Requiem eternum Casa del Francés Francés por
Karen González Jensen Deputy SHPO
Detalles de la fachada de la Casa del Francés luego del fuego en agosto de 2005
A
medio camino entre el pueblo de Isabel Segunda y el barrio la Esperanza de la isla de Vieques, la familia Mourraille fundó la Central Puerto Real, mejor conocida como Central Esperanza, a finales del siglo XIX. En 1910, Henry Mourraille construyó en la propiedad una casona para impresionar a su prometida parisina. El arquitecto de la obra1 la dotó de elegantes formas y detalles. Sin embargo, la belleza de la hermosa casona no fue suficiente para contrarrestar el impacto del contraste entre la vida en una ciudad y la vida en una central azucarera y, al poco tiempo, la francesa volvió nuevamente a París; la casa pasó de ser conocida como la “de la francesa” a la Casa del Francés.
Desconocemos si fue por efecto de la “huída”, lo cierto es que poco tiempo después, entre 1915 y 1927, la central pasó a ser operada por la familia Bird Arias y, finalmente, a ser propiedad de la Eastern Sugar Associates. Durante ese periodo, la realidad socio-económica de Puerto Rico comenzó a transformarse y ese mundo que creó el azúcar –que incluye la arquitectura que resultó de ella- comenzó a abandonarse, a dársele otros usos o simplemente a desaparecer. Como resultado directo de esta transformación, en la sexta década del siglo XX, la Casa del Francés fue convertida en un hostal, sin mucho éxito. En 1979 fue adquirida por Irving Greenblat, quien la convirtió en un parador, (uso que tuvo hasta el 2002, cuando fue vendida a la compañía norteamericana Brambilla Associates, quienes contempla-
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