la som bra de mi padre y hades el miasma enĂŠrgico de la prohibiciones por venir expulsando verrugas por los ojos y penetrando fieram ente a la m ujer sepia que se orgasm a y eyacula canciones por la boca.


ASMA Para ud es sencillo: el aire ingresa y egresa de sus pulmones, infla uno a uno sus alvéolos, oxigena la sangre y así sin que ud note el mínimo acontecimiento. Pero nosotros no: nunca fue un acto reflejo, duele cada centímetro cúbico de aire y, por lo general, nunca alcanza. Aprendimos a morir desde pequeños entre vapores, ventolín y el infierno rudo de los rezos del nebulizador. Nosotros conocemos la muerte antes que a ud se le muriera un abuelito, que en pack descanse, arriando el ínfimo retoño de O2 hacia el pecho entre chillidos de la carne que le niega el paso meditando para vencer el nervio histérico de yacer ahogados sin una mano que nos seque la febril testa. Aprendimos a morir y en eso sacamos ventaja, aunque los años de catecismo insistan en igualarnos mortales.


CANTO 3 ” Hem os hablado dem asiado del silencio‘ Olga Orozco. Callar ¿para quién? el silencio me llam a para habit arlo de policromadas luces Callar ¿para qué? inundando de gritos desahogo el silencio gemir, morder las palabras alzar el suspiro hasta hacerlo audible.


ANTIRRIMBAUD Callar en negro cuando el habla es gris no hay vocales de colores una es azul (y no se nota) Tonos de gris a, gris e, gris i, gris o, gris u, gris Pero el grito es rojo.


SE ser un ataúd de lo q no la bestia del carnaval la sagrada madeja deshilada el perfum e del sexo retraído la garganta ácida la niña q cruza la calle y descruza las piernas cuando papi no la ve la resist encia en las form as imperecederas impercept ibles del aire las tres cicatrices cruzadas sobre l a pared


EXEQUIAS Exequias1 de la luna,2 y una corte de duendes,3 maquillados con cal,4 dan pesares al mar.5 El viudo que ya nunca será reflejo de reflejo, ni musa de utopía.6

1

Un ritual infinito de luz que, crisálida ebria, perfila una sombra que todo invade y tiñe mora.

2

Un imperio de gritos como gusanos penetrando mis antes van devastando la madera du lce de ternura... mis in iciales descansan/ en el caldo de la nada/ que en la noche soy. 3

Anclados cantares grises: ¿qué colores ahogan? Los juglares migran al frío otoño, a la cu lpa sicaria de la lluvia.

4

Naden entre los humores gelatinosos que me an iquilan : rab ia, odio, sangre... ella.

5

Miren : aquí mi agonía; aquí la ternura agusanada; aquí se oxida el hijo del ho mbre.

6

El viudo que ya nunca será reflejo de reflejo, n i musa de utopía.6


CANTO IV No creo que venga el juego de algún subdios inquiet o que poca savia de amor bebía pero t odo aroma es de blues y entre los pájaros que reptan asfalto se me hunde la duda vinagre. Descreo de las luces arriba que senderan el mejor allá Del coágulo pat rón que finge entender de la últ im a medida de vodka q libra est e vómito sin nombre. Penarse es m order la pústula cruz y post rarse pensar que más acá de uno


estรก la som bra imprecisa de un vejado anciano reclam ando las palabras que hem os perdido.


DESMIGARNOS migar la noche para que de mi mano com as y confesart e al oído un deseo mientras se duerme la luz migar el deseo para que de mi árbol bebas y contraer en la mano un beso mientras se desm aya la voz migar la voz para que de mi beso verdee y cantarle al pájaro a tempo mientras nos envuelven la noche, los brazos, el deseo, las piernas, la voz, los poemas … re-m igar(m e) re-m igar(t e)


volver(nos) pan.


LA MÁQUINA DE FACER CHURIZOS ¿Qué escriben los poetas cuando verso los abandona? ¿Imprimen los vericuet os poéticos del posmo? ¿Asustan a su m adre con un dossier de Trot sky? ¿Cuelgan un póst er de Flaubert ? Cuando la misma neurona / que arrogante enfrentaba el ocio de las m anos con cal/ se queda postrada de t ropos ¿Visit a los cuarteles de inferno? ¿Llena crucigram as con fot o de perón? ¿Lee maikovsky para ult rajarle iconos? ¿Sueña el t ren que lo arrolla junto a una muda mujer desnuda que su boca amordaza? ¿Se put ea con Nicanor? Cuando lo humilla el silencio que com bate ansioso de enemigos ¿Se jura dirimir las penas de sus colegas? ¿Se enreda en los escotes de Raab salvándola por su obra? ¿Bebe con chuker el café lit erario o barrabasea huidóbrinamente a neft alí? Cuando la mano se le infecta de pelos


por tanta masturbación metapoét ica ¿le sorbe los pechos a Alejandra hasta quitarle la pelusa virgen? ¿Visit a el vientre de su amada mientras ella am anece más Safo? ¿se cuelga est ampit as de haroldo y paco dedicándoles el prim er cloro de la m añana? ¿santifica los sábalos, los penes, el agua calient e, la sombra, la hija del vecino, el fernet que la embriaga, a los cat ólicos contra los turcos, a m ahom a frente a cristo, al papa anterior que t enía form a de pera m achuca, al guerrillero que ya muerto engendraba vida? Se apaga la m áquina de facer churizos: mirar nombrar dos palomas que en el act o desaparecen y no decir que las palabras inventan la nada.


CANTO CINCO “ Se sienta a la m esa y escribe” Juan Gelm an. Ahora es mañana. mi pelo se enreda entre los lentes mi boca t iene besos de café poco, vicente, tengo de dios -y sin em bargoAhora es mañana mi piel se deshace de la piel de ayer de la sábana ya cansada de abrigarm e poco, huidobro, t engo de fe -y sin em bargo-


RECETARIO DEL POEMA ¡Recétem e tres o cuat ro verbos, doct or! Le explico que hago versos y eso cura. ¡Un adjetivo gentil…uno! He rehuido de adjetivar desde niet zsche ¡Una glosa, una que m e quit e el dolor de ovarios que me at ormenta; este cáncer con form a de hijo este despertar sin llamas en la herida! ¡Un poem a que m e clave a la diestra de crist o para insultarlo tam bién! Firm o el alt a con garabatos sello al pie con un buñuelo aceitoso y m e sigo a la calle, nos m ezclo entre las gent es entre los hombres de buena voluntad.


PASAJES DE LA NATURA trascienden la noche pezones de m iel un brot e de ser pellizca la arena que arrulla dios eyacula su esperm a de algodón sobre las tetas pétreas de gea sólo el viento regala m agia arrasando los gem idos de los acampant es horrorizado un ujier secuest ra los oídos de sus niños la noche perenna bajo la parra la noche deviene trigo en los ojos de uvas brunas dios deja su semen desparram ándose hacia el om bligo del valle una m ujer im prime un poema en la entrepierna de su hombre un pájaro obtuso tacit urna su canto


mil mariposas albinas hieren la humedad el ujier suicida la boca de sus crĂ­os los am ant es de la m ora se desvisten en pan se observan y son el mundo.


M ILMES “ Deseamos desear” Guilles Deleuze. Deseamos desear.se nos va huyendo la madrugada com o agua de pilet ón se va quedando en los atriles del ensueño en la m áquina deseosa / deseam os/ / desear/ nos va transformando y nos(ot ros) volvemos a no-ser para bailar / sin miedos/ / sin culpas/ sobre los cadáveres que fuimos.


CANTO XESTO Tras la fiebre, nazco yo. Un sendero ínfim o y mío que el alba pare y perdura mil noches en t u pelo se enreda, se tiñe cielo en tus iris y gust oso rapé en mi labio. Triste caperuza linda como agost o en la serranía sendero mío, a juglar sencillo juego mientras te amo, mientras todo a sexo huele me hiero mariposa para regal art e un poem a que mi boca tartamuda no declam a en cobardía. Una llama, alm afisura, pare esta lágrima que se hace camino. El poema que la M agdalena hizo a Crist o recitar.


ÁLTER EGO (ESQUIZOFRENIA) ¿M e perm ite cortarle el ojo? Soy Buñuel, déjeme. Puedo ser tam bién la erót ica bailarina de Notre Dame o la golfa que le visit a los soñares cuando fiebre. ¿M e perm ite am arlo, succionar su sexo hasta la estrella apagada de Verlaine? Soy Aquiles, el huracán la nafta tóxica… soy un punto del infinito que separa a Zenón y a ud. Soy el punto lum inoso. Y el puñal Y la flor Deje que mi párpado bese la navaja Soy Buñuel, casi desde unos días, soy el espejo rot o y el puño y la sangre Somos.


ENDOGÉNESIS Necesidad de ent rarme encántarom usa encuerpotren ensexocruz de dart e a beber vinagre enheridam ujer enbocat ótem encarnesilencio enpechosm urgasol de reagruparme engem idocómplice ensábanam ortaja encópulapez y volverme a em pezar en vos fonema a fonema com o dios.-


CONGRESO DE POETAS “ Señoras y señores Ésta es nuest ra últim a palabra. -Nuestra prim era y últim a palabraLos poetas bajaron del Olim po.” Nicanor Parra. Se reúnen vernáculos amantes de nombres muertos a ver quién la tiene más grande. Pagan, en la entrada, su cuot a de filiación a Ismo o in memoriam . Se espían las entrañas, prolijam ente maquilladas, y siembran sorna entre el fibrom a y el acqua am niótico. Poetas del escombro bebiendo cham pagne Poetas de avant garde con sus carne(t)s de la ucedé Poetas de m ostrador con sus contadores por si la afip Poetas de sillón arriando sillas Poetas costumbrist as a quienes ya nada los sorprende Poetas aritm ét icos deduciendo los espacios de la metáfora Poetas de fibrofácil demasiado drogados para noentender Poetas del refrite fot ogénicos para el boletín Poetas de cuarzo curtidos por el son


Poetas feas culpando al mar Poetas buscando editor : El polit buró de la Poesía explica que: la nada poética es imposible la poética sinrazón est á perimida el orgasmo poético será prohibido (Ergo, “ La poesía es un arma cagada del futuro” ) …y bajo/ t ras/ sobre/ eso les quería leer… Me ret iro a desfunebrar poemas A cortar el nudo prim igenio de los poetas el gordiano q carga con la historia desde q una prim era célula se erectó por las curvas sensuales postvolcánicas preglaciares de otra célula en los m ares de quién sabe qué costa o lupanar


o cuaderno de notas y q tantos han confundido con ombligo y así lo llam an “ suyo” A vuestra miseria, (des)Att e(n). Tanpoco, el poeta. Varios m eses y un Enero de.


CANTO SÉPTIMO Ahogaré en el whisky la pierna de la mujer muda en el café la vulva del dragón dormido.


DISOLUCIĂ“N Bajo el poem a se incendia el yo. / napalm sobre/ bajo/ tras cuatro clases de egos/ Bajo el poem a nosotros, el subpoem a nacidos, disuelt os, aliterados en el agua de un m ate nonocordes en la risa charango rotos en la copa de vino/ sangre y semen verso y beso del labio part ido / bocas nocturnas de luz/ Bajo el poem a / nosotros, el subpoem a/ desgarrando las palabras para que el hom bre viva.


INSOMNE Volver a la noche al dolor bebible de la cicut a selénica al raspaje álm ico prot opoético.Retom ar la sílaba salvaje tam bor isot ópico cuórico verso desgajado del árbol de dios.Volver a la lengua sangrante a los humores ácidos por los corceles rojos agónicos rapados de seudoideas.Volver a la noche para no dormir / ensexados/ más que en insomnes poem as.-


M ANIFIESTO “ los poetas mienten dem asiado” F. Nietzsche. El que escribe es un ególat ra que sólo habla de su dolor tal si fuera import ante, que juzga todo su derredor com o si su m iseria rigiera el m undo. El que escribe es un lunático, metafísico de merm eladas, con agujeros en l as medias. Él cree, ciertam ent e, que es el único M esías, que su lum bre libera de la estupidez al vulgo. El que escribe es un poet a. Un pat ét ico, infam e e imbécil decidor de mierda.



Datos del autor Sergio Felipe Mattano (Buenos Aires, 1979) Subpoeta, Tarólogo, aprendiz Chamán, Psicomago, Profesor de Lengua y Literatura. Reside en Moreno, Conurbano Oeste de Buenos Aires. Miembro de la Asociación de Poetas Petisos, la REMES (Red Mundial de Escritores en Español) y LOS SOBRINOS BASTARDOS DE ARLT, editor de la revista digital de difusión poética Narciso (2006/2010); co-fundador de la editorial autogestiva Chorizo Brujo Ediciones, es columnista literario de la Revista Caracoleando (partícipe, en 2014, del Salon du Livre de París y de la Feria del Libro de Buenos Aires) y dicta, desde 2013, un taller de Poesía latinoamericana. Algunos de sus poemas han sido publicados por revistas literarias de Argentina, Chile, México, Perú, República Dominicana, Venezuela, España, Italia y Estados Unidos. El Círculo de Poesía (México) lo seleccionó en una Antología de Poesía argentina actual (a cargo de la poeta Yamila Grecco). En 2010, fue antologado por el destacado poeta dominicano Frank Báez en un Muestrario de Poesía Iberoamericana. La Dirección de Literatura de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) seleccionó sus poemas para publicarlos en su órgano de difusión. En 2012, fue incluido en la antología Una Mirada al Sur. También recibió Mención de Honor en el Concurso Internacional de Poesía Heptagrama (Perú) y fue Finalista del Concurso de Poesía breve “Nos queda la Palabra”. En mayo de 2014, la editorial Milena Caserola, lo incluyó en la antología


internacional 2017: Nueva Poesía Contempóranea. Publicó: - NO HABLARÉ DE ELLOS (Y OTROS POEMAS), en formato digital en 2012 - CANOPE (SUBPOESÍA), finalista del Primer concurso de Poesía y Cuento de la editorial Lenguaraz (México) en 2009, publicado por Chorizo Brujo Ediciones en Argentina, 2013. Promete, más tarde que temprano, publicar sus más recientes poemarios: READY-MADES y LA PERRA. Mantiene, desde 2007, el blog http://mattano.blogspot.com.ar/, donde divulga sus obras, reflexiones y actividades de modo periódico.

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a Ale Dughera, díastole de mi mundo a Julia Muzzopappa, Eduardo Espósito y Walter Lannutti, por sus lecturas generosas en tiempo, sapiensa y radomancia a Carlos Autieri, refugio de mis tormentas a Elvira y Gabriel, por el cóctel genético a Lau, Cami e Iván, por los títulos más dulces que tendré siempre a mis dudas y certezas a los amigos y hermanos, onironautas en este sueño colectivo a Luis, ambos sabemos el porqué a vos, si llegaste hasta acá (confesión: existía antes de hoy; no existiré luego) Salud! S.M.


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