“EL VIEJO Y EL MAR” Ernest Hemingway
Carlos Paredes Barragán
Santiago era un viejo pescador, solitario, todo lo que tenĂa estaba viejo como ĂŠl, menos sus ojos que eran celestes como el mar.
Manolín era un muchacho que trabajaba con Santiago desde que tenía 5 años y lo quería mucho, porque todo lo que sabía del mar y la pesca se lo había enseñado el viejo.
Durante 40 días, no habían pescado nada, por lo que los padres de Manolín no querían que siga trabajando con un viejo con tan mala suerte.
El viejo, salĂa solo a pescar, sin suerte de pescar algo bueno.
A ManolĂn, le daba pena el viejo, por lo que siempre lo iba a visitar y lo ayudaba con las sardinas, la carnada y todo lo necesario, para que pudiera salir el viejo a pescar.
El viejo decía que la gente veía al mar como “algo”, como un continente…él, veía a la mar como una mujer, que daba o negaba favores.
Él conversaba con el mar, con las aves y se compadecía de las golondrinas porque eran pequeñas y no podían alimentarse fácilmente, por las nochesconversaba con la luna.
Le encantaban las tortugas verdes, decía que después de muertas, su corazón seguía latiendo.
Un dĂa, Santiago toma la deciciĂłn de salir lejos a pescar mar adentro, para regresar cuando cambie el viento; con la ayuda del muchacho ya preparado, se puso en marcha.
Santiago, extrañaba mucho la compañía y las conversaciones que tenía con el muchacho.
El viejo fue paciente, ya que sabĂa que iba a ser un gran dĂa.
De pronto sintió un tirón fuerte, era un gran pez, que no lo veía, pero que jalaba con mucha fuerza.
Lo vio, era inmenso… ¡este pez debo pescar!... dijo el viejo, se han reído mucho de mí y quiero demostrar a los demás que yo sí puedo!
Cuando era joven el pescador era muy fuerte, pero nunca había pescado un pez tan grande y no quería darse por vencido, se esforzó mucho, hasta le salió sangre de las manos de tanto jalar, no quería matarlo, pero tenía que hacerlo.
El
pez trataba de escapar, esperaba que en algún momento se canse y poder lanzarle el arpón, cuando lo tuvo cerca el pez lo botó contra la proa, se golpea el ojo, le sale sangre y el pescador piensa, cuando esté más cerca le lanzaré el arpón en el corazón.
Se lo en la
lanzรณ aleta, hasta que lo matรณ. Lo amarrรณ y el pez era mรกs grande que su barco.
El mar se llenĂł de la sangre del pez. Los tiburones fueron atraĂdos por la sangre que le salĂa al pez y el pescador piensa que tiene que defender a su pez porque se lo iban a comer.
El viejo peleaba con el tiburรณn y logra clavarle el arpรณn, luego llegaron 2 mรกs y empiezan a comerse al pez, el pescador mata a los tiburones y sigue navegando.
Los tiburones se habían comido medio pez, pero él decía yo tengo que llegar y mostrar a todos este gran pez y sigue navegando, era su sueño cumplido y llegan más tiburones atraídos por la sangre y le dejan solamente el esqueleto, la cabeza y la cola…no le quedó nada de carne.
Llegó triste por la noche con el esqueleto del pez que había pescado. El muchacho lo fue a ver, pero el pescador le dijo sentirse derrotado. Manolín le trajo comida y le dijo que él seguiría saliendo a pescar con él, porque todavía le quedaba mucho por aprender.
“Cuando somos perseverantes podemos lograr nuestras metas”
ERNEST HEMINGWAY Obra: “El viejo y el mar” Novela publicada el 01 de setiembre de 1952