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Se Reduce la Actividad Migratoria: La Realidad Detrás de la Ilusión

Por Camilo Sánchez

Venimos de un 2023 histórico en cuanto a detenciones y cifras de migrantes que cruzan la frontera México-Estados Unidos, que puso en jaque a la administración Biden, levantando gran cantidad de cuestionamientos mediáticos y políticos sobre su gestión del paso migratorio que rápidamente también se reflejaron en la población norteamericana.

Teniendo las elecciones en este 2024 la crisis en la frontera le puso a esto mayor peso político, aunque desde siempre ha sido un tema principal en las respectivas campañas a puestos de representates, contrastando encuestas como la última del Pew Research Center, desde este último periodo presidencial la cantidad de votantes que ven como prioridad "lidiar con la inmigración" han aumentado un 18%, llegando a un total de 57% para septiembre de este año.

Con la importancia que toma este tema, Biden apostó todo porque en este 2024 se redujera el número de gente que busca pasar la frontera, y por lo menos la primera mitad del año logró reducir las cifras casi un 40%. 

Tanto en Texas como Nuevo México reportaron que sus refugios han tenido una baja considerable de ocupación, llegando a estar incluso un 50% por debajo de su capacidad. 

La bajada en las cifras no solo ha sido expuesta por todos los medios en Estados Unidos, en mayo, AMLO ya había presumido un 50% menos de detenciones del otro lado de la frontera, recalcando que es el resultado del trabajo conjunto con el gobierno de Biden.

Es claro que el cambio en las cifras y la disminución de detenciones a migrantes no se dio de la nada, es cierto que es el resultado de ese trabajo conjunto entre gobiernos y las medidas que ambos han tomado dentro de sus espacios soberanos, pero ¿Cuál ha sido el contenido de estas? y ¿realmente buscan llegar a la raíz de la crisis migratoria que no solo tiene que ver con estos dos países, sino prácticamente a todo un continente?

Recientemente Biden fortaleció la presencia de “fuerzas de seguridad” en toda la frontera buscando cortar el paso por fuera de las vías legales y endureció los requisitos que pedía el sistema de solicitud de asilo limitando la cantidad de gente que podía acceder a éste. En junio impuso un aumento de requerimientos y limitó a 2500 solicitudes aceptadas por semana y aceleró el proceso de deportación cortando la posibilidad de cualquier proceso.

Sobre esto Oscar Chacón, director ejecutivo de la organización Alianza Américas ya advertía “Al cerrar la frontera, la iniciativa impediría que miles de personas solicitantes de asilo busquen la protección humanitaria que merecen.”

Además, este mismo gobierno apoyó también la anulación parcial del Acuerdo Flores que desde hace 30 años ha posibilitado la protección de menores migrantes bajo supervisión judicial, limitando la inspección de refugios del Health and Human Services (HHS) y el seguimiento a niños por parte de sus abogados.

Este endurecimiento de la reglamentación no solo es fenómeno estadounidense, sino que en complicidad, el gobierno mexicano de la 4T continuó con esta línea utilizando a la Guardia Nacional como una especie de patrulla fronteriza tanto al norte como al sur, agregando a las fuerzas del Instituto Nacional de Migración (INM) para controlar el tránsito migratorio de migrantes por todo el país. La manera tan violenta en la que actúan estos cuerpos institucionales han generado el aumento de denuncias por daños infligidos a las personas migrantes, con instancias internacionales que han hecho un llamado a la revisión de protocolos y exponiendo la manera en la que siguen vulnerando la integridad de estas personas extranjeras que atraviesan el país.

Lo traumático y expuestos que están los migrantes cuando tratan siquiera de llegar a la frontera México-Estados Unidos ha provocado un aumento de autolesiones entre ellos, dato alarmante si consideramos que entre estos hay cada vez más jóvenes y niños.

Hablar de subidas o bajadas de cifras cuando al abordar la crisis fronteriza y omitir que éstas son el resultado de medidas restrictivas que vulneran a los migrantes, implica mantener una lógica xenófoba y deshumanizante que sigue sin considerarlos como personas. Basta ya de políticos oportunistas que toman esta situación como botín electoral; es la hora de que se busque solucionar verdaderamente desde la raíz el por qué de tanta gente que tiene que salir de su sitio de origen por una mejor vida.

  • *  Camilo Sánchez estudia la licenciatura en Derecho, en la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Azcapotzalco.

https://issuu.com/sextacircunscripcion/docs/6a_circunscripci_n_46/14?fr=sYTc1Nzc5NTIzNzY

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