L A I R O DIT
Allez
¡¡
Allez ¡¡
E
Y por segunda ocasión en su historia
Francia lo consiguió. Es campeón del mundo. Espero 20 años y levantó su segunda copa en su historia. Una espera que casi tuvo que ver con el cambio generacional total de varios de sus ahora figuras más importantes. Mbappe por ejemplo no había nacido cuando ya la otra gran estrella francesa, Zinedine Zidane, se consagraba monarca mundial venciendo a Brasil en el Stade de France. Pues que cambio de generación más exitoso tiene ahora Francia. Espero varios años pero logro calidad y de la mano del también campeón mundial en 1998, Didier Deschamps, ahora
entrenador
lograron
su
segunda
estrella sobre el escudo. Francia se apoya en la calidad y eso es vital en toda disciplina deportiva. No se venda lo ojos con la falsa
jugadores franceses por elección personal y con eso bastó para darle la camisola nacional a una grupo de talentosos jugadores que salieron al terreno de juego a ganar, y eso fue lo que consiguieron. Por segunda ocasión en la história se volvió a escuchar en las calles de Champs Ellises, el grito eufórico de los aficionados franceses. Allez la France ¡¡ Allez les Bleus ¡¡ El grupo de jugadores lo merece. Se dedicó a ganar y lo consiguió. Cuando pudo hacerlo jugando bien, perfecto, pero cuando se tenía que ganar a secas, también lo logró.
idea que Francia es para los franceses, ni mucho menos la mentira más grande dentro del balompié, que es solo con jóvenes se logran cosas importantes. Eso para nada, la calidad no tiene documento de identificación, ni mucho menos fecha de vencimiento. Hoy el equipo galo logró conjuntar calidad, sin importar su procedencia, ni sus raíces, ni mucho menos su color de piel. Para ellos son D I R E C T O R I O Vicepresidente Comercial Kurt Bendfeldt Gerencia País Sheila Sandoval Distribución Daniel Calderón Ventas Lidia de Peréz Director Creativo Julio G. Román Redes Sociales Jeffrey Burrión Relaciones Públicas Katherinne Bendfeldt Redacción Mario Arenas
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Los “Bleus” se coronaron monarcas mundiales en una final que tuvo de todo: VAR, polémica, muchos goles y sobre todo, fue jugada con mucha experiencia para poder vencer a Croacia. Redaccion En la final, disputada en el estadio Luzhniki de Moscú, el equipo conducido por Didier Deschamps se impuso por 4-2 con los goles de Mario Mandzukic, en contra de su propia valla, Antoine Griezmann, de
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penal tras la intervención del VAR, Paul Pogba y Kylian Mbappé. Para Croacia anotaron Ivan Perisic y Mandzukic. Los croatas salieron a adueñarse del partido desde el inicio. Con un alto grado de concentración y de manejo de pelota, lograron imponer su presencia en el campo rival. Francia no podía salir del asedio y jugaba peligrosamente cerca de su área. Sin embargo, una acción desafortunada para Croacia iba a derivar en la apertura del marcador.
Francia Campeón El tercer problema que preocupa a los rusos es el del racismo. Señalada una vez más por los gritos de mono escuchados el martes en
el amistoso contra Francia, Rusia se ha propuesto actuar con firmeza para que el racismo no empañe el Mundial. Los onomatopeyas con sonidos simiescos
se escucharon varias veces contra los franceses, especialmente en el minuto 73, cuando el mediocampista Paul Pogba tocó el balón. También fue objetivo de esos gritos Ousmane Dembélé en el momento de lanzar dos tiros de esquina. El exinternacional Alexei Smertin, nombrado inspector responsable de cuestiones de racismo y discriminación en el fútbol ruso, añadió “las medidas apropiadas se tomarán tan pronto se conozcan los resultados de las primeras investigaciones”. La lucha contra el racismo en el fútbol ruso no es algo nuevo. Se lanzó en 2015 una campaña importante tras los incidentes racistas que afectaron al brasileño Hulk y al ghanés Emmanuel Frimpong, ese último expulsado
por
haber
reaccionado
de
manera vehemente a insultos racistas. En San Petersburgo, segunda ciudad de Rusia, el problema parece profundo. Los barras del Zenit, uno de los clubes más populares del
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país, son conocidos por sus excesos racis-
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Sobre los 18 minutos, Antoine Griezmann ejecutó un tiro libre, la pelota cayó en el área y, en su intento por despejar, Mario Mandzukic cabeceó y convirtió en contra de su propia valla. Fue el 1-0 para un conjunto galo que poco había hecho para merecer la ventaja.
VAR para, finalmente, cobrar penal. Antoine Griezmann se paró frente a la pelota y, con un certero disparo, marcó el 2-1 con el que el elenco galo retomó la ventaja. La segunda parte comenzó con una intervención clave del arquero Hugo Lloris, quien alcanzó a desviar y mandar al córner un potentísimo remate de Ante Rebic.
La conquista abrió el partido y emparejó el desarrollo. A pesar de la confusión, Croacia encontró poder de reacción. A los 27“, en una jugada preparada a la salida de un tiro libre, la defensa francesa no pudo rechazar e Ivan Perisic se lució con un estupendo remate desde el borde del área para decretar el 1-1. El encuentro ganó en intensidad y en emoción. La polémica también tuvo su lugar cuando, sobre los 34”, Perisic mandó una pelota al córner con la mano. Los futbolistas franceses explotaron con sus reclamos y el árbitro argentino Néstor Pitana decidió recurrir al
La acción del guardameta del Tottenham fue clave para mantener el triunfo parcial. La figura de Kylian Mbappé comenzó a gravitar. A los 51”, avisó con una corrida en la que llegó hasta el fondo y definió al primer palo, pero se topó con la buena cobertura del arquero Subasic. Tras unos minutos de confusión por la invasión al campo de juego de un grupo de activistas, el joven del PSG volvió a ser determinante con su velocidad y control por la banda: dio el pase para Griezmann que, de espaldas, asistió a Paul
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Pogba. El del Manchester United remató de derecha y la pelota pegó en un defensor, pero capturó el rebote y sacó un latigazo de zurda que se convirtió en el 3-1 a los 58”. Todo indicaba que el equipo de Deschamps estaba para ampliar la diferencia. Sobre los 65”, Mbappé aportó su cuota goleadora con un remate de media distancia por lo bajo. Francia ya estaba 4-1, se floreaba y parecía que la distancia podía ser aún mayor. El predominio absoluto de los galos ingresó en un momento de tensión cuando el arquero Lloris cometió un grosero error que le permitió descontar a Croacia. Umtiti jugó hacia atrás, el capitán francés intentó salir jugando y Mandzukic le robó la pelota para marcar el 4-2. Croacia intentó, pero con más ímpetu que juego. Fue con el corazón, pero no pudo quebrar a la asentada defensa francesa. Los galos apostaron al contraataque en
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los últimos minutos y así cerraron un encuentro memorable. Pitana indicó el final del encuentro y se desató la alegría francesa. Brotaron las sonrisas, las lágrimas y los abrazos entre futbolistas y cuerpo técnico, quienes coronaron una campaña espectacular con el título más ansiado. El premio mayor en Rusia fue para una extraordinaria generación de jugadores galos.
¡Campeones del mundo!
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go ya había sido recientemente escenario de un “comportamiento racista”, según la terminología de la UEFA, el pasado 15 de
ESTADISTICAS 14
Luka Modric: Una vida marcada por la guerra 15
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Se crió como refugiado entre sirenas y granadas. Y fue rechazado en varios clubes por ser bajo y flaco. A los 32 años, estuvo cerca de ser campeón del mundo con Croacia. Redaccion Con información de Clarin Luchar para sobrevivir. Si tuviese que elegir una frase para acompañar su historia, quizás Luka Modric se sentiría identificado con esa. Protagonista de una infancia difícil, entre bombas por las guerras de los Balcanes, y un físico diminuto que lo eyectaba de cada club importante al que se presentaba de niño, el dueño ahora de la 10 croata mantuvo vivo su sueño de ser futbolista. Y este domingo puede coronarlo con el premio mayor en la final del Mundial ante Francia. El 9 de septiembre de 1985, poco antes de que estallara una de las conflictos bélicos más sangrientos después de la Segunda Guerra Mundial, Radojka y Stipe, la madre y el padre del jugador de Real Madrid, hicieron los 60 kiló-
metros que separaban a Modrici, el pueblo ubicado en la localidad de Zaton Obrovacki, de la clínica de Zadar para que naciera Luka. La estadía de la familia en esa zona rural no se prolongó durante mucho tiempo porque en 1991, como consecuencia de la disolución de Yugoslavia y del nacimiento de Croacia como nueva nación, comenzó la guerra contra Serbia que se prolongó por una década, hasta 2001, y que provocó la muerte de unas 200 mil personas y el desplazamiento de millones. Fue un trágico suceso lo que provocó que la familia de Modric se escapara. "Luka vio con sus propios ojos cómo mataban a su abuelo. Para no ser asesinados no tuvieron otra opción que huir a Zadar a través de los bosques y las montañas", contó Josip Bajlo, el director deportivo del primer club del jugador, NK Zadar. Modric, en cambio, nunca quiso hablar públicamente de eso. Aunque, en la previa de la final
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con Francia, no pudo evitar las preguntas. “No me gusta volver a esas cosas, todo eso es pasado. Pero por supuesto que una guerra tiene una influencia. Ha hecho de Croacia un país más fuerte. Pero no quiero debatir del pasado, tenemos que mirar al futuro”, pidió el capitán. La muerte y el incendio de su casa los obligó a Radojka, Stipe y a un Luka de apenas seis años a recorrer otra vez esos 60 kilómetros que separaban a Modrici de Zadar. Su nuevo hogar allí fue una habitación del Hotel Kolovare, que se convirtió en un centro
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los meJores y mรกs valiosos
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de refugiados como tantos otros establecimientos de la zona. Pero entonces la angustia y la tristeza encontraron un reparo en una pelota. En el estacionamiento de ese hotel, Luka pasaba las horas jugando al fútbol, con otros niños o simplemente solo. Y fue esa pasión la que terminó cambiando su vida. Sucede que uno de esos días quien lo vio desde una de las ventanas fue el dueño del hotel, que también era dirigente del NK Zadar. Avisó al club y no dudaron en abrirle las puertas. “Aceptábamos a todos los niños para que no estuvieran todo
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el día encerrados. Luka llegó como un niño muy frágil”, recordó en un documental del Canal + Tomislav Basic, padre deportivo de Modric.
como un juego. "Cuando sonaban las alarmas, todos corríamos hacia el refugio. El que llegaba primero era el héroe” relató Basic.
El hotel Iz, pegado al centro de entrenamiento del club, se convirtió en la nueva casa de la familia. Pero el fútbol todavía no aparecía como una salvación: las 500 granadas que caían a diario les recordaban a todos que una guerra estaba sucediendo. En una Zadar aislada que pasó dos años sin electricidad ni agua, el principal objetivo en el club era que los niños vivieran esas situaciones
Las condiciones de Luka eran innegables y el pequeño club de barrio pronto le quedó chico. Modric tenía un sueño: jugar en el equipo del que era hincha, el Hajduk. Pese a que sabían que no sería sencillo por su físico, los dirigentes del NK ayudaron a que ese Luka de ocho años tuviera una prueba. Pero el talento no fue suficiente. Lo rechazaron porque era bajo y muy flaco. Se trató del
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primero de muchos golpes. Apoyado por cada uno de sus entrenadores del NK, que se dieron cuenta enseguida de que tenían a un gran jugador en su club, Luka hizo las inferiores allí hasta que, a los 16 años, el Dinamo Zagreb, el club más grande y poderoso de Croacia, apostó por él y lo fichó. Pero el debut en el Dinamo no llegó; por el contrario, la primera decisión de los dirigentes fue probarlo en la liga más dura de la región: la bosnia. Modric se fue a préstamo al Zrijinski, en Mostar, por un año. Debutó en Primera con 17. Sufrió patadas y la brutalidad de un fútbol rústico. Pero aguantó todo un año y regresó a Zagreb. Pensó que ese tiempo había sido una prueba suficiente pero al volver se encontró con un nuevo préstamo. Esta vez, para jugar en la liga croata para el Inter Zapresic. Allí, el técnico de la Primera hizo un trato con él: le prometió titularidad en los primeros diez partidos. La recompensa Mal no le fue: en el sexto, Modric recibió la convocatoria al Sub 21 de Croacia con apenas 18 años. Y, al finalizar la primera rueda del campeonato, el Inter Zapresic se coronó campeón de invierno con seis puntos de ventaja sobre el poderoso Dinamo, que entonces recuperó a Luka para el tramo final de un campeonato que finalmente
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ganó. Modric había dejado atrás los prejuicios por su físico; su entendimiento del juego fue el tesoro que siempre cuidó y el que le permitió debutar a los 19 años en el club más poderoso de Croacia. El de aquella liga fue el primero de los cinco títulos en tres años de Luka, que al año siguiente fue elegido el mejor jugador de Croacia. “Sólo puedo decir que nunca dudé de mí mismo”, comentó en Rusia el habilidoso de 1,72 metros. "Yo siempre creí que podía llegar aquí. Gracias a Dios es realidad. Eso no fue una barrera, sino una motivación extra para mí. No necesitas ser
robusto para jugar al fútbol”, resaltó, en un ejemplo para los que recién se inician. Para el 2008, nadie podía ya negar que su futuro estaba en una de las grandes ligas. Finalmente, fue la inglesa su primera escala. El Totte ham desembolsó 20 millones de euros para comprarlo y, cuatro temporadas más tarde, el gigante Real Madrid puso los 30 millones de su pase. Desde su llegada al Merengue, se ganó un lugar en el equipo titular y conquistó todo lo que alguna vez soñó de pequeño: cuatro Champions, tres Supercopas de Europa, tres Mundiales de Clubes, una Liga de España, una Copa del Rey y dos Supercopas de España. “Tuve un camino difícil en la vida, pero lo importante es no ceder. Hubo obstáculos, hubo altibajos, pero siempre tienes que creer en ti mismo. Uno tiene que luchar contra los problemas para llegar al éxito y alcanzar los sueños. Eso es lo que me llevó a este punto”, remarcó. Este domingo pudo alcanzar el sueño de su vida: ser campeón del mundo con la camiseta de su país, un país marcado por la guerra al igual que Luka Modric. No lo conisguio, pero como todo en su vida, seguirá luchando por conseguirlo en otra oportunidad que el futbol le entregara.
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Kolinda Grabar, presidenta de Croacia, rompió con todos los protocolos para poder alentar a su Selección que estuvo a punto de coronarse campeona mundial en Rusia 2018. Redaccion La presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, se llevó todas las miradas en la final del Mundial 2018, que su país disputa contra Francia. Antes de llegar a la cancha, a través de las redes sociales, le pidió a los rusos que apoyan a los jugadores croatas. “Ustedes son grandes anfitriones. Apoyen hoy a Croacia. Seamos felices juntos”, pidió Grabar-Kitarovic, vestida con los colores rojo y blanco de su país. Luego, comenzó a corear: “¡Croacia!”. Vale recordar que muchos rusos en las redes sociales
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enfurecieron después de ese partido, a raíz de que el zaguero croata Domagoj Vida elogió a la vecina Ucrania mediante un video publicado en línea. Vida se ha disculpado por cualquier ofensa, al asegurar que sólo quería elogiar a varios amigos que tiene en Ucrania, sin agravar la tensión entre ese país y Rusia. La primera mandataria de Croacia compartió el palco junto con su par francés, Emanuel Macron, y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino. El ambiente en la previa fue muy relajado, todos los invitados se mostraron exultantes,
La “Presi” que es aficionada 26
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bromearon y hasta se sacaron fotos con sus parejas. El placo de honor estuvo plagado de jefes de Estado de todo el mundo. Vladimir Putin invitó también a Armen Sarkisyan, de Armenia, Alexander Lukashenko, de Bielorrusia, Ali Bongo Ondimba, de Gabón, Igor Dodon, de Moldavia, Mahamoud Abbas, de Palestina, Sheikh Tamim Bin Hamad Al Thani, emir de Catar, donde se celebrará la próxima edición del Mundial en el 2024 y Omar Al Bashir, presidente de Sudán. Por último, los días que Kolinda Grabar se tome en Rusia contarán como vacaciones sin goce de sueldo: confirmó que se descontará de su sueldo los días que no trabajó y que paga de su bolsillo el gasto de las entradas y los pasajes de avión que realiza en clase turista.
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