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Un día, Frodi miraba el mar desde la costa esperando un pescado para comer ¡Ya era hora de almuerzo! De pronto divisó algo extraño en el agua. Siendo un gran nadador, Frodi saltó y se acercó cautelosamente. Cuando logro capturarlo, resultó ser uno de los tantos objetos botados al mar por los humanos. La basura de los humanos se había ido acumulando cada vez más en su isla.

Frodi coleccionaba todos los embases, afiches, botellas y cajas que tenían dibujado a algún pingüino. Le resultaba muy curioso que los humanos dibujaran a pingüinos viviendo junto a esos animales blancos y peludos. Estaba revisando su colección cuando Don Juan ave, un playero de baird, se le acerca y le cuenta que esas cosas blancas y peludas son osos polares, que viven en la nieve, y que él los había visto allí cuando nidificó.

Hay 1,8 desechos de basura por m2 en las costas de Chile. La basura más abundante es el plástico, colillas de cigarro y vidrios (Fuente: Científicos de la Basura)



La conversación con Don Juan Ave dejó muy sorprendido a Frodi ¿de verdad existían esos osos polares? Tanta curiosidad sitió, que decidió aprovechar sus habilidades de nado, y viajar hasta encontrar esos animales blancos y peludos. “Debo ir hacia donde hace frío, ahí deben estar”. Ese día Frodi tomó su bloqueador, la maleta con toda su colección y partió hacia donde hacía más frío: el sur de Chile. Sería un gran viaje por el océano en busca de un oso polar ¿Iría en la dirección correcta?

Los osos polares solamente viven en el polo norte a -40° C en invierno. En cambio, los pingüinos viven en el hemisferio sur, algunos de ellos a temperaturas de -60° C en invierno. Contrario a lo que veía Frodi en las cosas humanas, osos polares y pingüinos nunca han compartido hábitat (Fuente: Livescience)


Nadó y nadó hasta que llegó a la costa del litoral central. Frodi se sentía hambriento, así que se posó en una roca para recargar energías. De repente sintió voces, era una familia humana en los roqueríos que jugaba y comía un picnic. Los miró atentamente, pues Frodi siempre ha sentido mucha curiosidad por los humanos. En un acto incomprensible, la mamá humana impide fervientemente que su cría humana beba agua del mar. ¿Por qué será que los humanos no pueden tomar agua del mar?

—¡Oye pingüino! ¿Qué haces mirando a esos humanos? ¡Ten cuidado! — Le dijo un pequeño cangrejo entre unas rocas. —Hola cangrejo, ¿sabes por qué la mamá humana no deja que su cría tome agua de mar? —Pues es evidente, porque les hace muy mal. Según lo que me contó Gaviotón, ellos no tienen algo llamado glándula supervital, o algo así. —Wow, ¿y los osos polares pueden tomar agua de mar? —¿Los osos polares? Mira, mejor te enseño.



Una vez que el cangrejo le enseñó a Frodi sobre cómo algunos animales se las arreglaban para vivir cerca del océano, Frodi se sintió muy agradecido: - ¡Muchas gracias cangrejo! Aprendí mucho hoy. Ya que sabes tanto, ¿dónde podría encontrar un oso polar?-. El cangrejo, muy divertido al escuchar semejante pregunta, solo se echó a reír ¿Qué tenían de malo los osos polares? Sonrojado por la actitud burlesca de ese cangrejo sabiondo, Frodi siguió su camino.

Las plantas que viven en zonas costeras también tienen adaptaciones contra la sal del mar. Ellas poseen características morfológicas interesantes, como el engrosamiento de sus hojas (hojas suculentas) para evitar la pérdida de agua y la secreción de por medio de sus propias glándulas de sal.


Al principio, Frodi nadó muy rápido con rumbo desconocido, solo quería alejarse del pesado cangrejo. Al rato llegó la noche, después el día, él seguía nadando. Frodi se maravillaba con lo inmenso y tranquilo que era el mar. Ya no le importaba lo que pensara el cangrejo. De pronto chocó de cabeza con una barrera de colores ¿Dónde estaba?

Chile es una potencia pesquera y acuicultora, siendo uno de los diez principales países productores de pescado para consumo humano a nivel mundial (Fuente: SUBPESCA)


Frodi no lo sabía, pero se había desviado un poco hacia el este del océano. Luego del golpe que se dio, el aventurero pingüino nadó en las profundidades para darle una mirada a la misteriosa barrera. De pronto la pared comenzó a hablar ¡¿Acaso se había dañado la cabeza?!. “Iorana koe Rapa Nui, bienvenido a la Isla de Pascua”, parecía decir la colorida pared. Sacudió su cabeza vislumbrando al fin el hermoso arrecife de coral ubicado junto a la isla. Se acercó más a ellos y un coro de voces dijo:

: —hola pingüino ¿De dónde vienes? ¿Qué haces solo tan lejos de tu familia? — He venido en busca de un oso polar — Responde Frodi asombrado por lo que veía. — No conocemos a los osos polares, nunca han estado por acá — Los corales titubearon — Pero no importa, ya que estás aquí te invitamos a conocer nuestro arrecife, acá también vivimos en colonias ¡adelante manu poki tane! (pájaro niño).




“¡Muchas gracias por enseñarme su hogar, corales! ¡Yo seguiré buscando al oso polar!... a todo esto ¿Hacia dónde estaba el Polo Sur? ¡Adiós, iorana!” Ya de nuevo rumbo al sur, Frodi paso varios días nadando, hasta que se encontró en un balneario con una imponente roca. Cansado se acerca a la costa y encuentra a una deprimida ostra que miraba el atardecer. “Hola soy Frodi, ¿has visto un oso polar por acá?”, le pregunta el pingüino a la ostra. La ostra decaída le dice: “acá en Constitución no hay ni osos polares, ni peces, ni algas, ni nada. Ahora vete que te puedes hacer daño”. Frodi un tanto preocupado le pregunta qué pasa, a lo que la ostra le responde: “es el agua, ya no es como antes”.

La extracción no controlada de corales y el cambio climático amenazan la existencia de sus arrecifes (Fuente: SAG).



"Lamento mucho tu estado querida ostra, espero el agua mejore pronto”, dijo Frodi. "Gracias extraño pingüino, espero encuentres a tu oso, adiós” y la ostra tímidamente se cerró.

La acidificación no sólo afecta a los organismos que poseen concha, también podría influir en el funcionamiento y reproducción de todos los organismos marinos, como peces, mamíferos, aves, etc. Los científicos siguen investigando sobre estas potenciales consecuencias. La piedra de la Iglesia en Constitución, 7 región, es el hito natural más destacado de la costa del Maule y tiene un alto valor geológico y geomorfológico debido a su material y el proceso que le dio su forma (Fuente: Sociedad Geológica de Chile). ma


Un poco alterado con las preocupantes noticias que la ostra le dio, Frodi siguió su camino. Cerca del atardecer, notó que no andaba solo. Curioso, se acercó a su acompañante. Cuando lo tuvo cerca, supo que era un congrio, pez larguirullo de hábil nado. Al momento en que el congrio llamó la atención de Frodi, comenzó a nadar rápidamente, saliendo a la superficie y hundiéndose con mucha gracia.

Frodi aceptó el desafío, y nado lo más rápido que pudo, sin embargo, no podía seguir su ritmo. De pronto, el divertido congrio se pone al lado de él y le dice: “buenas mi estimado pingüino, ¿le gustaron mis trucos? Frodi asombrado por la elocuencia del pez, preguntó entusiasta “¿cómo puedes nadar así?, ¿acaso tienes una especie de motor? El simpático congrio sonrío soberbio: “el secreto está en mi vejiga natatoria”.




Frodi pasó tan buen rato que olvidó preguntarle al congrio si había visto algún oso polar por ahí. Luego de un buen descanso, continuó con su viaje. Nadó por horas sin ver a un ser vivo, pero Frodi no estaba solo. De pronto, sintió unas cosquillas en las aletas. Pensó que eran algas o pececitos, pero no veía a nadie. Las cosquillas fueron en aumento, tanto que Frodi tuvo que parar a retorcerse de risa. Cuando se calmó, sacó su lupa de la maleta, y noto las cientos de criaturas a su lado. Era un grupo de fitoplancton, algas microscópicas que se alimentan a través de la fotosíntesis. Frodi los conocía muy bien, pues están en todos lados y reconoció a su amiga, la diatomea Rizonia.


“¿Qué tal Frodi, que haces tan lejos de la reserva? ¿Te perdiste acaso?”, le pregunta Rizania. Frodi, alegre por encontrar un amigo le cuenta, “busco a un oso polar, ¿has visto alguno en tus largos viajes?”. Intrigada, Rizania le responde: “creo que nunca he visto uno en persona, y eso que he estado en mucho lugares del mundo, ¿te conté de la vez que visité los salares del desierto? Frodi, que sabía lo conversadora que era su amiga diatomea, así que se acomodó para escuchar. “Mira Frodi, los salares son lagunas en medio del desierto que tienen mucha sal, más que el océano”. ¿Más sal que el océano? Frodi se sorprendió ¿Acaso las diatomeas tenían glándula de sal? Inquieto, comenzó a imaginar cómo sería nadar en esas aguas tan saladas.

El fitoplancton son algas microscópicas que viven flotando en el agua o adosadas a piedras o arena. Para alimentarse realizan fotosíntesis y son los productores primarios más importantes del océano (Fuente: SUBPESCA). La fotosíntesis es el proceso por el cual las plantas y algas son capaces de producir su alimento en base a la luz que produce el sol.




Frodi, luego de una larga explicación, comprendió las diferencias entre el mar y el salar gracias a la explicación de Rizonia. Sin embargo, no obtuvo información del anhelado oso polar. Luego de un cálido adiós, Frodi siguió con su viaje un poco desesperanzado ¿Podría ver algún oso durante su viaje? Nadaba tranquilamente hacía el sur, cuando de pronto, una sacudida tremenda lo empuja hacia adelante. “¿¡Qué es esta corriente que me lleva!?”, gritaba Frodi. Luego de largas turbulencias y volteretas en el agua, por fin logró estabilizarse. Ahora sí que estaba completamente perdido ¿Dónde estará la reserva?”

Un enredado pulpo lo mira extrañado ¿Qué le pasará a este pingüino? ¿Estará bien? Se le acerca para saber si en algo podía ayudar: “¿Estás bien pingüino? ¿Acaso no estás acostumbrado a las corrientes? Estas cosas siempre ocurren”. Frodi lo mira sorprendido: “¿Corrientes? ¿Eso fue lo que nos tomó y lanzó lejos?” Al notar que Frodi sonrió ligeramente, el pulpo se alegró y dijo: “esta corriente es una brisa comparada con las del norte, ¿sabes cómo se originan?”



Tras una detallada explicación sobre las corrientes oceánicas, Frodi se sintió exhausto. No lo había notado, pero seguían siendo arrastrados por la corriente. De pronto el señor pulpo notó a lo lejos un sector con turbulencias ¡Chocarían directamente con ella! 2 alas y 8 tentáculos se unieron en un abrazo para resistir la fuerza del mar. Todo dio vueltas. Cuando Frodi despertó, estaba tirado en la playa junto a su amigo pulpo: “Señor despierte, que ya estamos en la playa”. Al notar la palidez de su amigo, Frodi reaccionó. Tomó con su pico uno de los 8 tentáculos, y lo sumergió lo más rápido que pudo al mar. “¡Despierte señor pulpo!” Después de tensos segundos, el pulpo reacciona y mueve sus tentáculos. “Cof Cof…Gracias pingüino, me has salvado la vida”. Frodi llora de la emoción, y descansa sobre una roca. Piensa en las criaturas que ha conocido en este viaje, muchas respiran en el agua y otras fuera de ella. “Que maravillosas son las especies que habitan el mar Sr. Pulpo”, comenta Frodi emocionado. “Oh, pingüino, yo he recorrido las profundidades de este inmenso océano, y déjame decirte, aun no has visto nada”.







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