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"Visión de las Universidades: análisis, interpretación y postura ante los grandes retos de la actualidad” Por: M.Sc. Juan Alfonso Fuentes Soria Secretario General del CSUCA

28 de febrero 2013 Salón “Carlos González Orellana” DDA/USAC

1. El contexto y los retos de la actualidad en la región

Pese a los retrocesos en varios frentes y a las adversas e inciertas condiciones del entorno internacional, en los últimos años, ningún país centroamericano, ni el área en su conjunto, revivió los escenarios de crisis política y económica experimentados en los años ochenta. Esto es, por sí mismo, un importante logro en una región con una historia cargada de vulnerabilidades e inestabilidad.

No obstante, sin llegar a esos extremos críticos, Centroamérica experimentó preocupantes retrocesos económicos, ambientales, sociales y políticos, así como la ampliación de las brechas socioeconómicas y políticas, especialmente entre las naciones del sur (Costa Rica y Panamá) y las del centro-norte1.

El proceso de integración regional se vio sometido a fuertes presiones debido a las crisis políticas dentro y entre países, que limitaron aun más su alcance. Esta evolución ha provocado una peligrosa convergencia de riesgos de

intensidad considerable, que

amenazan con desencadenar una fractura en el Istmo, entendida ésta como la falta de disposición generalizada de los Estados a actuar en forma conjunta ante retos comunes.

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Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible (Costa Rica) Cuarto Informe Estado de la Región Centroamericana en Desarrollo Humano Sostenible: Resumen / PEN. – San José C.R. – 4 ed. : Estado de la Nación 2011. 550 p.


2 El Istmo, al tiempo que arrastra déficits históricos como los altos niveles de exclusión social y desigualdad, se ha convertido en el territorio más violento de América Latina y en una de las zonas más inseguras del mundo, con actores del crimen organizado cada vez más fuertes, diversificados y amenazantes; también es la región más expuesta al impacto del cambio climático. Por otra parte, las involuciones democráticas ocurridas en Nicaragua y Honduras, y los episodios de crisis en Guatemala cuestionan el supuesto de que la democratización electoral lleva de manera inexorable a la democratización del Estado y del ejercicio del poder.

La alta sensibilidad de la región a los shocks económicos externos consumió esfuerzos e incluso anuló varios logros alcanzados en años previos y, como saldo, ha quedado comprometida la sostenibilidad de las finanzas públicas. Pese a estos tiempos difíciles, no fue otra “década perdida” como la de los ochenta del siglo pasado.

Aun en medio de fuertes presiones del entorno, se registraron aumentos en la esperanza de vida, continuaron reduciéndose las tasas de mortalidad infantil y además se incrementó la cobertura educativa, aunque desde puntos de partida muy disimiles. No obstante, han quedado al desnudo el ritmo lento y la fragilidad de los avances, así como la vulnerabilidad de amplios grupos sociales.

Ante la recesión económica, la región exhibió cierta capacidad de respuesta ante amenazas que presagiaban impactos más dramáticos y, como se verá, todavía cuenta con márgenes de maniobra para la acción nacional y regional en favor del desarrollo humano. Junto a las severas dificultades que enfrenta, Centroamérica ha perdido importancia relativa en el mundo.

Cierto es que en 2009 se firmó el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, que brinda una oportunidad para afianzar vínculos con esa región en el futuro. Sin embargo, la crisis económica en Europa y Estados Unidos ha afectado los flujos de cooperación, que históricamente han sido claves para la inversión social en los países menos desarrollados del Istmo. Por otra parte, a diferencia de Sudamérica, la región no tiene vínculos robustos


3 con el sudeste asiático -la zona de mayor dinamismo económico del planeta- al no ser productora de los denominados “commodities” de alta cotización en los mercados internacionales.

Esta situación compromete más a los centroamericanos a buscar soluciones propias para neutralizar las amenazas y, a partir de ahí, complementar esfuerzos con la ahora más escasa cooperación externa. En este sentido, el hecho de que, pese a las circunstancias descritas, la institucionalidad regional siguiera funcionando y exhibiera algunos logros en estos años, es una noticia positiva. Si los Estados se disciplinan, honran sus compromisos y propician una modernización de esas instituciones, se podría potenciar la integración como una valiosa herramienta para atender los desafíos regionales. Dentro de este contexto, se destaca la convergencia de tres riesgos estratégicos2, por su importancia para el futuro de Centroamérica. El primer riesgo es institucional: hay un tipo de Estado, presente en varios países de la región, particularmente hostil a la democracia. Son Estados con aparatos institucionales pequeños, redes institucionales precarias, Ejecutivos dominantes, sin contrapesos, esquivos a la transparencia y penetrados por intereses particulares. Esta configuración converge con una acentuada debilidad infraestructural: una reducida base fiscal, que impide la tutela de derechos humanos básicos -como el derecho a la vida- y una magra dotación de recursos y personal, que dificulta la presencia estatal en los territorios de los países. Estos Estados pequeños y débiles no solo son incapaces de apalancar la democracia, sino que desde su seno atentan contra ella y limitan la capacidad de anticipación y de respuesta a los problemas que los acucian.

El segundo riesgo es el derivado del cambio climático. Aun los pronósticos más optimistas -con contrastes entre subregiones y países- señalan que el Istmo tendrá que convivir con el aumento de las temperaturas y con una mayor frecuencia e intensidad de fenómenos hidrometeorológicos, situación que agravará los problemas que ya de por sí experimenta la región. Estas nuevas condiciones, combinadas con la vulnerabilidad social y la ampliación 2

Idem

Commodity es todo bien que es producido en masa por el hombre, o del cual existen enormes cantidades disponibles en la naturaleza, que tiene valor o utilidad y un muy bajo nivel de diferenciación o especialización.


4 de la “huella ecológica”, se convierten en disparadores del riesgo para la infraestructura, la producción y la supervivencia misma de las personas y especies, en particular de las que habitan los ecosistemas más frágiles. Es por ello que la gestión ambiental, principalmente en los ámbitos de la adaptación y la mitigación, constituye una tarea de primer orden. Si bien hay una mayor deliberación política regional sobre el tema, una posición común en el contexto global, así como estrategias, planes y adecuaciones normativas e institucionales, queda mucho camino por recorrer para lograr una efectiva gestión del riesgo.

El tercer riesgo se relaciona con el bloqueo político que impide combatir la exclusión social. Está documentado que más de una tercera parte de las y los centroamericanos vive en exclusión social, es decir, con una inserción laboral precaria y sin acceso a programas sociales. Este problema es más acentuado en los países del centro y el norte del Istmo, donde además se presentan fuertes barreras a la aplicación de políticas públicas tendientes a reducirlo.

Al interactuar con otras variables como la alta violencia social, la debilidad de las instituciones, la transición demográfica y el estilo de desarrollo, estos bloqueos ponen en riesgo la estabilidad futura de la región. A la convergencia de estos riesgos estratégicos se suma la incertidumbre generada por la cambiante situación económica internacional.

Las naciones del Istmo, en diversos grados, están muy abiertas a la economía mundial y son importadoras de petróleo y alimentos básicos. Durante el período de la fuerte expansión global, la región se vio muy perjudicada por el deterioro de los términos de intercambio debido al alza, en 2006-2007, de los precios de esos productos, lo que ocasionó presiones inflacionarias y afectó las balanzas de pagos.

La crisis financiera mundial, con epicentro en el 2009, redujo o contrajo el crecimiento económico como resultado de la disminución de los flujos de capital, la caída de las exportaciones y el debilitamiento de sectores como el turismo y la construcción. Aunque los efectos fueron diferenciados según las condiciones particulares de cada país, ello marcó el curso de las políticas económicas y sociales de los últimos años. En 2010, pasada la etapa


5 más crítica, casi todas las naciones del Istmo, salvo Panamá, muestran agregados macroeconómicos comprometidos.

La lenta y volátil recuperación a nivel global ha dado lugar a nuevas alzas en el petróleo y los alimentos, que podrían recrear el difícil escenario de 2007, con el problema adicional de que, salvo Panamá, los países en los cuales Centroamérica concentra sus intercambios comerciales y financieros están experimentando serias dificultades.

Luego de pasar por un período muy difícil entre 2008 y 2010, Centroamérica enfrenta amenazas internas y otras derivadas de su situación geopolítica, que demandan un golpe de timón. Más de lo mismo llevará a situaciones aun más complejas. Hay tiempo, capacidad y visión para hacer algo distinto. Vale destacar que, contrario a otros episodios de crisis económica internacional, esta vez los gobiernos dispusieron de mayor capacidad de maniobra para paliar ciertos efectos del ciclo recesivo. En lo sustancial, como se dijo, hay márgenes para la acción política nacional y regional.

A la luz de este análisis, un avance sostenido en los niveles de desarrollo humano sostenible requiere una combinación entre tareas nacionales, como el fortalecimiento de las capacidades institucionales de los Estados, donde las universidades juegan un rol determinante, y la remoción de los bloqueos políticos para combatir los problemas sociales, por una parte, y por la otra, la habilitación de mecanismos que favorezcan la acción conjunta entre los países.

En el plano nacional, acuerdos duraderos e inclusivos ayudarían a dar pasos significativos hacia la reducción de la exclusión social. En el plano regional, es menester identificar y aprovechar espacios potenciales para la acción colectiva interestatal. Existen al menos tres áreas de oportunidad para la articulación de esfuerzos: la reversión de los climas de inseguridad ciudadana que se expanden en el Istmo, la gestión del riesgo ante el cambio climático y la construcción de una plataforma común en infraestructura y logística que facilite la interconexión regional. 2. Un ambiente de reformas para las Universidades


6 En un mundo donde el conocimiento, la ciencia y la tecnología, juegan un papel de primer orden para el desarrollo integral y sostenible de sus pueblos, el fortalecimiento de la educación en sus distintos niveles, es un elemento insustituible para el avance social, la generación de riqueza, el fortalecimiento de la identidad cultural, la cohesión social, la lucha contra la pobreza y el hambre, la prevención del cambio climático y la crisis energética, así como para la promoción de la cultura de paz. La educación es un derecho humano y un bien público social. Los Estados tienen el deber fundamental de garantizar este derecho. Los Estados, las sociedades nacionales y las comunidades académicas deben ser quienes definan los principios básicos en los cuales se fundamenta la formación de los ciudadanos, y velar por que ella sea pertinente y de calidad. El carácter de bien público social de la educación superior se reafirma en la medida que el acceso a ella sea un derecho real de todos los ciudadanos. En América Latina y en Centroamérica en particular, se necesita una educación que contribuya eficazmente a la convivencia democrática, a la tolerancia y a crear un espíritu de solidaridad y de cooperación, que construya la identidad continental y regional, que cree las oportunidades para quienes hoy no las tienen y que contribuya, con la creación del conocimiento, a la trasformación social y productiva de nuestras sociedades. En un continente y en una región con países que vienen saliendo de la terrible crisis democrática que provocaron las dictaduras y que ostenta la penosa circunstancia de tener las mayores desigualdades sociales del planeta, los talentos humanos y el conocimiento serán la principal riqueza de todas cuantas disponemos. En las últimas dos décadas, nuestras universidades se encuentran inmersas en un ambiente de reforma que en una u otra intensidad están actualmente influyendo de manera significativa en el desarrollo de la educación superior en América Latina y el Caribe. Los rasgos que caracterizan esta ola de cambios son los siguientes: a) Se da en un contexto de expansión de la educación internacional y creciente conformación de un modelo tripartito (público, privado local y privado internacional), b) Auge de la educación virtual y aparición de nuevas modalidades pedagógicas híbridas, c) Nuevo rol del Estado a través del establecimiento de sistemas nacionales de aseguramiento de la calidad, d) Reducción de la


7 expansión de instituciones privadas locales y comienzo de una etapa de contracción por determinantes de mercado o de calidad, e) Heterogeneidad institucional y de modalidades de gestión en un escenario global, f) Creciente expansión de la educación de cuarto nivel (postgrado) mediante sistemas de cobro de matrícula, g)

Establecimiento de redes y

alianzas internacionales en el área de la docencia y la investigación, y h) Flexibilización de las estructuras académicas y administrativas. 3. Las orientaciones para la Educación Superior en Centroamérica El problema del poder y la gobernabilidad de las instituciones; la superación del financiamiento público; la descentralización de la gestión; la regionalización geográfica de la cobertura; el aseguramiento de la calidad; el desarrollo de modalidades no presenciales; la apertura del acceso a sectores antes marginados; la departamentalización, son varias de las líneas centrales que las diversas universidades han seleccionado como prioridades en sus procesos endógenos de reformas. Por otro lado, las características del desarrollo de la ciencia, la carencia de recursos para promover la investigación per se y en los procesos de aprendizaje, los postgrados, la precaria relación de las universidades con el sector empresarial y el carácter periférico de nuestras economías, han contribuido a la propensión de las universidades hacia una docencia libresca sin sustento en la investigación científica y sin suficientes aportes con propiedad a la solución de los principales problemas de la sociedad. En el ámbito de los postgrados, tal tendencia se ha expresado en ofertas de cuarto nivel de carácter profesionalizantes o de consumo, en detrimento de los de investigación básica o aplicada. En la región solo las universidades públicas de manera sistemática tienen como objetivo promover la investigación, y en el continente, la mitad de I+D se concentra en ellas, y fundamentalmente en las macrouniversidades.3

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Rama, Claudio. 2007. El Desafió de Promover los Postgrados y la Investigación en América Latina. En: Situación de la Investigación Universitaria Centroamericana. Editorial Universitaria, USAC. CSUCA- IESALC/UNESCO. Guatemala, 2007.


8 Otro tema importante es el surgimiento en escena de proveedores extranjeros (consorcios de universidades privadas internacionales) de servicios de educación superior, que si bien su presencia aun es marginal en Centroamérica, su tendencia es a incrementarse. En la región se ha agotado el modelo tradicional del financiamiento. La expansión de la demanda de acceso a la educación superior pública gratuita (o casi gratuita) por encima de los crecimientos de los ingresos fiscales condujo a la incapacidad de mantener los gastos por alumnos. En general en la región, la respuesta fue la expansión de una educación superior privada con más relevancia en El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana, directa o indirectamente promovida por el Estado, para cubrir las nuevas demandas de acceso, asociado a la exigencia en los controles de ingreso a la educación pública. 3.1. Progresos de la evaluación y acreditación en la región La evaluación y acreditación de la calidad universitaria es una actividad reciente en Centroamérica. La gran mayoría de los organismos o agencias de acreditación existentes en la región fueron fundados del año 2003 en adelante. Como la mayoría de estos organismos es de muy reciente creación, el número de carreras o programas y universidades que han sido acreditadas al día de hoy es muy pequeño en comparación al total existente en la región. A la fecha los organismos de evaluación y acreditación que operan en la región, como conjunto han acreditado un total de 121 carreras o programas de estudio universitario y 32 universidades. En total solo 228 carreras o programas de estudio han realizado recientemente procesos completos de evaluación, ya sea con fines únicamente de mejoramiento o con fines de acreditación. Entre los procesos concluidos y los que están por concluir, durante la última década, se han realizado 307 procesos sistemáticos de evaluación en la región4. Esto de un total estimado de más de 5,000 carreras o programas ofrecidos por 203 universidades formalmente establecidas en América Central.

4

Esto sin contar los programas e instituciones de la región acreditados por agencias de fuera de América Central, como las mexicanas y de los Estados Unidos de América.


9 Es decir que se ha evaluado poco más del 6% de los programas o carreras ofrecidos en la región. Lo que indica que el sistema regional de evaluación y acreditación apenas comienza a tocar la superficie del conjunto de sistemas de educación superior de la región. Por lo que, por ahora, es muy limitada la contribución que la acreditación de la calidad puede dar al proceso de mejoramiento de la calidad, armonización e integración regional de los sistemas de educación superior de América Central, así como a la movilidad académica regional5. No obstante el potencial es muy grande, considerando que el Sistema ya está establecido y comienza a funcionar.

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A la fecha solo 62 programas (acreditados por el SINAES de Costa Rica) podrían acogerse a la cláusula 6 del convenio de creación del CCA que facilita y agiliza el reconocimiento de grados y títulos a los graduados de programas acreditados por agencias reconocidas por el CCA.


10 En la figura 1 puede verse el número de procesos de evaluación y acreditación concluidos exitosamente en la región por organismo o agencia.

Resulta evidente que entre el

SICEVAES, SICAR y el SINAES se ha efectuado la gran mayoría de los procesos de evaluación y acreditación en América Central de la última década. Pese a que aun es sumamente bajo el número de programas evaluados, es alentador observar que se han involucrado en estos procesos 61 universidades de la región (16 públicas y 45 privadas), es decir el 30% del total de universidades existentes.

Siendo el

caso que este grupo incluye, entre otras, a las principales universidades de la región. Estos números entre otras cosas reflejan la alta valoración que instituciones de educación superior de esos países han dado a la gestión, evaluación y acreditación de su calidad. Actualmente Guatemala es el único país de la región que no tiene en funcionamiento un organismo nacional de evaluación y acreditación de calidad de la educación superior, aunque dicho organismo se encuentra en proceso de creación. 3.2. Armonización, integración e internacionalización de la educación superior En los últimos años, los avances en el proceso de creación del espacio centroamericano de la educación superior, si bien quedan muchos retos por lograr, han sido significativos, tomando en cuenta la consolidación de un sistema de evaluación y aseguramiento de la calidad de la educación superior y la puesta en agenda del mejoramiento continuo en las universidades. Este sistema es un pilar fundamental, para afianzar las estrategias y acciones respecto a la armonización

y

movilidad

académica

que

el

Consejo

Centroamericano aprobó en el punto DÉCIMO del ACTA

Superior

Universitario

de la LXXXVIII sesión

ordinaria, realizada el 24 y 25 de septiembre de 2009, en la ciudad de San Salvador, República de El Salvador. Respecto al tema de la armonización, la integración e internacionalización de la educación superior en la región, el VII Congreso Universitario Centroamericano celebrado en abril de 2011 en León, Nicaragua, aprobó los siguientes objetivos estratégicos:


11 1.

Institucionalizar los procesos de armonización de la educación superior

centroamericana. 2. Incorporar el proceso de internacionalización en las políticas y planes estratégicos institucionales. 3. Identificar mecanismos que contribuyan a la internacionalización y a fortalecer el espacio académico centroamericano. 4. Articular redes de académicos por áreas afines. 5. Crear la Red o Sistema para la Internacionalización de la Educación Superior (REDCO), integrada por las unidades de relaciones y cooperación internacional de las universidades miembros del CSUCA. 6. Incidir en la integración y mejoramiento de los sistemas educativos en la región

En cuanto al desafío de la armonización de la educación superior en la región, se están desarrollando varios proyectos, tales como los que se ejecutan en el marco del Programa de Apoyo a la Integración Regional Centroamericana, PAIRCAII, en los componentes de Investigación, Formación y Movilidad Académica; los que se están ejecutando en el marco del Programa Tuning América Latina sobre las competencias generales y específicas para 15 carreras que se ofrecen en nuestras universidades, así como la definición del Crédito Latinoamericano de Referencia (CLAR) basado en el Crédito Académico Centroamericano (CAC); las acciones que se realizan en ámbito del proyecto Alfa Puentes, en el que el CSUCA participa en la definición del Marco de Cualificaciones; las acciones que se están ejecutando para el reconocimiento de títulos y diplomas con miras al libre ejercicio profesional en Centroamérica; la creación de carreras regional a nivel de postgrado, tales como la Maestría en Seguridad Alimentaria y Nutricional y el Doctorado en Física y Matemáticas. Se ha creado también el Sistema de Internacionalización de la Educación Superior Centroamericana (SIESCA), que viene a sumarse a los otros 6 sistemas de la Confederación, con el propósito de fortalecer las relaciones con otras universidades del mundo para la movilidad académica regional. 3.3. Investigación e innovación para la integración y el desarrollo regional


12 La universidad constituye el medio más adecuado para fortalecer las capacidades nacionales de producción científica, puesto que su papel es producir el conocimiento científico capaz de generar nuevos conocimientos, así como la construcción de sistemas de investigación, nacionales y regionales. Esto se hace muy necesario en la actualidad, ya que en el nuevo contexto de la mundialización del saber y de la educación, se impone la necesidad de llevar el conocimiento a todos los niveles de la sociedad, como parte de una estrategia de desarrollo social y económico. De este modo, la investigación científica y el desarrollo tecnológico constituyen un elemento estratégico para aumentar la capacidad de competir en la economía mundial y lograr el bienestar social que los pueblos reclaman. Las universidades, como centros de investigación y formación de recurso humano especializado, participan en la tarea de estimular la economía y asegurar el desarrollo sostenible. Sin embargo, su influencia directa en este proceso parece muy limitada y las brechas se incrementan diariamente. Esto se debe a que la tradición de investigación de las universidades centroamericanas en las áreas científicas y tecnológicas se desarrolló relativamente tarde. Los diagnósticos nacionales sobre investigación universitaria en la región centroamericana, financiados por la IESALC/UNESCO y coordinados por la Secretaría General del Consejo superior Universitario Centroamericano (CSUCA), destacan los elementos de Política de Ciencia y Tecnología, los mecanismos institucionales de ayuda a la investigación, las características de los sistemas de enseñanza superior, el financiamiento del sector universitario y la importancia relativa de las universidades en la investigación. Se muestra que múltiples factores amenazaban la capacidad de alcanzar importantes niveles de desarrollo en educación superior. Uno de ellos, por ejemplo, ha sido la baja inversión en ciencia y tecnología estimada, en términos de porcentaje del PIB, en un tercio de lo que le destinaban los países desarrollados, el cual es aún más bajo en los países centroamericanos, tal es el caso de Costa Rica que la inversión en investigación es de 0.31% y Guatemala de apenas el 0.00016%. La nueva realidad de la Educación Superior en el contexto de la globalización y de la expansión de la Educación Superior Privada y la educación virtual, obligan a profundizar


13 en las implicaciones que tienen sobre la investigación y en la necesidad de replantear el modelo formación-investigación en las universidades públicas de América Central. Respecto al tema de la investigación e innovación para la integración y el desarrollo regional, el VII Congreso Universitario Centroamericano celebrado en abril de 2011 en León, Nicaragua, aprobó los siguientes objetivos estratégicos: 1. Impulsar a través de la investigación el desarrollo científico, tecnológico, humanístico y cultural en las universidades de la Confederación, para contribuir a una sociedad centroamericana mejor para todos y contribuir desde Centroamérica a la ciencia universal. 2. Gestionar la disponibilidad de recursos para la investigación, innovación y desarrollo tecnológico. 3. Facilitar el acceso al conocimiento desarrollado por cada Universidad. 4. Integrar el proceso de investigación, la docencia y la vinculación social. 5. Desarrollar una cultura de reconocimiento a la producción intelectual. 6. Promover la capacitación regional a investigadores.

En relación con este desafío, el CSUCA ha aprobado y está en funcionamiento el Consejo Centroamericano de Investigación (COCI) como un órgano del Sistema de Investigación y Estudios de Postgrado. Entre otras, una de las acciones importantes en la actualidad, es la que se está ejecutando, en el marco del Proyecto ENLACE respecto a la formación para la formulación de proyectos de investigación a efecto de tener una participación efectiva en las convocatorias del VII Programa Marco de la Unión Europea y en el futuro Programa Horizontes 2020 que dará inicio en el año 2014. 3.4. Relación Universidad-Sociedad-Estado Centroamérica tiene sin resolver un problema crucial que tiende a agravarse: el de la pobreza extrema de grandes segmentos de la población, asociada a la peor distribución del ingreso de todas las regiones del mundo. No cabe duda de que las universidades de la región, en tanto conciencias críticas y creadoras de nuestras sociedades, deberían contribuir mucho más a la creación de modelos propios de reforma que sean eficaces para resolver


14 nuestros enormes

problemas de pobreza,

desigualdad, exclusión, discriminación y

crecimiento demográfico, así como aquellos problemas transversales relacionados con el medio ambiente, la gobernabilidad y la institucionalidad democrática incipiente aún en nuestras sociedades. En este contexto, seguramente el desafío que más englobe a nuestras universidades en la presente centuria sea el de contribuir significativamente a construir una sociedad basada en el conocimiento, que afronte con eficacia y equidad los grandes problemas de la región, lo cual necesariamente deberá hacerlo a través de una efectiva relación con los distintos sectores de la sociedad y con el Estado. En relación con ello, las Universidades Centroamericanas han definido nuevos objetivos y estrategias de relación con la sociedad, incluyendo la relación con la empresa y con el Estado; dentro de ellos el de fortalecer la capacidad institucional y sistematizar los servicios que prestan a los distintos sectores, así como desarrollar procesos de innovación y transferencia tecnológica, para mejorar la pertinencia de sus programas académicos e incidir en el desarrollo general de la región. Las universidades públicas de Centroamérica deberían estar en disposición de cumplir, no solo con el rol de crear, conservar, transmitir y transferir conocimiento, sino también con el de servir de gran foro de debate para los grandes problemas nacionales, el de ser las grandes consultoras de la nación, de la provincia, de los municipios, tanto para problemas grandes como para los pequeños, y el ámbito en el cual puedan discutirse las conveniencias, las ventajas, las desventajas, lo aconsejable y lo no aconsejable sobre tal o cual tecnología. Respecto al tema de la relación universidad-sociedad-estado, el VII Congreso Universitario Centroamericano celebrado en abril de 2011 en León, Nicaragua, aprobó los siguientes objetivos estratégicos: 1. Definir una “Política de Integración Social” de la universidad pública, así como las estrategias y acciones para su implementación y desarrollo. 2. Fortalecer la identidad de las universidades públicas centroamericanas y el principio de Autonomía Universitaria.


15 3. Redefinir la Extensión Universitaria en cuanto a la transferencia del conocimiento a la sociedad y la difusión del arte y la cultura en todas sus manifestaciones. 4. Evaluar el impacto de la globalización y los tratados internacionales de libre comercio en la educación superior y para el desarrollo sostenible en Centroamérica. 5.- Desarrollar un modelo de universidad pertinente, equitativa y de calidad, a través de una cultura de la transparencia en la gestión académica, administrativa y financiera. Cabe resaltar que en el marco de la relación Universidad-Sociedad-Estado, el tema de la relación Universidad-Empresa ha cobrado relevancia al crear el Programa Universidad Empresa para el Desarrollo Sostenible (PUEDES), que en su primera fase consistió en la ejecución de 7 proyectos piloto innovadores formulados y ejecutados conjuntamente por académicos y empresarios centroamericanos, con el apoyo técnico y financiero de GIZ y la Universidad de Kassel de Alemania. Se ha formulado la segunda fase de este programa (PUEDES II) que pretende la creación de los sistemas nacionales y el sistema regional de vinculación universidad-empresa. Asimismo, el CSUCA está participando en la Red Eurocentroamericana para la mejora de la sostenibilidad y calidad de las MIPYMES en Centroamérica, cuyo primer paso ha sido el diseño de un Programa de Maestría para la gestión, sostenibilidad y calidad de las MIPYMES, en cuya red participan 3 universidades europeas y 6 universidades centroamericanas. 4. Retos para la visión de la universidad centroamericana En la región centroamericana y en cada unos de nuestros países, nos parece que es urgente establecer un diálogo franco y abierto entre el gobierno, las universidades y los distintos sectores de la sociedad, para definir planes estratégicos de nación y de región con visión de mediano y largo aliento, que permita orientar en las universidades un nuevo marco de políticas para que la educación superior y el sistema educativo en general sea el verdadero eje del desarrollo humano en cada uno de nuestros pueblos. A nivel de la universidad, los principales retos que se deben afrontar son:


16 a) Mejorar la equidad y aumentar la cobertura con calidad. La universidad privada, ha absorbido en algunos países una significativa parte de la matrícula pero no resuelve el problema de la demanda, de la equidad, del desarrollo científico tecnológico, ni de la calidad. Esto puede observarse con claridad en los casos de El Salvador como en Costa Rica, donde la calidad de la educación que se brinda y el desarrollo de la universidad como academia, está en función de lo que puede pagar el alumno. b) Desarrollar la función sustantiva de la investigación científica a nivel institucional y desarrollar capacidades en el futuro profesional para realizar investigación. En esta función nuestras universidades presentan debilidades y atrasos, lo que se expresa en un creciente aumento de la brecha entre estos países y el desarrollo científico tecnológico alcanzado a nivel mundial, carencia que se constituye en un lastre para el desarrollo. c)

Incidir en todos los procesos de aprendizaje para lograr un cambio de actitud ante

nuestro entorno común, ante el cual hemos tenido una cultura altamente extractiva, rentista y consumista. d) Fortalecer la capacidad universitaria de gestión para el financiamiento público. Este indicador tiende a la baja. Comparativamente con otras regiones del mundo los presupuestos para educación superior y para ciencia, tecnología e innovación, difieren sustantivamente. e) Mejorar el uso de tecnologías de la información y la comunicación como recursos modernos para mejorar la cobertura. Una sociedad se considerará desarrollada en la medida en que tenga ciudadanos que logren superar la pobreza, no solo material sino también intelectual, humana y ética, pudiendo así poner en práctica su creatividad en todas las dimensiones de la vida, con respeto a la diversidad cultural y en una relación estrecha y armónica del hombre con la naturaleza.

Muchas gracias.


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